Skip to main content

Etiqueta: Deivis Ovares Morales

¿Hay razón en la frase “somos un pueblo domesticado”?

Deivis Ovares Morales

Deivis Ovares Morales

Siempre he creído que a cualquier costarricense que se precie de ser inteligente y de comprender políticamente la agudeza de las consignas de nuestros himnos patrios, le resultaría muy muy ofensivo, asumir la domesticación como una subyugación voluntaria a los intereses que claramente le son contrarios y le disminuyen su condición y calidad de vida.

No obstante después de ver lo sucedido en los últimos 4 procesos cuatrienales de descarte electorero, en los que otros escogieron la oferta que presentan para el primer domingo de febrero, para que un electorado muy despreocupado de los antecedentes de la nueva pomada canaria ejerciten el “Tin Marín de Do Pingüé”, reflejarán una verdadera conciencia de nuestra crítica situación política y de cómo estos procesos se definen en “votaciones” en los que se evidencian pleitos religiosos, pugnas dogmáticas, aspiraciones endebles y otras superficialidades que no tienen vinculación alguna con condiciones de vida, mejora de los salarios, control del fraude fiscal y la deshonrosa evasión, salud, educación, infraestructura vial y otros que sí afectan el diario vivir de nuestra sociedad.

Ante ello es mucho más fácil determinar por qué un político de antaño tuvo tal atrevimiento, al punto de menospreciar así el intelecto general de nuestra población, muy conformista y acostumbrada ya en las décadas, a creer ese fraude al que llaman la “democracia” más sólida de América Latina y que es tan fugaz como doce horas de jolgorio competitivo entre “partidos” (que en intereses mezquinos y personalísimos están unidos), llegando al punto de creer que el poder popular, es un simplismo reduccionista de expresión de una voluntad realmente ajena y que a pura maquinaria mediática desinformativa, en cada proceso electoral nos inundan de falsedad, odios, etiquetas, prejuicios y otros, aprovechando el analfabetismo político y posicionando con demagógica y cinismo un interminable basurero de sesgos, manipulación y mentiras en las que las caras visibles de las desteñidos “ofertas” partidarias, como hábiles paracaidistas sin méritos colectivos ni trabajo social comunitario previo, terminan arrastrando a los incautos al canasto de los más mezquinos, oscuros y siniestros intereses de grupúsculos de poder.

Después de décadas de un bipartidismo antagónico a sus fundamentos estatutarios y sus “principios” “social demócratas” y “social cristianos”, en los que en la práctica política renegaron, descalificaron y despreciaron los postulados de las ideologías con las que hicieron el más cínico de los marketing, caímos en la trampa de creer en el PAC y PPSD que realmente son nuevos clubes de reparto y reconfiguraciones de ese nefasto, saqueador y lleno de corrupción y entreguismo bipartidismo. Es ser excesivamente confiado, conociendo cómo actúan y en lo que han convertido la política pensar que esas nuevas monas vestidas de seda, tenían interés de transformar la realidad social y colectiva y que iban de alguna manera a ser ese “cambio”, nada tan ingenuo y domesticado como pensar que dejar los más rentables negocios públicos y administrarlos para el pueblo, solo por esa ilusión fugaz de colocar una nueva cara y color pero con ese mismo ADN, siendo un rejuntado de los fichajes de lo antiguo, es absurdo creer que los neoliberales iban en alguna ínfima intención de poseer un verdadero interés por irrumpir y/o contrariar en el tan conveniente a sus pretensiones, status quo.

Confieso que siempre esa frase tan despectiva a nuestro intelecto popular me causaba mucho enojo e indignación, sin embargo hoy en día y después de ver en redes sociales que aparte de los troles (que ya sabemos cómo se manejan y financian), pensar que los procesos de manipulación y descarte, no surten el efecto deseado, ahora comprendo aún más la estrategia y por qué les funciona y también logro concluir cómo es que ciertos politiqueros de calaña nos miran con tanto desprecio en los fiascos de cada cuatro años, que financiamos holgadamente con deuda pública (otro gran negocio de unos cuantos parásitos) y al que tenemos la osadía de llamar “proceso electoral”

Nuestra patria demanda y necesita mayor reflexión y cordura en lo político, pero sobre todo necesitamos que se aviven en nuestro intelecto como fuego purificador las frases Sepamos ser libres no siervos menguados y solo es hombre el que tiene Derechos, no el que vive en la torpe abyección.

