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Etiqueta: ciencias sociales

Pañitos tibios y voracidad empresarial

Marcos Chinchilla Montes

Voces muy calificadas han venido insistiendo desde hace meses que las medidas del gobierno resultaban insuficientes para reducir el número de personas contagiadas por COVID-19, dos importantes ventanas de oportunidades para tener medianamente controlado el virus se desaprovecharon en los meses de diciembre y a finales de marzo, bajo el argumento de estimular la economía y el empleo, pero donde lo que realmente ha privado son los intereses económicos del sector empresarial.

Lo que parecía un manejo de la pandemia orientado por la ciencia y el compromiso con la salud, muy pronto sufrió una apabullante zancadilla cuando el empresariado golpeó la mesa, solicitó ser parte de la gestión de la crisis e incorporó sus criterios en el manejo de la pandemia. A esto se sumó la intransigencia de los diputados opositores al gobierno para apoyar económicamente a los sectores sociales más afectados por la crisis, y al mismo gobierno que no quiso asumir los costos políticos de insistir en la concreción de una suerte de renta básica universal.

Después de ese momento, era presumible que tarde o temprano el aumento de casos finalmente podría convertirse en una situación caótica que catapultara el colapso del sistema hospitalario.

En su afán por atraer turismo extranjero en plena pandemia, el gobierno no solo prescindió de solicitarle a los viajeros las pruebas PCR, sino que también les dio una limitada relevancia a las cepas más contagiosas de Brasil, Inglaterra y Sudáfrica; en su momento, el Ministro de Salud afirmó que tarde o temprano arribarían esas cepas al país, y que se necesitaba mantener el “equilibrio” entre salud y empleo. En otras palabras, dejamos abiertas las puertas de la casa de par en par, entraron y ni saludaron.

Envalentonado con la caída en la cantidad de personas contagiadas, el gobierno aumentó el aforo en diversos locales, y las restricciones a la movilidad se fueron flexibilizando; excelente caldo de cultivo para dar la falsa sensación de que estábamos superando la pandemia y que volvíamos a la normalidad.

En ese contexto, justo en estos días nos enteramos que durante cinco semanas el Ministerio de Educación Pública fue totalmente incapaz para recopilar información sobre población docente, estudiantil y administrativa contagiada por el COVID-19. En esa línea, ese mismo ministerio reportó que durante las últimas tres semanas 378 personas habían dado positivo por COVID-19 en sus instalaciones. Las autoridades educativas no reconocen su fracaso, y más bien han mostrado estar más interesadas en mantener la presencialidad a toda costa, que en garantizar la salud y el derecho la educación recurriendo a la formación virtual de sus estudiantes.

El gobierno se ha escudado en la responsabilidad de cada persona para reducir los contagios; desconociendo que una crisis de envergadura nacional -que incluso desde hace mucho tiempo se convirtió en una sindemia- requiere de una vigorosa intervención pública, sin descuidar ningún flanco, menos el relacionado con las Ciencias Sociales y el comportamiento societal. Es cierto que muchas personas se cuidan, e igualmente es cierto que otras personas niegan o no le prestan la debida atención la pandemia; pero no se puede dejar de lado que el gobierno y el empresariado han construido un mensaje de normalidad que poco tiene que ver con la realidad, sentando así condiciones para el desarrollo de un proceso de negación y relajamiento social en el que Feierstein destaca “una tendencia de menguar, e incluso ignorar, el riesgo de lo acontecido”.

Luis Rosero Bixby, demógrafo y profesor emérito de la Universidad de Costa Rica fue enfático en afirmar que la tasa R de reproducción del contagio ha venido creciendo de forma preocupante, y que al día de hoy se sitúa en 1.28, prevé que de no tomarse las medidas necesarias de manera acelerada, nos estaremos enfrentando en cosa de pocas semanas a un perfecto tsunami, con más de 3000 personas contagiadas por día y un sistema hospitalario incapaz de atender la demanda creciente por servicios médicos. Ese no ha sido su único vaticinio durante estos meses, aunque parece que las autoridades no suelen prestarle mucha atención.

Y ante el tsunami que se avecina, un pañito tibio del gobierno: reinstalación de la restricción vehicular los fines de semana; casi como una curita tapando una puñalada en la yugular.

Arte y ciencia social: herramientas para la vida y la transformación

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Los primeros resultados de una rápida búsqueda en cualquier explorador de internet a la palabra Manrique, Colombia, devuelven cierta narrativa sobre violencia y peligrosidad. Se trata de un gran conglomerado poblacional, la comuna número 3, ubicada al noroeste de Medellín, capital de Antioquia, con una historia ciertamente compleja, pero no la única que atraviesa sus espacios sociales.

Hace algunos años como parte de un proyecto sobre trata de personas y derechos humanos que nos juntaba a personas investigadoras de Colombia, España y Costa Rica, fuimos a dar a Manrique, donde conocimos a un cura revolucionario, organizador incansable de acciones encaminadas a arrebatarle al niño, niña y joven de esta comuna, al riesgo social.

Una tarde, conversando en su comuna, me confesó que una de las estrategias para trabajar con estas poblaciones era alentar su cercanía con el arte como vehículo de transformación. Que tenía que ser contextualizada esa relación. Y cómo no advertir que justamente en Manrique se teje una de las conexiones populares de largo aliento con el tango como expresión cultural.

Durante esos días en la comuna, pude observar el trabajo de academias enteras de niños y niñas practicando tango por las calles. A todas horas y en todos los espacios, este territorio con una rica historia gardeliana, permite a sus niños y niñas expresar y recrear sentido de la vida.

Recordé justamente una de las formas mediante las cuales Medellín encontró para contender la violencia a nivel político, pero sobre todo sociocultural: disputar los espacios públicos a los actores involucrados y crear uno de los festivales de poesía más emblemáticos a nivel mundial, como es el Festival Internacional de Poesía de Medellín, que este año cumple 31 años ininterrumpidos de llevar la palabra a las comunas y zonas más complejas de esta capital antioqueña.

Como un brazo artístico y amoroso, este festival desarrolla el Proyecto Gulliver, consistente en impulsar la creación poética y literaria en los niños y niñas de las distintas comunidades en riesgo. En ambos casos, la poesía y el tango, no resultan solamente expresiones estéticas y de representación de la vida, sino herramientas comprometidas para la transformación social.

