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Etiqueta: desigualdad

La democracia no tiene la culpa

Mauricio Ramírez Núñez
Académico

Las condiciones económicas que le daban estabilidad a la democracia liberal en épocas pasadas ya no existen. Por el contrario, vivimos en los tiempos accidentales y de descenso de la modernidad, los problemas estructurales relacionados a la mala distribución de la tierra, su deterioro sistémico y el aumento de las desigualdades de todo tipo, son el reflejo más contundente de esa realidad. No es de extrañarse entonces, los amplios grados de polarización política existente en el mundo actual, especialmente en América Latina y el Caribe, así como todo el sur global.

La democracia iliberal o democracia sin derechos como llaman muchos, y el liberalismo no democrático (derechos sin democracia), se ha empezado a convertir en el fenómeno por antonomasia en respuesta a esa falta de resonancia de la política con la ciudadanía. Por su parte, los defensores de la democracia liberal, tal cual la conocemos hoy, ya sean de izquierda o derecha, parecen gozar de poca credibilidad, en particular si esas voces pertenecen a partidos políticos tradicionales o asociados de alguna manera a aquellas prácticas políticas hacia las cuales las personas manifiestan fuerte rechazo. 

Sin dejar el tema de la exclusión-polarización económica de lado, parte del problema es que occidente ha convertido la democracia de corte liberal en ideología y propaganda, con rasgos totalitarios que ataca todo lo diferente a ella, sin tomar en cuenta la verdadera pluralidad que caracteriza al mundo. Por el contrario, trata de comprimirlo, para que entre en un molde preconcebido al cual todos deberían adecuarse. Lo preocupante de esto es que al convertirse en una forma de religión política laica, se vuelve un instrumento manipulable a muchos intereses adversos al bienestar común, desnaturalizando así su razón de ser, contrario a todo lo que en realidad debería ser una democracia robusta y pluralista en el siglo XXI.

Esta reflexión crítica no significa estar en contra de la democracia, es una forma de evidenciar o advertir sobre los riesgos de esta forma particular de la misma, para comprender los fenómenos políticos y buscar así formas alternativas para mejorarla y hacerla volver a su centro esencial. La creciente concentración de riqueza en nuestras sociedades dentro de los sistemas democráticos liberales defendidos a capa espada por el establishment, provoca el rechazo ciudadano, y al igual a lo sucedido con la izquierda o la derecha clásicas, este pierde la fe y su compromiso con ella. A primera vista y sin profundizar mucho en el análisis, constatan que no ha dado respuesta a sus necesidades más elementales, y paradójicamente, las perpetua. Ante los ojos de grandes sectores excluidos, sus condiciones de vida se han deteriorado en democracia.

Ahí reside uno de los mayores peligros reales para la democracia en nuestros días. El disgusto popular hacia ella es como si se estuviese rechazando una ideología por sus contradicciones y falta de resultados concretos, así las figuras que surgen como anti sistema, no llevan como prioridad una transformación ideológica del país en derecha o izquierda necesariamente, sino más bien, se dirigen directo a la institucionalidad democrática y sus principales pilares, para cambiar las reglas del juego, con sobradas razones, llegando a contar con el apoyo de amplios sectores, en especial aquellos menos beneficiados por el desarrollo.

No en vano existen muchos autores contemporáneos escribiendo sobre la relación existente entre el auge del populismo y la creciente fragmentación social. Estos académicos plantean que el creciente apoyo a partidos de corte extremista está asociado a sentimientos de marginación y desintegración social. La pérdida de sentido de pertenencia a la comunidad no solo genera marginación y problemas de violencia e integración, sino que promueve el auge de partidos populistas. Las personas tienden a sentirse socialmente marginadas en las sociedades del descenso, el consumo y la inmediatez actuales; el miedo a no ascender socialmente, no obtener un mejor salario o empleo, perder el estilo de vida adoptado o el temor de no poder llegar a fin de mes, provoca un descontento tal que es natural la búsqueda política de responsables ante dichas situaciones. Cada vez hay que correr más no para estar mejor, sino para no descender.

