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Etiqueta: fiscal general

El peligro de politizar la guerra civil de 1948

Rodrigo Cabezas Moya

Rodrigo Cabezas Moya.

Recuerdo muy bien sus antecedentes y esa guerra. Las heridas que dejó en la conciencia nacional perduraron durante muchos años y hasta ahora nadie en su sano juicio se ha atrevido siquiera a mencionarla en el contexto de una discusión política.

Es irresponsable que el presidente de la República haga referencia a ella en relación con las acusaciones sobre el caso Pista Oscura. Preocupante también que ex miembros cuestionados de la Fuerza Pública convoquen a manifestaciones en su apoyo.

Los ataques al fiscal general y miembros del Poder Judicial son muy peligrosos y podrían conducir a situaciones impredecibles.

En un país que ha disfrutado de la democracia durante tantos años bajo gobiernos de diversas orientaciones, es alarmante el giro que este gobierno ha tomado.

El Pueblo imaginado por el populismo costarricense

Alejandro Guevara Arroyo1

1 Profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica.

El pasado martes 18 de marzo, varios miles de personas se congregaron frente al edificio de la Corte Suprema de Justicia de Costa Rica. Acompañadas de banderas nacionales, exigían la destitución de la persona que actualmente ocupa el cargo de Fiscal General. El evento fue promovido desde Casa Presidencial de Costa Rica, y existen indicios de una inversión económica significativa destinada a movilizar a ciudadanos y ciudadanas desde zonas rurales del país.

A la manifestación asistieron varias diputaciones del partido de gobierno, exministros con aspiraciones de participar en las próximas elecciones nacionales y, notoriamente, el propio presidente Rodrigo Chaves Robles (quien no ha ocultado su conflicto con el Fiscal General, motivado por diversas causas que dicho funcionario tramita en su contra). Aclamado por sus seguidores, el mandatario afirmó que el Pueblo se ha despertado y, en una expresión con alguna reminiscencia lejana al filósofo Jean-Jacques Rousseau, que la voz del Pueblo es la voz de Dios.

Las líneas que siguen analizan críticamente el concepto de Pueblo que subyace en estos posicionamientos políticos y lo contrastan con su principal alternativa teórica.

¿Quién es este Pueblo del que habla el presidente con tanta vehemencia?

Pero, ¿quién es ese Pueblo al que aludió el presidente, y qué papel le corresponde frente a las instituciones del Estado? Ambas son preguntas de considerable profundidad, ciertamente. Quizá por ello encontramos diversas respuestas relevantes a cada una. Comencemos por la segunda.

Si atendemos a los principios fundamentales de nuestro orden constitucional, el Pueblo (o la Nación, con mayúscula, como lo llama nuestra Constitución Política) es una figura absolutamente central. Según la Constitución, se trata del titular de la soberanía y es el llamado a ejercer todas las funciones del poder público, incluido el más elevado de todos los poderes, el constituyente (es decir, la capacidad de crear una nueva Constitución).

Este es el Pueblo de la Democracia establecido en nuestra Constitución Política: gobierna a través de formas constitucionales, lo cual implica necesariamente la disposición de todos los derechos políticos fundamentales ciudadanos. Tiene, además, la notable facultad de modificar la Constitución misma, si así lo decide.

Esta concepción que proyecta nuestra Constitución se opone, por un lado, a la postura elitista, según la cual la ciudadanía no debe reclamar ni influir en el llamado Estado de Derecho. Pero también se distancia de lo que podríamos llamar una visión populista, que concibe al Pueblo como una entidad que puede gobernar sin instituciones, sin representantes, sin mediación; como si se tratara de un organismo con voluntad autónoma (en breve veremos que, desde este punto de mira, se suele entender que la voluntad popular tiene que tomar forma en la figura de un Líder).

El Pueblo del Populismo

Transpira nuevamente la pregunta acuciante: ¿quién es este Pueblo de la Democracia? Queda claro que, sea lo que sea, es algo trascendental. En Costa Rica, el Pueblo posee un enorme poder sobre todas y todos nosotros o, al menos, así lo establece nuestra Constitución Política. Sin embargo, seguimos sin saber con claridad quién es y cómo se manifiesta.

Una alternativa que interesa considerar aquí es justamente la propuesta por el presidente Chaves: el pueblo se identifica o es representado exclusivamente por quienes apoyan su gobierno, con lo cual él se convierta en su única voz legítima. Esta visión coincide con lo que el teórico e historiador Federico Finchelstein, en su obra “Del fascismo al populismo en la historia”, caracteriza como la perspectiva populista del Pueblo o Nación. El populismo (junto con su pariente, el fascismo) entiende que el Pueblo de la Democracia toma forma en una parte (real o supuestamente) oprimida o maltratada de la población, que encuentra su expresión en una figura de liderazgo profético y emancipador: Nación, Seguidores y Líder constituyen una sola unidad política. El Líder es, por tanto, quien efectiviza la voluntad que debe guiar al resto de la Nación-Seguidores. De esta forma, suele justificarse que el Líder acumule los poderes y facultades atribuidas al Pueblo de la Democracia.

Habida cuenta de estas ideas, históricamente el populismo ha tendido a apoyar el empoderamiento de ciertos presidentes electos mediante votación popular, como mecanismo para localizar al Líder del Pueblo.

Frente a este movimiento, obviamente, solo puede existir su contrario, representado por el mal: la casta, la élite, el antipueblo, es decir, todas y todos quienes no forman parte del Pueblo-Seguidores o se oponen de alguna forma a lo que dispone su Líder.

En todas sus manifestaciones, el populismo tensiona las instituciones constitucionales y políticas propias de las Repúblicas modernas. No podría ser de otra manera, dados los supuestos ideológicos que incorpora: la identificación entre Líder, Seguidores y Nación, que se oponen frontalmente al Antipueblo (en especial: opositores políticos). Aun así, existen muchos ejemplos históricos que muestran movimientos populistas que llegan al poder sin romper completamente con dichas instituciones (por ejemplo, Cristina Fernández de Kirchner o Javier Milei en Argentina). En otros casos la deriva ha sido hacia regímenes autoritarios (como el de Nayib Bukele en El Salvador), llegando incluso a consolidarse plenamente en formas dictatoriales (como la Venezuela de Nicolás Maduro).

