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Economía nacional se recupera pero desequilibrio fiscal se agrava

Pronóstico de la economía nacional de IICE fue presentado esta semana

Economía nacional se recupera pero desequilibrio fiscal se agrava
La disminución en los precios del petróleo es uno de los aspectos que influirán en la baja en la inflación y la estabilidad del tipo de cambio (foto Archivo ODI).

 

Elizabeth Rojas Arias

Periodista Oficina de Divulgación e Información.

 

El pronóstico de la economía nacional para este año es positivo según el estudio del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) porque se vislumbra un aumento en el Producto Interno Bruto, el cual alcanzaría al final del año entre un 3,5 y un 4,5 y porque la inflación se mantendría estable, entre un 4% y un 5%.

Lo que si consideran los economistas de la Universidad de Costa Rica M.Sc. Rudolf Lücke Bolaños y M.Sc. Max Soto Jiménez, es que debido al desequilibrio fiscal, en el 2015 se podrían aumentar las tasas de interés, de manera que la tasa básica pasiva podría llegar a final de año a un 8,3%.

La influencia de un repunte en la economía estadounidense, la disminución del precio del petróleo y la cuarta emisión de eurobonos por mil millones de dólares al inicio de este año, son factores que también influirán en el crecimiento de la economía nacional, según lo afirmó el magister Max Soto.

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Los economistas Rudolf Lücke y Max Soto comentaron que la reducción de las importaciones podría ser un indicador de una disminución del ingreso disponible del consumidor nacional. Además repercute en el crecimiento de las exportaciones por el menor ingreso de materias primas al país (foto Rafael León).

El director del IICE añadió que “la situación de déficit fiscal que no muestra ningún signo de mejorar, más bien un deterioro progresivo, va a afectar la tasas de interés, crecientes en el 2015”.

Además, Soto considera que la baja en el precio del petróleo y la emisión eurobonos le hace pensar que el tipo de cambio se mantendrá estable.

Por su parte el investigador Rudolf Lücke comentó esta semana, durante la presentación del pronóstico de la economía, que para el primer trimestre del año 2015 la inflación sería de un 3 a 4 por ciento, pero esto va a depender de los escenarios que establezca el Banco Central para su meta de inflación.

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La reducción de la exportaciones se ha dado sobre todo en textiles, cuero, productos químicos, alimentos y artículos eléctricos y electrónicos. Aumentó en equipo médico, agrícola, pecuario y pesca y metal mecánica en el último año.

Al respecto explicó que un escenario alterno con una política monetaria más flexible se podría dar si se mantiene el precio del petróleo en niveles cercanos a los 60 dólares el barril, si la inflación internacional continúa baja y el tipo de cambio estable. En este caso el Banco Central optaría por una política monetaria que manteniendo la inflación entre un 3 y 5 por ciento, procure contribuir al mayor crecimiento de la economía y la reducción del desempleo.

Por otra parte, el economista Lücke detalló que el crecimiento de los precios en el año 2014 fue de un 5,13%, superior a la observado en los últimos tres años. Este incremento responde principalmente al aumento en el costo de la electricidad, la educación y las comidas fuera de la casa, que representaron un 30% de la inflación registrada el año anterior.

En el 2015, la evolución de los precios, dijo Lücke se verá influenciada por la reducción en el precio del petróleo, y por la estabilidad en el tipo de cambio.

Economía nacional se recupera pero desequilibrio fiscal se agrava4
La demanda de crédito experimentó un cambio significativo a favor de los préstamos en moneda nacional.

Otro de los datos que destacó el economista fue que la demanda de crédito en el año 2014 varió sustancialmente debido a que los préstamos en colones pasaron de un 11% a un 19,4%, mientras que en dólares disminuyeron de un 20% a un 7%.

Con respecto al déficit fiscal que se ha venido incrementado en los últimos dos años 4,4% en el 2013 y 5,6% en el 2014, el gobierno ha tenido que recurrir al endeudamiento interno y externo.

