El desenlace del caso Coopeservidores es un trago amargo para miles de personas.
La salida a los medios de comunicación de las autoridades de la Superintendencia de Entidades Financieras (SUGEF) y del Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (CONASSIF) en vez de certezas, deja enormes dudas de las estructuras de vigilancia y control.
Es inadmisible que hayan sido engañados por la información generada a lo interno de Coopeservidores, además, por los auditores externos, quienes no habrían hecho la tarea.
¿Entonces, para qué sirven esas mega estructuras burocráticas? ¿Únicamente para recoger papeles y cadáveres ante el dolor de los deudos?
Como si fuera poco, ahora el combo incluye la vigilancia de los regímenes de pensiones, con esa súper visión, a juzgar por los acontecimientos, andamos a tientas en la más oscura penumbra.
Si las superintendencias sirven únicamente para apilar documentos y pagar sueldos millonarios a botellones. ¡Apague y vámonos!
El puente mi cama. Mi cara la fotografía. El paredón pared que colapsa. Suena en las manos la paliza larda. Todo se puede decir para no decir este método síncope del miedo. Silvia Piranesi
Mónica González Suárez
Confinamiento sinónimo de desigualdades. Este momento no ha acrecentado las desigualdades, tampoco ha posibilitado que sean más visibles o tal vez sí, para quienes no tenían tiempo de reparar en ellas, darse cuenta que existen. El encierro producto de las políticas estatales que enfrentamos hoy, ha sido un impacto sobre la cotidianidad, pero no necesariamente por el aislamiento, sino, por el control. Las vivencias de los últimos días podrían llevarnos a re-pensar y re-sentir las dinámicas de encierro que socialmente hemos divulgado, afirmado, legitimado y promovido para lograr “mantener” o “reestablecer” el orden.
“Yo siempre he estado en cuarentena”, es la respuesta de una mujer de 51 años, trabajadora doméstica, residente de una zona rural. A quiénes afecta realmente la cuarentena, o más bien, para quiénes es posible llamarle así. Los controles que se ejercen desde modelos heteropatriarcales, coloniales, xenófobos y racistas no son nuevos para quienes hemos vivido ya el confinamiento, por ser mujeres, negras, trans, bisexuales, lesbianas, locxs, etc. Confinarse pareciera ser una práctica que nos ha sido impuesta a cuerpxs subalternxs, así como ha sido una elección de disfrute y privilegio para otros.
Entonces, el momento presente amplía el encierro a otras poblaciones, ahí es donde empieza la crisis, cuando se extiende a sectores que sí importan lo suficiente para exteriorizar la alerta. Ahora bien, las políticas a las que nos afrontamos no son novedad, por el contrario, refuerzan y actualizan los métodos de control sobre nuestrxs cuerpxs (registro histórico). COVID-19 es un afianzar las medidas que desde hace años vienen construyéndose y reforzándose, no solo por los estados, sino, por una interiorización tecno-política recubierta de violencias y feminicidios.
Asumir el asilamiento ha sido para mí vivir en continuo las opresiones, así como profundizar en muchas otras que habían estado presentes de forma tal que podía manejarlas en lo espontáneo y observarlas como episódicas. Ahora, la diferencia es que se han vuelto en lo temido: c o t i d i a n i d a d. Entonces existir hoy para mí, supone hacer visibles las heridas de la desigualdad y no, por haberlas inscrito como parte de una rutina, normalizarlas. Es momento de continuar denunciado la repartición inequitativa de la vida y señalar la mecanización de las violencias, que hace años, y no desde la pandemia, nos matan.
Andrey Pineda Sancho, sociólogo e investigador CICDE-UNED
La grave crisis pandémica que actualmente tiene en vilo al planeta entero nos ha hecho regresar a viejas preocupaciones antropológicas, constitutivas de nuestra especie, y a debates sociopolíticos y filosóficos de largo, más bien larguísimo, recorrido en nuestras sociedades. Ha potenciado, por un lado, nuestro ya de por sí perenne, aunque no siempre consciente, terror al desorden, al caos y a la finitud, y por el otro, nos ha obligado a tratar de encontrar respuestas aptas tanto para conjurar la amenazante situación, como para hacerla asimilable o llevadera a nivel cognitivo-emocional. De este intento participan, en distintos grados, las instituciones que conforman y modelan la vida sociocultural de los distintos países, los agentes sociopolíticos con mayor poder dentro de ellos, y por supuesto, las personas que con su accionar día a día contribuyen a mantener a flote los mundos socialmente construidos.
