Ir al contenido principal

Etiqueta: COVID-19

Escenarios Costa Rica: Hacia una nueva normalidad

En el marco de la pandemia provocada por el COVID 19, la Escuela de Planificación y Promoción Social de la Universidad Nacional-EPPS-UNA, propone una estrategia para la atención de la post crisis que enfrentará Costa Rica después del COVID 19.

Se trata de la creación de escenarios realistas y objetivos, con los cuales se puedan afrontar la toma de decisiones, que lleven a la recuperación, orientación y el bienestar integral del país en el mediano, largo y muy largo plazo.

Así lo comunicó el pasado jueves 23 de abril el Director de la Escuela de Planificación y Promoción Social-EPPS-UNA, MSC Ángel Ortega Ortega, quien manifestó que la Unidad académica brindará su aporte con insumos de investigación científica: “El aporte de la EPPS-UNA es facilitar técnicamente la construcción de futuros posibles de la Costa Rica de la “nueva normalidad”, por medio de la creación de un conjunto de escenarios, los cuales se vienen trabajando desde el pasado 1 de abril del 2020 y calculamos tenerlo concluido en los próximos 60 días”.

La estrategia de trabajo a cargo del equipo académico e investigativo de EPPS consta de seis etapas, las cuales se realizarán mediante la aplicación de un enfoque de la prospectiva estratégica: “Es un trabajo cuya metodología es aplicada desde la Caja de Herramientas de la Escuela Francesa de Prospectiva, consultando a los actores y expertos nacionales e internacionales, dando voz y participación a todos los sectores de la población”.

Las personas expertas en los temas de la realidad social de la EPPS-UNA, aportarán a los y las tomadoras de decisión, las recomendaciones y medidas que se deberán ejecutar de manera responsable, para generar los principales cambios del país en materia de: ciencia, política, economía, social, tecnología, ambiental, legislación y la institucionalidad post pandemia. La consulta se realizará en línea y luego será sistematizada, por ello, asegurará el manejo de información confiable y relevante sobre los indicadores en los diversos ámbitos de acción.

Información:

angel.ortega.ortega@una.cr
juan.mora.montero@una.cr

Por:
M.S.c Efraín Cavallini Acuña
Académico EPPS-UNA

Crónica: narrativas del encierro

El puente mi cama.
 Mi cara la fotografía.
El paredón pared que colapsa.
Suena en las manos la paliza larda.
 Todo se puede decir para no decir este método síncope del miedo.
Silvia Piranesi

Mónica González Suárez

Confinamiento sinónimo de desigualdades. Este momento no ha acrecentado las desigualdades, tampoco ha posibilitado que sean más visibles o tal vez sí, para quienes no tenían tiempo de reparar en ellas, darse cuenta que existen. El encierro producto de las políticas estatales que enfrentamos hoy, ha sido un impacto sobre la cotidianidad, pero no necesariamente por el aislamiento, sino, por el control. Las vivencias de los últimos días podrían llevarnos a re-pensar y re-sentir las dinámicas de encierro que socialmente hemos divulgado, afirmado, legitimado y promovido para lograr “mantener” o “reestablecer” el orden.

“Yo siempre he estado en cuarentena”, es la respuesta de una mujer de 51 años, trabajadora doméstica, residente de una zona rural. A quiénes afecta realmente la cuarentena, o más bien, para quiénes es posible llamarle así. Los controles que se ejercen desde modelos heteropatriarcales, coloniales, xenófobos y racistas no son nuevos para quienes hemos vivido ya el confinamiento, por ser mujeres, negras, trans, bisexuales, lesbianas, locxs, etc. Confinarse pareciera ser una práctica que nos ha sido impuesta a cuerpxs subalternxs, así como ha sido una elección de disfrute y privilegio para otros.

Entonces, el momento presente amplía el encierro a otras poblaciones, ahí es donde empieza la crisis, cuando se extiende a sectores que sí importan lo suficiente para exteriorizar la alerta. Ahora bien, las políticas a las que nos afrontamos no son novedad, por el contrario, refuerzan y actualizan los métodos de control sobre nuestrxs cuerpxs (registro histórico). COVID-19 es un afianzar las medidas que desde hace años vienen construyéndose y reforzándose, no solo por los estados, sino, por una interiorización tecno-política recubierta de violencias y feminicidios.

