El evento pasó inadvertido, quizá por que el primero de mayo fue más mediático lo ocurrido en la Asamblea Legislativa costarricense, con la elección del nuevo directorio encabezado de nueva cuenta por el diputado Rodrigo Arias.
Pasó desapercibido como suele pasar el arte y la cultura en tiempos neoliberales. Entre 2019 y 2022 el sector sufrió una reducción al presupuesto de cerca de un 13%. El último recorte fue brutal de cerca de 6.000 millones y fue legitimado como parte de las políticas de salvamento a las finanzas públicas costarricenses en el marco del impacto de la pandemia sanitaria global desarrollada por aquellos años.
Entre 2020 y 2022 el sector artístico paralizó sus encuentros presenciales: conciertos, presentaciones, museos, eventos fueron clausurados, obligando a las personas artistas a reinventarse desde las plataformas virtuales que por entonces empezaron a predominar como medio.
Fue un recurso, pero no suficiente.
Esta situación afectó a cerca de 45.000 personas que viven directamente de la actividad, cerca de un 2% de las personas ocupadas del país. Lo que no se dice a viva voz es que le generan un nada despreciable 2% del PIB al país, incluso por encima del 1% que generado a nivel mundial.
Lo que pasó desapercibido, casi anecdótico, fue la propuesta de la regidora liberacionista Marcela Quesada Zamora por el cantón de Escazú, de solicitar a las personas artistas de esa localidad que donaran su trabajo a las juntas educativas. Incluso apelando al “buen corazón” de muchos de ellos que estarían, según su visión, felices de trabajar sin paga.
Esta noción de la regidora es eco de una idea popular. Es común la creencia que la persona artista no vive. Por alguna extraña razón no se alimenta, no paga recibos ni alquileres. No es, digámoslo así, una subjetividad con derechos.
Quizá esta idea está arraigada bajo la la básica suposición que quien se dedica al arte lo hace como pasatiempo, como hobby. Y entonces surge la pregunta: ¿estas 45.000 personas que dependen directamente de su arte lo harán por puro divertimento?
En una época regresiva para el arte y la cultura, propuestas como la indicada poco contribuyen a fortalecer el sector. Bien harían autoridades nacionales e institucionales en volcar de nuevo su interés en considerar estas actividades como factores intrínsecos al cambio y el desarrollo.
Empezar por ahí: devolverle al sector artístico y cultural su dignidad como punto de partida.
Las embajadas de Cuba, Chile, Argentina, Honduras, Bolivia, Panamá; Nicaragua; Perú; Brasil y Colombia les invitan al “Festival de Cine Latinoamericano Contemporáneo” que se realizará entre los días 14 y 30 de mayo de manera simultánea en el “Teatro la Villa” de la Municipalidad de Desamparados y en el Centro Costarricense de Producción Cinematográfica (CCPC).
Dicha actividad busca recuperar espacios de difusión cultural, a través de una muestra de distintas películas, cortos, documentales y animaciones, cuya última versión se realizó en el año 2018. Además, está prevista la realización de jornadas de reflexión, charlas y conversatorios, relacionados con las distintas temáticas que abordan algunas de estas producciones cinematográficas. Igualmente se podrá contar con la venta de artesanías y comidas típicas de algunos de los países participantes en el evento.
La inauguración de esta actividad se realizará el día 14 de mayo en el “Teatro La Villa” de la Municipalidad de Desamparados, a las 6:00 pm, con la proyección de la película colombiana “Golpe de Estadio”, y se podrá disfrutar de un brindis de bienvenida, así como un grupo cultural colombiano. En tanto, la jornada de clausura tendrá lugar el 30 de mayo, a las 6:00 pm, en el Teatro La Villa, con la proyección de la película argentina “Esperando la Carroza”. De igual forma, el público asistente tendrá la oportunidad de ver un número cultural argentino.
El festival es gratuito y abierto al público. No se requiere adquirir boletos de entrada. Además, es un evento accesible para personas con movilidad reducida y comprometido con el medio ambiente, ya que se implementará un programa de reciclaje para reducir el impacto ambiental y mantener el espacio limpio.
Los y las pioneras del canto político, épico, protesta, de la Nueva Canción
“Frente a la estrategia del olvido, la estrategia de la memoria«. José Merino.
Hace dos años se realizó un concierto con los cantautores Luis Enrique Mejía, Rubén Pagura y Manuel Monestel para celebrar un aniversario más del Movimiento de la Nueva Canción en Costa Rica que coincidió de manera casual, con los 62 años de la fundación de la Juventud Socialista Costarricense. A lo largo de 55 años, ellos han enarbolado con calidad, el honor y la dignidad del canto poético, sociopolítico y a la vez han exaltado el valor del folklore musical, del canto afrodescendiente y de las comunidades de los pueblos indígenas: la Nueva Canción Costarricense. Esto merece reconocimiento y felicitaciones. El camino sigue abierto a las nuevas generaciones de intérpretes y cantautores costarricenses.
Sin pretender hacer un ensayo histórico de tan importante acontecimiento, me permito como protagonista y colaborar de ese proceso, extraer de mi memoria de manera resumida algunos momentos y antecedentes de la fundación y organización del Movimiento de la Nueva Canción y de algunos/as poetas, cantautores, intérpretes y protagonistas fundadores y continuadores de esta historia, para siempre recordarlos/as y nunca olvidar.
¡Que nuevas manos empuñen la guitarra y el canto social y político en continuidad a ese movimiento que nació hace 50 años!
Cuando ingresé a la Juventud Socialista Costarricense en 1961, comencé a conocer de primera mano los poemas y parodias escritos por Carlos Luis Sáenz Elizondo Algunos fueron publicados en el libro “Raíces y esperanzas: poemas.” (1940), Imprenta Española. En 1963 Francisco Zúñiga Díaz, poeta, cuentista y dirigente juvenil comunista me obsequió un ejemplar que aún lo conservo.