Hará quizá hace dos años fui invitado a participar en un encuentro literario en el municipio de Quezaltepeque, en El Salvador. También las narrativas sobre las violencias en ese país son recurrentes y provienen casi siempre de interlocutores con poca capacidad analítica para sopesar las razones históricas y estructurales de los procesos de exclusión social y desigualdad en aquel país.

En el marco de esa actividad fuimos invitados a leer a una escuela de un sector rural del municipio. Al llegar, nos recibieron cerca de 300 niños y niñas que prepararon un escenario con nuestras fotografías, buscaron nuestros trabajos poéticos en internet para leerlos en la actividad y hurgaron en nuestras biografías para conocernos mejor.

Esa mañana comprendí el profundo vínculo entre el arte como vehículo social y las formas diversas para reconocer la realidad para transformarla, como es el caso de las diversas disciplinas que conforman el vasto campo de las Ciencias Sociales.

En una nota sobre la proclamación del Día Mundial del Arte, que se celebra todos los 15 de abril, la Organización de Naciones Unidas para la Ciencia, el Arte y la Cultura (UNESCO) indicaba: “El arte nutre la creatividad, la innovación y la diversidad cultural de todos los pueblos del mundo, y desempeña un rol importante en el intercambio de conocimientos y en el fomento del interés y el dialogo. Estas son cualidades que el arte siempre ha tenido y tendrá, si continuamos apoyando entornos donde se promuevan y protejan los artistas y la libertad artística. De esta manera, al fomentar el desarrollo del arte también se fomentan los medios a través de los cuales poder lograr un mundo libre y pacífico” (es.unesco.org).

Ciertamente experimentamos un entorno plagado de incertidumbre, de hegemonías duras en lo económico y excluyentes en lo social. A estas durezas solo se les resiste desde otras posibilidades expresivas, que contienen en sus cimientos una política de los cambios y las transformaciones.

Vincular el arte como herramienta y la ciencia social como expresión ontológica y epistemológica de vida y de transformación, debe ser un objetivo común para quienes aspiramos a un mundo un poco mejor al que ya existe. En ese camino andamos.

Once tesis para fortalecer la actividad científico-tecnológica en Costa Rica

José María Gutiérrez, profesor emérito Universidad de Costa Rica (jose.gutierrez@ucr.ac.cr)

  • (1) Para tener prosperidad y equidad, un país requiere de una actividad científico-tecnológica endógena consolidada

Contar con un fuerte desarrollo endógeno de la ciencia y la tecnología es un insumo esencial para un país que pretenda transitar por senderos marcados por la equidad y la prosperidad. El conocimiento científico, y las aplicaciones que de él se derivan a través de la tecnología, permiten no solo la comprensión de la realidad, sino también la transformación de la misma. Si estos elementos se orientan al mejoramiento de la calidad de la vida para amplios sectores de la sociedad, se convierten en componentes importantes de proyectos colectivos democráticos e inclusivos. Lamentablemente, los sectores políticos y económicos que han dominado la vida del país en las últimas décadas han descuidado la importancia de la ciencia y la tecnología endógenas, por no encajar con el modelo de país que promueven. Esto tiene serias consecuencias para el bien común. Como parte de la búsqueda de rutas alternativas de desarrollo nacional, es necesario otorgarle a la actividad científico-tecnológica endógena la importancia que debe tener. Necesitamos una clara voluntad política para el fomento de la ciencia y la tecnología.

  • (2) El país requiere invertir mucho más en investigación y desarrollo

Costa Rica dedica menos de un 0.4% de su Producto Interno Bruto (PIB) a actividades de investigación y desarrollo. Eso está incluso por debajo del promedio latinoamericano, y muy por debajo de lo que invierten países donde la ciencia y la tecnología se han afincado como palancas del desarrollo. Esta débil inversión en ciencia y tecnología se relaciona con visiones políticas que no dan importancia a estas actividades y también guarda relación con la problemática fiscal del país. A ello se suma el hecho de que el sector privado invierte muy poco en investigación y desarrollo en Costa Rica. La reducción en los presupuestos de las universidades públicas también tiene un efecto negativo pues estas instituciones son los principales reservorios de la ciencia y la tecnología nacionales. Es necesario desarrollar iniciativas para que el país invierta más en ciencia y tecnología, mediante una combinación de políticas creativas y asertivas a nivel de gobierno, pero también mediante la participación de múltiples actores de la sociedad en la promoción de estas actividades, incluyendo instituciones autónomas, empresas y organizaciones comunitarias y de diverso tipo. Este es un ámbito en el que políticas tributarias progresivas, incluyendo la creación de tributos a empresas transnacionales ubicadas en zonas francas, podrían dinamizar el desarrollo científico-tecnológico endógeno. También es importante considerar la posibilidad de que instituciones autónomas dediquen un porcentaje de su presupuesto a actividades de investigación y desarrollo.

  • (3) El sistema ciencia-tecnología-innovación debe ser integral, con fuertes vínculos entre sus componentes

Las propuestas políticas hegemónicas en el país y en el resto de América Latina han asumido una visión del sistema ciencia-tecnología-innovación que centra el énfasis, de manera casi absoluta, en el desarrollo de conocimiento aplicado a las necesidades de los sectores empresariales. Es decir, concibe la ciencia y la tecnología básicamente como elementos de apoyo al desarrollo económico. Esta visión reduccionista ha impregnado las políticas nacionales de ciencia-tecnología-innovación. Por el contrario, estas deben concebirse de una manera integral, como un conjunto de componentes que interactúan entre sí y se fortalecen mutuamente. Esos componentes incluyen: (a) La ciencia básica y las ciencias sociales, espacio centrado sobre todo en las universidades públicas, donde se generan los insumos de conocimiento de la realidad con base en la investigación científica. (b) La investigación aplicada y el desarrollo tecnológico, que incluye las actividades en las que el conocimiento se traduce en aplicaciones de diverso tipo, no solo para el ámbito económico, sino también para el social, el ambiental y el comunitario en general. (c) El flujo del conocimiento a los sectores de la sociedad que lo demandan para su praxis cotidiana en muy diversos ámbitos de la vida, en procesos dialógicos de mutuo aprendizaje y fortalecimiento. (d) Los sectores de la sociedad que incorporan ese conocimiento en sus actividades y que, a la vez, generan saberes y demandas de conocimiento que se devuelven a los sectores de investigación científica y tecnológica, en procesos de doble vía y crecimiento continuo. (e) El contexto cultural, legal e institucional de la sociedad, que determina los procesos políticos, económicos, culturales y jurídicos en los cuales se desarrolla la actividad científico-tecnológica. (f) El escenario internacional en el cual se inserta la comunidad científico-tecnológica del país. La promoción del desarrollo científico-tecnológico endógeno debe verse en este complejo contexto multifactorial, en el cual unos componentes del sistema interactúan y alimentan a otros. Esta visión integral y compleja debe sustituir a las visiones reduccionistas predominantes.

