Este martes 8 de febrero, en el programa Saber Vivir UCR 870 AM, se tocó el tema de los derechos humanos y resultados de las elecciones, a cargo de los miembros de la junta directiva de OIDHCR, la representación fue hecha por medio de la Licda. Gloriana Rodríguez y Marco Castillo.
El programa se transmitió por medio de Facebook Live de OIDHCR.
Nuestro pueblo tiene este domingo su elección más grave desde que tengo memoria: entre el hundimiento definitivo de nuestro Estado Social de Derecho o el rescate y nuevo fortalecimiento de sus mejores valores y prácticas.
Cabe recordar en esta coyuntura el bello poema de don Joaquín Gutiérrez Mangel, publicado en Chile en 1975, en su libro “Te conozco, mascarita”:
Canción de cuna para despertar a un niño
Este pueblo era un árbol sin viento, Esta sangre una copa de vino, Este puño un pedazo de plomo Este rostro un espejo vacío Y mi niño era un pájaro ciego Y era el hambre un lagarto amarillo.
Cuando el niño miró y ya miraba Y la sangre al andar se hizo río Y anidó un ventarrón en el árbol Y el lagarto sacó su cuchillo Sólo entonces el hierro fue fragua Y fue el sol en tus labios un lirio Aquel rostro fue océano de rostros Y fue el pueblo huracán encendido.
Si buscando que el sueño descienda Una madre le canta a su hijo Este canto lo cantan los padres Que no quieren que siga dormido. Y que saben que un puño es un toro Y cien toros un ancho camino, Y la lucha es el rojo salmón Que remonta, saltando, los ríos.
La actividad se dividirá en siete temas que serán abarcado a lo largo del día.
Actividad se transmitirá en el canal de Youtube Universidad de Costa Rica Sede de Occidente
Este 6 de febrero, a partir de las 10:00 a.m. y hasta las 7:00 p. m. la Sede de Occidente ofrecerá un espacio de intercambio académico desde distintas disciplinas de las Ciencias Sociales, con la intención de aportar al debate público frente a la jornada electoral costarricense 2022.
Según la M.Sc. Esperanza Tasies, coordinadora del Programa de Investigación, la actividad busca incidir en la agenda pública, con el aporte de académicos que ofrecerán sus criterios sobre el proceso electoral. Añadió que desde el programa y la carrera es una obligación generar este tipo de actividades en beneficio de la sociedad.
De esta forma, especialistas en Ciencias Sociales realizarán un análisis de los siguientes temas: contexto macroestructural de las elecciones nacionales en Costa Rica, grupos de poder presentes en las elecciones nacionales 2022, el abstencionismo en las elecciones nacionales 2022, urgencias país 2022-2026, género y mujeres en las elecciones nacionales 2022, religión y política: neoconservadurismo en el proceso electoral 2022 y actores políticos, poder y mercado de los votos en las elecciones nacionales 2022.
Los académicos invitados son: Dr. Roberto Ayala, M.Sc. Esteban Arias, M.Sc. Esperanza Tasies, M.Sc. José Carlos Chinchilla, M.Sc. Marcela Piedra Durán, Msc. Alberto Rojas Rojas y el Dr. Randall Blanco.
Según Tasies las personas invitadas presentarán diferentes aristas y perspectivas de interés para la población, sin embargo, son perspectivas sobre el mismo tema, “lo que convierte el ejercicio en un espacio objetivo y democratizador por parte de la Sede de Occidente, Universidad de Costa Rica”.
Destacó que el formato de la actividad está planeado de tal forma, que cada tema lo abarcará la persona invitada, junto a un comentarista, en este caso ese papel lo asumirán jóvenes con amplia formación y fogueo en los temas que se van a discutir.
Tasies explicó que las consideraciones para la escogencia de las personas invitadas “devienen de la diversidad de abordajes que hacen de la crisis del sistema electoral y sus distintas expresiones. Era importante que la persona académica que da la discusión general tenga investigación en campos atinentes a la discusión electoral, como fenómeno. Un ejemplo de esto lo constituyen las exposiciones de los Doctores Randall Blanco y del Sociólogo y Teólogo Alberto Rojas, que versan sobre el avance del pensamiento religioso conservador en el proceso electoral” aseguró.
