Comentario sobre la situación en el Líbano
Por Carlos Meneses Reyes
Gracias al Dr. Víctor de Currea de Lugo, por tan calificado artículo sobre la realidad del momento histórico del sionismo de Israel contra los pueblos palestino y sirio. Lo intitula “Hezbolá versus Israel. Septiembre negro de 2024”. El resumen recién-histórico que hace en el escenario de expansión, invasión y devastación de las fuerzas armadas sionistas en Palestina y territorios del Líbano, economiza tiempo o intentos por una mejor reseña de explicación sobre el tema.
La década de 1980 resalta lo crudo de la situación en Palestina y el Líbano. Resulta de referencia, para prevenir sobre el desenlace de la invasión de tropas sionistas israelís al territorio libanés, hasta llegar a la capital, Beirut. Aventura que concluyó con la derrota a ese ejercito por parte de las milicias de Hezbolá. Esa experiencia, nos permite concluir, que hoy Israel-por ningún motivo- intentará invadir, con infantería, el territorio libanés. Mal haría si procede en contrario. Esto, Dr. Currea de Lugo, resulta determinante precisar, ante el incremento del conflicto, que coloca a Israel, al asilamiento, por el cierre de sus fronteras terrestres para comunicación con el mundo. El ejército sionista es de poderío en tecnología de punta, fuerza área y armas estratégicas tierra-aire-tierra; pero no en número de disponibilidad de tropas; como tampoco han demostrado escala dominante en ese aspecto. Israel sionista no cuenta con leva, que signifique un alistamiento masivo y obligatorio de soldados. La población israelí no es homogénea. La mayoría de sus habitantes provienen de migraciones diversas de diferentes regiones del mundo. Son un Estado sin Constitución política y resulta cuestionable lo de una nación judía. El rechazo de la población israelí es inminente; buscando una solución política y pesa la oposición de los judíos ortodoxos a esos planes militaristas. Sin parcialidad, se observa un panorama de fin del Estado sionista de Israel. De su desaparición; emergiendo la única solución de un Estado palestino, en que quepan todos…
Los sionistas, presentan al mundo, una réplica de asaltar y acometer al Líbano, tal cual lo han hecho con la Franja de Gaza y la ocupada Cisjordania. Pero no existe punto de comparación. Comenzando por lo extenso del territorio libanés (10.400 Km2) y el de la Franja de Gaza (2.000Km2). Israel no acudió a una estrategia de invasión y/o control territorial sino al nauseabundo recurso del genocidio. En Gaza no se ha producido una guerra, ni combates ente contrincantes, sino un crudo genocidio, en el que el objetivo ha sido, las mujeres y los niños, para evitar la multiplicación y potencialidad de futuros fedayines, en el campo de la lucha liberadora del pueblo palestino. El objetivo primordial del ataque al Líbano, consiste en desbastar al sur del Líbano, para impedir que las milicias de Hezbolá ataquen al norte de la ocupada Palestina- bajo dominio de ocupación del ejercito sionista- y así garantizar que regresen las 70.00 familias de colonos sionistas, apostados en ese territorio y hoy desalojados, con la inminente carga de costo político para el inviable Estado de Israel. Una invasión terrestre al Líbano repercutiría en Haifa, la importante ciudad-puerto del invasor Israel; que garantiza una única presencia en el litoral Mediterráneo de 63,7 Km2 y dado que es significativa la extensión de costas sobre el mar Mediterráneo, que corresponde a la Franja de Gaza. Ni que mencionar sobre la inminente debacle económica que amenaza en ciernes al “Estado de Israel”, así reconocido por las NNUU. Ya en el complicado mercado financiero y bursátil se nota; pese al apoyo mundial del capitalismo sionista. Comienza a escasear el mercado importador (bienes y servicios) y exportador de alta tecnología, de esencia vital para Israel. Los grandes descubrimientos de gas, en las costas del mar mediterráneo, en la ocupada Palestina, se extienden hasta el sur del Líbano; agregando un elemento al interés expansionista de Israel, en esa región conflictiva.
Una movilización de tropas a el Líbano implicaría el corte de importaciones para Israel y por ende cundiría la hambruna en su población. He ahí “el talón de Aquiles” del expansionismo sionista. Dudaran en exponerse, sabiendo que no vencieron ni borraron del mapa a Hammás; mucho menos lo harán con Hezbolá, considerada la milicia mejor armada del mundo y con capacidad de comportarse como un ejército regular e implementar la guerra de güerillas, conforme lo denoten las circunstancias. Se estima en más de 100 mil efectivos su componente militar, sin contar sus ramificaciones armadas dentro de la población.
