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Etiqueta: crisis de la educación

La crisis de la educación requiere una participación efectiva de los movimientos sociales y populares

Pronunciamiento

El sistema educativo costarricense, en todos sus niveles, afronta una profunda crisis organizativa, presupuestaria y en términos globales de gestión. Lo que, sin lugar a dudas, requiere un cambio que permita orientar y generar una plataforma de diálogo constructiva para solventar los diversos desafíos socioeducativos. Desde el Sindicato Unitario de la Universidad Estatal a Distancia (SIUNED), consideramos fundamental tomar acciones conjuntas frente a políticas que afectan al sistema educativo.

Considerando los siguientes elementos en materia de gestión política:

·      La carencia de una planificación y organización sistémica pertinente en términos educativos, tanto a lo interno del Ministerio de Educación Pública (MEP) como de este con instancias vinculadas a la formación superior.

·      La falta de comunicación y vinculación efectiva en áreas educativas con instituciones públicas y universidades para enfrentar las problemáticas y rezagos.

·      La improvisación como constante en acciones educativas: los fallidos procesos de megacentros educativos, el emprendedurismo desde preescolar, el abordaje inadecuado del tema de la violencia y el acoso escolar desde una perspectiva punitiva, la ausencia de claridad en las pruebas estandarizadas nacionales.

·      Han transcurrido tres años sin conocer una ruta de la educación con sustento normativo y material. Esto sin lugar a dudas genera incertidumbre e inestabilidad entre las comunidades educativas, las universidades y en general la ciudadanía. ¿Cómo se maneja el sistema? ¿A qué intereses obedece?

·      La carencia de un equipo constante y sólido en la dirección del MEP: han desfilado tres viceministros académicos ¿De quién es la responsabilidad de un clima de gestión tan inestable?

·      Las riendas del Consejo Superior de Educación y otros órganos claves en la gestión política de la educación: carecen de perspectiva y seguridad en la toma de decisiones para responder a los retos educativos nacionales.

·      El incumplimiento del 8% constitucional del PIB para la educación pública, atendiendo a decisiones con visión recortista y que no garantizan el derecho fundamental a la educación.

·      El retroceso en materia de derechos humanos en el ámbito educativo, con la eliminación de efemérides vinculadas a la diversidad de género y ahora el Programa de Educación Sexual y Afectividad.

Considerando los siguientes elementos en materia de gestión presupuestaria de la educación y, sobre todo, sustentado en el análisis presupuestario para el 2025:

·      Decrecimiento en la inversión pública para el conjunto del sistema educativo, con un claro incumplimiento del marco constitucional y llevándose a mínimos históricos respecto al PIB en las últimas dos décadas: un 4.9% para el 2025.

·      Un golpe en áreas medulares del sistema educativo, las Juntas de Educación y las Juntas Administrativas, tanto para gastos operativos y comedores escolares, con un recorte de más de 2000 millones de colones. En los últimos tres años los presupuestos transferidos a las Juntas de Educación y Juntas Administrativas se han reducido paulatinamente, retrocediendo a porcentajes de una década atrás.

·      La imposición a las universidades de 1% para el FEES, lo que llevó las discusiones a la Asamblea Legislativa, a fin de obtener los recursos requeridos por las universidades públicas. Medida encabezada por el despacho educativo y de hacienda sin contemplar indicadores, el plan de desarrollo del sistema superior universitario, e irrespetando lo establecido constitucionalmente. Con las universidades se aplica la misma receta de reducción de la inversión que en todo el conjunto del sistema educativo. Y, actualmente, de forma ilegal rechazan girar los recursos aprobados en la Asamblea Legislativa.

·      Enfrentamos un 2025 con un presupuesto planteado desde el gobierno y la cartera educativa que no cumple con los requerimientos mínimos, donde se establece una perspectiva fiscalista y que refleja una reducción sistemática en áreas de infraestructura, becas, transportes, alimentación y el equipamiento mínimo que requieren miles de docentes y estudiantes, de todos los niveles.

