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Etiqueta: empleo

Empleos “peor es nada”

Luis Paulino Vargas Solís

Economista/Director CICDE-UNED

Trabajar en una piñera es estar bajo el yugo de un régimen laboral abusivo, que maltrata la dignidad humana, a extremos que a menudo merecerían ser considerados los propios de un sistema de semiesclavitud. Pero es que, además, la explotación piñera provoca graves daños ambientales y múltiples prejuicios a la salud humana y animal. La contaminación de mantos acuíferos está bien comprobada, con perniciosas repercusiones para las poblaciones vecinas y elevados costos para el AYA.

Los trabajadores de las piñeras, como asimismo quienes viven en las comunidades aledañas, lo comprenden perfectamente. Y, sin embargo, no ocultan la preocupación que les ocasiona pensar que las piñeras pudieran irse. Reunido en una oportunidad con vecinos de Pavón de Los Chiles, me lo expresaban con claridad: “queremos que se regulen las piñeras, pero no queremos que se vaya, porque si no ¿en qué trabajaríamos?”.

¿Será acaso posible regularlas y al mismo tiempo retenerlas? Es que, en realidad, su rentabilidad depende de un doble subsidio: el que le proveen los trabajadores a través de jornadas laborales bárbaramente extenuantes y salarios ridículos; y el que la colectividad les da, al permitirles dañar gravemente la naturaleza y afectar la salud humana y animal, sin ni siquiera solicitarles alguna compensación a cambio. Regular, como me decían en Pavón, supone corregir tales excesos. Y, entonces, ¿se mantendrían las piñeras en operación?

El cultivo de la piña.

Recordemos, por otra parte, el caso de la minería a cielo abierto en Crucitas. Hablar de “sostenibilidad” –como lo hace nada menos que el Colegio de Geólogos– es un oxímoron. Como hablar de un sol radiante a medianoche. Es imposible desarrollar una mina de este tipo sin que tenga importantes impactos en el paisaje, los bosques, la vida silvestre y el agua. Pero hoy nos dicen que haber frenado aquel proyecto que Oscar Arias definió como de interés público, implicó perder la oportunidad de brindar empleo a las comunidades vecinas. En su lugar, nos recuerdan, se ha establecido un tráfico clandestino del oro, que también tiene consecuencias ambientales negativas, y diversas repercusiones sociales adversas.

Lo anterior, sin embargo, deja abiertas importantes preguntas.

Primero, y aparte las consecuencias ambientales que este tipo de minería trae consigo, ¿de qué tipo de empleos estamos hablando? No son, en general, ocupaciones calificadas ni bien remuneradas, y es una actividad que, por su misma naturaleza, comporta considerables riesgos laborales. Además, la explotación minera tiene un ciclo de vida bien delimitado. Y luego, y aparte la destrucción ambiental, ¿qué les quedaría a las comunidades?

Segundo, y visto que el proyecto minero se cayó, ¿qué ofrecía la clase política como alternativa? Evidentemente nada. De haber existido esa alternativa, Crucitas no estaría atrapada en la situación deplorable que hoy se observa. Barajaban dos opciones: el “peor es nada” de la minería, o la nada desnuda. Se impuso esta última.

Lo cierto es que vivimos una época de marcada involución en la calidad de los empleos: inestables y precarizados, mal remunerados, con agravado irrespeto incluso a las más elementales normas laborales. Es sintomático que a las personas trabajadores del sector público, se les reclame airadamente gozar de estabilidad en sus trabajos. O sea: tener un empleo digno deja de ser un derecho y comienza a ser visto como privilegio aberrante. Y hay gente que gustosa se come esa torta envenenada: les parece que inestabilidad, incertidumbre y atropello son el estado deseable de las cosas, tan natural como las lluvias en pleno octubre. La dignidad no parece ser un valor que estas personas aprecien. Tales es la grave intoxicación que provoca el “ethos neoliberal”

Uber es, en muchos sentidos, icónico. La precarización es su alimento, a la vez que su hábitat. Se la defiende señalando que genera empleo. Y es cierto: provee empleo a personas que no lo tienen o a quienes sufren la urgencia de un segundo o tercer empleo. Pero es un empleo sin derechos ni protección alguna. Más aún: es un modelo que logra trastocar las bases tradicionales de funcionamiento del capitalismo, donde se suponían que los riesgos del negocio eran asumidos por el empresario capitalista. No más. Uber queda exenta de cualquier riesgo. Lo suyo es recolectar ganancias y llevárselas.