Raíces y esperanzas se publicó con una presentación de Carmen Lyra. Es principalmente de poemas dedicados a la República Española y algunos de sus personajes, a Federico García Lorca, a trabajadoras y trabajadores costarricenses, poemas que se declamaban, canciones y parodias que cantaban los obreros: el pueblo trabajador que asistía a las manifestaciones y reuniones políticas públicas de esa época. Recuerdo algunos versos de una canción que en los años 60 los jóvenes socialistas cantábamos mucho:
«…que de dónde amigo salgo? / de un campamento en un charco, donde sirvo a la “yunai” / de un ranchillo donde vivo/con mi esposa y los chiquillos / allá en medio bananal / viera usté lo que allá pasa / con el hombre que trabaja, todo el día bajo el sol,/ comido de los mosquitos, con el agua entre la casa y mala alimentación… y por eso vengo ahora/ para recordarle a Mora Defensor de la Nación, que hace falta en el Congreso el campeón de los derechos del pueblo trabajador !».
Eran los años 40, los obreros desfilaban cantando, luchando por las garantías sociales y el Código de Trabajo que, precisamente, este año 2023 cumplen 80 años de su promulgación. La poesía y la parodia convertidos en canto político, en canto protesta, el canto denuncia acompañó las luchas de las y los trabajadores de la época.
Junto al maestro, poeta, comunista Carlos Luis Sáenz Elizondo estaba el maestro rural, poeta, folklorista guanacasteco, comunista: el inolvidable Adán Guevara Centeno, quien escribía y cantaba sus parodias en los eventos de trabajadores.
En los años 60 Adán nos las enseñaba a los jóvenes comunistas de entonces. Algunas las publicó Jaime Cerdas Mora en su libro de memorias La otra vanguardia. En la represión, a la sombra de la Junta Militar de 1948, lo colgaron de un árbol para ahorcarlo, gracias a su fortaleza logró sobrevivir y continuar hasta el fin de su vida, la lucha como cantautor político y folklorista.
En la década de los 40 la lucha política era acompañada por música, cantos, letras de poemas o parodias que se musicalizaban.
En la década 50, una década de persecución política, de libertades y democracia mutilada, en virtud del decreto 105 de José Figueres que puso fuera de ley a los comunistas y más de 150 sindicatos, y del decreto 77 para mandar al cajón de la basura los pactos de Ochomogo y de la Embajada de México, suscritos el 19 de abril de 1948 que pusieron fin a la Guerra Civil, y del artículo 98 de la Constitución política de 1949 redactado y aprobado, especialmente para impedir que organizaciones de izquierda pudieran participar en la lucha política electoral, fue una década en la que reprimían para silenciar a poetas, a cantores de parodia y de versos políticos y toda manifestación cultural y artística crítica al sistema.
Muchas de las letras escritas por Adán, las canta su sobrino Max Goldemberg, un referente de la Nueva Canción; Max sigue cantándolas por Nicoya y por todo el país.
En los años 60, la Juventud Socialista Costarricense de la mano de Adán Guevara y la maestra Emilia Prieto, nos dimos a la tarea de organizar un coro de jóvenes para cantar las canciones sociales y políticas y del folklore musical meseteño, compilados o escritos por q Emilia Prieto, quién “obedeciendo a un deseo ya puro de la autenticidad popular frente a lo bufo ,grosero y comercial con que algunos cantores tratan de definir el folklor nacional” palabras del Poeta , Alfonso Chase (Libertad, julio 1986) además del trabajo como docente, Emilia fue una recopiladora de la cultura y folklore de la Meseta Central. También fue discípula y amiga de Carmen Lyra, fundadora de la Unión de Mujeres Carmen Lyra y del Comité Nacional de la paz del que fue presidenta a partir e 1949, luchadora incansable por la paz y el progreso en el mundo siempre vinculada con el Partido comunista, En múltiples ocasiones fue perseguida y encarcelada en varias ocasiones después de la Guerra Civil de 1948 y durante la década de los 50. En múltiples ocasiones, Emilia se unía con su guitarra y su voz a las asambleas populares, motivando e inspirando a los jóvenes a investigar, estudiar, escribir y cantar para animar las luchas obreras.
También un obrero municipal cantautor, llamado Tito Aguilar, era uno de los que siempre estaba presente con su canto, cuando muere Carlos Luis Fallas Sibaja, compuso e interpretó un corrido dedicado a Calufa.
Así, se fueron gestando distintas manifestaciones del canto nuevo, político, épico, y en los primos años de la década del 70, ya podíamos escuchar en los parques del país una variedad de las «canciones protesta» —como se les calificaba, por ejemplo, de Rubén Pagura o Luis Enrique Mejía con sus cantos de lucha y denuncia
Unas veces como solistas, otras acompañados: un día de 1971 llegaron a cantar en un acto al local de la Juventud Vanguardista Costarricense (JVC). Luego se afiliaron, 2 años después asistían junto a “Quincho” Joaquín Rodríguez, como grupo llamado “Punta de Lanza” como delegados al Festival de la Canción Política en el Marco del Festival Mundial de la Juventud en La República Democrática de Alemania, que se celebró con el lema “Por la paz, la amistad y la solidaridad antiimperialista” entre julio y agosto de 1973.
Entre 1969 y 1970 unen sus voces y guitarras, Paco Goldemberg Guevara y Orlando Gamboa Guzmán para viajar por todo el país con su canto político, social costarricense y latinoamericano acompañando las luchas obreras y campesinas de esos años, luego se une Ricardo Blanco Olivares y fundaron el «Grupo Abril», No había reunión política o actividad popular donde faltaran, acompañaron a los candidatos y participaron en las manifestaciones y actividades de las elecciones presidenciales y para diputados entre 1969 y 1970. El Grupo “Abril” fue pionero de la canción política, en 1973 asisten al Festival Mundial de la Juventud en Berlín. A su regreso y unos meses después Paco se queda viviendo en su ciudad natal y funda el grupo “Pampa Brava” donde compone y canta canciones políticas y de contenido social.
En esos primeros años de los 70, surgió también el grupo «Primero de Mayo», integrado por los hermanos Marcos y Leonardo Umaña de Calle Blancos y Franklin Herrera de Guadalupe.
