Comunicado de prensa
Un grupo de actores sociales del Pacífico Sur, compuesto por líderes del sector de pesca artesanal de pequeña escala, empresarios turísticos y de comunidades indígenas; acordó proponer que se establezca una franja paralela a la costa, de 5 millas de ancho, exclusiva para la pesca artesanal, turística, deportiva y de subsistencia; y excluir de ahí la pesca de palangre a flote y la pesca de arrastre.
El grupo, facilitado por la Fundación Pedagógica Nuestra América, quien funge bajo contrato del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD); trabaja en el desarrollo de un modelo de gobernanza y una propuesta de zonificación para el Sitio de Importancia para el Bienestar Humano y la Conservación del Pacífico Sur. Esta área, de gran riqueza por sus recursos marino costeros, comprende las zonas de Dominical-Sierpe, Corcovado y la Isla del Caño.
Dicho Sitio se delimitó porque la zona ha sido identificada como un área muy importante -por sus recursos marino costeros- y por su contribución al bienestar de las personas a través del turismo y la pesca. La riqueza en biodiversidad marina incluye, entre otros, cetáceos, tortugas marinas, especies comerciales de peces, tiburones, rayas y formaciones coralinas.
Luis Alberto Monge Arrieta, facilitador en la Fundación Pedagógica Nuestra América, explicó que actualmente se busca establecer acuerdos entre los actores para un manejo sostenible de los recursos marino costeros, amenazados por diferentes factores. Estos son la contaminación que fluye desde las zonas terrestres con agroquímicos y desechos; la sobre-explotación pesquera; y, en general, el uso no regulado de los recursos.
“De acuerdo a las denuncias de los mismos pescadores, se pesca en lugares donde no se debe pescar; y se usan artes de pesca ilícitos; por ejemplo, mallas más pequeñas de lo que permite la ley. Las embarcaciones de pesca de arrastre a veces incursionan en lugares donde no deberían o cambian su especie objetivo. Los pescadores han denunciado que esas embarcaciones sacan grandes cantidades de peces, abarrotan el mercado y así bajan los precios, lo cual perjudica a los pescadores artesanales. Cuando éstos últimos llegan a vender su pesca, el mercado está saturado; entonces el precio del producto que ellos ofrecen ha bajado”, señaló Monge.
La necesidad de establecer un tipo de regulación que permita garantizar el uso de esos recursos y su permanencia a largo plazo, llevó a iniciar el año pasado un proceso de diálogo con amplia participación, para llegar a acuerdos. Hasta el momento han participado 32 organizaciones e instituciones.
Los actores locales incluyen: pescadores artesanales de Dominicalito, Ojochal-Cortez-Humedal y el área frente al Parque Nacional Corcovado; quienes realizan pesca deportiva en Punta Banco y Puerto Jiménez; y cámaras de turismo, tour operadores, guías de turismo, hoteleros y boteros de Bahía Ballena, Drake y Sierpe. También representantes del Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (INCOPESCA), la Municipalidad de Osa y el Servicio Nacional de Guardacostas. Asimismo, se han sumado la Asociación de Desarrollo Integral Indígena de Boruca, el Consejo de Cultura de Boruca, y las administraciones de las Áreas Protegidas presentes en el área: Parque Nacional Marino Ballena, Humedal Nacional Térraba Sierpe, Parque Nacional Corcovado, Reserva Natural Isla del Caño y la del Área de Conservación Osa (ACOSA).
Los actores llegaron al acuerdo general de que “es urgente gestionar los recursos marino costeros, que son la base del bienestar y de la economía de las comunidades costeras”.
Otros acuerdos, según detalló Luis Alberto Monge Arrieta, son:
- Que se establezca una franja paralela a la costa de 5 millas de ancho exclusivamente para pesca artesanal, turística, deportiva y de subsistencia; y excluir de ahí la pesca de arrastre y palangre a flote.
- Que las comunidades de pescadores definan una zonificación; es decir, por ejemplo, cuáles serán designadas áreas de crianza o anidación para especies marinas, y cuáles serán áreas de extracción pesquera con artes selectivos y regulados.
- Que la franja dedicada sólo a pesca artesanal, turística, deportiva y de subsistencia se extienda hasta Punta Burica. Inicialmente el Sitio de Importancia estaba contemplado entre la boca del río Barú y Punta Matapalo. En las mesas de diálogo, sobre todo el sector de pesca artesanal de pequeña escala y el de pesca turística, plantearon que esa franja debería extenderse hasta Punta Burica.
Por otra parte, el sector turismo de la zona tiene interés en generar medidas que permitan garantizar la protección de las ballenas, los delfines y las tortugas, que se encuentran en el área que va desde la costa hasta 30 millas mar adentro.
“Quieren que en una línea paralela a la costa se desarrolle algún tipo de gestión, que permita garantizar la permanencia estacional especialmente de la ballena jorobada y de las tortugas y delfines porque estas especies son parte de los recursos a los que ellos acceden y son parte del atractivo turístico de esta zona”, dijo Monge.
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Enviado a SURCOS Digital por Fabiola Pomareda, Periodista, Asociación Voces Nuestras, Centro de Comunicación Educativa.
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