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Etiqueta: cultivo

Los decretos del presidente sobre la actividad arrocera y la desaparición de la producción nacional: crónica de una muerte hace tiempo anunciada

German Masís

Un grupo de personas integrado por especialistas en economía y políticas públicas, pidieron en octubre del 2020 al presidente Alvarado, reconsiderar y eliminar el acuerdo al que había llegado el Gobierno con los arroceros.

Los argumentos que utilizaban dichos especialistas eran muy similares a los que se utilizaban en la década de los 80 para impulsar la liberalización y desregulación económica de la actividad agrícola, restringir la participación del Estado y recomendar a los productores reconvertirse hacia cultivos no tradicionales de exportación.

Al final las políticas de cambio se impusieron, porque era más barato importar todo el maíz y parte del frijol y el arroz y de esa forma más de 40 mil productores de la zona Atlántica dejaron de producir granos, incursionando primero en cacao y después en raíces y tubérculos y finalmente se constituyeron en mano de obra de las empresas piñeras, que hoy ocupan las tierras antes dedicadas a la producción de granos.

Pese a que la petición indicada estaba referida plenamente a la actividad arrocera, el documento no profundizaba en cuál había sido la evolución de la producción nacional de arroz, ni sobre las razones por las que en la actualidad esta actividad esté dominada por los consorcios arroceros quienes reciben los mayores beneficios de ésta.

Al respecto es bueno mencionar que la estructura productiva de la actividad arrocera se modificó en las últimas décadas, en buena medida como resultado de las políticas establecidas en las décadas de los 80 y 90 dirigidas a desestimular la producción de granos, desmantelar el esquema estatal de apoyo a esa actividad y eliminar las licencias de importación.

Como resultado de esas políticas, muchos de los productores fueron desapareciendo a través de los años, los pequeños por sus limitados recursos para mantenerse en la producción y algunos medianos y grandes productores por haberse trasladado a actividades más rentables como la producción de caña, melón y sandía, permaneciendo solo un grupo de alrededor de 500 pequeños productores que han decidido permanecer en la producción de arroz por su compromiso con la producción alimentaria del país.

Otros actores en la actividad han sido las empresas agroindustrializadoras del arroz, que con la salida de las plantas procesadoras de granos del CNP, asumieron plenamente el procesamiento del grano que es la fase que más valor genera, algunas han combinado la fase de producción con la de procesamiento y comercialización, tendiendo a concentrar en unas pocas empresas el proceso agroindustrial y de distribución del producto terminado con diversas marcas y calidades. De más de 12 empresas arroceras que había en la década de los 90, el negocio arrocero se encuentra mayoritariamente en manos de 3 o 4 consorcios agroindustriales(arroceras).

Mientras el otro gran actor de la actividad arrocera, son las empresas importadoras surgidas en la década de los 90, que han llegado a importar alrededor un 60% del arroz a precios más bajos al producido a nivel local, pero sabemos cuánto influyen las importaciones baratas en los precios finales al consumidor?

Finalmente, se encuentra el actor de regulación en la actividad, la Corporación Arrocera Nacional, surgido en la década de los 90 con el propósito de apoyar a los productores nacionales y regular la relación con las arroceras y con los importadores del producto. CONARROZ ha debido cumplir su labor, en medio del proceso de concentración de la actividad arrocera en grandes procesadoras e importadores, pero se podrían haber mantenido los productores nacionales de arroz, si ésta no organización no hubiera existido?, seguramente que no.

En esa perspectiva se ubica el acuerdo al que llegaron en aquel momento las Autoridades gubernamentales y los diferentes actores de la actividad arrocera, cuyos aspectos específicos eran los siguientes:

1.mantener el mecanismo de regulación del precio porque permite mantener un precio bajo sin fuertes aumentos, un precio del arroz relativamente estable.

2.mantener el precio de referencia al productor nacional es fundamental para que el productor pueda continuar en la actividad, ya que de efectuarse la liberalización del precio se desmantelaría la estructura productiva existente.

3.mantener la aplicación del requisito de desempeño vigente para garantizar la compra a los productores nacionales y a partir de ésta definir las necesidades de abastecimiento externo y las importaciones necesarias.

4.mantener el arancel consolidado establecido en 1996 para proteger la producción nacional, es esencial para mantener la producción nacional, muchos países tienen aranceles para proteger su producción más sensible y estratégica (como Estados Unidos con su millonario programa de subsidios Farm Bill y China con su programa de protección de la producción de arroz).

5.el impulso de algunos proyectos legislativos de apoyo al sector arrocero, entre ellos la posibilidad de que las organizaciones accedan a los fondos de Banca para el desarrollo y la creación de un fondo de sostenibilidad de la actividad arrocera. (Alterdescr.com,agosto-2020)

Un aspecto adicional al acuerdo es que se fijó un plazo de tres meses para establecer una ruta para proteger y fortalecer al sector, con el fin de afrontar la desgravación del precio del arroz que ocurrirá en 2024 en el marco del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.

No obstante, según la mencionada petición, todos los elementos señalados son prácticas anticompetitivas, por lo que proponen “eliminar la fijación de precios mínimos y el arancel a las importaciones y abrir el mercado arrocero” (CrHoy.com,11-9-2020), con lo que consecuentemente deben desaparecer CONARROZ, los productores y presuntamente algunas arroceras, quienes sí podrían trasladarse a otra actividad.

Frente a la perspectiva de liberalización, sabemos que los mercados agrícolas en el mundo no son abiertos y de libre competencia, son fundamentalmente de excedentes y en ellos operan una serie de mediaciones comerciales, políticas y hasta culturales, que definen el mercado de productos agroalimentarios y también conocemos los riesgos de la dependencia de las importaciones, debido a la volatilidad de los precios agrícolas como ocurrió durante la crisis alimentaria del 2007-2008.

Al respecto, el exministro Alvarado de Agricultura había manifestado que “aquí no es un concepto de precio para favorecer al consumidor. También es un análisis de factores estructurales que tiene que ver con políticas públicas en términos de lo que queremos como país: si queremos producir alimentos agrícolas; o si queremos ser como Singapur, donde todo se importa, lo único que tenemos que hacer es importarlo todo sin tener una respuesta hoy a los productores agrícolas que tienen que hacer una transformación sustantiva para ser más eficientes”.

«Si hay que importarlo todo, no solo pasaría con el arroz, sino que iríamos caminando en la desaparición de todos los sectores agrícolas. Podríamos pensar en eliminar productores de frijol que quedan pocos y solo el 20% del frijol que se consume se produce en el país…, sectores de papa y cebolla porque en Holanda la producen más barata”, añadió. (ElPaís.cr,12-9-2020)

Entre los elementos que sustentaban la petición de los especialistas, se encuentra la recomendación del informe de la OCDE, que dice que “el 70% de los costarricenses consume arroz y que la regulación estatal sobre el producto tiene un efecto regresivo, en el cual salen perjudicadas las familias de menos ingresos. (CrHoy.com,11-9-2020)

Sobre este argumento, es oportuno valorar que una pretendida liberalización del precio no garantizaría que la población de menores recursos pueda acceder a las presentaciones de arroz de mayor precio, ni tampoco que al arroz de mayor consumo popular (calidad 70-30) y que se utiliza en los comedores escolares, reduzca efectivamente su precio.