¿Pero, hay alguna forma distinta de ver al Pueblo de la Democracia? Hay quienes creen que no, y por ello auspician una forma completamente despolitizada de ver los órdenes constitucionales. Sin embargo, la respuesta se encuentra en la propia ideología que subyace a nuestras imperfectas Constituciones Políticas modernas, incluida la de Costa Rica. Se trata de lo que podemos llamar la visión republicana del Pueblo.

El Pueblo de la Democracia bajo la mirada republicana

Hay una alternativa tanto a la visión populista del Pueblo de la Democracia como a las visiones elitistas. Nuestra Constitución Política de 1859 la distinguió con notable claridad, en una formulación que lamentablemente no se preservó en nuestro texto constitucional actual. En su artículo primero, aquella Constitución señalaba: “La asociación política de todos los costarricenses constituye una Nación que se denomina: República de Costa Rica”. Esta es la mirada republicana del Pueblo de la Democracia costarricense. Se trata una comunidad intergeneracional, que comparte un pasado, un presente y un futuro, anclada entre sí por medio de sus derechos políticos en la forma de la ciudadanía. Se organiza en una República, con el objetivo de garantizar la igualdad política de todas las personas que integran la comunidad.

Notablemente, sin embargo, en la comunidad de la ciudadanía existen honestos desacuerdos sobre cómo y en qué dirección han de ejercerse los poderes del gobierno. Por ello se requieren medios institucionales que aseguren que todas esas visiones políticas sean escuchadas y representadas en la toma de las decisiones más importantes sobre cómo vivir en comunidad.

En los modelos constitucionales modernos, esta ambición se tradujo en instituciones características: los Congresos o Parlamentos legislativos, cuya integración debe ser electa y políticamente representativa de la diversidad ideológica de la ciudadanía, y, al mismo tiempo, estar abierta a sus reclamos y observaciones. Esta ideología republicana incluso se manifestó en la arquitectura de muchas de las salas donde se reunían en pleno los cuerpos legislativos: para simbolizar la igualdad entre todos los representantes -y, indirectamente, la del propio pueblo-, se adoptaba una disposición en semicírculo (lamentablemente, la sala del Plenario de nuestra Asamblea Legislativa ha olvidado ese notable simbolismo republicano). Por supuesto, es esta concepción del Pueblo la que justifica que la ley disponga de mayor legitimidad que las decisiones de un Presidente (sea o no el “líder” de un movimiento político).

¿Pero entonces, desde esta visión de la comunidad política, caben las denuncias vehementes contra los poderes fácticos, las corporaciones o las élites que buscan cooptar las instituciones y los gobiernos en su propio beneficio? ¡Claro que caben! El desacuerdo dentro de la comunidad política no tiene por qué vivirse “en baja intensidad”, ni excluir denuncias apasionadas por corrupción, corporativismo o cooptación institucional. El principio de acción, sin embargo, es que al formular la crítica política, debe preservarse -en la medida de lo posible- la distinción entre, por un lado, los adversarios políticos, y por otro, los actores facciosos, corporativos o extrainstitucionales. Solo al mantener esta distinción puede sostenerse una política de conflicto democrático sin caer en una lógica del populismo, que tensiona y pone en riesgo la vigencia de las instituciones formales de la República.

De forma que las implicaciones de la ideología republicana del Pueblo calan profundamente en nuestras instituciones y prácticas constitucionales, aunque muchas y muchos sentimos que, en nuestros días, estas no cumplen con sus aspiraciones más elevadas. De hecho, creo que la reiterada incoherencia entre los ideales a los que dicen dirigirse nuestras instituciones y el desierto de realidad que percibimos en su desempeño -con una deriva que con demasiada frecuencia recuerda a House of Cards o VEEP– constituye parte de lo que, en Costa Rica, ha empoderado a la visión populista de la política y del Pueblo. Y es este movimiento político el que, hoy día, cuestiona la visión políticamente igualitaria e inclusiva que subyace a la idea republicana del Pueblo de la Democracia.

La Marcha sobre Roma y la Marcha sobre la Fiscalía General de la República

Vladimir de la Cruz

Benito Mussolini y Rodrigo Chaves, un paralelismo histórico.

Benito Mussolini, fue uno de los más distinguidos dirigentes políticos de Italia, y de la Europa entre guerras mundiales, 1919-1945. Llegando al poder se impuso como dictador ejerciendo autoritariamente su gobierno, como dirigente del Partido Nacional Fascista, al que se le hacen himnos, exaltaciones, y discursos personalizados hacia su figura y su conducción política.

Mussolini se desarrolló a partir de 1919 impulsando un movimiento político que lo hacía descansar en organizaciones o comités populares llamados fascios, lo que hizo que a su movimiento se le llamara fascista.

Mussolini levantó su imagen política atacando violentamente a los socialistas y comunistas italianos y europeos. Acababa de triunfar la Revolución Rusa o Bolchevique en 1917, que culminó con la constitución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS, en 1922.

El impacto de la Revolución Rusa, a partir de 1917, y la constitución de la URSS, en 1922, hizo que Europa se sacudiera en levantamientos populares, y movimientos revolucionarios, tratando de implantar gobiernos populares, semejantes al Poder Soviético, bajo la forma de Comunas y movimientos revolucionarios entre 1917 y 1923.

En el interior de lo que se constituyó como la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas se dieron las revoluciones que condujeron a las declaraciones de la Repúblicas Soviéticas de Ucrania en 1918-1919, de Lituania y Bielorrusia, en 1918-1919, de Letonia, en 1918-1920, el establecimiento de la Comuna del Pueblo Trabajador de Estonia, en 1918-1920 y la República Socialista de los Trabajadores de Finlandia, en 1918.

Como ola revolucionaria se dieron también el Biennio Rosso en Italia, el alzamiento de Pascua en Irlanda, el republicanismo radical en Grecia, con la batalla de Dumlupinar, que hizo que el rey Constantino I abdicara, aboliéndose la monarquía y estableciéndose la República Helénica en 1924.

También en Francia se impuso la Tercera República Francesa. España, por su parte, se sacudía en huelgas, entre 1916 y 1922 lo que condujo a la dictadura de Miguel Primo de Rivera hasta el establecimiento de la República Española en 1931.

En Egipto y Sudán se sacudían, en 1919, de la ocupación británica, independizándose Egipto en 1922. En Irak hubo, en 1920, movimientos contra la ocupación inglesa.

