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Etiqueta: equidad

Inventario a favor de la alegría – Giulia Tamayo

INVENTARIO A FAVOR DE LA ALEGRÍA– Giulia Tamayo, abogada y educadora popular peruana, comprometida con las más profundas causas de las mujeres más pobres y maltratadas, quien denunció internacionalmente al gobierno de Fujimori por la política de esterilizaciones forzadas y apoyó múltiples causas en defensa de los derechos humanos en todo el mundo, falleció el 9 de abril del 2014. Siete años después, retomamos su legado, su memoria, su imagen y su empuje apasionado en defensa de la justicia, la equidad y la vida. Oscar Jara Holliday

Giulia Tamayo

Cada persona somos lo que hemos amado durante nuestra residencia en la tierra, lo único que nadie podrá arrebatarnos. Amar, construir nuestra felicidad y apoyar a la de las otras personas, ésa es nuestra tarea en la vida que, demasiadas veces, se olvida o se posterga.

Yo habitaba un país con desfiles militares e himno nacional, con domingos de misal y planes de verano. En la casa familiar conocí la puerta de salida. Y a cambio conocí la palabra bienvenida. Mi noción de patria tiene julios, octubres y algún agosto que me espera. Sin desfiles militares, ni misal y una casa familiar con solo puertas de entrada. Vivir es ampliar la noción de patria.

Pasando de contiendas electorales, siglas partidarias, aritméticas políticas y sumas cero. No hay balance de pérdidas y ganancias que nos distraiga. Los corazones atentos a la vida ocupan sus horas y los espacios en acunar abrazos y osadías. Así, contra el ritual de los políticos de la bolsa, cada día es una oportunidad para la poesía.

Mantente en pie luna llena para que las olas den su testimonio. Que salga de las profundidades la estrellita de mar más pequeña con su relato. La salinidad humana de las lágrimas reclama las fraternidades de las gotas. Que hasta las rocas más arrogantes se vean horadadas en su codicia y violencia para que nadie llore en vano.

¿De dónde sacamos la garra para vivir? ¿De dónde brotan las fuerzas para desafiar lo injusto? ¿De dónde la alegría, la risa y el ingenio? De caminar con otras y también con otros, de sabernos pares que es cuando se saben ciertos los abrazos, de recorrer la memoria de la piel y de los sueños, de experimentarnos en conexión contra todo mandato y pronóstico de abismos.

En Kisangani, a las libélulas las llaman las guardianas del agua, son consideradas símbolo de la vida. Cuentan que la breve vida de una libélula es tan intensa que la prodigan sin reservas entre el río y el cielo. Al caer la noche las relevan las luciérnagas sobre el río Congo, presumiendo de estrellas. La danza de la vida no repara en otra cosa que en la vida misma. Spinoza decía que las personas libres de lo que menos se ocupan es de la muerte.

Lo que venga que me halle amando, con un inventario a favor de la alegría.

 

Imagen tomada de: https://www.marca.com/

Resistencia al Cambio, Homenaje A Carlos Lanz

Lic. José A. Amesty R.

En Homenaje y Reconocimiento al Camarada y Profesor Carlos Lanz Rodríguez, artífice de la Formación Sociopolítica, conjuntamente con un equipo interdisciplinario, quienes nos dimos a la tarea de Facilitar los Talleres de Formación Sociopolítica, por todo el territorio venezolano, compuesta por varios Ejes Temáticos, y continuamos este recorrido por ellos con el de Resistencia al Cambio.

Presentación

El material que presentamos a continuación, pretende servir de aporte al eje temático de Resistencia al Cambio. No es un material acabado, estamos trabajando la temática como nudo crítico y desde nuestro enfoque crítico-emancipador, llegando a los siguientes planteamientos:

Detrás de la Resistencia al Cambio que evidenciamos, se esconde toda una carga ideológica impuesta por un sistema de dominación, el cual hay que develar para poder avanzar en la concreción del Proyecto Bolivariano, porque de lo contrario, tal resistencia nos hace atrincherarnos de manera opositora a una propuesta que apunta hacia la inclusión e igualdad social, hacia una sociedad justa, equitativa, democrática y participativa, donde el pueblo sea autor y actor de su propio proceso. Estos aportes surgen de un proceso de investigación, registro, análisis, debates, evaluación y sistematización que este colectivo de Formación Sociopolítica viene desarrollando desde hace algún tiempo, lo cual nos permite señalar que la Resistencia al Cambio es una reacción que se produce en individuos o colectivos de manera consciente o inconsciente y que reproduce valores de dominación, en este caso capitalista.

Es posible que nuestros planteamientos estén orientados desde una sola óptica, pero consideramos estratégico dar a conocer que muchas de nuestras posturas son reflejo de una conciencia formada con unos valores de la dominación y que en este momento histórico se hace necesario desmontarlas desde otro enfoque. Es necesario alertar que las Resistencias pudieran parecer algo insignificante o sin importancia en el colectivo, pero si no las abordamos, pueden acumular tanta fuerza que se pueden convertir en un obstáculo permanente e irreconciliable con el Proyecto Bolivariano Revolucionario. En esa perspectiva hacemos una invitación abierta a todos y todas los compañeros y las compañeras, camaradas, compatriotas, amigos y amigas, a que reflexionemos y nos coloquemos en el lugar del otro y de la otra, desde el punto de vista formativo para comprender que las posturas, las negaciones y las predisposiciones de nuestros hermanos y hermanas es posible superarlas si se problematizan y se orientan, de ese modo podemos vincular nuestro discurso con nuestra práctica. Es decir, no solo es hablar de inclusión social, sino trabajar porque ese planteamiento constitucional se concrete. En el Proyecto Bolivariano Revolucionario liderizado por el comandante Chávez, cabemos todos(as). Este es una construcción colectiva donde cada uno de sus habitantes tiene mucho que aportar, incorpórate y permite que nos acompañemos en una continua formación colectiva. Como dice nuestro presidente:

Si queremos acabar con la pobreza démosle poder al pueblo, y no hay mayor poder que el conocimiento, el cual nos conduce al alcance de nuestra soberanía”.

Contenidos

En el desarrollo del eje temático Resistencia al Cambio trabajaremos el siguiente contenido: Génesis de la Resistencia, Caracterización del Capitalismo, Cómo se Reproduce El Capitalismo. ¿Qué entendemos como Resistencia al Cambio? Tipos de Resistencia: Resistencias Pasivas y Resistencias Activas. Poder Popular: ¿Qué entendemos como Poder Popular? Enfoque o Interés Crítico Emancipador. Poder Popular y Resistencia al Cambio.

Génesis de la Resistencia en el Marco Capitalista

Caracterización del Capitalismo:

Los seres humanos desde el punto de vista biológico nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos. Desde el punto de vista social nos formamos y nos convertimos en sujetos políticos, regidos por una lógica que impera en la sociedad de la cual formamos parte. Específicamente, Venezuela se caracteriza por un modelo de desarrollo económico capitalista, dependiente y monoproductor, cuya génesis está en la acumulación de riquezas, valiéndose de la división social del trabajo y de la explotación del hombre y la mujer, expresada en la siguiente relación social de producción:

En un polo se ubican a los dueños del dinero y de los medios de producción, y en el otro a los trabajadores que son dueños solo de sus cuerpos, de su capacidad de trabajo y de su fuerza de trabajo” (tomado de la línea de estudio “Introducción al pensamiento Marxista de la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo”).

En la sociedad capitalista el ser humano pasa a ser un objeto, donde sus pensamientos, sueños, sentimientos y necesidades dejan de ser importantes, pasan a ser una mercancía, la cual se compra con un salario. En este sistema las relaciones sociales se expresan de la siguiente manera: El sujeto es una cosa (cosificación) y la mercancía se personaliza, aquí se invierten los valores, se le da más importancia a los objetos materiales (Fetichismo).

Cómo se Reproduce el Capitalismo

Desde hace mucho tiempo venimos escuchando afirmaciones de algunos autores que señalan:

El capitalismo está en una profunda crisis, es posible que pronto se termine de hundir”.

Podemos esperar durante siglos que eso suceda y jamás lo veremos, si nos quedamos sentados de brazos cruzados a esperarlo por fuerza natural. El capitalismo es un modelo económico, que mientras produce mercancía y plusvalía (cantidad de trabajo, concretado en una mercancía, que representa el valor que el obrero produce, pero que el patrón no le paga, convirtiéndose en ganancia para este, que le permite el incremento de su capital), reproduce al mismo tiempo la relación social de capital y la subjetividad que la sostiene.

¿Qué queremos decir con lo anterior?: El capitalismo se sostiene porque existen permanentemente trabajadores y trabajadoras como fuerza de trabajo que se vende y se compra en el mercado, como otra mercancía más; crea nuevos empresarios que invierten, obtienen ganancias y la acumulan, y por otro lado, hay un orden establecido desde el punto de vista ideológico que lo sostiene. En la sociedad están presentes un conjunto de instituciones encargadas de garantizar la reproducción del sistema, tales como: La familia, La escuela, La iglesia, Los medios de comunicación, Los sindicatos, Las fuerzas armadas, etc., donde se reproducen un conjunto de valores que se expresan en el individualismo, la competencia, el revanchismo, la violencia, de allí también se derivan la corrupción, la burocracia, la expertocracia, el pragmatismo, la exclusión social, la alienación, la falsa conciencia, la cosificación del ser humano y el fetichismo.

Esta lógica capitalista nos impone una forma de pensar, actuar, analizar, sentir y reflexionar nuestra cotidianidad. Desde este enfoque, somos un producto del capital. Nuestro Estado es un estado burgués, donde una minoría acumula riqueza y una mayoría vive en estado de miseria y pobreza extrema, ¡es una sociedad de clases! Como podemos ver, las instituciones juegan un papel principal en la reproducción del capitalismo, tal como lo plantea la cátedra de Formación política Ernesto Ché Guevara al referirse a la escuela y a los medios.

 “En la escuela se enseñan los valores mínimos de obediencia al orden establecido, aquello que es “normal” y aquello que no lo es, la reverencia a los símbolos del poder, etc. Pero hoy en día, ese lugar que no desapareció, se complementó con uno de alcance mucho mayor; el de los medios de comunicación masiva. En ese espacio se construye diariamente el consenso de los sectores populares a favor del capitalismo. Allí se transforma la concepción del mundo burgués en sentido común popular, gracias a la ideología (falsa conciencia) que transmiten los medios de comunicación. De este modo se interiorizan los valores de la cultura dominante y se construye un sujeto domesticado y reaccionario a los cambios radicales.” Todo lo anteriormente planteado nos ilustra que nuestros pensamientos y actuaciones no son neutras, sino que obedecen a una lógica de dominación capitalista enraizada en nuestro pensamiento. Esto hace que de manera conciente o inconsciente asumamos posturas que la reproducen y se bloquee cualquier intento de cambio en nuestros paradigmas. Dichas posturas serán denominadas:

Resistencias al Cambio

¿Qué entendemos como Resistencia al Cambio?

