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Etiqueta: becas

El Sistema de Becas de la Universidad de Costa Rica es un motor de movilidad social de este país

Semana de rendición de cuentas

La vicerrectora de Vida Estudiantil rinde cuentas sobre su gestión

La Vicerrectora de Vida Estudiantil aseguró que el eje central de su gestión está enfocado en brindar el acompañamiento necesario para que toda la población estudiantil de la UCR pueda cumplir con éxito su proyecto académico (foto: archivo ODI, UCR).

En el marco de la Semana de Rendición de Cuentas organizada por la Rectoría, la Dra. María José Cascante Matamoros, Vicerrectora de Vida Estudiantil de la Universidad de Costa, se refirió a las diferentes acciones emprendidas durante su gestión para brindar acompañamiento al estudiantado durante su ingreso, permanencia y graduación de la institución.

Este espacio, se llevó a cabo este jueves 13 de mayo, de forma virtual a través del canal oficial de youtube de la Universidad de Costa Rica. Durante su disertación, la vicerrectora abordó específicamente algunas de las iniciativas impulsadas por la ViVE en el contexto de la pandemia, con el fin de apoyar a la población estudiantil en condiciones sociales y económicas más vulnerables.

Dentro de estas acciones, se destaca en el eje de admisión, todas las coordinaciones interinstitucionales efectuadas para lograr adaptar las diferentes etapas del proceso de admisión 2020-2021 a las condiciones generadas por la pandemia derivada del virus Sars-Cov2.

En este punto, Cascante afirmó que gracias al esfuerzo de la UCR, se logró aplicar la Prueba de Aptitud Académica, cumpliendo con todas medidas sanitarias, a las más de 64 mil personas inscritas en el proceso de admisión 2020-2021.

“Estos esfuerzos en el proceso de admisión se ven reflejados, en las más de 9500 personas estudiantes de nuevo ingreso que este 2021 iniciaron sus estudios en la Universidad de Costa Rica” dijo Cascante.

Por otra parte, en el tema de matrícula y graduación, la Vicerrectora de Vida Estudiantil destacó los resultados positivos en la permanencia de la población estudiantil, que han tenido las iniciativas de apoyo estudiantil brindadas durante la emergencia nacional.

“Al inicio de la pandemia creímos que muchos estudiantes iban a pausar sus proyectos académicos debido a la difícil situación nacional, sin embargo, gracias a las iniciativas de acompañamiento de la UCR en materia de becas, orientación, salud y muchas más, el dato de la cantidad de estudiantes matriculados en el I ciclo 2021 fue de 46.519 personas, lo que indica un crecimiento en la matrícula con respecto al año anterior cuando matricularon un total de 43.430 estudiantes en el I ciclo lectivo 2020” explicó Cascante.
Asimismo, mencionó que entre febrero 2020 y febrero 2021, la UCR graduó a más de 5 mil nuevos profesionales, y que en ese período se entregaron a domicilio, vía mensajería de correo, más de 5.500 mil títulos. En su opinión este mecanismo se seguirá implementando este 2021, hasta que la evolución epidemiológica permita regresar a la presencialidad.

Becas como motor de movilidad social

Por otra parte, Cascante afirmó que dentro de las acciones ejecutadas durante su gestión, sobresale el fortalecimiento y ampliación de la cobertura del Sistema de Becas.

Desde su perspectiva, para esta administración universitaria, el robustecimiento del Sistema de Becas es fundamental ya que es sinónimo de movilidad social para miles de estudiantes y sus familias.

“Nuestro objetivo en estos últimos meses ha estado enfocado en ampliar la cobertura del sistema de becas y mejorar algunos beneficios para la población becaria. Por ejemplo, para el primer ciclo lectivo 2021 se asignó un aumento del 30% en el beneficio de alimentación y del 15% en el beneficio de gastos de carrera sobre los montos vigentes” afirmó Cascante.

Por otra parte aseguró, que este año 2021, más de 26 mil estudiantes de la UCR cuentan con algún tipo de beca socioeconómica, lo cual se traduce a que la cobertura del sistema de becas alcanza a un 56% del total del estudiantado de la institución. Agregó que en el caso de las sedes regionales 8 de cada 10 estudiantes cuentan con beca.

“Actualmente, más de 20 mil estudiantes cuentan con las dos categorías de becas más altas que ofrece el sistema de becas (categorías 4 y 5), por lo cual acceden a una gran cantidad de beneficios complementarios que les permiten tener las condiciones idóneas para estudiar y para mejorar su calidad de vida personal y familiar, dentro de esos beneficios se encuentran los apoyos para alimentación, transportes, gastos de carrera, reubicación geográfica, entre otros” afirmó la vicerrectora.

Por último, la vicerrectora de Vida Estudiantil señaló que la UCR también ha realizado esfuerzos importantes para apoyar al estudiantado en materia de Orientación y Salud.

“La Oficina de Bienestar y Salud ha trabajo estrategias enfocadas en mejorar la salud integral de la población estudiantil, con especial énfasis en la salud mental; mientras que la Oficina de Orientación ha adaptado sus diferentes servicios a la virtualidad, a través de la iniciativa Orientación hasta tu casa” dijo la vicerrectora.

Las personas interesadas en observar la rendición de cuentas de la Vicerrectoría de Vida Estudiantil pueden acceder a la presentación de los datos a través del siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=xhmj9_YgPh0

 

Tatiana Carmona Rizo
Periodista Vicerrectoría de Vida Estudiantil

UCR: La mayoría de jóvenes de las universidades públicas utilizan las becas para financiar sus estudios

Así lo confirman los resultados obtenidos en una investigación del Conare para el año 2019

Los estudios universitarios posibilitan una mejor calidad de vida y un abanico de oportunidades laborales para los jóvenes del país. Foto ilustrativa Karla Richmond, UCR.

El 48,6 % de la población estudiantil encuestada en un análisis del Conare, tiene a las becas como la principal fuente de financiamiento de sus carreras en universidades estatales, mientras que quienes reciben el apoyo económico de sus padres representa el 46,5 %.

En las sedes regionales la distancia entre ambas variables aumenta considerablemente, pues las becas es la principal fuente de financiamiento para el 60,3 % de los estudiantes de la región Chorotega, el 58,5 % en el Pacífico Central, 74,6 % en la Brunca, 69,6 % en la Huetar Caribe y 59,9 % en la Huetar Norte.

Así se desprende del Estudio de caracterización de la población estudiantil universitaria estatal, 2019, que desarrolló el Consejo Nacional de Rectores (Conare), cuya muestra se basó en estudiantes quienes estaban matriculados en el primer ciclo lectivo del 2019, en alguna de las cinco universidades públicas.

El Ing. Luis Paulino Méndez Badilla, presidente de Conare, indicó en un comunicado, que esta investigación estadística es “un instrumento para la rendición de cuentas a la sociedad y para la toma de decisiones en la planificación universitaria con miras al próximo quinquenio. Es la primera vez que se realiza a escala de las cinco universidades públicas y sus hallazgos resultan ser de gran relevancia, pues el conocer al estudiantado permite fortalecer sus programas de acompañamiento socioeconómico, cultural y curricular, entre otros”.

Detalles de la investigación

Este trabajo, realizado por la División de Planificación Interuniversitaria de Conare, fue hecho entre los meses de marzo y octubre del 2019 y la muestra aleatoria abarcó a un total de 13 987 estudiantes universitarios, quienes estuvieran matriculados en las múltiples sedes y recintos de las universidades públicas en todo el país. En el caso de la Universidad Estatal a Distancia (UNED), el estudio se aplicó por regiones de planificación.

Esta encuesta, que tiene un nivel de confianza del 95 % y un margen de error del 4 %, brindó un dato adicional: el 74,7 % de los estudiantes consultados son de colegios públicos, mientras que el 16,2 % provienen de colegios privados.

Los sistemas de becas de las universidades públicas propician que aquellos jóvenes con limitaciones económicas, puedan cursar una carrera y asegurarse su futuro. Foto ilustrativa Karla Richmond, UCR.

Asimismo, el 73,2 % de los estudiantes se mantienen viviendo con sus respectivas familias durante el ciclo lectivo, y solamente el 26,8 % se separa de su residencia familiar para irse a estudiar.

Por otra parte, el 74,8 % de los estudiantes tienen conocimiento del idioma inglés, un 11,1 % del francés, y el 23,6 % sólo del español.

