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Etiqueta: Chiquita Brands

Un país en resistencia contra el neocolonialismo. La calle arde

Frank Ulloa Royo

Foto: Marcos Llorente

El general Omar Torrijos había dejado claro en que la soberanía no se puede defender de rodillas, ni mediante súplicas al gobierno invasor.

La entrega del Canal, en 1999 parecía ser el fin de la subordinación, pero los hechos actuales demuestran que el neocolonialismo no ha desaparecido, solo ha cambiado de rostro.

Hoy, sindicatos, movimientos sociales y ciudadanos de a pie han convertido las calles en trincheras de resistencia, enfrentando un sistema internacional que no garantiza independencia, sino que simplemente administra intereses.

Represión y resistencia

En Bocas del Toro, el conflicto se ha agudizado. La represión ha golpeado duramente a los trabajadores bananeros, imponiendo despidos masivos y tácticas de asfixia económica diseñadas por la Chiquita Brands y el gobierno para destruir la organización sindical.

Las mismas fuerzas que décadas atrás trazaron las fronteras políticas, hoy buscan perpetuar su control, asegurando que Panamá siga atrapada en un sometimiento económico y militar.

Última barrera contra la sumisión

A pesar de la persecución, el bloqueo de recursos y la criminalización de sus líderes, los sindicatos bananeros, de la educación, bebidas y de la construcción han sido la columna vertebral de la resistencia.

Han enfrentado la represión y recordado al país que la soberanía no es una concesión, sino un derecho que se defiende con valentía.

La patria arde, impulsada por un pueblo que se niega a ser súbdito de un imperio en decadencia.

En las calles, la expresidenta de la Corte Suprema de Justicia de Panamá marcha junto a obreros, maestros y profesores universitarios, exigiendo respeto y justicia.

El silencio internacional y la lucha permanente

Mientras la prensa internacional guarda silencio y la desinformación crece en redes sociales, la verdadera pregunta no es hasta dónde llegará este proceso, sino cuánto tiempo podrá resistir el pueblo panameño, evitar que sea doblegado por las armas y la campaña antisindical.

Esto no es una revuelta efímera, sino una lucha permanente que merece solidaridad activa desde todos los rincones del continente.

La Rel UITA y la Federación Unitaria de la Clase Trabajadora (FUCLAT) han estado en primera línea, asegurando que la resistencia panameña no sea silenciada.

De la esperanza a la lucha

Mientras el Himno Nacional de Panamá resuena en actos oficiales, proclamando paz y progreso, su significado se vuelve vacío ante la opresión.

Panamá está en una encrucijada, y la resistencia sindical y popular sigue siendo el último bastión contra la sumisión total.

Si el país realmente quiere honrar su independencia, debe entender que la libertad no se mide en tratativas a espaldas del pueblo, ni en discursos de una supuesta amistad, sino en la capacidad del pueblo para alzar la voz sin miedo.

Los sindicatos patriotas, clasistas, son el verdadero canto de esperanza, con sus propuestas y gritos de lucha, resonando como la expresión más firme de la resistencia panameña.

Fuente: https://www.rel-uita.org/panama/la-calle-arde/

SITRAIBANA en huelga: la lucha contra el despojo laboral y la complicidad del poder

Lic. H. Lenin Hernández Navas
Presidente de UAS

Las plantaciones de banano han sido testigos de décadas de esfuerzo, donde el sudor de quienes trabajan la tierra ha sostenido la economía de un país que, paradójicamente, les da la espalda. Hoy, en Bocas del Toro, la esperanza se ha transformado en resistencia. La huelga de SITRAIBANA no es solo una protesta por derechos laborales, es un grito colectivo contra el saqueo disfrazado de reforma.

Chiquita hace dumping social: cosechando riqueza, sembrando desigualdad

Las grandes empresas bananeras han perfeccionado el arte del despojo. Como cíclopes que devoran el esfuerzo ajeno, han encontrado en el gobierno un aliado que cede ante cualquier presión. No es la primera vez: lo vimos en el caso del canal, en la mina que amenazaba el medio ambiente, y ahora en el ataque directo a derechos esenciales de los trabajadores y trabajadoras.

