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Etiqueta: apartheid

Trump frente al mundo

Por Arnoldo Mora

En la ceremonia de juramentación, Trump asumió una actitud desafiante frente al mundo entero; se mostró como lo que pretende ser: el último emperador de Occidente. Por eso considero que el título que encabeza estas líneas pudo ser también: Trump enfrenta al mundo. Pero cabe ahora preguntarse cuál es ese mundo que Trump no teme en desafiar, porque el presidente tiene al menos dos mundos frente a sí: el doméstico y el planetario, aunque, ante sus ojos, no poseen el mismo valor. El primero, como lo señala en su conocido slogan de campaña y que tanto éxito le ha deparado: “América primero”, equivale a decir que, para sus compatriotas y, sobre todo, para él, los Estados Unidos está muy por encima del resto del mundo, por lo que lo primero, por no decir lo único que realmente importa son sus propios intereses; más que su país como totalidad son él, Donald Trump y sus incondicionales, lo que realmente cuenta; es en función de esa élite y sus intereses que él se propone gobernar la nación más poderosa del mundo, ese es su único programa de gobierno, con lo que lograría la realización de sus sueños hegemónicos, ejerciendo el poder en función de sus intereses gremiales; el resto del mundo interesa en la medida en que sea útil a la plena realización de los mismos. Empleando una grandilocuencia enfática, ve en su retorno a la Casa Blanca la definitiva, por no decir última oportunidad, de hacer realidad el sueño que, desde que vino a este mundo, acaricia. Para lograrlo se siente, no sólo privilegiado, sino también ungido por fuerzas sobrenaturales. Como emperador, Trump no siente la urgencia de buscar el aval de su pueblo; todo lo contrario, es este quien debe estarle agradecido.

Esta arrogante actitud se inspira en una filosofía o concepción del mundo, del hombre en concreto. Para emplear el término consagrado por Max Weber, según el cual las grandes civilizaciones se caracterizan por tener un modelo de hombre ideal, un “arquetipo” o idea platónica de ser humano, el “hombre de negocios” (businessman) es el hombre ideal del que se nutre la “american way of life”, del norteamericano medio. Es gracias a la realización de este ideal que el pueblo norteamericano ha logrado ser la civilización más exitosa de la humanidad. Él, Donald Trump, encarna ese ideal mejor que nadie; eso explica el éxito político que ha logrado y que hoy, y durante los próximos 4 años, no cesará de exhibir orgulloso ante el mundo entero. Siempre había luchado por hacer de su vida la realización plena de ese ideal, ahora disfruta por haberlo logrado en el ocaso de su vida y como hombre escogido por la Providencia para servir de modelo a toda una nación. Por eso se rodea de gentes que esperan participar de sus sueños, por lo que le son fieles incondicionalmente. Trump se ha rodeado de un equipo unido por el vínculo de su lealtad al líder, pero muy diverso e, incluso, contradictorio en sus métodos y en sus ambiciones personales. Por lo que ahora la incógnita es saber hasta cuándo durará ese equipo una vez que haya pasado la euforia de la victoria y deban enfrentarse a los retos de cada día y a las intempestivas decisiones de un hombre que concentra todo el poder y sólo confía en sus ocurrencias.

Hay, sin embargo, un hombre que aparece como clave, especie de primer ministro que goza de la plena confianza del líder. Es un advenedizo, que no nació en su actual país, sino en Sudáfrica, lejana no sólo en la geografía, sino en su historia política. Me refiero a Elon Musk, cuya biografía es la negación total de los valores democráticos de que los Estados Unidos dice ser el modelo ante el mundo entero. Elon Musk es un “afrikaner”, es decir, un ferviente defensor del apartheid, un esclavista, convencido de que los nativos de África son una “raza inferior”. A la llegada a la presidencia de Pretoria de Nelson Mandela, el héroe de las luchas libertarias de su pueblo y padre de la patria, Musk huyó con sus millones a una tierra que le ha permitido convertirse en el multimillonario más grande del mundo, por lo que se considera el modelo ideal, el arquetipo de hombre weberiano” según la mentalidad yanqui; no es, por ende, ninguna casualidad que Trump lo haya convertido en la eminencia gris, el poder detrás del trono, no sólo para apoyarlo en su trajín y ante las muestras crecientes de deterioro físico y mental y del estrés que acarrea el ejercicio del poder supremo de la nación más poderosa del mundo, sino también para mostrar un modelo de éxito total a una nación dividida y sedienta de inspiración.

Este proceder de un presidente salido de las filas del Partido Republicano no constituye ninguna novedad; todo lo contrario, todos los presidentes republicanos posteriores a la II Guerra Mundial siempre fueron así. Veamos. Un anciano Eisenhower en su segundo período de gobierno dejó que el joven y ambicioso vicepresidente, el californiano Richard Nixon, gobernara mientras un convaleciente presidente se entretenía jugando golf. El poder detrás del trono en tiempos del comediante Ronald Reagan era Bush padre. Cuando éste llegó al poder, su vicepresidente Cheney era el que gobernaba con poderes omnímodos, lo que le permitió, luego de la sangrienta invasión a Irak, que la empresa liderada por su hijo se apropiara de los pozos de petróleo de ese país. Pero el caso más reciente y de peores consecuencias para América Latina, fue el del secretario de Estado (ministro de Relaciones Exteriores), Henry Kissinger; de origen alemán y proveniente de una familia askenazi, Kissinger fue formado en las juventudes nazis, de donde logró huir para hacer una carrera política exitosa en su segunda patria, los Estados Unidos. En Nuestra América Latina es considerado como el mayor genocida porque, en su condición de secretario de Estado de Nixon, planeó e impulsó a los ejércitos cipayos del Cono Sur (Chile, Argentina, Uruguay) a ejecutar implacablemente el Plan Cóndor, imponiendo dictaduras fascistas llamadas “regímenes de seguridad nacional”, que causaron a esos sufridos pueblos más de 60 mil asesinatos y cientos de miles de exiliados políticos dispersos por el mundo entero.

Ante esos antecedentes, cabe preguntarse no sin angustia ¿qué les espera a nuestros pueblos cuando Trump anuncia como una de las prioridades de su gobierno, anexionarse Canadá y Groenlandia, militarizar la frontera con México para garantizar “la seguridad nacional”, lo mismo que ocupar militarmente el Canal de Panamá, a fin de monopolizar su uso y obstaculizar el comercio con su archirrival China? Frente a tan ominosa amenaza, sólo cabe una respuesta, la que ya fuera soñada por Bolívar: dejar de lado las diferencias y unirse.

