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Etiqueta: América Latina

América Latina en la Encrucijada | Producción de Prisma Latinoamérica

En este video que compartimos, Miguel Sobrado aborda los desafíos que enfrenta América Latina en el contexto actual. Discute la riqueza de la región, y la contrasta con la falta de oportunidades que obliga a muchas personas a emigrar a Estados Unidos en busca de mejores condiciones. De la misma forma, analiza los cambios necesarios tanto a nivel mundial como dentro de los países latinoamericanos para fomentar la inclusión y garantizar educación y oportunidades para todas las personas.

Se hace hincapié en la  importancia de la colaboración y el trabajo conjunto para construir un futuro más próspero y equitativo en la región.

A voz interior que limita o avanço dos excluídos na América Latina

En una producción de Prisma Latinoamérica, se realizó “A voz interior que limita o avanço dos excluídos na América Latina”, la cual su traducción sería: “La voz interior que limita el avance de los excluidos en América Latina”.

En esta producción, se abordan temas como el ambiente familiar, el cual determina la posición social de las personas, que en consecuencia crean una configuración de voces internas que estimulan o frenan el desempeño de las personas.

Ahora bien, son muchos los estudios que demuestran cómo operan los prejuicios racistas y clasistas, donde se puede estudiar también cómo se genera la ineficiencia y dependencia social, percibiendo el debilitamiento del autoestima y donde se generan “techos sociales”. 

Por lo tanto, si desean visualizar este interesante análisis abrir el siguiente enlace: https://www.facebook.com/PrismaLat/videos/1126202268564533/

Conferencia «Día Mundial del Agua: Retos y Estrategias para América Latina» destacó la importancia de la gestión sostenible del recurso

Por José Daniel Gamboa Araya

El pasado viernes 22 de marzo, en conmemoración del Día Mundial del Agua, se llevó a cabo la conferencia virtual «Día Mundial del Agua: Retos y Estrategias para América Latina». La transmisión en vivo tuvo lugar desde las 9:30 am hasta las 11 am a través de Facebook Live, en la página de Redesdelagua.

La conferencia reunió a destacados expertos y profesionales del sector hídrico para analizar los desafíos y las estrategias necesarias para garantizar la gestión sostenible del agua en América Latina. El evento contó con la participación de Mónica Olvera, Yalkiria Pineda, Nathalie Seguin, Ana María Acevedo y Jorge Mora, quienes aportaron su experiencia y conocimientos en el tema.

Durante la conferencia, se abordaron diversos aspectos relacionados con la importancia del agua como recurso vital, los retos que enfrenta la región latinoamericana en cuanto a su disponibilidad y calidad, así como las estrategias y acciones necesarias para promover su uso responsable y eficiente.

Los ponentes compartieron ejemplos de buenas prácticas, experiencias exitosas y propuestas innovadoras para enfrentar los desafíos actuales en materia de agua, haciendo énfasis en la necesidad de una gestión integrada y participativa que involucre a todos los sectores de la sociedad.

El narco cambió la historia de América Latina

En el vídeo que compartimos el sociólogo Miguel Sobrado nos habla sobre los cambios históricos que ha pasado Latinoamérica debido al narcotráfico, este se publicó el día 26 de febrero y fue transmitido por medio del canal de YouTube de Prisma Latinoamérica.

América Latina: las implicancias de EEUU en Ecuador

Pablo Ruiz*

Las imágenes vistas en Ecuador, en enero pasado, en que un grupo de encapuchados armados se tomaron un canal de televisión fueron impactantes, sin la menor duda. Los grupos criminales, vinculados al narcotráfico, siguen en aumento en Ecuador y en tantos de nuestros países de América Latina impulsados por el rentable negocio de la droga que se consume, en su gran mayoría, en los Estados Unidos y Europa. 

Paralelamente, durante la última década, Ecuador nuevamente está siendo tomado por el gobierno de los mismos Estados Unidos que bajo la bandera del narcotráfico ahora, incluso, ha anunciado un nuevo plan de seguridad de cinco años para Ecuador. 

Es necesario recordar que la fuerte presencia militar de Estados Unidos en Colombia y Perú, los mayores productores de cocaína a nivel mundial, y su lucha contra el narcotráfico, dirigida por el Comando Sur y otras agencias, ha sido un rotundo fracaso en esos países y lo seguirá siendo también en Ecuador. 

Mientras en los Estados Unidos, el principal consumidor de drogas a nivel mundial, no erradiquen las causas profundas que originan la demanda y no se desmonte la red de corrupción y tráfico que existe en los mismos EEUU -la que permite que la droga se comercialice- el negocio de la droga no podrá ser derrotado y los grupos criminales, al contrario, seguirán en aumento convirtiendo nuestras naciones en “estados fallidos” y excelentes compradores de sistemas y armas del Complejo Militar Industrial estadounidense. Buen negocio para ellos, por donde se les mire. 

Entonces la agenda de militarización que Estados Unidos está imponiendo en nuestro continente cada vez más sólo servirá para el control geopolítico de nuestras naciones, mantener la dependencia, e intentar alinearnos con sus políticas guerreristas.

Recapitulemos. A los pocos días de los hechos de violencia en Ecuador, la jefa del Comando Sur de los Estados Unidos (SOUTHCOM), la General Laura Richardson, y el Asesor Presidencial Especial para las Américas, Christopher Dodd, visitaron el país y se reunieron con el Presidente Daniel Noboa.  

“Esta visita –señaló INFOBAE– es una muestra del apoyo de Estados Unidos al Ecuador tras el aumento de la violencia. Además de la entrega de equipamiento y financiamiento para las fuerzas del orden, los Estados Unidos han explicado que han previsto un plan de seguridad para Ecuador con duración de cinco años con base a un acuerdo de cooperación marítima firmado entre ambas naciones”. 

El apoyo estadounidense al gobierno ecuatoriano, de acuerdo a una nota de la Embajada de EEUU en Ecuador, busca “profundizar la cooperación bilateral, incluso en materia de seguridad, cooperación antidroga, migración y desarrollo económico”. 

En concreto, el gobierno estadounidense ha facilitado a Ecuador más de 20.000 chalecos antibalas, más de un millón de dólares en equipamiento de seguridad, incluyendo ambulancias y vehículos de apoyo logístico para la defensa. También, en materia de cooperación, el FBI aumentará su personal en Ecuador en apoyo a la Policía Nacional y a la Fiscalía General. También el Departamento de Seguridad Nacional de EEUU desplegará personal para apoyar el entrenamiento de la policía y la fiscalía; y la USAID aumentará el apoyo a sus programas de seguridad municipal, incluido el apoyo a las comunicaciones de crisis.  En dos palabras: Más intervención.

Involucrar a Ecuador en la guerra

Llamó la atención que la ayuda de EEUU a Ecuador, en enero pasado, llegará en el avión ucraniano Antonov An-124 al aeropuerto de Guayaquil. 

Este hecho es muy inusual. Un avión de un tercer país, más todavía de un país en guerra, como es Ucrania, trae el cargamento de EEUU a Ecuador.

Esto podría ser coherente en el escenario que muy posiblemente el verdadero motivo de la segunda visita a Ecuador de la Jefa del Comando Sur, Laura Richardson, no  fue en primer lugar la situación crítica que se vivía en Ecuador sino concretar la entrega de armas y equipamiento militar ruso, del que dispone Ecuador, anunciadas por el Presidente Daniel Noboa, al gobierno estadounidense a cambio de 200 millones de dólares en equipamiento militar “moderno” de EEUU.

 Esto explicaría el porqué de la presencia del avión ucraniano Antonov An-124 en Guayaquil. Qué mejor que enviar a Ucrania el armamento ruso directamente en un avión ucraniano y con esto saltarse las autorizaciones que posiblemente debe pedir al Congreso estadounidense cada vez más renuente a seguir brindando apoyo militar a Ucrania.

Recordemos que la generala Laura Richardson dijo, en un evento organizado por el think tank estadounidense Atlantic Council, en enero de 2023, que “Rusia tiene aliados en los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, pero otros seis países tienen equipamiento militar ruso. Estados Unidos está tratando de que esos seis países donen el equipamiento militar ruso a Ucrania y reemplazarlo con armamento estadounidense”.

Con esto, lamentablemente, Ecuador será el primer país de América Latina que sigue las órdenes y deseos del Comando Sur del Ejército de los Estados Unidos de enviar armas destinadas al conflicto armado que se desarrolla en Ucrania pasando por alto la neutralidad estratégica que nuestros países debieran tener de no involucrarse militarmente en ninguna guerra.  

Con esto Ecuador, pasa por alto el principio que América Latina y El Caribe es concebida como Zona de Paz violando el espíritu de la Proclama del 2014 de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, la CELAC, que este año cumple 10 años desde que se firmará en la reunión en La Habana, Cuba, y que aboga, entre otros compromisos, para que “las diferencias entre las naciones se resuelvan de forma pacífica, por la vía del diálogo y la negociación”. 

La militarización en Ecuador

No es nueva la injerencia de Estados Unidos en Ecuador. De acuerdo al sitio defensa.com ya el Comando Sur del Ejército de los Estados Unidos, en agosto de 2023, entregó donaciones por  3,1 millones dólares a las Fuerzas Armadas ecuatorianas.

De acuerdo al medio especializado, 1,1 millones de dólares fue para equipo militar; 1,3 millones de dólares para el Centro de Mantenimiento Fluvial para la Brigada de Selva 19 “Napo”; y 747.000 dólares para equipos de comunicación para la Brigada de Infantería de Marina San Lorenzo.

En septiembre de 2022, una nota de la Agencia EFE informaba que “Estados Unidos donó a Ecuador equipos militares por valor de 730.000 dólares para el control de una zona amazónica cercana a su frontera norte con Colombia, según informó en un comunicado la Embajada estadounidense en Quito”.

En septiembre de 2021, el Comando Sur y las Fuerzas Armadas de Ecuador firmaron un “memorando de entendimiento” con el objetivo de mejorar sus relaciones en materia de seguridad y defensa. El acuerdo titulado “Sistema Cooperativo de Integración de Información Situacional” busca el intercambio de datos e información lo que les permitirá a las fuerzas de Estados Unidos y Ecuador operar de mejor manera.

En el contexto de la firma del “memorando de entendimiento”, la embajada estadounidense en Quito señaló que “los Estados Unidos y el Ecuador gozan de una larga historia de cooperación en materia de seguridad centrada en temas de interés mutuo, incluida la seguridad aérea y marítima” agregando que “desde la reapertura de la Oficina de Cooperación en Seguridad en 2018, la Misión de los Estados Unidos ha entregado más de $2.8 millones en asistencia humanitaria, $1.4 millones en entrenamiento militar, y $27.7 millones en equipos y apoyo a las contrapartes ecuatorianas para combatir operaciones ilícitas y fortalecer la defensa del Ecuador”.

El artículo “Violencia y el rol de EEUU en Ecuador”, publicado en el sitio web de TELESUR, indica que “en el periodo 2021-2022 la asistencia militar de EEUU para Ecuador alcanzó los 172 millones de dólares en el marco de programas militares y antinarcóticos, convirtiéndolo en el principal receptor de asistencia militar en la región”.

Principales receptores de asistencia militar EE. UU. en América Latina y el Caribe (millones de dólares):

Fuente: Elaboración propia en base foreingassitance.gov (2023) Publicado en TELESUR

Más atrás, el 2019, el gobierno ecuatoriano firmó acuerdos con los Estados Unidos que permiten a los militares estadounidenses operar con sus aviones P-3 Orion desde las bases aéreas de Simón Bolívar y desde el aeropuerto de la Isla San Cristóbal ubicada en el archipiélago de las Islas Galápagos para combatir el narcotráfico.

El Ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, dijo entonces que “Galápagos es un portaaviones natural” a modo de justificar la decisión.

A todo lo anterior, Ecuador repuso sus envíos de militares para entrenarse en los EEUU en la sucesora de la Escuela de las Américas que desde el 2001 se llama Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación en Seguridad (WHINSEC, por sus siglas en inglés). 