Nace en Alajuela de la mano de Jaime Castro el grupo «CALUFA» con las voces femeninas de Teresita Alfaro y Nidia Agüero, junto a Juan Félix Montero, Alberto Alfaro y Jaime Castro, musicalizan y cantan el poema los “Desheredados de la Tierra” que cantaba Sibajíta en Mamita Yunai. En la misma ciudad nació también un grupo llamado “Los Bolcheviques” integrado por Gerardo Sibaja, Pío, y otro compañero, creo que le decían Chorcha. Juan Félix y su esposa Nidia desde entonces se integraban con su canto a las luchas sociales y siguen con su guitarra y su canto alegrando las luchas.
Con su inseparable guitarra al hombro, Dionisio Cabal Antillón, de grata memoria, un joven adolescente que llega de Venezuela en 1970, donde vivió varios años con su padre Antidio, su hermana Ana y su hermano Antidio, escribía sus canciones y acompañaba a los sindicatos y en eventos juveniles cantando y luchando. Funda y le da vuelo, en 1971 el grupo “Gente” junto a Luis Fernando Mata y Luis Alberto Azofeifa. Su canto animaba las luchas juveniles, sus iniciativas movilizadoras fundaron un comité con decenas de jóvenes, el Comité CALUFA de la Juventud Vanguardista Costarricense. Más adelante,1975, funda con los Hermanos Mena, Marisol Carballo, Alexandra Acuña Moya (chilena) el quinteto “Viva Voz”, por razones diversas se desintegra Viva Voz y con Aurelia Trejos, y los hermanos Mena fundan en 1980 el cuarteto “Cantares” que estuvo en escenarios por largos 25 años, grabó 14 discos. Dionicio un referente y deja a las nuevas generaciones una abundante herencia de arreglos musicales y letras de canciones y cantatas y de un entusiasmo y optimismo que inspira.
Como parte de los acontecimientos, que anteceden a la fundación del Movimiento de la Nueva Canción, en noviembre de 1971, el cantautor, Víctor Jara Martínez llegó a Costa Rica invitado por la JOTA, la J.V.C. Lo hospedamos en la casa de Manuel Mora Valverde, entonces diputado. Víctor, músico, cantautor, profesor, escritor y director de teatro, ya en esos años era un referente de la Nueva Canción Chilena y Latinoamericana, dos años después, fue asesinado a pocos días de cumplir 41 años, por militares, torturadores de dictadura fascista que encabezó el General Pinochet.
Con Víctor, tuvimos encuentros en los que nos narró la experiencia del Movimiento de la Nueva Canción Chilena, sobre sus antecedentes y protagonistas, ya que él era uno de sus líderes. Nos contó la experiencia del sello discográfico (DICAP) Discoteca del Cantar Popular, fundado en 1967 por las Juventudes Comunistas de Chile para dar soporte discográfico a la Nueva Canción Chilena, decidió obsequiarnos una matriz, una cinta con canciones para hacer un disco suyo. De su puño y letra, en un papelito escribió los nombres de cada una de las canciones y el título que quería que llevara ese disco: «Pongo en tus manos abiertas». Amablemente, nos cedió los derechos de autor para que lo reprodujéramos.
Ese «obsequio» y toda la experiencia vivida con Víctor Jara, fue de indiscutible valor para el ulterior desarrollo del Frente o sector cultural de la «Jota», Juventud Vanguardista Costarricense. Emprendimos el plan o programa de tareas.
Después del Festival de Berlín en 1973 se funda el grupo “TAYACÁN” integrado por Luis Enrique Mejía, Rubén Pagura, “Quincho” Joaquín Rodríguez, Rodrigo Salas, Orlando Gamboa, Víctor Canifrú, compañero chileno exiliado, Rafael Acosta venezolano radicado en nuestro país. Se promueve la organización del Movimiento de La Nueva Canción Costarricense en el que sobresalen como fundadores Luis Enrique Mejía, Rubén Pagura, Dionisio Cabal, Manuel Monestel, Orlando Gamboa, Joaquín Rodríguez, Los Hermanos Paco y Max Goldemberg, Marisol Carballo, Jaime Castro, Juan Félix Montero, Luis Fernando Gómez, si omito nombres es porque no los recuerdo, pero si quiero destacar que el Movimiento de la Nueva Canción Costarricense nace de las manos de Emilia Prieto, ella entregó todo su amor y conocimiento a este movimiento. Estimuló e inspiró a varios de ellos a investigar, escribir y cantar cantos del alma costarricense, fue así como Dionisio lo hizo sobre acontecimientos épicos de los costarricenses, sus paisajes, sus luchas, sus leyendas, y Manuel Monestel de larga trayectoria, compositor, poeta, investigador de música popular con énfasis en la herencia afrocaribeña destacando los Calipsos. Y también con el estímulo creador, entusiasta, político y los vínculos internacionales de la Juventud Vanguardista Costarricense, me atrevo a decir que esa organización era la otra mano que ayuda a levantar el movimiento, organizando Festivales de la Canción y promoviendo la participación de sus integrantes en eventos fuera del país.
Como parte de ese proceso en noviembre de 1974, la JVC funda e inscribe la empresa de discos: (DIAP) Discoteca del Arte Popular para dar soporte discográfico al Movimiento de la Nueva Canción Costarricense, los administradores formales nombrados por la Jota fueron Rodrigo Badilla, Mario Blanco Barrantes, Jorge Corrales y Mayela Fonseca. Así se inscribe en el Registro Nacional como Sociedad Anónima. Edita más de una decena de discos.
En 1973-1974, la mayoría de los cantautores, intérpretes, solistas y conjuntos musicales se integraban a las campañas electorales, acompañando a los candidatos del PASO (Partido Acción Socialista) y a las jornadas y encuentros regionales: «La Juventud con el PASO» “La Juventud con Manuel Mora” candidato a presidente. Fue en sus inicios un movimiento muy politizado.
Luego, siguieron años de festivales nacionales e internacionales.