¿Qué nos sucede que no despertamos?

Deivis Ovares Morales

Deivis Ovares Morales
Secretario de Organización de UNDECA

Nuestro país es reconocido en el ámbito Internacional como ejemplo de solidez democrática y de resolución de diferencias políticas por medios pacíficos, ante ello deberíamos cuestionarnos y plantearnos seriamente ¿Estamos realmente siendo parte activa e integral de la toma de decisiones y del modelo político económico que prevalece en el país? Para mí la respuesta es No, estamos acostumbrados a que otros escojan conforme a sus mezquinos y convenientes intereses quiénes van a ocupar cargos públicos de toma de decisiones, mismas que indudable e inevitablemente impactarán nuestro diario vivir.

Como costarricenses debemos ocuparnos mucho en reflexionar sobre política y sobre nuestro conformismo, omisión o indiferencia porque como señaló Platón “el precio de desentenderse de la política es ser gobernado por los peores hombres”

Eso nos debe llevar a agudizar nuestros sentidos para despertar y observar lo que desde hace tiempo está frente a nuestras narices, y reconocer aunque no nos guste que ellos, (las alcurnias económicas y sus fichajes políticos) sólo cambian la cara y el color pero son la misma élite política mafiosa que nos imponen su corrupción, perpetúan su fraude tributario, siguen escondiendo fortunas de dinero público en paraísos fiscales, debilitan, sabotean y desfinancian las empresas e instituciones estatales para luego ofrecer comprarlas a precios de ganga que ellos mismos deciden en mesas costosas de hoteles o casas lujosas de las que no participan los legítimos representantes populares.

Ellos con sus argucias se adueñan de activos y amplias extensiones de tierras estatales, son los mismos que privatizan los servicios públicos poniéndolos en manos de sus propias empresas, ellos son los mismos que sin ningún escrúpulo causan la destrucción del medio ambiente para adquirir abultadas ganancias individuales.

Son los mismos que han procurado con enfermiza obstinación el deterioro sistemático de los Derechos Humanos Fundamentales como los derechos laborales a la huelga y a la negociación colectiva, pretendiendo coartar libertades e intentando criminalizar derechos históricos de nuestro pueblo como el aún vigente e indomable derecho a la protesta social.

Ellos nos imponen su narcotráfico, la conveniente inseguridad y su ola de crímenes, también nos imponen sus odios por medio de estrategias utilizadas por los más repudiables fascistas, criminales obscenos de la falsedad y la desinformación; podríamos seguir con una larga lista de lo que ellos nos han hecho, nos hacen y nos harán sino hacemos una verdadera introspección de nuestras conductas electorales.

Hace poco escuché un compañero de luchas decir que nuestro concepto de democracia es tan simplista y fugaz que para nosotros la democracia duraba de las 6 de la mañana a las 6 de la tarde de un domingo de febrero cada cuatro años, y para mí lo peor es que en esas 12 efímeras horas lo que realmente hacemos es descartar lo que ellos deciden y escogen.

Creo que en el pueblo y los sectores sociales si realmente queremos un rumbo digno, social, con verdaderos contrapesos y equilibrios debemos tener la sapiencia de no seguir legitimando los intereses de ellos.