La deuda externa se ha sustentando con la emisión de bonos, la cuarta y última emisión se realizará este año con un vencimiento en el 2044 y fue sustancialmente más cara para el país, pues la tasa de  título se situó por encima del 7%.

Esta emisión del 2015 será la primera que estaría haciendo el país después de la reducción en la calificación crediticia internacional por parte de la firma Moody´s, lo que según los especialistas del IICE, podía incrementar las pretensiones de los inversionistas sobre el rendimiento de los títulos y obligar al Gobierno a incrementar las tasas de interés que ofrecerá por los mil millones de dólares en bonos.

 

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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Austeridad fiscal: La receta equivocada

Luis Paulino Vargas Solís

Austeridad fiscal- La receta equivocada

Durante las últimas semanas un tema ha dominado el debate político en Costa Rica: el problema del déficit fiscal y, en particular, las diversas propuestas que intentan disminuirlo mediante el recorte del gasto público. En forma muy sintética, este artículo analiza algunas facetas de la cuestión que, en general, son ignoradas o invisibilizadas en ese debate.

 

Acerca de las consecuencias del déficit fiscal

Estas propuestas de austeridad se justifican a partir de planteamientos que atribuyen al déficit una larga serie de terribles consecuencias dañinas. Muy poco de todo ello encuentra apoyo en los datos de la realidad.

En primer lugar, se aduce que el déficit provoca inflación y elevación de las tasas de interés. Ninguna evidencia disponible respalda tales afirmaciones. Por seis años al hilo la magnitud del déficit ha sido considerable –tendencialmente creciente- cuando, al mismo tiempo, la inflación se ha sostenido en mínimos históricos. Por su parte, las tasas de interés han experimentado ocasionales episodios de alza. Pero igualmente se ha comprobado que es factible bajarlas a sus usuales niveles históricos, tan solo con que se apliquen las políticas apropiadas. El caso es que las condiciones de la economía durante estos años invalidan tales presunciones. Y, sin embargo, se insiste dogmáticamente en repetirlas.

Asimismo se asegura que con el déficit crece también la deuda pública y, con ello, aumenta asimismo la posibilidad de que las “calificadoras internacionales de riesgo” degraden la “nota” que le atribuyen a Costa Rica, en cuyo caso la obtención de financiamiento externo se vuelven más astringente. Esto tiene su dosis de verdad; ya hemos visto como una de esas calificadoras ha querido “castigarnos”. Sin embargo, y como es obvio, ello no tiene a corto plazo consecuencias apreciables, aunque sí podría tenerlas en períodos más largos. En particular, subrayemos que el problema de la deuda tiene una doble faceta: lo importante no es cuánto crezca en términos absolutos, sino, sobre todo, su crecimiento relativamente al crecimiento de la economía nacional (o sea, respecto del ritmo de aumento del PIB). Este segundo aspecto de la cuestión no ha recibido adecuada atención. Todo el interés, en cambio, se concentra en la restricción del gasto público para intentar frenar el alza de la deuda, sin percibir que, en realidad, devolverle dinamismo a la economía es un objetivo mucho más importante. Sobre esto último, volveré luego.

Austeridad fiscal- La receta equivocada2

La “mística de la mutilación”

La política de recorte por la que se ha optado, se basa en una serie de supuestos no explícitos. En primera instancia, es clarísimo que se manejan hipótesis fervorosamente anti-estatistas y, en particular, fieramente estigmatizantes respecto de las personas que trabajan en el sector público. Esa es la justifican detrás de las tijeras y el machete: porque presuntamente en el sector público pululan la corrupción y la ineficiencia y porque sus empleados y empleadas gozan de grandes privilegios y son gente vagabunda e inepta.