En 1975, se organizaron nueve festivales en todas las cabeceras de provincia y regiones bananeras que movilizó a decenas de miles de costarricenses, con un cierre monumental llenando por completo graderías y gramilla del estadio de béisbol «Antonio Escarré», que se organizó en solidaridad con Chile. En la organización participamos todas las organizaciones juveniles políticas y estudiantiles de la época, bajo el lema “Chile no se rinde, Chile Vencerá” En vivo se grabó el disco con las canciones que cada quien cantó esa noche
En abril de 1978, se realizó el Festival Centroamericano, con eventos culturales y deportivos en diferentes lugares del país lo inauguramos en un Gimnasio Público de Alajuela y cerramos el Festival en el Gimnasio Nacional Eddy Cortés, evento en el que participan varios grupos de la canción de diferentes países de Centro América. En todos los eventos siempre estaban presentes grupos y solistas de la Nueva Canción. Esas actividades se organizaron como parte de los preparativos para la participación de jóvenes costarricenses al Festival Mundial de la Juventud y Estudiantes que se celebró en Cuba, durante el verano de 1978 bajo el lema “Por la paz, la amistad y la solidaridad anti imperialista” a ese Festival asistimos 300 jóvenes: mujeres y hombres costarricenses, artistas, deportistas, políticos, obreros y campesinos y por supuesto representantes del Movimiento de Nueva Costarricense, recuerdo al conjunto “Tayacán” que desde su nacimiento fue un gran organizador y promotor del movimiento inspirando y apoyando a nuevos grupos y solistas. Eran protagonistas acompañando y cantando en los grandes eventos políticos, de las juventudes y los trabajadores por todo el país. A ese Festival en Cuba asistía como solista cuando recién se iniciaba en la Nueva Canción Juan Carlos Ureña, lo apodaban el “Jilguero” por su fina y lida voz juvenil. Más adelante al Festival Mundial en Moscú asisten el Tayacán y Juan Carlos Ureña.
Con La Discoteca del Arte Popular (DIAP) se editaron varios discos, incluido el de Víctor Jara con el nombre «VICTOR JARA VIVE», el que se grabó en el acto de clausura del festival de la Canción en Solidaridad con el pueblo y la Juventud de Chile en el estadio Escarré, y se grabaron muchos más.
Entre 1974 por iniciativa de la J.V.C., abrimos las puertas de (Cecupo), Centro de Cultura Popular, con sede en San Pedro, Montes de Oca. Se ubicaba en una amplia casa donde se instalaron oficinas de las organizaciones culturales del país, teníamos una pequeña sala de teatro y se organizaban todo tipo de actividades culturales, ahí tenía oficina al M.N.C. y se usaba para ensayos y presentaciones de sus integrantes.
En 1974 por iniciativa de la JVC alquilamos una gran casa y abrimos el bar restaurant «La casona del Higuerón», en San Pedro frente a la entrada de Barrio Pinto, participó en todo el proceso de organización y luego como administrador Mario Blanco Barrantes con su asistente Gerardo Vega. Ahí se organizaron muchos conciertos con artistas nacionales y extranjeros. Los lunes era de cine fórum, miércoles dedicado a la tertulia, mesas redondas con trabajadores de la cultura e intelectuales. La “Casona del Higuerón” fue un centro de soporte, el primero que da apoyo y difusión de los cantos de la Nueva Canción y sus integrantes, así como de literatura, arte y cultura. En 1976 en este centro de arte, cultura y canto se organizó un hermoso y emotivo homenaje a Emilia Prieto por su inmenso aporte a la cultura popular, nacional y al Movimiento de la Nueva Canción
¡¡Intensa y productiva era la actividad cultural en esos años!!
En 1975, se incorporó al MNC el grupo «Viva Voz»: Dionisio Cabal junto con Marisol Carballo —quien vive en Italia y es profesora de música—, los hermanos Mena y Alexandra Acuña —que vive y es muy activa en Chile—. También formaban parte del MNC los grupos EROME con los hermanos Monestel: Manuel y Bernal, Adrián Goizueta, argentino costarricense aporta da nuevo impulso al M.N.C. y procura una importante renovación de la música latino americana contemporánea, desde los primeros años 80 a nuestros días sigue trabajando por lo que él llama “la música popular elaborada” conjugando diversos géneros musicales. Hoy sigue siendo un referente importante de la Nueva Canción Costarricense y Latinoamericana y casi junto a él toman vuelo Fidel y Jaime Gamboa, yo diría de Fidel creador y genio infatigable de arreglos y creaciones musicales propias. Pese a su corta vida dejó huella y una herencia de trabajo constante y buena música a las nuevas generaciones. Los hermanos Gamboa, junto a otros muy buenos músicos el Grupo “Mal País” del que Fidel creo era la primera voz. A Fidel mi homenaje, recordarlo siempre cantando y tocando música.
Entre 1986 y 1990 siendo regidor en la Municipalidad de San José en la que propuse y fue aprobado el proyecto «Música y Teatro en las comunidades», del que fue coordinador general e Rubén Pagura, y Director Musical Juan Carlos Ureña, en el programa formaron parte varias actrices, actores y cantautores como Marcia Maccioco, María Nieves Barahona, Rodolfo Cisneros, Rodrigo Leitón, Gine Orlich, Melvin Méndez, Ronald Villar, Julio Vindas, Arnoldo Ramos, María Pretis, entre otras y otros del grupo, María se fue consagrando como una gran música, intérprete, poeta, cantautora hasta nuestros días, mujer artista referente de la Nueva Canción y de aquellos tiempos y sigue activa.
El Grupo “Música y Canto en las comunidades desplegó innumerables actividades de teatro y música en los Barrios Josefinos y Bibliotecas Municipales Infantiles. Escribieron y protagonizaron dos cantatas, Una “La cantata Centroamericana” de la cual se grabó un disco y otra la cantata a “San José de la Boca del Monte” estrenada en un concierto solemne en el Teatro Nacional celebrando los 250 años de la fundación de la ciudad de San José. El programa existió entre 1986 y1990. En 1990 los acompañé a una gira de conciertos por Nicaragua y Cuba Los Regidores y el Ejecutivo Municipal Johnny Araya que iniciaron en 1990 no quisieron darle continuidad. Simplemente lo cerraron, la cultura no tenía prioridad.