Y siendo que, para éxtasis y gloria del “consumidor”, Uber es más barato que el taxi tradicional, también es cierto que el milagro no es milagroso en absoluto: evadir todas las obligaciones sociales es solo una procaz forma de dumping. Uber reduce costos y tarifas evadiendo todas las responsabilidades que cualquier ciudadano que se respete sí cumpliría. En ese particular, Uber y las piñeras se dan la mano.

No se me malentienda: no tengo nada, ni remotamente, contra quienes se redondean unos cinquitos trabajando con Uber. Les guardo absoluto respeto, mucho más puesto que son víctimas de un modelo cuyo combustible es la irresponsabilidad.

Uber también es parte del juego de los empleos “peor es nada”. A más no haber, es menos malo trabajar en Uber que no trabajar del todo. Quizá las condiciones no sean tan groseramente agraviantes como las que se observan en las piñeras. Pero el problema de fondo es similar.

El empleo es territorio minado para las élites en Costa Rica, lo mismo la clase política, el empresariado o el poder mediático. Es tan grave y, en particular, tan pertinazmente grave, que les lanza un desafío que las deja petrificadas. Su única respuesta es, cada vez más, las ofertas “peor es nada”. Al mismo objetivo apunta la flexibilización de las jornadas laborales: que si los negocios no caminan bien, no será la empresa la que deba plantarle cara al ventarrón. No, al menos, en primera instancia. El problema –o sea, y de nuevo, los riesgos– se trasladan a las personas trabajadoras, mediante la reducción de su jornada y su ingreso salarial.

Pero el desafío va mucho más allá, y abre interrogantes de dimensiones oceánicas: automatización, robotización e inteligencia artificial y la perspectiva ominosa de la destrucción masiva de empleos.

Corresponde generar alternativas, puesto que las actuales élites gobernantes nada ofrecen.

 

Tomado del blog: https://sonarconlospiesenlatierra.blogspot.com/

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La “burbuja del consumo” en Costa Rica

Luis Paulino Vargas Solís

 

Vino la crisis económica mundial, que inicia en 2007 en Estados Unidos, y luego se agudiza hasta alcanzar su clímax hacia fines de 2008 e inicios de 2009.

Los efectos de aquella gran perturbación mundial, empezaron a sentirse en Costa Rica desde 2008, pero más claramente en 2009.

Después de aquello, valga enfatizarlo, la economía costarricense nunca más volvió a ser lo que solía ser.

Como si nos hubiésemos deslizado hacia una “nueva normalidad”, pero, paradójicamente, una «normalidad patológica»: gravísima crisis del empleo, pertinaz crisis fiscal, agudizados desequilibrios regionales, disminuido dinamismo económico. Todo lo cual conlleva nefastas consecuencias sociales.

Más un serio agravante: cada uno de sus síntomas problemáticos se perpetúa. Diez años después, no hay alivio a la vista.

Y, sin embargo, el período 2010-2016 fue un poquito mejor. Y ello principalmente por una razón: el empuje proporcionado por el consumo de personas y familias.

Las cosas cambiaron de 2016 para acá. Vamos cuesta abajo principalmente porque el dinamismo del consumo se derrumbó.

La pregunta inevitable: ¿cómo pudo el consumo tener tan notable desempeño si el poder adquisitivo de los ingresos de la población no ha tenido mejora alguna durante todo el período posterior a 2009 y por qué las cosas cambian de 2016 para acá?

Como dijo Cantinflas: “ahí está el detalle”. Y el detalle tiene un nombre: crédito para consumo. Por lo tanto deuda de personas y familias.

Es la burbuja del consumo que entra en fase de agotamiento a partir de 2016, y ahora nos está explotando en la cara.

La banca –en especial la privada– quiso inflarla y mucha gente se dejó arrastrar por la correntada.

La deuda proporcionó combustible al consumo que proporcionó combustible a la economía.

Ya no más.

 

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Sindicato impulsa empleabilidad en Limón

"Ante la creciente ola de desempleo que enfrentamos los limonenses y la necesidad de reinsertar al mundo del trabajo a la población afectada en Limón por el cambio en el modelo portuario, iniciamos el “Laboratorio de Innovación y Conocimiento -Programa de Habilitación para el Trabajo".

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Ser joven en los barrios marginales: creatividad en resistencia

La percepción de injusticia, la débil legitimidad de la democracia, la escasa presencia del Estado en las comunidades y la expectativa de emigrar, conforman la realidad de los jóvenes de barrios marginales en Centroamérica.

Por Carlos Sandoval García (*)

En 1987, se firmaron los Acuerdos de Esquipulas II, que prometieron la “paz duradera” en Centroamérica. Los presidentes de entonces dedicaron los acuerdos a las personas jóvenes, cuyos anhelos habían sido frustrados a lo largo de los años.

Tres décadas más tarde, cabe preguntarse qué expectativas y demandas se plantean los jóvenes, especialmente aquellos que tienen menos oportunidades. El proyecto Centroamérica Desgarrada se plantea documentar esas voces que, como ayer, demandan oportunidades.

Para ello se propuso un estudio exploratorio-cuantitativo con jóvenes residentes en comunidades o colonias populares urbanas de las capitales de Centroamérica. El Limón en Ciudad Guatemala, Nueva Capital en Tegucigalpa, Popotlán en San Salvador, Jorge Dimitrov en Managua y La Carpio en Costa Rica.

La investigación incluyó cuatro temas principales: la representación del entorno local y nacional, las demandas y deseos en torno al futuro, los medios que imaginan para alcanzar o no dichas demandas y factores sociodemográficos. Entre junio y noviembre 2017, se realizaron 300 encuestas por comunidad (1500 en total) a partir de un diseño muestral por cuotas (sexo, educación/empleo, edad) a partir de los datos sociodemográficos de las comunidades.

La percepción de la injusticia, el debilitamiento de la legitimidad de la democracia, la muy débil presencia del Estado y el sector privado en las comunidades y la expectativa de emigrar, se cuentan entre los hallazgos principales.

Para jóvenes residentes en colonias empobrecidas, no es fácil conseguir empleo. A veces porque no tienen el dinero suficiente para ir a dejar solicitudes de trabajo. Otras veces porque no tienen contactos que les presenten. Y muchas veces porque vivir en zonas marginales es motivo para descartar una solicitud. Son jóvenes “abusivos”, como se suele decir en Guatemala.

Creatividad para resistir

Durante el trabajo de encuesta en la colonia El Limón, conocí a Rogelio, un joven garífuna, originario de Livinsgton. A diferencia de sus compañeros del equipo encuestador, siempre llegaba a trabajar con una mochila grande y evidentemente incómoda.

Trabajar de encuestador implica caminar todo el día. No le tenía la confianza suficiente para indagar por qué cargaba con ese peso. Además, uno de los muchachos que también formaba parte del equipo encuestador, a menudo le hacía chistes racistas.

Rogelio respondía con un enorme ingenio e ironía. Me sorprendía lo bien que se expresaba; me dejaba la sensación de que era un activista en contra del racismo, pero también un poeta de la calle.

Poco tiempo después, Rogelio me compartió que rapeaba y que se gana la vida cantando en los camiones y autobuses urbanos en Ciudad de Guatemala. En la mochila cargaba una pequeña grabadora y un parlante que ocupaba para hacerse escuchar en medio del ruido de la ciudad.

Escucharlo nos recuerda que resistencias sin creatividad no se conectan con la vida cotidiana. Rogelio politiza la cultura y culturaliza la política con más ingenio y talento que muchos discursos enmohecidos y acartonados que no logran sintonizar con las demandas de las nuevas generaciones.

Una de sus creaciones responde el estigma que lo nombra “abusivo”:

“(…) Abusiva es esa gente que mete balas en el pecho…

Abusivas esas personas que desearon destrozar mis sueños…

Abusivo fue ese agente que a mí que quiso botar los otros dientes…

Abusivo el Presidente de Guatemala que escucha que frecuentemente gente se está muriendo

por balas y se pregunta “¿Ahora qué hago? mjm…¿será que este sillón se verá bien en mi sala?”

Abusivo aquel cabrón que se llamaba Ríos Montt que hasta el día de hoy se sigue negando su genocidio…”

 

(*)Doctor en Estudios Culturales por la Universidad de Birmingham en Inglaterra y profesor de la Universidad de Costa Rica. Trabaja en un proyecto de investigación sobre las expectativas y demandas de personas jóvenes de barriadas empobrecidas en las capitales de Centroamérica.

 

FOTO de portada: PANORAMA DIGITAL

Enviado por el autor. Fuente original:

https://nomada.gt/blogs/ser-joven-en-los-barrios-marginales-creatividad-en-resistencia/

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Costa Rica activa diálogo multisectorial sobre la igualdad de género en el empleo

  • La tasa de desempleo de los hombres es 6,6% mientras que la de las mujeres de 12%

  • Únicamente 3 de cada 10 puestos gerenciales del sector privado son ocupados por mujeres

San José, 11 de octubre de 2018. El Instituto Nacional de las Mujeres, INAMU en colaboración y con el apoyo de ONU Mujeres y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) reunieron a 70 empresas y organizaciones durante el foro Hacia una cultura de igualdad: El papel de las empresas como entes transformadores, para discutir sobre los desafíos y oportunidades para la integración de la igualdad de género en el sector público y privado. Esto es parte del compromiso del país en el marco de la Agenda 2030 y el cumplimiento de los derechos humanos.

Las organizaciones participantes provienen de diversos sectores como el tecnológico, financiero, turismo y construcción. Estas empresas compartieron sus experiencias en la implementación de prácticas y acciones, en tres temas que se consideran cruciales para el alcance de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres: la prevención de la violencia contra las mujeres, la corresponsabilidad social de los cuidados y la participación de calidad de las mujeres en el campo de la ciencia y tecnología.

El evento cerró con una plenaria para escuchar y discutir sobre acciones concretas y compromisos del sector empresarial, para que el país cumpla las metas establecidas en la Política Nacional para la Igualdad Efectiva entre Mujeres y Hombres en Costa Rica 2018-2030 (PIEG) y la Política Nacional para la Atención y la Prevención de la Violencia contra las Mujeres 2017-2032 (PLANOVI).

La ministra de la Condición de la Mujer y presidenta ejecutiva del INAMU, Patricia Mora Castellanos, presidio la actividad y celebró que cada año más empresas se comprometan con la igualdad de género.

“El origen de las brechas de género, se encuentra en la división sexual del trabajo, que se expresa en una invisibilización del trabajo doméstico y de cuido, y en la inexistencia de políticas sobre corresponsabilidad social del cuido. Si no existe una redistribución democrática de las responsabilidades de las tareas domésticas y de los cuidados no remunerados, en donde se dé el compromiso del Estado, el mercado, las comunidades y las familias, seguiremos produciendo el nudo crítico de la discriminación”, agregó Mora Castellanos.

Por su parte, Alice H. Shackelford, Coordinadora del Sistema de Naciones Unidas en Costa Rica y Representante Residente del PNUD, resaltó el rol que cumple el sector privado en desarrollar acciones e intervenciones para mejorar las oportunidades y condiciones de las mujeres en el mundo del trabajo decente y formal. “No hay y no habrá desarrollo sostenible, en tanto un 50% de la población continúe haciendo frente a la discriminación, la desigualdad y la violencia. Para cambiar esta situación e impulsar la igualdad de género, es de vital importancia fortalecer las alianzas multisectoriales. La alianza entre ONU Mujeres y PNUD (y otras agencias del sistema de NNUU) en apoyo al trabajo del INAMU, muestra el compromiso a un trabajo conjunto enfocada a la agenda 2030 y la igualdad de género”.

La desigualdad en cifras:

Sobre el Sello de igualdad de género: Las organizaciones interesadas en implementar un Sistema de Gestión para la Igualdad de Género deben contactar a selloigualdad@inamu.go.cr

 
Discurso de Patricia Mora Castellanos, Ministra de la Condición de la Mujer y presidenta ejecutiva del INAMU
Discurso de André Garnier Kruse, Ministro de Coordinación con el Sector Privado
Palabras de Alice H. Shackelford, Coordinadora del Sistema de Naciones Unidas en Costa Rica y Representante Residente del PNUD
 

Enviado por Ingrid Hernández Sánchez, Asesora Comunicación, PNUD Costa Rica.

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¿Podría Costa Rica ir por el camino de Grecia?

Luis Paulino Vargas Solís

Director Centro de Investigación en Cultura y Desarrollo (CICDE-UNED)

 

Debemos reconocer que, llegados al punto donde nos encontramos, el riesgo de que nos veamos arrastrados en una situación de crisis económica es muy cierta. Efectivamente puede ocurrir y, según como se den las cosas, podría ocurrir pronto, aunque también podría posponerse por algunos meses.

Al decir lo anterior, me baso en datos que están a la vista y que se resumen en una agudizada dificultad para financiar el déficit fiscal del gobierno. Cada nuevo intento de colocación de bonos de deuda pública que realiza el Ministerio de Hacienda, se topa con la exigencia de tasas de interés más altas y períodos de vencimiento más cortos, como también es cada vez más difícil refinanciar las deudas que vencen. Nada de esto es inocente, desde luego. Por debajo de esa superficie visible se mueven intereses poderosos, tanto locales como internacionales. Pero con decirlo –incluso con denunciarlo con encendida indignación– nada se conseguirá. Si como país no somos capaces de tomar a tiempo las medidas mínimas requeridas, de seguro nos asfixiarán. Y lo harán porque no fuimos capaces de colocar a tiempo los valladares que les cerrasen el camino y le impidiese aplastarnos.

Es una experiencia que ya hemos visto en otros lugares. Los países de la periferia europea en 2012 brindan una ilustración para mejor entender lo que pasa. En su caso, la cuestión se sintetizaba en un dato, escueto pero implacable: a la hora de tratar de colocar deuda para financiar su déficit fiscal, el diferencial entre la tasa de interés que se les exigía y el que se pagaba sobre los bonos de Alemania (tenidos como los más seguros) tendía a ampliarse cada vez más. Ello ponía en máxima tensión la sostenibilidad de sus finanzas y los empujaba hacia la insolvencia y, por lo tanto, la bancarrota. Se salvaron, no propiamente de la crisis, pero sí del colapso del Estado, gracias a la intervención del Banco Central Europeo (BCE), que anunció, por boca de su presidente, Mario Draghi, la disposición a comprar deuda soberana (o pública) en la cuantía que fuese necesaria.

En Costa Rica, esa opción no existe, no tanto porque nuestra Banco Central está lejos de tener el “poder de fuego” que tiene el BCE, sino principalmente porque las leyes costarricenses se lo impiden. El caso es que el neoliberalismo tico es extremadamente purista, a niveles que seguramente causarían hilaridad en Europa. De ahí que el establishment local de los/las economistas se ruborice y reciba con muestras de escándalo la concesión de un financiamiento por 500 mil millones de colones que el Banco Central dio en días recientes –y bajo condiciones sumamente restrictivas– al Gobierno Central. Se dio por esta vez, y, dada las limitaciones legales y la tozudez ideológica, será difícil que se vuelva a dar pronto, aún si el gobierno está a un tris de la bancarrota.

Entretanto, la economía va cada vez más débil, lo cual se visibiliza en ingresos tributarios prácticamente estancados. En consecuencia el déficit, que ya es muy considerable, tiende a crecer, de manera que, a su vez, la deuda se va inflando. Y siendo que esto último por sí solo haría aumentar los pagos por intereses, el impacto que éstos acarrean se agranda al subir las tasas. La presión sobre las finanzas pública se incrementa y los márgenes de maniobra se estrechan. Es, sin exageración, un panorama sombrío. No es broma: la crisis podría darse.

¿Significa que iremos por el camino de Grecia? Las comparaciones de este tipo son siempre riesgosas, incluso desatinadas, porque los contextos son ciertamente distintos. Por ejemplo: la deuda pública nuestra, a diferencia de Grecia, sigue siendo interna principalmente y en colones en su mayor parte (aunque el componente en moneda extranjera ha crecido mucho y de forma peligrosa). Pero también puede haber elementos en común, sobre todo porque en nuestro caso, como en el de Grecia, si la situación fiscal se sale de control, podemos quedar a merced de poderes financieros, incluso de alcance global, en capacidad de asfixiarnos.