En medio del apremio, cada grupo, institución o persona, procurará hacer cuanto esté a su alcance para encontrar las respuestas que les permitan lidiar con la situación y para evitar con ellas el desmoronamiento del mundo que hasta ahora conocían. Las empresas, de distintos tamaños y colores, tratarán de evitar la quiebra o la disminución dramática de sus ganancias, el Estado echará mano de su poder para gestionar la crisis en sus muchas aristas y niveles de complejidad, los y las científicas correrán a ofrecer alternativas para atender lo urgente y resolver el futuro que se dibuja en el horizonte, mientras que la ciudadanía común, en su diferencia constitutiva, oscilará entre la espera de las soluciones externas y la imperiosa necesidad de solventar de forma autónoma sus más acuciantes angustias. Lo que no parece estar para nada claro, sin embargo, es si estos intentos resultarán capaces de cumplir con sus propósitos, si resultarán o no compatibles entre sí, o si serán realmente benéficos, no ya para un sector específico de nuestras sociedades, sino en general para el colectivo. El gran reto que tenemos al frente no reside tanto en encontrar respuestas, pues estas de una u otra forma llegarán y han estado llegando ya, como en hacer que estas respuestas estén inspiradas por criterios que resulten favorables a la consecución del mayor bienestar posible a nivel societal.
Entre los múltiples y multiformes, aunque no siempre creativos, atisbos de respuesta que se han estado proponiendo desde los círculos de poder, y en menor medida desde la ciudadanía, creo poder identificar el retorno y/o a la renovación de viejas discusiones político-filosóficas, así como la revitalización de algunos debates de más reciente data. Todo ello en el fondo no hace más que confirmar que casi todos los problemas que hoy nos estallan en la cara, en realidad nos han venido acompañando desde antes de la emergencia del covid-19 en el planeta. Entre otras cosas, esta crisis ha propiciado que:
volvamos a debatir sobre la pertinencia o no de dejar que el mercado colonice y cope los aspectos más esenciales del acontecer y del devenir humano. En la mayor parte del mundo la mano invisible del mercado se ha mostrado francamente incompetente para atender o resolver la crisis;
reflexionemos, una vez más, sobre la naturaleza del Estado y sobre su rol tanto en las dinámicas económicas, como en la vida privada de las personas. En este momento tiende a pedírsele, con particular vehemencia, que mantenga viva la economía y que procure la salud y la seguridad de las personas;
nos debatamos entre la necesidad de incentivar el control externo (biopolítico) de las conductas y la de apelar a la responsabilidad de cada persona. Aquello que en ocasiones se ha presentado como una dicotomía, en estas condiciones se ha tendido a posicionar más bien como una imperativa complementariedad;
se nos presenten con mayor crudeza las injusticias estructurales de nuestros ordenamientos sociales. Hoy se notan doblemente las duras e inhumanas consecuencias del empobrecimiento, de la desigualdad, del desempleo, de la informalidad laboral, del inequitativo acceso a la salud, de la falta de vivienda digna, de la indefensión en la que viven muchos de nuestros adultos mayores y de las desventajas socioeconómicas que padecen millones de mujeres alrededor del planeta;
adquiramos nueva o renovada consciencia de nuestra naturaleza eminentemente social. Hoy nos está quedando más claro que dependemos de otros y de otras para subsistir; que el otro y la otra son condición de posibilidad para mi propia existencia. Ello se ha revelado de forma notable en el trabajo realizado por las instituciones públicas, pero también en las cadenas de solidaridad que se han abierto en distintos frentes, ya sea para apoyar a la pequeña y mediana empresa, o para garantizar la sobrevivencia de los sectores más desposeídos y vulnerables de la sociedad;
reparemos en el carácter global de las grandes problemáticas que comprometen no sólo nuestra continuidad en tanto especie, sino también la del planeta como tal. Aún cuando hemos corrido a refugiarnos en la aparente, y sólo aparente, comodidad de los estados-nación, es muy obvio que de este tipo de apuros solamente podremos salir a través de respuestas y acciones de alcance global.
resurjan en nosotr@s todo tipo de incomodidades y sospechas no ya solamente respecto del funcionamiento del capitalismo en tanto sistema económico de corte mundial, sino sobre todo respecto del modelo civilizatorio que este ha configurado a lo largo de más de 500 años. Ha resultado inevitable preguntarse si dentro de tal proyecto podremos encontrar y tornar viables aquellos valores que requerimos para hacer frente, de forma eficaz, a nuestros problemas y retos comunes;
debamos preguntarnos sobre el papel que tendría que jugar la ciudadanía organizada, tanto a escala nacional como transnacional, en la necesaria construcción de un mundo menos devastador y excluyente. En última instancia, son las clases más desposeídas alrededor del planeta las que sufren con mayor dureza ante cualquier crisis de grandes proporciones, ya sea esta de naturaleza económica, sanitaria o ecológica.
La forma en que se “resuelva” la crisis y sus consecuencias posteriores es algo que aún está por verse. Lo cierto del caso es que, con independencia de las respuestas que le demos a la situación, ya no volveremos a ser l@s mism@s; para bien o para mal, ya no volveremos a serlo. Estamos ante lo que la escuela institucionalista llama “una coyuntura crítica”, las decisiones que tomemos hoy marcarán, de forma cuasi definitiva e irreversible, nuestra trayectoria futura. La gran pregunta que se levanta es: ¿cuál rumbo deseamos tomar? Dependerá de todos y todas apuntar hacia la dirección correcta.
