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Etiqueta: dictadura

¿Es Nayib Bukele un ejemplo demócrata a seguir?

Freddy Pacheco León

Es menester reflexionar, en estos días de tanto desbarajuste provocado por acciones antidemocráticas gubernamentales, que matizan la realidad nacional. Comentar que, planeada desde el Poder Ejecutivo, se desarrolla una estrategia propagandística populista, demagógica, perversa, que atrapa a incautos, en la que el Chaves se presenta como un «súper héroe» nacido del tugurio, en combate cuerpo a cuerpo contra los corruptos, que invita a que lo sigan cual cabeza de un cardumen.

Y es que, a año y medio de finalizar la administración, incapaz de mostrar siquiera, algunas pequeñas cosas buenas, se ha optado por reforzar una «campaña electoral», similar a la desarrollada en la segunda ronda que lo hizo presidente. Por ahí iba su intención de usar la figura del referendo, y, también, los anuncios de promesas, que, sabe muy bien, jamás se van a ejecutar, como son, luchar contra la criminal evasión de impuestos, fortalecer el Seguro Social, llevar bienestar a las ciudades costeras para liberar a sus habitantes de la tentación de buscar ingresos económicos en el narcotráfico, de fortalecer la seguridad ciudadana y acabar con los asesinatos cotidianos, de reafirmar compromisos con el ambiente, de garantizar el eficaz abastecimiento de agua potable…

Promesas y más promesas, que, bien divulgadas, y anunciadas con megáfonos, levantan la esperanza de un pueblo desvalido, que, al no poder superar su pobreza, a veces, extrema, quisieran creerle como último recurso. Pueblo que, dichosamente, poco a poco, parece ir despertando de su letargo.

Pues bien, como parte de esa nada sutil estrategia de campaña, una administración que se dice obstaculizada por caros principios democráticos, como la separación y respeto entre los poderes de la República, y por las instituciones de control del gasto público, ahora promueve la presencia de un cuestionado presidente centroamericano, con la intención de que éste le ayude en su vigente «campaña electoral», presentándolo como un ejemplo demócrata a seguir. Por ello, porque se viene ese incómodo acontecimiento, es pertinente mirar hacia la esencia del gobierno de Nayib Bukele, el ahora colaborador electoral de Rodrigo Chaves.

Al ponerle la lupa, la imagen captada, muestra a alguien que ha demostrado, un total menosprecio por las normas jurídicas salvadoreñas, como, por ejemplo, su menosprecio a la Constitución Política, conque fue electo la primera vez, síntoma evidente, de una deriva autoritaria, aplicada en el pequeño país hermano. Un caso grave es el de su forzada candidatura a la reelección presidencial. Resulta que la Constitución de 1983, prohíbe la reelección inmediata, y dicha prohibición había sido reafirmada por un fallo del 2.014. Sin embargo, gracias a una circunstancial mayoría absoluta, obtenida en las elecciones legislativas de febrero de 2.021, Nayib alteró las reglas constitucionales, gracias a una serie de maniobras alejadas de la legalidad. Cuando su sumisa Asamblea Legislativa, aprobó reemplazar a los miembros de la Corte Suprema de Justicia, le abrió camino a ejercer, una dictadura maquillada de democracia. De este modo, sus «piezas» judiciales resolvieron en el 2.021, que el presidente en ejercicio podía postularse legalmente para el cargo, si se alejaba del poder, un tiempito (seis meses) antes de las elecciones, como simuló hacerlo en el papel, para cumplir con ese fraudulento requisito.

Ejecutada esa maniobra, se postuló nuevamente. Asimismo, procedió a acabar con los vitales entes contralores, dándole vía libre a la corrupción galopante, donde su familia, por cierto, juega un papel determinante.

El enfrentamiento con los pandilleros expulsados de los EE.UU., que acosaban a la población salvadoreña, ha sido motivo de gravísimas acusaciones, lanzadas al basurero, después de la destitución del fiscal general, cerrándose así la investigación penal sobre las negociaciones del gobierno con los líderes de las pandillas. El enfrentamiento con los pandilleros, que expulsados de los EE.UU. (desde donde 2,5 millones de salvadoreños, con remesas anuales de US$8.000 millones, sostienen la economía de su país) acosaban a la población salvadoreña, ha sido motivo de acusaciones, muy serias. Sin embargo, después de la destitución del fiscal general, se cerró la investigación penal sobre las negociaciones amistosas del gobierno con los líderes de las pandillas, truncando un enjuiciamiento oficial sobre el caso, que, por supuesto, empañaba «el único logro» exhibido por Nayib, pese a la gran indignación, nacional e internacional, por las violaciones de derechos humanos, relacionadas con las detenciones arbitrarias de más de 73.000 personas, muchas inocentes, sin contar con el fundamental debido proceso. Pero era tanta la delincuencia, que el pueblo salvadoreño apoyó abrumadoramente las drásticas medidas oficiales, convirtiendo, por ello, a Nayib, en el líder más popular de América Latina, debido a la disminución de las tasas de violencia y homicidios, aunque obedecieran a acciones ilegales por él propiciadas.

El estado de emergencia” que siguió al aumento de la violencia de las pandillas, le dio a su gobierno, como sucediera antes con la pandemia del Covid 19, un camino libre, bien oscuro, tenebroso, para las irregularidades y la corrupción. El resultado fue una falta de transparencia y de acceso a la información pública, así como una total ausencia de rendición de cuentas en el uso de los recursos públicos, al eliminarse las restricciones legales sobre el manejo de fondos del Estado. Hasta hoy, dicho «estado de emergencia» se ha prorrogado 22 veces (la última vez en enero de 2024), por lo cual, la pareja corrupción e impunidad, viven una eterna luna de miel. Por ejemplo, se desconocen los déficits presupuestarios crónicos, pese a las remesas que representan el 28 % del PIB, pues se publican pocos datos sobre la composición exacta del presupuesto del Estado. Por ello, pese a que se asignan cifras gigantescas para «seguridad», la supervisión de las finanzas públicas es prácticamente inexistente.

Y como era previsible, como resultado de la cobertura crítica sobre la corrupción y las políticas públicas, vino el ataque a la prensa independiente. Los periodistas han sufrido la autocensura, al enfrentarse a la intimidación y las agresiones. Otros fueron obligados a abandonar el país, como el medio El Faro, que, habiendo informado sobre la corrupción institucional de El Salvador durante décadas, hubo de salir del país, para trabajar digitalmente desde Costa Rica. De hecho, Departamento de Estado de EE.UU., ha acusado de corrupción a más de una docena de funcionarios del gobierno de Nayib Bukele, por lo que muchos de ellos figuran en la «Lista Engel» del gobierno estadounidense, que incluye a personajes corruptos y enemigos de la democracia.

Así, con el Poder Legislativo bajo su control total, el Poder Judicial manejado por sus fieles partidarios y el Poder Ejecutivo concentrado en su figura, con un círculo de confianza formado por hermanos y leales servidores, Nayib logró un poder indiscutible en El Salvador, que, por lo conocido, está muy lejos de merecer levantar un estandarte democrático, aunque sí, el de una dictadura que busca entronizarse por muchos años, cuando pise suelo patrio.

Preguntamos, ¿A de ser un modelo ejemplar para los costarricenses? ¿Se justifica honrarlo con una invitación a visitar las sedes de los tres poderes de la República? ¿Su amistad con el presidente Chaves, estará por encima de los principios democráticos, que movilizan a muchos compatriotas? ¿Qué beneficios obtendría nuestra Patria, con su visita oficial, aparte de, supuestamente, ayudar con la «campaña electoral» adelantada, que se desarrolla desde nuestra Casa Presidencial? Finalmente, ¿Será que Chaves aspira a gobernar como su admirado dictador?

Para nosotros, las respuestas son obvias, como también lo es, que repudiamos su inoportuna presencia en Costa Rica.

25.10.2024

Grupos estudiantiles paralelogramos IV autoritarismo y dictadura

Alberto Salom  Echeverría

Continuación del relato.