Las empresas alegan que los cambios son necesarios para mejorar la productividad, pero en la práctica, solo perpetúan un sistema de explotación que maximiza sus ganancias a expensas del bienestar de quienes trabajan la tierra. Es una vieja practica de esa empresa, hace varias décadas dejaron abandonadas 42 plantaciones en la zona sur de Costa Rica fronteriza con Panamá y miles de trabajadores quedaron a la deriva generando una crisis que se le atribuyo al sindicato. Con la privatización del muelle de Limón, la empresa de un día para otro cierra dejando a cientos de trabajadores de Chiquita sin trabajo.

La ética empresarial y la complicidad del gobierno

La ética empresarial en el sector bananero ha sido históricamente cuestionada. La búsqueda de maximizar ganancias ha llevado a prácticas de explotación laboral, evasión de responsabilidades sociales y manipulación de leyes para reducir costos que constituyen un dumping social. Pero lo más alarmante es la extraña coincidencia entre esta ética empresarial y la postura del gobierno y los tribunales de trabajo que olvidan su función tutelar. Fue por eso que Francisco Smith, secretario general de SITRAIBANA indicaba: «Nos vamos a la calle, ya basta de burlas, vamos a pelear por nuestros derechos» y hoy se mantienen en huelga estos trabajadores, mayoritariamente del pueblo originario Ngäbe y Bugles, a quienes estas fincas les fueron expropiadas hace un siglo a ambos lados de la frontera, pues son los habitantes originarios de estos territorios. El gobierno, lejos de actuar como un regulador imparcial, ha demostrado ser un facilitador de estas prácticas. En lugar de proteger los derechos de los trabajadores y trabajadoras, ha cedido ante las presiones de las empresas, permitiendo reformas que afectan la jubilación anticipada y precarizan aún más el empleo en el sector bananero.

Solidaridad con el pueblo panameño: una lucha que trasciende fronteras

La huelga de SITRAIBANA no es un hecho aislado. Se suma a más de un mes de protestas en Panamá, donde diversos sectores han salido a las calles a exigir justicia, enfrentando represión y violencia estatal. Los pueblos indígenas, que representan la mayoría de los trabajadores y trabajadoras de Chiquita, han sido víctimas de un martirio silencioso, resistiendo en condiciones extremas mientras defienden sus derechos y su dignidad.

La solidaridad con SITRAIBANA y con el pueblo panameño es más necesaria que nunca. Esta lucha no es solo de quienes trabajan en el banano, sino de todos los sectores vulnerados por la complicidad del poder.

Costa Rica y Panamá no pueden seguir construyendo su futuro sobre la espalda agotada de sus trabajadores y trabajadoras. Un país no se mide por sus exportaciones, sino por la dignidad de quienes hacen posible cada cosecha.

Reinstalado trabajador despedido por Chiquita

Obeth Morales | Foto: Giorgio Trucchi

Con Obeth Morales

Tribunal resuelve que transnacional no siguió el debido proceso

Giorgio Trucchi / Rel UITA

El 6 de agosto de 2022, Osmin Lodero, trabajador de campo y delegado sindical en Finca Roble (Sarapiquí), propiedad de Chiquita Brands Costa Rica SRL, fue despedido por la patronal sin seguir el debido proceso. Dos años y medio después, el tribunal ordenó su reintegro.

Un mes antes, Lodero se vio supuestamente involucrado en una agresión, por lo que la empresa decidió despedirlo, obviando que gozaba de fuero sindical y sin acudir a las autoridades del trabajo para la debida autorización.

“Intervenimos de inmediato y demostramos que Osmin realizaba trabajo sindical de forma continua y que la empresa estaba violando el debido proceso”, dijo a La Rel, Obeth Morales, abogado del Sindicato Nacional de Trabajadores Piñeros y Bananeros de Costa Rica (Sintrapybcr).

La empresa se justificó diciendo que no sabía que el trabajador era delegado sindical en Finca Roble. Además, trató de hacer valer un artículo del código laboral, que limita a cuatro el número máximo de dirigentes sindicales que gozan de fuero laboral.

“Demostramos en los tribunales que la empresa estaba enterada de su desempeño sindical y nos apegamos a los convenios internacionales ratificados por Costa Rica. Finalmente, el juez nos dio la razón”, explicó Morales.

