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Etiqueta: Haití

El fémur cicatrizado

Oscar Madrigal

Hay una anécdota, dicen que muy conocida, de la antropóloga estadounidense Margaret Mead, cuando en una conferencia un estudiante le preguntó cuál era el primer signo que evidenciaría el inicio del proceso civilizatorio del animal humano, y la audiencia esperaba una respuesta relacionada con la primera piedra tallada o la primera lanza o el dominio del fuego, ella contestó: “El fémur que alguien se rompió y que luego apareció cicatrizado”.

Muchas cosas se pueden deducir de esa respuesta: la solidaridad, la compasión, el acompañamiento, la colectividad… El fémur roto hubiera significado la muerte, si no es que algunos renunciaron a sus labores habituales para cuidarlo, alimentarlo y otros tuvieron que sustituirlos en la colectividad, lo cual ya solo fue posible por la colaboración, la ayuda, la ternura y la fraternidad y el compañerismo del grupo.

Esa bondad y cariño, ¿lo ha perdido esta civilización? En general, creo que no. Eso es lo que nos hizo realmente humanos.

Sin embargo, cuando se analizan los diversos conflictos a lo largo de la historia y, principalmente en la actualidad, cuando deberíamos ser más civilizados, la respuesta no es tan clara.

Los conflictos actuales ahí están, en primer lugar, los de Gaza y Ucrania, pero también tenemos al frente de nuestra puerta a Haití que se desangra diariamente, así como muchos otros.

Sin embargo, sobresale por encima de todos ellos, el genocidio de Gaza, el asesinato inmisericorde del pueblo palestino, especialmente de mujeres y niños, muchos de ellos muertos por hambre, ante la mirada impotente y desesperada del mundo.

Y no se diga que reclamar el alto al fuego, el cese del genocidio y la masacre es una posición antisemita o contra los judíos. Esta excusa en la cual se ha parapetado con especial virulencia el gobierno ultraderechista y corrupto de Netanyahu ya es imposible de sostener porque incluso líderes judíos del mundo expresan su oposición a la política del corrupto gobierno de Israel.

“El líder de la mayoría demócrata en el Senado de EEUU, Chuck Schumer —el legislador de mayor rango de religión judía— ha lanzado este jueves fuertes críticas contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, al que ha acusado de ser un “obstáculo para la paz” en Oriente Próximo”, como lo han dicho las noticias.

La reivindicación de un alto al fuego, de la paz en Gaza y el reconocimiento de los derechos de los palestinos, no es un asunto de los antisemitas, ni de anti-judaísmo, ni de religión; es un asunto de humanidad, de solidaridad, de volver a los huesos cicatrizados.

La solidaridad con Gaza no es tampoco un asunto de la izquierda internacional. Desde artistas como Susan Sarandon, el secretario general de la ONU, el presidente de España y hasta los judíos ortodoxos se oponen a un genocidio que se trasmite todos los días por la televisión.

La actual candidata a la presidencia de México y muy probablemente posible presidenta en sustitución de AMLO, Claudia Sheinbaum, es de origen judío. Y es de izquierda y de un partido izquierdista.

Pero el hecho es que el Estado de Israel ha venido asumiendo posiciones cada vez más de ultraderecha, hasta convertirse en un Estado dominado por las fuerzas militares. Su carácter democrático cada vez viene a menos, para convertirse en un estado supremacista racial, etnonacionalista, practicante del apartheid, conculcador de la independencia judicial, exportador de armas y aparatos de seguridad y cercenador de la libertad de prensa. Este no es el Estado de Israel que todos queremos ni ejemplo para el mundo.

“En una encuesta de 2021 un cuarto de los judíos de Estados Unidos respondió que Israel era un Estado de apartheid. Incluso el editor de Haaretz, el periódico más progresista, además de, por supuesto, sionista, lo admite. “El producto del sionismo, el Estado de Israel, no es un Estado judío democrático, sino que simple y llanamente se ha convertido en un Estado de apartheid. Se pueden decir muchas cosas al respecto, pero no se puede decir que Israel está llevando a cabo el sionismo como un Estado judío democrático”, escribió Amos Schocken en 2021”.

“La reivindicación de que Israel es una democracia floreciente en el corazón de Oriente Próximo está rebatida por los hechos. Todos los medios de comunicación de Israel, junto con editores y autores, deben enviar las historias relacionadas con asuntos exteriores y seguridad al censor jefe militar de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) antes de su publicación. Es una regulación arcaica que comenzó poco después del nacimiento de Israel. El censor tiene la potestad de bloquear por completo la historia o de redactarla parcialmente”. (Citas del libro “El laboratorio Palestino” del escritor judío Anthony Loewenstein).

De lo dicho resulta claro que Israel no puede seguir por el camino de la ultraderecha violatoria de los derechos humanos y que el Humanismo que dio forma a la civilización humana, debe retornar y formar parte de la política mundial.

Haití necesita más y mejor asistencia y cooperación internacional

Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba

Haití sufre una grave situación humanitaria y de seguridad, que agudiza la inestabilidad social y la pobreza causadas por siglos de saqueo colonial y neocolonial, subdesarrollo e intervención extranjera.

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó una resolución que autoriza el despliegue de una Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití, cuyos efectivos podrán utilizar la fuerza en su ámbito de acción.

No es la primera vez que el Consejo mandata un despliegue militar en ese país. En esta ocasión, responde a una petición de las autoridades haitianas.

Cuba está a favor de la paz y la estabilidad en Haití, primer país latinoamericano y caribeño en sublevarse contra el colonialismo europeo, en alcanzar su independencia y en abolir la esclavitud en el Hemisferio Occidental.

Defendemos los legítimos derechos de su pueblo a encontrar una salida pacífica y sostenible a los enormes desafíos que enfrenta, sobre la base del pleno respeto a su soberanía.

La principal tarea pendiente de la comunidad internacional con Haití no es enviar un contingente militar.

Esa hermana nación caribeña, con la que la Comunidad internacional tiene una enorme deuda moral, necesita más recursos financieros para su desarrollo. Requiere, con urgencia, más y mejor asistencia y cooperación internacional, no solo para su reconstrucción, sino, además, para avanzar en el desarrollo sostenible del país.

Lamentablemente, muchos de los montos de ayuda financiera y material comprometidos por la comunidad internacional para Haití, como ayuda al desarrollo y para hacer frente a los efectos de los desastres naturales, fueron insuficientes, no se desembolsaron, o se absorbieron para gastos propios por innumerables organizaciones no gubernamentales extranjeras y agencias de ejecución de programas. En muchas ocasiones, no se respetó la voluntad de las autoridades haitianas ni las prioridades que estas establecieron.

Cuba reitera el llamado a abordar la situación en Haití con la debida atención a los problemas estructurales, económicos y sociales del país. Insiste en la necesidad de establecer mecanismos efectivos de ayuda que garanticen el uso eficiente de todos los recursos que aporte la comunidad internacional en beneficio del pueblo haitiano.

Apoyamos el llamado de la Comunidad del Caribe (CARICOM) a favor de una estrategia de desarrollo a largo plazo en Haití.

Nuestro país ha cooperado con Haití y concentrado sus esfuerzos en áreas en las que mayor impacto pueden alcanzar como la salud pública, elemento clave de la sostenibilidad y la estabilidad social de Haití; y también la energía, el agua, la educación, la agricultura y el deporte.

De manera ininterrumpida, Cuba ha mantenido, desde 1988, una brigada de profesionales y técnicos de la salud en Haití, para apoyar de forma incondicional a su pueblo, incluso durante el impacto de eventos meteorológicos y sísmicos, el brote de cólera y la pandemia de la COVID-19.

