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Etiqueta: autocrítica

La humanidad en los tiempos aciagos del Virus Corona

Luis Fernando Astorga Gatjens,
luferag@gmail.com

El filósofo y escritor romano, Séneca, decía que la adversidad es ocasión para la virtud. Esta frase llena de sabiduría, calza perfectamente con esta época que experimenta el mundo y la humanidad entera, frente a la inédita y desafiante pandemia del virus corona.

Como es bien conocido, esta pandemia ha conllevado al aislamiento obligatorio de millones de personas y la imposición de cuarentenas para evitar un mayor contagio de la enfermedad. Estas medidas están generando un severo golpe para la economía de los países y, en el caso de Costa Rica, este golpe se está experimentando en todos los sectores pero, más aún, en el turismo, una de nuestras principales fuentes de divisas.

El coronavirus ha impuesto un necesario aislamiento social pero al mismo tiempo, gracias al vertiginoso desarrollo de las tele-comunicaciones, nunca nos ha tenido más juntos a amplios sectores de la humanidad. Es un momento muy propicio para la reflexión y la autocrítica, tanto para los países y las sociedades como para las personas.

La progresiva concentración de la riqueza, que ha experimentado el mundo en los decenios recientes, se refleja en que el «el 1% de los ricos del mundo acumula el 82% de la riqueza global» (Oxfam). Cada vez los ricos son más ricos y los pobres más pobres en una desequilibrada ecuación de desigualdad. Este fenómeno también lo ha venido experimentando Costa Rica; lo que se refleja en un preocupante debilitamiento del estado social de derecho.

El consumismo nos ha venido desbordando en sociedades marcadas por el individualismo, en las cuales los “contratos sociales” sustentados en la solidaridad y el bien común, son más la excepción que la norma. Hoy, el contraste es evidente: En la mayoría de los países industrializados ha habido una gran preocupación por la producción de artículos sanitarios mientras se anuncia la escasez de artículos de higiene para atender la urgente demanda que exige la atención a la pandemia.

Quienes siempre hemos defendido la medicina pública, como la que ha desarrollado el país, en este presente de crisis sanitaria, se muestra fehacientemente que la razón estaba y está de nuestro lado. La medicina privada impulsada, con gran fuerza, por el neo-liberalismo es incapaz de dar una respuesta adecuada al tamaño y las dimensiones de esta crisis. La mejor respuesta la puede dar la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), a partir de una filosofía y una práctica, basada en la solidaridad y la subsidiaridad. Quienes han buscado debilitar a la Caja con proyectos privatizadores, en estos momentos marcados por la amenazante pandemia, deben rectificar.

¿Qué tipo de sociedad debemos construir? Es la pregunta crucial que debemos responder. Una basada en la concentración de la riqueza, de la vida buena para minorías irritantemente concentradoras, de la medicina para las élites de la sociedad u, otra que valore el trabajo de la personas, de una mejor distribución de la riqueza, de una medicina al alcance a todas y todos, en las ciudades y en los campos y que no establezca diferencias arbitrarias entre requieren de sus servicios. Una sociedad basada en el egoísmo y la codicia de unos pocos, o de la solidaridad como propósito común y práctica cotidiana.

El día de hoy no debe ser de los políticos, como bien se ha dicho, debe ser de los profesionales de la salud y de los científicos, que están enfrentando al Covid-19 en todos los escenarios del planeta. Y cabe un reconocimiento enorme a la labor abnegada y heroica de los médicos, enfermeras y demás personal sanititario de Costa Rica, que se han estado preparando y ya están atendiendo a las y los pacientes infectados por el virus corona.

Sin embargo, cuando pase esta crisis (que esperamos sea lo antes posible), las y los políticos deben entrar a un proceso de correctiva reflexión sobre qué país estamos construyendo y nosotras y nosotros, como sociedad y personas, debemos ser protagonistas en ese proceso. Virtudes como la solidaridad, el apoyo recíproco, la bondad deben emerger con fuerza, como bien aconseja Séneca en este momento sombrío y difícil.

 

Enviado por el autor.

Tercer República demanda autocrítica en lucha sindical

Álvaro Alberto Salazar Morales, Secretario General del Sindicato Asociación de Empleados del Seguro Social (AESS) de Costa Rica nos envía el siguiente comentario a SURCOS:

Primero felicitar sus ediciones, siempre llenas de información y de observación del acontecer, que nos enriquecen.

Segundo, muy lamentable y doloroso. Las luchas comunes y similares que atendemos ciudadanías, caso Argentina, Nicaragua, Guatemala y Costa Rica con respecto a esa insaciable hambruna neoliberal. La concentración de Poderes: Político, Judicial, Ejecutivo y Parlamentario de la mano como fieles servidores del capital nacional y en especial transnacional.

Tercero, emprender una Huelga y Lucha, lamentablemente espontánea y sin preparación que no vino a cambiar las condiciones de tan latente amenaza para los trabajadores y la sociedad, ante una potencial ley de «Fortalecimiento Fiscal» que hunde más a las clases vulnerables y a todas luces violatoria de derechos humanos.

Cuarto, la intransigencia e ineptitud de una «dirigencia» hambrienta de figurar, soberbia y egocéntrica que sólo quiso ocupar silla en una Mesa sin rumbo y con actores no resolutivos ni vinculantes. Siendo un proyecto legislativo rehuyeron a emplazar a jefes de fracciones parlamentarias. Cada segundo, minuto y suma de horas de días en total secretismo y hermetismo informativo fue un desastre y un mal reconocimiento de todo lo capitalizado con un significativo número de trabajadores (agremiados) del sector público y la inmensa participación ciudadana y de habitantes en suelo costarricense. Desde bebés tomando pecho de su madre, núcleos familiares, niños, adolescentes y de longevos en bastón y sillas de ruedas, conglomerados en el Valle Central y a lo largo y ancho del territorio nacional. Todo ello fue demeritado por quienes SIMPLEMENTE CLAUDICARON.

Quinto, las membresías son de gran consideración. PERO la calidad, experiencia, conocimiento y profesionalismo en campos específicos, más aún complejos como la trata de asuntos económicos, no puede ni debe ser asumida por pretenciosos. De esas filas de agremiados debe designarse a competentes y expertos, correspondiendo a un mínimo de dirigentes conocedores de administración de luchas y negociaciones, pero la materia atendida por expertos de la base social.

Alguien y/o algunos deben respuestas al sector público y ciudadano de sus responsabilidades ante este fracaso de resultado.

*Imagen con fines ilustrativos.

Enviado por el autor.

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