Conversatorio sobre Palestina este jueves 3 en la UCR

Este conversatorio contará con la participación de tres personas expertas:

  • Mag. Wajiha Sasa, Cónsul Honoraria de Palestina ante Costa Rica.
  • Dr. Nicolás Boeglin, experto en Derecho Internacional Público, Derechos Humanos y conflictos.
  • MSc. Javier Johanning, docente e investigador de la ECP, CIEP y OPI.

El evento es organizado por el Observatorio de la Política Internacional y la Escuela de Ciencias Políticas (ECP). La actividad promete ser un espacio de reflexión y análisis sobre la situación de Palestina a nivel internacional.Este jueves 3 de octubre de 2024, se llevará a cabo un conversatorio titulado «Palestina. 76 años de Nakba: Apartheid y Genocidio». El evento se realizará en el Auditorio Plaza de la Autonomía de la UCR a las 2:00 p.m.

Segundo encuentro universitario y popular por Palestina

Este 21 de marzo del 2024 se celebró en México el segundo encuentro universitario y popular por Palestina en el marco de la semana contra el apartheid israelí. Durante dicho encuentro, que fue publicado por el Observatorio de Derechos Humanos de los Pueblos, se presentaron diversas expresiones artísticas en favor de la población y el derecho de Palestina.

Las presentaciones variaron desde el canto y los bailes típicos hasta la actuación y la lectura de conmovedora poesía.

Enlaces de las presentaciones:

https://www.facebook.com/ObservatoriodeDDHHdelosPueblos/videos/1077359360159740/?mibextid=w8EBqM

https://www.facebook.com/ObservatoriodeDDHHdelosPueblos/videos/segundo-encuentro-universitario-y-popular-por-palestinaen-el-marco-de-la-semana-/962971455177296/?mibextid=qi2Omg

https://www.facebook.com/ObservatoriodeDDHHdelosPueblos/videos/segundo-encuentro-universitario-y-popular-por-palestinaen-el-marco-de-la-semana-/311822704906658/?mibextid=qi2Omg

El fémur cicatrizado

Oscar Madrigal

Hay una anécdota, dicen que muy conocida, de la antropóloga estadounidense Margaret Mead, cuando en una conferencia un estudiante le preguntó cuál era el primer signo que evidenciaría el inicio del proceso civilizatorio del animal humano, y la audiencia esperaba una respuesta relacionada con la primera piedra tallada o la primera lanza o el dominio del fuego, ella contestó: “El fémur que alguien se rompió y que luego apareció cicatrizado”.

Muchas cosas se pueden deducir de esa respuesta: la solidaridad, la compasión, el acompañamiento, la colectividad… El fémur roto hubiera significado la muerte, si no es que algunos renunciaron a sus labores habituales para cuidarlo, alimentarlo y otros tuvieron que sustituirlos en la colectividad, lo cual ya solo fue posible por la colaboración, la ayuda, la ternura y la fraternidad y el compañerismo del grupo.

Esa bondad y cariño, ¿lo ha perdido esta civilización? En general, creo que no. Eso es lo que nos hizo realmente humanos.

Sin embargo, cuando se analizan los diversos conflictos a lo largo de la historia y, principalmente en la actualidad, cuando deberíamos ser más civilizados, la respuesta no es tan clara.

Los conflictos actuales ahí están, en primer lugar, los de Gaza y Ucrania, pero también tenemos al frente de nuestra puerta a Haití que se desangra diariamente, así como muchos otros.

Sin embargo, sobresale por encima de todos ellos, el genocidio de Gaza, el asesinato inmisericorde del pueblo palestino, especialmente de mujeres y niños, muchos de ellos muertos por hambre, ante la mirada impotente y desesperada del mundo.

Y no se diga que reclamar el alto al fuego, el cese del genocidio y la masacre es una posición antisemita o contra los judíos. Esta excusa en la cual se ha parapetado con especial virulencia el gobierno ultraderechista y corrupto de Netanyahu ya es imposible de sostener porque incluso líderes judíos del mundo expresan su oposición a la política del corrupto gobierno de Israel.

“El líder de la mayoría demócrata en el Senado de EEUU, Chuck Schumer —el legislador de mayor rango de religión judía— ha lanzado este jueves fuertes críticas contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, al que ha acusado de ser un “obstáculo para la paz” en Oriente Próximo”, como lo han dicho las noticias.

La reivindicación de un alto al fuego, de la paz en Gaza y el reconocimiento de los derechos de los palestinos, no es un asunto de los antisemitas, ni de anti-judaísmo, ni de religión; es un asunto de humanidad, de solidaridad, de volver a los huesos cicatrizados.

La solidaridad con Gaza no es tampoco un asunto de la izquierda internacional. Desde artistas como Susan Sarandon, el secretario general de la ONU, el presidente de España y hasta los judíos ortodoxos se oponen a un genocidio que se trasmite todos los días por la televisión.

La actual candidata a la presidencia de México y muy probablemente posible presidenta en sustitución de AMLO, Claudia Sheinbaum, es de origen judío. Y es de izquierda y de un partido izquierdista.

Pero el hecho es que el Estado de Israel ha venido asumiendo posiciones cada vez más de ultraderecha, hasta convertirse en un Estado dominado por las fuerzas militares. Su carácter democrático cada vez viene a menos, para convertirse en un estado supremacista racial, etnonacionalista, practicante del apartheid, conculcador de la independencia judicial, exportador de armas y aparatos de seguridad y cercenador de la libertad de prensa. Este no es el Estado de Israel que todos queremos ni ejemplo para el mundo.

“En una encuesta de 2021 un cuarto de los judíos de Estados Unidos respondió que Israel era un Estado de apartheid. Incluso el editor de Haaretz, el periódico más progresista, además de, por supuesto, sionista, lo admite. “El producto del sionismo, el Estado de Israel, no es un Estado judío democrático, sino que simple y llanamente se ha convertido en un Estado de apartheid. Se pueden decir muchas cosas al respecto, pero no se puede decir que Israel está llevando a cabo el sionismo como un Estado judío democrático”, escribió Amos Schocken en 2021”.