Desde este discurso maniqueo y satanizante se impulsan políticas restrictivas que tienen el potencial de profundizar los procesos de desmantelamiento e inutilización del sector público. Ello es así puesto que, en primera instancia, las medidas restrictivas han sido promovidas sin otro criterio como no sea los juicios arbitrariamente formulados desde un despacho legislativo. Pero, además, debería ser obvio que para lograr mayor eficiencia y eficacia lo que se necesita prioritariamente es mejorar la organización y fortalecer el funcionamiento de las instituciones públicas, no debilitarlas aún más. Porque lo que se recorta simplemente desaparece, y ello sería justificable solo si se pudiera demostrar que la oferta de servicios públicos excede de las necesidades existentes. Evidentemente ese no es el caso. Lo contrario es lo cierto: ni los servicios públicos ni la inversión pública son –ni en calidad ni en cantidad- lo que debieran ser. Se necesita más y mejor, nunca menos.

 

La receta equivocada

Austeridad fiscal- La receta equivocada3

Anoté más arriba que el crecimiento de la deuda pública que deriva de la persistencia del déficit, deviene un problema que merece atención en la medida en que crezca su dimensión relativa respecto del tamaño del PIB. Ello nos remite al problema del dinamismo de la economía o, mejor dicho, al de la ausencia de ese dinamismo, según se ratifica en la persistencia (por siete años al hilo) de un crecimiento económico muy inferior a los estándares históricos de la economía costarricense, con una situación del empleo sumamente deteriorada. Ello configura lo que propongo considerar una situación de depresión económica: porque el desempeño de la economía se degrada por debajo de sus niveles históricos y porque esa situación se convierte en una tendencia que se prolonga durante un largo período sin que se avizore ninguna pronta mejoría.

En ese contexto, la obsesión fiscalista que enfatiza el recorte y la restricción implica un doble error: en primer lugar, pone el énfasis donde no debiera, distrayéndolo de lo que es realmente prioritario (la dinamización de la economía); y, en segundo lugar, porque la fórmula de la austeridad genera presiones recesivas adicionales en una economía debilitada que, de por sí, anda renqueante.

Al respecto, debe enfatizarse que, con alta probabilidad, uno de los factores que más ha incidido en la persistencia por seis años seguidos de un déficit fiscal significativo, ha sido, precisamente, el estado de crónica debilidad en que la economía ha quedado atrapada. Ello sin duda ha debilitado los ingresos que recibe el gobierno y, por lo tanto, repercute en la persistencia del déficit y en el crecimiento de la deuda. Aparte que una economía que evoluciona en ralentí es una receta segura para que el peso relativo de la deuda se incremente.

Por lo tanto, la fórmula del recorte, en cuanto seguramente agravaría la atonía económica, al cabo podría traer consigo un agravamiento del déficit y, entonces, una agudización del problema de la deuda, tanto en su magnitud absoluta como en su dimensión relativa.

 

Información tomada del Blog “Soñar con los pies en la tierra” de Luis Paulino Vargas: http://sonarconlospiesenlatierra.blogspot.com/2014/11/austeridad-fiscal-la-receta-equivocada.html

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Déficit fiscal, reactivación económica y empleo: Presidente Solís, permítame una sugerencia

Luis Paulino Vargas Solís

 Déficit fiscal, reactivación económica y empleo- Presidente Solís, permítame una sugerencia

El Presidente Luis Guillermo Solís ha dicho que la mejor medicina contra el déficit fiscal es una economía dinámica y vigorosa. Lleva razón el Presidente. Pero conviene subrayar que tan importante como un mayor dinamismo económico es la creación de muchos empleos de buena calidad y bien remunerados. Preguntémonos entonces: siendo que el Presidente Solís –a diferencia del diputado Solís- sí reconoce y valora este principio tan básico ¿qué nos propone su gobierno para lograr que la economía recupere fuelle y los graves problemas del empleo se resuelvan?

Cierto, el gobierno nos presentó semanas atrás una “estrategia nacional de empleo y producción”. Es un documento valioso y tiene muchas propuestas acertadas, si bien es limitado en un sentido muy básico: no reconoce que sus buenas intenciones podrían quedar atrapadas en la camisa de fuerza que impone la estrategia neoliberal. No se propone ahí enmendar el rumbo que ésta ha trazado, sino tan solo suavizar las violentas escabrosidades que hacen inhóspito ese rumbo. Ello seguramente limitaría sus posibles logros.

Enfaticemos, además, que la gente sin trabajo –o aquella que se la tiene que jugar en ocupaciones mal remuneradas- debe vivir en medio de grandes apuros económicos, los cuales exigen respuestas inmediatas. Intento así enfatizar que la cuestión de dinamizar la economía y generar empleos no es asunto que podamos dejar para más tarde puesto que atiende a la dignidad misma de las personas. Lo cual es, sin la menor duda, algo más importante que el déficit fiscal, no obstante lo muy importante que éste pueda ser.

El inconveniente aquí es que la mencionada “estrategia de empleo y producción” ofrece respuestas que, hasta en la hipótesis más optimista, no dará frutos sino hasta dentro de varios años. No podemos esperar tanto. Mejor dicho, los alrededor de 850 mil personas desempleadas, subempleadas o en situación de informalidad laboral no pueden esperar tanto. Y si, de paso, con ello logramos además poner bajo control el problema del déficit fiscal, pues tanto mejor.

Déficit fiscal, reactivación económica y empleo- Presidente Solís, permítame una sugerencia2

Pero, en fin ¿cómo diantres lograr esa urgente reactivación económica con generación de empleos? Admitamos que no existe ninguna respuesta fácil. Pensemos en el corto plazo, o sea, un año a partir de ahora ¿Cómo reactivar a corto plazo? Me permito sugerirle a don Luis Guillermo tres o cuatro cosas:

1)  Hacer un esfuerzo máximo por poner en marcha los proyectos de infraestructura pública para los cuales el gobierno dispone de financiamiento. Tomémoslo, sin embargo, con su dosis de prudencia, ya que, para empezar, no son cifras muy elevadas. Según lo informado el gobierno cuenta con fondos (no ejecutados) por el equivalente a algo más del 3% del PIB, a los que se le podría sumar el (poco probable) financiamiento ofrecido por la banca de algo menos del 1%. Obviamente esos montos se distribuirían a lo largo de varios años, de modo que su efecto inmediato quedaría diluido. Podría quizá recurrirse a la opción de financiamiento proveniente de fondos de pensiones, aunque no podemos ser demasiado optimistas al respecto, puesto que en ese aspecto –como en tantos otros- el sistema financiero se ha demostrado tardo e ineficiente. En línea con lo anterior, no debería haber recortes en los gastos corrientes del gobierno, lo cual no excluye que se hagan máximos esfuerzos por suprimir gastos superfluos, mejorar la eficiencia y corregir excesos y corruptelas, pero enfatizando un propósito positivo y de construcción: no recortar para suprimir, sino depurar y limpiar para brindar más y mejores servicios. Y si se aprobaran nuevos impuestos, estos deberían ser principalmente progresivos -que tributen más quienes más tienen- y canalizarse hacia la generación de nueva demanda que estimule la economía (según el principio conocido como “multiplicador el presupuesto equilibrado”).

2)  Propiciar un ajuste gradual y ordenado del tipo de cambio para llevarlo a niveles realistas, de acuerdo con las condiciones de la economía costarricense. La sobrevaloración del colón con respecto al dólar y otras divisas mundiales importantes, ha frenado las exportaciones y el turismo y está ocasionando daño a las actividades –tanto agrícolas como manufactureras- que compiten con productos importados. Ello incide en el débil crecimiento de la economía y ocasiona destrucción de empleos. Y aunque es improbable que el reacomodo (devaluación ordenada) del tipo de cambio resulte suficiente para reactivar las exportaciones y el turismo, en todo caso sí es requisito necesario para lograrlo.