Los jóvenes amigos salieron de la sala de teatro, verdaderamente impresionados con el soliloquio que acababan de presenciar. El impacto fue aun más grande porque la obra fue presentada en una sala considerada secundaria, es decir donde por lo general se presentan obras que carecen de reputación. Pero ya en las afueras del teatro, alguien que parecía bien informado, explicaba que ese teatro estaba cobrando significación, porque se caracterizaba por presentar casualmente, obras poco conocidas, pero de calidad, según la crítica.

Pocos minutos después llegó la “vanette” a recogerlos, con la puntualidad que distinguía al chofer.

– Gerardo dijo: vamos a tomar y comer algo, para comentar entre nosotros la obra que acabamos de ver, que para mí fue una verdadera sorpresa. Bendita la confusión de Lucrecia, gracias a la cual nos topamos, de pura casualidad con esta “joyita”.

– Inmediatamente intervino Margarita para sugerir que fueran a “Carmine´s Midtown”, un establecimiento no muy grande, estilo familiar, ubicado en el centro de “Time Square” en 44 Street, entre 7th y 8 th avenue, que ofrece una gastronomía Ítalo estadounidense del sur de Italia. Por supuesto que el primero en bendecir también esta sugerencia fue Gerardo Luján Donodelli, por su afinidad con el sur italiano de donde proviene su familia por el lado materno, como ya se sabe. Los demás aceptaron la sugerencia.

Por dicha llegaron a tiempo, porque el único inconveniente es que el restaurante cierra sus puertas a las 9:45 pm. Los jóvenes entraron antes de las 9;00 pm. Encontraron un “ambientazo” familiar, acorde con la propaganda del lugar que reza: “¡Aquí todos los días parecen un domingo por la tarde en casa de la abuela!”.

Una vez sentados a la mesa, fueron atendidos con la cordialidad y eficiencia que se anuncia en el menú. Los amigos decidieron compartir el plato que se les ofreció para cinco personas, basado en unas tablas de antipasto casero y, después ordenaron pasta y mariscos, con buen vino italiano, sin que faltara un postre “hecho en casa”.

– El primero en incursionar en el tema de la obra fue Leonel Bajamonte Fernández. A mí el monólogo me encantó -dijo-, la actuación fue impecable, sin que se hubiese producido un solo error, al menos que yo me hubiera dado cuenta. El soliloquio tenía algunos arreglos interesantes, como por ejemplo la presencia de un “narrador”, que lejos de incomodar fue adicionando algunos comentarios que ayudaron a que pudiésemos penetrar en la psicología del personaje de una manera más profunda.

– Es cierto -repuso Lucrecia- A mí eso me encantó. Shakespeare usa ese recurso, por ejemplo, en Hamlet, no sería nada raro que el autor fuera un estudioso de la obra “shakesperiana”. Me acuerdo ahora -agregó haciendo un derroche de conocimiento de la obra del gran escritor inglés- de la introducción que hace el autor en el Acto 5, escena 1, sobre Enrique IV; esa narración, por cierto, ayuda mucho a entender el contexto en el que se desarrolla la obra, en el que Enrique IV debió enfrentar una sedición organizada por nobles liderados por Northumberland y su hijo Percy.

– Híjole -dijo Leonel- qué conocimiento Lucre. -Pero esta vez el elogio no tenía, ni por asomo, un tono jocoso, como el que se le atribuye a Leonel en otras ocasiones. –

– Margarita, después de manifestar su complacencia con lo expresado por Lucrecia, aportó lo suyo, razonando que la argumentación del soliloquio es profunda, denotando la complejidad que entraña el concepto de dictadura. No es sencillo, puesto que de una democracia puede brotar una dictadura, aunque suene paradójico. Y no solo -repuso- porque como es obvio, de una asonada contra un presidente electo democráticamente puede surgir una dictadura, sino porque como lo expresó el oficial, -según lo entendí- en el alma y en la mente de un presidente de un régimen democrático, puede anidarse un dictador.

En la mesa contigua a la de nuestros veraniegos amigos, se encontraban dos parejas que habían llegado al restaurante “Carmine” apenas un momento antes que ellos. Como las mesas estaban tan juntas, fue imposible que, aun sin proponérselo, no se escuchara parte de la conversación de las otras personas.

Una de las parejas está conformada por, hombre y mujer, los dos abogados y españoles; la otra estaba compuesta por una pareja de afrodescendientes; el varón es un intelectual y la mujer una profesora de canto, son españoles también, pero estos últimos residen en New York.

-El intelectual acerca la silla hacia la mesa de los estudiantes y educadamente les dice: – disculpas por interferir en tan interesante intercambio. De pura casualidad nosotros venimos de ver la misma obra, igualmente bien impresionados. Parece que se trata de un elenco de actores jóvenes la mayoría de ellos, que se lanzaron “al ruedo” como se dice coloquialmente, para abrirse camino. Nosotros hemos visto un par más de obras de este mismo elenco, y nos han gustado sobremanera. ¿Les interesa que les externe mi opinión? -interrogó el intelectual. –

– A mí sí por supuesto, -dijo Margarita. – Todos los demás se fueron pronunciando a favor e interesados en escuchar la opinión del intelectual, aun sin saber que lo era. Lo primero que hizo fue presentarse ante los jóvenes y, cuando habló de sus calidades, el hombre de una mediana edad, resultó ser un economista y a la vez filósofo con doctorado en ambos campos; de Oxford University se especializó en economía y de la Sorbona de París, obtuvo el doctorado en filosofía. El interés de los estudiantes se avivó más todavía, al darse cuenta de que estaban en presencia de un gran profesional.

– En mi opinión -dijo el intelectual- en el monólogo que vimos hoy, está concernido un tema que tiene que ver, en primer lugar, con la concepción del autoritarismo frente al de dictadura, en segundo término. La conjugación de ambos temas -me parece entender, dijo- que tiene relevancia por encima del sujeto que está como omnipresente en toda la obra y que, aparentemente es un gobernante, democráticamente electo, pero que aspira a ser un dictador. El primero me parece un tema de mucha actualidad y relevancia en todo el mundo y, es por lo consiguiente de un ámbito general o mundial. El otro, sin quitarle mérito, considero que es un tópico más circunstancial, y que tiene vigencia, por lo tanto, solo en algunas partes; es por ende de alcance local o a lo sumo regional.

Parto de la convicción de que el autoritarismo, es una forma de ejercer la autoridad, cuando se han agotado todas las posibilidades de persuadir a la gente por medio de mecanismos legales y echando mano de la vía del consenso democráticamente forjado. Cuando la forma autoritaria de imponer el poder se hace rutinaria, se abre el camino a la represión y a un ejercicio del poder, que bien puede desembocar en una dictadura, aunque no siempre ocurre así. Como se ve, el autoritarismo puede expresarse también en gobiernos de sociedades democráticas; en este caso, se excluyen las vías de participación ciudadana. Entonces, el orden social democrático, tiende a deteriorarse. Normalmente se quebranta el principio del equilibrio de poderes, tal como lo propuso Montesquieu. De allí se sigue que, en tales circunstancias, se debilitan los mecanismos de control que posee toda democracia y el gobernante autoritario busca la senda de la manipulación de las masas. Como dijera el eminente politólogo italiano Giovanni Sartori, el autoritarismo es un enemigo de la libertad, antes que de la misma democracia.

-Entonces -interroga Leonel Bajamonte, concediéndole al intelectual, ya en este momento, plena autoridad en la materia- si el autoritarismo constituye un mecanismo de ejercicio del poder que está presente, o puede estarlo en todas las diferentes formas de gobierno que conocemos, sean estas democráticas, tiránicas, oligárquicas o totalitarias ¿cuál es su especificidad?

-El intelectual contesta- En mi opinión -dijo acentuando su deseo de conversar y no aparecer como sentando cátedra- El autoritarismo es, como acabo de expresarlo, un mecanismo de imposición de la autoridad que, en democracia se hace presente, cuando languidecen o se relajan las reglas mismas de la democracia: división de poderes, control político eficaz, uso efectivo de mecanismos de descentralización hacia órganos de poder local bien constituidos, representativos del interés popular y que tiendan a garantizar el bien común. Por otra parte, históricamente es menos frecuente que los mecanismos autoritarios tengan lugar y se asienten con solidez, cuando operan correctamente las reglas de una democracia electiva, competida, que goce de transparencia e independencia plena de un tribunal electoral.

En cambio, -continuó el intelectual- en las formas dictatoriales y despóticas de gobierno, totalitarias o no, el autoritarismo en el ejercicio del poder es una constante. El poder totalitario implica, la desaparición rotunda de los mecanismos de control sobre el poder ejecutivo, se desvanece la división de poderes, la libertad de expresión queda sujeta al control arbitrario del ejecutivo, desaparecen las elecciones competidas y transparentes, bajo el control de un tribunal electoral independiente y por último, se expeditan las formas de manipulación del pueblo por parte de un poder central, generalmente muy concentrado en una cúpula de élites políticas reducida. El otro asunto que altera de una manera drástica los mecanismos democráticos es el poder del dinero que, siempre se inmiscuye en las elecciones…y las altera ¡de qué manera! -martilló el intelectual. –

– Bueno -expresa Margarita- estoy bastante de acuerdo con su pensamiento expresado hasta ahora; qué dicha que se le ocurrió abordarnos esta noche. Yo tengo, sin embargo, una interrogante que, me sorprende que no la haya mencionado hasta ahora, es el tema de la democracia y el mercado, dicho de otra forma, la dictadura y el mercado, o, sin querer jugar con las palabras, usted comprenderá, la dictadura del mercado.

– A sí -repuso el intelectual- lo había dejado para el postre que suele ser lo que mejor se saborea. Jaja -se apoyó en una risa.

Quedó en el ambiente la duda entre sus contertulios, de si en realidad había dejado el tema para postre, como dijo el intelectual, o se le había escapado mencionarlo, cosa grave por tratarse de semejante temática.

– En realidad, este no es un tema menor y nos ha cogido un poco tarde para abordarlo como se debe, cuando ya casi cierran el establecimiento. El análisis del mercado y el poder político hace la diferencia entre el tratamiento de este espinoso asunto del poder, desde una perspectiva puramente formal y positivista, y un examen más profundo y real desde una perspectiva materialista dialéctica e histórica. El mercado -prosiguió el intelectual- remite inmediatamente a un contexto histórico, el de la sociedad capitalista. Es en este modo de producción donde el mercado ha demostrado funcionar a plenitud. Es también donde casi sin excepción, el mercado dejado “de la mano de dios”, deviene en un caos que produce una gigantesca riqueza y capacidad de innovación, pero al servicio de la producción y, como esta no es nunca igualitaria, provoca una enorme centralización y además una concentración de los capitales. Aquí se encuentra el meollo de la desigualdad social que afecta hoy, como nunca, a todas las sociedades donde el mercado está presente sin control; desde los países más desarrollados, hasta los subdesarrollados. En los primeros, con mucho mayor razón, porque estamos presenciando en ellos a plenitud, el fenómeno al que se refirió Marx en El Capital, en el segundo tomo me parece, de la acumulación ampliada. Imaginémonos con la aparición de la “Inteligencia Artificial”, cómo se está potenciado el desarrollo tecnológico puesto al servicio de la producción. Podemos entender ahora, de qué forma se ven afectadas las relaciones de poder en una sociedad, con semejante concentración de los capitales. Claro que, esto no es todo, dejarlo ahí nos llevaría a un examen muy esquemático. En realidad, en cada sociedad, es decir, en cada formación económico social, no existe solo un capital o grupo de capitalistas, pueden existir muchos que tienen contradicciones sociales, económicas y políticas entre sí, así como con otros sectores de desarrollo medio y desde luego con los pobres del campo y la ciudad. Marx denominaba a estos sectores, fracciones sociales. Finalmente, hay que tener en cuenta el tema de la cultura en una sociedad, de las tradiciones históricas, de las ideologías que perviven en ella, especialmente de la ideología dominante, y del desarrollo de las instituciones y de la legalidad. Los pensadores originales del materialismo histórico y dialéctico llamaban a esto la “superestructura ideológico-política”. Las relaciones entre esta “superestructura” y la base material, es decir de las relaciones económicas, es compleja. Pero digo por ahora solo que tiende a preponderar la base material.

-Señores, disculpen la molestia, pero ya vamos a cerrar -dijo uno de los saloneros-

-Por supuesto. -expresó Margarita- Más bien, muchas gracias porque sabemos que traspasamos la hora a la que ustedes suelen cerrar.

Los jóvenes estaban conturbados, algunos sintiéndose obviamente implicados entre los grupos de la clase dominante. Pero al mismo tiempo muy interesados. Desde luego, a ninguno se le ocurrió, ni por asomo, entrar a contradecir al intelectual; no porque fuese irrebatible, sino porque les faltaban herramientas, o carecían de argumentos para debatir con él. Entre ellos y el intelectual, al final se repartieron el contacto y se despidieron con cortesía. Fue una iniciativa de los estudiantes que quedaron plagados de inquietudes.

Pagaron sus respectivas cuentas y se marcharon.

Este relato continuará…

 

Compartido con SURCOS por el autor.

La dictadura neoliberal perfecta

Comisión Nacional de Enlace
San José Costa Rica
20 junio 2024

A raíz del comentario que hiciera el presidente de la República Rodrigo Chaves, el 14 de junio, en el sentido de que en Costa Rica lleva 75 años de “dictadura perfecta”, raudos, los expresidentes (a) de la República expusieron sus criterios sobre lo expresado por el presidente en un comunicado titulado “Costa Rica es una verdadera democracia”.

Arrancan los expresidentes (a) manifestando que Costa Rica es la más antigua democracia ininterrumpida en América Latina y la comparan con las democracias de Chile, Uruguay y Canadá. Parece que a los expresidentes se les olvidó la historia.

Repasemos: en Chile hubo un sangriento golpe de Estado comandado por el general Augusto Pinochet y promovido por Estados Unidos. Documentos1 recién desclasificados demuestran la cercanía de Richard Nixon y Henry Kissinger con ese golpe y con el dictador Pinochet. Esa dictadura se extendió del 11 de septiembre de 1973 al 11 de junio de 1990 (17 años) y se contabilizaron por miles los muertos y desaparecidos.

En Uruguay lo mismo, un golpe de Estado en junio de 1973 que se extendió hasta 1985. La dictadura uruguaya estuvo coordinada con otras dictaduras de América Latina (Argentina, Brasil, Paraguay, Bolivia y Chile) por medio del Plan Cóndor, figura vinculada a la seguridad de Estados Unidos y que provocó decenas de miles de muertos. Era el preludio de la imposición del modelo neoliberal en América Latina.

En Costa Rica tampoco es un ejemplo de democracia ininterrumpida. El golpe de Estado2 sucedido en 1948 provocado por un colaborador3 de la CIA, provocó miles de muertos y una persecución4 sostenida por medio de tribunales fascistas especiales a comunistas y calderonistas. En cuanto a Canadá, recién empiezan a salir verdades incómodas sobre el genocidio cultural contra los aborígenes. Igual los hechos recientes hacen ver que Canadá se convirtió en una madriguera de nazis ucranianos. De hecho, en septiembre de 2023 uno de esos nazis fue ovacionado en el parlamento canadiense lo que provocó un escándalo mayúsculo a nivel mundial.

Como era de esperarse, los expresidentes (a) no desaprovecharon el comunicado para inyectar veneno contra Venezuela, Cuba y Nicaragua, ahora sumando a Corea del Norte. Como buenos vasallos del imperio y cómplices directos de la agresión y la intervención imperialista no se pudieron contener para agredir por enésima vez a los países precitados. Incluyeron a Costa Rica en el Grupo de Lima, un grupo agresor e intervencionista al servicio del imperio con la esperanza de derrocar esos gobiernos e implantar dictaduras neoliberales a la medida de las transnacionales imperialistas. Sobre Corea del Norte, posiblemente ni siquiera sepan dónde queda y es más que posible que la incluyeron por indicaciones de la embajada.