Los ejemplos sobran y solo por mencionar algunos es impulsar legislación injusta, retorcida y retrógrada para destruir derechos y limitar libertades como el Combo Fiscal, la Ley Antihuelgas, la Ley Marco de (des) Empleo Público, entre otras, pero aun así no les alcanza, su conspiración es constante, ellos fácilmente se ponen de acuerdo para presentar sus leyes de abolición de la jornada de 8 horas y eliminación del pago de horas extra, nos imponen sus decretos y legislaciones para beneficiarse con los negocios del cáñamo y cogeneración eléctrica, usan la política de forma abusiva y perniciosa para hacer sus leyes y decretos para condonar aranceles a los amigotes de campaña o los que sobre valúan sus unidades de transporte que se queman prestando el servicio en vía pública, en las carreteras deterioradas, construidas por las empresas que ellos mismos contratan facilitada por la Ley de Concesión de Obra Pública que ellos mismos generaron y que en lo más reciente nos ha dejado la Trocha, Cochinilla, Azteca, Diamante, Pista del Aeropuerto de Liberia. Esos deterioros ponen en riesgo al trabajador que conduce unidades de transporte público, los trabajadores que viajan en ellas y a los que con mejores posibilidades viajan por sus medios enfrentando el calvario de tránsito en el que pierde años y años de vida escuchando en cada campaña electoral que ellos tienen la pomada canaria para resolverlo y peor aún con el mayor de los cinismos que tienen “interés en resolverlo”.

Ellos son los mismos que nos imponen leyes que premian la irresponsabilidad fiscal con amnistías tributarias, y sin bastarles, también nos imponen el deterioro sistemáticamente de nuestras columnas de Seguridad Social con el desfinanciamiento de la educación y de la CCSS, bastiones de desarrollo de nuestra sociedad.

Aunque parezca y suene irracional, ante todo ese menosprecio a lo social y lo público, ante ese salvaje avance en la destrucción que nuestras conquistas históricas, absurdamente les seguimos premiando para que nuevamente ejerzan el poder y ¿para qué?, para que nos sigan jodiendo…

Solo quiero terminar con una frase que encierra una gran pregunta y que creo le pertenece a un científico famoso: ¿Por qué esperamos resultados distintos haciendo lo mismo?

¡Reaccionemos!

Movimiento Social un sendero para dejar huella

Deivis Ovares Morales

Deivis Ovares Morales

Transitar por el pluralismo de los movimientos sociales es una aventura que si fuera previamente conocida por quienes son atraídos por sus valores más generosos y legítimos, puede preconcebirse como una tarea excepcionalmente abrumadora.

El movimiento social es una camino colmado de un abultado caudal de generosidad, desprendimiento y altruismo y a su misma vez una ruta de desgaste, frustración y constantes desencuentros, desencantos y muchas desilusiones. Pese a ello no es una vereda de la que ninguna persona pueda arrepentirse al transitar.

La plena certidumbre y conciencia de entenderse en un mundo rodeado en generalmente de un irracional egoísmo que desnuda las razones y una suerte de desesperanza responsables directas del más lamentable de los sufrimientos ocasionado a millones de seres humanos de distintos tiempos, no debe convertirse en sorbidas tensoras que nos impidan provocar cambio o nos arrastren a renunciar y mucho menos a colocarnos del lado de la indiferencia, ese cruel egoísmo o la desidia.

En este nuestro tiempo el movimiento social, esa asediado por inescrupulosos que quieren convertirlo en fuente de ganancias de honestas o en plataforma de intereses personalísimos.

Es en esa búsqueda de aquello a lo que romántica pero ilusionadamente le hemos llamado “La construcción de un mundo mejor”, creencia e inspiración en la que cada luchador social renueva sus fuerzas y sus convicciones, muchas buenas personas se mantienen unidas en la esperanza, sabiendo y reconociendo que vale la pena, que es algo que el deber y la conciencia imponen.

Por ello cuando se interioriza y se entraña que en nuestro mundo y realidad predominan la mezquindad de nuestros actos, el individualismo y avaricia de nuestra humanidad, la falsa pero enfermiza sensación de superioridad de quienes ostentan los cargos políticos para la toma de decisiones, en donde la voracidad y la ambición son la norma, es cuando deben florecer con los tonos más fuertes, hermosos y brillantes, los más altos estándares del amor y la solidaridad. Estos deben ser el más poderoso de los combustibles que empuje a la más clara y consecuente representación del movimiento social, a dar continuidad a todas las obras que otros grandes seres humanos llenos de coraje, ideales y convicción forjaron para que otros disfruten.