Esos sentimientos de marginación social pueden tener múltiples raíces, entre ellas el alto costo de la vida, la pérdida de una posición social y económica valorada, el crecimiento de las brechas digitales, culturales, educativas o laborales. En otras palabras, entre mayor sea la exclusión del modelo económico imperante en nuestras democracias liberales, mayor será la desafección hacia esta y más fuerte será la polarización social, así como las manifestaciones de carácter populista que se den en cada país afectado por esta realidad. El populismo no es una causa, sino un efecto, por esa razón, su combate más bien lo fortalece, el frío no está en las cobijas.

Hay quienes echan la culpa a los migrantes ilegales, a los sectores económicamente más acomodados de la sociedad junto con la evasión fiscal, y otros a la corrupción o al gobierno de turno. El objetivo es buscar un culpable para cobrarle la factura en las próximas elecciones, el problema es que no se busca tocar el modelo económico generador del problema de fondo. Es aquí donde los candidatos outsiders asoman la cabeza, con un discurso incendiario contra las élites, los partidos políticos, las minorías u otras estructuras de intermediación sociales clásicas, según sea su inclinación particular.

Así todo se empieza a volver más complejo y el (des)orden en su totalidad se torna en riesgo latente para todos por igual. No se sabe lo que pueda surgir de esas crisis, para muchos es lo correcto, para otros puede representar el fin del estado de derecho o la puesta en riesgo de grandes inversiones económicas. El punto acá es que el actual estado de las cosas no es viable para ningún actor social y económico de la sociedad.

Volver a la democracia real y su defensa pasa necesariamente por la construcción de un proyecto nación integrador, respetuoso de la pluralidad pero buscando superar la fragmentación económica y social. Pasa por replantear los mecanismos de distribución de oportunidades en todos los sectores para que el fruto de la productividad sea reflejado en el bienestar de todas personas, es volver a crear una voluntad social colectiva, cuyo sujeto histórico sea la comunidad en su amplitud de expresiones, visiones y demandas, donde el sentimiento de pertenencia sea otra vez parte del orgullo y no de la indiferencia.

En contraste con la globalización clásica donde los conceptos de nación o frontera fueron menospreciados, ahora deben ser retomados como garantes de la verdadera pluralidad, de respeto a la diferencia y la autonomía de cada pueblo que habita el planeta. Esto no significa cerrarse al mundo, ni mucho menos caer en nacionalismos destructivos de periodos superados, pero sí entender y respetar la forma de organización política de cada país (demos-kratos), respetar esas visiones, y en el marco de la diferencia buscar construir de forma colectiva un andamiaje sólido para fortalecer la paz y permitir que cada pueblo pueda volver a tomar en sus manos realmente el rumbo de sus destinos. Construir un nuevo pacto de la sociedad de acuerdo a las realidades de la época.

La democracia en su centro esencial, donde todas las personas se sientan parte de ella y no fuera, donde existan mínimos que garanticen una vida digna de no descenso, con instituciones eficientes que responden a las demandas ciudadanas y le acompañan en la realización de los proyectos de vida de cada quien. Es tener de nuevo la libertad de elegir el estilo de vida que se desea en una sociedad con reglas pero también derechos para todos, sin discriminación alguna y sobretodo, con mayor justicia social, digital y ambiental. Mientras no podamos resolver los problemas estructurales que nos han traído hasta este punto, y que no son culpa de la democracia como tal, ésta seguirá pagando los platos rotos y estando en cuidados intensivos por tiempo indefinido.

Trilogía Latinoamericana. Orígenes de la exclusión en América Latina: primera parte

La serie “Trilogía Latinoamericana” presenta la visión de PRISMA Latinoamericana en cuanto a la exclusión en América Latina desde 3 puntos:

  1. Causas y orígenes.
  2. Obstáculos estructurales y políticos que impiden la inclusión y el desarrollo de poblaciones excluidas.
  3. Construcción de senderos.

En esta entrega, se explica las causas y orígenes de la exclusión y desigualdad en América Latina, de las cuales, se parte de las implicaciones por la conquista de la región a manos de los países europeos, quienes establecieron relaciones de poder y dominación étnica, además, se indica que la pobreza, las caravanas de migrantes, el desempleo, las personas excluidas y la corrupción que aqueja a los Estados y naciones americanas, tienen un asidero en el desequilibrio de pesos e influencias sociales con el que se constituyó los Estados nación y la organización productiva.