Recordemos que el Informe de la Comisión de la Verdad de Ecuador 2010, titulado “Sin Verdad, no hay Justicia”, entre sus recomendaciones señala la importancia de: “Exhortar a los ministros de Defensa Nacional y de Gobierno y Policía para que no se autorice a miembros de Fuerzas Armadas y de Policía Nacional a que asistan a cursos de formación o capacitación en escuelas o instituciones que tengan antecedentes en la enseñanza de prácticas contrarias a los derechos humanos. De manera particular, por su historial en la formación de militares y policías en América Latina vinculados en violaciones de derechos humanos: el Instituto de Cooperación para Seguridad Occidental (Western Hemisphere Institute for Security Cooperation), antes conocido como la Escuela de las Américas (United States Army School of the Americas, USARSA)”.

Recordemos que el 2012, el presidente de entonces, Rafael Correa había decidido retirar a las tropas ecuatorianas del entrenamiento en WHINSEC por las consecuencias nefastas que ha tenido el entrenamiento militar estadounidense para América Latina. Así mismo, Correa tuvo la valentía el 2009 de no renovar el Acuerdo con EEUU del uso militar de la base aérea de Manta.

Actualmente, Ecuador también participa del entrenamiento a policías, fiscales y jueces que brindan los Estados Unidos en la Academia Internacional para el Cumplimiento de la Ley (ILEA, por sus siglas en inglés) ubicada en El Salvador. Aunque algunos crean que Bukele es un anti imperialista, por algunos discursos populistas, El Salvador de Bukele está completamente al servicio de los intereses geopolíticos de los Estados Unidos.

La ILEA ha sido señalada como un instrumento ideológico de los Estados Unidos al servicio de la guerra sucia, la judicialización y criminalización de la protesta social, y la guerra jurídica, también conocida como “lawfare”, contra opositores a Washington y de las políticas neoliberales.

Privilegios e inmunidad

A todo lo anterior, en enero pasado el medio digital Primicias tituló que “Militares de Estados Unidos tendrán inmunidad y libre movilidad en Ecuador”.

El medio señala que la Corte Constitucional revisó tres acuerdos entre Ecuador y EEUU, firmados durante el gobierno de Guillermo Lasso, y, el 11 de enero pasado, les dio luz verde. 

Se trata de los acuerdos: Estatuto de las Fuerzas (SOFA, por sus siglas en inglés), Operaciones contra Actividades Marítimas Transnacionales Ilícitas, y Asistencia en Interceptación Aérea.

El “Estatuto de las Fuerzas” permitirá que los miembros de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, empleados civiles del Departamento de Defensa, así como los contratistas estadounidenses, empresas y firmas y sus empleados “podrán estar presentes temporalmente en el territorio ecuatoriano para «visitas de buques, entrenamiento, ejercicios, actividades humanitarias».

La jefa del Comando Sur de EEUU, Laura Richardson, durante su visita 2022 a Ecuador. Foto: Southcom.

“Con el acuerdo firmado –señala el medio digital Primicias- Ecuador acepta que este personal estadounidense tenga «privilegios, exenciones e inmunidades» equivalentes a los que tiene el personal diplomático”. De otra forma, se indica que “Estados Unidos mantendrá el control disciplinario y la jurisdicción penal sobre su personal, dentro de territorio ecuatoriano”.

Sobre el acuerdo sobre actividades marítimas, se indica que las aeronaves, los buques y los vehículos operados por el Departamento de Defensa de Estados Unidos en Ecuador “podrán entrar, salir y desplazarse libremente por el territorio ecuatoriano” e “incluye la utilización del espectro radioeléctrico, para sus sistemas de comunicaciones, sin costo alguno”.

En otras palabras, con estos acuerdos se da un manto de legalidad a las operaciones militares que ya Estados Unidos ha venido desarrollando en Ecuador desde hace años. En otras palabras, Ecuador nuevamente se ha convertido en una gran base militar estadounidense, en un punto de avanzada para sus operaciones en la región.

Es lamentable que el Estado de Ecuador se siga militarizando de acuerdo a las políticas del Comando Sur del Ejército de los Estados Unidos que sigue adelante con su estrategia para que las Fuerzas Armadas y de Seguridad de América Latina sean dependientes y obedientes de los Estados Unidos dejando a un lado nuestro derecho a tener plena soberanía y completa independencia.

 

* Pablo Ruiz es periodista, editor de la Revista El Derecho de Vivir en Paz (www.derechoalapaz.org) y coordinador del Observatorio por el Cierre de la Escuela de las Américas en Chile.

https://www.derechoalapaz.com/america-latina-las-implicancias-de-eeuu-en-ecuador/

América Latina: o supera los resabios del siglo pasado y aprende de las mejores prácticas o será presa del narco

Miguel Sobrado y Juan José Rojas , Catedrático Universidad Autónoma de Chapingo

Nuestra América, en este momento de cambios acelerados en el panorama mundial, está viviendo intensos procesos de transformación que, en algunos casos resultan difusos y hasta regresivos y, en otros, se trata de experiencias alentadoras de autogestión social y de fortalecimiento institucional que es preciso complementar. En cualquier caso, es imprescindible abordar tales fenómenos como expresiones de un todo continental, y saber aprender de ellos liberándonos de valoraciones y esquemas del siglo XX que han mutado en nuestra época, adquiriendo por su aplicación práctica una connotación muy alejada de su significado inicial.

Empecemos por analizar en lo profundo el caso de Milei en la Argentina donde la mayoría de los votantes, más que otorgarles un respaldo a sus propuestas, votaron con desesperación contra un sistema clientelista manejado por “punteros” que, en vez de crear ciudadanía, negociaban los votos de los “rebaños locales” ante los políticos depredadores. Así, un país de los más ricos del continente, que llegó a perfilarse incluso como potencia regional, pasó a un estado de postración con una tasa de pobreza que rebasaba el 40% y una inflación superior al 100%.  Bajo este contexto, tanto tirios como troyanos, responsables del desastre, no ofrecían una alternativa creíble para los electores.

De tal forma que cuando apareció el espectáculo de Milei con una sierra ofreciendo acabar de raíz con estos males cerrando instituciones y dolarizando la economía, la mayoría electoral desesperada se cobijó en sus brazos sin analizar las consecuencias que tendría para ellos mismos la aplicación de su programa económico.

Dicho en otras palabras, votaron contra el clientelismo y los privilegios de grupos enquistados en el gobierno para servirse de su posición y no para servir a la población que es el verdadero y único cliente que financia sus salarios. Partidos que, en nombre de las necesidades reales de los trabajadores, al llegar al poder, a menudo, les daban la espalda con grandes negociados para sus dirigentes y hasta los maltratan en las ventanillas y en la calidad del servicio. Por eso, por su práctica oportunista, los eslóganes populistas perdieron credibilidad y terminaron siendo rechazados como palabras gastadas.

Por otra parte, en México, el presidente Andrés Manuel López Obrador, al margen de los canales del viejo sistema clientelista instaurado por el PRI desde el siglo pasado y pese a la existencia de conflictos serios de violencia en algunos estados y municipios, ha sabido cumplir con las expectativas de la población trasladando los recursos que antes eran saqueados por los presidentes y ministros y la red de funcionarios que se servían en cascada de sus privilegios, a los ancianos con pensiones débiles o carentes de pensión, así como a estudiantes de escasos recursos económicos para que no abandonen sus estudios. Con estos recursos, sin recurrir a nuevos endeudamientos, ha recuperado las empresas petroleras y energéticas y ha impulsado la construcción de grandes obras de infraestructura que contribuyen a la ampliación del mercado nacional. Todo ello, le ha permitido conseguir logros políticos importantes que han acrecentado su autoridad y prestigio. Con sus locuciones mañaneras ha logrado un gran éxito, como ejemplo continental, al neutralizar a los medios tradicionales al servicio de la oligarquía. El prestigio de su gobierno es tal que, a unos meses de cumplirse el sexenio, su partido Morena tiene una posición privilegiada frente a las nuevas elecciones.

No obstante, algunos de sus proyectos estratégicos, como el tren maya y el corredor interoceánico, han provocado afectaciones graves al medio ambiente; la inseguridad pública persiste y se torna incontrolable en diversos puntos del territorio nacional; pero, quizás, su déficit principal se manifiesta en el escaso fortalecimiento de las organizaciones de la sociedad civil, las cuales han sido desplazadas de la agenda pública por un estatismo asfixiante. El balance global arroja así un panorama de claro-oscuros que amerita ser reforzado en sus aspectos positivos mediante un ejercicio autocrítico y un replanteamiento de los ejes centrales en los que debe basarse el proceso de transformación.

Bukele, en El Salvador, ha logrado con energía, frente al terror de las maras, restituir la autoridad del Estado y la seguridad de la ciudadanía. Un primer paso muy importante, que debe complementarse con una política educativa y de capacitación empresarial que les abra nuevos horizontes a los jóvenes. De igual forma, debe insistirse en que el restablecimiento del orden público no debe implicar el sacrificio de los derechos humanos y mucho menos convertirse en una justificación para alentar la concentración del poder en pocas manos y la legitimación de prácticas autoritarias que pongan en entredicho el régimen democrático.

Lula en Brasil, ha retomado con firmeza las riendas del Estado, deterioradas severamente por la administración de Bolsonaro y, apartándose de las prácticas clientelares, está incorporando a los excluidos, a través de los poderes locales, en la formulación e implementación de políticas sociales redistributivas e integradoras. Junto con ello, las inversiones públicas en los sectores industriales y agrarios, bajo una perspectiva de largo alcance, están modificando el perfil de la economía brasileña y desatando su potencialidad a fin de desempeñar un papel cada vez más protagónico en el nuevo mundo multipolar.

Petro en Colombia se ha enfrascado en la paz total, en un contexto donde sus iniciativas son saboteadas, tanto en el parlamento y en el ámbito del poder judicial, como por las acciones bélicas impulsadas por los grupos de interés enemigos de la paz. Sin duda, está avanzando, aunque lentamente, en otras reformas que le pueden dar dividendos políticos que fortalezcan su autoridad, como la reforma educativa, la de salud y la de pensiones.

En Chile, Gabriel Boric, ha sufrido, en parte por su maximalismo, lo embates de una derecha que ha saboteado la reforma constitucional y que tiene suficiente fuerza en el parlamento para postergar sus iniciativas que podrían enriquecer su autoridad y capacidad de maniobra y avance.

En suma, tal como se puede apreciar en este ligero esbozo, en los diferentes países de América Latina hay material suficiente para aprender de lo que está sucediendo en nuestro continente, pero aún hace falta dejar de lado la visión fragmentada por país y los conceptos que identifican como progresistas a estructuras “populares” clientelistas, manipuladas por intereses corruptos de grupo. En su lugar hay que impulsar una estrategia política acumulativa del cambio que forme ciudadanos educados y capacitados alrededor de organizaciones autónomas, de tipo comunal, asociativo y solidario.

 

Enviado a SURCOS por Miguel Sobrado.

A partir de Pablo Escobar el narcotráfico se convirtió en opción de poder en América Latina

Por Miguel Sobrado

El libro América Latina, publicado en 2003 y reimpreso en 2004 y 2006 en México y Costa Rica, previo al desastre del presente, propuso soluciones.

El poder excluyente, que sobre de las mayorías indígenas y afrodescendientes ejercieron las oligarquías latinoamericanas desde la independencia, apoyadas en el centralismo clientelista, se ha resquebrajado y se ha venido derrumbando progresivamente, desde que apareció la industria del narcotráfico.

Para tener espacios de participación en la economía desde un gobierno, heredado de la colonia, era preciso que los oligarcas participaran de la “corte” donde se definían y ratificaban los privilegios y monopolios que permitían el enriquecimiento y el control político.

La aparición del narcotráfico como industria de desarrollo con recursos superiores a los del sistema patrimonialista, rompió los esquemas tradicionales y abrió nuevos espacios para incorporar, con ventaja a los excluidos, tomando primero los poderes locales y comprando, desde ahí, posteriormente influencias en el aparato institucional.

