Skip to main content

Etiqueta: Historia de Costa Rica

Las autoridades políticas de Costa Rica. Con algunas tenemos una deuda de reconocimiento

Vladimir de la Cruz

Generalmente, acudimos a señalar como autoridades políticas, refiriéndonos a los gobernantes que ha tenido Costa Rica, a los Jefes de Estado y a los Presidentes de la República. Existe la Galería de ellos en la Asamblea Legislativa como el máximo tributo de reconocimiento a ellos. Sus cuadros han sido pintados por grandes artistas, nacionales y extranjeros, entre ellos Toribio Jerez, Aleardo Villa, Tomás Povedano, Enrique Echandi, Lucio Ranucci, Fernando Calvo, Lorenzo Fortino, Aquiles Bigot Marie, Nicolás Jaury, José Claro Azcarreta, Juan Andrés Bonilla Mata, Gonzalo Morales Alvarado, Fabio Fournier, Dinorah Bolandi Fernández.

¿Pero realmente fueron solo ellos? ¿La Historia de Costa Rica se remontan solo a este período histórico, a partir del surgimiento del Estado de Costa Rica, como parte integrante de las Provincias Unidas de Centroamérica y de la República Federal de Centroamérica, como finalmente se constituyó?

Mi Maestro, el gran historiador Rafael Obregón Loría, nos enseñó que también había que considerar a las “Autoridades coloniales Superiores de Costa Rica”, quien publicó un libro mimeografiado, como se estilaba en esos días, sobre esas autoridades, en el cual hizo breves semblanzas de las autoridades y gobernadores coloniales, sobre la base de lo que había publicado el historiador Ricardo Fernández Peralta, que incluyó autoridades que ejercieron el cargo interinamente. Su publicación fue de modo cronológico de esas autoridades, como correspondía hacerlo. De ellas están incluso sus firmas que también se han publicado. También el historiador León Fernández Bonilla amplió la lista, con minuciosa investigación en los Archivos Históricos de Guatemala y de España.

Así, conocemos la lista de quienes estuvieron a cargo de la dirección político-administrativa de Costa Rida, cuando éramos dependencia española, dentro del Virreinato de Nueva España, el de México, y como parte de la Capitanía General de Guatemala, el Reino de Guatemala, un reino que no tuvo reyes gobernantes, y las Diputaciones provinciales surgidas al amparo de la Constitución de Cádiz, de 1812, que funcionaron hasta 1814 por la suspensión de la Constitución hasta 1820. Unos meses después sobrevino la Independencia, de todas las provincias centroamericanas y pertenecientes a la Capitanía, desde finales de agosto de 1821, con la Independencia de las regiones de Chiapas, que pertenecían a la Capitanía General de Guatemala, hasta la de Costa Rica el 29 de octubre de 1821, pronunciándose la Independencia de México el 27 de setiembre de 1821, fecha en que finalmente se acabó el Virreinato de Nueva España o de México.

Como parte de esa estructura de autoridades coloniales se pueden señalar las siguientes, que empezaban con la de los Reyes de España, como autoridad suprema de España y sus colonias en ultramar. El ejercicio de su poder el Rey lo hizo por medio de autoridades que se concentraban en la Casa de Contratación de Sevilla y el Consejo de Indias, la Junta de Indias, Superintendencia de Indias, el Consejo Real y Supremo de las Indias, los Adelantados, los Virreyes, los Capitanes Generales, los Intendentes, los gobernadores, los Alcaldes Mayores o Corregidores, las Reales Audiencia, los Cabildos y otras formas institucionales de manifestarse. La Capitanía General de Guatemala, en un momento llego a tener cuatro Intendencias, una Gobernación, la de Costa Rida, ocho Alcaldías Mayores y dos Corregimientos.

Los virreyes fueron las autoridades superiores en los territorios de la américa hispana, o del Nuevo Mundo, como empezó a conocerse el continente.

El Historiador Rafael Obregón Loría estableció que la Primera autoridad española en Costa Rica fue Cristóbal Colón, señalando de seguido a él a los Reyes españoles.

Luego siguieron las Audiencias, a las que perteneció Costa Rica, como la de Santo Domingo, la de Panamá, la de Los Confines, la de Guatemala. A partir de allí la lista de Gobernadores e Capitanes Generales de Guatemala, las autoridades de Veragua y de Nicaragua que ejercieron autoridad sobre Cota Rica, y la lista de Gobernadores, Capitanes Generales, Alcaldes Mayores y otras autoridades de la Provincia de Costa Rica.

Con la Declaración de Independencia, el 29 de octubre de 1821, iniciamos el período de reconstrucción democrática republicana, estableciendo hasta el 8 de setiembre de 1823, un período de breves gobiernos, de carácter colegiado mediante órganos de gobierno que se llamaron o reconocieron como Junta de Legados de los Pueblos, Junta Interina, Junta Electoral, Primera, Segunda y Tercera Junta Superior Gubernativa, y, entre ellas, la Diputación Provincial o Triunvirato, Comandantes Generales y Congreso Constituyente, para llegar al establecimiento del Estado de Costa Rica, a partir del cual se reconocen los Jefes de Estado y luego los Presidentes de la República.

Como Estado de Costa Rica fuimos parte integrante de la República Federal de Centroamérica. La República se constituyó siguiendo el modelo moderno de las Repúblicas que estaban surgiendo después de la Independencia de los Estados Unidos y de la Revolución Francesa. Mucho se ha insistido que la República Federal siguió el modelo norteamericano. A la par estaba el modelo que iniciaba México a partir de su Independencia, también de características republicanas, aun contemplando la idea de Imperio que trató Agustín de Iturbide, que motivó las adherencias al mismo por las declaraciones de Independencia de las Provincias Centroamericanas.

La Galería oficial de Jefes de Estado y Presidentes de la República, a partir de la Independencia, que existe en la Asamblea Legislativa, no contempla, ni siquiera una placa, que destaque con su nombre a las primeras autoridades de las Juntas de Gobierno del período 1821-1823. Si no se quisiera poner la lista de todos sus integrantes, al menos las de quienes presidieron esas Juntas, que fueron el Pbro. Nicolás Carrillo Aguirre, 12 nov. 1 diciembre 1821, el Pbro. Pedro José Alvarado, 1 diciembre 1821-5 enero 1822; Rafael Barroeta Castilla, 5-12 enero 1822; Santiago Bonilla Laya-13 enero- 31 diciembre 1822; José́ María Peralta-13 enero- 31 diciembre 1822; José́ Rafael Gallegos-(4)-13 enero- 31 diciembre 1822; José́ Santos Lombardo-1 enero-14 marzo 1823, Rafael Francisco Osejo-14-29 marzo 1823; Joaquín de Oreamuno y -29 marzo-5 abril 1823; Gregorio José́ Ramírez-2-16 abril 1823; José́ María Peralta-16 abril-6 mayo 1823; Manuel Alvarado H. Pbro.-16 mayo-8 setiembre 1823.

A partir de aquí se inició la Jefatura de Estado con Juan Mora Fernández, hasta el 8 de marzo de 1833, en tres gobiernos que la ejerció.

Formamos parte de la República Federal de Centroamérica, y tuvimos como autoridades superiores, a los Presidentes de la República Federal, a Manuel José Arce, Francisco Morazán Quesada, quien también fue jefe de Estado de Costa Rica, en 1842, José F. Barrundia y José Cecilio del Valle, siendo Morazán el que más tiempo ejercicio la Presidencia de Centroamérica.

Estamos en deuda con estos gobernantes superiores de Costa Rica en el Salón o Galería de Jefes de Estado y Presidentes de la República. Se debe establecer, al menos, una placa que reconozca a estas Autoridades Superiores gubernativas de Costa Rica, en lo que corresponda, formal o informalmente. Contribuiría su reconocimiento a fortalecer los estudios históricos desde los textos escolares y colegiales fundamentalmente, donde casi no se dice nada de gobernantes y períodos históricos de Costa Rica, los períodos de las Juntas y de la República Federal.

En las tendencias globalistas, y centroamericanistas que existen, es necesario fortalecer el conocimiento histórico que nos permita entender mejor ese proceso, desde sus raíces hasta la actualidad.

Las autoridades del periodo colonial quedan para la historia.

Antes de la presencia europea y española en el continente tuvimos también los reinos indígenas. Los caciques de Costa Rica, en sus diversas comunidades y regiones, también podrían ser reconocidos con otra placa. Son parte de nuestra Historia, son nuestras raíces remotas. También a ellos les debemos ese reconocimiento.

¡A jugar y aprender con la Historia de Costa Rica!

Vladimir de la Cruz

Entre los juegos de mesa está el juego de naipes o de baraja, que se considera un conjunto de cartas. Se ha inmortalizado el juego de naipes por grandes pintores que dejaron en sus lienzos partidas de juegos.

Se dice que se juegan desde la antigüedad. El origen del juego de naipe lo disputan la India, China y Egipto, que lo remontan al siglo IX, en la China, como la práctica documentalmente reconocida, conocido en ese siglo como el “juego de la hoja”.

En la tradición china se dice que fue inventado por las mujeres de los harenes para entretenerse.

En Persia se practicó un juego de naipe, que se popularizó en la India en el siglo XVI. Se estima que desde Oriente se introdujo en Europa, por medio de los árabes y los cruzados, que influyeron en el desarrollo y la práctica del juego en España, impulsando la baraja española. Un naipe egipcio que se conserva tiene 52 cartas.

En 1310 en Barcelona se prohibió los juegos de cartas. Y Alfonso XI de Castilla prohibió en 1331 a los caballeros jugar naipes. Igual lo hizo Juan I de Castilla en 1387. De España se pasó el juego a Italia.

En la práctica social se usó el juego de naipes para entretener niños. En París se prohibió que los trabajadores durante sus jornadas jugaran naipes. Hacia 1400 se había prohibido el juego en Francia, Suiza, Alemania y los Países Bajos.

En todos los lugares donde se jugó se emplearon prácticamente las mismas reglas: reparten cartas a los jugadores, uno por uno, se barajan los naipes antes de repartirlos, las cartas se mantienen boca abajo obligando a que cada jugador solo conoce sus cartas, el orden del juego se hace siguiendo las manecillas del reloj, lo que también se puede invertir.

En los juegos de naipes hay gran variedad de formas de naipes y de jugarlo, lo pueden jugar normalmente dos o más jugadores y en el juego solitario un jugador se entretiene solo, lo juega solo.

El objetivo de cada juego de cartas puede cambiar. Lo usual es que en el juego los jugadores vayan deshaciéndose de sus naipes o cartas, quedando de perdedor el que al final se quede con naipes, ganando quien se deshace de ellos. En general todos los naipes tienen el objetivo de crear secuencias por órdenes determinados.

El juego de naipes hoy se puede desarrollar como entretenimiento familiar, para hacer apuestas, con naipes especiales para artes adivinatorias, para estimular conocimientos básicos con cada carta, las que contienen mensajes o datos específicos que ayudan a enriquecer la memoria del jugador, a modo de juegos de colección, que también tienen sus propias reglas de juego.

Es usual, repito que se juegue naipes a nivel familiar, incluyendo niños, lo cual ayuda a fortalecer lazos familiares, a enriquecer relaciones sociales. He participado de ellos y es divertido ver a los niños, en mi caso nietos, pensar o calcular las movidas de sus cartas, sin que medien apuestas o dinero de por medio en el juego.

Dos jóvenes talentosos, ambos comunicadores sociales, estudiantes universitarios todavía, Luis Martínez Solano y Gabriel Cerdas Monge, ambos pequeños “empresarios” de la comunicación, desarrolladores de programas en las diversas plataformas de las redes sociales, han venido trabajando desde hace ya bastantes meses en un Programa de Historia de Costa Rica, al que invitan a profesionales, historiadores, conocedores de la Historia Patria a compartir con ellos espacios de una hora, sometidos sus invitados a interrogatorio sobre su conocimiento o el tema que proponen para hablar. Con ellos he venido participando con bastante regularidad.

El año pasado, su esfuerzo, dedicación y tenacidad les fue reconocida en los Premios Nacionales, cuando se les dio una Mención de Honor en el Premio Joaquín García Monge en Comunicación Cultural, un merecido reconocimiento a su esfuerzo y trabajo, que tiene una proyección sobre más de 100.000 seguidores, en una de sus plataformas de divulgación de temas patrios.

Hace algún tiempo desarrollaron la idea de un juego con temas históricos nacionales. Lo idearon bajo la modalidad de un juego de cartas, que lo acaban de sacar al público, con 80 cartas con diversas fechas nacionales. En este sentido encontraron una aliada muy importante, la señora Vivian Steinvorth, que tiene una PYME, que les ha permitido elaborar, producir y publicar, con el sello GUABAYA GAMES, su Primera Historia de Costa Rica, un juego de naipes, de 80 pequeñas cartas, en una edición de bolsillo, bellamente elaborada, con su anverso y reverso bien diseñados. El anverso, la cara del naipe que puede funcionar como la portada de la carta donde está la lectura básica o la información básica, con la cual se juega. Y, en el reverso, la fecha, en números grandes, que indican un año, con una frase relacionada con el texto del anverso, relacionada con la fecha en que se produjo el evento histórico que consignan.

El juego procura desarrollar una línea cronológica. Así, al iniciar el juego, se vuelca una carta con el reverso a la vista. Los jugadores, en el orden que se acuerde, con cuatro cartas cada uno, pueden ser más, hasta seis u ocho, según se disponga, tienen que ir poniendo a los lados de esa carta, y de las siguientes, la que según el jugador, con el texto del anverso se aproxima en contenido y fecha más a la carta que da inicio, y a las que se van colocando sucesivamente. De esta forma, cada vez que se ponen cartas por aproximación se abren dos espacios más para colocar cartas. El jugador que falla, entrega la carta equivocada y toma otra del mazo de cartas, así se va manteniendo un número de cartas que lo conduce con mayor posibilidad a perder.