También se dieron los movimientos políticos que condujeron a la República Socialista Soviética de Persia, 1920-1921, la Semana Roja en los Países Bajos, en 1918.

Alemania fue sacudida por las Repúblicas Soviéticas de Baviera, 1918-1919, de Sajonia, 1918-1919, de Bremen, 1919, el levantamiento del Ruhr en 1920, el Levantamiento de Hamburgo en 1923. En Hungría se dio la Revolución Húngara que impuso la República Soviética Húngara en 1919 y la Eslovaca en 1919. En Georgia se dio un golpe de Estado en 1920 y en Polonia se impuso un Comité Revolucionario Polaco Provisional, en 1920.

De la misma manera, hubo una serie de movimientos insurreccionales y contrarrevolucionarios contra la URSS, entre 1917 y 1924, en Ucrania, el Cáucaso, Georgia, Polonia.

En Italia, el Biennio Rosso fue el periodo de las luchas populares que se dieron en el norte de Italia, en Turín, Liguria y otras ciudades y regiones, por los Consejos de Fábricas, bajo la dirección de anarquistas, anarcosindicalistas, del Partido Socialista de Italia, entre 1919 y 1920, y el Partido Comunista italiano a partir de 1921, que hizo que la clase obrera planteara su “asalto al cielo”, que era proponer el “poder obrero” en las fábricas, unido a sectores campesinos.

El movimiento sindical italiano era poderoso con su Federación Italiana de Trabajadores del Metal, la Unión Sindical Italiana, la Confederación General del Trabajo, donde se distinguieron grandes dirigentes como Errico Malatesta, Palmiro Togliatti, Antonio Gramsci, lo que explica en parte sus años de prisión en la Italia fascista.

Los Consejos de Fábrica surgieron como una alternativa democrática ante el Parlamento para impulsar un “Nuevo Orden”.

En Rusia, Lenin impulsaba la III Internacional como una organización para impulsar la creación de partidos comunistas y sindicatos y uniera sus luchas en el plano internacional.

Frente a toda esta situación, que rodeaba y afectaba a Italia, Mussolini impulsó su proyecto político, que le resultó exitoso. Parte de él fue la organización de la llamada Marcha sobre Roma que se llevó a cabo entre los días 27 y 29 de octubre de 1922.

La marcha fue contra el Parlamento italiano, con “escuadras de acción” encargadas de atacar y amedrentar violentamente a sus opositores en los espacios públicos en que los encontraran. Apedreamientos, pleitos callejeros, incendios eran prácticas que realizaban. ¿Fue el incendio del bosque de Santa Ana un aviso de estas actuaciones “chavistas”, cuasi fascistas, cuando se actúa contra decisiones del gobierno y de los diputados “oficialistas” que impulsan la eliminación de ese bosque con la intención de eliminar la protección natural que tiene y que se le dio por herencia? ¿Hubo mano criminal en ese incendio, que tenga vínculo con los intereses que se mueven en el gobierno, en la Asamblea Legislativa por medio de la diputada chavista Pilar Cisneros, y empresarios con el uso de esa área boscosa?

La lucha social en Italia llevó a Mussolini al Parlamento en 1921. Chaves es el presidente, pero para mantenerse como activista político necesita seguir a la fuerza en el gobierno, o por la vía de ir a la Asamblea Legislativa en el 2026, para lo cual tendría que renunciar el 31 de julio a la presidencia y postularse como diputado, de alguno de los partidos que impulsa, bajo el pin del jaguar.

Una élite menor empresarial, financiera y productiva acompaña al presidente. Por ahora bastante oculta, con un “apoyo” popular y político expresado en encuestas que trata de exhibir en actos como la marcha contra el Fiscal de la República, del pasado 18 de marzo.

Seguirán otras movilizaciones y marchas como parte de su lucha electoral, mientras los otros partidos no están en ese terreno. Mussolini lanzó, con una orden, a sus seguidores, en octubre de 1922, a las carreteras y a las vías ferroviarias para dirigirse a Roma a tomar el poder para su líder. Rodrigo Chaves llamó a tomar San José para provocar la caída, por destitución o renuncia, del fiscal general de la República, pensando o provocando, quizá, en tomar el edificio de la Fiscalía, con la marcha triunfal que anunciaban y realizaron, la que no les dio más fuerza de acción que la de su presencia de algunas centenas de personas ante el edificio.

Chaves como Mussolini realizan sus marchas en sus giras presidenciales. Allí las está impulsando en los cantones o ciudades que visita, movilizando gentes en su gira, aprovechando todas las veces para atacar los diputados, a funcionarios o regidores locales.

Mussolini en sus movilizaciones atizó la idea de la guerra civil si las autoridades le imposibilitaban su camino. Chaves atiza la idea de que, desde la Asamblea Legislativa, el Poder Judicial, la Fiscalía General de la República y la Contraloría General de la República, aliados a la prensa canalla, no lo dejan gobernar advirtiendo que quieren darle un golpe de Estado en lo que incluye al Tribunal Supremo de Elecciones señalando que no quieren dejar participar a sus partidos en las elecciones.

La Marcha sobre Roma de Mussolini fue para sitiar al gobierno. La marcha del 18 de marzo fue para sitiar a la Fiscalía, para exigir la destitución y renuncia del fiscal general, porque es un funcionario que él no nombra y que tiene en su manos más de 50 procesos judiciales contra el presidente en sus manos.

Después de la Marcha sobre Roma, el 30 de octubre Mussolini logró formar gobierno. Rodrigo Chaves no logró su propósito de destituir al Fiscal, pero se lanzó a la yugular de los diputados advirtiéndoles que no nombraran a Rodrigo Arias Sánchez como presidente legislativo.

Mussolini pudo nombrar un nuevo gabinete italiano. El presidente Chaves espera que el primero de mayo se integre un nuevo Gabinete Legislativo sin Rodrigo Chaves, a su medida, a su vestido, que siga servilmente los mandatos que le haga el Poder Ejecutivo Nacional.

Mussolini no pudo montar su dictadura inmediatamente a las jornadas de las movilizaciones de octubre de 1922 y de la Marcha sobre Roma, pero dejó las bases montadas. El presidente Chaves trabaja igual con ese propósito…impulsar varios partidos políticos con el propósito de que ganen por lo menos 40 diputados, y dejar su títere en el próximo gobierno tratando de ejercer y asegurar el control político de todas las instituciones de gobierno y de control administrativo público, así como dominar a los Poderes públicos, desde sus altas jerarquías de dirección institucional. Busca asegurar la continuidad de su autoritarismo y despotismo poco ilustrado, de características tiránicas y fascistas.

Para la Marcha sobre Roma, Mussolini tenía la consigna “o nos dan el gobierno o iremos a Roma a Tomarlo”. Para Chaves su consigna es: “o se someten a mi gobierno completo o mi dominio lo impondremos a la fuerza”.

Mussolini fundó el periódico “El Pueblo de Italia”. El presidente Chaves ha establecido una cadena de medios de comunicación y de prensa bajo su influencia económica, la del gobierno, que son como sus voces oficiales, y una política de desprestigio y aniquilación de los medios que se le oponen o critican.

Chaves quiere como Mussolini asumir los poderes políticos del Estado de manera completa y única.

Rodrigo Chaves Robles emergió de pronto a la vida política costarricense, sin ningún arraigo nacional, cuando fue nombrado por un breve plazo ministro de Hacienda del gobierno del Partido Acción Ciudadana, bajo la presidencia de Carlos Alvarado Quesada.

Rodrigo Chaves no tenía historia partidaria, no partido político propio. Salido del gobierno, buscó asilo en un partido político, encontrando eco, en uno nuevo para las elecciones del 2022, el Partido Progreso Social Democrático, sin ningún planteamiento político o ideológico conocido. Su planteamiento fue directo contra las instituciones pública, contra quienes habían gobernado anteriormente, pintándolos como las mafias corruptas entronizadas en todas las instituciones públicas y en el andamiaje del Estado.

Rodrigo Chaves no ha tenido una crisis como la europea, ni amenazas al sistema político venidas de la izquierda, de los socialistas o comunistas costarricenses, ni del movimiento popular organizado y del semi organizado que existe.

Esto le ha facilitado atacar la estructura política que ha encontrado, por lo que ha acusado a todos los presidentes de Costa Rica, del período de la II República, especialmente de 1953-2022, como dictadores y tiranos que gobernaron solo para enriquecer grupos de poder económico, financiero y empresarial que gravitaban alrededor de ellos y sus partidos, enfatizando que no gobernaron a favor del pueblo, cuya gobernanza la realizaron a base de la corrupción, aprovechando el Estado y los gobiernos, y montando en las estructuras de los poderes públicos redes de dominio institucional, con personajes y engranajes, que a él no le permiten gobernar, lo que ha llamado los mandos medios institucionales.

Rodrigo Chaves encuentra un movimiento sindical muy dividido, debilitado, con poquísima influencia en el sector privado de la producción y la economía, golpeado por las medidas que se han venido impulsando en los últimos gobiernos contra las instituciones laborales y sociales, contra la legislación laboral en el campo de las huelgas y las convenciones colectivas de trabajo, afectando jornadas de trabajo y salarios a la mínima.

En el sector público el presidente Chaves encuentra sindicatos importantes en la esfera del gobierno, en la educación pública y universitaria, en la salud, con alguna presencia en sector agrícola. sindicatos débiles hoy en el ICE, los bancos y otras instituciones públicas.

A ventaja del presidente Chaves los sindicatos hoy son débiles y para muchos efectos son casi inexistentes, de pocas luchas y sin movilizaciones, con casi ninguna resistencia al gobierno, con poca capacidad contestaria, de responder a los datos y cifras oficiales con visión política, sin raíces y vínculos políticos o ideológicos, como los que había antes de 1991. Las luchas populares y grandes movilizaciones tienen otras banderas, alejadas de las luchas de los partidos políticos.

Los sindicatos están golpeados indirectamente por el lenguaje político del presidente Chaves, que alude constantemente a la imagen de la guerra fría, de la lucha contra el comunismo, que no está en el orden del día pero que aún pesa en el inconsciente ciudadano, con sus ataques intimidantes contra personas y a autoridades de gobierno a las que pinta como si fueran delincuentes, así como por las medidas represivas de tipo institucional que ejerce contra funcionarios públicos y actores empresariales, debilitándoles en su resistencia, y obligándoles casi a una obediencia y sometimiento a base del terror reverencial que representa la figura del propio Chaves, que ha llevado con sus gritos, su soez y vulgar lenguaje, sus insultos, las degradaciones morales que hace de sus adversarios, a la convocatoria de ciudadanos para que vayan a la instituciones, que él ataca, a manifestar su apoyo a él, como lo ha hecho contra la Sala IV, contra la Asamblea Legislativa, contra la Corte Suprema de Justica y recientemente con la convocatoria que hizo, el 18 de marzo de movilizarse, contra el Fiscal General de la República, pidiendo su renuncia o su destitución.

No ha pedido la destitución del presidente de la Asamblea Legislativa porque sabe que tiene que ser nombrado en la sesión del primero de mayo próximo. Lo que ha hecho es pedir públicamente que no lo reelijan como presidente, y de amenazar a los diputados, lo que nunca ha hecho ningún presidente en los 200 años de existencia del Estado y la Republica de Costa Rica, de que si lo reeligen él, Rodrigo Chaves, no nombrará Ministro de la Presidencia, porque no tiene nada que ir a negociar con el presidente legislativo.

La lucha y ataque constante del presidente Chaves contra los partidos políticos, especialmente contra los que tienen asiento en la Asamblea Legislativa, y de manera más precisa contra los que han ejercido el gobierno, Liberación Nacional, la Unidad Social Cristiana, y por razones ideológicas contra el Frente Amplio. Su ataque y su lucha es de palabra contra la corrupción pública que la concentra en las imágenes de los presidentes de la Asamblea Legislativa, de la Corte Suprema de Justicia, de la Contraloría General de la República, de la Fiscalía General de la República, y de la prensa y medios de comunicación que critican su gobierno o exhiben su ineptitud y su falta de políticas reales de gobierno orientadas a resolver problemas nacionales.

Rodrigo Chaves no ha impulsado un partido propio. No lo tiene. No puede hacerlo porque constitucionalmente tiene prohibición de actuar en política de esa manera.