Asumir el asilamiento ha sido para mí vivir en continuo las opresiones, así como profundizar en muchas otras que habían estado presentes de forma tal que podía manejarlas en lo espontáneo y observarlas como episódicas. Ahora, la diferencia es que se han vuelto en lo temido: c o t i d i a n i d a d. Entonces existir hoy para mí, supone hacer visibles las heridas de la desigualdad y no, por haberlas inscrito como parte de una rutina, normalizarlas. Es momento de continuar denunciado la repartición inequitativa de la vida y señalar la mecanización de las violencias, que hace años, y no desde la pandemia, nos matan.

Rerum Novarum organiza innovadora Marcha Virtual para conmemorar el 1 de Mayo

Este año, en vista de las restricciones sanitarias impuestas por la pandemia del COVID-19, la Confederación de Trabajadores Rerum Novarum organizó una Marcha Virtual para conmemorar el 1 de Mayo, Día Internacional del Trabajador.

“Hemos habilitado una página web donde los trabajadores y trabajadoras pueden ingresar y “marchar virtualmente” y compartir consignas que destacan los valores propios del 1 de Mayo y de la situación política y económica que estamos viviendo”, dijo Tyronne Esna, Secretario de Educación de la Rerum Novarum y organizador de esta marcha.

Esna explicó que esta actividad refleja el espíritu innovador de la clase trabajadora, que siempre encuentra formas de manifestar y expresar sus puntos de vista, precisamente en momentos en que solo se escucha al gobierno y empresarios plantear sus opiniones.

“Internet y las redes sociales nos dan la oportunidad de romper esos esquemas tradicionales de comunicación y manifestación”, dijo Esna, quien explicó que cualquier persona puede ingresar al sitio web: www.primeromayo2020.org/. La marcha será este viernes 1 de mayo a partir de las 9 de la mañana.

Mario Rojas Vílchez, Secretario General de la CTRN, instó a todos los trabajadores de los sindicatos afiliados, liderados por sus Juntas Directivas, a participar en la Marcha.

“El 1 de Mayo es un día histórico y no podemos dejar de celebrarlo. Esta iniciativa del Comité Ejecutivo de la CTRN nos abre la puerta a más participación. Yo invito a toda la dirigencia, a los trabajadores y trabajadoras y a sus familias a participar”, dijo Rojas Vílchez.

Comité Ejecutivo Confederación de Trabajadores Rerum Novarum

Mario Rojas Vílchez, Secretario General

CTRN

La dirección para entrar a la marcha es: www.primeromayo2020.org

Si necesita más información o ayuda puede comunicarse con Tyronne Esna al 8385 1421

¿Cómo se montó la plataforma para la Marcha Virtual?

Gracias al apoyo técnico y creativo de Mauricio Miranda, experto quien brinda soporte a la CTRN en materia informática, se desarrolló el sitio web desde donde se realizará la marcha virtual.

Las personas ingresan con su usuario de Facebook o un correo electrónico. El sitio cumple con todos los criterios de seguridad y privacidad.

La Fábrica Nacional de Licores y la UCR se dan la mano para optimizar la producción de alcohol

Estudiantes avanzados y docentes de la Sede de Occidente, el Recinto de Grecia y la Sede Rodrigo Facio realizan un trabajo voluntario y de alto valor profesional en áreas clave de la producción de alcohol para dar una mano a la Fábrica Nacional de Licores (Fanal) en su titánica labor.

Más información en: http://ucr.cr/r/QJaS

Sea parte de SURCOS:
https://surcosdigital.com/suscribirse/

El Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo no volverá a ser igual

“Ayer en mi turno de trabajo comprobé, por primera vez, cómo la vida y la muerte se miran en un parpadeo.” (Fátima, Enfermera de UCI de un Hospital de Madrid)

Manuel Hernández

Hoy, 28 de abril, se celebra el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo.

Este día se celebra en el inédito escenario de una crisis global sanitaria, extendida vertiginosamente a todos los confines del planeta, que está causando una grave disrupción del mundo del trabajo.

Ya se estiman 200 millones de empleos que se han destruido y otros tantos de millones de personas que perdieron sus ingresos, cuyos sistemas de protección social, donde existen, no han logrado dar una respuesta institucional adecuada, efectiva y oportuna.

La pandemia, por una parte, ha alentado un renovado pensamiento, un repensar del valor central del trabajo, como categoría fundamental del tejido social, productivo y la importancia de los derechos del trabajo, la ciudadanía del trabajo.

Pero por otra parte, ha evidenciado la necesidad e importancia de fortalecer los sistemas de protección laboral y social de los trabajadores, tan frágiles que volaron con el primer estornudo de la fatídica enfermedad.