De ahí que, coincidimos con la posición de CONARROZ que “la regulación del precio ha sido beneficioso para el consumidor porque permite mantener un precio bajo sin fuertes aumentos, como pasa por ejemplo con el precio del frijol que comparativamente tienen un precio liberalizado el cual ha aumentado considerablemente en los últimos años a diferencia del precio del arroz que se mantiene estable”.

Otro aspecto presente en el comunicado es el que afirma que “no se justifica atrasar las reformas al sector porque con ello ganan los oligopolios grandes”, pero ¿no son los grandes importadores los que están vinculados a las empresas agroindustriales?

La presencia y predominio de éstas parece consustancial al desarrollo del capital en las actividades agrícolas, así por ejemplo en actividades como la producción y comercio de frijol, prevalecen 4 o 5 empacadoras grandes que controlan la producción, las importaciones y definen el precio de todas las presentaciones del producto final que llega a los consumidores.

Finalmente, el otro elemento mencionado en el documento era que “para apoyar a los pequeños y medianos productores, es necesario transformar los programas establecidos en un programa de reconversión agrícola, que incluya la posibilidad de ser más eficientes en arroz o de moverse a otras actividades”. (CrHoy.com,11-9-2020)

Sobre un posible programa de reconversión agrícola, el exministro de Agricultura había señalado “que no es sencillo. Para emigrar a otros cultivos agrícolas, afirma que se deben tomar en cuenta factores de conocimiento, suelos y microclimas”.

Además, es oportuno mencionar que, en los años 2009 y 2010, las unidades de producción arrocera habían logrado mejorar su productividad como resultado del apoyo del Plan Nacional de Alimentos, que impulsó el Gobierno Arias Sánchez debido al aumento de los precios y el desabastecimiento mundial de alimentos. En esa ocasión los productores de arroz y frijol lograron elevar sus rendimientos mediante la incorporación de semillas mejoradas, insumos y tecnología apropiada y prácticas postcosecha, como lo ha logrado efectuar CONARROZ con este acuerdo.

Adicionalmente el documento de los especialistas agrega que “es probable que sea necesario subsidiar de manera temporal a algunos productores de bajos ingresos. Debería ser un programa de asistencia social, para el cual existen los recursos”. Pero contrariamente desde hace muchos años, se ha afirmado que el apoyo a los productores debe ser objeto de la política productiva para que se integren a la producción y al mercado en mejores condiciones y no de la política social, como parte de la población pobre excluida de la actividad productiva.

En ese sentido el exministro de Agricultura había expresado que “nos compete garantizar la productividad, producción, empleo, mano de obra y repartición de la riqueza en las zonas rurales que es donde más deprimida está” y añadió que se trabaja en que los agricultores participen más de la venta de sus productos en mercados digitales y espacios territoriales, con el fin de que eviten transitar largas distancias para comercializar el grano. (ElPaís.cr, 12-9-2020)

El desarrollo de actividad arrocera no responde nada más al factor precio, la participación de los pequeños productores y de las organizaciones que los apoyan son importantes, así como fortalecer la producción nacional y la seguridad y soberanía alimentaria. El Estado ha venido apoyando la actividad con semillas mejoradas, riego y sistemas productivas más sostenibles para que la producción eleve su capacidad y no desaparezca, pero las decisiones recientes van en el sentido contrario.

Los decretos recientes del presidente Chaves, de reducir considerablemente los aranceles a la importación y eliminar los precios mínimos, prácticamente harán desaparecer la producción nacional y el esfuerzo del Estado por mantener y mejorar la producción de este esencial alimento, mientras favorece claramente a los grandes importadores y a unas pocas arroceras que mantendrán sus marcas con el arroz importado, pero esa parece ser la intención de los grupos cercanos al presidente.

 

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El atípico mercado del Arroz

Welmer Ramos González, Economista Social

Apertura del mercado del arroz no hará más competencia, al contrario, habrá menos, y el precio subirá. Además, Costa Rica perderá empleos y se concentrará más el ingreso.

El cultivo del arroz genera unos 30.000 empleos directos e indirectos, en zonas de menor desarrollo, 11 empresas industriales son las que lo acopian y lo descascaran, que, además, tienen sus propias marcas y, hay un poco más de 500 productores que operan en zonas de alto desempleo, el 42% de ellos son pequeños productores.

El país solo produce el 37% de lo que consumimos, el 63% es importado. El cultivo y la industria tienen altos encadenamientos productivos: emplean gente, compra insumos y servicios agrícolas, demanda créditos, genera alquileres de tierras, mueve el comercio de zonas productoras (pulperías, sodas, almacenes), etc., y últimamente con la producción de arroz orgánico en ascenso, la demanda de trabajo se intensifica fuertemente de manera directa y a través de la demanda por los insumos necesarios.

El arroz, igual que el café, tiene normativa jurídica que ordena el mercado y pone relaciones de convivencia entre todos los participantes: productores, industriales, comercializadores y consumidores, y los hace coexistir con relaciones transparentes y equilibradas. Pero hay comercializadores muy grandes que siempre han querido salirse de ese marco, porque tienen el poder económico necesario para quebrar a los demás y, apoderarse de manera oligopólica de todo el mercado del arroz. Es la misma lucha que han tenido algunos tagarotes con el café, que gritan que se elimine la ley de ICAFE para importar café de mala calidad y venderlo a precios de primera, sin importarle la ruina para los miles de pequeños productores.

¿Por qué existe un impuesto a la importación de arroz pilado? Porque hay subsidios explícitos e implícitos en otros países que son competencia desleal para nuestros productores. Por ejemplo: subsidios a los fertilizantes, inexistencia de costos por seguridad social, crédito a tasas subsidiadas, etc.; y también para defender el empleo nacional.

¿Pero bajará el precio verdaderamente con liberar ese mercado? Y la respuesta es tajante: no, porque no habrá competencia, pues el número de oferentes se reducirá sensiblemente, ya que importar arroz es rentable, si y solo si, se hace en barcos graneleros, se requieren grandes sumas de dinero para hacerlo y eso, solo unos pocos podrán realizarlo. Además, esos pocos fundarán la Cámara de Importadores de Arroz y tendrán el foro legal para llegar a acuerdos tácitos. ¿Quién se atreverá a poner en entredicho la libertad de reunión y asociación tan sagrada? Además, el precio pueden bajarlo unos meses para disimular y luego sacarán clavos de oro, pues el precio no tendrá techo alguno.

La cantidad de arroz que se consume en Costa Rica tiene poca relación con el precio que este tiene en el mercado, desde luego dentro ciertos límites; porque los costarricenses consumimos este grano por costumbre, por tradición. A eso se le conoce como una demanda inelástica, cada mes se venden las mismas toneladas de arroz pilado, aunque el precio baje o suba un poco. Este comportamiento es perfectamente conocido por la industria y por el comercio.

