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Etiqueta: Evo Morales

Lo orgánico como tradición dentro del evismo

En una sociedad como la boliviana, inmersa en un flujo constante de información a través de los medios tradicionales y digitales, es inevitable que las tradiciones políticas se vean desafiadas. Históricamente, la cultura política boliviana ha estado marcada por estructuras partidarias en las que los líderes, o más bien caudillos, nacían, crecían, se consolidaban y desaparecían dentro de la misma organización, sin dejar espacio para la renovación interna ni para la emergencia de nuevos liderazgos.

Si bien el ciclo de vida de los partidos políticos no ha cambiado sustancialmente, persisten las viejas prácticas bajo nuevos nombres y colores. Sin embargo, han surgido actores que desafían esta inercia, como Andrónico Rodríguez, presidente del Senado. No obstante, su irrupción no parece ser una iniciativa aislada, sino el resultado de una dinámica política que, de manera natural, tiende a la renovación. Mientras tanto, el evismo se aferra a la permanencia de su líder histórico, Evo Morales, sin cuestionar las razones de su proclamación como único candidato para las elecciones presidenciales de 2025-2030.

El mantenimiento de un liderazgo incuestionable dentro del evismo responde a una tradición que no necesita justificación; su validez se sustenta en la adhesión incondicional de sus seguidores. No obstante, esta postura conlleva riesgos, pues genera un fundamentalismo que dificulta el diálogo y la inclusión de nuevas perspectivas. Es en este contexto que emerge el “androniquismo”: una corriente que encarna una nueva generación con la aspiración de impulsar transformaciones profundas.

Las proclamaciones de Andrónico Rodríguez en distintos departamentos del país reflejan un camino político sin retorno, en el que desafía la tradición orgánica del evismo y cuestiona la exclusividad del liderazgo de Morales. Esta postura ha generado un debate interno dentro del movimiento, aunque sus principales voceros se esfuercen en minimizar el conflicto. La tensión entre la continuidad del evismo y la irrupción del androniquismo evidencia un punto de inflexión en la política boliviana, en el que la tradición y la renovación se enfrentan en una disputa que definirá el futuro del movimiento.

Andrónico Rodríguez: la piedra en el zapato de Evo Morales

Por Vladimir Huarachi Copa

El pasado 22 de enero, durante la celebración del 16° Aniversario del Estado Plurinacional de Bolivia en el Coliseo de la Coronilla, Cochabamba, un fragmento del discurso del presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, desató una reacción inmediata en el sector más radical del evismo. Sus palabras no solo intensificaron las tensiones internas, sino que profundizaron la fractura entre quienes defienden una renovación política y aquellos que se aferran al liderazgo inamovible de Evo Morales.

La respuesta del ala más ortodoxa del evismo no tardó en llegar. En redes sociales y espacios de debate político, se emprendió una campaña de descalificación contra Rodríguez y otros líderes emergentes, reflejando la resistencia a cualquier intento de relevo generacional. Este escenario plantea una pregunta crucial: ¿Hasta cuándo se puede postergar la renovación dentro del movimiento sin que este colapse por sus propias contradicciones?

El evismo enfrenta un dilema existencial. Apostar por una continuidad forzada del liderazgo de Morales o permitir que nuevas figuras, con una visión adaptada a los desafíos del presente, asuman el mando. La historia de cualquier movimiento político demuestra que la renovación no debería ser el resultado de un conflicto insostenible, sino un proceso estratégico para garantizar la vigencia de su proyecto.

Reducir el evismo a una pugna fratricida es un error. La política no debe girar en torno a la eliminación de adversarios internos, sino a la evolución de ideas y liderazgos. En este sentido, Andrónico Rodríguez no representa una amenaza, sino una oportunidad para modernizar el movimiento. La transición política no implica la negación del pasado, sino su integración en una nueva etapa que fortalezca el futuro del proyecto.

Para ello, es crucial que las organizaciones sociales conserven su autonomía, que los intelectuales desempeñen un papel activo y que la sociedad civil participe en la construcción de un horizonte político sostenible e inclusivo. La actual crisis interna del evismo exige un liderazgo capaz de interpretar el complejo contexto social, político y económico de Bolivia. En este punto, Rodríguez emerge como una figura con un sólido respaldo y un bajo nivel de rechazo en comparación con otros candidatos de cara a las elecciones de 2025.

Sin embargo, su reciente participación en el ampliado de Tiraque, Cochabamba, junto a Evo Morales, generó incertidumbre sobre su verdadera posición. Al reafirmar que es un dirigente “orgánico” y reconocer a Morales como el único candidato, Rodríguez pareció adoptar una postura sumisa. Pero esta actitud también podría interpretarse como una estrategia flexible, destinada a reducir las tensiones y disipar los ataques en su contra tras su intervención del 22 de enero.

El proceso de cambio en Bolivia no puede depender exclusivamente de una figura, sino de una renovación estructural que responda a las necesidades reales del país. El liderazgo que Bolivia necesita no solo debe administrar el legado del pasado, sino también redefinir el futuro con visión y responsabilidad. Andrónico Rodríguez, con su capacidad de conciliación y su arraigo en las bases, podría encarnar ese nuevo ciclo. La pregunta es si tendrá el margen político para hacerlo o si el evismo seguirá atrapado en su propia resistencia al cambio.

Andrónico Rodríguez.

Bolivia, ¿y la unidad revolucionaria qué?

Mg. José A. Amesty Rivera

Después de varios intentos por subsanarse los desencuentros entre Luis Arce y Evo Morales en Bolivia, finalmente se dio la ruptura entre estos dos líderes sudamericanos.

Recordemos las palabras del comandante Hugo Chávez, «en cualquier circunstancia, patriotas, hombres y mujeres, con rodilla en tierra. Unidad, unidad, unidad de los patriotas«, y al parecer olvidaron el consejo los dos compañeros.

Es lamentable, que, a la fecha de elaborar este artículo, este en pleno desarrollo una marcha con Evo Morales a la cabeza, hacia la capital La Paz, exigiendo la renuncia del presidente Luis Arce y de su vicepresidente David Choquehuanca y se convoquen a nuevas elecciones generales, siendo compatriotas del mismo bando, independiente de los actos y palabras de cada uno de ellos. Ojalá no haya enfrentamientos entre los dos bandos, ocasionando heridos y muertes.