Este trabajo estadístico evidenció además que existe una valoración positiva, en cuanto a la satisfacción de los estudiantes hacia las universidades estatales, pues su calificación general fue de 4,1 en una escala en la que 5 era “totalmente satisfecho” y 1 “nada satisfecho”.

Aunado a esto, el trabajo que han hecho las universidades estatales dirigido a procurar la permanencia y continuidad de los estudiantes en sus carreras ha rendido sus frutos, pues el 81,5 % de la muestra no suspendió sus estudios.

Un dato adicional que se puede destacar de esta encuesta es que el 30,1 % del alumnado al que se contactó tenía un trabajo.

“Realizar estudios de este tipo permite a la sociedad conocer las principales características de la población universitaria estatal y visualizar, desde la perspectiva estudiantil, la opinión sobre sus casas de estudio y de los servicios y beneficios que apoyan su actividad académica”, indicó la M.Sc. Ilse Gutiérrez Coto, directora de la División de Planificación Interuniversitaria de Conare.

Finalmente, este análisis estadístico se va a realizar cada dos años, según afirmaron las autoridades del Conare, con el fin de mantener actualizadas las bases de datos y así obtener los insumos necesarios para definir las acciones tendientes a fortalecer las oportunidades de estudio de los jóvenes en Costa Rica.

 

Otto Salas Murillo
Periodista, Oficina de Divulgación e Información

La Universidad de Costa Rica asegura permanencia en las aulas y logra subir la matrícula para el II ciclo 2020

Acciones concretas de la Vicerrectoría de Vida Estudiantil permiten a estudiantes continuar formándose como profesionales

El objetivo fundamental de la ViVE es brindar todas las condiciones favorables para la permanencia del estudiantado, principalmente de aquellos que viven en condiciones socioeconómicas adversas o precarias. Foto: Karla Richmond.

La educación universitaria pública les permite a miles de estudiantes en Costa Rica tener opciones reales de completar una carrera y mejorar la calidad de vida, tanto personal como familia. Por lo anterior evitar el abandono de las aulas pese a la pandemia es uno de los objetivos prioritarios de la Universidad de Costa Rica.

Para lograrlo diversas acciones hoy permiten confirmar que la matrícula del segundo ciclo lectivo del 2020 aumentó en un 3,3 % con respecto al segundo ciclo del 2019, y del 2017 al 2020 la matrícula incrementó en un 8,6 %.

El apoyo hacia los jóvenes universitarios es la base del trabajo a lo interno de la Vicerrectoría de Vida Estudiantil (ViVE), y la solidaridad es uno de los pilares en que afianza la labor de las diversas oficinas que la integran.

Así, acciones varias de la Oficina de Becas y de Atención Socioeconómica (OBAS), la Oficina de Bienestar y de Salud (OBS), la Oficina de Orientación (OO) y la Oficina de Registro e Información (ORI), los programas de Voluntariado y Liderazgo permiten contribuir a la permanencia en las aulas.

“Realizamos grandes esfuerzos por brindar todas las condiciones necesarias para que los estudiantes puedan desarrollarse en sus diferentes carreras, y también para aquellos jóvenes quienes terminan la secundaria y quieren ingresar a esta institución educativa. Reforzamos el sentido de permanencia de los estudiantes mediante diversas propuestas”, indicó el vicerrector, Dr. Carlos Sandoval García.

Como resultado de esta ardua labor, se han logrado indicadores muy favorecedores, por ejemplo: la matrícula del segundo ciclo lectivo del 2020 aumentó en un 3.3 % con respecto al segundo ciclo del 2019, y del 2017 al 2020 la matrícula se ha incrementado en un 8.6 %; “esto demuestra que el trabajo virtual en medio de la pandemia está funcionando en todas las oficinas que componen la ViVE”, destacó Sandoval.

El vicerrector de Vida Estudiantil, Dr. Carlos Sandoval García, asumió en esta etapa de transición administrativa por la que atraviesa la UCR, y se ha mantenido en contacto permanente con todas las sedes, como por ejemplo en una reunión con representantes estudiantiles y docentes en la Sede del Caribe. Foto Anel Kenjekeeva.

Uno de los retos inmediatos que afronta esta Vicerrectoría es que las solicitudes de becas para el segundo semestre del 2020 llegaron a ser un 20 % más que para ese mismo lapso de tiempo del 2019, “sin embargo, gracias a las atinadas decisiones de la Administración de la UCR, existen recursos adicionales que serán inyectados al Sistema de Becas para poder robustecerlo, como los ₡3 000 millones que estaban dirigidos a pagar el aumento salarial de los funcionarios universitarios, ahora serán destinados a este sistema”, recordó Sandoval.

Estudiantes: la razón de ser de la UCR

La comunidad estudiantil de la UCR está integrada por poco más de 44 000 estudiantes, de los cuales un 54 % tiene alguna categoría de beca. De ese porcentaje, un 82 % tiene beca 4 o 5 que son las más altas; asimismo, en la mayoría de las sedes regionales el 90 % de los estudiantes mantiene alguna categoría de beca, y el 95 % de ellas son categoría 5.

Se debe mencionar también que en las sedes regionales la inversión en becas pasó de ₡9 115 millones a ₡13 018 millones en los últimos 4 años, lo que representa un 46 % del monto total de becas que gestiona la UCR.

“Las becas han sido fortalecidas en cuanto a cobertura poblacional y recursos económicos, lo que viene a impactar de manera positiva en los beneficios complementarios. Hace 10 años se destinaban ₡5 000 millones para becas y ahora son ₡29 000 millones. Todo este cambio surge después de los correspondientes análisis de la realidad en que viven miles de familias y es una forma de poder colaborar en un cambio real, para que la educación mejore la calidad de vida. Nuestro sistema de becas se distingue en la región latinoamericana por su cobertura y efectividad”, comentó la M.B.A. Anabelle León Chinchilla, jefa de la OBAS.

Existen varios beneficios complementarios que apoyan el desempeño académico de los estudiantes, como el beneficio de pobreza extrema, que es un monto económico adicional que se aplica a 2 600 estudiantes, debido a que su grupo familiar no alcanza a cubrir las necesidades más básicas.

“También está el beneficio de reubicación geográfica, pues un 40 % de la población becada proviene de zonas alejadas. Dicha ayuda abarcará a los 800 estudiantes quienes vivían en las residencias estudiantiles antes de que apareciera la pandemia y que debieron de ser cerradas; este apartado les servirá de mucha ayuda para pagar el alquiler de un espacio idóneo para vivir”, aseveró León.

Los jóvenes en Costa Rica pueden forjarse un futuro y elevar las condiciones de vida de sus familias, gracias al esfuerzo personal y al acompañamiento que les da la ViVE. En la imagen aparecen las diferentes propuestas que se han concretado hasta la fecha. Diseño Denis Castro, textos Tatiana Carmona.

Por su parte, el beneficio de optometría y oftalmología permitió que, durante el primer ciclo lectivo del 2020, un total de 3 427 estudiantes recibieran este tipo de atención y así mejorar su visión.

Mientras que el beneficio por gastos de carrera representa una suma mensual de ₡65 000 para que los estudiantes puedan contar con las herramientas académicas necesarias para cumplir con sus tareas. Este monto aumentará en un 15 % para el segundo semestre del 2020, como una forma de colaborar con los gastos inesperados en equipos y servicios informáticos para poder conectarse a la virtualidad.

Aunado a esto, la ViVE impulsó la compra y el posterior préstamo de más de 3 000 tabletas para aquellos estudiantes con categoría de beca 5 que las pudieran necesitar, y recientemente se anunció que los poco más de 19 000 estudiantes con becas 4 y 5 recibirán un subsidio para conexión a Internet de ₡ 15 000 mensuales de agosto a diciembre del 2020.

El beneficio por alimentación tiene como misión principal que cada estudiante pueda solventar sus necesidades nutricionales. Este monto, que aumentó para el segundo ciclo lectivo 2020 en un 30 %, es relativo y va de acuerdo a los horarios de las clases.

Finalmente, la ViVE ideó la propuesta de quitar los recargos de 10 % y 20 % sobre los aranceles de matrícula del primer ciclo lectivo del presente año, “cualquier estudiante cuya familia ha sido golpeada económicamente por la pandemia, puede acercarse a la OBAS y solicitar una beca o una recalificación de la misma. Continuamente revisamos y reforzamos todos los beneficios ligados al Sistema de Becas para permitir la permanencia de los jóvenes y que logren concluir sus carreras”, apuntó León.