Si la cantidad demanda de arroz es la misma a ¢600 el kilogramo que a ¢800, para qué los pocos importadores lo van a vender al menor precio, tácitamente se reparten el mercado y maximizan ganancias. Un mercado que ya vivió esa liberación es el de los frijoles, y nunca bajaron de precios cuando se abrió el mercado. Hoy el productor recibe ¢30 mil o menos por quintal y el consumidor paga ¢88 mil colones, el enorme margen queda en manos de muy pocos, la producción nacional es pírrica y la competencia es muy débil, miles de empleos se perdieron y los consumidores pagan precios más altos que antes, cuando había cientos de productores, oferentes, en todo el país.

En conclusión, el país perderá 30.000 empleos, disipará la capacidad productiva de, al menos, 500 productores que desaparecerán (unos pocos permanecerán), las regiones costeras se volverán más pobres, las ganancias se quedarán en manos de menos de 10 importadores, con lo que la riqueza se concentrará, el grano básico de la alimentación nacional será en su mayoría extranjero y el malinchismo habrá triunfado una vez más.

 

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Oro Verde en NuestrAmérica

Durante el mes de marzo y mayo se estará impartiendo un curso virtual a través de la plataforma Zoom sobre el cultivo, investigación y comercialización del cáñamo. 

El curso se caracteriza por ser teórico-práctico y será certificado por expertos internacionales. Se darán oportunidades de capacitación y asesoría, también existe la posibilidad de obtener fuentes de financiamiento. Este dará inicio el próximo 27 de marzo y finalizará el 08 de mayo.

Actualmente se cuenta con una promoción válida gracias a miembros del Foro Cooperativo Nacional que aplica un 2×1 a miembros de cooperativas.

El valor de inversión normalmente es de US$400, pero con la promoción es de US$200.

Participan: 

Anne Robert por parte de Mediación Pedagógica desde Costa Rica.

Fabiola Bernal, Mediación Pedagógica, desde Colombia.

Ronald Croquis de Exp. Cáñamo Industrial desde España.

Silvio Bonomelli, Exp. AgroIndustria desde Italia.

Ty Cherry, presidente de la Fundación EarthCorp, desde Estados Unidos.

David Caro Bernal, coordinador de la Coalición Costarricense del Cáñamo (CCC), desde Costa Rica.

Ronald Cerros, Alternativas Biológicas y Biodegradables Cáñamo/Industria Agrícola, desde California.

JT Ficociello, experto en cultivo, desde Vermont, USA.

Se puede depositar por medio de Sinpe Móvil al teléfono 89306612 (Fpnuestramerica)

Información de contacto: +506 70271542 / +506 84845678

Organizan:

Red Nacional Por La Soberanía Alimentaria

EarthCorp

CopeCañamoCR

Fundación Pedagógica NuestrAmérica

Coalición Costarricense del Cáñamo 

UCR: Con sensores y técnicas basadas en teledetección estudian cultivo del café para adaptar su manejo ante el cambio climático

Proyecto de investigación es desarrollado por la UCR con la colaboración de la Universidad Técnica de Dinamarca

El café es un cultivo que depende en gran medida del agua y, frente al cambio climático, su cultivo está en constante renovación, advierten los especialistas. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez, UCR.

Las variaciones en la temperatura y los cambios en los patrones de las lluvias han tenido un fuerte impacto en el cultivo del café a nivel regional en las últimas décadas. Aunado a esto, la competencia en el mercado internacional impone una fuerte presión sobre las estrategias de comercialización del grano costarricense.

Es por esto que el sector cafetalero nacional necesita estar en constante renovación, así como mantener su eficiencia, productividad y sostenibilidad ambiental.

Para lograrlo, la información sobre los cambios incorporados al modelo productivo es vital. Se requieren soluciones apropiadas para las condiciones del suelo y del clima de las zonas productivas del país.

El proyecto de investigación Flujos de carbono y eficiencia en el uso del agua en agroecosistemas cafetaleros innovadores, que desarrolla la Universidad de Costa Rica (UCR), se propone estudiar los efectos de la modernización de los cafetales en los flujos de agua y de carbono, así como en la eficiencia en el uso del agua en el cultivo.

El café depende en gran medida del agua. Según expresan los especialistas participantes en el proyecto, el ciclo fenológico está fuertemente modulado por las relaciones hídricas, en vista de que estas controlan el desarrollo del estrés hídrico requerido para la apertura de las flores y la formación del rendimiento”.

En esta iniciativa participan investigadores e investigadoras de áreas como la agronomía, física y meteorología de la UCR, quienes aplican diversas técnicas con el objetivo de caracterizar los procesos que ocurren en el suelo, la planta y la atmósfera y transferir estos conocimientos al sector productivo.

La producción de café en un cultivo agroforestal, bajo sombra, puede mejorar la eficiencia del uso del agua por parte de las plantas. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez, UCR.

Asimismo, se cuenta con la colaboración de ingeniera agrónoma y especialista en fisiología de la Universidad Técnica de Dinamarca, Mónica García, quien tiene experiencia en el uso de técnicas de teledetección por medio de vehículos aéreos no tripulados (drones) y en la construcción de modelos numéricos basados en los datos que se obtienen con estas herramientas.

A través de esta tecnología se pretende evaluar, a escala de finca, los flujos de agua y carbono y la respuesta de estos a variaciones en la temperatura y la precipitación, así como a los cambios fenológicos (relación entre el clima y los ciclos de las plantas) de los cultivos.

El origen de esta colaboración se remonta al año 2019, cuando García participó, junto a un consorcio internacional de universidades, incluidas la UCR y la Universidad Nacional (UNA), en un proyecto sobre cultivos que requieren riego en la zona de Guanacaste, tales como arroz, caña de azúcar y melones. En este caso, lo que se investigó fue cómo hacerlos más resilientes a los eventos de sequía, mediante el uso de biocarbón como enmienda de suelo y así, mejorar sus propiedades hidráulicas.

Como parte de su trabajo en la iniciativa sobre el cultivo del café, la investigadora codirigió una tesis de maestría de la estudiante Ioanna Pateromichelaki, de la Universidad Técnica de Dinamarca, cuyo estudio de campo se realizó en fincas de la empresa Doka Estate, en Poás de Alajuela.

El objetivo de este estudio era entender cómo la producción de café en un cultivo agroforestal, bajo sombra, puede mejorar la eficiencia del uso del agua por parte de las plantas. Para esto se tomaron datos sobre la temperatura de las plantas, productividad, agua, humedad del suelo y radiación, y se introdujeron en modelos para simular escenarios de manejo y predecir rendimientos.

Pateromichelaki simuló condiciones del cultivo bajo sol y bajo sombra, con el fin de entender los cambios en los flujos de energía (radiación solar que absorben las plantas y su transpiración) de un sistema de cultivo a otro.

En el proyecto sobre café, que desarrolla la UCR, se utilizan sensores remotos para obtener datos meteorológicos que sirven para la construcción de modelos numéricos. En la fotografía una gira de campo en fincas de la empresa Doka Estate, en Poás de Alajuela. Foto: cortesía del proyecto.