Grettel Rojas Vásquez, Periodista, Sede de Occidente, UCR
Este martes 1 de febrero del 2021 a las 6:30 p.m., se llevó a cabo el conversatorio “La cultura en los planes de gobierno: un análisis desde el sector”. Se contó con la participación de:
Hazel Torres (Danza)
Esteban Monge (Música)
Emilia Fallas (Editorial)
Pablo Morales (Audiovisual)
Christopher Mora (Teatro)
En este espacio, se analizaron las propuestas de los partidos políticos que participan en la contienda electoral, para ello, se tomó como base el documento generado por un equipo de docentes y estudiantes de la Universidad de Costa Rica, en el marco del Proyecto “Voto informado”, del Trabajo Comunal Universitario: “Dialogando el presente”, el cual se puede descargar desde el siguiente enlace:https://linktr.ee/VotoInformadoUCR
SOLICITUD A LAS Y LOS CANDIDATOS A LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA DE COSTA RICA, PARA QUE FIRMEN SU COMPROMISO DE ADOPTAR ACCIONES CONCRETAS PARA LA MITIGACIÓN Y ADAPTACIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO EN CASO DE LLEGAR A SER ELEGIDOS COMO PRESIDENTES.
Las agrupaciones: Proyecto de Gobernanza sobre Cambio Climático de CR, Instituto Interamericano de Derechos Humanos, Red de Juventudes y Cambio Climático de Costa Rica, Fundación para el Desarrollo del Capital Ambiental, Asociación Regional por la Transformación Social y Ecológica ARTES-Justeco, Fridays for Future Costa Rica, miembros del Foro de Gobernanza y Derechos Climáticos y la agrupación de sociedad civil Madre Tierra, hacen un respetuoso llamado a estampar su firma, para contar con su compromiso de adoptar acciones concretas para la mitigación y adaptación al cambio climático, en caso de llegar a ser elegidos como presidentes de la República de Costa Rica.
Estas organizaciones tienen como objetivo principal, luchar por el desarrollo humano sostenible y sustentable con el ambiente y la Naturaleza, conscientes, de que las acciones del ser humano tienen un impacto importante sobre la vida en la tierra.
En una investigación, sobre los nueve sistemas o procesos fundamentales para evitar un cambio ambiental inaceptable en la Tierra, (Rockström et al. 2013), sus autores encontraron, que ya tres de estos sistemas han transgredido el “espacio de operación seguro”, en otras palabras, el límite planetario seguro para la vida como la conocemos. Estos tres sistemas o procesos son: el cambio climático, la tasa de pérdida de biodiversidad y la interferencia con el ciclo de nitrógeno, este último tiene que ver con la producción primaria realizada por las plantas y su respectiva descomposición.
En su Sexto Informe de Evaluación sobre el Cambio Climático y sus Bases Físicas- Científicas, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (ONU) identifica, sin lugar a dudas, a las actividades humanas, y particularmente a las que emiten gases de efecto invernadero, en especial el dióxido de carbono (CO2), como las principales responsables del cambio climático (IPCC 2021).
El informe es contundente al indicar que el cambio climático es generalizado, rápido e intenso y enfatiza que el momento de actuar es ahora. Las consecuencias del cambio climático van mucho más allá del calentamiento global de 1,5° C a 2° C proyectados para las próximas décadas. El cambio climático traerá alteraciones en el ciclo del agua, los patrones de lluvia y eventos climáticos extremos como huracanes y tormentas, afectando poblaciones humanas, cultivos y animales de producción.
Habrá un aumento en el nivel del mar, lo que generará inundaciones más frecuentes en zonas costeras, con el consecuente desplazamiento de muchas personas que habitan en estas áreas. En el océano ya se están dando alteraciones en el nivel de acidez del agua y la concentración de oxígeno, lo que afecta la vida marina de la cual dependen muchos seres humanos. Asimismo, se amplificará el deshielo del permafrost y la pérdida de la capa de nieve estacional y el derretimiento de los glaciares.
