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Etiqueta: Escuela de Ciencias Geográficas UNA

Fila Costeña amenazada por proyectos inmobiliarios y falta de regulación

  • Comunidades y la UCR han solicitado una moratoria

La reciente paralización total de las obras de un proyecto residencial en el Corredor Biológico Paso La Danta, en Portalón de Savegre sobre la Fila Costeña, es solo uno de los múltiples casos que ilustran la creciente amenaza que enfrenta este importante ecosistema montañoso debido a desarrollos inmobiliarios sin una regulación adecuada.

En muchos casos, estas construcciones se han realizado sin ningún tipo de regulación, sin estudios de viabilidad ambiental por parte de SETENA, ni permisos municipales. Esta situación fue documentada por el Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos (CFIA), en un estudio realizado en 2024, donde se concluye que el 25 % de las construcciones operan sin permisos. El cantón de Osa ocupa el décimo lugar a nivel nacional, con 4.798 metros cuadrados construidos sin licencia.

Problemática. Una investigación liderada por Carlos Morera, de la Escuela de Ciencias Geográficas de la Universidad Nacional (UNA), reveló que entre 2002 y 2006, el 56 % de los permisos de construcción en la zona se otorgaron en áreas de fuerte pendiente y bosque primario. Muchas de estas edificaciones carecían de los permisos necesarios, lo que provocó deslizamientos y sedimentación en cuerpos de agua, afectando negativamente ecosistemas sensibles como el Parque Marino Ballena (UNA Comunica, 16-1-2009; Morera C.2009).

Esta contaminación marino-costera por sedimentación afecta directamente la supervivencia de corales y especies marinas protegidas, que son la razón de ser del Parque Marino Ballena. Además, impacta actividades como el ecoturismo y la pesca artesanal, que son fundamentales tanto para la economía local como para la seguridad alimentaria de las comunidades pesqueras.

El estudio de Morera también advierte que, aunque la cobertura boscosa ha aumentado en décadas recientes, esta tendencia está hoy en riesgo. El auge del llamado “turismo inmobiliario” —es decir, la construcción de bienes inmuebles como condominios, casas de lujo y residenciales orientados a la inversión extranjera— ha propiciado la deforestación en zonas clave, en especial aquellas con vistas al mar. En comunidades como Dominicalito, este fenómeno ha llevado al desplazamiento de habitantes locales para dar paso a desarrollos turísticos

Según estudios registrales realizados por Óscar Leiva, Máster en Desarrollo Territorial Rural por FLACSO, se estima que entre el 70 % y el 75 % de las propiedades en Ojochal están en manos de personas extranjeras. Esta estimación se basa en una muestra de aproximadamente 3.000 hectáreas inscritas, muchas a nombre de sociedades anónimas, y forma parte de su tesis de Maestría en Turismo y Desarrollo Sostenible en la Universidad Nacional (UNA), Sede Chorotega.

Además, el “estilo constructivo” de estas “comunidades privadas” —grandes casas con vistas al mar— implica la apertura de caminos en zonas boscosas y con pendientes pronunciadas, contribuyendo a la fragmentación de los parches de bosque que garantizan la conectividad ecológica de la fauna y flora. Según el Diagnóstico del Corredor Biológico (2018), esta conectividad se ha visto reducida en un 70 % debido a la fragmentación.

A ello se suma el impacto negativo sobre el recurso hídrico. La eliminación de cobertura forestal afecta la calidad y disponibilidad del agua, altera el ciclo de recarga de acuíferos y, junto con el traslado de material pesado por caminos no aptos, ha provocado daños a manantiales —como lo documenta el biólogo Jorge Lobo desde 2006— y constantes interrupciones en el suministro de agua a comunidades de tierras bajas debido a fugas y roturas en la red, como refieren las y los vecinos.

En esa línea, según informó Camilo Flores, fiscal ambiental de Osa, los delitos ambientales más frecuentes en la Fila Costeña incluyen: tala ilegal, cambio de uso de suelo, invasión de áreas de protección y de cauces de agua, destrucción o extracción de vegetación en zonas protegidas, y aprovechamiento ilegal de recursos.

Según el informe “Situación del Reciclaje 2021-2024” de la Asociación de Reciclaje AmbiciOsas (2025), entre 2020 y 2024 la construcción de viviendas y negocios para la industria turística aumentó un 300 % en el distrito de Bahía Ballena. Solo en Ojochal, durante 2022, se tramitaron 2.000 permisos de construcción. El mismo informe, con datos del ICT (2024), señala al Parque Nacional Marino Ballena como el tercer parque más visitado del país, con 317 empresas de hospedaje, 1.713 habitaciones y 103 establecimientos gastronómicos en el distrito más pequeño del cantón. Esta afluencia turística, sumada al aumento de “comunidades privadas” en las montañas de la Fila Costeña, agrava los problemas de manejo de residuos y limita la capacidad de respuesta municipal.

Respuestas. En 2008, ante la gravedad de los impactos, la Universidad de Costa Rica hizo un llamado público a establecer una moratoria al turismo inmobiliario en esta zona. Este pronunciamiento subrayó la necesidad urgente de replantear los modelos de desarrollo turístico hacia enfoques sostenibles que respeten tanto el ambiente como las culturas locales (UCR, 2008).

Más recientemente, el 17 de julio de 2024, la Comisión de Alianza Comunal del Corredor Biológico Paso La Danta presentó ante el Concejo Municipal de Osa un acuerdo comunitario surgido del foro “Enlace Tierra+Mar”, realizado en el Festival del Día del Océano 2024. El acuerdo solicita:

  • Una moratoria en los permisos de construcción hasta contar con la regulación adecuada.

  • La actualización integral del Plan Regulador Cantonal.

  • La declaratoria de la Fila Costeña como “Categoría de Manejo Especial de Protección”.

  • La conformación de una Mesa de Diálogo Ciudadana para avanzar hacia un ordenamiento territorial participativo.

Un foro reciente titulado «El impacto de la industria inmobiliaria en la Fila Costeña del Pacífico Sur (SURCOS Digital, 5-4-2025), evidenció que la presión sobre estos territorios ha aumentado considerablemente. Con participación de expertos y representantes comunales, se discutieron los impactos negativos de los desarrollos no regulados, la deforestación y la falta de planificación territorial. Se reiteró la necesidad urgente de establecer una moratoria hasta contar con un plan regulador integral y participativo.

Antecedentes

  • Entre 2008 y 2010, el Tribunal Ambiental Administrativo abrió 44 expedientes por denuncias relacionadas con proyectos inmobiliarios, hoteles y aserraderos en esta región. Estas cifras, junto con las de la Península de Osa, constituyeron un récord preocupante (TAA: Osa, un tesoro en peligro).

  • Solo en el cantón de Osa, entre 2005 y 2014, se otorgaron 2.247 permisos de construcción. En 2008 se alcanzó un pico, seguido de una caída por la crisis inmobiliaria mundial; sin embargo, desde 2013 la tendencia ha retomado un crecimiento acelerado(La Nación, 08-6-2015).

  • La Cámara Costarricense de la Construcción (CCC) denunció en 2008 la proliferación de residencias en la Fila Costeña mediante vacíos legales, como el Reglamento para el Control de Fraccionamientos y Urbanizaciones, que permite lotificaciones agrícolas sin evaluaciones ambientales integrales por parte de SETENA, bastando sólo una inspección municipal para obtener permisos (La Nación, 11- 9-2008).

Importancia de la zona

  • ¿Qué es el Corredor Biológico Paso de la Danta? Este territorio, que conecta las regiones del Pacífico Central y Sur de Costa Rica entre los ríos Savegre y Térraba, abarca aproximadamente 82.000 ha y 68 km de costa (ITCR, 2014). Es un corredor con ecosistemas diversos y de gran valor biológico, que protege zonas clave como los arrecifes rocosos de Dominicalito, el arrecife de coral en el Parque Nacional Marino Ballena y otras áreas costeras adyacentes(mapa).

  • La Fila Costeña. En Osa se extiende desde Dominical hasta Palmar Norte, descendiendo cerca de la costa y de la carretera Costanera Sur. Como bosque tropical húmedo, alberga una mezcla única de especies de bosques secos y húmedos, muchas de ellas endémicas. Cumple un rol clave en la conectividad ecológica entre áreas protegidas como los parques nacionales Manuel Antonio, Marino Ballena, Corcovado y el Humedal Térraba-Sierpe. Además, regula el clima local, tanto en la costa como en el Valle de El General, y es fuente de manantiales, cuencas y microcuencas vitales para la salud de los ecosistemas costeros y el abastecimiento de agua potable para las comunidades de tierras bajas.

Fotos: https://drive.google.com/drive/folders/1dfytJwhXbYTOqSMtfm0brNUDqMRW-4Kz?usp=sharing

Con apoyo de proyecto ED-3526 Geografía y Diálogos de Saberes: Análisis de la conflictividad socioambiental en territorios comunitarios de Costa Rica de la Escuela de Geografía y el Programa Kioscos Socioambientales de la Vicerrectoría de Acción Social Universidad de Costa Rica.

Investigación revela restauración ecológica en la Fila Brunqueña ahora amenazada por desarrollo turístico

SURCOS comparte la siguiente información, que, aunque es producto de una investigación del 2010, muestra cómo la gran industria turística e inmobiliaria ha afectado la ecología de la Fila Brunqueña, y así mismo, de otras regiones del país.

La Fila Brunqueña experimentó una importante restauración ecológica en las cuatro décadas que se cumplieron en 2010, según revela un estudio realizado por el Dr. Carlos Morera Beita, profesor catedrático de la Escuela de Ciencias Geográficas de la Universidad Nacional.

Esta investigación, publicada en la Revista Geográfica de América Central (Nº 44, I Semestre 2010), caracteriza la estructura del paisaje durante los años 1960, 1972 y 2007 utilizando diversos índices biométricos como forma, borde, tipo de uso y tamaño de fragmento.

El estudio concluye que los espacios rurales de esta región se han transformado aceleradamente en las últimas décadas producto de cambios en las dinámicas económicas. Según explica el Dr. Morera en ese informe del 2010, «durante los cuarenta últimos años se ha presentado una fuerte restauración ecológica, condiciones que están amenazadas en el actual desarrollo turístico».

La vertiente noroeste de esta fila costeña ha evidenciado un notable desarrollo turístico en la última década, impulsado principalmente por el mejoramiento de las vías de comunicación y por sus excepcionales condiciones paisajísticas, caracterizadas por ecosistemas naturales y la cercanía con la costa.

El modelo turístico emergente en el Pacífico Sur se basa en la pequeña escala y con fuerte presencia de segundas residencias dominadas por capital extranjero, especialmente en sectores montañosos con fuertes pendientes y alto valor ecológico.

Esta situación ha motivado el establecimiento del Paso la Danta como corredor biológico que conecta ecosistemas costeros con ecosistemas de montaña, aunque existe preocupación por los posibles efectos ecológicos adversos generados por la expansión de la actividad turística.

Para la realización de este artículo, el Dr. Morera contó con el apoyo de Luis Fernando Sandoval y Fresie Camacho.

Le invitamos a leer el artículo completo a través del siguiente enlace:

https://docs.google.com/document/d/1ew4xs2V_PrkPPQGys4FhIiEfnlMUSK-SDelaonMvphA/edit?usp=sharing

Imagen: UNA Comunica.

Centroamérica se une ante avance de erosión en sus costas

El deshielo de los polos y el aumento de la temperatura del planeta, además de las actividades producidas por las personas, provocan un aumento de la erosión en las zonas costeras. Del 1 al 3 de abril, se realizó en playa Bonita, Limón, el I Taller Centroamericano sobre erosión costera.

La erosión costera puede entenderse como una pérdida temporal de sedimentos que después no son recuperados, y puede obedecer a causas naturales o sociales. La erosión costera al retirar la arena puede acortar las playas y también puede destruir infraestructura que se encuentra sobre la playa”, explicó Gustavo Barrantes, investigador de la Escuela de Ciencias Geográficas de la Universidad Nacional.

El objetivo de este taller, de acuerdo con Barrantes, fue tener un diálogo entre investigadores para comprender cuál es el problema a nivel de cada país, tener un panorama regional y después encontrar opciones metodológicas para monitorear y comprender las transformaciones que la costa está sufriendo en el momento de ascenso del nivel del mar.

En esta a actividad participaron representantes de Panamá, Guatemala, Honduras y El Salvador, además de instancias locales como la Municipalidad de Talamanca, la Municipalidad de Limón, instituciones públicas como Área de Conservación la Amistad Caribe, la Comisión Nacional de Emergencias, la Fuerza Pública y el Benemérito Cuerpo de Bomberos, entre otras.

Para Alexandra Bellayer-Roille, embajadora de Francia en Costa Rica, “esta iniciativa tiene como objetivo crear una red de investigadores y de estudiantes de doctorado por ejemplo, para crear vínculos científicos y universitarios entre varios actores de la región”.

De acuerdo con Haydée Beltrán, representante del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales de El Salvador, en su país hay poca preocupación por el tema. “Hay diversos puntos en los cuales tenemos problemas de erosión costera, estos en este momento no se abordan directamente debido a que hay una impresión en las personas de que no sucede, a excepción de puntos donde la erosión llega a cierto grado en la cual ya está destruyendo algunas comunidades o algunas zonas que son áreas naturales o protegidas”.

En este momento, según la investigadora, se trabaja en estudios especializados para determinar las tasas de sedimentación y erosión y el impacto que están teniendo.

Guiselle Guerra, investigadora de la Universidad Tecnológica de Panamá, afirma que desde la academia se atiende la erosión costera a través de proyectos de investigación e iniciativas que estiman la erosión costera y tratan de identificar puntos de interés.

Hemos encontrado puntos que la comunidad ha establecido que hay mucha erosión, y lo podemos corroborar con imágenes satelitales y estudios de campo, donde la erosión puede llegar hasta a 10 m por año. Hay lugares que tienen erosiones máximas de estos valores y estamos tratando de divulgar e involucrar a la comunidad científica y a la comunidad local para que entiendan la magnitud de la erosión costera, y podamos formular más proyectos de investigación a nivel de academia, pero también a través de institucionales como el Ministerio de Ambiente y otros vinculados a la gobernanza”.

Parte de la discusión de este taller, se centró en cómo se incorpora esta información de erosión costera en el ordenamiento territorial. Para Gustavo Barrantes, “se debe tener comprensión de cuál es este nuevo límite del mar con la tierra, porque la erosión lo está corriendo, y no podemos tener un límite fijo que no responda a esta dinámica actual del planeta. Una vez que encontremos cuál es un buen indicador de dónde está la posición de la costa, podemos planear cómo ordenar lo que se encuentra detrás, procurando tener la infraestructura necesaria en la zona costera, puertos o actividad turística básica, y dejar las demás actividades protegidas por un área de amortiguamiento que haga que estos procesos tomen su tiempo, se acomoden y no afecten a las comunidades que habitan detrás”.

El crear un protocolo estandarizado de medición para la región centroamericana, depende de acuerdo con José Valverde, académico de la Escuela de Topografía Catastro y Geodesia de la Universidad Nacional, d ellos recursos y formación de cada grupo de trabajo, donde además se creen protocolos que responsan a las potencialidad de cada grupo y sus intereses.

Este es un estudio muy importante para la Embajada de Francia aquí en Costa Rica, pero también para las embajadas de Francia en otros países vecinos de América Central, y se inscribe en un programa que se llama FEF que es el Fondo Francés para el Océano, que está dirigido a financiar el estudio y la investigación sobre el océano y las zonas costeras. Todo esto se inscribe en el marco de la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Océano que Costa Rica y Francia van a copresidir dentro de algunas semanas, en junio, en Niza, en el sur de Francia”

El taller fue organizado por Programa de Geomorfología Ambiental, de la Escuela de Ciencias Geográficas de la UNA, el Área de Conservación la Amistad Caribe del Ministerio del Ambiente de Costa Rica y el Instituto de Investigación para el Desarrollo de Francia. Contó además con el patrocinio de la Embajada de Francia y la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad Nacional.

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica