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Etiqueta: coalición política

En Liberación Nacional se afilan cuchillos

Vladimir de la Cruz

Empezó, para el Partido Liberación Nacional, la carrera electoral con la Asamblea Nacional, recién celebrada, marcando su terreno, de ir absolutamente solo a las elecciones, sin consideración alguna a los gritos desesperados de Pedro Muñoz, diputado de la Unidad Social Cristiana, que trata de armar una coalición política, de centro derecha, así llamada por él, de grupos opositores, especialmente de tradición cristiana, para enfrentar al Partido de Gobierno, al Partido Acción Ciudadana, dejando de lado las líneas estratégicas que el Expresidente Rafael Ángel Calderón Fournier manifestó, ante esas opiniones de Pedro Muñoz, que en esa coalición debería considerarse al Partido Liberación Nacional.

Por su parte, Rafael Ángel Calderón ha considerado que una coalición debería ser de carácter centro humanista, en lo que hay sectores, y algunas destacadas figuras de Liberación Nacional, que este planteamiento les suena bien.

Obviamente, que el diputado Muñoz está pensando que esa posible coalición lo postule a él como candidato de esa unidad política, lo que yo veo muy lejano. Ni siquiera lo veo todavía como el candidato de la Unidad Social Cristiana, a pesar de que es el único que públicamente se mueve en esa dirección. Rodolfo Piza que todavía podría considerarse para una tercera candidatura, de este Partido, suena más hoy para encabezar la lista de diputados de San José.

Una coalición de esta naturaleza, de características socialcristianas, de forma centro humanista y no de centro derecha, por ahora, solo la vería encabezada por el alcalde socialcristiano de Cartago, Mario Redondo, aunque aún es temprano para señalar su mejor candidato, y sin Liberación Nacional.

En cuanto a Liberación Nacional, como partido, evidenció, en esta Asamblea Nacional, un gran debilitamiento como la organización política que fue, como partido político con grandes y reconocidos dirigentes POLITICOS, como José Figueres, Daniel Oduber, Luis Alberto Monge, que no los tiene hoy, que fueron los más importantes dirigentes políticos de ese partido, durante muchos años, con formación política, dentro de la doctrina o teoría socialdemócrata. No hubo en esa Asamblea dirigentes de alto nivel, por el contrario, estuvieron ausentes o no presentes en esa Asamblea. La Asamblea Nacional dio el banderazo de salida para quienes aspiren las candidaturas de Presidente y de diputados, para que se organicen los equipos hacia la Convención de junio del 21.

Personajes como Rolando Araya, Fernando Berrocal, Francisco Morales, Francisco Antonio Pacheco, Carlos Rivera, Manuel Carballo, Carlos Manuel Vicente (Yayo), los hermanos Soley Soler, entre ellos Fernando, y con todo respeto, las “vacas sagradas”, de Enrique Obregón o Bernal Jiménez, que son activos intelectualmente, ni siquiera forman parte de esa Asamblea Nacional. Los han ido marginando o se han autoexcluido de papeles protagónicos, excepto Rolando Araya que se reintegró al Partido y a su Comité Político. Fernando Zamora, ex Secretario General del Partido está en lo suyo, forjándose su candidatura. Claudio Alpízar también la está luchando, sin apoyos, aunque tiene muy buenas relaciones con Oscar Arias y con José María Figueres, pero, sin muletas, como dijo Oscar Arias en 1983, cuando no tuvo apoyo de don Pepe y Daniel y los principales dirigentes liberacionistas.

El Expresidente Oscar Arias y la Expresidenta Laura Chinchilla son hoy muy decorativos dentro de Liberación Nacional. Tienen seguidores, y fuertes, pero no se expresan como tendencias dentro de ese Partido, aunque el “arismo” existe, como existe el “figuerismo”, como las más “temidas” corrientes, en el interior y exterior de este partido. Se ha manifestado la fortaleza del «arismo» y el reconocimiento del papel importante de Oscar Arias cuando el propio Directorio Político le ha solicitado, en este momento, su inserción más activa. En menor escala están el “arayismo”, el “laurismo” y el “antonismo”, aunque Johnny Araya y Antonio Álvarez tengan el control de diputados, de miembros de la Asamblea Nacional y de alcaldes.