Afrontamos la profundización de las problemáticas socioeducativas resultado de la reducción del gasto y la ausencia de medidas estratégicas:

·      Más de 850 órdenes sanitarias en instituciones educativas de todos los niveles y regiones, un número inalterado desde el 2022. ¿Cómo, ante la reducción del presupuesto, se puede solventar la crisis en la infraestructura educativa, algo que resulta medular para mejorar el sistema educativo? 

·      De acuerdo con la Encuesta Nacional de Hogares del 2023, en Costa Rica la mitad de las personas de más de 24 años no ha culminado la secundaria y un 26,5% ha completado únicamente el nivel de primaria. Hay una creciente desigualdad y exclusión de la población por la reducción de la inversión en educación, así como el incumplimiento de un derecho humano fundamental. ¿Qué propuestas se tienen desde el MEP para asegurar la oportunidad de acceso a la educación y culminación de niveles con un recorte severo de los presupuestos?

·      Hay restricciones para generar procesos de actualización y desarrollo permanente del personal docente-administrativo, al limitarse la actualización y la atención en áreas emergentes en distintos contextos sociales. La actual gestión del MEP y del gobierno exige resultados, pero sin brindar los insumos necesarios. ¿Cómo cumplir con los compromisos internacionales en materia de educación, indicadores históricos a nivel nacional que pretenden una dinámica de calidad sin actualización?

·      El acceso a la educación superior de forma universal es una aspiración para los actores comprometidos con la educación pública. Sin embargo, la disminución de recursos en primaria, secundaria y la creciente exclusión de la población merma dicha meta, aunado al recorte creciente a las universidades públicas. La educación es una herramienta esencial para el desarrollo del país: ¿De qué manera la actual dirigencia del MEP pretende afrontar con recortes presupuestarios acciones que realmente se orienten a la calidad educativa a largo plazo? ¿Qué propuestas tiene el MEP para garantizar el acceso y movilidad en los distintos niveles educativos?

En general, contemplando las inconsistencias políticas y organizativas del gobierno actual y de manera particular en la cartera educativa, junto con la disminución evidente de presupuestos y sin una ruta educativa congruente que responda a los indicadores críticos a nivel socioeducativo, se propone:

a.   Un cambio en la gestión y rumbo del MEP, que no ha generado ninguna propuesta verificable y menos articulada con los distintos actores del sistema educativo. Las  acciones del gobierno reflejan un retroceso y limitación del derecho a la educación en todos los niveles. 

b.   La formación de una comisión de alto nivel, integrada por representantes del profesorado del MEP, las universidades públicas, representantes sindicales y estudiantiles, junto con centros especializados en investigación educativa, social y económica, que establezcan una agenda de prioridades y tareas colectivas a nivel nacional para, a corto y mediano plazo, determinar una agenda democrática y representativa de los actores que viven la educación, que tienda a revertir la grave crisis educativa que enfrentamos como país. ¡Que las decisiones educativas se tomen por los actores sociales que las conocen y que las viven!

Carta abierta para personal docente, técnico docente y administrativo docente de la Educación costarricense

Costa Rica, 19 de agosto de 2024

Estimables colegas,

En los últimos tiempos, hemos tenido muy presente que en el idioma chino la palabra crisis se forma por dos vocablos: uno que significa peligro y otro que significa oportunidad. Esta paridad de conceptos, que derivan de idiomas milenarios, nos recuerda que, en toda crisis hay una oportunidad.

En estos momentos de crisis para la educación nacional, ampliamente documentada por diversas instancias, medios y personas, nos dirigimos a ustedes porque sabemos que la oportunidad de recuperación, de mejora y de superación descansa en una gran medida en ustedes.

En los momentos más difíciles de la crisis actual, con un liderazgo impositivo; sin una ruta clara; sin recursos, sin metas alcanzables y sin el reconocimiento a sus capacidades, sacrificios y esfuerzos, han sido ustedes quienes han sostenido al estudiantado, a las familias, a las comunidades, en fin, al sistema. Han sido ustedes quienes, con su esfuerzo, muchas veces invisible, han realizado su labor cerca de los litorales, muy alto en las montañas, muy profundo en las zonas rurales o de manera abrumadora en las ciudades: de día, en los centros educativos diurnos, con la niñez y juventud; o de noche, con la población joven y adulta. Han sido ustedes quienes han estado en el primer frente, dando la cara, poniendo el corazón, en muchas ocasiones, sus propios recursos y sus mejores esfuerzos en beneficio de la educación de nuestro país.

