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Etiqueta: COVID-19

Costa Rica no está en venta

Álvaro Vega Sánchez, sociólogo

En 1972 el financista Robert Vesco, perseguido por la justicia de Estados Unidos y de Cuba por negocios financieros ilícitos, encontró acogida temporal como turista en Costa Rica. Se dice que sus pretensiones eran apropiarse de una isla caribeña para instalar su negocio, algo así como un “paraíso fiscal” de hoy. Pero, en el mientras tanto inscribió muchas de sus empresas en el país.

El periodista Julio Suñol, en ese contexto, escribió un libro que tituló “Vesco compra una república”. Por esos años, también se candidateaba el excéntrico G. W. Villalobos, quien haciendo alarde de su populismo barato, al estilo de algunos políticos de hoy, se fue hasta la casa del señor Vesco a lanzar disparos al aire retándolo a salir del país.

Del gesto de Villalobos, aunque políticamente poco ingenioso y más bien torpe, puede rescatarse el espíritu de protesta e indignación al que apelaba. Asimismo, el título del libro del periodista Suñol, que hace mención a la venta de la república a un financista fugitivo, título que en la realidad correspondía más bien a una metáfora de una “novela” que buscaba retratar el favoritismo y complicidad del gobierno con los intereses privados extranjeros. En este sentido, cabe llamar la atención en dos direcciones.

Por una parte, los “Vescos” de hoy no necesitan refugio en ninguna isla; se mueven de manera fluida –lo propio de las élites transfronterizas en la “sociedad líquida” globalizada (Bauman)–. Algunos, vestidos con el traje de marca internacional “FMI”, “BID”, “BM”, entre otras, viajan con sus valijas llenas comprando países con el pretexto de sacarlos del estado de quiebra; ahora, también se presentan como mercachifles de “pomada canaria” –“vendedores de veneno de serpiente económica” (Krugman)– para aplacar las consecuencias económicas y sociales de la pandemia producida por el Covid19.

Esta institucionalidad financiera internacional, que supuestamente está al servicio del desarrollo de los países empobrecidos del mundo, ha sabido vender este cuento de protectores y salvadores de estas naciones. En la realidad, lo que andan haciendo son buenos negocios para favorecer a sus pares en el sector privado, incluidas las grandes empresas evasoras que se ven favorecidas por las condiciones bajo las cuales negocian sus préstamos.

Efectivamente, favorecidas por partida doble: al contar con el “salvamento” de los préstamos, evitan la presión del Estado para que paguen los impuestos sobre sus ganancias reales –mientras ellas los evaden, los mismos de siempre seguirán pagándolos por los siglos…– y al privatizarse los activos más rentables del Estado se les facilita invertir en –o apropiarse de– esos jugosos negocios.

Valga un paréntesis, para destacar el descarado cinismo de algunas grandes empresas privadas, que siendo parasitarias de los recursos públicos, como La Nación S.A., usufructuando de los fondos de pensiones y recursos del sistema bancario nacional, lanza una campaña “guerrerista” contra la institucionalidad pública. Incluso, se atreve a ofrecer consejos para reformar los regímenes de pensiones, debilitando el sistema público del que recibe beneficios y favoreciendo los de perfil privado, como las pensiones complementarias y el ROP. No buscan otra cosa que la privatización, para acomodarse en nuevos nichos de negocios.

Por otra parte, el gobierno actúa al viejo estilo de las “repúblicas bananeras”, dejándose llevar dócilmente por los grandes intereses del capital financiero extranjero y nacional, cediendo en soberanía y dignidad. No atiende a las ´propuestas alternativas para no postrase ante esos intereses, que una vez más buscan socavar las bases de nuestro Estado Social de Derecho ¿Acaso queremos otra generación pérdida como la de la década de 1980, que hoy nos tiene recogiendo pobreza y desigualdad estructurales?

Pues bien, tenemos que decirles a los “Vescos” contemporáneos que Costa Rica no está en venta. Recordarle al gobierno que no es dueño de la patria, para servirla de festín en la mesa de los poderosos. Y también a los políticos y empresarios oportunistas, que esta vez “en río revuelto ganarán los peces”.

No hay que mendigar el abrazo cuando llega la noche de la soledad. La dignidad es la más sublime y excelsa de las virtudes que anida en el alma de cada ser humano, de los pueblos y de la naturaleza. No hay que permitir que sea mancillada por ningún mortal y frágil embustero, que pretenda adueñarse de nuestra voluntad y libertad a cambio de un “plato de lentejas”.

Cuarto día de la Caravana vehicular de relevos

Del 7 al 11 y 15 de setiembre a partir de las 7 a.m. varias organizaciones del movimiento sindical y social invitan a unirse a la “Caravana vehicular de relevos” por la defensa de nuestro país.

Esta iniciativa busca ser un medio para acercarse a la gente que más está sufriendo la crisis en este país desde hace ya bastante rato: campesinos y campesinas, mujeres trabajadoras, y jefas de hogar, trabajadores informales, pequeños y medianos comerciantes, en fin, trabajadores y trabajadoras del sector privado y público.

“La patria no se vende. La patria se defiende”

Ver más sobre este tema aquí.

Así es como la UCR apoya el estudio clínico de la CCSS para analizar las formulaciones contra el SARS-CoV-2

Cooperación CCSS-UCR

El estudio clínico conjunto (CCSS-UCR) definirá cuál de las dos formulaciones contra el coronavirus preparadas por el Instituto Clodomiro Picado de la UCR es la más eficaz

El lunes 07 de septiembre de 2020, el presidente ejecutivo de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), el Dr. Román Macaya Hayes, comunicó en la Conferencia de Prensa realizada en Casa Presidencial el inicio del estudio clínico colaborativo de las formulaciones elaboradas por el Instituto Clodomiro Picado de la Universidad de Costa Rica (ICP-UCR). El estudio clínico lo lidera el Dr. Alfredo Sanabria Castro, funcionario del Hospital San Juan de Dios y también docente de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Costa Rica.

En ese estudio se evaluará y comparará la eficacia y la seguridad de la administración de las dos formulaciones de inmunoglobulinas equinas anti SARS-CoV-2. La UCR aportará de manera importante a ese estudio pero, ¿cómo?

Antes de conocer los detalles es necesario repasar algunos puntos para entender con claridad esta nueva fase de la investigación.

Primer punto

De acuerdo con Macaya, el propósito principal de la CCSS es aplicar las formulaciones a pacientes hospitalizados para intentar frenar la evolución del virus y, de esta forma, evitar que lleguen a una unidad de cuidados intensivos.

“Comenzar a darle una infusión a un paciente COVID-19, de un tratamiento desarrollado en Costa Rica en pocos meses, demuestra la gran capacidad del capital humano con el que cuenta el país, la gran institución que es la Universidad de Costa Rica y, obviamente, la Caja Costarricense de Seguro Social. Este es un trabajo conjunto”, afirmó Macaya.