  • (4) Se requiere consolidar una comunidad científico-tecnológica fuerte, con redundancia, y con balance de género

Para contar con un sector dinámico de ciencia y tecnología es indispensable establecer las condiciones que permitan que amplios contingentes de personas puedan desarrollarse como investigadores e investigadoras en nuestro país. El Informe del Estado de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, del año 2014, detectó importantes falencias en este sentido, al tener nuestro país una comunidad científico-tecnológica pequeña, sin redundancia, con vacíos en áreas importantes del conocimiento, con grandes brechas de género y con alto grado de endogamia. Esta situación debe transformarse para que el país ofrezca mejores condiciones y oportunidades a quienes deseen construir un proyecto de vida en el ámbito de la ciencia y la tecnología, sobre todo a las y los jóvenes que inician sus carreras. Esta meta incluye, por un lado, un mayor fomento a las vocaciones científico-tecnológicas, en todas las ramas del conocimiento. Además, requiere que se abran más oportunidades de estudio, a través de programas de becas de grado y posgrado en el país y en el exterior. Se debe fomentar el balance de género en todos los campos de la ciencia y la tecnología. Y, lo más importante, se requiere que el país abra más oportunidades laborales para estas personas, tanto en el ámbito público como en el privado. Debe haber un plan nacional de reforzamiento del contingente de personas dedicadas a la ciencia y la tecnología, con políticas de promoción, reinserción y contratación que vayan de la mano con la posibilidad de acceder a fondos de investigación. El componente principal de un sistema sólido de ciencia-tecnología-innovación se centra en las personas que lo desarrollan; esto no se debe perder de vista.

  • (5) Los principales reservorios de ciencia y tecnología del país están en las universidades públicas, las cuales deben ser fortalecidas

Los principales focos y reservorios de conocimiento científico-tecnológico de Costa Rica están en las universidades públicas. Por ende, el fortalecimiento de la investigación en las universidades es un elemento central de cualquier política de consolidación de ciencia y tecnología endógenas en el país. El contexto actual se caracteriza por un evidente acoso y hostigamiento hacia las universidades públicas por parte de sectores que intentan reducir el papel de las instituciones del estado social de derecho, incluidas las universidades. Estos sectores resienten el carácter autónomo de las universidades, así como el hecho de que sean centros de pensamiento crítico, gracias al continuo análisis de la realidad que se efectúa en estas instituciones. Entre otras manifestaciones de este hostigamiento, se busca reducir el presupuesto de las universidades y conducirlas por una lógica del mercado para asegurar su estabilidad financiera. Todo esto tiene un efecto negativo en la actividad de investigación en estas instituciones; existe el riesgo de que, en medio de la estrechez presupuestaria, la investigación se debilite. La lucha por sostener y fortalecer las universidades públicas, manteniendo su autonomía y su carácter público, así como su presupuesto y la integralidad de su quehacer, es también una lucha por el desarrollo científico-tecnológico endógeno.

  • (6) El desarrollo científico-tecnológico debe ir mucho más allá de los aportes al ámbito económico

El conocimiento generado mediante la investigación científico-tecnológica tiene un enorme potencial para incidir en la esfera productiva y fomentar el desarrollo económico del país; eso es indudable. No obstante, existe una visión imperante que reduce el aporte de la ciencia y la tecnología a ese aspecto, limitando la amplitud y la proyección de estas. La generación y la aplicación del conocimiento deben proyectarse a un abanico mucho mayor de esferas y sectores. Por un lado, la ciencia, como forma de conocer la realidad, es parte de la cultura y tiene objetivos que van más allá de su aplicación. El conocimiento es valioso por sí mismo y su relevancia no debe juzgarse únicamente en términos de su impacto económico. Por otra parte, la aplicación del conocimiento generado por la ciencia, a través de la tecnología y otras aplicaciones, va más allá de su apoyo a la producción, ya que incluye efectos en ámbitos muy variados. La proyección del conocimiento debe incidir también en las esferas social, institucional, comunitaria, ambiental y cultural, de tal manera que aporte a la equidad, la prosperidad y la construcción colectiva de saberes. Necesitamos ciencia y tecnología para el bien común en general, no solo para el desarrollo económico. Pero además, incluso a la hora de ver el aporte del conocimiento científico-tecnológico en la economía, debemos preguntarnos a cuáles grupos del mundo económico beneficia el conocimiento. Debe ser un aporte amplio, que cubra a sectores diversos del universo productivo nacional, contribuyendo a un entorno económico democrático y diversificado.

  • (7) Las ciencias sociales deben jugar un papel relevante en un sistema científico-tecnológico integral

Como parte de la integralidad que requiere tener el sistema ciencia-tecnología-innovación, el fomento de las ciencias sociales es fundamental, junto con el cultivo de las ciencias naturales y las tecnologías. Las visiones dominantes en este tema generalmente no incluyen a las ciencias sociales en los planes de desarrollo científico-tecnológico y en las prioridades nacionales en esta área. Eso es un grave error. Las ciencias sociales son fundamentales para la comprensión de los complejos fenómenos que ocurren en las sociedades. Sin esa comprensión, las propuestas de transformación de la sociedad, en procura de un entorno colectivo marcado por el bien común, son poco claras y carecen de un sustento sólido. Este menosprecio por las ciencias sociales tiene varias causas que deben ser analizadas y cuestionadas. Por un lado, visiones tradicionales de la ciencia excluyen a las ciencias sociales por un prurito de superioridad de las ciencias naturales. Por otra parte, al generar visiones críticas de la realidad social, los sectores hegemónicos consideran a las ciencias sociales como ‘peligrosas’ y limitan su desarrollo. Además, si el complejo ciencia-tecnología-innovación se concibe desde una perspectiva economicista únicamente, las ciencias sociales no encajan bien en esta visión de mundo. Afortunadamente, las universidades públicas del país han apoyado el desarrollo de las ciencias sociales, algo que requiere ser valorado y fortalecido. En una propuesta renovada de desarrollo científico-tecnológico endógeno, las ciencias sociales deben jugar un papel importante. Es necesario fomentar integración entre grupos que desarrollen las ciencias sociales con los que trabajen en ciencias naturales y en tecnologías, así como en las humanidades y otros campos del conocimiento.

  • (8) Se debe promover la creación de colectivos académicos trans-disciplinarios e inter-sectoriales que aborden temas relevantes de gran complejidad

 Una de las principales manifestaciones de debilidad de nuestro sistema ciencia-tecnología-innovación es el carácter fragmentado y falto de redundancia de los grupos de investigación. El predominio histórico que han tenido los enfoques uni-disciplinares en nuestra ciencia y tecnología han impedido el abordaje colectivo de temas de gran complejidad que urgentemente requieren del análisis científico. Es necesario dar un salto cualitativo y pasar a dinámicas de mayor integración y de formación de colectivos trans-disciplinarios que tengan la capacidad de estudiar temas complejos que trascienden los marcos de las disciplinas individuales, como son los asociados con los grandes problemas del país y con áreas emergentes del desarrollo científico-tecnológico. Actualmente se hacen esfuerzos ingentes en las universidades públicas para fomentar este tipo de entornos trans-disciplinarios, pero se debe avanzar mucho más. Esto requiere la integración de grupos que combinen personas con formación en ciencias naturales, ciencias sociales, tecnologías y humanidades, en los cuales también se incorporen representantes de sectores de la sociedad relacionados con los temas de estudio, en procesos de creación y aplicación colectiva de conocimiento. Siempre habrá espacio para el trabajo uni-disciplinar, el cual es necesario para el abordaje de temas más específicos, pero debe abrirse este ámbito de procesos trans-disciplinarios e inter-sectoriales, que sirva de base para generar un universo académico diverso y ecléctico en nuestro sistema ciencia-tecnología-innovación.

  • (9) Se requieren mecanismos diversos y expeditos que permitan relacionar a los grupos que generan conocimiento científico-tecnológico con las necesidades de la sociedad, en procesos de carácter dialógico

Los conocimientos generados mediante la investigación científica y las aplicaciones de estos surgidas del desarrollo tecnológico deben verterse a la sociedad para contribuir al mejoramiento de la calidad de vida en un sentido amplio, desde una perspectiva inclusiva y de equidad. Ello implica que se deben crear y fortalecer mecanismos de vinculación entre los sectores que generan ciencia y tecnología y los sectores de la sociedad que demandan esos conocimientos en su praxis cotidiana. Estos vínculos deben gestarse en un contexto dialógico, horizontal, en el cual los saberes científico-tecnológicos se pongan en contacto con los saberes y necesidades de sectores productivos, sociales, comunitarios e institucionales, en procesos de enriquecimiento mutuo. Además, estos vínculos deben trascender la estrecha visión economicista que privilegia básicamente la transferencia de conocimiento a determinados sectores económicos, dejando de ver el amplio abanico de sectores que demandan conocimiento científico-tecnológico en su accionar cotidiano. La innovación debe ir mucho más allá del ámbito económico, para abarcar también el ámbito social. Se requiere que el conocimiento fortalezca también a las instituciones públicas, que juegan un papel central en la sociedad. El conocimiento científico-tecnológico debe aportar en el mejoramiento de la calidad de vida en ámbitos muy variados, centrando mucho de su accionar en las necesidades de los sectores más vulnerables de la sociedad. En suma, la ciencia y la tecnología endógenas deben servir al bien común, a toda la sociedad, y no solo a determinados sectores.

  • (10) Debe haber una apropiación de la ciencia y la tecnología por parte de amplios sectores de la sociedad, para mejorar la calidad de vida en general

La ciencia, como forma de conocer la realidad, es una valiosa herramienta para combatir dogmas y posiciones intolerantes de diverso cuño y para detectar falacias que se nos quiere imponer por parte de quienes están interesados en mantener un estatus quo que no beneficia a la mayoría. En este sentido la ciencia puede ser liberadora. La ciencia es, además, un instrumento para entender y resolver situaciones que surgen en el día a día, y una forma de enriquecer el disfrute de la vida. El conocimiento científico, y las aplicaciones de este a través de la tecnología, constituyen herramientas para el mejoramiento de la calidad de vida, por lo que deben ir más allá del círculo de personas que forman la comunidad científico-tecnológica. Es necesario que se fomente una apropiación del conocimiento científico y de sus aplicaciones por parte de la población en general, y que dicha apropiación beneficie a las personas y colectivos en su vida diaria, de muchas formas. Esta apropiación social de la ciencia y la tecnología requiere de procesos de diversa índole, con amplia participación de la ciudadanía, junto con la comunidad científico-tecnológica. Entre otros aspectos, se requiere mejorar la enseñanza de la ciencia en el sistema educativo, en los medios de comunicación y en las dinámicas comunitarias. La apropiación social de la ciencia incluye la participación ciudadana en las discusiones que tienen que ver con las políticas científico-tecnológicas. Cómo lograr esta apropiación es una enorme tarea pendiente que involucra a muchos sectores, organizaciones e instituciones.