Los acontecimientos en varios estados de México virtualmente tomados hoy por el terror de los narcos y el reciente auge de violencia armada en Ecuador, donde estos se han lanzado a la lucha por el poder, confirman el poder de esta amenaza para la institucionalidad latinoamericana. Con necesidades insatisfechas, debido a la falta de acceso a las oportunidades que tienen los excluidos, frente a la demanda del conocimiento y la tecnología. Al mismo tiempo que los narcos disponen de recursos cada vez más abundantes para competir con el clientelismo, para instalarse cada vez en más comunidades y estados de la región.

Las políticas asumidas por Bukele en El Salvador para controlar la expansión de las maras asociadas al narcotráfico y recuperar, así, el poder y el orden público, se han basado en medidas represivas extremas, que han dado resultados en lo inmediato frente al caos y derrumbe de la institucionalidad en ese país. Está por ver si logra la misma eficiencia con las medidas de prevención necesarias para erradicar el mal en el mediano plazo.

El libro América Latina: crisis del Estado clientelista y la construcción de repúblicas ciudadanas, de Juan José Rojas y el autor de este artículo, mencionado en este artículo, y que se encuentra libre en Internet, no solo anunció el peligro que significaba el narcotráfico para la institucionalidad, sino que propuso soluciones probadas, sobre las causas.

Ahora, que cunde el pánico en el continente por las posiciones que ha tomado el narco en las comunidades y su ofensiva en algunos casos sobre el poder, es preciso retomar, no solo el diagnóstico, sino las soluciones probadas preventivas propuestas por los autores en consulta con las comunidades y aprendiendo de sus experiencias.

La violencia no se soluciona solo con la represión, sino que es preciso actuar sobre las causas que dejan a los excluidos sin opciones ni esperanza y los arrojan en manos del narcotráfico. Una educación actualizada y de calidad, con amplia cobertura, es un factor clave en el mediano plazo, pero la capacitación organizacional y técnica es estratégica en el corto plazo y mediano plazo para articular las comunidades activamente alrededor de las transformaciones requeridas por el sistema.

Considerando el bajo nivel de escolaridad de la población económicamente activa donde incluso en países como Costa Rica más de la mitad no alcanza el nivel de bachillerato. La capacitación organizacional “autónoma” de las comunidades, grupos asociativos y emprendedores adquiere una relevancia estratégica. Es necesario no confundir la organización autónoma con el esquema clientelista de “organizaciones” montadas por políticos diseñado para manipular a los sectores populares. La organización autónoma como se expresa en el libro cimenta la vida social económica y ciudadana.

Conviene empezar a sacar el libro de los anaqueles y de los archivos electrónicos, ya que, a pesar de haber pasado más de 20 años de su primera publicación, mantienen su actualidad. Hay que sacarla del ámbito académico y proyectarla a las organizaciones políticas de comunidades. Donde con su práctica, no solo con la retórica, genere, como lo ha demostrado, ingresos, empleo, pero  ante todo ciudadanía autónoma. Demostrando así el potencial de acabar con la exclusión y la manipulación y crear condiciones para una auténtica vida donde florezca la democracia.

Compartido con SURCOS por el autor.

Los caminos de América Latina. En política, no es lo mismo conquistar que gobernar

Los caminos de la política, no son hoy como pensaban quienes han llegado a gobernar, o lo hacen en la actualidad.

Por Fernando Ayala

Los caminos de la vida
No son lo que yo pensaba
No son lo que yo creía
No son lo que imaginaba

La letra de la canción Los Caminos de la Vida, del compositor y músico colombiano, Omar Geles, se escucha desde el año 1993 en que fue lanzada, en muchos países de América Latina. En el caso de Chile, acompaña muchas de las fiestas de fin de año, especialmente después de la media noche, por su melodía y letra melancólica que contribuye a evocar el tiempo ido, o a los balances personales de vida. Si la aplicamos a la política, describe grandes verdades, tanto para la izquierda como para la derecha. Hoy yacen en la basura los dos proyectos refundacionales de Constitución presentados en los últimos cuatro años a los chilenos, ambos rechazados categóricamente por la ciudadanía, que no aceptó la imposición de modelos de sociedad excluyentes, que no contemplaba las aspiraciones y valores de una parte importante del país.

Lo que hoy día parece obvio para todos, no lo fue para quienes redactaron los proyectos constitucionales, que no quisieron escuchar las voces que advirtieron el carácter maximalista de ambas propuestas. Fueron cuatro años de tiempo perdido, de desgaste y acusaciones recíprocas que provocaron, finalmente, una suerte de fatiga constitucional, donde los partidos políticos y el propio gobierno han dado por cerrado el debate, por lo menos hasta el término del actual gobierno del presidente Gabriel Boric, en marzo de 2026. Los Caminos de la Política, en este caso, no han sido los que soñó él y su generación que asumieron el gobierno en 2022, convencidos de que pondrían fin al modelo ultraliberal impuesto por la dictadura militar chilena, junto con el reemplazo de la vieja guardia de políticos a los cuales denostaron, arrogándose incluso mejores valores morales.

Sin embargo, los viejos políticos hicieron posible una larga transición inconclusa aún, pero que dio estabilidad política y crecimiento económico. Por el lado de la derecha más dura, que escribió la segunda propuesta de Constitución, primaron los conceptos hegemónicos más conservadores en términos económicos y valóricos, hábilmente redactados para hacerlos pasar de manera casi desapercibida a la ciudadanía. Fue el rechazo inmediato de personalidades como la expresidenta Michelle Bachelet, quien, junto a otros políticos, dio la batalla para desenmascarar el proyecto reaccionario apoyado unánimemente por toda la derecha chilena, sin excepción. Los Caminos de la Vida se encargaron rápidamente de mostrar a la novel generación gobernante que la realidad no se cambia «como creían», sino que además de la voluntad se necesita fuerza política. La derecha chilena, acostumbrada a imponer sus ideas, se encontró con que la Constitución que «soñaron», no pasó la prueba de un país que cada vez exige más derechos sociales, mayor respeto e igualdad a las mujeres.

Cada país de la región enfrenta realidades diferentes, pero con problemas comunes como son el narcotráfico que cruza todos los países sudamericanos, la violencia que se ha apoderado de las principales ciudades, la pobreza suburbana y la concentración de la riqueza, que produce sociedades cada vez más desiguales.

Argentina está iniciando una experiencia inédita luego de la alternancia entre peronismo y el gobierno del expresidente Mauricio Macri, sucedido por un peronista que parecía más moderado, Alberto Fernández, y que terminó entregando la banda presidencial a un extremista ultraliberal de derecha, como lo es el actual presidente Javier Milei. Recibe el país con una economía con alrededor de 150% de inflación anual, una pobreza que llega al 40% de la población y un aparato estatal sobrepoblado de funcionarios, que suma un déficit fiscal de alrededor del 1,6% del PIB para el año 2023. ¿Qué podrá hacer Milei, cuyo símbolo en su campaña electoral fue una motosierra? Ha prometido cortar el gasto público a «la casta», reduciendo puestos de trabajo, ministerios, fondos de cultura y aplicando las recetas neoliberales de Chile, introducidas durante la dictadura militar de Pinochet de la cuales quedan varias vigentes. Los Caminos de la Vida ya demostraron que el peronismo no era bueno ni malo, sino que era «incorregible», como decía Jorge Luis Borges. Ahora veremos cómo lo hará Milei para gobernar la cada vez más difícil e ingobernable Argentina.

En el caso de Perú, desde su regreso a la normalidad democrática, en 1980, han pasado por la presidencia 13 jefes de Estado, lo que les da un promedio de 3,3 años de duración, ello debido a diversas causas o crisis institucionales. Desde el año 2000 a la fecha, los diez presidentes que vencieron democráticamente las elecciones, todos han tenido problemas con la justicia por temas relativos a la corrupción, y solo en los últimos cuatro años, Perú ha tenido seis presidentes, con reiteradas crisis con el Congreso.

El exmandatario Fujimori, condenado a 25 años de cárcel por violaciones a los derechos humanos, fue recientemente liberado, pese a los reclamos de organismos internacionales. El popular expresidente Alan García prefirió suicidarse antes que comparecer ante un tribunal; Alejandro Toledo fue extraditado desde Estados Unidos y está en espera de juicio; Pedro Pablo Kuczynski renunció a los dos años de mandato por acusaciones de corrupción y sobornos. El último mandatario electo, Pedro Castillo, quien asumió en 2021, alcanzó a gobernar algo más de un año con un programa muy cercano a la extrema izquierda, donde pretendió cerrar el Congreso, gobernar por decretos hasta llamar a una Asamblea Constituyente. Fue destituido y encarcelado, quedando en el cargo la actual presidenta, Dina Boluarte, primera mujer en la historia en ocupar la primera magistratura. Otra vez Los Caminos de la Vida se encargaron de mostrar a Castillo que las cosas no eran como creía.

Podríamos seguir con lo que ocurre en otros países con plena democracia de la región, como Colombia o Brasil, donde los presidentes están encontrando resistencia a la implementación de reformas profundas en algunos casos. Otros, como en Ecuador, donde se esperaba el regreso de los seguidores del expresidente Rafael Correa, cuya candidata perdió las elecciones. Bolivia, con el exmandatario Evo Morales, en guerra civil con su propio partido, y donde la Corte Suprema rechazó su apelación al «derecho humano» a ser reelegido eternamente. El drama patético de Nicaragua, bajo el cogobierno de Ortega y su mujer, o el régimen semidemocrático de Venezuela, donde el gobierno levanta reivindicaciones territoriales, amenazando la paz en América del Sur, para inflamar el patriotismo como parte de la campaña para una nueva reelección del actual mandatario, Nicolás Maduro, en 2025, quien desde 2013 gobierna al pueblo venezolano.

En definitiva, podemos afirmar que Los Caminos de la Vida, o de la política, no son hoy como pensaban, no son como soñaban ni son como imaginaban, quienes han llegado a gobernar, o lo hacen en la actualidad.

Fuente: https://www.meer.com/es/77843-los-caminos-de-america-latina

«Para derrotar a la ultraderecha, las izquierdas deben ser radicales»

Álvaro García Linera, Buenos Aires, 2020. (Ariel Feldman).

UNA ENTREVISTA CON

Álvaro García Linera afirma que para derrotar a las nuevas derechas los progresismos y las izquierdas deben comenzar por resolver los problemas económicos de las mayorías, entendiendo realmente el nuevo mapa de la informalidad en América Latina.

Fuente: https://jacobinlat.com/

A raíz de su viaje a Colombia para inaugurar el ciclo de pensamiento «Imaginar el futuro desde el Sur», organizado desde el Ministerio de Cultura de Colombia por la filósofa Luciana Cadahia, el exvicepresidente boliviano Álvaro García Linera habló con Jacobin sobre el escenario político y social que transita América Latina en este «tiempo liminar» o interregno que deberemos transitar durante los próximos 10 o 15 años, hasta la consolidación de un nuevo orden mundial. Está claro que esa inestable oscuridad es el momento para la entrada en escena de las ultraderechas más monstruosas que, en cierta medida, son consecuencia de los límites del progresismo. En la nueva etapa, Linera plantea que el progresismo debe apostar por una mayor audacia para, por un lado, responder con responsabilidad histórica a las demandas profundas que se encuentran en la base de la adhesión popular y, por otro, neutralizar los cantos de sirena de las nuevas derechas. Esto implica avanzar en reformas profundas sobre la propiedad, los impuestos, la justicia social, la distribución de la riqueza y la recuperación de los recursos comunes en favor de la sociedad. Sólo así, empezando por resolver las demandas económicas más básicas de la sociedad y avanzando en una democratización real, plantea Linera, se podrá volver a confinar a las ultraderechas a sus nichos.

