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Etiqueta: desmantelamiento estado social

Agresión del presidente Chaves contra Ariel Robles Barrantes delata ofensiva del Gobierno contra el ICE

Comunicado de la Federación Costarricense para la Conservación del Ambiente


  • Al Presidente se le está haciendo imposible ocultar que su objetivo es desmantelar la institucionalidad social de Costa Rica

  • Chaves impulsa agenda privatizadora de la energía eléctrica

San José, 18 de mayo 2023. El afán del presidente de la República de denigrar a otras personas, como recientemente lo hizo con el diputado del Frente Amplio, Ariel Robles Barrantes, no es ninguna novedad. Esta nueva agresión es la constatación de un estilo despótico, anclado en el matonismo patriarcal y en el ejercicio de una jerarquía con un estilo absoluta y totalmente vertical que riñe con cualquier forma de relación asertiva. Esas agresiones y desplantes de autoritarismo no han respetado a su propio gabinete. El diputado Ariel Robles Barrantes no necesita que lo defendamos, pero esta manifestación es indispensable porque por muchos años hemos compartido en movimientos sociales en defensa de territorios, comunidades, ríos, ecosistemas y derechos de la población y de la naturaleza, en nuestro país.

Para Jiri Spendlingwimmer, presidente de la FECON: “esas agresiones son parte del proceso de instalación de una figura despótica y de fuerza que el Presidente busca para la sociedad costarricense, y es desde todos los puntos de vista un retroceso en la historia nacional en términos de la construcción de una sociedad en la que el respeto y la convivencia sean una norma irrestricta y esto incluye las relaciones respetuosas entre personas que piensan diferente. El Presidente demuestra que no está preparado para convivir ni con mínimas disidencias; por eso es que frecuentemente vemos este tipo de exabruptos.”

El Presidente está enojado porque en tan solo 1 año el diputado Robles Barrantes ha demostrado inteligencia, talante y valentía para desafiar a quien sea si se trata de defender una sociedad costarricense justa y solidaria, lo cual implica la defensa de instituciones como el ICE para que mantengan su sentido social y solidario.

Por su lado Osvaldo Durán, integrante de Proyectos Alternativos (PROAL) y vocero de FECCON menciona que: “La cólera del Presidente delata que lo que rehúsa es discutir el fondo del asunto, porque eso mostraría que la estrategia de su Gobierno y de la administración que impuso en el ICE, está claramente enfilada a debilitar el ICE para llevarlo acondiciones de no poder cumplir una labor eficiente de satisfacción de necesidades de electricidad, y en este caso puntual de telecomunicaciones, con una visión social y solidaria”.

Según menciona Osvaldo Durán: “el argumento del Presidente en cuanto a que Ariel Robles Barrantes está defendiendo a la empresa Canal 7 no tiene ningún sentido. Canal 7 es una de las empresas que más daño le ha hecho al país por evasión de impuestos y de hecho la información que el mismo diputado Robles divulgó, demuestra que es una de las empresas que declaró cero utilidades (otro es el daño que se le hace a la población con todo tipo de información y contenidos enajenantes). Ariel Robles no está cuidando a Canal 7; está defendiendo los recursos del ICE para que sean bien gastados en medios comerciales que aseguren que la pauta publicitaria que se paga con nuestros recursos tendrá efecto positivo en términos de competencia en el mercado abierto de las telecomunicaciones. Esta denuncia provocó incluso el despido de la funcionaria del ICE que lo evidenció”.

Por último Jiri Spendlingwimmer, presidente de la FECON agregó que: “El intento de manipular a la opinión pública diciendo que Ariel Robles Barrantes es “un comunista dentro del clóset”. Chaves recurre a los más retrógrados argumentos que recuerdan a los dictadores militares y políticos ultraconservadores de América Latina y el mundo. Mantener al pueblo de Costa Rica en la ignorancia no es algo que pueda sostenerse indefinidamente. Al Presidente se le está haciendo imposible ocultar que su objetivo es desmantelar la institucionalidad social de Costa Rica, y en esa carrera sigue perdiendo la sensatez y el respeto”.

Más información:

Osvaldo Durán Castro, Teléfono: 83800955, osvaldodc@gmail.com

Jiri Spendlingwimmer S, Teléfono: 8880 6385, incidenciafecon@gmail.com

El falso patriotismo

Adriano Corrales Arias*

Ante el otorgamiento del Benemeritazgo de la Patria a la artista del canto popular, Isabel Vargas Lizano (1919-2012), mejor conocida como Chavela Vargas, muchos ticos se rasgan las vestiduras negando dicho reconocimiento porque, entre otras lindezas, la galardonada “no quería a su patria”, “no amó a Costa Rica”, “negó su tierra natal y se acogió a otra patria”, “cantaba feo”, “era una resentida social”, “era lesbiana y borracha”, “nadie la conoce” y otras más. (Todas las anteriores las he tomado al azar de las redes sociales; las había más crudas, violentas y misóginas, tanto de hombres como de mujeres).

No vamos a repetir la historia, pero recordemos que Chavela nació en San Joaquín de Flores, Heredia, y a los diecisiete años marchó a México donde, con cuantiosas carencias y peripecias, forjó su vida artística hasta convertirse en una reconocida cantante internacional. Tanto allá como aquí, conoció el desprecio y la marginalidad, ya por su opción sexual, ya por su calidad de extranjera, en algunos momentos casi con status de refugiada. En la madurez se sobrepuso al alcoholismo y quiso retirarse a morir en Costa Rica, pero su regreso, cual círculo vicioso, despertó la cizaña y la violencia simbólica contra su persona y, entonces, retornó a México alicaída y perturbada; de allí su célebre frase: “una mexicana nace donde le da la gana”.

Debo anotar que son decenas los artistas e intelectuales costarricenses quienes han debido marchar a México, o a otras naciones, en condición de autoexilio o de expulsión directa, como el caso de nuestra María Isabel Carvajal, reconocida como Carmen Lyra. Entre muchos, destaco al gran escultor “mexicano” Francisco “Paco” Zúñiga, a la extraordinaria poeta Eunice Odio, cumbre de nuestra poesía y a la gran narradora Yolanda Oreamuno, quien murió en brazos de Eunice y antes había confesado, en una carta a Joaquín García Monge, que, por favor, no la consideraran costarricense. Como dice un buen amigo, ha sido “una oleada de excepcionales costarricenses que encontraron en la generosidad y solidaridad del «Méjico lindo y querido», terreno fértil para hacer fructificar su obra artística”.

Lo que llama sobremanera la atención es que muchos de esos ticos, con una sensiblería patriótica exacerbada, aplauden el intento de venta del Banco de Costa Rica, la quiebra y posible privatización de la nodriza madre de nuestras instituciones, la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), el desmantelamiento del sistema educativo, tanto del MEP como de las universidades públicas, y un largo etcétera. Allí no hay patriotismo que valga, ni defensa de instituciones fundamentales para nuestra democracia. Muchos de ellos, cuando celebran sus fiestas, se desgañiten con un ranchera mexicana, un reguetón puertorriqueño o una cumbia colombiana, ignorando por completo la notable producción musical criolla. Los segundos son ejemplos ramplones quizás, pero de alguna manera indican esa toxicidad chauvinista y mezquina propia del tico promedio, que no del costarricense informado respecto de las fortalezas y debilidades de este país, por tanto defensor de su patrimonio tangible e intangible.

He dicho en diversos artículos que allí se incuba la diferencia entre costarricense y tico. El primero, por ejemplo, no pierde su prosodia distintiva, el ustedeo y voseo; mientras que el segundo es un imitador, es quien tutea de manera impostada o se aferra a formas extranjerizantes, tanto en el habla como en sus hábitos culinarios y de vestimenta, para no ir muy lejos y hablar de su impronta descalificadora y pachotera. Es ese individuo que niega lo auténticamente propio, pero defiende lo menos representativo, tipo folclor paródico y advenedizo que hace mofa del campesino o de los sectores populares. Entiende que esa es su “Costa Risa”.

La patria es nuestra infancia y nuestra adolescencia. Allí se conforman nuestros valores o disvalores (depende del contexto) y se modela nuestro aprecio por el terruño: el paisaje, la lengua, la culinaria, los ritmos y expresiones corporales, entre otras acciones y confrontas socioculturales. Luego entendemos que hay dos “patrias”: una sesgada y tóxica, otra auténtica y prístina. La primera nos contamina de patrioterismo y chauvinismo puesto que representa la ideología de los sectores dominantes, en general antipatrióticos; son ellos los que conducen la contrarreforma neoliberal, es decir, el desmantelamiento del estado social de derecho. La segunda la portamos con nosotros siempre, es auténtica por razonada, crítica, inclusiva y solidaria; por eso puede decirse que un costarricense, en efecto, se desenvuelve donde le da la gana.

*Escritor.

ESPERANDO EL CAMBIO

Álvaro Vega Sánchez, sociólogo

En estos tiempos, un cambio de gobierno debería conducir a un cambio de políticas. Ya habíamos acotado el peligro de que el nuevo gobierno se convirtiera en un segundo tiempo del partido iniciado por el gobierno de don Carlos Alvarado, donde se gestó la alianza pluripartidista más neoliberal de la historia política reciente del país, intensificando la polarización económica y social.

La agenda de proyectos de ley impulsada por el gobierno prácticamente se ha reducido a retomar proyectos de la administración anterior. Por supuesto, la mayoría afines a las políticas orientadas a continuar desmantelando la institucionalidad social y atentando contra derechos fundamentales de los trabajadores, para seguir sirviendo la mesa de los eternos ganadores, en este río revuelto. Es decir, cambio de gobierno sin cambio de políticas.