Reintegro y pago de salarios

En agosto de 2024, la sentencia de primera instancia ordenó a Chiquita Brands el reintegro del trabajador despedido, el pago de salarios caídos (24 meses) y del 15 por ciento de costas procesales.

La empresa recurrió a casación, sin embargo, la Sala Segunda de la Corte Suprema de Justicia declaró sin lugar dicho recurso.

Todo fue confirmado y ganamos el caso de manera definitiva. El despido fue declarado nulo e ineficaz y se confirmaron las medidas ordenadas en primera instancia”, manifestó el abogado laboral.

Entre las 9 y las 11 de la mañana del 22 de abril se ejecutará la sentencia judicial y la reinstalación de Osmin Lodero.

“Prácticamente todas las empresas agroindustriales actúan de la misma manera, sin importarles la protección de la cual gozan quienes desempeñan un cargo de representación colectiva y violando el debido proceso. Es una sentencia importante”, concluyó Morales.

Empapado en veneno

No hay límite a las prácticas despreciables de Chiquita Brands

En octubre y noviembre de 2024, varios trabajadores de plantaciones propiedad de Chiquita Brands Costa Rica SRL denunciaron que los cultivos de banano que cultivaban estaban siendo fumigados por avionetas mientras trabajaban en los campos. Cinco meses después, la situación es mucho peor.

“Un grupo de trabajadores de la plantación Cañaveral me acaba de llamar para informarme que nuevamente han sido rociados por una avioneta que estaba fumigando los cultivos con sustancias químicas”, dijo Carlos Quiroz , secretario general del Sitrachiri¹.

La plantación Cañaveral, ubicada en el municipio de Talamanca, pertenece a la Compañía de Tierras Chiriquí, subsidiaria de Chiquita Brands Costa Rica (Chiquita Brands Int) .

Se trata de una situación muy similar a la que reportan los trabajadores de la plantación Superamigos, en Sixaola, municipio que, al igual que Talamanca, está en la frontera con Panamá.

En ambas plantaciones, la gran mayoría de los trabajadores son ciudadanos panameños de la etnia Ngöbe-Buglé.

El total desprecio por la dignidad humana exhibido reiteradamente por Chiquita Brands ha sido denunciado en el país e internacionalmente por Sitrachiri, Fentragh y UAS², así como por Rel UITA.

“Lamentablemente esta práctica se está haciendo muy habitual en las fincas de Chiquita. Con la salud de los trabajadores no se juega. Esto es muy serio, muy grave y debemos seguir denunciando”, manifestó Quiroz.

Una costumbre muy vergonzosa

Maikol Hernández , secretario general de Fentragh, declaró a La Rel que este tipo de abuso se está convirtiendo en un hábito muy peligroso para Chiquita. Además, la empresa parece gozar de total impunidad.

En Fentragh hemos denunciado constantemente estas prácticas vergonzosas. Es un asunto prioritario para nosotros —enfatizó Hernández— .

“Ya estamos trabajando con varias organizaciones para documentar y denunciar todos los casos que podamos.

“Desgraciadamente, parece que las propias autoridades están permitiendo que todo esto ocurra ”, concluyó.

¹ Sindicato de Trabajadores de la Compañía de Tierras de Chiriquí
² Federación Nacional de Trabajadores Agrícolas, Alimentarios, Hoteleros y Afines (Fentragh); Unidad en Acción Laboral (UAS)

Información de Rel UITA compartida con SURCOS. Texto de Giorgio Trucchi. Foto de Gerardo Iglesias.

Tres sindicatos presentan denuncia contra la empresa Chiquita Brands

Las organizaciones sindicales SINTRAPYBCR, SITRACHIRI y SINTRACOBAL, representadas por sus secretarios generales, han presentado una denuncia ante el Ministerio de Trabajo contra la multinacional Chiquita Brands y sus subsidiarias en Costa Rica.

Denuncian que la empresa utiliza contratos temporales en puestos de trabajo permanentes como parte de una estrategia antisindical. Esta práctica precariza las condiciones laborales, limitando el acceso a derechos fundamentales como la estabilidad laboral, la cesantía y la protección social.