Datos sobre criaderos de A. aegypti alimentarán modelo matemático para prevención de dengue, zica y chicungunya
La colocación de trampas de huevos de mosquitos en zonas costeras del país para monitorear las poblaciones de zancudos transmisores de enfermedades, como el dengue, zica y chicungunya, es una herramienta que se utiliza en el país desde el 2017 (foto Laura Rodríguez).
Isabel Badilla Reyes vive en el Barrio El Carmen, en Puntarenas, y el año pasado sufrió chicungunya. Unos años atrás ella y otros miembros de su familia tuvieron dengue, ambas enfermedades transmitidas por zancudos infectados. Su casa es uno de los sitios que cada semana es visitada por inspectores del Ministerio de Salud que le dan seguimiento al comportamiento de las poblaciones de estos mosquitos. «Uno está limitado a hacer algo dentro de su casa o al frente de su casa, pero más allá uno no puede porque cada quien sabe cómo tiene su casa, si limpia o no limpia», expresó doña Isabel, quien indicó que su comunidad no está organizada en torno a este problema de salud pública y reclamó que el Ministerio de Salud fumiga «solo a veces».
Desde el 2015, el Ministerio de Salud puso en marcha un proyecto de instalación de trampas de huevos de mosquitos en zonas costeras del país, con el propósito de monitorear los criaderos y conocer el índice de la población de los zancudos en diferentes comunidades.
Las ovitrampas, como se le denomina a esta herramienta para la vigilancia y el control del mosquito Aedes aegypti, causante del dengue, zica y chicungunya, son colocadas y vigiladas cada semana por funcionarios del Ministerio de Salud en patios, jardines, corredores y pilas de casas de habitación y hoteles, entre otros establecimientos.
Con el fin de conocer el funcionamiento de esta metodología, que se utiliza en otros países latinoamericanos para el control del mosquito, investigadores del Centro de Investigación en Matemática Pura y Aplicada (Cimpa), de la Universidad de Costa Rica (UCR), participaron en la recolección de datos de las ovitrampas ubicadas en el barrio El Carmen, en la ciudad de Puntarenas.
Trece investigadores nacionales e internacionales, de distintas disciplinas, liderados por la UCR, trabajan en la creación de un modelo matemático que contribuirá a que las autoridades adopten las mejores estrategias para contrarrestar el dengue, el zika y el chikungunya, enfermedades que generan más de 6 000 casos en el país cada año.
Los matemáticos del Centro de Investigación en Matemática Pura y Aplicada (Cimpa), de la UCR, Dr. Juan Gabriel Calvo y Dr. Fabio Sánchez, observan los huevos encontrados por el inspector del Ministerio de Salud, William Retana, en una ovitrampa colocada en el barrio El Carmen de Puntarenas (foto Laura Rodríguez).
De acuerdo con Fabio Sánchez Peña, investigador principal del proyecto y también profesor de la Escuela de Matemática, la información que recoge semanalmente el Ministerio de Salud servirá como insumo a los modelos en los que ellos están trabajando, para “determinar umbrales que nos digan en qué grado hay que reducir los criaderos para lograr una disminución en la incidencia de estas enfermedades”.
Las ovitrampas consisten en recipientes plásticos de color negro que se llenan de agua hasta cierto límite, con una felpa blanca en las paredes donde las hembras grávidas de mosquitos depositan sus huevos.
Los huevos –que se observan como minúsculos puntos negros sobre la tela– pueden sobrevivir hasta ocho meses sin presencia de agua y si durante este período vuelven a entrar en contacto con este líquido activan su proceso de crecimiento.
“El trabajo con las ovitrampas en el barrio El Carmen empezó el año pasado. Hay colocadas 23 ovitrampas en distintos puntos y se hacen conteos de los huevecillos cada ocho días”, relató William Retana Campos, uno de los inspectores del Ministerio de Salud dedicado a esta labor.
Retana comentó que ellos informan a las personas de esta comunidad sobre la cantidad de huevos encontrados en cada conteo, con el fin de sensibilizarlas y de motivarlas a que mantengan sus casas y su comunidad limpias y libres de criaderos de mosquitos.
El Ministerio de Salud logró en el 2017 a través de la nueva metodología sacar de circulación a 103 000 huevos de zancudos que no llegaron a eclosionar y a ser adultos (foto Laura Rodríguez).
Asimismo, afirmó que los casos de personas afectadas por el dengue, zica o chicungunya se han reducido en el cantón central de Puntarenas.
Por su parte, el especialista de la UCR comentó que la información recabada por el Ministerio de Salud en las trampas es fundamental para conocer la distribución de criaderos del A. aegypti en el país. “Con base en los datos arrojados por las ovitrampas se ha podido determinar, que en esta área de Puntarenas, la presencia del mosquito Aedes aegypti es positiva”, señaló Sánchez. Por lo tanto, una comunidad donde la presencia del mosquito es detectada, tiene el potencial de que ocurran casos de dengue, zica o chicungunya.
Índice de infestación
Uno de los objetivos de las ovitrampas es detectar el índice de infestación de las poblaciones de mosquitos en una comunidad o zona.