Según expresó Monica García, el cultivo bajo sombra ofrece varios beneficios, porque bajo este esquema las plantas requieren menos agua para regular su temperatura y mantener la productividad. Además, los árboles son capaces de fijar nitrógeno que ayuda a la productividad de las plantas de café y el sombreado amortigua los cambios bruscos de temperatura, lo que hace que el cultivo sea más resiliente a altas temperaturas.

“Estamos promoviendo cultivos agroforestales como un modelo sostenible, que favorece la resiliencia de los cultivos ante los efectos del cambio climático”, indicó la investigadora.

García explicó que el flujo de carbono y el flujo del agua están íntimamente ligados. Las plantas abren los estomas (poros) de las hojas para capturar CO2 y realizar la fotosíntesis, pero estos se cierran también en función de la disponibilidad hídrica.

“Es un tema de oferta y demanda. Si hay un desajuste entre la demanda de agua para evaporación por parte de la atmósfera y la oferta de agua disponible en el suelo, los estomas se van a cerrar reduciendo la productividad”, ahondó.

El cultivo bajo sombra permite reducir la demanda de agua del cultivo y probablemente mantener los niveles de fijación de CO2 casi al mismo nivel, ya que se ha demostrado que la radiación difusa es más ventajosa para la fotosíntesis de cada planta.

Conocer estos cambios en el caso del café en Costa Rica es fundamental para realizar un manejo integrado del cultivo y para poner en valor el cultivo bajo sombra frente al tradicional, añadió.

La Dra. Mónica García, de la Universidad Técnica de Dinamarca, en compañía del ingeniero agrónomo Manuel Vargas, en la finca La Costeña, en Guanacaste, en un proyecto sobre cultivos que requieren riego, tales como arroz, caña de azúcar y melones. En este caso, se utilizó una la torre de covarianza de remolinos. Foto: cortesía de Mónica García.

Importancia de la tecnología

La investigadora de la Escuela de Física y del Centro de Investigacines Geofísicas (Cigefi) de la UCR, Ana María Durán Quesada, quien forma parte del equipo interdisciplinario de investigación del proyecto sobre café que desarrolla la UCR, destacó la participación de la científica de la Universidad Técnica de Dinamarca en la implementación de sensores remotos y generación de modelos numéricos.

“El papel de la Dra. García radica en apoyar el desarrollo de modelos basados en productos satelitales. Eso es fundamental porque nos permite evaluar la capacidad para reconstruir los balances de la energía y masa de una manera muy robusta a partir de la batería de instrumentos que utilizamos en tierra y permitiendo el análisis a escalas regionales”, explicó Durán.

La meteoróloga añadió que las observaciones que se realizan con los sensores sirven también para mejorar las ecuaciones que se usan en los modelos y de esta forma contribuyen con del desarrollo de herramientas que pueden ser utilizadas en otros cultivos.

“El aporte de Mónica García es una motivación enorme para nosotros, porque es una investigadora de reconocida trayectoria y además tiene experiencia en el tema que nos permite llevar la investigación más allá”, agregó Durán.

Consideró que en el proyecto de café hay una fuerte participación de mujeres investigadoras, lo cual es muy valioso y ha permitido el trabajo en grupo.

En la investigación Flujos de carbono y eficiencia en el uso del agua en agroecosistemas cafetaleros innovadores participan además investigadores de la Estación Experimental Fabio Baudrit Moreno (EEFBM) y del Centro de Investigación en Contaminación Ambiental (CICA).

 

Patricia Blanco Picado
Periodista, Oficina de Divulgación e Información

UCR, huertas urbanas: autoabastecimiento durante la pandemia por el COVID-19

En las zonas urbanas no se requiere contar con un espacio verde para cultivar. Existen formas prácticas y económicas que se pueden implementar. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

La propuesta de cultivar en medio de las ciudades surge como alternativa en un proyecto de Trabajo Comunal Universitario (TCU) de la UCR

La emergencia ocasionada por el coronavirus SARS-CoV-2 en Costa Rica y el mundo demanda que diferentes sectores de la sociedad se reinventen. Las ciencias agroalimentarias no escapan de esta realidad, pues urge una propuesta de contención para impedir el desabastecimiento de alimentos.

Según un reciente informe presentado por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la Organización de las Naciones Unidades (ONU), el mundo se enfrenta a “hambrunas de proporciones bíblicas”. Se calcula que la falta de alimentos podría afectar hasta a 265 millones de personas y que más de 30 países en vías de desarrollo podrían sufrir por esta hambruna generalizada.

Ante este escenario, el proyecto denominado “Trabajo Comunal Universitario TCU 468 Agricultura Orgánica Urbana”, con la colaboración de la ingeniera agrónoma Natalia Zúñiga Serrano, del Centro de Investigaciones Agronómicas (CIA), de la Universidad de Costa Rica (UCR), propone apoyar e informar a las comunidades sobre la importancia de la agricultura orgánica.

Costa Rica posee la ventaja de ser un país tropical y esto permite que se pueda producir y cultivar alimentos durante todo el año. En momentos de crisis, como la que estamos viviendo, se reafirma la necesidad de que una nación produzca sus propios alimentos para así no depender tanto de las importaciones.

Por ejemplo, el 99 % del ajo que consumimos se importa desde China y, justamente, en el 2019 los productores de esta planta en el país, ubicados en Santa Ana y en Llano Grande de Cartago, comenzaron a fomentar el cultivo del ajo criollo, lo dieron a conocer y lo incorporaron en el mercado nacional, señaló Zúñiga.

Una medida inmediata que podemos poner en práctica para cuidar el bienestar de nuestros hogares es el autoabastecimiento de alimentos. La investigadora de la UCR define autoabastecimiento como la capacidad de producir la mayoría de los alimentos que precisa, ya sea una nación o un hogar, de manera que se puedan satisfacer las necesidades alimentarias con productos frescos, como frutas, verduras, cárnicos y sus derivados.

El autoabastecimiento nos permite crear una forma de autonomía, ya sea personal (en nuestras casas) o colectiva (si se produce como país) de nuestros propios alimentos. Claro está que Costa Rica, al ser un país con vocación agrícola, no se encuentra en una situación tan grave como algunas otras naciones.

Una solución pronta y relativamente fácil para solventar esta problemática es producir los alimentos que consumimos por medio de huertas caseras. De esta forma, se podrá tener productos frescos, con muy buen sabor, con una mejor maduración y con destacadas características. Esto significará un ahorro de dinero.

Además de brindarnos la satisfacción de comer lo que producimos en nuestra propia huerta, es una práctica que ayuda a tener una buena salud mental. No solo es divertida y entretenida, sino que también exige explotar la creatividad e incluso es una forma de realizar ejercicio.

Huertas urbanas

En las zonas urbanas, donde normalmente no se posee tanto espacio, también se puede idear una huerta, como las verticales. Este tipo de siembra necesita poco espacio y embellece el área, destacó la ingeniera agrónoma.

Según Zúñiga, no hace falta disponer de un patio o un área verde en las casas o apartamentos para hacer una huerta, existen diversas formas prácticas y económicas que se pueden implementar.

Las huertas verticales se pueden adecuar a un balcón o una terraza, en envases desechables, estructuras de madera o tubos de PVC. Estos recipientes se deben ubicar en un lugar donde reciban sol en algún momento del día.

“Lo más importante que necesita una planta es agua, luz, nutrientes y sostén. Para el cultivo, podemos utilizar materiales como envases plásticos, recipientes vacíos como ollas y tarimas, con el fin de formar una ‘cama’ y sembrar las plantas”, expresó.

Para aquellos cultivos que no se realizan de forma directa sobre el suelo, hay que asegurarse de que los recipientes tengan suficientes huecos para que el agua se pueda filtrar mientras se riegan las plantas. Además, hay que colocarlos donde estas reciban la luz solar en algún momento del día.

La siembra se puede efectuar directamente sobre el suelo, para lo cual es necesario deshierbar, remover el suelo y darle las condiciones óptimas para colocar las semillas o las plantas que vengan en almácigo (bandeja plástica donde previamente se colocó un sustrato y se puso a germinar la semilla para obtener una planta).

Las semillas y almácigos se pueden encontrar en viveros o tiendas por departamento. En el caso de las semillas, también se pueden extraer de los alimentos que consumimos, pero hay que tener en cuenta que estas no tendrán la misma calidad que una semilla debidamente tratada.

El proceso de siembra

Según la experta, es importante tomar en cuenta el tamaño de la semilla, se debe sembrar a una profundidad de tres veces su diámetro, para facilitar su germinación, además de que se debe colocar en suelo húmedo de preferencia.

Si se utiliza un almácigo, se toma la planta de la base, se saca y se coloca sobre el suelo. Este tipo de siembra es mejor hacerla a primeras horas de la mañana o bien en la tarde, para evitar que la planta se estrese debido al cambio de un lugar a otro. De esta manera, se le da un tiempo prudencial a la planta para que se aclimate a su nuevo lugar.

En las zonas urbanas, las huertas verticales son una opción. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Para mantener la huerta, lo primero que se recomienda es regar diariamente solo la base de la planta, no todo el follaje, para evitar que aparezca algún tipo de hongo en las hojas. También es aconsejable deshierbar para que la planta no compita con las malezas por la luz o por nutrientes.

Las siembras deben hacerse de forma escalonada para que haya una distribución gradual en el tiempo y así darle continuidad al autoabastecimiento. “Es preferible cultivar los productos que realmente consumimos en nuestros hogares”, indicó Zúñiga.

Control de plagas

El M. Sc. Óscar Castro Zúñiga, docente e investigador del Centro de Investigación en Protección de Cultivos (Ciproc), de la UCR, afirmó que en existen dos tipos de plagas que afectan a las huertas: los insectos, como abejones (vaquitas), grillos y gusanos, y las enfermedades, que dañan las hojas y les produce manchas y colores oscuros, así como las que afectan la base de la planta.

“Podemos darnos cuenta de que el cultivo tiene una plaga cuando vemos que la planta y las hojas no están verdes, como habitualmente se encuentran, o bien, que encontremos la hoja comida. Estas son señales de que nuestra planta no se encuentra sana”, advirtió Castro.

Para el investigador, es importante tener claro que una huerta casera es para el autoabastecimiento familiar y no para cultivar a grandes escalas. Por esto, es esencial que exista una diversificación de cultivos, para así evitar que las plagas, insectos y enfermedades ataquen a todas las plantas.

“Hay que revisar que la planta no tenga plagas, si se encuentra un gusano, una planta muerta o una hoja enferma es mejor quitarlas antes de que la enfermedad se propague en el resto del cultivo”, agregó el especialista.

Además, para combatir las plagas se requiere que el suelo tenga un buen contenido de materia orgánica y una buena nutrición.

Si la planta se encuentra expuesta al aire libre, es mejor colocar un plástico transparente como techo, a fin de evitar que el agua de lluvia caiga sobre las hojas. De esta manera se logrará que las plantas crezcan vigorosas y que sean menos propensas al ataque de plagas.

Cuando usted empiece por primera vez una huerta, seleccione cultivos de fácil crecimiento, como lechuga, culantro, apio y cebollino. Estos ayudan a mejorar las destrezas y habilidades en esta área y motivan a seguir cultivando más alimentos y de diferentes tipos, recomendó Castro.

 

Daniela Alfaro Aráuz
Periodista del Instituto de Investigaciones Agrícolas
Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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UCR, Piña: la novedosa fuente de fibras textiles

En Costa Rica, se generan unos 4.28 millones de toneladas de desechos de piña al año y los costos asociados a su manejo oscilan entre USD 1 000 y USD 2 500 por hectárea, dependiendo del tipo de manejo, según datos del 2017

Los residuos de la industria piñera representan una gran amenaza para el ambiente. Sin embargo, una novedosa forma de contribuir a reducir sus efectos es elaborar fibras a partir de sus desechos. Foto: Karla Richmond.

Mundialmente, Costa Rica es líder en la exportación de piña fresca. Esto se traduce en una ganancia anual de USD 900 millones, de acuerdo con cifras del año 2017 de la Cámara Nacional de Productores y Exportadores de Piña de Costa Rica (Canapep). Esa producción, aparte de representar una fuente de empleo e ingresos económicos para el país, también significa un gran reto en cuanto al manejo de desechos orgánicos y el impacto que tienen en el ambiente.

El rastrojo (desecho orgánico que surge como resultado de su cultivo) se genera luego de la primera cosecha, la cual se da de los 14 a 16 meses, en caso de que hubiese influencia de efectos climáticos o enfermedades.

Igualmente, puede surgir después de la segunda siembra, que comprende un período entre los 27 y 29 meses, y en muy pocos escenarios se llega a un ciclo que cumpla tres cosechas. Al año, se generan cerca de 4.28 millones de toneladas de este desecho en Costa Rica.

Los restos de la piña son conocidos por producir un gran impacto negativo en el ambiente y el tratamiento inadecuado de estos equivale a malos olores, proliferación de plagas e, incluso, enfermedades.

El manejo del rastrojo es muy variado, tanto por parte de las empresas agroalimentarias como en los laboratorios científicos. Dos de las técnicas llevadas a cabo en Costa Rica y que pretenden tener un efecto positivo en el ambiente, ante la crisis climática actual, son la producción de biocombustibles y la creación de fibras textiles a partir de este desecho.

El Laboratorio de la Unidad de Recursos Forestales (Reforesta) del Instituto de Investigaciones en Ingeniería (INII), de la Universidad de Costa Rica (UCR), se adentró en el estudio y uso del rastrojo de piña como materia prima para confeccionar un textil no tejido, reforzado con biopolímeros (macromoléculas presentes en los seres vivos).

El objetivo consiste en que dicho material sea funcional y ecológico con características específicas de resistencia, textura y apariencia para ser utilizado en la elaboración de piezas artesanales.