Y así como reconocemos que han continuado dando su aporte en estos tiempos difíciles, también reconocemos que en ustedes está la oportunidad de recuperar el sistema educativo de calidad, del que nos hemos enorgullecido en Costa Rica por más de un siglo.

Ciertamente es hora de que el país, la clase política, la gobernanza del sistema, les apoye para que con ustedes renazca la educación nacional de calidad. Es necesario que se le brinde al sistema los recursos económicos imprescindibles, garantizados en la Constitución Política; que se les acompañe a ustedes con formación, capacitación y recursos didácticos necesarios; y se les reconozca como profesionales dignos e imprescindibles para el progreso nacional.

Es el momento también, de que ustedes sigan respondiendo con ética, compromiso y responsabilidad. Recordemos que el puesto que se desempeña se debe a cada estudiante, a sus familias y a la Patria, quienes les agradecerán su interés y dedicación.

Tenemos seguridad de que, con el temple que han demostrado, con su esfuerzo redoblado y con el compromiso nacional, estaremos en la vía de cultivar la educación costarricense del siglo XXI que merecen nuestros descendientes.

Los y las abajo firmantes somos docentes activos, docentes jubilados, del sector cultura y del productivo; padres y madres de familia y personas de la sociedad civil que estamos conscientes de la situación de crisis que enfrenta nuestro sistema educativo nacional con los recortes presupuestarios y decisiones tomadas por los jerarcas.

Si usted quiere sumarse a los esfuerzos en defensa de la educación nacional, puede enviar su nombre, dos apellidos y número de cédula al correo apoyoeducacioncr@gmail.com

También puede firmar de forma directa en este enlace: https://chng.it/C6rzb7zCBs

¡Les estamos apoyando porque estamos apoyando el futuro de Costa Rica!