Igualmente, lamentable que, según el escritor Fernando Dorado, en su artículo ¿Qué ocurre en Bolivia y qué lecciones sirven para Colombia?, al señalar: «El enfrentamiento entre el presidente Arce y el expresidente Evo es consecuencia del fraccionamiento y la lucha por el poder gubernamental entre cúpulas burocráticas surgidas dentro de las organizaciones sociales y las instituciones estatales. La lucha de clases en Bolivia se mueve en nuevos escenarios y tiene como protagonistas principales a las diversas burguesías emergentes que, temporalmente, se pueden aliar con los sectores populares (trabajadores, indígenas, campesinos, pequeños productores) pero que, finalmente, cuando las contradicciones se agudicen, se unirán con los grandes capitalistas “proimperiales”, que se mueven tanto dentro de los imperios occidentales (USA, UE) como a los orientales (Rusia, China)».

Revisemos brevemente la historia de este conflicto

En el año 2003, el dirigente campesino e indígena Juan Evo Morales Ayma, al lado del pueblo boliviano impulsó un proceso constituyente, en compañía del intelectual revolucionario Álvaro García Linera, y quienes se colocaron a la cabeza del Movimiento al Socialismo (Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS–IPSP). Este movimiento partidista se fortaleció con la participación de trabajadores, indígenas, campesinos, cocaleros y, en parte, mineros de Bolivia.

Luego, Evo Morales fue elegido presidente de Bolivia en 2005, desde aquel momento el MAS-IPSP ha sido la principal fuerza política de Bolivia. En 2009, entró en validez la Constitución política de Bolivia, declarándola como un Estado Plurinacional, hecho histórico en el mundo.

En el periodo de unos quince años, primero se avanzó en logros democráticos, especialmente garantizando la participación política y en otras áreas de los sectores indígenas excluidos. Por otro lado, se progresó en soberanía nacional, en la redistribución de recursos del Estado y justicia social, en la renegociación de los contratos con empresas transnacionales de hidrocarburos (nacionalización), en el fortalecimiento de los ingresos del Estado, y se inició un proceso de industrialización del aparato productivo.

Evo y García Linera lideraron el MAS y a una la amplia coalición; además de derrotar en elecciones consecutivas a las derechas reaccionarias y conservadoras de Bolivia. No obstante, ese control y triunfo mostró en 2019 (la crisis política en Bolivia de 2019, también conocida como Fraude de Evo Morales, se produjo del 10 al 20 de noviembre de dicho año, después de 21 días de protestas contra el gobierno del presidente Evo Morales, acusado de haber cometido fraude electoral en las elecciones generales de octubre), las fisuras y debilidades que se acumularon durante las últimas dos décadas.

Luego, a pesar de los logros económicos del gobierno de Evo, que aprovechó la bonanza de los precios internacionales de los hidrocarburos para fortalecer las finanzas del Estado, los esfuerzos por superar la economía extractivista (base real del neoliberalismo) han sido insuficientes.

A manera de autocrítica nuestra, paralelo a lo anterior, surgió la apropiación y burocratización al interior del MAS y de las organizaciones sociales que apoyaban el proceso de cambio. Los líderes sociales se transformaron en gobernantes y se convirtieron en el germen de una nueva burguesía burocrática que se aferra al poder del Estado.

En este ambiente, fueron surgiendo los diferentes bandos que hoy se expresan alrededor del presidente Arce y del expresidente Morales, ya que la lucha ideológica y cultural pasó a un segundo plano. En el fondo, se hizo evidente que el instrumento político (MAS), era un partido eminentemente electoral y clientelar, donde no existían en su interior dinámicas verdaderamente revolucionarias, democráticas y participativas.

Finalmente, el discurso no se correspondía con la práctica social. El comunitarismo indígena es cosa del pasado y las relaciones de producción capitalistas (incluyendo el consumismo) han impactado a toda la sociedad boliviana. Fernando Dorado, ¿Qué ocurre en Bolivia y qué lecciones sirven para Colombia? 

A lo anterior, habría que considerar al menos tres elementos a considerar en esta problemática:  

  1. Es indudable que los grandes capitalistas agroindustriales y otros sectores poderosos aliados de EEUU, van por el control del litio boliviano, y por supuesto, una división interna propicia su fácil acceso al mineral apetecido.
  2. En Bolivia, las grandes transformaciones se construyeron con el movimiento popular, y en específico el movimiento indígena, en las calles y marchando. Esta vez, la marcha convocada para el 17 de septiembre pasado, condensa varias consignas. Por un lado, se funda en la denuncia al Gobierno por su gestión económica y se posiciona en defensa del Modelo Económico Social Comunitario Productivo. Por otro lado, las demandas políticas pasan por el respeto a las instancias orgánicas del movimiento indígena y del movimiento obrero, por el respeto al derecho a elegir orgánicamente y sin injerencia al candidato para las elecciones de 2025, y se posiciona en contra de la traición de Luis Arce, David Choquehuanca y su gabinete a los principios del Proceso de Cambio que ha fundado el Estado Plurinacional.
  3. La marcada y ocultada penetración de los EEUU hacia el componente militar boliviano, que, por supuesto, induce en los militares una antipatía hacia los sectores afectos al evismo, como se le llama.  

Este breve transitar histórico nos revela que, hay que bregar con muchos desafíos a la hora de la construcción de una alternativa progresista, socialista o como quiera llamársele.

Seguimos lamentándonos de algunas otras experiencias de ensayos de autodeterminación de los pueblos, parecidas a esta de Bolivia, como la acontecida por ejemplo en Chile, «durante y después del estallido social de 2019, sectores progresistas que se presentaban como aliados de las demandas populares, terminaron suscribiendo el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución, pero sus acciones fueron percibidas como una forma de desviar el debate y contener el impulso de reformas más radicales. Lejos de desafiar el modelo neoliberal, estos sectores optaron por medidas graduales que no respondieron a las expectativas de las clases trabajadoras». Diario La Humanidad, artículo: Chile: sin mentiras y al hueso.

Afortunadamente, hay experiencias en América Latina y el Caribe, que, si han tomado en cuenta las palabras del comandante Chávez, «ante cualquier circunstancia Unidad, Unidad, Unidad de los patriotas«.

18-19 septiembre, 2024.

Evo Morales y su impacto en los medios de comunicación

Por Vladimir Huarachi Copa

¿Por qué los medios tradicionales y digitales hacen eco de todos los comentarios de Evo Morales? Dentro la democracia en la que vive Bolivia, entre avanzada y emergente, más lo primero, donde las lealtades partidarias están definidas y no a la vez; los medios tradicionales y digitales, aparentemente, lo vienen haciendo con el objetivo de generar un malestar mediático en relación al exmandatario del Estado Plurinacional. Y, con esto, un impacto negativo en el compromiso cívico, fundado en el cinismo, apatía y desafección a la política. ¿Pero por qué sucede este malestar mediático en torno a Evo Morales?