Identificamos como Resistencia al Cambio, la expresión implícita o explícita de reacción contraria ante la incorporación de una iniciativa de cambio. Es importante entender que todo cambio dentro de un sistema social implica una reacción, que dependiendo de cómo se aborde política y metodológicamente, puede ser provisional o permanente.

Desde lo Político: un(a) facilitador(a) o cualquier sujeto que trabaje dentro de un colectivo, debe identificar, comprender, argumentar y develar el por qué algún integrante de ese colectivo, reacciona de determinada manera ante un nuevo elemento de cambio, haciendo ver que las estructuras de pensamiento y de acción, obedecen a un enfoque filosófico que sustenta la sociedad donde estamos inmersos, asociado al modelo de desarrollo capitalista.

Desde lo Metodológico: se hace necesario abordar el trabajo en colectivo, con métodos coherentes con el enfoque crítico emancipador que estamos impulsando, explicación que daremos más adelante.

Tipos de Resistencia

Las resistencias al cambio pueden ser Pasivas y Activas.

Resistencias Pasivas: Son aquellas que se solapan y no se develan sino que se convierten en elementos de dispersión o en un mecanismo de entropía (generador de desorden), y pueden ser de difícil abordaje ya que se desconocen sus características y orígenes, impidiendo el avance del proceso, demorándolo, saboteándolo y desmontándolo progresivamente. Dentro de las Resistencias Pasivas podemos enunciar las más usuales, tales como:

– la apatía – el silencio – la sumisión – la desmovilización

– la indolencia – la indiferencia – el bloqueo.

Las cuales se reflejan en los gestos, las actitudes o maneras de actuar, todas evidentemente muy relacionadas, teniendo en común que en su esencia tal vez no persiguen en la mayoría de las veces entorpecer la iniciativa de cambio, pero con su actitud tampoco la favorecen, generando pesimismo, desaliento y poca motivación para la participación en las iniciativas de cambios que otros sujetos propongan.

Resistencias Activas: Están referidas a las posturas que se expresan de manera abierta, frontal, donde se confrontan los diferentes enfoques o concepciones, pero no se reconoce la fuerza del argumento del otro. Pueden ser violentas, ofensivas, irrespetuosas, con poco nivel de tolerancia, y tienen como finalidad acumular fuerza para desmontar los nuevos elementos planteados. Dentro de las más usuales tenemos:

  • El convertir la iniciativa de cambio en burla permanente: Este es un elemento que encuentra cabida en nuestra idiosincrasia como venezolanos y venezolanas, ya que una de las frases que más nos caracteriza es que “siempre nos reímos de todo” y que “somos muy echadores y echadoras de broma”, sin embargo esta particularidad sirve como pretexto para hacer burla de alguien que impulsa el cambio o al cambio mismo, con el que evidentemente no se está de acuerdo, su fin es ridiculizarlo ante los demás y procurar así la descalificación.
  • El procurar la desinformación y las distorsiones comunicativas: Como el corrillo, la murmuración, la injuria, la descalificación, la difamación, la manipulación, etc. Esta manifestación de resistencia al cambio suele presentarse con frecuencia cuando hay falta de argumento válido para cuestionar directamente el cambio o a la persona que impulsa el cambio, por lo que se recurre a la maledicencia, tejiendo una red de falsas impresiones, chismes y comentarios desalentadores, que terminan por crear expectativas funestas en los demás.
  • El generar conflictos en torno al proyecto transformador: Se refiere a enfrentar puntos de vistas, opiniones, sujetos y argumentos, para ocasionar tensiones que desgasten paulatinamente o exploten bruscamente el proceso en desarrollo, degenerando en situaciones destructivas que terminen con el mismo.
  • El entorpecimiento del proceso: O el ritmo de trabajo de los y las que impulsan el cambio suele manifestarse de formas muy variadas como por ejemplo, no cumplir con los compromisos adquiridos, demostrando negligencia, irresponsabilidad, burocracia, pereza, sumisión, ocultamiento de datos o secuestro de información, complicidad con quienes adversan el cambio, etc. Todo esto impide la concreción exitosa del proceso de cambio y conlleva a la larga, a su fracaso.
  • Desacreditar la iniciativa del cambio, o a quien lo impulsa: Bien sea menospreciando o sobrepreciando, ya que son consideradas resistencias al cambio tanto exagerar los méritos de la actual situación, como el sacar a relucir todas las dificultades encontradas en el proceso de implantación, lo que produce en los demás falsas expectativas y vagas apreciaciones del cambio. Al igual pasa cuando se exagera las revisiones y evaluaciones de forma punitiva al proyecto de cambio y a sus participantes, cuando este se cuestiona compulsivamente y se critica destructivamente hasta en el más ínfimo detalle, esto contribuye a la desconfianza de los demás en su factibilidad.

De esta manera, seguramente en la medida que nos vayamos fijando detenidamente en nuestro entorno social, veremos muchísimas más expresiones de Resistencia al Cambio. Podemos extraer de lo dicho hasta ahora, que la Resistencia al Cambio surge como un mecanismo de defensa del sistema para preservarse ante la posibilidad de cualquier cambio que amenace su seguridad y mantenimiento, y debe abordarse como un aspecto del desarrollo de la metodología, ya que forma parte de la caracterización de los sujetos y del contexto, que están impregnados por la hegemonía capitalista.

En ese sentido, construir un nuevo modelo de sociedad, implica poner en práctica una Nueva Hegemonía, formar un nuevo sujeto político en Valores Bolivarianos que promueva la solidaridad, el cooperativismo, la autogestión, el respeto, la tolerancia, la transparencia, la corresponsabilidad, la multiculturalidad, la justicia social y requiere de un modelo de desarrollo económico sustentado en la economía social que favorezca la participación democrática y la igualdad e inclusión social consciente. Esto solo es posible a través del trabajo activo y en colectivo, y luchando perseverantemente, en la construcción del poder popular que nos permite a partir de una Nueva Racionalidad Política, desmontar el capitalismo y construir las bases del nuevo modelo de desarrollo, de lo contrario, seguiremos reproduciendo el sistema capitalista imperante y sus aberraciones.

Poder Popular

¿Qué entendemos como Poder Popular?: Cuando hablamos de poder popular, nos referimos a la lucha por la hegemonía, la cual se construye a través de la gestación de espacios de lucha, de encuentro, de vinculación, de donde emerge una nueva relación social que integra la lucha social, la producción colectiva y la solidaridad, desde lo cual se deriva un nuevo ideal de sociedad y una nueva cultura política. En ese sentido, Poder Popular lo podemos definir como Poder Constituyente, como el momento y el espacio colectivo en que el poder comienza a transformarse, en una relación social donde la facultad de decisión, la detentan efectivamente los individuos que hacen parte de las comunidades locales o de trabajadores y trabajadoras. Por lo tanto, no podemos estar hablando de un modelo único de poder popular, ni de una esfera exclusiva de realización. Cualquier intento de cambio amerita un conocimiento profundo de lo que queremos transformar, es por ello que parte de estos escritos están dedicados a la caracterización del modelo de desarrollo y sus valores de dominación. Sin embargo, creemos que no es suficiente develar la génesis del capitalismo y su comportamiento en nuestra sociedad. Es necesario caracterizar el enfoque con el cual estamos analizando la realidad concreta, porque es desde allí de donde la desmontaremos. Nos referimos al enfoque crítico emancipador.

Enfoque o Interés Crítico Emancipador: Enfoque regido a examinar o comprender una situación desde una visión teórica, desde un punto de vista específico, con una lectura intencional. Es el sustento teórico donde se fundamenta nuestra forma de ver el mundo, el cual tiene sus orígenes en la teoría crítica de la escuela de Frankfurt, donde se concibe la razón, la teoría, las ciencias sociales, el conocimiento, la historia, la verdad y el sujeto de la siguiente manera.

La Razón: Es concebida como la autoconciencia de la razón, es decir, saber por qué y para qué se actúa de determinada manera, cuya voluntad humana y acción deben estar dirigidas hacia una acción transformadora, sin obviar la facultad de la crítica permanente. La razón no justifica la armonía social, y debe desmontarla a partir de la acción transformadora.

La Teoría: Es una especie de lente que nos permite ver cuál es el propósito, las limitaciones y el alcance de los intereses constitutivos del saber, en este caso, y suscribiendo a Habermas:

El interés técnico: se dirige a controlar y regular objetos (cosas)…. El interés práctico: busca educar el entendimiento humano, para informar la acción humana. El interés emancipador: se trata de un interés por la autonomía y la libertad racionales, que emancipen a las personas de las ideas falsas, de las formas de comunicación distorsionadas”. (Kemmis p. 87).

En este último interés, se concibe que no existe neutralidad axiológica. Es decir los valores tienen una carga ideológica.

Las Ciencias Sociales: Son un medio enmarcado en la libertad y autonomía racional para que los individuos tomen conciencia de sus propósitos y sean capaces de aclarar las condiciones que distorsionan los procesos de autorreflexión y autoentendimiento. Las ciencias sociales nos develan la realidad y nos proporcionan herramientas para transformarlas colectivamente.

El conocimiento: En este enfoque, el conocimiento se construye de manera íntersubjetiva (en colectivo) y a partir de la práctica concreta en interacción con su contexto. Nace de la reflexión crítica de una práctica y tiene como propósito alcanzar la soberanía cognitiva “pensar con cabeza propia”.

La Historia: Se concibe como un proceso de construcción colectiva a partir de la relaciones sociales, es dialéctica, continua y dinámica.

La Verdad: Es relativa, íntersubjetiva, se construye, es consensuada semánticamente.

Sujeto: Es el ser humano concebido en interacción permanente como actor y actriz, autor y autora del proceso de construcción social. Al ser parte de la sociedad y participar activamente en ella lo denominamos Sujeto Político.

Política: Participación protagónica de todos los sujetos sociales que construyen, defienden o transforman el interés colectivo en términos de Poder. Los Sujetos Políticos desde la visión emancipatoria construyen normas consensuadas. La política, es el ejercicio de la ciudadanía de manera soberana o autodeterminada desde los espacios concretos y en la cotidianidad, es permanente y dinámica. Desde este enfoque, todos y todas los ciudadanos y ciudadanas, que viven en el país deben asumir concretamente la participación democrática y protagónica que establece nuestra constitución para desecuestrar la palabra y la acción política de los politiqueros que pervirtieron el término.

Poder Popular y Resistencia al Cambio

Siendo coherentes con el enfoque que reivindica lo colectivo, planteamos la democracia protagónica y la transformación de las relaciones de producción para construir una sociedad justa, equitativa y sin exclusión de ningún tipo. Nos trazamos la construcción del Poder Popular como alternativa revolucionaria, cuyo desarrollo se expresa en los diversos espacios de lucha: la fábrica, la escuela, la calle, el barrio, el campo, las comunidades indígenas y afrodescendientes, entre otros… lo que nos explica que el poder no es homogéneo, pero debemos dirigir el esfuerzo hacia la unidad en el propósito, el cual no es otro sino transformar la sociedad. Lo colectivo no se decreta, sino que es un proceso de construcción donde afloran diferentes posturas, concepciones, visiones, métodos, actitudes, niveles de formación, entre otros, que complejizan la dinámica y mucho más, cuando no hay apertura al cambio en algunos de los sujetos que conforman los colectivos de lucha.

La no apertura al cambio genera tres casos clásicos en los que se presentan resistencias:

El primero: El cual no permite el debate, la confrontación teórica, no hay niveles de tolerancia, no visualiza aspectos positivos de la propuesta, se establece una especie de diálogo de sordos o bloqueo cognitivo, porque está cargada de un gran resentimiento, algunos por creerse afectados en sus intereses y otros porque realmente lo están, como lo son los dueños de los grandes monopolios económicos, grandes terratenientes, en fin los que integran la oligarquía.

El segundo: Cuyo origen está más inclinado hacia la confusión mediática, formativa o que se encuentran influenciados por la carga ideológica de la cultura de dominación, es decir, los que pueden estar en alguna medida confundidos.

El tercero: Es la resistencia que se encuentra conciente o inconscientemente en muchos de los sujetos que están discursivamente con el proceso de cambios, pero sus prácticas tienden a reproducir la cultura política de la cuarta república.

En la construcción del poder popular es necesario darle tratamiento a cada uno de los casos:

En el primer caso, esta resistencia se convierte en enemiga del proceso, pasando a ser un elemento de confrontación directa, y por lo tanto no debemos permitir que acumule fuerzas.

En el segundo caso, son aquellas resistencias que solo tienen confusión generada por los medios de comunicación u obedecen a la carga ideológica imperante, por lo tanto debemos trabajarlas, ya que potencialmente pudieran sumarse a la anterior.

La acumulación de fuerzas tiene que ser hacia el poder popular, porque hasta los momentos la cultura de dominación sigue imperando: la burocracia, la violencia, la discriminación racial y de género, la desigualdad, el deterioro ecológico, la explotación indiscriminada de nuestras riquezas, la pobreza, la enajenación y los antivalores sociales caracterizados por el individualismo, la competencia, el consumismo y el clientelismo, en el marco de lo viejo que se niega a morir y lo nuevo que no termina de nacer.

Y en el tercer caso, debemos develar tales posturas para profundizar el proceso de construcción del Poder Popular.

Ahora bien, el Poder Popular es un proceso constituyente donde se reivindica el protagonismo del ciudadano y ciudadana común, en esa misma dirección planteamos en este proceso construir una nueva manera de hacer política la cual demanda cambiar la mentalidad, romper paradigmas y los viejos métodos de la política tradicional. Ello implica:

  1. Un nuevo modo de producción de conocimientos que impugna el monopolio y la jerarquía del saber.
  2. Una concepción del aprendizaje como interacción social constructiva.
  3. Una nueva racionalidad comunicativa centrada en el debate y en la relación dialógica.
  4. Una estrategia de intervención y organización no burocrática, con procedimientos de democracia directa.

 

Imagen: https://www.resumenlatinoamericano.org/

Patrimonio / patriarcado

Dr. Pablo Bonilla Elizondo. 10 de marzo del 2021

No es casualidad que la raíz de la palabra patrimonio sea la misma que la de patriarcado.

Ya lo decía Walter Benjamin, en la introducción a La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica (2012) nociones heredadas (y añado rancias) de las artes como “genio” “legado” y “valor de eternidad” son comúnmente instrumentalizadas por el fascismo y las ideologías dominantes.

Esto lo demuestran la mayoría de monumentos conmemorativos y la arquitectura patrimonial, que, aunque se supone cumplen la función de guardar “la memoria nacional” o hacer presente relatos o valores que como sociedad requerimos para constantemente repensarnos, en cambio se levantan incuestionables e irreflexivos, siendo las más de las veces producto de decisiones políticas unilaterales, con nula participación ciudadana y escaso criterio profesional o técnico.

Todos esos dispositivos situados arbitrariamente en el espacio público y sacralizados, en realidad tienen una función muy distinta: legitiman un poder, un relato histórico o una cultura de clase. Más cuando vemos como el poder político o económico los utiliza como arma arrojadiza para desviar y deslegitimar los reclamos necesarios y justos de las manifestaciones del 8 de marzo. Bajo el pretexto de la defensa del patrimonio en realidad se defiende una hegemonía patriarcal, se exculpa una deuda histórica del estado por la equidad y de la responsabilidad institucional por violencia y asesinatos que tienen una causa estructural.

Es claro que la mayoría de esos “indignados” que replica esa instrumentalización patriarcal (desde los que se sitúan en la sombrita del poder, hasta los robots de redes sociales) no les interesa la memoria, el carácter intangible de lo patrimonial, por eso lo instrumentalizan dañándolo aún más que un grafiti que se borra en una mañana.

Pero, además, nadie se indigna por la mala gestión del mismo ni por los anuales recortes al sector cultura ni la precarización de los y las artistas, menos porque se roben las placas de monumentos o los orinemos “los maes”.

Mucho menos les interesa preguntarse por la naturaleza del patrimonio y llegar a la raíz del asunto: ¿Quién lo puso ahí? ¿qué representa? ¿qué valores transmite? ¿por qué debemos mantenerlo? En países con pasados dictatoriales estas preguntas han sido urgentes y han desembocado en una consecuente remoción de muchos “legados”, en realidad símbolos de opresión. También lo hemos visto de forma reciente en las reivindicaciones raciales en toda América. Esos monumentos, las más de las veces se constituyen en símbolos déspotas de una violencia sistemática reacia a exprimirse: ha sido necesario el enojo para señalar su presencia.

Aquí, en el nuestro país, no ajenos a pasajes oscuros en nuestra historia, esas preguntas no se hacen y hemos presenciado sin alterarnos, al contrario, como se sepulta la acción valiente de los y las estudiantes que se levantaron en contra de la dictadura de Tinoco con un ocurrente y especulativo Barrio Chino. Vemos como Diputados de la República legitiman el fascismo de León Cortés filmándose orgullosos a sus pies o la inoperancia de un Ministerio de Cultura que no le preocupa que un monumento a Vázquez de Coronado se levante a escasos metros de sus instalaciones…. incluso la ministra le dejó flores a Isabel la Católica el 12 de octubre de espalda a nuestras culturas prehispánicas.

Lo cual me hace pensar que en realidad no molesta el daño al patrimonio, les molesta el mensaje subrayado en su justo emplazamiento: en la apropiación de estos dispositivos simbólicos que hace de ese necesario e inevitable reclamo una evidencia contundente de las raíces patriarcales de nuestra sociedad y las deudas históricas del estado.

La defensa de la patria y la búsqueda por silenciar las reivindicaciones coinciden bajo interés muy claro de perpetuar un dominio, un colonialismo interno que encuentra un justo desafío en la deconstrucción de sus símbolos.

Dr. Pablo Bonilla Elizondo.
Doctor Cum Laude en Arte: Producción e Investigación de la Universidad Politécnica de Valencia. Profesor e investigador de la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Costa Rica en las áreas de arte público, semiótica y teoría del arte.

Referencias.

Benjamin, W. (2012). La obra de arte en la época de su reproducción técnica. En Obras Libro /vol 2. Madrid: Abada Editores.

Imágenes: compartidas en redes digitales.

Las académicas de la UCR empoderan a otras mujeres para liderar el cambio social

Día Internacional de la Mujer

En el Día Internacional de la Mujer, conozca a las docentes, investigadoras y administrativas que inspiran, impulsan y empoderan a otras mujeres para forjar un mundo más equitativo

Desde sus respectivos campos del conocimiento, las científicas y académicas de la UCR aportan decididamente a la construcción de un mundo más equitativo, en el cual las mujeres tengan pleno goce de sus derechos y oportunidades para incidir en el rumbo de la sociedad.

Sus aportes tocan las vidas de otras mujeres. Sus trabajos van desde generar evidencias para exigirle al Estado el respeto de sus derechos reproductivos, abrir camino en campos profesionales liderados tradicionalmente por hombres e, incluso, impulsar a jóvenes científicas a competir internacionalmente en el mundo de la ciencia.

Pueden encontrarse en un laboratorio, trabajando en el campo, en un aula o en la palestra pública. En cada lugar que pisan, ellas hacen la diferencia. En este Día Internacional de la Mujer, les presentamos a algunas de las mujeres de la UCR que representan a muchas otras docentes, investigadoras y administrativas de la Institución, mujeres comprometidas con la lucha por la equidad y la igualdad de oportunidades para todas.

En este Día Internacional de la Mujer, les presentamos a algunas de ellas #MujeresQueInspiran

La Dra. Jessie Usaga Barrientos es docente de la Escuela de Tecnología de Alimentos e Investigadora del Centro Nacional de Ciencia y Tecnología de Alimentos (CITA).

Concluyó su doctorado en el 2014 en la Universidad de Cornell y, en el 2018, recibió la Beca Malaspina para jóvenes científicos excepcionales de parte del International Life Science Institute (ILSI), por la alta calidad de su trabajo sobre producción inocua de productos lácteos artesanales. Desde entonces, Jessie se dedicó a impulsar a otras jóvenes a formar equipos interdisciplinarios para desarrollar productos que contribuyeran a hacer una diferencia en la sociedad. También las instó a competir internacionalmente y a darse cuenta de su gran potencial en el mundo de la ciencia de alimentos.

Bajo la mentoría de la Dra. Usaga, sus estudiantes han trabajado en la estabilización de la leche materna que gestiona el Banco de Leche Materna de la CCSS, en el desarrollo de productos que contribuyan a la nutrición de poblaciones como mujeres embarazadas, así como en la elaboración de prototipos de productos que aprovechan las tecnologías autóctonas, incorporan tecnologías de conservación y promueven el desarrollo local.

Gracias a su apoyo, por cinco años consecutivos, las estudiantes de la Escuela de Tecnología de Alimentos han colocado la bandera costarricense en lo alto del podio, pues han logrado los primeros lugares en diversas categorías de competencias internacionales de investigación y desarrollo de productos del prestigioso Instituto de Tecnólogos de Alimentos de los Estados Unidos (IFT) y de la Unión Internacional de Ciencia y Tecnología de Alimentos (IUFoST), donde se han medido con competidores de todo el mundo.

La M. Sc. Gabriela Arguedas es farmacéutica, bioeticista y, desde el año 2008, investiga el campo de los derechos reproductivos de las mujeres. En el 2013, inició el abordaje de la violencia obstétrica, cuando ni siquiera se utilizaba este término en el mundo académico y hacerlo generaba diversas resistencias.