De igual forma, esta primera parte de la trilogía hace alusión al proceso de sublevación de la corona española por parte de los criollos latinoamericanos; proceso del cual surgieron los diferentes Estados nación que se encuentran actualmente en la región, no obstante, a pesar de haber obtenido la independencia del reino español, se continuó con un régimen centralista que defendía los intereses de los actores más poderosos que conformaban dichos Estados, lo cual se puede observar actualmente en los Gobiernos de América Latina.

Le invitamos a ver el documental completo:

 

Compartido con SURCOS por PRISMA Latinoamericana.

Trilogía latinoamericana -parte 2- Obstáculos que impiden la inclusión

Le presentamos la segunda parte de la trilogía Latinoamericana de Prisma Latinoamérica “Obstáculos que impiden la inclusión”.

En esta entrega se presenta cómo el país ha crecido económicamente pero la desigualdad se ha acrecentado cada vez más, esto por el bagaje social que se arrastra desde la época de la colonia hasta nuestros días, incrementado por la mala distribución del sector productivo del país que no genera oportunidades equitativas para todas las personas.

El sociólogo Daniel Camacho Monge explica en qué consisten los procesos de acumulación y cómo esto deriva en que una pequeña parte de la población tenga una mayor riqueza que el resto; además de explicar por qué el modelo neoliberal nunca ha funcionado ni nunca lo hará. Por otro lado, el sociólogo Miguel Sobrado Chaves explica cómo esta brecha se agudiza gracias al enfoque neoliberal que limita el accionar de las políticas públicas, que desde su ideación, ven a los sectores que se supone pretenden ayudar como “perdedores” y no como un grupo social. Esto lleva al pensamiento de que se les tiene que entregar todo hecho o debe ser hecho por una persona externa, generando así la atomización de los individuos.

Le invitamos a ver el documental completo: 

Ni fu ni fa: El SICA, tan cerca del poder y tan lejos de los pueblos

Abelardo Morales Gamboa

Que a Nicaragua le corresponda, por turno, nombrar al secretario general del SICA, Sistema de Integración Centroamericana, es algo que ni fu ni fa… El SICA es un ave que no levantó vuelo. Sus alas fueron cortadas por una narrativa vacía sobre la integración regional, por la burocratización de sus instituciones que pasaron a depender del apoyo financiero masivo de la Unión Europea hasta que este se acabó cuando los europeos dejaron de creer el cuento del ave fénix; también por la captura de espacios, puestos y cargos por algunos remanentes de las viejas oligarquías.

Los mecanismos de integración económica han sido funcionales a las élites mientras estos faciliten la subordinación de las economías regionales a los procesos de acumulación transnacional de capitales, ¡pero hasta allí! El CAFTA, el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, creó una nueva dinámica y, desde entonces, el mercado regional no ha promovido ni provocado ninguna otra forma de integración que no sea la de continuar por la senda de la subordinada integración periférica, característica desde tiempos coloniales.

Ese costoso aparataje no ha asumido ningún compromiso frente a los profundos abismos sociales que marcan la desigualdad y la exclusión en las sociedades centroamericanas, ni frente a la corrupción, el narcotráfico y la supeditación del ejercicio del poder a la violencia, al crimen organizado y la corrosión de las instituciones, principalmente de los aparatos de justicia.

El hambre y la desigualdad, pero también la violencia y la falta de Estado, expulsan diariamente desde los países del norte de la región, incluido Nicaragua, a miles de familias, lanzadas a uno de los corredores de la muerte más peligrosos del mundo; y los líderes políticos de esos países, tanto como los burócratas del SICA, silban como mirando hacia otro lado. Ni qué decir de la falta de voluntad estatal para concertar políticas y acordar mecanismos humanitarios en sistema de movilidad de personas, dejado a la mano de fuerzas, en muchos casos ilegítimas. Existe un mercado regional de mano de obra altamente lucrativo, quizás la única forma de integración realmente existente, pero al margen de la voluntad política de las élites económicas y políticas para incorporarlo a los procesos regionales.

La prometida integración de los pueblos quedó enterrada desde hace más de una década, cuando el llamado Consejo Consultivo se convirtió en un órgano meramente decorativo que, además de la debilidad de sus resoluciones sin contenido decisorio, no cumple ninguna función. Los pocos intentos orientados a la integración social de las primeras décadas, así como las iniciativas de integración de sectores sociales, se disecaron debido a la falta de impulso político y a la debilidad misma de las organizaciones civiles y sociales para construir una integración desde abajo.

