Chaves, los troles y el Día de los Inocentes
Por José Luis Amador
Me llama poderosamente la atención la forma en que el gobierno del señor Chaves viene manejando la información y la manera ingenua en que la población la consume.
Siempre he creído que los gobiernos deben tener mecanismos eficientes de información para divulgar su obra. Aquí el asunto va más allá de eso. Lo que el señor Chaves hace es propaganda pura y dura.
Recuerdo cuando el gobierno Alvarado intentaba divulgar su obra y como se le recortaba el presupuesto y se hacían alharacas por parte de los diputados de oposición para que no pudiera hacerlo.
Considero que incluso las instituciones estatales deben dar a conocer lo que están haciendo. No solo porque es un derecho del ciudadano estar informado, sino porque es fácil golpear instituciones que la gente desconoce: la peor agresión contra un gobierno o una institución estatal es cultivar la ignorancia y el desconocimiento respecto a su obra.
Sin embargo, la propaganda simplemente adulatoria, el engrandecimiento vano, el bluf no es sano. Es el mismo fenómeno que vemos en El Salvador con el presidente Bukele. Basta con abrir YouTube para encontrar la propaganda a favor de este señor, presancochada y destinada a bukelizar su país y allá ellos. Pero igualmente nos está ocurriendo aquí con el señor Chaves.
Recientemente ha trascendido el testimonio de un troll que asegura que se le ha pagado dinero del Estado por engrandecer y magnificar la imagen del señor Chaves y de la señora ministra de Salud, y al mismo tiempo empañar y denigrar la imagen de sus adversarios políticos y periodísticos. Incluso asegura este señor, que se le ha pagado para atacar al anterior partido de Chaves y favorecer la imagen del nuevo partido, que los amigos de Chaves están fundando. ¡Vaya usted a saber!
Este manejo tan deshonesto de la información y de los medios no tiene nada de nuevo. Es la manera en que han actuado siempre ciertos partidos políticos, pero se ha puesto de moda en los últimos tiempos bajo el elegante nombre de post-verdad, como un cáncer y una aberración que enferma nuestra democracia.
En México, por ejemplo, se denunció la existencia de casas actuando de manera oculta en la campaña contra López Obrador. En estas casas operaban oficinas con editores con diseñadores gráficos para elaborar memes escritores a sueldo contratados para tal fin. Toda una fábrica de información de masas para movilizar a una nación, pero especialmente a los sectores más vulnerables y menos avezados en el manejo de información política. Aquellos para quienes un chiste o un chisme, es toda la información necesaria para decidir la suerte de un país.
En nuestro país era obvio la existencia de baterías solapadas de desinformación, desfigurando y atacando la imagen del gobierno y la persona de Carlos Alvarado. Lo paradójico es que mientras Alvarado hacía un trabajo favorable a la derecha, con impuestos y leyes antihuelgas y antilaborales, en las redes electrónicas y en algunas emisoras de radio, los troles le construían una imagen de izquierdista vinculado a Cuba y Venezuela. Imagen que todavía hoy consumen sectores de bajo nivel académico, en donde arraiga bien este tipo de trabajo desinformativo.
Siempre en nuestro país, me llamó la atención observar que, coincidiendo con el triunfo de Chaves, algunos pequeños comunicadores rurales de la zona sur, o de la zona norte, muy conocidos en los disturbios contra Alvarado o contra el Covid, aparecieran de pronto formando un coro de pequeños comunicadores, todos haciendo propaganda a favor del nuevo gobierno, muy posiblemente reclutados y alineados. Los vemos divulgando notas de apoyo al gobierno, fragmentos de las ruedas de prensa, participando activamente ellos mismos en tales eventos, reproduciendo manifestaciones favorables a Chaves, atacando a los eventuales críticos al gobierno y etc. Nótese que esto ocurría al mismo tiempo que se anulaba a la Gran Prensa, la prensa comercial tradicional, la “prensa canalla”.
Obviamente existe una intencionalidad, una inteligencia al respecto y una lógica de comunicación estructurada, no por coincidencia, a favor del gobierno y es entonces fácil de entender cómo se sostiene el alto rating de simpatía y de inocencia, a favor del gobierno y del Señor Presidente de la República.
Lo que llama poderosamente la atención es la falta de estudios, y el silencio de los periodistas profesionales, así como el silencio de las escuelas de comunicación del país. Me extraña. Será porque vengo de una época y de una generación donde estos fenómenos sociales, eran objeto de análisis y denuncia, aunque no fuera más que por desahogo y ejercicio académico.
Por lo pronto sigamos celebrando EL DÍA DE LOS INOCENTES, por algunos meses más.
FELIZ DÍA DE LA INOCENCIA, PARA USTED TAMBIÉN.