Ya en lo nacional, los expresidentes (a) nos dicen que están preocupados por las declaraciones del presidente (dictadura perfecta) y que apelan a la conciencia ciudadana sobre “el inmenso valor de nuestras instituciones democráticas de toma de decisiones y de control”. Pero veamos: el tema de la dictadura5 ya lo había manejado, en el año 2009, Francisco Chacón González, liberacionista, cuando propuso reformas a la Ley Orgánica de la Contraloría General de la República y a la Ley de Control Interno, dando como motivo las excesivas potestades concedidas al órgano contralor en materias supuestamente ajenas a su competencia constitucional.

La intención era acabar con la llamada ingobernabilidad, presentada como dictadura de los órganos que no tienen origen directo de la voluntad popular. Francisco Chacón fue diputado del PLN en la administración Chinchilla Miranda y su ministro de comunicación. También fue Oscar Arias, involucrado en procesos corruptos como Millicom y Crucitas el que propuso la tesis de la “dictadura en democracia” como solución a los controles y límites institucionales y al desarrollo con justicia social.

Todo enfocado a combatir la supuesta “ingobernabilidad”. Todo era gobernable cuando se turnaban el poder el PLN y el PUSC. Desde la Asamblea Legislativa nombraban contralores, magistrados, procuradores, defensores de los habitantes, etc. Todos obedeciendo los intereses políticos de esos partidos. Así fue electa en el año 2012, administración Chinchilla Miranda, Martha Acosta Zuñiga6 como contralora general de la República, un cargo para el que ni siquiera concursó. La Comisión de Nombramientos de la Asamblea Legislativa (CNAL) entrevistó a cuarenta y dos personas interesadas y ella no estaba entre esas personas. De hecho, negó estar interesada en el puesto. Fue impulsada por el PLN a quienes se sumaron los socialcristianos y los libertarios y todo el trabajo realizado por CNAL fue lanzado por la borda. Un caso parecido fue el de Rocío Aguilar, sustituida por Martha Acosta y el de la reelección que favoreció a Oscar Arias.

Finalmente, los expresidentes (a) se rasgan las vestiduras e hipócritamente nos dice que las democracias son imperfectas, que se han cometido errores, que nuestra democracia arrastra deudas con la ciudadanía y que son conscientes de que falta mucho por hacer para mejorar la calidad de vida de los costarricense. Lo que no reconocen es que ustedes son los responsables políticos de lo que actualmente ocurre en Costa Rica. Fueron ustedes los que impusieron un modelo económico que solo favorece las élites y los grupos dominantes.

Fueron ustedes los que han promovido el desmantelamiento del Estado costarricense. Rodrigo Chaves simplemente es un continuador de un modelo neoliberal impuesto desde décadas atrás por ustedes. No es el responsable directo del desastre actual.

El desastre viene de ustedes. Son ustedes los que han querido vender las instituciones estatales (Arias, Figueres, Rodríguez). De hecho, lo hicieron cuando remataron Cementos del Pacífico (CEMPASA), Fertica, Catsa y descuartizaron Transmesa. Ahora hablan de defender la democracia cuando han sido ustedes tomando decisiones antidemocráticas los que han llevado a Costa Rica a ser uno de los países más desiguales del mundo, con una pobreza en alzada, igual el empleo informal y con una incertidumbre laboral terrible para miles de familias costarricense, además de la agenda antilaboral en todos sus extremos. Son ustedes los que aprobaron un combo fiscal que castiga a los trabajadores, los que favorecieron la regla fiscal que constriñe el gasto social, reduce el presupuesto para la educación y la salud pública en todas sus variantes y congela los salarios (Alvarado).

Fueron ustedes los que permitieron la ley anti huelgas (Alvarado).

Ustedes representan la hipocresía personalizada, en su momento tendrán que asumir las responsabilidades y las consecuencias.

Referencias:

1 https://www.cubasi.cu/es/noticia/desclasifican-documentos-con-nuevos-detalles-del-apoyo-de-la-cia-la-dictadura-de-pinochet

2 Macarena Barahona, Nuevos Documentos del 48, los proscriptos, Editorial Costa Rica, San José, 2015

3 Philip Agge, La CIA por Dentro, diario de un espía, Editorial Suramericana, Buenos Aires

4 https://www.larevista.cr/walter-antillon-lineas-ilegibles-en-el-libro-de-la-historia-costarricense/?fbclid=IwZXh0bgNhZW0CMTEAAR2rHOSdDv_UU3QhiOvMbpA0RATq274Q4XsgZpjMBelK_RBLSJHtEx_aOtw_aem_ZmFrZWR1bW15MTZieXRlcw

5 https://actualidad.rt.com/actualidad/481144-ovacion-nazi-parlamento-historia-canadiense

La Dictadura y la Tiranía perfecta del presidente Chaves

Vladimir de la Cruz

El presidente Rodrigo Chaves al recibir una respuesta de los presidentes Oscar Arias Sánchez, de 1986 a 1990 y del 2006 al 2010, Rafael Ángel Calderón Fournier, de 1990 a 1994, José María Figueres, de 1994 a 1998, Miguel Ángel Rodríguez Echeverría, de 1998 al 2002, Abel Pacheco de la Espriella, del 2002 al 2006, Laura Chinchilla Miranda, del 2010 al 2014, Luis Guillermo Solís Rivera, 2014 al 2018 y Carlos Alvarado Quesada, del 2018 al 2022, no se desdijo de su afirmación de que Costa Rica era una perfecta dictadura. Rectificó su afirmación, su exabrupto mental político, indicando que se había equivocado, señalando que quiso calificar a Costa Rica como una tiranía perfecta y no como una dictadura perfecta, sin entender el presidente que dictadura y tiranía son sinónimos de una misma realidad política.

Tanto la dictadura como la tiranía representan un régimen político, que se ejerce por la fuerza, con violencia, donde quien lo ejerce, conocido como Dictador o Tirano, concentra todo el poder en su persona, en un grupo de personas, o en una organización.

La dictadura como la tiranía representan un sistema de gobierno autocrático en el cual la autoridad política se concentra, se centraliza, en manos de una persona, y en un pequeño grupo que le rodea, en ejercicio de ese poder absoluto.

En las dictaduras, como en las tiranías, el abuso del gobierno hace que el poder político, ejercido por la fuerza, no esté restringido por la ley, ni sometido a controles políticos, legislativos, administrativo institucionales, ni de rendición de cuentas de ningún tipo.

En las dictaduras como en las tiranías el poder surge por usurpación del mismo. En la vida republicana nacional el poder de la Presidencia, y del Poder Ejecutivo y del Legislativo, surge de procesos electorales, donde los usurpadores reales, los votantes, los electores, los ciudadanos, a los que llaman El Soberano, depositan su confianza política en una persona, el Presidente de la República, con el compromiso de que ese gobernante no mande en su propio beneficio, ni en el de su corte política, porque se convertiría en un déspota.

El Presidente Rodrigo Chaves ha acusado a los partidos políticos que, en estos 75 años, desde 1949, ejercieron el dominio del Poder Ejecutivo de ser los causantes de este régimen o sistema dictatorial o tiránico.

Los partidos políticos implícitamente denunciados como dictatoriales o tiránicos fueron la Compactación Nacional, de Otilio Ulate, 1948, presidencia que se le entregó en noviembre de 1949; Liberación Nacional, que gobernó en (1953-1958), (1962-1966), (1970-1974), (1974-1978), (1982-1986), (1986-1990); (1994-1998), (2006-2010), (2010-2014), la Unificación Nacional, que gobernó en (1958-1962), (1966-1970); UNIDAD que gobernó en (1978-1982); Unidad Social Cristiana que gobernó en (1990-1994), (1998-2002), (2002-2006), Acción Ciudadana que gobernó (2014-2018), (2018-2022) y el, que llevó al actual presidente al Poder Ejecutivo, Progreso Social Democrático que gobierna el período (2022-2026). En resumen, los partidos dictatoriales o tiránicos han sido seis. En todos esos procesos electorales han participado 152 partidos políticos con candidatos presidenciales, repitiéndose obviamente algunos de ellos.

Al referirse el presidente Chaves a los gobernantes y a sus partidos políticos, los que dirigieron la dictadura y tiranía perfecta, no dijo nada sobre la reelección constitucional alternativa de dos de esos presidentes, José Figueres (1953-1958 y 1970-1974) y Oscar Arias (1982-1986 y 2006-2010), o sobre la reelección consecutiva de tres de esos partidos, Liberación Nacional (1970-1974, 1974-1978), (1982-1986, 1986-1990), (2006-2010, 2010-2014), la Unidad Social Cristiana (1998-2002, 2002-2006) y Acción Ciudadana (2014-2018, 2018-2022, partido para el que trabajó el propio presidente Chaves, como ministro de Hacienda, en el gobierno del dictador y tirano, como lo llamó, Carlos Alvarado, donde seguro se le pegó el gusanillo del autoritarismo y de las malas prácticas políticas que quiere desarrollar.

Es difícil pensar que, con tanta participación democrática, de ciudadanos organizados cada cuatro años en sus partidos políticos, en procesos electorales, pueda haber algún matiz de dictadura o tiranía. Pero alguien sin cultura nacional, sin conocimiento histórico nacional, sin cultura política y sin cultura general puede emitir ideas descabelladas, sin asidero a la realidad que vive, como los troles que impulsa Zapote que se quedan en el ataque a los títulos de los artículos críticos, o en los ataques a los mensajeros y no en el análisis de los mensajes, porque su cacumen no da para tanto.

Características de las dictaduras y tiranías son la represión política, la ausencia de libertades y derechos ciudadanos, la violación constante de los Derechos Humanos, la represión directa y brutal de las distintas formas de disidencias organizativas y políticas respecto al tirano o dictador, el control de los medios de prensa y de comunicación social, la imposición de restricciones a la libertad de prensa, de información y de pensamiento, cierre de periódicos o medios de comunicación, confiscación de libros o impedir y confiscar la entrada de libros en las aduanas, la exclusión o prohibición de partidos políticos, la eliminación del pluralismo político, la prohibición y restricción de los derechos de movilización y protestas ciudadanas, las detenciones arbitrarias de ciudadanos, la imposición de mecanismos coercitivos y de temor en la ciudadanía en general, de hacer valer el temor reverencial al dictador o el tirano, el uso y abuso de las instituciones de Estado para perseguir y amedrentar ciudadanos, las amenazas directas, abiertas y solapadas a las instituciones universitarias, en su funcionamiento, como centros generadores de conocimiento y de pensamiento crítico, la vigilancia política de los ciudadanos, detenciones arbitrarias de personas políticamente identificadas, y, actualmente, el establecimiento de redes oficiales y no oficiales de comunicación y de información del gobierno actuando en la descalificación de las voces disidentes, de los opositores e infundiendo miedo y amenazas.

Algunos de estos elementos sí se vivieron desde 1948 hasta 1969, especialmente para aquellos que se tenían como miembros activos o militantes de los partidos de izquierda. Algunas de estas medidas impulsadas al calor del marco de la Guerra Fría y su anticomunismo mundial.

Por ello, tal vez, eso solo podría decirlo la izquierda política, particularmente el partido Comunista o Vanguardia Popular, que se le impidió participar en procesos electorales desde 1948, para la elección de la Asamblea Nacional Constituyente, hasta 1975 cuando se eliminó su traba constitucional, que invalidó el Decreto No. 195 de la Junta de Gobierno, del 17 de julio de 1948, que lo ponía fuera de la ley. No recuerdo, sinceramente, que esos términos, de dictadura y tiranía, fueran usados contra los partidos políticos gobernantes de aquellos años o para caracterizar los gobiernos o el sistema democrático político que se vivía entre 1948-1975, o a sus presidentes.

El propio presidente Chaves en sus alocuciones, diatribas y peroratas, de vez en cuando, encaja la palabra “comunista” para estigmatizar, adjetivar y provocar hacia una persona un cerco de incredulidad, o falsedad, o simplemente de baja piso, sin entender ese concepto de “comunista”, porque no conoce el ABC de esa teoría, acudiendo únicamente al estereotipo peyorativo que se le da en la tradición anticomunista, del período de la Guerra Fría, y de la confrontación socialismo-capitalismo del siglo XX.

En su primera calificación, de dictadura perfecta, el presidente Chaves, extendió su afirmación a los últimos 75 años de ejercicio gubernativo y de alternabilidad de 18 gobiernos, donde ha habido 16 personas que los han ejercido, dos de ellos repitiendo una presidencia constitucional, José Figueres y Oscar Arias. En su segunda perorata mantuvo el período de 75 años, habló de tiranía y no de dictadura, eximiendo de responsabilidad dictatorial o tiránica al presidente Abel Pacheco. ¿Y al partido Unidad Social Cristiana, que escogió y puso a la gente a votar por Abel Pacheco, lo eximió de su responsabilidad gubernamental de ese período presidencial de Abel Pacheco? ¿Fue ese partido dictatorial o tiránico en ese período de Abel Pacheco? ¿Acaso ¿Abel Pacheco fue maná del cielo? ¿Quién lo escogió y financió como candidato? Es cómo preguntarse: ¿Quién escogió a Rodrigo Chaves como candidato presidencial? ¿Con cuántos grupos de personas y pequeños partidos políticos se reunió para valorar y proponer su candidatura? Esa candidatura sí fue paracaidismo político puro. ¿Se impuso en el partido Progreso Social Democrático como tirano y dictador, o bajo un proceso democrático interno de ese partido? ¿Y, la escogencia de las candidaturas a diputados en ese partido fue democrática, o fue impuesta por mecanismos dictatoriales, tiránicos, autoritarios o mesiánicos de quien iba a ser el candidato presidencial?

En estos 75 años de historia nacional, desde 1949, desde el gobierno de Otilio Ulate Blanco, no ha habido una sola dictadura militar, de partido único, personalista, monárquica, constitucional, comunista, contra revolucionaria, fascista, nazista, teocrática o dinástica. En este último aspecto no creo que el presidente Rodrigo Chaves conozca las investigaciones del poder que hizo Samuel Stone, que hace descansar los orígenes, prácticamente, de toda la casta gobernante nacional en un pequeñísimo grupo de conquistadores y gobernadores coloniales, que le podría dar fundamento para establecer tan solo las inter relaciones de familia de muchos gobernantes, con las viejas autoridades dominantes de la colonia.

Señaló el presidente Chaves, cómo característica de esta dictadura y tiranía perfecta, que ha tenido y vivido Costa Rica, que quienes llegaron a ejercer el gobierno lo hicieron por mecanismos que válidamente los eligieron en procesos electorales, como el mismo presidente Rodrigo Chaves fue electo, para el período de gobierno 2022-2026.

Obviamente, en su discurso hizo ver que en estas dictaduras y tiranías, estos tiranos y dictadores, y sus partidos políticos, manipularon el panorama político para lograr y consolidar sus gobiernos indefinidamente, engañando a los ciudadanos, a los electores, al pueblo electoral, que es el que decide y escoge el presidente, y a los diputados, de que eran los gobiernos de esos ciudadanos, cuando en la realidad eran gobiernos de esos dictadores y tiranos, que gobernaban para ellos, y su núcleo reducido de amigos y de quienes los apoyaban económica, financiera, política y productivamente.

Puso de relieve el presidente Chaves lo que los comunistas teóricamente señalaron de los gobiernos republicanos, representantes de los intereses burgueses y oligárquicos, que eran formas dictatoriales de gobierno en contra de las mayorías sociales y trabajadoras. Por eso Lenin planteó la tesis de la Dictadura del Proletariado, no por establecer una dictadura por sí, sino para señalar que la Dictadura del Proletariado era un régimen más democrático y amplio que la Dictadura de la burguesía o de la oligarquía, reducida a la democracia de un grupo social más pequeño. Chaves desnudó los gobiernos de los últimos 75 años en Costa Rica. Al único que no dejó chingo fue a Abel Pacheco.