Al respecto, Retana expresó que para la región de Puntarenas los números han sido variables. Por ejemplo, hay ovitrampas que reportan cero huevos, mientras que en otras se encuentran hasta 300 huevos depositados por las hembras de los mosquitos en una semana.
Según estimaciones de los funcionarios del Ministerio de Salud, en el 2017 se lograron sacar de circulación 103 000 huevos; es decir, que no llegaron a eclosionar y a ser adultos.
En patios, jardines, corredores y en sitios oscuros son colocadas las ovitrampas que constituyen una herramienta de control de los mosquitos en las zonas costeras del país (foto Laura Rodríguez).
Basados en esa experiencia piloto, dicha institución decidió este año ampliar el proyecto e implementarlo en Limón y en Sixaola, en el Caribe; y en Santa Cruz de Guanacaste. Además, se colocarán ovitrampas en Peñas Blancas, en la frontera con Nicaragua, y en la Fortuna de San Carlos, en Alajuela, con el fin de monitorear los criaderos y los distintos géneros y especies de mosquitos que tenemos en nuestro país.
La Facultad de Microbiología de la UCR colabora actualmente con el Ministerio de Salud en el control de calidad de los datos sobre las poblaciones de mosquitos.
Adriana Troyo Rodríguez, investigadora de esa Facultad y quien participa en el proyecto coordinado por el CIMPA, manifestó que el Ministerio de Salud les envía muestras de larvas que recolecta en el campo y de las evaluaciones realizadas por los inspectores de salud, algunas de las cuales ya han sido identificadas por personal de esa entidad, para que la UCR revise y confirme la información.
En el laboratorio “nosotros revisamos sus análisis y les ayudamos con la identificación de especies de mosquitos que no han logrado identificar ellos mismos”, aclaró la microbióloga.
Organizado desde la Carrera de Derecho de la Universidad de Costa Rica Sede de Occidente
Este próximo martes 24 abril a la 1 p.m. en el Auditorio de la Universidad de Costa Rica Sede de Occidente se estará llevando a cabo el conversatorio «Sexualidades, Cuerpos, Control y Derecho«, un diálogo que problematiza los diferentes controles normativos jurídico-sociales que se ejercen sobre las personas, una visión crítica e interdisciplinaria que va más alla del derecho.
Los expositores y expositoras han tejido sus experiencias desde la resistencia, y han contribuido a la lucha por la reivindicación, reconocimiento y promoción de los derechos humanos de todas las personas.
Un extenso y fundamentado recurso de amparo (Exp: 16-010216-0007-CO) fue declarado “parcialmente con lugar” sentando un importante precedente en que cual obliga al MINAE y al Ministerio de Hacienda “que coordinen lo pertinente a fin de que se evalúe la situación actual de las áreas de conservación y se tomen las medidas necesarias para proteger el ambiente, de tal forma que se atiendan de manera efectiva y razonable las áreas silvestres protegidas del país. Para lo anterior deberán elaborar y ejecutar, en el plazo de SESENTA MESES, un plan de control y protección de las áreas silvestres protegidas que garantice su vigilancia efectiva a fin de prevenir y atender daños ambientales; para lo cual deberá asegurarse la existencia de los recursos necesarios para su cumplimiento”.
En la parte de “Conclusión en cuanto a la situación de las áreas silvestres protegidas”, la Sala indica claramente que: “Se concluye que existen suficientes elementos para tener por probado en esta vía, que las áreas silvestres protegidas requieren una intervención por parte de las autoridades competentes. […] Por lo anterior, se debe declarar con lugar [el recurso de amparo], toda vez que el Estado no ha sido capaz de brindar una protección efectiva a las áreas de conservación en el país”.
Asimismo en la resolución (Nº 2017014907) se ordena a la Contralora General de la República “girar las órdenes que estime pertinentes para que se actualice el estado de cumplimiento del informe (Nº DFOE-AE-IF-16-2014 y, de acuerdo con los medios que le otorga el ordenamiento jurídico, requiera al SINAC la efectiva atención a las recomendaciones brindadas”.
El Informe de la Contraloría General de la República (Nº DFOE-AE-IF-16-2014) determinó que 86 de las 128 áreas silvestres protegidas analizadas (el total existente de áreas es 171), cuentan con al menos una persona responsable por la gestión. En 48 áreas silvestre protegidas no se cuenta con recursos materiales para cumplir con acciones de control y protección.
La Sala ordena actualizar este alarmante informe de Contraloría pues el 32,8% de todas nuestras áreas protegidas no tienen protección alguna y deben considerarse como “parques de papel” por qué han sido declarados por ley o decreto, pero no cuentan con protección alguna y mucho menos con administración. Por ejemplo, el Parque Internacional La Amistad que cuenta con casi 200 mil hectáreas, y está totalmente desprotegido. El 96% de su superficie ocupa la vertiente del Caribe y cuenta con 1 guardaparques.