La llegada de Daniel Ortega y de la nueva oligarquía sandinista al poder en Nicaragua no solo no cambió las cosas, sino que las agravó. El gobierno de Nicaragua abandonó muchos si no todos los espacios de participación de su país en el SICA y no desaprovechó oportunidad para torpedear algunos otros. Daniel Ortega dejó de participar en las cumbres presidenciales y en su lugar enviaba delegaciones de segundo nivel; además, dado su carácter autoritario y represivo, a partir de 2018, se convirtió en un obstáculo más de la moribunda dinámica regional. Algo diferente fue lo que intentó, sin mucho aire, el FMLN con su llegada al poder en El Salvador en 2009. Promesas, discursos y nada más.

El que ahora el gobierno de Nicaragua tenga la posibilidad de nombrar al secretario general del SICA y que eso en Costa Rica origine esotéricas controversias, me recuerda que la ausencia de una estrategia de política regional de Costa Rica hacia Centroamérica ha sido consustancial con esa caída al vacío de la integración regional. De allí que las reacciones tanto del lado del gobierno al que le importan más los negocios que los derechos humanos como de otros sectores, enredados en viejas telarañas ideológicas, sean apenas un poco más de la bulla que se produce en las discusiones inter-élites que no conducen a nada y que no están motivadas por ningún afán de compromiso con la restauración del proceso regional.

Entre tanto, Ortega y su camarilla intentarán sacar provecho de la figura de la Secretaría General del SICA hasta donde les alcance, para tratar lavarle la cara a su régimen autoritario, opresor y falto de legitimidad. Y pare de contar porque “solidaridad de los pueblos”, como alguien dijo, ¡nada que ver!

 

Enviado a SURCOS por el autor.

Imagen tomada de: www.integracion-lac.info

Sobre el rebajo en los combustibles anunciado por el presidente de Ecuador

Quito Ecuador, 27 de junio 2022

Comunicado

Hemos escuchado los anuncios del Presidente de la República sobre las medidas frente a la agenda planteada por las organizaciones, el presidente unilateralmente ha decidido la reducción de 10 centavos en el diésel, gasolina extra y ecopaís, siendo una decisión insuficiente, sin garantías y que no se compadece de la situación de pobreza que afrontan millones de familias, esta decisión NO ES SUFICIENTE, ES INSENSIBLE, sin embargo, este anuncio demuestra que la lucha del Movimiento Indígena, de otros sectores sociales organizados y de ciudadanos y ciudadanas a favor de todos los sectores del país está dando sus frutos, el Gobierno siempre ha tenido en sus manos dar respuesta a los 10 puntos de agenda pero no tiene voluntad política para dialogar y resolver; nuestro proceso de más de más de un año impulsando el diálogo y de estos 14 días en las calles no deja dudas que siempre hemos tenido razón y que la agenda es consistente.

Pese a la persecución, la criminalización y a la respuesta represiva del Estado, que volvió a ratificar el presidente Lasso en su anuncio, nos hemos mantenido firmes y seguimos demostrando al Ecuador y al mundo la legitimidad de nuestra lucha.

De 10 puntos expuestos en agenda tenemos un logro de 5 de ellos, además, del levantamiento del abusivo estado de excepción y la recuperación de la Casa de las Culturas, espacio histórico de resistencia, pero sabemos que no es suficiente y que luchamos contra la pobreza y las profundas desigualdades que existen en el Ecuador.

Analizaremos a lo interno de nuestras bases la manera efectiva de participar en espacios técnicos y eficientes de diálogo para que los temas no resueltos como la derogatoria de los decretos minero y petrolero, la garantía del derecho al consentimiento, la protección de los 21 derechos colectivos y la moratoria de las deudas sea garantizado.

Nuestra lucha no cesa, ni tampoco el derecho a la resistencia y a la protesta sigue vigente, pese a las amenazas de criminalización y perseguirnos seguimos firmes en nuestra convicción para que el Ecuador la vida digna no sea privilegio de unos pocos. Hemos sufrido graves violaciones a los derechos humanos y la muerte de 5 hermanos, su muerte no quedará en la impunidad, impulsaremos todas las instancias a nivel nacional e internacional para conseguir justicia y reparación integral a su favor.

