Skip to main content

Etiqueta: baile popular

Ya no se prohíbe bailar swing

Por Memo Acuña
Sociólogo y escritor costarricense

En 2003 la productora audiovisual costarricense Gabriela Hernández sacó a la luz el hermoso documental “se prohíbe bailar swing”, en el que reflejó cuan extendida está la cultura de ese baile en Costa Rica, particularmente en los salones de la ciudad capital. Sin embargo, no siempre hubo una actitud permisiva a ese ritmo, por considerarlo proveniente de sectores populares y de actividades vinculadas con el trabajo sexual, en el caso de las mujeres.

Las elites se referían a este baile como vulgar y pachuco. En el lacónico San José de la década de los años setenta, en muchos salones de baile podía leerse el rótulo con la inscripción “se prohíbe bailar swing”, casi con el mismo mandato de aquellas otras prohibiciones a las escenas amorosas, que circulaban en otro tipo de negocios.

Afortunadamente, en el caso del swing, la prohibición pasó a un extendido gusto por su aprendizaje y su práctica en muchos lugares del país. Academias de baile, investigaciones llevadas a cabo por Ligia Torijano por más de 25 años y su declaratoria como patrimonio Cultural Inmaterial, en el año 2011, han contribuido a su difusión y a que se conciba como una muestra de la cultura y la identidad costarricense.

El viernes 25 de octubre fue estrenado el documental “Buscando el swing. Un viaje por los territorios donde nació la cumbia” llevado a cabo por el cantante Rialengo y el productor y músico Pedro Víquez, ambos costarricenses. Se adentraron por diez territorios colombianos explorando los orígenes de la cumbia y su relación con procesos sociohistóricos y culturales. así como su relación con el swing criollo costarricense.

Una relación directa entre ambos ritmos es su expresión popular, su apropiación por sectores sociales relacionados con las dinámicas de los pueblos. Cuando este documental sea exhibido de forma masiva, recomiendo verlo en clave de producto cultural y una manera de comprender la forma como nuestros sectores populares armonizan y recrean sus distintas formas de transformar el mundo.

Danza Universitaria continúa cerca de la gente

Por medio de talleres virtuales

Aunque sea de manera virtual, Danza Universitaria no ha dejado de estar presente en las distintas comunidades del país y desde marzo ha desarrollado una serie de espacios para diversos públicos, con el fin de continuar con su labor en el área de acción social y adaptar su trabajo a las circunstancias actuales.

Estos espacios de intercambio y capacitación surgieron como respuesta a la necesidad de mantener los talleres y actividades que realiza la compañía y ampliarlos a otros públicos.

Es así que surgieron diversos proyectos virtuales, enmarcados dentro de la iniciativa Comunidades en Línea con Danza U, como Bailemos de larguito, a cargo de Minor Gutiérrez, que inició como una colaboración con la Municipalidad de Montes de Oca para impartir clases de bailes populares a la población del cantón. No obstante, más adelante se abrió para personas de cualquier rincón del país.

Según comentó Gutiérrez, este espacio, más que una clase de baile, tiene como objetivo mantener a las personas en movimiento, socializar y colaborar con la salud mental.

“El baile es una excusa para que nos movamos, para que hagamos ejercicio. Es salud mental para alejarnos un poco de toda la situación, dedicarnos a nosotros, concentrarnos en el baile, en la música, en los demás compañeros”.

Las clases se imparten por medio de la plataforma Zoom los lunes y jueves a las 5:30 de la tarde, e incluye ritmos como bolero, salsa, cumbia, merengue, paso doble y mambo, entre otros.

Para Gutiérrez esta ha sido una experiencia que le ha gustado mucho, pues significa un reto en la forma de enseñar, así como el aprendizaje tecnológico y técnico que implica. Además es una modalidad que podría mantenerse aún después de la pandemia.

Otro de los talleres que se está llevando a cabo es el de Acondicionamiento físico integral, que está dirigido a bailarines y bailarinas profesionales.

Karen Elizondo es la facilitadora y ella manifestó que el objetivo de este curso es mantener el nivel físico de los profesionales de la Danza que han tenido que dejar su entrenamiento habitual por la cancelación de espectáculos y otras actividades. En este sentido, las clases están orientadas a mejorar la fuerza y aumentar la resistencia muscular.

El curso está adapatado a un espacio pequeño y al uso de materiales caseros. Para Elizondo la experiencia ha sido de mucho valor, pues ella no había incursionado en cursos en línea y esto le ha permitido, a parte de conocer mejor la herramienta, preparar las clases desde otras perspectivas para que quienes asisten puedan seguir de manera correcta los ejercicios que se realizan.

Por su parte, Adriana Cuellar, bailarina que está participando de este taller, agradeció a Danza Universitaria que haya abierto este espacio, pues le ha permitido mantener de alguna manera el movimiento y ejercicio que necesita cualquier bailarín, además indicó que el profesionalismo y la dedicación de la profesora son puntos que han hecho las lecciones muy satisfactorias.

Las clases se imparten los lunes y jueves a las 7 de la noche.

Una de las características que han tenido tanto el curso de Bailemos de larguito como el de Acondicionamiento físico es que han contado con la participación de personas en el extranjero.

Para los adultos mayores se desarrollaron los talleres de Movimiento Creativo y Estabilidad en Movimiento a cargo de Gloriana Retana.

El primero está dirigido a personas entre 50 y 80 años con el propósito de mejorar la calidad de vida y salud de esta población, asi como el disfrute de los movimientos del cuerpo y para despejar la mente.

Mientras que el otro taller es para personas mayores de 80 años y surgió pues Retana pensó en su abuela y en cómo mantenerla activa a raíz de la pandemia. El objetivo de estas clases se centra en mantener la energía, la movilidad articular y el buen dormir de las personas. Para realizar estas lecciones se necesita una silla y la persona debe contar con alguien que le ayude tanto para realizar los movimientos, como para el uso de la tecnología.

“Para mí esta experiencia ha sido un regalo absoluto porque es la manera de colaborar desde tu campo artístico. Ha implicado reinventarme yo desde el movimiento, en la sensación, conciencia corporal y el disfrute a partir de cosas mas simples. Me ha dado la oportunidad de trabajar con una población que siempre había querido y ha sido muy satisfactorio el resultado y la importancia de ese ratito a la semana para poder ayudar a otra gente”, destacó Retana.

Para más información se puede ingresar a la página de Facebook de Danza Universitaria o comunicarse al teléfono 2511-5579.

 

Foto: Bajo la iniciativa del proyecto Comunidades en Línea con Danza U, la compañía se ha mantenido activa realizando diversos talleres virtuales para distintos públicos (imagen con fines ilustrativos). Foto: Anel Kenjekeeva.

Andrea Marín Castro
Periodista, Oficina de Divulgación e Información