“La reivindicación de que Israel es una democracia floreciente en el corazón de Oriente Próximo está rebatida por los hechos. Todos los medios de comunicación de Israel, junto con editores y autores, deben enviar las historias relacionadas con asuntos exteriores y seguridad al censor jefe militar de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) antes de su publicación. Es una regulación arcaica que comenzó poco después del nacimiento de Israel. El censor tiene la potestad de bloquear por completo la historia o de redactarla parcialmente”. (Citas del libro “El laboratorio Palestino” del escritor judío Anthony Loewenstein).

De lo dicho resulta claro que Israel no puede seguir por el camino de la ultraderecha violatoria de los derechos humanos y que el Humanismo que dio forma a la civilización humana, debe retornar y formar parte de la política mundial.

Manifiesto feminista por Palestina

Apoya, difunde y firma el MANIFIESTO FEMINISTA POR PALESTINA

Palestina está sufriendo un genocidio sin precedentes cometido por el Estado sionista de Israel, en complicidad con el Norte global, Estados Unidos y las potencias europeas, cuyas principales víctimas son mujeres, niños y niñas palestinas. Este genocidio es producto de una política de expansión y apartheid perpetrada hace 75 años contra el pueblo palestino. Esta política de ocupación y exterminio ha profundizado la opresión patriarcal y racial, frente a la cual las mujeres y feministas palestinas resisten y luchan para afirmar la vida y libertad, develando la conexión brutal entre la dominación colonial, patriarcal y capitalista.

Puede leer el manifiesto y firmar en este enlace.

Declaración de profesores/as de derecho internacional y relaciones internacionales sobre la situación en Gaza

Los abajo firmantes, miembros de la Asociación Española de Profesores de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales (AEPDIRI), ante la catástrofe humanitaria y los graves crímenes de trascendencia internacional que se están cometiendo en Gaza, asumiendo la responsabilidad que nos corresponde,

MANIFESTAMOS lo siguiente:

  1. Nos sumamos a las llamadas urgentes a un alto el fuego inmediato e incondicional para que cese el ataque militar israelí contra la Franja de Gaza, que está incumpliendo los principios más básicos del Derecho internacional humanitario y los límites del derecho a la legítima defensa
  2. Suscribimos las palabras del pasado 25 de octubre del Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, en las que remarcó que “los agravios del pueblo palestino no pueden justificar los atroces ataques de Hamás. Y esos atroces ataques no pueden justificar el castigo colectivo del pueblo palestino”. Coincidimos en que “es importante reconocer también que los ataques de Hamás no vinieron de la nada. El pueblo palestino ha sido sometido a 56 años de ocupación asfixiante”.
  3. Manifestamos todo nuestro apoyo a la Organización de las Naciones Unidas, que ha abogado insistentemente por el cumplimiento del Derecho internacional por parte de todos los actores en el conflicto, por su resolución pacífica y por la promoción de acuerdos de paz. Destacamos en especial la permanente y esencial asistencia prestada a los cerca de cinco millones de refugiados palestinos que atiende la Agencia UNRWA, ahora también víctima del ataque a Gaza. La ONU ostenta la máxima representatividad de la comunidad internacional. Las acusaciones vertidas por los representantes de Israel contra el Secretario General de las Naciones Unidas en este contexto resultan inaceptables.
  4. Décadas de ocupación ilegal de los Territorios Palestinos, de miles de civiles asesinados, una gran parte de ellos mujeres y niños, y muchos más heridos, de un bloqueo terrible sobre la Franja de Gaza, la construcción de un muro ilegal según la Corte Internacional de Justicia, de expulsión de palestinos de sus casas por colonos apoyados por la administración y las fuerzas de seguridad israelíes, así como de un sistema legal que discrimina activamente a los palestinos y que ha sido considerado constitutivo de apartheid, han llevado a Palestina y los palestinos a una situación insostenible y desesperada.
  5. Constituye un profundo motivo de preocupación que los Acuerdos de Oslo de 1993 no hayan posibilitado la consecución de una paz imprescindible que garantice tanto la seguridad de Israel como la de Palestina.
  6. Los ataques cometidos por Hamás el 7 de octubre contra civiles israelíes, como el asesinato, la mutilación y la toma de rehenes constituyen graves violaciones del Derecho internacional que podrían ser calificados como crímenes de guerra o crímenes contra la humanidad. Sus autores, que tienen la obligación de cesar inmediatamente en su comportamiento ilícito, liberando sanas y salvas a las personas secuestradas, deberían ser perseguidos y juzgados por un tribunal competente.
  7. La comisión de graves violaciones del Derecho internacional no justifica una respuesta armada que a su vez incumpla este Derecho. Dicho de otro modo, los actos terroristas de Hamas no justifican los crímenes posteriores del Estado de Israel. Ante los graves crímenes perpetrados por Hamas, Israel tiene, según la Carta de las Naciones Unidas (art. 51), el derecho inmanente de legítima defensa, esto es, el derecho a usar la fuerza necesaria para repeler un ataque armado actual o inminente, mientras dure el ataque, y mediante los medios proporcionados para repelerlo. Pero la legítima defensa no lleva aparejado el derecho a las represalias armadas. Estas constituyen un uso ilícito de la fuerza, y son contrarias al Derecho internacional, tal como establece, en su interpretación de los principios básicos de la Carta de las Naciones Unidas, la Declaración 2625 (XXV) de su Asamblea General. De este modo, las acciones armadas de carácter punitivo (los «castigos colectivos») son ilegales, y acarrean responsabilidad internacional para el Estado que las lleva a cabo. Debe respetarse el Derecho internacional humanitario –incluidos los Convenios de Ginebra– e Israel tiene la obligación de cesar inmediatamente esas acciones de represalia contra la población civil palestina.
  8. El asedio contra Gaza por parte del ejército israelí ya ha provocado el asesinato de miles de personas, la mitad de ellas mujeres y niños, así como un gran número de personas heridas. Las autoridades están incumpliendo de forma grave, consciente, flagrante y notoria las normas y principios básicos del Derecho internacional humanitario, incluyendo los principios fundamentales de distinción, precaución y proporcionalidad, máxime en una zona densamente poblada sometida a un estricto bloqueo durante 16 años y décadas de ocupación. De acuerdo con el IV Convenio de Ginebra y el Estatuto de Roma, está prohibido dirigir intencionalmente ataques contra la población civil en cuanto tal o contra civiles que no participen directamente en las hostilidades; dirigir intencionalmente ataques contra bienes civiles y lanzar ataques intencionalmente, a sabiendas de que causarán pérdidas incidentales de vidas, lesiones a civiles o daños a bienes civiles; hacer padecer intencionalmente hambre a la población civil como método de guerra, privándola de lo indispensable para su supervivencia, incluido el hecho de obstaculizar intencionalmente suministros de socorro y ayuda humanitaria; y atacar o bombardear ciudades, aldeas, viviendas o edificios que no constituyan objetivos militares.
  9. Asimismo, está estrictamente prohibido el traslado forzoso de población civil de un área a otra, a menos que la seguridad de los civiles involucrados o razones militares imperiosas así lo exijan. En este sentido, el Comité Internacional de la Cruz Roja ha declarado que “las instrucciones emitidas por las autoridades israelíes para la población de la ciudad de Gaza de abandonar inmediatamente sus hogares, junto con un asedio completo que les niega explícitamente alimentos, agua y electricidad no es compatible con el Derecho internacional humanitario”. También Relatores Especiales de la ONU están advirtiendo que el asedio completo de Gaza, junto con órdenes de evacuación inviables, o la destrucción deliberada y sistemática de viviendas e infraestructuras civiles por parte de Israel, constituyen crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
  10. Desde el inicio del ataque a Gaza, las declaraciones de las autoridades políticas y militares israelíes indican sin ambages una intención de no sentirse obligados por los principios fundamentales del Derecho internacional y una intención de aplicar un castigo colectivo y de crear expresamente una crisis humanitaria. Los ataques armados indiscriminados y a gran escala contra la población civil son contrarios a los derechos humanos y al Derecho internacional humanitario y generan responsabilidad para Israel y, además, responsabilidad penal individual para sus autores y para quienes hayan ordenado su comisión. Israel tiene la obligación de ponerles fin inmediatamente.
  11. No solo las partes en este conflicto deben respetar las normas internacionales protectoras de los derechos humanos y el Derecho internacional humanitario en todo momento y en toda circunstancia. El resto de los Estados, como Parte de los Convenios de Ginebra, tienen el deber de hacer cumplir estas normas en toda circunstancia. En este sentido, deberían utilizar su influencia para que cesen las infracciones del Derecho internacional humanitario y abstenerse de alentar la comisión de más infracciones de este Derecho por las partes en el conflicto.
  12. Por la gravedad y trascendencia internacional de los crímenes que se están cometiendo en territorio palestino, los Estados Parte del Estatuto de Roma deberían reivindicar en este conflicto el papel fundamental de la Corte Penal Internacional en la impartición de una justicia imparcial por su carácter permanente, independiente y vinculada con el sistema de las Naciones Unidas, de la misma manera que se ha hecho con otras crisis, como la invasión rusa de Ucrania. En marzo de 2021, la Corte Penal Internacional abrió una investigación sobre la situación en el Estado de Palestina, Parte en el Estatuto de Roma desde 2015. Así, la Corte tiene jurisdicción sobre crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad, genocidio y agresión cuando sean perpetrados por nacionales palestinos o bien cuando se cometan total o parcialmente en territorio palestino, que se extiende a los territorios ocupados por Israel desde 1967, a saber, Gaza y Cisjordania, incluida Jerusalén Este. Los Estados Parte, como España, deben exigir que, en esta investigación y en todas las que están en curso, la justicia internacional sea respetada y cesen las amenazas y presiones a sus funcionarios.*