La tarea nunca termina, pues la búsqueda de la equidad en el acceso a una educación universitaria de calidad continua año con año por parte de la UCR, para que todos los jóvenes en Costa Rica tengan la oportunidad de formarse en la carrera que deseen y construyan un mejor porvenir.

 

Otto Salas Murillo
Periodista, Oficina de Divulgación e Información

UCR: Estudiantes con beca 4 y 5 recibirán subsidio para conexión a Internet en el segundo ciclo lectivo

La UCR depositará automáticamente ¢15 000 en las cuentas de aproximadamente 19 000 jóvenes quienes tienen la mayor categoría de beca

Este subsidio de conectividad es un esfuerzo sistemático de la UCR por optimizar las condiciones estudiantiles, dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje en los entornos virtuales. Foto ilustrativa Karla Richmond.

Desde el mes de agosto y hasta diciembre del 2020 todos aquellos becarios de las categorías 4 y 5, las más altas dentro del Sistema de Becas de la Universidad de Costa Rica (UCR), recibirán mensualmente un depósito de ¢15 000 en sus respectivas cuentas, como un subsidio para el pago de la conexión a Internet.

Este depósito se hará de manera automática, por lo que no es necesario que los estudiantes becados realicen algún tipo de trámite presencial ni virtual.

Con esta iniciativa la Universidad busca ayudarles para que puedan llevar con normalidad los cursos virtuales de sus carreras, en medio de la pandemia por el COVID-19 que vino a cambiar el curso lectivo del 2020 y transformarlo de la presencialidad a la virtualidad.

La razón de ser de la Universidad son sus estudiantes

Esta propuesta nace a partir de varias reuniones sostenidas entre representantes estudiantiles y de la Administración de la UCR, que tenían como objetivo analizar y mejorar las condiciones académicas virtuales en la que están inmersos los estudiantes, y poder colaborar con aquellos jóvenes de estratos socioeconómicos menos favorecidos.

La UCR ha expresado su disposición para aportar recursos económicos que tengan como finalidad apoyar a la población estudiantil más vulnerable, mediante el fortalecimiento del Sistema de Becas. Foto ilustrativa Cristian Araya.

La presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica (FEUCR), Ana Catalina Chaves Arias, dijo que se sienten muy complacidos ya que tanto el subsidio para Internet, como el aumento del subsidio de alimentación, fueron dos de las ideas que el sector estudiantil le presentó a la Rectoría y a la Vicerrectoría de Vida Estudiantil (ViVE) el pasado mes de julio.

“Nuestra solicitud era que las becas tomaran en cuenta el costo que ha significado para las y los estudiantes adaptar espacios dentro de sus hogares para continuar con el semestre virtual, y el aumento en los recibos de electricidad e Internet. Nos alegra muchísimo que la UCR haya incluido estas ideas en sus decisiones y reiteramos el compromiso de la FEUCR con el estudiantado, para que se cumplan con todas las garantías que necesitamos para estudiar”, indicó Chaves.

La Presidenta de la FEUCR añadió que es la primera vez en mucho tiempo que la administración universitaria decide tomar en cuenta las propuestas estudiantiles dirigidas a mejorar el Sistema de Becas, “esta es una de las muchas manifestaciones de solidaridad que ha tenido la UCR en este contexto de crisis y de pandemia”, acotó Chaves.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Estudiantes de Estudios Generales, Diego Bonilla Guevara, señaló que sin duda alguna este aporte representa un respiro para las y los estudiantes, quienes durante el actual escenario se han visto limitados por diversas razones, desde la poca o nula conectividad por su lugar de residencia, hasta la disminución parcial o total de sus ingresos.

La crisis por la pandemia nos exige maximizar la solidaridad y fortalecer la equidad en el acceso a la educación universitaria, por eso la UCR suma una nueva iniciativa dirigida a apoyar a los estudiantes con menos capacidad económica, para que no tengan problemas a la hora de unirse a los cursos virtuales. Foto ilustrativa Laura Rodríguez.

Bonilla agregó que estas situaciones conllevan colocar en sus prioridades aspectos como la alimentación o la vivienda, antes que cumplir con el pago de la cuota mensual de internet, “hay que tomar en cuenta las realidades que atraviesa la ya diversa población estudiantil, pues existen estudiantes con niños pequeños, familias con un solo ingreso, población que reside muy largo, etc. Por eso es que este anuncio es tan importante, para que la población estudiantil sepa que no están solos, que la UCR y el movimiento estudiantil están con ellas y ellos, y aunque estemos aislados físicamente, acá todos salimos adelante juntos. La UCR toma de la mano a cada estudiante, le levanta, le ayuda y le da sueños, y una vez más deja claro sus principios y la importancia que tiene el estudiantado. El humanismo no se va ni con una crisis o una pandemia”, destacó Bonilla.

Solidaridad y equidad

El subsidio de conectividad fue publicado el 19 de agosto en la resolución R-212-2020 de la Rectoría, y ahí se indica, entre otras variables, que la UCR toma esta decisión debido a que “las unidades académicas de todas las sedes han identificado que la brecha digital que existe en el país se ve reflejada en la Universidad, en las personas estudiantes con dificultades o imposibilidades de acceso a equipo tecnológico e internet, lo que incide de manera directa en la efectividad de la actividad académica en entornos virtuales”.

Ante esto, el rector de la UCR, Dr. Carlos Araya Leandro, manifestó que la modalidad virtual tiene una serie de elementos negativos como la brecha digital y la falta de equipo de cómputo por parte de los estudiantes, por lo que esta Universidad se planteó al inicio de este cambio apoyar desde todos los ámbitos a la comunidad estudiantil.

El Rector mencionó el préstamo de miles de tabletas como una de estas acciones, pero siempre estaba presente el tema de la conectividad a Internet y su costo para los estudiantes, “con este subsidio queremos garantizar que el estudiantado no tenga inconvenientes en acceder a sus lecciones virtuales y se mantengan en sus carreras, para favorecer su permanencia en la Universidad. Pero para poder cumplir con esa premisa tenemos que ofrecerles las herramientas adecuadas, con el objetivo de que ellas y ellos puedan de manera satisfactoria participar en los cursos por medio de la plataforma de Mediación Virtual de la UCR”, apuntó Araya.

Finalmente, el vicerrector de Vida Estudiantil, Dr. Carlos Sandoval García, aclaró que el primer depósito de este subsidio se va a realizar el 3 de septiembre, el cual incluirá además el monto del mes de agosto, “con esto queremos contribuir a una mejor conectividad y a una mejor experiencia de las y los estudiantes en este segundo semestre del 2020. Agradezco a todas las personas quienes desde distintas instancias de la Universidad han contribuido para formular esta propuesta, darle contenido presupuestario y llevarla a su ejecución”, concluyó Sandoval.

 

Otto Salas Murillo
Periodista, Oficina de Divulgación e Información

La UCR no aplicará aumento salarial en el 2020 y trasladará esos recursos al sistema de becas estudiantiles

Esta medida es producto de las acciones dirigidas a mitigar el impacto económico en áreas sensibles de las finanzas de la institución

La Universidad de Costa Rica continúa elaborando y aplicando estrategias para paliar el impacto económico derivado de la pandemia por el COVID-19. Foto Laura Rodríguez.

La Rectoría de la Universidad de Costa Rica (UCR) emitió este martes 30 de junio la resolución R-171-2020 en la que anuncia que no se otorgará el ajuste salarial por incremento del costo de vida a las funcionarias y funcionarios de la institución.

Asimismo, dictaminó que los recursos destinados para dicho concepto ahora serán inyectados al sistema de becas de atención socioeconómica y así fortalecer ese apartado dentro de las finanzas de la Universidad.

En la Sede Rodrigo Facio un total de 23 295 estudiantes reciben alguna de las cinco categorías en que se divide el sistema de becas de la UCR, o sea, un 53,8 % de su población estudiantil en el primer semestre del 2019, y de esa cifra el 80 % (19 000 estudiantes) reciben una beca 4 o 5. En las sedes regionales, más del 80 % de los estudiantes tienen beca.

La decisión emitida por la Rectoría responde a las decisiones que han tenido que tomar las autoridades universitarias para garantizar la subsistencia económica de la UCR, en medio del impacto negativo que tiene sobre las finanzas de las instituciones estatales la pandemia por el COVID-19.