Por nuestro propio bien y el de muchos, por honor y por conciencia, NO podemos dejar de resistir, es injusto para nosotros mismos y las futuras generaciones, dar cabida nuevamente a oscurantismos impulsados por el sistema capitalista a través de las falacias del odio fascista, quieren volver a perpetrar toda clase de crímenes, colocándonos toda especie de trampas bizarras, para expandir su dominación e imponer con violencia pasando por encima de quienes confrontamos e incluso de quienes sufrirán en el corto plazo la devastación por las consecuencias que mediante artimañas y argucias que se orquestan contra los pueblos. Ante esta necrótica realidad, dividirnos y pelear entre iguales es un lujo que en definitiva no podemos permitirnos.

Si el resultado de nuestras decisiones es permitir la penetración del fascismo en el Movimiento Social y Popular y nuestras omisiones como dirigentes llamados a la acción favorece lo oscuro, lo siniestro, lo cruel, todo aquello que se enmarca en la deleznable contribución de esa ideología voraz y pletórica de maldad, ese pensamiento considerado altamente dañino, criminal y bestial hemos fracasado en nuestra misión.

Ante ello, cuando la certeza de nuestro sentir nos confirma que aportar desde lo social con hidalguía y con fervor, deviene en un compromiso inclasificable con nuestra genética revolucionaria, luchar y resistir se traducen en una obligación histórica y moral.

Por eso cada vez que nuestras fuerzas faltan, cada que sufrimos un revés a nuestro avance de objetivos, cuando el ánimo decae y la imposición del despropósito abruma y agobia, cuando nos cuestionamos si realmente vale la pena, cada vez que nos detenemos por un momento a reflexionar y mirar ese tortuoso recorrido, en el que hacemos tránsito, cada que vuelve a nuestra mente la duda natural por el impacto de entregar tanto y de tantas maneras a este sendero colectivo, es donde nos podemos afirmar y reafirmar, dándonos esa esperanza de ser plenamente capaces de dar respuesta a esa duda e incertidumbre que tantas y tantas veces regresa, respondiéndonos con un ¡Sí vale la pena!

Las marcas están en el camino y en cada pisada se genera la evidencia para nuestra satisfacción y convencimiento de que hubo uno o una que desde su propia historia y desde su militancia en el movimiento social, dejó su huella y colaboró en el anhelo comunitario por heredar algo mejor.

Los trabajadores de la CCSS somos personas que engrandecen a Costa Rica

Deivis Ovares Morales

Deivis Ovares Morales

Mucho se ha reflexionado tanto dentro como fuera de la benemérita Institución sobre el valor de lo que produce la solidaria y sistemática asistencia en salud que brindamos los y las trabajadoras de la Caja Costarricense del Seguro Social.

Se podría decir que prácticamente ningún habitante de la República pasa desapercibido de la Caja y sus más altos principios fundacionales que hacen eco dentro y fuera de nuestras fronteras del significado tan amplio de la sabia decisión que nuestros antepasados tomaron al conquistar con fuertes luchas y pugnas políticas una reforma social de dimensiones insospechadas.

Hoy muchos que no tenemos que endeudarnos o despojarnos de bienes para atender la enfermedad, debemos agradecer a quienes con altruismo y nobleza de corazón acompañaron las reformas sociales, luego establecidas en el apartado constitucional que fundó tan grandiosa Institución de servicio público en salud, convirtiendo en la práctica la aspiración en Derecho.

En nuestro contacto e intercambio como dirigentes sindicales y sociales con nuestros compañeros y con la población hacemos recordatorios constantes de la importancia de que nuestros abuelos y abuelas hayan puesto su corazón y sus profundas convicciones de solidaridad, empatía, amor al prójimo, generosidad y desprendimiento para darnos esta joya que aunque en el tiempo y con el más enérgico repudio popular ha sido objeto de saqueo, ultraje, saboteo e incluso un permanente intento de mercantilizar y usufructuar indebidamente con el Derecho conquistado, sigue resurgiendo como un majestuoso fénix que con su símbolo materno nos cuida .

Parafraseando a nuestro compañero poeta Jorge Debravo quien escribió querer tener manos muy grandes y con ellas arrancar las fronteras que nos dividen, separan e impiden estrechar los fuertes lazos afectivos que deberíamos tener los seres humanos sin distinciones tan superficiales como las fronteras hechas por hombres con intereses propios me motiva a pensar de la misma manera respecto a nuestra sagrada Caja.