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En la región, el siglo XXI comenzó con una oleada de gobiernos progresistas que reorientó el rumbo de América Latina, pero esta dinámica comenzó a estancarse después del triunfo de Mauricio Macri en Argentina en 2015, lo que dio lugar a que muchos vaticinaran el fin del progresismo regional. Así, comenzó una oleada de gobiernos conservadores, pero, en contratendencia, en países como Brasil, Honduras o Bolivia el progresismo retornó. Y en otros, como México y Colombia, logró llegar al poder por primera vez. ¿Cómo lee esta tensión actual entre los gobiernos populares o progresistas y otros conservadores u oligárquicos?

AGL

Lo que caracteriza al tiempo histórico que va desde 10 años o 15 años atrás hasta los siguientes 10 o 15 años es el declive lento, angustiante y contradictorio de un modelo de organización de la economía y de la legitimación del capitalismo contemporáneo, así como la ausencia de un nuevo modelo sólido y estable que retome el crecimiento económico, la estabilidad económica y la legitimación política. Es un largo período, estamos hablando de 20 o 30 años, en cuyo interior, entonces habita esto que hemos llamado «tiempo liminal» —lo que Gramsci llamaba «interregno»—, donde se suceden oleadas y contraoleadas de múltiples intentos por dirimir ese impasse.

América Latina —y ahora el mundo, porque América Latina se adelantó a lo que luego sucedió en todos lados—, vivió una oleada progresista intensa y profunda, pero que no logró consolidarse, seguida por una contraoleada regresiva conservadora y luego por una nueva oleada progresista. Posiblemente, todavía veamos durante los siguientes 5 o10 años estas oleadas y contraoleadas de victorias cortas y de derrotas cortas, de hegemonías cortas, hasta que el mundo redefina el nuevo modelo de acumulación y de legitimación que le devolverá al mundo y a América Latina un ciclo de estabilidad por los siguientes 30 años. En tanto no suceda eso, estaremos asistiendo a esta esta vorágine propia del tiempo liminal. Y, como decía, uno asiste a oleadas progresistas, a su agotamiento, a contrarreformas conservadoras que también fracasan, a una nueva oleada progresista… Y cada contrarreforma y cada oleada progresista es distinta a la otra. Milei es distinto a Macri, aunque recoge a parte de él. Alberto Fernández, Gustavo Petro y Andrés Manuel López Obrador son distintos a los referentes de la primera oleada, aunque recogen parte de su herencia. Y creo que seguiremos asistiendo a una tercera oleada y a una tercera contraoleada hasta que en algún momento el orden del mundo se defina, porque esta inestabilidad y esta angustia no pueden ser perpetuas. En el fondo, como sucedió en los años 30 y 80 del siglo XX, lo que vemos es el declive cíclico de un régimen de acumulación económico (liberal entre 1870 y 1920, de capitalismo de Estado entre 1940 y 1980, neoliberal entre 1980 y 2010), el caos que genera ese ocaso histórico, y la pugna por instaurar un nuevo y duradero modelo de acumulación-dominación que retome el crecimiento económico y la adherencia social.

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Podemos observar que la derecha vuelve a implementar prácticas que creíamos superadas, incluyendo golpes de Estado, persecución política e intentos de asesinato… Incluso usted mismo sufrió un golpe de Estado. ¿Cómo cree que seguirán evolucionando estas prácticas? ¿Y cómo las podemos resistir desde los proyectos populares?

AGL

Algo propio del tiempo liminal, del interregno, es la divergencia de las elites políticas. Cuando las cosas van bien —como hasta los años 2000—, las élites convergen en torno a un único modelo de acumulación y de legitimación y todos se vuelven centristas. Las izquierdas mismas se atemperan y se neoliberalizan, aunque siempre va a haber una izquierda radical pero marginal, sin audiencia. Las derechas también se pelean entre ellas, pero meramente por recambios y retoques circunstanciales. Cuando todo eso entra en su declive histórico inevitable, comienzan las divergencias y las derechas se escinden en extremas derechas. La extrema derecha comienza a comerse a la derecha moderada. Y las izquierdas más radicalizadas emergen de su marginalidad e insignificancia política, comienzan a adquirir resonancia y audiencia, crecen. En el interregno, la divergencia de proyectos políticos es la norma, porque hay búsquedas, disidentes unas de otras, por resolver la crisis del viejo orden, en medio de una sociedad descontenta, que ya no confía, que ya no cree en los antiguos «dioses», en las antiguas recetas, en las antiguas propuestas que garantizaron la tolerancia moral hacia los gobernantes. Y, entonces, los extremos comienzan a potenciarse.

Eso vamos a ver con las derechas. La centroderecha, que gobernó el continente y el mundo durante 30 ó 40 años, ya no tiene respuestas a los evidentes fallos económicos del globalismo liberal y, ante las dudas y las angustias de las personas, surge una extrema derecha que sigue defendiendo al capital pero que cree que los buenos modales de la antigua época ya no son suficientes y que ahora hay que imponer las reglas del mercado por la fuerza. Esto implica domesticar a la gente, si es necesario a palos, para regresar a un libre mercado puro y prístino, sin concesiones ni ambigüedades, porque –según ellos- eso fue la causa del fracaso. Entonces, esta extrema derecha tiende a consolidarse y a ganar más adeptos hablando de «autoridad», «shock de libre mercado» y «reducción del Estado». Y si hay levantamientos sociales corresponde utilizar la fuerza y la coerción, y si es necesario el golpe de Estado o la masacre, para disciplinar a los díscolos que se oponen a este regreso moral a las «buenas costumbres» de la libre empresa y de la vida civilizada: con las mujeres cocinando, los hombres mandando, los patrones decidiendo y los obreros trabajando en silencio. Un síntoma más del ocaso liberal se evidencia cuando ya no pueden convencer ni seducir y necesitan imponer; lo que implica que están ya en su tiempo crepuscular. Pero no por ello dejan de ser peligrosos, por la radicalidad autoritaria de sus imposiciones.

Frente a eso, el progresismo y las izquierdas no pueden tener un comportamiento condescendiente, intentando contentar a todas las facciones y sectores sociales. Las izquierdas salen de su marginalidad en el tiempo liminal porque se presentan como alternativa popular al desastre económico que ha ocasionado el neoliberalismo empresarial; y su función no puede ser la de implementar un neoliberalismo con «rostro humano», «verde» o «progresista». La gente no sale a las calles y vota electoralmente a la izquierda para decorar el neoliberalismo. Se moviliza y cambia radicalmente sus anteriores adherencias políticas porque está harta de ese neoliberalismo, porque desea deshacerse de él pues solo ha enriquecido a pocas familias y a unas pocas empresas. Y si la izquierda no cumple eso, y convive con un régimen que empobrece al pueblo, es inevitable que la gente gire drásticamente sus preferencias políticas hacia salidas de extrema derecha que ofrecen una salida (ilusoria) al gran malestar colectivo.

Las izquierdas, si quieren consolidarse, deben responder a las demandas por las que surgieron y, si quieren en verdad derrotar a las extremas derechas tienen que resolver de manera estructural la pobreza de la sociedad, la desigualdad, la precariedad de los servicios, la educación, la salud y la vivienda. Y para poder realizar eso materialmente, tienen que ser radicales en sus reformas sobre la propiedad, los impuestos, la justicia social, la distribución de la riqueza, la recuperación de los recursos comunes en favor de la sociedad. Detenerse en esa obra va a alimentar la ley de las crisis sociales: toda actitud moderada ante la gravedad de la crisis, fomenta y alimenta los extremos. Si las derechas hacen eso, alimentan a las izquierdas, si lo hacen las izquierdas, alimentan a las extremas derechas.

Entonces, la manera de derrotar a las extremas derechas, reduciéndolas a un nicho —que va a seguir existiendo, pero ya sin irradiación social— radica en la expansión de las reformas económicas y políticas que se traduzcan en visibles y sostenidas mejoras materiales en las condiciones de vida de las mayorías populares de la sociedad; en la mayor democratización de las decisiones, en una mayor democratización de la riqueza y de la propiedad, de tal manera que la contención a las extremas derechas no sea meramente un discurso, sino que se apoye en una serie de acciones prácticas de distribución de la riqueza que resuelva las principales angustias y demandas populares (pobreza, inflación, precariedad, inseguridad, injusticia..). Porque, no hay que olvidar, que las extremas derechas son una respuesta, pervertida, a esas angustias.  Cuanto más distribuyas la riqueza, ciertamente más afectas los privilegios de los poderosos, pero ellos van a ir quedando en minoría en torno a la defensa rabiosa de sus privilegios, en tanto que las izquierdas se consolidaran como las que se preocupan y resuelven las necesidades básicas del pueblo. Pero, cuanto esas izquierdas o progresismos más se comporten de manera miedosa, timorata y ambigua en la resolución de los principales problemas de la sociedad, las derechas extremas más van a crecer y el progresismo quedará aislado en la impotencia de la decepción. Entonces, en estos tiempos, a las extremas derechas se las derrota con más democracia y con mayor distribución de la riqueza; no con moderación ni conciliación.

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¿Hay elementos novedosos en las nuevas derechas? ¿Es correcto llamarlas fascistas o deberíamos nombrarlas de otra manera? ¿Las derechas están organizando un laboratorio posdemocrático para el continente (incluyendo a Estados Unidos)?

AGL

Sin dudas, la democracia liberal, como mero recambio de elites que deciden por el pueblo, tiende inevitablemente hacia formas autoritarias. Si, en momentos, pudo rendir frutos de democratización social fue por impulso de otras formas democráticas plebeyas que se desplegaron simultáneamente —la forma sindicato, la forma comunidad agraria, la forma plebeya de la multitud urbana—. Son estas acciones colectivas múltiples y multiformes de democracia las que le dieron a la democracia liberal una irradiación universalista. Esto pudo suceder porque siempre estaba siendo rebasada y jalada por delante. Pero si uno deja a la democracia liberal tal cual, como mera selección de gobernantes, inevitablemente tiende a la concentración de decisiones, a su conversión en lo que Schumpeter llamaba la democracia como mera elección competitiva de quienes van a decidir sobre la sociedad, lo que es una forma autoritaria de concentrar las decisiones. Y, ese monopolio decisional por medios autoritarios y, llegado el caso, por encima del propio procedimiento de selección de elites, es lo que caracteriza a las extremas derechas. Por eso, no hay antagonismo entre extremas derechas y democracia liberal. Hay una colusión de fondo. Las extremas derechas pueden coexistir con este tipo de democratización meramente elitista que alimenta la democracia liberal. Por eso no es raro que lleguen al gobierno por medio de elecciones. Pero, lo que la democracia liberal tolera marginalmente de mala gana, y las extremas derechas rechazan abiertamente, son otras formas de democratización, que tienen que ver con las presencias de democracias desde abajo (sindicatos, comunidades agrarias, asambleas barriales, acciones colectivas…). Se oponen a ellas, las rechazan y las consideran como un estorbo. En este sentido, las extremas derechas actuales son antidemocráticas. Solamente aceptan que se los elija a ellos para mandar, pero rechazan otras formas de participación y democratización de la riqueza, lo que les parece un insulto, un agravio o un absurdo que debe combatido con la fuerza del orden y de la disciplina coercitiva.

Ahora, ¿esto es fascismo? Difícil de decidir. Hay todo un debate académico y político sobre qué nombre tomará esto y si vale la pena la evocación de las terribles acciones del fascismo de los años 30 y 40. En el preciosismo académico tal vez vale la pena estas digresiones, pero tiene muy poco efecto político. En América latina las personas de más de 60 años pueden tener recuerdos de las dictaduras militares fascistas y la definición puede causar un efecto en ellos, pero para las nuevas generaciones hablar de fascismo no dice gran cosa. No me opongo a ese debate, pero no veo que sea tan útil. Al final, la adhesión o rechazo social a los planteamientos de las extremas derechas no vendrá por el lado de los antiguos símbolos e imágenes que evocan, sino por la eficacia de responder a actuales angustias sociales que las izquierdas son impotentes de resolver.