3)  Reducir las tasas de interés sobre los créditos destinados a financiar la actividad productiva. Hoy día el crédito para la agricultura, la industria manufacturera o la construcción cobra intereses situados alrededor del 16-18%, cuando la inflación es del 5%. O sea: clavos de oro para el negocio financiero, actualmente, y desde hace años, en pleno auge. En cambio, para la producción y la generación de empleos esto resulta una carga demasiada pesada que, de seguro, impacta más fuertemente sobre pequeñas y medianas empresas ¿Cómo lograr que las tasas de interés bajen? Se me ocurren dos posibilidades: una política monetaria más laxa por parte del Banco Central que empuje hacia abajo las tasas de interés (y las reduzca en términos reales al permitir que la inflación se eleve un poco), y una acción administrativa firme por parte de las autoridades –el propio Banco Central pero también el mismo Presidente Solís- que obligue a los bancos a sacrificar una parte de sus excesivas ganancias a favor de una rebaja de las tasas.

4)  La reactivación y relanzamiento del mercado centroamericano. Reconozco que esta posibilidad trasciende el corto plazo en sentido estricto. Y, sin embargo, es algo sobre lo que podrían lograrse avances graduales pero inmediatos, con resultados que, de forma similar, podrían empezar a visibilizarse en poco tiempo. Ello incluiría la promoción agresiva del comercio intra-regional pero, un paso más allá, la coordinación a corto plazo de políticas monetarias y fiscales y, a mediano y largo plazo, la cooperación en relación con aspectos diversos importantes para el desarrollo de nuestros países: educación, ciencia y tecnología; inversión en infraestructura; medio ambiente; nuevas opciones energéticas. Incluso la importantísima posibilidad de constituir un frente negociador conjunto. Aquí el problema es político antes que técnico y evidentemente demanda un espíritu de diálogo y cooperación que no es frecuente entre las clases dirigentes centroamericanas ¿Qué tal si Luis Guillermo Solís asume la iniciativa y lidera el esfuerzo?

Al proyectar nuestra mirada más allá de las urgencias de corto plazo, este último punto –relacionado con la recuperación y relanzamiento del mercado centroamericano y la construcción de nuevas formas de cooperación a nivel regional- podría ser la plataforma desde la cual avanzar hacia una reformulación de los vínculos del país con la economía mundial, de una forma tal que, manteniendo vigentes los lazos existentes con las potencias planetarias, nos permita, sin embargo, generar nuevas posibilidades para el comercio y la cooperación sobre bases más equitativas y solidarias.

 

Tomado del blog Soñar con los pies en la tierra, de Luis Paulino Vargas Solís:

http://sonarconlospiesenlatierra.blogspot.com/2014/10/reactivacion-economica-y-empleo.html

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Recorte de gastos, autonomía de Guanacaste y reforma procesal laboral

La CGT está con los trabajadores nunca negociará rebajos

Carlos J. Cabezas Mora

Secretario General

Central General de Trabajadores

 

Es curioso como algunos temas parecen provocar pasiones políticas más que otras que más bien pueden pasar inadvertidas, en la actualidad un diputado del Frente Amplio comenta que observando el plebiscito de Escocia para determinar la independencia lo hacía pensar en la autonomía de Guanacaste, esto sin duda asociado a la explotación de ese pueblo y el abandono gubernamental.

Los comentarios del diputado han sido calificados desde ocurrencia hasta de traición a la patria, separatista, con intenciones de entregarle Guanacaste a las estúpidas declaraciones de Daniel Ortega, lo cual es más que una exageración con malas intenciones. Si se trata de que el abandono es la razón para buscar autonomía (diferente a independencia) no solo Guanacaste podría caer en la tentación, le seguiría Limón, Puntarenas, la Zona Sur, Talamanca la Zona Norte, todas colmadas de pobres y miserables que no tienen asegurada ni siquiera su alimentación diaria, menos sus derechos laborales, a la educación o al empleo.