Dentro de los considerandos que apuntó la Rectoría para tomar esta decisión se citan que el Banco Central de Costa Rica (BCCR) definió que la inflación acumulada para el mes de mayo del 2020 es negativa (-0,22 %) y que los pronósticos de ese mismo indicador se mantendrán a la baja; inclusive, el BCCR vaticina que los próximos dos años la inflación se ubicará por debajo de la meta trazada por su Junta Directiva.

Sin embargo, si el BCCR determina que al concluir el 2020 se da un porcentaje de inflación acumulada positivo, la UCR reconocerá ese monto como un aumento salarial debido al costo de vida para el 2021.

Finalmente, esta resolución firmada por el rector Dr. Carlos Araya Leandro, declara que esta administración considera fundamental que la UCR disponga de los recursos económicos necesarios para garantizar la atención de la población más vulnerable de la comunidad universitaria.

 

Otto Salas Murillo
Periodista, Oficina de Divulgación e Información

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

UCR: Estudiantes de la Sede del Caribe plantean los desafíos que enfrentan en medio de la coyuntura actual generada por el COVID-19

Estudiantes de la Sede del Caribe se reunieron con el Vicerrector de Vida Estudiantil Foto: Anel Kenjekeeva.

El Dr. Carlos Sandoval García, vicerrector de Vida Estudiantil de la Universidad de Costa Rica se reunió con las autoridades y estudiantes de la Sede del Caribe para identificar cuáles son los principales retos a los que se enfrentan la población estudiantil de esta sede universitaria en el contexto actual.

La reunión se llevó a cabo este miércoles 10 de junio, y contó con la participación de los estudiantes: Nicole Sánchez, María Elena Cordero, Damián Agüero, y Annia Vallejos, presidenta de la Asociación de Estudiantes de la Sede del Caribe.

En la discusión también estuvieron presentes la Mag. Ruth Mora Barrantes, Asesora Ejecutiva de la ViVE, la MBA. Anabelle León Chinchilla, directora de la Oficina de Becas y Atención Socioeconómica, y los y las funcionarias de la Sede del Caribe: Jenny González, Jeffrey Bastos, Andy Fuller, Axel Alvarado, Leyla Alpízar, Guiselle Arias, Hernán Chaves, Noelia Acosta, Jackeline Cuadra, Seidy Meza; junto al Dr. Juan Diego Quesada, director de la Sede del Caribe.

Durante el encuentro, tanto estudiantes como funcionarios, se refirieron a las principales dificultades y retos de la población estudiantil, en la coyuntura del COVID-19, en materia de salud mental, acceso a la tecnología para continuar con sus estudios, y sobre la situación socioeconómica de la región.

Funcionarias de la Vicerrectoría de Vida Estudiantil acompañaron al vicerrector a este encuentro con la población estudiantil Foto: Anel Kenjekeeva.

Por su parte el vicerrector también planteó la posibilidad de hablar acerca de cómo ha marchado el semestre, tras enfrentarse a la virtualización de la docencia; con el objetivo de apoyar desde la Vicerrectoría de Vida Estudiantil, con el reto de fortalecer la permanencia del estudiantado, en esta coyuntura.

Familias han perdido su trabajo

Con respecto a la condición socioeconómica de la población estudiantil de la Sede del Caribe, la estudiante Annia Vallejos señaló que, muchas familias han perdido su principal fuente de ingresos, por lo que varios estudiantes universitarios aportan parte de los recursos de su beca para apoyar en sus casas con los gastos familiares.

Asimismo, el estudiante Damián Agüero, afirmó que muchos estudiantes no pueden regresar, ni permanecer en sus hogares, durante esta emergencia, debido a los problemas familiares que enfrentan sus hogares.

Por su parte, varios funcionarios de la sede apuntaron que la situación económica de Limón es precaria, y que el sector turismo ha venido decayendo desde el año anterior, y que esto es un factor que agrava la estabilidad económica de las familias y de los estudiantes de la zona.

Durante el conversatorio en la Sede del Caribe, el vicerrector de Vida Estudiantil, Dr. Carlos Araya explicó que la administración continuará apoyando a los y las estudiantes que no cuentan con los recursos tecnológicos para llevar los cursos en la modalidad virtual. Foto: Anel Kenjekeeva.

En este punto señalaron que la situación socioeconómica del estudiantado ha variado sustancialmente, ya que gran parte de los ingresos de las familias y de los estudiantes provienen de las fuentes propias, que muchos de ellos trabajan en transporte, el campo, turismo, y que por la situación del COVID-19 se quedaron sin ese empleo.

Además, apuntaron que muchos estudiantes de la Sede están en algún tipo de régimen becario, principalmente beca por participación en grupos artísticos o deportivos de la Universidad o de horas asistente que les permitía contar con recursos para sentirse más independientes y que la coyuntura les ha afectado, en este aspecto.

Añadieron que, los estudiantes de residencias que están valorando la posibilidad de pedir reubicación geográfica, ya que el dinero de la beca no les alcanza para alquilar un espacio, en donde puedan continuar con sus estudios de manera virtual.

Al respecto la MBA. Anabelle León, directora de la Oficina de Becas explicó que la Vicerrectoría de Vida Estudiantil ha estado analizando el tema de reubicación geográfica, residencias estudiantiles, asignación de beneficios, entre otros, para poder planificar y actuar para el II ciclo lectivo, en materia de becas.

En la discusión también participaron funcionarios y funcionarias de la Sede del Caribe Foto: Anel Kenjekeeva.

En cuanto a la beca por participación en actividades universitarias, como la designación de becas asistente y horas estudiante, la directora de la Oficina de Becas explicó que los estudiantes pueden ser designados o continuar con sus labores de apoyo, siempre y cuando cumplan con las actividades a través de la virtualidad.

Salud Mental

Durante el encuentro, la mayoría de los participantes coincidieron en que las preocupaciones económicas, las exigencias académicas y las dificultades tecnológicas y de conectividad, son algunos de los elementos que han agravado la salud física y mental del estudiantado.

Algunos estudiantes detallaron que la modalidad virtual, muchas veces les genera estrés e incertidumbre debido a que la carga académica es fuerte, y que es difícil para ellos y ellas cumplir con las asignaciones, por distintos motivos familiares, mala conectividad, falta de recursos, entre otros.

Además afirmaron que, muchos estudiantes deben utilizar el dinero de la beca para actividades como: subsanar el faltante económico familiar, para alquilar un apartamento para estudiar, y para pagar gastos asociados al estudio como planes de datos de Internet, su alimentación, etc.; y que todo esto hace que siempre estén preocupados por lo que va a suceder, principalmente en el siguiente semestre.

Juan Diego Quesada, director de la Sede del Caribe también participó en el encuentro. Foto: Anel Kenjekeeva.

Otros retos y necesidades

Con respecto al tema del acceso a las nuevas tecnologías y a Internet para continuar con los cursos en modalidad virtual, tanto funcionarios como estudiantes comentaron que en muchos puntos de la región no tienen como conectarse, ya sea porque los delincuentes se roban el cable de fibra óptica, porque la señal es de mala calidad, o porque la población estudiantil no tiene los recursos económicos para comprar un plan de datos.

También indicaron que la Sede recibe a estudiantes de diferentes lugares de la provincia, no solo del cantón central, sino de puntos más alejados en donde la realidad en cuanto a la conectividad y acceso a distintos servicios y a la tecnología varía considerablemente con respecto al cantón central.

Con respecto a la entrega de tabletas a estudiantes por parte de la administración, señalaron que el mecanismo puede ser más ágil. Los funcionarios de la Sede proponen que el préstamo se realice por medio de una plataforma de solicitud en línea en donde el estudiante pueda exponer su situación de manera rápida. Además, indicaron que para las entregas de las tabletas se requiere una mejor coordinación entre la Sede Rodrigo Facio y la Sede del Caribe.

En materia de Salud, los participantes explicaron que los estudiantes también tienen necesidades en cuanto a cuidados odontológicos y de optometría, ya que no pueden acceder a estos servicios en el espacio público (CCSS) ni privado, y que consideran importante que la Universidad pueda reactivar estos beneficios para la población estudiantil de la Sede del Caribe.

En este punto, la directora de la Oficina de Becas y Atención Socioeconómica explicó que existen diferentes mecanismos administrativos que permiten la reactivación de estos servicios de salud para los y las estudiantes.

Por otra parte, funcionarios y estudiantes señalaron que es importante reactivar programas e iniciativas para motivar a los y las estudiantes a realizar algún tipo de actividad física porque la gran mayoría a raíz de la pandemia se han vuelto sedentarios y este es otro factor desencadenante de los problemas de salud mental.