Es un lindo juego de bello entretenimiento que permite adquirir conocimientos básicos, pero significativos e importantes, sobre la Historia Patria.

La naturaleza del naipe elaborado les permitirá ir enriqueciendo esta primera edición con otras, no repetitivas, sino con otros datos ampliando la línea de información y “ramales” de información y datos.

Una rica y agradable forma de ponerse en contacto con la Historia Nacional. Este juego de naipes viene con una instrucción básica para jugarlo y disfrutarlo, como un juego de mesa de carácter familiar, para niños, jóvenes y para adultos también.

Como en toda obra histórica habrá versados que puedan cuestionar detalles de las notas y fechas colocadas en los anversos y reversos. Eso es válido. En general están correctos con la información y notas de las cartas.

El naipe, como jugo de Mesa, Historia de Costa Rica, se puede obtener o solicitar para su compra, en este momento que está empezando a salir al público, por medio del teléfono 8346 5526.

Felicito a Luis y a Gabriel por este esfuerzo como jóvenes emprendedores que lo han impulsado. Invito a mis lectores a que lo adquieran…se van entretener aprendiendo aspectos básicos e importantes de la Historia Nacional.

 

Compartido con SURCOS por el autor.

La propuesta del grupo socialdemócrata. (Un episodio de Historia Constitucional)

Walter Antillón

En memoria de Fernando Baudrit Solera y Fernando Fournier Acuña,
paladines de la independencia judicial

Hoy día casi nadie en Costa Rica recuerda que en el año de 1949, apenas convocada la Asamblea Constituyente, un grupo de intelectuales cercano a la Junta Fundadora de la Segunda República (gobernaba de facto desde hacía algunos meses) propuso oficialmente un Proyecto de Constitución moderadamente social-demócrata; un Proyecto que la aplastante mayoría conservadora de la Asamblea desechó in limine con argumentos deleznables, optando por utilizar la vieja Constitución de 1871 como modelo a seguir en la redacción de la nueva Carta.

Ello a la postre constituyó, indudablemente, una gran pérdida, porque dicho Proyecto era mucho más moderno y amplio que la vieja Constitución, y que la actual; y en particular, su Titulo VIII, dedicado al Poder Judicial, desarrollaba en 17 enjundiosos artículos, una concepción más racional y garantista que la de las Constituciones anteriores; siendo que éstas, entre otros vicios, en el mecanismo del nombramiento de los Magistrados, colocaban a la Corte Suprema de Justicia en riesgo de sufrir la politización y el sometimiento a las cúpulas políticas y fácticas del País.

Así por ejemplo, en lo que atañe al nombramiento de los magistrados, los artículos 153 y 157 del Proyecto Socialdemócrata aportaban una mejora sustancial con respecto al sistema de la Constitución de 1871, pues proponían la elección a partir de ternas escogidas por la Corte, y planteaban la inamovilidad de los magistrados en sus cargos. Veamos los textos:

Artículo 153. Los Magistrados serán elegidos por la Asamblea Legislativa, necesariamente de entre los candidatos que le presentará la Corte Suprema de Justicia, en número de tres por cada uno que deba nombrarse. La integración de las ternas se hará por voto secreto no inferior a la mitad más cualquier fracción total de los Magistrados que componen la Corte; en la designación se procurará dar preferencia a los funcionarios del Poder Judicial; pero, en todo caso, uno de ellos debe figurar siempre en cada terna.”

Artículo 157. Los Magistrados tendrán derecho a conservar su puesto, mientras dure su buen desempeño y no hubieren cesado en sus funciones, y a gozar de pensión de retiro en los términos que fije la ley, salvo en el caso de destitución. No podrán ser suspendidos sino por declaratoria de haber lugar a formación de causa o por los otros motivos legales dentro del régimen disciplinario respectivo; en este último caso, por acuerdo de la Corte Suprema de Justicia, votando en secreto por no menos de dos tercios del total de sus miembros.”

Del análisis del artículo 153 del Proyecto extraemos las siguientes disposiciones:

  1. La Asamblea legislativa tiene una potestad limitada en la elección de los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, para evitar que su intervención no se traduzca en influencia política que socave la independencia de aquellos.

  1. La limitación de dicha potestad consiste en que la elección que haga la Asamblea debe recaer necesariamente en uno de los tres nombres contenidos en una terna escogida por la Corte. El acto de elección de los magistrados por la Asamblea se convierte así en una mera solemnidad, como corresponde en obsequio de la paridad entre dos poderes supremos.

  1. La Corte, un colegio de jueces expertos en la función jurisdiccional, tiene la potestad de designar, con buen criterio, las personas que integrarán la terna que se someterá a la Asamblea.

  1. La Corte integrará la terna mediante el voto secreto de la mayoría absoluta de los Magistrados, para garantizar a éstos una plena libertad de elección.

  1. En la designación de los candidatos, la Corte ‘procurará dar preferencia’ a los jueces en propiedad pertenecientes al Poder Judicial, pues se considera que ellos están mejor calificados, porque presuntamente dominan mejor el oficio de juzgar.

  1. Por lo menos uno de los integrantes de la terna será necesariamente un juez en propiedad perteneciente al Poder Judicial. De hecho, la Corte podría colocar dos o tres jueces en la terna; pero la regla comentada sirve para asegurar en cualquier caso su presencia.

En cuanto al artículo 157, de su análisis se desprende la intención de la Comisión redactora del Proyecto Socialdemócrata de otorgar a los Magistrados de la Corte la inamovilidad en sus cargos ‘mientras dure su buen desempeño’. Se trata de una disposición que hoy es una regla de oro que, en los países civilizados, atañe a todos los jueces, fiscales y defensores del sistema de Justicia.

Ahora bien ¿por qué motivo estas propuestas más que razonables no llegaron a formar parte de nuestra Constitución vigente?

La discusión del Título relativo al Poder Judicial consta en las Actas números 139-148 de la Asamblea Nacional Constituyente de 1949, de las cuales extractaremos las piezas pertinentes a nuestro propósito.

  1. Acerca de la inamovilidad de los Magistrados

En el Acta No. 139 del 29 de agosto de 1949 encontramos la propuesta del artículo ‘de la inamovilidad’, redactado por la Fracción Socialdemócrata, y presentada al pleno por el diputado Fernando Fournier Acuña, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica. Veamos el Acta:

“ …En relación con el artículo ciento veintitrés, la fracción Social Demócrata presentó moción para que se lea así:

Los Magistrados tendrán derecho a conservar su puesto, mientras dure su buen desempeño y no hubieren cesado en sus funciones y a gozar de pensión de retiro en los términos que fije la ley, salvo en el caso de destitución. No podrán ser suspendidos sino por declaratoria de haber lugar a formación de causa o por los otros motivos legales dentro del régimen disciplinario respectivo; en este último caso, por acuerdo de la Corte Suprema de Justicia, votado en secreto por no menos de dos tercios del total de sus miembros”.

El Licenciado FOURNIER explicó que el artículo anterior pretende establecer lo que la ciudadanía ha venido anhelando por espacio de muchos años: la inamovilidad de los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, con el objeto de ponerlos al margen de los vaivenes de la política. Luego indicó que todo el título del Poder Judicial del Proyecto del cuarenta y nueve, se basó fundamentalmente en el similar de la Carta de mil ochocientos setenta y uno. Añadió que su Partido -el Social Demócrata-, ha pensado que la independencia del Poder Judicial se garantiza decretando la inamovilidad de los Magistrados.

El Diputado FOURNIER hizo uso extensamente de la palabra, conceptos que se reproducen en el acta. Manifestó que, en su concepto, de no aprobarse la inamovilidad, todo el edificio constitucional que estamos creando, quedaría desquiciado. La inamovilidad, como una de las mayores conquistas democráticas de los pueblos, es la condición esencial para disfrutar de una Corte Suprema de Justicia bien integrada, que sea una verdadera garantía para todos los ciudadanos, sin discriminaciones de ninguna clase, libre de influencias extrañas. La Corte viene a ser -de acuerdo con el nuevo texto constitucional- algo así como el contrapeso de los otros Poderes, que garantiza la justicia por igual de todos los costarricenses. Hay que tener presente que la Corte no sólo va a resolver los conflictos de carácter particular, sino también otros de gran importancia planteados entre los particulares y el Estado. Si las disposiciones de la Corte van a estar tachadas de politiquería, todas esas garantías que hemos creado para los costarricenses -como por ejemplo, el recurso de Hábeas Corpus y el de Amparo- vendrán a quedar por el suelo, y en su calidad de simples principios teóricos, inoperantes en nuestra realidad. Tampoco debe olvidarse que la Corte va a nombrar a los miembros del Tribunal Supremo de Elecciones, bajo cuyo patrocinio se van a efectuar los procesos electorales. Si la Corte va a estar integrada con un carácter político, la pureza electoral se habrá esfumado también de nuestro medio, pues el partido político mayoritario, a través de la Asamblea Legislativa, decidirá en la integración de aquélla. La Corte, entonces, vendrá a ser un reflejo de los intereses políticos que imperan en la Asamblea Legislativa. Ahí está precisamente el peligro. Para evitar ese peligro, es fundamental decretar la inamovilidad de los Magistrados, para que éstos no estén sometidos a los vaivenes de la política.

En apoyo de la moción de FOURNIER acudió don Fernando Baudrit Solera, quien fue también Profesor y Decano de la Facultad de Derecho, Rector de la Universidad de Costa Rica y finalmente Presidente de la Corte Suprema de Justicia.

El Representante BAUDRIT SOLERA se pronunció en términos que íntegros se publican en “La Gaceta”. Manifestó que en ocasión anterior, había expuesto las razones por las cuales la Comisión Redactora del proyecto del cuarenta y nueve había adoptado el sistema de la inamovilidad de los Magistrados. En el seno de la Comisión se discutieron extensamente los beneficios e inconvenientes de ese sistema, que son, estos últimos, los señalados por el señor Arias y aun otros más. El sistema, es claro, tiene sus desventajas. Pero si colocamos sus inconvenientes frente a los del sistema actual, que deja en manos de un cuerpo político, como es el Congreso, la integración de la Corte, llegamos a la conclusión de que es fundamental adoptar el sistema de la inamovilidad de los Magistrados. Agregó que prácticamente el país ha venido viviendo este sistema de la inamovilidad, pues algunos buenos Magistrados han sido reelectos sucesivamente, salvo contadas excepciones y aun cuando tales reelecciones hayan tenido a veces origen político. En cuanto a la idea del señor Arias (don Juan Rafael) de alargar el período a los señores Magistrados, no le parece conveniente por las razones que pasó a exponer. Un abogado electo Magistrado tendrá que abandonar su bufete. Si a él vuelve pasados diez años, por ejemplo, le será muy difícil, si no imposible, recuperar su clientela. Eso le obligaría a acudir al Congreso para influir en el ánimo de los señores Diputados con el propósito de lograr su reelección. Siendo que muchas veces los Diputados abogados tienen asuntos pendientes en los tribunales, tal procedimiento vendría a acarrearnos grandes males, pues aquellos también tratarían de influir en el ánimo de los miembros de la Corte. Por esa y otras razones, fue que en el seno de la Comisión Redactora -continuó diciendo el señor Baudrit-, propuso que los representantes en la Asamblea Legislativa que fueran abogados mientras durasen en sus funciones, no pudiesen ejercer su profesión, moción que cree sólo contó con su voto. Insiste en que el mejor sistema es el de la inamovilidad, que ha dado tan buenos resultados en los países que lo han adoptado, como Brasil, Chile, Argentina, Cuba y los Estados Unidos. Si en esos países el sistema ha dado tan buenos resultados, ¿por qué razón no adoptarlo entre nosotros, máxime si el sistema actual permite abusos, que ya se han cometido? Aclaró el Licenciado Baudrit que la inamovilidad de los Magistrados se mantiene, mientras cumplan a cabalidad su función y no es absoluta. El mismo proyecto del cuarenta y nueve, en sus artículos ciento cincuenta y nueve y ciento sesenta, establece las causales de cesación y de destitución. Agrega que un artículo transitorio del Proyecto de mil novecientos cuarenta y nueve, dijo que le corresponderá a la próxima Asamblea Legislativa integrar la Corte Suprema de Justicia. Debemos pensar que la Cámara procederá en la mejor forma, a efecto de integrar una Corte que merezca la más absoluta confianza a todos. Concluyó el orador diciendo que mantener el sistema actual le parece un gravísimo error.

Muchos otros constituyentes se sumaron a la tesis de la inamovilidad, recordando situaciones en las que se demostraba la influencia politiquera que acarreaba el régimen de la Constitución de 1871. Aduzco como ejemplo, entre muchos, el testimonio del Diputado don Manuel Antonio González Herrán, prestigioso abogado litigante de San José:

“ …El Diputado GONZALEZ HERRAN declaró que su voto será favorable a la moción planteada. La razón fundamental que lo mueve a otorgar la inamovilidad a los Magistrados, es la de preservar al Poder Judicial de toda influencia extraña, para que se maneje con absoluta independencia. Añadió que no fue a partir de 1940 que se operó la intervención de la política en el Poder Judicial. Ya antes aun cuando el Presidente no influía poderosamente en el nombramiento de los Magistrados los abogados nos dábamos cuenta de lo difícil que era litigar contra un Diputado. Para el país es de muy graves consecuencias que los Diputados, supremos electores de los integrantes de la Corte, tengan juicios pendientes con la justicia. De ahí que opina que a los Altos Jueces que integran la Corte, debe colocárseles al margen de toda posibilidad de quedar bien o mal con los que son sus electores. Los intereses políticos privaban en la elección de los Magistrados cada cuatro años. Es por estas razones, que no puede aceptarse el sistema vigente, que tan pésimos resultados ha dado en nuestro medio, especialmente en los últimos años. Si no se consagra la inamovilidad -concluyó el señor GONZALEZ HERRAN-, nos estaremos exponiendo a padecer los inconvenientes de Magistrados interesados en conseguir los votos de una mayoría parlamentaria. Mientras los Altos Jueces que integran la Corte cumplan con sus obligaciones, deben mantenerse en sus puestos.