Bajo el supuesto de que el exmandatario, Evo Morales, tenga como estrategia la movilización de medios tradicionales y digitales, aparentemente así lo es, esto con el fin de incrementar los niveles de compromiso cívico de los ciudadanos, a través de la generación de interés, confianza política y social, como también de activismo político; no está logrando su fin esperado, debido a que no está formando un círculo virtuoso, a causa de que la confianza política y social ya no recae en su persona ni en su organización política, MAS – IPSP, asimismo, dado que tampoco tiene un impacto político para la realización de activismo político a razón de la estigmatización en la que caen las personas que tienen dicho propósito.

Siendo así, la movilización de los medios tradicionales y electrónicos en torno a Evo Morales, está logrando desafección política en personas que se exponen a estos medios, aunque sucede lo contrario cuando se presenta de manera presencial a una población particular dentro el territorio nacional e internacional. No obstante, frente a este desacierto político, la movilización de estos medios, está generando interés político y valoración de la democracia. Por tanto, si bien está siendo negativa para Evo Morales, para algunas personas de la sociedad boliviana tiene un impacto positivo en el marco del compromiso cívico.

Crisis de identidad al interior del MAS-IPSP

Por Vladimir Huarachi Copa

Ya es de conocimiento de la población boliviana que el Movimiento Al Socialismo – Instrumento Por la Soberanía de los Pueblos (MAS – IPSP), viene atravesando tal vez por una de sus peores crisis al interior de sus filas, esto aparentemente a través de la ruptura de unidad que se expone con más fuerza dentro este último año. Ruptura que se visibiliza en la Cámara de Senadores y Diputados, a través del discurso de “renovación” expresado por una facción contraria a la forma de ejercer la política de Evo Morales Ayma.

Esta crisis de unidad que viene exponiendo el MAS – IPSP por medio de sus actores, también se podría decir que es una consecuencia que se remonta a la entrada al gobierno con Evo Morales, cuando inició con la “colonización” del Instrumento Político por medio de la designación de sus ministros, que en su mayoría no provenían de las luchas de las organizaciones sociales que formaron el Pacto Unidad. Y al proceder de esta forma, ministerios que tenían que haber sido ocupados por actores directos del Instrumento, de manera ideal, fueron apoderados por tecnócratas.

Colonización que a través del “récord” de los años en el gobierno, se podría decir que se posicionaron como “subversores” al interior del Instrumento Político, a razón de las normas y valores del líder, por lo que se debería renovar la organización política. En ese entendido, luego del alejamiento de Evo Morales a las bases, algunos de los ministros designados empezaron a tomar espacios de poder para sí mismos; unos, vinculados a la vieja guardia del MAS – IPSP; y, otros, en torno al discurso de “renovación”.

En consecuencia, es esta división al interior del MAS – IPSP, que empieza a exponer una “crisis de identidad” en sus militantes, hecho que posiblemente ya se venía arrastrando desde los inicios en el gobierno del país hace más de 16 años. Debido a que la colonización dentro la estructura política, se podría decir que se presentó como una amenaza para las organizaciones sociales, a pesar de ser consideradas de “identidades fuertes” a causa de la continuidad y coherencia con sus normas y valores. Siendo así, esto demostraría que la división interna dentro del partido de gobierno de turno no es una cuestión circunstancial, sino que también, de aquellos que formaron parte de la colonización; sin embargo, quiero creer que no de todos.

EEUU promueve la división en Bolivia

Mg. José A. Amesty Rivera

El pasado 14 de septiembre, la embajada de EEUU anunció la llegada de la nueva encargada de negocios a Bolivia, la diplomática de carrera Debra Hevia, con amplia experiencia en América Latina y específicamente en Bolivia, donde ya estuvo cumpliendo dos misiones diplomáticas. Su asignación más reciente fue como subjefa de misión en Ecuador y más atrás como consejera política en Rumania. También trabajo en Países Bajos, Nicaragua, Panamá, Eslovaquia y en la Oficina de Asuntos Centroamericanos, así como en el Centro de Operaciones del Departamento de Estado de EEUU.

Ahora, ¿cuál es el papel y objetivos de esta dama en Bolivia?

Hevia, fue designada en el país suramericano, andino y bolivariano, para designar y posicionar personal confiable de la administración Biden en la embajada norteamericana, y así continuar la desestabilización en el país, alimentando y promoviendo la división entre los diferentes actores del gobierno boliviano.

Específicamente su trabajo es con los politicos de derecha en el Congreso de Bolivia, para seguir torpedeando las relaciones del Ejecutivo Boliviano (Luis Arce y David Choquehuanca) con Evo Morales.

La señora Hevia, desde los años 90 es ficha de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense CIA, así como del Departamento de Estado norteamericano DOS, siguiendo los lineamientos de apoyo a la derecha regional y la desestabilización en países no afines con EEUU.

Igualmente, ha incidido en países vinculados al tráfico de drogas, donde facilitó la atención de la Administración de Control de Drogas DEA, donde sospechosamente ésta institución, lejos de lograr su objetivo, cada año en aquellos países ha aumentado el tráfico de drogas.

Recordemos también, que ella fue la promotora durante el gobierno de Evo Morales, para que la derecha en Bolivia promoviera acusaciones y campañas contra Morales, buscando sanciones contra el líder indígena.

Durante su pasantía por los países del área latinoamericana, ha dejado caos y muerte, específicamente en Nicaragua, donde jugó un rol determinante en el golpe de estado de 2018.

Juntamente con su antecesor en Bolivia, como encargado de negocios Marcos Mandojana, ha impulsado la campaña contra Bolivia con los siguientes ejes: a través de sendas acusaciones mediáticas, ha proyectado a Bolivia como un narco estado; la desestabilización en países del área no confiables para EEUU.

A su vez, la diplomática Debra Hevia, ha participado en reuniones privadas con el empresario colombiano Alex de la Rotta, residente norteamericano, quien desarrolla actividades contra el gobierno de Luis Arce.

Algunos empresarios de esta índole, tienen como trabajo atraer inversionistas, donde han creado una empresa en Santa Cruz, Bolivia, llamada «QKapital Bolivia«, cumpliendo tareas de información para el Departamento de Estado norteamericano. El apoyo de dinero se hace a través del Banco Fassil en Bolivia, haciendo transacciones hacia EEUU y Bolivia.

La derecha boliviana, el Departamento de Estado y esta funcionaria Hevia, tienen la pretensión de acabar con el Movimiento al Socialismo MAS-IPSP y con Evo Morales (el mismo Evo ha señalado que existe gente en el Ministerio de Gobierno, que le advierte sobre las supuestas intenciones de algunas autoridades de entregarlo a EEUU), antes de las elecciones del 2025 en Bolivia. En este plan tiene un rol importante el gobernador Luis Fernando Camacho, quien podría dar un golpe de estado con apoyo de las plataformas de ciudadanos, los comités cívicos, la cámara de agropecuarios, empresarios, en Santa Cruz y Cochabamba.

Papel de la embajada «gringa» en Bolivia

Recordemos que, la embajada norteamericana en Bolivia, por lo menos desde el 2022, ha desarrollado reuniones con empresarios en el Hotel Los Tajibos en Santa Cruz de Bolivia, como base de apoyo de los funcionarios de la embajada norteamericana, coordinando sus planes contra Luis Arce y Evo Morales, todo esto con el visto bueno del dueño del hotel Samuel Doria Medina ex vicepresidente de la gestion de Jeanine Añez.

Así mismo, la embajada norteamericana en Bolivia, tiene información sobre la situación de la policía, el gobierno boliviano no tiene control de ella, y puede convertirse en un elemento de conflictividad en el país. Esta situación es similar a la que ocurre en el Ecuador.

Hay policías que están pasando información sobre la corrupción y el narcotráfico al interior de la policía y en el país, a la embajada estadounidense, a cambio de protección, y visas para viajar a EEUU para ellos y sus familias, todo a espaldas del gobierno de Arce.

Una de las líneas de trabajo de la embajada norteamericana, es tratar de vincular al gobierno del Movimiento al Socialismo y a Evo, con lavado de dineros, corrupción, tráfico de drogas, para ir ensombreciendo su imagen. Todo esto, con la ayuda de Debra Hevia y toda su experiencia y camino en estas tareas como ya lo hemos indicado.

A todo lo anterior, se agrega que el Departamento de Estado «gringo» y La Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional USAID, trabajan en la formación de líderes del sector empresarial, académico, ambiental, en ciudades como El Alto, Cochabamba, Santa Cruz, Oruro y Potosí, con el fin de lograr apoyo local a sus intereses económicos y políticos, sin que se vincule a la administración de Biden, como una acción de injerencia y golpe blando.

El interés en ciudades como El Alto está asociado al alto número de votantes. La alcaldesa de esta ciudad, Mónica Eva Copa, es una figura que siguen los EEUU, como futura candidata en la próxima contienda electoral.

Por otro lado, en mayo pasado, durante la celebracion de la 53 Conferencia de la Sociedad de las Américas y el Consejo de las Américas, se intentó vender la imagen de Luis Arce como dictador, y a su vez, se desalentaba la inversión de EEUU y Europa en Bolivia.

También, la embajada «gringa» busca generar en corto tiempo una crisis económica, fomentando un desencanto en los electores, aprovechando todas las puertas traseras que dejó la gestion de Jeanine Añez.

En paralelo, el Programa para América Latina del Centro Internacional Woodrow Wilson, evalúa juntamente con el gobierno norteamericano y el Banco Interamericano de Desarrollo BID, estrategias para limitar el acceso de China y Rusia al litio boliviano, y en otros países de América del Sur.

Es decir, el Centro Wilson y el BID, orquestan proyectos de financiamiento que eviten el ascenso de la industrialización y el procesamiento del mencionado mineral en Bolivia, con el fin que no tenga influencia en el mercado regional y global.

Entre los proyectos malsanos de estas instituciones está el recorte de financiamiento del BID, así como el financiamiento de grupos opositores, vinculados al sector minero ecologista, para que mantengan hostilidad contra la política mineral local.

De esta forma, la estrategia de atacar la economía boliviana y de América Latina, busca seguir manteniendo el viejo orden económico unipolar de engañar, doblegar y coaccionar por parte de EEUU. El agotamiento del imperio norteamericano, es tal que sus acciones están visibilizando la verdadera esencia e interés de dominación de los recursos naturales y gobiernos en la región.

Los «Rottweiler» del imperio

Mg. José A. Amesty Rivera

Recientemente, conocimos sobre la muerte del cardenal Joseph Ratzinger, quien fuera, Papa del catolicismo y Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, forjador de una de las campañas ideológicas, religiosas y políticas, más feroces de la iglesia católica, llamada “Restauración”, contra el surgimiento de la iglesia popular en América Latina, el marxismo, el comunismo en el mundo.

A propósito de su muerte, se publicó un artículo llamado «Muere Joseph Ratzinger, el «rottweiler de Dios«, quien destaca la ferocidad del cardenal, al catalogarlo como: neoconservador, fiera feroz, anticomunista y algo como la creación de un ministerio de la Ideología y de la información del Vaticano. Calificado por el ateo Richard Hawkins como «enemigo de la humanidad«. Según el escritor Brian Kelly, a la muerte de Ratzinger, Benedicto XVI: ninguna lágrima para el «Rottweiler de dios».

Este artículo no pretende ahondar más al respecto, sino hacer referencia, como lo indica el título, a algunos personajes y acciones imperiales que llamaremos «rottweiler» en EEUU y América Latina.

Con relación a esta raza canina (Rotweiler), es una de las razas más fuertes y poderosas del mundo debido a su gran potencia de mordida de 328 psi (unos 23 kg/cm). Es un perro considerado potencialmente peligroso debido a sus características físicas. Sus principales funciones son: perro policía, perro militar, perro de defensa y seguridad, perro guardián, entre otras funciones, según el uso que le den las fuerzas y cuerpos de seguridad y el ejército.

Como lo indica el artículo señalado arriba, personajes similares al cardenal rapaz, son: Ronald Reagan y Margaret Thatcher.

Últimamente, hemos conocido de acciones feroces del imperio «rottweiler», como los golpes contra Evo, contra Castillo, contra Lula, o el intento de asesinato contra Cristina Fernández, entre algunos.

Reiteramos, la nueva derecha «rottweliana» en América Latina, viene reaccionando con violencia, veamos el fallido atentado contra Cristina Kirchner, veamos la defenestración de Pedro Castillo en Perú, veamos el Golpe a Evo Morales, veamos las reacciones contra la Reforma Electoral propuesta por AMLO en México, veamos los intentos de desestabilización impulsados por EEUU a través de la antigua Asamblea Nacional en Venezuela.

En el caso venezolano, las medidas «rottwelianas», como el Bloqueo, comprenden 928 medidas coercitivas unilaterales que afectan al pueblo (764 directas y 164 medidas restrictivas). Estas medidas están diseñadas para “producir dolor”, y deben aplicarse donde más dolor causen (aplicar dolor, donde más duela).

Por otro lado, El Dr. Juan Eduardo Romero Jiménez, historiador, politólogo y profesor universitario, retrata al «rottweiler» Bolsonaro, «Bolsonaro representa un fenómeno mundial: la nueva derecha que transmuta su lenguaje, pero que en el fondo sigue siendo excluyente, segregaría, etnocéntrica, violenta. Bolsonaro se asume como lo hizo Trump cuando ganó la Presidencia de EEUU. O como lo hace Le Pen en Francia, o como lo hizo Macri en Argentina con el PRO. No es un fenómeno aislado y debe ser visto con preocupación, incluso en nuestro territorio. El uso de la religiosidad como arma política no es nuevo, ni lo será. Si algo caracteriza los momentos de crisis, es el recurrir a la fe como impulso vital«.  

Barack Obama, Bill Clinton y Bush, estos tres estadounidenses invadieron nueve países en veintitrés años, mataron de manera directa e indirecta a once millones de civiles y nadie los llama criminales de guerra.

Otro caso es el de Stephen Kevin «Steve» Bannon quien se desempeñó como estratega jefe de la Casa Blanca en la administración del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, durante sus primeros siete meses de mandato hasta el 18 de agosto de 2017, cuando fue despedido. Los puntos de vista políticos y económicos de Bannon han sido descritos por otros como nacionalistas, populista de derecha y paleoconservador.  Él se auto identifica como conservador. Rechaza las acusaciones de que es un nacionalista blanco, llamando a los nacionalistas blancos «perdedores», un «elemento marginal» y una «colección de payasos».

Así, el nuevo conservadurismo americano, el movimiento conservador en desarrollo en los últimos meses en Estados Unidos, rompe los moldes del republicanismo tradicional y evoca el carácter racista, nacionalista y fanático del fascismo.

En otra área, en el campo protestante evangélico norteamericano, según el Instituto Tricontinental de Investigación Social, «el proyecto imperialista de Estados Unidos está íntimamente ligado a esa visión religiosa fundamentalista de que ellos son los enviados de Dios para civilizar a los bárbaros. El protestantismo estadounidense ha sido la justificación religiosa de todas sus acciones imperialistas y no se puede separar al imperialismo del fundamentalismo religioso, cuyos adeptos ven su lucha como una guerra del bien contra el mal que atraviesa no solo la religión, sino la política, el poder militar, la educación y el medio ambiente. El fundamentalismo religioso se inserta en el mundo posicionándose activamente contra sus opositores en varias dimensiones, atravesando la vida cotidiana de las y los trabajadores. En este sentido, convencer al otro es un elemento importante de esta narrativa, dado que justifica la máxima protestante: “convierte al individuo y la sociedad se transformará”. Ya no son más los pecados individuales los que deberán ser purgados, sino el pecado de todas las naciones«.

Finalmente, debemos dejar constancia de la agresividad, en estos momentos, sobre el pueblo peruano, según el diario peruano «El Diario Internacional.com» del Perú, quien señala: «finalmente, cabe resaltar que la feroz represión policial y militar en el Perú donde no hay dudas que la represión se hace bajo la consigna clara de no solo disuadir, sino principalmente aniquilar con armas letales a los manifestantes; viene acompañada de una fuerte carga ideológica donde se entremezclan el macartismo o “terruqueo” (como se le llama en el Perú), racismo, aporofobia y el afincamiento ideológico por el cual se justifican muertes de infra ciudadanos por ser pobres, campesinos y de la sierra por gente que ha asumido el poder y se autopercibe como el último bastión de la lucha anticomunista en Latinoamérica, pues levantan de manera caricaturesca y delirante una narrativa propia de la otrora guerra fría, por la cual las elites peruanas “terruqueano” no solo a la gente del sur peruano y a los manifestantes de otras regiones del país, sino incluso a los gobiernos de Bolivia, Chile, Brasil, Colombia, Argentina y México«.

La lista sería larga de los «roittweilers» imperialistas, gringos y latinoamericanos, solo que este breve artículo lo que desea es mostrar la presencia y acción de estos seres caninos y su influencia en la sociedad.

 

Imagen con fines ilustrativos tomada de movimientopoliticoderesistencia.blogspot.com

Izquierda o derecha en América Latina

Evo Morales, José Mujica, Vilma Rousseff, Cristina Fernández de Kirchner y Rafael Correa, expresidentes de Bolivia, Uruguay, Brasil, Argentina y Ecuador respectivamente. Imagen: www.meer.com

¿Se mueve el péndulo político latinoamericano?

Vladimir de la Cruz

América Latina, desde 1990 hasta hoy, ha venido recuperando el desarrollo democrático luego de la época de las dictaduras que cerraron el ciclo de las repercusiones de la Guerra Fría. Políticamente, se ha movido de manera pendular de un extremo a otro, de la derecha a la izquierda con distintas expresiones y manifestaciones de gobiernos, de la izquierda a la derecha y de nuevo la izquierda.

Podemos entender en general lo qué es la derecha. La izquierda latinoamericana, desde el ejercicio de gobiernos, es más heterogénea. En ella hay más matices de expresión. Fuera de los gobiernos, la izquierda es muy diversa, dispersa, desunida, y con muchos visos de sectarismo de lo que dentro de esa izquierda se valora qué es ser de izquierda hoy en América Latina y en cada país, y sin una clara orientación estratégica, como mayoritariamente tenían, en general, los partidos que se consideraban de izquierda antes de 1990.

La caída de la Unión Soviética, de los países socialistas europeos que formaban parte del Pacto de Varsovia, y con ello la desintegración del Sistema Mundial Socialista, como se esbozaba en el contexto de la Guerra Fría, entre 1945 y 1991, coincidió en tiempo histórico con la desaparición de los regímenes militares, autoritarios y dictaduras militares que gobernaron especialmente en países suramericanos. La represión causada durante las dictaduras tuvo un gran impacto en el debilitamiento de las izquierdas políticamente organizadas como existían antes de los regímenes militares. La superación de estos gobiernos transitoriamente avanzó manteniendo en algunos de ellos restricciones políticas, particularmente contra partidos comunistas o identificados con el marxismo leninismo, y las izquierdas socialistas clásicas.

A esto se agregó el nuevo contexto de las relaciones internacionales, la globalización, el impulso de los Tratados de Libre Comercio, el surgimiento de los Estados Unidos como el líder político de esta época, Rusia avanzando dentro del capitalismo mundial, y la República Popular China convirtiéndose en la principal potencia y economía comercial del mundo.

En todo el continente solo la Revolución Cubana se ha mantenido, desde su origen, 1959, como una revolución socialista así declarada, en 1961, y así establecida en la Constitución Política de 1976. La particularidad de su sistema político ha hecho que los enemigos del socialismo, en todas sus formas, adversen constantemente su régimen político, su gobierno, ignoren su sistema político electoral, tratando de compararlo con los sistemas político electorales imperantes en el resto de los países latinoamericanos, para poder desde esta perspectiva disminuir su presencia continental, igualándola a los gobiernos dictatoriales que ha habido en América Latina, y para distinguirla de los países que hacen descansar su modelo democrático en los sistema electorales, con participación de partidos políticos y posibilidades de alternancia de sus gobernantes. En Cuba recientemente, luego de la muerte de Fidel Castro, se ha impulsado, por el mismo Raúl Castro, una reforma constitucional mediante la cual ningún gobernante puede estar más de ocho años en el poder. El mismo Raúl Castro renunció a esa posibilidad, y hoy Cuba tiene un nuevo gobernante surgido de esta decisión, Miguel Díaz Canel. De este modo, a la vuelta de los próximos 4 u 8 años, cuando se nombre un nuevo presidente de Cuba, el argumento del continuismo en el poder, como tema, se acabará en tanto en una buena parte de los países latinoamericanos los presidentes pueden reelegirse al menos una vez, exceptuándose de esta situación Venezuela y Nicaragua, países que no son socialistas en su modelo económico ni político, donde la reelección es prácticamente abierta, ilimitada.

Después de la Revolución Cubana solo el ascenso de la Unidad Popular en Chile, en 1970, con el Dr. Salvador Allende, derrocado en setiembre de 1973, abrió las posibilidades de avanzar al socialismo, por una vía pacífica de la revolución, la vía electoral. El golpe de estado contra Allende impulsó la vía armada para la toma del poder en algunos países, y para derrotar dictaduras, siendo Colombia el país que más guerrillas y resistencia de este tipo mantuvo, hasta la firma de los Acuerdos de Paz.

Ningún país, ni pueblo, de América Latina ha podido desarrollar un proceso consolidado semejante al cubano, por la vía de las armas o por medios electorales, en todo este tiempo. En Nicaragua, en 1979 triunfó la guerrilla del Frente Sandinista de Liberación Nacional, que no era una guerrilla marxista leninista ni se proponía el establecimiento del socialismo, y se acomodó, por el contexto político a desempeñarse dentro de los cánones democráticos republicano. Los acuerdos de paz en Centroamérica crearon las condiciones para la incorporación de los movimientos guerrilleros a la vida política. No casualmente el Frente Farabundo Martí, otro de los importantes movimientos guerrilleros existentes en Centroamérica, llegó a gobernar El Salvador, con Salvador Sánchez Cerén desde el 2014 hasta el 2019. Ni con el Frente Sandinista ni con el Frente Farabundo Martí se desarrollaron modelos socialistas de economía ni de organización política del Estado. Tampoco en Venezuela ha sucedido. Solo hay en estos países desarrollo capitalista y de relaciones capitalistas de producción. Ni siquiera hay un planteamiento como el de China, un poder político comunista, o socialista y dos economías, una socialista y otra de mercado, o capitalista.

En los países cuyos gobiernos levantaron, por un breve tiempo, las banderas del llamado Socialismo Siglo XXI, y de los partidos de esos países, que forman parte del Foro de Sao Paulo, tampoco pudieron impulsar modelos económicos o políticos socialistas.

Cuba nunca abrazó como propia la bandera del Socialismo Siglo XXI, que surgió en la Venezuela de Hugo Chávez. Rafael Correa, presidente de Ecuador desde el 2007 hasta el 2017 impulsó su llamada Revolución Ciudadana, abrazando en el discurso el concepto de Socialismo Siglo XXI. Evo Morales en Bolivia, desde el 2006 hasta el 2019, desde su Revolución Pluriétnica y Pluricultural, también abrazó en el discurso el concepto del Socialismo Siglo XXI.

Con la muerte de Hugo Chávez, presidente de Venezuela desde 1999 hasta el 2013, tanto Correa como Morales, abandonaron el discurso del Socialismo Siglo XXI y volvieron a sus originales conceptos Revolución Ciudadana y Revolución Pluriétnica y Pluricultural. Daniel Ortega, presidente de Nicaragua de manera continua desde el 2007 tampoco levantó la bandera del Socialismo Siglo XXI.

Heinz Dieterich Steffan, el esposo de Marta Harnecker, periodista y escritora marxista, muy reconocida en Latinoamérica, residentes ambos en la Habana, México, y en Venezuela, fue el desarrollador de la idea del Socialismo Siglo XXI, como un nuevo proyecto histórico. Asesor en este campo de Hugo Chávez, rompió con él en el 2008 señalando que nada de eso se estaba desarrollando en Venezuela. Chávez mantuvo su discurso hasta su muerte. Nicolás Maduro, que sucedió a Chávez mantuvo esta bandera que ya ha bajado de la asta.

Durante el período de gobierno de Hugo Chávez él logró destacarse como el líder más importante de Suramérica, con gran proyección internacional, por sus posturas nacionalistas y antiimperialistas. En su entorno, Ernesto Kirchner, que gobernó Argentina desde el 2003 hasta el 2007, sucediéndole su esposa Cristina Fernández, ambos surgidos del peronismo, a la presidencia desde el 2007 hasta el 2015, actual vicepresidenta de Argentina, hicieron yunta con Hugo Chávez, apoyando lo proyectos políticos regionales que impulsó Chávez. En Perú, Allan García, presidente desde el 2006 al 2011, no abrazó el proyecto Socialismo Siglo XXI ni el bolivarianismo impulsado por Chávez. Ni el presidente Alejandro Toledo, 2001-2006, tampoco lo hizo. Tampoco lo hizo Ollanta Humala, 2011-2016. Perú ha sido un país en profunda crisis política, desde el 2000 hasta hoy ha tenido 7 presidentes. El actual presidente, Pedro Castillo, con solo un año de gobierno enfrenta juicios para una posible destitución.

Este proceso de destituciones presidenciales en Latinoamérica ha sustituido los tradicionales golpes de estado del período de la Guerra Fría. En lugar del golpe militar se acude a argucias constitucionales y legales, lo que se ha venido denominando golpes de estado blandos. Así se impulsaron los golpes contra Manuel Zelaya en Honduras en el 2008, contra Fernando Lugo en Paraguay, en el 2012, y contra Vilma Rousseff, en Brasil en el 2016. Desde 1992 hasta el 2016 se destituyeron o se interrumpieron 15 mandatos presidenciales en América Latina, en nueve países.

Estos golpes de estado blandos fueron para detener o debilitar proyectos políticos progresistas, algunos de ellos vinculados al desarrollo político que impulsaba regionalmente Hugo Chávez. Proyectos para frenar el ALCA, el Área de Libre Comercio de la Américas y en su lugar impulsar el ALBA, la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América, con un nuevo Tratado de Libre Comercio, haciendo énfasis en la autodeterminación, independencia e identidad de nuestros pueblos. El Proyecto de Petrocaribe, que reúne a Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, Dominica, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Surinam, Venezuela, orientado a apoyar a los países del Caribe, en una alianza petrolera. El Proyecto de UNASUR, de la Unión de Naciones Suramericanas, como una organización intergubernamental, de la que participaron Argentina, Bolivia; Brasil; Chile; Colombia; Ecuador; Guyana; Paraguay; Perú; Suriname; Uruguay y Venezuela. Con UNASU se impulsó el Banco Sur y Petrosur.

Entre otros, el proyecto más ambicioso fue la creación de La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC, como un mecanismo intergubernamental de diálogo y concertación política, que excluye a Estados Unidos y Canadá. En cierta forma fue el intento de sustituir a la OEA, a la Organización de Estados Americanos. Estos proyectos hoy están muy débiles, sin el apoyo que durante los gobiernos de Hugo Chávez tenían, entre otras razones por el alto precio que llegó a alcanzar el petróleo.

Políticamente, el siglo XXI en América Latina surgieron una serie de partidos y líderes considerados de izquierda que triunfaron electoralmente, especialmente, en Suramérica. Así, en 1999 Hugo Chávez, en Venezuela; en el 2003, Luiz Inácio Lula da Silva, en Brasil; Néstor Kirchner, en el 2003, en Argentina luego de la crisis política de 2001; Tabaré Vázquez, en 2004, en Uruguay con el apoyo del Frente Amplio-Encuentro Progresista-Nueva Mayoría; Michelle Bachelet en Chile; Evo Morales en Bolivia; Rafael Correa en Ecuador En esta primera década también Martín Torrijos en Panamá y el retorno de Daniel Ortega a la presidencia de Nicaragua en el 2006.

En este mismo período los restantes países de América Latina frente a estos gobiernos se apreciaban como conservadores. El desarrollo político, de la segunda década de este siglo, impulsó cambios en la mayoría de esos países que se vieron como un movimiento pendular de regreso al conservadurismo y derechismo político.

Del mismo modo, la política latinoamericana se ha movido, recientemente, hacia el progresismo o la izquierda, en su sentido amplio, con el ascenso presidencial en Argentina, de Alberto Fernández y su vicepresidenta Cristina Fernández, en México con Andrés Manuel López Obrador, en Honduras con Xiomara Castro, en Perú con Pedro Castillo, en Bolivia con Luis Arce, en Chile con Gabriel Boric y más particularmente con la llegada a la presidencia de Colombia de Gustavo Petro, junto a Daniel Ortega en Nicaragua y Nicolás Maduro en Venezuela. Otros gobernantes que contribuyen esta idea progresista son Luis Rodolfo Abinader de República Dominicana, Nayib Bukele de el Salvador. Aunque Bukele es un híbrido en su apreciación valorativa, tanto se le ve de la derecha como de la izquierda. Por su parte, el lado conservador se expresa por los presidentes de Guatemala, Costa Rica, Panamá, Ecuador, Brasil y Uruguay, después de haber tenido a José Mujica.

De la izquierda continental el más destacado, para este momento histórico, es para mí, Gustavo Petro, el presidente recién electo de Colombia. De su gobierno y su desempeño, si lo dejan gobernar, puede llegarse a convertir en el líder más importante de las corrientes de la izquierda política latinoamericana, de esta década, y su modelo de enfrentar los graves problemas de la economía y del desarrollo de Colombia, que persisten en el resto de los países, pueden marcar sendas y nuevos caminos políticos, de amplios sectores, para unitariamente, superar los atrasos y cadenas que en la economía y en lo social pesan sobre las grandes masas de población y de trabajadores, urbanos y del campo de América Latina.

 

Publicado en https://www.meer.com/es/70330-izquierda-o-derecha-en-america-l
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Osvaldo “Chato” Peredo. «Volvimos a las montañas»

Osvaldo “Chato” Peredo es un médico de 80 años (Beni- Bolivia). Su vida está marcada por las luchas populares que sacudieron Bolivia en las últimas décadas. Los hermanos mayores del Chato (Antonio, Emma, Guido “Inti” y Roberto “Coco”) fundaron el Partido Comunista Boliviano (PCB) en Trinidad-Beni. Inti y Coco, además, formaron parte del grupo de combatientes que acompañaron al Che Guevara en su campaña boliviana. Coco murió en combate el 26 de septiembre de 1967, pocos días antes de que fusilaran al Che. Inti fue uno de los sobrevivientes de esa experiencia, pero fue asesinado años más tarde cuando trataba de organizar un nuevo foco guerrillero en las montañas de Teoponte.
La vida militante de Osvaldo Peredo comenzó cuando tenía 13 años. “De niño me decían que no podía participar” dice el Chato, y cuenta que su primera tarea en la juventud comunista fue organizar a los hijos de los compañeros que militaban en el Partido. Su hermano Inti alcanzó un nivel de dirección muy alto en el PCB cuando apenas tenía 24 años. Junto a Coco, Inti participó en acciones de apoyo a grupos rebeldes de Argentina y Perú. Las relaciones que el PCB mantenía con Cuba le permitieron a Inti conocer al Che, quien luego de su regreso desde el Congo (y tras un tiempo en Europa) decidió emprender una campaña en Bolivia. Osvaldo estaba en Moscú cuando sus hermanos preparaban la incursión en Ñancahuasú y quiso sumarse a ellos, pero le asignaron otra tarea: “debía organizar un grupo de estudiantes bolivianos que se incorporarían a la guerrilla más tarde”, recuerda el Chato.
En las montañas de Teoponte
La muerte del Che significó un golpe muy duro para el movimiento de liberación boliviano. Sin embargo, para quienes combatieron con él y lograron salvar su vida, la vía de lucha no estaba agotada. Inti Peredo pudo huir del cerco militar que hirió y tomó prisionero al Che en la Quebrada del Churo, junto a los combatientes cubanos Harry Villegas, Dariel Alarcón Ramírez y Leonardo Tamayo Nuñez y el boliviano David Adriazola Velzaga. Los cubanos lograron huir y llegar a Cuba, por Chile con la ayuda del entonces senador Salvador Allende, y los bolivianos se quedaron clandestinos en La Paz. Como responsable del Ejército de Liberación Nacional (E.L.N.) que comenzaba a reagruparse, Inti lanzó la proclama de “volver a las montañas” con la que intentaría reavivar la llama guevarista en Teoponte, al norte del país. Pero muere asesinado por fuerzas militares en La Paz a fines del ‘69. El Chato fue entonces quien tomó la posta y decidió continuar el camino emprendido por sus hermanos. Tres años después de la muerte del Che Guevara lideró un grupo rebelde que se internó en las montañas de Teoponte, 300 km al norte de La Paz, con los mismos objetivos. Esta experiencia revolucionaria no tuvo mejor suerte que la expedición iniciada por el Che en Ñancahuasú. Sin embargo, Peredo sostiene que, a pesar de la derrota militar, Teoponte permitió “la ruptura del pacto militar campesino y dio pie a la organización del primer sindicato de campesinos libres” de Bolivia.
De los 67 hombres que se internaron en el Alto Beni, solo nueve salvaron su vida, el resto fueron fusilados. La acción insurgente de Teoponte fue resultado de la persistencia del ideal de revolución latinoamericana del Che y del ELN creado por él. En el gobierno de Evo Morales se logró exhumar y entregar los restos de algunos de los caídos en Teoponte a sus familias. De este modo se empezó a recuperar una parte silenciada de la historia reciente de Bolivia.
Con Evo desde el comienzo
El Chato conoció al actual presidente boliviano en el mismo lugar donde el Che pasó a la eternidad: La Higuera. Hasta allí había llegado Evo Morales, luego de participar del 1º Encuentro Mundial Ernesto Che Guevara en Vallegrande, en el 30 aniversario de su muerte. «Fue el primer puntapié para la convergencia de la izquierda” asegura Osvaldo, uno de los organizadores de esa jornada. Desde entonces no se separó del líder cocalero y participó activamente del proceso que lo llevó al poder en 2005. Como integrante del MAS, colaboró en una ardua construcción política. El Chato relata una anécdota que da cuenta de lo difícil que fue para Evo el camino a la presidencia. Hacia 1998, aunque había logrado reunir 70.000 adhesiones para inscribir su fuerza política y participar de elecciones, no pudo hacerlo porque “solamente tenían carné de identidad 5.000”. Esto, recuerda el Chato, era resultado “de un sistema político que negaba en los hechos la ciudadanía a la inmensa mayoría campesina e indígena”. Años más tarde, el MÁS logró su inscripción y obtuvo el segundo lugar en las elecciones del 2002.
Hoy martes 12 de enero de 2020 Osvaldo ‘Chato’ Peredo ha fallecido en su domicilio en la ciudad de Santa Cruz – Bolivia.
Hasta siempre Comandante Chato Peredo.

