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Etiqueta: crisis social

CTRN: Oposición al Dictaminen Proyecto Ley Marco de Empleo Público

CONFEDERACIÓN DE TRABAJADORES RERUM NOVARUM
Martes 03 de noviembre 2020

CTRN- N°300-2020

ASAMBLEA LEGISLATIVA
COMISIÓN DE GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN
SD.

DE NUESTRA MAYOR CONSIDERACIÓN

OPOSICIÓN AL DICTAMINEN PROYECTO LEY MARCO DE EMPLEO PÚBLICO

HONORABLES SEÑORAS (ES) DIPUTADAS (OS):

Con nuestros más respetuosos saludos, nos permitimos por este medio mencionar, que siendo conocedores de que se tramita en esta honorable Comisión Legislativa el Proyecto denominado Ley Marco de Empleo Público, bajo número de expediente legislativo Nº 21336, para su estimable consideración exponemos los siguientes argumentos:

Que dicho proyecto de Ley, a juicio de muchas organizaciones sociales y productivas, hemos indicado que el texto contenido en el proyecto no es un documento idóneo para los momentos y las necesidades que vive nuestro país, por lo que debe tener la oportunidad de perfeccionarse o modificarse, para beneficio de todas las partes.

Desde la Confederación Rerum Novarum, somos conscientes de la dura situación económica, social, de salud y política que atraviesa nuestro país, por lo que apelamos a la grandeza de espíritu de los miembros de esta honorable Comisión y les hacemos un llamado respetuoso a la reflexión.

Desde nuestra posición consideramos que el actual Proyecto de Ley Marco de Empleo Público, a punto de ser dictaminado, ha perdido todo el sentido que alguna vez pudo tener, pues entre muchas cosas, algunos artículos son objeto de análisis jurídicos más profundos, para efectos de no contravenir lo indicado en la Constitución Política en cuanto a régimen de empleo, que son creados por el constituyente como lo son; el Poder Judicial, la Universidad de Costa Rica, la Caja Costarricense de Seguro Social y las Municipalidades.

En ese mismo orden de ideas, en materia de un orden constitucional y el marco legal vigente a la luz de los derechos humanos, se establecen una serie de competencias para el Ministerio de Planificación MIDEPLAN, que son exclusivas del Ministerio de Trabajo y del Servicio Civil y por otra parte, el proyecto pretende de manera tácita, desconocer el ámbito de aplicación de la negociación colectiva en sector público.

La Constitución Política establece con total claridad la competencia del Servicio Civil en materia que trata este proyecto de Ley a punto de ser dictaminado. Este proyecto, debe ser a nuestro criterio, objeto de un exhaustivo análisis, examinado mediante un estudio profundo del espíritu del Constituyente, que estableció y creó con rango constitucional al Servicio Civil, mismo que posee un principio de reserva de ley, sobre la materia de empleo público y de una competencia que no puede ser trasladada o compartida, que en contra posición tal como lo presenta el proyecto en mención, se hace con un procedimiento más complejo a través de MIDEPLAN y además no se atiende el tema de la constitucionalidad, que entre otras cosas, en una eventualidad al momento de su aprobación en el plenario legislativo, debería exigir una votación de dos terceras partes del total de los miembros de la Asamblea Legislativa.

En momentos en que se debate nuestro país en búsqueda de un diálogo efectivo para encontrar soluciones, es que siendo integrantes del Foro Multisectorial de Diálogo Nacional de la Asamblea de Trabajadores del Banco Popular, nos atrevemos a solicitar a esta Comisión Legislativa que no dictaminen el proyecto Ley Marco de Empleo Público y que nos permitan presentarles propuestas elaboradoras de los sectores que representamos, y que en su lugar se conozcan otros textos, que ya han venido siendo consensuados por diferentes actores sociales, mucho más realistas y apegados al espíritu de la Constitución.

Sin otro particular, agradeciendo la atención brindada a la presente, le saludamos con las más altas muestras de consideración y estima,

Lic. Lenín Hernández Navas
Presidente CTRN

CTRN: “Al gobierno le falta seriedad y compromiso para generar un diálogo transparente, multisectorial y responsable”

El Presidente de la Confederación de Trabajadores Rerum Novarum (CTRN), Lenin Hernández Navas detalló que no aceptaron la invitación del Poder Ejecutivo para participar en el dialogo de una mesa multisectorial porque al Gobierno le falta seriedad y compromiso en sus propuestas.

Hernández Navas criticó que dentro de los principios orientadores sugeridos para el diálogo propuesto por el Gobierno se cite “no patear la bola” y agregó que CTRN había asumido un compromiso de participar en la plataforma de diálogo propuesto por la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras del Banco Popular y de Desarrollo Comunal (ATBPDC), el cual inició tres semanas atrás.

“Acudimos al llamado de diálogo extendido por la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras del Banco Popular y de Desarrollo Comunal (ATBPDC) porque creemos que el país vive una crisis económica y social, pero sobre todo, de credibilidad en el Poder Ejecutivo y porque requerimos de un diálogo transparente, multisectorial y responsable”, afirmó el representante de los trabajadores.

De acuerdo con Hernández Navas ante la ausencia de aciertos del Poder Ejecutivo para convocar a todos los sectores, a una sola mesa de diálogo, transparente, multisectorial y responsable los Secretarios Generales y Presidentes de la CTRN se reunieron con sus Sindicatos y concluyeron que Costa Rica requiere de una gran alianza entre todos aquellos sectores que organizadamente, se propongan la defensa de la institucionalidad y la búsqueda del bienestar común.

Por lo anterior la CTRN aceptó la invitación extendida por la ATBPDC porque es un órgano que por ley tiene la máxima representación multisectorial de las personas trabajadoras, destacó el Presidente de la organización sindical.

“Creemos que, no es el momento de dividir, sino de sumar, esfuerzos de los sectores artesanales, comunal, cooperativo, de autogestión, del Magisterio Nacional, profesional, sindical, solidarista y de trabajadores independientes así como los sectores laborales, empresariales, también las organizaciones campesinas agrícolas e Industriales y la academia. Nos llegó la hora de construir una nueva alianza por el bien común”, finalizó Lenin Hernández Navas, Presidente de la CTRN, organización que reúne, a más de 50 sindicatos, del sector público y privado.

Lenin Hernández Navas
Presidente CTRN

Manifiesto de la Confederación de Trabajadores Rerum Novarum ante la grave crisis económica, política y social que vive el país

  1. Tomando en consideración que la Rerum Novarum es la Confederación más grande del país, que aglutina a más de 50 sindicatos, con una membresía superior a los 50 mil trabajadores, tanto del sector privado, como del público, en su mayoría en la primera línea de lucha contra la pandemia, y otros sectores, los más afectados por la crisis económica, política y social que vive nuestro país.
  2. Que a raíz del anuncio del Gobierno en torno al plan para iniciar las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a efecto de acceder a un préstamo para pagar la deuda interna, han surgido muchos movimientos sociales de oposición que podrían desencadenar un movimiento social, sin precedentes en la historia nacional por el grado de descontento popular existente.
  3. El anuncio del Gobierno de la República representa una serie de ocurrencias muy bien decididas a proteger a los que más tienen y desfavorecer a los que menos tienen, con una serie de impuestos cuyo efecto inmediato empobrece a la clase asalariada tanto el sector público como privado.
  4. Para la Rerum Novarum es urgente, que si se van a promover más impuestos los mismos tienen que aportarlos los que más tienen, es decir los impuestos tiene que pagarlos el gran capital financiero que ha tenido múltiples ganancias en este periodo de la pandemia y antes de la pandemia, pero ha sido condonado por el estado durante mucho tiempo.

La Rerum Novarum no va a repetir la consigna “no más impuestos” de la cual se está valiendo el sector empresarial para aprovecharse de un falso populismo direccionado a que tampoco les cobren impuestos a ellos, quienes acto seguido piden de inmediato reducir el aparato estatal lo que implica el riesgo de cierre de programas sociales, y de instituciones de bien social, como lo es Fondo Asignaciones Familiares (Fodesaf) y por tanto restar la posibilidad de protección a los más necesitados en un país donde crece la pobreza a ritmos acelerados y donde la informalidad pasa hacer un porcentaje sumamente alto de los trabajadores que tiene el país.

Visto lo anterior los empresarios harán desaparecer el bono de vivienda, los comedores escolares, las becas estudiantiles, las ayudas para mujeres agredidas y todos los programas sociales.