Otro punto importante que sentenció la Sala e incidirá en mejorar las condiciones de los guardaparques y visitantes, es sobre el agua potable en las áreas protegidas pues se ordena al SINAC “realizar un estudio sobre la necesidad de abastecimiento de agua potable en las áreas de conservación (…) a efectos de que se evalúe si las personas que se encuentran o visitan esas áreas de conservación requieren o no el servicio de agua potable, y si resulta procedente, gestione ante las autoridades competentes lo necesario a fin de que se determine si desde el punto de vista técnico y material es posible proveer el servicio”.
El recurso fue interpuesto por organizaciones como FECON, SITRAMINAE y destacados conservacionistas como Mario Boza, Eduardo Carrillo, Guiselle Monge, entre otros. Según los accionantes se están violentando derechos fundamentales a la vida, a la salud y al agua potable, a una vivienda digna, entre otros.
Según la exposición de motivos de los accionantes “las áreas protegidas promueven y se han constituido en la meca del ecoturismo, el cual le genera al país ingresos anuales por unos US$ 1.700 millones. Pero nuestro sistema de áreas protegidas afronta una verdadera crisis de protección y de desarrollo”.
Si observamos los mayores conflictos en el mundo actual, no son motivados por corrientes ideológicas entre capitalismo versus comunismo, con sus diversas derivaciones, como fuera durante la guerra fría. No porque no tienen ideología los grupos dominante actuales, pero su actuar denota diferentes prioridades a las que discursa o hace públicas. Es probable que los sectores dominantes siempre tuvieran un discurso o mensaje diferente a sus reales motivaciones, lo importante es develar esas diferencias en cada etapa de la vida de las naciones y la sociedad en general. Lo que más sale a flote es el establecimiento de la democracia y libertad con que el eje del imperio desde Washington y sus aliados europeos quieren pintar a todo el mundo. Aun cuando en los hechos, estén aliados con dictaduras, monarquías y dinastías.
Actualmente, sus motivaciones de fondo son más por control de territorios que tienen riquezas significativas en sus suelos o son geopolíticamente importantes para el trayecto de mercaderías, energéticos y establecimiento de bases militares. Como para mantener a sus pueblos (ciudadanía votante) controlada y apegada a sus voluntades, tienen que tener «importantes enemigos» en competencia, han creado enemistad con China y Rusia, con aliados de segundo rango a cada lado.
Los rasgos históricos generales de dominación y explotación no parecen haber cambiado en lo sustancial. Los conquistadores de los imperios en tiempos pasados tuvieron esos mismos intereses, pero su discurso y paradigmas se fueron adecuando a los momentos de la historia. Antes las técnicas y medios de conquistas eran rústicos, ahora son sofisticados, con tecnología de punta, que incluye energía electrónica, rayos láser, energía nuclear, las bombas no nucleares, pero algunas atómicas «esposas, madres, padres, abuelas» etc. El contenido y métodos del engaño, la mentira, el boicot, el sabotaje, el chantaje, invasión territorial, complots y desprestigio al enemigo, son de dimensiones universales y de alguna manera legalizados. Antes se reducía a medios con mucho menor cobertura e impacto. En lo sustancial no hay diferencia de un Hernán Cortés, un Napoleón Bonaparte o un William Walker a un Benjamín Netanyahu, Emmanuel Macron, Donald Trump o un Luis Almagro Lemes.
Frente a esto se encuentran los pueblos que defienden sus patrimonios y sus valores culturales, puestos en riesgos por potencias que buscan lo primero, encubiertos hipócritamente de una demanda de libertad y democracia, muy elásticas.
Lo peor que estamos viendo es, la creación de monstruos como Daesh o Estado Islámico, por motivos de controles territoriales, que irónicamente, años después, actúan como un bumerán, en contra del pueblos «inocentes» que ingenuamente siguen creyendo en sus gobernantes o, se encuentran con las manos atadas por el sistema de libre mercado, sin la fuerza necesaria para sacudirse de las élites político económicas que les gobiernan de facto y dentro de un sistema político auto justificado.
Es de observar cómo una especie de mafias gobiernan sistemas multilaterales, aliados con las mafias nacionales, dentro de complicados tejidos político empresariales, sin dejar espacios en el orden jurídico y político para que los pueblos se liberen y recuperen sus valores democráticos reales. Esos marcos jurídicos, que solamente ellos pueden violar, están para justificar la represión a los pueblos que reclamen sus derechos, pues han aprovechado los conflictos sociales para agudizar su control militar y policial, incluyendo reformas legales de mayor control desde el poder político que controlan. Hasta la Monarquía española evidencia su complicidad en esta modalidad, aunque deba violar su rol de mediador.
Muchos movimientos de izquierda aún siguen levantando las banderas doctrinarias en sus luchas, sin ver cómo se están quedando atrás con respecto a los mayores conflictos políticos actuales, con respuestas más apropiadas.
Desde luego, no es que debemos ignorar el predominio del sistema neo liberal, sabemos que es la doctrina que justifica y alimenta a los conservadores que ahora controla la mayoría de los países de las Naciones Unidas, particularmente a la Unión Europea. Ese sistema es quien fortalece el espíritu de latrocinio, corrupción, de mercado leonil y acumulación de los capitales sin importar los medios a utilizar; incluso, se puede llegar a producir una tercera y última guerra mundial, si eso es necesario para seguir el proceso de acumulación de capital.
