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Etiqueta: escritora

Semblanza de la escritora Gabriela Mistral

Fernando Daza Osorio; Homenaje de la ciudad de Santiago a Gabriela Mistral (detalle del mural)

Primera mujer iberoamericana en recibir un Premio Nobel

Juan Jaramillo Antillón

Su nombre es Lucila Godoy Alcayaga, el de Gabriela Mistral es un seudónimo. Ella señala qué lo usó por su gran admiración por Gabriel D’Annunzio y Frédéric Mistral.

Nació en Vicuña, un área rural pobre de Chile, en 1889 y falleció en Nueva York en 1957 a los 67 años a consecuencia de un cáncer del páncreas.

Fue una extraordinaria escritora, poetisa, pedagoga y diplomática chilena, y la primera mujer a quien se le otorgó el Premio Nobel en América Latina. Se le entregó por su excelente obra poética y por ser un símbolo de las aspiraciones idealistas del mundo. Entre lo más valioso de su obra está la ternura infinita que ponía a sus poesías y el conmovedor amor por los niños y los desvalidos, el importante papel de la mujer en la sociedad, en la diversidad sexual y en la equidad de la enseñanza para niños y niñas. Aparte del amor entre el hombre y la mujer, y entre todos los seres humanos que describió en sus libros.

Su infancia fue muy dura pues su padre, un maestro rural, abandonó el hogar cuando Gabriela apenas tenía tres años, teniendo su madre muchas dificultades para criarla. Ella señala que encontró años después una caja con poesías de su padre, lo que le encanto y la inclinó hacia la poesía.

Publicó su primer verso a la edad de 15 años en la prensa de su pueblo. Se hizo maestra de escuela, debido a su experiencia, pues le encantaba enseñar a los niños, pero nunca estudió formalmente para maestra por falta de recursos. Sin embargo, en 1910 convalidó sus conocimientos en una Escuela Normal de Santiago de Chile. Desde los 21 años prestó servicios de profesora en Liceos de pueblos chilenos. Durante 11 años recorrió trabajando como profesora en pueblos de todo su país. Finalmente concursó para una plaza de directora en el Liceo núm. 6 de Santiago de Chile, ganando el concurso, pero los profesores la rechazaban por su fala de estudios profesionales, pese a eso se sostuvo en el puesto un tiempo.

De joven, en 1906, tuvo un problema sentimental que la afectó de por vida, incluso para escribir. Se trató de un noviazgo trágico con un joven de nombre Romelio Ureta. En un pueblo al norte del país donde era maestra y él empleado del ferrocarril, romance que duró tres años y finalizó, porque él se suicidó por un problema en su trabajo. Ella lo consideró su único amor.

Su fama comenzó cuando envió a concursar a Santiago en 1914 en unos juegos florales, unos poemas, su trilogía de los Sonetos de la muerte, (en recuerdo a su trágico amor), con el seudónimo de Gabriela Mistral. Obra que fue premiada y publicada en diarios y revistas no solo en Chile, sino en el exterior. Eso le proporcionó gran fama e incluso un trabajo como directora de un liceo. Lo que gustó de sus poemas posiblemente fue la dramática intensidad y la fuerza lírica con evocación del dolor íntimo y la forma como invocaba a la muerte. Siendo una persona muy modesta, no asistió a recibir ese premio, ella estaba oculta entre el público en el teatro donde se premiaron las obras.

Su amplia producción, tocaba en especial temas para los niños, posiblemente influida por las canciones infantiles que de niña escuchó, sobre la maternidad, los desvalidos, sobre la naturaleza vista con cierto realismo mágico y como un canto a ella, a los enamorados, al dolor y a la muerte, a los derechos y sobre la emancipación de la mujer latinoamericana, al campesino con sus desgracias y pobreza.

Se señala que su lenguaje era sencillo y directo, despojado de todo amaneramiento, especialmente, en sus libros TalaLa Espera Inútil y Lagar. Para ella sus mejores obras son su libro Desolación, con los Sonetos de la muerte ya señalados, Oración de la MaestraTernuraRondas de niños y el Poema de Chile, su último libro de versos, inconcluso, publicado después de su muerte.

Viajó mucho según se señala, ya que fue nombrada en diferentes puestos de Relaciones Exteriores de Chile: en los consulados en España, Portugal, México, Brasil, Italia y Estados Unidos. Además, visitó algunas naciones latinoamericanas, promoviendo la educación, los derechos de la mujer y leyendo sus obras.

Fue contratada por el gobierno de México en 1922 para colaborar en la reforma a la educación pública que el ministro de educación, José Vasconcelos de esa nación, realizó en su gestión pues eran muy buenos amigos y le pidió ayuda para reorganizarla. En especial se dedicó a preparar un programa de enseñanza rural y para ello publicó un libro titulado Lectura para mujeres, incluyendo a las indígenas. En 1923 hizo una gira por los Estados Unidos y Europa.

Su filosofía pedagógica se basaba en que creía en la importancia de una comunidad de enseñanza entre el alumnado, las madres y los obreros de la comunidad. La obligatoriedad de la enseñanza primaria, el derecho del niño a la salud y educación y si era posible darles educación secundaria ayudados por el Estado.

Aparte de maestra tuvo otros puestos de profesora en liceos y hasta en la Universidad de Santiago y en algunas instituciones educativas de Estados Unidos. En 1926 fue nombrada secretaria del Instituto de Cooperación de La Sociedad de Naciones en Ginebra.

Es indudable que en su obra poética fue influenciada por algunos poetas como Amado Nervo, Frédéric Mistral e incluso por Rubén Darío, donde tomó la ausencia de retórica y el lenguaje coloquial. Aunque hacia referencias concretas sobre el cristianismo en sus escritos, no se consideraba religiosa.

En el año de 1943 había adoptado un hijo de nombre Juan Miguel Godoy de un hermano fallecido. Lo había adoptado con la ayuda de su secretaria Palma Guillen. Estando ella en Brasil, al parecer por acoso en el colegio donde estudiaba, él se suicidó a la edad de 18 años, dejando muy afectada a la Mistral por años.

A ella no le gustaba vivir en Chile, por eso el Gobierno la nombro cónsul en Nueva York y delegada ante las Naciones Unidas. En Nueva York vivía en la casa de una amiga, Doris Dana una escritora que la admiraba mucho y era su representante, en una controvertida relación. Ahí había publicado su libro Desolación. El motivo por el cual no quiso ir a vivir a Chile se debió, según ella porque ahí sin fundamento se decía que ella tenía inclinación a la homosexualidad. No creo que tuvieran ningún documento o prueba de ello. Tanto ella como su amiga Dana negaban enfáticamente ser lesbianas, decían que su relación era de amigas o de maestra a alumna, Doris Dana era 31 años menor. Al morir le dejó su herencia a su amiga Dana, aunque la mitad de las ganancias de sus libros se las dejó a los niños de un pueblo chileno.

Las Naciones Unidas la reconocieron como una gran mujer y una personalidad partidaria de la paz y de los derechos humanos. Ella admiraba en especial a: José Martí, Neruda, Mariátegui y otros.

Estuvo en Costa Rica en septiembre de 1931, llegó a Limón en barco, dio conferencias y visitó escuelas y colegios. Apreciaba y era amiga de Roberto Brenes Mesén, de García Monge, Omar Dengo y Carmen Lyra, con quienes mantenía correspondencia. Antes de partir les dio un consejo a los intelectuales del país: cultivar lo nuestro y no imitar lo extraño, ya que las virtudes ajenas nunca serán nuestras. Recomendó a las mujeres luchar para alcanzar sus derechos políticos, pero sin dejar de ser mujeres.

En el mismo año de su muerte en 1957, sus restos fueron trasladados a su pueblo en Chile.

Notas

Alarcón, Justo. S. (2009). Biografía de Gabriela Mistral. Archivos de la Universidad Jaime I. Chile.
The Nobel Prize. Gabriela Mistral.
Oliva, M. (2010). Gabriela Mistral en Costa Rica. San José, La Nación, Ancora. 29 de marzo.
Teitelboim, V. (1991). Gabriela Mistral. Pública y secreta. Santiago. Ediciones BAT.
Wikipedia. Gabriela Mistral.
Zamora, C. (2007). Gabriela Mistral (1889-1857). En: AFUP-Tribuna, San José. 6-8.

 

Publicado en:https://www.meer.com/es/74168-semblanza-de-la-escritora-gabriela-mistral, compartido con SURCOS por el autor.

 

«Las Memorias de mi tierra»… cobran vida en la voz de escritora costarricense

Memorias de mi tierra, de Oriana Ortiz Vindas, es un libro que retrata la cotidianidad de la región Mesoamericana, desde un crisol de imágenes que muestran la cruda e intempestiva realidad, mezclada con el misticismo de nuestras raíces pluriculturales.

Una recopilación de ocho cuentos, que dan voz a personajes diversos que nos llevan de la mano a conocer los contextos, luchas y verdades de una zona devastada históricamente por la pobreza y la violencia.

El recorrido desde México hasta Panamá, donde los caminos de Mi sol, Una semana en el paraíso, La telaraña, Detrás de las ventanas de la MAReA, Los ojos del Tijax, El tiempo del no tiempo, Los de allá y los de acá: el canal, y Cocibolca cobran vida a través de las palabras de Ortiz y de las ilustraciones del pintor escazuceño Javier Mena.

La publicación a cargo de Editorial Kamuk, en este año 2021, es una apuesta por una narrativa vívida y crítica. Según, Adams J. Ruiz, miembro de la editorial, “lo novedoso es que Memorias de mi Tierra ocasiona que el lector se sienta en primera línea con respecto a las situaciones que ocurren ahí, lo enriquecedor es el uso adecuado del lenguaje local, así que no son historias maquilladas…”

“Una memoria es una experiencia que nos recuerda partes del cuerpo que ni conocíamos, que nos confronta o nos alivia de males de vidas pasadas. Es ese momento de quiebre en la historia, donde significamos lo que somos y nos abre los ojos para agradecer los palpitares más fascinantes de nuestro corazón, esos que se asemejan al despertar del sol al amanecer. Y si nos detenemos a hablar de esta tierra, no podría iniciar de otra manera sino visualizando una selva húmeda a mi alrededor, constante, incesante, expansiva, como los ojos profundos que podrías encontrarte en León, Nicaragua, o en Veracruz, México; las manos cálidas de una mujer vendiendo atol shuco o tamales; y el abrazo desinteresado a la persona de al lado que te coloca el significado de la palabra afecto en el pecho”, citó la autora en la presentación del libro.

El poeta y antropólogo salvadoreño Julio Zepeda, quien escribió el prólogo del libro, señaló “Me resulte valiosa la propuesta narrativa de Oriana Ortiz Vindas, que nos asoma a vivencias y momentos que nos hablan del pulso que ella misma ha recogido, o visto muy de cerca, en sus viajes por la región Mesoamericana. No pretende caer en ningún momento en ligerezas narrativas, o desde una voz impostada, ajena y superflua. La escritora ofrenda estos textos desde una honestidad cada vez menos común en los medios mercantiles”.

Este libro se presentó en el marco de la inauguración del Segundo Congreso Mesoamericano y del Caribe de Culturas Vivas Comunitarias, celebrado en Costa Rica y de forma bimodal con la participación de artistas y gestores culturales de Nicaragua, Panamá, Ecuador, Cuba, Belice, República Dominicana y México.

Si tiene interés de contactar a la escritora, puede comunicarse con ella a oriana.ortiz.vindas@gmail.com o al Facebook de https://www.facebook.com/imagina.palabra

Libro: “Mi mundo en una teta y otras barbaridades” de Ivannia Lazzaro

La autora Ivannia Lazzaro invita a adquirir su libro “Mi mundo en una teta y otras barbaridades”, el cual contiene tres textos teatrales. Es una reflexión sobre el papel que desempeña lo femenino en la toma de decisiones sobre el propio cuerpo y durante la vida hacia la madurez; una especie de batalla entre los prejuicios ajenos y el autoconocimiento como mujer.
“Un buen regalo para quien extraña el teatro. Si lo desean con dedicatoria y separador de libro solo me avisan”, expuso la escritora.
Para pedidos puede contactar al 8593 0384.

Emilia Prieto para siempre: Proponen Benemeritazgo

  • Se presentó el proyecto de Ley 22.343: “Declaración de Benemeritazgo de la Patria, a la señora Emilia Prieto Tugores”.
  • Emilia Prieto Tugores (1902-1986) fue una mujer multifacética: artista y grabadora, escritora y pensadora, maestra, comunicadora, incansable luchadora social, investigadora de la cultura popular, cantautora y la más reconocida folclorista de Costa Rica.

El jueves 3 de diciembre, la diputada del Partido Integración Nacional (PIN), Patricia Villegas Álvarez, presentó el proyecto de Ley 22.343: “Declaración de Benemeritazgo de la Patria, a la señora Emilia Prieto Tugores”.

La familia de Prieto Tugores, como reacción al avance de la iniciativa, expresa su gratitud pública tanto hacia la diputada Villegas Álvarez como a los 34 diputados y diputadas de todos los partidos políticos que acompañaron con su firma este Proyecto de Ley.

“Saber que nuestra abuela Emilia, podría recibir el máximo homenaje de Costa Rica, por el valor de su obra humana, nos llena el corazón de gratitud y alegría a todos sus familiares”, declaró Liana Babbar Amighetti, en representación de la familia.

Otorgado desde 1966 por la Asamblea Legislativa, cuando se inauguró el Salón de Beneméritos de la Patria y Ciudadanos de Honor, la distinción de Benemérito de la Patria es un homenaje a aquellos ciudadanos que, por sus méritos o sus obras, se hubieren hecho acreedores al reconocimiento de la nación.

De acuerdo al texto del Proyecto de Ley, “Emilia Prieto Tugores (1902-1986) fue una mujer multifacética: artista y grabadora, escritora y pensadora, maestra, comunicadora, incansable luchadora social, investigadora de la cultura popular, cantautora y la más reconocida folclorista de Costa Rica.”

Francisco “Paco” Amighetti y Emilia Prieto en la Galería Amighetti, en noviembre de 1975. Fotografía tomada por Jorge de Sandozequi (1944-2002).

Recordando a Emilia Prieto

Durante años, la figura de Prieto Tugores ha sido recordada en los diferentes medios de comunicación nacionales, así como en centros culturales y eventos organizados por artistas, asociaciones y agrupaciones folclóricas del país, donde se le han rendido diversos homenajes a su obra.

Actualmente, existe, desde el año 2015, el Premio Nacional de Patrimonio Cultural Inmaterial “Emilia Prieto Tugores”, el cual es gestionado por el Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural, así como el Festival Nacional de Folclor Emilia Prieto Tugores – AGICUP (Asociación Grupos e Intérpretes de la Cultura Popular Costarricense) que llevan su nombre y buscan presentar y homenajear a aquellos personajes que se destacan en el campo de difusión y promoción de la cultura popular costarricense. 

En 2005, Emilia Prieto Tugores fue reconocida por el Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU), en su Galería de las Mujeres, distinción creada a partir del 21 de diciembre de 1999. Este es un espacio cultural que rinde homenaje a todas aquellas mujeres destacadas que han dedicado su vida y obra a la ruptura de estereotipos de género y han luchado por la igualdad y equidad entre mujeres y hombres.

“No se debe llorar la muerte de Emilia Prieto porque su cadáver estaì todo envuelto en los ecos de sus canciones populares, refranes, chistes, decires del pueblo que ella recogió con gran inteligencia y amor, hasta convertirlos en un verdadero patrimonio nacional”, recordó ocho años después de su muerte emotivamente su amiga y colega, la escritora Luisa González Gutiérrez, en un artículo titulado “La obra de Emilia”, publicado en 1994.

“Apasionadamente, por anÞos y anÞos, diìa a diìa, Emilia recogiìa como juntar Santa Luciìas azules por valles, colinas y caminos, las canciones y decires de la gente sencilla que dice las verdades con gran sabiduriìa, gracia y picardiìa, es decir esa filosofiìa limpia y clara como el agua de nuestros riìos”, subrayó también González Gutiérrez.

En el año 1998,  en la conocida columna “El Día Histórico” de La Nación, Marta Castegnaro rememoró su legado señalando: “Observadora atenta de toda manifestación cultural del pueblo -al que siempre comprendió y se sintió unida- comenzó su gran labor de rescate de nuestros valores típicos, interesándose en investigar la carreta costarricense y la significación artística de las pinturas que para adornarla realiza el campesino.”

Exposición “Las peras del olmo. Obra gráfica de Emilia Prieto” (2004). Museo de Arte Costarricense (MAC).

Las peras del olmo

En el año 2004, el Museo de Arte Costarricense (MAC) presentó la exposición “Las peras del olmo. Obra gráfica de Emilia Prieto”, aludiendo a su xilografía “El olmo que dio peras”. Una muestra de 130 obras de Emilia Prieto, organizada y curada por las artistas Sila Chanto (1969-2015, QEPD) y Carolina Córdoba. Esta exposición tuvo una gran acogida por parte de los costarricenses y el trabajo realizado por las curadoras para rescatar y destacar su obra gráfica fue de gran relevancia.

“Fue allá, por 1925, cuando obras de mujeres costarricenses emprendieron su camino en una de las revistas más prestigiosas en el ámbito intelectual. Entonces, el maestro Joaquín García Monge tuvo la osadía de publicar los hermosos grabados de Emilia Prieto y de la salvadoreña Lastenia Araujo de Artiñano en su Repertorio Americano (1919-1958)”, destacó Ana Sánchez Molina, en un artículo titulado “El agudo lápiz de Emilia Prieto”, publicado en la revista Áncora de La Nación. 

“Cuando aún no había derecho al voto femenino, don Joaquín divulgó la voz de Carmen Lyra, Luisa González, Lastenia, Emilia y otras intelectuales y artistas que fueron parte de la llamada Generación del Repertorio Americano”, destacó Sánchez Molina.

Emilia Prieto junto al ex ministro de Cultura, Guido Sáenz González.

Benemeritazgo 

Ante este acontecimiento del Benemeritazgo, se viene a la memoria las palabras del escritor Alfonso Chase, en la presentación del libro “Escritos y grabados” (1977) de Prieto Tugores: “…Ella se planta, por derecho propio, como una figura importante cuyo principal aspecto a contemplar es su trabajo continuo, su interés por las razones políticas que se esconden debajo de la obra artística, y para eso ella, admirable observadora, escribió, pintoì, hizo grabado, investigoì en las fuentes profundas de nuestra cultura popular, para tratar de darnos una visión planetaria de las relaciones entre obra de arte y conciencia política.»

Emilia Prieto junto al escultor y pintor argentino Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz 1980.

Breve biografía 

Emilia Prieto Tugores nació en San José el 11 de enero de 1902. vivió su infancia en la ciudad de Heredia, con frecuentes visitas a la finca Guararí, en las faldas del Cerro Guararí. Realizó su secundaria en el Colegio Superior de Señoritas y, en 1921, obtuvo su título de maestra en la Escuela Normal de Heredia. Recibió los siguientes premios nacionales: Premio Nacional de Periodismo Cultural Joaquín García Monge (1984) y Premio Nacional de Cultura Popular (1992; póstumo). Su obra de toda una vida sobre el folclor costarricense incluye los libros «Escritos y grabados» (1977), «¿Por qué ticos?» (1982), «Romanzas ticomeseteñas» (1986 2da.ed.) y «Mi pueblo» (1991, póstumo); más de cien ensayos y artículos en revistas y periódicos; decenas de grabaciones de música tradicional y los guiones de su programa radiofónico en «Somos como somos» (SINART 1980-1985).

Emilia Prieto en su casa en El Roble de Heredia en 1984.

Puede encontrar más información en el sitio web Emilio Prieto

Compartido con SURCOS por Arnoldo Mora Rodríguez