Sin embargo, me interesa llamar la atención sobre un elemento: una situación de grave desequilibrio fiscal podría enfrentarse básicamente de dos formas: mediante una política de austeridad o mediante una esfuerzo de reactivación económica. Hay un océano de diferencia entre una y otra perspectiva, sin que ello niegue que, con seguridad, habrá que hacer todo un esfuerzo por “ordenar la casa” y corregir aquellos factores que dieron lugar a la crisis fiscal.

La vía de la austeridad le fue impuesta a Grecia y a otros países de la periferia europea, incluyendo a España, cuyo desbalance fiscal nacía no de excesos en el sector público, sino más bien del traslado a éste último de los excesos del sector privado (similar a los casos de Estados Unidos o Irlanda). Porque el crédito desordenado al sector privado y el auge especulativo de la construcción, fueron los que tumbaron la economía española y obligaron al gobierno a intervenir masivamente para sostener el sistema financiero y atenuar el impacto de la recesión. Cuando la crisis de la deuda se manifestó en Grecia (hacia finales de 2009), rápidamente se contagió a otros países de la periferia europea donde también había crecido –aunque no por las mismas razones– el déficit presupuestario de los gobiernos y su deuda pública. Declarada la crisis, a todos se les aplicó una receta talla única: recorte del gasto público y de la planilla estatal; privatizaciones; recorte de pensiones; aumento de impuestos. O sea, y en resumen, austeridad en toda la plenitud de su cruel ejecutoria. La consecuencia: una depresión económica en toda la línea, que ha implicado costos humanos y sociales inconmensurables, con secuelas irrecuperables por décadas enteras. El caso griego es, con mucho, el peor. El portugués el más benigno porque fue el primero que logro atenuar –sin revertirlas totalmente– las políticas austeritarias. El irlandés es seguramente el más engañoso, dado el carácter ficticio de sus estadísticas, infladas artificialmente por su condición de privilegiado paraíso fiscal.

La crisis de la deuda de estos países europeos se pudo haber enfrentado de otra forma:

1.Debía reconocerse que las responsabilidades eran compartidas por acreedores y por deudores. Ya Keynes vio claro este aspecto de la cuestión y lo plasmó, aunque inútilmente, en sus revolucionarias propuestas para el sistema financiero mundial post-Segunda Guerra Mundial. Lanzar todas las cargas sobre la parte deudora, corresponde a un enfoque moralizante, seudo-religioso, que complace los prejuicios de alguna gente, pero que, desde el punto de vista económico, resulta un perfecto desatino.

2.En concordancia con lo anterior, tendría que haber procesos de reestructuración de la deuda –tanto los plazos como las tasas de interés– que distribuya costos y pérdidas en forma equitativa.

3.Para poder salir de una situación de elevado déficit y deuda al alza, un requisito indispensable es lograr que la economía crezca y genere empleo. Si, por el contrario, se opta por políticas de austeridad muy restrictivas, la consecuencia inevitable es una economía en recesión y graves problemas de empleo. Ello contrae los ingresos públicos y agranda relativamente la deuda, forzando a nuevas rondas de recortes y aumentos de impuestos. En consecuencia la crisis fiscal se prolonga y los costos de superarla se agrandan. El retroceso de la economía extiende sus devastaciones sobre la sociedad y deja secuelas muy dolorosas y perdurables.

4.Una vía es clave para promover la dinamización de la economía y la generación de empleos: la inversión pública, y, preferiblemente, una inversión pública “verde” que también sea planificada para maximizar su capacidad de creación de empleos. Si lo pensásemos para el caso de Costa Rica, algunas otras cosas podrían complementar –pero jamás sustituir– el esfuerzo de inversión pública (por ejemplo: la baja en las tasas de interés bancarias y la orientación del crédito prioritariamente hacia la producción y generación de empleos).

5.La reforma tributaria que se implemente debería repartir cargas en forma justa y equitativa, y ser diseñada de forma paulatina, de modo que sea coherente –y no se contraponga– a los esfuerzos de reanimación de la economía y el empleo.

6.Y, desde luego, hay que poner en orden lo que deba ponerse en orden: los excesos, despilfarros, ineficiencias y corruptelas deben ser combatidos. Pero esto debe hacerse sobre el telón de fondo de un compromiso claro y firme con la equidad.

7.No olvidemos: que el esfuerzo goce de legitimidad política y aceptación social es indispensable. Y ello solo se logra cuando las cosas se hacen de forma dialógica, transparente y honesta, y se preserva y se hace efectivo el compromiso con la equidad y la justicia.