  1. Por responsabilidad con el país, con sus sindicatos, y federaciones afiliadas, la Confederación de Trabajadores Rerum Novarum se reunió el pasado lunes 21 de setiembre con los secretarios generales y presidentes que conforman dichas organizaciones sindicales y después de un debate prolongado se llegó a la conclusión de que Costa Rica requiere una GRAN ALIANZA entre todos aquellos sectores que organizadamente, se plantean en su agenda la defensa de la institucionalidad del país, la defensa del medio ambiente, la defensa de los derechos humanos, la defensa de la protección social.
  2. Luego de este análisis se acordó aprobar la siguiente política de alianzas coyunturales, estratégicas para la defensa de la institucionalidad del país, los derechos sociales, laborales y ambientales y contra políticas anti laborales.
  3. Para la Rerum Novarum es más que necesario que desde el propio seno de la sociedad civil se llegue a acuerdos bajo una misma agenda que nos permita lanzar las bases sólidas de una CONCERTACIÓN NACIONAL con arraigo, popular y nacional.
  4. Ante esto, el Consejo Ejecutivo Nacional acordó una política de alianzas con todos aquellos sectores cuya intención es mantener el Estado Social de derecho, hacer uso de los mecanismos que nos da el derecho a la protesta para poder reivindicar a la sociedad costarricense.
  5. Creemos desde la Rerum Novarum que debemos protestar pero también proponer. Iremos a exigirle al Gobierno, que los impuestos que promueva para cubrir las necesidades del país, tienen que ser dirigidos al gran capital financiero, ese que por años se ha visto protegido y por lo tanto no ha contribuido en lo mínimo con los tributos al estado y por tanto no genera desarrollo, no genera empleo, tampoco beneficio social ni económico al país.
  6. Creemos necesario entonces la urgencia de tener una agenda nacional unificada para resolver los grandes problemas de la salud, del desfinanciamiento del régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), así como la falta de atención a la salud que podría darse muy cercanamente. Necesitamos fortalecer la educación, así como que el país dé respuesta a esos niños que se han excluido del sistema escolar por cuanto sus padres y los ingresos familiares no les da ni para tener internet, ni mucho menos una computadora, ni mucho menos un teléfono inteligente donde reciban sus clases. Se considera en más de medio millón de niños, niñas y jóvenes que están quedando excluidos del sistema escolar y quienes no deben quedar rezagados porque estarían condenados a la miseria y la pobreza.
  7. Por ello, la Rerum Novarum deja claro ante la ciudadanía, que el movimiento sindical que representa va a estar a la par de todos aquellos grupos organizados, cuya agenda sea la defensa del país, pero a su vez deja también claro, que no participará con grupos cuyo interés solapado esté con un carácter partidario, porque consideramos que Costa Rica no merece ser engañada nuevamente.
  8. Habrá muchos políticos tradicionales que se rasgan las vestiduras ante esta crisis, pero fueron responsables de esta crisis.

LLAMAMIENTO PÚBLICO

La Rerum Novarum llama a la gran lucha nacional. La Rerum Novarum llama a la ALIANZA COYUNTURAL con todo aquel movimiento auténtico por la defensa de Costa Rica y no participará con ningún grupo cuyo objetivo tenga un carácter partidario, este es un movimiento de la familia costarricense, es un movimiento patriótico, es un movimiento por la salvación del país.

La Rerum Novarum llama a toda la población, a todo el sector organizado de las municipalidades, de las asociaciones de desarrollo, cooperativas, asociaciones solidaristas, para que nos unamos en esta gran causa.

Costa Rica nos necesita, vamos a defenderla y… ¡¡¡a lucha porque sin luchas no hay victorias!!!

Préstamo del FMI agravará la crisis social de Costa Rica

Osvaldo Durán Castro, Sociólogo/Profesor ITCR – FECON

La esencia del “Plan para superar el impacto fiscal de la pandemia. PROPUESTA PARA NEGOCIAR CON EL FMI. CONSEJO ECONÓMICO”, es la consolidación del modelo de desigualdad social con más políticas económicas restrictivas y de “disciplina fiscal”, que no servirán para sacarnos de la crisis. Que el Estado está en crisis o incluso a punto de quiebra es un hecho. Pero lo que debería estar en discusión con participación efectiva/democrática de toda la sociedad costarricense, y no lo está, es cuáles con las acciones que nos permitirán enfrentar la crisis sin profundizar la pobreza y la inequidad general.

Estos comentarios son una primera reacción ante la propuesta para el FMI, o más bien del FMI y el Gobierno, para no pecar de ingenuos, pues sabemos que están “dialogando” desde hace tiempo.

El punto de partida ante esta propuesta es que Costa Rica puede y debe prescindir de este convenio con le FMI. El país tiene condiciones financieras para atender la crisis con parte de las reservas del BCCR; pero no aplicando salvamentos a los bancos y capitales privados, como ya anunció el Ministro de Hacienda, si no orientando acciones de política económica incluyentes y solidarias. La propuesta que desde hace meses hizo el exgerente del Banco Central de Costa Rica, William Hayden es clara y posible de ejecutar: “El Banco Central tiene US$8.000 millones de Reservas Monetarias Internacionales invertidos en el exterior, la mayor parte en títulos valores a tasas de interés en dólares. Como medida de emergencia propongo que el Gobierno emita Bonos Emergentes Covid-19 en dólares por la suma de US$ 1.000 millones a un año plazo al 3.5% de interés y que los adquiera el Banco Central” (https://www.elmundo.cr/economia-y-negocios/william-hayden-propone-alternativa-para-que-el-gobierno-no-recurra-a-impuestos-solidarios/).

Debemos aceptar que la crisis es real, pero que no la generó la pandemia del CV19 y que la salida ya no debe ser el ajuste restrictivo en contra de la clase trabajadora. Entendemos y aceptamos, como debe ser, que los aportes desde los salarios públicos y privdos y los ingresos por el trabajo independiente o cuenta propia en todos los campos, deben planificarse de acuerdo con el poder adquisitivo y los ingresos de los diferentes segmentos, revisando salarios altos, pensiones de lujo, incluso anualidades, y otros componentes de los salarios y los ingresos. Pero el Gobierno reitera su fijación de ataque “al trabajo” y la población en general. Pareciera que su meta es desaparecer lo que sobrevive de los segmentos de medianos ingresos y elevar la pobreza.

Con esta propuesta para el FMI, le siguen cobrando al Estado social y a los y las trabajadoras del sector público, la factura del desfinanciamiento del Estado. En la propuesta se indica: “Empleo público. El tema de empleo público fue objeto de un conjunto de propuestas, desde una reforma estructural al empleo público hasta algunas más puntuales de recortes a los pluses salariales, la eliminación y congelamiento de las anualidades, así como una evaluación de desempeño por resultados más efectiva y rigurosa” (p. 27). Pero, más allá de esas declaraciones, las medidas dejan claro que la evasión, elusión y exoneraciones para el capital privado, tiene su contraparte en las restricciones, las regulaciones y las limitaciones de las condiciones laborales, salariales y, en general, el deterioro de la calidad de vida de la gente trabajadora.

Esta dirección queda expuesta en el enunciado “Acciones permanentes para reducir y contener el gasto público”, punto “2. La reforma al empleo público mediante la aprobación del expediente legislativo N° 21.336 Ley Marco de Empleo Público” (p.38). Lo fundamental de esta propuesta es “…la necesidad de contar con nuevas modalidades de jornadas laborales para permitir mayor flexibilidad y un mejor acoplamiento a las necesidades del mercado, (que) se ha impulsado el Proyecto de Ley N° 21.182 de jornadas excepcionales de trabajo, el cual busca establecer la modalidad de doce horas y jornada anualizada” (p. 56). Igual se enfilan ataques contra el aguinaldo, el salario escolar y otros “privilegios” que de hecho son pagados por cada trabajador/a y no por el capital privado y el Estado. Lo que en el mundo entero ha permitido tal “flexibilidad”, es crear nuevas condiciones para que se eleve el lucro privado de las empresas tanto locales como extranjeras, a costa de la pérdida de condiciones laborales, cuyos impactos más negativos son acumulativos de plazo indefinido. Gran parte de la actual y de las nuevas generaciones de trabajadore.as, vivirán el deterioro directo y pérdida de la calidad de sus empleos, de sus ingresos, del nivel de vida de sus familias, de sus seguros de salud y hasta de sus pensiones, entre otros impactos negativos.

Si bien muchos componentes de los salarios y los ingresos que se pueden revisar, las medidas propuestas llevarán a deteriorar los salarios de miles de trabajadores y trabajadoras del país, cuyo ingreso es apenas suficiente para atender sus obligaciones. Por ejemplo, el Gobierno puede revisar los rubros de erogaciones por salarios y pensiones superiores a los 3 millones de colones y fijar impuestos de al menos entre el 20% y el 80% y hasta mucho más a las 523 pensiones que en junio del 2020 iban desde los ₡5 000 477,06 hasta los ₡14 446 858,00 (montos que resultan ofensivos). En 2018, el Ministerio de trabajo indicó que “un total de 325 personas pensionadas bajo este régimen no están pagando la contribución especial solidaria contemplada en la ley 7531. Según la Dirección Nacional de Pensiones (DNP) del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, si se aplicara el levantamiento de esta exoneración a estos casos, se lograría un ahorro aproximado de ¢1.794 millones anuales”. MTSS (2018).

Esta propuesta para el FMI es una versión extendida del Plan fiscal que todos los análisis advirtieron como regresivo, injusto y antisolidario, lo cual sigue quedando de manifiesto. Igual que con la Ley 9635 (antes “Combo fiscal”), con la propuesta para el FMI, se obliga a nuevos tributos a la gente asalariada y más pobre, y se consolidan los privilegios de la gente más rica. La esencia de la propuesta para el FMI se puede resumir con los datos que aparecen en el “Cuadro 4. MEDIDAS PERMANENTES: Impacto fiscal en ingresos y gastos. Porcentaje del PIB. 2021-2024” (p. 41). La evasión fiscal, la elusión y las exoneraciones quedan intactas. El rubro “Lucha contra la Evasión (Hacienda digital)” aportaría tan soló el 0,25% del PIB y hasta los años 2023 y 2024. Ni siquiera se aplicaría de inmediato, a partir del 2021, como todas las demás medidas, si no que lo harían hasta el 2023, asegurando un margen de consolidación de esos privilegios.

Los privilegios de la élite costarricense siguen intactos; inalterados con esta propuesta de acciones para el préstamo del FMI. Mientras que países como Argentina renegocian su deuda, Costa Rica le brinda al FMI, que no es otra cosa que una extensión del mundo corporativo, y antes el mecanismo sustituto de los golpes de Estado en América Latina, la oportunidad de imponer al pueblo de Costa Rica nuevas ataduras sociales en todos los campos. No es necesario “El ladrillo” de los Chicago Boys de la dictadura de Pinochet para continuar hundiendo a la clase trabajadora y a la sociedad en general, incluidas las nuevas generaciones, a los dictados de la economía corporativa. Los contribuyentes, los asalariados, los deudores, que son en su mayoría la clase trabajadora, subsidian a los bancos privados y en general a la economía privada y corporativa que no asume su carga de responsabilidad. Además de la baja de los salarios y los ingresos en general por medio del congelamiento de aumentos salariales y eliminación de anualidades, entre otras disposiciones, es la gente trabajadora la que asume, en el largo plazo, el pago de la deuda que adquiere el Gobierno en nombre “del país”.