En nuestro país, el covit19 ha puesto en la superficie la vulnerabilidad del modelo de prevención y seguridad de las personas trabajadoras, no solo en el sector público, sino aun más, en el sector privado de la economía, en que los empresarios, aun en tiempos de pandemia, no están dispuestos a sacrificar sus tasas de ganancia, aunque sea a expensas de la salud y vida de los trabajadores.

En este escenario emergente, es necesario revisar, articular y fortalecer las políticas y las medidas de protección de la clase trabajadora, entre las cuales destacan las siguientes:

1.- La protección de los y las trabajadoras tiene que ser asumida integralmente dentro de las políticas de salud pública.

La tutela de las personas trabajadoras tiene que ser declarada un objetivo supremo del Estado.

Los propios sindicatos tendrán que asumir y priorizar en sus objetivos estratégicos, la transversalidad de la promoción y defensa de la salud ocupacional.

2.- Es necesario revisar y actualizar las disposiciones del Código de Trabajo, que en esta materia datan de hace casi 40 años, con la finalidad que brinden una cobertura adecuada y eficiente a estas contingencias y desastres que impactan el mundo del trabajo.

La legislación de riesgos de trabajo debe tener un enfoque más centrado en la prevención y protección de los trabajadores y además, replantearse la definición de los riesgos que supere la tradicional y estrecha concepción del accidente y la enfermedad de trabajo.

3.- Es urgente fortalecer el Diálogo Social y la participación de los órganos paritarios de los trabajadores y patronos en la materia.

El Consejo de Salud Ocupacional (CSO) es un órgano de composición tripartida, regulado en el papel del Código de Trabajo, que le compete la rectoría específica de la salud ocupacional.

El CSO padece, desde hace mucho tiempo, de una severa y crónica anemia, cuya falta de liderazgo e incidencia institucional es notoria y manifiesta en esta emergencia sanitaria, que trastoca el conjunto del sistema de relaciones laborales.

Tan es así que el CSO de facto fue remplazado, con la complacencia o inacción de sus integrantes directores, por un grupo de trabajo de la Comisión de Inversión Productiva, conformado exclusivamente por representantes del sector institucional y el sector privado, que promulgó la Guía para la prevención, mitigación y continuidad del negocio por la pandemia COVIT-19 en los centros de trabajo.

Esta herramienta define los lineamientos generales de prevención de salud de los trabajadores, subordinando las medidas preventivas y de protección a las necesidades prioritarias de la continuidad del negocio de las empresas.

Resulta insólito que esta atribución se la haya arrogado ese grupo de trabajo, contra legem, que no tiene ninguna representación de los trabajadores, pero que además es propia de la competencia del CSO.

Por otra parte, las comisiones de salud ocupacional, órganos paritarios de la mayor importancia, creados en la legislación laboral, desde que empezó esta emergencia, los tienen silenciados y pegados a un respirador mecánico.

Es necesario que estas comisiones mixtas recuperen su rol y potencien su participación en las empresas e instituciones, conforme el mandato legal que tienen.

Ahora que oficialmente se anunció la vuelta paulatina y escalonada a la regularidad de la actividad productiva y comercial, las comisiones de salud ocupacional tienen que salir de las UCI y participar activamente en el diseño de los protocolos de protección y vigilancia permanente de la salud y seguridad de los y las trabajadoras.

4.- En estos tiempos de emergencia sanitaria, la función de la Inspección de Trabajo se ha destinado a sacar a flote los intereses económicos de los empleadores y empresarios.

La Inspección de Trabajo tiene que recuperar su misión natural de tutela de los derechos laborales y protección de la seguridad y salud de los trabajadores.

Este fue el origen del Derecho del Trabajo, de la mano con la Inspección de Trabajo.

En el presionado retorno a la actividad productiva, la Inspección de Trabajo debe salir de las oficinas en las que la tiene confinada la patronal, dedicada a dictar masivamente resoluciones administrativas de suspensión de los contratos y reducción de las jornada de trabajo, y volcarse de lleno a velar que en los centros de trabajo se cumplan los requerimientos que aseguren efectivamente la protección de la seguridad y salud de las y los trabajadores.

5.- Es necesario que Costa Rica apruebe el Convenio N° 155 de OIT, sobre la seguridad y salud de los trabajadores (1981), que tiene por objeto asegurar que el ámbito de aplicación de la política, la legislación y prácticas nacionales, en este campo, sea lo más amplio y completo posible.

6.- A nivel de OIT, los sindicatos tendrán que reivindicar, a la misma altura de la libertad sindical, la eliminación del trabajo forzoso, la abolición del trabajo infantil y la eliminación de la discriminación en el empleo y la ocupación, la incorporación en la Declaración de los principios y derechos fundamentales en el trabajo (OIT/1998), la protección de la seguridad y salud en el trabajo.