Además, las trabajadoras enfrentan discriminación por embarazo, siendo despedidas al término de contratos temporales para evitar las garantías legales.

Las tres organizaciones exigen que se respeten las leyes laborales costarricenses y los convenios internacionales que protegen la libertad sindical y los derechos humanos.

Chiquita desaloja a decenas de trabajadores

Carlos Quiroz | Foto: (archivo personal)

Con Carlos Quiroz

Tiempos difíciles para Chiquita Brands. Después de los graves problemas que está teniendo en Estados Unidos, la transnacional bananera está siendo acusada de desalojar y echar a la calle a su propio personal en el Atlántico costarricense.

Giorgio Trucchi

En el municipio de Talamanca, fronterizo con Panamá, la empresa Chiriquí Land Company, subsidiaria de Chiquita Brands, controla dos fincas bananeras (Tayrona y Cañaveral).

El 85 por ciento de los trabajadores tiene nacionalidad panameña y, en su mayoría, pertenece a la etnia Ngöbe-Buglé (unas cuatrocientos personas).

Un acuerdo firmado el año pasado entre Costa Rica y Panamá les otorgó la doble nacionalidad para que pudieran gozar de ciertos beneficios.

Un 46 por ciento sigue viviendo en territorio panameño, se levanta a diario a las 3 de la mañana y cruza el puente que divide los países para ir a trabajar. El restante 54 por ciento reside en territorio costarricense.

Muchos de ellos viven en cuadrantes¹ que la compañía bananera construyó y cuyas casas les fueron otorgadas en comodato.

Desalojando familias

Igual que otras compañías transnacionales y empresas fruteras nacionales, Chiquita acostumbra en sus contratos de trabajo incluir el ofrecimiento de viviendas para los trabajadores y sus familias.

Este beneficio está reglamentado por el código de trabajo costarricense (art. 164) bajo la figura del “salario en especie²”.

En las últimas semanas, la compañía está avisando a decenas de trabajadores que tienen 15 días para desocupar sus viviendas y buscar a dónde irse.

Algo que también se está llevando a cabo, hasta con más brutalidad, en otras zonas del país y que la Rel UITA ha venido documentando.

Lo que Chiquita está haciendo es brutal. Hay compañeros que tienen décadas trabajando en la empresa y que están siendo desalojados juntos a su familia”, dijo a La Rel, Carlos Quiroz, secretario general del Sindicato de Trabajadores de Chiriqui Land Company (Sitrachiri).

“En este momento están sacando a 17 familias, aduciendo que no cumplen con los requisitos de asignación de vivienda y trayendo argumentos tontos. Esto es ridículo y sabemos que van por más desalojos. Se habla de al menos 47 familias afectadas”, agregó.

Chiquita, las mismas mañas

Lo que más llama la atención es que todos los trabajadores afectados están afiliados al Sindicato, cuatro de ellos son delegados sindicales en las fincas.

Lo que creemos es que se trata de una arremetida para forzar a los trabajadores a aceptar algunas propuestas, avanzadas por la empresa, que violan nuestro convenio colectivo”, manifestó Quiroz.

Chiquita estaría presionando para que los trabajadores renuncien al empleo de mutuo acuerdo, retiren su liquidación y acepten ser recontratados con garantías desmejoradas, en especial la que se refiere al derecho a vacaciones.

“Sin embargo, en este acuerdo se sigue garantizando el derecho a la vivienda, por lo tanto, creemos que la amenaza de desalojo persigue el objetivo de obligar a los compañeros a aceptar esta propuesta”, explicó el dirigente sindical.

Ofensiva sindical

El pasado 21 de agosto, Quiroz, en calidad de secretario general del Sindicato, presentó un recurso de amparo ante la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia para que se detenga la orden de desalojo.

También se instó a la empresa a frenar la medida y sentarse a negociar.

“Vamos a esperar que la Sala se pronuncie, mientras tanto estamos denunciando ese atropello a nivel nacional e internacional. Los compañeros se mantienen firmes y no quieren salir. También estamos valorando otras acciones judiciales”, concluyó Quiroz.