  • Silvia Chacón Ramírez 1 0501 0586
  • Miguel Gutiérrez Saxe 3 0178 0608
  • Karla Salguero Moya 1 0748 0133
  • Yalile Chan Jiménez 1 0567 0078
  • Alicia Eugenia Vargas Porras 1 0362 0899
  • Eleonora Badilla Saxe 1 0467 0076
  • Jaime Quirós Luque 1 0388 0821
  • Ana Lupita Chaves Salas 1 0455 0585
  • Jorge Antonio Chavarría Camacho 1 0437 0984
  • Lady Meléndez Rodríguez 1 0541 0868
  • María Flor Abarca Alpízar 2 0285 0063
  • Susan Francis Salazar 1 0721 0975
  • Mauricio Molina Delgado 1 07140 088
  • Jimena Zeledón Pérez 1 0955 0925
  • Libia Herrero Uribe 1 0379 0987
  • Carla Pozuelo Picasso 1 0559 0905
  • Mimi Prado Castro 1 0381 0537
  • Hazel González Araya 1 0759 0540
  • Oscar González Ramón 1 1530 0639
  • Isabel Avendaño Flores 1 0602 0245
  • Milena Alfaro Castegnaro 1 0573 0891
  • Jeanina Umaña Aguilar 2 0247 0157
  • Jeannette Odio Astorga 1 0432 0322
  • Laura Fernández Kalodziez 1 0648 0008
  • Ana González Fournier 1 0484 0871
  • María del Pilar Herrero Uribe 1 0500 0829
  • Edgar Julián Vega Zúñiga 1 0447 0300
  • Nandayure Harley Bolaños 1 0399 0304
  • Abril Gordienko López 1 0706 0786
  • Katheryn María Jiménez Bolaños 1 0871 0103
  • Doreen Bákit Peralta 1 0462 0542
  • Mireya Sánchez Chaves 1 0618 0504
  • Álvaro Antonio Facio Chavarría 1 0390 1245
  • Patricia Fernández Bustamante 1 0468 0076
  • Lilliana María Baudrit Castro 1 0455 0865
  • Lil Marie Apéstegui Fábrega 1 0576 0013
  • Luis Ernesto Feoli Araya 1 0542 0447
  • Joceline González Chang 1 0667 0051
  • Helga Blanco Metzler 1 0486 0655
  • Daniella Capra Badilla 1 1069 0965
  • Camila María Ordóñez Salguero 1 1884 0260
  • Elizabeth Calderón Jaubert 1 0562 0918
  • Rogelio López López 6 0084 0698
  • Marlon Gutiérrez Montero 1 0633 0741
  • Adriana Mesén Angulo 1 1135 0995
  • Haydée Adriana Blanco Metzler 1 0613 0342
  • Marielos Abrahams Sandí 1 0590 0288
  • Gustavo Hernández Alpízar 1 0820 0245
  • Luis Guillermo Cambronero Pérez 1 0833 0629
  • María de Los Ángeles Jiménez Carrillo 9 0001 0189
  • Karol Lara García 2 0615 0690
  • Vilma Álvarez Chaves 6 0126 0180
  • María Alsacia Escalante Peralta 1 0463 0144
  • Xinia Cerdas Araya 1 0593 0964
  • Mariela Alvarado Chavarría 5 0375 0253
  • Juan Carlos Ureña Ramírez 1 0566 0021
  • Hilda María Sanabria García 3 3017 0436
  • Hernán Gómez Salas 1 0491 0259
  • Sofía Arguedas Chan 3 0382 0969
  • Victoria Lafuente Trejos 1 0384 0573
  • Rafael Mora Goñi 1 0911 0767
  • Wilfrido Blanco Mora 6 0139 0954
  • Eugenia Chavarría González 1 0453 0187
  • Giovanna Macaya Alfaro 1 0957 0494
  • Adriana González Chan 1 0753 0721
  • Ruchilia Laya Hun Opfer 8 0054 0851
  • Yolanda Rivera González 6 0078 0535
  • Mónica Vul Galperin 8 0056 0825
  • Luis Ángel Piedra Barrientos 1 0525 0138
  • Carolina Valenzuela Hernández 1 0576 0574
  • María Marta Ortiz Rechnitz 1 0481 0612
  • Mario Vircha 5 0328 0474
  • Julieta Castro Bonilla 4 0099 0448
  • Alexander Jiménez Matarrita 1 0607 0350
  • Roxana Ávila Harper 1 0607 0225
  • Juan Carlos Calderón Gómez 3 0262 0714
  • Eugenia Gallardo Allen 1 0947 0800
  • Karla Martorell Esquivel 1 0950 0525
  • Camilo Molina Gallardo 1 1742 0029
  • Eugenia Allen Flores 1 0391 0548
  • Nicolás Pérez Smith 1 1860 0126
  • Vanessa Smith Castro 1 0756 0416
  • Jeannette Cerdas Núñez 3 0309 0392
  • María Marta Camacho Álvarez 1 0660 0027
  • Ana Polanco Hernández 1 0719 0462
  • Patricia Polanco Hernández 1 0711 0391
  • Karla Smith Castro 1 0918 0164
  • Rocío Chaves Jiménez 1 0572 0389