¿Podríamos ir por el camino de Grecia? Creo que lo que he explicado ayuda a entender que la cuestión depende crucialmente de la forma como se responda a la crisis. Es un paso que debemos dar ya, con urgencia y enérgica decisión.

 

 

Tomado del Blog de Luis Paulino Solís: http://sonarconlospiesenlatierra.blogspot.com

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Sobre el odio a los migrantes nicaragüenses y otras enfermedades sociales

Sobre el odio a los migrantes nicaragüenses y otras enfermedades sociales

Juan Carlos Cruz Barrientos

Lo ocurrido este sábado 18 con la manifestación xenofóbica es una escenificación de nacionalismo exacerbado, odio hacia la población nicaragüense y autoritarismo fascistoide largamente alimentado por sectores de la ultraderecha. Tres fenómenos que se alimentan de la irracionalidad por un lado, de la ignorancia por otro y que en común tienen un caldo de cultivo en las condiciones objetivas de vida de las víctimas del modelo económico neoliberal: desempleados, trabajadores informales y asalariados mal pagados…

Estas personas enfilan sus frustraciones hacia quienes ven como la amenaza externa a los migrantes pobres de un país con el que largamente se mantiene una relación conflictiva: la clase trabajadora nicaragüense. Sin embargo son fenómenos que deben abordarse por separado ya que la manipulación ideológica de chovinismo, el odio hacia el migrante pobre y las exhortaciones a la mano dura, son armas que tarde o temprano devienen en gobiernos autoritarios filo-fascistas que lejos de resolver los problemas estructurales, los agravan.

No podemos dar pie a ningún argumento que legitime el uso de la simbología de unidad patriótica, como es la selección nacional de fútbol, ni la supuesta relación entre migración y creciente criminalidad, para aniquilar nicaragüenses como lo pretendían los manifestantes del sábado. El supremacismo costarricense en cualquiera de sus manifestaciones, es un invento ideológico de la derecha para ocultar lo que en común tenemos todos los pueblos centroamericanos que es la creciente desigualdad social entre ricos y pobres.

Los migrantes nicaragüenses no son responsables del desempleo en Costa Rica. La causa del desempleo es el estancamiento de nuestra economía que dejó de crecer desde hace años y en eso nada tienen que ver los migrantes. Los migrantes nicaragüenses tampoco son responsables de la sobredemanda de servicios médicos en la Caja Costarricense de Seguro Social porque se trata de una migración joven que hace poco uso de los mismos. Los problemas en la calidad de atención que brinda la Caja hay que buscarlos en las malas decisiones y en la corrupción de la alta gerencia y algunos cuantos médicos inescrupulosos.

Tampoco es cierto que exista una relación estadística entre el aumento de la criminalidad y la migración nicaragüense. Dicho aumento es fruto de la actividad de las bandas de narcotraficantes y ahí tampoco tiene que ver el grueso de los migrantes nicaragüenses.

En todo caso los hechos del sábado 18 favorecen a Ortega para descalificar a los que huyen de la tiranía y de paso alimentar el desprecio hacia el pueblo costarricense. No es descartable esperar de Ortega otras sorpresas fronterizas, como autoagresiones, para desviar la atención y alimentar el sempiterno recurso del conflicto entre ambas naciones al estilo de Isla Calero.

Frente a los chistes y comentarios xenófobos, frente a la desinformación y las mentiras, frente a los llamados patrioteros, no podemos permanecer indiferentes. Una escalada del odio contra nuestros hermanos de la clase trabajadora nicaragüense tampoco resolverá los problemas estructurales que nosotros los ticos no hemos podido resolver, sólo fortalecerá a los políticos oportunistas que se valen del malestar y la frustración social para llevar agua al molino del fascismo.

UCR: Las emprendedoras de La Primavera

Este proyecto de Acción Social trabaja en conjunto con la comunidad de La Primavera de Pococí. Su enfoque principal era sobre prevención de intoxicaciones, en una zona que se caracteriza por la producción piñera, pero también se acompaña y asesora a las personas de la comunidad en la búsqueda de otras alternativas de empleo. Ahora las mujeres de la comunidad tienen una asociación de emprendedoras y junto a la U se han capacitado para producir y comercializar sus productos.

 

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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