Todos estos cambios tendrán efectos negativos directos en los seres humanos, afectando sus modos de vida y la economía en general, desplazando personas, aumentando la migración sin planificación y acrecentando los niveles de pobreza. Se suma a estos la afectación al resto de vida en la tierra, como la extinción de especies y la consecuente pérdida de biodiversidad y la disminución de la resiliencia de los ecosistemas en general.
Las consecuencias de ignorar esta situación y no tomar acciones urgentes y contundentes podrían ser devastadoras. El Informe indica que la intensidad de estos cambios y sus consecuencias dependen de nuestras acciones inmediatas.
Como seres humanos, somos la única especie que tiene la capacidad de cambiar su ambiente. Tenemos el compromiso social y moral de tomar acciones urgentes para procurar disminuir los efectos del cambio climático.
Preocupados por esta alarmante situación las organizaciones arriba consignadas, proponen una serie de acciones concretas para la mitigación y adaptación al cambio climático, que el candidato o candidata que asuma la Presidencia de la República (2022-2026) puede impulsar mediante políticas y proyectos dentro de su plan de gobierno:
Alcanzar la Carbono neutralidad (cero emisiones netas de CO2) para el año 2050 siguiendo el Plan de Descarbonización 2018-2050.
Limitar la emisión de otros gases efecto invernadero, principalmente el metano.
Disminuir la pérdida de biodiversidad.
Garantizar la protección de los bosques y procurar el aumento de la cobertura forestal, especialmente con proyectos que beneficien a las personas que conservan estos bosques fortaleciendo programas como el Pago por Servicios Ambientales.
Disminuir el uso de pesticidas en la agricultura.
Promover el desarrollo y uso de tecnologías que reduzcan o eliminen la emisión de gases de efecto invernadero.
Promover la electrificación del transporte público y privado y trabajar para que el transporte público sea eficiente y moderno.
Dado que muchos efectos del cambio climático han empezado ya y se acrecentarán en los próximos años, es importante prever y planear acciones de mitigación, en especial para los sectores de la población más vulnerables.
Fortalecer un sistema de medición de los resultados de las acciones tomadas para disminuir los efectos del cambio climático.
Garantizar que los ministerios y otras entidades públicas y privadas adopten el Plan de Descarbonización y lo usen como guía para su planificación estratégica.
En mi calidad de candidato (a) a la Presidencia de la República de Costa Rica, para las próximas elecciones a celebrarse en el mes de febrero de 2022,
Yo,cédularepresentantedel partidome comprometo a incorporar a mi plan de gobierno 2022-2026, las acciones citadas en esta carta abierta e impulsar políticas públicas, programas, proyectos y estrategias prospectivas, que ayuden a mitigar los efectos del cambio climático, disminuir los factores que lo causan y facilitar la adaptación de los costarricenses a los efectos de este reto mundial.
El pasado jueves 20 de enero, la Facultad de Ciencias Sociales, la Escuela de Sociología y el Posgrado en Sociología realizaron la presentación de resultados de la investigación: Apelaciones político-religiosas en las elecciones presidenciales en Costa Rica: un estudio de caso.
En ese espacio se conversó acerca del caso de las elecciones presidenciales de Costa Rica en el año 2018, y se contó con la participación de:
Dr. Randall Blanco Lizano, profesor e investigador de la Escuela de Sociología
Asimismo, como comentaristas participaron:
Msc. Argentina Artavia, docente de la Escuela de Ciencias Políticas.
Dr. Rotsay Rosales, docente de la Escuela de Ciencias Políticas.
Siguiendo la discusión electoral para este 2022, profundizamos algunos ejes temáticos de interés tales como economía, conservación, energía o agua, que tienen alguna implicación para la gestión o cercamiento de nuestros bienes comunes.