El Gobierno asumió de la manera más unilateral posible y en alianza con la élite que lo controla, la formulación de esa propuesta. Mientras se desarrollaba el proceso “Costa Rica Escucha, Propone y Dialoga. Acuerdo con el FMI”, se redactaba el documento para el FMI. Muy “a lo tico”, en ese documento se hace referencia a las propuestas de esos encuentros intentando dar una visión de “consensos”, pero el documento para el FMI no las retoma como medidas concretas. Se despreció por completo la solidez de los argumentos y más allá las buenas intenciones de quienes participaron en ese proceso, queda demostrado que las negociaciones reales tenían lugar en otras oficinas, en la Asamblea Legislativa con las fracciones alineadas al Gobierno y en el Ejecutivo, sin olvidar a la Asociación Empresarial para el Desarrollo (AED) y la Asociación Horizonte Positivo. Esta colusión también reafirma lo que desde hace muchos años definimos como el “Estado secuestrado”, ahora con la complacencia total del Poder ejecutivo. El mito o falacia del diálogo nacional y el consenso se demostró una vez más. Esa es la lección que deberíamos asimilar todos los actores sociales excluidos, y hacer un esfuerzo extremo de articulación y acciones ante el Gobierno y el FMI.

Si se hiciera un ejercicio de información, explicación y consulta efectiva y democrática de esta propuesta y sobre todas las alternativas posibles, es seguro que la población sobre concluiría que no quiere asumir deudas de largo plazo con el FMI. Es seguro que con información veraz y completa se exigiría al Gobierno actuar para la gente y el beneficio del país y no para la élite que lo guía. Pero bajo un régimen de desinformación bien articulado e impuesto como el que vivimos, es natural que un segmento de la gente piense que el crédito con el FMI es necesario para salir e la crisis, cuando la verdad es que es la propuesta más regresiva que hemos visto en mucho tiempo. Como ya dijimos, es una extensión del “combo fiscal”.

Si revisamos todos los rubros de la propuesta concluimos que se enfila contra la sociedad en general y el mundo del trabajo en especial, pues se incluyen medidas como imponer cargas a las transacciones mínimas en un cajero automático, un “Impuesto 25% premios de lotería”, eliminar la “exoneración salario escolar” que es un ahorro de cada trabajador/a, etc. Otra línea confirmada es que el Gobierno atenta contra el Estado, y contra el Estado social en particular. Las proyecciones de “Recortes al presupuesto/Regla fiscal”, se estiman en 0,76%-0,78%-0,82% y 0,96% desde 2021 hasta el 2024, montos que triplican y hasta casi cuadruplican la irrisible suma que en 2 años (2023 y 2024) se recuperaría con los ajustes mínimos propuestos para disminuir la evasión y elución fiscal. Justificar el recorte del “gasto” o inversión del Estado por falta de ingresos/déficit, es un sinsentido cuando el mismo Estado se inmola en favor de una élite privilegiada.

Hay que repetirlo: la esencia de la propuesta es que el rubro “Lucha contra la Evasión (Hacienda digital)” asegura los privilegios del empresariado; del capital. Ni siquiera entraría a regir el próximo año, si no hasta el 2023 y con un aporte de apenas del 0,25% del PIB mientras otros rubros, como “Aumento del impuesto sobre la propiedad de bienes inmuebles (en 0,50 pp)”, desde el 2021 aportaría 0,56% del PIB anual, mucho más del doble que las empresas que disfrutan del no pago de impuestos.

En dirección de hacer que Costa Rica sea un país con mayor justicia social, NO SE JUSTIFICA FIRMAR UN NUEVO CONVENIO CON EL FMI. Lo que se debe hacer prioritariamente es aplicar mecanismos eficientes y eficaces contra la evasión, elusión y exoneraciones fiscales, y recurrir a las reservas financieras del BCCR, que no implican condicionar la política económica del país ni empobrecer a más personas. Cualquier evaluación del Gobierno de Costa Rica corroboraría que es un Gobierno ineficiente e ineficaz, porque sabe exactamente a quiénes y cuánto cobrar, pero no lo hace. Los ingresos y ahorro proyectados por Gobierno Central son insignificantes comparados con lo que el Estado podría recibir si al menos iniciara el cobro de impuestos a las empresas y capitales privados que siguen amparados en los beneficios, la impunidad, la negligencia y la complicidad de las autoridades del Gobierno.

Carta para Carlos Alvarado de Mujeres en Acción

Compartimos la carta enviada por el colectivo Mujeres en Acción con respecto a la iniciativa del Gobierno llamada: «Costa Rica escucha, propone y dialoga»:

San José, 18 de agosto del 2020

Señor
Carlos Alvarado Quesada
Presidente de la República
Su Despacho

Estimado señor presidente:

El colectivo feminista Mujeres en Acción, conscientes y extremadamente preocupadas por la crisis social, política y económica que vive nuestro país a consecuencia de las decisiones históricas y, las que se han adoptado para enfrentar la pandemia, ante la sugerencia del gobierno llamada: «Costa Rica escucha, propone y dialoga», consideramos importante manifestar lo siguiente:

  1. Es vital un diálogo nacional que abra la posibilidad de comprender y actuar sobre las realidades territoriales, sectoriales y poblacionales creadas y profundizadas a partir de las medidas adoptadas en el marco de la crisis sanitaria.
  2. Es clave reconocer que desde que inició la pandemia, grupos sociales y económicos hemos planteado acciones inmediatas, de corto y mediano plazo, que no han sido respondidas por parte de su gobierno.

En el contexto actual, y ante esta nueva propuesta, nos preguntamos:

  1. ¿Por qué se parte de una agenda ya definida unilateralmente por parte del gobierno y no se abre a una construcción conjunta entre la diversidad de sectores y actores sociales y políticos, como base para un auténtico diálogo que pueda llevar a negociaciones y acuerdos?
  2. ¿Por qué luego de cuatro meses de falta de escucha a los movimientos sociales se dan plazos tan cortos para dialogar y proponer las urgentes reformas coyunturales y estructurales que necesita nuestro país?
  3. ¿Por qué no se evidencian de forma transparente los mecanismos para analizar y sistematizar las propuestas?
  4. ¿Por qué no se aclara desde ya cuál será el mecanismo de diálogo que garantice las condiciones democráticas, justas, reales y que conduzcan a una eficaz negociación y definición de agenda nacional?
  5. ¿Existe un compromiso real con una visión y proyecto de país inclusivo y democrático, que garantice la actuación del Estado en aras del bienestar colectivo?

En relación con su llamado a la remisión de propuestas queremos recordar que este colectivo remitió a su despacho dos cartas con propuestas concretas, mismas que no han sido respondidas.

El 11 de junio enviamos al despacho que usted representa una propuesta fiscal con seis soluciones concretas para superar la pandemia sin un aumento de la desigualdad y protegiendo las instituciones del Estado de bienestar. Aquí le adjuntamos, para su estudio y respuesta, el siguiente enlace donde encuentra dicho documento:

https://drive.google.com/file/d/1SFihEzmsVmnuIbphQKhx_HwdjmIhzBuI/view?usp=sharing

En una segunda carta abierta, también dirigida a su persona y enviada el 14 de Julio a su despacho (https://drive.google.com/file/d/1lDdDuBz-jpNRmuZVovJ7OHxdW8QWeV4v/view?usp=sharing), en respuesta a su discurso en cadena nacional de televisión del 12 de julio, le preguntamos, entre otras cosas:

  1. ¿Por qué considera indispensable negociar con el Fondo Monetario Internacional, sin abordar públicamente la opción de recurrir a las reservas del Banco Central?
  2. ¿Cómo propone el gobierno refinanciar a las instituciones públicas y a los programas sociales, durante y después de la pandemia?
  3. ¿Está el gobierno valorando la venta de activos en el corto o mediano plazo? ¿Por qué?

También le expresamos nuestro asombro y preocupación con el hecho de que su equipo de gobierno no se hubiera referido aún a las propuestas para enfrentar la crisis que hemos hecho distintos sectores; incluidas dos propuestas legislativas de recurrir a contribuciones fiscales del gran capital para así evitar que Costa Rica salga de la crisis aún más desigual de lo que ya es hoy. Tampoco en esa oportunidad recibimos respuesta.

Nos llama la atención y nos genera dudas la legitimidad de este llamado al diálogo que, se convoca con la decisión ya tomada de negociar un convenio stand by con el FMI en septiembre. Lo anterior a pesar de que se ha cuestionado su conveniencia como única vía para financiar al Estado y, tomando en cuenta que hasta la fecha, ha existido la negativa de transparentar los términos de esta negociación.

El gobierno ha tenido muchos meses para escuchar y actuar sobre las diversas propuestas de los movimientos sociales. Sin embargo, no hay existido un mínimo respeto y consideración para contestarlas.