¹Complejos habitacionales que surgen en los alrededores de las plantaciones donde viven las y los trabajadores y sus familias.
²Entre las diferentes formas de retribución, el salario en especie se paga con bienes o medios distintos al dinero como, por ejemplo, alimento, alojamiento o transporte. Este no podrá ser mayor al 50 por ciento de lo que reciba el trabajador en dinero efectivo.

Fuente: https://www.rel-uita.org/costa-rica/chiquita-desaloja-a-decenas-de-trabajadores/

Nuevamente condenan a Mamita Yunai

Óscar Madrigal

Oscar Madrigal

Chiquita Brands, la heredera de la United Fruit Co., fue condenada en Florida por violación a los derechos humanos, por financiar a las Autodefensas Unidas de Colombia quienes masacraban a pueblos enteros solo por el hecho de considerarlos enemigos de la derecha.

Entre 1997 y 2004 Chiquita financió y puso a su disposición su infraestructura para ejecutar estas acciones. En los libros de contabilidad se registró que Chiquita pactó con las Autodefensas Unidas, un grupo terrorista, para pagarle $0,30 por cada caja de banano exportada de Colombia. Recordemos que la historia de esta empresa, de la United Fruit Co., está llena de explotación, represión, golpes de estado y crímenes por toda la región bananera del Caribe.

Chiquita fue condenada por cargos criminales, penalmente, como empresa ya que en EEUU las compañías o personas jurídicas pueden ser condenadas penalmente. Además, le impusieron una multa de $25 millones por esos hechos, sin contemplar aún el multimillonario pago que tendrá que hacer a los familiares de los miles de víctimas.

Chiquita ha sido condenada por apoyo a grupos terroristas; la sentencia manifiesta que prestaba sus puertos a las Autodefensas para que recibiera armas y exportara droga.

Lo que Chiquita ha cometido -según se afirma en medios internacionales- es un crimen contra la Humanidad.

Chiquita es la más grande multinacional de producción y exportación de banano del mundo. Es una multinacional que tiene una presencia fundamental en Costa Rica, al ser el primer exportador de banano del país, con extensas plantaciones y pagando salarios que hace que Limón sea la provincia más pobre el país.

Se han presentado más de 3 mil demandas por indemnización contra Chiquita en EEUU y recientemente, el pasado 10 de junio, se ha producido la primera resolución condenando a la empresa a indemnizar a 8 familias víctimas de la AUC con la suma de $38,7 millones de dólares. Esta es solo la primera resolución contra Chiquita por haber financiado al grupo terrorista AUC mediante pagos y prestarse para el comercio de armas y narcóticos.

Hay que tener presente este nuevo hecho, que Chiquita fue condenada criminalmente, porque ella es un agente importante en la vida cotidiana del costarricense.

Hoy, como hace 80 años – El infierno de las bananeras

No es la primera vez que ocurren accidentes laborales en las bananeras, tampoco son casos aislados en las plantaciones de Chiquita Brands en Costa Rica.

Gerardo Iglesias – Gerardo Castillo

Imagen: Mamita Yuani (Blog Carlos B. Gil)

En las fincas propiedad de esta transnacional −que el consorcio brasileño de jugos Cutrale-Safra adquirió en 2014− todo parece indicar que es política de la compañía exprimir al máximo a sus trabajadores (mujeres y hombres), aun cuando se encuentren convalecientes de enfermedades.

El miércoles 20 Javier Espinoza, recientemente operado de la rodilla, fue obligado a efectuar labores de embolsado de banano.

Como era de suponer, Espinoza cayó de la escalera y Chiquita lo mantuvo tirado en el piso frío de la administración hasta que, por acción de dirigentes sindicales, fue trasladado en ambulancia a una clínica de la seguridad social.

Exactamente a una semana de este penoso episodio, Walter Reinoza, de nacionalidad nicaragüense, de 30 años, sufrió un colapso por sobrecarga física.

Reinoza informó al mediodía no sentirse bien. ¿Cuál fue la respuesta de Chiquita? Exigió que continuara trabajando hasta que a las 15 horas se desmayó. ¿Qué hizo Chiquita? Lo llevó a la casa y ahí lo dejó.

El escritor costarricense Carlos Luis Falla “Calufa” publicó en 1941 la novela Mamita YunaiEl infierno de las bananeras, donde denuncia los abusos que sufren quienes trabajan en las plantaciones de banano y la miseria en que habitan.