A partir de una lectura de los planes de gobierno, identificamos algunas tendencias en las propuestas y argumentos que nos parece importante problematizar sobre qué tipo de política ambiental se está legitimando, y cuáles son las ideas dominantes de estas propuestas.
Asimismo, le proponemos algunas preguntas para conversar en torno a las carencias o ausencias de las propuestas expuestas en los planes de gobierno. Esto con el fin de invitarle para repensar el tipo de política electoral que estamos construyendo como sociedad y sus implicaciones en torno a los bienes comunes naturales.
Puede consultar todos los planes de gobierno a través del sitio web del Tribunal Supremo de Elecciones por medio del siguiente enlace: https://www.tse.go.cr/fichas/candidaturas/P
Si usted después de haber escuchado, leído u observado las propuestas de los 25 partidos políticos que luchan por la Presidencia de la República 2022-2026 en diferentes formatos tiene muchas dudas sobre cómo cumplirán con sus promesas, o de dónde sacarán los recursos financieros para hacer lo que anuncian, o si tras de ver debates, leer planes de gobierno o ver anuncios sigue sin comprender bien las implicaciones ocultas en lo que ofrecen, no se preocupe.
Desde el Trabajo Comunal Universitario (TCU) Dialogando el Presente de la Universidad de Costa Rica, surge la revista Voto informado con apoyo de la plataforma UCR Electoral. Dicha revista abordará las propuestas contenidas en los planes de gobierno de las 25 personas postuladas para concursar por la Presidencia del país en ocho ejes temáticos: 1) política económica, reactivación económica, empleo y pobreza, 2) arte, cultura, deporte y recreación, 3) reformas al Estado, instituciones públicas, 4) transparencia y corrupción, 5) ordenamiento territorial, 6) educación, ciencia y tecnología, 7) Ambiente y 8) seguridad y salud. Pese a ello, tendrá nueve ediciones, ya que el primer eje temático se publicará en dos partes, donde en la primera se abordarán las políticas económicas, y en la segunda la reactivación económica, el empleo y la pobreza.
Además de presentar las propuestas en un lenguaje de fácil comprensión, se presenta el contexto, la metodología, de dónde se obtendrá el financiamiento para realizar lo expuesto en dichos planes, y su fundamentación legal, económica, jurídica, ambiental o de otra índole que la haga viable y posible, siendo así que se dejan por fuera del análisis aquellas propuestas que no son concretas en esos parámetros.
La coordinadora del TCU de marras y docente de la escuela de Ciencias Políticas, Rebeca Gu Navarro, detalló cómo fue todo el proceso de trabajo con el estudiantado en medio de una modalidad virtual exigida por el contexto sanitario actual. «Desde el TCU trabajamos desde el proceso socioeducativo con apoyo a la política, se trabajó con los estudiantes con el fin de sacar un producto, finalizando el año junto con un grupo de estudiantes sacamos un grupo de ejes temáticos y cada quien se repartió las propuestas de un partido político por eje temático».
Para Gu Navarro todo producto que ayudase a enriquecer la iniciativa y que aportase insumos era válido «Desde el año pasado el grupo de estudiantes fue sintetizar la información, luego se habló del formato, se unió la FEUCR (Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica), el proceso ha sido trabajo en línea, con discusión, comunicación, complemento con otros productos como los debates, los Diálogos desde los territorios, los conversatorios…Acá hemos hecho alianza con el CIEP, teníamos otra iniciativa como Diálogos Territoriales, todo giraba cómo pensar la política desde la ciudadanía y no desde los escenarios tradicionales. Le hemos venido dando seguimiento al trabajo, hay un compromiso, no sustituye los planes pero sí condensa con el criterio operativo, cómo, de dónde se iban a obtener los recursos, y cuál iba a ser el procedimiento, así como un criterio de viabilidad».
Finalmente Gu Navarro negó que durante el proceso se hubiera llamado a los partidos para evacuar ninguna duda sobre los planes de gobierno, ya que para ella los documentos debían ser lo suficientemente comprensibles por sí mismos como para que no quedara más que resumir lo propuesto.