  • (11) La ciencia y la tecnología nacionales deben tener fuertes vínculos de cooperación internacional, desde una perspectiva horizontal y solidaria

El fortalecimiento de la comunidad científico-tecnológica endógena involucra también el establecimiento de fuertes vínculos de cooperación internacional, los cuales permitan solventar limitaciones del ámbito local y proyectar la comunidad académica nacional a escalas regional y global. Los nexos de cooperación internacional pueden servir también de base para la consecución de fondos para investigación y desarrollo en Costa Rica, y para promover capacitación de grado y posgrado, así como entrenamientos a investigadoras, investigadores y estudiantes nacionales. La presencia de personas académicas extranjeras en nuestros grupos de investigación es una forma efectiva de promover la ciencia y la tecnología endógenas. Esto incluye el fortalecimiento de vínculos con costarricenses que trabajen en el extranjero y se vinculen a nuestra comunidad científica de diversas formas. Ahora bien, estos vínculos internacionales deben centrarse en una filosofía de solidaridad y horizontalidad, no en un patrón de asimetría e inequidad. A la hora de fomentar la cooperación internacional debemos ver a los países desarrollados del norte, pero también a los del sur global, para establecer redes de cooperación sur-sur. En este ámbito debe existir una coordinación estrecha en el país entre las políticas de ciencia y tecnología y las de relaciones exteriores (cooperación internacional).

Imagen ilustrativa.

Protesta y movilización social en tiempos de pandemia: algunas tendencias, características y preguntas

Este análisis que fue remitido a SURCOS y compartimos fue elaborado por los doctores en Sociología Allen Cordero y Manuel Barahona junto a la bachiller en Economía Priscilla Sibaja. Cordero es director de la Escuela de Sociología de la Universidad de Costa Rica y Barahona es catedrático jubilado de la Universidad Nacional. Sibaja realizó la asistencia de investigación. El contenido es responsabilidad de sus firmantes y se produce en el espacio académico de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).

Allen Cordero, Manuel Barahona, Priscilla Sibaja

Introducción

«Sin duda la etapa histórica que se ha abierto tanto a nivel nacional como internacional en virtud de la pandemia de Covid-19 presenta retos inéditos para la comprensión de la sociedad. Algunos de ellos muy urgentes y otros que se asoman e insinúan en el camino. Las dimensiones sociales en juego son contundentes. Algunas teorías y nociones buscan dar respuestas a la comprensión de esta situación, pero de seguro, será necesario echar mano de enfoques novedosos para intentar comprender lo que emerge, incluyendo elementos de continuidad y ruptura. Muchos retos teóricos, analíticos y descriptivos aguardan a quienes desde las Ciencias Sociales nos interesamos por los movimientos sociales.

Este artículo intenta un acercamiento a la comprensión de las tendencias y alcances en la movilización y protesta social en Costa Rica en la coyuntura abierta por la pandemia del COVID19 ocasionada por el SARS-CoV-2, al declararse en Costa Rica el primer caso positivo el 6 de marzo del 2020. Inicia con un breve estado del arte de la protesta social, resumido en el reflujo preexistente en la misma.

En un segundo momento, se revisan las cifras de la base de datos del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la Universidad de Costa Rica (UCR), sobre protesta social para el período marzo–septiembre de 2020, complementada con una sistematización propia de noticias sobre protesta social derivados de medios de comunicación y redes sociales.

Finalmente, se traza una tipología de los movimientos sociales, tratando de ordenar para el análisis los actores/actrices de los movimientos y sus móviles, ello con miras a dar cuenta de sus alcances en término de incidencia.

Se subraya que este es un análisis en construcción pues evidentemente mucho puede suceder en el futuro inmediato y mediato en términos de la dinámica de los movimientos sociales.

Hemos cerrado la revisión de materiales para este texto el domingo 4 de octubre en horas de la mañana en el contexto de la lucha contra el pago de más impuestos. Este movimiento empezó el domingo 20 de septiembre y ha sido el más fuerte desde el inicio de la pandemia, gestándose originalmente como una protesta de clases medias de Santa Ana y alrededores, revestida de banderas blancas y tricolores. Desfilaban en carros lujosos y decían que ya no podían pagar más. El movimiento continuó como una campaña política de la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (UCCAEP) y los medios de comunicación tradicionales y más influyentes decían unos y otros que ya no podían pagar más. Para el pasado miércoles 30 de septiembre, el Movimiento de Rescate Nacional llamó a una jornada de desobediencia civil. Se convirtió en una verdadera jornada nacional. Incluso en las primeras horas de esta jornada las cámaras patronales le hicieron un guiño a la lucha. Por ahí del medio día de ese miércoles, la UCCAEP se deslindó tajantemente de las protestas, dijo que estaba de acuerdo con los objetivos, pero no con la forma. Los sindicatos mientras tanto no sabían qué hacer. Hoy, domingo 4 de octubre, este proceso altamente complejo no ha terminado y es claro que no se agota con el tema de no más impuestos. Para la próxima semana, el martes 6 de octubre, concretamente se ha anunciado nuevas jornadas de protesta ahora sí con participación sindical. Pero hemos decido hacer un corte acá, considerando que el material presentado es abundante para sistematizar y analizar. Esto con el objetivo de brindar elementos para tomar las mejores decisiones y orientar las acciones que correspondan».

Puede descargar el documento de la investigación en el siguiente enlace:

Ciencias sociales y la atención a la pandemia desde la Geografía

Le invitan a conversar sobre la pandemia, esta vez desde el papel de las Ciencias Sociales y en especial de la Geografía en momentos de crisis. Este es una serie de programas que retoman la importancia de las Ciencias Sociales en la atención de la emergencia no solamente en lo inmediato sino a mediano y largo plazo.

Le invitan Kioscos Socioambientales y la Escuela de Ciencias Políticas. Programa Voces y Política.

Esperamos su participación en nuestras redes sociales o por medio de llamada telefónica.

Teléfono: 2234 3233 ⏰5:00 pm 📻Radio Universidad 96.7 FM ¡Nos escuchamos!

UNA: Blog analiza actual pandemia desde las Ciencias Sociales

Contiene diversidad de artículos de investigadores y académicos donde se reflexionan sobre la pandemia desde diferentes áreas de las Ciencias Sociales.

Educación, religión, desigualdad y la crisis de la movilidad, son algunos de los temas abordados por especialistas de las Ciencias Sociales en el blog «El COVID-19 desde la Historia Aplicada«. Este es un blog que expone el pensamiento analítico de académicos, investigadores y estudiantes avanzados sobre el fenómeno del confinamiento y la pandemia que actualmente vive la humanidad.