La moción de Fournier y Baudrit recogió muchas adhesiones como la que acabo de transcribir, y no tantas opiniones contrarias, pero a la hora de votarla, sorpresivamente fue rechazada. Esa mayoría contraria no contaba en realidad con muchos argumentos; pero parece ser que el desconocimiento de la materia y el miedo a todo lo que es nuevo en muchos de los constituyentes; o el mero espíritu de contradicción; o la conveniencia que les reportaba el sistema vigente a aquellos que ejercían la ‘abogacía política’, etc., hicieron su trabajo.

La tragedia estuvo en que ninguno de los tenaces opositores, como por ejemplo el cartago Mario Alberto Jiménez o el herediano Fernando Vargas, propuso alternativas al sistema que criticaban, de modo que cuando hicieron fracasar la propuesta socialdemócrata, lo que quedó finalmente aprobado fue una versión de la impresentable fórmula de 1871, que irónicamente ninguno de ellos recomendaba, ni nadie en la Asamblea había defendido.

En el Acta de la Sesión No. 141 del 31 de agosto citado, don Fernando Baudrit presenta y razona su moción de revisión del rechazo de la propuesta socialdemócrata sobre la inamovilidad, con abundancia de argumentos y referencias, y presenta una carta del Presidente de la Corte, don Gerardo Guzmán, en apoyo de la inamovilidad.

“ …Artículo 2º.- El Representante BAUDRIT SOLERA presentó moción de revisión sobre la ponencia rechazada en la sesión anterior de la fracción Social Demócrata en relación con la inamovilidad de los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia. El mocionante expuso las razones que lo llevan a solicitar la revisión planteada. Empezó diciendo que sus convicciones de mucho tiempo, así como el hecho de desempeñar en nuestra Escuela de Derecho la Cátedra de Derecho Procesal, desde la cual siempre ha abogado por la tesis de la inamovilidad judicial, lo movían a agotar todos los recursos como lo expresó en la sesión anterior para que en la Constitución de 1949 se incorpore el principio de la inamovilidad de los integrantes de la Corte, que estima necesario y saludable para la vida institucional del país. Por otra parte, la votación de ayer no es un reflejo exacto de la mayoría de la Cámara, ya que la moción respectiva se desechó por un solo voto. Por estas razones considera que es necesario ahondar el debate para ver si es posible llevar al ánimo de los señores Representantes la necesidad y conveniencia del sistema de la inamovilidad. Para corroborar su tesis, el señor Baudrit dio lectura a las siguientes opiniones de conocidos tratadistas de la materia, que se pronuncian en un todo de acuerdo con la inamovilidad del Poder Judicial: Francis Lieber, expositor americano, en su libro “On Civil Liberty and Self Government” [1853] página 204, nos dice: “La independencia de los jueces es un concepto de la vieja raigambre de los escritores de la filosofía política de nuestra lengua. Pero debe hacerse observar que la independencia del Poder Judicial, por la cual se entiende generalmente aquella posición del juez independiente del Poder Ejecutivo, (en los Estados Unidos el Presidente nombra los Magistrados sometiendo su aprobación al Senado), sólo es factible si su nombramiento es de por vida y se les respalda con la prohibición de que sus salarios no deben ser disminuidos, después de que su nombramiento ha tenido lugar”. Y reafirmando ese concepto en la página 220, agrega: “La independencia del Derecho y de la Administración de Justicia, requiere esa independencia del Juez”. El tratadista don Fernando Mellado, en su obra Derecho Político, página 780 expone: “La independencia, la inamovilidad y la responsabilidad de los jueces, completan el cuadro de la autoridad judicial. La independencia, porque sin ella los jueces no pueden obrar libremente, ni conforme a Justicia, sino que subordinarían sus sentencias o disposiciones materiales o morales extrañas por completo a lo que debe ser la autoridad judicial. La inamovilidad conduce inmediatamente a la independencia a que acabamos de referirnos; la seguridad por parte del juez de que obrando rectamente no se le ha de seguir perjuicio alguno en el ejercicio de su cargo, facilita que obre con la independencia debida, ajustando todas sus disposiciones a los preceptos de la ley, según los comprenda, los desarrolle y analice su propia conciencia”. El profesor Felipe Tena Ramírez (Derecho Constitucional, página 421), defendiendo el mismo principio y doliéndose de que en México no haya sido respetado en las últimas constituciones políticas, cita la opinión de Rabasa (expuesta en su tratado Organización Política de México), que dice: “La inamovilidad del Magistrado es el único medio de obtener la independencia del tribunal… El nombramiento puede ser del Ejecutivo, con aprobación del Senado, que es probablemente el procedimiento que origina menores dificultades y promete más ocasiones de acierto… Las ligas de origen se rompen por la inamovilidad, porque el Presidente que confiere el nombramiento no puede revocarlo ni renovarlo; el Magistrado vive con vida propia, sin relación posterior con el que tuvo la sola facultad de escogerlo entre muchos, y que no vuelva a tener influencia alguna ni en sus funciones, ni en la duración de su autoridad”. Sobre esta misma materia -continuó diciendo el señor Baudrit- recabó la opinión de don Gerardo Guzmán, actual Presidente de la Corte, con quien los costarricenses tienen contraída una gran deuda. Piensa que el pueblo costarricense, representado en el seno de esta Asamblea, tiene la obligación de conocer y pesar la opinión del gran patricio, don Gerardo Guzmán, el reo de los calderocomunistas, arrancado a su vida hogareña, después del triunfo de la revolución libertadora, para ponerlo al frente del Poder Judicial que ya él había honrado con su vida honesta puesta al servicio de la justicia nacional. El más alto representativo del Poder Judicial está absolutamente de acuerdo con nuestra tesis. Ninguna persona más autorizada para opinar respecto a la inamovilidad que el señor Guzmán. Y no puede de ninguna manera pensarse que don Gerardo esté interesado en este asunto, ya que él tendrá que abandonar la Corte por razones de edad. Terminó el orador dando lectura a la siguiente carta que le enviara el señor Guzmán, advirtiendo que la realidad debió comenzar con la lectura de ese documento.

CARTA DEL PRESIDENTE DE LA CORTE DON GERARDO GUZMÁN QUIRÓS.

“ …San José, 31 de agosto de 1949.

Señor Licenciado don Fernando Baudrit.

S. D.

Muy estimado colega:

En vista de su deseo de obtener mi opinión en cuanto a los bases fundamentales sobre las que debe descansar el Poder Judicial de la República, según la Constitución que ahora se proyecta, con el propósito de estabilidad y prestigio y de que constituya una garantía efectiva para los ciudadanos que a él ocurren en demanda de justicia, me es muy grato complacerlo externando mi parecer en la forma siguiente:

La experiencia de los puebles más cultos los ha llevado al convencimiento de que es indispensable rodear a la administración de justicia de efectivas garantías, a fin de ponerla al abrigo de extrañas y funestas influencias que a veces se dan, pudiendo enturbiar su actuación, y de ahí que en tales países se haya colocado a la judicatura en condiciones especiales y, puede decirse, hasta de ventaja sobre los demás cargos de la Nación, más todo esto, bien se comprende, no con la mira interesada o injusta de favorecer a los ciudadanos que desempeñan las funciones de Magistrados, sino en beneficio directo de todos los habitantes de la República. Relativamente a este punto hay que recordar un yerro del pasado que es preciso rectificar, la Constitución de 1871 fijaba un corto período para el ejercicio de la Magistratura y atribuía la elección de los Magistrados, sin contralor alguno, a un cuerpo esencialmente político, como lo es el Congreso; éste, además, tenía la facultad irrestricta de fijarles sueldo, de aumentárselos o disminuírselos, a su arbitrio. No se concibe una base más deleznable y a todas luces resulta inconveniente por el peligro manifiesto que entraña, y debe reconocerse que la Constitución aludida ofreció amplio campo a los otros Poderes para falsear el Judicial, con quebranto de su prestigio, todo lo cual, indudablemente, debe ser impedido en la nueva Carta Fundamental.

Todo plan para el establecimiento del Poder Judicial bien organizado debe basarse, según lo demuestra la experiencia, en la inamovilidad de los jueces, mientras desempeñen sus funciones con entera dedicación y honradez. Esta idea no es nueva, pues el principio de la inamovilidad de los jueces se halla incorporado, desde hace muchos años, en varias constituciones de otros países y, progresivamente, se ha ido incluyendo en las de otros de avanzada cultura jurídica. En cuanto a las vacantes que ocurran debiera atribuirse al Congreso la facultad de llenarlas, pero escogiendo dentro de las ternas que le envíe la Corte, la cual queda en absoluta liberta de integrarlas, procurando siempre el ascenso, si éste fuera posible. La bondad de este sistema resulta innegable, si se tiene en cuenta que el único interés que podría privar en la Corte, al formar la terna respectiva, sería el de mejor servicio público, sugiriendo como candidatos a la Magistratura a profesionales que por su probidad reconocida, preparación, cultura y esfuerzo personal, fueran idóneos para el desempeño de tan delicadas funciones en un tribunal colegiado. Un procedimiento semejante debiera adoptarse para la elección de Magistrados suplentes, mediante el envío que hiciera la Corte al Congreso de una lista de candidatos, dentro de la cual este último elegiría a dichos funcionarios; y, asimismo, las vacantes también debieran llenarse por medio de ternas enviadas por la Corte al Congreso.

Nuestra Ley Orgánica de 1888 (derogada) contenía la prohibición de rebajar los sueldos de los funcionarios que administraran justicia durante el período para el cual hubieran sido nombrados. Al incorporar esa garantía -que en otros países existe en sus respectivas constituciones- en el estatuto orgánico del Poder Judicial de nuestro país sin duda se tuvo el propósito de evitar represalias de otros poderes que, aun cuando muy improbables, tampoco serían imposibles en momentos de extraordinaria exaltación política. Disposiciones semejantes a la que contenía nuestra Ley Orgánica de Tribunales de 1888, y a la cual me he referido, existían desde hace muchos años en las más avanzadas constituciones políticas de otros países por estimarse como indispensable complemento de la inamovilidad judicial. En cuanto a lo que se conoce como autonomía económica, sea de un poder o de una institución del Estado semiautónoma, debo decir que durante más de medio siglo en el presupuesto general de gastos del Estado, se le reconoció a la Corte y se le estuvo asignando una modesta partida para cubrir los alquileres de locales destinados a oficinas judiciales que, en su mayoría, se alojan en edificios de propiedad particular, compra y reparación de mobiliario, papelería y otros gastos menudos, no habiendo ofrecido ese sistema ningún tropiezo; sin embargo, desde la promulgación de las leyes llamadas de organización fiscal, ya no es el Presidente de la Corte quien gira contra la respectiva partida sino el Ministro de Hacienda, previos dilatados trámites, todo lo cual acarrea pérdida de tiempo y entorpecimiento en el pago de esos pequeños desembolsos, lo cual indica que es conveniente autorizar en la nueva Constitución a la Corte para manejar esa pequeña partida girando contra ella el Presidente de la Corte, sin más requisito que el pago esté debidamente justificado. Las anteriores reformas las había estimado indispensables la corte, en otra oportunidad, para asentar al Poder Judicial sobre bases inconmovibles, ideal que se ha venido intentando durante muchos años, sin que hasta ahora se haya incorporado, como sería de desear, en la Constitución de la República.

Agradezco a Ud. la distinción que se ha servido hacerme al solicitar mi modesto parecer al debatirse la organización del Poder Judicial al cual he servido durante tantos años y por cuya mejora siento el más vivo deseo; aprovecho la ocasión para renovarle las muestras de mi consideración muy distinguida.

GERARDO GUZMÁN

Entre otros colegas, el Diputado Ricardo Esquivel Fernández adujo los siguientes argumentos para apoyar la moción de revisión del Diputado Baudrit:

“…Mucho se ha escrito, en España y fuera de ella, en defensa de la inamovilidad de la magistratura. Resumiremos ahora los principales argumentos aducidos por los partidarios de este principio, a un tiempo orgánico, judicial y político.

Si la inamovilidad se ha dicho es una condición de que deberán gozar todos los servidores del Estado, claro es que no puede dejar de establecerse en favor de aquellos que tienen a su cargo los servicios judiciales, esto es, los jueces y magistrados, y aun con más motivo en cuanto a éstos, no porque tengan a ella mejor derecho, sino por la mayor gravedad de los intereses que se les confían.

Los legisladores de Cádiz conocieron ya la necesidad de declarar inamovibles a los funcionarios judiciales. “Cuando la integridad de los jueces -expone la comisión encargada de extender el proyecto de la Constitución del año 1812- es el requisito más esencial para el buen desempeño de su cargo, es preciso, asegurar en ello esta virtud por cuantos medios sean imaginables. Su ánimo debe estar a cubierto de las impresiones que pueda producir hasta el remoto recelo de una separación violenta. Y ni el desacuerdo del monarca, ni el resentimiento de un Ministro han de poder alterar en lo más mínimo la inexorable rectitud del juez o magistrado. Para ello nada es más a propósito que el que la duración de su cargo dependa absolutamente de su conducta, calificada en su caso por la publicidad de un juicio …”.

“ …El Diputado FOURNIER hizo uso extensamente de la palabra, conceptos que se reproducen en el acta. Manifestó que, en su concepto, de no aprobarse la inamovilidad, todo el edificio constitucional que estamos creando, quedaría desquiciado. La inamovilidad, como una de las mayores conquistas democráticas de los pueblos, es la condición esencial para disfrutar de una Corte Suprema de Justicia bien integrada, que sea una verdadera garantía para todos los ciudadanos, sin discriminaciones de ninguna clase, libre de influencias extrañas. La Corte viene a ser -de acuerdo con el nuevo texto constitucional- algo así como el contrapeso de los otros Poderes, que garantiza la justicia por igual de todos los costarricenses. Hay que tener presente que la Corte no sólo va a resolver los conflictos de carácter particular, sino también otros de gran importancia planteados entre los particulares y el Estado. Si las disposiciones de la Corte van a estar tachadas de politiquería, todas esas garantías que hemos creado para los costarricenses -como por ejemplo, el recurso de Hábeas Corpus y el de Amparo- vendrán a quedar por el suelo, y en su calidad de simples principios teóricos, inoperantes en nuestra realidad. Tampoco debe olvidarse que la Corte va a nombrar a los miembros del Tribunal Supremo de Elecciones, bajo cuyo patrocinio se van a efectuar los procesos electorales. Si la Corte va a estar integrada con un carácter político, la pureza electoral se habrá esfumado también de nuestro medio, pues el partido político mayoritario, a través de la Asamblea Legislativa, decidirá en la integración de aquélla. La Corte, entonces, vendrá a ser un reflejo de los intereses políticos que imperan en la Asamblea Legislativa. Ahí está precisamente el peligro. Para evitar ese peligro, es fundamental decretar la inamovilidad de los Magistrados, para que éstos no estén sometidos a los vaivenes de la política.

¿Cuáles fueron los principales argumentos de los impugnadores de la inamovilidad? Como antes lo indiqué, el más tenaz opositor fue el Diputado Fernando Vargas Fernández, cuyas razones, así como las del notorio iconoclasta Mario Alberto Jiménez Quesada y las del honesto pero despistado Ramón Arroyo Blanco pesaron para que la mayoría de los constituyentes terminaran instaurando, por la vía de la inercia, el actual sistema que, en realidad ninguno pretendía o se atrevía a defender abiertamente. Veamos el Acta:

“ …El Diputado VARGAS FERNANDEZ usó de la palabra extensamente en términos que se publican en “La Gaceta”. Indicó que se mantenía firme en su criterio anterior opuesto a la inamovilidad de los Magistrados, ya que durante la revisión no se han expuesto nuevos argumentos por parte de los defensores de la tesis contraria. Por esas razones, no votará la revisión planteada. Agregó que ha estado en desacuerdo con esa inamovilidad tan especial que se propone y que ampara sólo a los Magistrados, y no a los Jueces y Alcaldes. Dichosamente el señor Solórzano se ha dado cuenta de esta injusticia y ha presentado una moción para que se incorpore la frase final del artículo 123 de la Constitución del 71. Piensa que el problema no está en la inamovilidad. La base del problema está en el nombramiento de los Magistrados, que anteriormente hacía el Congreso y en el futuro la Asamblea Legislativa. Conceptúa que todas las deficiencias que se la han apuntado al sistema estriban en la falta del establecimiento de la carrera judicial en Costa Rica. Mientras no se establezca, estaremos expuestos siempre a llevar advenedizos a la Corte. Establecida la carrera judicial, los ascensos se operarán automáticamente. Cuando la limpia credencial de un juez sea factor para llegar a la magistratura, coronación de la carrera judicial, entonces sí se podrá estar seguro que en el nombramiento de los Magistrados no intervendrán los factores políticos. ¿Qué se pretende con la inamovilidad si antes no se crea la carrera judicial? Que cualquier litigante que no ha sido funcionario del Poder Judicial, de la noche a la mañana, sin tener quizás credenciales para ello, sea nombrado Magistrado de la Corte Suprema de Justicia, en evidente perjuicio de quienes por muchos años han venido laborando en funciones judiciales. El caso del Juez don Alfonso Barrantes, ya citado aquí, constituye argumento para el establecimiento de la carrera judicial, pero no para esta inamovilidad por la que se está abogando. Si esa inamovilidad hubiera estado establecida en esa oportunidad, el señor Barrantes habría podido quedarse sin alcanzar la magistratura, no así si la carrera judicial lo hubiera estado. Las opiniones de los tratadistas están muy divididas.

El Diputado ESQUIVEL nos leyó las opiniones favorables a la tesis de la inamovilidad que transcribe la Enciclopedia Jurídica española. Pero en la misma Enciclopedia se transcriben, seguidamente, las opiniones contrarias. Todo esto nos demuestra que en materia tan compleja las opiniones son muy diversas. La tesis tiene sus defensores e impugnadores. Para terminar, el señor Vargas Fernández dio lectura a las opiniones contrarias a la inamovilidad que leyó de la Enciclopedia Jurídica española. Esas opiniones son las siguientes:

2.- OPINIONES CONTRARIAS A LA INAMOVILIDAD JUDICIAL.

El principio de la inamovilidad de la Magistratura ha tenido y tiene también impugnadores, que lo combaten fundados en diversas consideraciones y desde diferentes puntos de vista.

Verdad es que los jueces, siendo inamovibles -dice Meunier- no pueden descender, pero nada les impide el ascenso con tal que satisfagan y contenten al Jefe del Estado; y con el mismo sentido afirma Vaulabelle que la inamovilidad no logra destruir la ambición, el espíritu de intriga y el deseo de aumentar el sueldo. La justicia se administra constantemente -sostiene Comte- según el modo como se haya hecho el nombramiento de los jueces, y la inamovilidad puede ser muchas veces la permanencia de la ineptitud, de la venalidad o del fanatismo. Tal vez por esto haya creído Stuart Mill que nadie podía negar que la inamovilidad de la magistratura fuese un mal. Pues ¿qué? dice Fasy-, ¿no será posible destituir a un juez incapaz o parcial, y el público habrá de soportar continuamente tales defectos? Y sin negar este autor ciertas ventajas que ha producido la inamovilidad, opina que sólo puede servir como una garantía contra los gobiernos monárquicos, que están facultados para proveer los cargos judiciales”.

Se ha objetado también que, dado el modo de ser del espíritu humano, su tendencia al reposo y la facilidad con que el envanecimiento de los altos cargos lo ciega, cuando el Juez o Magistrado se cree seguro en su oficio para toda su vida, esa seguridad engendra el descuido, y a la larga hasta las naturalezas más activas se tornan perezosas, la práctica degenera en rutina, y la jurisprudencia se hace caprichosa y personal. “Una vez resuelto un caso determinado, el Magistrado, aplica en los análogos la propia doctrina como verdad indiscutible, sin preocuparse por hacer nuevos estudios, de modo que un error varias veces repetido acaba por convertirse en axioma, en verdad infalible. Está en la miseria del corazón humano la tendencia a sostener sus actos y opiniones, encaprichándose en ellos con tanto mayor empeño, cuanto mayor grado de humildad se requiere para volver atrás, o para confesar el error; difícilmente cede el de arriba ante el que cree abajo… La jurisprudencia es una ciencia que adelanta día por día, y como las locomotoras, al que no va con ellas lo deja atrás, cuando menos piensa, como inútil rezagado. Los Magistrados que se sienten seguros en sus puestos, se limitan por lo regular a despachar con las luces y la práctica que ya tienen, las muchas cuestiones concretas, la mayor parte semejantes, que diariamente entran a su estudio, sin cuidarse de la jurisprudencia abstracta y general que avanza y cambia con la rapidez de la civilización, y que sin sospechar se les escapa. De ahí que a veces los hechos vengan a desmentir la fama de sabios de algunos viejos jurisconsultos, porque confiados en su acopio de conocimientos y engreídos con antiguos triunfos, se han quedado, sin saberlo ellos mismos, sentados sobre sus laureles a la vera del camino por donde vuela el tren de la ciencia”.

Finalmente, se ha señalado como otra desventaja de que los cargos judiciales sean inamovibles, la de imponer a los pueblos cual insacudible yugo, la obligación de soportar “a individuos gastados, ignorantes o morosos, sólo porque su conducta es buena y su hogar respetable. Contra esos Magistrados perniciosísimos, no por lo malo que hacen, pues de ello son incapaces, sino por lo bueno que no hacen, debe dejarse a la sociedad al menos el consuelo de esperar en su reemplazo al fin de un período”; y es peligroso “no dejar más medios de salir de ellos que los trastornos públicos, la muerte o la escandalosa promoción a mejores puestos que merecen todavía menos”.

Don Fernando Baudrit, al salir al paso de dichos argumentos, indicó

“ … que parecía deducirse de las afirmaciones del compañero Vargas Fernández, que se estuviera propiciando la llegada de advenedizos a la Corte. Semejante suposición carece por entero de fundamento. El mismo Proyecto del 49 contempla el caso de las vacantes que serán llenadas por la Asamblea Legislativa, escogiendo de una terna que le enviará la Corte; se establece allí que, cuando menos, uno de los integrantes de las ternas, ha de ser funcionario del Poder Judicial. En otra disposición del mismo Proyecto se establece que la ley, en aquello que no está previsto en la Constitución, indicará las condiciones que deben reunir los funcionarios y empleados del Poder Judicial, la duración de sus cargos y la manera de nombrarlos, procurando establecer el sistema de ascenso por méritos. El principio de la carrera judicial está consignado en el Proyecto, que ha sido presentado en forma de mociones a la consideración de la Asamblea. De aprobarse esa disposición de nuestro Proyecto, la futura Ley Orgánica del Poder Judicial tendrá que venir a establecer el sistema de ascenso por méritos. Terminó diciendo que si bien era cierto que la tesis de la inamovilidad contaba con muchos impugnadores, pero frente a los resultados del sistema contrario, es indispensable incorporarla a la nueva Constitución, para acabar de una vez para siempre con la intromisión de la politiquería en las Cortes, a través de cuerpos eminentemente políticos, como son nuestros Congresos y aun del Presidente de la República. Si todos aceptan que la politiquería ha influido en mayor o menor escala en la integración de la Corte, ¿cómo, entonces, empeñarse en mantener un sistema que tan funestos resultados ha dado en nuestro medio?

A pesar de la abundancia de razones a favor de la revisión y de la inconsistencia de los argumentos en contra, la Asamblea la rechazó por dos votos. Lo cual motivó que en el Acta No. 142 del primero de setiembre siguiente, en su última intervención sobre el tema de la inamovilidad, el diputado Baudrit manifestara lo siguiente:

“… que parecía desprenderse de la discusión habida en torno de este asunto en las sesiones anteriores que el escollo principal para establecer la inamovilidad era que ese sistema, a juicio de algunos Diputados, no dejaba abierta la puerta para que la representación nacional ejerciera una especie de contralor en la Corte. Pero hoy -añadió- con gran sorpresa noto que quiere crearse ambiente favorable en la Cámara para mantener el sistema actual de elección de Magistrados, aumentando simplemente el período a diez años. Pero con diez o con ocho años, indiscutiblemente volveremos a tener la politiquería metida en la Corte. La Asamblea Legislativa, bien podrá llevar al seno del Supremo Tribunal de Justicia a cualquier advenedizo. ¿Cómo es posible, señores Representantes, que nos olvidemos tan rápidamente de lo ocurrido en Costa Rica hace apenas muy pocos años? Es cierto que debemos tener confianza en los gobernantes del futuro, pero eso no nos libra de la obligación de evitar, en lo posible, que se abran las puertas para la intromisión de la politiquería en el Poder Judicial. Agregó que se mantenía dentro de su tesis, esto es, que la única forma de poner coto a aquel mal, era estableciendo la inamovilidad de los Magistrados. Fiel a su pensamiento, agotará todos los esfuerzos posibles para que la nueva Constitución incorpore ese principio que juzga imprescindible. Durante la revisión final, volverá a insistir en su tesis aun cuando sólo cuente con su voto. Si ésta es de nuevo rechazada, al menos le quedará la satisfacción moral de haber cumplido hasta el último momento con su deber; no quiere cargar con la responsabilidad histórica de lo que aquí se haga en contra de aquella tesis…”

  1. Acerca de las ternas

El artículo 153 del Proyecto, relacionado con el mecanismo de las ternas a proponer por parte de la Corte Suprema a la Asamblea Legislativa, reintroducido al debate por moción del Diputado Ramón Arroyo (ver Acta 143 citada), no suscitó una discusión tan prolongada como el de la inamovilidad, y perdió fuerza cuando éste fue rechazado. En todo caso, su defensa corrió a cargo del infatigable don Fernando Baudrit. Veamos:

“ …El Representante BAUDRIT SOLERA expresó que la exigencia de las ternas venía a completar el sistema de transacción, que se ha visto obligado a aceptar, al desechar la Cámara la moción que creara la inamovilidad del Poder Judicial. La terna es de todo punto de vista conveniente. La Corte la integrará con los elementos más capaces ¿Quién sino la Corte, va a estar más capacitada para escoger a los miembros que van a integrar esa terna? Añadió que en la práctica, aun cuando no se ha establecido la carrera Judicial, la mayoría de los Magistrados ha pasado previamente por las posiciones inferiores del Poder Judicial. Las ternas, a no dudarlo, vendrán integradas cuando menos por dos elementos del Poder Judicial. Luego expresó que no existía tal contradicción entre la atribución otorgada a la Asamblea Legislativa de nombrar a los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia y la moción en debate. En el primer caso se indicó que la Asamblea Legislativa elegiría a los Magistrados, pero no se dijo en qué forma. Ahora en cambio se vienen a establecer las condiciones de esos nombramientos, la forma en que habrá de operar la Asamblea…”

Dichos argumentos fueron secundados por el Diputado Ramón Arroyo Blanco, en los siguientes términos:

“ …se justifica que al Poder Judicial se le otorguen más garantías por cuanto es de los tres Poderes el que más garantías requiera para cumplir su cometido. Hamilton, en su libro “El Federalista” nos dice que el Ejecutivo tiene en sus manos la fuerza pública; el Legislativo dicta las leyes; el Poder Judicial solamente se concreta a dictar el derecho. De ahí que todas las legislaciones, teniendo en cuenta esta debilidad del Poder Judicial, que lo coloca en una situación de inferioridad con respecto a los otros Poderes, lo ha reforzado. Montesquieu expresó que la esencia de las Democracias estaba en la independencia del Poder Judicial. Piensa en consecuencia, que se está desarrollando ese principio, colocando al Poder Judicial en una situación de amparo frente a los otros dos Poderes. El simple hecho de que estemos rodeando de garantías al Poder Judicial -concluyó el señor Arroyo- no debe alarmar a nadie, si se toman en cuenta sus palabras anteriores…”

Sin embargo, la moción del Diputado Arroyo sufrió modificaciones que desvirtuaron su sentido original y finalmente fue desechada sin pena ni gloria (penúltimo apartado del Acta 143).

Y de esa manera, la innovadora propuesta de la Fracción Socialdemócrata, alabada por tirios y troyanos en los debates de la Constituyente, fue derrotada en sus partes más esenciales; mientras que el vetusto sistema de las Constituciones del Siglo XIX (las de 1859, 1869 y 1871), que todos criticaron y nadie defendió, fue emergiendo incólume, como producto impensado (¿indeseado?) de los mil ajustes y reajustes, dudas y asertos, propuestas y contrapropuestas del conjunto de los integrantes de la Asamblea, trayendo irónicamente a la memoria el chiste de la definición del camello: ‘el producto de una comisión que se proponía producir un caballo’.

En un momento crucial para el futuro de la Judicatura y del País, es impostergable el deber de todos de reflexionar acerca de lo que apostamos y perdimos los costarricenses en el campo judicial, durante los trabajos de la Asamblea Constituyente de 1949, y acerca del camino a seguir.

Otro mundo es posible.

El próximo Timonel de la Patria, ¿el número 95, el 83, el 71, el 66 o el 19?

Vladimir de la Cruz

El próximo Timonel de la Patria se sumará a la lista de Jefes de Estado y Presidentes de la República que ha dirigido la Nación costarricense, como Autoridades Superiores, desde el Estado, cuando así se estructuró la organización político institucional del país, desde 1824 hasta 1848, denominándose Jefe de Estado a su conductor, o desde la República, así establecida desde el 31 de agosto de 1848, denominándose Presidente de la República a quien la dirige.

A estas Autoridades Superiores hay que agregar y considerar a quienes dirigieron Costa Rica desde el momento mismo que se declaró la Independencia, el 29 de octubre de 1821.

La noticia de la Declaración de Independencia hecha en Guatemala el 15 de setiembre nos llegó el 13 de octubre, la que se puso en conocimiento de los pueblos para que nombraran sus delegados que se reunirían en Cartago el 29 de octubre para decidir sobre esta importante noticia, Independencia de Costa Rica que se hizo en este fecha. A cargo de Costa Rica se encontraba el último Gobernador colonial, Juan Manuel de Cañas.

Declarada la Independencia se procedió a comunicar la Decisión de Cartago a los pueblos para su respectiva Jura, quedando hasta el 12 de noviembre el Gobernador con el cargo de Jefe Político Subalterno. En esta fecha, 12 de noviembre por el rechazo de San José y Alajuela a la autoridad de Juan Manuel de Cañas y su desconocimiento como Autoridad a cargo, se dispuso integrar la primera forma de gobierno nacional, Junta de Legados de los Pueblos, del 12 de noviembre al 1 de diciembre de 1821, a la cual le siguieron la Junta Interina, del 1 de diciembre de 1821 al 5 de enero de 1822, la Junta Electoral, del 5 al 12 de enero de 1822, la Junta Superior Gubernativa, del 13 de enero de 1822 al 14 de marzo de 1822. Durante todo el año 1822 hubo cuatro Presidentes de esta Junta. Esa primera Junta fue la que preparó la redacción de la Primera Constitución Política, la del Pacto social Fundamental Interino de Costa Rica o Pacto de Concordia, del 1 de diciembre de 1821.

Del 14 al 29 de marzo de 1823 funcionó la Diputación Provincial a cargo de un Presidente y, del 29 de marzo al 5 de abril a cargo de dos Comandantes Generales de las Armas y hasta el 6 de mayo de 1823 a cargo del Presidente del Congreso Constituyente.

Luego le siguió la Junta Superior Gubernativa hasta el 8 de setiembre de 1824, cuando se estableció el Estado de Costa Rica, desarrollándose la Jefatura de Estado Interina hasta el 7 de abril de 1825 y luego la Jefatura de Estado constitucional.

Durante este período del Estado de Costa Rica ejercieron la Primera Magistratura figuras con el nombre de Jefe de Estado Interino, Jefe de Estado Constitucional, Jefe de Estado Provisorio, Vice Jefe de Estado Constitucional Encargado del Poder Ejecutivo, Jefe Supremo de las Armas, Senador Encargado del Poder y Presidente del Estado, según los distintos momentos de la Historia Nacional y según hubiese un Gobierno Constitucional o un Gobierno provisorio, donde se gobernaba con Constitución Política o sin ella.

A partir del 31 de agosto de 1848 se estableció la República de Costa Rica. Quienes asumieron la representación del Poder Ejecutivo, en sus distintos momentos, se les llamó Presidente de la República, Representante Encargado del Supremo Poder de la República, Vicepresidente en Ejercicio del Poder, Presidente Constitucional, Presidente Provisorio, de acuerdo a los distintos momentos históricos y de conformidad a la existencia o no de una Constitución Política vigente.

La República en su aspecto formal llegó hasta el 8 de mayo del 1948 cuando se declaró la Segunda República, que llega hasta nuestros días.

Siendo así el desarrollo del Poder Ejecutivo, y de quienes lo han dirigido, hemos tenido durante el período 1821 hasta 1824, trece personas, en orden cronológico, independientemente de si se repetían en el cargo, que dirigieron los primeros gobiernos, o Juntas, antes de la constitución del Estado de Costa Rica. Dos de ellas repitieron el cargo una vez.

Durante el período del Estado de Costa Rica, que coincidió también cuando formábamos parte de la República Federal de Centroamérica, hubo 17 personas que asumieron el cargo de dirigir el Poder Ejecutivo durante esta época. De estas, cuatro repitieron el cargo una o dos veces.

No considero para estos datos a los pocos Presidentes de la República Federal de Centroamérica, 1824 -1838, que en sentido formal también fueron Presidentes para los costarricenses en tanto formábamos parte de esa República, como Estado.

El único que ejerció la Presidencia del Estado fue el Dr. José María Castro Madriz.

Durante la República de Costa Rica, la que podría considerarse la Primer República, 1848 – 1948, ejercieron cronológicamente el cargo de Presidente 45 personas, de las cuales once repitieron el cargo.

Durante la Segunda república, desde 1948 hasta el gobierno del 2018-2022 inclusive, 19 personas han ejercido la dirección del Poder Ejecutivo, considerándolo desde la Junta de Gobierno, de las cuales dos han repetido su Magistratura, uno dos veces y otro una.

De esta manera si consideramos la continuidad de gobiernos o administraciones desde 1821 hemos tenido 94 Gobiernos o períodos gubernativos a cargo de un Jefe o Presidente del Poder Ejecutivo, y por ello 94 personas que han dirigido estos gobiernos.

Si consideramos que algunas de estas personas ejercieron el cargo varias veces, una o dos veces, hemos tenido 69 personas que han desempeñado el principal puesto del Poder Ejecutivo. De esta forma, el próximo Presidente de la República puede ser el número 95, por ser el Gobierno número 95 que se ha dado desde 1821, o puede ser el número 71 si consideramos el número de personas que se han desempeñado en el alto cargo de presidir o jefear el Poder Ejecutivo Nacional desde ese año.

Si solo consideramos el período de la Segunda República, a partir de 1949, desde esa época hemos tenido 17 gobiernos constitucionales, partiendo del Gobierno que se eligió en 1953, por lo que el próximo será el 18, y a cargo de ellos hemos tenido 15 personas, por los dos que han repetido la Presidencia, José Figueres y Oscar Arias, por lo que el próximo Presidente será el 16 de la Segunda República.

En cuanto a Presidentes de la República, desde que el Dr. José María Castro Madriz la Presidió como Presidente de Estado y como Presidente de la República, hemos tenido 65 Presidentes, por lo que el próximo será el 66.

Finalmente, solamente durante el período de las Juntas de Gobierno, 1821 –1824 estuvieron en el gobierno Presbíteros o sacerdotes ejerciendo la presidencia del mismo.

Lista de Autoridades Superiores de Costa Rica, que han ejercido la jefatura o Presidencia de los órganos del Poder Ejecutivo de Costa Rica, desde los primeros gobiernos 1821-1824, hasta la Jefatura de Estado y la Presidencia de la República

Timoneles de la Patria – en orden cronológico numerado

Lista de los Presidentes de las Juntas de gobierno (1821-1824), de los Jefes de Estado (1824 – 1848) y de los Presidentes de la República (1848 – 2018)

Presidieron las Juntas de Gobierno 1821 – 1824 las siguientes personas:

01 – Presbítero Nicolás Carrillo Aguirre, Presidente Junta de Legados de los Pueblos, 12 noviembre – 1 diciembre 1821
02 – Presbítero Pedro José Alvarado, Presidente de la Junta Interina, 1 diciembre 1821 – 5 enero 1822
03 –Rafael Barroeta Castilla, Presidente Junta Electoral, 5 –12 enero 1822
04 –Rafael Barroeta Castilla, Presidentes de la Junta, 13 enero –31 diciembre 1822
05 –Santiago Bonilla Laya, Presidentes de la Junta, 13 enero –31 diciembre 1822
06 –José María Peralta, Presidentes de la Junta, 13 enero –31 diciembre 1822
07 –José Rafael Gallegos, Presidentes de la Junta, 13 enero –31 diciembre 1822
08 –José santos Lombardo, Presidente de la Junta Superior Gubernativa, 1 enero –14 marzo 1823
09 –Rafael Francisco Osejo, Presidente de la Diputación Provincial o Triunvirato, 14 marzo –29 marzo 1823
10 –Joaquín de Oreamuno, Comandante General de las Armas, 29 marzo –5 abril 1823
11 – Gregorio José Ramírez, Comandante General de las Armas, 2 – 16 abril 1823
12 –José María Peralta, Presidente Congreso Constituyente, 16 abril – 6 mayo 1823
13 –Presbítero Manuel Alvarado H., Presidente Junta Superior Gubernativa, 16 mayo 1823 –8 setiembre 1824

Jefes de Estado, 1824 –1848

01 – Juan Mora Fernández 1824 – 1833
01 – Juan Mora Fernández 8 setiembre 1824 – 7 abril 1825 Jefe de Estado Interino
02 – Juan Mora Fernández 7 abril 1825 – 8 marzo 1829 Jefe de Estado Constitucional
03 – Juan Mora Fernández 8 marzo 1829 – 8 marzo 1833 Jefe de Estado Constitucional
04 – José Rafael de Gallegos Alvarado 8 marzo 1833 – 4 marzo 1835 Jefe de Estado Constitucional
05 – Juan José Lara Arias 4 – 17 marzo 1835 Jefe de Estado Provisorio
06 – Manuel Fernández 18 marzo – 5 mayo 1835 Vice Jefe de Estado Constitucional Encargado Poder Ejecutivo
07 – Braulio Carrillo Colina 5 mayo 1835 – 28 feb 1837 Jefe de Estado Constitucional
08 – Joaquín Mora Fernández 1 marzo – 17 abril 1837 Jefe de Estado Provisorio
09 – Manuel Aguilar Chacón 17 abril 1837 – 27 mayo 1838 Jefe de Estado Constitucional
10 – Braulio Carrillo Colina 27 mayo 1838 – 12 abril 1842 Jefe de Estado Provisorio
11 – Francisco Morazán Quesada 12 abril – 11 setiembre 1842 Jefe de Estado Provisorio
12 – Antonio Pinto Suárez 11 – 27 setiembre 1842 Jefe Supremo de las Armas
13 – José María Alfaro Zamora 27 setiembre 1842 – 28 noviembre 1844 Jefe de Estado Provisorio
14 – Francisco María Oreamuno Bonilla 29 noviembre 17 diciembre 1844 Jefe de Estado Constitucional renunció
15 – Rafael Moya Murillo 17 diciembre 1844 – 30 abril 1845 Senador encargado PE
16 – José Rafael de Gallegos Alvarado 1 mayo 1845 – 7 junio 1846 Senador encargado Poder Ejecutivo
17 – José María Alfaro Zamora 7 junio 1846 – 8 mayo 1847 Jefe de Estado Provisorio

Presidente de Estado

01 – José María Castro Madriz 8 mayo 1847 – 31 agosto 1848 Presidente de Estado

Presidentes de la República

01 – José María Castro Madriz 31 agosto 1848 – 16 noviembre 1849 Presidente de la Rep.
02 – Miguel Mora Porras 16 – 26 noviembre 1849 Representante Encargado del Poder Ejecutivo
03 – Juan Rafael Mora Porras 1849 – 1959
03 – Juan Rafael Mora Porras 26 noviembre 1849 – 30 diciembre 1849 Vice Presidente en Ejercicio
04 – Juan Rafael Mora Porras 30 noviembre 1849 – 8 mayo 1853 Presidente Constitucional Primer Período
05 – Juan Rafael Mora Porras 8 mayo 1853 8 mayo 1859 Presidente Constitucional Segundo Período
06 – Juan Rafael Mora Porras 9 mayo – 14 agosto 1859 Presidente Constitucional Tercer Período
07 – José María Montealegre Fernández 1859 – 1863 Provisorio
08 – José María Montealegre Fernández 14 agosto 1859 – 29 abril 1860 Presidente Provisorio
09 – José María Montealegre Fernández 29 abril 1860 8 mayo 1863 Presidente Constitucional
10 – Jesús Jiménez Zamora 8 mayo 1863 – 8 mayo 1866 Presidente Constitucional
11 – José María Castro Madriz 8 mayo 1866 – 1 noviembre 1868 Presidente Constitucional
12 – Jesús Jiménez Zamora 1868 – 1870 Presidente Provisorio
13 – Jesús Jiménez Zamora 1 noviembre 1868 – 15 abril 1869 Presidente Provisorio
14 – Jesús Jiménez Zamora 15 abril 1869 – 27 abril 1870 Presidente Constitucional
15 – Bruno Carranza Ramírez 27 abril – 9 agosto 1870 Presidente Provisorio
16 – Tomás Guardia Gutiérrez 1870 – 1876
16 – Tomás Guardia Gutiérrez 9 agosto 1870 – 8 mayo 1872 Presidente Provisorio
17 – Tomás Guardia Gutiérrez 8 mayo 1872 – 8 mayo 1876 Presidente Constitucional
18 – Aniceto Esquivel Sáenz 8 mayo – 30 julio 1876 Presidente Constitucional
39 – Vicente Herrera Zeledón 30 julio 1876 – 11 setiembre 1877 Presidente Provisorio
20 – Tomás Guardia Gutiérrez 11 setiembre 1877 – 6 julio 1882 Presidente Provisorio
21 – Saturnino Lizano Gutiérrez 6 – 20 julio 1882 Presidente Provisorio
22 – Próspero Fernández Oreamuno 1882 – 1885
22 – Próspero Fernández Oreamuno 20 julio – 10 agosto 1882 Presidente Provisorio
23 – Próspero Fernández Oreamuno 10 agosto 1882 – 12 marzo 1885 Presidente Constitucional
24 – Bernardo Soto Alfaro 1885 – 1889
24 – Bernardo Soto Alfaro 12 marzo 1885 – 8 mayo 1886 Presidente Constitucional
25 – Bernardo Soto Alfaro 8 mayo 1886 – 8 mayo 1890 Presidente Constitucional
26 – Carlos Durán Cartín 1889 – 1890
27 – José Joaquín Rodríguez Zeledón 8 mayo 1890 – 1 8 mayo 1894 Presidente Constitucional
28 – Rafael Yglesias Castro 1894 – 1902 Presidente Constitucional
28 – Rafael Yglesias Castro 8 mayo 1894 – 8 mayo 1898 Presidente Constitucional
29 – Rafael Yglesias Castro 8 mayo 1898 – 8 mayo 1902 Presidente Constitucional
30 – Ascensión Esquivel Ibarra 8 mayo 1902 – 8 mayo 1906 Presidente Constitucional
31 – Cleto González Víquez 8 mayo 1906 – 8 mayo 1910 Presidente Constitucional
32 – Ricardo Jiménez Oreamuno 8 mayo 1910 – 8 mayo 1914
33 – Alfredo González Flores 8 mayo 1914 – 27 enero 1917
34 – Federico A. Tinoco Granados 27 enero 1917 – 8 junio 1917 Presidente Provisorio
35 – Federico A. Tinoco Granados 8 junio 1917 – 20 agosto 1919 Presidente Constitucional
36 – Juan Bautista Quirós S. 20 agosto – 2 setiembre 1919 Presidente Constitucional
37 – Francisco Aguilar Barquero 2 setiembre 1919 – 8 mayo 1920 Presidente Provisorio
38 – Julio Acosta García 8 mayo 1920 – 8 mayo 1924 Presidente Constitucional
39 – Ricardo Jiménez Oreamuno 8 mayo 1924 – 8 mayo 1928 Presidente Constitucional
40 – Cleto González Víquez 8 mayo 1928 – 8 mayo 1932 Presidente Constitucional
41 – Ricardo Jiménez Oreamuno 8 mayo 1932 – 8 mayo 1932 Presidente Constitucional
42 – León Cortés Castro 8 mayo 1936 – 8 mayo 1940 Presidente Constitucional
43 – Rafael Ángel Calderón Guardia 8 mayo 1940 – 8 mayo 1944 Presidente Constitucional
44 – Teodoro Picado Michalski 8 mayo 1944 – 20 abril 1948 Presidente Constitucional
45 – Santos León Herrera 20 abril – 8 mayo 1948 Presidente Constitucional

Junta Fundadora de la Segunda República

46 – José Figueres Ferrer 8 mayo 1948 – 8 noviembre 1949 Presidente Junta Fundadora de la Segunda República

Presidentes de la Segunda República

01 – Otilio Ulate Blanco 8 noviembre 1949 – 8 noviembre 1953 Presidente Constitucional
02 – José Figueres Ferrer 8 noviembre 1953 – 8 mayo 1958 Presidente Constitucional
03 – Mario Echandi Jiménez 8 mayo 1958 – 8 mayo 1962 Presidente Constitucional
04 – Francisco José Orlich Bolmarcich 8 mayo 1962 – 8 mayo 1966 Presidente Constitucional
05 – José Joaquín Trejos Fernández 8 mayo 1966 – 8 mayo 1970 Presidente Constitucional
06 – José Figueres Ferrer 8 mayo 1970 – 8 mayo 1974 Presidente Constitucional
07 – Daniel Oduber Quirós 8 mayo 1974 – 8 mayo 1978 Presidente Constitucional
08 – Rodrigo Carazo Odio 8 mayo 1978 – 8 mayo 1982 Presidente Constitucional
09 – Luis Alberto Monge Álvarez 8 mayo 1982 – 8 mayo 1986 Presidente Constitucional
10 – Oscar Arias Sánchez 8 mayo 1986 – 8 mayo 1990 Presidente Constitucional
11 – Rafael Ángel Calderón Fournier 8 mayo 1990 – 8 mayo 1994 Presidente Constitucional
12 – José María Figueres Olsen 8 mayo 1994 – 8 mayo 1998 Presidente Constitucional
13 – Miguel Ángel Rodríguez Echeverría 8 mayo 1998 – 8 mayo 2002 Presidente Constitucional
14 – Abel Pacheco De la Espriella 8 mayo 2002 – 8 mayo 2006 Presidente Constitucional
15 – Oscar Arias Sánchez 8 mayo 2006 – 8 mayo 2010 Presidente Constitucional
16 – Laura Chinchilla Miranda 8 mayo 2010 – 8 mayo 2014 Presidente Constitucional
17 – Luis Guillermo Solís Rivera 8 mayo 2014 – 8 mayo 2018 Presidente Constitucional
18 – Carlos Alvarado Quesada 8 mayo 2018 – 8 mayo 2022 Presidente Constitucional

Si solo lo consideramos a partir de la constitución del Estado de Costa Rica, en 1824, hasta hoy, ha habido 82 gobiernos por lo que el próximo gobernante sería el número 83, considerando la continuidad de gobiernos.

A la juventud costarricense… Una conversación de Walter Antillón con Rodrigo Madrigal Montealegre

Walter Antillón

¿Podrías, Rodrigo, resumir en unos pocos trazos, la historia que le tocó vivir a nuestra generación?

Walter Antillón

R.M: Bueno, vos y yo nacimos al concluir el primer tercio del Siglo XX, de modo que hemos vivido gran parte de dicho Siglo y las primeras décadas del presente con la cabeza y el corazón puestos en las cosas de Costa Rica; pero también pensábamos en Centroamérica y en el Mundo. Gracias a una prolongada y reflexiva experiencia, modestamente creo que poseemos una mediana comprensión de lo que ha venido ocurriendo en esos escenarios.

Nuestra infancia -década de los treintas- registró las secuelas de la Crisis Mundial que estalla precisamente en 1929: difusas imágenes de la Presidencia de León Cortés, de la última breve campaña política de don Ricardo Jiménez; de la Guerra Civil Española, así como la sensación de vago temor y algunas vivencias de la escasez durante el período de la Segunda Guerra Mundial.

Rodrigo Madrigal Montealegre

Aquí pocos se daban cuenta de que la situación del País reflejaba equívocamente y en pequeño lo que se estaba fraguando en dimensiones planetarias.

Los gobiernos de Calderón y Picado, con la constitucionalización de las Garantías Sociales y el Código de Trabajo, coinciden con nuestra adolescencia colegial, erótica y festiva, sacudida por la Huelga de Brazos Caídos, la Revolución del 48; luego una fragante Constitución y los cambios que trajo el gobierno de la Junta Fundadora de la 2ª República. Y coincide asimismo con (y es una respuesta a) el estallido de la Guerra Fría y el triunfo de la Revolución Comunista en China.

Así es; y agregaría que con aquellos avances (no circunscritos a Costa Rica, sino de dimensiones regionales), la clase obrera disponía de una ‘cabeza de playa’: un punto firme para iniciar un avance paulatino hacia una factible ecualización social que, sin embargo, fue sistemáticamente rechazada por las oligarquías; lo cual ocurría en paralelo con la etapa universitaria de nosotros, ya en la segunda mitad del Siglo XX (grados y postgrados: combinación de ilusiones, estudio y dolce vita). Son, en efecto, los años del predominio socialdemócrata del flamante Partido Liberación Nacional: sus logros de entonces, por todos conocidos y sus reprobables decisiones: la proscripción del Partido Comunista, la represión ideológica y la violenta eliminación del sindicalismo de izquierda, que se cebó predominantemente en los trabajadores de la empresa privada; eliminación propiciada mediante la sucesiva, sistemática persecución sindical (prolongada hasta el presente Siglo) por parte de un sector mayoritario de los patrones. Todo lo cual coincide temporalmente (pero no temáticamente) con la descolonización de África y del Oriente, las Guerras nada frías de Corea y Vietnam; y el nacimiento de lo que después será la Unión Europea, en el plano internacional.

R.M: Y bueno: evocar los detalles de ese largo período sería la de nunca acabar. En suma, una centuria cruenta para los pueblos del Mundo. En lo personal, los decenios siguientes trajeron los afanes y las alegrías de nuestras vidas adultas (matrimonios, hijos); y pasaron como un soplo los días, los meses y los años. En el camino fueron desapareciendo sucesivamente abuelos, tíos, padres, hermanos, y muchos otros parientes y amigos, nuestros viejos profesores, tu hijo Federico. Y nosotros mismos, sin decirlo a nadie, nos fuimos haciendo a la idea de nuestra propia, inevitable muerte.

Entre tanto el mundo exterior seguía tan campante: en los noventas desaparecieron la Unión Soviética y los otros Estados europeos del Socialismo Real; y entonces un japonés angloparlante habló del fin de la Historia. Pero dichosamente la Historia no se enteró; y gracias a eso surgieron las nuevas potencias mundiales de la India abigarrada, la China Comunista, el Brasil y luego el BRICS, y luego, y luego … en fin, que la Historia aún tiene para rato.”

En fin, nosotros dos nos encontramos ahora al borde de los noventa años, como testigos privilegiados de la dramática transformación de aquel Mundo que nos vio nacer: transformación masiva y multiforme que algunas veces he llamado ‘gatopardesca’, porque ha servido para que, en lo importante, todo continuara igual: bajo la espectacularidad de los cambios tecnológicos que revolucionaron las telecomunicaciones y dispararon procesos multitudinarios, continuaban inexorables la desigualdad, la exclusión, el infortunio de miles de millones de seres humanos, al par de la degradación del ambiente, el cambio climático, la extinción de la vida animal y vegetal a gran escala, y un largo etcétera.

Así es, desgraciadamente; y todo ello a consecuencia del desatinado y codicioso frenesí y la criminal indiferencia del Capitalismo Transnacional, que ha hecho predominar en Occidente su visión y su política neoliberales; y ha suspendido su ominosa Espada de Damocles sobre el destino de los empobrecidos países del Sur.

Ahora bien, en lo que atañe a la Costa Rica de hoy ¿qué tendrías que decir?

R.M: Diría que estoy convencido de que nuestro País está hoy pagando las consecuencias de haber sido gobernado alegremente “a la derecha” durante los últimos cuarenta años: primero, bajo el Bipartidismo; ahora, bajo el Tripartidismo, que es prácticamente la misma cosa: lo nuevo que distinguía inicialmente al PAC de los partidos tradicionales (el discurso moralista y promisorio de Otón Solís) no se materializó en ninguna de las dos administraciones de dicho Agrupación, que terminaron cayendo en las prácticas neoliberales y las rutinas del Bipartido del Pacto Figueres-Calderón.”

Yo, de mi parte, señalaría además que la persecución sindical desatada a partir del 48, y la consiguiente indefensión y subalternidad de los trabajadores costarricenses, sobre todo del sector privado, prolongadas por varias décadas y respaldadas por una campaña sistemática en los medios de comunicación, alcanzaron las dimensiones de un fenómeno masivo, creando una atmósfera generalizada y silenciosa de temor e inseguridad en aquel importante segmento de la población; lo cual determinó la aparición de la cultura de mimetismo político y conformismo laboral predominante en dicho segmento, en la que, por ejemplo, la palabra ‘sindicalista’ equivalía a ‘comunista’; y comunista se había convertido en una condición infamante que acarreaba menosprecio, desempleo y ruina (jueces costarricenses de entonces estimaron que ‘comunista’ era una injuria igual o peor que ladrón o criminal). Esta perversa y prolongada maquinación, que cercenó y satanizó por largo tiempo una opción que era legítima en cualquier país civilizado, terminó por sumir a la clase trabajadora costarricense en un estado de miedo crónico a ser visualizado como sindicalista, socialista, comunista, y produjo en ella una reacción defensiva de negación de sí misma, de mimetismo (invisibilización) cuyo resultado fue todo un extenso sector social ideológicamente ‘neutralizado’, desunido y paralítico: ‘domesticado’, como cínicamente (pero certeramente) lo calificó don Pepe Figueres.

¿Cómo podrán nuestra clase gobernante y el País entero reparar el inmenso daño económico, social, moral y político infligido a tantas generaciones de trabajadores costarricenses a partir del 48, por haberlos privado ilícitamente de su derecho a formar sindicatos, y a los legítimos y esenciales servicios de dichos sindicatos que el Código de Trabajo, la Constitución y las Convenciones Internacionales habían creado en su beneficio? ¡Les pintaron como crímenes los que eran sus legítimos derechos!

Estoy convencido de que el vacío político producido por la ausencia de una populosa clase trabajadora organizada y beligerante, que hubiera sido un fuerte interlocutor en la palestra política, poniendo en la balanza del poder el peso de sus legítimos intereses para sacar lo mejor de cada partido y de cada gobierno; repito: la ausencia de esa clase trabajadora unida y consciente que Costa Rica bien se merecía por sus tradiciones de civismo, hizo posible el deslizamiento y la degradación de un socialcristianismo y una socialdemocracia ideológicamente anémicas y sin contrapesos, hacia aquel neoliberalismo oportunista y chapucero que ha sido la tónica de quienes nos han venido gobernando:

a) con las consecuencias político-jurídicas disolventes que hoy se reflejan por doquier: se reflejan en el control politiquero consumado sobre las cúpulas judiciales y otros órganos de garantía; se reflejan en los contubernios entre los Poderes para asegurarse la impunidad de los excesos y de los compadrazgos en las altas esferas de la política y la economía que nos condujeron al Cementazo; en el desmantelamiento del MOPT y la concesión de las obras a un oligopolio que nos condujo a Cochinilla y al Diamante; en el abandono de toda política asistencial constructiva, junto a la carta blanca de los empresarios en la aplicación de la infame “flexibilización de las relaciones laborales”; en el ataque a los últimos bastiones institucionales del servicio público (la CCSS, el ICE). Todo lo cual se tradujo en la violación reiterada y flagrante de los derechos humanos económicos, sociales y culturales consagrados en beneficio de nuestro Pueblo por la Constitución y las Convenciones Internacionales.

R.M: Como lo he dicho tantas veces, partiendo de la premisa falsa y absurda de los anarco-capitalistas de que el Estado es nefasto, han condenado a muerte al ICE, esa institución benemérita y venerada que ha impulsado con patriotismo la industrialización, la democratización y la modernización del Pais; han condenado a muerte a la Caja, que por más de medio siglo ha protegido la vida, la salud y la seguridad social de los costarricenses; han condenado a muerte a las Universidades Públicas, sembradoras del saber y de la conciencia crítica en millares de jóvenes, sin distingo de clase social ni condición económica.)

b) con las nefastas secuelas económico-financieras que se transparentaron en el sempiterno e inducido desequlibrio fiscal, en el creciente desempleo, en la profunda y acusadora brecha entre ricos y pobres que se ha ensanchado bajo los pliegues del modelo del derrame.

R.M: Cierto: mientras la pobreza de un millón de seres humanos permanece inalterada, los más afortunados duplicaron el monto de sus riquezas;

Es una realidad chocante: avergüenza que cien mil compatriotas sobrevivan con un dólar al día y que los enemigos del modelo de solidaridad social y del Estado Benefactor hayan procedido a su demolición sistemática desde hace años, agravando una peligrosa polarización.

En cuanto a la pandemia del Corona Virus, la misma resultó ser, en manos del Gobierno y las clases dirigentes, una providencial excusa para hacernos apurar aquella pócima deletérea de la privatización, buscando con ello destruir lo que nos queda del incompleto y perfectible Estado de Bienestar que en su día osaron levantar Figueres, Oduber y Carazo sobre la base plantada por el Presidente Calderón Guardia, la Iglesia de Monseñor Sanabria y los comunistas de don Manuel Mora; fecundo legado que, a la vista de todos, vienen intentando destruir otro Calderón, otro Figueres, Oscar Arias Sánchez y su nefasta secuela, hasta llegar al presente, sin solución de continuidad.

Pero la pandemia del Corona Virus es un mal que, como dice el refrán, trajo al Planeta un bien: la claridad de algunas verdades palmarias, a la vista de quien quiera comprobarlas:

a) La palmaria verdad de un Mundo insolidario y autodestructivo regido por el afán insaciable de lucro de un grupo de poderosas transnacionales que han subordinado a los Estados-Nación al logro de sus designios, dando al traste con la Naturaleza y los más altos valores de la Cultura;

b) la evidencia pública de la necesidad de reducir la enorme brecha económica existente entre ricos y pobres con medidas como sistemas tributarios fuertemente progresivos, vigorosas políticas de inversión y otras, para garantizar juntamente la reactivación y un acceso equitativo y seguro de todas las personas a los servicios de salud y, en general, a los servicios públicos esenciales;

c) una verdad inocultable acerca de la misantropía y la ceguera de los gobiernos neoliberales, grandes y pequeños, que venían desmantelando minuciosamente las estructuras de la salud pública, reduciendo la plantilla de los médicos y enfermeros, cerrando hospitales y clínicas, y han tascado amargamente su impotencia frente a la magnitud de una peste que ha puesto en evidencia la mezquindad de sus miras;

d) una verdad transparente acerca de la desembozada codicia de las transnacionales farmacéuticas, que frente a la tragedia y las penurias de la Humanidad causadas por la Pandemia, hacen prevalecer su avidez de ganancias a través de los precios de las vacunas y las maniobras oligopólicas;

e) una verdad inocultable acerca de la carencia vergonzosa de un robusto mecanismo coordinador de la Salud Mundial que centralizara todos los recursos científicos, financieros y logísticos para brindar rápida, gratuita y equilibradamente al Planeta, lo que los países aislados, pequeños y grandes, han terminado haciendo tarde y mal, de manera inequitativa y con altísimos costos.

R.M: Me alegra comprobar que el impacto de algunas de esas verdades ha sacudido al Mundo, movilizando importantes grupos de opinión, e inspirando iniciativas promisorias. Coincido en que, con sus duros y crueles estragos, el azote de la Pandemia nos está llamando a recobrar la sensatez ¿Escucharán el mensaje los detentadores del poder? ¿Conseguirán las personas de buena voluntad, que en el Mundo suman miles de millones, doblegar la obcecación y la insensibilidad de tantas transnacionales y de los poderosos Estados que continúan precipitando el cambio climático y el acoso a la Naturaleza? En medio de tantos males ¿cabe abrigar algunas buenas expectativas a corto y mediano plazo?

Yo creo que sí: por encima del pandemonium y la anarquía de las redes sociales, van emergiendo aquellas verdades que el látigo de la Pandemia y del Cambio Climático han contribuido a revelar; y terminarán por imponerse aún a los más ciegos, porque los problemas que acarrean la desigualdad, el hambre, la exclusión y toda otra negación de la vida son reales, aprietan sin tregua y claman por ser resueltos.

Aquí concluye ésta que es, quizás, la última de tantas conversaciones que mantuvimos desde siempre. Declaramos estas cosas sine spe, sine metu: sin la expectativa de un beneficio, sin miedo a una represalia, sólo movidos por el amor y el respeto debidos a nuestro Pueblo, a la juventud costarricense cuyo futuro peligra, y en particular a los estudiantes de la gloriosa Universidad de Costa Rica, nuestra Alma Mater, firme bastión de la esperanza en que otro Mundo es posible.

San José, en diciembre de 2021.

Rodrigo Madrigal Montealegre, Céd. 1.234.164*

Walter Antillon Montealegre, Céd. 1.221.295*

* Profesores eméritos, Co-fundadores de la Escuela de Ciencias Políticas, Universidad de Costa Rica

Grandioso este día el 1 de diciembre que recuerda la Abolición del Ejército, que nos permite cantarle a la vida y al buen y respetuoso trato de los niños y adolescentes

(Intervención de Vladimir de la Cruz, Historiador, en el acto inaugural de la Exposición “Lo que dijeron los medios de prensa relacionados con la Abolición de la Pena de Muerte, la Abolición del Ejército y del castigo físico infantil”, en la Asamblea Legislativa, en el Salón de Jefes de Estado y Presidentes de la República, el miércoles 1 de diciembre del 2021”

Ciudadana
Presidenta de la Asamblea Legislativa
Silvia Hernández
Ciudadana
Directora Biblioteca Nacional
Laura Rodríguez
Ciudadano compositor
Carlos Guzmán
Ciudadanos Diputados
Ciudadanos Directores y funcionarios del Poder Legislativo
Ciudadanos y ciudadanas presentes en este acto.

Nos reúne este día la celebración de tres acontecimientos que enaltecen a la Nación costarricense, a la Democracia Nacional y a los Poderes Públicos, y altas Autoridades del Estado y del Gobierno que de distinta manera participaron y contribuyeron en su gestación. Son la celebración de la Abolición de la Pena de Muerte, la Abolición del Ejército y la eliminación de castigos físicos y humillantes de los niños y niñas de Costa Rica.

La adición al Capítulo II del Código de la Niñez y la Adolescencia, con el Artículo 24 bis, que establece claramente la prohibición de castigos físicos, corporales, y trato humillante o degradante, a los niños que se ha aprobado por este Congreso, enriquece las políticas que sobre niñez y adolescencia se han ido dando en Costa Rica desde hace muchos años, y que fortalece las decisiones nacionales que se han hecho al firmar gran cantidad de Tratados y normas internacionales similares, que han hecho que Costa Rica se distinga en el ámbito internacional por los Derechos Sociales, las Libertades individuales y por los Derechos Humanos, que como un gran paraguas hoy cubren prácticamente todas las esferas de la vida de los habitantes y ciudadanos de Costa Rica, de su niñez y adolescentes, que obligadamente se les debe tratar como las personas humanas que son, señalando también esa corresponsabilidad de crianza y educación, con estos parámetros, a las madres, a los padres, a los responsables de la guarda y crianza, así como de los encargados y el personal de los centros educativos, de salud, de cuido, penales juveniles o de cualquier otra índole, para evitar que sobre niños y adolescentes se puedan realizar castigos físicos corporales o de trato humillante, y que por sobre todas las cosas se garantice su integridad física, su dignidad de personas humanas y la felicidad con que deben criarse, para asegurar con ello también la mejor convivencia social y procurar la sociedad más feliz posible.

La exaltación de la abolición de la pena de muerte es otro hecho que distingue a Costa Rica, desde mediados del siglo XIX, cuando los Presidentes y Beneméritos de la Patria, el Dr. José María Castro Madriz y el General Tomás Guardia Gutiérrez, inaplicaron la Pena de Muerte, y el General Guardia tomó la decisión de eliminarla, de abolirla y declarar el derecho a la vida como un bien inviolable. Del continente americano solo Venezuela se nos anticipó, cuando la abolió en 1863. Nosotros en el Gobierno de Tomás Guardia lo hicimos en 1882, lo que se publicó en La Gaceta el 27 de abril de 1882, como Artículo 15 de la Constitución, que se reformó en este sentido.

La pena de muerte constituye la expresión más brutal de todos los castigos, el más extremo, el más cruel. Con ello también hemos firmados Tratados internacionales que aseguran que la pena de muerte no podrá restablecerse jamás y mucho menos podrá aplicarse en delitos considerados políticos, lo que fortalece el ambiente de una sociedad tolerante en este campo.

En 1981 en Costa Rica se realizó, para celebrar el Centenario de la abolición de la Pena de Muerte, el Primer Congreso Mundial de Derechos Humanos, que culminó con la Carta de Alajuela, en la que se estableció que “la pena de muerte es una práctica jurídica, o no, que atenta contra el Derecho Humano superior de la vida. Por ende debe suprimirse”.

Esta decisión, de la Abolición de la Pena de Muerte, tomada en 1882 ha sido también uno de los ejes de política exterior del país, junto con la defensa de los regímenes democráticos y de los derechos humanos, entre otros valores, que distinguen al país en el ámbito internacional.

La razón fundamental que llevó al Presidente Guardia a abolir la Pena de Muerte, fue el dolor que le causaba el recuerdo del Asesinato de Estado que se realizó contra el Presidente Juan Rafael Mora Porras y, especialmente, contra el General José María Cañas Escamilla, ambos héroes, de la Guerra Nacional contra los filibusteros norteamericanos que querían esclavizar a los pueblos centroamericanos y acabar con la Soberanía, la Independencia y la Libertad de nuestras naciones.