  • Valentina Marenco Campos 1 0980 0812
  • Mariela Richmond Vargas 1 1270 0295
  • Camilo Retana Alvarado 1 1190 0679
  • Consuelo Arguedas Quesada 3 0215 0635
  • Gloriana Retana Morales 1 0855 0865
  • Ileana Solano Mora 1 0598 0961
  • Felipe Campos Villalobos 1 1487 0074
  • Virginia Mena Herrera 1 1134 0833
  • Marta Nydia Castro Calderón 1 0372 0111
  • Manuel Enrique Fournier Solano 102580134
  • Gustavo Vargas Zamora 1 0879 0106
  • Florencia Chaves González 4 0141 0217
  • Ismene Jaén Rojas 6 0142 0802
  • Sonia Vargas Solera 1 0606 0444
  • Rola do Enrique Marín Ramírez 1 0626 0941
  • Andrea Cuenca Botey 1 1006 0165
  • María Fe Alpízar Durán 2 0403 0485
  • María José Herrera Luna 2 0721 0052
  • Tatiana Sobrado Lorenzo 1 0603 0901
  • Rolando Angulo Cruz 1 1006 0726
  • Lillianne Sánchez Angulo 7 0113 0629
  • Erika Mata González 1 1165 0555
  • Elías Marín Lara 9 0083 0968
  • Adriana Vanessa Villalobos Gutiérrez 1 1511 0589
  • Rodolfo Seas Araya 1 0584 0270
  • Ricardo J. Herrera Luna 2 0746 0438
  • María Adilia Luna Diaz 1 0878 0589
  • Valery Aguilar Valverde 1 1689 0536
  • Wilbert Herrera Castro 2 0423 0232
  • Hazel Torres Matarrita 1 1357 0009
  • Yaila Paola Sánchez Canessa 1 0801 0326
  • Carlos Enrique Amador Muñoz 1 0531 0539
  • Ana Isabel Canessa Barrientos 6 0039 0799
  • Clemencia Barrantes Rivera 1 0620 0133
  • Lucita Vásquez Barrantes 1 0768 0257
  • María Catalina Cortés Marroquín 1 0736 0678
  • Paula Herrera Odio 1 1410 0280
  • Maureen Rodríguez Cruz 1 1157 0826
  • Laura Sancho Martínez 1 1273 0397
  • Annia Mabel Rodríguez Jiménez 2 0458 0318
  • Pedro Augusto Murillo Rodrigues 1 0998 0424
  • Mildred González Hedges 184 000620223
  • Evelyn Ureña Santos 1 0946 0544
  • Jesús Peña Mejía 1 1211 0903
  • Christian Obando Fallas 1 1524 0882
  • Álvaro Gerardo Murillo Fonseca 2 0714 0180
  • Carolina Córdoba Zamora 3 0306 0213
  • Andrea Catania 1 0982 0528
  • Hellen Hernández Sánchez 4 0170 0425
  • Sol Carballo Bolaños 1 0458 0449
  • Sofia Riggioni Rojas 2 0725 0201
  • Michelle Sánchez Sancho 1 1571 0100
  • Adina Castro García 1 0738 0941
  • Laura Hernández Alpízar 1 0691 0588
  • Estefanía Dondi Aguilar 1 1327 0792
  • Marianela Jiménez Méndez 3 0314 0130
  • Camila Schumacher 103200040320
  • Ivonne Durán Orozco 1 0593 0175
  • Ena Aguilar Ramírez 1 0638 0063
  • Juan José Jiménez Granados 1 0582 0974
  • Álvaro Enrique González Gómez 2 0418 0005
  • Claudio Taylor Mckenzie 7 0603 0654
  • Karen Elizondo Ramírez 1 1292 0427
  • Gustavo Stanley 1 0849 0487
  • María Clara Vargas Cullell 9 0047 0355
  • Bryan Chavarría Campos 2 0643 0554
  • Vanessa Cicció Cabezas 1 1183 0788
  • Giselle Ugalde Sánchez 2 0357 0741
  • Sussan Eugenia Rodríguez Chaves 2 0555 0949
  • Silvia Monge Retana 1 0737 0490
  • Virginia Cortés Ramos 900750816
  • Alina Rojas González 1 0511 0047
  • Erika Linares Orozco 8 0072 0597
  • Eugenio García cédula 1 0624 0024
  • Annette Soto Calvo 2 0406 0972
  • Rebeca Mora Rodríguez 1 1149 0248
  • María Monserrath Hernández Obregón 1 0746 0224
  • Laura Patricia Morales González. 1 0713 0119
  • María Eugenia Pol Araya 2 0325 0806
  • Carolina Alvarado Pol 1 1041 0809
  • Carlos Pardo Mannucci 8 0048 0428
  • Lilliana Cerna Zúñiga 1 0546 0919
  • María del Sol Pardo Carballo 1 1581 0267
  • Erika Rojas Barrantes 4 0161 0960
  • Erina Campos Acuña 1 1300 0766
  • José Manuel Rojas González 1 0511 0046
  • Miguel David Picado Garita 3 0460 0489
  • Dagoberto Aguilar Mora 6 0427 0526
  • Dalila Pérez Chavarría 2 0782 0334