La Maestría en Historia Aplicada y la Escuela de Historia de la Universidad Nacional (UNA), desarrollaron esta iniciativa abierta por con el objetivo de crear pensamiento alrededor de la covid-19 desde una perspectiva social. Wilson Picado Umaña, editor del blog y coordinador de la Maestría en Historia Aplicada UNA, explicó que se trata de “un espacio para el pensamiento social en torno a la pandemia. Pare ello hemos convocado a colegas de las ciencias sociales, y también de las ciencias experimentales para contar con ángulos diversos y amplios acerca del fenómeno. También disponemos de la participación de jóvenes investigadoras e investigadores, como de colegas académicos de Centroamérica.”

Actualmente el blog contiene 17 artículos de especialistas costarricenses y centroamericanos, quienes exponen sus opiniones desde distintas perspectivas del fenómeno. El conjunto de artículos también permitirá marcar un precedente del contexto actual, “así como imaginar y proyectar posibles escenarios de futuro”, agregó Picado. El blog se actualiza cada 3 días, aproximadamente.

Los sociólogos de la UNA Guillermo Acuña y Abelardo Morales, son dos de los especialistas que han publicado artículos reflexivos sobre el fenómeno abordado.

Acuña hace un análisis de las movilidades humanas en tiempo de pandemia y el impacto de las limitaciones impuestas a los migrantes. Asegura que esto ha provocado nuevas ilegalidades vinculadas con la crisis sanitaria. Por su parte, Morales escribió un artículo donde reflexiona sobre la importancia de repensar la relación entre la economía, el bienestar y los sistemas de seguridad social. Plantea que “la inversión que ha hecho la sociedad costarricense en el mantenimiento del sistema de salud, del sistema de instituciones de protección social, ha sido uno de los principales escudos que nos ha protegido de los efectos que esta epidemia está teniendo a nivel global.”

Ambos académicos invitan a los lectores a visitar el sitio: https://historiaaplicada.org/blog/ para que puedan conocer más sobre las diferentes líneas de análisis de la pandemia actual, propuestas por investigadores sociales dentro y fuera de Costa Rica.

****Para más información comuníquese al 8832-2614.

 

Enviado por UNA Comunicación.

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Homenaje a Edelberto Torres-Rivas

SURCOS comparte la semblanza expuesta por el doctor Jorge Rovira Mas con ocasión de la entrega del doctorado honoris causa, por parte de la Universidad de Costa Rica, al gran maestro de las ciencias sociales centroamericanas, Edelberto Torres-Rivas, quien falleció este 31 de diciembre del 2018. El documento, enviado a SURCOS por el doctor Carlos Sandoval García, expresa de manera diáfana la gran estima de la academia y de los movimientos sociales a la persona y la obra de este sociólogo guatemalteco y centroamericano. En la segunda parte del escrito, que invitamos a descargar al final de esta publicación, se expone la profusa bibliografía del maestro Torres-Rivas.

 Palabras en ocasión a la entrega del doctorado honoris causa a Edelberto Torres-Rivas

“Centroamericano, razón y pasión”, así fue como califiqué hace algunos años, con toda la brevedad que me resultó posible, el talante y la fibra intelectual de Edelberto Torres Rivas. Nacido en Guatemala en 1930, de padre nicaragüense exiliado y madre guatemalteca, tejedores de la mejor biografía existente sobre el poeta Rubén Darío, fue este ambiente familiar, sencillo y modesto económicamente, pero muy estimulante en lo intelectual, en lo político y en lo ético, el que modeló el ethos que constituiría su carácter.

Su socialización inicial tuvo como trasfondo la década de las dictaduras personalistas que predominaron en Centroamérica, entre ellas la de Jorge Ubico en su país de nacimiento, la cual emergería en Nicaragua con la dinastía de los Somoza.

La siguiente década en Guatemala fue aquella de la caída de Ubico en 1944 y la del inicio poco después de la Revolución de Octubre, con los gobiernos modernizadores y progresistas de Juan José Arévalo y Jacobo Arbenz a lo largo de diez años, entre 1944 y 1954, abortado el de Arbenz por la reacción conservadora interna en íntimo asocio con la Agencia Central de Inteligencia –la CIA– de Estados Unidos.

Torres Rivas se inclinaría en aquellos años por la militancia política de izquierda y viviría intensamente aquellos luminosos días de la Revolución de Octubre, que presagiaban, como una alternativa posible, una nueva Centroamérica democrática y en proceso de modernización económica, política y social, a la postre frustrada con la excepción de Costa Rica.

Dictadura y democracia han sido dos temas que calarían hondo muy temprano en la sensibilidad de Torres Rivas y que lo han acompañado desde entonces como un anhelo por una Centroamérica libre de dominación autoritaria y explotación.

De Guatemala saldría en 1964 para no ser asesinado y no retornaría a residir sino hasta más de treinta años después, alrededor del momento en el cual se firmaron los Acuerdos de Paz de 1996.

Pero hay otro proceso biográfico de ineludible referencia en la trayectoria vital de Edelberto Torres Rivas: el de sus años en Chile, entre 1964 y 1970. En Santiago formó parte de la IV Promoción (1964-1965) de sociólogos de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Unos años antes, el costarricense Eugenio Fonseca Tortós se había graduado en la primera promoción y Aníbal Quijano Obregón lo conseguiría en la segunda.

El extraordinario contexto institucional en ciencias sociales y el clima político e intelectual prevaleciente a lo largo del gobierno demócrata-cristiano de Eduardo Frei (1964-1970), abierto e inclinado al debate de ideas sobre el desarrollo latinoamericano y alrededor de proyectos de cambio social alternativos, fueron incitaciones decisivas para Edelberto. El estructuralismo de la CEPAL en economía –ligado a la monumental personalidad del Dr. Prébisch– y la teoría de la modernización en sociología –con el ítalo- argentino Gino Germani liderándola–, constituían los paradigmas interpretativos dominantes, ninguno de los cuales parecía dar cuenta satisfactoria del curso que por entonces experimentaban las sociedades latinoamericanas.