Por lo anteriormente expuesto, solicitamos respuestas transparentes, claras, concretas y por escrito de ambas misivas al correo de mujeresenaccion.costarica@gmail.com y respetuosamente sugerimos, con miras a participar en un eventual diálogo, lo siguiente:

  1. Un primer diálogo con una participación plural para fijar una agenda entre todos los movimientos sociales, sectores económicos y sociales organizados y el gobierno, con metas de corto, mediano y largo plazo.
  2. El carácter vinculante de los acuerdos tomados con miras al establecimiento de una hoja de ruta que verdaderamente los incorpore y garantice su cumplimiento.
  3. Un marco ético de actuación con mínimos comunes para el diálogo y los disensos acordados entre todos los sectores y movimientos.
  4. La suspensión o retiro de los proyectos enviados a la Asamblea Legislativa que afectan el empleo y las finanzas públicas, especialmente el proyecto N. 21181, denominado proyecto de flexibilización laboral, que no sólo es inconstitucional, sino que atenta contra el derecho al trabajo y las conquistas laborales de los últimos 100 años, así como todos los estándares y principios del derecho internacional.
  5. Un informe sobre el avance de las negociaciones con el FMI y los términos concretos que se están negociando.
  6. La discusión colectiva de si las negociaciones con el FMI son realmente indispensables o si es posible contar con alternativas de financiamiento a partir de un impuesto temporal a los grandes patrimonios y las riquezas nacionales propuestas por muchos sectores, uso de fondos del Banco Central e impuestos a las transacciones financieras.
  7. La presencia de personeros gubernamentales de rango ministerial y con poder de decisión durante todas las negociaciones, incluyendo al Equipo Económico del Gobierno.
  8. La incorporación y operacionalización del principio de la ética del cuidado de la vida humana y del planeta en el centro de las políticas económicas y sociales.
  9. La existencia de observadores garantes del diálogo, acordados de común acuerdo, incluyendo personalidades reconocidas, neutrales e idóneas, como representantes de las universidades públicas, más no de denominaciones religiosas.

Finalmente, adjuntamos un documento que recoge una serie de nuestras propuestas claves a contemplarse en este diálogo y que ya presentamos públicamente el día 24 de julio (https://www.facebook.com/mujeresenaccioncostarica/videos/770243210209319).Reiteramos que nos anima el amor que tenemos por nuestro país, la defensa de los derechos humanos de todas las personas que lo habitamos, y el deseo de fortalecer la democracia política, social y económica y en consecuencia, el Estado Social de Bienestar.

M.Sc. Ana Elena Obando M.
Mujeres en Acción

Ante las marchas y movilizaciones que se están convocando

Vladimir de la Cruz

¿Hacia dónde debe enfocarse la atención de las personas, de los ciudadanos, de los que están interesados en el mundo político nacional, con todas sus aristas?

Hay en el ambiente político acciones, que como en un remolino, mezclan diversas fuerzas sin saber quién es el principal director de esas acciones, o mostrando diversos actores, algunos de ellos obviamente con un desconocimiento total de cómo es el engranaje político y la estructura política institucional del país.

Que la gente proteste es válido. No solo en un derecho reconocido en el país, sino que la propia institucionalidad oficial lo reconoce y defiende como un derecho de los ciudadanos. El propio Ministro de Seguridad Pública muchas veces, frente a las diversas manifestaciones, y hasta con actos de cierres de calles, ha reconocido este derecho ciudadano, exigiendo nada más que no se bloquee toda la calle, que al menos dejen un carril libre de circulación. Y aun cuando cierran ambas vías o una sola en su totalidad, por horas han permitido la acción ciudadana. Hace algunos años esto no era así. El aparato represivo, expresado policialmente, se hacía sentir rápidamente. Hoy hay márgenes de acciones de calle con “tolerancia” policial.

Marchas, manifestaciones, concentraciones, paros en las calles son hoy bastantes comunes. Diversos sectores las convocan y realizan.

Sin embargo, cuando se convoca a una marcha, a una manifestación, a una protesta organizada, frente a la Casa Presidencial, pareciera que se obnubilan los mismos dirigentes, que en el molote de “dirigentes” que convocan, sin articulación entre ellos, no saben qué hacer, o algunos de ellos salen públicamente a desdecirse de algunas de las consignas de movilización que se agitan, porque jurídicamente saben que no son posibles.

En las luchas sociales, en las huelgas, por ejemplo, hay que tener certeza de qué se quiere pelear, hay que tener certeza de que se puede lograr, hay que tener certeza de qué se puede negociar, para lo cual hay que llevar a la mesa de negociaciones propuestas negociables y no negociables, para poder sacar un resultado positivo. Y, sobre todo, hay que tener certeza de la capacidad organizativa y del apoyo que se va a recibir en la lucha, y de los aliados que se pueden lograr.

Ninguna huelga o protesta de este tipo puede realizarse con objetivos imposibles, porque se pierde. Lo ideal es que de una lucha social salga algo positivo, algo tangible, algo provechoso para los que están en lucha, porque ese resultado es el que va a posibilitar otras luchas se semejantes, y crecientes. Si las luchas, de este tipo se conducen con resultados reiteradamente perdedores, terminan debilitando las organizaciones convocantes de estas luchas, en el caso de este ejemplo, los sindicatos, a situaciones desmovilizadoras hacia el futuro, a la pérdida de confianza y de conciencia de quienes deben estar en esa lucha hacia sus dirigentes y sus organizaciones.

Está convocada una marcha, una movilización, una concentración, de diversos sectores sociales y de trabajadores, y con consignas mezcladas diversas y confusas entre ellas. Veamos dos de esas consignas. Una que llama a destituir al Presidente de la República, pidiéndole que renuncie. Los que enarbolan esa consigna pareciera que son analfabetos políticos totales, que nunca han leído ni siquiera la Constitución Política, ni la conocen, a pesar de que algunos son abogados y otros han sido hasta diputados. Uno de ellos, que fue diputado y es abogado, y también candidato Presidencial del Partido Liberación Nacional en 1998, José Miguel Corrales se corrió de esa consigna, porque sabe que eso no es posible, y que es una tontería estar agitando, y engañando a la gente, en esa dirección.

Si el Presidente, supongamos, renuncia, le sucede constitucionalmente la Primera Vicepresidencia de la República, y si ésta también renunciara, le seguiría, en orden de sucesión, la Segunda Presidencia de la República. Supongamos más. Que renuncian los tres juntos, los vicepresidentes, con gran sacrificio patriótico en solidaridad con su Presidente, renuncian a la vez, entonces, asume el Puesto de Presidente quien ejerce la Presidencia de la Asamblea Legislativa… si no renuncia, Y, si renunciara, en la Asamblea Legislativa hay tantos Presidentes legislativos, hasta 57, si todos son mayores de 30 años, que pudieran asumir ese puesto, si el Presidente Legislativa que nombren renuncia a su puesto y renuncia por ello a asumir la Presidencia de la República. Así de simple.

Si las cosas fueran así de sencillas, la sola renuncia del Presidente, no nos da a los costarricenses, con las dos Vicepresidencias que existen, y con el actual Presidente Legislativo, algo mejor que lo que dirige la Casa Presidencial y el Poder Ejecutivo Nacional.

Sería como tirarse a un precipicio, auto inmolarse o hacerse un harakiri, que es suicidarse rompiéndose todas las entrañas con una espada o un puñal especial.

De estas formas la del Harakiri al menos es la que hacen los guerreros, voluntariamente, sobre todo cuando quebrantaban algún Código de Honor. Pero no hay Código de Honor roto entre los manifestantes que demandan esta consigna de la renuncia. En cualquier caso, le correspondería al propio Presidente si considerara que el Código de Honor de su Mandato, surgido de la representación popular, lo ha violado o traicionado. Pero esto tampoco está en la discusión de la petición de su renuncia.

No se engañen los que agitan esta consigna. No sean tontos o idiotas. No les caben otras calificaciones. ¿Qué realmente prefieren de Presidente de la República?

Esa es una consigna imposible, irreal. Eso es movilizar gente a tontas, como a darle a una piñata o a jugar a la gallinita ciega. Obviamente los que convocan en esta dirección carecen de vista. No tienen claro cuál es el escenario en qué deben moverse. O tienen grandes cataratas en sus ojos, o tienen una degeneración macular aguda por su edad, que no les permite tener una visión central y aguda, por lo que no pueden leer, el escenario político, o no pueden ver detalles finos, de ese mismo escenario.

La otra consigna. La lucha contra la corrupción. Esta es absolutamente válida. La corrupción no está en La Luna ni en Marte. Campea en toda la institucionalidad pública. Aunque no se vea, ni se toque, se respira, hiede por todo lado. Esto es cierto. No se necesita ser brujo ni adivino para señalar la existencia de la corrupción en el país. Pero, la sola lucha contra la corrupción, y la movilización contra ella, no es por sí misma suficiente. La corrupción no es intangible, por eso no se puede movilizar contra la corrupción en general. O se moviliza contra actos de corrupción precisos, denunciables, contra los funcionarios que los han realizado, con nombres y apellidos, pidiendo cosas concretas contra ellos, renuncias de sus cargos, y la acusación penal respectiva, exigiendo las penas más altas posibles para que su castigo sea ejemplarizante. Pero, no se puede luchar contra la corrupción en abstracto, en general. Eso no resuelve nada.

Lo mejor sería que en este caso quienes se manifiestan en esta dirección elaboren un Proyecto de Ley, contra la corrupción, y se movilicen donde debe ser, a la Asamblea Legislativa a presentar el Proyecto de Ley, por iniciativa ciudadana, que ahora se puede, o presentándoselo a algún diputado, o grupo de diputados que lo acojan y presenten como propio. Entonces sí vale la movilización diaria, permanente frente a la Asamblea Legislativa, hasta que le den el trámite para que llegue ese Proyecto de Ley al Plenario legislativo, y con las calles llenas presionar por su aprobación.

La sola movilización contra la corrupción, si no hay una propuesta concreta, es un canto a La Luna. Los que han sido diputados y están en esa marcha y movilización comprometidos lo saben. Si lo que tratan es de ganar alguna imagen más de la que ya tienen, bien ganada o mal ganada, no pasarán de sumar a su récord personal que han movilizado gentes bien intencionadas al desgaste político.