Pero no es su contenido ideológico el que se coloca sobre las mesas de negociación entre fuerzas políticas que se pelean por los controles territoriales. Son más sus leyes y fuerzas de poder económico y militar frente a los derechos inalienables de los pueblos. Si negocian, ellos deben recibir algo a cambio: la eliminación de sus líderes, sus riquezas naturales; su fuerza laboral y capacidad intelectual de producción económico-técnica y en algunos casos sus armas (NK, Iran, Irak, Libia, Haití, Panamá, Grenada, Unión Soviética y un largo etc.). A los pueblos no les queda alternativa que encontrar la solidaridad internacional de otros pueblos para poner en jaque a las mafias gobernantes. No obstante, el neoliberalismo ha cultivado el individualismo, la competencia entre herman@s (denominada generalmente como competitividad y emprendedurismo), el nacionalismo emotivo, el racismo y muchos otros ismos que les mantengan en disputa y separados.
Esa dispersión y enemistades gratuitas dentro de los mismos pueblos son alimentadas por los medios corporativos y en mucho, por facciones y partidos políticos, quienes pierden visión en el horizonte y el contexto.
Con motivo del estreno de “La Isla de los Hombres Solos”
Nicolás Boeglin (*)
“En el presidio las personas se transformaban en cosas, hombres que se convertían en mujeres, inocentes transmudados en criminales, tontos en avispados; inteligentes en locos; locos en cabos de varas; criminales de negro corazón en hombres de respeto frente a los que había que bajar la voz por estar investidos de autoridad»,
José León Sánchez, La Isla de los Hombres Solos, 1963, fragmento
Foto de José León Sánchez, con el número 1713 con el que ingresó a la Isla de San Lucas.
El pasado 1ero de setiembre tuvo lugar el muy esperado estreno de la presentación de la novela «La Isla de los Hombres Solos» del escritor costarricense José León Sánchez, en el Teatro Espressivo (ver nota de La Nación). Como es sabido, la cárcel de la Isla de San Lucas, construida inicialmente por el Presidente Tomás Guardia Gutiérrez para mantener alejados a sentenciados del resto del país, funcionó durante más de 100 años en Costa Rica (1873-1991).
Esta novela carcelaria, escrita en primera persona, narra cómo un hombre acusado injustamente es condenado al trabajo forzado en la cárcel de San Lucas. Describe magistralmente la vida diaria en este lugar seco y caliente en el que la sal, el mar, el hambre, la oscuridad, el rito de la violencia de los custodios, el delirio de los demás custodiados, marcan los días de una interminable y lenta agonía colectiva a los que algunos escapan con la muerte.
En su decisión del 24 de julio de 1998, la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Costa Rica resolvió, en cuanto al proceso al que fue sometido en 1950 José León Sánchez, que:
“Se evacua la consulta formulada en el sentido de que, respecto de lo alegado por el recurrente en el recurso que origina esta consulta, constituyen violaciones al debido proceso: a) el negarle, el derecho al imputado de acceder al expediente para impugnar una resolución; b) el no cumplimiento del principio de la no reforma en perjuicio (nom reformatio in peius); c) tomar en consideración los antecedentes delictivos de una persona, por hechos cometidos durante su minoridad, para la fijación de la pena; d) si la confesión se produce ante un juez, quien fiscaliza que esta sea otorgada de manera libre y voluntaria, y como acto defensivo, ello no viola el debido proceso, por el contrario si ésta es el producto de la tortura deviene en ilícita y no puede de manera alguna fundamentar una resolución judicial” (ver texto de la sentencia 5347-98, última parte del “Por Tanto”).
En una reciente entrevista, José León Sánchez indicó que: “Los que hemos estado presos sufrimos algo terrible en el campo de la victimología, se llama la traslación de la pena. Una persona está presa, sale de la cárcel y, después de que sale libre, le sigue la pena por diez años. Pero si se trata de personas como yo, les sigue para toda la vida. No perece nunca” (ver texto completo de la entrevista concedida a La Nación).
También leemos por parte del mismo José León Sánchez en esta misma entrevista que:
”Siempre, desde que era niño, era un buen narrador”/…/ “Yo estuve en la escuela en el hospicio de huérfanos. Yo llegué ahí al año de edad, eventualmente tenía que ingresar a la escuela, pero no lo hice porque yo padezco de claustrofobia y no puedo aprender nada si estoy encerrado. Entonces nunca aprendí a leer y escribir. Cuando caí preso podía pergeñar algunas cosas pero no podía decir que sabía leer y escribir /…/ Yo les hacía cartas a mis compañeros y les cobraba un cinco por la carta. Un compañero me pidió que le escribiera una pero dijo que me iba a traer una bolsa de cemento. Le dije que no, las cartas eran en una página, no podía hacerla y me dice ‘Hágamela y le doy 50 centavos’. Ahí escribí todo el libro, en la página de cemento”.
Es la primera vez que esta obra literaria costarricense se presenta en un teatro en Costa Rica. El Teatro Espressivo la mantendrá en cartelera durante los próximos dos meses. También será presentada una función de gala en el Teatro Nacional este próximo domingo 11 de setiembre, en la que se le rendirá un merecido homenaje a este gran autor costarricense. Como bien lo recordaba recientemente el escritor Carlos Cortés, José León Sánchez no pudo ir a recibir su premio en 1963, al no obtener el permiso de las autoridades, con lo cual se mantuvo en la ceremonia de entrega una silla vacía con un ramo de rosas (ver artículo titulado “Una silla vacía y un ramo de rosas rojas”).
En este mismo artículo de Carlos Cortés, cuya lectura recomendamos, se lee que “La isla de los hombres solos ha vendido más de tres millones de ejemplares en 45 años –para solo hablar de su soporte en forma de libro-, lo cual es una cifra impresionante para cualquier mercado. La novela superó todas las expectativas, contribuyó a definir el género de la novela popular y puso de moda la llamada literatura carcelaria –de la que se volvió un clásico- y el debate –plenamente actual- sobre la ficción real o documental”. Sobre este último debate, José León Sánchez indicó, en una entrevista al cineasta costarricense Jurgen Ureña Arroyo, publicada en el 2008 en La Nación que: “La gente se confunde con La isla de los hombres solos. Si fuera una mentira, yo sería el escritor más extraordinario del mundo, con una imaginación inconcebible para crear semejante historia; pero no: la novela sencillamente está basada en lo que yo viví durante treinta años en la cárcel y en lo que me contaron mis compañeros” (ver texto completo de la entrevista).
En un artículo de Álvaro Rojas Salazar titulado “Esa isla fue un infierno”, publicado en el Semanario Universidad, podemos leer además que:
“La isla de los hombres solos es un documento de barbarie, una memoria colectiva que recoge el dolor humano, que permite pensar los mecanismos de control social, los distintos modelos penitenciarios y, además, nos abre ventanas para pensar lo costarricense. Él la escribió, eso me cuenta, sentado en una esquina de ese pabellón infernal, con cabos de lápices y en hojas de cemento. Una de ellas la tiene enmarcada en su casa, se la envió la esposa de un reo que la conservó a pesar del paso del tiempo” (ver nota del este periódico universitario sobre la visita realizada en mayo del 2016 por el escritor a la Isla de San Lucas).
Foto de José León Sánchez con los actores al finalizar el estreno el pasado 1ero de setiembre. Foto extraída del sitio del teatro Espressivo.
Esta adaptación al teatro (ver sitio ) no solo permite revivir, a través de la interpretación de un selecto elenco de artistas y de una espléndida escenografía lograda, la sofocante atmósfera reinante en esta cárcel-isla, el tormento asfixiante de los custodiados, el delirio de los custodios, y el tipo de abusos a los que fueron sometidas personas durante su estadía en San Lucas. También debe interpelar a la sociedad costarricense ante la apremiante situación en la que se encuentran actualmente varias de sus cárceles y cuyos problemas irresueltos constituyen un verdadero lunar en materia de derechos humanos para Costa Rica: se trata de denuncias presentadas de forma persistente en diversos foros internacionales en materia de derechos humanos.
A pocos días del estreno de esta obra, el pasado domingo 28 de agosto, se leyó en un artículo de opinión del juez Roy Murillo Rodríguez sobre la situación en la Unidad de San Sebastián que: “Algunos pasan hasta tres días sin acceso a la hora al aire libre. Todos en espacios oscuros y poco ventilados, sin suficiente aire y luz natural y sin recibir una atención profesional adecuada. En esas condiciones, la prisión, lejos de alcanzar la finalidad resocializadora, se convierte en escuela de la criminalidad y medio de exclusión social. Se impone, además, un trato inhumano, humillante y degradante a la población penal porque se les despoja de su calidad humana cuando no se les trata como tal” (ver artículo titulado “Cierre de cárceles y dignidad humana”).
El pasado 22 de agosto, se indicó que las autoridades del Ministerio de Justicia optaron por cerrar el ámbito F de la Reforma (Máxima Seguridad vieja, más conocida por los privados de libertad como «Las Tumbas»): se lee en esta nota de prensa de La Nación del 22/08/2016 que para el actual Vice Ministro de Justicia de Costa Rica: “Nosotros llegamos y nos encontramos con una infraestructura que es absolutamente violatoria de los derechos humanos. Tiende a despersonalizar a la gente que está encerrada. El tema del aislamiento es muy delicado, debe ser algo muy restringido porque genera efectos muy dañinos sobre la salud de las personas. Por ejemplo, nos encontramos con gente que ya se le dificulta hablar. Y eso es inhumano”. El comunicado oficial del Ministerio de Justicia del 22 de agosto no deja duda alguna sobre la necesidad de clausurar definitivamente este lugar (ver texto completo con una ilustrativa toma).
El pasado 11 de agosto, la jueza Xinia Solis Pomares en Alajuela ordenó a las autoridades que no ingresaran más personas al denominado “Ambito B” de La Reforma (ver el texto completo de la medida correctiva reproducida en DerechoAlDía). El pasado 20 de julio, el juez Roy Murillo Rodríguez ordenó el cierre de la Unidad de San Sebastián (ver texto de la medida correctiva reproducida de igual forma).