Quizás, la mejor forma de calificar a estas extremas derechas, más allá de la etiqueta, sea entendiendo a qué tipo de demanda responde, que por supuesto, son demandas distintas a las de los años 30 y 40, aunque con ciertas similitudes por la crisis económica en ambos periodos. En lo personal, prefiero hablar de extremas derechas o derechas autoritarias; pero si alguien usa el concepto de fascismo, no me opongo, aunque tampoco me entusiasma demasiado. El problema puede venir si, de inicio, se las califica de fascistas y se deja de lado la pregunta respecto a qué tipo de demanda colectiva responden o ante qué tipo de fracaso emergen.  Por ello, antes de etiquetar y tener respuestas sin preguntas, es mejor preguntarse sobre las condiciones sociales de su surgimiento, el tipo de soluciones que plantea y, sobre esas respuestas, ya se puede elegir el calificativo que corresponda: fascista, neofascista, autoritaria…

Por ejemplo, ¿está bien decir que Milei es fascista? Tal vez, pero primero hay que preguntarse porqué ganó, con el voto de quién, respondiendo a qué tipo de angustias. Eso es lo importante. Y además preguntarse qué hiciste tú para que eso sucediera. Hoy es más útil preguntarnos eso que el colocarle una etiqueta fácil que te resuelva el problema del rechazo moral pero que no ayuda a comprender la realidad ni a transformarla. Porque si respondes que Milei convoco a la angustia de una sociedad empobrecida, entonces queda claro que el tema es la pobreza. Si Milei le habló a una juventud que no tiene derechos, entonces hay una generación de personas que no accedieron a los derechos de los años 50, ni de los 60 ni del 2000. Ahí está el problema que el progresismo y la izquierda debe abordar para frenar a las extremas derechas y a los fascismos.

Hay que detectar los problemas con los que las extremas derechas interpelan a la sociedad porque su crecimiento también es un síntoma del fracaso de las izquierdas y el progresismo. No surgen de la nada sino después de que el progresismo no se animó, no pudo, no quiso, no vio, no entendió a la clase y a la juventud precaria, no captó el significado de la pobreza y de la economía por encima de los derechos de identidad. Ahí está el núcleo del presente. Esto no significa que no hables de la identidad, sino que jerarquices, entendiendo que el problema fundamental es la economía, la inflación, el dinero que se te escurre de los bolsillos. Y no se puede olvidar que la propia identidad tiene una dimensión de poder económico y político, que es lo que ancla la subalternidad. En el caso de Bolivia, por ejemplo, la identidad indígena conquistó su reconocimiento asumiendo el poder político, primero y, gradualmente, el poder económico dentro de la sociedad. La relación social fundamental del mundo moderno es el dinero, enajenada pero todavía relación social fundamental, que se te escurre, que diluye todas tus creencias y lealtades. Ese es el problema a resolver desde las izquierdas y el progresismo. Creo que la izquierda tiene que aprender de sus fracasos y deben tener una pedagogía sobre sí misma para encontrar luego los calificativos para denunciar o etiquetar algún fenómeno político, como es en este caso el de la extrema derecha.

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Volviendo a los proyectos populares, ¿cuáles son los principales desafíos del progresismo para superar estas crisis, estos fracasos de los que hablabas? ¿Es solo por no haber podido comprender o interpretar de manera suficiente las necesidades y demandas de la ciudadanía que ahora las extremas derechas retoman?

AGL

El dinero es hoy el elemental, el básico, el clásico, el tradicional problema económico y político del presente. En tiempos de crisis, la economía manda, punto. Resuelve ese primer problema y luego el resto. Estamos en un tiempo histórico en que surge el progresismo y las extremas derechas, y decae la centroderecha clásica neoliberal, tradicional, universalista. ¿Por qué? Por la economía. Es la economía, señores, la que ocupa el centro de mando de la realidad. El progresismo, las izquierdas y las propuestas que vengan del lado popular tienen que resolver en primer lugar ese problema. Pero la sociedad a la que la antigua izquierda de los años 50 y 60, o el progresismo en la primera ola en algunos países, le resolvió el problema económico, es distinta a la actual. Las izquierdas siempre trabajaron sobre el sector de la clase trabajadora asalariada formal, y hoy es una incógnita para el progresismo la clase trabajadora no formal. El mundo de la informalidad agrupado bajo el concepto de «economía popular» es un agujero negro para las izquierdas que no lo conocen, no lo entienden y no tienen propuestas productivas para ella que no sea los meros paliativos asistenciales. En América Latina ese sector abarca al 60% de la población. Y no se trata de una presencia transitoria que va a desaparecer luego en la formalidad. No señores, el porvenir social va a ser con informalidad, con ese pequeño trabajador, pequeño campesino, pequeño emprendedor, asalariado informal, atravesado por relaciones familiares y de vínculos muy curiosos de lealtad local o regional, subsumido en instancias donde las relaciones capital-trabajo no son tan diáfanas como en una empresa formal. Ese mundo va a existir por los siguientes 50 años e involucra a la mayoría de la población latinoamericana. ¿Qué le dices a esas personas? ¿Cómo te preocupas por su vida, por su ingreso, por su salario, por sus condiciones de vida, por su consumo?

Estos dos temas son la clave del progresismo y la izquierda latinoamericana contemporáneas: resolver la crisis económica tomando en cuenta a ese sector informal que es la mayoría de la población trabajadora de América Latina. ¿Qué significa eso? ¿Con qué herramientas se hace? Por supuesto, con expropiaciones, nacionalizaciones, distribución de riqueza, ampliación de derechos, etc. Esas son herramientas, pero el objetivo es mejorar la condición de vida y el tejido productivo de ese 80% de la población, sindicalizada y no sindicalizada, formal e informal que conforma lo popular latinoamericano. Y además con mayor participación de la sociedad en la toma de decisiones. La gente quiere ser oída, quiere participar. El cuarto tema es el medioambiental, una justicia ambiental con justicia social y económica, nunca separado ni nunca por delante.

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Usted está aquí en Colombia para asistir a un Ciclo de pensamiento coordinado por la filósofa Luciana Cadahia para el Ministerio de Cultura. ¿Qué cambios está pudiendo observar aquí con el triunfo del Pacto Histórico y el liderazgo de Gustavo Petro y Francia Márquez? ¿Cree que Colombia tiene algún rol protagónico para el progresismo de la región?

AGL

Tomando en cuenta los antecedentes históricos de la Colombia contemporánea, en la que al menos dos generaciones de luchadores sociales y activistas de izquierda han sido asesinados o exiliados, en la que las formas de acción colectiva legal han sido arrinconadas por el paramilitarismo y en la que EEUU ha intentado crear no solo una base militar a escala estatal sino también un pivote de cooptación cultural, es por demás heroico que un candidato de izquierda haya ganado electoralmente el gobierno. Y claro, cuando uno palpa el poderoso sedimento de la Colombia profunda que brota en los barrios y comunidades, entiende el estallido social del 2021 y el porqué de esa victoria.

El que un triunfo electoral progresista venga precedido de movilizaciones colectivas, habilita un espacio de disponibilidad social a reformas. Y es por eso que, pese a las limitaciones parlamentarias, el gobierno del presidente Petro es ahora el más radical de esta segunda ola progresista continental.

Dos acciones colocan a la gestión de Petro a la vanguardia del resto de los presidentes de izquierda. Por una parte, la aplicación de la reforma tributaria con carácter progresivo, es decir, que impone mayores tributos a quienes más dinero tienen. En la mayoría de los otros países latinoamericano, la más importante fuente de ingresos tributarios es el IVA, que claramente obliga a una mayor tributación a los que menos tienen.

En segundo lugar, el avance en la transición energética. Claramente ningún país del mundo, ni siquiera los que más contaminan como EEUU, Europa y China, ha abandonado de la noche a la mañana los combustibles fósiles. Se han planteado unas décadas de transición, e incluso, todavía, unos años más de producción record de esos combustibles. Sin embargo, Colombia, junto a Groenlandia, Dinamarca, España e Irlanda, son los únicos países del mundo que han prohibido cualquier nueva actividad exploratoria de petróleo. El caso colombiano es más relevante, porque para él, la exportación de petróleo representa más de la mitad del total de sus exportaciones, lo que hace de esta decisión algo mucho más audaz y avanzada a nivel global.

Se trata de reformas que ciertamente miran el porvenir de una manera comprometida con la vida y que alumbran el curso de lo que otras experiencias progresistas tendrían que también realizar a corto plazo.

Sin embargo, para que estas decisiones, y otras que aún faltan para cimentar condiciones de necesaria igualdad económica, sean sostenibles en el tiempo, no habría que descuidar la continua mejora real de los ingresos de las clases populares colombianas, ya que cualquier justicia climática sin justicia social, no pasa de ser un medioambientalismo liberal. Ello va a requerir un acople milimétrico entre los ingresos que el Estado dejará de percibir los siguientes años, con unos nuevos que deberá garantizar vía otras exportaciones, mayores impuestos a los ricos y palpables mejoras en las condiciones de vida de las mayorías populares.

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Me gustaría finalizar con su lectura del papel que va a tener América Latina y el Caribe en el mundo. O, mejor dicho, qué rol político podremos ocupar en un escenario de transformaciones radicales como las que estamos viviendo.

AGL

A inicios del siglo XXI, América Latina fue la que dio el primer campanazo del agotamiento del ciclo de reformas neoliberales que se había instaurado globalmente desde los años 80 del siglo pasado. Aquí fue donde se inició la búsqueda de un régimen híbrido entre proteccionismo y librecambio, que luego, desde el año 2018 hasta hoy, han comenzado a ensayar paulatinamente en EE. UU. y los distintos países de Europa. A estas alturas, a pesar de puntuales recaídas melancólicas en un paleoliberalismo de patas cortas como en Brasil con Bolsonaro y Argentina con Milei, el mundo está en el tránsito a un nuevo régimen de acumulación y legitimación que sustituya al globalismo neoliberal.

Sin embargo, a estas alturas, el continente se halla algo extenuado para seguir liderando las reformas globales. Pareciera ser que la transición posneoliberal ahora deberá avanzar primero a escala global para que América Latina renueve sus fuerzas a fin de retomar los ímpetus iniciales. La posibilidad de unas reformas estructurales posneoliberales de segunda generación, o incluso, más radicales, que recuperen la fuerza transformadora continental, deberá esperar a mayores cambios mundiales y, por supuesto, una nueva oleada de acciones colectivas plebeyas que modifiquen el campo de las transformaciones imaginadas y posibles. En tanto no suceda eso, el continente será un intenso escenario de disputas pendulares entre victorias populares cortas y victorias conservadoras cortas, entre derrotas populares cortas y derrotas oligárquicas igualmente cortas.

Sobre la entrevistadora 

Tamara Ospina Posse es politóloga, feminista y militante de Colombia Humana y del Centro de Pensamiento Colombia Humana (CPCH).

https://jacobinlat.com/2024/01/02/si-las-izquierdas-quieren-derrotar-a-la-ultraderecha-tienen-que-ser-radicales/?mc_cid=bc08a442e7&mc_eid=943c20bae5

Causas de la crisis de la democracia en América

Indígenas bolivianos ejercen su derecho al sufragio

Un contexto geopolítico

Juan Jaramillo Antillón

Hace 2,500 años, el filósofo griego Platón señalaba: «El Estado es lo que es porque sus ciudadanos son lo que son. Por lo tanto, ni esperemos siquiera tener mejores Estados, mientras que no tengamos mejores hombres». Y al referirse a la democracia decía:

Un problema de la democracia es que no existe igualdad perfecta de oportunidades en ella… Además, es muy difícil lograr en una población la suficiente educación en la mayoría de las gentes para desempeñar adecuadamente cargos públicos, y por ello solo aquellos que habían demostrado tener suficiente sabiduría, capacidad y honestidad en su labor diaria deberían ser elegidos para gobernar.

Platón por supuesto sabía que eso solo era un sueño y al final no la recomendaba pues, en su tiempo, aunque este tipo de sistema político había nacido ahí, ni los griegos ni ninguna nación en la antigüedad y hasta el presente han llegado a tener la suficiente madurez y discernimiento para lograr escoger a sus mejores hombres para gobernar. En muchas sociedades latinoamericanas y no excluimos a los Estados Unidos a esto se le llama «ineptocracia» debido a que son elegidas y se escogen para gobernar en muchos casos a personas poco preparadas, así es como comienzan los problemas de las democracias.