El presidente Chaves no ha entendido que el gobierno suyo, para la Historia, es el gobierno del partido Progreso Social Democrático, que es el partido que se reconoce como partido gobernante, el que ganó en las elecciones. Como él reniega de ese partido, trata de que la Historia lo reconozca como el dictador, el tirano, el dirigente autoritario y despótico que quiere ser. Los tiranos y dictadores no tienen partidos. Sus partidos son sus “personas”, lo que ellos encarnan por sí mismos.

No pudo Rodrigo Chaves acudir al expediente de señalar que todos los gobiernos, desde 1949 hasta hoy, habían sido resultado de golpes de Estado, de autogolpes, de levantamientos militares o policiales, porque no tenemos ejército desde 1949, ni tampoco ha sido resultado del mantenimiento en el poder de un solo partido político, porque no hay en el país un sistema de partido único, ni hay, ni ha habido, una monarquía absolutista gobernando.

En los últimos 75 años, período que comprendió Rodrigo Chaves, todos los procesos electorales han sido organizados, dirigidos y confiados, para todos sus efectos, al Tribunal Nacional Electoral que se había constituido en 1946, que la Junta de Gobierno de la Segunda República, en 1948 bautizó Tribunal Supremo de Elecciones, y en la Asamblea Nacional Constituyente le dieron la independencia política administrativa como la tenían los otros poderes del Estado. En el año 1948 y 1949 este tribunal organizó procesos electorales para integrar una Asamblea Nacional Constituyente y para darle un contenido humano al Poder Legislativo que acompañaría el Presidente Otilio Ulate, a partir del 7 de noviembre de 1949, con lo cual se restableció, por la ruptura de 1948-1949, el orden constitucional de la República de Costa Rica, en esta nueva etapa, la Costa Rida de la Segunda República.

El presidente Chaves tal vez sí sea el último presidente de la Segunda República, de lo que va quedando para constituirse en una República de Segunda, con la desestructuración que se le está haciendo y con la liquidación del Estado Social de Derecho que la ha caracterizado.

¿Será o llegará a ser el presidente Rodrigo Chaves Robles el representante más idóneo del dictador y tirano, que ejerza el gobierno, el mando del Poder Ejecutivo, de una nueva República, una Tercera? ¿Hacia eso aspira? ¿Lo dirá alguno de los miércoles que vienen? Tal vez no sea una mala idea para él, solo que no la podrá llevar a la práctica porque no puede reelegirse consecutivamente, salvo que se imponga por la fuerza violentando el régimen democrático que tenemos que para él es una dictadura o una tiranía perfecta.

¿Qué diferencia habría entre una dictadura o una tiranía perfecta y un gobierno ilegítimamente originado? Las elecciones de 1944 José Figueres las consideró ilegítimas. Eso le validó su idea de tumbar al gobierno de Teodoro Picado, con ayuda internacional, de la Legión Caribe. La sublevación la impidió Otilio Ulate al encabezar la oposición política en 1946, a la muerte de León Cortes, y proponer la espera a las elecciones de 1948, en donde si hubiera fraude se levantarían en armas, como sucedió con la anulación de la elección presidencial de Ulate. Lo demás es historia conocida.

Si Rodrigo Chaves considera que se vive, y se ha vivido, en Costa Rica, bajo una tiranía y una dictadura perfecta, la pregunta que debe responder es: ¿cuál es su salida política frente a esa dictadura y tiranía perfecta? ¿Las elecciones del 2026, equiparándolas con las de 1944 y 1948? ¿O el golpe de Estado, o autogolpe de Estado ya, para enderezar el orden republicano democrático del país, que según él está amarrado por una telaraña de intereses bien consolidados, de esa dictadura y tiranía perfecta, de ese grupo macabro, tenebroso de los expresidentes de la Segunda República, exceptuando a mi querido y apreciado Dr. Abel Pacheco, que pasan conspirando contra él y su gobierno?

Un consejo público al Presidente Chaves: solicite, Presidente, en la Sala Garbo, que le pasen en privado y con su gabinete, o en la guarida de jaguares de Zapote, la película “Fata Morgama”, que la han de tener en archivo, que analiza la incomunicación, si no recuerdo mal. Léase, de Carlos Marx y Federico Engels, si tiene tiempo, “El Manifiesto Comunista”, un librillo viejo, de hace muchos años, de 1848, que tal vez tenga alguna vigencia; el “El 18 brumario de Luis Bonaparte”, “La burguesía y la contrarrevolución”, de Carlos Marx y, de Lenin, por lo menos, “El Estado y la Revolución”, “Qué hacer”, ¿La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”, y el “Trabajo del partido entre las masas”, con lo cual tal vez, si entiende estas lecturas, pueda mejorar su discurso de la dictadura y la tiranía de clases, y de la naturaleza dictatorial del poder en Costa Rica, y pueda mejorar el trabajo organizativo de sus partidos políticos hacia las elecciones del 2026, con la gente del Purral, de las zonas rurales, y marginadas que moviliza en sus giras nacionales. Enséñeles la organización y la lucha antiburguesa y anti oligárquica que ha desatado contra todos los presidentes de la Segunda República, sus partidos políticos y lo que ellos representan diferente a Usted y sus jaguares.

Compartido con SURCOS por el autor.

Ni dictadura ni tiranía. Tampoco la democracia ideal

Gerardo Hernández Naranjo

Tenemos una democracia liberal representativa fuerte en procedimientos, a la que el neoliberalismo ha vaciado de contenidos (Libertades, Derechos, Equidades, Igualdades) y ha debilitado la capacidad de respuesta a necesidades y demandas de la población (Resultados).

Se han reforzado las lógicas del libre mercado al tiempo que se han debilitado los mecanismos distributivos y solidarios de nuestro Estado Social de Derechos.

Por eso el sistema democrático ha perdido apoyo y la población está más propensa a escuchar la promesa de dar resultados aunque sea con prácticas autoritarias.

Hoy estamos en una nueva fase del neoliberalismo, impulsada por Chaves (no hay cambio), aderezada de más autoritarismo, populismo, matonismo, mentira, bullying político, berrinches, etc. etc. (ese es el cambio), que amenaza ahora también la parte más sólida de nuestra democracia: la de los procedimientos (Estado de Derecho, Competencia Política, Participación, Rendición de cuentas vertical y horizontal).

¿Lo vamos a permitir?

Solo hay un camino para evitarlo: renovar y reforzar nuestro sistema democrático, retomando el camino de la distribución de la riqueza, la justicia social, los mecanismos de solidaridad y la profundización de los derechos de todas y todos.

Costa Rica ya conoce parte de ese camino: hacer desde la política lo que el mercado por sí mismo nunca hará: una sociedad más justa, equitativa, solidaria y pacífica.

Al borde del abismo

Adriano Corrales Arias

Adriano Corrales Arias

Los responsables de la catástrofe política que estamos padeciendo son quienes firman un comunicado en contra de la arriesgada afirmación que realizara el actual “mandatario”: hemos vivido la “dictadura perfecta”. Me refiero a los expresidentes vivos. Algunos de ellos ya habían intentado algo semejante. Oscar Arias, por ejemplo, señaló, años atrás, que la fórmula era una “dictadura en democracia”. Y lo ejemplificó: se reeligió en contra de la Constitución Política y comandó la aprobación de un tratado de “libre” comercio por medio de un referéndum fraudulento.

Así las cosas, debemos aceptar que quien desgobierna este país lleva bastante de razón. La oligarquía costarricense ha construido un sistema a su medida, especialmente en términos electorales –sistema bipartidista hasta que se les agotó la credibilidad y hubieron de improvisar con el PAC– y de dominio ideológico a través del sistema educativo, de los consorcios comunicativos –“prensa canalla”– y de las redes sociales. Ello les ha permitido –es sólo un ejemplo entre muchos– la elección del presidente actual apostando por “el menos malo”. El miedo ha sido clave para ese rejuego electorero; así eligieron a los dos presidentes del PAC, previo diseño del espantajo fundamentalista o ideológico. Claro que el actual desgobernante pregona y aspira a la dictadura total.

Pero fueron el PLUSCPAC y sus turecas electoreras –liberticidas y neo pentecostales, entre otros– quienes provocaron y prepararon la llegada del fenómeno de derecha incrustado en Zapote. La guerra que hoy se libra es entre grupos de poder de la misma oligarquía –“tradicionales” versus “nuevos ricos”, alineados cual mafias-– en procura de la mejor porción del pastel privatizador y de la apertura en dictadura para los buenos negocios. El pueblo llano no cuenta para nada en esa cruenta batalla. Al contrario, lo está perdiendo todo con el desmantelamiento del Estado Social de Derecho, sin saberlo. Lo peor y doloroso: apoyando y aplaudiendo ese desmantelamiento.

De modo tal que estamos en una encrucijada –neoliberal–, la peor de nuestra historia reciente; atrapados sin salida puesto que no hay oposición ni se vislumbra, en el oscuro horizonte, opción política alguna. La crisis de los partidos y del movimiento social es tan profunda que produce más que desasosiego. Si se agrega la ilegal criminalización de la protesta social –aprobada en el segundo gobierno del PAC y apoyada por casi todos los partidos– más la represión simbólica en todos los estratos de la vida pública, el panorama se torna más gris todavía.

El mayor peligro reside en una masa desintoxicada que se cree y hace suyas todas las falacias del neo dictadorzuelo y sus cajas de resonancia, incluidas las dañinas e impunes granjas de troles o los nuevos “medios de comunicación” que, día con día, desinforman y producen falsas noticias a favor del régimen al mejor estilo OTAN, Trump, Bukele o Milei. He allí la nebulosa base social para asestar el golpe final al Estado Social de Derecho y su institucionalidad, ya maltrecho de por sí.

Lo que costó un largo proceso histórico durante el siglo XX, mismo que desembocara en una cruenta guerra civil (1948), para forjar un nuevo contrato social, hoy se deshace en el aire despedazado por un grupo de empresarios angurrientos y la insaciable presencia del capital transnacional. El discurso totalitario cala en los sectores sociales burlados por la propia contrarreforma neoliberal iniciada por el PLUSCPAC en los años ochenta del siglo pasado.

El trapito de dominguear de la oligarquía y del imperio usamericano –“la centenaria democracia sin ejército”, “la suiza centroamericana”, “el país más feliz del mundo”– se ensucia y se hunde en sus propias arenas movedizas, agenciado con brutalidad por los nuevos actores de las espurias finanzas y del poder local. Requiescat in pace.

Los Tribunales de Probidad y de Sanciones Inmediatas

Lenin Chacón Vargas*

Los Tribunales de Probidad y los Tribunales de Sanciones Inmediatas se crearon por decretos en mayo de 1948 y se disolvieron por decreto en noviembre de 1949.

Se crearon y funcionaron durante la postguerra de odios exacerbados, espíritu de venganza y ambiente de violencia política, a la sombra de un gobierno de facto que gobernó como dictadura.

Entre las obras de la historiadora, profesora e investigadora de la Universidad de Costa Rica, Claudia Quirós Vargas, me interesa destacar su libro “Los Tribunales de Probidad y de Sanciones Inmediatas”, de la Editorial Costa Rica. En esta obra de historia política, jurídica y social Quirós Vargas nos habla de causas y objetivos de la creación de estos Tribunales, los mecanismos y procedimientos legales aplicados, personas sobre las que tuvieron jurisdicción, resultados de los juicios seguidos, las sanciones decretadas y los beneficios aportados a los ciudadanos y al Estado.

Según la autora, “este Tribunal va a tener su proyección en el campo de la estrategia política, porque coadyuvará a la realización de dos objetivos, el primero, asegurar la estabilidad de la Junta de Gobierno; el segundo, decidir la inmediata proscripción del Partido Comunista”. pag.17.

Partiendo de esos dos objetivos que señala la historiadora, me permito hacer la siguiente reflexión.

Con la sublevación sediciosa de Figueristas y Ulatistas José Figueres da el Golpe de Estado al presidente Constitucional Lic. Teodoro Quirós y se instala como presidente de facto. Quien había prometido “libertad electoral y rescate de la democracia” para justificar su levantamiento armado, ahora en el poder incumple los pactos, crea los Tribunales y promulga los decretos para la represión, encarcelamiento y exilio contra quienes habían pactado con él la finalización de la Guerra Civil de 1948. ¡Olvidó sus consignas libertarias!

¿Ironía del destino de José Figueres, acompañada de sarcasmo? Hay que leer su libro “El Espíritu del 48”, para entender los intereses bélicos, políticos, los métodos de terror, campañas de miedo y falacias utilizados desde 1942 a 1949 y en la posguerra las tergiversaciones de acontecimientos históricos y de los beneficios obtenidos para la Patria y los trabajadores con la revolución social entre 1940 y 1948.

El decreto 105 de junio de 1948, ilegaliza al Partido Vanguardia Popular y más de 150 sindicatos. En ese proceso de ilegalización y disolución de sindicatos y la Confederación de Trabajadores de Cosa Rica, participa activamente el Presbítero Benjamín Núñez que era ministro de Trabajo, el mismo que por mandato de su General José Figueres Ferrer, firmó el pliego de Garantías del Ejército de Liberación Nacional al Partido Vanguardia Popular para el desarme y poner fin a la Guerra Civil. Pliego que fue entregado a Manuel Mora Valverde en la Embajada de México el 19 de abril de 1948.

Con esos decretos y esos Tribunales se inaugura un largo periodo de persecución política y mutilación de las libertades públicas republicanas, de las propias garantías sociales constitucionales, negando a miles de costarricenses el derecho al sufragio, la libertad política electoral, la libertad de prensa, de pensamiento, de reunión y de organización sindical y política, el derecho a huelga y la convención colectiva, se promueve el exilio de Manuel Mora Valverde y Carmen Lyra, el encarcelamiento y exilio de militantes del Partido Vanguardia Popular.

La historiadora Claudia Quirós en su libro nos dice: “Mi interés en este tema se fundamenta en que este, como otros tópicos relevantes del periodo no ha sido investigado. Considero que es aquí donde radica la importancia de mi trabajo que, por supuesto no pretende agotar ni decir la última palabra al respecto, mi objetivo primordial es motivar a otros investigadores a que profundicen en este tema, y no dudo contribuirá a dilucidar la Historia contemporánea de nuestro país”.

Creo que mucho se ha avanzado con los nuevos historiadores e investigadores en lo que va de este siglo y aún falta mucho por hacer.

Algunos juristas costarricenses, por ejemplo, el Lic. Vargas Fernández, en el debate sobre estos Tribunales argumentó que eran: “un gran error del Gobierno, que representan un regreso a la Edad Media”.

Para el Lic. Fernando Guier Esquivel … se asemejan a organismos de la “Santa Inquisición”.

El Lic. Celso Gamboa, diputado de la Constituyente, expresó: “Ya en la práctica había llegado al convencimiento de que se procedía tan solo animados por odios y venganzas; que los asuntos se resolvían a base de pasión, de intrigas, de mezquinos recursos”.

No hay duda de que esos Tribunales y los objetivos señalados dieron pie para legalizar la persecución y la violencia política, extender las prácticas arbitrarias y provocar crímenes políticos, como el Crimen del Codo del Diablo, donde fueron asesinados Tobías Vaglio, Lucio Ibarra, Federico Picado, Octavio Sáenz, además de un nicaragüense de apellido Sotomayor, y Don Carlos Aguilar.

El crimen cometido contra Horacio Montiel, Edwin Vaglio, Mónico Hernández, presos en la Penitenciaría Central por decisión de esos Tribunales, sacados y llevados hasta el lugar conocido como La Cangreja, donde fueron cruelmente asesinados los tres militantes comunistas.

Me parece importante transcribir un párrafo que se lee en la contraportada, en el que dice la autora: “Reconocemos con profundo desengaño que la corrupción administrativa no es nueva en nuestro país, y lo que más desalienta es saber que el Tribunal de Probidad más bien fue otro instrumento de corrupción, dado que por su medio se enriquecieron otros sectores de la sociedad. Y que por tal razón este Tribunal no tuvo trascendencia ni proyección histórica. De lo contrario, cómo explicarnos la persistencia del peculado, la malversación de fondos, las estafas, el soborno, la extorsión, el contrabando etc. de las administraciones posteriores a 1948 y tan en boga en el presente”.