Precisamente mientras trabajaba en el Instituto Latinoamericano de Planificación Económica y Social (ILPES), se incorporó al grupo que había conformado allí Fernando Henrique Cardoso para revisar críticamente el estado del desarrollo de América Latina y las explicaciones en boga. Entre 1966 y 1967, en el marco de este colectivo informal, el cual llegó a conocerse como “el grupo de los jueves”, por ser este el día de la semana en el cual se reunían, se produjo la génesis del enfoque de la dependencia, una de las contribuciones teóricas más creativas y originales de la sociología latinoamericana. Además de ellos dos, participaban Enzo Faletto (chileno), José Luis Reyna (mexicano), Aníbal Quijano (peruano), Theotonio dos Santos y Vania Bambirra (brasileños), entre otros.

De esos prolongados e intensos intercambios saldría finalmente Dependencia y desarrollo en América Latina de Cardoso y Faletto. Y fue, con base en las actividades de ese grupo, que igualmente Torres Rivas elaboró –exigido como estaba de reflexionar sistemáticamente sobre el desarrollo de Centroamérica para presentar sus contribuciones al “grupo de los jueves” y nutrir el diálogo– la que sería en verdad su ópera prima y una de sus más influyentes contribuciones, Interpretación del desarrollo social centroamericano. Ya aquí quedaron decantados los elementos decisivos de su orientación intelectual teórica, marxista y dependentista, y su inclinación por la sociología histórica. Hay dos dimensiones fundamentales de la obra de Torres Rivas que quiero mencionar muy concisamente el día de hoy: su incansable y generosa labor de construcción institucional de las ciencias sociales centroamericanas y su contribución académica en materia de investigaciones e ideas.

Luego de Chile, tras sus estudios de doctorado en Inglaterra y de un corto tiempo en México, a finales de 1971 retornó a residir a Centroamérica, a San José de Costa Rica, en donde viviría con nosotros por más de veinte años y sería docente de esta universidad que hoy, en este acto solemne, le confiere su máximo reconocimiento, el Doctorado Honoris Causa. Asumió y desarrolló el Programa Centroamericano de Ciencias Sociales del Consejo Superior de Universidades de Centroamérica (CSUCA), mediante el cual le imprimiría un impulso modernizador a las ciencias sociales, principalmente a la sociología y a la historia y, como parte de él, generó la revista Estudios Sociales Centroamericanos. En 1973 contribuyó a crear, junto con Daniel Camacho Monge, la Licenciatura Centroamericana en Sociología con sede en la Universidad de Costa Rica, con pleno respaldo del CSUCA y su Programa de Ciencias Sociales. Mediante ella se atrajo a numerosos estudiantes de los distintos países del istmo centroamericano a que concluyeran su formación en el marco institucional que despuntaba en San José y que lo hicieran adquiriendo en sus estudios, en algún grado, la fundamental perspectiva regional.

En 1974, igualmente con Daniel Camacho y varios otros sociólogos de la región, ayudó a establecer la Asociación Centroamericana de Sociología (ACAS) y organizaron su primer congreso en Costa Rica. En 1974 nuevamente, en San José, tendría lugar el polémico XI Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS), del cual se desempeñaría como secretario general de la comisión organizadora, junto a Daniel Camacho una vez más, uno de cuyos ejes de debate intenso fue el enfoque de la dependencia. En 1978 generó en Costa Rica, con alcance centroamericano, el primer posgrado en sociología, es decir, una promoción de la Maestría Itinerante en Sociología Rural del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). Y también en el periodo 1978-1979, junto con otros docentes de la Universidad de Costa Rica, entre ellos Óscar Fernández, propiciaría el surgimiento del Programa Centroamericano de Maestría en Sociología dentro de esta casa de estudios superiores.

Al inicio de la década de los años ochenta, se trasladó desde el CSUCA a colaborar con el Instituto Centroamericano de Administración Pública (ICAP), localizado también en Costa Rica y aquí desplegó una importante labor de institucionalización de la actividad investigativa. Uno de los proyectos colectivos que concretó fue el denominado Evolución del sector público en Centroamérica, el cual dejaría varios libros escritos por él y otros colegas. Hacia 1984 fundó, en asocio con Gabriel Aguilera Peralta, el Instituto Centroamericano de Documentación e Investigación Social (ICADIS) cuya sede estaría en San José. Ya desde antes habían empezado a publicar la revista Polémica, un espacio de encuentro para los académicos centroamericanos de adentro y de afuera de la región.

Fue desde el ICADIS, conforme avanzaba la crisis política y económica de Centroamérica de esos años, con el apoyo de una donación de la Fundación Ford, que desplegó el más ambicioso de todos los empeños que procuraron adentrarse en las causas de la crisis y en las alternativas que se le abrían entonces a la América Central. Este macro proyecto de investigación, el cual reunió a más de veinte investigadores centroamericanos durante los años 1985-1987 y que produjo al final numerosos libros y artículos, se denominó Crisis y alternativas en Centroamérica.

En 1985 fue nombrado por cuatro años y luego reelecto hasta 1993 como secretario general de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), con sede en San José. Desde aquí contribuiría al establecimiento en Centroamérica de tres programas o sedes de FLACSO actualmente vigentes: la de Guatemala en 1987, la de Costa Rica en 1992 y el programa de El Salvador en este mismo año. Pero sus responsabilidades administrativas de esos años nunca le hicieron disminuir energías para entregarse también a la investigación. Desde la Secretaría General de FLACSO, al acercarse el Quinto Centenario de cuando oficialmente los europeos declaran haber descubierto América (1492-1992), consiguió los recursos para desarrollar otro macro proyecto. Se tituló Historia y Sociedad en Centroamérica y a él se vincularon 32 investigadores a lo largo de los años 1989-1992. Al inicio de 1993 se publicaría por fin una nueva Historia General de Centroamérica en seis tomos, con una perspectiva moderna y actualizada, que es hoy de ineludible consulta para los estudiosos de esta región de América Latina.

Deseo resaltar esta cualidad nada frecuente en nuestros medios académicos: su constante proclividad por el trabajo con colectivos numerosos para sumar energías y acometer proyectos ambiciosos y pertinentes.

Jorge Rovira Mas.