De la tierra al laboratorio

Existen varios métodos de formación de los tejidos, incluso es una técnica que se ha puesto en práctica en varios lugares del mundo y de la que es posible obtener distintos resultados. Por ejemplo, el cuero textil hecho a base de las fibras de las hojas de piña, conocido en el mercado como Piñatex.

Actualmente, esta técnica se desarrolla en la UCR de forma manual, sin requerir del uso excesivo de dispositivos.

“El rastrojo recolectado tiene que estar conformado por hojas largas y verdes, sin partes secas. Después, se le aplica un proceso de decorticado y extracción para remover las ceras y demás, y se pone a secar a temperatura ambiente. Luego, la fibra se peina para quitarle las impurezas más grandes”, explicó el estudiante de ingeniería química, Eddy Jirón García, quien participa en el proyecto.

Jirón agregó que una vez peinada la fibra, se le aplican los tratamientos en húmedo o en seco. En húmedo, las fibras se cortan con un máximo de 4 mm de longitud y se hidratan con agua y almidón, con ellas se forma una hoja de fibras como si se estuviese haciendo papel. En seco, las fibras se cortan en pedazos de hasta 4 cm y se empieza a cardar; es decir, a formar el tejido en seco.

Como resultado de lo anterior se obtiene una lámina esponjosa y gruesa (con el método en seco) o una hoja delgada y uniforme (con el método en húmedo), a las cuales se les puede agregar o no el biopolímero. En Reforesta incorporan el polímero de ácido poliláctico (PLA, por sus siglas en inglés) en forma de polvo, para dar mayor resistencia y rigidez al producto. En caso de que se deseen características diferentes, es posible prescindir de esta sustancia.

En la parte final del proceso, se prensa la lámina a alta temperatura y a una elevada presión, con el objetivo de que sea más resistente y compacta. Más adelante, se saca el tejido y se deja enfriar.

El laboratorio de la UCR contó con la colaboración del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC), el cual le facilitó la decorticadora para el proceso de obtención de la fibra. Asimismo, usó el rastrojo de la segunda cosecha de piñas orgánicas cultivadas en San Carlos, Alajuela, gracias a la ayuda de la Universidad Técnica Nacional (UTN).

“La idea con la UTN es generar algún tipo de producto. Podríamos coordinar con la misma comunidad y artesanos, para que si se logra sacar un material, ellos mismos tengan la capacidad de poder crearlo y comercializarlo”, mencionó la investigadora del proyecto, la M. Sc. Karina Rodríguez Mora, también profesora de la carrera de Ingeniería Química en la Sede del Caribe de la UCR.

“El Dr. Pedro Casanova Treto, miembro de esta iniciativa, se encargó de hacer el equipo que nosotros ocupábamos para que la fibra pudiera contar con fuerza y resistencia. También en el laboratorio se ha trabajado con tintes y pigmentos. Los primeros son sintéticos de cuatro tipos diferentes y permiten que la fibra pueda ser verde o amarilla, por ejemplo”, agregó la investigadora.

Este proyecto ganó el concurso #ConexionHumboldt, el cual se realizó en octubre del 2019 en Alemania, como parte de la conmemoración del 250 aniversario del natalicio del científico alemán Alexander von Humboldt. El estudiante Eddy Jirón fue el único costarricense en recibir el reconocimiento y es uno de los 15 jóvenes latinoamericanos que viajó hasta el país europeo, para representar al equipo que participa en dicha investigación. Este proyecto destacó por su gran aporte al ambiente.

Costo ambiental de la industria textil

La industria de la moda acapara la atención de los ambientalistas por las alarmantes cifras sobre su negativo impacto en el planeta, según han revelado diversos estudios. De acuerdo con la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), dicha industria es la segunda más contaminante en el mundo.

Este sector produce más emisiones de carbono que todos los vuelos y envíos marítimos internacionales juntos. Además, cada año utiliza 93 000 millones de metros cúbicos de agua para la producción de prendas, volumen suficiente para satisfacer necesidades de cinco millones de personas.

Confeccionar unos jeans equivale al uso de 7 500 litros de agua, cantidad que bebe en promedio una persona durante siete años. La producción de ropa y calzado es responsable del 8 % de la emisión de gases de efecto invernadero y del 20 % del desperdicio de agua a nivel global. Aunado a ello, cada segundo se entierra o quema una cantidad de textiles semejante a un camión de basura.

Una de las alternativas para disminuir el costo ambiental de esta industria es promover cambios en las formas de producción y consumo, mediante programas de reciclaje, devolución de prendas y un mejor cuidado de la ropa, así como renunciar al modelo de “comprar, usar y desechar”.

En el marco de producción textil, el proyecto de Reforesta representa una novedosa apuesta con respecto a la incorporación de desechos orgánicos y el desplazamiento de materiales contaminantes en la creación de ropa, calzado y accesorios.

 

Bianca Alina Villalobos Solis

Asistente de Prensa, Oficina de Divulgación e Información

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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Seminario gratuito: Epidemiología comunitaria, salud y derechos colectivos

  • Jornada de salud comunitaria frente al poder de las corporaciones transaccionales

Seminario gratuito Epidemiologa comunitaria salud y derechos colectivos

Hay una necesidad importante para aumentar la sostenibilidad ambiental del país debido a que esto también aumenta la calidad de vida de las personas.

Las afectaciones sufridas por las comunidades vecinas a plantaciones piñeras se encuentra subcontabilizadas y no existe una metodología clara para recuperar estos datos que son de importancia para determinar lineamientos nacionales para la disminución de dichos impactos en la salud humana.

Este seminario permitirá ahondar en una experiencia teórico-práctica sobre este tema, la epidemiología comunitaria desarrollada por el Dr Gianni Tognoni en países como Argentina y Brasil donde existen problemas similares por contaminación con agroquímicos provenientes del cultivo de la soya.

El seminario estará dirigido a docentes de las universidades públicas, estudiantes y organizaciones de la sociedad civil. Será abierto y gratuito.

Objetivos/propósitos

El objetivo es ofrecer elementos teórico y prácticos sobre la metodología de la Epidemiología Comunitaria

Contenidos

  • Introducción al Epidemiología Comunitaria
  • Discusiones sobre la construcción colectiva de los derechos frente al poder de transaccionales
  • Acercamiento a la metodología de investigación de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados
  • Técnicas de investigación desde la Epidemiología comunitaria

Organizadores/as

-Oficina de Asuntos Internacionales de la Universidad de Costa Rica

-Escuela de Salud Ambiental-Universidad de Costa Rica

-Frente Nacional de Sectores Afectados por la Expansión Piñera

-Centro de Derecho Ambiental y de Recursos Naturales

-Red de Coordinación en Biodiversdiad

-Coeco Ceiba Amigos de la Tierra

 

Compartido por Nicolas Boeglin.

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UNA: Avance en el cultivo de peces larva

  • Red Cyted Larva Plus

UNA Avance en el cultivo de peces larva

Este lunes 8 de mayo de 2017, se llevó a cabo la primera sesión de charlas de la Red Cyted Larva Plus “Avances en el cultivo de larvas y peces y el uso de nuevas herramientas para su estudio” que tuvo lugar en el Auditorio Clodomiro de la Universidad Nacional-Campus Omar Dengo-Heredia.