Oscar Arias sigue siendo la figura política que es y que se le reconoce, así como se le teme, pero no se desempeña como dirigente político. Opera como un faro nacional dando sus opiniones sobre distintos tópicos. No es igual con el Expresidente José María Figueres que sí valora la posibilidad de participar activamente dentro del Partido Liberación Nacional, como líder, como dirigente, y como posible candidato, para el próximo proceso electoral, aunque algunos de sus seguidores consideran que debe hacerlo separado de Liberación Nacional, en casa aparte, con otro partido, lo que para mí sería un error. Los que piensan esto deben valorar lo que es el proceso de inscripción de un partido político y el de participar sin respaldo del financiamiento público, que sí tiene Liberación Nacional. Solo don Pepe Figueres, amenazó, en 1969, irse con otro Partido, el Social Demócrata, que inscribió en el Cantón de San Pablo de Heredia, ante la posible candidatura de Rodrigo Carazo, que se le enfrentó internamente en 1970. Figueres se impuso y Carazo salió, dignamente, a hacer otro Partido con el que participó en las elecciones de 1974 y que le preparó las condiciones para la candidatura de 1978 y su triunfo electoral.

Liberación Nacional se ha proyectado al ejercicio de otros gobiernos con altos dirigentes que ha tenido, que salieron de Liberación Nacional, como Rodrigo Carazo y Luis Guillermo Solís, que llegaron a la Presidencia de la República con la coalición socialcristiana Unidad, en 1978, y con el Partido Acción Ciudadana, en el 2014.

El actual Secretario General, de Liberación Nacional, Gustavo Viales y la Presidenta del Partido, me parece, quedan cortos en esos cargos, en un Partido de 69 años, del cual siento que desconocen su historia partidaria, la incidencia histórica que ha tenido en el país, y su desarrollo institucional, en lo que fue el Estado Social de Derecho, tal vez por no haber sido formados en La Catalina, a lo cual parece que Liberación Nacional renunció y dejó de lado, lo que se manifiesta en la mayoría de sus dirigentes nacionales, regionales, locales, intermedios y municipales.

Es el Expresidente José María Figueres, por algunas aproximaciones que le oigo, por mensajes que mantiene activos, en las últimas semanas, y desde hace algún tiempo, donde pareciera que si él asumiera alguna responsabilidad partidaria, entre ella la posible candidatura presidencial del 2022, le pondría énfasis a planteamientos socialdemócratas, como partido político más progresista, hasta de “izquierda” socialdemócrata lo llamó, y con proyectos programáticos nacionales, que quisiera agitar y rescatar, junto a los nuevos temas que él está manejando, como grandes señales electorales hacia los jóvenes y otros sectores sociales, como son la economía verde, el medioambiente, los océanos, los cambios climáticos, los Derechos Humanos, evidenciando sus vínculos con el Foro Económico Mundial, del cual fue su Secretario General, que le permite mantener relaciones activas para potenciar importantes traídas de capital e inversiones al país, en un posible gobierno suyo que debe enfrentar, en el 2022, una grave situación financiera y económica nacional, de no corregirse en el plano inmediato, lo que no se ve a la vista.

Los expresidentes de la República, del Partido Liberación Nacional, Oscar Arias Sánchez, Laura Chinchilla y José María Figueres al interior de su Partido, por su condición de expresidentes, son parte de su Directorio Nacional. Se mantienen allí con sus representantes, a modo de suplentes, Miguel Guillén, de reciente incorporación desde esta semana, Carlos Roversi y José Manuel Peña, sin que ellos, los expresidentes, se hagan sentir por medio de estos voceros, sobre todo en la discusión política que se podría esperar de un partido político de tanta experiencia histórica.

No hay a la vista ningún importante pronunciamiento ni declaración alguna, como lo está haciendo en las últimas semanas la dirección política del Partido Acción Ciudadana, sobre aspectos de la realidad nacional o política, sobre el Gobierno y sobre su Partido.

Los otros partidos políticos nacionales tampoco realizan pronunciamientos de sus Comités Políticos, o Directorios Nacionales, sobre los distintos temas de la agenda nacional, evidenciando sus posiciones. En este sentido han desaparecido como partidos políticos. Aparecen, eso sí, para cada campaña electoral.

Liberación Nacional da la idea de un cuerpo sin cerebro, y ni siquiera terminaciones nerviosas. Ni siquiera tiene movimientos peristálticos porque pareciera tener un ayuno político perpetuo, al menos de mucho tiempo. Desde que dejaron de preparar sus cuadros o dirigentes políticos en La Catalina, en la Escuela de Formación y Capacitación Política, que tenían en Barva de Heredia, ese Partido empezó a decaer y ha hecho que sus principales dirigentes actuales, jóvenes muchos de ellos, no conozcan ni el ABC de la socialdemocracia. Algo parecido sucedió con la escuela de formación socialcristiana que se tenía en San Isidro de Coronado, para la formación de dirigentes socialcristianos.