Han pasado 82 años. La situación descripta por “Calufa” en poco o nada ha cambiado. Los salarios no alcanzan, las jornadas son arbitrarias, la precariedad laboral se tornó permanente. Tampoco se permite a los representantes sindicales entrar a las plantaciones y se irrespeta la dignidad del trabajador.

El infierno arde con fuerza.

Las frutas primero, la gente después

Chiquita Brands y su idea del respeto a los derechos

Un accidente laboral absolutamente previsible ha ocurrido en la Finca Álamo de Chiquita Brands (Safra Group y Cutrale), en Sarapiquí: un trabajador recientemente operado de la rodilla y que difícilmente camina con ayuda de un bastón, fue obligado por los administradores de la finca a ir a embolsar banano.

Frank Ulloa

El hombre debe subir con la carga a una escalera apoyada en un suelo húmedo y esponjoso que no le da mayor estabilidad.

El trabajador se cae, queda inmóvil, lo llevan a la administración y pasa mucho tiempo tirado en el piso de cemento de la oficina, quejándose de dolor, hasta que llega una ambulancia y se traslada a una clínica de la seguridad social.

Fueron los dirigentes sindicales quienes se movilizaron para lograr que fuera atendido.

Los trabajadores y su sindicato han propuesto un diálogo sobre la salud laboral en las fincas de banano de Chiquita Brands, pero no ha habido respuesta alguna. Se les ignora, se les combate, no se les deja participar en las soluciones.

Ante la miopía empresarial, los trabajadores optan por la denuncia. Quizás algún día la transnacional se decida a respetarlos, y a respetar la libertad sindical.

Una imagen vale más que mil palabras.

Chiquita Brands y los trabajadores indígenas

El Sindicato Industrial de Trabajadores Costarricense del Banano y Afines (SINTRACOBAL) se manifestó ante la transnacional Chiquita Brands por los reiterados atropellos a sus trabajadores indígenas Ngabe Buglé.

Gerardo Iglesias

Muchos de esos trabajadores, empleados de la finca Superamigos, de la región de Sixaola, y afiliados al sindicato, han sido amenazados de despido aduciendo el vencimiento de sus contratos de trabajo.

“Como es bien sabido por la administración de Chiquita Brands, el pasado 19 de enero se firmó en Costa Rica un decreto que reglamenta la Ley 9710 de Protección del derecho a la nacionalidad costarricense de la persona indígena transfronteriza y garantía de integración de la persona indígena transfronteriza”, apunta el gremio en un comunicado.

En aplicación de ese decreto, desde el 7 de septiembre próximo, oficiales de Migración y Extranjería estarán en Sixaola y zonas vecinas para regularizar la situación de los indígenas transfronterizos y “darle continuidad al proceso de nacionalización de esta población”, dice el texto, dirigido al director de Recursos Humanos de la transnacional, Raúl Gigena Pazos.

Sin embargo, “un número importante de trabajadores bananeros transfronterizos de las fincas ubicadas en Sixaola (…) afiliados a nuestra organización” han recibido cartas de la empresa con “amenazas de despido”, apunta el secretario general del sindicato, Maikol Hernández.

SINTRACOBAL recuerda que desde hace siglos los indígenas que residen en esas zonas del país “se desplazaban en un territorio que no tenía fronteras”.

El decreto gubernamental de enero “les reconoce este derecho histórico y lo institucionaliza, con apego a las normas internacionales y respeto a su cultura y cosmovisión”, pero una compañía privada en los hechos se los niega.

“Resulta un acto inaceptable para nuestra organización sindical que estando a punto estos trabajadores de formalizar su nacionalidad costarricense se les venga ahora a imponer plazos para que presenten un permiso de trabajo porque de lo contrario serán despedidos”, subraya el sindicato.

Y le pide en concreto a Chiquita Brands que deje sin efecto los plazos definidos para los despidos y tome en consideración los esfuerzos institucionales que se realizan en la zona de Sixaola.

 

Foto: Sintracobal

Fuente: http://www.rel-uita.org/
Compartido con SURCOS por Maikol Hernández.