Por último, pero no por esto menos importante, no podría dejar pasar un día como hoy, sin transmitir mi profundo agradecimiento a todas las personas trabajadoras, que durante todo este tiempo que llevamos confinados, al borde del hastío, nos han asegurado la continuidad del funcionamiento de la sociedad.

Mi reconocimiento a las imprescindibles personas del trabajo doméstico remunerado, cuido de personas, por cierto, las ocupaciones peor remuneradas, de eso que mercantilmente llaman el mercado del trabajo, compuestas mayoritariamente por mujeres, a las indispensables trabajadoras y trabajadores del transporte público de personas y mercancías, servicios de cuerpos de policía, bomberos, acueductos, energía, telecomunicaciones, periodistas, los infaltables recolectores municipales de basura, dependientes de negocios, farmacias y otros colectivos esenciales tantos más, y especialmente al personal de la salud, que codo a codo, durante las interminables horas de sus extenuantes jornadas, acometen desde sus trincheras de esperanza el virus letal.

Esta efeméride, el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, por mucho tiempo tristemente desconocido, no volverá a ser el mismo, cuya importancia fue rescatada por la trágica pandemia.

28/04/2020

FEES: “Comprometer inversión destinada a becas y cupos es un error”

En momentos de crisis, es un error estratégico del país comprometer inversión destinada a becas y cupos para estudiantes, afirman presidentes de las federaciones estudiantiles de las universidades públicas, luego de la primera reunión de negociación del FEES.

“Dejamos clara nuestra posición estudiantil que en momentos de crisis es un error estratégico del país comprometer la inversión que pueda estar destinada al otorgamiento de ayudas económicas, becas, cobertura y cupos”, afirmó Noel Cruz, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Nacional (Feuna), quien participó en la primera reunión de la comisión de enlace para negociar el FEES, en representación de la comunidad estudiantil de las cinco universidades públicas.

En un comunicado, la Confederación Estudiantil Universitaria de Costa Rica (CONFE CR) –integrada por la FEUNA, la FEUCR, la FEUNED, la FEITEC y la FEUTN- externó esta posición, sustentada en la necesidad de que las instituciones de educación superior estatales cuenten con flexibilidad a la hora de utilizar los superávits para poder atender la creciente demanda en solicitudes de becas y ayudas económicas de la población estudiantil y poder pensar en un posible aporte económico del Fondo Especial para la Educación Superior (FEES) al fondo solidario del gobierno destinado a atender la emergencia nacional generada por el covid-19.

“Una disminución o restricción del presupuesto resulta en la reducción de la inversión en regionalización, apertura de cursos y cupos, becas, apoyo y trabajo en las comunidades, áreas cruciales en la atención de esta crisis”, subrayan los dirigentes estudiantiles.

Durante la primera reunión de la comisión de enlace, la representación estudiantil visibilizó el importante rol de las universidades durante la actual crisis generada por el covid-19. Los dirigentes estudiantiles subrayaron que las universidades públicas están aportando –y por ende destinando parte de sus recursos- con la investigación y la generación de conocimientos en áreas de la salud como la creación de tratamientos para personas infectadas por el virus, el desarrollo de respiradores y material de protección para el personal de salud, así como en el campo de la reactivación económica, entre otros. “Quedó demostrada la relevancia y pertinencia de las instituciones de educación superior”, destacó Noel Cruz.

Los representantes estudiantiles reunidos en CONFECR añadieron que posterior a satisfacer las demandas internas insatisfechas, se pueden valorar las opciones para generar un aporte al fondo solidario del gobierno, con las proyecciones presupuestarias correspondientes, en el seno de los consejos universitarios e institucionales.

Consideran que el aporte al fondo solidario se puede realizar mediante la flexibilización del uso de los superávits de las universidades.

***Mayores detalles con Noel Cruz, presidente de la Feuna 8657-9858 o con periodista Oficina de Comunicación 8334-4150.

 

Imagen ilustrativa, inversión FEES, UCR.

Enviado por UNA Comunicación.

Sea parte de SURCOS:
https://surcosdigital.com/suscribirse/

UCR: Desempleo y reducción de ingresos agobian a costarricenses durante la crisis del COVID-19

Pese al contexto, la ciudadanía expresa su respaldo a las acciones gubernamentales y confía en la gestión de las autoridades

El 57 % de las personas encuestadas reporta dificultades debido a que el ingreso que su familia recibe mensualmente no les alcanza para vivir. Foto: Karla Richmond.