De igual se ha vuelto un hecho noticioso la posición de Ottón Solís sobre la motosierra y el machete que le quiere imponer al Ministerio de Hacienda en el presupuesto del 2015, discusión sumamente importante tanto para nosotros los funcionarios y funcionarias públicas sino también para el desarrollo del país a través de los servicios que brindamos desde el gobierno a los ciudadanos. La propuesta de Ottón la cual no ha sido formalmente presentada solo tiene algunos comentarios generales públicos de cuáles son los gastos que pretende recortar y la manera de hacerlo captaron la atención sin que detrás de ella exista una discusión seria no solo de los asesores del diputado sino de todos los sectores involucrados.

El tema de gasto público ha sido usado con frecuencia para plantear el déficit fiscal, con la excusa el FMI y el Banco Mundial nos recetaron recortes que lesionaron severamente el accionar del sector público, incluso se regalaron negocios estratégicos como el cemento que tiene materia prima para unos trescientos años y paso a manos de “glorioso” empresariado privado, provocar el terror de las consecuencias es una método nada adecuado pues enturbia el camino de las soluciones.

No nos cabe duda que el gasto público debe ser usado racionalmente, pues como lo señaló un reportaje noticioso, con lo gastado en consultorías se pagaba la carretera costanera sin necesidad de hacer un préstamo o de recurrir la concesión privada, pero coincidimos con que este tema requiere de intervención refinada, determinando no a las “tontas y locas” las acciones, como nos parece que puede ser obligar al Gobierno a tener menos dinero en salarios para estimular la evaluación del desempeño y disminuir el pago de anualidades.

Pocos saben y muchos menos quieren saber que más de la mitad de la riqueza del país queda en el 20% más rico de la población, mientras el 80% nos repartimos obviamente menos de la mitad, situación diferente cuando se trata de recaudación de impuestos, pues somos las grandes mayorías las que mantenemos al Gobierno, tema que determina que nuestro régimen fiscal nos sea progresivo, o sea “los pobres pagamos como ricos y los ricos como pobres”, ese tema implicaría entrar a tocar sensibles intereses de los poderosos, a lo cual los gobiernos prefieren no entrarle de frente.

Hoy el país luego de 70 discute por fin un cambio radical del Código de Trabajo, el cual afectaría a todos y todas las ciudadanas (que perdone la Real Academia), de ello dependerá que nos acerquemos o no justicia social, tema fundamental, estratégico y parece que solamente le interesa a los proponentes de las modificaciones, las y los trabajadores acostumbrados o educados a no involucrarse prefieren mirar para otro lado, aseguramos que de cambiar la legislación el día siguiente muchos se llevarán grandes sorpresas quizás no muy agradables de los profundos cambios que esto provocaría.

Nos da la impresión que la agenda nacional se prioriza más por la cobertura periodística que permite mayor atención a los noticieros y aumento a la venta de periódicos que a lo que realmente afectará la vida de la gente, quizás a pequeños grupos del poder esto les conviene más, para eso tienen a su alcance esos mecanismos que funcionan como altavoces y conducen o manipulan a la opinión pública hacia su agenda con sus propios énfasis.

Este es el momento para meditar, para debatir y buscar soluciones a problemas, siempre comprendiendo que estas estarán permeadas por los intereses de los grupos o sectores, que es un ejercicio inútil pretender quedarle bien a todos, que lo que debe guiar esas solución son las necesidades de las grandes mayorías, la de los pobres, de los miserables quienes si pudieran ser independientes para vivir mejor de seguro lo harían, coincidimos con el pensamiento que dice “solo el pueblo salva al pueblo” por lo que es a todos nosotros nos corresponde levantar la bandera de defensa de nuestros propios intereses.

 

Enviado a SURCOS Digital por el autor.

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Cronología de hechos de la CCSS

Por qué las listas de espera, anuncios de mayores cuotas a la Caja y “modelos mixtos” para el seguro de salud. 

Cronología hechos CCSS2b

1994 a 2007: Durante 13 años los cotizantes del seguro de salud cubrieron los gastos por atención a los asegurados por el Estado porque ningún gobierno cumplió con sus obligaciones.