Su forma de actuar en política beligerantemente es atacando cotidianamente a todos los partidos políticos que han gobernado, a sus principales dirigentes políticos. Concentra su atención en el ataque a los dirigentes históricos del partido Liberación Nacional porque, guste o no, es la principal organización partidaria del país.

Rodrigo Chaves ha tratado de impulsar partidos políticos que se identifiquen con él como persona, como presidente, como líder político. No ha tenido éxito importante todavía. Los partidos políticos, que fueron varios, para participar en las elecciones municipales, todos fueron rechazados por incumplir formalidades de inscripción. En esa elección mostró ser la tercera fuerza en presentación de candidatos a puestos municipales.

Para las elecciones del 2026 tiene en proceso de inscripción media docena de partidos que se identifican con él y con su movimiento “jaguar”. Dos de estos partidos están en proceso de ser eliminados si no se ajustan completamente a las formalidades de inscripción, lo que pareciera que no han aprendido después de las elecciones municipales. Curiosamente, en este caso, les están llamando la atención porque en las provincias periféricas, Puntarenas, Limón y Guanacaste, no han cumplido esos requisitos, donde se supone que tienen más apoyo popular, lo que indica por ahora que es un apoyo de papel.

Un partido no se forma solo con convocatorias de manifestaciones, o con asistencia a la presencia de actos a los que llega el presidente, movilizando personas de la región como relleno publicitario pagándoles una cifra de dinero y dándoles una comida por asistir.

Los partidos se organizan por voluntad propia, por convencimiento e identificación con el candidato o las ideas del partido. Los líderes enamoran a sus seguidores. Rodrigo Chaves solo provoca los resentimientos de sectores que se identifican con su palabreja política, sin contenido alguno, llena de improperios.

Las personas movilizadas por el chavismo cuando las interrogan los periodistas sobre las razones y objetivos por las que participan, no saben decir o expresar por qué lo hacen, o señalan un interlocutor que lo haga por ellas. Eso no le da votos a quien así cree que los va a obtener.

Como no tiene partido ha impulsado a modo de movimiento de masas lo que llama el movimiento de los jaguares. Si Mussolini desarrolló “fascios”, al presidente Chaves le falta desarrollar sus “guaridas” de jaguares donde se concentren sus seguidores y activistas, como los partidos políticos tradicionales organizaban, u organizan, sus células o comités de partidos, para sus respectivas reuniones de capacitación y de vida partidaria, que deben tener vida propia.

La vida de los partidos es diaria. La vida del chavismo y de los “jaguares” es semanal por medio del montaje que tiene el presidente de sus alharacas que presenta como Mesas de Prensa, Conferencias de Prensa.

En las convocatorias contra las instituciones o funcionarios que convoca el presidente Chaves, o que estimula para que se hagan, han habido actos de amedrantamiento, agresión y violencia contra personas. Cuando fueron a la Sala IV hubo uno de los manifestantes y dirigentes del pequeño grupo que allí estuvo gritó para que al presidente de la Sala IV se le matara.

En las próximas semanas del cauce electoral probablemente el presidente chaves buscará otros pretextos de movilización popular a su favor, para dar la imagen de su futuro apoyo electoral en su candidatura a diputado, si así se decide, al 31 de julio, o para apoyar a sus jaguares.

Lo que está claro para mí es que el presidente Chaves todavía no tiene su candidato presidencial. Los que tiró al ruedo en enero, de su gabinete, tan solo son distractores del que presentará o surgirá, como un as bajo la manga del grupo poderoso que lo rodea y le da las personas importantes que debe nombrar. La caída de Mauricio Batalla le embarrialó la cancha. Igualó al caído con el superior en las acusaciones que se le han hecho. Ha mostrado la red de cuido del presidente para sus leales colaboradores.

Quedan pendientes de caer las manos criminales del incendio de Santa Ana, que seguramente están muy ligadas a los intereses del gobierno y de la diputada Cisneros. Ese es el camino de la violencia que desarrolló Mussolini y pareciera que bajo el chavismo se está gestando.

Aquí, en Costa Rica no habrá golpe de Estado contra el presidente. El pueblo le tiene los días contados. Terminará por la fuerza popular el 8 de mayo del 2026, o el 31 de julio por su propia voluntad.

La política como el arte del engaño

Alberto Salom Echeverría

“El tema central de la teoría política de Maquiavelo fue la tarea de gobernar adaptada a las necesidades contemporáneas, más que como un producto de ordenación divina. Delineó métodos para tomar el poder, abogando por una combinación de fuerza, astucia y apoyo ciudadano.”

NICOLÁS MAQUIAVELO

Maquiavelo prescribió cualidades específicas para los gobernantes, Instándolos a encarnar una combinación de fortaleza y astucia.

Una introducción necesaria

El engaño es una condición humana, muy negativa, por cierto. El prócer José Martí dijo una vez: “Nos casaron con la mentira, nos acostumbraron a vivir con ella…” Cuando la vida en la acción política no resulta suficientemente consistente, cuando al gobernante de turno no le sirve decir la verdad, es porque no está acostumbrado a reconocer sus errores; entonces frecuentemente acude a la mentira como un escudo que debiera protegerlo. Es decir, el “engaño”. Es el más frecuente de los recursos del político astuto, como lo pregonaba y recomendaba el gran pensador florentino Nicolás Maquiavelo (1.469-1.527). Para el filósofo de la política, lo central era que el político consiguiera sus objetivos, al precio que fuera. Eran los tiempos del renacimiento en los que se buscaba unificar los reinos y constituir la República Italiana.

El propio Maquiavelo llegó a considerar, que para “El Príncipe”, con tal de alcanzar y afianzarse en el poder del Estado, era más importante “ser temido que ser amado, si es que no se puede hacer ambas cosas”. Ser temido para garantizar la obediencia, argumentaba.

La astucia recomendada por Maquiavelo no siempre es sinónimo del engaño, pero la mentira sí lo es. En las democracias, parte de la ideología dominante de las clases y élites preponderantes, es la mentira, útil para dominar y a la vez sojuzgar a masas poco educadas y necesitadas de “favores” para salir adelante…El clientelismo político. Entre más bajo se esté en la escala social, más proclive o inclinado se estará a depender de los favores del gobernante, de la naturaleza que sean, porque cualquier “migaja” es mejor que nada.

Las migajas sirven para apuntalar el engaño y consolidar la sumisión.