Es de destacar, Dr. Currea de Lugo, la referencia que hace usted sobre el comportamiento de los menonitas (movimiento cristiano anabaptista). Hoy no poseo conocimiento de la capacidad miliciana y de fuerzas falangistas de ellos. Pero si recuerdo el rechazo militante contra ellos, quienes apoyaron la invasión de las tropas sionistas contra el Líbano en 1980; cohonestando en la masacre contra palestinos y sirios en los campamentos de refugiados en Sabra y Chatila, en el año de 1982, con el resultado de 3.500 inmolados. Los menonitas no pueden, desde entonces, objetar- ante el mundo- exculpación de conciencia. Al parecer, los expansionistas israelís, no cuentan, para esta aventura, con asomo de apoyo de cristianos, chiitas, sunitas, drusos; lo cual dificulta el aspecto psicológico de sumisión de opinión a sus acciones vandálicas.
SABRA Y CHATILA, apartes de la inmortal canción de Alberto Cortez: “¿A dónde estaba el sol cuando sonaron los ecos desatados de la ira?… ¿A dónde estaba Dios …, ¿A dónde estaba yo, en qué galaxia, insensible leyendo la noticia?… con tu arrogancia… ¿A dónde está la voz del abogado fiscal de la razón y la justicia? ¿No será que sus leyes derogaron en Sabra y Chatila?… ¿De qué me estás hablando amigo mío?… ¿O acaso estaba yo con los soldados…Tal vez quiera llegar hasta mi puerta? Quizá ya esté a la vuelta de la esquina. Ya fue abierta la herida y sigue abierta en Sabra y Chatila”.
La invasión de Israel a el Líbano, fue para acabar con la OLP y con Yasser Arafat. En 1983, Israel es desalojado del Líbano por Hezbolá. En el año 2000, Israel certifica que Hezbolá no volvería a atacar el norte de la sometida Palestina. Sobre el destino de los 5.000 cascos azules desplazados en el Líbano, ante la ineficacia del organismo de Naciones Unidas, en relación con la violación y desconocimiento del Derecho Internacional (DI) y el Derecho Internacional de Los Derechos Humanos (DIDH), por parte de Israel, en Palestina, no significa peso de equivalencia en el actual conflicto.
Hoy, 28 de septiembre de 2024, se anuncia que Israel, en bombardeo matutino, contra territorio de significación política y administrativa en la capital Beirut, asesinó al líder máximo de Hezbolá Sayyed Hassan Nasrallah. Según la mass media, Hezbolá lo ha reconocido. Nasrallah, desde 1992, dirigió a esa organización político-militar. Se comunicaba por medios televisivos dirigiendo a la poderosa fuerza militar de la nación árabe. No aparecía en público, desde hace años, cuidándose de un atentado contra su integridad personal por parte de Israel. Los largos tentáculos de Israel, llegan a Beirut y aseguran los voceros militares sionistas, a cualquier lugar de Irán. De preciso y calculado califican el asesinato, sin reparar en las victimas colaterales. No se descarta la infiltración de agentes sionistas en estructuras de Hezbolá. Israel revela el asesinato de más de 12 jefes de unidades de Hezbolá, durante los últimos meses. Pero al actual nivel del conflicto en el Líbano, esas bajas no determinan su desenlace. Ambas partes sopesan la permanencia, del mismo, en el tiempo. Aunque Israel asegura mantenerse en esa tónica por más de 10 años; la respuesta de Hezbolá y obvio, de Irán, es de más calculo y conveniencia. Las columnas del ala iraquí de Hezbolá se movilizan hacia el Líbano. No se puede calificar de tensión; como de agudización terminal del conflicto. Uno de los objetivos de Israel es lograr que los miles de colonos sionistas regresen a las tierras ocupadas en el norte de palestina. Sin embargo, ya Nasrallah, había sentenciado que eso “nunca” se cumplirá. «Ninguna escalada militar, ningún asesinato o ninguna guerra total conseguirán el regreso de los residentes (del norte de Israel) a la frontera” con Líbano, proclamó.
En la inevitable comparación o semejanza de 75 años de lucha palestina por su liberación; sin igualarla, ni excederla, con la lucha armada colombiana, por la liberación definitiva contra la oligarquía criolla y el Imperio; la figura de Nasrallah, para mejor comprensión de esta lectura, semeja con la de Manuel Marulanda Vélez. Ambos no vieron el final de los desenlaces. Lo cierto a afirmar es que, a diferencia de lo sucedido con el legado del legendario guerrillero colombiano, lo consecutivo, cual su muerte, no será la claudicación de los principios de liberación de Hezbolá; como si su permanencia en el ataque diario al invasor hasta tanto se enzarce, esos dos ejércitos, en la imposición de voluntad liberadora contra el sionismo mundial.