Segundo punto

Con base en el comunicado de prensa publicado por la CCSS, el lunes 07 de septiembre se realizó la primera aplicación a dos hombres y a dos mujeres con edades de 43, 66, 67 y 77.

En total, el estudio clínico prevé la participación de 26 personas diagnosticadas con COVID-19 en cuatro hospitales públicos de la CCSS: Hospital San Juan de Dios, Hospital México, Hospital Rafael Ángel Calderón Guardia y el Centro de Atención Especializada de Pacientes COVID-19 (Ceaco).

La Caja espera tener los 26 participantes en la investigación esta semana.

Tercer punto

La preparación del protocolo para la realización del estudio clínico fue coordinada por tres profesores de la Universidad de Costa Rica, que a su vez son investigadores en el proyecto.

Los nombres de estos profesionales son: el Dr. Willlem Buján Boza y la Dra. Ann Echeverri McCandless, profesores de la Escuela de Medicina, y el Dr. Alfredo Sanabria Castro profesor de la Facultad de Farmacia, quien es funcionario del Hospital San Juan de Dios y funge como investigador principal del ensayo.

“El estudio clínico consiste en un seguimiento diario muy intenso de muchos parámetros clínicos, de laboratorio estándar, citoquinas y estudios virales. Son mas de 100 parámetros en aspectos de eficacia del producto. Las combinaciones matemáticas y estadísticas, de cada una de las más de 100 variables, nos darán los datos a analizar y así poder escoger la formulación mas potente”, explicó el Dr. Buján, quien lidera desde hace más de cinco meses un grupo de investigación que diseñó el protocolo para la aplicación de las inmunoglobulinas purificadas.

Participan también el Dr. Alonso Acuña Feoli del Ceaco. En el Hospital San Juan de Dios los doctores son Mario Sibaja Campos y Juan Ignacio Silesky. Por su parte, en el Hospital México está el Dr. Henry Chihong Chang Cheng y, en el Hospital Calderón Guardia, el Dr. José Pablo Madrigal Rojas.

Se trata de un cuerpo profesional altamente capacitado en materia de investigación y buenas prácticas clínicas, además, todos los integrantes están inscritos como investigadores ante el Consejo Nacional de Investigación en Salud (CONIS)”, afirmó la CCSS en su comunicado.

El estudio, a su vez, posee un equipo de diez médicos generales que cumplen las funciones de coordinadores clínicos. Así mismo, se tiene el apoyo de los servicios de enfermería, terapia respiratoria, laboratorio y farmacia de los diferentes hospitales participantes, así como el Centro de Investigación en Enfermedades Tropicales de la UCR (CIET-UCR) y del Centro de Desarrollo Estratégico e Información en Salud y Seguridad Social (Cendeisss).

En términos simples, son más de 70 personas entre la CCSS y la UCR involucradas de alguna u otra manera en el estudio.

Los médicos generales son el Dr. Pablo Álvarez, Dr. Leonardo Chacón, Dr. Pablo Villalobos Castro, Dr. Sebastián Rojas, Dr. Andrés Soto, Dra. Mónica Alvarado, Dra. Andrea Balmaceda, Dr. Sebastián Buján, Dra. Karol Castillo, Dra. Melissa Cruz, Dr. Jorge Fonseca, Dra. María Fernanda Miranda, Dra. Sofía Muñoz, Dr. Fabian Ortiz, Dr. José Mario Rodríguez.

Y ahora, ¿cuál será la participación de la UCR?

En este esfuerzo la UCR se comprometió con la CCSS a proporcionar las formulaciones de inmunoglobulinas equinas inyectables necesarias para el desarrollo de toda la investigación.

También, se encargará de transportar las muestras de los pacientes al Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (Inciensa) y a los laboratorios de la UCR en los que se realizarán pruebas especializadas que no se efectúan en la CCSS.

De igual forma, la UCR proporcionará un servidor para almacenar digitalmente los datos que se recojan del estudio. En este sentido, los profesionales del ICP-UCR en informática, Pablo Rodríguez y Manuel Zúñiga, se encargaron de la instalación y configuración del servidor y del programa RedCap.

El programa REDCap (Research Electronic Data Capture) es un software desarrollado por un equipo informático en la Universidad Vanderbilt. Su función es capturar los datos electrónicos y diseñar las bases de datos de investigación de ensayos clínicos. Para este caso específico, la base de datos se almacenará en el servidor del ICP-UCR.

El análisis de la información alojada en el servidor permitirá evaluar la evolución de la carga viral, la respuesta inmunológica de los pacientes, la cuantificación de la estancia hospitalaria, el tiempo de recuperación y el progreso en cuanto al requerimiento de soporte ventilatorio.

La persona que realizará esa labor de análisis estadístico de los datos será el Dr. José Molina, profesor de la Facultad de Microbiología de la UCR y experto en modelos biomatemáticos.

“El servidor se adquirió a través de donaciones. Seguidamente, realizamos un análisis de la arquitectura informática del sistema para la implementación y el diseño de las contingencias. Estas consisten en mecanismos para el resguardo y aseguramiento de la integridad de la información, así como la continuidad del servicio. En otras palabras, si el sistema falla, debemos tener un plan B para restablecerlo. Decidimos instalar servidores virtuales y configurar servidores espejo, de forma que se disponga de una recuperación ágil del sistema ante eventuales incidentes, además de programar respaldos periódicos para asegurar la información”, explicó Rodríguez.

La última etapa del trabajo de los informáticos consistió en el diseño del protocolo del análisis clínico dentro del sistema, a partir del protocolo aprobado por el equipo médico del proyecto. Además, se llevó acabo un entrenamiento para el uso del sistema a los investigadores principales y los coordinadores clínicos, comentó Rodríguez.

Los informáticos trabajaron fines de semana y hasta altas horas de la madrugada para instalar toda la plataforma, con la colaboración del Centro de Informática de la UCR en cuanto a la priorización de los servicios requeridos.

Por su parte, la Dra. Natalia Jiménez, de la Universidad de Vanderbilt, también brindó un gran apoyo. Ella dio una tutoría inicial al personal informático del ICP-UCR para que conocieran de forma más rápida el sistema.

Más aportes UCR

Otra de las contribuciones de la UCR será la determinación sistemática de la concentración de citoquinas proinflamatorias y antiinflamatorias en la sangre de los pacientes que recibirán los tratamientos.

De acuerdo con el Dr. Alberto Alape Girón, investigador del ICP-UCR, ya se ha demostrado que los pacientes que generan cuadros graves de COVID-19 desarrollan un fenómeno llamado tormenta de citoquinas.

Dicha tormenta genera una desregulación de la respuesta inmune que conlleva al aumento de la severidad de la patología. La concentración de las citoquinas será determinada por el Dr. Javier Mora, profesor de la Facultad de Microbiología, mediante una metodología especializada de citometría de flujo.