FIRMAR DECLARACIÓN *

Puede ver la lista de firmas en la publicación original de la Asociación Española de Profesores de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales (AEPDIRI).

Marcha por Palestina – México

El 30 de octubre la comunidad estudiantil de la Preparatoria 6 convocó a la realización de una ofrenda en solidaridad con Palestina, en memoria de las mujeres, hombres, niñas y niños asesinados en Gaza. Durante la acción simbólica las organizadoras, una joven y una mujer de la tercera edad, fueron agredidas física y verbalmente por un grupo de mujeres que expresaron su apoyo al régimen de la ocupación israelí.

Las organizaciones en solidaridad con Palestina desde México rechazamos enérgicamente este tipo de violencia contra la juventud estudiantil digna de la Preparatoria 6 en solidaridad con Palestina. Seguiremos haciendo acciones en solidaridad con Palestina, por el alto al fuego, sanciones a Israel, embargo militar y el fin del apartheid.

La próxima marcha-ofrenda será el 5 de noviembre del Ángel al Zócalo a las 16 horas. Llevar flores, veladoras papel picado, banderas y símbolos palestinos.

Daniela González López, coordinadora internacional del Observatorio de Derechos Humanos de los Pueblos e integrante del Movimiento BDS

Carta de renuncia de Craig Mokhiber, director de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Nueva York

Esta será mi última comunicación oficial como director de la Oficina de Nueva York de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH).

Le escribo en un momento de gran angustia para el mundo, incluidos muchos de nuestros colegas. Una vez más, somos testigos de un genocidio que se desarrolla ante nuestros ojos, y la Organización a la que servimos parece impotente para detenerlo. Como alguien que ha investigado los derechos humanos en Palestina desde la década de 1980, vivió en Gaza como asesor de derechos humanos de la ONU en la década de 1990 y llevó a cabo varias misiones de derechos humanos en el país antes y después de esos períodos, esta situación me afecta personalmente.

También fue en estas oficinas de la ONU donde trabajé durante los genocidios contra los tutsis, los musulmanes bosnios, los yazidíes y los rohinyás. En cada caso, a medida que se asentaba el polvo sobre los horrores perpetrados contra poblaciones civiles indefensas, se hizo dolorosamente evidente que habíamos fallado en nuestro deber de cumplir con los imperativos de prevenir atrocidades masivas, proteger a los vulnerables y hacer que los perpetradores rindan cuentas. Lo mismo ha ocurrido con las sucesivas oleadas de asesinatos y persecución de palestinos a lo largo de la existencia de las Naciones Unidas.

Alto Comisionada, estamos fracasando una vez más

Como abogado de derechos humanos con más de treinta años de experiencia en este campo, soy muy consciente de que el concepto de genocidio ha sido a menudo objeto de abusos políticos. Pero la actual matanza del pueblo palestino, arraigada en una ideología colonial etnonacionalista, una continuación de décadas de persecución y limpieza sistemáticas, basadas enteramente en su condición de árabes, y junto con declaraciones explícitas de intenciones por parte de los líderes del gobierno y el ejército israelíes, no deja lugar a dudas ni debates. En Gaza, hogares, escuelas, iglesias, mezquitas e instalaciones médicas están siendo atacados sin motivo y miles de civiles están siendo masacrados. En Cisjordania, incluida la Jerusalén ocupada, las viviendas son confiscadas y reasignadas únicamente en función de la raza. Además, los pogromos violentos perpetrados por los colonos van acompañados de unidades militares israelíes. En todo el país reina el apartheid.

Este es un caso de genocidio de manual. El proyecto colonial europeo y etnonacionalista de colonización en Palestina ha entrado en su fase final, hacia la destrucción acelerada de los últimos vestigios de la vida palestina autóctona en Palestina. Lo que, es más, los gobiernos de los Estados Unidos, el Reino Unido y gran parte de Europa son totalmente cómplices de este horrible asalto. Estos gobiernos no solo se niegan a cumplir con sus obligaciones de «garantizar el cumplimiento» de las Convenciones de Ginebra, sino que arman activamente la ofensiva, brindan apoyo económico, inteligencia y encubren política y diplomáticamente las atrocidades de Israel.

De acuerdo con todo esto, los medios corporativos occidentales, cada vez más a instancias de los gobiernos, están violando completamente el artículo 20 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, deshumanizando incesantemente a los palestinos para justificar el genocidio y difundiendo propaganda de guerra y llamamientos al odio nacional, declaraciones raciales o religiosas que constituyan incitación a la discriminación, la hostilidad y la violencia. Las empresas de redes sociales con sede en Estados Unidos ahogan las voces de los activistas de derechos humanos mientras amplifican la propaganda pro-Israel. Los policías de Internet del lobby israelí y GONGOS acosan y difaman a los defensores de los derechos humanos, y las universidades y los empleadores occidentales colaboran con ellos para castigar a quienes se atreven a denunciar las atrocidades. A raíz de este genocidio, estos actores también tendrán que rendir cuentas, como fue el caso de Radio des Milles Collines en Ruanda.

En tales circunstancias, nuestra organización está más llamada que nunca a actuar de manera eficaz y basada en principios. Pero no estuvimos a la altura de ese desafío. El poder protector del Consejo de Seguridad ha sido bloqueado una vez más por la intransigencia de los Estados Unidos, el secretario general está siendo atacado por sus mezquinas protestas, y nuestros mecanismos de derechos humanos están siendo objeto de ataques calumniosos apoyados por una red organizada en línea que defiende la impunidad.

Décadas de distracción por las promesas ilusorias y en gran medida decepcionantes de Oslo han distraído a la Organización de su deber esencial de proteger el derecho internacional, los derechos humanos y la propia Carta. El mantra de la «solución de dos Estados» se ha convertido en una broma abierta en los pasillos de las Naciones Unidas, tanto por su absoluta imposibilidad en la práctica como por su total fracaso a la hora de tener en cuenta los derechos humanos inalienables del pueblo palestino. El llamado «Cuarteto» no es más que una hoja de parra para la inacción y la sumisión a un statu quo brutal. La referencia (escrita por Estados Unidos) a «acuerdos entre las propias partes» (en lugar del derecho internacional) siempre ha sido un evidente juego de manos, destinado a fortalecer el poder de Israel contra los derechos de los palestinos ocupados y desposeídos.

Señor Alto Comisionado, me incorporé a esta Organización en el decenio de 1980 porque encontré una institución basada en principios y normas que estaban decididamente del lado de los derechos humanos, incluso en los casos en que los poderosos Estados Unidos, el Reino Unido y Europa no estaban de nuestro lado. Mientras mi propio gobierno, sus instituciones subsidiarias y gran parte de los medios de comunicación norteamericanos seguían apoyando o justificando el apartheid sudafricano, la opresión israelí y los escuadrones de la muerte centroamericanos, las Naciones Unidas defendían a los pueblos oprimidos de esos países. Teníamos el derecho internacional de nuestro lado. Teníamos los derechos humanos de nuestro lado. Teníamos los principios de nuestro lado. Nuestra autoridad estaba arraigada en nuestra integridad. Pero ese ya no es el caso.

En las últimas décadas, importantes miembros de las Naciones Unidas han cedido ante el poder de Estados Unidos y el miedo al lobby israelí, abandonando estos principios y renunciando al propio derecho internacional. Hemos perdido mucho en este abandono, incluida nuestra propia credibilidad global. Pero es el pueblo palestino el que ha sufrido las mayores pérdidas a causa de nuestros fracasos. Irónicamente, la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH) fue adoptada el mismo año en que se perpetró la Nakba contra el pueblo palestino.

Al conmemorar el 75º aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, haríamos bien en abandonar el manido mito de que la DUDH nació de las atrocidades que la precedieron, y admitir que nació al mismo tiempo que uno de los genocidios más atroces del siglo XX, el de la destrucción de Palestina. En cierto modo, los autores de la Declaración prometieron derechos humanos a todos, excepto al pueblo palestino. Tampoco olvidemos que las Naciones Unidas cometieron el pecado original de facilitar el despojo del pueblo palestino al ratificar el proyecto colonial europeo que se apoderó de tierras palestinas y las entregó a los colonos. Tenemos mucho por lo que disculparnos.

Pero el camino de la expiación es claro. Tenemos mucho que aprender de la postura de principios adoptada en los últimos días en ciudades de todo el mundo, donde millones de personas se manifiestan en contra del genocidio, incluso a riesgo de ser golpeadas y detenidas. Los palestinos y sus aliados, los activistas de derechos humanos de todas las tendencias, las organizaciones cristianas y musulmanas, y las voces judías progresistas que dicen «no en nuestro nombre», están liderando el camino. Todo lo que tenemos que hacer es seguirlos.

Ayer, a pocas cuadras de aquí, la Grand Central Station de Nueva York fue completamente invadida por miles de defensores judíos de los derechos humanos, que se solidarizaron con el pueblo palestino y exigieron el fin de la tiranía israelí (muchos de los cuales corren el riesgo de ser arrestados). Al hacerlo, barrieron en un instante el argumento propagandístico de la hasbara israelí (y el viejo cliché del antisemitismo) de que Israel representa de alguna manera al pueblo judío. Este no es el caso. Y, como tal, Israel es el único responsable de sus crímenes. A este respecto, vale la pena repetir, a pesar de las calumnias del lobby israelí que las críticas a las violaciones de los derechos humanos por parte de Israel no son antisemitas, como tampoco las críticas a las violaciones saudíes son islamófobas, las críticas a las violaciones de Myanmar son anti budistas o las críticas a las violaciones indias son anti hindúes. Cuando buscan silenciarnos calumniándonos, en lugar de silenciarnos, debemos alzar la voz. Espero que esté de acuerdo, Sr. Alto Comisionado, en que esta es la esencia de decir la verdad al poder.