La académica ha desarrollado una amplia investigación cualitativa, así como trabajo conceptual y teórico para plantear una forma más robusta de comprender la violencia obstétrica y proponer posibles soluciones.

Su trabajo ha contribuido a mejorar los servicios de salud ginecoobstétrica y neonatal. Además, ha ampliado la discusión social sobre las diversas formas de discriminación y violencia contra las mujeres, acciones que siguen estando normalizadas en las relaciones sociales.

La Dra. Arguedas dirige actualmente el Observatorio de los Derechos Reproductivos de la Universidad de Costa Rica (UCR) y es integrante de numerosas redes académicas y asociaciones internacionales.

Patricia Sedó Masís

Patricia Sedó Masís es docente e investigadora de la Escuela de Nutrición de la Universidad de Costa Rica. Posee una Maestría en Gerontología y una Licenciatura en Nutrición. Es coordinadora, desde el 2003, del proyecto TCU-486, el Programa EC-436 sobre Cocina Patrimonial de Costa Rica y de diversas actividades de investigación y acción social en temas de alimentación y cultura.

Sedó es una apasionada de la acción social y trabaja en proyectos con un enfoque integral, motivo por el cual ganó el Premio de Acción Social en el área de Salud en el 2020. Para ella, la acción social permea la docencia y se nutre desde la investigación.

Ella ha tenido la oportunidad de vincularse con diferentes grupos, organizaciones e instituciones públicas en cuanto a la conservación de la cocina costarricense y en el trabajo directo con la población adulta mayor. Además, ha logrado acercarse a las comunidades y contribuir, bajo un encuentro de saberes, al mejoramiento de la alimentación y nutrición (campo principal de estudio de esta especialista).

Durante su trayectoria, Sedó también ha tenido la posibilidad de coordinar algunos proyectos de educación dirigidos a varias poblaciones, los cuales le han servido para seguirse nutriendo desde la mirada estudiantil.

La Dra. Tania Camacho Azofeifa es flautista y musicóloga. En la Universidad de Costa Rica obtuvo el Bachillerato en Enseñanza de la Música, así como el Bachillerato y Licenciatura en Música con énfasis en Flauta Traversa. Obtuvo su Maestría en Flauta y el Doctorado en Musicología Histórica, en la Universidad de Texas en Austin. Actualmente, es docente e investigadora en la Escuela de Artes Musicales y en la Sede de Occidente. Además, coordina la carrera de Enseñanza de la Música en dicha sede.

Entre sus proyectos destacan las investigaciones sobre la obra de la compositora costarricense Rocío Sanz, que incluyen la reconstrucción de la partitura y el montaje de su obra Cantata a la Independencia Centroamericana. También está dedicada a investigar sobre la cantante costarricense de música popular Julia Cortés, contemporánea de Rocío Sanz. De esta manera, Camacho Azofeifa busca visibilizar el aporte de las mujeres en la música.

Con ese mismo espíritu, desde el año 2017 organiza el Simposio Internacional Mujeres en la Música, un espacio feminista que reúne a personas nacionales y extranjeras con interés en explorar temas relacionados con el quehacer de las mujeres en todas las áreas de acción musical, investigación, composición, interpretación instrumental y vocal, educación, y gestión cultural tanto en la música académica como en la popular.

Viviana Guerrero es licenciada en Filosofía y máster en Ciencias Políticas por la Universidad de Costa Rica. Trabaja como docente en la Escuela de Filosofía de la misma Universidad desde el 2007, como investigadora del Centro de Investigaciones Históricas de América Central desde el 2013 y del Centro de Investigaciones en Estudios de la Mujer desde el 2015. A su vez, labora como consultora del Instituto Interamericano de Derechos Humanos desde el 2019. Sus investigaciones giran en torno a dos ejes: por un lado, la bioética y el género; y por el otro, los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.

Viviana se ha caracterizado por combinar activamente la investigación académica con la lucha política en torno a los derechos humanos de las mujeres. En cuanto a investigación, ha desarrollado la temática de la violencia obstétrica, pero particularmente ha estudiado lo que ella llama la lactancia materna feminista. En cuanto a la lucha política, se ha involucrado con organizaciones de mujeres que promueven los derechos sexuales y los derechos reproductivos, y con organizaciones de víctimas de violencia obstétrica. A lo interno de la Universidad, ha participado en el establecimiento de las salas de lactancia en la Facultad de Letras y en la Facultad de Educación.

Stephanie Fallas Navarro es máster en Tecnología Educativa y Capacitación Corporativa, licenciada en Administración con énfasis en Dirección de Empresas y bachiller en Administración de Empresas con énfasis en Gestión Organizacional.

Gracias a su formación, ha aportado a la Universidad un modelo de capacitación en gestión directiva para autoridades académicas y al desarrollo de estrategias y capacitación para el aprendizaje en la virtualidad. También se ha identificado con otras oportunidades de mejora de la UCR, donde ha aportado junto con personas del sector administrativo a varias iniciativas que fortalecen la democracia y el bienestar de la comunidad universitaria.

Uno de sus objetivos es visibilizar el aporte de las mujeres en la Universidad de Costa Rica a la sociedad costarricense. Como madre, entiende y quiere evidenciar las desigualdades en cuanto a la responsabilidad en la crianza y cuido de la familia y cómo influye esto en la participación en el ámbito laboral y la remuneración. Se ha interesado por la flexibilización de procesos institucionales, que sean más equitativos para que las mujeres de la comunidad universitaria puedan acceder a oportunidades educativas de grado y posgrado, capacitación técnica y profesional en balance con sus ámbitos personal, familiar y sus proyectos de vida.

Fallas, actualmente, es la representante del sector administrativo en el Consejo Universitario. Ella es la primera mujer que ocupa este puesto.

La Dra. Ruth Cubillo Paniagua es doctora en Literatura por la Universidad Autónoma de Barcelona. Actualmente, es la directora del Posgrado en Literatura y profesora catedrática de la Escuela de Filología, Lingüística y Literatura, ambos de la Universidad de Costa Rica. Entre los libros que ha publicado se encuentran Mujeres e identidades: las escritoras del Repertorio Americano (1919-1959), EUCR (2001); Mujeres ensayistas e intelectualidad de vanguardia en la Costa Rica de la primera mitad del siglo XX, EUCR (2011); Novelistas españolas del siglo de oro: la obra de Mariana de Carvajal y Saavedra, EUCR (2014), y Pobreza y desigualdad social en la narrativa costarricense: 1890-1940 (Editorial Costa Rica y EUCR, 2021). Además, ha publicado numerosos artículos en revistas especializadas.

En sus más de 20 años como docente universitaria, ha sido profesora de grado y posgrado, ha dirigido más de 20 tesis, ha desarrollado múltiples investigaciones en temas de género, literatura costarricense y literatura centroamericana; así como diversos proyectos de acción social, entre ellos el programa radial Mis lecturas por la radio. Asimismo, ha impulsado el desarrollo de nuevos ámbitos de investigación y docencia en la UCR, en especial la literatura comparada y la transmedialidad, así como la realización de investigaciones inter y transdisciplinarias.

La Dra. Cecilia Díaz Soucy es docente de la Facultad de Educación, en el área de Administración de la Educación no Formal, y es miembro del Observatorio de la Educación Nacional y Regional del Instituto de Investigación en Educación de la UCR. Fue fundadora e integrante del Centro de Estudios y Publicaciones Alforja de Costa Rica.

Se le reconoce por su trabajo constante y comprometido en procesos socioeducativos que posibilitan una mayor inclusión, solidaridad, y equidad. El qué, cómo y por qué las mujeres necesitan espacios propios de convivencia y elaboración social han sido parte de sus investigaciones y publicaciones.

Sus indagaciones la han llevado a transitar una variedad de temas y abordajes en torno a la mujer, la teoría feminista, la educación popular y las mujeres campesinas. Esto se refleja en publicaciones como Ciudadanas concretas, visibles y notables, ¿un sueño posible?; Pensar la cultura política desde las mujeres; Experienciario: reflexiones en la cotidianidad con mujeres rurales; Reconociendo poderes entre mujeres: subjetividad feminista y liderazgos.

La Dra. Nadia Ugalde Binda es una de las mujeres que hacen la diferencia con su sello de calidad. Actualmente, es una de las cinco investigadoras más citadas en América Latina en temas de contabilidad. Es profesora de la Escuela de Administración de Negocios y docente de cursos sobre costos avanzados, costos en decisiones de corto plazo, costeo y contabilidad.

 

Katzy O`neal Coto
Periodista, Oficina de Divulgación e Información

¿Mujeres como candidatas a la Presidencia, en la cercanía del 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres?

Vladimir de la Cruz

Me preguntan con frecuencia sobre la posibilidad de una mujer candidata a la Presidencia de la República, y eventualmente ganadora de las elecciones. Mi respuesta, que en mucho deja en asombro a quienes me interrogan, porque están prejuiciados del Gobierno de Laura Chinchilla, es que es posible que eso vuelva a suceder. Y algunos quienes hasta aquí han leído podrán pensar parecido. Pero, veamos.

Las mujeres en general, y las costarricenses también, fueron marginadas históricamente de la vida pública, económica, cultural, social. Fueron una población excluida de Derechos y posibilidades sociales y políticas como las que tenían los hombres. Fueron una población marginal en la vida de nuestras sociedades en sus escenarios públicos y de relaciones sociales públicas. Estaban recluidas a su vida hogareña, donde se decidía incluso su matrimonio, como parte de las relaciones y negocios económicos de sus padres.

La religión católica y la Iglesia contribuyó a este papel de la mujer, que la señalaba, como se dijo a principios del siglo XX en Costa Rica, cuando se trataba de que niños y niñas fueran a educarse en una misma aula, a lo que la Iglesia se oponía, señalando que eso contribuiría a que las mujeres se masculinizaran y los hombres se afeminaran, porque el papel fundamental de la mujer era “el corazón del hombre”, el hogar.

En la colonia incluso carecían de derechos sustantivos, que a la muerte de sus esposos, los adquirían para su administración los hermanos de sus esposos o sus hijos mayores.

En los inicios de la vida republicana fue parecido. La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, 1789, y poco tiempo después, la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, 1793, no llegaron con la fuerza institucional de igualarla realmente.

En materia de Derecho Civil estaban fuera hasta 1870, en muchos aspectos. En materia de herencias igual, hasta 1870, cuando empezaron a reconocerse esos derechos, con limitaciones. En materia de matrimonio, en las causales de divorcio, establecidas en 1888, las mujeres llevaban el peor peso y la mayor discriminación y opresión. En materia política peor era la situación.

A pesar del papel que jugaron las mujeres en la Campaña Nacional contra los filibusteros norteamericanos, sustituyendo a los soldados y voluntarios que fueron a combatir, salidos de los campos de trabajo, porque había que seguir produciendo para mantener la economía durante la guerra y para alimentar la tropa de casi 10.000 soldados. Igualmente, por el papel movilizador que tuvieron en los sucesos del 7 de noviembre de 1889, lo que motivó que el Presidente José Joaquín Rodríguez, 1890-1894, propusiera la posibilidad del voto femenino en las elecciones, lo que no se alcanzó hasta 1949, debiendo pasar varias décadas de luchas organizadas por obtener el Derecho de Voto, y participar en procesos electorales, de manera directa, con su voto, en 1951, y con sus candidaturas y elección, a diputadas, en 1953, y en adelante, hasta candidatas a la Presidencia y ser electa Presidenta una mujer.

La sociedad machista, misógina en muchos aspectos, marcó el ADN de mucha gente y ciudadanos hasta hoy. Por eso no se ve bien y se rechaza sutil, o francamente, la participación real y efectiva de las mujeres disputando puestos para diputados o la Presidencia.

Desde el primer Gobierno de Oscar Arias, 1986-1990, hasta su segundo gobierno 2006-2010, el papel de las mujeres se fortaleció en el campo político electoral. Se dictaron y aprobaron las leyes para asegurar, cada vez más, la mayor, real y efectiva participación. En el primer Gobierno fue nombrada la primera mujer Presidenta de la Asamblea Legislativa, ya había habido diputadas desde 1953, y la primera en ser Vicepresidenta de la República. Y, en su segundo gobierno escogió e impulsó a su Vicepresidenta para la candidatura presidencial, que lo logró, Laura Chinchilla Miranda, por mérito propio y por la buena imagen que había al final de su Administración, de su gestión gubernamental, a la que llegó con 40% de votos, y salió con el 48% de votos obtenidos por y para Laura Chinchilla, las votaciones más altas obtenidas para ganar la Presidencia de la República, después de muchas elecciones

Las mujeres históricamente han sido mayoritarias en la población. En términos generales hay más mujeres que hombres, aunque sea poca la diferencia. No recuerdo un caso estadístico en que la población haya sido mayor de hombres que de mujeres. En este momento hay más mujeres que hombres en la sociedad costarricense, y en el padrón electoral también. Mueren más hombres que mujeres a causa del COVID-19. En carreras universitarias, consideradas hace algunos años masculinas, o de preferencia de hombres, hoy tienen matriculadas más mujeres que hombres.

Hoy las mujeres compiten y desplazan a los hombres de sus reductos tradicionales, y también de la política, aunque todavía con mayores dificultades.

La legislación electoral ha avanzado en Costa Rica fuertemente para asegurar de manera real y efectiva, en condiciones de igualdad la participación y la nominación de mujeres a puestos de elección popular. ¿Por qué, entonces, desdeñar la participación de mujeres candidatas a la Presidencia para el próximo proceso electoral? Esa sigue siendo una posibilidad.

En el Partido Liberación Nacional los candidatos que suenan son masculinos. De nuevo Oscar Arias, propuso recientemente, una mujer que no aceptó su nominación, con lo cual en esa tienda política pareciera que, en esta ocasión, no juega ninguna candidata. En la Unidad Social Cristiana apareció Lineth Saborío Chaverri, que fue Vicepresidenta en el Gobierno de Abel Pacheco, en el Partido Acción Ciudadana suenan varias mujeres como candidatas, Marta Zamora, Carolina Hidalgo y la Embajadora en España, Ana Elena Chacón, que también fue Vicepresidenta de la República, 2014-2018. Milagrosamente Epsy Campbell no renunció a su Vicepresidencia actual, para ser candidata presidencial, y tampoco puede ser ya candidata a diputada. A ministra de un nuevo Gobierno del PAC, si ganan las elecciones del 2022, si puede llegar a ser.

En los Libertarios la que suena es Natalia Díaz, en el Frente Amplio suenan Rocío Alfaro, Sofía Guillen, Patricia Mora. No recuerdo, en este momento, otras candidatas que se oigan.

Mujeres hay para ser candidatas. Posibilidades presidenciales para ellas son iguales que las de los hombres. Unas más que otras, según el Partido al que pertenezcan, con más historia electoral y con mejores resultados electorales, que las potencia con mayor posibilidad, como es el caso de Ana Elena Chacón, que de serlo sería la candidata oficial del Partido de Gobierno que alguna ventaja le da.

Ahora el elemento subjetivo de todo este proceso. Soy de la idea, por lo que veo y he estudiado, que la sociedad costarricense, en general, y los hombres en particular, es muy apegada a la Mujer, como Abuela, como Madre, como Esposa, como Hijas. En lo particular los hombres en Costa Rica tienen “mamitis”, están muy ligados afectivamente a sus mujeres, especialmente están muy pegados a sus madres y abuelas.

Las mujeres cabeza de familia son muy importantes para una parte significativa de la población. Antes de la Pandemia había 350.000 mujeres cabeza de familia, que eran el principal ingreso de los hogares aun cuando tenían esposo o compañero. Los dos millones de mujeres que no están incorporadas al proceso productivo nacional atienden, cuando no son estudiantes, y muchas estudiantes lo hacen también, sus hogares, llevan las principales cargas y tareas de sus hogares, desde la buena administración de sus hogares, con los pocos recursos económicos que tienen, o que les dan sus maridos o compañeros, para sacar adelante, en sus dificultades y posibilidades su núcleo familiar. Tenemos más Mujeres Alfa en este sentido que Hombres Alfa, que lo pueden ser en otras dimensiones, pero no en su hogar.

En mi experiencia de vida he estado rodeado de Mujeres Alfa, mis abuelas, la materna y la paterna, mi madre, mis tías maternas y paternas, mi esposa, mi hija, mis nueras, mis primas, y siento que mis nietas están siendo formadas para ser Mujeres Alfa, lo que alegra y enorgullece mucho. Ha sido una experiencia maravillosa haber vivido en este contexto.

Por ello ante la inquietante pregunta, que originó esta reflexión, no veo por qué no pueda haber otra Presidenta en el próximo Gobierno, como posibilidad. Lo que me impide verla en concreto es que hasta hoy no está a la vista pública, ni se le conocen sus planteamientos políticos y hacia el nuevo Gobierno, ni de cómo va a enfrentar la grave situación que tenemos en todos los órdenes de la vida social, económica y política. Pero, como posibilidad, existe la candidata y la Presidenta de Costa Rica, al margen de la valoración subjetiva que se pueda tener del Gobierno de Laura Chinchilla Miranda. Todavía no se ha hecho la valoración histórica de ese Gobierno. Sobre él hay leyenda, nebulosa y mala memoria.

Promotora Costarricense de la Innovación y la Investigación: Reflexiones a posteriori de la aprobación del proyecto

José María Gutiérrez
Profesor Emérito, Universidad de Costa Rica

Recientemente fue aprobado en la Asamblea Legislativa el proyecto de ley que transforma el Consejo Nacional para Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICIT) en la Promotora Costarricense de Innovación e Investigación. La tramitación de este proyecto, el apoyo que recibió por parte de las autoridades de ciencia y tecnología, y las reacciones que motivó en la comunidad científica ofrecen insumos importantes para la reflexión. Presento a continuación algunas consideraciones, con la idea de que contribuyan a generar más discusión sobre el tema de la ciencia, la tecnología y la innovación (CTI).

Visiones encontradas del desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación

Las discusiones alrededor de este proyecto dejaron ver diferentes visiones de los rumbos que debe tomar el desarrollo de la CTI en el país. Más allá de la retórica que busca mostrar consensos donde no los hay, aparecen en el escenario nacional visiones contrapuestas sobre este tema. Por un lado, se nos presenta una concepción de que la CTI es básicamente un instrumento de desarrollo económico. Esta perspectiva, que permea la médula del proyecto mencionado, centra la prioridad de los procesos de desarrollo y transferencia tecnológica e innovación hacia la provisión de insumos para el fortalecimiento del sector productivo y, más específicamente, del sector productivo empresarial. El conocimiento, desde esta perspectiva, es básicamente un elemento para el crecimiento de la economía y, en particular, de cierto sector de la economía.

Para muestra un botón: en las versiones iniciales de dicho proyecto no se incluía la ciencia entre los objetivos de la Promotora y solamente se asignaba un puesto para la comunidad científica en la integración de la junta directiva, dominada por cámaras empresariales. Que esto cambiara parcialmente en la versión final del proyecto se debe a la presión ejercida por la comunidad científica nacional, no a la visión de quienes gestaron y promovieron el proyecto de ley.

Frente a esta concepción emerge una visión alternativa que parte del concepto de que la CTI constituye un conjunto de componentes de carácter sistémico, los cuales deben ser vistos y promovidos integralmente. El complejo CTI incluye la generación de conocimiento básico a nivel de ciencias naturales y sociales, el desarrollo tecnológico y la transferencia de tecnología a sectores de la sociedad que demandan este conocimiento, la innovación, y el fomento de una cultura científica que socialice el conocimiento y contribuya a forjar una ciudadanía informada y crítica. Se trata de un engranaje complejo que va desde la generación de conocimiento fundamental, por medio de la ciencia, hasta la aplicación de dicho conocimiento de muy diversas formas y en beneficio de amplios sectores de la sociedad.

Desde esta perspectiva, la innovación, el desarrollo tecnológico y la transferencia de tecnología son fundamentales, pero son solo algunas piezas de un engranaje mucho más complejo. Esta visión sistémica e integral de CTI demanda un delicado equilibrio entre los diversos componentes del sistema, incluyendo la ciencia básica. Además, los beneficios del conocimiento no solo deben permear al sector económico, sino también a muchos otros ámbitos de la sociedad. Por ello, la excesiva priorización en algunos de los componentes va en detrimento del carácter holístico que debe prevalecer en la CTI. Sin una ciencia básica fuerte, apoyada desde el estado, que genere ideas realmente novedosas, la innovación y la transferencia de tecnología serán muy limitadas. Esta concepción integral de CTI es la que ha privado en los países donde la ciencia y la tecnología se han insertado como elementos esenciales para generar prosperidad y equidad.

Existe un evidente distanciamiento entre las autoridades de CTI y la comunidad científica nacional

Uno de los aspectos que más llamó la atención durante el proceso de discusión de este proyecto fue la evidente escisión y distanciamiento que existe entre las autoridades políticas de CTI y la comunidad científica nacional. Para quienes integramos esta comunidad fue muy claro, desde un inicio, que el proyecto de marras tendría un impacto negativo para la ciencia del país. Eso lo manifestaron tanto la Academia Nacional de Ciencias como el Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica, así como diversos sectores del ámbito científico, en foros y artículos. Lamentablemente estas opiniones no recibieron la atención debida por parte de las autoridades de CTI, ni de las señoras y los señores de la comisión legislativa que promovieron este proyecto. No fue sino hasta el final, ante la presión de investigadoras e investigadores, que se introdujeron algunos cambios. Esto ha generado molestia y decepción en un amplio sector de la comunidad de ciencia y tecnología.

Lo anterior revela un distanciamiento notorio entre la comunidad científica y las autoridades nacionales de CTI. Esto no es nuevo, ya que desde hace décadas quienes trabajamos promoviendo la investigación científica hemos observado un desinterés evidente, de parte de los sectores políticos, por las necesidades, limitaciones y urgencias que tenemos en nuestro campo. El Informe del Estado de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, elaborado por el Programa Estado de la Nación, fue muy claro en este sentido, al detectar una disyunción entre los planes oficiales de CTI y las áreas científicas en las que el país ha acumulado fortalezas. Esta dislocación es un problema importante que se debe reconocer y atender, porque limita seriamente el desarrollo de la CTI.

¿Cómo fortalecer la ciencia en Costa Rica?

El escenario arriba descrito nos obliga a replantearnos el tema de cómo fortalecer la ciencia en el país. De prevalecer el modelo ‘economicista’ descrito, aunado a la creciente reducción de la inversión pública en este y otros ámbitos esenciales, es muy probable que la ciencia costarricense se debilite paulatinamente en el futuro cercano. La comunidad científica y el país en general debemos evitar que esto ocurra. Pero ¿qué hacer? La pregunta invita a procesos de reflexión colectivos. A continuación, presento algunas consideraciones al respecto.

  • Generar instancias de organización de la comunidad científica: Es evidente que las autoridades nacionales de ciencia y tecnología, y la clase política en general, no le han dado la prioridad debida al desarrollo científico nacional. Ante esta realidad, la comunidad de investigadoras e investigadores debe movilizarse para gestar formas novedosas de organización, con el fin de promover la ciencia en el país. En esto tiene un importante papel que jugar la Academia Nacional de Ciencias, pero también otras formas de organización del sector. Por ejemplo, un grupo de investigadoras e investigadores está gestando la creación de un colectivo de personas jóvenes, que inician su carrera, de manera que sirva de punto de encuentro para compartir inquietudes y desarrollar iniciativas que les permitan consolidarse en dinámicas de creación científica. Es necesario que la comunidad científica sea más proactiva en acciones de carácter político que promuevan la ciencia y en participar más activamente en la vigilancia de procesos legislativos que atañen a su campo de trabajo. Ello implica también presionar a los sectores políticos de CTI para que asuman una visión más integral. Se requiere poner en marcha amplios procesos de discusión sobre el desarrollo de la CTI que conduzcan, entre otras cosas, a afirmar la relevancia de la investigación científica para el país.
  • Defender la autonomía y el presupuesto de las universidades públicas: Las universidades públicas son, con mucho, el principal reservorio de ciencia y tecnología del país. Estas instituciones, gracias a su autonomía, han sabido resistir las presiones externas que intentan volcar la investigación al plano económico prioritariamente. Las universidades públicas han desarrollado una agenda de investigación integral, que fomenta el desarrollo equilibrado de las ciencias básicas, las ciencias sociales, las tecnologías, las letras y las humanidades. Y también han sabido proyectar este cúmulo de saberes a diversos sectores de la sociedad. Ha sido gracias al esfuerzo sostenido de estas universidades que el país cuenta con colectivos fuertes en varias áreas del conocimiento. Y esto se ha efectuado muchas veces a contrapelo de las políticas oficiales nacionales de CTI. Pero las universidades están siendo sometidas a procesos de acoso externo sin precedentes, que tocan aspectos esenciales de su autonomía y que debilitan su financiamiento. El efecto que estos procesos tendrían sobre la ciencia nacional puede ser devastador. Por ello, una acción política clave, no solo de las comunidades universitarias sino del país en general, es la defensa a ultranza de la autonomía universitaria y del presupuesto de estas instituciones. Así mismo, es esencial mantener la filosofía integral de desarrollo académico y científico en ellas.
  • Fortalecer el colectivo de investigadoras e investigadores del país: El eje central de cualquier proceso de desarrollo de CTI es contar con un colectivo de personas muy bien formadas en el país y el exterior, comprometidas con la investigación científica y tecnológica. Costa Rica, sobre todo a través de las universidades públicas, ha logrado consolidar una comunidad científica, pero la misma adolece de falta de redundancia, y presenta problemas de brechas de género, relevo generacional y endogamia académica, como lo señaló el informe del Estado de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación. Las crecientes limitaciones fiscales y las restricciones presupuestarias perjudican la contratación de personas jóvenes bien formadas y muchas de ellas han optado por trabajar en el extranjero. Además, el sector privado ha sido muy omiso en cuanto a ofrecer oportunidades para personas que trabajen en investigación. Todo esto obliga a gestar formas ingeniosas y creativas para abrir espacios a las nuevas generaciones de investigadoras e investigadores del país. Cómo hacerlo es una tarea que requiere compromiso, creatividad y voluntad política. En buena medida, el futuro de la CTI nacionales depende de ello.
  • Gestar formas novedosas de financiamiento de la investigación: La crisis fiscal del país, la reducción de los presupuestos universitarios y las políticas erráticas de ciencia y tecnología han hecho que el porcentaje del PIB dedicado a investigación y desarrollo en el país se haya reducido a valores cercanos al 0,4%, más bajos incluso que el promedio de América Latina. Ello demanda esfuerzos creativos de diverso tipo en procura de formas novedosas de financiamiento de la investigación. Se requiere desarrollar mejores destrezas de captación de recursos externos para la investigación, mediante alianzas internacionales y un mejor conocimiento de las oportunidades que ofrece el universo global de la ciencia y tecnología. El sector privado debe comprometerse mucho más en este tema del financiamiento y se deben promover incentivos fiscales para el apoyo de la ciencia. El problema invita a nuevas formas de financiamiento en el país, como podría ser asignar un porcentaje del presupuesto de algunas instituciones autónomas para investigación en áreas de su interés. Además, se plantea la necesidad de establecer un tributo a las empresas de zonas francas para apoyar la ciencia y la tecnología nacionales. Es una responsabilidad que este sector tiene con el país.
  • Forjar colectivos de investigación y fomentar alianzas internacionales: La ciencia hoy día funciona con base en emprendimientos de carácter inter- y trans-disciplinario alrededor de temas complejos. Debemos avanzar hacia formas de trabajo colectivas donde las fortalezas de los grupos compensen las debilidades. Así mismo, se requiere fortalecer una política de alianzas académicas internacionales, que permitan a nuestros grupos acceder a proyectos y facilidades con las que no contamos en el país, así como a financiamiento compartido. Para esto, debemos depurar cada vez más la calidad de nuestro trabajo científico y tecnológico. Conviene también fomentar los nexos con la diáspora científica costarricense ubicada en muchas instituciones en el mundo, la cual ha mostrado una excelente disposición por vincularse con los esfuerzos científicos del país.
  • Fomentar la participación ciudadana en el fortalecimiento de CTI: La propuesta economicista de CTI únicamente concibe a los sectores productivos empresariales como los beneficiarios del conocimiento científico-tecnológico. Esta visión reduccionista requiere ser sustituida por la concepción de que la CTI debe permear a todos los sectores de la sociedad, no solo en el plano económico, sino también en los planos social, cultural, ambiental y otros. Y entender que la ciencia, como forma de comprender la realidad, es parte de la cultura. Para ello se requiere fomentar la educación científica y los vínculos de la comunidad de investigación con amplios ámbitos de la sociedad, así como promover el conocimiento científico de la realidad como un auténtico insumo para mejorar la calidad de vida. Además, es necesaria la creciente participación ciudadana en las discusiones y tomas de decisión sobre temas relativos a la CTI.

A manera de conclusión

Costa Rica está inmersa en procesos políticos en los que se deciden aspectos esenciales para el futuro del país, incluyendo cuál será el papel de la CTI en el desarrollo nacional. Las visiones que subyacen detrás del proyecto de la Promotora Costarricense de la Innovación y la Investigación no son muy halagüeñas para la ciencia del país. La comunidad nacional, incluidos los sectores de investigación en ciencia y tecnología, debe reflexionar críticamente sobre los rumbos que lleva y debería llevar la CTI nacional. Solo una decidida y activa participación de la comunidad de ciencia y tecnología, y de la ciudadanía en general, podrá garantizar que la CTI se consolide integralmente, reciba el apoyo político que requiere y aporte a un desarrollo centrado en la prosperidad, la equidad y la solidaridad, el cual beneficie a toda la sociedad y no solo a algunos sectores.

Fotos: UCR

“Me apesta la humanidad, huele a muerte”

Macv Chávez

Dedicado a mi buen y admirado amigo: Edwards Herrera Vega, a quien no me canso de admirar por su capacidad intelectual, pero sobre todo gran calidad humana, en el día en el que pasa a ser importante para los políticos: porque al fin podrá votar.

No sé qué hora saldrá el sol. El cielo está como la gente de estos tiempos, entre sombras, a oscuras. Al parecer la miseria nos ha consumido hasta el punto de incapacitarnos para razonar. El miedo a la muerte nos ha transformado en zombis de nuestros tiempos, en animales domesticados para luchar por la supervivencia y sobrevivir, según el poder de nuestras vidas. Nos han separado por manadas, entre oprimidos y opresores, por eso seguimos el patrón de conducta inculcada por los pastores del poder, hasta el punto de ser los Eichmann de la modernidad, porque simplemente acatamos órdenes sin ningún tipo de remordimiento, porque inconscientemente hemos renunciado a ser personas, a tener conciencia, a distinguir entre el bien y el mal, para saber elegir entre el bien y lo mejor como seres trascendentales que somos, y todo para andar matándonos los unos a los otros, solo por seguir las órdenes de los Hitler de la miseria y opresión.

Quizás más de uno piense que todo esto lo digo porque puede ser que haya seguido a los peores ejemplos de vida: Sócrates bebiendo la cicuta para defender sus ideas, al Dios que habitaba en él: la conciencia, cuya idea cambió la contemplación del hombre, yendo de su exterior al interior; Ortega preocupado por el ser del hombre: su dignidad y circunstancia; Marañón igualando a los ricos y pobres en su consultorio y atenciones; Heraud luchando por la dignidad de los otros, con gran conciencia de la vida y del ser, que no se aleja de la reflexión de Sartre, quien nos indicaría que el prójimo no solo es aquel que vemos, sino aquel que nos ve, aunque nosotros no lo veamos, dándonos a comprender la extensión humana del ser en sí mismo, de ese yo universal que nos vendría a hablar Unamuno y por el cual una sola persona vale más que toda la humanidad junta, aunque de nada sirve que todos sacrifiquen a una sola persona, porque es indispensable que todos aprendamos a sacrificarnos a sí mismos; y por eso hemos podido contemplar que, a pesar de tantos sacrificios de una sola persona, como los ya mencionados anteriormente, así como de Jesucristo, Buda, Einstein, Hawking, entre tantos otros que cambiaron la historia de la humanidad, cosa que conocemos o podemos revisar en la historia de las revoluciones armadas, como intelectuales, seguimos girando en el mismo estilo de vida, entre supervivientes y sobrevivientes, opresores y oprimidos, amos y esclavos, por más que los matices de la modernidad nos lo presenta diferente, solo por la evolución de la tecnología y el conocimiento del hombre, ese que todavía sigue siendo pobre de ser, y por eso vemos tantas injusticias sociales, y todo porque hasta ahora no hemos aprendido a trascender.

Hoy hemos llegado al punto de que vivir es ser un pobre diablo endiosado, uno que quiere ser lo que no es: un dios, un ser que decide sobre el origen y fin de la vida, y por eso vemos a flor de piel las prácticas hipócritas de la defensa de la vida que nos encierra como roedores que se aferran a la vida sin siquiera haber aprendido a vivir, sin siquiera haber aprendido a ser persona, a tener conciencia: conocimiento pleno del ser y hacer, de la naturaleza de sí mismo; y, por ende, hemos destruido nuestro exterior como también nuestro interior, y por eso es que el consumo del mundo nos pasa factura cada cierto tiempo, como lo hizo con la gripe española, que mató entre 20 y 50 millones de persona en dos años, en un mundo menos globalizado que la actualidad, cosa que me lleva a cuestionar la realidad que vivimos con el famoso Coronavirus, porque si realmente el virus fuera un castigo de la naturaleza -como lo habían dicho al principio del año pasado, porque provenía de un murciélago- ya hubiera arrasado con más de 100 o más millones de habitantes, porque la naturaleza es indolente cuando tiene que recuperar su equilibrio, y más con las rápidas conexiones que existen ahora entre los continentes, y si no, miremos a los fenómenos del niño, esos que nos demuestran que por más inteligente que sea el hombre nunca podrá someter a la naturaleza del todo, porque ella tarde o temprano recupera lo que es su suyo sin importarle si arrasa con pueblos enteros.

Hoy nos han inutilizado hasta refugiarnos en la hipócrita idea de salvar la vida de los nuestros y los otros, sin darnos cuenta de que nos han adiestrado para responder de esa forma, porque somos inútiles como personas en sí, porque finalmente está demostrado que no hemos aprendido a ser persona, pues no tenemos conciencia de nuestra propia existencia, y todo porque no hemos aprendido a vivir; y, por ende, no tenemos conciencia de que la muerte es lo único seguro que existe en la vida, de la que no nos escaparemos hagamos lo que hagamos, simplemente porque la vida en sí no nos pertenece, porque es de quien nos la destino, llamémoslo Dios o simplemente Vida, con mayúscula, o -ya si quieren- naturaleza, porque nadie sabe exactamente hasta cuándo va a vivir, salvo que se suicide y la tinke, porque muchas veces hasta el suicida se salva de su asesinato. Y por eso creo que, simplemente no hemos aprendido a vivir como personas, porque no hemos aprendido cuál es el proceso de la existencia, esa que quizás la conocemos por la fotosíntesis enseñada en las escuelas, a la que se reduce la mayoría de los seres humanos: los domesticados, los que nacen, crecen, sobreviven, se reproducen, joden y se dejan joder para volver a joder y finalmente mueren sin dejar absolutamente nada que trasciende; y por eso hasta ahora no se tiene las bases para una mejor sociedad, una sociedad más humana que animal, más digna para todos los hombres (varones y mujeres y todas las demás orientaciones o elecciones personales) cosa que ayudaría a mejorar indiscutiblemente a las siguientes generaciones, como seres trascendentales que somos; y todo gracias a que todavía no existe conciencia del ser, a pesar de tanta dizque evolución humana; razón por la cual la dignidad sigue estando por los suelos, donde los endiosados del mundo (los opresores) siguen gobernando a las masa, a los borregos que van al matadero de la sobrevivencia, donde dejan su existencia para que otros puedan vivir del sudor de su frente, mientras que los otros, los supervivientes, contemplan cómo la masa se pelea entre la masa para sobrevivir, para comer y “disfrutar” de su efímera existencia, asesinando o asaltando a lo bestia salvaje, mientras que los supervivientes lo hacen de forma más inteligente, solo pasteando a las ovejas, tal y como lo hicieron cuando incentivaron a las marchas contra el dictador más inútil de la historia, quien no tuvo ni una hora de gobierno y ya era dictador, hasta el punto de que renunció sin gobernar jamás, simplemente porque el puesto le quedó demasiado grande para su tan escasa capacidad racional, porque en el fondo no era un dictador, sino un completo inútil, el tonto más útil de la historia, diría una amiga que se ríe a morir del pobre, para no renegar.

Hoy esa masa hormonal que antes gritaba dictadura está dormida ante la descarada corrupción que afronta la realidad nacional, y mundial. Está callada ante la miseria de la vida diaria, y digo miseria porque no es posible que a pesar de tanto conocimiento desarrollado sobre el ser humano y la dignidad del hombre todavía sigan existiendo abismales diferencias entre las personas en las atenciones de sus necesidades básicas: educación, salud, alimentación, vivienda, seguridad, oportunidad laboral, donde el poder económico gira en manos de unos pobres diablos, de unos infelices de la vida en sí, de unos que se creen más inteligentes que otros, cuando en sí solo son miseria humana, simplemente porque también es gente: masa que no ha aprendido lo que es su ser en sí; y, por ende, su existencia humana es tan superficial como el hecho de vivir entre la ley de la selva: sobrevive el más pendejo y fuerte, por eso los gritos miserables de la gente gira entre derechos humanos que no existen y que nos endiosan insufriblemente, porque son capaces de matar a lo Eichmann: sin sentir el menor remordimiento, porque es gente que justifica la caridad con la lástima, sin darse cuenta de que están cayendo en más miseria humana, ante situaciones que en sí son realmente desagradables y repugnantes como la violación y ciertas malformaciones humanas que nos golpean fuertes sufrimientos de impotencia, simplemente porque no se puede dar calidad de vida a esas personas, ,porque se requiere mucho esfuerzo para darles lo mejor, esfuerzo que la humanidad máquina u hormonal no está dispuesta a hacer, porque ellos tienen la función del disfrute en modo superpoderoso, y por eso los sacrificios no son de sí mismo, solo de su cuerpo, y no porque no se pueda en sí, sino porque seguimos cayendo en la miserable vida del hambriento, ese que busca tener más y más simplemente porque es incapaz de llenar o saciar su sed, porque lo que busca el ser no está en las posesiones exteriores sino en las interiores, y por eso que todas las grandes revoluciones que cambian la historia termina fracasando: simplemente porque no vemos al ser en sí mismo; y, por eso, la mayor lucha del hombre está en lograr la igualdad de la dignidad con la equidad del ser en sí mismo, es decir, debemos comprender mejor las capacidades individuales del ser, y para ello es indispensable que las personas aprendan a descubrir quiénes son para poder saber cuál es su quehacer, porque por más que todos podamos hacer de todo, el ser no goza a plenitud con todo, es decir, no se sacia haciendo todo, porque simplemente goza o trasciende haciendo aquello que le permite elegir siempre entre el bien y lo mejor, es decir, entre lo digno para uno sin trasgredir a los otros, porque si recordamos nuestros derechos y deberes “empiezan cuando termina de uno y terminan cuando empieza de otro”, simplemente porque nadie es más ni menos de sí mismo, sino complementarios para el equilibrio de la vida y la dignidad, tan igual como lo es la naturaleza.

Pero esto es algo que no se ve en la práctica de la vida del ser humano, simplemente porque, a pesar de tanto conocimiento humano, todavía no hemos aprendido a ser personas; y, por ende, caemos en los vacíos existenciales gritando dignidad donde no existe, reclamando derechos que no existen, simplemente porque no conocemos realmente nuestro ser en sí, haciendo shows de borregos para sentir que somos diferentes, cayendo en sentimentalismos baratos, en frases de autoayuda que yo lo llamaría lástima, porque quieren ser tratados como si fueran infantes incapacitados para comprender la realidad humana, y todo porque realmente no somos más que masa, rebaño que se mueve al grito del pastor, ese pastor que nos controla y encierra para servirle a los suyos, hasta el punto de que no hacen repetir “quédate en casa” sin tener oportunidad a cuestionarla, menos a contemplar lo que implica vivir en sí, porque las ovejas solo deben obedecer y repetir lo que sus amos les ordenan, mismo guacamayos: que repiten todo lo poco que su amo le enseña, cosa que llega a hacerme asquear interminablemente a  los humanos de estos tiempos, que no son muy diferentes a los de otros, con tantas injusticias sociales que se observan en la vida diaria: políticos ladrones y mentirosos, obras de desarrollo miserables, porque no duran en el tiempo, sino en la necesidad de la corrupción, donde la explotación del hombre por el hombre sigue humillándonos los unos contra los otros, porque, si profundizamos en la vida diaria, nos encontramos en la normalización de frases paupérrimas del ser, como “si los políticos son ladrones y corruptos, qué puedes esperar del pueblo”, “pero los humanos son así”, como si hubieran aprendido a ser personas, a trascender, a ir más allá de sí mismos, a explorar su interior y ser, hasta el punto de que son gente, gente que terminan siendo hienas, hienas dispuestas a devorarse a su inocente presa, al cojudo que se deja estafar porque cree en el valor de la palabra, porque piensa que todos son como él, sin ver que la realidad es distinta: miserable, porque la gente también es igual de miserable y corrupta que sus pastores (los políticos), solo para no ser ellos la carne que llevan al matadero de la vida de opresión, y todo porque la realidad todavía nos hace vivir en el constante miedo de morir si no nos adecuamos al sistema, porque la honestidad y dignidad no es rentable ni sociable, porque vivimos en sociedades putrefactas, sociedades que apestan a miseria, que huelen a muerte, porque simplemente la masa ha muerto como ser individual, como persona, para ser masa, animal doméstico al adaptarse al sistema para poder sobrevivir, sobrevivir como un animal que se deja guiar por su pastor, ese mismo que le meterá el miedo a morir solo porque no ha aprendido a vivir, hasta lograr encerrarlo peor que a una rata de laboratorio, porque la rata no tiene la misma capacidad de razonar que nosotros, quienes podemos comprender mejor la realidad, mejor que los demás animales.

Penosamente la realidad es corrupta y miserable en la sociedad de la mayoría, esa mayoría desnaturalizada de su ser, robotizada y domesticada, acostumbrada a ver normal a la miseria, como parte de la vida diaria, solo porque no ha podido contemplar otra realidad, hasta el punto de olvidar que somos diferentes a los demás animales, por más que nos comportemos peor que ellos, como bestias extremadamente salvajes, y todo por estar incapacitados para razonar gracias a cojudos que se creen dioses, quienes finalmente nos dictan las normas de vida, porque ellos son los que viven pensando que si son astutos podrán escaparse de la muerte como Sísifo, solo que burlándonos de los unos y los otros, de los “inferiores a uno”, los más débiles; y no de los cojudos dioses de la vida diaria, de los miserables opresores, hasta ser unos revolucionarios hormonales como en tiempos donde todavía no se conocía la dignidad del hombre, donde el conocimiento del ser era tan pobre como el hombre del mito de la caverna, un cavernícola incapacitado para socializar,  porque simplemente nos dejamos guiar por los olores sexuales que unen a los unos con los otros para un mismo fin: sobrevivir, cuando deberían ser como los revolucionarios del Reddit: inteligentes, hasta el punto de poner en jaque a los lobos que gobiernan gran parte de la economía del mundo, simplemente porque no es tiempo de una revolución de armas, sino una donde la inteligencia sepa jaquear hasta matar a los reyes del mundo, porque es ahí donde se concentra la peste humana, esa que huele a muerte y comete grandes genocidios a lo Eichmann.

Pucallpa, 31 de enero de 2021 a las 15:16 horas.

Autoritarismo y violencia neoliberal

Álvaro Vega Sánchez, sociólogo

A diferencia de Chile donde el neoliberalismo se impuso como política económica después de un golpe de Estado y una cruel y brutal represión por parte del ejército, encabezado por el general Augusto Pinochet, en Costa Rica se impuso después de una negociación con el Fondo Monetario Internacional, con impactos menos privatizadores pero siempre devastadores en lo social.

El filósofo Constantino Láscaris logró percibir que la oligarquía costarricense, sin seguir el patrón dominante en América Latina, había logrado someter a su pueblo sin necesidad de ejército. Efectivamente, en el país se desactivó el dispositivo militar pero se activó el ideológico y cultural, para contener los impulsos transformadores de gran calado. Se instauró, así, un sistema que privilegia la dominación cultural e ideológica. La violencia asume una dimensión predominantemente simbólica y política, propia de una “cultura autoritaria”.

Así lo constata el sociólogo Manuel Solís: “Ni la insignificancia del ejército ni su abolición pueden identificarse con la desaparición de la violencia política […] El fondo del asunto lo pusieron en palabras los jueces insubordinados del año 2.000, cuando hablaban de una institucionalidad marcada por una cultura autoritaria […] La arbitrariedad, la corrupción y las distintas formas de violencia civiles pueden convivir, e incluso escalar, con un discurso de paz cuando este apuntala una cultura autoritaria” (Solís A. Manuel (2006) La institucionalidad ajena. San José, Editorial UCR, p.529).

Efectivamente, en las últimas cuatro décadas, nuestra oligarquía ha sabido imponernos el derrotero del autoritarismo neoliberal con un discurso de paz. En su primera administración (1986-2000) el expresidente Oscar Arias mientras propiciaba la paz en la región impulsaba la privatización de las telecomunicaciones en el país y un proyecto que pretendía privatizar al ICE, al mismo estilo que hoy proponen algunos economistas, es decir, vendiendo acciones de instituciones públicas al sector privado. En su segundo mandato (2006-2010), enarboló el lema de “paz con la naturaleza”, mientras decretaba la explotación minera a cielo abierto de interés público e impulsaba la firma del TLC con Estados Unidos, para, al fin, lograr privatizar las telecomunicaciones y profundizar el pacto neoliberal.

Hoy la oligarquía y sus voceros persisten en un discurso que “llama a la guerra” contra la institucionalidad social y el empleado público. Nuevamente, apela a La violencia simbólica del discurso del miedo, ahora aprovechando el contexto de pandemia, para crear un enemigo del pueblo: el sector público, y legitimar, así, el rumbo privatizante para dar la última estocada al Estado Social de Derecho.

Se comporta con una alta dosis de desesperación porque se resiste a reconocer el fracaso rotundo de su apuesta neoliberal, que solo ha producido desempleo, empobrecimiento y una escandalosa desigualdad social. Una realidad que la pandemia se ha encargado de mostrarnos en toda su crudeza, y que debería conducirnos más bien a conjuntar voluntades políticas y sociales intersectoriales, para impulsar medidas y acciones alternativas dirigidas a fomentar la equidad para garantizar bienestar humano, social y cultural.

“En tiempos de epidemias es más fácil entender que un mundo construido sobre la indiferencia, la injusticia social y las profundas desigualdades es un mundo sin futuro» (Albert Camus, citado por Nuccio Ordine). Tal parece, que en este país no está resultando fácil hacer entender que llegó la hora decisiva de apostar por la solidaridad, la justicia social y la equidad, es decir, por la Costa Rica post-neoliberal.

 

Imagen: https://revistaconstruir.com/ice-electrifica-zona-rural-con-paneles-solares/

Reforma integral a la Ley 7600: Propuesta insuficiente y acelerada

De: Luis Fernando Astorga Gatjens

luferag@gmail.com

La Ley 7600 de Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad, fue promulgada el 29 de mayo del año 1996 y ha sido el principal referente normativo en el ámbito de los derechos de las personas con discapacidad.

En el año 2019, la diputada María José Corrales (PLN-Alajuela), impulsó un proyecto de reforma integral de esta importante ley, que ha avanzado en la corriente legislativa bajo el Expediente N° 21 443. Esta propuesta ya fue dictaminada por la Comisión Especial sobre Discapacidad y Adulto Mayor, y avanza –con una celeridad, a todos luces inconveniente—hacia una quizás cercana votación, en primer debate en el plenario legislativo.

Reconocemos las buenas intenciones de las propulsoras de esta iniciativa, sin embargo, quienes desde hace bastante tiempo hemos venido trabajando en el ámbito de los derechos de las personas con discapacidad, nos preocupa cómo ha venido avanzando este proyecto de reforma, por las razones que seguidamente enumero:

1) Sin balance correctivo. Hasta el presente no se ha desarrollado un balance, riguroso y exhaustivo, de cómo se ha aplicado la Ley 7600 en los siete ámbitos que abarca la norma original. ¿Cuánto realmente se ha avanzado en el país y cuál es su impacto efectivo en la vida de las personas con discapacidad, en educación, trabajo, salud, acceso al espacio físico, acceso al transporte público, acceso a la información y a la comunicación, y acceso a la cultura, el deporte y las actividades recreativas? La ley 7600, que ya casi cumple 24 años, se promulgó para reducir sostenidamente la amplia deuda social que tienen el Estado y la sociedad costarricenses, con este sector de población de más de 900 mil costarricenses (ENADIS, 2018). Empero por lo que se muestra en la vida cotidiana de la inmensa mayoría de las personas con discapacidad y los inobjetables datos estadísticos, esa deuda persiste y se refleja en la discriminación y la exclusión social que afecta a este sector poblacional.

2) Otro contexto normativo. Otro elemento que es necesario analizar a la hora pensar en una reforma integral a la Ley 7600, es los diferentes contextos normativos existentes cuándo fue aprobada la ley y en el presente. Cuando fue promulgada no había en el ámbito de la ONU, ni en el de la OEA ningún tratado centrado en las personas con discapacidad. En 1999, la OEA adoptó la Convención interamericana orientada a eliminar la discriminación asociada a la discapacidad y en el año 2006, la ONU aprobó la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad. Ambos tratados fueron ratificados por Costa Rica en 1999 y 2008, respectivamente. Claro está que siendo ambas normas supra-legales (Artículo 7, Constitución Política), es necesario contemplar iniciativas de armonización legislativa que aseguren su cumplimiento efectivo.

3) La aplicación, preocupación prioritaria. Una preocupación central en el presente es la necesidad de la aplicación efectiva de lo que establece la Ley 7600 y de otras normas vigentes, en el campo de los derechos de las personas con discapacidad. El país mantiene tanto en el ámbito nacional como en el de los gobiernos locales, un desfase muy amplio entre lo que dictan las normas y su aplicación efectiva, a través de políticas públicas inclusivas, que mejoren las condiciones de vida de las personas con discapacidad. En esta materia sigue habiendo mucho más ruido que nueces; aun considerando los esfuerzos que realiza el CONAPDIS, en su calidad de ente rector.

4) Consulta superficial e insuficiente. Tanto la Ley 7600 como la Convención de la ONU establecen la obligación ineludible del Estado de consultar a las personas con discapacidad, a través de sus organizaciones representativas, en asuntos de su interés. Y no cabe la menor duda de que una reforma integral a la Ley 7600 tiene tal dimensión. Sin embargo, la Asamblea Legislativa procediendo inapropiadamente, se complace con enviar los proyectos a correos electrónicos de algunas personas y organizaciones de personas con discapacidad, sin cumplir cabalmente con el verdadero deber de consulta. Se trata de consultas que no cumplen ni el espíritu ni el objetivo de las normas. Así se ha procedido con este proyecto de reforma, sin valorar el importante esfuerzo que desarrolla el CONAPDIS de conformar el Foro Nacional de Consulta de las Personas con Discapacidad. Este foro que tendrá 72 miembros (36 titulares y 36 suplentes) de las nueve regiones que conforman esta entidad rectora, quedará conformado en este mes de marzo. Sin lugar a dudas, el Foro Nacional Consultivo debe estrenarse con la consulta sobre la reforma a la Ley 7600, por su alcance e importancia.

5) Aplicación: Nada nuevo en el horizonte. Una primera lectura del proyecto de reforma a la ley 7600, nos indica que hay una serie de temas que no fueron abarcados y que son claves para que la ley 7600 incida en mejorar las condiciones de vida de las personas con discapacidad. Veamos algunos ejemplos concretos: No se agrega nada que asegure mejor la implementación de la Ley en todos los estamentos del Estado, incluidos los gobiernos locales. Tampoco se menciona el rol del CONAPDIS, como ente rector para la vigilancia e impulso del cumplimiento de la Ley. Asimismo, no se contempla el tema de los recursos y las asignaciones presupuestarias, que son claves para la implementación deseada.

Todas estas ideas que comparto me llevan a la conclusión de que es imprescindible que el proceso acelerado que lleva, injustificadamente, la Asamblea Legislativa, se detenga para que las cosas se hagan realmente bien. Si hay un verdadero interés en una reforma integral, se debe trabajar en mejorar sustancialmente la Ley 7600 y, más importante aún, asegurar un avance sostenido en su implementación.

De no seguir este razonado y razonable camino, avizoro una nueva frustración para las personas con discapacidad y sus esperanzas de una vida mejor.

(27 de febrero, 2020)

 

Enviado por el autor.

BUSSCO informa acerca de avances en Diálogo Multisectorial

El pasado miércoles 28 de octubre culminó la segunda sesión de mesa de Diálogo Multisectorial con acuerdos en los principios, la mecánica y la temática que se abordará en una agenda de trabajo que iniciará a partir del jueves 5 de noviembre y se extenderá por 9 sesiones de trabajo durante 3 semanas.

Justicia fiscal, justicia social y mayor equidad fueron parte de los temas en los que BUSSCO insistió como temática a incluir y abordar.