Usted puede presenciar el lanzamiento de la iniciativa por el Facebook Live de la FEUCR a partir de este viernes a las 11:30 am, o puede sintonizar las transmisiones de lanzamiento de las siguientes ediciones los lunes, miércoles y viernes hasta el 2 de febrero. Puede consultar los ejemplares disponibles en el sitio https://linktr.ee/VotoInformadoUCR
Sergio Rojas Peralta, docente de la Escuela de Filosofía e investigador del Instituto de Investigaciones Filosóficas
Foto: Anel Kenjekeeva, UCR.
Se carece de un proyecto común, lo cual es un problema de la clase política, pero también de la ciudadanía en general
Nos invaden candidaturas llenas de una cierta arrogancia de poder resolver los problemas, sin haber explicado tan siquiera en qué consisten
Las elecciones se avecinan. Con mucha prisa y poco debate. Precipitados y precipitadas sobre la elección, vemos cómo candidatos y candidatas balbucean sus ideas. Sí, las balbucean, mejor o peor según los casos, pero lo que hacen es balbucear, si no simplemente expresar una letanía de desgracias que no comprenden ni entienden cómo afrontar. La política nacional ha consistido en los últimos decenios en predicar abstractamente un cambio. El problema de la abstracción radica en imaginar un futuro mejor, desearlo, pero nunca decir cómo se alcanza ese futuro. Incluso cuando se indican unas ciertas políticas que señalan la descarga económica de la ciudadanía, no se indica nunca las consecuencias negativas que implican esas políticas: gastar más y suprimir impuestos es genial, pero ¿cómo?; privatizar todo, como si todos y todas tuviésemos espíritu empresarial –como si el hecho de convertirnos en comerciantes a todas y todos resolviera el asunto-, y un largo etcétera. Veinticinco propuestas para estar mejor: claro, ¿quién no desea estar mejor? Pero eso no basta. ¿Qué es entonces necesario?
Viendo los perfiles de quienes se postulan a la presidencia o a una diputación, sale a la vista que dentro de los primeros, primeras, la mayoría ha ocupado como mucho un puesto de diputación. Y dentro de los segundos, si no se formulan como repitentes para una diputación, no han ocupado cargo público alguno. ¿Cuántos y cuántas conocen las complicaciones y dificultades de la administración pública desde dentro? ¿Quiénes saben que deben lidiar con una clase funcionaria que no es electa y que está siempre ahí y que el cambio les mortifica –por decirlo claramente-? Cuando se estudia los perfiles presentados ante el Tribunal Supremo de Elecciones, se ve que la mayoría no ha ocupado un cargo público. ¿Qué significa esto?
Hay por lo menos un optimismo ingenuo según el cual llegar a presidente o presidenta, a diputado o diputada resuelve las cosas. Pero parece que esto significa varias cosas.
Primero, nos encontramos la idea muy acentuada y extendida según la cual ocupar los puestos superiores resuelven las cosas. Resuelven las cosas como si los mandos intermedios o incluso las bases (hablo de las instituciones, no de los partidos) no pudiesen, no quisiesen intervenir u oponerse según sus conveniencias, ¿acaso la conveniencia de cada uno no sea defendida? Parecen nuevos.
Segundo, nos encontramos la creencia igualmente extendida que los problemas se resuelven haciendo leyes. Promulgar más leyes, además del batiburrillo administrativo que produce, no significa nada, si no va acompañado de un cambio cultural en la administración y en la ciudadanía. Si hay corrupción, se prefiere hacer más leyes que aplicar las leyes –sobre al interno de las instituciones-. Estudiado está el hecho de que la ley por sí misma no cambia las cosas. Alguien la debe ejecutar y parece que el problema no radica que en tengamos malas leyes o una mala constitución –lo cual además académicamente no ha sido demostrado-, sino en que no parece que estemos dispuestos a aplicarlas o, incluso diría, a someternos a ellas. Dicho así, no sé por qué ser libertarios o por qué ser anarquistas, si en el país parece cada cual hace como le parece sin mirar a quién, sin mirar la ley.