El objetivo de esta red, consiste en generar un espacio de intercambio de conocimientos y experiencias en pro del desarrollo de la acuicultura iberoamericana, especialmente de la producción de larvas para dar un impulso científico y tecnológico a la competitividad empresarial, crecimiento sostenible y responsable del sector, así como una transferencia transversal de conocimientos, capacidades y habilidades entre los centros de investigación y del sector industrial a nivel multidisciplinar. En esta ocasión se contó con la participación de investigadores de Brasil, Colombia, Portugal, España y México.

El mensaje institucional, estuvo a cargo del señor Rector Dr. Alberto Salom Echeverría, quien señaló la importancia de difundir las actividades sustantivas de la Universidad Nacional-UNA, pues son acciones realizadas de manera conjunta por Docencia, Investigación, Extensión y Producción. Asimismo, resaltó el papel de la investigación a la hora de renovar el conocimiento y ponerlo a prueba, es decir, como un proceso constante entre investigación y teoría.

De igual manera, se considera pertinente que estos procesos de investigación se lleven a cabo de manera multi e interdisciplinar ya que esto permite crear diálogos de saberes. En este caso, en las actividades de acuicultura, desarrollo y mejora de la producción de larvas de peces en Iberoamérica poder abordarlo desde distintas perspectivas epistemológicas, lo que permitirán una mayor comprensión y rutas de trabajo en la que la Red sea un espacio de diálogo.

UNA Avance en el cultivo de peces larva3

Seguidamente, el mensaje de bienvenida estuvo a cargo de la señora coordinadora de la Red en la Universidad Nacional Máster Silvia Valverde Chavarría quien extiendió el agradecimiento de este espacio universitario para compartir las experiencias y conocimientos esenciales en materia de acuicultura.

UNA Avance en el cultivo de peces larva4

Dr. Enric Gisbert Casas, investigador titular del Instituto de Investigación y Tecnologías Agroalimentarias de Cataluña y Coordinador General de la Red Cyted Larva Plus, señaló que esta red está conformada por 15 centros de investigación y universidades, algunas empresas, para fomentar la colaboración y el intercambio entre la comunidad científica, académica y empresarial en pro del desarrollo de la acuicultura marina. Agrega, que este intercambio de conocimiento se debe realizar de la mano entre la academia y la industria, de forma multidisciplinar y multi específica en pro de un bien común.

Para exponer los problemas que generan inquietud y buscar posibles soluciones con la ayuda de la Red, se reúnen en este espacio de dialogo con distintas charlas que abordan áreas como nutrición, cultivo, zootecnia, gestión del agua, peces larva de agua dulce y agua marina, ingeniería, microbiología y sanidad.

 

Colaboración:

Gabriela Corrales Alfaro. Estudiante Sociología, UNA

Efraín Cavallini Acuña. Rectoría, UNA

Fotógrafo: Eliécer Berrocal Sánchez. Oficina de Relaciones Públicas, UNA

 

Enviado a SURCOS por MSc. Efraín Cavallini Acuña, Asesor Comunicación, Rectoría UNA.

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No más piñeras en zona Sur: manifestación el lunes 15 de mayo a las 10 am frente al Museo Nacional

  • 3000 mil nuevas hectáreas de cultivo de piña afectarían patrimonio arqueológico y Humedal Térraba Sierpe
  • Sospechan que fincas se destinarían a la siembra de piña transgénica

No mas pineras en zona Sur

Personas campesinas, operadores turísticos, indígenas, todas posibles afectadas así como ecologistas, universitarios, grupos de mujeres, estudiantes, cooperativas campesinas y otras fuerzas vivas se manifestarán el día del agricultor a favor de la cultura campesina y en contra de la expansión piñera, frente al Museo Nacional y llegando a MINAE donde se presentará una solicitud de nulidad a la viabilidad ambiental otorgada por SETENA para la siembra de piña en Osa (FECON, 21-4-2017).

En la marcha participarán representantes de comunidades del Caribe, Zona Norte, Puntarenas y otras comunidades afectadas organizadas en el Frente Nacional de Sectores Afectados por la Expansión Piñera (FRENASAP).

El detonante para esta manifestación ha sido el Proyecto Finca Palmar Sur de la multinacional piñera Del Monte – Pindeco al cual SETENA le dio viabilidad ambiental en menos de 20 días y recibió un trato semejante al que sigue cualquier familia costarricense cuando decide construir una casa. El monocultivo se desarrollaría a menos de 500 metros de la plaza de Palmar Sur, lo cual pone en riesgo la salud de la población por los niveles de tóxicos y agroquímicos que se utilizarían en este tipo de cultivo.

La Finca de Palmar se encuentra a menos de 5 kilómetros del núcleo del Humedal Térraba-Sierpe (HNTS) lo representa amenaza de contaminación por agroquímicos. Esta preocupación se fundamenta en un estudio de la UCR (2013-2016) que demostró la presencia en el Humedal de residuos de bromacil y ametrina, que se usan en la producción de piña y caña de azúcar. Lo que debe llamar la atención es que en los alrededores del Humedal no se siembra piña ni caña de azúcar, los investigadores concluyeron que las trazas de ambos herbicidas son transportadas muchos kilómetros arriba por los sedimentos y el agua del río Térraba desde Buenos Aires y Pérez Zeledón.

Además, dentro del área de la finca a sembrar hay 9 sitios arqueológicos y al menos uno considerado de importancia patrimonial. Esta área no puede ser evaluada independientemente de todo el conjunto del patrimonio del Delta del Diquís. El Estado costarricense desde 1995 sometió a protección esta zona como Sitio Ramsar, específicamente el Delta del Diquís, conocido como el Humedal Térraba – Sierpe. En junio del 2014, la declaratoria de esta área como Sitio Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), esto significa que cualquier actividad que se desarrolle cerca del sitio debe considerar el amortiguamiento de actividades productivas en zonas aledañas al humedal, a los sitios arqueológicos y al paisaje para las futuras generaciones de costarricenses y la Humanidad.

Las organizaciones manifestantes presentarán ante la UNESCO una solicitud para que evalúe el impacto que este proyecto tendría en el sitio arqueológico. Además, personas ecologistas y campesinas aprovecharán la jornada presentar una acción de inconstitucionalidad contra uno de los decretos de reglamento de agroquímicos aprobado por el Gobierno a inicio de año.

No mas pineras en zona Sur2

Este proyecto está incluido dentro de la evaluación arqueológica realizada por PINDECO para otros dos proyectos en Potrero Grande de Buenos Aires, uno es la Finca Los Ángeles Superior de unas 1200 hectáreas donde PINDECO determinó la presencia al menos 12 yacimientos arqueológicos pero no se descarta la existencia de otros yacimientos. El otro proyecto es Finca Los Ángeles Inferior, de unas 1000 hectáreas y se determinó la presencia al menos de cinco yacimientos arqueológicos. (ver Licitación 02- 2017 GOP Servicios Profesionales Consultoría y Evaluación Arqueológica, Del Monte).