En el presente destacan por todo el país nuevos cantautores e intérpretes, que pienso deberían darle continuidad al Movimiento de la Nueva Canción, algunos de los que tengo presente son Beto Arnoldo Campos, organizador de Festivales Latinoamericanos, de Peñas de Flamenco, y presente en las luchas populares, Wilson Arroyo, Fran Montero, Roberto Zelaya, Óscar Espinoza, Rubén Gólcher y Alonso Ferreto, Carlos, conocido como artista Charly Muñoz de Naranjo. Sus cantos alegran, inspiran, movilizan, nos animan a la lucha donde quiere que se les escuche. Que no se pierda la experiencia, la memoria, la tradición. Hay que unir las voces de las nuevas generaciones de intérpretes y canto autores, para que sus canciones poesía y música se escuchen en cada lucha juvenil, popular, campesina, inspiren, movilicen, despierten las inquietudes y alegren las marchas populares.
La Nueva Canción debe promover el rescate de los valores de la identidad cultural nacional, de la lucha social y debe estar políticamente identificaba con las causas justas, progresista y populares. Víctor Jara nos afirmaba “es una canción comprometida en el sentido que la obra y la acción del creador se identifica con los sentimientos populares…-y nos dice-, el artista es auténtico creador, tan peligroso como un guerrillero, porque su poder es mucho”. Usémoslo.
Que nuevas manos empuñen la guitarra y el canto social y político en continuidad a ese movimiento que nació, pienso, que en 1970 hace 55 años con el Grupo Abril, que entre 1969 realizó gira por todo el territorio llevando su canto a los obreros, campesinos y a las juventudes en la campaña política electoral 1969 – 1970 con el Partido Acción Socialista y los conciertos en parques públicos de Rubén Pagura, Luis Enrique Mejía y Dionisio Cabal.
San José. Mayo de 2025
Víctor Jara en Costa Rica, noviembre de 1971. De izquierda a derecha Lenin Chacón, secretario de Cultura de la JVC, Gilberto Calvo, Víctor Jara, Vladimir de la Cruz.Lenin Chacón habla en el cierre del Festival internacional de Solidaridad con Chile. Estadio Escarré. Marzo de 1975.Imágenes de conciertos en el Festival de Solidaridad con Chile.Portada del disco que recoge canciones del Festival. Rubén Pagura junto a representantes de Panamá y de El Salvador.
La Asociación Internacional de Críticos de Artes – Costa Rica y el Ministerio de Cultura y Juventud, mediante la Benemérita Biblioteca Nacional le invitan a la actividad del ciclo Aula Encendida Espacios y restricciones para el ejercicio de la crítica. La actividad que será moderada por Marjorie Ávila Salas y contará con la participación de Sofía Ruiz Ugalde, Manuel Zumbado y Juan Carlos Flores Zúñiga.
La actividad se realizará el miércoles 14 de mayo a las 4:00 p.m. en la Benemérita Biblioteca Nacional. También se transmitirá en el Facebook: Biblioteca Nacional Costa Rica https://www.facebook.com/bibliotecanacional.mcj.cr/
El arte ha sido una herramienta poderosa para representar la lucha, los sueños y la resistencia de los migrantes, quienes, a menudo, son tratados como mercancía desechable o criminales. Esculturas como «Angels Unawares» (Ángeles inadvertidos), instalada en el Vaticano por Timothy P. Schmalz (2019), desafían esta visión. Timothy Schmalz lleva 25 años esculpiendo grandes obras de bronce que se han instalado en todo el mundo. El tema de la mayoría de ellos se refiere a cuestiones actuales de justicia social, como los sin techo, los migrantes y la trata de seres humanos.
La obra muestra una barca repleta de migrantes de diversas épocas y culturas, con alas de ángel emergiendo en el centro, recordando el pasaje bíblico: «No olvidéis la hospitalidad, pues por ella algunos hospedaron ángeles sin saberlo» (hebreos 13:2). La barca parece flotar en un mar de incertidumbre, cargada de esperanza y temor, simbolizando el viaje forzado de quienes buscan una vida digna lejos de su patria. Este monumento es un llamado urgente a la solidaridad y la acogida.
“Sean acogedores”, obra de Timothy P. Schmalz en la Iglesia Santa María del Lago en Chicago.
El Papa Francisco ha sido un defensor incansable de los derechos de los migrantes, y en su mensaje para la 109ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado), expresó: «Los migrantes escapan de una pobreza terrible, de la imposibilidad de asegurar la supervivencia de sus familias, de situaciones de violencia y explotación. No debemos olvidar que el progreso de nuestras naciones se ha construido en gran parte sobre el sudor y el sacrificio de millones de migrantes.»(Papa Francisco, 2023)
Mientras tanto, en Costa Rica, a pesar de la enorme contribución de los migrantes, especialmente la comunidad nicaragüense, no existe un monumento que visibilice su esfuerzo. La única escultura que reconoce el aporte de la migración china, iniciada hace 168 años, es el Monumento a la Convivencia, creado por Juan Carlos Abarca (2023), en el Barrio Chino de San José. Sus figuras de bronce parecen conversar con el viento, contando la historia de quienes dejaron su país para construir un nuevo hogar. Sin embargo, miles de nicaragüenses trabajan en el campo y la construcción sin ningún reconocimiento artístico que honre su labor. Esta ausencia pone en evidencia la falta de reconocimiento y la xenofobia que aún persiste. (Universidad, 2023).
En contraste, la migración española ha sido homenajeada en esculturas como la Puerta del Atlántico, en Vigo, España, de Silverio Rivas (1991). Paradójicamente, mientras generaciones de españoles buscaron oportunidades en América, hoy muchos sectores políticos y sociales en España rechazan la migración latinoamericana con argumentos racistas. En los últimos años, el discurso antinmigrante ha cobrado fuerza en algunos grupos, promoviendo la idea de que los migrantes latinoamericanos representan una carga para el país (ACI Prensa, 2019). Sin embargo, la realidad es que han contribuido significativamente a la economía y la cultura española, desempeñando roles clave en sectores como la construcción, la hostelería y el cuidado de personas mayores (Vatican News, 2021).