Algunas de las Cámaras empresariales, hace poco tiempo plantearon, ante el Gobierno, como parte de sus luchas y demandas, la necesidad de luchar contra la corrupción, la elusión, la evasión y el contrabando, que a ellos, los empresarios honestos, también los afecta. Los sindicatos, por su parte, han hecho pronunciamientos similares.

Sin embargo, siendo este un punto de Unión Nacional, en el buen sentido, no se han puesto de acuerdo, estos sectores organizados, para presentar una propuesta conjunta. De pronto que puede salir, una propuesta concreta, si se sientan a hablar sobre esto.

El tercer elemento alrededor de esta convocatoria, de marcha, de protesta, es el río revuelto que se quiere realizar, y las aguas subterráneas que se mueven dentro de ese molote social. Es el elemento desestabilizador de quienes, desde hace poco tiempo, han empezado a agitar las banderas de la anarquía institucional, los que convocan contra los Poderes del Estado, contra su imagen, los que denigran a todos los funcionarios públicos políticos, a las Autoridades de Gobierno, de sus cuatro Poderes, y de las Instituciones públicas, son los que hablan en abstracto contra la corrupción del gobierno, la corrupción de los políticos, la corrupción de los partidos políticos, la corrupción de los trabajadores con altos salarios o con altas pensiones, como si fueran estos los que se recetaron sus salarios y sus pensiones, que son originadas por las luchas de los trabajadores y por Leyes de la República.

Quienes así están actuando está deslegitimando todo el sistema democrático, y democrático representativo, que tenemos. Solo están favoreciendo salidas políticas golpistas, antidemocráticas, autoritarias, despóticas, fascistas y hasta tiránicas. Qué nadie se engañe en esto.

En este escenario perdemos todos los costarricenses, de cualquier signo político o ideológico en que se ubiquen, y de cualquier clase social con la que se identifiquen o pertenezcan. Este sería el resultado de este tipo de luchas que conduzcan a hacer surgir, de la espuma que se levante, líderes de ocasión, populistas, que como canto de sirenas, puedan ilusionar a sectores sociales desesperados y desilusionados de su propia situación social, en este momento de crisis social, por los efectos socio laborales de la pandemia, y por los golpes económicos de la misma.

Algunos, de los que están convocando a estas movilizaciones, todavía tienen posibilidades en tiempo real de que constituyan su partido político para las elecciones del 2022, que pareciera son sus aspiraciones principales, y movilicen lo que puedan alrededor suyo, para tal vez volver a la Asamblea Legislativa como diputados.

Algunos de esos líderes que están convocando ya han participado en varios procesos electorales, sin haber logrado la confianza del electorado. Tal vez en medio de esta situación social logren sacar algunos votos de más, por lo menos, para volver a la Asamblea Legislativa, que es cada vez más difícil, por el número de votantes que se necesita para salir electo, cuando no se tiene la fuerza y el reconocimiento social y político del caso, o se tiene una imagen desgastada que ninguna movilización de este tipo les va a mejorar.

Los dirigentes sindicales que se han tirado en esta movilización, ¡cuidado queman lo poco que les queda de sus naves!

La Pandemia no ha creado una crisis de gobernabilidad, ni una situación revolucionaria, y ha mostrado la fortaleza de las instituciones públicas

(Intervención de Vladimir de la Cruz en el acto organizado por la Confederación Costarricense de Trabajadores Rerum Novarum, bajo el título “Costa Rica después del Covid-19 en lo Político, Económico y Social”, el 14 de agosto del 2020)

Agradezco a la CTRN la invitación que me hiciera para participar en este conversatorio con la economista Sofía Guillén, para tratar el impacto de la Pandemia en el país. Espero que podamos dar algunas luces sobre la situación.

Debo señalar que la reflexión que haré es a partir de la valoración actual, que hago, del momento que estamos viviendo, del contexto internacional similar, y de las posibles proyecciones de su impacto.

No puedo decir de manera concreta cuál será la situación de Costa Rica después de que pase la Pandemia, porque no sabemos con certeza cuando se va a controlar, cuando podemos afirmar que ha pasado, ni en qué condiciones finales quedará el país y los distintos sectores sociales y de la población, y hasta ese momento podemos evaluar de mejor manera su impacto nacional en todos los órdenes del entramado nacional, institucional, político, económico y social.

En cuanto al impacto del Covid-19 en lo Político, que es lo que nos reúne, hay que verlo en las siguientes dimensiones, que se pueden apreciar como problemas urgentes que atender nacionalmente, o como crisis que se han generado en distintos aspectos de la Agenda Nacional.

El nivel del Poder Ejecutivo no se percibe una crisis de gobernabilidad y por ello tampoco se gesta ni se vive una situación revolucionaria que imponga en la Agenda Nacional un cambio de gobierno, o como algunas personas claman la renuncia del Presidente y hasta de su Gabinete.

El planteamiento de la renuncia del Presidente, y hasta de su Gabinete, es lo más absurdo que se puede agitar, porque institucionalmente está establecido el mecanismo constitucional de su relevo. En orden, las vicepresidencias de la República, y de seguido el Presidente Legislativo. Y, ninguno de los que está en la lista de este relevo se puede pensar que sea mejor que el actual Presidente de la República. No hay ambiente ni contexto político para una situación más radical, ni para una situación mejor por ese camino. Ni el sistema político institucional permite un cambio de Gobierno de otra manera que no sea por la vía electoral cada cuatro años.

Quizá el ambiente más propicio, en esa dirección, sería articular el movimiento hacia la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, que discuta la naturaleza del Gobierno, si representativo presidencialista, como lo tenemos, o parlamentario, elección que podría convocarse con las nacionales del 2022, si esto fuera presionado realmente por los sectores sociales y políticos del país, y fuera resultado de un Gran Pacto Nacional en esta dirección.

Mientras tanto seguiremos como estamos, diciendo que se hacen cambios para que todo siga igual.

No hay nada que indique que el Gobierno del Presidente Carlos Alvarado sufre o está en una situación que no pueda gobernar.

Carlos Alvarado gobierna sin obstáculos. Ni siquiera le hace mella alguna el Partido Acción Ciudadana, que desde su dirección política, se desmarca ocasionalmente de las acciones del Poder Ejecutivo, y públicamente lo confronta.

El Partido Acción Ciudadana, como partido gobernante que es, en la teoría, no tiene ninguna influencia en el Poder Ejecutivo ni en la representación parlamentaria de sus diputados. Es literalmente un fantasma, que ni asusta, en la Casa Presidencial. Ese Partido es como la Santísima Trinidad Política pero desunida, el Partido que está en Zapote, el que está en Cuesta Moras y el que está en San Pedro, y pareciera que cada uno responde a distintos intereses. No se siente que como organización sea un Partido Gobernante.

Ninguna de las propuestas que se le han hecho al Gobierno por intelectuales, profesionales, grupos de empresarios y otros, relacionados con el impacto de la pandemia, plantea, trata o analiza, “una crisis política” porque ésta aún no existe. Todas las propuestas y reflexiones se mueven en el orden de la salud, de la situación fiscal, del endeudamiento, del sector productivo, del sector del comercio, del sector turístico, que ha cobrado relevancia especial, del empleo y del empobrecimiento.

Los cambios en el Gabinete, generado por las renuncias de sus ministros, de sus viceministros y de presidentes ejecutivos de instituciones, que alcanza la cifra de una treintena, en dos años, no significa, en grado alguno, una crisis al interior del Gobierno, ni del país, ni siquiera de los sectores que en él podrían sentirse representados, ni de los sectores que ejercen gobierno desde el Poder Ejecutivo. Hasta ahora son simples cambios, lo que es bastante usual en Costa Rica.

Lo que han generado estos cambios son acentuaciones en el rumbo económico político que el Gobierno ha tenido y mantenido de sus anteriores. Este es el rasgo más importante del actual Gobierno. En este campo en nada se diferencia el actual Gobierno de los anteriores.

El Gobierno de Carlos Alvarado está sólido en el ejercicio del Poder, representa más y mejor que nunca los intereses económico-dominantes, de los grupos económicos nacionales más poderosos, más allá de las dificultades que tienen algunos de ellos de sobrevivencia, o limitaciones impuestas, por los efectos producidos por la Pandemia en cuanto a las medidas tomadas por el Gobierno que los ha afectado. Cuando el Partido Acción Ciudadana asumió el Gobierno lo hizo acompañado del equipo económico del Partido Unidad Social Cristiana, así como el equipo del Partid Liberación Nacional le había ofrecido apoyo a Fabricio Alvarado, durante el periodo de la segunda ronda electoral, entre febrero y abril del 2028.

Los sectores dominantes están viviendo como siempre han vivido, no están en una situación de que no puedan mantener su estilo de vida.

Tampoco se da una situación de que las grandes masas de trabajadores, hoy sumamente afectadas con la desocupación creciente que se ha tenido, con el subempleo impuesto, con el aumento del trabajo informal, con los despidos y las rebajas de jornadas, con la alteración que se quiere imponer de nuevas jornadas de 12 horas, con el aumento de la pobreza y la pobreza extrema, con el desempleo de mujeres, estén dispuestas a tirarse a la calle.

En este sentido los sectores pobres y de extrema pobreza han aumentado, ha habido un deterioro grave de la clase media, que aún se sostiene, por el trabajo familiar, de las mujeres cabezas de familia, y por las ayudas institucionales que, en esta Emergencia, se han generado, con una proyección bastante amplia, de manera eficaz y eficiente, como el Bono Proteger.

Se pueden haber agravado, más allá de lo habitual, las condiciones de vida de los sectores populares y de las clases trabajadoras, pero eso no lleva todavía a una situación explosiva socialmente que exprese que no se quiere vivir de esa manera.