Entre más inepto sea un gobernante para llevar adelante políticas públicas que resuelvan los problemas de la ciudadanía, junto a ella, más importante se tornan los favores políticos o las migajas que se le puedan ofrecer a las masas más necesitadas. Esta es una premisa básica de las ideologías dominantes en los gobernantes corruptos y populistas.

La marcha que llevó a cabo el gobierno de Chaves Robles el 19 de este mes, dejó como impronta o huellas indelebles gran parte de lo que hemos dejado señalado de los gobernantes populistas proclives a la mentira y el engaño.

Por más que su propaganda, o las de sus troles hayan querido desfigurar la realidad, por medio de montajes de otras manifestaciones propias o ajenas, por las que quisieron hacer aparecer la escuálida marcha como si hubiese sido la de una multitud, hoy se tiene suficiente evidencia proveniente de los medios de prensa que asistieron a cubrirla, que dieron cuenta de la escasa asistencia.

Se sabe, además, por la boca de los propios asistentes a la marcha, que iban ayunos de información de parte del gobierno. Abundaban las frases banales de parte de los asistentes y hasta de los guías adictos al gobierno. Por ejemplo, ante una pregunta de un funcionario de una empresa de tv, en el sentido de ¿” cuál es la razón por la que ustedes se hicieron presentes a esta marcha”? una mujer inmediatamente solicitó que le preguntaran a otra dama que parecía la que comandaba. La situación no mejoró ahí. En este caso obtuvimos por toda respuesta, “venimos a apoyar”. Cualquier persona que hubiese visto este reportaje vio lo mismo que estoy explicando.

Pero en cambio, no iban ayunos de un poquito de dinero (mucho paya algunos de ellos); cada asistente que se montó en un bus, recibió además la suma de diez mil colones, algunas camisetas y otras migajas que, a nadie le resolvieron ningún problema vital, pero vinieron a la capital, algunos saludaron al gobernante populista, y recibieron después su almuercito. Chaves se dio gusto apretando manos, abrazando gente humilde y otras lindezas por el estilo.

La verdadera razón de la marcha

Ni con toda esa parafernalia el gobierno que, de a poco se desgasta en su prestigio, logró su cometido de movilizar ni dos mil personas siquiera, para forzar una renuncia del fiscal general Carlo Díaz. Este era el verdadero móvil de la manifestación convocada haciendo acopio de ingentes recursos. No lo lograron.

En este caso, el engaño, el ardid empleado por el gobierno para convencer a grandes sectores del pueblo a repudiar al fiscal, no les sirvió. Nada consiguieron, como no fuera desprestigiarse más.

La verdadera razón de la convocatoria que ninguno de los asistentes conocía, como no fuera el consejo de gobierno y el mínimo grupo de adláteres y propagandistas que siempre acompañan al presidente, fue provocar la renuncia de Carlo Díaz. ¿Y por qué? El presidente Rodrigo Chaves Robles y parte de sus ministros acumulan más de un centenar de denuncias en su contra que, el fiscal general, como parte de sus funciones indeclinables, debe investigar. No puede negarse a hacerlo so pena de incumplir su mandato. El presidente no nombra al fiscal, lo nombra la Corte Plena del Poder Judicial, menos puede destituirlo. Imagínense ustedes, un presidente acusado en parte por ciudadanos comunes y corrientes y otra parte por instituciones, intentó movilizar multitudes para forzar la renuncia de aquel que tiene el imperativo de investigarlo. Craso error.

¿Sería que Chaves se proponía de esa forma destituir a un fiscal que, hasta ahora ha probado su idoneidad y valentía en el ejercicio del cargo, para presionar a la Corte Plena a que le nombrara otro u otra a su conveniencia? Muchos de los castigos que podrían sobrevenir de tantas acusaciones, en caso de que se demuestre su culpabilidad y dolo, suponen cuantiosos años de cárcel. A Chaves le falta poco para perder su inmunidad que le otorga la Constitución por ejercer la primera magistratura, por lo consiguiente, podrá ser juzgado como cualquier otro ciudadano. El temor que puede estar sintiendo el gobernante populista, fue lo que lo llevó a embarcarse en el error de pretender usar al pueblo mediante una manifestación que pretendía que fuera masiva, para que Carlo Díaz se viera inclinado a dejar el cargo. Nuevamente, craso error del gobernante.

El engaño, es un ardid muy empleado por gobernantes que temen enfrentarse a su pueblo con la verdad. Pero no dura para toda la vida.

Compartido con SURCOS por el autor.

Historiador Óscar Aguilar Bulgarelli advierte sobre la marcha convocada desde Casa Presidencial contra el Fiscal General

El historiador y analista Óscar Aguilar Bulgarelli emitió un contundente llamado a la ciudadanía costarricense para que reflexione sobre la convocatoria a una marcha contra el Fiscal General de la República, programada para este martes 18, promovida desde la Presidencia.

«Esto es inaudito. En más de 200 años nunca ha sucedido que desde la Presidencia se promueva una lucha entre poderes de la República», expresó Aguilar Bulgarelli, quien manifestó su preocupación por lo que considera un hecho sin precedentes en la historia democrática del país.

Según el historiador, esta convocatoria responde a las aproximadamente 70 causas que el Fiscal General tiene en investigación contra el actual mandatario «por posibles violaciones a cantidad de leyes de este país», situación que calificó como «hecho inaudito».

Aguilar Bulgarelli cuestionó las motivaciones detrás de la marcha y enumeró una serie de promesas incumplidas por parte del gobierno actual. Entre ellas mencionó la situación crítica de la Caja Costarricense del Seguro Social, donde «han aumentado las listas de espera» mientras se «niegan los pagos» a la institución y se «pone en peligro las pensiones».

El analista también hizo referencia a otras promesas incumplidas como la reducción del precio del arroz, en las tarifas eléctricas y en el combustible. Además, criticó proyectos como la intervención en Gandoca-Manzanillo que afectarían el medio ambiente y la iniciativa para reformar el ICE.

Otro aspecto que Aguilar Bulgarelli destacó con preocupación son los reportes sobre pagos de 10 mil colones a quienes asistan a la manifestación. «¿Cuál es su ética costarricense? ¿Por qué si es una causa justa no va gratis?», cuestionó.

El historiador concluyó su mensaje haciendo un llamado directo a la conciencia de los costarricenses: «Cuidado lo embarcan. Usted es una persona noble todavía, está esa alma tica en su espíritu. Por favor, costarricense, tenga cuidado. A lo tico te digo, cuidado te embarcan».

Campaña en defensa del Estado de Derecho de Costa Rica – para firmar

Comunicado de grupo de personas de diversas creencias políticas y ocupaciones

Frente al montaje de hechos falsos, para intentar coaccionar al fiscal general de Costa Rica, Carlo Díaz Sánchez, firmamos este manifiesto.

Costa Rica es la democracia más antigua de América Latina y uno de sus pilares fundamentales ha sido el Estado de Derecho, construido a lo largo de muchas generaciones, que hoy día se ve acosado por los ataques y mentiras de un Poder Ejecutivo, con oscuros propósitos.

Como parte del ataque a nuestra democracia y a la división de poderes, el fiscal general está siendo objeto de amenazas y calumnias que buscan intimidarlo para que la fiscalía no proceda con la función encomendada por el Estado y la Constitución Política en el combate a la corrupción y los delitos contra la hacienda pública.

La fiscalía no ha actuado de oficio en este caso llamado “barrenador” (los EBAIS concedidos a algunas cooperativas y asociaciones privadas por la junta directiva de la CCSS), lo hace obligada por una denuncia de la auditoría interna de la CCSS, que la compromete, por ley a intervenir para esclarecer si hubo o no delito.

Conscientes de eso y también de la necesaria independencia, libre de presiones o amenazas en su actuar, es que damos nuestro indiscutible apoyo a las funciones que realiza la fiscalía, sobre todo en este caso que es objeto de chantaje para intentar obstruir su accionar por parte del Poder Ejecutivo.

La campaña ya cuenta con más de 1200 firmas, si desea agregar la suya siga este enlace.

La fatalidad del gobierno de los jueces

Por Carlos Meneses Reyes

Como abrebocas al presente escrito, me refiero al comportamiento abusivo de la Corte Suprema de Justicia de Colombia, debido a su torvo proceder, por inercia administrativa, en la designación de una fiscal general, encargada, cual personaje cuestionado y a todas luces atacada públicamente de ser una encubridora de fichas del narcotráfico, en el puerto internacional de Buenaventura y a quienes disfraza de contrabandistas; así solo y a secas.

Es función de ese supremo órgano de justicia en Colombia, nombrar a la nueva fiscal general de terna enviada por el señor presidente G Petro, hace mas de tres meses; para que, con anterioridad al fin del periodo constitucional del fiscal general saliente, que concluía el pasado 12 de febrero, procediera a efectuar el nombramiento respectivo. No existiendo (por un vacío legal) un plazo o termino para elegir al fiscal y por tratarse de una función administrativa y no judicial, de esa institución, se imponía el principio de celeridad, para proferir el acto administrativo de elección de la terna enviada por el señor presidente de la Republica. La Corte Suprema de Justicia, en ejercicio del Lawfare, de guerra jurídica, aplicado al gobierno progresista del presidente G. Petro, hasta la fecha, no ha nombrado a la Nueva Fiscal general (por ser tres notables juristas colombianas quienes integran la terna). Ha desconocido la exigencia del pueblo colombiano, en cuya movilización radica la soberanía popular. Es así como la confidente del saliente conspirador Fiscal General Barbosa y quien fuera la Vice fiscal general, de Apellido Mancera, permanece dirigiendo los hilos de la corrupción y los intereses del narcotráfico, en ese importante órgano de la justicia colombiana y al que su mentor, el fiscal Barbosa, erigido mutuo propio como un ministerio público, contribuyo en menoscabo del Estado de Derecho.

Una conducta delictual

Los magistrados de la Corte no se han comportado como servidores públicos, infringiendo la Constitución y la ley. Deben responder penalmente. La Dra. Amelia Pérez al obtener 13 votos, es la nueva Fiscal General. Aplicaron una mayoría calificada de los dos tercios de los 23 integrantes de la Corte; siendo que la Constitución habla de mayoría simplemente. La Ley Reglamentaria de la Administración de Justicia, en el artículo 54, fija para ese acto de elección, que es, administrativo y no judicial, la mayoría simple de la mitad más uno, acorde con el espíritu constitucional. La Corte decide aplicar un Reglamento Interno que fijó ​ dos tercios de los integrantes (16 votos), violentando la Constitución y la ley y la llamada jerarquía de las normas, expresada en la Escala de Kelsen. Resulta una vergüenza nacional contar con magistrados violadores y desconocedores del orden constitucional y legal.

Riñe con la decencia que siete de los magistrados callaron y no se declararon impedidos en las sesiones de elección de la Nueva Fiscal general. El impedimento obedece a que los citados mantienen miembros de sus familias dentro del tercer grado de consanguinidad, bajo el resorte de nombramiento de la Fiscal general. Ahora, si una tutela declaró el impedimento de siete magistrados para elegir a la Nueva Fiscal; asistirán, en la próxima sesión, 16 magistrados; número óptimo para debatir y por ende no se requiere nombrar magistrados ad hoc, para reemplazarlos. Con la mitad más uno de los votos, o sea, 12 votos podrán elegir «oficialmente» a la ya designada, Dra. Amelia Pérez (quien obtuvo 13 votos en la sesión pasada). La decisión de la Corte, de no declarar electa a la Dra. Amelia Pérez es notoriamente injusta y contraria a la constitución y la ley. Por consiguiente, los integrantes de esa jauría, llamada Corte Suprema de Justicia, deben ser juzgados y castigados por prevaricadores, encabezados por su perrero mayor, como lo es quien la preside: un magistrado de apellido Chaverra.

Al cierre de este artículo, la envalentonada derecha militarista programa manifestaciones para que esa Cortesana no elija el próximo 07 de marzo Fiscal general y también entrabar las reformas de fondo a la Salud, Pensional y Laboral que se tramitan en la piara congresional. Así calificada, por ser su mayoría de senadores electos como producto de un sistema electoral clientelista, corrupto y de casino.

Crisis de legitimidad en los mecanismos de selección del Fiscal General de la República

El día 21 de junio de 2022 se elabora un informe por el Panel de Personas Expertas para la Elección de Fiscal o Fiscala General, entregado esta semana su informe a la Corte Suprema de Justicia, que evidencia un mecanismo altamente deficiente en materia de transparencia y publicidad, pues aspirantes no calificados pueden obtener hasta el 70% del puntaje máximo, donde la mayoría del puntaje se asigna por rasgos como la edad, la nacionalidad, el bachillerato, la ciudadanía activa, etc. 

Marcia Aguiluz menciona cómo este informe es sólido y contundente; es un documento basado en las experiencias que el propio panel vivió a lo largo de estos meses de monitoreo, un trabajo que requirió muchas horas sin retribución económica. También menciona que no hubo medidas afirmativas que aseguren la participación de mujeres. El foro solicita a la Corte Suprema dictar que la votación sea pública y fundamentada.

 

Compartido con SURCOS por Foro de Justicia.

Imagen tomada de https://cejil.org/

CONFERENCIA DE PRENSA: ¡Justicia para Sergio, Jerhy y los Pueblos Originarios!

Luego de la reunión con el Fiscal General de la República que se realizará a las 10:00 a.m. en el Primer Circuito Judicial de San José, para denunciar las agresiones y violaciones a los derechos humanos de los Pueblos Originarios y acordar la adecuada atención de esta situación por parte de la Fiscalía y tratar de hacer efectivo el derecho a acceso a la justicia para estos Pueblos, una delegación estará brindando una conferencia de prensa.

Fecha: jueves 26 de mayo de 2022.

Lugar: Centro de Amigos para la Paz (CAP) – AV 6 y 8, Calle 15, San José.

Hora: 11:30 am.

Con la participación de:

– Concejo Ditsö Iríria Ajkönuk Wákpa de Salitre.

– Concejo Iríria Sät Kök de Yabamí Dí (Cabagra).

– Personas Recuperadoras de Crun Shurin en Térraba.

– Personas Recuperadoras de China Kichá.

– Asociación de Desarrollo Indígena de Bajo Chirripó

INVITAN:

  • Bloque Verde
  • Coordinadora de Lucha Sur Sur
  • Asociación Costarricense de Derechos Humanos
  • Asociación de Desarrollo de Bajo Chirripó

“Estamos limpiando nuestra casa”

Magister José Manuel Arroyo Gutiérrez
Ex magistrado y profesor catedrático UCR.

Estas han sido las palabras con las que el presidente Bukele, de El Salvador, ha justificado ante las miradas internacionales, el acto legislativo por el que se destituyó a los integrantes de la Sala Constitucional y al fiscal general de ese país.

Perdón, pero la República no es propiedad privada de nadie, ni puede barrerse, de un plumazo, a la oposición, o acabar arbitrariamente con los controles constitucionalmente previstos. El régimen republicano es más bien comparable con un complejo y delicado edificio de equilibrios, donde deben convivir, democráticamente, diversos sectores, grupos de interés, clases sociales, leyes para todos, y por supuesto, instituciones públicas también al servicio de las personas en general.

Sin duda Bukele pontifica desde la falacia de creer que, por ser más numéricamente hablando, por controlar en este momento al Parlamento y por haberse ganado el apoyo de la mayoría electoral, necesariamente tiene siempre razón en todo lo que se le ocurra, y puede imponerse ignorando procedimientos legales y controles institucionales.

Pues tampoco. Lo que ha hecho este presidente salvadoreño es un mero acto de fuerza y, como suele ocurrir, sea cual sea el signo ideológico de un gobernante, las primeras víctimas a cobrar son las magistraturas independientes, llámense jueces o fiscales. Nada tiene que ver que la Constitución prevea la posibilidad de destituir a estas autoridades, eso está previsto en casi todas, lo importante es saber si hay razones legítimas para hacerlo o si se han seguido los procedimientos legales obligatorios. Nada de eso ha ocurrido en el caso que examinamos.

Desde la filosofía política contemporánea está más que consolidada la tesis de que el Poder Judicial es un contra-poder. Su misión fundamental es precisamente de control y, en el contexto de los conflictos entre particulares, interviene para corregir el desbalance a favor de la parte más débil y así, hacer justicia. En el ámbito de los conflictos inter-institucionales, el judicial, y de manera especialmente relevante, los tribunales constitucionales, existen para equilibrar los abusos de un Poder Legislativo que emite leyes o acuerdos contrarios a la Constitución, o bien, corregir o anular las acciones de un Poder Ejecutivo arbitrario o desmadrado. El poder judicial, como función política, en manos de todos los jueces y las juezas de la República, existe para tutelar los derechos de todos, pero de manera especial de aquellos y aquellas que estén en minoría o en posición más vulnerable. Por supuesto que también, cuando se justifica, hay controles políticos, disciplinarios y hasta sociales sobre la judicatura, que pueden operar cuando sea pertinente. Eso es democracia. Eso es Estado de Derecho.

Lo más lamentable es que el fenómeno “Bukele”, hermano del fenómeno “Trump”, es una tendencia claramente universal. Están apareciendo por todas partes en el mundo y, para ponernos al día, no hay vacuna contra esta variedad de peste política.

Este tsunami autoritario surge de manera directa del desencanto respecto de regímenes democráticos que no logran resolver las necesidades básicas de sus pueblos, ni darles niveles mínimos de dignidad. Es también hijo de unos partidos políticos tradicionales desgastados por las promesas incumplidas y empantanados, con frecuencia, en el lodo de la corrupción. Ese es el caldo de cultivo para todos los” bukeles” que en el mundo han sido, y Costa Rica no está a salvo de esta oleada.

Cuando ya en 2012 se quiso sacar de la Corte Suprema a un magistrado íntegro porque a las mayorías parlamentarias no les gustaba; cuando en los procesos de escogencia de nuevas vacantes se desplaza a todo el que parezca demasiado bien calificado o “peligrosamente” independiente; cuando vemos a la Contraloría General de la República yendo más allá de sus competencias y sumándose a las tesis de partidos mayoritarios en la Asamblea Legislativa;  y cuando vemos a un Defensoría de los Habitantes haciendo el peor papel de su vida institucional por estar en manos de personas confiables e incondicionales para esas mismas mayorías;  nos damos triste cuenta de que la democracia más longeva de la región, esta querida Costa Rica, también puede caer en manos de un demagogo fundamentalista que jure llevarnos a la nueva tierra prometida.

 

Artículo publicado en la columna Gato o Liebre del Semanario Universidad, compartido con SURCOS por el autor.