2002-2006: Para reducir el déficit fiscal el gobierno recortó las inversiones y logró pasar el déficit de 5% del PIB a 0,5%. Parte de esto se alcanzó porque la Caja recortó inversiones en -23% en cada año. No se desarrolló toda la infraestructura ni se invirtió en los equipos que se necesitaban.

2007: A junio 2007 las deudas de esos 13 años acumulaban ¢301 mil millones y la Caja 2007acordó rebajarlas a ¢120 mil millones. También, deudas estatales del Código Niñez y Adolescencia por ¢34 mil millones se dejaron en ¢1.9 mil millones. La pérdida finalmente fue de ¢217 mil millones.

2007: En agosto la Caja y el gobierno firmaron un convenio para que el Estado pagara esas deudas en abonos por otros 13 años, sin intereses y sin ajustar el valor real.

2008-2009: A pesar de la promesa pública de no volver a atrasar los pagos, el gobierno no cumplió. En octubre 2010 las deudas habían vuelto a crecer en ¢110 mil millones.

2008: En mayo la junta directiva de la Caja aprueba aumentar el tope de cesantía para sus funcionarios en forma escalonada.

2009: Los resultados del 2008 mostraron que el gasto real por el pago de cesantía fue 100% mayor que las proyecciones presentadas a la junta directiva para aprobar los aumentos.

2010: La Caja suspendió los pagos a proveedores y el gobierno le hizo un pago extraordinario de ¢74 mil millones. No pagaron a los proveedores pues la verdadera necesidad eran fondos para salarios y prestaciones legales.

2011: En noviembre el Director Actuarial remite oficio a la Presidenta Ejecutiva de la Caja reconociendo que las proyecciones presentadas a junta directiva para aumentar la cesantía, no fueron correctas.

2001-2012: La Ley de Protección al Trabajador del año 2000 dispuso que un 3% de la cesantía (era 8.33%) se pasaría a operadoras de pensiones y el 5.33% quedaría siempre a cargo del patrono. Durante todo este período, la Caja pasó el 3% a las operadoras pero siguió reconociéndole a sus empleados el 8.33%. Es decir, en contra de lo dispuesto por ley y con fondos de los asegurados, durante todo este período se estuvo pagando un 11,33%.

2012: La Auditoría Interna de CCSS realizó un estudio en el cual cuestiona los cálculos con que se aprobó el aumento en años de cesantía. Según Auditoría, las proyecciones que se presentaron a junta directiva hacían viable el aumento. Sin embargo, estudios realizados meses antes por la misma área actuarial, indicaban que los resultados futuros del seguro de salud eran deficitarios y cualquier aumento agravaría la situación. La Auditoría Interna recomendó iniciar un proceso de investigación contra ocho funcionarios. No pasó nada.

2012: La Caja destinó para bienes duraderos el 1.9% de su presupuesto, la proporción más baja en 21 años.

2007-2012: El gobierno ha hecho abonos extraordinarios a sus deudas por ¢588 mil millones. Son dineros que pagamos los contribuyentes con impuestos. Sin embargo, no hubo mejoras, las listas de espera siguieron creciendo.

2007-2012: Los presupuestos del seguro de salud para este período sumaron ¢6.3 billones. De esta suma el 65.3% se dedicó a remuneraciones y solo un 3.6% se destinó a bienes duraderos (edificios, equipos, mobiliario).

2013: Autoridades de la Caja y el gobierno anuncian la superación de la crisis.

Cronología hechos CCSS

2014: Cierre de 17 quirófanos en el Hospital México por fallas en redes eléctricas que tienen 46 años. Plaga de ratas en Hospital San Juan de Dios.

2014: Autoridades de CCSS hablan de falta de recursos, necesidad de mayor financiamiento por aumento de cuotas o con impuestos. También de servicios de salud bajo “modelos mixtos”.

 

Información compartida a SURCOS Digital por Jorge Herrera F.

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