Un 46 % de los costarricenses ha perdido su trabajo y el 52 % afirma que algún familiar ha tenido una disminución de su jornada laboral. El desempleo y la reducción de ingresos dificultan los esfuerzos de los costarricenses para enfrentar el COVID-19.

Así lo revela el más reciente estudio de opinión pública del Centro de Investigación en Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR), realizado del 13 al 22 de abril mediante 1 042 entrevistas telefónicas a personas mayores de edad localizadas en todo el país.

La medición reveló que 66.5 % de las personas consultadas perciben con pesimismo la situación económica, cifra que, si bien es menor al panorama registrado en noviembre anterior, cuando este rubro alcanzó el 80 %, no deja de representar a dos tercios de la población.

El 57 % de las personas encuestadas reporta dificultades debido a que el ingreso que recibe su familia mensualmente no les alcanza para vivir, el 32 % afirma que apenas logra cubrir sus gastos y solo un 11 % cuenta con suficientes recursos económicos para vivir e incluso ahorrar.

El coronavirus se coloca como la principal preocupación ciudadana, pero viene acompañado por el desempleo y el costo de la vida, áreas que han sido destacadas entre los principales problemas del país durante los últimos dos años y ahora son agudizadas por la crisis.

Según el politólogo e investigador del CIEP Ronald Alfaro, la situación de emergencia producida por el COVID-19 ha tenido implicaciones en todos los ámbitos de la vida social e incluso en la opinión pública, donde se evidencia un fuerte golpe en el ámbito económico.

El coronavirus se coloca como la principal preocupación ciudadana, pero viene acompañado por el desempleo y el costo de la vida, áreas que han sido destacadas entre los principales problemas del país durante los últimos dos años y ahora son agudizadas por la crisis. (Imagen.CIEP)

Ciudadanía confía en el Gobierno y apoya medidas 

Pese al difícil panorama que plantea el COVID-19, el 74.5 % de la ciudadanía confía en las decisiones gubernamentales para hacer frente a la situación, un 18.1 % se mantiene neutral y apenas un 7.04 % muestra una actitud negativa frente a las acciones tomadas.

Si bien se evidencia un apoyo general a las acciones gubernamentales, destaca que el 93.89 % de las personas cataloga de manera positiva las medidas sanitarias, al igual que lo hace el 70.68 % con las acciones tomadas en materia económica.

La evaluación ciudadana sobre la gestión del Gobierno muestra una variación positiva de 57 puntos porcentuales respecto a la medición realizada por el CIEP en noviembre anterior, pues ahora el 76 % de las personas consultadas la cataloga como buena o muy buena.

La valoración del trabajo del presidente Carlos Alvarado también experimenta un cambio favorable si se compara con la consulta anterior, donde solo el 22 % de los encuestados tenía una opinión positiva sobre el trabajo del jerarca y el 59 % lo evaluaba de manera negativa.

Ahora el mandatorio casi logra invertir los resultados, al obtener un 65 % de opiniones favorables y solo un 20 % de posturas contrarias. Este incremento de 43 puntos porcentuales es el más alto de esta Gobierno y es uno de los mayores respaldos a la gestión de un presidente registrados en el país desde 1995.

El analista del CIEP asegura que, aunque no es posible establecer una causalidad directa, se observa una correlación entre las medidas tomadas por el Poder Ejecutivo, el apoyo que recibe de la gente y las opiniones favorables hacia quienes gobiernan.

Alfaro afirmó que el incremento en el gasto social puede tener efectos favorables en la aprobación presidencial. Por tanto, el Plan Proteger, junto con las otras acciones de respuesta frente al COVID-19, podría explicar este significativo aumento en la calificación positiva de la labor presidencial en la actual coyuntura.

Este nuevo estudio del CIEP determinó, además, una mejora en la valoración general de las instituciones públicas, las cuales, lejos de verse como algo que surgió de manera espontánea, se vinculan de manera directa con las respuestas ofrecidas por el Estado durante la atención de la crisis.

El 95 % de las personas consultadas reconoció la labor realizada por la Caja Costarricense de Seguro Social (CSSS) y el Ministerio de Salud, mientras que el 89.2 % destacó el trabajo del Ministerio de Seguridad.

Al tiempo, aumentó la valoración ciudadana a otras instancias como la policía, que pasó de 6.3 % a un 8.25 %, mientras las universidades públicas pasaron de 7.8 % a 8.4 % y la nota de la Asamblea Legislativa incrementó de 4.8 % a 6 %.

Crisis legitima y fortalece sistema democrático costarricense

Según el experto del CIEP, en medio de la crisis, los costarricense perciben de forma positiva a las instituciones públicas como representación política de los intereses colectivos y evidencian un fuerte apego a los principios democráticos.