Plan futuro

Cuando se concluya la fase de estudios clínicos y, si se determina que generó beneficio a favor de los pacientes, el ICP-UCR trabajará de manera ardua para suplir las necesidades del medicamento o terapia a la Caja, de acuerdo con sus posibilidades.

Según la Dra. Cecilia Díaz, directora del ICP-UCR,“el Instituto priorizará el abastecimiento de la CCSS antes de considerar el suministro a otras instituciones u organizaciones nacionales o internacionales”.

Al día de hoy, ya el ICP-UCR cuenta con algunos recursos. Por ejemplo, el 28 de agosto de 2020 se informó de la firma de la cooperación no reembolsable por 500 000 dólares estadounidenses para el Instituto, por parte del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).

Con esa donación, y si los resultados clínicos son satisfactorios, el ICP-UCR podrá optimizar la producción de la formulación de anticuerpos equinos contra el coronavirus y mejorar los rendimientos a miras de un posible escalamiento; es decir, producir la cantidad de medicamento que el país necesita.

 

*Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Jenniffer Jiménez Córdoba
Periodista, Oficina de Divulgación e Información

Retos de la educación popular en la pandemia del COVID-19

El día miércoles 9 de setiembre a las 5 p.m., en el programa Voces y Política se estará hablando sobre las reflexiones, aprendizajes y retos que surgieron del taller de Educación Popular y Territorios Comunitarios, el cual se realizó el pasado mes de agosto y en donde participaron 25 estudiantes y docentes de la Universidad de Costa Rica. El objetivo será tratar de contestar ¿Cómo podemos hacer Educación Popular en este contexto de pandemia?

Puede escuchar el programa en la 96.7 FM a las 5 p.m.

Coordinación Popular de Occidente invita a participar de la Gran Caravana Nacional de Relevos por la Justicia Social

Comunicado

Con una conferencia de prensa, la Coordinadora Popular de Occidente invitó a participar de la Gran Caravana Nacional de Relevos por la Justicia Social.

La Coordinación Popular de Occidente es un movimiento que ha venido rearticulando diferentes sectores sociales, populares, sindicales, comunitarios y estudiantiles universitarios con amplia incidencia y trayectoria en las diferentes luchas a nivel tanto local como nacional, con vasta experiencia en la organización popular.

Representados por organizaciones como el Movimiento Salud Sin Paredes, Asambleas Patrióticas Populares, Movimiento Patriótico por Costa Rica, Movimiento por la Defensa de la Reserva del Chayote, Zarcero por Justicia Tributaria y MUSADE; así como organizaciones sindicales: UNDECA, APSE, ANDE. Sin embargo, se sigue con la esperanza en que esta unión siga creciendo e incorporando a muchos más sectores y agrupaciones.

Nos convoca la necesidad de dar un mensaje contundente como Pueblo Soberano, a los otros Poderes de la República de este país. “Que seguimos en pie de lucha, y no permitiremos que nuestro país se siga destruyendo con medidas antipopulares, que mantienen a un sector importantísimo de habitantes en la miseria, con hambre, sin techo y sin trabajo”.

Nos estamos sumando a la Gran Caravana Nacional bajo la consigna “Costa Rica no se vende” para demostrar que hoy más que nunca estamos unidos y unidas en esta lucha patriótica, la cual busca ser un medio para acercarse a la gente que más está sufriendo la crisis en este país desde hace ya bastante rato: campesinos y campesinas, mujeres trabajadoras, y jefas de hogar, trabajadores informales, pequeños y medianos comerciantes, en fin, trabajadores y trabajadoras del sector privado y público.

Se busca romper con el cerco mediático que intenta engañarnos con la farsa de que en este país todas y todos estamos en el mismo barco y que por tanto debemos sacrificarnos en igual medida, lo cual es absolutamente falso. A la vez se quiere posicionar consignas de lucha que sirvan de contrapeso a lo que hasta ahora han venido proponiendo el gobierno, guiado por grupos económicamente poderosos, vinculados a la UCCAEP y el grupo Horizonte Positivo, que son los que se los beneficiados de evadir el pago de impuesto, lo mismo que recetarse grandes exoneraciones, mientras al Pueblo se le castiga con el Plan Fiscal, con el IVA a la canasta básica, la regla fiscal aplicada a la educación superior y prontamente a muchas otras instituciones de bien social. Busca también visualizar una Costa Rica unida frente al gran capital neoliberal y el patriarcado.

Además, el motivo en este nuevo proceso de Coordinación Popular de Occidente es “avanzar en la conformación de un Frente Nacional de Lucha y Resistencia contra el Modelo Capitalista Neoliberal, tal como ha venido proponiendo Bloque Unitario Sindical y Social Costarricense, que coincide con el posicionamiento dado en Occidente”.

Por eso, se motiva a los ciudadanos de los diferentes cantones de: San Ramón, Palmares, Atenas, Naranjo, Sarchí y Grecia a sumarse a esta caravana, el día miércoles 9 de setiembre a las 10:30 am., en Santiaguito de San Ramon y recorrer junto las calles, manifestando la oposición a las políticas públicas, llevando carteles. Porque hoy más que nunca se necesita permanecer unidos en esta lucha, insistiendo en que los diferentes sectores de la sociedad deben darse la mano y proponer cambios, para avanzar decididamente en lograr el progreso del país.

Así que hay que ser enfáticos en señalar a los sectores que están participando, pero se debe seguir sumando, con sectores como los agricultores y agricultoras, lo pequeños y medianos comerciantes, las amas de casa, las jefas de hogar, las mujeres trabajadoras, la gente desempleada, la población que trabaja en la informalidad, la clase trabajadora del sector privado y el estudiantado. A cada uno de los cuales afectan las políticas de este gobierno y la de los anteriores, todos culpables de la crisis que vivimos hoy.

Se debe tener el deber cívico de defender nuestra Patria de los embates neoliberales, de los ataques de la clase económicamente poderosa, que quiere beneficiar aún más sus bolsillos a costa de la dignidad de la ciudadanía. Costa Rica merece una vida digna, con empleos y salarios justos, en total respeto de los derechos laborales, un país autónomo y libre de dependencias de organismos internacionales producto del alto endeudamiento, con una institucionalidad pública fortalecida: mejor salud pública, educación, acceso agua potable y electricidad, prestamos de desarrollo de banca estatal, que permitan a los ciudadanos honrados y trabajadores de este país salir adelante.

El pueblo merece mayor inversión en el agro y menor dependencia de los productos alimenticios provenientes de otros países, de esta forma tener soberanía alimentaria y producir lo que se come; con una reforma tributaria justa y progresiva. La crisis no la deben seguir pagando los sectores más vulnerables. Las grandes ganancias y riquezas deben ser gravadas con impuestos que sirvan como recursos frescos para solventar la crisis sanitaria y que aquellas personas que más lo necesitan puedan percibir un ingreso mensual que alcance para cubrir sus necesidades básicas.