Una de las más grandes ventajas de vivir en una democracia, es la libertad de opinión y el derecho que tenemos de poder expresar nuestro malestar o disgusto ante hechos o sucesos que nos parecen incorrectos, especialmente en el campo de la política. Para que esto se dé, se requiere de la existencia en el país de una prensa libre independiente y honesta y, además, que uno pueda expresar su descontento en los medios de comunicación, sin temor a ser reprendido o apresado por el gobierno o las autoridades superiores. Esa libertad se convierte asimismo en un mecanismo de autocorrección de la autoridad al tener esta que escuchar y reconocer sus fallas, algo que no existe en las dictaduras de derecha o izquierda cuando gobiernan.

La democracia es una forma de organización política mediante la cual y por mecanismos de participación directa o indirecta, el pueblo (los votantes), elige a quién los gobernará (presidente, vicepresidente, legisladores senadores o diputados al congreso) por un tiempo que suele variar entre cuatro y seis años.

En los Estados Unidos el voto popular y total de los ciudadanos que concurren a las urnas, no eligen al presidente, a los senadores y a los congresistas; estos son elegidos por un sistema donde los votantes emiten su voto para el llamado Colegio Electoral. En cada estado, los partidos obtienen un número de electores según los votos qué obtenga. En 2016, por ejemplo, la candidata Hilary Clinton obtuvo más votos nacionales que Donald Trump, pero este obtuvo más votos electorales y por eso le ganó. Aunque Canadá forma parte de América y es una democracia, no la tomamos en cuenta, pues, en ese país el sistema electoral de elegir un primer ministro como jefe y una Cámara de los Comunes, con dos partidos el liberal y el conservador, en realidad es muy diferente a las elecciones de los restantes países.

Hay que aclarar que cuando se habla de libertad de opinar y sobre todo de actuar, se entiende que esta no puede ser irrestricta, ya que sabemos que «nuestros derechos acaban donde comienzan los de los demás». Si la opinión manifestada causa un problema, considerado difamatorio para una persona, empresa o institución, el autor tendrá que responder, si es acusado judicialmente. También, tenemos casos como la obligatoriedad en salud pública de que todo el mundo se vacune. Aquí se puede expresar esto señalando que, «la seguridad de la sociedad vale más que el individuo», aunque con esto la individualidad del liberalismo debe ceder paso al socialismo democrático.

Esa libertad en una democracia es también «una debilidad». Esta se genera, cuando esa misma prensa libre la muestra a la población hechos dolosos o fallas a todo nivel del gobierno. El constante conocimiento público de los desaciertos de los gobernantes elegidos por una mayoría del pueblo hace que vaya creciendo la desilusión en los ciudadanos, y estos dudan sobre si la democracia cumple como sistema de político y lleva hacia un mejor desarrollo económico y social. Lo anterior genera desconfianza con pérdida de la credibilidad en los partidos políticos tradicionales y sus candidatos. El ciudadano comienza entonces a aceptar la idea de que se necesita «una mano fuerte para gobernar» y evitar las deficiencias y la corrupción. Así es como las democracias ceden paso al totalitarismo.

Lo anterior da oportunidad a los partidos de corte autoritario de izquierda o derecha de obtener el poder, en muchos casos por elecciones totalmente libres, favorecidos por el fracaso político del partido gobernante debido a promesas incumplidas. Una vez en el poder, visualizar el buen o mal desempeño de esos grupos totalitarios y, sobre todo, el ético de sus gobernantes es ínfimo o nulo, pues bloquean, al iniciar, su gobierno económicamente a las empresas de comunicación escrita u oral y obstaculizan la información a la prensa libre hasta desaparecerla y, con ello, debilitan políticamente y eliminan a la oposición.

Emmanuel Kant señalaba: «las libertades políticas sin autonomía material y económica son vacías».

Tradicionalmente las democracias cuentan con dos partidos uno conservador y el otro liberal y a veces con un tercer partido. Pero ahora, se está presentando una situación política grave, ocasionada por el desprestigio de los partidos tradicionales cuando han estado en el gobierno y no cumplen con sus promesas. Se trata del fraccionamiento de ellos en mini partidos en tal cantidad que obstaculizan el buen desempeño de cualquier gobierno; el presidente es elegido con relativamente pocos votos y no cuenta con poder político. Además, cuesta tener mayoría en el senado o congreso para poder gobernar, la fracción del gobierno debe hacer múltiples concesiones a mini partidos para que la apoyen para pasar leyes y, a veces, aparece la ingobernabilidad.

Pero el asunto es que no puede existir una sociedad democrática sin el derecho a un cuestionamiento cívico de los sucesos del gobierno. En el momento que se pierda la libertad de opinar abiertamente, la democracia comienza a sucumbir. Los ciudadanos deben aceptar entonces que esta, más que una meta, es en realidad un largo camino hacia la conquista de una mejor democracia la cual se va perfeccionando con los años, gracias a las correcciones que hagamos. En una investigación le llamamos «la prueba y el error», si lo hay, lo corregimos y volvemos a continuar, es así como hemos logrado los progresos y avances de la ciencia y de la sociedad a través de los siglos.

Isócrates un famoso educador, sofista y orador griego de su tiempo (350 a. C.), decía:

Nuestra democracia se autodestruye porque ha abusado del derecho de igualdad y del derecho de libertad, porque ha enseñado al ciudadano a considerar la impertinencia como un derecho, el no respeto a las leyes como libertad, la imprudencia en la palabra como igualdad y la anarquía como felicidad.

Hemos aprendido que, así como la democracia nos depara libertad y supuestamente igualdad de oportunidades debido a la preparación de sus habitantes, sin embargo, también nos muestra sus fallas, entre ellas permitir «la incompetencia e irresponsabilidad en la función pública», algo generalizado. Además, el otro aspecto que debilita la imagen de ella es la corrupción, la cual se da por avaricia y deshonestidad de muchos gobernantes que, al tener el poder, creen tener el derecho a usufructuar las ventajas en su beneficio y no en las del pueblo que lo eligió. A lo anterior hay que agregar el auge del narcotráfico y la violencia y los homicidios a que da lugar, lo cual genera muchos temores a los pueblos.

Aceptamos que no hay seres perfectos, por ello debemos elegir para gobernarnos a personas honestas, que ofrezcan programas razonables para los recursos que poseemos y sobre todo que tengan una clara visión de nuestras limitaciones, y, de los valores que se deben proteger.

Todos somos responsables en menor o mayor grado (incluyendo a los que no votan) por la elección de personas a puestos políticos y por ello hay que tener el máximo cuidado al elegir el que consideramos el mejor posible, si es que lo hay. El problema es que los ciudadanos en la gran mayoría de los casos únicamente conocen a los candidatos por la propaganda recibida. Lo anterior sucede porque el pueblo trabajador, mujeres y hombres mayores de edad, no suelen o pueden participar en la formación y actividad de los partidos políticos, dejando entonces que el oportunista político sea al fin elegido, aunque esté lleno de defectos, y la mayoría sean desconocidos para los votantes. A eso se agrega que aproximadamente un 30% o más de los ciudadanos no suelen votar, indiferencia peligrosa pues la crisis de la democracia se agrava porque quienes pueden evitarla no se hacen presentes.

Polibio (220 -118 a.C.) el historiador dice: se llama oclocracia «cuando la decisión no la toma el pueblo sino la muchedumbre. Cuando el pueblo es manipulado y decide sin información, el poder e incluso la democracia se degenera».

Se ha señalado que la democracia funciona plenamente si para elegir a sus gobernantes en elecciones hay:

  • Libertad de expresión en la prensa oral y escrita y en las redes sociales.
  • Si la información no es mera propaganda ideológica o mentiras de un partido o del gobierno, sino que es veraz.
  • Si todos los grupos, partidos y candidatos involucrados en una elección pueden ser escuchados.
  • Si el pueblo (los votantes) deciden con conocimiento de causa por quién votan (para eso todos deberían tener cierto grado de educación política), y no hacerlo debido a la enorme influencia de la propaganda de desinformación que suele existir, sobre todo en las redes sociales llenas de mentiras (fake news) que no pueden ser adecuadamente refutadas y con las que manipulan a los votantes desprevenidos.
  • Un problema y por lo cual se aceptan noticias falsas, es debido a que los electores suelen votar más con emoción y pasión que usando la razón, y no investigando en caso de problemas serios, pues conocen a los candidatos solo por la publicidad que les hacen. A esto se le ha llamado también posverdad o mentira emotiva, que distorsiona la realidad.
  • Si no hay obstáculos para que el votante pueda el día de las elecciones escoger y hacer efectivo su voto.
  • Si existe una triple división de los poderes del Estado en legislativo, ejecutivo y judicial, con clara separación y cada uno soberano, lo cual crea un equilibrio y evita la usurpación de alguno de ellos por otro (Montesquieu 1721).

Está claro que la democracia debe ir ligada no solo a libertades, sino, además, a prosperidad, en relación con los recursos que se tengan en un país, y buscando dar a todos los habitantes una vida mejor y más digna. Un sistema político basado en una democracia social o liberal, con una ideología definida, madura y permanente. Ofreciendo a los ciudadanos opciones claras (transparentes) sobre las bases con las cuales gobernará, y en el entendido que todos actuamos y trabajamos para hacerla progresar, confiando en los otros y tratando de disminuir el excesivo consumo, dando apoyo a los más necesitados. Visto así, la democracia es la mejor manera que tenemos en la sociedad para convivir.

La democracia en América incluyendo los Estados Unidos

Cada día se palpa en América un alarmante aumento de la desilusión con el sistema político democrático. Tenemos como democracias plenas a Uruguay, Costa Rica y Chile, como lo han demostrado sus cambios de poder político derrotando reiteradamente a un gobierno de diferentes ideas a las del ganador, aunque, por supuesto, eso es solo una parte de lo que se logra en una democracia. Pero, recordemos que sin elecciones libres y limpias no hay democracia. Siguen luego Panamá, Argentina, República Dominicana, Brasil, Colombia, México y, en la cuerda floja, Ecuador sufriendo las consecuencias de estar en medio de Perú y Colombia en el problema del narcotráfico, pero a punto de elegir un nuevo mandatario en elecciones libres, a la primera convocatoria más del 80% de los electores acudió. Luisa Gonzales de la izquierda obtuvo el primer lugar con un 33%, pero habrá una segunda vuelta y Daniel Noboa un capitalista obtuvo el 23%. El Congreso quedo sumamente fragmentado con 137 lugares repartidos entre 10 partidos. Guatemala acaba de elegir presidente a Bernardo Arévalo del centro izquierda, en una segunda vuelta que estuvo llena de problemas. Según señala Daniel Zovatto:

Perú, aquí la vicepresidenta que asumió la presidencia debido a un golpe de Estado, encarcelando al presidente electo Castillo, quién, al parecer intentaba uno igual, había prometido elecciones a corto plazo y ahora alargó el periodo.

En Brasil el izquierdista Lula da Silva no controla al Congreso y no puede pasar las leyes que requiere. México sufriendo aún la crisis del Partido Institucional Revolucionario (PRI), por su mal ejemplo de corrupción política. Con el triunfo del partido de izquierda de López Obrador, el cambio pareciera existir, con algunos aspectos de autoritarismo de este presidente y el deseo de permanecer ejerciendo el poder cambiando la jefatura de la Oficina Electoral de México que protege las elecciones.

Honduras en fase de transición, con una presidenta de izquierda y buscando el apoyo de China. El Salvador con un presidente autoritario de derecha, pero con apoyo al parecer de la mayoría de la población que no soportaban ya la epidemia de violencia extrema que sufría. En Bolivia no está claro el panorama con un gobierno socialista y las disidencias existentes. Y en Paraguay siempre domina la política un partido, el colorado el cual suele poner o imponer a su candidato.