Reiteramos el llamado a todas nuestras bases para que en la protesta siga primando la solidaridad y se garantice el acceso y la circulación de insumos médicos y de primera necesidad. Haremos una evaluación de este anuncio con nuestras bases para definir el camino a seguir, que será hecho público oportunamente.

Atentamente:

Leonidas Iza Salazar, Presidente CONAIE

Gary Espinoza, Presidente FENOCIN

Eustaquio Tuala, Presidente FEINE

 

Imagen de portada tomada de: Rebelion.org

Es necesario resolver las causas del endeudamiento y el despilfarro que beneficia a unos pocos y genera desigualdad

José Luis Pacheco Murillo

Cada discurso, cada manifestación y cada comunicación que realiza el presidente de la República, es motivo de grandes titulares en alguna sección de la prensa y además, de discursos efusivos por parte de algunos legisladores en la Asamblea Legislativa. En ambos casos, como decimos en esta tierra bendita, “buscándole el pelo en la sopa”, por ningún lado destacando algo positivo, por el contrario, tratando de debilitar cualquier acción y de mal interpretar cualquier término que les permita atacar eso que se pretende hacer.

Además, no se le da el mismo espacio ni se le presta la misma atención a aquellas acciones que, por lo menos para algunos, son acciones importantes, por ejemplo, el inicio del proceso para bajar el precio del arroz o de las medicinas, lo que sin duda beneficiará a miles de personas. Tampoco se hace referencia a las acciones de sus ministros sobre cuestiones importantes.

Ayer, escuchamos sobre el inventario parcial que ha hecho el gobierno sobre los alquileres que se pagan por parte del Estado a particulares, creando una comisión para que se dé un informe, en una semana, sobre los detalles de esos alquileres. Desde luego que eso debe tener a muchos preocupados, quizá muchos con ligámenes políticos o de relación con ese sector de la prensa o con algunos diputados o diputadas.

Es necesario preguntarse ¿por qué han pasado tantos gobiernos y no se han preocupado por esos temas que hoy salen a la luz pública?

Es evidente que el gasto público se ha multiplicado en demasía y que ha obligado a obtener empréstitos para hacerle frente a ese gasto, sin que los gobiernos anteriores hicieran algo para hacer lo que ahora se pretende hacer y así mejorar la calidad de vida de los más necesitados. Precisamente por eso es qué desde hace años venimos aplicando la brecha social con enormes diferencias.

Dios quiera que se puedan resolver muchas cosas más de las que requerimos para evitar tanto endeudamiento y tanto despilfarro de dinero que solo ha beneficiado a unos pocos y de ahí la desigualdad que hoy vivimos.

EN CARNE PROPIA

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Ha concluido la novena Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales desarrollada en México por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).

Bajo el lema “Tramas de las desigualdades en América Latina y el Caribe” se desarrollaron actividades académicas, editoriales y culturales de toda naturaleza, en un momento clave para reposicionar el rol de las ciencias sociales críticas y reflexivas en un mundo en transición.

En su Asamblea Ordinaria se reflexionó acerca de la necesidad de incentivar el diálogo inter y multidisciplinario en especial con otras disciplinas y saberes como el arte y la cultura. En otros momentos, en esta columna hemos defendido el potencial de las artes como vehículo movilizador y transformador social. El camino está trazado.

Un resultado no esperado de la Conferencia, que movilizó al menos reacciones y pronunciamientos diversos, fue la situación experimentada por varias académicas y académicos que quisieron participar y que no les fue posible, como resultado de políticas migratorias restrictivas implementadas por las autoridades mexicanas.

Destaca en particular la situación vivida por académicos, académicas y congresistas provenientes de Cuba, Colombia, Brasil, Bolivia y Centroamérica, quienes fueron objeto de malos tratos, violencia e intimidación no más arribando al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Incluso a muchos de ellos les fueron aplicados figuras como la detención y la deportación hacía sus países de origen.

Un pronunciamiento firmado por instancias como el Grupo de Trabajo CLACSO Fronteras: movilidades, identidades y comercios, Migraciones Sur-Sur, Seminario Universitario sobre Desplazamiento Interno, Migraciones, Exilio y Repatriación/UNAM señaló este hecho, denunciando la arbitrariedad de las autoridades migratorias mexicanas y recordando además que precisamente este contexto pospandémico ha develado la complejidad adquirida por las movilidades humanas a escala regional.