También se exige justicia y seguridad para las mujeres en las calles y en sus hogares, con un sistema de justicia pronta y oportuna, en la aplicación de medidas de protección y juicios a los responsables de las agresiones y femicidios. Para dejar atrás las justificaciones actuales a la violencia, puesta como responsabilidad solo de las mujeres.

La crisis sanitaria del Covid 19, ha sido aprovechada para aprobar más leyes en contra los derechos del Pueblo, con el fin de continuar desmantelando el Estado Social de Derecho y promocionando la venta de sus instituciones.

Es por esto que, parte de nuestras consignas claves en este proceso de Coordinación Popular de Occidente y bajo las cuales esperamos poder seguir sumando y construyendo organización popular son las siguientes:

  1. Eliminar el impuesto de valor agregado de la canasta básica y ampliar los productos de la canasta básica e incorporar más alimentos saludables, que permitan a la sociedad en general tener acceso a una alimentación saludable, derecho humano fundamental.
  2. Eliminar el impuesto de valor agregado (IVA) de las medicinas.
  3. Eliminar el impuesto de valor agregado (IVA) a los insumos agrícolas y fortalecer la política pública para este sector, para el pequeño y mediano agricultor, que nos alimenta y contribuye a la reactivación económica.
  4. Gravar con un impuesto del 10% a las grandes riquezas y ganancias con el principal objetivo de solventar parte de la crisis económica que viven muchas familias producto de la crisis sanitaria.
  5. Eliminar las exoneraciones, exenciones y otros beneficios otorgados a empresas tanto nacionales como extranjeras y que no se ajustan a las necesidades fiscales de nuestro país.
  6. Eliminar las horrendas evasiones y elusiones de impuestos del gran capital.
  7. Fortalecer las instituciones públicas, legado de un estado Social de derecho que seguimos defendiendo, para lo cual deben desistir de su venta, tercerización o precarización. A la vez que exigimos el retiro inmediato de la Asamblea Legislativa de todos los proyectos de ley que pretender acabar o afectar las instituciones públicas.
  8. Eliminar la narco-economía y la narco-política de la esfera nacional.
  9. Aplicar justicia pronta a los responsables de actos de femicidio.
  10. 10. Trabajar en una gran campaña nacional de prevención y protección a la integridad de la vida de las mujeres.

En el siguiente enlace puede ver el video de la conferencia de prensa:

Colegio de Biólogos de Costa Rica: Pretendemos que cada profesional ocupe su lugar según su formación y competencias

Comunicado de prensa

Con referencia a los alcances del proyecto de ley que se tramita bajo el expediente legislativo número 21.840, en el cual se busca modificar la Ley de Salud para que se contemple dentro de la lista de profesionales de la salud a los profesionales en biología con formación en los campos de la salud, el Colegio de Biólogos de Costa Rica aclara lo siguiente.

  1. Entre las áreas relacionadas con las ciencias de la salud se encuentran la biología molecular, genética, epidemiología genética, citogenética, ingeniería genética, cultivo de células, bioquímica, biomedicina, biología forense, virología, ecología microbiana. biotecnología, medicina naturista, biología de la reproducción, así como también en las áreas de salud animal y de vida silvestre y muchas otras, especialidades en ciencias de la salud, que tienen una formación base en biología, no obstante, a pesar de su alto perfil profesional, no se consideran en la Ley General de Salud como profesionales en salud.
  2. En la medida que no se trata de tareas incidentales para los biólogos, sino de su trabajo profesional permanente, están en capacidad de integrar, coordinar y supervisar grupos de trabajo relacionados con su especialidad en su servicio público, privado en los ámbitos institucional e intersectorial. De igual manera, se trata de que sean retribuidos de acuerdo con sus responsabilidades.
  3. Tanto la guía Frascati, de la UNESCO, que es un instrumento técnico, ampliamente utilizado a nivel global y nacional para clasificar las disciplinas y tecnológicas, como la OMS, establecen que el personal de salud se divide en cinco grandes grupos: profesionales de la salud, profesionales asociados de la salud, trabajadores de atención personal en los servicios de salud, personal de apoyo y gestión de la salud, y otros proveedores de servicios de salud no clasificados en otra parte. Los profesionales en ciencias de la vida se clasifican dentro del grupo «personal de apoyo y gestión de la salud». Ahí se ubican bacteriólogos, biotecnólogos, genetistas, biólogos moleculares, microbiólogos. Dice esta guía que estos profesionales trabajan en distintas áreas como bacteriología, bioquímica, genética, inmunología, virología.
  4. No pretendemos excluir ni competir con los profesionales en Microbiología en las labores que desempeñan. Se trata de dar el justo lugar a cada profesional según su formación y competencias.
  5. Rescatamos el papel que pueden jugar los biólogos en la respuesta que el país necesita para contener el avance de la pandemia del COVID-19, así como la acción ante una amenaza en contra de la salud de los habitantes, la cual no puede estar limitada por interese gremiales particulares, sino que se debe buscar la colaboración interdisciplinaria, la suma de esfuerzos en una misma dirección, garantizando la aplicación de la mejor ciencia y técnica que el país dispone en el beneficio común.

Ana Cecilia Chaves Quirós
Presidenta Colegio de Biólogos de Costa Rica
Colegiada # 147

Un Compromiso con el Ambiente

Atisbo de la realidad post Covid-19

Hernán Alvarado

            Resulta paradójico el intento de descifrar una «nueva normalidad» que no es nueva ni normal. ¿Y cuál era la vieja normalidad? ¿Se trata de una palabreja más que pretende decir mucho y no dice nada? ¿Disimula acaso que la realidad de los más ricos nada tiene que ver con la de los más pobres? ¿Cambiará eso? Claro que no. En ese sentido, la «normalidad» anterior al Covid-19, a juzgar por la mayoría, refiere a una sociedad anómala, cada vez más inequitativa, injusta e insostenible.[1] En realidad, no se sabe en qué consiste la «nueva» normalidad, ni siquiera está claro cuándo terminará esta primera pandemia global. Aún así conviene buscar un hilo de luz utópica entre sus distópicas y despóticas posibilidades.

El rostro recortado

            La mascarilla, el escudo facial, el pañuelo o la bufanda, cubren el rostro de cada vez más personas en la calle, como ya se estaba volviendo hábito en los países del sudeste asiático. Agréguese anteojos oscuros y un sombrero para obtener un disfraz parapandémico. Parecen implementos necesarios, aunque no sea seguro cuánto contribuyen a mitigar el contagio, pues suponen buenas prácticas que son poco conocidas. No obstante, la máscara se está convirtiendo en símbolo de «responsabilidad individual», sobre todo para una política pública fallida que pretende lavarse las manos.