En la página 9 la autora dice “A la memoria de Carlos Luis Fallas, (Calufa) el líder popular que en los momentos más adversos mantuvo su honestidad y supo ser fiel a sus ideales”. Un emotivo reconocimiento al líder que los Tribunales llevaron a la cárcel por haber robado unas gallinas para alimentar a su tropa.

Vale recordar que ningún comunista fue encontrado culpable de corrupción ni actos criminales. La Historia más bien reconoce a Carlos Luis Fallas por evitar el fusilamiento de algunos alzados detenidos en la guerra y destaca haber salvado la vida del señor Fernando Ortuño Sobrado soldado en las filas figueristas durante la guerra civil

Creo que hoy se puede afirmar que el juicio de la Historia reivindica a los políticos y militantes ilegalizados, perseguidos, a los clandestinos y clandestinas, entre 1948 y 1970 y terminaron absueltos.

Por el contrario, la Historia nos enseña que lo que se llama “Junta Fundadora de la II República” o “Gobierno de facto que gobernó como dictadura”, y sus integrantes y subordinados, actúo con violencia política contra sus adversarios y les negó las libertades que prometían defender.

No hablo de sentencias o declaraciones de culpabilidad, hablo del reconocimiento histórico justo a la probidad de los comunistas, entiéndase: honradez, integridad y rectitud en el actuar.

Debe reconocerse la reivindicación de daños morales y perjuicios a quienes fueron perseguidos y encarcelados sin existir delito, lo que enaltece aún más la limpia trayectoria histórica de los comunistas.

Una vez estando preso por razones políticas en Parrita, en marzo de 1964 recibí de mi Padre un telegrama, que dice, «prisión, cuando no hay delito enaltece al hombre, junto con ustedes me siento orgulloso, abogados en acción» días después los cinco detenidos fuimos absueltos. Los carceleros eran excombatientes Figueristas.

Para terminar, quiero conmemorar a todas y todos los que alguna o muchas veces estuvieron en prisión en el periodo de los Tribunales de Sanciones Inmediatas y en los tiempos de la posguerra sin causa penal, que los días o meses de cárcel los enaltezca, debemos sentir orgullo de la vida militante.

A seguir caminando, viendo en el horizonte la utopía.

¡Por memoria, por verdad y por justicia, nunca olvidar!

*Militante comunista 1961 1991, en el presente militante sin Partido.

12 de abril de 2024.

Debate en línea: “Nicaragua: ¿una dictadura sin fin?”

Este próximo miércoles, se llevará a cabo un debate en línea sobre Nicaragua, en conmemoración del 45 aniversario de la Revolución Sandinista. El seminario web, organizado por la Fundação Fernando Henrique Cardoso, la Fundación Puentes para el Desarrollo y @CADAL, abordará temas relevantes sobre la situación actual del país.

Expertos como Enrique Sáenz, ex diputado de la Asamblea Nacional de Nicaragua, y Mónica Baltodano, ex comandante de guerra de la Revolución Sandinista y destacada opositora al actual régimen nicaragüense, participarán en este debate. La mediación estará a cargo de SergioFausto, científico político y director general de la Fundação FHC.

La transmisión se llevará a cabo el 3 de abril de 2024 a las 2:00 p.m. (Hora Centroamérica).

Para más información, registrarse y ver la transmisión, puede acceder al siguiente enlace: https://acortar.link/MuBG6d

Cordialmente invitados e invitadas a sintonizar la transmisión.

Descalabro electoral innecesario

Rodolfo Cardenal

La ansiedad del adicto al poder pudo más que la prudencia del ilustrado. En lugar de aguardar los resultados oficiales de una autoridad electoral favorable a su causa, Bukele se autoproclamó ganador absoluto de la elección presidencial y legislativa. La reelección estaba asegurada de antemano. Por tanto, la serie de irregularidades en todas las fases del proceso electoral, que autorizan a descalificarlo como fraude, era innecesaria. La ambición desmedida de poder vició el proceso de principio a fin. La inconstitucionalidad de la reelección desembocó en la autoproclamación cuando apenas había comenzado el conteo preliminar y no se había procesado ningún acta de la votación legislativa. Los países amigos, encabezados por Washington, cayeron en la trampa y le siguieron el juego al felicitarlo sin datos oficiales.

La autoproclamación y las congratulaciones validaron una elección con más votos que empadronados, con votos fraudulentos, con actas incongruentes y contradictorias, con papeletas y actas extraviadas, con fallas graves de logística para resguardar la seguridad del voto y con la plataforma informática caída. Por falta de datos, el triunfo legislativo de Bukele es mera especulación. La ausencia de soporte electrónico impidió el escrutinio. El fiasco es tan clamoroso que la autoridad electoral dispuso abrir las urnas para contar los votos. Los partidos de la oposición hablan de anular las elecciones. En ciertos sectores de la opinión pública se habla de fraude. Desde los tiempos de la oligarquía militar y su partido de las manitas no había habido un fracaso de esta envergadura. En esto, el oficialismo se ha superado. Por asegurar lo seguro, se pasó.

El descalabro organizado por la autoridad electoral no sorprende. Es reflejo fiel de cómo la dictadura gestiona la administración pública. Es tan incompetente que ni siquiera pudo disimular el fraude. Después de la autoproclamación de Bukele, calificó cínicamente las elecciones como “un éxito”. Si la debacle es triunfo, qué será el fracaso. Desde 1992, la institucionalidad electoral no había dado muestras de una incapacidad tan escandalosa, que no solo deja por el suelo su credibilidad, sino que también le ha costado al país millones de dólares. No sería extraño, entonces, que la abstención aumente en la elección municipal.

El triunfo de Bukele es indudable, pero debe ser matizado. Hay indicios sólidos de que solo votó alrededor del 40 por ciento, es decir, la mayoría de la ciudadanía no acudió a las urnas. Por tanto, Bukele obtuvo una abrumadora mayoría solo entre ese 40 por ciento que votó. Dicho de otra manera, la mayoría de la población no votó por él. Tampoco la de la diáspora. De confirmarse, este dato demostraría que si su popularidad es real, no se tradujo en votos, o bien, esa popularidad no es tan alta como dicen las encuestas.

Consumada la reelección de Bukele es saludable preguntar qué se puede esperar razonablemente en los próximos cinco años. Esa cuestión se puede desglosar en otras dos: el para qué y el para quién de la reelección. Hasta ahora, Bukele ha sido incapaz de concretar qué hará en el segundo mandato. Ante la falta de novedades, cabe esperar más de lo mismo: militarización, seguridad y represión, eventos con repercusión internacional y megaproyectos como el nuevo estadio chino. Por otro lado, la reelección no es para aliviar las penurias de las mayorías, que tendrán que conformarse con más diversión y algún que otro reparto de alimentos. Ellas no son la prioridad de la dictadura. Antes que ellas se encuentran la familia presidencial y sus socios, los beneficiarios directos de la reelección.

La primera fase de las elecciones generales ha puesto en evidencia la similitud del oficialismo con los partidos tradicionales, la némesis de Bukele. El oficialismo hunde sus raíces en la peor tradición de la política nacional. En nombre de la gobernabilidad para una presunta transformación que no asoma por ningún lado, ha impuesto un partido único, que reproduce el partido de los militares de antaño. El atavismo es más poderoso que unas presuntas aspiraciones de novedad. La transformación en marcha se disfraza de seguridad y prosperidad para revisitar un pasado que sumió al país en una sangrienta guerra civil.

La reelección pudo haber sido un triunfo nítido y brillante de la popularidad de Bukele. La insensatez del adicto al poder total la descarriló. Bukele y sus consejeros se han metido innecesariamente en un berenjenal de consecuencias imprevisibles. El delirio le impidió consumar convincentemente la inconstitucionalidad de su reelección.

* Rodolfo Cardenal, director del Centro Monseñor Romero.

Fuente: https://noticias.uca.edu.sv/articulos/descalabro-electoral-innecesario