Cuba mantiene su compromiso solidario con Haití y le continuará brindando su ayuda incondicional. El noble pueblo haitiano necesita y merece más recursos y cooperación de la comunidad internacional.

La Habana, 6 de octubre de 2023

Conferencia: Sobras en el sistema; muerte y regeneración en la economía haitiana del carbón vegetal

La Cátedra de Estudios de África y el Caribe organiza la conferencia “Sobras en el sistema: muerte y regeneración en la economía haitiana del carbón vegetal” con el expositor: el Dr. Rodrigo C. Bulamah de la Universidad Federal de São Paulo, quien es un antropólogo social y becario de la Fundación São Paulo (FAPESP) en la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp). Actualmente investiga en el interfaz entre historia y antropología, la vida tecnopolítica y afectiva de la fabricación de carbón vegetal en Haití y sus conexiones con las prácticas ecológicas regenerativas. Le interesan los debates acerca de las ruinas, los nuevos estudios sobre plantaciones, las relaciones entre humanos y animales, la esclavización y la revolución. Este año, en 2023 se incorporará al Departamento de Antropología de la Universidad Estatal de Río de Janeiro (UERJ) como Profesor Asociado de Teoría Antropológica. 

La conferencia será el cabo el lunes 13 de febrero de 2023 a las 2:00 p.m., en la sala de audiovisuales de la Facultad de Ciencias Sociales, de la Universidad de Costa Rica, y será también transmitido en vivo en la plataforma de Facebook Live de la página de Cátedra de Estudios de África y el Caribe. 

Como tema central y en resumen de la conferencia se hablará sobre el carbón vegetal y la leña; estos representan la base del sistema energético haitiano, se calcula que el 70% de la demanda energética en Haití se abastece de dicho combustible. La producción de carbón vegetal es presentada por los grupos de élite nacional y por las agencias humanitarias mundiales como irracional y causante de una deforestación supuestamente incontrolada en dicho país. La cadena del carbón vegetal está mediada por técnicas y afectos que implican procesos vitales, como los regímenes de propiedad y herencia, cálculos económicos y ecológicos, la agencia de los espíritus que habitan los árboles y otros elementos del paisaje. Por tanto, el Doctor se centrará en los restos de la economía del carbón vegetal y sus conexiones con los conceptos locales de la vida y la muerte, además de debatir cómo se cultiva localmente la esperanza y cómo se vislumbran nuevos futuros agrarios.

 

Información compartida con SURCOS por Vania Solano Laclé.

Recolección de ayudas para pareja de refugiados haitianos

El FENTRAGH está realizando una campaña de recolección de ayudas para la pareja de refugiados haitianos: Stael, María y el bebé que están esperando.

Toda ayuda será bien recibida; se requieren:

  • Víveres
  • Ropa
  • Dinero
  • Muebles: de sala, cama, cuna
  • Ollas
  • Sartén eléctrico
  • Colchón 
  • Artículos para el hogar 

El centro de acopio es en la oficina de FENTRAGH, local #7 sobre la terminal de los Caribeños.

Teléfono: 2758-0508. 

Horario: 8:00 am a 5:00 pm.

 

Compartido con SURCOS por Maikol Hernández.

Un 07 de agosto también sitiado

Por Carlos Meneses Reyes

Con la aplicación de una estrategia de manipulación mediática, la dictadura narco paramilitar, preparó las efemérides de los notables sucesos ocurridos el 07 de agosto de 1.819, en la vía Bogotá – Tunja, en el sitio conocido como el Puente de Boyacá. Ese día, las tropas independentistas, al mando de Simón Bolívar, vencieron a las tropas realistas, dirigidas por el comandante español José María Berreiro Manjón. Lo así referido, quedó plasmado en el suceso notable de participación de un adolescente de escasos 12 años, alistado en las tropas libertadoras en labores de cuido y atención de los caballos, Pedro Pascasio Martínez Rojas, quien, en el arrojo del combate y fusil en mano, detuvo y conminó a rendirse al comandante español, quien trémulo y acobardado se escondía debajo del pequeño puente para huir. Lo capturó y lo entregó a Bolívar. Cerca de 200 años después, el fariseísmo pretende ocultar la cruda realidad de la vinculación de cientos de adolescentes y menores de 15 años en las filas guerrilleras de liberación nacional; en la cruenta y prolongada historia del conflicto armado interno en Colombia.

Bajo una estrategia de distracción, se difundió la segura alteración del “orden público” y ataques a monumentos de valor histórico. Sin ocultar los prolongados efectos del Paro Político Nacional (PPN), al no asumir la responsabilidad gubernamental por las consecuencias al desconocimiento de la expresión popular en las múltiples protestas acaecidas y que aún no cesan. Centrando el problema en ese acontecer, ligaron el decomiso de unos kilos de explosivos de pentolita; la captura de una alias “flaca”, sumada a la de 165 personas más, luego de los disturbios acaecidos durante tres meses; la de un denominado “19” de las investigadas 1A Línea; dizque el acompañamiento- sin pruebas- de efectivos de las FARC y del ELN y el llamado a movilización, en el sitio del Pantano de Vargas y el puente de Boyacá. Creando así el problema, difundido por la dictadura mediática en un lenguaje escueto, sin adornos y con presentación sencilla; generaron una generalizada intimidación y miedo, sin cuidarse de ocultar el Terrorismo de Estado, ocasionado conforme a ocurrencia practica constante.

A Colombia se le ha sometido así, a un cerco y asedio, en base a un determinado momento histórico de recordación. Definen, determinan y sacan conclusiones en busca de efectos predeterminados. Algo así como un juego o disfrute a la otredad u otra edad. Algunos le llaman el uso del espacio del silencio, y que lo oído o de oídas (solo) merece atención para decidir, cuando ese “algo” o run run vale la pena.

Obedece al aporte de vigilancia y control de la sociedad. Lo dispositivo como mecanismo para obtener un logro, resulta en la exaltación del engaño (silencio dispositivo), en aplicación de una teoría de la dominación a través del consumo, como utilización o desgaste. Aplican lo de los medios de comunicación hacia “logros” de sensación de libertad y el individuo receptor pronto cae en el circulo absorbente de la enajenación, bajo distracción, falto de juicio. Con ese logro de reacción afinan en poner a tono la justificación del uso y desplazamiento de fuerza, sin mediar en el costoso derroche de recursos públicos. Pero esa cadena de efectos-en lo del símil del consumo- no concluye ahí, si no que apetecen a un nuevo producto, puesto que el sujeto o individuo deja de ser “libre” y apetecen a una nueva situación, como si se tratare de un nuevo producto, recurriendo y volviendo a un nuevo producto, rehaciendo al punto de partida, en consecuencia, al montaje de otra edad, en el efecto de control de las sociedad sumida en represión.

Pero resulta que el efecto es diametralmente opuesto a lo deseado por la reacción represiva estatal. Acuden, en consecuencia, a lo distractivo, que en el uso de la la alienación masiva de los medios se ubica, por Chomsky, en el factor de Distracción: dar pan y circo.

Resuelto que hoy en Colombia, la cualificación del movimiento popular permite afirmar que, ante la existencia de millones de inconformes, paralelo a millones de manifestantes que han perdido el miedo y se rebelan ante las mentiras y la manipulación, el escenario de las luchas populares callejeras recobra la vivencia y experiencia multiplicadora de la democracia directa, en contraposición a la democracia indirecta o representativa, generadora de innumerables males a la nación colombiana. En ese orden de exposición y para salir de la frase de cliché de búsqueda de la segunda y definitiva independencia, está a la orden del día, la revocatoria del mandato de todo el poder legislativo (nacional, departamental, municipal). Identificado ese poder legislativo actual como el enemigo principal del movimiento popular y ante la realidad palpable de un sistema electoral corrupto, clientelista, de casino, que los atornilla, se resuelve esa contradicción principal, con la salida a un gobierno de transacción de vocación democrática y popular. Aspiración esa debilitada o anulada por el juego a la ilusión del cretinismo parlamentario, ante cuyo efecto todo queda reducido al gatopardismo: “cambiar todo para no cambiar nada”.