¿Piña transgénica? La Comisión Nacional de Bioseguridad (CTNB) del Servicio Fitosanitario del Estado discute en este momento la aprobación de un protocolo para la exportación de piña genéticamente alterada (transgénica) llamada «Piña Rose»(Red de Coordinación en Biodiversidad Costa Rica, 2-11-2011). Esta “investigación” fue aprobada por la CTNB para PINDECO en 2011 y ha implicado sembrar este tipo piña en Buenos Aires de Puntarenas bajo un permiso de “siembra semicomercial” y no para el consumo del producto, sin embargo ecologistas tienen fuertes sospechas que los proyectos en cuestión sean para el cultivo expansivo de este tipo de piña.

Quienes convocan a la marcha del 15 de mayo consideran que el MINAE y Museo Nacional deben accionar procesos legalmente establecidos para realizar una evaluación ambiental estratégica en la cuenca del Térraba-Sierpe y no facilitar la destrucción de sitios de importancia mundial, el cultivo estaría a menos de 2 kilómetros del sitio principal conocido como el Museo de las Esferas.

Henry Picado Cerdas, FRENASAPP. Tel: 87609800 o Mauricio Álvarez, FECON. Tel: 8870-9165

Licitacion 02-2017 Servicios y Consultoria Arqueologica (2)

 

Imagen de portada con fines ilustrativos.

Enviado a SURCOS por FECON.

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Madera gourmet aseguraría futuro económico de productores

  • Investigadores del Inisefor-UNA promueven que pequeños y medianos productores integren el cultivo de caoba mejorado en sistemas agroforestales, lo cual podría asegurar el futuro económico de sus familias

 

Laura Ortiz C.

Periodista UNA

La disminución de la producción de madera que proviene de plantaciones, bosques naturales y sistemas agroforestales, provoca un déficit ante la demanda nacional, que se satisface con la importación de productos maderables de poca calidad.

Asimismo, los productores con sistemas agroforestales, sufren importantes fluctuaciones en los precios de venta, causados por ataques de plagas y enfermedades y el poco aporte económico que generan los árboles que acompañan la actividad agropecuaria.

El pasado 27 de enero, investigadores del Instituto de Investigación y Servicios Forestales de la Universidad Nacional (Inisefor-UNA), así como representantes de la Oficina Nacional Forestal y del Fondo Nacional de Financiamiento Forestal se reunieron en Venecia de San Carlos y Sarapiquí con cerca de 30 pequeños y medianos productores de la zona norte del país, con el objetivo de promover el cultivo de caoba, madera consideraba como una de las más finas del mundo y por ende con un altísimo valor en el mercado.

“Esta especie está considerada en peligro de extinción, de ahí que hace 10 años en el Inisefor-UNA empezamos a trabajar en un material genético que nos permitiera un mayor control de su principal amenaza: el barrenador de las meliáceas (Hypsipyla grandella) y un crecimiento más acelerado, con el fin de disminuir el déficit de madera nacional y mejorar la calidad de vida de los productores”, explicó el investigador Eugenio Corea.

De acuerdo con Orlando Chinchilla, coordinador del proyecto, lo que se pretende es asegurarle a los productores un producto que les de mayores réditos. “Países como Chile y Brasil producen a gran escala maderas de poco o mediano valor, entre ellas melina, pinos y eucaliptos. Nuestro país no puede competir con ese mercado; sin embargo, de la misma forma en que Costa Rica compite en el mercado internacional al producir un grano de altísima calidad, conocido como café gourmet, tenemos la idea de crear un sector forestal y agroforestal que produzca maderas preciosas de alto valor y calidad, a las que podríamos llamar, siguiendo ese paralelismo del café, maderas gourmet, detalló Chinchilla.

Madera gourmet

Plan piloto

El grupo de productores e investigadores visitó una de las parcelas de Esteban Cambronero, graduado del diplomado de Gestión de Fincas de la UNA, con quien se instaló un plan piloto para el cultivo de caoba en un sistema agroforestal. “Aquí sembramos 35 de los mejores clones que se han tenido en el invernadero del Inisefor-UNA, el uso de material genético seleccionado contribuye a que los árboles crezcan más rápido, con fustes más rectos, altos y libres de ramas; es decir, una mayor productividad de madera en un tiempo menor, se pueden obtener árboles de entre 7 y 9 metros de altura en 2 o 3 años, dependiendo del suelo y el clima del sitio”, dijo Corea.

“Este era un terreno que no se estaba utilizando y decidimos montar, junto a los estudiantes del diplomado y los profesores, un plan piloto. Año y medio después la finca tiene árboles de más de seis metros de altura. Otra de las ventaja es que se trata de un sistema agroforestal, entonces tenemos la caoba pero también sembramos yuca, camote, plátano, moringa, frijoles, malanga, tiquisque y forraje para el ganado, entre otros, lo que nos permite sacarle proyecto a la finca tanto a corto como a largo plazo”, comentó Cambronero.

Juan Carvajal fue uno de los primeros productores que se aventuró en el cultivo de caoba. “Yo busqué apoyo en el Inisefor porque quería diversificar la producción ganadera, tengo sembrados tres mil árboles de caoba y puede ser que yo no vea las ganancias, pero lo harán mis hijos y los nietos, uno no puede ser egoísta y querer todo a corto plazo”.

Para Carvajal, el reto de las plantaciones de caoba es el control del gusano barrenador. “Hay que ser muy constantes en la fumigación, un par de días pueden hacer la diferencia para un manejo exitoso”.

De cuidado

La plaga de Hypsipyla grandella es una pequeña mariposa nocturna que pone sus huevos en los brotes tiernos de la caoba. Las larvas penetran y se alimentan de la parte central del tallo del brote tierno lo que provoca su destrucción.

Una fumigación cada 15 días en los tres primeros años es fundamental para obtener un fuste recto y libre de ramas. Lo que recomendamos es utilizar 1ml/litro de agua y un buen adherente con la dosis indicada para cada producto. El costo por árbol de la fumigación al cabo de tres años es de 138 colones para la zona tropical lluviosa y de 78 colones para sitios secos”, explicó Chinchilla.

Para Víctor Meza, investigador del Inisefor-UNA, aunque la caoba se puede cultivar en plantaciones puras, al considerar las condiciones socioeconómicas y de tenencia de tierra de la gran mayoría de los productores agropecuarios del país, el proyecto está dirigido a fomentar el cultivo en combinación con otros sembradíos agrícolas.

“El objetivo de este encuentro con productores es que visiten las plantaciones para que vean que es posible tener un sistema agroforestal con los productos que ya ellos manejan. Sabemos que no es una inversión a corto plazo, pero también sabemos que la producción de caoba puede significar un futuro económico para los productores y sus familias”, dijo Meza.

*** Para mayor información comuníquese con Orlando Chinchilla o Eugenio Corea, investigadores del Inisefor UNA (2562-4605) o con la Oficina de Comunicación de la UNA (2277-3066/ 2237-5929).

 

Enviado a SURCOS por Oficina de Comunicación UNA.

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