No hay en el país una crisis política nacional que ponga en entredicho el ejercicio del Poder por quienes lo están detentando en el nivel Ejecutivo, y en el Legislativo, más aún cuando no hay hoy en el país una sólida base de partidos políticos que expresen bien los diversos intereses de la población. Ni siquiera el escenario electoral del 2021, hacia las elecciones del 2022, provoca enfrentamientos entre partidos políticos. Lo que hay es una crítica equivocada hacia personalidades del actual gobierno de querer aprovechar la situación de la Pandemia para acrecentar sus imágenes políticas, o para crear remolinos políticos de denuncia más como escándalos, que deterioren imagen, que como acciones políticas, que produzca fortalecimientos de partidos políticos.

La imagen de Gobierno de Unidad Nacional, aunque no sea el resultado de pactos de gobernabilidad, desde el Ejecutivo Nacional, con los partidos políticos, de manera muy debilitada, aún se mantiene, para todos los efectos.

A este concepto suma el que los actos del Poder Ejecutivo son los que diariamente tienen repercusión nacional, en todos sus alcances, para la población del país, por las acciones que se ejecutan desde los Ministerios, desde las Instituciones Públicas, y desde las Municipalidades, que en este sentido cuentan.

El Presidente de la República en medio del impacto causado por la Pandemia no ha sacado provecho propio de esa situación. Bien ha hecho de poner al frente de esta lucha al Ministro de Salud y al Presidente de la Caja Costarricense del Seguro Social.

En el nivel del Poder Legislativo no se puede medir aún la gestión de esta Tercera Legislatura (2020-2021), ni por los proyectos de ley en marcha y sus posibles resultados, ni por el impacto de la Pandemia, porque lo que haga en este sentido la Asamblea Legislativa, será gestionado, y aprovechado en imagen, sin ninguna duda, por el Poder Ejecutivo.

La Primera Legislatura (2018-2019) y la Segunda Legislatura (2019-2020), desde el ejercicio del gobierno legislativo resultaron buenas, y mejor la segunda, más allá de si se está de acuerdo o no con las leyes aprobadas. Ambas, pero especialmente la segunda, la presidida por Carlos Ricardo Benavides, mostró una gran capacidad de negociación y de acuerdos políticos parlamentarios en la producción de Leyes y de calidad.

El número amplio de partidos políticos, representados en la Asamblea Legislativa, no significa nada, fuera de ella, de expresión de esos partidos en la ciudadanía. De hecho los partidos políticos no existen fuera de la Asamblea Legislativa. De todos solo tres tienen locales reconocidos, el Partido Acción Ciudadana, Liberación Nacional y el Frente Amplio, donde prácticamente no hay actividades partidarias públicas. Estos locales son como oseras de invernación entre las campañas electorales.

La composición de la Asamblea Legislativa respondió a la situación política tensa que vivió el país en las elecciones del 2018, particularmente en sus últimos meses, desde noviembre del 2017 hasta las elecciones de la segunda ronda en abril del 2018.

Las diputaciones, salvo algunas honrosas participaciones, son descoloridas, débiles, de baja cultura general y pésima cultura política. No hay debates parlamentarios sustantivos, ni doctrinarios, ni sostenidos teóricamente. En mucho lo que hay son discursos vacíos, sin contenidos, más de forma, más de arenga parlamentaria que de análisis sustantivos de los proyectos de ley, como del control político.

La Pandemia no es un tema político parlamentario, más que en lo que sirve para “atacar”, para hacerle “escándalos”, o criticar al Gobierno, o a sus altos funcionarios públicos, cuando legislativamente carecen de propuestas los diputados, y los partidos que ellos representan, para tratar de resolver o mitigar .su impacto.

La fuerza de arranque de los partidos políticos en la Asamblea Legislativa, en mayo del 2018, se expresó con crudeza en debilidad extrema en las elecciones municipales pasadas cuando prácticamente esos partidos, exceptuando a Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana, principalmente, no tuvieron prácticamente ninguna representación municipal o demasiado escasa. Los partidos pentecostales no tuvieron tema nacional que los aglutinara y casi desaparecieron del escenario. Las divisiones de partidos en la Asamblea Legislativa debilitan a esas organizaciones hacia el 2022, y se muestran tan escuálidos como si hubieran recién salidos de una Unidad de Cuidados Intensivos del COVD-19.

Hoy los partidos políticos no movilizan hacia la Asamblea Legislativa a sus simpatizantes en apoyo de proyectos de ley, o de ciertas discusiones parlamentarias. Son los ciudadanos los que se movilizan por cuenta propia, o atendiendo, especialmente, los llamados de las organizaciones sociales.

Sin lugar a dudas, en este momento, el régimen de partidos políticos se ha debilitado, pero no para desaparecer. Los partidos políticos van a seguir existiendo porque son la única manera de producir relevos presidenciales, parlamentarios y municipales, por más desgastados que se perciban ante la ciudadanía. La Pandemia los ha arrinconado. No les ha dado margen de pensamiento en torno a la misma Pandemia, de cómo enfrentarla. No hay pronunciamientos políticos de los partidos en este sentido. La Pandemia inhibe de las movilizaciones sociales, de marchas, de protestas organizadas. En este sentido todos van a la cola, en el furgón de cola, del tren del Gobierno.

A la par del coronavirus, que destruye internamente el organismo de las personas, en lo político los partidos políticos padecen desde hace mucho tiempo del “coronavirus politicus”, que les ha carcomido igualmente sus estructuras internas y, sobre todo, sus órganos vitales de pensamiento, y ha inhabilitado en la realidad a sus dirigentes políticos. Algunos partidos tienen presencia por la que les dan sus expresidentes de la República, o altas personalidades, ligados a esos partidos, que desde columnas de opinión, en medios de comunicación, hacen planteamientos, o análisis de la realidad socioeconómico nacional, la gran mayoría sin ser voceros oficiales y, generalmente, sin identificarse como miembros de esos partidos.

En el nivel Institucional la Pandemia ha puesto de relieve, de nuevo, la discusión, frágil aún, y muy débil, de la naturaleza de la estructura del Estado costarricense. Es la discusión de qué tamaño debe ser el Estado costarricense, con una fuerte tendencia a minimizarlo hasta donde sea posible.

La situación planteada sobre la realidad laboral, tanto del sector privado como público, de la imposición forzosa del teletrabajo, ha evidenciado vacíos y debilidades en la organización laboral, ha hecho sobresalir cuáles trabajos son esenciales y cuáles no, cuáles dentro de esta perspectiva podrían eliminarse o fusionarse. Ha puesto en la mira los puntos débiles del Estado que pueden atacarse para disminuir su tamaño, como lo están haciendo algunos sectores económicos.

Los movimientos sindicales y sociales deberían atender esta situación con serenidad, inteligencia y madurez, y proponer lo correspondiente frente a esas tesis. La propuesta que hiciera hace algún tiempo Otón Solís de reunir, o unificar instituciones, es el momento de revalorarla, desde la perspectiva de las organizaciones sociales, antes de que la impongan desde la acera de enfrente.

Las tesis que se manejan del llamado empleo público y las uniformidades de categorías laborales, para provocar iguales salarios en esas categorías, deben ser los sindicatos y los organismos sociales los que deberían tomar la iniciativa de cómo impulsar esa igualdad, dentro de esa reforma, sin demérito socio económico de lo que hasta ahora se ha logrado.

La simplificación de la maraña institucional, la agilización de procesos administrativos, a todos nos beneficia.

La Pandemia ha puesto en evidencia las dificultades administrativas, los huecos en la administración institucional, las debilidades y fortalezas que tienen las instituciones, así como ha mostrado condiciones brutales de trabajo en diferentes actividades económico-productivas, y ha puesto en evidencia las pésimas condiciones de vivienda, en muchas partes del país, especialmente, con las llamadas cuarterías urbanas y también rurales.

Esto no va a cambiar fácilmente. Seguirán existiendo esas condiciones de trabajo y de vida, pero obligará a que, desde el punto de vista de las instituciones de carácter social, y de los programas sociales de los gobiernos, se tiendan a mejorar, al menos, en los aspectos relacionados con las condiciones de trabajo, de seguridad e higiene ocupacional, de las viviendas de programas sociales.

Necesariamente tiene que avanzarse hacia la humanización de la pobreza y de la extrema pobreza. Hay que lograr que la gente que vive en condiciones de pobreza, y de extrema pobreza, que va a aumentar con esta Pandemia, tenga al menos condiciones dignas, decorosas y decentes de vida y de trabajo. Tienen que humanizarse sus condiciones de existencia.

Las políticas de vivienda social no pueden ser el resultado de los proyectos que los desarrolladores proponen a las instituciones del Estado, sino que deben resultar de las políticas estatales que se gestionan con desarrolladores privados, si es del caso. Esto evitaría, entre otras cosas, el mal uso de suelos para construir viviendas sociales, la mala o pésima construcción de viviendas, mejor control de los materiales de construcción, el “choricerismo” que esa práctica tiene o provoca institucionalmente, el saneamiento de áreas de construcción de las viviendas de carácter social.

Las casi 340 instituciones del Estado son las que la Pandemia va a poner en el tapete de la discusión, y del análisis, al terminar su impacto social y económico nacional, cuando ya esté controlada, porque es la proyección de éstas, en los 82 cantones del país y en los casi 500 distritos, que existen lo que se va a evidenciar.

Institucionalmente la Pandemia ha mostrado la fortaleza de las instituciones públicas, al servicio de toda la ciudadanía, y de todos los sectores sociales. Han resaltado las instituciones del Ministerio de Salud, de la Caja Costarricense del Seguro Social, y especialmente las Universidades públicas, y dentro de ellas la Universidad de Costa Rica con el Instituto Clodomiro Picado. Por su parte, el Instituto Nacional de Vivienda, el Instituto de Acueductos y Alcantarillados, el Instituto Costarricense de Electricidad, y el mismo Ministerio de Educación Pública, han mostrado debilidades en los servicios que deben brindar, evidenciados en el teletrabajo y en la teleeducación, y que deben corregirse hacia el futuro inmediato.