La Asamblea Nacional del Partido Liberación Nacional, como en todos los partidos políticos, de acuerdo con la legislación nacional es el órgano político más importante, por los acuerdos que toma.

La Asamblea Nacional de Liberación Nacional de 139 miembros, además de los 70 nacionales delegados por las Asambleas Provinciales tiene representación de sectores como son los cooperativistas, los trabajadores, los solidaristas, las mujeres, la juventud. Ahora acordaron incluir 7 representantes municipales, a razón de uno por cada provincia. No aumentaron el número de los 139 miembros, de manera que tendrán que ver a quienes sacrifican para meter a estos 7 nuevos. Si los incluyeron en la Asamblea Plenaria, otro organismo que tiene Liberación Nacional, allí son simbólicos, decorativos, sin relevancia alguna. Incluyeron un miembro del sector municipal en el Directorio Político, que puede ser un alcalde, un regidor, un síndico o un intendente.

A la distancia me parece que dirigentes importantes de ese Partido, como figuras y altos funcionarios de gobierno que han sido, y son reconocidos militantes, como Johnny Araya Monge, Antonio Álvarez Desanti, hasta excandidatos presidenciales ellos, y Carlos Ricardo Benavides, lucen más como altos conspiradores contra su propio partido, que como los dirigentes que en este momento necesita ese Partido, para su unidad partidaria con miras a las próximas elecciones. Lucen más proyectándose hacia la municipalización y debilitamiento de las estructuras de ese Partido, abriendo tenebrosas compuertas, por ese motivo, a su interior, y exhiben y lucen, sus afilados cuchillos y machetes, dispuestos a cortar cabezas, de quien se les ponga a la par o al frente, en el Patíbulo del Balcón Verde, frente a los procesos internos que se avecinan, desde ahora hasta junio, cuando celebrarán su Convención abierta para escoger el próximo candidato presidencial, junto a la convocatoria de todas las asambleas partidarias, desde las distritales hasta la nacional, para ratificar esas candidaturas.

Liberación Nacional es un partido con muchas heridas internas abiertas, casi sin posibilidad de sanar. Ese es un gran riesgo para su participación electoral inmediata. El riesgo más grande es que sea un cascarón político ante el desafío que el proceso electoral impone

En la situación actual nadie puede negar que el Partido Liberación Nacional tiene una base sólida de militantes, y de simpatizantes, que en las últimas dos campañas le han dado 19 y 18 diputados, y la mayoría de los alcaldes, en más de un 60%, y que goza todavía de un porcentual de aceptación que no tiene ningún otro partido. Pero, también hoy los votantes ya no ven solo partidos políticos a seguir, también ven candidatos sin importar el partido al que pertenezcan.

Los cuchillos que empiezan a exhibirse, en el interior del Partido Liberación Nacional, ¡cuidado!, que pueden ser para el propio pescuezo.

El reto inmediato de Liberación Nacional no es solo tratar de ganar las elecciones próximas, lo que es igual para todos los partidos, sino es no tener una tercera derrota electoral consecutiva. Ha tenido dos derrotas, Miguel Ángel Rodríguez y Abel Pacheco, la primera, Luis Guillermo Solís y Carlos Alvarado, la segunda. En esta segunda, incluso sin llegar a la posibilidad de ir a la segunda ronda.

¿Aguantará Liberación Nacional una tercera derrota electoral? ¿En qué condiciones sobrevivirá?

Dentro de 13 meses lo sabremos, el primer domingo de febrero del 2022.

¿Hay interés político de desplazar al Partido Acción Ciudadana del Gobierno?

Vladimir de la Cruz

Hace unos días participé, por voluntad propia, de convidado de piedra, en una conversación, un chat, que tenían un grupo de estimables personas, preocupadas por el devenir político del país.

La discusión se centraba, en la parte que me interesó, en el futuro político electoral del país. Las discusiones giraron alrededor de posibles reformas electorales que debían hacerse para mejorar la calidad de los diputados y el modo de escogerlos.

En esta perspectiva algunas opiniones se produjeron sobre fórmulas que hay para escoger y nombrar diputados, y algunas propuestas que se han hecho en los últimos tiempos en el país, así como las que se han llevado directamente al seno de la Asamblea Legislativa, entre ellas, ampliar el número de diputados, con lista nacional, la de hacer distritos electorales y que por ese medio se escoja un diputado por distrito, que participen con candidatos grupos organizados que no sean partidos políticos y otras propuestas, todas válidas para la discusión.

Lo que me sorprendió de ese intercambio de opiniones, con personas curtidas en procesos electorales, con personas que han participado abiertamente y con intensidad en partidos políticos y en procesos electorales, es que parecía que hablaban de otro mundo.

Ninguno de los que oí señaló que el proceso electoral está en marcha, que el primero de enero próximo, estamos a 7 semanas de eso, el Tribunal Supremo de Elecciones publicará el Calendario Electoral de las próximas elecciones, que parte desde el primero de enero del 2021 hasta el primer domingo de febrero del 2022, faltan 14 meses, y al primer domingo de abril, si hubiera segunda ronda, por lo que ya no hay tiempo de hacer cambios en el modo de escoger candidatos a diputados, que requieran cambios constitucionales, como lo que discutían en ese chat.

En este momento todos los partidos tienen que someterse al actual régimen legal, establecido por el Código Electoral y los Estatutos de los partidos políticos, para definir la escogencia y el modo de nombrarlos.

Lo que los partidos políticos sí pueden hacer, todavía en tiempo, es modificar sus Estatutos sobre el método de elección, si por Convención Nacional, por Asambleas Provinciales, Cantonales o la Nacional, que siempre tiene el trámite de aprobación de lo que resuelvan las asambleas inferiores, como ya lo están haciendo unos partidos políticos.

Pero, tampoco les queda mucho tiempo. El tiempo corre, y puede suceder que cualquier acuerdo de Asambleas partidarias pueda ser impugnado legalmente y puede ir a conocimiento del Tribunal Supremo de Elecciones, y si corresponde, a la Sala IV, y esto es un problema que puede causar atrasos en la determinación de candidaturas, y de riesgo de inscripción a las mismas.

En este sentido lo más prudente para todos los partidos políticos es que los procesos de asambleas nacionales o provinciales, que tengan que hacerse, las realicen antes del mes de mayo próximo, por si tienen que repetirlas, de manera que al mes de julio, a más tardar agosto, todo lo de candidaturas esté resuelto. De esta forma, el segundo semestre del próximo año el panorama electoral estará bastante claro para todos los electores.

El otro aspecto que se ha hablado, de parte de algunos miembros y líderes, especialmente parlamentarios, de los partidos, es la posibilidad de una Coalición Política, unión de varios partidos para ir de esa manera a enfrentar el proceso electoral.

En este escenario se habla de dos dimensiones, la Coalición en toda la línea, cuando los partidos se unen para nombrar con una sola plancha presidencial y con unas únicas planchas diputadiles por provincia, a todos sus candidatos, y la otra opción, que he oído, es una Coalición presidencial pero con planchas independientes de los partidos coaligados para sus propios diputados. A mi modo de ver esto les enreda los escenarios porque los partidos tienen que hacer campaña para la coalición presidencial y para la lista propia de diputados, es un doble esfuerzo en propaganda, en gastos, en imágenes, en organización, en atención política.

El caso de las coaliciones tiene un proceso complejo. No es suficiente estar de acuerdo en unirse. Los partidos que se van a coaligar tienen que hacer un acuerdo de Asamblea Nacional, o Provincial, si es del caso, indicando que están de acuerdo en la Coalición, en el nombre de la coalición, sus estatutos, sus candidatos.

Todos los partidos que se van a coaligar tienen que aprobar en sus Asambleas los documentos del Partido que surge de la coalición, sus órganos directores, tiene que aprobar los candidatos, de los distintos partidos, donde además deben guardar las disposiciones generales de alternabilidad de género de forma vertical, por cada provincia, como horizontal, de manera que en al menos tres provincias vayan encabezando mujeres.

Sinceramente, me parece que algunas personas, quizá muchas, no tienen claro cómo funciona el proceso electoral nacional y lo peor es que esperan hasta última hora para impulsar los cambios y alianza.

A pocas semanas de iniciar el proceso electoral del 2021-2022 es necesario empezar a discutir más ampliamente sobre ese escenario que viene.

¿Hay interés político de desplazar al Partido Acción Ciudadana del Gobierno? ¿Tiene posibilidades el Partido Acción Ciudadana de tener un tercer período de gobierno consecutivo? ¿Si la gente está decepcionada del Partido Acción Ciudadana, volverá los ojos hacia los partidos tradicionales que han gobernado? ¿Qué nuevas opciones hay hoy en el escenario electoral, existentes y posibles? De estos temas seguiremos hablando las próximas semanas.