Con gobiernos autoritarios de izquierda tenemos a Nicaragua y Venezuela y para quienes creen que es posible en este último país derrotar al eterno presidente Maduro, pierdan la ilusión, el gobierno eliminó e impidió que participara en las elecciones como candidata a la principal líder de la oposición María Corina Machado. La esposa de Maduro es un miembro que escoge el personal del tribunal electoral.

El presidente Ortega en Nicaragua ha descabezado y desterrado a toda la oposición y establecido relaciones con Rusia, China e Irán y comprado armamento ruso para su ejército y esta ha recibido adiestramiento de ellos desde hace tiempos. Cuba con un socialismo marxista tropical y rumbo a un cambio, pero no sabemos cuándo y cuanto será. Finalmente, Haití en un caos social y político y en plena anarquía.

El periodista español Echeverry señala: «América Latina se está enredando o quedando en la llamada ‘trampa de ingreso medio’». Para usar un símil, esa trampa es lo que pasa a una familia que ascendió a la clase media, logró comprar un carro y hasta un apartamento y envió y pagó la universidad de sus hijos. Pero luego de décadas de trabajo y sacrificio, los padres ya jubilados ven que sus hijos no van a ganar ni a tener más que ellos. Quedarán atrapados en la situación actual sin gran perspectiva de más ascenso.

Por supuesto quedan los capitalistas y la clase media alta con negocios prósperos (comerciantes, productores etc.), y los profesionales. Además, los trabajadores del Estado con altos salarios en las instituciones en muchos países, dejando los presupuestos muy recortados para trabajos a realizar en las comunidades, y finalmente la clase pobre del 10% al 50% de la población en algunos países en espera de que les resuelvan sus problemas porque, una sociedad con un porcentaje alto de pobreza, sobre todo extrema, no puede considerarse democrática o libre. No olvidar lo que Karl Marx decía: «los proletarios o los pobres no tienen anda que perder salvo sus cadenas».

El escritor mexicano Enrique Krauze, señala, que una vez que están en el poder elegidos libremente tipos como López Obrador en México. Un izquierdista que se dice demócrata. Estos una vez en el poder, aspiran al poder absoluto, eligen jueces y magistrados afines. No aceptan críticas ni críticos, En las conferencias de prensa no contestan preguntas de periodistas que no sean afines a ellos; incurren fácilmente en la difamación y la calumnia amparados a su estatus. Todos los que lo critica forman parte de una conspiración para derrocarlos. Sus enemigos son siempre corruptos y solo los mueve el interés material. Esos periodistas son siempre enemigos del pueblo. Los mandan a investigar para intimidarlos. Lo mismo sucedió con Trump en los Estados Unidos durante su presidencia y después.

La democracia en América y el papel que juegan China y los Estados Unidos

En la actualidad tenemos dos grupos «ideológicos» por decirlo así. Las democracias ya citadas en América Latina, además, la de los Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Alemania, Corea del Sur. Dinamarca, Noruega, Suecia, Finlandia, Los Países Bajos, España, Italia, los restantes países de la OTAN, etc., versus las autocracias comunistas: China, Corea del Norte, Vietnam, Cuba, Nicaragua, Venezuela, etc. Se debe a que estos poseen un gobierno con un partido único, incluso un «presidente todo poderoso» algo que, también se ve en Rusia sin ser comunista. Estas repúblicas socialistas, ahora hablan sobre que la democracia y la libertad es una responsabilidad del Estado. Sin embargo, ellas no cumplen aún en ese sentido, aunque en el caso de China muestran que es posible darles cierto grado de libertad a algunos de sus ciudadanos como para hacer turismo, y tener empresas comerciales privadas, eso sí, sin cuestionar el orden político establecido con el dominio de un partido único comunista en el gobierno, en lo militar, la educación, etc. China señala y lo ha demostrado que se puede prosperar económicamente pese a lo anterior. Su presidente Xi Jinping fue reelegido en marzo 2023 a un tercer mandato en forma unánime por los 2,962 miembros de la Asamblea Nacional Popular, algo nunca visto antes del presidente Mao.

A mí me preocupa que las personas en extrema pobreza en América Latina prefieran tener que comer diariamente sin libertad política, que seguir como están actualmente, con libertad, pero con hambre.

El ascenso económico y militar de China ha sido espectacular. Ya en el siglo XXI ha superado en el área de exportaciones a los Estados Unidos. recordemos que China creció económicamente gracias al apoyo de los Estados Unidos e incluso de otras naciones ricas de Occidente. Estas trasladaron sus plantas de producción y sus tecnologías, en busca de mano de obra barata, sin huelgas ni desordenes, con trabajadores obedientes y hábil y que garantizara mayores ingresos al capital de sus empresas. Esto no fue un acto de patriotismo económico sino de patriotismo capitalista, para enriquecer más a sus accionistas y directores, dejando a su vez a millones de trabajadores de los Estados Unidos y América Latina desempleados.

Esa transferencia de tecnología y las realizaciones de inversiones masivas de capital elevaron la capacidad productiva y creativa China, y, aprovechando la apertura mundial de mercados sus exportaciones subieron hasta las nubes, sus ingresos crecieron y entonces el nivel de vida del pueblo se elevó y gracias a su acostumbrado orden confuciano y a las habilidades de sus trabajadores inundaron los mercados de todo el mundo con mercancía de todo tipo y muy barata; desplazando a las del país y de países vecinos.

Pero, además, la militarización de China es creciente siendo ya el segundo poder de este tipo en el siglo XXI, en el planeta Tierra, elevando el temor entre ambos países sobre la posibilidad de una guerra, teniendo a la isla de Taiwán como espada de Damocles, pues China ya la declaró parte de su tierra. El mundo mira temeroso esa situación, sobre todo si nos acordamos de la llamada «Trampa de Tucídides» este fue el primer historiador y en su libro La guerra del Peloponeso, había señalado que esta surgió por el temor que tuvo Esparta ante el gran crecimiento económico y militar de Atenas, ocasionado con su liga o unión con varios Estados de la región. Entonces Esparta, temiendo qué si Atenas se hacía muy fuerte, la atacaría decidió hacerlo antes ella. Esta fue la principal causa de dicha guerra, que, si bien termino con la derrota de Atenas, la realidad es que ambas ciudades estados se debilitaron y acabaron destruidas. En los tiempos modernos Graham Allison, en su libro Destined for War señala lo mismo.

Tenemos entonces, el caso de una China emergente y convertida ya en el segundo poder económico mundial, esta está impactando y pactando con las izquierdas latinoamericanas, y desafiando a las democracias liberales o sociales latinoamericanas y sobre todo de EE. UU., señalando que hay otras formas de participación ciudadana, más allá de las que nosotros llamamos «elecciones libres» donde usualmente elegimos a un presidente y un partido que no cumplen con lo prometido y el desorden y la pobreza continúa creciendo en estos lares. Por eso, ella está promoviendo a cambio un nuevo orden geopolítico alternativo con clara disminución de la pobreza en una nación y pone como ejemplo lo sucedido en su país. Indudablemente Pekín, está desafiando al modelo liberal hasta ahora bajo la influencia estadounidense, obsequiando inicialmente construcciones a los países para que dejarán a Taiwán y luego, proporcionándole a algunos: ayuda monetaria, contratos para construcciones públicas, un gran programa de becas y otros aspectos más. En Centroamérica es clara la ayuda y lo mismo para el Brasil de Lula da Silva que incluso comercia con yuanes y no con dólares.

En el inicio de esta guerra fría, está actualmente la política industrial del presidente Joe Biden de los Estados Unidos, que aparte de poner restricciones a la venta de algunos productos industriales a China, insta a los norteamericanos a comprar productos estadounidenses. lo que la perjudica y en última instancia también a otros países entre ellos latinoamericanos.

En todo caso, América no debe confiar en exceso en que China la va a ayudar a salir de su crisis económica, pues está también ayudando a países africanos que tiene serios problemas, y, a cambio, estos le proporcionan materias primas y minerales de todo tipo a precios muy bajos.

Al parecer el milagro de su gran crecimiento económico durante décadas llega a su fin. Sus exportaciones cayeron un 14.5%, las importaciones se redujeron en un 12.4% (es el mayor exportador mundial), los precios han entrado en terreno negativo debido a sus problemas inmobiliarios comenzando por el de la promotora internacional China de este tipo denominada Evergrande, en estado de quiebra. Finalmente hay una serie caída de su moneda el yuan, al extremo de que el Banco Popular de China ha tenido que intervenir para frenar su caída, según señala el periodista Álvaro Sánchez.

Los Estados Unidos

En el campo político, los Estados Unidos eran hasta hace poco, la mayor y más sólida democracia del mundo, sirviendo por ello de ejemplo a todos, pero, con los sucesos del 6 de junio 2020, post elecciones, donde una turba incitada por el entonces presidente perdedor Donald Trump del Partido Republicano, trató de tomar el Congreso e impedir el cambio legítimo de gobierno, impidiendo se declarará ganador y presidente a Joe Biden del Partido Demócrata. Ese catastrófico ejemplo, nos mostró que la democracia ahí no es tan sólida y que tiene dificultades y enemigos de todo tipo, que la están debilitando en todo momento.

Trump se adueñó con mentiras y la complacencia de una o toda la élite política del Partido Republicano de los Estados Unidos accediendo al poder en año 2016. Desreguló los bancos del control del gobierno, trató de privatizar medicare impidiendo las reformas del anterior presidente Obama. Se salió de la Organización Mundial de Salud, debilitó a la OTAN y causo muchos problemas más.

En el 2020 perdió las elecciones y, pese a ello, con mentiras de que le habían robado las elecciones, convenció a la gran mayoría de su partido que eso era cierto. Señaló públicamente por las redes sociales que la prensa que lo adversaba eran enemigos de la nación a pesar de que se trataba de periódicos como el New York Times, el Washington Post, la CNN, y otros, de fama no solo en su país sino mundial.

Al negar un presidente de los Estados Unidos la derrota electoral afirmando que él y su grupo son los únicos que representan al pueblo norteamericano y, que, los adversarios son corruptos, con esto ha creado una polarización que ha dividido a esa gran nación, existiendo el temor entre las élites democráticas, en la Europa de la OTAN y en el resto del mundo democrático, que este individuo con su discurso de odio logre ganar las elecciones de su país en el 2024. Hoy tiene causas penales pendientes con la justicia de los Estados Unidos debido a su pretensión de mantenerse en el poder irregularmente, por lo que está siendo juzgado.

Cuando los Estados Unidos se preguntan por qué en Latinoamérica y Brasil crecen los partidos de izquierda y el desencanto hacia Norteamérica, la razón básica es su versión de un capitalismo democrático para ayudar a China, Vietnam y otros, con su creación de una globalización con apertura mundial de mercados que incluyó trasladar tecnología, equipos y puestos de trabajo (empleos) a esos países. No parece haber importado, el tremendo efecto que ese proyecto causó a los trabajadores de América Latina, Europa y hasta los Estados Unidos, los cuales por millones perdieron sus trabajos y sus fuentes de ingresos. Todo para ver enriquecerse más a las trasnacionales y a los dueños de estas que vieron triplicarse sus capitales.

Tampoco los latinoamericanos olvidan que: los Estados Unidos ayudaron al finalizar la Segunda Guerra Mundial, a reconstruir con miles de millones de dólares a Alemania, Japón y Corea del Sur, sus enemigos. La inversión que hicieron en América Latina que los apoyó durante la guerra fue mínima comparado con lo anterior. Y que ni decir la actual ayuda a Ucrania en su guerra, según la prensa es ya de $ 113,000 millones de dólares (la mitad militar), con ese dinero, invertido en la industria y la agricultura de América Latina, se habrían resuelto la falta de mano de obra y la pobreza en toda ella.

También vemos cómo la historia se repite y no a favor de América Latina. Es cierto que los estadounidenses han ayudado a veces a algunos países latinoamericanos durante este tiempo, pero se puede decir que ha sido relativamente poco y muy tarde. Al acentuarse los problemas con China, y aunque los Estados Unidos ya tenía intereses en la India, ahora ha aumentado su apoyo a esta, cooperando para que lograra un espectacular desarrollo tecnológico (acordarse que acaban de llegar y descender en el lado opuesto u oscuro de la Luna). India es ya el primer exportador mundial de software y servicios de información. El 72% de todas sus exportaciones son para los Estados Unidos.