En esta medición, el respaldo ciudadano a la democracia como forma de gobierno fue de 76 puntos, el valor más alto registrado desde 1987 cuando el país superó la crisis económica del inicio de la década y destacó en el ámbito internacional tras la entrega del Premio Nobel de la Paz al expresidente Óscar Arias.

Según el CIEP, diversas investigaciones en este campo han determinado que la democracia es vulnerable a rupturas y quiebres con profundas implicaciones en las sociedades en tiempos de crisis, pero las democracias maduras son resilientes y resistentes en estos contextos.

La experiencia de Costa Rica en la atención del COVID-19 contrasta con el panorama de otros países de América Latina como Brasil o México, donde la batalla contra la pandemia ha generado acciones colectivas y fuertes cuestionamientos a la legitimidad y a las decisiones de las autoridades.

Alfaro explicó que todas las democracias están expuestas a «shocks» de diversa índole. Unos podrían ser originados por problemas económicos, escándalos de corrupción o por situaciones externas como el COVID-19. Es, entonces, cuando el respaldo gubernamental construido como sociedad a través del tiempo es clave para superar la crisis.

“El coronavirus se convirtió en un disparador y movilizó al país hacia la dirección de fortalecer la creencia ciudadana en la democracia. En otras palabras, los ciudadanos cerraron filas con la democracia para batallar contra la pandemia”, concluyó el investigador.

Como es usual, esta medición del CIEP se basó en un muestreo aleatorio a partir del Plan Nacional de Numeración de la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel) y es representativo de toda la población del país con teléfono celular. Los resultados cuentan con un nivel de confianza del 95 %.

 

Andrea Méndez Montero
Periodista, Oficina de Divulgación e Información
Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

Sea parte de SURCOS:
https://surcosdigital.com/suscribirse/

Reapertura sería una oportunidad que depende de conducta social

Dado que la curva de contagios por Covid-19 en Costa Rica durante 50 días se no se disparó en cifras alarmantes y más bien cada día se reportan menos casos nuevos por coronavirus, el Ministerio de Salud y el Poder Ejecutivo dentro de poco tiempo podrían permitir la reapertura de las algunas actividades estrictamente programada y protocolizada. Eso sí, de no acatarse lo establecido y se incrementen los contagios se regresaría a las medidas de aislamiento ya conocidas.

Sobre estas posibles decisiones del Ejecutivo y la cartera de Salud de reactivar algunos sectores de la actividad económica, Juan José Romero, coordinador de la maestría de Epidemiología que imparte la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional (EMV-UNA), indicó que desde hace tres semanas se reportan menos casos por día, lo que significa haber “aplanado” la curva, lo cual podría interpretarse como positivo en comparación con otros países.

Romero comentó que por esa razón Costa Rica podría darse la oportunidad y recalcó NO ES UN LUJO, de adoptar ciertas medidas de apertura programada, paulatina y estratégica en cierta población sin los factores de riesgo ya conocidos. “Esto implica que la población de riesgo deberá seguir en su condición de teletrabajadores en el tanto no se levante por completo las restricciones.

El epidemiólogo, expresó que muchas personas se preguntarán: por qué Costa Rica piensa reabrir algunas actividades, cuando por ejemplo en España e Italia aún se mantienen las medidas restrictivas; esto explicó Romero, obedece a que, en las últimas semanas, en esas naciones europeas la cantidad de contagios están en el orden de tres mil nuevos casos diarios y mantiene cerca del 8 al 12% de mortalidad en la población infectada.

Romero, quien a la vez destacó como profesor del actual jerarca de Salud, en la maestría de Epidemiología de la UNA, aseveró que la idea sería abrir bajo un plan estructurado entre la empresa y el Ministerio de Salud para garantizar el máximo posible de seguridad tanto para los trabajadores como los clientes.

Agregó que está decisión de reapertura busca que la crisis económica que surgió producto de la emergencia sanitaria se vaya superando. “Es como soltar y ajustar; la soltamos un poquito ahora y medimos la respuesta. Si por alguna razón la cantidad de nuevos casos se incrementa, volverán las medidas restrictivas, pero si la cantidad de nuevos casos se conserva estable, la medida que se aplicó se mantiene y se incorporarán otras actividades, pero de forma lenta”, dijo Romero.

****Mayor información con: Dr. Juan José Romero-UNA (8815-0717).

 

Enviado por UNA Comunicación.

Sea parte de SURCOS:
https://surcosdigital.com/suscribirse/

Sindicato de Hacienda se pregunta por qué autoridades debilitarían CCSS

En una comunicación compartida con SURCOS por el Sindicato de Trabajadores del Ministerio de Hacienda y del Sistema Aduanero Nacional (SITRAHSAN), se cuestiona “¿por qué el señor Presidente de la República, nuestro Ministro de Hacienda y el Presidente del Banco Central, siguen empeñados en realizar actos tendientes a una debilitación o eventual privatización técnica de la seguridad social, y con ello, que en el sector privado se fortalezca la posibilidad de hacer negocios con los servicios ofrecidos por la CCSS a la sociedad costarricense”.

El escrito señala: “Nos ha correspondido vivir en el último mes los efectos de la pandemia global producida por el virus denominado COVID-19, que a la fecha ha infectado millones de personas y producido la muerte a más de 200 mil a nivel mundial”.

“En el caso de Costa Rica, gracias a la acertada toma de decisiones y actuación del Ministerio de Salud y el eficiente sistema de salud social y pública a cargo de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), nos ha permitido atender eficientemente el impacto de esa pandemia, convirtiendo nuestro sistema de salud en un ejemplo a nivel planetario”.

“¿Por qué si la CCSS es prioridad, no gestan leyes o normas para encarcelar a los deudores de la CCSS, y con ello limitarles la posibilidad, -como hacen con los impuestos-, de jinetear las cuotas sin pagar sanción alguna, limitando la actuación fiscalizadora del ESTADO mismo?”, enfatiza el comunicado dirigido al personal del ministerio.

Finalmente, la nota hace un llamado: “Desde ya, personal hacendario, le invitamos a prepararse para defender esta noble institución (CCSS), que con valentía y visión nos crearon los fundadores de la Segunda República, y cuando vivimos tiempos difíciles, nos corresponde ser capaces de reconocer y defender esa valiosa herencia de nuestros abuelos”.

“Su aspiración de pensionarse por IVM también está en peligro; si espera salud solidaria como tenemos, debemos defender ese derecho constitucional. ¿Se imagina usted en la tercera edad, pagando al precio de hoy, un millón de colones por día en la hospitalización de un ser querido y el que requiere medicina de calidad para sobrevivir y cuando se le agote el seguro, lo tiren a la calle? NO SEAMOS SIERVOS MENGUADOS”

“SITRAHSAN, manifiesta su rotundo rechazo, a cualquier acto mercenario de políticos y empresarios, que busquen la privatización de la Caja Costarricense de Seguro Social, poniendo en peligro la seguridad social de quienes habitamos este país”, concluye el comunicado.

Imagen: CCSS

Más allá de la crisis sanitaria

Arnoldo Mora Rodríguez

Desde hace varias semanas, millones de seres humanos (sobre)vivimos en una cuarentena que, en la práctica, se ha convertido en una especie de estado de excepción, dadas las estrategias policíacas e, incluso, militares, a que los estados nacionales están recurriendo cada vez con más frecuencia y mayor aceptación de la opinión pública, para enfrentar con éxito desigual los desafíos que nos lanza provocadoramente un virus no muy mortífero pero sí extremadamente propenso a propagarse. Hoy la existencia misma de la, hasta ahora, notoriamente exitosa civilización moderna occidental se ve severamente cuestionada en sus valores fundantes. Esto me recuerda aquel pasaje bíblico, en el que se narra la visión del Profeta Daniel, quien vio una estatua imponente elaborada con todos los materiales más sólidos y preciosos existentes, pero que tenía los pies de barro; por lo que bastó que se desprendiera un diminuto guijarro de una roca circundante y golpeara un talón de barro resquebrajado para que la imponente estatua se redujera a polvo. Un virus ha hecho algo similar al hombre actual, que se apresta a colonizar el sistema planetario pero se muestra trágicamente incapaz de evitar una catástrofe que amenaza con exterminar a miles y miles de individuos pertenecientes a una especie que pomposamente se autocalifica de sapiens.