            Esa desaparición progresiva del rostro, siguiendo una intuición de Emmanuel Levinas (1906-1995) podría significar también el debilitamiento de la resistencia. Con su rostro tapado el otro obedece, arrebatándole su atuendo a los anarquistas, para quienes representaba rebeldía. El otro es ahora un peligro invisible e impredecible y sirve de pretexto para que los algoritmos y los modelos probabilísticos tomen la escena dictando los cursos de acción, como antes ya lo hacían las aplicaciones georeferenciadas. Hay que ver, por ejemplo, cómo tratan hoy las aerolíneas a sus clientes a través de los dispositivos móviles; cuidando su quebrantada rentabilidad, atrasan sus vuelos, cambian itinerarios y paradas a última hora, no devuelven el dinero de viajes truncados y no aceptan aplicarlos a otros. ¿Y el usuario? Bien, gracias, enmascarado y calladito sigue instrucciones en fila, a dos metros de distancia.

Un rostro en la arena

            Eso calza con la borradura del sujeto, tan propio de la post modernidad. Adiós al actor social, suplantado en adelante por un agente anónimo, sin arraigo ni historia, accesorio de la máquina y esclavo del sistema. Su narrativa errática e incoherente oscila entre el individualismo rapaz y la anomia, rayanas ambas en lo absurdo, a penas compensado por un consumismo voraz que amenaza la vida de la Madre Tierra. Michel Foucault (1926-1984) había intuido, muchos años atrás, que algo extraño podía suceder, puesto que ya había sucedido antes:

El hombre es una invención cuya fecha reciente muestra con toda facilidad la arqueología de nuestro pensamiento. Y quizá también su próximo fin. Si esas disposiciones desaparecieran tal como aparecieron, si, por cualquier acontecimiento cuya posibilidad podemos cuando mucho presentir, pero cuya forma y promesa no conocemos por ahora, oscilaran, como lo hizo, a fines del siglo XVIII el suelo del pensamiento clásico, entonces podría apostarse a que el hombre se borraría, como en los límites del mar un rostro de arena.[2]

Una hipótesis radical

            El recorte del rostro propio y ajeno, su desvanecimiento masivo en el espacio urbano, tendrá impactos negativos sobre la subjetividad.[3] El otro se puede ir volviendo cada vez más abstracto, mirado de reojo por quien lo desconoce y le considera portador de la peste. El odio que destilan las redes sociales también indica ese vaciamiento de la humanidad del otro, al que se juzga in absentia, antojadizamente. ¿Será la venganza del «hombre masa» denunciado antaño por José Ortega y Gasset (1983-1955)?

            Estamos ante el triunfo del hemisferio izquierdo del cerebro cuya hegemonía progresiva, propiciada por la modernidad, podría ser la fuente, según MacGilchrits, del incremento de enfermedades mentales como esquizofrenia y autismo.[4] Las habilidades sociales dependen más bien de las facultades propias del hemisferio derecho. La comunicación, por ejemplo, depende mucho más de gesto y tono que de los mismos significantes que, no obstante, los transforma en signos. Aprendemos a ser humanos mirando el rostro de los cuidadores, verificamos los significados observando sus expresiones faciales. Basta notar que la risa es el feedback del sentido, tal como lo evidencian las bromas. Pero en pandemia la sonrisa queda confinada y, concomitantemente, el malhumor aflora y la violencia abunda.

            La «nueva normalidad» implica una comunicación reducida a significantes, con un impacto negativo sobre empatía y confianza, pues las máscaras nos aproximan más al robot que al animal, al programa más que al espíritu. Una comunicación empobrecida solo puede ser heraldo de una humanidad más pobre, en medio de su abundancia material. Peor aún, tras la mascarilla cuesta más hacerse oír y hacerse entender. Por lo demás, se le aconseja limitar su parloteo. Por ese camino, la persona quedará reducida al personaje abstracto del mercado, a vendedor o comprador, obsesionado con el cálculo de utilidades y atado al «lenguaje de las mercancías».[5] Puesto que el autoservicio tenderá a imponerse, ya no podrá hablar ni con los cajeros que también están siendo sustituidos por máquinas. De por sí que, como McGilchrits observa, el lenguaje sirve más para controlar que para comunicar.

De lo presencial a lo virtual

            El gran cambio que empuja la pandemia, consecuencia del enfoque que la OMS le ha imprimido, consiste en partir la realidad en dos. Esta resulta ser ahora bimodal, es decir, virtual y presencial. El mismo Coronavirus es más virtual que presencial, aunque sus efectos mortíferos sean tan reales como miles de cadáveres incinerados. Hasta hace poco la virtualidad era opcional y buena parte de la ciudadanía seguía ajena a las computadoras. En cambio, el uso de Internet durante esta crisis sanitaria ha aumentado, en promedio, alrededor de un 35%. El face to face disminuye mientras el screen to screen aumenta aceleradamente, cambio enorme que parece insignificante -nada más promisorio para una innovación.

            El teletrabajo y el teleaprendizaje enfrentaban prejuicios hasta en altas esferas académicas. Se había avanzado lentamente con reglamentos y protocolos.[6] Ahora se han convertido en modalidades indispensables por lo que medio mundo ha corrido a ponerse al día. En correspondencia, la brecha digital también ha quedado evidenciada y requiere ser cerrada cuanto antes. La «normalidad» que viene emergiendo implica, entonces, una digitalización y bancarización universales, escenario que iba a tardar mucho más.

            Una realidad virtual generalizada lo cambia todo. El capitalismo se volverá cada vez más automático, también más explotador, puesto que la computadora absorbe más tiempo que nada. A la vez será más volátil, más explosivo. Se puede vaticinar que sus crisis sistémicas serán cada vez más agudas y devastadoras. El teletrabajo aísla más o menos a la fuerza de trabajo, como la máscara al virus; así que puede aumentar su flexibilización y atomización.

            Sin embargo, también aumenta la conectividad virtual entre las personas, ya que el problema no está en el instrumento sino en el modo de usarlo. Esa tecnología también abre la posibilidad de un trabajo más colaborativo, más crítico y creativo, al conectar un cerebro con otros. Lo importante será aceptar que ella implica cambiar la estructura y dinámica de la organización, la tribu y el grupo, pues la cuestión seguirá siendo política: ¿cómo usar esta tecnología en red, para qué y al servicio de quién?[7]¿Servirá a la democracia cognitiva o a la manipulación mediática?