Foto extraída de artículo de La Extra, marzo del 2015, titulado «6350 reos abarrotan cárceles Ministra dice que es una vergüenza».
Ante este agobiante panorama, esta obra de teatro también debiera permitir reabrir el debate en torno a las políticas punitivas erradas adoptadas en los últimos años, cuyo efecto previsible (más no previsto por los decisores políticos …) ha sido el de aumentar de manera exponencial la cantidad de personas privadas de libertad en Costa Rica (y de exacerbar aún más la ya crítica situación de hacinamiento): la tasa de personas privadas de libertad por cada 100 mil habitantes pasó de 209 (2006), 210 (2007) a 323 (2012) y 359 (2013) según los datos oficiales registrados por la Defensoría de los Habitantes (Mecanismo Nacional de Prevención, MNP).
Foto de José León Sánchez en la cárcel de la Isla de San Lucas, extraída de nota del Teatro Espressivo, «José León Sánchez entusiasmado por ver ‘La isla de los hombres solos’ en su versión teatral», enero del 2016.
Recientemente, como parte de las opiniones vertidas sobre este tema, se leyó por parte de un defensor público costarricense de una nueva especie protegida enlatada, desconocida para los ecologistas costarricenses:
“La gota que derrama el vaso se da con la creación de los tribunales de flagrancia, que han facilitado las posibilidades de los jueces para dictar prisión preventiva. El atún de supermercado es la especie más protegida del país. Nunca he visto cómo un sistema tiene un fracaso tan exitoso como el punitivo. Estamos encerrando sin criterios científicos, de manera vergonzosa” (ver nota de La República titulada “Cárceles detonan bomba de tiempo en sistema de justicia”).
Con relación a estos y algunos otros aspectos, nos permitimos compartir hace algunos días unas breves reflexiones sobre la situación de los derechos humanos y las cárceles en Costa Rica. Estas últimas fueron objeto de un artículo titulado “Derechos humanos y cárceles en Costa Rica: breves reflexiones”, publicado en estas mismas páginas de Derecho Al Día (ver nota ), así como en algunos otros medios digitales.
(*) Profesor de Derecho Internacional Público, Facultad de Derecho, Universidad de Costa Rica (UCR).
Comunicado a todas y todos nuestros afiliados y pueblo costarricense en general
En los últimos años hemos venido percibiendo como entes creados con la finalidad de establecer tarifas, ejercer mecanismos de control y tratar de eliminar los problemas de corrupción que se han estado carcomiendo nuestro país, se han convertido en una especie de gobierno paralelo que ninguno de nosotros los costarricenses elegimos en las urnas.
Es así como la ARESEP, SUTEL, Concesiones, COSEVI, CONAVI, la Contraloría, la autoridad presupuestaria y otros, están liderando la embestida contra las instituciones que están bajo su regulación e intentan incluso impedir al propio Poder Ejecutivo o Asamblea Legislativa (electos por voluntad popular para gobernar) cualquier posibilidad de gobernar y de tomar decisiones que le permitan fortalecer la democracia, buscar el equilibrio necesario entre el bien común y el los intereses de las empresas privadas el funcionamiento de la institucionalidad.
No estamos en contra de que existan mecanismos de regulación, por el contrario, aplaudimos esta posibilidad, pero lo que no podemos entender, ni aceptar, es que estas instituciones trasciendan sus potestades y amarren cualquier posibilidad de alcanzar acuerdos en un país donde siempre hemos puesto el diálogo, la negociación y el respeto a los derechos humanos como garantía de la paz social y la convivencia democrática de nuestro pueblo.
Estos entes le piden cuentas a todo el mundo, pero ¿quién se las pide a ellos?, solo como ejemplo resaltamos el caso de la ARESEP, que está recaudando solo en el 2015 casi 12 mil millones de colones. Donde JAPDEVA tuvo que pagar 238 millones, sin recibir absolutamente nada a cambio, RECOPE les pago 2.547 millones, el ICE 1.380 millones, el AYA 1.814 millones, los autobuseros 2.159 millones, taxis 1.267 millones y otro montón de millones de otros entes. Entendemos que tienen 200 empleados y solo realizan servicios como estudios tarifarios y regulaciones.
Consideramos que todas y todos los costarricenses merecemos conocer ¿en que se gastan esos millones?, ¿cómo se distribuyen los salarios de sus empleados?, ¿de qué beneficios disfrutan?, igual como lo han hecho con todos los demás. Pero más importante aún es conocer ¿a qué intereses obedecen? y ¿si tienen la potestad legal de emitir resoluciones que estén por encima de la Constitución Política, los Tribunales, de la existencia misma de las Instituciones y los derechos de los Trabajadores?, ¿Será acaso que estamos ante vacas sagradas que no puede tocar ni el poder político que el pueblo costarricense depositó en la figura del Presidente de la República?
Con el pueblo costarricense no se juega y merecemos explicaciones.