En el fondo, lo que hoy vivimos es un cuestionamiento del rumbo que ha tomado la humanidad desde los inicios de la modernidad. Eso me induce a recordar los aciagos tiempos de las pestes que asolaron Europa a finales de la Edad Media e inicios de la Modernidad. Como lo ilustra la historia, cada vez que surge una nueva época en la historia de la humanidad, se dan catástrofes de esta índole. Por lo que no es descabellado concluir que hoy vivimos, a inicios del tercer milenio de la cristiandad occidental, un cambio radical, indetenible e irreversible, de una nueva época, cuyo protagonista será un ciudadano dotado de una conciencia planetaria; los países egoístamente cerrados sobre sí mismos, como son Los Estados Unidos de Trump y la Europa Occidental, son los más golpeados por esta pandemia; su egoísmo ultranacionalista se ha visto severamente castigado por la madre Naturaleza. De mi parte pienso que, gracias a que nunca la humanidad ha tenido a su disposición tantos científicos e instrumentos tecnológicos como en la actualidad, eso nos permitiría esperar que logrará controlar, esperamos y deseamos que a corto plazo y con un mínimo de víctimas, este apocalíptico flagelo. Sin embargo, creo que la humanidad tendrá que aprender a acostumbrarse a convivir con este virus, como está haciendo con otras pandemias recientes, como el SIDA.

No siendo especialista en epidemiología, dejo gustoso la palabra a quienes sí lo son, por lo que tan sólo deseo externar algunas reflexiones en torno a las consecuencias culturales y políticas de esta pandemia. Espero que esta crisis sanitaria enseñe al hombre moderno a hacer honor a su autocalificativo de “sapiens”, lo cual implica que debe aprender a tener conciencia de sus propias limitaciones. Valga la pena tener presente que toda acción humana, aún aquellas que surgen animadas e inspiradas con las mejores y más nobles intenciones, tienen también efectos secundarios negativos; estos últimos, contrariamente a los efectos positivos que se agotan al realizarse, son de carácter acumulativo sobre todo aquellos que no son previsibles; por lo que, al llegar a superar el dintel de tolerancia, estallan provocando una crisis global, no sólo en la infraestructura material de reproducción de la vida orgánica, sino también en el ámbito de la creatividad simbólica, o sea, en el mundo de las estructuras del poder político y de los valores culturales. La humanidad, en consecuencia, debe desarrollar una conciencia crítica, lo cual implica estar dispuesto a cambiar de escala de valores ante cada crisis que se le presente. Hasta ahora, esas crisis las provocó la Naturaleza gracias a los procesos evolutivos, en lo que podríamos considerar de manera espontánea, pero como lo vislumbró Teilhard de Chardin, actualmente, después del surgimiento del método científico moderno en la época del Renacimiento Europeo, las crisis son provocadas por la acción humana, que incide en los procesos evolutivos causadas en el trascurso de la historia, como hasta ahora lo había sido la evolución de la Naturaleza gracias a la evolución. Con ello queremos señalar que los procesos evolutivos naturales se dan en un tiempo más lento; por el contrario, la acción humana surge en la razón y se motiva en la voluntad, lo cual le posibilita desarrollar una conciencia previsora; pero aun así, siempre tendrá efectos negativos, tanto más graves cuanto mayor sea el poder del ser humano y más vertiginosa sea en el tiempo su eficacia real; lo cual quiere decir que inexorablemente llegaremos un poco tarde, si bien con capacidad de superar las crisis que, de esta manera, lejos de ser una tumba, se convertirían en un escalón para subir en un proceso evolutivo, tanto material y civilizatorio, como axiológico y cultural.

La civilización occidental, dominante en el mundo, ha enfatizado el crecimiento material y, sobre todo, económico a costa de la destrucción de millones de especies vivientes y de una brutal desigualdad social; todo lo cual ha permitido enriquecerse a una minoría cada vez más reducida y empobrecido a más y más numerosos sectores sociales, si bien son estos los que con su trabajo producen la riqueza. Se ha socializado el trabajo pero se ha privatizado el fruto de ese trabajo. Pero hoy la generalización de la educación y la universalización de la información, han hecho crecer la conciencia social y las luchas políticas, con lo que los pueblos del planeta adquieren una más lúcida conciencia de sus derechos. En concreto, en Costa Rica, el mayor logro de nuestro pueblo, en las últimas décadas, ha sido la creación del Estado Social de Derecho, cuyo fruto ha sido la universalización en todos sus niveles de la educación pública y las instituciones de la seguridad social, lo cual ha hecho posible que estemos asumiendo, con encomiables resultados, la crisis mundial provocada por el coronavirus. Pero, inspirados en nuestros mejores valores cívicos, debemos cambiar el rumbo político imperante; debemos, mediante una mayor justicia distributiva – mayores impuestos directos al capital y no a los empleados y pensionados y a las clases medias – fortalecer los recursos del sector público. De esta manera, se disminuirá la brecha social que amenaza la estabilidad política y el crecimiento económico. Para ello debemos, desde ya, ir poniendo los fundamentos de la Costa Rica que queremos tener más allá de la crisis sanitaria.

Imagen: https://sites.google.com/site/procesosproductivos123/equidad-distributiva-y-retributiva