Entre el espanto y la ternura

            El manejo de la pandemia la ha convertido, como toda crisis, en un acelerador del cambio. ¿Cuál cambio? Quienes promueven la nueva normalidad celebran el retorno a lo mismo con gente más desconfiada, sometida e inmovilizada. Al decir de Franz Hinkelammert: «Cuando hoy se produce el infierno para la mayoría de la humanidad, hay otros que creen vivir en el cielo.» Sin embargo, al final todo dependerá de una conciencia social que escuche o no el llamado de supervivencia; el mandato de la vida que desemboca en el grito del sujeto. Premonitoriamente Hinkelammert alertaba sobre eso:

Se dice que en la Edad Media, y precisamente en el siglo XIV – después del estallido de la gran peste-, hubo fiestas en las cuales se bailaba hasta que el último estuviera arrasado por la muerte. Toda nuestra sociedad está bailando este baile. Hace falta interrumpirlo por lo menos un momento, para reflexionar, y ver si no es mejor enfrentar la peste para detenerla, en vez de seguir con este baile de muerte.[8]

            El avance tecnológico debe usarse para las mejores causas, más allá del enriquecimiento insaciable del 1% de la población. Pero, esa tecnología también puede ser fría y alienante, así que habrá que seguir defendiendo después cada abrazo, tanto como nuestro indispensable lazo con la trama de la vida.[9] De cierto modo, la humanidad seguirá viviendo, de aquí en adelante, al filo del abismo, «entre el espanto y la ternura».[10]

[1] El capitalismo salvaje deviene capitalismo suicida, será cuestión de tiempo, pues un crecimiento infinito en un planeta finito es sencillamente imposible, como insistía José Luis Sampedro (1917-2013).

[2] Foucault, M (1968) Las palabras y las cosas. Una arqueología de las ciencias sociales. Buenos Aires: Siglo XXI, p. 375.

[3] El concepto de «normalidad» ha sido cuestionado por casi toda psicología. En realidad, no soporta ni la primera pregunta: ¿qué diablos significa ser normal?

[4] MacGilchrist, I (2009) The Master and his Emissary. The divided brain and the making of the Western World. New expanded edition. New Haven and London: Yale University Press, chapter 12. Kindle, Loc 10255.

[5] Mencionado por Karl Marx (1818-1883) para aludir a la realidad fetichista del intercambio. Marx, K.(1980) El Capital. Crítica de la Economía Política. T I, V 1. México: Siglo XXI. 9ª, p. 63.

[6] En el 2019 se aprobó la Ley 9738 que regula el teletrabajo en Costa Rica, cuando ya lo hacían bajo esa modalidad unas 12,000 personas.

[7] No se consideran aquí los impactos sobre las comunidades rurales, donde todo lo dicho debe ser repensado pues posiblemente serán de los últimos bastiones de la resistencia contra la robotización del ser humano, amén de que garantizan la producción de alimentos y otros servicios ecosistémicos. Sobre sus realidades viene reflexionando para Surcos, entre otros, German Masís.

[8] Hinkelammert, F.J. (1998) El grito del sujeto. Del teatro-mundo del Evangelio de Juan al perro-mundo de la Globalización. San José: Editorial DEI, p.8.

[9] Hay una vislumbre esperanzadora en ElPaís.cr, del 3 de septiembre del 2020: Rafael Arias, «Bioeconomía: eje de la transformación productiva con equidad social y sostenibilidad ambiental».

[10] Según el dilema que plantea una canción de Silvio Rodríguez.

Imagen: Guayasamín y el abrazo

José María Gutiérrez, Premio Rodrigo Facio, pide revalorar la acción social de la UCR

El científico recibió el Premio Rodrigo Facio Brenes 2020 por sus aportes a las ciencias

“Tenemos mucho que aprender. Más allá de lo académico y lo técnico, acá tenemos un elemento ético de enorme significado”, afirmó José María Gutiérrez, Premio Rodrigo Facio 2020. En la foto aparece con el Dr. Bruno Lomonte, ambos fueron parte de un equipo que realizó aportes al desarrollo de antivenenos contra la mamba negra. Foto: Anel Kenjekeeva.

Para hablar del Dr. José María Gutiérrez Gutiérrez hay que devolver el tiempo unos 48 años. En 1972 ingresó a la Universidad de Costa Rica (UCR) y desde entonces se define a sí mismo como una persona interesada en los movimientos sociales y con deseos de hacer ciencia en su propio país.

Aunque es reconocido dentro y fuera del país por su trabajo científico en toxicología y sus aportes al desarrollo de sueros antiofídicos en el Instituto Clodomiro Picado de la UCR (ICP), su labor en rol social de la ciencia también es uno de los valuartes reconocidos por la comunidad universitaria y científica costarricenses.

Hoy, el nombre del Dr. Gutiérrez suma un nuevo galardón a su larga trayectoria: el Premio Rodrigo Facio Brenes 2020, entregado bianualmente por el Consejo Universitario de la UCR a quienes hayan destacado por sus contribuciones al desarrollo político, científico, social, económico y a la justicia social del país.

El trabajo del Dr. Gutiérrez se traduce en centenares de trabajos científicos sobre la bioquímica, inmunología y patología experimental de venenos de serpientes, publicados en revistas especializadas de todo el mundo, libros, conferencias y sobre todo, en haber guiado a gran cantidad de estudiantes de la Facultad de Microbiología en el diseño de sus trabajos de graduación finales.

Prácticamente desde que ingresó a dicha facultad como estudiante en 1974 se involucró de lleno con el trabajo que se realiza en el ICP, donde en 1976 fue nombrado como asistente de investigación. Su labor de docente suma décadas, las que ha logrado compaginar exitosamente con su trabajo científico.

En los primeros años de su carrera docente, entre 1978 y 1979 organizó un trabajo comunal en la comunidad de El Tablazo, en el cantón de Acosta. Ahí con estudiantes de Microbiología, Medicina, Agronomía, Ingeniería y Enfermería realizaban exámenes médicos, intervenciones de salud, asistencia agropecuaria, asesoría en entubamiento de aguas y análisis microbiológicos de las mismas. “Esto solo fue una continuidad de cosas que ya venía haciendo antes. En el ICP me encontré que no solo se hacía investigación científica, sino que existía un profundo compromiso social en todo lo que hacíamos”, comentó Gutiérrez.

El Dr. Gutiérrez se acogió recientemente a su jubilación y es profesor emérito de la Facultad de Microbiología, pero sigue haciendo investigación en el ICP y vinculado a las iniciativas de Acción Social del mismo, en actividades de educación continua a profesionales de la salud que tratan pacientes afectados por los envenenamientos por mordeduras de serpiente.

El nombre de José María Gutiérrez quedó escrito en la historia universitaria a la par de otros costarricenses renombrados ga ganadores del Premio Rodrigo Facio,, como Manuel Mora Valverde, Isaac Felipe Azofeifa Bolaños, Jorge Manuel Dengo Obregón, Rodrigo Carazo Odio, Fernando Soto Harrison, Rodrigo Madrigal Nieto, María Eugenia Dengo Obregón, Hilda Chen-Apuy Espinoza, Jorge Romero Pérez, Guido Miranda Gutiérrez, Elizabeth Odio Benito, Daniel Camacho Monge y María Eugenia Bozzoli Vargas.

VÍNCULO RENOVADO Y NUEVO CONTEXTO

“En su relación con el resto de la sociedad, la universidad debe comprometerse con una visión de país y de mundo que emerge de perspectivas centradas en la excelencia y la procura del bien común. En este contexto, la acción social constituye un eje central del trabajo universitario, al cual se le debe dar mayor atención de la que históricamente ha tenido. De los tres pilares académicos, la acción social es sin duda el menos reconocido en el imaginario institucional, algo que debe cuestionarse y transformarse”, dijo el Dr. Gutiérrez durante su discurso de aceptación del Premio Rodrigo Facio, entregado el pasado 26 de agosto con motivo del 80° Aniversario de la UCR.

De acuerdo con el galardonado, para renovar el vínculo universidad-sociedad ante la crisis sanitaria por el COVID-19 se requiere un cambio en las dinámicas institucionales que no permiten ubicar la Acción Social como el elemento esencial de esa vinculación.

“Hay que superar la separación de los pilares vitales, investigación, docencia y acción social. También, establecer un diálogo entre las diferentes disciplinas científicas que permita un análisis crítico de la exclusión y las disparidades sociales. La universidad no puede estar al margen de esa realidad”.

Para reposicionar la Acción Social como un pilar en la misma categoría que docencia e investigación primero deben resolverse aspectos institucionales postergados por mucho tiempo, en aras de lograr el bien común de la sociedad, comentó.

No es casual que, por ejemplo, no haya una sección dedicada a la acción social en el Estatuto Orgánico de la UCR, como sí las hay para docencia e investigación. Su posición claramente marginal pareciera ser una constante histórica. Esto se refleja en la poca prioridad que le confieren algunas autoridades de unidades académicas. También es claro que esta actividad es asumida en muchos casos por docentes en condiciones de interinazgo, con nombramientos inestables. Hay una escasa asignación de cargas académicas, y la misma tiene muy poco peso en los procesos de evaluación de régimen académico, además del limitado apoyo presupuestario y material a esta línea de trabajo institucional”, citó Gutiérrez como algunas de las falencias estructurales no resueltas a la fecha.

La construcción del conocimiento, y su aplicación al mejoramiento de la vida, es una tarea de carácter colectivo que trasciende el ámbito estrictamente académico. Requerimos forjar sistemas de vasos comunicantes multifacéticos, que nos permitan integrarnos profundamente al entorno colectivo que nos sostiene y al cual nos debemos”-

Gutiérrez enfatizó que la respuesta de la UCR al país ante la actual crisis generada por el COVID-19 es muestra de su enorme potencial, pero se debe ir más allá. La universidad requiere renovar y profundizar su relación social desde “una filosofía dialógica, horizontal, de mutuo aprendizaje y en el contexto de lo que Boaventura de Sousa Santos llama la ecología de saberes”, dijo en su discurso.

El Dr. Gutiérrez dijo que ante esos desafíos la comunidad universitaria en su conjunto, estudiantes, docentes, investigadores y personal administrativo, “debemos preguntarnos porqué hacemos lo que hacemos y esta discusión debe surgir de la base misma de cada unidad académica y preguntarnos cómo podemos hacerlo mejor”.

 

Autoría: Eduardo Muñoz Sequeira (Vicerrectoría de Acción Social).

Decisiones políticas que atentan contra la salud y la vida

Juan Huaylupo Alcázar[1]

Es dramático para la ciudadanía costarricense que gran parte de la prensa hablada y escrita se encuentre sintonizada y sincronizada en la difusión de contenidos asociados a dar espacio preferente a la violencia delincuencial, al futbol, así como a validar como pertinentes las opiniones y decisiones de quienes dominan y de los que formal y aparentemente, nos gobiernan y representan, mientras están ausentes los análisis sobre situación y condición de los sectores más vulnerables y de los nuevos empobrecidos de la sociedad. No solo en la prensa está ausente esta reflexión y preocupación, también lo está en las vocerías gubernamentales que contradictoriamente atacan el trabajo y remuneración de los trabajadores, a la vez que repiten demagógicamente los anuncios de que juntos saldremos adelante y que todo será resuelto satisfactoriamente. Estas prácticas dejan sin contenido y significación a nuestra democracia.

El discurso del poder usa una engañosa prédica en favor de las mayorías para confundir, desmovilizar y enmascarar las acciones que convienen a los propietarios de corporaciones empresariales asociadas con la globalidad del capital. Luego, la demagogia igualitaria y de espurio nacionalismo de las palabras del gobierno, solo defiende los intereses y argumentos de quienes han privatizado la riqueza social; mientras que los otros, a los que consideran objetos del poder, son condenados a sufrir los efectos de las calamidades provocadas por las brechas económicas, sociales y políticas creadas y profundizadas por poderes totalitarios.

La pandemia ha dejado de ser una problemática sanitaria, para convertirse en el pretexto para justificar la eliminación de toda oposición y resistencia de los trabajadores, destruir la organicidad social y reavivar los añejos intentos de privatización de los activos públicos, pero también para disponer de la salud y la vida de los ciudadanos, a quienes se pretende culpar de sus propios padecimientos sanitarios y condición social. Desde esta conveniente distorsión de hechos e interpretaciones de los económicamente poderosos también se acusa a las instituciones que velan por la salud pública de ser responsables del creciente empobrecimiento al establecer las restricciones sanitarias necesarias y consistentes como prevención de la salud pública. Los empresarios, de este y otros países, se presentan como víctimas, cuando por sus exigencias y presión, son causantes del crecimiento exponencial de los contaminados y fallecidos.

Las voces, necesidades y esperanzas de los pobres, no importan a los ricos ni al poder estatal, que solo se interesan por mantener el statuo quo y la reproducción de su dominación. Así, eliminar las restricciones sanitarias son mandatos privados contra la salud pública a la vez que constituyen auténticos atentados contra los derechos humanos, y de esta manera se transparenta el desprecio hacia los otros de parte de propietarios que se imaginan dueños del país, del destino de la sociedad y de la vida. Estas prácticas del poder en Costa Rica son regresivas creaciones económicas y políticas del esclavismo y del fascismo de otros tiempos y espacios.

El apoyo de los pobres a las demandas empresariales, es el único recurso de quienes no tienen alternativas de resistencia y están dispuestos a ser sobreexplotados y ser sometidos a labores que comprometen su supervivencia cotidiana ante la precaria, excluyente y burocratizada ayuda estatal.

Las evidencias nacionales y de otros contextos han mostrado que, eliminando las restricciones sanitarias, ha habido un incremento de infectados y fallecidos por el coronavirus. No obstante, no es denunciado por la prensa y, por lo contrario, se culpa a las víctimas de no guardar las recomendaciones sanitarias, cuando en realidad son los poderes prevalecientes los causantes de las tragedias individuales y familiares.