En el nivel político electoral la Pandemia puede repercutir en los programas políticos de los partidos políticos de la próxima campaña electoral.

Los temas de pobreza y extrema pobreza, junto con el casi 30% de desempleados que pueden provocarse, como tales, no han sido temas electorales en las campañas del pasado. Pero, con una población que ronda cerca del 50%, o más, que se arropará en estos conceptos inevitablemente obligará al discurso social político, obligará a que estas sean quizá las banderas políticas más importantes de los partidos políticos tratando de llamar la atención de los votantes, con soluciones posibles a sus graves problemas de existencia. Los temas sociales me parecen serán los temas centrales de la lucha política.

El efecto que habrá que combatir es la indiferencia política de los ciudadanos, ante la ausencia de soluciones reales institucionales, que se expresa en el abstencionismo electoral, gravitando alrededor del 30% desde el 2002, en la desilusión de los ciudadanos de la Política, de los Partidos Políticos, de los Políticos, y peligrosamente en la decepción que puede llegar a generarse respecto al modo de vida democrático, facilitando la posibilidad de que se desarrollen movimientos populistas, de cualquier signo político, de manera irresponsable, que a la vez pongan en peligro el conjunto de libertades y derechos democráticos que se han construido en el curso de estos 200 años desde la Independencia Nacional.

La Costa Rica después del Covid-19 en lo económico se expresará en los problemas centrales de finanzas públicas, de endeudamiento, externo e interno, lo que la Pandemia los acentuará.

El tema central es la discusión del llamado Gasto Público versus Inversión Pública e Inversión Social. Es un tema económico, pero también los es conceptualmente político. En el discurso político y en la práctica política se ha impuesto el tema del Gasto Público, donde entra casi todo, y ante los problemas de las finanzas el argumento fácil de llamar a recortar gastos del Estado, gastos superfluos, salarios y pensiones, mientras no se discute nada sobre Inversión Social.

La discusión de los gastos tiene que ver también con la de los ingresos. Esta discusión no ha sido bien llevada por los actores políticos y por los movimientos sociales, ni por las fuerzas sociales contestatarias. No es solo el planteamiento de la denuncia de evasores, elusores y contrabandistas, y de quienes no pagan cargas sociales, o de hacerle cargar a los asalariados el peso de esta carga. Es el diseño de cómo pueden contribuir todos los sectores sociales y agentes productivos en correspondencia y proporcionalidad a sus ingresos y ganancias.

La Pandemia ha afectado el funcionamiento real de miles de micro y pequeñas empresas, pero también medianas y algunas grandes. A algunos sectores estratégicos los ha afectado, en todas sus dimensiones, como el sector turístico, en hotelería y restaurantes, comercial en general, transporte. Esto no va a ser fácil de reparar, ni de reponer en esos sectores los empleos perdidos o disminuidos.

El mismo desarrollo capitalista hace que en el mercado de la competencia varios miles de empresas, año a año, desaparezcan al mismo tiempo que otras surgen. Pero, con la Pandemia, y la ruina económica que ha provocado, hace difícil este resurgimiento en la misma proporción que ha destruido empresas. Probablemente se fortalecerán en este sentido las grandes empresas.

En lo Social, en Costa Rica después del Covid-19, se estarán produciendo condiciones económico-sociales que pueden agudizar de manera profunda la pobreza, la extrema pobreza y el deterioro real de la clase media, reduciendo su tamaño, y provocando que parte de estos sectores rápidamente pasen a formar parte de la franja de pobreza nacional, que no cubre ni ha cubierto a la clase media, aún en sus sectores más bajos. Se provocará una caída del Índice de Desarrollo Humano, aumentará la desigualdad social, la concentración de la riqueza en cada vez más pocas manos, no se tenderá a mejorar políticas redistributivas, sobre todo si el crecimiento de la producción no se siente o se hace muy lentamente. Será necesario avanzar hacia un Gran Acuerdo Político Nacional, del cual no puede huirse.

No se presenta en este sentido una movilización social organizada, una actividad de movilización y de organización de trabajadores.

No hay organizaciones nacionales capaces o en capacidad de orientar y dirigir a estos sectores sociales en esta situación nacional que vivimos.

En este sentido faltan organizaciones políticas, partidos políticos especialmente, y organizaciones sociales, como los sindicatos, que muchas veces han sustituido esta ausencia de los partidos políticos, que se puedan convertir en las puntas de lanza de los diversos sectores sociales, en sus guías y orientadores políticos. Se requiere en esta situación una orientación política que hoy no existe para los sectores populares.

Las políticas en el campo social, impuestas por la Pandemia, generadas a partir de su impacto, son válidas, son aceptables, tienen un efecto de repercusión apreciable, paliativo inmediatista, y de neutralización de movilizaciones sociales hasta ahora logrado, y de reparación de las condiciones de vida y de trabajo, que hay que apoyarlas.

Los Derechos Humanos, en sus diversas manifestaciones y expresiones, impulsados de manera novedosa por el Poder Ejecutivo han calado para quedarse, y han calado para darle al Gobierno un sustento de aceptación nacional, que no se quiere perder, aún por sectores que hoy son hipercríticos de las acciones políticas y económicas que el Gobierno impulsa. Esto ha sido su colchón de amortiguamiento.

La acción sindical hoy carece de una clara orientación política, y de una dirigencia, en capacidad de tomar acuerdos políticos con los diversos sectores del Poder Político Nacional, dentro del Estado y con aquellos que desde afuera actúan a su interior.

Las últimas situaciones de luchas sociales y de movilizaciones importantes, desde las huelgas y movilizaciones magisteriales, hasta las reformas legislativas que se han venido realizando en materia social y laboral, evidencian esta situación.

Igual sucede frente a las posibles soluciones ante las crisis provocadas por la Pandemia. Los sindicatos han hecho buenas propuestas, a manera de enunciados, sin capacidad alguna de negociación. De hecho han estado al margen de las principales decisiones que se han venido tomando por parte del Ejecutivo Nacional, aun cuando la Segunda Vicepresidencia de la República es un dirigente sindical reconocido, pero sin ninguna presencia real en ese Gabinete, porque tampoco su candidatura obedeció, en su momento, a un pacto entre el Partido Acción Ciudadana, que lo escogió, y el movimiento sindical que pudo representarse en esa figura. Con el actual gobierno ni siquiera se ha logrado un acuerdo como el del Teatro Melico Salazar en el Gobierno de Presidente Luis Guillermo Solís.

La situación del empleo es grave. Al terminar la Pandemia probablemente la cifra del desempleo llegue al 30% o más. A ello se suma el subempleo y la informalidad laboral.

Dentro del desempleo la parte más explosiva para mí es el desempleo de mujeres, y dentro de ellas el desempleo de mujeres cabezas de familias. Antes de la Pandemia habían más de 300.000 mujeres cabezas de familia, que eran el principal ingreso de sus hogares aun cuando tenían compañero o esposo, con una cifra de desempleo que pasaba los 200.000 trabajadores. Hoy el número de desempleados pasa los 400.000 y ha disminuido el empleo de mujeres y de mujeres cabeza de familia provocando el desempleo de familias completas, lo que provoca una situación altamente inflamable y volátil. El Programa Proteger, de emergencia en esta Pandemia, algo ha resuelto, pero ¿cuánto es sostenible?

El impacto más dramático de esta situación es el Hambre que se va a generar. Si antes de la Pandemia ya había un considerable número de familias que apenas garantizaban una comida al día, con la Pandemia y luego de ella, miles de familias probablemente no garantizarán esa única comida diaria. Los Programas solidarios y se asistencialismo en este sentido tendrán que fortalecerse.

El Hambre puede ser el detonante más grande para que la gente se lance a la calle. Nada tienen que perder, y mucho que ganar, las masas hambrientas en la calle.

Igual repercusión tendrá esta situación en el acceso a la escuela, el colegio o la Universidad. Si antes de la Pandemia el solo obtener el Bachillerato colegial hacía pasar el nivel de la pobreza, hoy hay más deserción y habrá más brecha social, y situaciones potencialmente explosivas en lo social y en lo político.

La violencia social será uno de los índices que se alteren más. La inseguridad ciudadana aumentará y los delitos contra la propiedad, en cuanto se superen los encerramientos sanitarios probablemente también se incrementarán.

La desigualdad social, la marginación social, la exclusión social, la “xenofobia” interna, contra grupos sociales nacionales tendrá una mayor expresión pública.

El movimiento sindical sufrirá, en sus repercusiones, los efectos de la Pandemia. Por ejemplo, reducirá el número de afiliados por los despidos, reducirá sus ingresos económicos por la cuota de afiliación al reducirse los ingresos, si se les reducen las jornadas a los trabajadores. Los mismos trabajadores ante esa disyuntiva buscarán la desafiliación sindical para economizarse esa rebaja de cuota mensual sindical.

Probablemente habrá más temor de afiliación sindical por la inestabilidad laboral que se va a crear, por la definición de trabajos esenciales y no esenciales, por la movilidad laboral que se imponga, por el “temor reverencial” ante los patronos al despido laboral, de si se es sindicalizado o no. En el sector privado va a ser más difícil, de lo que ya es, la afiliación sindical y la gestación de sindicatos.

Quizá hay que empezar a valorar la gestación de sindicatos por ramas de producción o de industria, que permite que con un porcentual de trabajadores de la rama industrial se tengan cubiertos a todos los trabajadores por la acción y la representación del sindicato de cada rama industrial.

El tema político en este campo social será el fortalecimiento del llamado Estado Social de Derecho, que es el Estado con toda su institucionalidad social. El riesgo del Estado Social de Derecho está en el debilitamiento institucional que se quiere hacer de las instituciones históricas que lo configuran, y de las políticas sociales que le dan aliento, de su aniquilación y hasta de su privatización, como algunos sectores quieren.