Otros ejemplos como “Los Viajeros”: Escultura del migrante, obras del escultor francés Bruno Catalano, se encuentran en Marsella, Francia, y evocan poderosas emociones relacionadas con la migración y la búsqueda de identidad. Esta serie presenta figuras de individuos fragmentados, como rotos o incompletos, cada uno con sus distintas ropas y siguiendo su propio camino.
Frente a este panorama de contradicciones y exclusiones, la obra «Ángeles inadvertidos», promovida por el Papa Francisco, cobra aún más relevancia. Al representar a migrantes de distintas épocas y culturas en una barca, donde también viajan José el obrero, María y el niño Jesús, inmigrantes por necesidad, esta escultura recuerda la importancia de la hospitalidad y la solidaridad, desafiando las narrativas de exclusión y discriminación que persisten en nuestras sociedades (Papa Francisco, 2023).
El arte puede cambiar narrativas y romper barreras. Obras como «Angels Unawares» y el Monumento a la Convivencia y “Los viajeros”, dignifican la experiencia migratoria, pero Costa Rica aún tiene una deuda pendiente con los migrantes nicaragüenses.
Es hora de que la historia de quienes han construido con esfuerzo los campos y ciudades sea visibilizada en el espacio público.
Erik Satie fue un músico genial que compuso grandes obras, inspiró a la música minimalista de la segunda mitad del siglo XX y tuvo un compromiso político, tras pasar una juventud inclinada hacia la espiritualidad. El próximo 1 de julio de 2025 se cumple un siglo de su fallecimiento. Esta es su biografía.
Erik Satie, cuyo nombre completo fue Éric Alfred Leslie Satie, nació el 17 de mayo de 1866 en Honfleur, Normandía, Francia. Hijo de Jules Alfred Satie y de Jane Leslie Anton, tuvo orígenes escoceses por vía materna.
En 1870, Erik Satie se mudó a París con su familia. Pero, tras la temprana muerte de su madre, él y su hermano Conrad regresaron a Honfleur con sus abuelos paternos y se convirtieron en católicos, abandonado el culto anglicano que habían seguido hasta entonces.
En 1878, Erik Satie y su hermano volvieron a París con su padre y éste se casó con la profesora de piano y compositora Eugénie Barnetche, situación que provocó que el joven Erik aprendiese los fundamentos del instrumento e ingresase en el Conservatorio de París en 1879. Considerado sin talento por sus profesores, terminó expulsado del centro, aunque, al poco tiempo, demostró que se habían equivocado.
En 1884, así pues, Erik Satie compuso Allegro. En 1887 y 1888, las tres Gymnopédies para piano. Y, justo después, las Gnossiennes también para piano. A temprana edad, el músico tocó el cielo con esas obras magnas, las cuales se convirtieron en la fuente de inspiración de la música minimalista desarrollada en la segunda mitad del siglo XX.
En esa etapa de su vida, Erik Satie se interesó por las enseñanzas de los rosacruces, basadas en el trabajo interior y la transmutación espiritual, y llegó a ser, en 1891, el maestro de capilla y el compositor oficial de una de sus ramas: la Orden de la Rosa Cruz Católica y Estética del Templo y del Grial. Fundada en ese mismo año por Joséphin Péladan, Satie compuso para ella piezas como Sonneries de la Rose+Croix.
En 1892, Satie se separó de Péladan y fundó la Iglesia Metropolitana de Arte del Jesús Conductor, centrada en la religión católica y el arte. Para su iglesia, escribió la Misa de los Pobres.
Después de una efímera relación con la pintora Suzanne Valadon, ya en 1898, Erik Satie abandonó París y se fue a vivir a Arcueil, una población situada a las afueras de la capital francesa. Y su vida sufrió un cambio radical.
La experiencia de vivir en Arcueil en una simple habitación rodeado de obreros provocó que el músico dejase atrás definitivamente su etapa espiritual y abrazase el socialismo, militando a partir de entonces en partidos socialistas y comunistas como el propio Partido Comunista Francés (PCF).
Satie permaneció fiel hasta sus últimos días a esa ideología y a la causa de los obreros. Y una frase del escritor francés André Breton lo dice todo al respecto: “Satie afirmaba que el piano, como el dinero, no resulta agradable más que a quien lo toca”.
La evolución de Erik Satie, en cierta forma, fue similar a la de otro artista genial: el pintor mexicano Diego Rivera. De joven, Rivera fue rosacruz y Oficial en la Gran Logia Quetzalcóatl de la Antigua y Mística Orden Rosa-Cruz (AMORC) para, después, convertirse en comunista. Si Satie compuso piezas musicales para los rosacruces, Rivera pintó por encargo de ellos la obra Quetzalcóatl, serpiente emplumada.
En Arcueil y entre los obreros, Erik Satie volvió a inspirarse y a componer obras notables de repercusión en la historia de la música. En 1915, conoció al escritor y artista Jean Cocteau y los dos iniciaron una colaboración fructífera de la que nació el ballet Parade, considerado el precursor del surrealismo. Estrenado en París en 1917, fue dirigido por Serguéi Diáguilev, con música de Satie, libreto de Cocteau y vestuarios y escenografía de Pablo Picasso.
En 1924, Erik Satie también compuso la música de los ballets Mercure y Relâche, asociados al dadaísmo o dadá, el antepasado directo del surrealismo. Ambos fueron estrenados en París, con música suya y vestuarios y escenografía de Pablo Picasso en el primero de ellos. Resultaron sus últimas grandes obras. Su despedida artística.
Erik Satie falleció finalmente en el Hospital de Saint-Joseph de París el 1 de julio de 1925 a los 59 años de edad, envuelto en problemas económicos y de salud. Y fue enterrado, de inmediato, en el cementerio de Arcueil, ante el dolor de los allí presentes y de otros que, desde la distancia, se conmocionaron.
