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Etiqueta: cine

En busca del fuego

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Una reacción en pólvora seca sobre un texto de Vladimir Amaya

En 1981 pocas cosas eran ciertas. Corría el rumor de una década perdida y el breakdance ya daba tumbos en las tranzetas urbanas, las medias eran blancas y los cepillos o peines se exhibían como símbolos de guerra en la bolsa de atrás del pantalón.

Mientras eso sucedía con mucho color y polifonía masterizada, una producción cinematográfica francófona batía todas las posibilidades de éxito basada en la terquedad de ir a los inicios, encontrarse con la noche, acinturarse en todas las formas decorosas de la búsqueda.

Llamada en español “En busca del fuego”, aquella producción se encargaría de retratarnos a las generaciones adolescentes de la época, cómo fueron los primeros pasos, el primer sexo, la batalla primera del hombre (o sus ancestros) sobre la tierra.

Sin mediar diálogo alguno, la película relata el principio tal como fue: sin consenso, sin epifanía, pero con mucha claridad estratégica: había que pelear hasta el final por poseer la luz.

Ambientada en el pleistoceno superior hace unos 70.000 años, reza una de tantas sinopsis perdidas en el internet profundo, una horda de Neanderthales mantienen el fuego, pero no saben cómo crearlo. Sufren los embates de un clan homínido que acaba con la única fogata conocida entonces. Así surge la búsqueda, el barro primero, cuando tres jóvenes de la tribu original son enviados por el fuego y encargados a regresar con él si o si, a toda costa.

Pienso en el “Atonal entrado en años, imparable contra toda fuerza enemiga” con que Vladimir Amaya inicia su demoledor texto (como no concebirlo de otra forma) sobre una figura mítica, casi lírica, construida sobre los cimientos de una lucha permanente entre el conquistador y los conquistados, el colonizador y los colonizados.

Vladimir se pregunta si acaso la emblemática figura existió. Pero es que de esas preguntas están hechos los tejidos de las subalternidades que requieren de un personaje, cierto o no, que les guíe sus pasos, que salga como los primeros hombres y mujeres sobre la tierra, a buscar el fuego por ellos.

Atonal, el compañero en jerga revolucionaria de barrio, tiene consigo la verdad, el saber y el conocimiento. Amaya le pone pólvora en sus manos, la llama y la luz con la que va quemando todo a su paso.

Con ese saber ancestral les ha ganado la partida a las maras, se ha granjeado el mito de la humanidad a cuestas, ha sido solemne con las muchachas del Pasaje. Atonal fue condecorado con el Trofeo de los silbadores, aquel que proviene de la fricción entre dos piedras o en su defecto, entre dos corazones. De esa mecánica del tacto brota el fuego, el primero, el puesto en las manos del luchador.

En este texto Amaya recupera al mismo tiempo la gesta y la paradoja.

La gesta del hombre-mito, su inscripción en libros contables y efímeros en los que se produce la geografía del amor, la ética del avance, el ensayo del triunfo mil veces conseguido. La paradoja de los finales que no se esperan: así como el fuego de aquellos primeros hombres fue apagado para que renaciera la lucha y la búsqueda, la pulsión de Atonal fue lentamente silenciada por la fuerza de un agua homínida y criminal, acaso la expresión de una región que lentamente se hunde entre los resultados de una acumulación por despojo de sus élites más bárbaras, que le quiebran las rodillas a sus territorios y la acción bíblica de un cambio climático que se lo lleva todo a su paso, hasta la pólvora.

Este diciembre no habrá triunfos en la guerra de los silbadores. Los compas de Atonal siguen en su búsqueda y del fuego que latía en sus manos. Su existencia en los barrios se comenta: no hay duda alguna, Atonal existió y eso en un país como este, ya es más que suficiente.

Heredia, 11 de noviembre de 2022

Publicada en El Escarabajo (El Salvador), compartida con SURCOS por el autor.

TANDA DE TRES

Por Memo Acuña (sociólogo y escritor costarricense)

Había una fascinación casi devocional por el cine. Era un acto ritual. La prueba irrefutable que allí, en esa sala, se reescribiría la magia de una imagen que salía despedida por una máquina que sonaba y enseñaba futuro.

Eran los cines de pueblo. En el mío, es decir, en el centro de la Heredia de finales de siglo XX, habían 4. Se habrían distribuido los públicos y los temas. También las franjas horarias. Había donde escoger, pero sobre todo la posibilidad de acudir a la fantasía de las cortinas gruesas que daban a un mundo de butacas crujientes, olorosas a madera y años desordenados, pero felices.

Allí, en esos grandes salones de techos altos, aprendí a saludar el paso de la infancia a la adolescencia. Entendí que la vida es de rituales, como comprarse un helado o unas botonetas en espera de las primeras imágenes, casi siempre alineadas a un sonido que aún no sonaba estéreo, ni masterizado, ni dolby. Pero siempre alineado y presente.

En uno de esos cines conocí el viejo oeste. el Teatro Jara nos recibía puntual en tanda de tres y allí aprendí por primera vez la claridad de los opuestos, la tensión de los buenos contra los malos. No necesité jamás de tratados sociológicos o álgebras políticas para saber que las disputas entre contrarios siempre van a tener por razones los recursos, los territorios, las fronteras.

También acudí a mis primeras citas con el erotismo y lo que eso significaba en una sociedad finisecular y aún provinciana. Los trazos de las bellas películas italianas que llegaban por entonces en partes y que eran cargadas en clave de totalidad en los viejos proyectores, me enseñaron que el amor es una composición sepia maravillosa y que es posible verlo amplificado en una gran pantalla telar que se suspende ahora en mis recuerdos.

Cerraron los cines. Esos cines. Con ellos los rituales, la alteración del tiempo y el espacio que siempre eran distintos luego de que las luces prendían, aún y cuando todavía los créditos rodaban en grandes círculos cartesianos.

Cerraron y botaron los cines para convertirlos en hoteles, farmacias, parqueos.

Pero aquí, a la izquierda y arriba en mi pecho, siempre estarán presentes: Isabel, Jara, Astral, Century.

Hasta la próxima función.

Unión de Directoras de Cine pide diálogo ante intención de destituir al director del Centro de Cine

SURCOS comparte la siguiente carta referente a la orden de destituir al director del Centro Costarricense de Producción Cinematográfica, y que fue enviada por la Unión de Directoras de Cine Costa Rica al presidente Rodrigo Chaves Robles y a la ministra de Cultura Nayuribe Guadamuz Rosales.

San José, 03 de agosto de 2022

PARA:
Sr. Rodrigo Chaves Robles

Presidente de la República de Costa Rica
Sra. Nayuribe Guadamuz Rosales

Ministra de Cultura y Juventud

DE:
Unión de Directoras de Cine Costa Rica

ASUNTO:
Destitución del Director del Centro Costarricense de Producción Cinematográfica

Estimado Sr. Presidente y Sra. Ministra:

Desde la Unión de Directoras de Cine, agrupación independiente conformada en el 2019 por mujeres dedicadas a la dirección y realización de cine y audiovisual en Costa Rica, nos dirigimos a ustedes para comentar nuestra postura sobre aspectos vitales para nuestro sector, con especial atención al caso de la Dirección General del Centro Costarricense de Producción Cinematográfica (CCPC).

Nuestra agrupación busca impulsar acciones afirmativas para promover la igualdad y equidad en el quehacer cinematográfico y audiovisual nacional, a la vez que promovemos acciones para fortalecer y mejorar las condiciones del sector en general.

Respondiendo a este objetivo, mencionamos algunas de las iniciativas que hemos trabajado en conjunto con la Dirección del CCPC:

  1. Gracias a la incidencia política conjunta, logramos la aprobación de la Ley de atracción de inversiones fílmicas en Costa Rica (N.1004) donde se crea por ley el único fondo de fomento al audiovisual nacional, el fondo El Fauno.
  2. Asimismo, a través de las gestiones conjuntas, logramos que se incorporara en el reglamento de dicho fondo, cláusulas que respaldan el compromiso institucional de garantizar mayor equidad en la selección y financiamiento de los proyectos cinematográficos. Como resultado, en las últimas convocatorias, se consiguió paridad en la selección de los proyectos financiados, convirtiéndo a Costa Rica en uno de los pocos países con una fuerte presencia de mujeres en el sector.
  3. Se ha velado por el cumplimiento del principio de paridad en los jurados seleccionadores de las últimas convocatorias de El Fauno, así como en los jurados de las instancias de desarrollo y postproducción del Costa Rica Festival Internacional de Cine (CRFIC).
  4. Se ha promovido la paridad en la selección de películas dirigidas por mujeres en las últimas ediciones del CRFIC.
  5. Gracias al compromiso institucional, las gestiones de agrupaciones como la Unión de Directoras y la alta participación de mujeres en el sector, se ha logrado acercar al público costarricense a historias y narrativas de gran contenido humano que proponen un cambio social y se convierten en poderosos agentes para la prevención de la discriminación y la violencia de género.
  6. Se ha logrado una importante presencia en los festivales y mercados más relevantes de la industria cinematográfica internacional, destacando la participación de películas dirigidas por mujeres en los festivales más importantes de la escena global: Cannes, Berlín, Toronto, IDFA, Locarno, Rotterdam, entre otras. Esto se da gracias al auge de nuevos talentos y al trabajo comprometido del CCPC y su directiva.
  7. En términos generales, desde nuestra agrupación y con la colaboración y apoyo de la Dirección del CCPC, hemos contribuido a generar una reflexión entre los distintos agentes del sector audiovisual sobre la necesidad de alcanzar la paridad de género e inclusión en todos los ámbitos de nuestro quehacer. De igual manera se ha apostado de forma comprometida por el fortalecimiento del sector y los encadenamientos productivos que esta actividad genera.

Para nosotras es fundamental que los logros alcanzados a la fecha no sólo se sostengan, sino continúen fortaleciendo al gremio y sobre todo las realidades que como mujeres cineastas vivimos en un contexto aún desigual.

En este sentido, consideramos que el trabajo que ha realizado el señor Raciel Del Toro ha respondido de forma transparente y directa a las demandas del sector, por lo que su labor cuenta con el respaldo de nuestra agrupación así como de múltiples organizaciones del sector.

Externamos nuestra preocupación por la intención de destituirlo como Director del Centro de Cine y por los motivos expresados por parte de su Ministerio para el cese de sus labores.

Invitamos a la reflexión sobre las acciones tomadas y extendemos nuestra disposición para establecer un diálogo sobre estos temas.

Atentamente
Unión de Directoras de Cine

Nathalie Álvarez Mesén. Cédula 114120204
Laura Ángel Córdoba. Cédula 801160111
Carolina Arias Ortiz. Cédula 113320921
Laura Astorga Carrera. Cédula 109140100
Erika Bagnarello Argüello. Cédula 110960106
Estefani Céspedes Meza. Cédula 304180660
Adriana Cordero Chacón. Cédula 109590298
Clea Eppelin Ugarte ID 13AZ99133
Paz Fábrega Raventós. Cédula 110380378
Dinga Haines Mesa. ID 184002337605
Gabriela Hernández Hernández. Cédula 106290709
Hilda Hidalgo Xirinachs. Cédula 107820534
Patricia Howell Aguilar. Cédula 104070415
Ana Lucía Jiménez Hine. Cédula 108880175
Mauren Jiménez Solano. Cédula 105370170
Alexandra Latishev Salazar. Cédula 113310299
Paz León Cartin. Cédula 112870618
Isabel Martínez Artavia. Cédula 108480510
Valentina Maurel Soto. Cédula 113480756
Maricarmen Merino Mora. Cédula 112600001
Sofía Quirós Ubeda. Cédula 114150618
Mercedes Ramírez Avilés. Cédula 700490929
Natalia Solórzano Vásquez. Cédula 111960384
Antonella Sudasassi Furniss. Cédula 112870350
Patricia Velásquez Guzmán. Cédula 108870985
Kimberly Torres Chinchilla. Cédula 901260934
Nicole Villalobos Mora. Cédula 114960443

C/C:

Miembros del Consejo Nacional de Cinematografía: Alfredo Moraga, Natalia Cartín, Ernesto Calvo.

Centro Costarricense de Producción Cinematográfica: Raciel del Toro, Dirección General.

Red de Emergencia Cultural defiende actual administración del Centro de Cine

SURCOS comparte la petición hecha por la Red de Emergencia Cultural, ante las amenazas de despido por parte de la ministra de cultura hacia el señor director del Centro de Cine, Raciel del Toro.

3 de agosto

Ministerio de Cultura y Juventud
Lic. Nayuribe Guadamuz Rosales
Ministra de Cultura y Juventud
Sr Ernesto Calvo Álvarez
Viceministro de Cultura y Juventud

Buen día Sra. Ministra

La REC, Red de Emergencia Cultural, organización integrada por organizaciones de diferentes subsectores de la cultura, gestora de Ley 10041 y otras acciones en favor de sostener los derechos culturales de las personas, tanto habitantes como trabajadoras del arte y la cultura, se dirige a Ud. solicitando su atención a nuestra postura en el caso de la Dirección General del Centro Costarricense de Producción Cinematográfica (CCPC).

El Sr. Raciel del Toro es uno de los pocos funcionarios que han ocupado la Dirección General del CCPC con el apoyo de todo el sector cinematográfico y audiovisual, tanto por su destacada trayectoria profesional, como por su compromiso de preservar la integridad y generar crecimiento de la institución que lidera.

La producción cinematográfica y audiovisual, como actividad económica en constante movimiento, impacta directamente en las comunidades donde se desarrolla y contribuye al crecimiento de numerosos encadenamientos productivos; como actividad específica, solidifica el entramado cultural de la nación legando a las futuras generación el lenguaje creativo de la época. Sabemos que bajo la dirección actual el CCPC continuará y acrecentará el impulso de los últimos 20 años.

Entendemos que las divergencias pueden crear fracturas en las relaciones, les artistas vemos como un gesto de madurez poner el bien mayor y las necesidades sectoriales por sobre los tropiezos que pueden surgir al inicio de una gestión, sobre todo cuando el nudo del asunto está en la defensa a ultranza que el Director General hace de la integridad institucional para su pleno funcionamiento y la salvaguarda del bien público.

Las personas del sector cultura entendemos como un ejercicio democrático puro y un gesto de interés y respeto que la dirigencia escuche activamente y desarrolle diálogos y consensos para tomar decisiones que fortalezcan y hagan crecer al colectivo. Por esto es importante que el señor Raciel del Toro Hernández continúe en su puesto. Agradecemos su atención y su reflexión sobre este punto. Saludos cordiales.

Contacto: Haydeé Coseani – 103200019427

emergenciaculturalcr@gmail.com

Trabajadores del cine exigimos se nos escuche

Llamado a manifestarnos como gremio cinematográfico. Dejemos la pasividad.

Ante el despido del viceministro Ernesto Calvo y las amenazas de despido por parte de la ministra Guadamuz hacia el señor director del Centro de Cine, Raciel del Toro, es necesario realizar una convocatoria masiva y urgente a manifestarnos en las calles frente al Ministerio de Cultura en defensa de nuestros derechos como trabajadores del cine.

Contexto

El Centro Costarricense de Producción Cinematográfica en los últimos años se ha convertido en el principal aliado para todas las personas que hacemos del cine y del audiovisual una forma de vida, sobrevivencia, exploración personal, manifestación ideológica y trabajo. Un trabajo que le da de comer a cientos de familias en nuestro país y que además tiene el gran valor de fungir como un gran encadenamiento productivo al mover la economía en otras aristas como, por ejemplo, el transporte o la producción de alimentos.

Por otro lado, es una actividad primordial en el crecimiento cultural del país que aporta una cantidad incalculable de elementos positivos para el desarrollo integral de nuestra sociedad. Desde que Raciel del Toro tomó la dirección del CCPC, se ha sentido cómo la actividad cinematográfica en nuestro país ha tomado un nuevo aire, se ha logrado sostener, a pesar de escollos tan negativos como la pandemia y el continuo avance de políticas contra el desarrollo de la cultura y el arte. Raciel, ha sabido llevar y administrar de forma adecuada al Centro de Cine y como buen trabajador del cine, ha DIRIGIDO bien a su equipo, así como las políticas y estímulos por el bien de la industria. Hemos visto cómo, en los últimos años, muchas películas, cortometrajes, series, productos animados, etc, apoyados por el CCPC han tenido éxito a nivel nacional e internacional, claro ejemplo, los últimos tres largometrajes presentes en el Festival de Cannes, hechos inéditos en nuestra historia cinematográfica poco robusta.

Dicho esto, considero necesario defender la gestión de Raciel y la de su equipo de trabajo, así como también, repudiar el despido del viceministro Calvo, que en su corta gestión mostró interés y actitud positiva para continuar desarrollando de forma positiva a la industria. Del Toro, ha defendido una plaza de una profesional dentro del CCPC, la cual ha sido removida y tras este hecho, se ha visto amenazado su puesto como director del Centro de Cine, decisión que el señor Calvo se ha opuesto ante la ministra y por ello fue cesado.

La defensa se puede hacer desde distintos frentes: simplemente seguir trabajando y abogando por nuestros derechos como trabajadores del cine, realizar videos, enviar cartas y buscar llenar la oficina de la ministra con solicitudes de reunión para pedir se nos tome en cuenta como gremio, así como seguir en la defensa de una digna ley de cine y otras políticas necesarias para salvaguardar nuestra actividad y por último, no olvidarnos de la calle, levantar nuestras cámaras y micrófonos y exigir como cineastas que nuestra voz será escuchada y no permitiremos ver ante nuestros lentes, cómo el gobierno toma decisiones arbitrarias y autoritarias que vienen en detrimento de una labor que sólo venía fortaleciendo al sector. Desde mi óptica como director, autor y trabajador del cine, es necesario manifestarnos. Debemos ir a la calle y exigir que la ministra nos escuche.

Alejandro Ferlini
Realizador Integral de Cine y TV

Equal Film Fest – cine por la inclusión

Les compartimos la  invitación a participar en las proyecciones del  festival Equal Film Fest, festival de cine por la inclusión.

Las películas acercan a la población a historias sobre mujeres, personas con discapacidad, personas mayores y personas de la comunidad LGBTIQ+.

Todas las proyecciones son gratis, en las imágenes adjuntas puede consultar la cartelera de las películas siguientes.

Compartido con SURCOS por Yasy Morales.

“El poder del perro” de Jane Campion. Una lectura muy personal de una gran película

Luis Paulino Vargas Solís. Economista / CICDE-UNED

“Cuando mi padre murió, no me importaba nada más que la felicidad de mi madre.
Qué clase de hombre sería si no ayudaba a mi madre, si no la salvaba”.

Esa es la frase que abre la película, la cual es pronunciada por Peter, un joven adolescente que es, asimismo, uno los personajes centrales de esta historia, ubicada en el estado de Nevada, Estados Unidos, en el año 1925. He leído diversos comentarios que parece encontrar ahí la clave para la interpretación de la película y, de hecho, un anticipo de su desenlace. Es, nos dicen, una historia de venganza, que asimismo da cumplimiento a aquel compromiso de vida: asegurarse que su madre sea feliz, aniquilando a quien intenta impedirlo.

Todo lo anterior tiene sentido, pero, según mi modesto entender, no pasa de ser una lectura más bien lineal y simplista.

Primero que nada, es claro que Rose, la madre de Peter, es una mujer buena y dulce, pero sumamente vulnerable e insegura. Ello se hace evidente, no solo cuando le toca enfrentar al despiadado Phil, sino, asimismo, frente a sus suegros y frente al gobernador y su esposa. Pero también es claro que establece una relación tóxica con su hijo, una relación a la vez dependiente y sobreprotectora. Que Peter sienta que su vida debe estar condicionada a darle felicidad a una madre de tan frágil carácter, es por lo menos llamativo ¿Un hijo dispuesto a dejar de ser él mismo, y a renunciar a su propia felicidad, en procura de proteger la felicidad de la madre? Al final resulta que sí, y, de hecho, la famosa frase del inicio lo anticipa, aunque esta forma de plantear las cosas no parece haber recibido atención. Sobre eso volveré luego.

Los hermanos Phil y George, por su parte, son un par de ricos hacendados. Phil hace ostentación de un machismo visceral y recalcitrante. George, en cambio, es de modales amables y educados. Phil, sucio y sudoroso, trabaja, hombro con hombro, con la peonada, en los trabajos físicos más agotadores. George viste pulcramente y cuida que sus manos no se encallezcan. Guiándose por los estereotipos usuales, no sería extraño que alguien, en algún momento, al inicio de la película, pudiese haber pensado que George era homosexual. De hecho, algunos diálogos entre ambos hermanos, por su carácter equívoco, podrían propiciar esa idea.

Pero luego resulta que, desmintiendo esa posibilidad para quien pudo haberla considerado, George y Rose se enamoran y se casan. El recibimiento que ella obtiene por parte de Phil al llegar a la hacienda, es brutalmente grosero. Esa noche, Phil está en su cama, ahora solo en el cuarto que anteriormente compartía con George. Le llegan los ruidos de lo que ocurre en el lecho del cuarto contiguo, donde yacen los recién casados. Las lágrimas asoman a sus ojos, y, enseguida, en aquella fría noche invernal, se va al granero y se dedica a frotar y limpiar la silla de montar de Bronco Henry. Phil, el macho correoso e irascible, da inusitadas muestras de debilidad, como si el matrimonio del hermano lo hubiera dejado al descampado y enfrentado a una soledad que le infunde terror.

A lo largo de la película, Bronco Henry es una presencia invisible, pero permanente y decisiva. Una y otra vez es evocado por Phil: es su mentor y su maestro. Más aún -Phil lo enfatiza- Bronco Henry es quien lo hizo hombre.

Peter, por su parte, es un chico amanerado, evidentemente homosexual. Phil, y los demás vaqueros, hace escarnio de él de forma terriblemente cruel. De visita a la hacienda durante el período de vacaciones, Peter descubre lo que podríamos llamar el escondite secreto de Phil, una sección del río de difícil acceso, donde, en una estrecha casucha de madera, él guardaba revistas comprometedoras, y en el cual podía bañarse en el río, desnudo…y solo. Peter descubre las revistas, ve a Phil desnudo en el río y luego huye despavorido cuando Phil lo persigue amenazadoramente. Algunos hechos importantes han acaecido: inmediatamente antes de que este incidente tuviese lugar, la cámara nos permitió ver con los ojos de Phil, a los vaqueros que, en grupo, se bañaban desnudos en otra parte del río, pero ahora Peter descubre, como para confirmarnos la insinuación que poco antes nos había sido hecha, que Phil es homosexual. Pero, en el proceso, algo más se nos había comunicado: el juego erótico que Phil realiza con un pañuelo que tiene las iniciales de Bronco Henry, claramente nos insinúa cuál fue la verdadera naturaleza de la relación que hubo entre ambos. No sé si decir que la sugerencia de que Bronco Henry lo hizo hombre, era en realidad la forma como Phil quería decir que fue él quien le enseñó a amar.

De ahí en adelante la relación entre Phil y Peter cambia, pero es un cambio fundamentalmente inducido por Phil, quien busca acercarse a Peter y establecer un lazo de afecto y complicidad entre ambos. El chico lo acepta, al parecer con agrado. Phil intenta anudar el vínculo, elaborando para Peter una cuerda, trenzada con correas de cuero de ganado. Luego se confirmará el enorme valor simbólico que aquella cuerda tiene para Phil.

Omito diversos detalles -todos muy significativos- para desembocar en un acontecimiento clave: Rose entrega a un hombre indígena y su hijo los cueros que, según orden de Phil, debían quemarse. Cuando éste se da cuenta, su reacción, es de furia, pero, sobre todo, transmite profundo dolor y verdadera desesperación, como si experimentara un catastrófico derrumbe interno. George le dice: “¿cuál es el problema? Ibas a quemar los cueros ¿no?”. Y Phil, con ojos llorosos y rostro de desolación: “los necesitaba…los necesitaba”

Simple y aplastante: los necesitaba para terminar la cuerda para Peter. Se adivina que, en la vida de Phil, aquello, al parecer tan trivial, representaba el acontecimiento más importante, al menos desde la muerte de Bronco Henry. Era volver a tejer un lazo afectivo y emocional, que, desde aquella muerte, había quedado roto, y jamás fue reconstruido.

Y, sin embargo, esa noche Phil terminará la cuerda, con cueros que le son proporcionados por el propio Peter. La escena nocturna en el corral de los caballos, es precedida por la escena, aún a la luz del día, en que Peter le hace saber a Phil que le puede proporcionar el cuero que le hace falta. Vemos entonces a un Phil fragilizado, lloroso y agradecido. El acercamiento físico entre ambos es casi un beso. Phil le dice a Peter: “las cosas serán mejores y más fáciles para ti”, como diciéndole: “tendrás lo que a mí me ha sido negado”.

Caída la noche, ya en el corral, Campion nos pone en un escenario de claroscuros profundos que recuerdan a Rembrandt, y enfatizan la intensidad emocional del momento. Phil termina la cuerda, en un ritual donde, como en un acto de amor y liberación, desnuda el alma ante Peter, y le comparte reminiscencias y confidencias de enorme significado para su vida. Peter pareciera ser partícipe de todo ello, aunque algunas de sus miradas insinúan algo más. Lo cierto es que ahí se sentenciaba el final trágico de Phil.

Al día siguiente Phil está enfermo y deberá ser llevado por su hermano al médico. Cuerda en mano, trastabillante y ansioso, se le ve buscar a Phil para entregársela. Lo miramos como si lo hiciéramos a través de los ojos de Peter y desde el interior de la casa. Phil ansía, con desesperación, terminar de cerrar el lazo con Peter, y para ello debe entregarle la cuerda. Y, sin embargo, no logra hacerlo: la cuerda queda tirada en el suelo. Para mí es una escena extremadamente dolorosa, al punto de hacerme llorar: lo que queda olvidado sobre la tierra no es la cuerda, sino más bien la esperanza de amor y liberación de un hombre sediento de otra oportunidad frente a la vida.

El macho agresivo y dominante resultó, a fin de cuentas, ser tan solo un antifaz que malamente buscaba disimular al hombre frágil, inseguro y vulnerable, pero sobre todo solitario. Ya el matrimonio de George lo asustó y desconcertó: era como perder el último rastro de apoyo emocional del que disponía. En Peter intenta un reencuentro consigo mismo y con su yo negado, el cual es, asimismo, su verdadero yo. Ello entraña, al mismo tiempo, un intento por recuperar lo que el mundo y la vida le habían proscrito: el amor. Cuando al fin cree encontrar la salida a ese largo y oscuro túnel, lo que se encuentra es el abismo. No hay un más allá, no tiene derecho al amor.

Peter mismo se encarga de negarle esa posibilidad de redención, pero, al hacerlo, renuncia a su propia redención. No es que quisiera proteger la felicidad de su madre. Más bien opta por ser el guardián de un orden que excluía a Phil, pero que también lo excluye a él. Hacia el final, el beso de Rose y George, que él presencia desde la ventana de su cuarto en el segundo piso, sella la inviolabilidad de ese orden.

Y viene entonces la inevitable evocación al Salmo 22:20, con que se cierra el filme: “libra mi alma de la espada, mi única vida de las garras del perro”. La peligrosa disidencia que Phil representa ha sido aniquilada; el perro deja de ser una amenaza.

La vida me ha hecho vivir mil historias que, de una u otra manera, en mayor o menor grado, están sintetizadas y simbolizadas en la tragedia de Phil y Peter. Comprendo, entonces, que mi lectura de esta película tiene mucho de personal: es una lectura labrada por mi propia historia de vida. Por ello mismo, entiendo perfectamente si otras personas no la comparten.

Compartido con SURCOS por el autor, publicado en https://sonarconlospiesenlatierra.blogspot.com/2022/01/el-poder-del-perro-de-jane-campion-una.html

Entre coronavirus y cometas: el declive de la inteligencia

Marcos Chinchilla Montes

En “No miren arriba” (Don´t look up), protagonizada entre otras por Jennifer Lawrence, Leonardo DiCaprio y Meryl Streep, la humanidad se enfrenta al desafío de un enorme cometa que impactará contra el planeta Tierra, los denominados eventos de extinción.

Es una película que se distancia de otras producciones apocalípticas que pululan en el cine comercial hollywoodense, y viene a tender puentes con la actualidad política, económica y cultural que vive nuestra sociedad en torno a la pandemia generada por el SARS-Cov-2.

En primer lugar, la película permite destacar el abismo que se presenta entre tecnócratas, ciudadanía y ciencia, negando y hasta retrasando reconocer el riesgo que un cometa tiene para la existencia del planeta (situación de la que tenemos conocimiento con el impacto Chicxulub de hace poco más de 60 millones de años).

Sin bien en los medios de comunicación y en las redes sociales ha existido amplia información sobre el SARS-Cov-2, existe también un correlato desinformativo que lamentablemente ha generado y reforzado un negacionismo del más variado cuño: desde que el virus no existe, que las vacunas generan control vía chips, asociar vacunas y tecnología 5G, y el absurdo etc. que van ampliando a diario.

El posmodernismo no solo cuestiona abiertamente el conocimiento científico, sino que también ha instalado política y culturalmente prácticas donde se vale de todo, desde rezarle al virus para que desaparezca, enseñar en algunos centros educativos que la evolución no existe, o hasta esperar tres días para que un pastor fundamentalista resucitara de su muerte -cosa que nunca ocurrió.

El entramado político y económico que presenta la película si bien en algunos momentos parece un tanto caricaturesco, lo cierto es que refleja muy bien cómo piensan y actúan las élites políticas y económicas. No se le puede informar a las masas sobre el riesgo que implica el cometa por los efectos políticos que tiene para el gobierno de turno; y cuando se informa, se lo hace procurando obtener réditos políticos.
En materia económica, cuando finalmente se actúa contra el impacto del cometa, se lo hace en términos mercantiles: una élite empresarial que busca apropiarse de los caros y estratégicos minerales raros que se encuentran en el cometa.

El paralelismo que se establece con la situación de pandemia que vivimos en la actualidad es indiscutible: compañías farmacéuticas que hacen clavos de oro con las vacunas; transnacionales y empresas que se hicieron aún más ricas en estos dos años; empresarios, gobiernos, presidentes y ministerios de salud que antepusieron los intereses económicos en contraposición al derecho a la vida y la salud. El empresariado neoliberal de Lombardía es un buen reflejo de ello, el del alcalde de Texas que estaba dispuesto a morir por la economía, Piñera que se negaba a las restricciones, Bolsonaro con su gripecita, Duque que le pedía comprensión y solidaridad a los más pobres, Macrón que descubrió la importancia del Estado interventor, Trump recomendando ingerir cloro, un fugas ministro de Hacienda que también recomendaba solidaridad entre personas desempleadas o la solicitud reciente de las aerolíneas para rebajar la cantidad de días de incapacidad para las personas de sus tripulaciones que dieran positivo al contagio. Dos años después, la mayor parte de la población del planeta sigue sin un sistema de salario universal que le garantice poder enfrentar la pandemia con dignidad y calidad de vida.

“No miren arriba” también nos confronta con la simpleza, manipulación y chabacanería de los medios de comunicación y las redes sociales que tienen la virtud no solo de disociarnos de la realidad social, sino también de normalizar sus contradicciones y sembrarnos el individualismo en su máxima expresión. Se acerca un cometa, el riesgo de extinción está a la vuelta de seis meses, pero importa más la situación afectiva de dos estrellas de la farándula que se intercambian sus peluches, y que es seguida por millones de personas para quienes el cometa no existe pues solo se vive el hoy mediático.

Mejor no mirar hacia arriba, o hacia ningún lado, es mejor vivir en la más absoluta ignorancia y decadencia; el virus ya se acabó -aunque ómicron nos diga lo contrario, que la economía funcione a toda marcha, que las mascarillas se entierren para siempre.

Mejor no mirar hacia ningún lado, no usemos nuestra inteligencia; y para eso nos brindan el mejor soma, adosado con reality shows, influencers, fútbol, toros, redes sociales, socilités con el alma partida y la cuenta bancaria llena. A fin de cuentas, solo llevamos poco más de 5 millones de muertes, y muchas personas dirán con algo de algarabía, que dichosamente no están entre ellas.

Cine y Psicoanálisis

El próximo jueves 25 de noviembre, a las 7:00 p.m. en la sede de ACIEP, regresa Cine y Psicoanálisis en su ciclo XXV titulado «Fracturas y quebrantos«

Se estará prologando y proyectando Frances (EEUU, 1982); escrita por Eric Bergren, Christopher De Vore y  Nicholas Kazan y dirigida por Graeme Clifford

El prólogo estará a cargo de Lucía Molina. 

Comentarios por Alfred Kaufmann.

Textos seleccionados por Lucía Molina y Kira Schroeder.

Coordinación: Mario Schumacher.

Actividad abierta a todo público.

Aforo limitado. 

El prólogo y comentarios se estarán compartiendo en Facebook video en días posteriores a la actividad.

Se invita a seguir su página en Facebook: https://www.facebook.com/aciepcrc

 

Compartido con SURCOS por ACIEPs.