Tercero, muy en consonancia con el primer punto, que por una reputación o una genialidad, se trataría de las personas candidatas de personas superiores –muy a pesar de ver que sus cualificaciones dejan mucho que desear, no ya del conocimiento que puedan tener de la cosa pública, sino del simple hecho de saber expresarse oralmente en público, unos más, otros menos-. Nos invaden candidaturas llenas de una cierta arrogancia de poder resolver los problemas, sin haber explicado tan siquiera en qué consisten, menos aún de los métodos… Caídos del cielo, estas potencias angélicas –y además parece que entre los y las votantes se espera a un ángel o a una santa o algo similar para ocupar los cargos- nos vienen a iluminar. Prefiero al viejo y pobre Diógenes que provocadoramente busca de día con su lámpara en mano a alguien honesto. Resulta curioso que pocas personas candidatas hayan sido regidoras, concejales o alcaldes, antes de aspirar a puestos de presidencia o diputación. Sin mencionar el hecho según el cual, les da la impresión de que pueden hacer o proponer lo que les venga a la mente. La presidencia o una diputación tienen el inconveniente –agravante, se podría agregar- de poder proponer más o menos cualquier cosa, lo cual no ocurre con los otros puestos o puestos inferiores a esos. Esto subraya el desconocimiento de la cosa pública por parte de las personas candidatas.
Al margen de las cosas estructurales, que son ya muchas y muy graves, nos encontramos con el hecho de ver candidaturas oportunistas. Es parte de la naturaleza humana. Las pruebas Faro no nos inmunizarán contra eso, y seguramente no habrá prueba alguna que forme la personalidad y el carácter para evitar soñar despiertos, ni considerar que se tiene la panacea en el botiquín. No bastó que un candidato en los años ochenta se opusiera a que un expresidente intentara lanzarse. No bastó que ese candidato, una vez presidente, no hiciera lo propio para volver, él sí, a lanzarse y, además, con éxito. No bastó ver un candidato perder, hay que verlo volver veinte años después. Y también, nuevamente, otro expresidente. Y todos, llenos de una sabiduría –a veces cuántica, es decir, para el caso, a veces sí, a veces no-, no tienen el reparo de venir a arreglar las cosas que en parte echaron a perder.
Pero no basta con todo ello. Hay aún que escuchar los discursos de izquierda y de derecha como si de la década de los sesenta se tratara y escuchar la perorata de que el sector privado esto y el sector público aquello. Curiosamente, ambos sectores funcionan –perdón por la exageración, quise decir disfuncionan- en el mismo tono. Tanto en uno hay que esperar seis meses para un repuesto –no vaya a ser que las bodegas se llenen- como seis meses para ser operado. Exagero, pueden ser más meses evidentemente. El problema del país es la cultura institucional y nuestras candidatas y candidatos, a la presidencia o a las diputaciones solo juegan con sus puestos, con sus oportunidades, pero no parecen plantear nada serio con lo cual trabajar.
La democracia está fundada sobre una apuesta sobre los cargos elegibles. O al azar –cosa que en algunas ocasiones los atenienses de la Antigüedad estuvieron de acuerdo- o por pocos requisitos –una cierta edad y poco más, como en nuestro caso-. En 2018, acabadas las elecciones, se discutió sobre los requisitos para ocupar el cargo en diputaciones. La democracia no apunta a lo mejor, ni a los méritos, sino a la representatividad. Es problemático, porque evidentemente cualquiera esperaría tener a la persona mejor formada o mejor preparada para ocupar los puestos. Y de hecho, nos preparamos para evaluar las candidaturas según una cierta idea abstracta de lo mejor –la abstracción no es monopolio de los políticos, también forma parte de la construcción del imaginario de quienes votan-. Y entonces, no formulamos legalmente muchos requisitos, pero evaluamos como si cumplieron unos espléndidos pero abstractos requisitos (porque tampoco tenemos una buena medida para medir los “méritos”). Pero esa no es la definición de la democracia; es la de la aristocracia.