Los problemas en la educación del país son acumulados, pero…

Vladimir de la Cruz

El Informe del Estado de la Educación 2023 ha puesto de manifiesto graves problemas en el proceso educativo nacional. No es la primera vez que se aborda el descuido que se viene haciendo en educación desde gobiernos anteriores.

Los problemas acumulados, no son causados solo por este Gobierno de Rodrigo Chaves, pero están haciendo crisis, en estos momentos, cuando por disposiciones del actual gobierno pueden no solo acelerarse, profundizarse, intensificarse y convertirse en problemas altamente explosivos e indeseables para la salud democrática nacional.

Solo el recorte de los ¢33.000 millones de colones al Presupuesto del Ministerio de Educación Pública, la eliminación de los subsidios para becas, para el trasporte escolar y para los comedores escolares, muestra la punta del iceberg de lo que pasa con la educación pública, y lo que afecta a miles de familias y más, a miles de estudiantes.

El no cumplimiento del 8% para el Presupuesto Nacional, como se ha empeñado este Gobierno, con el Ministerio de Educación, como con el presupuesto de las Universidades públicas, es una violación de la Constitución Política, que debería ser perseguida, ante los tribunales e instancias judiciales, acusando directamente a los funcionarios que se empeñan en no cumplir los mandatos constitucionales y legales. Unos por no cumplimiento de esos mandatos, otro por distraer esos dineros para otros fines, que debieron haberse atendido por otras vías y otras fuentes que los generaran, habida cuenta de que siendo mandatos constitucionales deberían haberse previsto sus cumplimientos y contenidos presupuestarios, sobre todo porque se les han eliminado a esos sectores para dárselos a otros, como Seguridad Pública.

En el siglo XIX y el siglo XX costarricense la tendencia fue disminuir el dinero del Ejército, cuando existía, para fortalecer educación y otros rubros nacionales. La abolición del ejército en 1949 en mucho se justificó por la inoperancia del Ejército, su invalidez para el régimen democrático, la existencia de una legislación internacional y de Tratados que contribuían a proteger la soberanía, la independencia y la libertad del pueblo costarricense frente a amenazas que pudieran poner en peligro al país y su sistema democrático. En paralelo se fue fortaleciendo un régimen democrático, basado en la educación, en la salud, en una gran cantidad de instituciones sociales, que dieron pie a la constitución del Estado Social y Democrático de Derecho que hemos construido y edificado en todos estos años.

Lamentablemente, desde el desarrollo de los Planes de Ajuste Estructural, y las políticas públicas que se han seguido, este Estado Social se ha venido debilitando y desquebrajando. Con los últimos tres gobiernos y el actual esta tendencia se ha acentuado. La calidad de vida alcanzada ya no interesa. La pauperización o empobrecimiento de las amplias masas de trabajadores y de la población, estratégicamente es la meta a conseguir, especialmente por el actual Gobierno. La pobreza como política de un gobierno neoliberal, es también un negocio público, y privado, que lo saben explotar; que contribuye a que algunos cuantos se enriquezcan con su propia existencia. Las políticas laborales que se acaban de aprobar en primer debate parlamentario son la puerta que se ha abierto en esta dirección, fortalecido esto con el debilitamiento total de la educación pública.