Pero también encuentro esperanza en todos los miembros de las Naciones Unidas que, a pesar de las enormes presiones, se han negado a comprometer los principios de derechos humanos de la Organización. Nuestros relatores especiales independientes, comisiones de investigación y expertos de los órganos creados en virtud de tratados, así como la mayoría de nuestro personal, han seguido defendiendo los derechos humanos del pueblo palestino, incluso cuando otros miembros de las Naciones Unidas (incluso al más alto nivel) se han inclinado vergonzosamente ante los poderosos. En su calidad de guardián de las normas de derechos humanos, el ACNUDH tiene el deber especial de velar por ellas. Nuestra tarea, creo, es hacer oír nuestra voz, desde el secretario general hasta el último recluta de la ONU y horizontalmente, en todo el sistema de la ONU, insistiendo en que los derechos humanos del pueblo palestino no se debatan, negocien o comprometan en ningún lugar bajo la bandera azul.

Entonces, ¿Cómo sería una posición basada en las normas de la ONU? ¿En qué estaríamos trabajando si fuéramos fieles a nuestras exhortaciones retóricas sobre los derechos humanos y la igualdad para todos, la rendición de cuentas de los delincuentes, la reparación de las víctimas, la protección de los vulnerables y el empoderamiento de los titulares de derechos, todo ello en el marco del Estado de Derecho? La respuesta, creo, es simple: si tenemos la lucidez para ver más allá de las cortinas de humo propagandísticas que distorsionan la visión de justicia a la que hemos hecho un juramento, el coraje para abandonar el miedo y la deferencia a los Estados poderosos y la voluntad de levantar la bandera de los derechos humanos y la paz. Es cierto que se trata de un proyecto a largo plazo y de un camino empinado. Pero debemos empezar ahora, a menos que nos rindamos a un horror indescriptible. Veo diez puntos clave:

  1. Acción legítima: En primer lugar, en las Naciones Unidas debemos abandonar el paradigma fallido (y en gran medida falaz) de Oslo, su ilusoria solución de dos Estados, su Cuarteto impotente y cómplice, y la subversión del derecho internacional a los dictados de sus supuestos méritos políticos. Nuestras posiciones deben basarse inequívocamente en los derechos humanos y en el derecho internacional.
  2. Una visión clara: Debemos dejar de fingir que se trata simplemente de un conflicto territorial o religioso entre dos partes enfrentadas y admitir la realidad de la situación, que es que un Estado con un poder desproporcionado está colonizando, persiguiendo y despojando a una población indígena por su etnia.
  3. Un Estado único basado en los derechos humanos: Debemos apoyar el establecimiento de un Estado único, democrático y laico en toda la Palestina histórica, con igualdad de derechos para cristianos, musulmanes y judíos, y, en consecuencia, el desmantelamiento del proyecto colonialista profundamente racista y el fin del apartheid en todo el territorio.
  4. Lucha contra el apartheid: Debemos reorientar todos los esfuerzos y recursos de la ONU a la lucha contra el apartheid, como hicimos con Sudáfrica en las décadas de 1970, 1980 y principios de la de 1990.
  5. Retorno e indemnización: Debemos reafirmar e insistir en el derecho al retorno y a la plena indemnización para todos los palestinos y sus familias que viven actualmente en los territorios ocupados, el Líbano, Jordania, Siria y la diáspora en todo el mundo.
  6. Verdad y justicia: Debemos exigir un proceso de justicia transicional, que aproveche al máximo las décadas de investigaciones, investigaciones e informes acumulados por la ONU, con el fin de documentar la verdad y garantizar la rendición de cuentas de todos los criminales, la compensación de todas las víctimas y la reparación de las injusticias documentadas.
  7. Protección: Debemos insistir en el despliegue de una fuerza de protección de la ONU con recursos suficientes y un mandato firme para proteger a los civiles desde el río hasta el
  8. Desarme: Debemos abogar por la retirada y destrucción de los arsenales masivos de armas nucleares, químicas y biológicas de Israel, evitando así que el conflicto conduzca a la destrucción total de la región y, quién sabe, más allá.
  9. Mediación: Debemos reconocer que Estados Unidos y otras potencias occidentales no son mediadores creíbles, sino partes en el conflicto, que son cómplices de Israel en la violación de los derechos palestinos, y debemos enfrentarlos como tales.
  10. Solidaridad: debemos abrir nuestras puertas (y las de la Secretaría General) a las legiones de defensores de los derechos humanos palestinos, israelíes, judíos, musulmanes y cristianos que se solidarizan con el pueblo de Palestina y sus derechos, y poner fin al flujo incontrolado de grupos de presión israelíes a las oficinas de los líderes de la ONU, donde abogan por la continuación de la guerra, la persecución, el apartheid y la impunidad, al tiempo que denigran a nuestros defensores de los derechos humanos por su postura de principios sobre los derechos palestinos.

Tardará años en llegar allí, y las potencias occidentales lucharán contra nosotros en cada paso del camino, por lo que tenemos que ser firmes. Debemos trabajar por un alto el fuego inmediato y el fin del asedio de Gaza, oponernos a la limpieza étnica de Gaza, Jerusalén, Cisjordania (y otros lugares), documentar el ataque genocida contra Gaza, ayudar a proporcionar a los palestinos ayuda humanitaria masiva y reconstrucción, cuidar a nuestros colegas traumatizados y sus familias, y luchar con todas sus fuerzas para garantizar que el enfoque de las oficinas políticas de las Naciones Unidas se base en principios.

El fracaso de las Naciones Unidas en Palestina hasta ahora no es razón para que nos demos por vencidos. Por el contrario, debería alentarnos a abandonar el paradigma del pasado que ha fracasado y a adoptar plenamente un curso de acción más basado en principios.

Como ACNUDH, unámonos con valentía y orgullo al movimiento contra el apartheid que está creciendo en todo el mundo, añadiendo nuestro logotipo a la bandera de la igualdad y los derechos humanos del pueblo palestino. El mundo está mirando. Todos tendremos que rendir cuentas de nuestra posición en este momento crucial de la historia. Pongámonos del lado de la justicia.