El movimiento sindical en este momento tiene un compromiso muy importante con sus afiliados y con el país, de contribuir a asegurar los derechos fundamentales que se disfrutan, por parte de los trabajadores, y de contribuir con soluciones posibles a enfrentar las crisis, que de distinto orden, la Pandemia pueda causar en Costa Rica.

Desigualdades, agua y pandemia

Autor: José Rodrigo Conejo. Planificador económico y social, Universidad Nacional.

Vivimos en un país agrietado por profundas desigualdades, unas más visibles que otras, pero todas muy normalizadas. Desigualdades múltiples y estructurales que crean amplias brechas en las capacidades y condiciones materiales para enfrentar la actual crisis sanitaria, económica y social, y en general… para vivir.

Unas personas pueden cumplir las restricciones sanitarias sin comprometer su comida diaria, otras no. A unas personas no les queda más que movilizarse en buses repletos, otras tienen más opciones. Unas personas mantienen sus ingresos intactos, otras son parte del creciente desempleo (24%) o han visto sus jornadas laborales reducidas por tiempo indefinido. Unas personas tienen las condiciones para continuar sus estudios y trabajos desde casa, otras no. La lista de ejemplos es interminable.

Nuestra región es de las más desiguales del mundo y Costa Rica, pese al mito de igualiticos, no es la excepción. Las condiciones de vida cambian drásticamente según la zona del país donde vivamos, aún entre lugares muy cercanos entre sí: no es lo mismo vivir y crecer en Rincón Grande de Pavas, que en Rohrmoser -también- de Pavas. Las desigualdades territoriales son un fenómeno que genera zonas de privilegio, por un lado, y por el otro, zonas de vulnerabilidad y exclusión social.

Las desigualdades territoriales se han visibilizado durante la actual crisis. Hace un mes mucha gente pareció haber descubierto la precariedad y explotación laboral que por años ha existido en algunas piñeras de la zona norte del país, un lugar históricamente relegado. Sin embargo, poco se ha hablado de otra cara de las asimetrías territoriales, una que tiene que ver con un elemento básico para enfrentar la pandemia: el desigual acceso al agua.

Desde hace décadas, Costa Rica destaca por su cobertura casi universal de agua potable en una región con importantes desafíos en la materia. Pero ¿qué se esconde tras ese casi universal?

Los cortes de agua que en marzo sufrieron algunos barrios del sur de San José pusieron, temporalmente, el tema en la agenda mediática. Sin embargo, lo cierto es que en Costa Rica aún hay comunidades enteras que permanentemente no tienen acceso a agua a través de un sistema de acueducto. Según datos del último censo, mientras el 93,1% de las viviendas del país tiene acceso a un acueducto, el resto (83.707 viviendas) no.

Al desmenuzar espacialmente este dato, es posible ver cómo el desigual acceso a agua afecta particularmente a los cantones de las periferias del país. De los 10 cantones con más bajo acceso a agua a nivel nacional, ninguno se encuentra en la Gran Área Metropolitana (GAM), todos están en las periferias. Ahora bien, como los cantones no son homogéneos en su composición, es deseable una desagregación espacial mayor, al menos distrital.

Ahí encontramos brechas aún más dramáticas. En distritos como Llanuras del Gaspar o Cureña, ambos de Sarapiquí, o Chirripó de Turrialba, son muy pocas las viviendas que sí tienen acceso a agua a través de acueducto. En Llanuras del Gaspar y Cureña, el agua para consumo humano de cada nueve de 10 hogares viene de la lluvia que se pueda recolectar, de un pozo artesanal que puede secarse en “verano” o de un río cercano que puede tener residuos de agroquímicos utilizados para el cultivo de piña, como pasa con los ríos Toro y San Carlos.

Lo anterior no solo supone una afrenta a un derecho humano básico, sino que impide seguir medidas tan básicas para contener la pandemia como el lavado de manos. Este escenario da cuenta de una vergonzosa deuda histórica por parte un Estado costarricense que, desde su fundación, se ha pensado prioritariamente en función del Valle Central y sus necesidades.

La intersección de estos factores -desigualdades, agua y pandemia- supone un coctel letal: literalmente pone en riesgo la vida de las personas vulnerables. Sin acceso a condiciones básicas, como agua en el hogar, es materialmente imposible seguir las recomendaciones sanitarias más elementales para contrarrestar la pandemia.

Al ser un fenómeno estructural, revertir estas desigualdades requiere no solo visión sistémica y voluntad política al más alto nivel, sino también de una participación de las comunidades que permita reconocer las especificidades territoriales y sectoriales en la formulación de política pública y, prioritariamente, enfrentar con éxito la actual crisis sanitaria. Seguir pensando la acción estatal desde escritorios que subestimen el potencial comunitario, poco aportará a disminuir las desigualdades.

¿Cómo salir de la crisis sin ensanchar las ya amplias desigualdades? Recetas no hay, pero solo con solidaridad, empatía y proactividad podremos explorar alternativas efectivas para no dejar a nadie atrás.

Voces y Política: Mujeres atravesando la pandemia

No todas las personas experimentan de la misma forma la pandemia. Debido a que vivimos en una sociedad basada en la desigualdad social y el patriarcado, las mujeres nos encontramos en una situación de mayor vulnerabilidad frente a los efectos de cualquier crisis económica, política y social. Además, las mujeres rurales, campesinas e indígenas experimentan doble exclusión y desigualdad que agudiza el impacto de la crisis sanitaria.

Mañana estaremos profundizando sobre este tema, así como sobre las estrategias y alternativas que construyen las mujeres para resistir a este contexto.

Nos acompañaran Francisca Inés Wilson de Valle Bonito de Upala, parte de la Red de Mujeres Rurales, Cinthya Hernández de Chánguena en Palmar Sur, parte de Chánguena por Siempre. Doris Ríos, del territorio cabecar de China Kichá en la Zona Sur, parte de los procesos de recuperación de tierras indígenas y Kattia Cruz de la Carpio en San José, parte de COOVIFUDAM.

A las 5:00 p.m. por la 96,7 fm o en el Facebook de Radio Universidad de Costa Rica.

Diez propuestas para enfrentar la crisis del COVID-19 con visión social, productiva y solidaria

Proceso de diálogo y construcción de medidas para enfrentar la crisis causada por la COVID-19

Diez propuestas priorizadas en respuestas inmediatas y procesos transformativos para enfrentar la crisis causada por la COVID-19 desde una perspectiva social, socioproductiva y solidaria.

El sociólogo Carlos Brenes compartió con SURCOS este documento que expresa el proceso de diálogo realizado por el sector de Economía Social Solidaria con el gobierno.

El documento señala en su introducción:

“La grave crisis sanitaria, económica y social generada por la pandemia de la covid-19 ha puesto de manifiesto que se necesita un nuevo orden mundial. La comprensión más generalizada de la gestión del riesgo de desastres define este como la combinación de dos factores: las amenazas y la vulnerabilidad o exposición a estas. Todo desastre resulta de una alta vulnerabilidad. Esta no tiene que ver solamente con los primeros impactos, sino, también, con las consecuencias socioeconómicas y ambientales de mediano y largo plazos. Comúnmente, existen sectores de la población que son afectados más dramáticamente por los efectos dañinos de los desastres. Estos son los que tienen las posiciones más desventajosas en términos socioeconómicos.

Aunque nuestro Gobierno y la CCSS han demostrado un gran acierto en la conducción del país para mitigar el impacto sanitario de esta crisis, se han puesto de manifiesto vulnerabilidades en nuestro sistema de gestión del riesgo de desastres, esto es, en la preparación para afrontar amenazas más allá de las hidrometeorológicas y geológicas. A estas, entre otras, se suman las amenazas biológicas, que no por primera vez desencadenan emergencias en el mundo y ante las que el país también es frágil. Ha quedado más visible que nunca que cualquier evento destructivo –ya sea un sismo, un ciclón tropical, una sequía o un fenómeno epidémico o pandémico– además del impacto inmediato, genera una devastación socioeconómica, en la que siempre la peor afectación y la mayor desprotección son las que sufren los pobres. Pero también esta crisis ha causado estragos en sectores de los estratos medios.

Ante todo, llamamos a ver detrás de las estadísticas que están evidenciando esta realidad, los rostros humanos: los de aquellos que han perdido su empleo; los de cientos de miles que no lo tenían y han visto frustradas sus expectativas de conseguirlo; los de los que estaban hundidos en el mundo de la informalidad laboral y los de quienes ahora han pasado a sumarse a sus filas. Rostros de personas que dependían de asistencia humanitaria y ahora no pueden ser auxiliados. Son, todas estas, personas que viven la angustia y la desesperación de no tener un ingreso total o parcial que le permita comprar los alimentos de su familia, pagar los recibos de servicios, cubrir los pases para movilizarse, comprar los pañales de sus hijos o de sus padres enfermos. Son las personas que se habían endeudado para montar una pequeña empresa y ahora no tienen cómo pagar el préstamo, porque el emprendimiento se hundió; las personas que adquirieron deudas para responder a necesidades de salud, de vivienda, de estudio propio o de los hijos, entre otras necesidades básicas. Son los rostros de nuestros agricultores y agricultoras desprotegidos, sin seguros de cosecha, sin mercado justo para sus productos, que van perdiendo casas y tierras por el endeudamiento. Y no podemos olvidar los rostros de quienes están totalmente a la orilla, los miles de personas que habitan en nuestras calles, sin poder atender a la consigna del “quédate en casa”, lávate las manos, báñate, utiliza alcohol gel y lava tu ropa al llegar a casa… pues simplemente no tienen casa, ni servicios sanitarios, ni ropa en un armario.

Puede descargar el documento aquí: