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Etiqueta: clases virtuales

¿Desinformación Deliberada?

Jiddu Rojas Jiménez

Ahora resulta que «la culpa» de que la curva de contagios suba, es de los maestros y las maestras, quienes desde hace meses piden clases virtuales y medidas consensuadas.

Lo mismo habían dicho antes de los Empleados Públicos, en general.

Es parte de la campaña mediática de ‘satanización’ de la clase trabajadora estatal. En fin, nada nuevo.

Según los y las desinformadores oficiales, ahora es culpa de los y las docentes, porque estos se van «en masa de vacaciones a nuestras playas» (sic). ¿Es en serio?

Y así lo escriben en redes y en público… Y hasta algunos altos cargos administrativos del MEP lo repite en públicas reuniones y conversaciones entre vacunadas.

Por favor, no creamos este tipo de imbecilidad malintencionada.

Tampoco decimos que todo se haya hecho mal, al contrario aplaudimos los esfuerzos y aciertos anteriores del Ministerio de Salud, respecto de la Pandemia.

Pero hay una tercera ola y está golpeando muy duro y hay muchas quejas entorno a la rapidez del proceso de Vacunación. Y los/las más golpeados son generalmente, los/las más pobres y vulnerables. Las instrucciones oficiales acá, pasaron de versátiles o francamente confusas, a contradictorias.

Reconozcamos que estamos en un mal momento del manejo de la Pandemia o Sindemia. Y dejemos las reacciones infantiles mejor, para después de las Elecciones Nacionales. Antes que los intereses partidarios y electorales, o económicos particulares, hay prioridades nacionales y de Salud Pública.

Volvamos a las contradicciones. Francamente, qué esquizofrenia la del discurso oficial del Gobierno de turno.

Porque si Usted tiene la plata para irse a USA a vacunar, no hay problema… Váyase aunque solo le alcance para una dosis, o más bien, regrese contagiado. Literal. Vaya, gaste afuera. Usted puede, otros no… Son todos casos reales.

Mientras en Costa Rica, si Usted va a un zona turística local pero de lujo, ‘5 Estrellas’, hasta tal vez lo vacunan de gratis aunque no se parte de los dos primeros Grupos de riesgo… ¿Será sólo desinformación? No lo creo.

En las zonas menos afortunadas, a veces se nos obliga a llevar un diagnóstico privado (que usualmente cuesta 20 mil colones), que demuestre su condición de salud, para así ingresarlo al próximo tercer grupo de riesgo.

¿No me cree? Ok… Pura vida.

Volvamos al tema del Turismo local. Porque claro, «hay que apoyar al Empresario Turístico», nos decían en Semana Santa. Pero parece que apoyan al gran empresario, no al pequeño ni al mediano.

¿Pero los maestros «come-huevos» (sic) hipotécamente no tienen derecho a vacaciones? ¿Y adónde irían? ¿Al Hotel ‘5 Estrellas’?

¿Y si defienden ese el derecho a las vacaciones, sería «antipatriótico» o irresponsable?

¡Qué hipocresía!

Porque en ese razonamiento clasista, los y las maestras seguramente son responsables además, de la gran brecha digital entre los estudiantes más pobres y el resto, del país. Claro…

Lo que realmente es indignante, es el atribuir, – la valiente, cívica y racional decisión de los Sindicatos del Magisterio de denunciar y protestar, contra la cabezonada del MEP de impartir clases solo presencialmente-, a toda esta calumnia organizada.

La posición del Magisterio era otra: Era volver a las clases virtuales para aplanar la curva, y de forma consensuada. Y combinar modalidades y tratar de reducir la brecha en la conexión digital.

Y por cierto, francamente la tardía decisión del MEP (y de las otras autoridades que reaccionan a la defensiva) de suspender el curso en ambas modalidades, se debe también al temor a la presión sindical organizada.

Lástima que tristemente, sea una decisión tan tardía la del MEP.

Tal vez se hubiesen podido evitar algunas víctimas innecesarias entre los y las docentes.

Y por favor, no crean todo lo que dicen o insinúan de los y las Maestras.

No se trata de ‘idealizarlos’ tampoco, pero sí al menos, de ser más justos/as.

Enlace: https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=3779607955481485&id=100002969526277&sfnsn=mo

Compartido por Jiddu Rojas Jiménez.

Si la educación es gratuita, gratuita debe ser la internet, la banda ancha y la fibra óptica, para asegurar el proceso educativo

Vladimir de la Cruz

La reanudación del ciclo escolar es un acierto. La intensa y larga huelga magisterial del 2019 y la pandemia del 2020, que aún no se ha acabado, hicieron perder prácticamente casi año y medio de clases a los estudiantes desde la preescolar, la escolar y la secundaria, así como por el impacto de la pandemia que afectó notablemente la vida universitaria.

Solo en estos niveles, excluyendo el universitario hay alrededor de un millón trescientos cincuenta mil estudiantes, entre la escuela pública y la privada, en números redondos, 150.000 en la preescolar, 600.000 en la primaria, 500.000 en la secundaria y en otras modalidades educativas casi 100.000.