Los actuales gobernantes, sus acólitos políticos; sus defensores y acompañantes económicos, se están frotando las manos del dineral que van a recibir, por los negocios asociados, y en cadena, que generan estas políticas distractoras de los dineros públicos en educación. El cierre técnico de la Fundación Omar Dengo que criminalmente se ha hecho, al proceso educativo y al apoyo que se daba al Ministerio de Educación Pública, es parte de este entramado contra el Estado Social de Derecho, y contra la población estudiantil del país, y sus familias, que están sufriendo la imposibilidad de oportunidades y posibilidades de ascensos sociales que la educación brindaba a los hogares y familias nacionales.

Los 120.000 estudiantes que la pandemia sacó del proceso educativo no han sido recuperados; los casi 1000 establecimientos de educación pública que a principios de año se señaló que carecían de condiciones sanitarias y se amenazó concerrarlos, con la desatención que ello llevaría de estudiantes; la amenaza de que se necesitan más de ¢60.000 millones de colones para mantenimiento de centros educativos, en la filosofía que se ha venido siguiendo, de que el dinero destinado a educación son gastos que pueden reducirse, sin entender que los dineros destinados a educación deben considerarse inversión por los beneficios que producen; los casi 115.000 estudiantes que han quedado sin apoyos económicos, por falta de becas; los miles que ya no pueden ir a escuelas y colegios formarán parte obligada, en el mejor de los casos, de la población laboral informal, que pujará por contratarse en las jornadas de 12 horas, de establecerse con apoyo de la Sala Constitucional, por emplearse al salario más bajo posible que les ofrezcan en las nuevas relaciones laborales esclavistas que se están estableciendo en el país, para asegurar tal vez la mínima comida diaria.

En el peor de los casos, serán parte de la mano de obra de los negocios ilícitos de drogas al menudeo, en escuelas, centros educativos y concentraciones masivas y recreativas sociales; en las calles, formando parte de pandillas del narco, y de otras formas de delincuencia organizada de este tipo, que tienen apoyo en sectores de gobierno y de ciertos grupos que, en estas actividades, se amparan regularmente a los gobiernos de turno, y a las mismas autoridades policiales encargadas de su persecución. En esta situación se pegarán al círculo del negocio y del movimiento de drogas que se hace en el país.

A propósito, ¿cuánta droga se incauta en el país? ¿Cuánta se quema en Costa Rica? ¿Por qué ya no se usan los hornos nacionales en los que se quemaba la droga incautada? Tampoco oficialmente se lleva al extranjero para quemarla. ¿Por qué la droga incautada se lleva en aviones especiales desde Costa Rica, se dice, a los Estados Unidos, para supuestamente quemarla? ¿Venden esa droga a los Estados Unidos? ¿Si la venden, cuál es su valor y cuanto entra a las arcas públicas y no solo a billeteras que podrían estar ligadas a esa exportación?

La experiencia de los organismos como la DEA, la CIA y otros de la seguridad, y del aparato militar, de los Estados Unidos, han participado en operaciones donde mueven las drogas para fines económico comerciales, para financiar actividades que a ellos, en sus conceptos geopolíticos, les interesa apoyar, pagando con drogas para sus respectivas ventas en un peligroso y tenebroso movimiento de drogas.

Para estos negocios, en el nivel popular, se necesita mano de obra barata, desempleada, que ya se está produciendo y que institucionalmente, con medidas como las que se están impulsando y tomando, en el sector educativo, se va a producir o generar.

Los problemas en la educación son acumulados en el país. Hay que atender los urgentemente con un buen pacto nacional donde participen las autoridades nacionales, los partidos políticos, las organizaciones sociales; especialmente, los sindicatos del sector educativo con mayor razón y compromiso.

La educación era en la Historia Nacional un apostolado; era una misión sagrada confiada a los educadores.

Los educadores eran estos apósteles, los escogidos para inculcar la sabiduría, las fuentes del conocimiento; los encargados de inspirar en la niñez y la juventud, los horizontes de luz intelectual y profesional para forjar la mejor Patria posible.

¿Dónde están los educadores y sus sindicatos ante esta problemática y ante esta tarea nacional de rescate y de defensa de la educación pública?

No se puede permitir que a la educación pública, como sistema y como estructura institucional, la siguen debilitando, acabando y empobreciendo.