Ciertamente, contrario a la expectativa de una desaceleración de los procesos migratorios como consecuencia del cierre de fronteras a partir de la emergencia sanitaria, el pronunciamiento citado indica cómo se profundizaron las situaciones y se ampliaron los perfiles migratorios (migrantes deportados, migrantes varados, migrantes de tránsito, migrantes en espera, solicitantes de refugio, migrantes con intención de retorno y migrantes encarcelados) develando la complejidad, el riesgo y la vulneración de los derechos para las personas involucradas a todo nivel.

Al tiempo que la Conferencia se llevaba a cabo y se sucedían estas incidencias en carne propia para personas académicas y congresistas, dos hechos hacían constatar la necesidad de seguir profundizando el abordaje sobre estos temas a nivel global y regional.

El primero de ellos, la formación de un nuevo corredor humanitario con más de 10.000 personas originado al sur de México, cuyo destino final sigue siendo Estados Unidos. El grupo fue disuelto días después, pero muestra la potencia de estas formas de lucha migrante, al decir de la colega mexicana Amarela Varela, y su rol político en medio de la despolitización de los movimientos sociales regionales.

El segundo hecho es una constatación empírica: el aumento de los desplazamientos forzados a nivel global, cuya cifra alcanza ya a más de 100 millones de personas. Esto fue indicado en un informe reciente publicado por la Oficina para las personas Refugiados de las Naciones Unidas (ACNUR) que precisó el carácter expansivo de los desplazamientos forzados de personas en todo el mundo.

La tensión evidente entre control migratorio y protección de derechos aboga ahora más que nunca por nuevas formas de abordaje del tema. Personalmente hemos optado por el arte, específicamente la literatura, como un camino posible para procurar la sensibilización. Esperamos contribuir en esa dirección.

La suerte está echada

Foto: Gerardo Iglesias.

Fin de la democracia y de los derechos laborales

Costa Rica no se queda atrás respecto a la desigualdad, la militarización y la xenofobia que avanzan por el conjunto del continente.

Frank Ulloa Royo

16 | 06 | 2022

El modelo político electoral carece de mecanismos de participación igualitaria y son los grupos económicos los que al fin definen los candidatos.

Pero fueron los votantes de los sectores medios, los empleados públicos y los sectores marginados y de las zonas rurales atrasadas quienes buscaron una alternativa radical, pero con soluciones orientadas por los grupos de poder tradicionales.

Es un modelo mágico que encarna los deseos más íntimos de la vieja y nueva oligarquía.

Por otra parte, el auge de la violencia nos lleva a buscar respuestas violentas y justifican la militarización del país, el ingreso de flotas armadas extranjeras y la formación militar de los guardias civiles, sin que se pase por un tamiz los valores que allí se les imparten.

En lo laboral las cúpulas empresariales tienen sus propios sistemas de seguridad, de listas negras, de supervisión ideológica de los trabajadores, controlan servicios estratégicos del Estado, alientan la organización militar paralela y justifican la explotación de los migrantes porque supuestamente los nacionales no quieren trabajar.

Múltiples empresas de paramilitares ofrecen sus servicios de inteligencia y protección armada, autorizadas por el Estado.

Más restricciones a los sindicatos

La preocupación principal de los sindicatos fue mantener sus cuotas de negociación con el Estado y acercarse a los candidatos ganadores. Pocos plantean una oposición ideológica a las ideas dominantes.

Más grave aún, la situación política actual es un importante caldo de cultivo del fascismo en su nueva versión, al recoger importantes valores generados desde la segunda mitad del siglo XX, especialmente con la derrota política del movimiento sindical en 1948.

Parece ser que la prohibición del sindicalismo en el sector privado se ha visto fortalecida. Nuevas leyes restrictivas de derechos son la ruta escogida por los sectores dominantes.

A esto se une un sistema judicial bajo sospecha de corrupción y de estar influenciado por los dirigentes políticos y las cámaras empresariales.

Van además por la reducción salarial mediante la inflación acelerada y el establecimiento de jornadas de 12 horas sin pago de horas extra y por la eliminación de los regímenes particulares de pensiones en función de crear un régimen de libre despido.

Todo en nombre de la patria y la lucha contra la corrupción. Alea acta est: la suerte está echada.