En consecuencia, ¿deberíamos resignarnos a los peores? Aristóteles, por muy conservador que fuera –que lo fue-, apuntaba, al contrario de alguna aristocracia, que el gobierno no debía quedar en mano de los mejores –y lejos que estamos, de todas maneras, y habría que discutirlo, porque lo mejor de nuestra ciudadanía no está en las papeletas-, sino en los comunes, entreviendo que en el común hay una inteligencia –hoy diríamos colectiva- que en una cierta consonancia es capaz de atender los problemas. Nuestro problema radica en que en los últimos años nos hemos dedicado a producir disonancias, polarización, en lugar de ser capaces de dialogar. Esto se confirma por la cantidad de candidatas y candidatos. Al mismo tiempo, las propuestas de quienes se postulan son abstractas, simples, tal vez simplistas, poco generosas en la exposición y en ese sentido poco planificadas y ambiciosas a largo plazo. Y las personas candidatas entre sí se critican sobre la misma abstracción –ya sabemos que no van a votar por los demás, pero podrían hacer las preguntas que la ciudadanía no tiene oportunidad de hacerles-. Las abstracciones no se combaten con más abstracciones. Además, en algunos casos parecen ignorar el funcionamiento de la administración pública, lo cual hace que las propuestas sean más abstractas aún, al punto que parecen tener que ocupar el cargo para hacerse una mejor idea de lo que hay que hacer (faltaría entonces experiencia).
El conjunto de tantas propuestas, a veces las mismas, complica la labor de los y las votantes. La tarea no es sencilla y está cargada de responsabilidad. ¿Acaso deberíamos terminar votando al azar? ¿Acaso en realidad simplemente no faltan más candidatos, unos cinco millones más, para que el proceso al azar fuera más exacto? ¿O simplemente el voto, aunque no siguiese ese “método” aleatorio, no terminaría siendo al azar incapaces los electores y electoras de ver las diferencias significativas? Si últimamente se ha vuelto cada vez más común pasar a una segunda ronda, quizás no sea simplemente por la cantidad de propuestas que dividen los votos, sino porque de manera natural se instala un modo “selectivo” que responde más al azar que a la preparación de la clase política –si tal clase lo es efectivamente-, a la falta de propuestas concretas y ejecutables, a la falta de un conocimiento suficiente –informado, como dice el TSE-. Tal vez expresen los y las candidatas representativamente las diferencias, pero muestra la carencia de un proyecto común. Y esto es tanto un problema de la clase política como de la ciudadanía en general.
Sergio Rojas Peralta, Docente de la Escuela de Filosofía e investigador del Instituto de Investigaciones Filosóficas, UCR
El 77% de la población encuestada reconoce que la manera en cómo ejercen su voto puede mejorar las acciones en el futuro. Foto: Anel Kenjekeeva, UCR.
Estudio pretende orientar el diseño de políticas públicas viables basadas en evidencia con enfoque de economía verde y perspectiva de género.
Con el objetivo de elevar el debate democrático en Costa Rica mediante evidencia sólida y verificable, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica (UCR) presentaron este miércoles los resultados de la Encuesta Nacional “Construyendo una Ruta Común hacia el 2030” (ENCORU 2021).
ENCORU 2021 expone la valoración que tienen las personas del sistema democrático, las instituciones, el rol del Estado, la igualdad, la discriminación e imaginarios políticos entorno a lo ambiental. Por ejemplo, 77 % de la población encuestada reconoce que la manera en cómo ejercen su voto puede mejorar las acciones en el futuro, incluyendo la forma en la que se aborda el desempleo, la desigualdad y la discriminación, sin embargo 56,5 % tienen poco o nada de interés en la política y 70 % señalan que los partidos políticos actuales no representan sus intereses y aspiraciones.