La pandemia puso de relieve, de manera muy destacada, las falencias en el sector público, más que en el privado, las condiciones materiales de estudio y de trabajo docente, tanto de estudiantes como de profesores. Puso en evidencia, además, las carencias informáticas y tecnológicas de las escuelas públicas, especialmente las que están fuera del Valle Central, y de la Gran Área Metropolitana, las limitaciones de las redes informáticas y alcances de disponibilidad para estudiantes, maestros y profesores. Evidenció también los atrasos académicos de formación en el personal docente para atender, en situaciones como las que hemos vivido, y seguimos atendiendo, la educación a distancia, la teleeducación, las clases virtuales, las redes informáticas, el uso de ellas, y especialmente las dificultades de los hogares con aparatos tecnológicos, computadoras, iPads, tabletas, más que teléfonos para darle seguimiento a las actividades académicas que se programaban a distancia. Obliga sin lugar a dudas a una mayor intensidad en los hogares de apoyo a los estudiantes por parte de sus padres, exceptuando a los niños y jóvenes que disponen de esos artefactos electrónicos como parte ya de su vida cotidiana.

La interrupción de las clases condujo a la presión de los padres de familia, especialmente de la enseñanza privada, a cuestionar los pagos mensuales que tenían que hacerse, que no se veían en correspondencia con la educación y atención recibida. En bastantes casos en abandonar fácticamente la educación privada y trasladar sus niños hacia la pública, acompañado esto por el impacto en el desempleo ocasionado por la pandemia, la quiebra de micro, pequeñas y medianas empresas, y por la reducción de jornadas, que impuso también la reducción de salarios.

A todo esto, las políticas públicas, de destruir a la clase media, de desemplear, de reducir pensiones, salarios e ingresos reales, de aumentar las cargas impositivas, incluso cobrando los mismos impuestos dos veces, en dos vías, de manera directa y por las vías municipales, recargando impuestos y tasas impositivas en salarios y pensiones, ha provocado un mayor empobrecimiento nacional de los sectores laborales, especialmente de las clases medias. Los techos y las rebajas a las pensiones tuvieron su efecto hacia los salarios, a los que les pusieron también techos, incluso al incremento anual por costo de la vida, devaluación e inflación, que al menos por los próximos dos años no van a crecer.

Así es como hemos recibido el 2021, el año de la celebración del Bicentenario de la Independencia.

La crisis que golpea la educación es también el resultado del abandono que ha habido histórico del sector, en cuanto a que los recursos asignados, el 8% del PIB, no se garantizan acertadamente, no se impulsan las políticas por mejorar la infraestructura ni por impulsar de manera constante la capacitación del personal docente, tarea que no tienen los sindicatos magisteriales. Las escuelas y colegios en su infraestructura se han tenido abandonados por el Ministerio de Educación y por las Juntas de Educación encargadas de velar por el buen funcionamiento de las instalaciones escolares y educativas.

El debilitamiento de los alcances de las redes informáticas para la educación en todo el país no se justifica de ninguna manera, sobre todo cuando se sabe que hay más de un millón de millones de colones, un billón, guardados en las instituciones a cargo de controlar, y de promover, las comunicaciones y telecomunicaciones, sus distintas redes y modalidades, la internet entre ellas, la fibra óptica, la banda ancha, que llevadas a todo el país, ojalá de manera gratuita, sirvan para las actividades educativas y también productivas.

No se puede atender el proceso educativo con teléfonos que se pagan a puchitos, desde mil colones, por tarjeta, en los supermercados y otros puntos de pagos telefónicos.

A los hogares y a los padres de familia, y a los escolares de todos los niveles, hay que asegurarles el acceso a estas redes y medios gratuitamente.

Si la educación, desde 1869, se declaró gratuita, obligatoria y costeada por el Estado, llevada esta obligación prácticamente hasta el nivel secundario, de igual manera los medios de alcance educativos, como la internet, la banda ancha, la fibra óptica, por medio de los cuales se lleva a cabo a modalidad de estudiar en las casas, debe ser gratuita para todos los costarricenses.

También debe asegurarse para escuelas públicas, las privadas no tienen este problema, la adquisición de computadoras y medios electrónicos que garanticen estas nuevas modalidades educativas.

Hay que garantizar de igual modo que todos los maestros y profesores también tengan las suyas, como asegurar que al menos en cada hogar donde haya un escolar haya también una computadora o un aparato electrónico, que no sea un teléfono, que garantice recibir las horas de clase por día que se van a dar bajo la modalidad virtual, no presencial.

Esta es una demanda patriótica, más que una lucha. Pero, también debe ser una lucha nacional, presente y permanente en cualquier movilización ciudadana que se haga, bajo cualquier pretexto y justificación, en las próximas semanas, meses y con vista a la campaña electoral que ya se metió.

Los sindicatos, los padres de familia, las Juntas de Educación, los estudiantes deben presionar para que así se disponga. Solo así se podrá atender, de mejor forma, la situación impuesta por la pandemia, el desempleo ocasionado, y el empobrecimiento por reducción de ingresos de las familias, que se está sufriendo. Solo así podemos impedir una mayor deserción de la que se calcula que ya impacta el sistema educativo, desde la Huelga del 2019 y la Pandemia que nos acompaña desde el 2020.

Los sindicatos de educadores son los más obligados, junto con los padres de familia, a convocar en esta demanda y lucha.

El Gobierno tiene las posibilidades reales y económicas de poner al alcance de todo el proceso educativo, de los estudiantes y sus familias esta posibilidad de acceso real y gratuito, de la infraestructura tecnológica y sus distintas redes de comunicación, para optimizar, en medio de la crisis generada por la pandemia, esta situación.

A la educación gratuita, gratuita la internet, la banda ancha y la fibra óptica, para asegurar el proceso educativo.