Al respecto, el vicerrector señaló que hay muchas iniciativas de la Oficina de Bienestar y Salud en materia de Salud Mental que podrían ser compartidas por las autoridades de la Sede con sus estudiantes.

Sobre el acceso a Internet, el vicerrector explicó que está en negociaciones con el Instituto Costarricense de Electricidad para valorar la posibilidad de mejorar la conectividad en las regiones.

 

Tatiana Carmona Rizo
Periodista Vicerrectoría de Vida Estudiantil

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

Igualdad de oportunidades en la educación en contexto de la pandemia

Luis Muñoz Varela[1]

En marzo de 2020, de un día para otro la vida cotidiana costarricense amaneció enmarcada en un cuadriculado de emergentes temores, ansiedades, incertidumbres, restricciones. Había llegado una amenaza invisible de la que, según lo apuntaron la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), las autoridades sanitarias de diversos países del mundo y los informes de investigación de distintos centros e institutos científicos especializados, nada se sabía. Un virus al que se le dio por nombre Covid-19, originado por zoonosis y cuyas causas se atribuyen a los desequilibrios provocados en la naturaleza por la depredación de los recursos naturales y la destrucción humana de los ecosistemas. A cien años de la “gripe española”, la pandemia del coronavirus Sars Cov-2 se había instalado planetariamente.

En Costa Rica, al tiempo que se establecieron las medidas sanitarias y diversas restricciones dictadas por el gobierno (confinamiento en casa, restricción a la movilización vehicular, cierre de diversos establecimientos comerciales, paralización de múltiples actividades económicas y productivas, el teletrabajo), también llegó, lógicamente, la pérdida de empleos, la reducción de la jornada laboral, la clausura de ingresos para pequeños negocios y empresas; la crisis económica.

La llegada de la pandemia trastocó y puso en estado de quiebra toda la “normalidad” en la que se vivía hasta inicios de marzo. Las primeras reacciones estuvieron determinadas por una ambivalencia entre cuidarse de los contagios y respetar las medidas sanitarias, o si aventurarse a seguir en las mismas dinámicas de la vida cotidiana tal como se hallaban definidas y estructuradas hasta ese momento. Pronto dicha ambivalencia quedó resuelta, al irse tomando conciencia de la gravedad de la situación y, sobre todo, a partir del momento en que las autoridades de gobierno establecieron medidas drásticas cuyo desacato implicaba penalizaciones de diversa magnitud.

Trascurridos poco más de dos meses desde la aparición del primer contagio de Covid-19 en Costa Rica, los acontecimientos ocurridos en este tiempo han revelado con claridad varios aspectos importantes y, por cierto, algunos de ellos también bastante preocupantes.

En primer lugar, seguramente quepa destacar las capacidades de respuesta desplegadas por las instituciones del sistema de salud del país; capacidades de organización hospitalaria, de competencias y solidez profesional del personal médico y de enfermería; de acervo de conocimiento científico y de capacidad tecnológica instalada en materia de salud; la seriedad asumida por las autoridades de salud en el ámbito de la gestión para controlar y contener la propagación de los contagios. La pandemia, en resumen, ha puesto de manifiesto el valor y la importancia de contar con un sistema de salud pública bien articulado y con capacidades de cobertura universal. La sociedad costarricense despertó de una especie de modorra y de indolencia en la que estaba, para empezar de pronto a comprender que hay instituciones a las que se debe proteger, cuidar y defender.

Asociado a este aspecto positivo, la pandemia también vino a transparentar, por otra parte, una realidad nacional de profunda desigualdad social y económica. Aunque ya claramente se percibía esta situación desde hace mucho tiempo, sin embargo, había pasado a quedar marginada de la sensibilidad social e institucional del país; se había normalizado. La pandemia no solo ha venido a poner de manifiesto de manera clara y contundente la magnitud de las desigualdades sociales prevalentes en Costa Rica, sino que, además, las profundiza aún más y las coloca en un plano de incremento y de reproducción en una proyección de largo plazo.

Al respecto, valga la ocasión para hacer una pequeña exposición de las cifras que dan cuenta de las desigualdades sociales en Costa Rica. Según informa el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), al año 2019, la tasa de pobreza en el país abarca al 20,98% de los hogares, distribuida en 15,14% de hogares en condición de pobreza no extrema y de 5,84% en pobreza extrema. La zona rural es la que presenta la mayor tasa de hogares en pobreza: un 24,17% frente a un 19,77% en la zona urbana. Por regiones de planificación, la distribución de las tasas de pobreza es como se presenta en la siguiente tabla:

Tabla 1: Tasas de pobreza de los hogares en Costa Rica, año 2019

Región de planificación

No pobres

Pobres

Total

Pobreza no extrema

Pobreza extrema

Central

83,01

16,99

12,68

4,32

Chorotega

79,74

20,26

14,84

5,42

Pacífico Central

70,21

29,79

20,67

9,11

Brunca

69,65

30,35

21,11

9,24

Huetar Caribe

70,76

29,24

20,34

8,90

Huetar Norte

72,41

27,59

18,70

8,89

Fuente: Instituto Nacional de Estadística y Censos. Encuesta Nacional de Hogares, 2019a.

El término pobreza indica que los hogares están en una situación tal “cuando su ingreso per cápita es menor que el costo per cápita de una canasta de bienes y servicios, requeridos para mantener un nivel mínimo de subsistencia”. (INEC, 2020, p. 35). Se trata de una canasta básica de bienes y servicios de necesidad elemental para la subsistencia: alimentación, salud, agua potable, energía, vivienda, educación. Por su naturaleza básica, esta canasta no incluye bienes y servicios tales como dispositivos tecnológicos, computadoras, tabletas, conectividad a internet.

El término pobreza extrema, por su parte, salvando la obviedad, indica un estado socioeconómico en el que los hogares se encuentran en una situación de carencias múltiples que les impide el acceso a vivienda, alimentación, salud, higiene, servicios de agua potable y electricidad. Se trata de hogares en los que, lógicamente, el acceso a la educación y a la permanencia en el sistema educativo presentan serias y ostensibles limitaciones.

La población tipificada como no pobre, por otra parte, está conformada por hogares que, en general, cuentan con una solvencia económica al menos suficiente para tener cubiertas las necesidades básicas de alimentación y salud, vivienda, educación. Sin embargo, esta es una población altamente heterogénea, desigual en la disposición de ingresos y en el acceso a bienes de índole tecnológica como una computadora o la conectividad de internet, así como a los diversos servicios que hoy son indispensables para solventar los requerimientos de la vida actual.

Por diversas razones (monto de los ingresos, lugar de residencia, estabilidad del empleo), el hecho de tipificar como un hogar no pobre no significa que se cuente con suficientes bienes y servicios. En este mayoritario grupo social de los hogares no pobres está incluida una importante cantidad de ellos en los que las probabilidades de pasar a formar parte de los hogares en condición de pobreza son bastante altas.  

De conformidad con las cifras expuestas en la tabla 1, las regiones más afectadas por la pobreza y la pobreza extrema son, en orden de mayor a menor, la Brunca, la Pacífico Central, la Huetar Caribe y la Huetar Norte. Todas estas regiones se caracterizan por ser mayoritariamente rurales y, salvo en el caso de la Huetar Norte, por ser también costeras. Con las obvias diferencias, puede decirse que, en general, en estas regiones, las actividades económicas están básicamente definidas por la agricultura, la ganadería, la agroindustria de monocultivo, la pesca, el turismo y los servicios.

Sobre la base de los principios de igualdad de oportunidades, calidad de la educación, inclusión y no discriminación, establecidos en las políticas educativas costarricenses del último cuarto de siglo, puede decirse que, en general, en todo el territorio nacional se hace necesario desarrollar acciones de política, institucionales y programáticas, para que la aplicación de estos principios conduzca, en efecto, a crear las capacidades que se requieren para reducir las desigualdades sociales y avanzar en el establecimiento de condiciones para el logro del bienestar social y el buen vivir.

Las anteriores diferencias por regiones de planificación indican que las acciones y esfuerzos por emprender no pueden ser desarrollados por medio de políticas, programas y estrategias de aplicación homogénea. Cada región amerita la atención que de manera específica demandan las propias realidades sociales, económicas, culturales e institucionales que les caracterizan. Esto también vale de manera especial para la educación.

A fin de complementar la información anterior y contar con un panorama un poco más amplio acerca de la situación socioeconómica en que se encuentran los hogares en Costa Rica, en la siguiente tabla se presentan las estadísticas sobre ocupación, desempleo, subempleo y de empleo informal.