Otros de los principales resultados del estudio, destacan:
53,4% de las personas indicó que tiene mucho orgullo u orgullo de vivir en el sistema político de Costa Rica, aspecto que se refuerza con el 83,7% que indicó que la democracia es preferible a cualquier forma de gobierno, y del 53% que indican que están satisfechas o muy satisfechas con la forma en que funciona la democracia en Costa Rica.
La mayoría de las personas entrevistadas cree mucho en la validez de establecer procesos pacíficos para encontrar soluciones y expresarse como el diálogo (58,5%), formar comisiones con representantes de diversos sectores (56,6%), así como buscar una persona mediadora (48%); porcentajes que pueden aumentar a más del 80% si se considera también las respuestas que consideran “algo” válido estos mecanismos.
El 86% de las personas considera estar muy de acuerdo y de acuerdo que, en igualdad de condiciones, votarían de igual forma por un hombre o por una mujer para ser presidente o presidenta, diputado o diputada y alcalde o alcaldesa.
La mayoría de las personas consideran que la igualdad entre hombres y mujeres debe estar presente en los diferentes ámbitos de la vida, como el educativo y laboral.
Las personas consideran, en más del 95%, que las empresas privadas, municipalidades, el Estado y los vecinos tienen la responsabilidad de proteger el ambiente / los recursos naturales.
Los principales retos expuestos son:
El 95% de las personas entrevistadas indicaron que en Costa Rica no todas las personas viven bien. Al consultar por quiénes son esas personas que no viven bien, el 41% identificó principalmente a las personas de bajos recursos económicos o en pobreza extrema, así como las personas desempleadas (17,2%).
Destaca también la responsabilidad que asignan las personas al Estado costarricense para alcanzar objetivos asociados a protección de grupos de población en situación de vulnerabilidad (niñez, personas adultas mayores, condición de pobreza), derechos de las mujeres, acceso a educación y salud, derechos laborales y protección de víctimas de violencia.
El 45% de las personas indicaron no tener ninguna disposición para el pago de impuestos, aunque estos sean para mejorar servicios públicos. Pero en contraposición un 41% indicó estar muy de acuerdo o de acuerdo con pagar más impuestos para mejorar programas públicos de educación y salud dirigidos a las personas más pobres del país, hecho que nos dice que las personas tienen disposición siempre y cuando se conozca el uso de dichos recursos.
6 de cada 10 personas afirmaron haber sido discriminadas en al menos una oportunidad, lo cual señala que este es un tema que merece mucha atención. Las razones más comunes para ser víctima de discriminación corresponden a la condición económica o social (35,6%), edad (32,4%) y sexo (20,7%).
Al evaluar que tan difícil es la vida para las personas en Costa Rica, se encontró que el 77% identifica que son las personas con discapacidad las que presentan mayores dificultades, seguido por ser nicaragüense o indígena (57%), LGBTI (41%), mujer (34,5%), afrodescendiente (29,5%) y joven (21,5%).
“El derecho al voto, que no es la única forma de participación, pero sí un componente fundamental del sistema democrático, debe ejercerse lejos de la desinformación y las noticias falsas, del dogmatismo y el populismo, de la intolerancia y la discriminación. Es necesario que la reflexión que anticipa la asistencia a las urnas se sustente en un conocimiento claro de los problemas nacionales y comunitarios y la valoración de las mejores propuestas para atenderlos”, puntualizó José Vicente Troya, Representante Residente del PNUD.
Por su parte, Johnny Madrigal, Director de la Escuela de Estadística destacó que “es de vital importancia contar con la aplicación de estudios de opinión que permitan mantener el pulso de la percepción y creencias de tienen las personas sobre la realidad nacional, ya que este tipo de insumos apoyan a identificar los retos que deben atenderse como país”.
Sobre la metodología
La encuesta se realizó a una muestra de 703 entrevistas, entre el 18 de agosto y el 22 de octubre del 2021, considerando un nivel de confianza del 95% y un error del 3,7%. La población de estudio fue todas las personas mayores de 18 años, costarricenses o residentes con más de un año de estar en el país, al momento de aplicar la entrevista, con teléfono celular activo.