Con el paso de las décadas, poco a poco, Erik Satie recibió todo tipo de homenajes. Francia le dedicó calles, conservatorios y escuelas e, incluso, la comunidad científica le puso su nombre al asteroide (9438) Satie, descubierto el 5 de marzo de 1997 por el Observatorio Nacional de Kitt Peak de Estados Unidos.
Los enemigos políticos del músico tampoco lo olvidaron. No le perdonaron su militancia en el Partido Comunista Francés, su internacionalismo y haber afirmado que el patriotismo se resume en la máxima: “todo para mí, nada para los demás”. En 2016, el Frente Nacional francés lo señaló por haber sido “comunista” e intentó parar un homenaje que le preparaba el Ayuntamiento de Arcueil.
A día de hoy, la música de Satie sigue cautivando a millones de personas y sus piezas son interpretadas y grabadas por artistas de todo el mundo. Entre sus sucesores minimalistas, destacan compositores de gran talla como Michael Nyman o Philip Glass.
Erik Satie compuso obras memorables, fue clave para la música minimalista posterior, realizó aportaciones históricas al surrealismo y al dadaísmo y tuvo un compromiso político duradero, tras una juventud inclinada hacia la espiritualidad. Su legado es extraordinario, no tanto por el volumen como por la excepcionalidad. No tanto por la composición como por la innovación. Único.
Santiago Rusiñol dijo de él allá por 1890: “Si la fortuna no le juega una mala pasada, su nombre sonará con el tiempo. Su táctica tiene mucho de oriental, pues tiende a simplificar su arte para llevarlo a la última expresión de sencillez”. No se equivocó.
Apertura de la exposición se realiza el Día Mundial de la Madre Tierra
Greivin Salas, primer artista plástico sancarleño que expone en la reconocida Galería
Por Cristina Weidlich Hidalgo
Del 22 de abril al 10 de mayo, la obra del artista plástico sancarleño, Greivin Salas, engalanará los espacios de la Galería Sophia Wanamaker del Centro Cultural Costarricense – Norteamericano, sita en Los Yoses, San José.
La Muestra:
“Connecting the Roots” es un ecosistema de entendimientos visuales sobre un espacio vivo que, además, sobrecoge a quien lo enfrenta.
Su fuerza sensorial es transmitida con detalle desde lo intuitivo y personal estilo pictórico del artista, con el fin de integrar y armonizar esas grandes ideas de sus imágenes como los que son el bosque, la magia, el color, lo trascendente, lo telúrico, entre otros; vasos comunicantes para un acto de contemplación que se robustece de la energía vital de ese ser orgánico e interconectado como lo es el bosque, cuando lo observamos con distancia y respeto, pero más, cuando ingresamos a él y parece que nos trasciende a otro mundo y nos conecta a sus raíces” Galería Sophia Wanamaker
Mediante “Connecting the Roots” o Conectando las raíces, una vez más el artista fusiona la creación artística y su compromiso perenne con la Madre Tierra haciendo un llamado para que las personas “reconecten” y contribuyan a su cuido y preservación. “El 22 de abril se conmemora el Día Mundial de la Tierra, por tanto, la fecha de inicio de esta muestra es el complemento perfecto para la apertura de la exposición”, señaló el artista.
La muestra consta de 27 piezas entre pequeño, mediano y gran formato bajo la técnica del acrílico, siendo su título y su obra principal, un tributo al trabajo que realiza el proyecto Connecting the Roots – Rewilding Charity, ubicado en Nosara de Guanacaste, que promueve la unión de voluntades y deseos para revivir la naturaleza y reconectar las sociedades urbanas, alejadas de la naturaleza.
Adicionalmente aporta un recorrido entre su ser interior, su aproximación a la Naturaleza como un Espíritu total, libre e invasivo, construido a lo largo de su historia delineada con detalle en los recorridos visuales de su trabajo, a través de espacios complejos y laberínticos que hablan de encontrar una salida, un camino o un espacio de reposo.
“Como artista plástico sancarleño, me enorgullece haber sido invitado por primera vez en la historia de la zona a exponer mi trabajo por tres semanas en una galería tan destacada; agradezco profundamente a quienes han apoyado mi trabajo: mi familia, mi gente, a la administración de la Galería y a todas aquellas personas a quienes no reconozco aún”, concluyó Greivin Salas.
Exposiciones anteriores:
2023: Exposición “Bosques en Peligro”; lanzamiento II colección en la Asamblea Legislativa de Costa Rica. Obra principal: “Bosques Mágicos en Peligro”, en préstamo a la Asamblea Legislativa por 99 años.
2022: 27° Conferencia de las Partes (COP 27) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés) – Certámen Global. La obra “Deforestación” fue elegida como segunda de las 3 historias de inspiración ganadoras a nivel global y exhibidas en la COP 27. Referencia en: https://www.facebook.com/photo.php?fbid=215754730891624&set=pb.100073712951415.-2207520000&type=3
2021 – 2022: Exposición digital: “Los Colores Vivos, una Mirada a la Transformación de los Espacios Rurales Costarricenses”:
Este jueves 24 de abril se entregó la Medalla UNA al grupo Marfil. El conjunto dio sus primeros pasos con Tipí, Isidor, Tabash, Espinach, Chavarría y se les sumaron Raúl Rodríguez, Gregorio Carr, Gene Chambers, Wilfrido Dixon y Luis Coto.
A lo largo de más de 50 años de trayectoria, ha contribuido de manera significativa con el patrimonio cultural nacional, tanto a través de la música mediante la producción de decenas de sencillos, EPs y cuatro discos de larga duración, como en la difusión de la cultura afro costarricense y contribución al enriquecimiento del patrimonio cultural del país.