Tabla 2: Tasas de ocupación, desempleo, personas ocupadas con subempleo, personas ocupadas con empleo informal, por regiones de planificación, año 2020.

Región de planificación

Tasa de ocupación[2]

Tasa de desempleo[3]

Porcentaje de personas ocupadas con subempleo

Porcentaje de personas ocupadas con empleo informal[4]

Central

58,7

12,3

11,4

45,8

Chorotega

46,8

15,2

12,8

44,6

Pacífico Central

52,4

9,1

16,3

54,1

Brunca

45,7

16,1

15,0

53,9

Huetar Caribe

50,9

12,0

9,9

43,4

Huetar Norte

54,7

11,7

18,6

53,7

            Fuente: Instituto Nacional de Estadística y Censos, Encuesta Nacional de Hogares 2020.

Tal como se puede observar, estas cifras develan, aún con mayor claridad, la magnitud crítica de la desigualdad social y de la precariedad e inestabilidad socioeconómica en la que se encuentra una significativa proporción de los hogares costarricenses.

La región Brunca sigue siendo la que presenta la situación más desfavorable, al exhibir la menor tasa de ocupación y la mayor de desempleo. Sin embargo, en este caso, la región Chorotega, que en los datos de la tabla 1 ocupaba la segunda mejor posición, registra ahora como la segunda de las regiones más afectadas por los bajos niveles de ocupación y los mayores de desempleo. La explicación de esta diferencia puede que resida en el hecho de que, al ser las tasas una representación de magnitudes promedio, no pueden dar cuenta de la intensidad específica en la que se distribuyen las desigualdades sociales al interior de cada región.

En general, incluso en un caso como el de la región Central, que en todos los aspectos considerados en las estadísticas del INEC aparece siempre ocupando las mejores posiciones, cabe presuponer que la magnitud de las desigualdades sociales intrarregionales es aún mayor y más intensa de lo que reflejan las cifras estadísticas.

En el actual contexto de la pandemia y de la crisis económica devenida y agudizada por ella, en materia de empleo, desempleo, pobreza y pobreza extrema, la información difundida por distintas fuentes oficiales señala la configuración de una situación que pasa a ser dramática en todo el territorio nacional. Las repercusiones económicas de la crisis sanitaria vienen a incrementar la crítica situación en la que ya de por sí se estaba antes de que ella apareciera y, en este momento, se incrementan por miles los hogares que afrontan múltiples dificultades para poder agenciarse la subsistencia del día a día.

En su informe anual 2019, Unicef- Costa Rica señaló que 470 mil niñas, niños y adolescentes viven en condición de pobreza en nuestro país. La crisis económica que ya enfrentábamos se agrava ahora por los efectos del COVID- 19 ante el aumento drástico del desempleo. (Guardia, 2020).

Según es obvio, se trata de una situación que, al mismo tiempo, desencadena afectaciones múltiples en lo que concierne a la educación. Una vez declarada la pandemia, las autoridades del Ministerio de Educación Pública (MEP) tomaron la decisión de suspender el curso lectivo presencial en todos los centros educativos del país, para pasar a implementar la modalidad de educación virtual a distancia.

A tal efecto, a fin de identificar de manera aproximada cuáles son las posibilidades que tienen las distintas poblaciones estudiantiles del país para hacer frente a los requerimientos que plantea la dinámica de la educación virtual a distancia, se presentan en la tabla 3 los porcentajes de viviendas que, por regiones de planificación, cuentan con disposición de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) de necesidad básica para atender la educación virtual a distancia.

Tabla 3: Porcentajes de viviendas que cuentan con diferentes TIC, por regiones de planificación, año 2019

Región de planificación

Con teléfono residencial

Con teléfono celular

Computadora

Tableta

Servicio de internet en la vivienda

Central

39,1

96,2

55,1

21,9

88,3

Chorotega

20,7

95,8

38,0

9,2

82,5

Pacífico Central

20,0

96,1

36,0

9,8

88,1

Brunca

15,5

96,3

37,9

6,8

83,6

Huetar Caribe

11,6

96,4

29,1

8,3

82,8

Huetar Norte

16,1

96,1

29,9

7,7

80,3

Fuente: Instituto Nacional de Estadística y Censos. Encuesta Nacional de Hogares 2019b.

Tal como refieren las estadísticas, el teléfono celular es el dispositivo TIC que en mayor proporción existe en los hogares de Costa Rica. Todas las regiones de planificación registran una tasa de más de 95% de las viviendas que cuentan con al menos un teléfono celular. Caso contrario lo es el de la telefonía residencial o fija, cuyas tasas son muy inferiores y la más alta de ellas ocurre en la región Central (39,1%), siendo ésta prácticamente el doble de la que presentan las regiones Chorotega y Pacífico Central, las dos regiones que, en este aspecto, ocupan la segunda y tercera posición.

Las estadísticas sobre la disposición de internet en las viviendas, por su parte, indican que, en todas las regiones de planificación, más del 80% de los hogares cuenta con acceso a este servicio. Las mayores proporciones las tienen la región Central y la Chorotega. Sin embargo, este dato es inespecífico; no refiere si la conexión es por la vía del servicio celular de datos móviles, o por la de la conexión fija. Es muy probable que sea lo primero.

En lo que respecta a la disposición de computadoras en los hogares, las cifras son bastante bajas y únicamente la región Central presenta una proporción ligeramente superior a la mitad de las viviendas. En las regiones Huetar Caribe y Huetar Norte, en más de las dos terceras partes de los hogares no se cuenta con una computadora. Y en lo referente a tabletas, que constituye otra herramienta de necesidad básica para atender los requerimientos de la educación virtual a distancia, las cifras son aún menores. Únicamente en la región Central superan levemente el 20% de los hogares, mientras que en las demás regiones se ubican por debajo del 10%.

Costa Rica ha desarrollado legislación, diseñado políticas y establecido programas para asegurar los principios de igualdad de oportunidades, calidad de la educación, inclusión y no discriminación. Las poblaciones estudiantiles cuentan con el acceso a los servicios de los programas de Alimentación y Nutrición (PANEA) y de Transporte Estudiantil (PTE), así como a los apoyos que brindan el Fondo Nacional de Becas (Fonabe) y el Programa de Transferencias Monetarias Condicionadas Avancemos. Asimismo, de más reciente creación, también está la estrategia “Yo me apunto con la educación”, que tiene por finalidad brindar atención especial a los centros educativos de las comunidades que afrontan mayores niveles de pobreza, desigualdad, exclusión y marginación social.

Este conjunto de iniciativas y de acciones está asociado con el principio fundamental de la solidaridad, que junto con los de igualdad de oportunidades y de inclusión y no discriminación es constitutivo de los derechos humanos y, en particular, del derecho humano a la educación. En su enunciado formal, el principio de solidaridad establece que, en su conjunto, la institucionalidad del Estado y de la sociedad tienen el deber y la responsabilidad ineludibles de proporcionar las condiciones y proveer la dotación de los recursos necesarios para garantizar una educación de calidad que cumpla con los principios de “acceso universal”, “no discriminación” y de “igualdad de oportunidades y de trato”. En este sentido, declara la UNESCO (2016): “ningún país que se comprometa seriamente con la educación para todos se verá frustrado por falta de recursos en su empeño por lograr esa meta”.

Más allá incluso de la dotación de recursos, que son imprescindibles, el principio de solidaridad remite esencialmente a la creación y facilitación de las condiciones que permitan el acceso a la educación en igualdad de oportunidades y no discriminación. En situaciones especiales causadas por desastres naturales, guerras, crisis sanitarias, crisis económicas, el principio de solidaridad involucra la creación y sustentación de las condiciones que faciliten a las comunidades y a las poblaciones estudiantiles más afectadas poder protegerse de los daños y pérdidas que acontezcan en el marco de la coyuntura de crisis.

Se trata de afectaciones que, de no atenderse con la prontitud, alcance de cobertura y calidad que se requiere, pueden pasar a convertirse en pérdidas cuyo impacto en el incremento de la inequidad y la desigualdad social tendrá efectos que se proyectarán a largo plazo, con todas las implicaciones negativas que harán derivar para el conjunto en general de la sociedad.