Anuario de Estudios Centroamericanos, Universidad de Costa Rica, 42: 445-463, 2016 ISSN: 0377-7316

Descargue el documento completo aquí:

Edelberto Torres-Rivas

Foto ODI-UCR

UCR: Reforma Fiscal en el análisis desde la Ciencias Sociales: Lo político y lo viable. Quinto Foro

VIDEO. Si lo va a visualizar desde su celular, sugerimos colocarlo de manera horizontal.

Con la participación de:

Dr. David Díaz Arias, Director del Centro de Investigaciones Históricas de América Central de la Universidad de Costa Rica

Dra. María José Cascante Matamoros, Subdirectora del Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica

Licda. Gloriana Martínez Sánchez, Investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales

Modera: Sra. Gabriela Mayorga López, Periodista de la Oficina de Divulgación e Información (ODI).

Lunes 1 de octubrede 2018, 10:00 a.m.

Auditorio, Plaza de la Autonomía

 

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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UNA; Política Global y Fútbol: El deporte como preocupación de las Ciencias Sociales

Este jueves 7 de junio académicos de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional presentaron la publicación del libro “Política Global y el Futbol: el deporte como preocupación de las ciencias sociales”.

El evento contó con la participación de la Dra. Ana María Hernández, Rectora ai de la Universidad Nacional; la Dra. Rosemary Hernández Pereira, Directora de la Escuela de Relaciones Internacionales y el Dr. Willie Soto Acosta, editor y coautor del libro.

La Dra. Hernández Segura, comentó que el alrededor del fútbol se encuentran temas como género, economía, violencia, farándula, política, diferenciación de estratos sociales, inclusión, corrupción etc.; por lo que iniciativas como la producción de este libro propician un dialogo de saberes interdisciplinarios y la profundización de temas más allá de los deportes.

Al respecto el Dr. Soto comentó lo siguiente:

A pocas semanas de haber terminado el Mundial de Fútbol Río 2014, una red social de la Universidad Nacional me solicitó que hiciera un pequeño comentario acerca del papel sobresaliente que Costa Rica había tenido en esa justa. Lo que ellos querían era una reflexión acerca de, más allá de lo deportivo, qué ganaba Costa Rica como Estado con ese buen rendimiento mostrado en Brasil.

Cumplimos con el pedido y envié una pequeña nota: “Invictus: Costa Rica en Brasil 2014. Política Internacional y fútbol como poder suave” (https://es-la.facebook.com/unacostarica/photos/a.148857868516943.32838.147418938660836/669603229775735/).

Desde ese momento nació la inquietud de un libro que enfocase el fútbol desde la disciplina de las Relaciones Internacionales. Conforme la idea fue madurando, tomamos consciencia de que se necesitaba un abordaje más amplio, que incluyera a otras Ciencias Sociales, a otras disciplinas del conocimiento, y a otros deportes.

Una vez que tuvimos una visión más completa, elaboramos un guión de contenidos que sufrió muchas modificaciones. Pensamos que el mundial siguiente, Rusia 2018, era un buen “pretexto” para el lanzamiento de la obra.

Este libro colectivo enfoca el fútbol –pero también otros deportes- en la perspectiva de las Ciencias Sociales, en particular las Relaciones Internacionales.

Partiendo de la premisa de que ese deporte dejó de tener una naturaleza estato-céntrica para adquirir ciudadanía global, los diferentes capítulos de la obra analizan tópicos tales como:

Geopolítica y Geoeconomía del futbol: Asia como centro de poder

Actores internacionales en el mundo del futbol

El FC Barcelona y el nacionalismo catalán

El futbol como instrumento de política internacional y de soft power brasileño

El deporte blanco y el blanco deportivo mexicano

Identidad nacional y nacionalismos en el Fútbol

La FIFA: ¿del “fair play” a una estructura de crimen organizado?

Anatomía animal y humana: biocinemática de la locomoción en galgos y futbolistas

Política y economía en el futbol: hacia una cultura de triunfo colectivo

Encuentro atlético de toros y equinos: una propuesta de cultura científica a propósito del futbol.

Lo que buscan los futbolistas: ¿quieres títulos, dinero o inmortalidad?

Una vez recopiladas todos las artículos se logró un compendio de 900 páginas por lo que la publicación se dividió en dos tomos según la afinidad temática. El primero corresponde al libro presentado en este evento.

El libro pretende brindar aristas del fútbol tomado como objeto social, poniendo al descubierto aspectos relevantes que el espectador de un partido no está acostumbrado a ver. Es un esfuerzo colectivo e interdisciplinario de visibilizar lo que generalmente no vemos, de llamar la atención al lector y al aficionado acerca del telón de fondo que envuelve el deporte más popular del mundo.

Una obra como esta es el resultado del esfuerzo de una serie de personas e instituciones. Sin lugar a dudas, el aporte fundamental ha sido el de los autores y autoras, que han colaborado gratuitamente con este proyecto compartiendo el resultado de sus investigaciones. La Escuela de Relaciones Internacionales y el Instituto de Estudios Sociales en Población (IDESPO), ambos entes de la Universidad Nacional, Costa Rica, apoyaron esta iniciativa. Finalmente, el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) asumió la tarea de brindar su sello editorial y de darle amplia difusión a nivel regional.

Descargar el libro aquí:

http://jadecr.com/librosdigitales/politicayfutbol/index.html#

Colaboración:

 

Diana Arias- Estudiante Enseñanza Ciencias

Efrain Cavallini A-Rectoría

Enviado por Msc. Efraín Cavallini Acuña, Asesor Comunicación, Rectoría UNA.

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Política global y fútbol

La Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional (UNA) le invita a la presentación del libro: Política global y fútbol: el deporte como preocupación de las ciencias sociales.

En caso de que desee asistir por favor confirmar al correo electrónico: dri@una.cr o al teléfono: 506 2562-4165.

Día y lugar: jueves 07 de junio 2018, 6:30 p.m. en el Auditorio Rodolfo Cisneros, Edificio de Ciencias Sociales, Campus Omar Dengo, Heredia.

 

Politica global y futbol

 

Enviado por Msc. Efraín Cavallini Acuña, Asesor Comunicación, Rectoría UNA.

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