Hoy en el Día del Trabajador de la CCSS, al igual que a Jorge, a mi me gustaría ver a todo nuestro pueblo con brazos muy grandes, brazos excepcionalmente gigantes, unos brazos tan grandes que le permitan a ese pueblo abrazar a todos los y las trabajadoras de esta Caja bendita, y que en la fuerza y el amor del entrañable y sentido abrazo, los trabajadores podamos percibir de este gran pueblo al que con tanto sacrificio y tanto amor le hemos servido y al día a día le salvamos la vida, ese reconocimiento y el indudable valor que en el agradecimiento se le da a nuestro esfuerzo y trabajo de todos los días.

La incursión del fascismo en las redes sociales nos arrebató el debate inteligente

Deivis Ovares Morales

Deivis Ovares Morales

Las redes sociales lejos, muy lejos de ser espacios seguros de intercambio respetuoso de ideas, de fomento del debate político e ideológico, de buscar crecimiento a través de la crítica honesta, transparente y empática, de discrepar sin menosprecio al que piensa diferente, se han convertido en abultados y saturados tanques de mentiras, odios viscerales y pugnas absurdas que conducen cada vez más a la polarización de quienes comparten dificultades comunes y que deberían redoblar esfuerzos por encontrar puntos de concordia m, esos en los que puedan realizar consensos que permitan luchar para que lo que experimentamos cada día sea vida y no un proceso permanente de supervivencia.

Para generar cambio debemos ser conscientes de que los astutos dueños del capital nos tienen muchísimo más estudiados de lo que realmente estamos dispuestos a aceptar. Ellos a través de múltiples estudios y recopilación de nuestros comportamientos históricos, tienen incluso una amplia variedad de posibles escenarios ante las decisiones que quieren tomar m, empujando al mundo a seguir en el tortuoso camino de la concentración de la riqueza.

Aún recuerdo que fue hace 20 años que escuché que menos del 5% de la población mundial concentra el 80% de la riqueza de todo el mundo y eso hoy en día no se ha dirigido a que ni siquiera un 1% se mueva a favor de la distribución de tan holgados recursos, lejos de ello se sigue en la ruta de una aberrante e ingrata concentración de los bienes comunes.

Es por ello que a quienes participan saturada y permanente del manjar, les conviene que el veneno fascista sea inoculado sistemáticamente en las mentes de las personas que cada vez más opinan como las élites lo indican, perdiendo lentamente la criticidad y peor aún aquello a lo que en mi pueblo llamamos malicia indígena.

Las élites dominantes y dueños de las redes saben que con ello distraen en lo que no es verdaderamente importante y ponen en el centro de las permanentes discusiones a través de maniobras de neuromarketing, lo superfluo, lo inútil, lo estéril, lo superficial.

Como olvidar parafraseando la célebre frase del fascista nazi Goebbels, miente, miente, miente que algo queda , repite una mentira mil veces y harás que la crean como verdad.

Esta táctica engañosa nos muestra claramente cómo actúa el fascismo, por eso no es extraño encontrar que a través de la IA y los troles con perfiles falsos plagados de odios irracionales en su gran mayoría pagados con fondos públicos, y con objetivos nada loables y muy torcidos, se quieran generar discusiones colocando como base una mentira, una verdad a medias (también mentira) o un prejuicio infundado, entre otros.

Es obvio que iniciar un proceso de intercambio de ideas con una base como esa, lo que genera es un sinfín de comentarios sesgados, infértiles, de muy bajo nivel intelectual y ínfimamente provechosas.

Es por ello que no podemos seguir cayendo en indiferencia para recuperar los espacios seguros mediante el diálogo inteligente, la discusión sensata , el debate honesto y transparente, en donde priven los principios, la educación, el respeto y la tolerancia.

Ser indiferente a esta urgente necesidad, nos conducirá cada vez más a una oscuridad en la que no queremos estar y de la que nos va a ser muy dificultoso salir sin dolor y sin sufrimiento.