Gran parte de los medios informativos sufren los efectos colaterales de la descomposición de sus falsedades y bodrios informativos, así como, por su evidente subordinación política, por ello se leen y escuchan menos. Estas prácticas denigran una noble profesión que expresó en diversos momentos de la historia su enfrentamiento contra toda forma de totalitarismo para defender la investigación, los derechos ciudadanos y el bien común.

[1] Catedrático en Administración Pública. Facultad de Ciencias Económicas. Universidad de Costa Rica.

Imagen: https://visioncoach.es

Gobierno y Asamblea Legislativa atacan a las personas jubiladas del magisterio nacional, las empobrecen y les deterioran sus condiciones de vida

Comunicado:

SURCOS recibió este comunicado de SINDEU, SITUN, AFITEC, AFUP y ANEJUD:

Los y las jubiladas del Magisterio Nacional denunciamos ante la sociedad costarricense el atropello cometido por las fracciones de los partidos políticos en la Asamblea Legislativa al aprobar, en forma unánime, la Ley 9796 contra un sector de la población, constituido en su gran mayoría por adultos mayores (97.61 %), Ley que destruye y fracciona el Sistema de Pensiones del Magisterio Nacional.

Esta Ley fue concebida para aumentar el monto del impuesto ya existente, y que pagaban las personas pensionadas de acuerdo con el Régimen del Magisterio Nacional y del Poder Judicial, como “contribución especial” para enfrentar el problema de las finanzas públicas. El impuesto entró a regir en el mes de julio, 2020 en plena pandemia del COVID-19.

Las dramáticas consecuencias de esta Ley han afectado a 3181 personas jubiladas del Magisterio. De esta población el 46 % son mujeres. Además, el 68,08 % de las personas afectadas tiene edades entre 65 y 105 años. El aumento del impuesto ha dejado a la mayoría de las personas jubiladas con una pensión líquida muy baja, incluso con montos de ¢20 000 o ¢30 000 colones al mes, razón por la cual no pueden sufragar ni sus gastos mínimos de alimentación.

Las pensiones del Magisterio Nacional ya estaban gravadas por la Ley 7531 desde 1995, con un impuesto que se paga sobre el monto bruto y oscila entre el 10 y el 16 %. Además, esa misma Ley establece, en el artículo 71, que a las pensiones mayores de cuatro millones de colones se les impone, por tractos, el pago de tasas que oscilan entre el 25 % y el 75 %, según la suma que supere esa base impositiva.  A estos impuestos hay que agregar las deducciones correspondientes al impuesto sobre la renta (ISR), el seguro del enfermedad y maternidad de la CCSS, la póliza mutual de vida y el porcentaje del Régimen de Administración de JUPEMA de 5/1000.

La Ley 9796 grava las pensiones a partir del monto bruto de ¢2 296 000,00, lo que provoca un fuerte incremento en la carga impositiva. Esta ocurrencia, porque ni siquiera se fundamentó en un estudio actuarial como lo exige el sistema jurídico costarricense, fue obra de la diputada Xiomara Rodríguez del Partido Restauración Nacional (RN), que gozó de la complicidad, tanto de la Dirección Nacional de Pensiones (DNP) del Ministerio de Trabajo en la figura de Luis Paulino Mora Lizano, como de la Casa Presidencial y todas las fracciones legislativas PLN/PUSC/PAC/FA/PRSC/RN que la votaron a favor en forma unánime.

Lo expuesto demuestra que estamos ante una acción abiertamente “confiscatoria” contra las pensiones de miles de trabajadores de la educación costarricense (primaria, secundaria y universitaria) que pone en riesgo, incluso, la sobrevivencia de miles de adultos y adultas mayores, que han cotizado honesta y regularmente a lo largo de toda su vida laboral y lo siguen haciendo aún pensionados, con el fin de disfrutar de una vejez digna. Esta población se ha visto obligada a adquirir compromisos crediticios para satisfacer, fundamentalmente, sus necesidades de salud y la compra de medicamentos e implementos médicos.

 La situación provocada por la Ley 9796 despoja a las personas adultas mayores de una gran parte de sus ingresos por pensión, hecho que contraría los compromisos que ha adquirido el Estado costarricense al firmar la Convención Interamericana Sobre la Protección de los Derechos Humanos de las personas mayores, convertida en Ley 9394 y firmada el 8 de setiembre del 2016.

La campaña desarrollada por parte del Gobierno y de la fracción legislativa del PAC, en asocio con el PLN/PUSC y los partidos neopentecostales (RN/NR), contra la clase trabajadora activa y pensionada, no cesa; hay en la corriente legislativa otro proyecto, el 21 345 presentado por el diputado Víctor Morales Mora del PAC, que pretende trasladar, entre otros, los regímenes del Magisterio Nacional y del Poder Judicial al Régimen de Pensiones de la CCSS (IVM). Es la nueva estrategia para golpear más los bolsillos de las personas jubiladas y próximas a hacerlo. Exigimos que cese el ataque contra la clase trabajadora y pensionada.

No pueden el Gobierno, sus aliados políticos y el sector empresarial seguir descargando los costos económicos de la pandemia del COVID-19 y de la crisis fiscal del país sobre los hombros de las y los trabajadores, y mucho menos sobre los de las personas pensionadas.

Demandamos que se garantice, como lo ha firmado el Estado costarricense,  lo establecido en la Ley 9394 derivada de la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, fundamentalmente en lo que corresponde a: Los Estados Parte adoptarán todas las medidas necesarias para garantizar a la persona mayor el goce efectivo del derecho a la vida y el derecho a vivir con dignidad en la vejez hasta el fin de sus días, en igualdad de condiciones con otros sectores de la población (artículo 6).

Exigimos el retiro inmediato de la corriente legislativa del proyecto 21 345 denominado Ley de reforma para la equidad, eficiencia y sostenibilidad de los regímenes de pensiones del diputado Víctor Morales Mora y de la fracción del PAC por las nefastas consecuencias que traería sobre la población jubilada y la que lo hará en el futuro. Pedimos, también, el retiro de todos aquellos otros proyectos legislativos que atenten contra la población jubilada y su calidad de vida.

Denunciamos ante el Magisterio Nacional y la ciudadanía el empeño evidente de Rocío Aguilar Montoya, de la Superintendencia de Pensiones y de Luis Paulino Mora Lizano, exdirector de la Dirección Nacional de Pensiones, la realización de diversas acciones tendientes a debilitar los regímenes de pensiones existentes, pues en diversas instancias y de modo reiterado proponen y promueven eliminar los diferentes regímenes de pensiones para unificarlos en uno solo.

Convocamos a las organizaciones del Magisterio Nacional y de las universidades estatales a construir un amplio frente, en conjunto con el movimiento laboral del país, a fin de defender el legítimo derecho a tener una pensión digna e impedir la utilización irresponsable de los recursos de nuestros fondos de pensiones por parte de los poderes Ejecutivo y Legislativo.

Imagen ilustrativa.