En sus presentaciones internacionales, sus temas originales y arreglos de ritmos caribeños de grandes éxitos discográficos han sido motivo de grandes elogios públicos, empresarios, productores y músicos de los países visitados siempre declararon su admiración por la agrupación y su alto desempeño en escena
La “Medalla Universidad Nacional” constituye una distinción que se entrega en casos excepcionales a personas o instituciones, nacionales o extranjeras, cuya trayectoria de excelencia o sus aportes en el campo social, humanístico, científico, artístico y cultural constituye un destacado ejemplo en la construcción de una sociedad más humana, más plena, inspirada en los más altos valores de una cultura de paz, justicia y bienestar social.
Oficina de Comunicación Universidad Nacional, Costa Rica
El VI Festival Madremonte se llevará a cabo los días 2, 3 y 4 de mayo en el corazón del Refugio de Vida Silvestre Longo Mai, al sur de Costa Rica. Esta edición se celebra bajo el tema “Aguas Madres”, honrando las aguas del mes de mayo como símbolo de vida, fertilidad, regeneración y memoria territorial.
Madremonte es un encuentro que fusiona arte, pensamiento crítico, saberes ancestrales, naturaleza y comunidad. Surgió como una idea inspirada por la artista y pensadora Guadalupe Urbina, quien una vez más será parte del concierto principal del festival.
Este año el festival contará con una destacada participación de artistas y colectivos provenientes de distintas regiones del país:
Guadalupe Urbina Rialengo Maf É Tula Karol Barboza Fabián Pacheco Sanador (banda del sur de Costa Rica) Luz María Romero Paloma Coronado (experiencia sonora con cantos indígenas e instrumentos prehispánicos) Vampel Lucas y Marypaz (facilitadores de Danzas de Paz Universal) Berenice Jiménez y Eddie Monge Armando Jiménez
Además de los conciertos, el Festival Madremonte ofrece una programación rica en actividades artísticas, educativas y espirituales:
Conversatorio Pre-Festival: Armonía y Derechos de la Naturaleza (28 de abril, UNA y Longo Mai) con destacadas figuras como Fernando de Carvalho Dantas, Germana de Oliveira, Roland Spendlingwimmer y Rebecca Lemos Igreja. Taller de Arte Efímero en el bosque tropical con Herminia Martínez (España) Taller de Danzas de Paz Universal Conversatorio sobre Soberanía Medicinal y Alimentaria con Casa Madremonte Mesa de diálogo de abuelos y abuelas de Longo Mai dirigida por Guadalupe Urbina Gira de campo: Ambaibo y ecosistemas de Longo Mai Taller de elaboración de pupusas con Edith Quijano Exposición fotográfica: Longo Mai, Tierra para Refugiados, por Priscilla Mora Flores
La Escuela de la Tierra, organización comprometida con la educación, la cultura, los derechos humanos y la defensa de la naturaleza, será parte fundamental de esta edición, articulando propuestas formativas y conversatorios que nutren el espíritu del festival.
El concierto principal este año se celebrará dentro del Refugio, integrando música y naturaleza en un mismo escenario lleno de vida.
Recomendaciones importantes: Se invita al público a traer linterna, repelente de mosquitos, botas de hule, zapatos caminadores para la selva, impermeables y todos los implementos necesarios en caso de acampar.
Reservaciones y más información: WhatsApp: +506 6431 4978
Un espacio de encuentro, arte y memoria para recordar que el agua es origen, camino y destino común.
Este fin de semana el teatro en la UNA es para toda la familia
Del 25 al 27 de abril, el Teatro Atahualpa del Cioppo abre sus puertas a la temporada de grupos independientes con la obra La perrera, del grupo argentino Rosa Mosqueta. Esta es una adaptación de Historia del hombre que se convirtió en perro, de Osvaldo Dragún, donde dos juglares, Baru y Pelusa, recorren pueblos recolectando fábulas para contar. En esta ocasión, les invitan a sumergirse en La perrera, la historia de un poeta que se convirtió en perro. Con una combinación de canciones, personajes grotescos y un lenguaje visual vibrante, la obra nos transporta a un mundo de rutinas, absurdos y sueños por perseguir.
Abril Beato y Bruno Vega, protagonistas de la obra, trabajan juntos desde 2013 en diversos proyectos escénicos en la provincia de Río Negro, Argentina.
Actualmente, junto con otros integrantes, conforman el grupo Rosa Mosqueta Teatro. Con más de 60 funciones, La perrera se ha convertido en un referente del teatro en la comarca andina del paralelo 42. La obra fusiona el clown, la comedia del arte y la murga uruguaya para dar vida a un clásico del teatro argentino.
La Temporada de grupos independientes a cargo del proyecto Teatro en el Campus y UNA Producción Escénica de la Escuela de Arte Escénico, se consolida como un espacio de intercambio artístico y de aprendizaje, que permite la conexión entre artistas nacionales e internacionales con la comunidad universitaria y el público herediano.
«La temporada de grupos independientes representa una oportunidad para que los grupos nacionales e internacionales compartan su trabajo con la población herediana y con las y los estudiantes de la Universidad Nacional, especialmente de las carreras artísticas. Además, es un espacio para que las personas estudiantes del Proyecto Teatro en el Campus apliquen los conocimientos adquiridos en las áreas técnicas de iluminación, sonido y video», comentó Reinaldo Amién, coordinador del Teatro Atahualpa del Cioppo.
Por su parte, Adriana Cuéllar, coordinadora de UNA Producción Escénica, destaca que «la Escuela de Arte Escénico hace un esfuerzo por conectar con la comunidad nacional e internacional a través de estas actividades. Además, se busca ofrecer una experiencia integral a los grupos participantes, brindándoles una infraestructura adecuada y mejorada, con todos los elementos técnicos y humanos necesarios para garantizar una presentación satisfactoria para el grupo, el público y la comunidad de la Escuela».
La obra se presentará viernes y sábado a las 7 p.m., domingo a las 5 p.m. en el Teatro Atahualpa del Cioppo. La entrada tiene un valor de 3500 para estudiantes y personas adultas mayores y 6 mil para público general. Para información y reservas escriba al WhatsApp 2277-3531 o visite las redes sociales:
Instagram: @eaeuna
Facebook: Escuela de Arte Escénico Universidad Nacional
Oficina de Comunicación Universidad Nacional, Costa Rica