Imagen tomada de Radio Luis de Fuentes.

 

Compartido con SURCOS por Trino Barrantes.

Economistas y estadísticos firman carta sobre las elecciones bolivianas

Nosotros, los abajo firmantes, pedimos que se respeten las instituciones y los procesos democráticos de Bolivia

El Gobierno de Donald Trump ha apoyado abierta y firmemente el golpe militar del 10 de noviembre que derrocó al Gobierno del presidente Evo Morales. Nadie disputa que Morales fue elegido democráticamente en 2014, y que su mandato no termina hasta el 22 de enero; sin embargo, muchos fuera del Gobierno de Trump parecen aceptar el golpe militar apoyado por Trump.

Muchas personas que apoyaron el golpe han afirmado que Morales robó las elecciones. Este relato de fraude recibió un gran impulso a través de una declaración emitida por la Organización de Estados Americanos el día después de las elecciones del 20 de octubre; relato que posteriormente la OEA repetiría en formas similares. La declaración de la Misión de Observación Electoral de la OEA para Bolivia expresó su «profunda preocupación y sorpresa por el cambio drástico y difícil de justificar en la tendencia de los resultados preliminares conocidos tras el cierre de las urnas”. No se incluyó evidencia alguna que respaldara esta declaración. Sin embargo, se interpretó ampliamente como una acusación de fraude, y después de las elecciones tales acusaciones se tornaron habituales en los principales medios de comunicación.

De hecho, es fácil mostrar con datos electorales, los que están disponibles públicamente, que el cambio en la ventaja de Morales no fue ni «drástico» ni «difícil de explicar». Hubo una pausa en el «conteo rápido» de los resultados de la votación —cuando se llegó al conteo de 84% de los votos— y la ventaja de Morales era de 7.9 puntos porcentuales. Con un 95% del recuento total de votos, su margen había aumentado a poco más del 10%, lo que permitió a Morales ganar en primera ronda, sin tener que ir a una segunda vuelta. Al final, el conteo oficial mostró una ventaja del 10.6%[1]

No es inusual que los resultados de unas elecciones tengan un sesgo por ubicación geográfica, lo que significa que los resultados pueden variar dependiendo de cuándo se cuenten los votos de las diferentes áreas. Nadie sostuvo que hubo fraude en las elecciones para gobernador del 16 de noviembre en el estado de Luisiana. En ellas, el candidato demócrata, John Bel Edwards, ganó por 2.6 puntos porcentuales. Después de haber aparecido como perdedor casi toda la noche, al final del conteo llegaron los votos del condado de Orleans donde el 90% votó por él, dándole así la victoria total.

Y el cambio en el liderazgo de Morales no fue «drástico» en absoluto; fue parte de un aumento constante y continuo en la ventaja de Morales iniciado horas previas a la interrupción.

Este gráfico muestra que la ventaja del presidente Evo Morales (puntos azules claros) y de su partido en las elecciones parlamentarias (puntos azules oscuros) aumentó a un ritmo constante durante la mayor parte del recuento de votos. No hubo un aumento repentino al final que lo haya puesto por encima del umbral del 10%.

La explicación del aumento del margen de Morales fue, por lo tanto, bastante simple: las áreas que informaron sus votos posteriormente fueron más pro-Morales que las áreas que informaron sus votos más temprano.

De hecho, el resultado final fue bastante predecible sobre la base del primer 84% de los votos reportados. Esto se ha demostrado mediante el análisis estadístico y también mediante un análisis más simple de las diferencias entre las preferencias políticas de las áreas que informaron sus votos antes y las que informaron después.

Hacemos un llamado a la OEA para que retire sus declaraciones engañosas sobre las elecciones, las que han contribuido al conflicto político y han servido como una de las «justificaciones» más utilizadas para consumar el golpe militar. Pedimos al Congreso de Estados Unidos que investigue este comportamiento de la OEA y se oponga al golpe militar, a su continuo apoyo por parte del Gobierno de Trump, así como a la continua violencia y a las violaciones a los derechos humanos del Gobierno de facto.

Asimismo, los medios de comunicación y los periodistas tienen la responsabilidad de buscar expertos independientes que estén familiarizados con los datos electorales y puedan ofrecer un análisis independiente de lo que sucedió, en lugar de simplemente tomar la palabra de los funcionarios de la OEA, quienes han demostrado repetidamente estar equivocados respecto a estos comicios.

Muchas vidas pueden depender de que esta historia sea aclarada.

Para firmar esta carta, por favor haz clic aquí. 

 

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