La pandemia llegó de repente y obligó a las autoridades de gobierno a tomar medidas de emergencia. El establecimiento de estas medidas representó una quiebra abrupta de la “normalidad” de la vida cotidiana y de todas las actividades asociadas a ella. En materia de educación, la suspensión del curso lectivo en su modalidad presencial y su conversión a educación virtual a distancia dejó en condiciones claras de desventaja a una diversidad de poblaciones y sectores estudiantiles. Además, al tiempo que se suspendía el curso lectivo, las medidas sanitarias establecidas para contener y frenar la propagación de la pandemia (confinamiento, distanciamiento social, restricción vehicular, cierre de lugares públicos), afectaron diversas actividades económicas y productivas, de la misma manera que una cantidad significativa de familias han visto restringidas o incluso canceladas las posibilidades para agenciarse la subsistencia.

En este momento, aún cuando no existan evaluaciones de por medio respecto del trabajo que se le asigna a la población estudiantil para realizar en sus hogares, lo cierto es que hay un sector mayoritario de estudiantes que, al carecer de las condiciones necesarias para atender los requerimientos de la educación virtual, ha quedado en una clara desventaja en relación con otros sectores que sí cuentan con esas condiciones. Esta es una situación que obliga a hacer un esfuerzo amplio de análisis, en articulación y convergencia interinstitucional y multisectorial, a fin de identificar y definir las acciones inmediatas y estratégicas que permitan dar contención a las afectaciones y allegar los apoyos que contribuyan a atender y solventar en la mayor medida posible las carencias.

Las desventajas no tienen que ver únicamente con la no disposición del equipo y la conectividad. También intervienen en ellas factores como el desempleo de las jefaturas de familia, la necesidad de contribuir con la búsqueda de lo necesario para satisfacer las necesidades básicas; la carencia de una alfabetización adecuada en el hogar, que imposibilita brindar acompañamiento a las hijas e hijos en sus menesteres escolares. Se trata de carencias y desventajas “corrosivas” (Nussbaum, 2012) que, de no tomarse en consideración, inevitablemente repercutirán en un deterioro presente y a futuro del bienestar social para muchas familias y de oportunidades para distintos sectores de estudiantes.

Este panorama crítico plantea la necesidad urgente de que los diversos actores involucrados en el campo de la educación (académicos, institucionales, organizaciones de la sociedad civil, municipalidades, organizaciones productivas, colectivos de mujeres, asociaciones locales) contribuyan a buscar alternativas de atención y respuesta a esta difícil y problemática situación. La academia universitaria, en particular, la comunidad investigadora vinculada al campo de la educación se encuentra interpelada para desarrollar las acciones de investigación, análisis y reflexión sobre lo que acontece, a fin de identificar posibles soluciones y a hacer que éstas se canalicen y se pongan a disposición de las autoridades del MEP y de las demás instituciones que puedan estar convocadas a participar en la articulación y la convergencia de los esfuerzos.

La medida adoptada de establecer la modalidad de educación virtual a distancia requiere ser evaluada de manera urgente. En esta evaluación deben participar estudiantes, docentes y madres y padres de familia. Es preciso realizar consultas localizadas, contextualizadas, en cada una de las comunidades y regiones del país. Es imprescindible conocer de qué manera las poblaciones estudiantiles, la planta docente y las familias han asumido los requerimientos de la educación virtual a distancia; cómo se ha llevado a cabo la dinámica de la “mediación pedagógica” y con qué disposición de equipo se ha contado.

Esta evaluación es necesaria y muy importante, en la medida que sus resultados permitirán identificar las dificultades que se hayan tenido, hacer los ajustes pedagógicos que se requiera, brindar capacitación a la planta docente que se haya visto más limitada para el desarrollo de su trabajo, coordinar con las instituciones y empresas prestadoras de servicios de internet para asegurar la plena cobertura nacional de este servicio.

Según se ha indicado por parte del MEP, la proyección es retornar al curso lectivo presencial a partir del próximo mes de agosto, después de concluido el período de vacaciones de medio año. El cumplimiento de esta proyección, sin embargo, depende de diversos factores y la mayoría de ellos son externos al sistema educativo y a las competencias del MEP. El comportamiento de la pandemia es incierto y el regreso a los centros educativos, además, no se podrá llevar a cabo sin el establecimiento de diversas medidas de control y vigilancia sanitaria. Este es otro aspecto en el que las autoridades educativas habrán de implementar capacitaciones al personal docente y administrativo, para lo cual desde ya se tendrían que estar desarrollando las acciones correspondientes.

De igual manera, la decisión de retornar al curso lectivo presencial, ya sea en agosto próximo o después, es una decisión que requiere de un análisis minucioso acerca de todos los factores implicados, especialmente aquellos que tienen que ver con la disposición de ingresos de los hogares, el empleo, al menos una mínima estabilidad económica de las familias.

Esta es una dimensión de la situación de crisis que no puede ser obviada y que exige una atención cuidadosa. De no tratarse con el cuidado y la atención que amerita, se estaría empujando a una proporción amplia y diversa de sectores estudiantiles a una situación de mayor desigualdad que la que ya existía antes de la llegada de la pandemia. Esta decisión, en último término, debe estar basada en un plan de contingencia y de recuperación que, como ya se indicó, demanda una formulación de políticas que puedan ser ejecutadas por medio del accionar de una plataforma de articulación y convergencia multisectorial e interinstitucional.

Referencias bibliográficas

Asamblea General de las Naciones Unidas. (1989). Convención sobre los Derechos del Niño. Madrid: UNICEF. Recuperado de: https://www.un.org/es/events/childrenday/pdf/derechos.pdf

Guardia Donato, Diana. (2020). ¿Qué pasa con la infancia costarricense durante la cuarentena? Semanario Universidad, 06 de mayo de 2020. Recuperado de: https://semanariouniversidad.com/opinion/que-pasa-con-la-infancia-costarricense-durante-la-cuarentena/?fbclid=IwAR0Iz_GV18pQxGgpiZykAyHZyLQFg_x6B3Wte9RoODJvFGikFZsZMJAtpc0

Instituto Nacional de Estadística y Censos. (2019a). Encuesta Nacional de Hogares. San José: INEC. Recuperado de: https://www.inec.cr/pobreza-y-desigualdad/pobreza-por-linea-de-ingreso

Instituto Nacional de Estadística y Censos. (2019b). Encuesta Nacional de Hogares. San José: INEC. Recuperado de: https://www.inec.cr/otros-temas-ciencia-y-tecnologia/tecnologias-de-informacion-y-comunicacion-en-hogares

Instituto Nacional de Estadística y Censos. (2020). Anuario estadístico 2016/2018. Compendio de estadísticas nacionales. San José: INEC. Recuperado de: https://www.inec.cr/sites/default/files/documetos-biblioteca-virtual/reanuario2016-2018.pdf

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Instituto Nacional de Estadística y Censos. (2020). Encuesta Nacional de Hogares. San José: INEC. Recuperado de: https://www.inec.cr/empleo

Programa Estado de la Nación. (2019). Informe Estado de la Nación 2019. San José: Servicios Gráficos AC. Recuperado de: https://estadonacion.or.cr/wp-content/uploads/2019/11/informe_estado_nacion_2019.pdf

Nussbaum, Martha C. (2012). Crear capacidades. Propuesta para el desarrollo humano. Barcelona: Paidós. Recuperado de: https://es.scribd.com/document/361404680/Crear-Capacidad-Martha-Nussbaum

 

[1] Investigador del Observatorio de la Educación Nacional y Regional (OBSED), Instituto de Investigación en Educación (INIE), Universidad de Costa Rica. Mayo de 2020. C.e.: luis.munoz@ucr.ac.cr

[2] “Porcentaje de la población ocupada respecto a la población en edad de trabajar.” (INEC, 2020). La población en edad de trabajar es la que tiene 15 años y más.

[3] “Porcentaje de la población desempleada respecto a la fuerza de trabajo. (INEC, 2020).

[4] “Porcentaje de la población ocupada con empleo informal respecto al total de ocupados.” (INEC, 2020).

Foto del Semanario Universidad. Estudiante de Sixaola, Limón.

Un total de 595 estudiantes ingresan a la UCR mediante el proceso de admisión diferida para promover la equidad

La UCR recibirá a 9 341 alumnos de nuevo ingreso en el 2020

Este 2020, 9 341 estudiantes iniciarán sus estudios en la Universidad de Costa Rica.

En el 2020, 595 estudiantes cursarán sus estudios en la Universidad de Costa Rica gracias al proceso de «Admisión Diferida para Promover la Equidad».

Este es el sexto año consecutivo que la UCR implementa una segunda fase de ingreso, con el fin de promover la representación equitativa de estudiantes de todos los centros educativos de secundaria del país, de Bachillerato por Madurez Suficiente, de Educación Diversificada a Distancia (EDAD) y de colegios del exterior, en los cuales solo un 15 % o menos del alumnado que realizó la prueba de aptitud académica fue admitido en la fase de ingreso ordinaria a la UCR.

Según el M. B. A. José Rivera, jefe de la Oficina de Registro e Información (ORI), durante estos seis años la Universidad ha promovido una serie de acciones, como análisis y estudios, para fortalecer esta alternativa.

Asimismo, la M. Sc. Ruth de la Asunción Romero, vicerrectora de Vida Estudiantil, también califica esta segunda fase de ingreso como un proceso exitoso.

«La admisión diferida es una fase adicional de asignación de cupos que se implementó por primera vez en el 2015. En esa oportunidad, el proceso permitió asignar 224 cupos en diferentes carreras. Al año siguiente, logramos un aumento del 50 % al asignar 336 cupos. Es así como cada año analizamos con muchísimo rigor, y con un equipo multidisciplinar, los resultados de esta fase y hemos ido definiendo diferentes ajustes a sus variables, con el objetivo de ir haciéndola más efectiva. Un ejemplo de esto es que el presente año, fruto de todos los esfuerzos, alcanzamos un máximo de asignación de 595 cupos en una diversidad de carrera en todas las sedes y recintos universitarios”, explicó la vicerrectora.

Datos importantes para estudiantes aceptados por medio de la Admisión Diferida

Desde este miércoles 23 de enero, los estudiantes admitidos en este proceso fueron notificados por la Oficina de Registro e Información (ORI) de la UCR mediante el correo electrónico y por la dirección https://ori.ucr.ac.cr.

Adicionalmente, funcionarios de la Vicerrectoría de Vida Estudiantil están contactando por vía telefónica al alumnado para ampliarles la información relacionada con los procesos de admisión y de becas.

La solicitud de beca socioeconómica para quienes ingresaron gracias a la Admisión Diferida será del 24 de enero a las 8:00 a. m. al 28 de enero a las 9:00 a. m. en el sitio web www.becas.ucr.ac.cr.

De igual manera, la población estudiantil puede consultar los resultados de la Admisión Diferida en la página www.ori.ucr.ac.cr y despejar sus dudas por medio de los teléfonos 2511-4671 y 2511-5517 o en la dirección electrónica admision.ori@ucr.ac.cr .

El estudiantado también puede examinar las notas de corte de la fase de Admisión Diferida, así como la lista de instancias de procedencia que participaron en esta modalidad, en el siguiente enlace: http://vd.ucr.ac.cr/documento/resolucion-vd-11268-2020/.

 

Tatiana Carmona Rizo

Periodista, Vicerrectoría de Vida Estudiantil

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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UCR otorga más de 5.000 nuevas becas para sus estudiantes en el 2019

  • En los últimos cinco años el monto presupuestado para becas ha crecido casi un 500%

A los estudiantes de primer ingreso se los ha invitado a hacer recorridos por los diferentes campus con el fin de conocer sobre su nuevo centro de estudios. El 49% de esta población obtuvo alguna categoría de beca para ingresar en el 2019 a la UCR. Foto: Karla Richmond.

Para el presente año la Universidad de Costa Rica (UCR) otorgó 5.451 nuevas becas para sus estudiantes, de las cuales 4.568 son para quienes ingresan por primera vez y 883 para población estudiantil que ya se encuentra estudiando en la Institución.

Del total de becas asignadas, a nivel institucional, un 70% corresponden a las categorías más altas de 4 y 5, donde se obtienen los mayores beneficios.

“Fue grato poder ir conversando con los estudiantes que estaban haciendo su solicitud y ver el entusiasmo que ellos tienen, su emoción de haber sido admitidos en la Universidad y su esperanza de poder hacer realidad esa meta, ese sueño académico, a través del sistema de becas”, comentó Anabelle León Chinchilla, directora de la Oficina de Becas, en referencia al proceso de entrega de documentos, por parte del estudiantado que solicitó beca socioeconómica.

Precisamente sobre esta etapa, Magda Araya Jarquín, jefa del Área de Becas Socioeconómicas, destacó que 5.451personas que completaron los documentos para la solicitud de becas y de ellas a 4.568 son estudiantes de nuevo ingreso, quienes representan el 49% de los alumnos admitidos el presente año.

Entre ellos, 288 son estudiantes que provienen de la admisión diferida, representando alrededor de un 53% de los admitidos por esta vía.

En términos generales, en la UCR entre un 50% a un 53% cuenta con beca socioeconómica, aunque en algunas sedes regionales hasta un 80% del estudiantado cuenta con beca. Al 2018 aproximadamente 22.800 estudiantes estaban becados en la Institución en todo el país.

Monto creciente

Desde el 2015 al presente año el monto presupuestado para el financiamiento del sistema de becas de la UCR ha crecido alrededor de un 500%, si se toma en cuenta que en ese período el monto ha crecido casi 10.000 millones de colones.

En el 2015, el monto que se dedicaba a becas era de 18.763.5 millones de colones y al 2019 se prevé una inversión de 28.055,6 millones de colones.

Al respecto, León expresó que “estamos previstos con un comportamiento en una ejecución presupuestaria, pero siempre prestos a responder a lo que se requiera, porque no va condicionado a la cantidad de estudiantes becados a un presupuesto, sino más bien, vamos monitoreando y vamos dando respuesta al requerimiento que se tenga, según la asignación de becas para ir guiando el contenido presupuestario que se necesita”.

Beneficios

Las becas socioeconómicas de la Universidad de Costa Rica ofrecen diferentes beneficios para la población estudiantil como la exoneración del 100% del costo de matrícula para las categorías 4 y 5 y los de categoría 5 reciben además un complemento económico para gastos de carrera y un apoyo adicional si se encuentran en pobreza extrema. Los de categoría tres tienen una exoneración en la matrícula de un 90%, mientras que los de la dos un 70% y para los de la uno un 45%.

Los becados 4 y 5 son los que cuentan con mayores beneficios pues tienen opción de que se les asigne un espacio en las residencias estudiantiles, o que se les pague un monto por reubicación geográfica y también pueden solicitar un subsidio por transporte.

Además, en cuanto a alimentación se brinda un monto de un 100% para almuerzo, así como otros tiempos de comida. En cuanto a salud, se les ofrece servicios gratuitos de odontología y de optometría.

El estudiantado becario, en las categorías 3 a 5, tiene también la opción de solicitar préstamos de libros de texto y todos los becados pueden solicitar también préstamos de dinero a corto y largo plazo.

En cuanto al porcentaje del 70% de los becados que se ubican en las categorías 4 y 5 loa directora de la Oficina de Becas considera que “hay una tendencia y esto demuestra que realmente a la Universidad de Costa Rica están llegando estudiantes que, desde el punto de vista de condición socioeconómica, hay dificultad para cubrir los gastos de estudio, y que el sistema de becas está dando una respuesta a esas necesidades”.

Más becas

Aparte de las becas socioeconómicas, la Universidad de Costa Rica le otorga la exoneración del 100% del costo de matrícula, por excelencia académica, a alrededor de 2.000 estudiantes por ciclo lectivo. Los requisitos para obtener este tipo de beca es tener un promedio ponderado igual o mayor a un nueve y haber cursado en el año lectivo anterior en cada ciclo 15 o más créditos.

Este mismo beneficio se otorga también a alrededor de 400 estudiantes por ciclo, por la participación en actividades deportivas y culturales, en las que represente a la Institución.

Por otra parte, la población estudiantil tiene la posibilidad de que se le exonere del pago del costo de matrícula si realiza horas asistente, horas estudiante u horas asistente de posgrado, a quienes además se les reconoce económicamente su trabajo. En este rubro se encuentran casi 4.000 estudiantes por ciclo lectivo.

“Entonces sí, realmente la política de equidad desde lo socioeconómico, que promueve la Universidad, definitivamente llega a cumplir sus objetivos y ese aporte, porque es mucho dinero el que se invierte, pero realmente es inversión en desarrollo, definitivamente desde esa concepción de universidad como bien público, como que es un bien que pagamos todos los costarricenses del mismo país, definitivamente no hay dónde perderse de que el trabajo que hace la Universidad en ese sentido impacta a la sociedad”, manifestó León.

 

Nidia Burgos Quirós

Periodista, Oficina de Divulgación e Información

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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