Está demostrado que la concentración de esfuerzos tiende al desarrollo y logros de los comicios electorales del próximo año 2.022. De ser el resultado- que es lo más probable- contrario al movimiento popular, continuara el camino expedito de la insurgencia armada en Colombia. Aquí no se trata de pedir la desmovilización de los rebeldes. Tampoco de sesgar la iniciativa de lucha popular en la confrontación callejera y de veredas. Los caminos serán otros que no podrán ir, en paralelo, a invocar y predicar el cambio político y social y de superación de los conflictos, manteniendo sin lesión o daño, el asentamiento del narco Estado, nido de las barbaries aplicadas por las oligarquías y el imperio. Resulta imposible convivir, permanecer en convivencia, con ese poder dominante y un modelo económico asfixiante. Aquí no hay espacio para reprobar los medios de lucha del pueblo, en momentos en que, sobre todo, en el escenario latinoamericano, la izquierda coaliciona en la reprobación de un orden público bélico, policivo y que en Colombia reside en la existencia de un Narco Estado militarista, bajo la dirección de un gobierno narco paramilitar, capturado por la corrupción y las mafias y que tiene como secta, que no partido, un colectivo político en el que recaen múltiples crímenes.

El caso del asesinato del presidente de Haití

El pasado 07 de julio, fue asesinado en su casa de habitación el presidente de Haití, Jovenel Moise, resultando herida su esposa, quien se hizo la muerta, logrando salvar su vida. La única y consistente versión que circuló desde el inicio de las investigaciones, centraron en que el hecho fue perpetrado por un comando de exmilitares colombianos, previamente contratados, por firmas dedicadas al reclutamiento de mercenarios y que operan con oficinas en varios pises, incluida Colombia.

La materia prima se obtiene del cuerpo de exmilitares colombianos que han cumplido un tiempo de 20 años de servicios, sin importar la edad, en el conflicto armado interno colombiano. Cada año, salen centenares de militares en retiro, sin que se controle, por parte del ejercito expansionista, ni por el Estado, el uso de sus experimentadas capacidades de guerra adquiridas. En más de cinco décadas, entrenados por las fuerzas armadas de Estados Unidos, socio estratégico en la guerra contra insurgente y en la llamada guerra contra las drogas y el narcotráfico; los militares colombianos disfrutan de una aureola de reconocimiento, en escenarios de guerra en el mundo. Son expertos en manejos de explosivos y supervivencia. Su accionar es de validez tanto en combate en la selva como en cualquier accidente geográfico (paramos, desierto, marítimo, fluvial, zonas rurales y semiurbanas). Muchos especializados como franco tiradores, manejo de helicóptero artillados, aviones de combate, lanchas torpederas. Asoman como integrantes potenciales de fuerzas preventivas, para la seguridad interna, en cualquier país. Se conocen como los mercenarios colombianos: bien entrenados, muy baratos, en un mercado de más de 7.000 millones de euros anuales. El mercado de la seguridad en Colombia no se queda atrás y factura más de 7 billones de pesos anuales. Son máquinas de guerra y muerte, destinados al mejor postor. Expertos en actividades de comando especial, capacidad de infiltración. Asunción de acciones de alto riesgo y de valor estratégico. “Van los que tengan pasaporte al día, curso de comando, de lancero o de Fuerzas Especiales”, se lee en uno de los mensajes enviados a los exmilitares colombianos.

Salen, porque se les venció el tiempo de servicio y no logran continuar en ascenso en un ejército exclusivista, racista, discriminador, que funciona como pirámide; o por que los retiraron por fallas disciplinarias; o por dudas en sus actuaciones; o por haber cumplido condenas; o estar procesados, disciplinaria y en ocasiones penalmente.

Han pasado parte de sus vidas en función de combate. Salen con una pensión “decente” ante la miseria de sueldos y pensionados del grueso de la población colombiana…Pero su mente metalizada y distorsionada, sucumbe, cual imán, ante oferta aun inferiores a US$ 5.000 dólares mensuales.

Lo de “contratistas” obedece a la “contratación” de un objeto ilícito y de carácter inconstitucional, tanto en Haití, como en el ordenamiento jurídico en el país contratista. Lo escabroso de todo esto, es que los tentáculos de los paramilitares en Colombia se hacen evidentes con estas acciones de mercenarios, que es sinónimo de actividad criminal desempeñada por sicarios.

Vínculos y negocios

Quedaron identificadas las firmas CTU Security y Worlwide Capital Lending Group, como las que dirigieron el reclutamiento y la acción criminal.

El conocido reclutador de los exmilitares colombianos, Tony Intriago, es un venezolano, antichavista, residenciado en Miami y preside la compañía CTU Segurity y también posee un club de tiro del mismo nombre. Fue activo en Colombia en el año 2.012, haciendo campaña para que no votaran por Chávez. Informes de prensa lo ubican como conocido en trato y comunicación con el sub presidente Duque y participó, el 23 de febrero de 2019(23F) en la organización del Concierto en Cúcuta, en donde asistió junto con el presidente Piñera. Otro involucrado en los reclutamientos de sicarios es Alfredo Santamaria, empresario y político estadounidense, residente en Miami, conocido del sub presidente y del innombrable en el poder. Existen fotografías que circulan, cual testimonio gráficos de esos vínculos…

Hacia el 16 de julio se difundió noticia sobre el policía mencionado en el magnicidio: Ronal Ramírez, un curtido ex oficial, de 35 años, se acaba de presentar a una sede de la Policía, luego de que su nombre y foto aparecieron vinculados a la investigación por el magnicidio del presidente de Haití, Jovenel Moïse, el pasado 7 de julio. Se trata del piloto Ronal Ramírez. El exoficial policial, admitió reuniones con emisarios de firma CTU Security y explicó viajes a Puerto. Príncipe. Ramírez tiene al menos dos ingresos recientes a Haití y se habría desplazado a Panamá con Duberney Capador.

El consejero presidencial para la seguridad nacional, Rafael Guarín Cotrino, confirmó que el exsargento, Mauricio o Manuel Antonio Grosso Guarín, entrenado en fuerzas especiales y contraguerrilla, uno de los 13 colombianos capturados por el magnicidio del presidente de Haití, Jovenel Moïse, es su primo.

Es de resaltar la columna de opinión, de Olga Gallón, quien propone la muy sensata posibilidad de que los tales «muchachos» e «idiotas» sean miembros de las Águilas Negras, que han empezado a volar a otros países de América Latina a hacer lo mismo que vienen haciendo en Colombia desde hace doce años.

Para la política liberal Piedad Córdoba: la novedad se da por la ofensiva continental de la derecha, la degradación intervencionista de la DEA norteamericana y el mercenarismo de exportación, en el que lastimosamente nuestro país juega un papel protagónico.

Para Héctor Abad Facio Lince en El Espectador, acusa a las Fuerzas Militares de ser un “costal lleno de manzanas podridas”. De manera, que han quedado al descubierto todos los niveles de compartimiento que conllevaron al asesinato del presidente haitiano.

Analistas resaltan que el sub presidente Duque y su ministro Molano están en mora de asumir las responsabilidades por acción y por omisión del Estado colombiano en la operación mercenaria en Haití que involucra a ex militares y 6 militares activos, así como por las actividades en Colombia y sus relaciones con funcionarios del gobierno de la compañía mercenaria CTU Security, del venezolano miamero Tony Intriago quien posa orgulloso en plena campaña presidencial uribista en la Florida y compartió tarima con toda la derecha continental en el concierto de Cúcuta. Se habla de Colombia como una cantera de mercenarios, residuos del conflicto armado interno.

ACORE – Asociación Colombiana de Reservistas- el pasado 9 de julio, en la emisión del mediodía de Noticias Caracol, su presidente, John Marulanda, se refirió a los mercenarios colombianos que participaron en el asesinato del presidente de Haití como unos «muchachos engañados» y como unos «idiotas útiles». Daba grima verlo pronunciar estas palabras. – ¿Muchachos? Los más jóvenes tienen cuarenta años. Sus afirmaciones generaron controversia. Acore registra 420.000 afiliados en uso de retiro impune, la mayoría. Ello unido a 500 mil efectivos activos de la fuerzas armadas, demuestra el potencial electoral de derecha, cual corriente partidista reaccionaria a cualquier cambio político, social, económico y de búsqueda de salida política, al fin del conflicto armado interno que padece Colombia.

Este pasaje de Haití explica el origen de las Águilas Negras, en Colombia. Si hubiere una Fiscalía consecuente a sus funciones, auscultaría en la tesitura de la responsabilidad con causal del hecho punitivo, de las masacres y asesinato a líderes sociales, por el aspecto teleológico de beneficio a la persona jurídica partidaria en el poder, registrada como Centro Democrático.

Lo de Haití continuara siendo una cantera en que aparecen múltiples consecuencias e implicaciones.

PARADOJAS DE PARADOJAS: LO PARADÓJICO Y ALGO MÁS

Columna Libertarios y liberticidas (3).
Tercera época.
Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor costarricense

Cuando un lector no tan desaprensivo, y con una cierta dosis de agresividad indisimulada me dice, con respecto a algunas afirmaciones mías, que formulé hace poco tiempo, acerca del desdichado caso de Colombia, una nación donde el valor de la vida humana no existe o no tiene el relieve que debería tener, que si yo he vivido en ese país (o si lo he visitado alguna vez) para hacer las afirmaciones que hice o cualesquiera otras me digo a mí mismo, sólo me queda responderle por reducción al absurdo que, por mi parte he conocido a innumerables gentes que han vivido buena parte de su vida en el territorio colombiano, las que de manera paradójica se caracterizan por un desconocimiento oceánico acerca de lo que ocurre en ese país en los órdenes de lo social, político, económico y cultural. Es más, ni siquiera han abierto un libro referido a la historia reciente de dicha nación, o al menos sobre algunos aspectos de la increíble geografía de un inmenso país atravesado de norte a sur o viceversa por tres ramas de la cordillera de los Andes, entre las cuales corren dos gigantescos ríos: el Cauca y el Magdalena que se unen ya en las tierras bajas para formar un inmenso caudal de aguas que va a desembocar en el Mar Caribe, a un costado de la populosa ciudad de Santa Marta, y con un inmenso puente que permite atravesarlo de oeste a este y viceversa…”por el puente Pumarejo, tu nunca te pones viejo… Río Magdalena, de mi Colombia querida” como dice una canción popular del Caribe colombiano, esa exuberante tierra de “corronchos”, alegres y parranderos, bailadores y bebedores de anisados. En mi caso, mi interés por ese país es ya muy viejo, no diré cuanto, pero es anterior a mi primera llegada a Bogotá, hace ya más de cincuenta años, la que no he dejado de visitar en distintas épocas, desde entonces no he dejado de leer, conversar y preguntar (y preguntarme) sobre los más diversos temas que atañen a ese país y a sus gentes, lo que tal vez hubiera hecho aún sin haber puesto nunca un pie en esa urbe que parece una enredadera pegada al brazo oriental de la cordillera de los Andes, ese donde todavía en tiempos del libertador Bolívar caía nieve, y algunos autores afirman que tenía en sus cumbres un glaciar que desapareció ¿cosas del calentamiento global acaso?. El conocer sobre un país, una sociedad y sus gentes no incluye como condición sine qua non el haber vivido en sus tierras, ni sólo entre cachacos, no importa si rolos, santanderianos, boyacenses o paisas… como así, mis amigos… ¿O será que mi interés inconsciente viene de haber sabido, durante mi niñez, que mi abuelo chiricano peleó en la guerra colombiana de los mil días (1899-1902), en las filas del Partido Conservador o sea el bando equivocado para mí, cuando era un joven campesino, y fue instigado por los curas y los terratenientes para que expusiera su vida para defender sus intereses?, para después una vez derrotados los godos, atravesar la frontera hacia el oeste, o más bien sur costarricense, y no regresar jamás a esa tierra raptada por el imperio norteamericano para hacer un canal, la que después pasó a llamarse Panamá, una nación hija en principio de un despojo a Colombia, y una oscura negociación entre franceses y estadounidenses.

Ya pasaron más de 16 años desde que los Estados Unidos y Francia, diz que con el apoyo de la ONU, sacaron del poder al presidente Jean Bertrand Aristide por haberle exigido a Francia la devolución de los 21 mil millones de dólares (a valores actuales), esa desmesurada suma que los haitianos debieron de pagar durante más de un siglo por haber sacudido, en 1804, las cadenas del colonialismo y la esclavitud. Desde entonces, nadie o casi nadie habla de Haití, de esa nación que es el pariente pobre y olvidado de la francofonía, de esa nación que se cae a pedazos, donde unos mercenarios colombianos acaban de asesinar a uno de sus presidentes, mientras tanto en el parisino Palacio del Elíseo los presidentes guardan silencio, tanto como lo hacen en el Quai de Orsay los encargados de las relaciones exteriores de Francia… silence on ne écoute rien….desolés mes amis haïtiens la France n´a pas aucune responsabilité a cet égard.

Más allá de las vicisitudes del régimen revolucionario surgido en 1959 en Cuba, con el que podemos estar o no en desacuerdo, tener una visión, más o menos crítica o no, de la trayectoria histórica seguida por éste, lo cierto es que estamos seguros de los que los piratas de la Casa Blanca jamás indemnizarán al pueblo y a la nación cubana por los graves daños causados a su economía, tanto como a sus ciudadanos, los que han sufrido incontables pérdidas en todos los órdenes. Esos miles de millones de dólares escamoteados por los sucesivos gobiernos estadounidenses, a través del embargo, las sanciones y las leyes Helms Burton y Torricelli jamás serán devueltos al pueblo cubano. El colmo es que mucha gente piensa que debemos aplaudir semejante felonía.

Dentro de lo que debería ser visto como el colmo de la estulticia y de la maldad, tenemos que el grado de crueldad e insensibilidad de buena parte de la migración cubana (en especial el liderazgo de la ultraderecha que vive en La Florida, a la que hay que distinguir del exilio cubano democrático, o simplemente económico proveniente de toda América Latina) hacia los sufrimientos de sus compatriotas que habitan en la isla y fuera de ella (al no poder ayudar a sus familiares), en medio de la pandemia, y de innumerables carencias que se han visto agravadas por innumerables medidas que imposibilitan a Cuba hasta para adquirir respiradores, jeringas y medicamentos, un país al que luego atacan en términos de lo que llaman, con cinismo, en las redes sociales las “deficiencias” de la medicina cubana, lo que resulta ser una profecía autocumplida, al ser ellos los victimarios que actúan para que las cosas desmejoren, dentro de un continuo accionar despiadado del lobby cubano de La Florida, que raya en la maldad y la locura homicida, además de que asume, de manera ilegítima, la voz de todos los cubanos del exterior. Como apreciarán los lectores, estamos en un universo de innumerables paradojas y mucho más.

Despliegue insolente del colonialismo francés y gringo en el Caribe

Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor costarricense

Los EEUU, al igual que lo hizo Francia durante dos siglos con el pueblo y la nación haitiana, manipulan el destino de los cubanos, tanto el de los que habitan en la isla como el de los que tomaron los múltiples caminos de la emigración, por muy diversos motivos, pues a semejanza de lo que decía la letra de aquel viejo tango, ellos actúan “como juega el gato maula con el mísero ratón”, pues les importa un carajo la suerte de ese pueblo hermano.

De esta manera, seguimos presenciando sin entenderlo, y sin reaccionar en medio de nuestra estúpida perplejidad, cuando no indiferencia, ante el reiterado e insolente del colonialismo en la región del Caribe y las Antillas. Si en 1804 el pecado de los haitianos fue haberse liberado de la esclavitud y la explotación a que los tenían sometidos los franceses, a partir de 1959 los insulares de Cuba vienen siendo castigados por haberse salido del guion que tenían los EEUU, a partir de 1898, de convertir a Cuba en otro Haití, un país que hasta el presente no tiene ningún tipo de soberanía, y donde la miseria unida a la desesperanza hace su agosto.

Ya pasaron más de 16 años desde que los Estados Unidos y Francia, diz que con el apoyo de la ONU, sacaron del poder al presidente Jean Bertrand Aristide por haberle exigido a Francia la devolución de los 21 mil millones de dólares (a valores actuales), esa desmesurada suma que los haitianos debieron de pagar por haber sacudido las cadenas del colonialismo. Más allá de las vicisitudes del régimen revolucionario surgido en 1959 en Cuba, con el que podemos estar o no en desacuerdo, tener una visión, más o menos crítica o no, de la trayectoria histórica seguida por éste, lo cierto es que estamos seguros de que los piratas de la Casa Blanca jamás indemnizarán al pueblo y a la nación cubana por los graves daños causados a su economía, tanto como a sus ciudadanos, los que han sufrido incontables pérdidas en todos los órdenes. Esos miles de millones de dólares escamoteados por los sucesivos gobiernos estadounidenses, a través del embargo, las sanciones y las leyes Helms Burton y Torricelli jamás serán devueltos al pueblo cubano. El colmo es que mucha gente piensa que debemos aplaudir semejante felonía.

Dentro de lo que debería  ser visto como el colmo de la estulticia y de la maldad, tenemos que el grado de crueldad e insensibilidad de buena parte de la migración cubana (en especial el liderazgo de la ultraderecha que vive en La Florida) hacia los sufrimientos de sus compatriotas que habitan en la isla y fuera de ella (al no poder ayudar a sus familiares), en medio de la pandemia, y de innumerables carencias que se han visto agravadas por innumerables medidas que imposibilitan a Cuba hasta para adquirir respiradores, jeringas y medicamentos,  un país al que luego atacan en términos de lo que llaman, con cinismo, en las redes sociales las “deficiencias” de la medicina cubana, lo que resulta ser una profecía autocumplida, al ser ellos los victimarios que actúan para que las cosas desmejoren, dentro de un continuo accionar despiadado del lobby cubano de La Florida, que raya en la maldad y la locura homicida, además de que asume, de manera ilegítima, la voz de todos los cubanos del exterior.

Con tal de alcanzar sus objetivos político-militares no importa “negar a la dictadura todo tipo de apoyo significativo” dice el delirante plumífero ultraderechista Carlos Alberto Montaner (Diario La Nación, San José de Costa Rica 25/7/21), cuando en realidad se lo niegan a todo un pueblo. Se trata de gente que nunca estará por una democracia verdadera en Cuba, no la caricatura que había antes de la revolución sino una que supere los vacíos que dejaron estos sesenta y dos años, con las inmensas limitaciones y amenazas entre las que debió moverse, además de que estamos seguros que siempre de la ultraderecha mayamera estarán al servicio del colonialismo en esta parte del mundo. Se necesita un diálogo entre toda la familia cubana y que sean ellos, sin interferencias, quienes decidan su destino durante las próximas décadas.

COLUMNA LIBERTARIOS Y LIBERTICIDAS (2)

Tercera época

Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor costarricense

La proclamación del profesor Pedro Castillo Terrones, como el nuevo presidente del Perú, para el período 2021-2026, ha sido la culminación de tenso proceso que duró más de cinco semanas, durante las que el más que evidente triunfo electoral, obtenido por su partido Perú Libre y su candidato presidencial, en los comicios de la segunda vuelta electoral, efectuados el domingo 6 de junio, recién pasado, estuvo sometido a una tensión constante, y a un intento sostenido de deslegitimar esos comicios por parte de la derecha fujimorista. El próximo miércoles 28 de julio de 2021, cuando se cumplirán doscientos años transcurridos desde la proclamación, en la ciudad de Lima, de la independencia de esa nación sudamericana, el nuevo presidente deberá jurar su cargo, y dará inicio a una difícil gestión gubernamental para lo que cuenta, principalmente con el apoyo de los sectores populares del Perú: el campesinado y artesanado de la Sierra Central, Sur y la Amazonía peruana que votaron de manera abrumadora por un giro histórico en la renovación de las élites del poder, pero también con el valioso concurso de un grupo de profesionales de todo el país. Por primera vez, un presidente serrano, en este caso alguien procedente de Cajamarca, ocupará el sillón presidencial en la vieja capital virreinal, hay grandes expectativas y tensiones por este hecho histórico, que lo es sobre todo por su singularidad y complejidad. Pedro Castillo ha dicho que gobernará para “todas las sangres”, parafraseando el título de la más famosa novela de José María Arguedas (1911-1969), el escritor y antropólogo peruano, nacido en Andahuaylas que encarnó en sí mismo toda la complejidad cultural de ese país, dentro de lo que fue una especie de dualismo entre el mundo andino, quechua y aymarahablante y las gentes de la larga costa del Océano Pacífico.

El elemento central de la geopolítica regional, el desiderátum o vector más importante de ella en estos momentos, es el desesperado y agresivo intento (à quitte ou double, como se dice en francés) de la superpotencia estadounidense por recuperar el control total de los países de la región o subcontinente latinoamericano, cueste lo que cueste, sin importar principios y olvidando hasta el más elemental sentido de humanidad.

El agravado embargo, y las sanciones impuestas desde hace décadas por los EEUU contra Cuba, no sólo constituyen un hecho criminal sino una sofisticada versión de las políticas extorsivas del colonialismo francés en contra de otro pueblo caribeño: el de Haití. Sí, estimados lectores Francia le impuso un bloqueo, y después un embargo al pueblo de Haití, chantajeando a la nación haitiana, con una criminalidad e inhumanidad sin límites, en el lejano año de 1825, como castigo por haberse liberado de las garras del colonialismo y la esclavitud, obligando a uno de los pueblos más pobres del continente, por ese “delito”, por haberse sacudido de esos males entre 1791 y 1804, a pagarle a la potencia colonial europea el equivalente de unos veinte mil millones de dólares, indexados a valores actuales, durante el resto del siglo XIX y hasta el año de 1947, con la amenaza de reocupar la isla y reestablecer la esclavitud, ahora ya sabemos dónde está el origen de la tragedia haitiana del presente, un pueblo cuya suerte a nadie parece importar. ¿cuándo empezará a pagar Francia la inmensa deuda que tiene con el pueblo haitiano? Hélas! nous l`avions déjà oublié, parecen decirnos desde París.

Mientras tanto, el imperialismo estadounidense (o le ponemos un nombre más bonito, para que nadie se enoje) que nunca le perdonó a Cuba el haberse salido de su regazo colonial, a partir de 1959, (el que se había iniciado con la intervencionista Enmienda Platt, establecida al devolverle la “independencia” a Cuba en 1902, después de habérsela arrebatado a España) le impuso un terrible embargo que ha tenido atroces efectos sobre la población, aunque mucha gente del exilio lo niegue, con despiadado y de suyo evidente cinismo.

En medio de todo este panorama sociopolítico latinoamericano, nos encontramos con que un cierto sector de la llamada izquierda regional, a veces estalinista o incluso trotskistizante, ha terminado por adoptar un extraño discurso (en estos tiempos todos parecen serlo) en contra de los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela, al parecer culpables de todos los males universales, el que presenta distintos grados de intensidad, oportunidad e inoportunidad, en cada caso. Sin importar el grado de acuerdo/desacuerdo que tengamos con esos gobiernos y sus dirigencias políticas, no podemos dejar de reconocer que su sola presencia constituye un obstáculo para la hegemonía imperial en nuestra área continental, razón por la que no logro entender ¿de qué manera se pueden hacer o rehacer “revoluciones” en Nicaragua que recuperen el “sandinismo original” o alguna entelequia así con el “generoso” apoyo en dinero de la USAID, la CIA, la NED y la embajada estadounidense? Todavía no puedo olvidar que durante el golpe de estado, de noviembre de 2019, en Bolivia, contra el presidente Evo Morales, una serie de gentes de los sectores medios paceños, de esos “no me confundas con esos indios” de El Alto y el Altiplano circundante, de presunta filiación marxista, ora estalinista o trotskistizante, hablaban contra el Movimiento al Socialismo (MAS), y de su repudio a lo que llamaban el “castrochavismo” u otras entelequias indescifrables, similares voces se han oído en estas latitudes a raíz de las  recientes manifestaciones que tuvieron lugar en Cuba, de lo sublime a lo ridículo no hay más que un paso, sobre todo en el caso de las llamadas “izquierdas”, cuya brújula parece andar un poco extraviada.

La sufrida, ocupada y neocolonial: Haití

Por: Lic. José A. Amesty R.

19-julio-2021

La República de Haití, en la parte occidental de una de las grandes islas del Caribe (su vecino oriental es la República Dominicana), es el tercer país más extenso de la subregión (27.750 km2), con una población que ya superó los 11 millones de habitantes (90% de origen africano) y entre la cual más del 80% vive en la absoluta pobreza.

Haití es el primer país latinoamericano que se liberó de la esclavitud. Su realidad económica, social y política, tanto como su historia, son normalmente desconocidas en la misma América Latina, lo que acentúa el aislamiento del que ha sido víctima el país desde la época de la colonia.

Haití es uno de los países menos desarrollados y más pobres del mundo. El 65% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza. La miseria económica, unida a la inestabilidad política, tiene una incidencia muy importante en la situación de los niños haitianos, sobre todo en ámbitos como la salud o la educación.

Haití es el primer país negro que tomó su independencia en la sangre de sus combatientes el 1er de enero 1804. Al momento de la independencia su populación era de 500.000 habitantes, su territorio había una cobertura forestal de 80 %. Hoy la populación sobrepasa 12 millones y los bosques originales están alrededor de 1%. Se puede entender que la situación del medio ambiente esta gravísima. Este país, madre de la libertad, cruza uno de los peores momentos de su historia.

Haití no es un país pobre. Haití ha sido empobrecido. Fue instalado, por las ideologías colonialistas, como un territorio habitado por subhumanos. Haití fue la primera nación moderna de América Latina en ser diseccionada del sentido global de humanidad.

Haití, como laboratorio del revanchismo colonial, sufrió la génesis de un proceso de des-reconocimiento de la vida. Haití es la génesis del capitalismo gore en Nuestramérica. Haití fue empujado a un olvido dirigido y coordinado por las potencias del mundo, heridas en su ego colonial.

En este sentido, ahora más que nunca Haití necesita de la solidaridad internacionalista y del rechazo a cualquier injerencia e intervención neo-colonizadora.

Veamos algunos datos de la sufrida Haití, los altos índices de inflación y pobreza, la escasez de alimentos y combustible y un desempleo galopante son la radiografía más precisa de la situación en este pequeño país del Caribe con cerca de 11 millones de habitantes.

Datos preliminares de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) hablan de que la economía haitiana cayó al menos 3% en 2020, aunque ya venía en terreno negativo antes de la pandemia con una contracción del 1,7% en 2019.

Padece así mismo, de una alta inflación del 25% anual y se cree que seis de cada diez personas son pobres, o sea unos 6,3 millones, según un informe del Banco Mundial basado en la encuesta de salud y servicios humanos de 2012, la más reciente disponible. El umbral de pobreza, según Naciones Unidas, es de menos de dos dólares al día.

“El 22% de los niños sufre desnutrición crónica. El hambre en Haití va más allá: de los 2,1 millones de personas afectadas por el huracán Mathew en octubre de 2016, un millón sigue necesitando ayuda humanitaria”, de acuerdo con un informe reciente de la ONG Acción Contra el Hambre.

Por otro lado, hoy y desde hace más de cien años, la ocupación norteamericana en Haití gestiona la muerte, el revanchismo colonial, y por ende también el olvido.

El imperialismo quiere una nueva constitución en el país para permitir a las transnacionales comprar tierras legal y abiertamente en Haití para controlar los recursos naturales del país. Se trata de un proyecto de muerte para el campesinado, un proyecto de saqueo definido en el plan de economía verde.

Y si como dicen, el Estado haitiano es “fallido”, es porque así EEUU, Francia y Canadá, potencias colonizadoras e interventoras, lo quisieron. Esa tesis (hiede a racismo), se vuelve a esgrimir para justificar más tropas invasoras. No debemos olvidar que Haití posee litio, tierras raras y titanio.

Recientemente, el asesinato del presidente Jovenel Moïse en Haití, ocurrido el pasado 7 de julio (2021), nuevamente se une a los episodios de escándalo, entre miseria social e inestabilidad política, que caracteriza a una república sin paz ni desarrollo.

Ante estos hechos, obligada a dar una respuesta más fuerte ante la crisis en Haití, la Casa Blanca insistió en los últimos días que “Estados Unidos continúa atento y envuelto en consultas estrechas” con sus socios “para apoyar al pueblo haitiano después del asesinato del presidente”.

El gobierno también dijo que enviará personal del FBI y del Departamento de Seguridad Nacional a Puerto Príncipe “tan pronto como sea posible para evaluar la situación”, según informó la secretaria de Prensa, Jen Psaki. “Fortalecer la capacidad de las fuerzas de seguridad de Haití es una prioridad clave de Estados Unidos. Lo era antes del asesinato de hace unos días y continúa siéndolo”, dijo.

La Casa Blanca también adelantó que enviará cinco millones de dólares para “fortalecer la capacidad de la Policía Nacional Haitiana para trabajar con las comunidades para resistir a las pandillas”. El envío de tropas, en un momento en que Biden está más concentrado en retirar las que estuvieron en Afganistán por dos décadas, por ahora no está previsto.

Ante tantos agravios al pueblo haitiano, la campaña internacional Stop silence Haití (Basta de Silencio en Haití), exige entre otros los siguientes puntos:

1). Respetar la soberanía de los haitianos y haitianas y denunciar toda injerencia;

2). Escuchar a los actores de la sociedad civil haitiana, que se han pronunciado pública y repetidamente en contra de la celebración de un referéndum y de unas elecciones que, en las condiciones actuales, no serán ni libres ni democráticas, y sólo podrán ser una trágica farsa, con el riesgo de conducir a la restauración de la dictadura;

3). Denunciar la ilegitimidad del referéndum y del proceso electoral, así como la ausencia de condiciones para la celebración de elecciones libres y democráticas;

4). Apoyar un proceso de transición demandado e implementado por los haitianos y haitianas, basado en la Constitución de 1987”.

Es importante sumarse a la campaña Stop silence Haití, como una forma de solidaridad internacionalista con el pueblo haitiano y por el fin de la injerencia imperialista-neocolonial en dicha nación.

Los sectores de izquierda y revolucionarios de nuestra América y el mundo deben expresar su apoyo internacionalista para que la voluntad del pueblo haitiano se escuche y se respete, como el primer paso, para poner fin a la opresión mayor ejercida por el capitalismo-imperialista y a favor de la liberación real mediante la construcción del socialismo en Latinoamérica y el mundo.

Así mismo, hoy, el pueblo haitiano nuevamente está luchando por sus derechos y en contra de la pretensión de los presidentes títeres colocados por Estados Unidos, de prolongar ilegalmente el ejercicio del poder, sustentado en la fuerza y la represión que llevan a cabo las organizaciones paramilitares creadas para reprimir las insurrecciones rebeldes.

Finalmente, en Nuestra América, las voces de justicia para Haití, deben multiplicarse y extenderse, para el fin de tantos años de opresión y el surgimiento de una nueva realidad para la primera nación latinoamericana revalidada al calor del deseo de independencia y soberanía. La esperanza de Haití es la misma que tienen todos los pueblos en el mundo.

Toussaint Louverture, la dignidad insurrecta

Breve historia del precursor de la independencia de Haití

Salim Lamrani

Université de La Réunion

TERCERA PARTE

  1. La traición de Napoleón Bonaparte

Frente a la tenacidad de los habitantes, agobiado por el clima y las enfermedades, el general Leclerc propuso el fin de las hostilidades[1]. Para salvar las vidas humanas, Toussaint aceptó el pacto siempre que se tratara de una paz digna y honorable. “El interés público exigía que yo hiciera grandes sacrificios”, escribió en sus memorias.[2] Se concluyó un acuerdo sobre las siguientes bases: libertad para todos los ciudadanos de la isla y conservación del grado y función para todos los oficiales civiles y militares. Por su parte, el líder negro conservaría a su Estado Mayor y elegiría su lugar de residencia.[3]

 El acuerdo de paz se firmó y Toussaint Louverture decidió retirarse a Ennery. [4] Pero no se mantuvieron las promesas. Así, los generales Jean-Jacques Dessalines y Charles Belair, quienes debían conservar sus mandos respectivos en Saint-Marc y en Arcahaye, fueron destituidos de sus cargos.[5] Consciente de la popularidad del líder de Santo Domingo, el general Leclerc mandó a una tropa de 500 soldados al pequeño pueblo donde Toussaint Louverture había elegido su residencia, para vigilarlo.[6] Ése era lúcido sobre la situación y sabía cuál iba a ser su suerte: “Al día siguiente, recibí en casa la visita del comandante de Ennery y me di cuenta claramente de que este militar, lejos de hacerme una honesta visita de cortesía, sólo había venido para reconocer mi casa y las avenidas, para tener más facilidades para capturarme cuando le dieran la orden”.[7]

 Louverture sufrió humillaciones cotidianas por parte del ejército colonial, el cual iba a sus propiedades para destruir las cosechas. “Mientras que el general Leclerc [había] dado su palabra de honor y prometido la protección del gobierno francés”, los representantes del Primer Cónsul ultrajaron su dignidad. Toussaint Louverture recordó el doloroso episodio:

Todos los días yo era víctima de nuevos pillajes y nuevas vejaciones. Los soldados que venían a mi casa eran tan numerosos que ni siquiera me atrevía a arrestarlos. En vano, presenté mis denuncias al comandante, no recibía ninguna satisfacción. Decidí finalmente, aunque el general Leclerc no me hizo el honor de responder a mis primeras dos cartas que le había escrito sobre el tema, escribirle una tercera carta […]. Tampoco recibí una respuesta, como en los casos anteriores.[8]

Bonaparte decidió entonces que su presencia en la isla era demasiado peligrosa y optó por proceder a su arresto. El general Leclerc, bajo orden del Cónsul, violó el acuerdo firmado y encargó al general Brunet, comandante militar de la zona de Ennery, la operación. El 7 de junio de 1802, éste último invitó a Toussaint Louverture con toda su familia a su casa bajo el pretexto de evocar los distintos problemas encontrados. Le aseguró sus mejores disposiciones hacia él y vilipendió incluso a “los desgraciados calumniadores” que acusaban al líder negro de fomentar la sedición. “Sus sentimientos sólo tienen como objetivo restablecer el orden y la tranquilidad en el barrio donde usted vive”, escribió Brunet en la carta. El resto de la misiva merece ser citado en las grandes líneas:

Tenemos, mi querido general, unas decisiones que tomar juntos y es imposible tratarlas mediante cartas, pero una conferencia de una hora sería suficiente; si no yo estuviera abrumado de trabajo, de problemas minuciosos, yo le hubiera traído hoy mismo mi respuesta; pero dado que no puedo salir en estos días, le propongo que lo haga usted; si está restablecido de su indisposición, que sea mañana; cuando se trata de hacer el bien, nunca hay que demorarlo. No encontrará en mi modesta casa los comodidades que yo hubiera querido reunir para recibirlo; pero encontrará aquí la franqueza de un hombre galante que sólo desea la prosperidad de la colonia y su felicidad personal.

Si la señora Toussaint, que yo quiero conocer infinitamente, quisiera viajar, estaré contento. Si necesita caballos, enviaré los míos.

Le repito, general, que jamás encontrará amigo más sincero que yo. Confianza del Capitán General, amistad por todo lo que está subordinado y gozará de la tranquilidad.[9]

Acompañado por dos oficiales, Toussaint Louverture decidió ir a casa del general Brunet. A su llegada, tras el saludo habitual, fue llevado a una habitación donde lo esperaba el representante bonapartista. Este último, pretextando una emergencia, abandonó la pieza. El líder haitiano contó lo que pasó luego en sus memorias: “Apenas salió, un ayudante del general Leclerc entró acompañado de un número muy alto de granaderos que me rodearon, se apoderaron de mí, me ataron como a un criminal y me llevaron a bordo de la fragata la Créole. Reclamé la palabra del general Brunet y las promesas que me había hecho, pero inútilmente; no lo volví a ver más”. [10]

Después de arrestar a Toussaint Louverture, el general Brunet, el mismo que firmaría la capitulación de París en 1814, hizo sufrir “las más grandes vejaciones a su familia”, procedió a su arresto y saqueó la propiedad antes de quemarla. El 11 de junio de 1802, Louverture en compañía de su esposa y sus dos hijos, fue embarcado con destino a Brest. Pero lejos de resignarse, lanzó esta advertencia profética: “Al derrocarme, sólo se ha derrocado en Santo Domingo el tronco del árbol de la libertad de los negros; volverá a crecer porque sus raíces son profundas y numerosas”.[11]

  1. En las mazmorras del Jura

A su llegada a Francia en agosto de 1802, Toussaint Louverture estuvo dos meses en el puerto de Brest sin poder salir del barco. “Después de semejante trato, ¿acaso no puedo preguntar con razón dónde están los efectos de las promesas que me hizo el general Leclerc sobre su palabra de honor, así como la protección del gobierno francés?”, preguntó.[12] “Quizás yo deba ese trato a mi color; pero mi color… ¿acaso mi color me impidió servir a mi patria con dedicación y fidelidad?”, enfatizó.[13] Agregó lo siguiente:

¿Acaso hacía falta usar a cien carabineros para arrestar a mi mujer y a mis hijos en sus propiedades, sin respeto y sin consideración por el sexo, la edad y el rango, sin humanidad ni caridad? ¿Acaso había que disparar sobre mi casa, mi familia, y pillar y saquear todas mis propiedades? No. Mi mujer, mis hijos, mi familia no tienen ninguna responsabilidad. No tenían ninguna cuenta que rendirle al gobierno, ni siquiera tenían derecho a arrestarlos. [14]

Toussaint Louverture fue separado de su familia y fue llevado, sin juicio, al Fuerte de Joux en el Jura. “Me mandaron a Francia desnudo como un gusano; se apoderaron de mis propiedades y mis papeles; difundieron las calumnias más atroces sobre mí”, escribió con amargura.[15] Confinado en una celda, Bonaparte hasta lo obligó a retirar su uniforme de general para vestir la ropa de recluso, humillando así al venerable combatiente de 59 años. Louverture no resistió mucho a los rigores del invierno y a las condiciones de detención. El 7 de abril de 1803, falleció víctima de enfermedad en las mazmorras del castillo.

  1. Revuelta del pueblo louverturista e independencia de Haití

El 20 de mayo de 1802, a pesar de los compromisos, Bonaparte publicó el decreto que restablecía la esclavitud en las colonias francesas, convirtiéndose en el único jefe de Estado de la historia de Francia en reducir a la servidumbre a sus propios ciudadanos. Procedió también a la eliminación minuciosa de los oficiales fieles al precursor. El pueblo, leal al legado rebelde que dejó Louverture, se sublevó en armas contra la arbitrariedad napoleónica. Los generales Henri Christophe y Jean-Jacques Dessalines retomaron la lucha y desataron la insurrección en toda la isla. El ejército colonial, asediado por todas partes por los revolucionarios, estrangulado por la fiebre amarilla que mató al general Leclerc el 2 de noviembre de 1802, tuvo que retirarse en sus dos últimos bastiones en Puerto Príncipe y en Cap.[16]

 En octubre de 1803, Dessalines, general en jefe de los revolucionarios, reconquistó Puerto Príncipe. El ejército colonial dirigido por el general Rochambeau tuvo que retirarse en Cap. Asediado otra vez, privado de víveres, Rochambeau capituló el 19 de noviembre de 1803, tras la batalla de Vertières, cerca de Cap-Français. Regresó a Francia a la cabeza de los 10.000 sobrevivientes de una tropa total de 45.000 soldados. Un mes y medio después, el 1 de enero de 1804, los revolucionarios proclamaron la independencia de Haití y llevaron al general Dessalines, teniente de Toussaint nacido esclavo, a la cabeza de la nación nueva.[17]

En sus memorias, Napoleón Bonaparte reconoció su error:

Tengo que reprocharme un intento sobre esta colonia durante el Consulado; era un gran error querer someterla por la fuerza, yo debía contentarme con gobernarla mediante Toussaint. […] Una de las más grandes locuras que hice y que me reprocho fue enviar un ejército a Santo Domingo. Yo hubiera debido ver que era imposible tener éxito en el proyecto que yo había concebido. Cometí una falta y soy culpable de imprevisión, de no haber reconocido la independencia de Santo Domingo y al gobierno de los hombres de color.[18]

En 1825, la Francia del rey Luis Felipe reconoció la independencia de la República de Haití, no sin obligarla a pagar la suma de 150 millones de francos oro para indemnizar a los antiguos colonos que habían explotado la tierra y al pueblo de Santo Domingo durante generaciones.[19] El abolicionista Victor Shoelcher denunció esta extorsión con elocuencia: “Imponer una indemnidad a esclavos vencedores de sus dueños, es hacer pagar a precio de plata lo que ya pagaron con su sangre”.[20] A Haití le costó cerca de un siglo pagar ese rescate, en detrimento de su propio desarrollo.

Aimé Césaire resumió el legado del Primero de los Negros en la lucha de los pueblos por su emancipación:

Cuando Toussaint Louverture llegó, fue para tomar al pie de la letra la declaración de los derechos humanos, fue para mostrar que no hay raza paria; que no hay país marginal; que no hay pueblo de excepción. Fue para encarnar y particularizar un principio, mejor decir para vivificarlo […]. Eso le asigna su lugar, su verdadero lugar. El combate de Toussaint Louverture fue ese combate por la transformación del derecho formal en derecho real, el combate por el reconocimiento del hombre y por eso se enmarca y enmarca la revuelta de los esclavos negros de Santo Domingo en la historia de la civilización universal. [21]

Conclusión

Toussaint Louverture, guía moral del pueblo haitiano, se levantó contra la opresión colonial y racial que golpeaba a los suyos. Partidario de la concordia entre todos los habitantes de Santo Domingo, luchó contra la esclavitud con la convicción de defender una causa sagrada. Si este gran estratega político se mostró implacable con sus adversarios en nombre de la razón de Estado, combatió la esclavitud en nombre del principio universal e inalienable de igualdad entre todos los hombres. Federó en torno a él a los explotados arrancados a su tierra natal africana, combatió a los ejércitos de tres imperios y reivindicó el derecho del pueblo negro a emanciparse de la explotación y a gozar de un destino mejor.

 Al romper las cadenas del yugo colonial mediante la lucha armada y fundar una nación, Toussaint Louverture y el pueblo negro de Haití indicaron al resto de América Latina la vía a seguir para acabar con el dominio europeo sobre las tierras del Nuevo Mundo. En ningún otro momento de la historia de la humanidad los esclavos edificaron una patria. “El hombre-nación”, como lo calificó Alphonse de Lamartine, simboliza hoy la aspiración de los oprimidos a gozar de sus derechos naturales y a vivir con dignidad.

Fuente original: https://www.humanite.fr/toussaint-louverture-la-dignite-revoltee-673220

(*) Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor titular de la Universidad de La Reunión, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula Cuba, ¡palabra a la defensa!, Hondarribia, Editorial Hiru, 2016. http://www.tiendaeditorialhiru.com/informe/336-cuba-palabra-a-la-defensa.html Facebook: https://www.facebook.com/SalimLamraniOfficiel

1] Ibid., p. 274-275.

[2] Toussaint Louverture, Mémoires du Général Toussaint Louverture, op. cit., p. 71.

[3] Antoine Marie Thérèse Métral & Isaac Toussaint Louverture, Histoire de l’expédition des Français à Saint-Domingue, op. cit., p. 281-82.

[4] Toussaint Louverture, Mémoires du Général Toussaint Louverture, op. cit., p.73.

[5] Ibid., p. 72.

[6] Ibid., p. 74.

[7] Ibid., p. 74.

[8] Ibid., p. 75.

[9] Ibid., p. 80.

[10] Ibid., p. 81.

[11] Ibid., p. 83.

[12] Ibid., p. 84.

[13] Ibid., p. 85.

[14] Ibid.. p. 85.

[15] Ibid., p. 86.

[16] Napoléon Bonaparte, Loi relative à la traite des Noirs et au régime des colonies, 30 Floréal, An X, 20 de mayo de 1802, in Université de Perpignan. http://mjp.univ-perp.fr/france/1802esclavage.htm (sitio consultado el 4 de mayo de 2019).

[17] Pierre Pluchon, Haïti, république Caraïbe, L’Ecole des Loisirs, 1974, p. 43-44.

[18] Comte de Las Cases, Mémorial de Sainte-Hélène, París, Ernest Bourdin Editeur, 1842, Tomo Primero, p. 687.

[19] Charles X, “Ordonnance du Roi”, 17 avril 1825 in Antoine Marie Thérèse Métral & Isaac Toussaint Louverture, op. cit., p. 341-42.

[20] Victor Schoelcher, Colonies étrangères et Haïti. Résultats de l’émancipation anglaise, París, Pagnerre Editeurs, 1843, Tomo Segundo, p. 167.

[21] Aimé Césaire, Cahier à d’un retour à son pays natal, (1947), París, Présence africaine, 1983, p. 24.

 

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