Los padres y madres, las familias, con hijos en el sistema escolar deben también interesarse en este problema. Es su futuro, el de sus hijos y el sus propias familias el que se está poniendo a prueba con esta guerra que ha establecido este gobierno contra la educación pública, con las medidas y recortes al presupuesto nacional y con el incumplimiento de la Constitución Política.

 

Compartido con SURCOS por el autor.

¿Somos masoquistas?

Álvaro Vega

Álvaro Vega Sánchez, sociólogo

Pareciera que los costarricenses nos estamos acostumbrando a convivir con los problemas y hasta disfrutarlos, es decir, convirtiéndonos en masoquistas: un comportamiento enfermizo que encuentra placer en soportar lo insoportable y sufrir lo insufrible. Una resignada aceptación de los problemas más álgidos, algo así como que es mejor padecerlos que enfrentarlos y solucionarlos. Nos resistimos al cambio sustantivo entreteniéndonos con paliativos y mensajes-masajes (McLuhan) populistas que actúan como analgésicos.

Los informes sobre el Estado de la Educación del Programa Estado de La Nación año tras año nos desafían a cambiar de rumbo. Los problemas se acumulan y hoy estamos heredando a las nuevas generaciones un futuro de menos oportunidades y condiciones laborales cada vez más precarias. Naturalizamos la devaluación de la calidad educativa y, con en ello, empobrecemos más al país. Cómplices de todo ello: los sucesivos gobiernos de las últimas cuatro décadas que se entregaron a la política neoliberal de menos Estado social y más mercado; menos distribución y más crecimiento-concentración económica; menos soberanía alimentaria y más apertura comercial; menos Costa Rica solidaria y más Globalismo desigual.

 De esta manera, no solo arrastramos las consecuencias sociales de la “generación perdida” de la década de 1980 por la aplicación de esa política, sino que, bajo las condiciones actuales de reducción presupuestaria para la educación y devaluación sustantiva de su calidad, teniendo una mayor cobertura, según el más reciente “Informe del Estado de la Educasión”, continuamos abonando el terreno para nuevas generaciones igualmente devaluadas en educación, destinadas a convertirse en maquileras de un sistema que sigue apostando por mano de obra barata y condiciones laborable de sobreexplotación con jornadas extendidas no remuneradas.

Los índices de pobreza estancados y una desigualdad creciente. No hay forma de que los gobiernos “tomen el sartén por el mago” y se decidan por una política tributaria verdaderamente justa y progresiva que revierta cualitativamente esa tendencia. Hacemos todo lo contrario, con un Plan Fiscal que favorece a los ricos y golpea a los pobres y la clase media, una Ley de Empleo Público que supuestamente trata de nivelar los salarios, cuando de lo que busca es de desmantelar el Estado Social de Derecho. Una política de salarios decrecientes que desestimula el trabajo profesional de calidad en el sector público. Es decir, leyes y acciones para ahondar las brechas sociales y, con ello, crear condiciones para que florezca el mercado informal del narcotráfico y se eleven los índices de violencia criminal.

Todo ello no es otra cosa que masoquismo, y al estilo costarricense donde todo lo digerimos y reciclamos con chistes; también hoy con descalificaciones donde se apela al lenguaje violento que busca “serruchar pisos” y hacer “bullyng”, para desviar la atención sobre los problemas reales. Una actitud evasiva enfermiza y complaciente con quienes nos han venido, desde hace rato, vendiendo falsas promesas mesiánicas.

Ha llegado la hora de despertar del letargo. No dejarnos anestesiar con esas promesas de reinos venideros. Decidirnos a “tomar las riendas” de este “caballo desbocado” que acelera su trote, para conducirnos al despeñadero. No podemos permitirnos, seguir mirándonos en el espejo de una patria irreconocible, por lo socialmente violenta y cada vez más polarizada. Llegó la hora de encarar la realidad. Dejar el comportamiento masoquista que nos está volviendo dóciles y débiles, destinados a soportar lo insoportable. Y, a pesar de todo ello, sintiéndonos “felices”, es decir, “jodidos y agradecidos”.