 

Fuente: http://www.rel-uita.org/costa-rica/la-suerte-esta-echada/

ESPERANDO EL CAMBIO

Álvaro Vega Sánchez, sociólogo

En estos tiempos, un cambio de gobierno debería conducir a un cambio de políticas. Ya habíamos acotado el peligro de que el nuevo gobierno se convirtiera en un segundo tiempo del partido iniciado por el gobierno de don Carlos Alvarado, donde se gestó la alianza pluripartidista más neoliberal de la historia política reciente del país, intensificando la polarización económica y social.

La agenda de proyectos de ley impulsada por el gobierno prácticamente se ha reducido a retomar proyectos de la administración anterior. Por supuesto, la mayoría afines a las políticas orientadas a continuar desmantelando la institucionalidad social y atentando contra derechos fundamentales de los trabajadores, para seguir sirviendo la mesa de los eternos ganadores, en este río revuelto. Es decir, cambio de gobierno sin cambio de políticas.

Así, por ejemplo, se pone en la picota, nuevamente, la autonomía de instituciones como las universidades públicas, la Caja Costarricense del Seguro Social y las municipalidades, acogiendo e impulsando un proyecto de reforma a la Constitución para poner la carreta delante de los bueyes, es decir, los intereses fiscalistas sobre los intereses del bienestar y el desarrollo social del país.

Si algo necesita este país, para salir del atolladero en que se encuentra, es salud y educación de calidad. Sin duda, la mejor inversión social que se puede hacer si se está interesado, realmente, en salir de la pobreza y la desigualdad estructurales, y ofrecer oportunidades para el trabajo digno y “decente” a la juventud costarricense.

Con estos proyectos este gobierno pretende “ordenar la casa”, cuando lo que está haciendo es socavando los cimientos que aún la mantienen en pie. Por una parte, las universidades públicas que se ubican en los primeros lugares del rating académico latinoamericano, y que están entre los principales centros de investigación y producción científico-tecnológica innovadora del país, así como de formación de profesionales de alta calidad académica. Por otra, una institución como la Caja Costarricense del Seguro Social que ha sabido encarar con propiedad la crisis sanitaria por la que atraviesa el país, y es ejemplo allende nuestras fronteras en seguridad social. Sin embargo, en estas y otras instituciones públicas se deben introducir cambios para que los servicios que ofrecen sean cada vez cualitativamente mejores, y cumplan su cometido. Pero, ello no se logra cercándolas.

¿Por qué estos gobiernos se han ensañado con la institucionalidad social y pública, mientras continúan protegiendo y hasta premiando a empresas y financieras privadas, como ALDESA, entre muchas otras, siendo las principales causantes del desorden de la casa que se pretende ordenar? ¿Dónde están los proyectos de ley para cobrar, de manera retroactiva, las evasiones y elusiones fiscales por parte de las grandes empresas? ¿Dónde están los proyectos de ley para incrementar los impuestos a los grandes activos de capital y a los bienes improductivos, como fincas abandonadas y propiedades cuya única rentabilidad es la plusvalía que adquieren con el tiempo para beneficio de sus dueños? ¿Dónde están los proyectos de ley para impulsar la construcción de infraestructura que evite continuar pagando alquileres multimillonarios, que sangran las finanzas del Estado? ¿Dónde están los proyectos de ley para aumentar el salario mínimo, y brindar, así, capacidad de compra a las mayorías de trabajadoras y trabajadores y compensar un proceso inflacionario creciente?

Sin cambio sustantivo de políticas producto de un nuevo pacto social solidario, seguiremos esperando a Godot: el cambio que el país necesita, y que no llega.

La sociedad negada II: El cercamiento a nuestras esperanzas

El extremismo es resultado de la hipertrofia de la irracionalidad y esta hipertrofia se da cuando se está objetiva y emocionalmente inmerso y dominado por intereses materiales, que podrían ser en sí legítimos, sino trajeran consigo miseria y la injusticia a la mayor parte del país.

Ignacio Ellacuría

Luis Andrés Sanabria Zaniboni

Seguimos dando el prudente tiempo al gobierno que recién empieza, para que pueda amueblar la casa presidencial, preparar la documentación y proyectos de ley. Es así que como comentamos en el artículo anterior, podemos seguir reflexionando sobre nuestro contexto. Por esta razón nos preguntamos ¿Cuáles sociedades se encuentran al margen del proyecto dominante?

Empecemos por desnudar un falso principio, que la concentración de riqueza ordena nuestras sociedades, que premia el “esfuerzo”, es decir genera las legitimidades y relaciones que reconocen el “esfuerzo”. En cambio, lo que dicha concentración si evidencia son las formas y modos que reproducen la dominación y explotación en nuestras sociedades, pero también impiden el surgimiento o reproducción de otras lógicas que atenten ese monopolio del discurso del “esfuerzo”.

Una supuesta “meritocracia” que premia al más vivo, en detrimento de las personas que se quedan “dormidas”, es decir aquel que sabe cómo se mueven las cosas, a quien llamar o a quien citar, dista mucho de ese esfuerzo que representa el trabajo de tantas personas, que a partir de su fuerza mueven un país.

¿Por qué falso principio? Porque la concentración de riqueza, lejos de demostrar la idoneidad de algo, es precisamente la consecuencia de muchas acciones que van desde la privación de algo hasta el despojo violento de comunidades y de nuestros bienes comunes (naturales, sociales, culturales).

Este marco nos permite identificar que proyectos de sociedad se privilegia sobre otros, es decir leyes, políticas, discursos  y prácticas. En esta ocasión, no nos preocuparemos por aquellos que se imponen, sino a pensar sobre esas sociedades que desaparecen.

Siguiendo esto, podemos mirar nuestras comunidades campesinas que han sido devoradas por la expansión de monocultivos para la exportación en beneficio de la agroindustria y los mercados financieros. Esta voluntad de los sectores dominantes por la supuesta “tecnificación”, genera no sólo la destrucción del mundo rural y la migración a la ciudad, sino que la mezcla de ambos vulnera nuestra naturaleza, ya que el abandono de la tierra representa la  desprotección del bosque y de los ciclos de la vida.

Esto nos lleva a repensar el conflicto que viven los pueblos indígenas ante su voluntad de permanecer en sus territorios, lo cual ha reflejado el extremo al que llega el despojo,  ya que por un lado la indiferencia refleja la grave reducción de los pueblos indígenas a meros portadores del “folklore”, es decir sus formas y modos de ser en el mundo, no son reconocidas ni legitimadas.

Por esto la galopante impunidad ante los actos de violencia que procuran aterrorizar y desmovilizar a las personas indígenas en sus territorios.  Sin la intensión de escarbar mucho detalle, podemos remontar la agudización de estos actos desde el 2012 al presente.

La anulación de los derechos colectivos, es una muestra más de este cercamiento de la “ciudadanía”, es decir de esas sociedades que habitan los territorios y espacios públicos, erosión y reducción constante de los “servicios públicos” (salud, educación, cultura entre otros) , muestra el camino de la reconfiguración de la ciudadanía “real”, en donde el poder económico, es decir la propiedad, poder adquisitivo y la concentración de riqueza determina el grado de libertad y capacidad de autorrealización posible de los individuos y los sujetos colectivos.

Sumado a esto, la ofensiva por la revisión de todo lo que se pueda denominar “ideología de género” muestra una vez más el cercamiento que sufre la diversidad sexual y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Es decir una sociedad que estratifica los roles de género, privilegiando una supuesta “tradición” moral y un falso determinismo biológico, que esconde las relaciones de desigualdad que es fruto del poder de la dominación-esclavitud que enajena la voluntad de muchos a pocos.

Este es un vistazo hacia esas sociedades negadas, a cómo esas violencias estructurales se configuran para impedir su realización, establecen no sólo relaciones, sino también mecanismos para negar su existencia, desde la institucionalización se garantiza su invisibilidad. Tal vez, la muestra más clara de este proceso, es la ya mencionada oleada contra la “ideología de género”, que nos evidencia este proceso de negación en clave de retroceso.

¿Cómo llegamos a esto? Son muchas las trenzas de dominación que han estructurado nuestras sociedades, en ocasiones identificamos al capitalismo, patriarcado y el colonialismo, que se manifiestan desde la xenofobia, el racismo, machismo y otros más que tal vez han escuchado en otras ocasiones. Sin embargo, también son muchas las experiencias que han apuntalado hacia un compromiso por la liberación, desde la necesidad y la crítica han convertido su pensar-hacer en formas y modos instituyentes de otra cosa. Este será el centro de nuestra última entrega.