Así, por ejemplo, se pone en la picota, nuevamente, la autonomía de instituciones como las universidades públicas, la Caja Costarricense del Seguro Social y las municipalidades, acogiendo e impulsando un proyecto de reforma a la Constitución para poner la carreta delante de los bueyes, es decir, los intereses fiscalistas sobre los intereses del bienestar y el desarrollo social del país.

Si algo necesita este país, para salir del atolladero en que se encuentra, es salud y educación de calidad. Sin duda, la mejor inversión social que se puede hacer si se está interesado, realmente, en salir de la pobreza y la desigualdad estructurales, y ofrecer oportunidades para el trabajo digno y “decente” a la juventud costarricense.

Con estos proyectos este gobierno pretende “ordenar la casa”, cuando lo que está haciendo es socavando los cimientos que aún la mantienen en pie. Por una parte, las universidades públicas que se ubican en los primeros lugares del rating académico latinoamericano, y que están entre los principales centros de investigación y producción científico-tecnológica innovadora del país, así como de formación de profesionales de alta calidad académica. Por otra, una institución como la Caja Costarricense del Seguro Social que ha sabido encarar con propiedad la crisis sanitaria por la que atraviesa el país, y es ejemplo allende nuestras fronteras en seguridad social. Sin embargo, en estas y otras instituciones públicas se deben introducir cambios para que los servicios que ofrecen sean cada vez cualitativamente mejores, y cumplan su cometido. Pero, ello no se logra cercándolas.

¿Por qué estos gobiernos se han ensañado con la institucionalidad social y pública, mientras continúan protegiendo y hasta premiando a empresas y financieras privadas, como ALDESA, entre muchas otras, siendo las principales causantes del desorden de la casa que se pretende ordenar? ¿Dónde están los proyectos de ley para cobrar, de manera retroactiva, las evasiones y elusiones fiscales por parte de las grandes empresas? ¿Dónde están los proyectos de ley para incrementar los impuestos a los grandes activos de capital y a los bienes improductivos, como fincas abandonadas y propiedades cuya única rentabilidad es la plusvalía que adquieren con el tiempo para beneficio de sus dueños? ¿Dónde están los proyectos de ley para impulsar la construcción de infraestructura que evite continuar pagando alquileres multimillonarios, que sangran las finanzas del Estado? ¿Dónde están los proyectos de ley para aumentar el salario mínimo, y brindar, así, capacidad de compra a las mayorías de trabajadoras y trabajadores y compensar un proceso inflacionario creciente?

Sin cambio sustantivo de políticas producto de un nuevo pacto social solidario, seguiremos esperando a Godot: el cambio que el país necesita, y que no llega.

Todo lo que el coronavirus ha puesto en evidencia

German Masís

La pandemia del coronavirus ha puesto en evidencia muchas cosas, entre ellas que es ya una enfermedad global y una emergencia mundial que ha podido diseminarse gracias a la amplia movilidad de las personas.

Pero hay otras situaciones aún más sorprendentes, como poner en evidencia la realidad de los sistemas de salud en los países algunos más fuertes y preparados y otros más débiles y vulnerables; que han sido los sistemas de salud públicos, con sus fortalezas, debilidades y capacidades los que han respondido a las emergencias nacionales.

Que son sistemas de salud diferenciados de acuerdo a las políticas que han prevalecido, dirigidas a priorizar la salud como servicio público y a mantener sistemas robustos o a reducir la acción estatal y trasladar los servicios a la actividad privada.

Se ha podido observar las distintas capacidades y recursos disponibles, marcados en algunos casos por las carencias de infraestructura, equipo y personal, como la limitación de la infraestructura hospitalaria en el Norte de Italia la ausencia de suficientes pruebas para detectar el virus en Estados Unidos, o la carencia de equipos de asistencias respiratoria en España.

La emergencia ha evidenciado el tipo de respuesta de los Estados y el manejo político que cada uno ha realizado de la misma, algunos negando inicialmente su existencia y perdiendo tiempo valioso u otros definiendo una estrategia de atención clara y oportuna.

Además, ha puesto en evidencia que es posible movilizar la cooperación entre países, que hay disponibilidad de recursos financieros en condiciones favorables y de manera crucial que las empresas pueden involucrarse junto a los Estados en la búsqueda y el desarrollo de las soluciones médicas adecuadas.

Así mismo, ha confirmado la importancia de la investigación y el conocimiento científico desdeñado o ignorado por algunos políticos arrogantes y miopes.

La pandemia ha hecho emerger el sentido más humano de la asistencia sanitaria y ha vuelto a poner a la salud en el centro del desarrollo de las sociedades.