Ahora, la India, sin tener en cuenta la ayuda que EE. UU. le da, se ha unido a China en la creación del llamado «Club de economías emergentes o BRICS» como contrapeso político y económico contra Occidente, acompañados de Brasil, Rusia y Sudáfrica y se incorporarán el año entrante, Arabia Saudí, Argentina, Irán y otras más, según relata Naira Galarraga en El País de España.

Las izquierdas o derechas en la política

En la actualidad se ha señalado que los viejos vocablos de izquierda y derecha o de conservadores y progresistas que eran considerados como «sagrados» han ido perdiendo su significado y no parecen calificar bien a los grupos políticos de un país debido a los cambios profundos que están sucediendo en la política y la gran dificultad de poder decir qué va a suceder en un futuro cercano en ella.

Anteriormente se decía que los partidos de izquierda representaban a los trabajadores y campesinos, mientras que la derecha representaba al capital. Pero muchos trabajadores, tanto en la empresa pública como en la privada, tiene salarios muy elevados y, por supuesto, la mayoría no son de izquierda. Los empleados públicos ya son burgueses por estar gozando una gran mayoría de salarios muy elevados. Costa Rica es un claro ejemplo de eso. Pero eso sí, se apoyan en sindicatos de izquierda cuando hay que presionar al Gobierno para que eleve los salarios.

En el mundo democrático estamos viendo que en algunos países la extrema derecha o los conservadores están levantando cabeza y ganando votos ante el asombro de los demócratas liberales o sociales y, en su estrategia, la derecha crea muros de miedo al pueblo, para tener su apoyo, avisando de los peligros del comunismo y de las fallas de los gobiernos de izquierda socialistas o de los social demócratas o liberalismo democrático.

En Chile, después de ganar los partidos de izquierda la presidencia, las preferencias de electorado parecen haber cambiado, y, en recientes elecciones la izquierda, el centro izquierda y hasta los demócratas cristianos salieron derrotados, gran triunfo de las derechas apoyadas por los grupos evangélicos de todo el país. En Colombia está sucediendo algo parecido.

Al parecer eso se ha debido al rechazo que está surgiendo en parte de la población de América, ante el apoyo que la democracia da a la diversidad sexual, los matrimonios igualitarios (entre el mismo sexo) y el aborto. Esto significa que grupos de creyentes están politizando o deciden su voto con base en su fe y por su identidad religiosa hacen frente a lo que consideran una amenaza para sus creencias. Esto es muy claro en la sociedad de los Estados Unidos donde la mayoría religiosa apoya al Partido Republicano.

Pero sabemos que, así como existen políticos de diferentes ideologías o tendencias se aprovechan del poder, existen en todos los países políticos de grandes cualidades humanas, emprendedores, que se identifican como conservadores o liberales y lo mismo sucede con gente de la llamada izquierda.

Por cierto, Carlos Marx decía: «la infraestructura económica es la que determina la superestructura ideológica». Creo que trasladado al presente significa que el estado de producción y económico de un país determina la sociedad que posee.

El escritor Thomas Piketty señala: cuando los rendimientos muy superiores del capital no logran además un crecimiento económico en la población, eso aumenta la desigualdad entre el capital y el pueblo, una tendencia que persiste a largo plazo poniendo en duda la justicia social y la democracia de los países considerados capitalistas y liberales.

Cuando un partido de izquierda autoritaria obtiene el poder tiende a regular o nacionalizar diferentes sectores como el agua potable, la electricidad, las fuentes del petróleo y gas, la educación los servicios médicos, etc. Crean monopolios del Estado en esos sectores. Y muchos tienden a gravar las ganancias del capital o ventas de las empresas con impuestos.

Sin embargo, en Costa Rica y Uruguay, desde hace décadas el sistema eléctrico es nacional, lo mismo el agua potable, hay un sistema nacional de salud que cubre a toda la población y otro de educación desde la primaria incluyendo la universitaria, pero en ambos se permite, además, la atención médica y la educación privada. Hay una banca nacionalizada, aunque hay a si mismo la privada con regulaciones. Todo ello sin que todo lo anterior haya sido causa de autoritarismo o problema político o económico y con absoluta libertad de expresión y prensa, y, alternancia política en el poder etc. Ambas son democracias ejemplares sin tener riqueza, pero eso sí ambas aún tienen fallas.

Se señala que, los partidos de derecha suelen apoyar el capital y se vuelven muy conservadores y «nacionalistas» en ideas y realizaciones, disminuyendo el aporte del Estado para el bienestar de la población como es el caso de los cuidados de la salud y la educación, favoreciendo a la empresa privada en estos campos. Quitan controles y regulaciones a los bancos privados, sin acordarse la crisis del 2008 en los Estados Unidos con millones de personas que perdieron sus casas y sus ahorros debido a la falta de estas regulaciones. Nuevamente esto, ocasionó problemas en el año 2023 con la quiebra del banco de Silicon Valley (California) y otro. Lo anterior por haberles quitado el gobierno de Trump, las regulaciones que tienen los bancos. Eso demuestra que la regulación financiera en Los Estados Unidos es inadecuada como señala el famoso economista Joseph E Stiglitz.

Carl Marx en El Capital describe las fallas del capitalismo:

Produce niveles crecientes de desigualdades económicas y sociales. Su libre mercado se impone por encima de la soberanía de pueblos y parlamentos, produciendo sociedades atomizadas que se organizan en formaciones autoritarias, lo único que les interesa es enriquecerse más dejando de lado al resto de la población, a las que utilizan como herramientas de trabajo. La aparición de grandes monopolios mundiales, hacen desaparecer a la pequeña empresa y las industrias locales serían absorbidas o eliminadas por la internacionalización y modernización de los mecanismos de producción, por ello las empresas trasnacionales fijan casi siempre sin oposición los precios de los productos, creando con eso más desigualdades sociales.

Como la posesión de bienes privados está en la picota, vamos a señalar lo siguiente. Platón proponía una comunidad de bienes en el Estado, en contra de la propiedad privada, algo que como vimos Marx aplicó siglos después. Aristóteles en cambio decía: «no es la propiedad privada en sí la culpable de las luchas entre los ciudadanos, sino la desproporcionada distribución de la riqueza. La posición excesiva de bienes materiales inclina al hombre a despreciar la ley, así como oprimir a otros. Por otro lado, si todo es para todos, nadie se entrega con entero interés a nada, pues lo que no es nuestro no requiere que le demos cuidado. El goce de la posesión propia no es malo dentro de los límites de un recto orden, es algo natural y moralmente valioso que cada quién protege. Es posible que en el pasado hubiera una sociedad comunista, pero en la actualidad donde la división del trabajo es desigual el comunismo se derrumba porque no suministra un aliciente adecuado. El estímulo de la ganancia según capacidad es necesario, y el de la propiedad privada lo es en especial para la industria y la economía.

Lamentablemente estamos yendo a una nueva división peligrosa del mundo y es la siguiente: Las sociedades abiertas con democracias liberales o sociales, por un lado, como es el caso de los Estados Unidos, Canadá, Australia, Europa y otros países más; y en el otro lado, las autocracias. China, Rusia, Corea del Norte, Irán, entre otros nos señala el periodista Chris Patten. Ya estamos en una nueva Guerra Fría, con sus consecuencias económica y sociales, esperamos que continue solo así.

Epilogo

Democracia viene del griego demokratía de los vocablos demos = pueblo y kratia = poder o fuerza. Se refiere a un sistema político democrático desarrollado en la ciudad-Estado de Atenas en Grecia en el siglo VI a. C., bajo ideas iniciales de Solón y a partir de las reformas de Clístenes.

La democracia formal, ya sea liberal o social representativa, es el más civilizado de los sistemas políticos, pero es un sistema complejo no simple y con algunas excepciones, no se considera consolidada o perfecta, está sujeta a ser perfeccionada en la mayoría de los países. En ella, los liberales (capitalistas) y los neoliberales, demandan menos controles del Estado, los socialdemócratas, los consideran necesarios hasta ciertos límites y los socialistas o de izquierda desean el máximo posible.

La fragmentación de los partidos tradicionales en múltiples mini partidos y candidatos, hacen que sea muy difícil gobernar y pasar leyes, y puede aparecer la ingobernabilidad.

No aceptamos que se diga que debemos sustituir el culto o la ideología marxista leninista o socialista marxista sin libertad política, por el culto al capital y la libre empresa, pues conocemos las fallas y el egoísmo con el cual se vive dentro de él, con exceso de riqueza en un lado y sectores marginados del otro lado, y por eso no daría resultado como hemos visto.

El ideal es lograr tener una sociedad democrática, pluralista con libertad para pensar, actuar y trabajar en fin para vivir, y, además, laica donde haya verdadera justicia social con sentido de comunidad, en donde campe el humanismo. Sin permitir sus gobiernos que diferentes grupos políticos ideológicos, religiosos, profesionales, sindicalistas, etc., presionen y abusen para lograr un mayor reconocimiento económico o social que el resto de la población, o que no esté acorde con los recursos económicos del país. Finalmente, hay que aclarar que los defectos que se achacan al sistema democrático a fin de cuentas se deben a las fallas de los seres humanos que lo usan mal.

Notas

Aristóteles. (1968). Obras Filosóficas. Clásicos Jackson. Tercera edición. México: W. M. Jackson Inc. Vol. III.
Echeverry. J. C. (2023). La trampa de ingresos medios. Madrid: El País, p. 6. Agosto, 12.
Isócrates. (1979). Discursos. Obra completa. Madrid: Editorial Gredos.
Galarraga, N. (2023). China creó el llamado Club de economía emergente o BRICS. Madrid: El País. Agosto, 26.
Graham, A. (2017). Destined for War. Can America and China escape Thucydides Trap?. Washington: Houghton Mifflin Hercout.
Kant, E. (2010). Obras selectas. Madrid: Editorial Gredos. Biblioteca Grandes pensadores. Vol. 1 y 2.
Fondo de Cultura Económica. (2012). Filosofía de la Historia. México.
Krauze, E. (2023). Los fastidiosos críticos de AMLO. Artículo. México. 16/4/23. Obtenido Vía Google.
Marx, K. y Engels F. (1848). Manifiesto comunista. Edición digital.
Marx, K. y Engels F. (1873). El Capital. Tomo I Digitalizado por LIBRO def.com.
Patten, C. (2023). El mito del declive de Occidente. San José: La Nación. Mayo, 6.
Piketty, T. (2014). El Capital en el siglo XXI. México: Fondo de Cultura Económica.
Platón. (1968). Diálogos Socráticos. México: Clásicos Jackson. W.M. Jackson Inc.
Sánchez, Álvaro. (2023). China interviene para contrarrestar la crisis de confianza, Reforma los mercados y protege al yuan. El País. Agosto, 18.
Stiglitz, E. J. (2017). La globalización de nuestro malestar. San José: La Nación, p.28/A. Enero, 18.
Walbank, F. (2002). Polybius. Roma and the Helenistic World. Essay and Reflections. Londres: Cambridge University Press.
Wikipedia. (2023). Democracia. Obtenido vía Google. Agosto, 24.
Zovatto, D. (2023). Como interpretar las elecciones en Argentina, Ecuador y Guatemala. San José: La Nación, p.15. Agosto, 27.

  1. Protestas por la democracia en América Latina
  2. El presidente de EE. UU., Joe Biden, y el secretario de Estado, Antony Blinken, en la plenaria de la Conferencia por la democracia, 2023
  3. Manifestantes exigen un alto a la corrupción en América Latina
  1. El presidente de EE. UU., Joe Biden, y el secretario de Estado, Antony Blinken, en la plenaria de la Conferencia por la democracia, 2023
  2. Protestas por la democracia en América Latina
  3. El presidente de EE. UU., Joe Biden, en la Conferencia por la democracia, 2023

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