Gracias, Alto Comisionado Volker, por escuchar este último llamamiento de mi oficina. Dentro de unos días dejaré la Oficina por última vez, después de más de tres décadas de servicio. Pero no dude en ponerse en contacto conmigo si puedo ser útil en el futuro.

Le ruego acepte, señor presidente, la expresión de mis distinguidos saludos,

Craig Mokhiber

Consejo Universitario UCR. Pronunciamiento ante la situación Palestina-Israel

El Consejo Universitario de la universidad de Costa Rica se pronunció por la defensa de los derechos del pueblo palestino. Considerando que: 

El pueblo palestino ha visto violentados sus derechos humanos desde el inicio del conflicto palestino-israelí; las tensiones y la violencia aumentaron recientemente en Jerusalén entre los palestinos e israelíes debido al fallo emitido por un tribunal israelí (febrero 2021); el 13 de mayo de 2021, algunas diputaciones de la Asamblea Legislativa en Costa Rica suscribieron un comunicado mediante el cual se solidarizaban con el pueblo y el Estado israelí y condenaron los actos terroristas sobre su región, pero fueron omisos sobre el origen del conflicto, la ocupación del territorio palestino; el apartheid al que se encuentra sometido el pueblo palestino y la violación sistémica de sus derechos y del derecho internacional humanitario, entre otras.

Según el Estatuto Orgánico de la Universidad de Costa Rica, en los artículos 3 y 5, dispone: ARTÍCULO 3.- La Universidad de Costa Rica debe contribuir con las transformaciones que la sociedad necesita para el logro del bien común, mediante una política dirigida a la consecución de una justicia social, de equidad, del desarrollo integral, de la libertad plena y de la total independencia de nuestro pueblo.

ARTÍCULO 5: Para el cumplimiento de los fines y los principios orientadores del quehacer de la Universidad de Costa Rica, se establecen los siguientes propósitos.

Por lo cual se acuerda:

  1. Repudiar cualquier manifestación de violencia que atente contra los derechos humanos y la dignidad de las personas.
  2. Solidarizarse con el pueblo palestino ante la nakba que han sufrido la limpieza étnica que afrontan, el desplazamiento forzado, la destrucción de la propiedad, la apropiación de su cultura y la pérdida de vidas humanas.
  3. Instar a la Cancillería de la República y a las 28 diputaciones que suscribieron el comunicado de solidarización con el Estado de Israel a posicionarse a favor de la lucha por garantizar el respeto de los derechos humanos y en contra de la violencia que sufre el pueblo palestino.
  4. Hacer un llamado a los medios de comunicación nacionales, los cuales hasta el momento han realizado una cobertura sesgada de los hechos, han ignorado el apartheid contra Palestina y han reducido el conflicto a una lucha entre “Israel y Hamás”.
  5. Declarar a la Universidad de Costa Rica como un espacio libre de apartheid.

Voces de paz contra aspavientos de guerra

Edgar Chacón Morales

Edgar Chacón Morales

Octubre de 2023

La desinformación “occidental”

Años y decenios atrás, las noticias llegaban en periódicos de papel; luego, las personas se enteraban por radio; después, llegaban por noticiarios en televisión (se dice que la guerra de Viet Nam fue la primera guerra televisada).

Siempre las personas, comunidades, poblaciones eran sólo receptoras de lo que “los medios” las “quisieran informar”, era la política desinformativa para modelar la opinión pública.

Así se deformaba la opinión de personas y conglomerados, enterándose de las “proezas” de personajes europeos en África o, con las películas de Tarzán y otros productos como “El mundo al instante”.

Todo para generar opinión en favor de lo que hacían las potencias “civilizadoras”; a lo que se oponían las bárbaras poblaciones nativas, inconscientes, ignorantes, insensatas, opuestas al cambio civilizatorio.

Ahora, hay otras formas de enterarse, de informarse y de construir opinión. Así se puede recibir información confiable, de lo que está cometiendo Israel y quienes lo respaldan, concretamente en la franja de Gaza: una política de desocupación, exterminio y ocupación y los planes para el “medio oriente”.

Viene a la mente, lo que el mundo anglosajón cometió en Estados Unidos y Canadá a partir del siglo XVII, igual: una política de desocupación, exterminio y ocupación. También viene a la mente la implacable sentencia: “El único indio bueno es el indio muerto”.

También Netanyahu dijo: “Todo hombre de Hamás, es hombre muerto”. Pero las evidencias muestran que esto es un mero “decir”, porque no es sólo “todo hombre de Hamás”, el que está muriendo, sino en lo fundamental población civil.

Voces valientes

Hay muchas voces que, con valentía se levantan en contra, en instancias y organismos, como en el Parlamento Europeo.

El parlamentario Manu Pineda: “Estamos en una situación dificilísima; Israel está bombardeando sobre la población civil de Gaza; ha asesinado ya 2750 personas civiles, 1030 de ellos niños; ha impuesto un régimen de asedio, absolutamente ilegal”.

“…han decretado un apagón, para que no se vea lo que pasa ahí. El presidente con el que usted (Úrsula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea) se vio la semana pasada, para darle su apoyo, ha dicho que es la guerra total, que no hay leyes de guerra sobre eso, que no hay ni un civil a salvo, que todos son culpables.

Señora presidenta, usted se reunió con él a darle su apoyo, pero no lo puede hacer a nombre de este Parlamento… esta situación es un holocausto sobre la situación palestina… no podemos mantener minutos de silencio por las víctimas israelíes y no hacerlo sobre los palestinos…”.

Ante la mirada contrariada de Úrsula Von der Leyen, al parlamentario procedieron a cerrarle el micrófono.

Igual, eurodiputado Richard Voy Barret, dirigiéndose al mismo personaje expresó: “… no dijo nada después de haber recibido dos informes devastadores de amnistía Internacional y de Human Rights Watch, sobre 70 años de crímenes continuos, contra la humanidad, limpieza étnica, apartheid, el asedio de Gaza; … ¿Hablamos de investigar los crímenes de Israel? No. ¿Sancionamos a Israel como hemos sancionado a Rusia? No. En cambio, seguimos dándole un status … privilegiado…”.

Así también, la parlamentaria irlandesa Clara Daly: “Cómo se atreve a declarar (que) Europa apoya a Israel? Usted no habla por mí. Ella no habla en nombre de Irlanda. Ella no habla en nombre de los ciudadanos de Europa. Defendemos la paz, el derecho internacional y la justicia para el pueblo de Palestina”.

“He estado en la política durante 40 años, pero nunca he visto algo como lo que se está desatando en Gaza… diez días de bombardeo sin tregua… todo ilegal, todo crímenes de guerra y cuando la Unión europea debería estar pidiendo un alto al fuego, Úrsula Von der Leyen aterriza en Tel Aviv, para una sesión de fotos previa a un genocidio y dice Europa está con Israel, ahora y en los días venideros. Cómo se atreve; no tiene autoridad… Es hora de que ella se vaya ya y deje que la Corte Penal Internacional la investigue”.

Ursula Von der Leyen, es un peón del juego de USA/G7/OTAN; además, como ya sido puesto en conocimiento, con intereses comerciales familiares.

Conocido es también el planteamiento de la ministra Ione Belarra de España, ante lo cual el gobierno de Israel llamó a la embajadora de este país en Tel Aviv, para “jalarle las orejas” al gobierno de España, el cual es parte de USA/G7/OTAN, para que lo “meta en cintura”.

En otros países, como Francia, Alemania, Italia, Reino Unido, cualquier manifestación en apoyo de Palestina o para que se detenga lo que está pasando, está “prohibida”.

En Alemania, se prohíben por ser “un peligro para la seguridad y el orden públicos”.

Sobre el conflicto regional

El escenario regional es complejo, pero claro; siempre que se oiga: “intereses de Estados Unidos en la Región”, significa problemas en la Región; peligro de guerra en la Región; abusos e injusticias en la Región; políticas conflictivas en la Región.

Puede verse las maniobras de Estados Unidos en la Región, al frente del G7, la OTAN y con Israel sumado al “juego”, en varios aspectos:

Ante las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos:

Debido a la situación en cuanto a que el asunto en Ucrania cada vez más parece no tener el suceso deseado para Estados Unidos; con unas elecciones presidenciales avecinándose; para el presidente Biden, eso ya no “vende”, ya no convence.

Con fines electoreros y haciendo un “manejo adecuado”, debe cambiarse: la situación que presenta el eje Israel/Hamás, puede dar resultados diferentes a los del apoyo a Zelensky, que parece haberse agotado como fuente de propaganda; aunque el manejo de los riesgos de crecimiento del problema debe hacerse con un estilete más fino.

La “Ruta de la seda” de China y la relación con Irán:

En relación con Irán existen dos puntos de interés íntimamente relacionados: el ser parte de la ruta de los intereses chinos; y el enfrentamiento permanente con Israel, lo que le da razón al reciente acercamiento con Arabia Saudita, país con el que, en conjunto con Estados Unidos, Israel busca también un acercamiento.

Además, tanto para Estados Unidos como para Israel, es importante neutralizar a Irán antes de que logre desarrollar armas atómicas.

El mapa de la Región y los territorios inmediatos a Israel:

En la Asamblea General de la ONU, el reciente 22 de setiembre, el primer ministro Benjamín Netanyahu presentó un mapa de la Región en el que es dudosa la existencia de Palestina (Cis Jordania ni Gaza) y según el cual se incluye en sus planes a Siria, Jordania y por qué no: Líbano, país recodo de Hez Boláh.

En esta ocasión, Netenyahu destacó que las relaciones pacíficas entre Israel y Arabia Saudita pueden crear un nuevo oriente medio; y que puede convertirse en “un puente de paz y prosperidad” entre África, Asia y Europa.

El precio del petróleo:

Algo que quiere evitarse también, es que se dé una subida de los precios del petróleo como en 1973, cuando sucedió el problema de Yom Kipur; asunto en el que Israel también contó con el apoyo de Estados Unidos.

Notas puntuales. Asuntos geopolíticos y ¿Por qué Estados Unidos y sus intereses en el mundo deben tener al mundo en vilo?

Riesgos presentes de la actual situación regional

La propuesta de los dos estados en la Región no garantiza la paz, pues los planes de Israel y USA/G7/OTAN, tienen como base el dominio impositivo.

La situación de dominio político, así como de administración de los recursos vitales Gaza por parte de Israel, plantea por lo menos algunas preguntas: ¿Qué clase de territorio es Gaza que Israel ejerce un dominio basado en el abuso? ¿Quién decidió que la situación sea así? ¿Qué clase de derecho internacional es el que funciona ahí?

En cuanto a la política interna de Israel, se dice que el 75% de israelíes responsabilizan a Netanyahu por los sucesos del 7 de octubre y sus consecuencias; así como que tres miembros del gobierno plantearán su renuncia.

Independientemente de las motivaciones y los orígenes de Hamás, algunas de las acciones que lleva a cabo, los hechos, parecen acoplarse con los planes Israel.

Algunos analistas caen en explicarse los conflictos, por asuntos culturales, históricos, geográficos o religiosos; sin tener en cuenta que, en estos momentos no son los determinantes.

A estas alturas, sucesos que apuntan al agravamiento de la situación, Israel ha bombardeado los aeropuertos de Damasco y Alepo en Siria, con las consecuencias que eso pueda traer.

Independientemente de tratados internacionales y situaciones poco claras (como lo que sucede en las instalaciones de Dimona en el desierto del Neguev), Israel es el único país que tiene armas nucleares entre sus vecinos inmediatos, lo que suma a su prepotencia. Se habla de más de 90 ojivas. Situación que, como se dijo antes, hace obvio que los intereses de USA/G7/OTAN incluyendo a Israel, se oponga a que Irán desarrolle este tipo de armas.

Como están las cosas, cualquier infraestructura china en la Región, está en peligro, como pasó con el gasoducto Nord Stream; con las consecuencias que eso pueda acarrear.

Otro elemento a tener en cuenta es que China envió 6 buques de guerra al “medio oriente” para patrullar la región; lo que parece indicar que, si “occidente” escala el ambiente bélico, esto provocará respuestas.

Ante las actitudes, los hechos y maniobras de “occidente”, dos cosas se pueden decir:

1- Que cada vez es menor la cantidad de personas a las que engañan, con sus “medios”, sus instituciones, sus películas y otras instancias; y personajes serviles; y,

2- Que ahora se puede hablar de frente, directo y con franqueza sobre lo que está sucediendo; y que la realidad demanda que esto sea así e impostergable.