El fusilamiento del General Cañas afectó más al Presidente, porque en esa gloriosa y heroica guerra, el General Guardia había combatido bajo las órdenes del General Cañas, a quien admiraba, y le sentía un profundo respeto, admiración y a quien le tenía un gran afecto. En ese sentimiento le acompañó su señora esposa, la distinguida Dama Emilia Solórzano Alfaro, a quien también se le reconoce la decisión de la abolición de la pena de muerte.

Al momento de recordar esta memorable decisión de la abolición de la pena de muerte, recuerdo a los señores Diputados que está pendiente realizar el Funeral de Estado al Presidente Benemérito de la Patria Juan Rafael Mora Porras, y al General José María Cañas Escamilla.

Hace bien la Asamblea Legislativa, señores Diputados, de celebrar hoy, 40 años después del Primer Congreso de Derechos Humanos, realizado en nuestro país, estas fechas, que culminan en este acto con la celebración y exaltación de la abolición del ejército como institución permanente.

Celebramos el 1 de diciembre como la fecha en que, en 1948, se abolió el Ejército de Costa Rica. Alrededor de esta fecha se discutió en el 2019, en la Asamblea Legislativa, la decisión de aprobarla como día feriado de pago obligatorio nacional, lo que se hizo, siendo este año 2021 cuando se puso en vigencia.

Las fechas patrias y efemérides nacionales, en preciso, como las fechas de la Independencia el 15 de setiembre, la de la Anexión de Nicoya, el 25 de julio, la de la Virgen de los Ángeles, el 2 de agosto, la del Día de la Madre, el 15 de agosto, la del día del Niño, el 9 de setiembre, la del encuentro de culturas, el 12 de octubre, las de la Campaña Nacional contra los filibusteros, especialmente la del 20 de marzo, la Batalla de Santa Rosa, el 10 de abril, la Batalla de Sardinal, el 11 de abril, la Batalla de Rivas y la del 22 de diciembre, la Batalla de la Trinidad, que son las que más se celebran, tienen bien asentado su día de conmemoración y recuerdo, pero de ellas destacan en celebración la de Santa Rosa y la de Rivas.

La fecha del 29 de octubre, asociada a la Independencia de Costa Rica, no se celebra oficialmente, aunque este año, 2021, inevitablemente tuvo que hacerse, y el propio Presidente Carlos Alvarado en Cartago tuvo que reconocer que allí, en esta fecha, hace 200 años, se había proclamado la Independencia de Costa Rica.

Hoy se celebra el día de la Abolición del Ejército con este rango de distinción, haciéndolo feriado y de pago obligatorio, con un día movible a otro día de la semana lo que debilita su efeméride.

Otras fechas alusivas a eventos y sucesos nacionales pueden igualmente celebrarse, con mayor pomposidad que como se recuerdan. Algunas fechas pueden ser discutibles desde el punto de vista de historiadores, y especialistas, y hasta se podrían tener varios eventos para significar, destacar y celebrar esas fechas, como es el caso de la fecha de Independencia que se tienen el 15 de setiembre y el 29 de octubre, y como alrededor de la Abolición del Ejército se podrían tener diferentes momentos de celebración de la abolición del Ejército, destacando la fecha del 1 de diciembre de 1948.

En materia militar estuvieron vigentes, hasta el Código Militar de Tomás Guardia Gutiérrez, de 1871, las ordenanzas generales del Ejército expedidas por el Rey Carlos III, en el siglo XVIII, que quedaron abolidas con la promulgación de este Código Militar.

Con ello, el Ejército era parte de la institucionalidad oficial del Estado y del Gobierno, que se regulaba desde el Código Militar de 1871 con sus respectivas reformas.

En el Artículo 22 de la Constitución Política de 1871, vigente hasta 8 de mayo de 1948 se establecía que el Ejército, era una fuerza militar que estaba subordinada al Poder Civil, que es esencialmente pasiva y jamás debe deliberar, y en el Artículo 109 de los deberes y atribuciones del Poder Ejecutivo, en sus incisos 15, 16 y 17 se establecía que era competencia del Presidente: “Librar los títulos respectivos a los individuos a quienes el Congreso hubiere investido de alguno de los grados militares que le corresponde conferir. Conferir grados militares hasta el de Teniente Coronel inclusive, y proveer cualesquiera empleos, cuya provisión no reserve la ley a otra autoridad, y conceder retiro a los Jefes y Oficiales del ejército y admitir o no las dimisiones que los mismos hagan de sus destinos.”

Así al suspenderse la Constitución de 1871, el 8 de mayo de 1948, se suspendió el Ejército, se le quitó el sustento constitucional de su existencia. Bien podría tenerse, por este motivo, la fecha del 8 de mayo de 1948 como una fecha de abolición del Ejército, sin embargo, la Junta de Gobierno mantuvo el Ejército e hizo varios Decretos Leyes relacionados con este cuerpo militar.

Institucionalmente en la década de 1940-1948 el Ejército, como estructura organizativa del Estado, era muy débil, y para la guerra civil de 1948 era una institución casi inexistente.

En junio de 1947 los diputados Fernando Volio Sancho y Fernando Lara Bustamante propusieron eliminar el Ejército suprimiendo partidas para la compra de armas y mantenimiento de los cuarteles.

La Guerra Civil de 1948 puso en tensión militar el país, tanto por las fuerzas militares organizadas y dirigidas por José Figueres, su Ejército de Liberación Nacional, y la Legión Caribe, que le acompañaba, como por el Ejército Nacional, la institución militar que tenía que enfrentar la insurrección militar figuerista, a la que prácticamente no le ofreció ninguna resistencia importante, ni ninguna batalla o enfrentamiento militar importante le ganó.

Acabada la Guerra Civil, luego de las Conversaciones de Ochomogo, ratificadas en el Acuerdo o Pacto de la Embajada de México, y obligado Otilio Ulate a firmar el Pacto con Figueres, postergando su asunción al Poder Ejecutivo, asumió por la fuerza la dirección del Estado y del Gobierno, José Figueres, prácticamente, con un Golpe de Estado contra Otilio Ulate, desde el 8 de mayo de 1948 hasta el 7 de noviembre de 1949, período en el que se constituyó el Gobierno de Facto de la Junta Fundadora de la Segunda República.

Es durante el ejercicio de este Gobierno de Facto donde se toma la decisión con firmeza de abolir el Ejército Nacional.

El primer acto fue con la suspensión o abolición de la Constitución Política de 1871, que era la vigente, lo que se realiza el 8 de mayo de 1948. Al suspender la Constitución Política se suspendió con ella al Ejército Nacional del Estado que era reconocido oficialmente como una institución de Derecho.

La fuerza militar que acompañó a Figueres en el ejercicio de su Gobierno de Facto fue la propia, con la que había ganado la guerra, que sustituyó, en ese sentido, al Ejército Nacional, en todas sus funciones. Sin embargo, por Decreto No. 1 de la Junta fundadora de la Segunda República, del Ministerio de Seguridad Pública, de 8 de mayo de 1948, José Figueres “asume el Mando en Jefe del Ejército y de las fuerzas armadas de la República, en calidad de Comandante en Jefe”.

A partir de allí el Ejército Nacional fue desintegrándose en la institucionalidad nacional. En distintos actos y acuerdos de la Junta de Gobierno se le dio apoyo a su Ejército de Liberación Nacional. En la Reunión No. 5 del 25 de mayo de 1948 se señaló la existencia del Ejército como necesaria “en la actualidad”, “como medida de emergencia”, y se estableció el Departamento de Defensa del Ejército, dependiente del Ministerio de Seguridad.

La Junta Fundadora convocó a elecciones, a afínales de 1948, para integrar la Asamblea Nacional Constituyente la cual se instaló, en enero de 1949, para realizar su trabajo, durante el año de 1949.

El 13 de diciembre de 1948, por el Decreto Ley No. 302, la Junta Fundadora de la Segunda República, “creó la Tesorería del Ejército para atender aquellos gastos de la presente emergencia de guerra, cuyo pago debe de hacerse de inmediato…”

En el Proyecto de Constitución Política, presentado por la Junta, a la Asamblea Nacional Constituyente, el 3 de febrero de 1949, en su Artículo 10, se establecía declarar oficialmente disuelto el Ejército Nacional, que aunque no se acogió este Proyecto de Constitución, la idea de la abolición prendió en el alma de los constituyentes, lo que empezó a discutirse en el seno de la Asamblea Nacional Constituyente. Ese 3 de febrero de 1948 se hizo oficialmente el primer anuncio de querer abolir el Ejército. Esta es una fecha que puede tenerse también para celebrar su abolición.

El 4 de julio de 1949 los diputados del Partido Unión Nacional, Ricardo Esquivel Fernández, Juan Trejos Quirós y Enrique Montiel Gutiérrez, proponen suprimir el Ejército (Actas 101, de 4 de julio, la 169 de 18 de octubre, y la 178 del 31 de octubre, de la Asamblea Nacional Constituyente). Estas son otras fechas que contribuyen para celebrar su abolición.

Así, el 18 de octubre de 1949 la Asamblea Nacional Constituyente revisa lo aprobado en las discusiones hasta ese momento, con relación a la eliminación del Ejército, y el 31 de octubre de 1949 fue cuando se aprobó oficialmente, o ratificó, la Abolición del Ejército, en la Asamblea Nacional Constituyente, lo que podría ser la fecha más precisa por cuanto ya quedaba aprobada la abolición. Seguía la aprobación definitiva de la Constitución como un todo, lo que se hizo el 7 de noviembre de 1949.

El 11 de octubre de 1949 la Junta Fundadora de la Segunda República, por Decreto No. 749, acuerda “imprimirle a la estructura política del Estado una fisonomía netamente civil, confiándose la defensa del orden y la seguridad interna a las fuerzas regulares de la Policía Nacional, llamada a partir de ese momento, Guardia Civil”, y traspasó el Cuartel Bella Vista a la Universidad de Costa Rica, con el objetivo de desarrollar el Museo Nacional.

En el seno de la Junta de Gobierno el Plan de la supresión, o abolición del Ejército, había sido presentado por el Ministro de Seguridad, Coronel Edgar Cardona Quirós, por lo que, como reconocimiento, se le otorgó el título de Coronel Efectivo de las Fuerzas Armadas de Costa Rica.

El 25 de noviembre de 1948 la Junta de Gobierno había acordado aceptar el Plan de Supresión del Ejército.

El 27 de noviembre se anunció la desmovilización de la Legión Caribe, y se les agradeció lo que habían hecho por Costa Rica, especialmente al General Miguel Ángel Ramírez Alcántara, considerado, por los miembros de la Junta de Gobierno, Héroe de la Revolución.

Cuatro días después, el 1 de diciembre de 1948, la Junta realizó el acto simbólico en el Cuartel Bellavista. En presencia del Cuerpo Diplomático, se hizo el anuncio de que Costa Rica convertiría los cuarteles en centros de cultura, y se afirmó que la época de los cuarteles había quedado para la historia de la Primera República y que empezaba la era del Estado constructor de escuelas, colegios, universidades y museos.

El acto público del 1 de diciembre de 1948, fue para publicitar, de esa manera, la declaración de disolución del Ejército Nacional, que se había hecho el 31 de octubre en la Asamblea Nacional Constituyente.

Así, el acto del 1 de diciembre tan solo fue el acto teatral del anuncio, no el acto oficial en el cual se había abolido. Este día hablaron José Figueres Ferrer, como Presidente de la Junta de Gobierno, Edgar Cardona, Ministro de Seguridad Pública y Uladislao Gámez Solano, Ministro de Educación Pública.

Para esta ocasión, 1 de diciembre de 1948, se reunieron las autoridades del Gobierno en el Cuartel Bella Vista donde José Figueres dio unos mazazos, en una de sus almenas, para simbolizar la abolición del Ejército. Allí hubo un desfile de militares y de escolares.

El entonces Magistrado de la Sala Constitucional, Rodolfo Piza Escalante señaló que ese 1 de diciembre José Figueres no abolió el ejército y tan solo pronunció un discurso, como efectivamente lo hizo.

Este acto teatral es el que se conoce como la Ceremonia del Mazazo, porque José Figueres golpea una muralla, en una de sus almenas, con un mazo, para indicar que, de igual manera, era golpeada y destruida la estructura militar.

Como parte de la ceremonia, el Ministro de Seguridad entregó al de Educación, una llave simbólica señalando que era el acuerdo firme de la Junta de Gobierno disolver el Ejército. Así simbólicamente este día, 1 de diciembre, se inmortalizó como la fecha de la Abolición del Ejército.

El Ministro de Educación expresó: «La luz que irradiaron las espadas del 12 de marzo, aludiendo al acto insurreccional que dio origen a la Guerra Civil ese mes, hoy se transforman en antorcha de libertad y del decoro que entonces proclamaron.»

La Abolición del Ejército quedó consagrada en el Artículo 12 de la actual Constitución Política, aprobada el 7 de noviembre de 1949.

Con ella, los diputados constituyentes de 1949 definieron claramente, en los artículos 12 y 140 de la Constitución Política, el carácter civilista del Estado costarricense y la finalidad de integrar a la fuerza pública dentro del modelo de Estado.

En el gobierno de Oscar Arias Sánchez, 1986-1990 por el Decreto No. 17357-P-SP-EP-C-RE, del 26 de noviembre de 1986, se dispuso Declarar el 1 de diciembre de cada año como “Día de la Abolición del Ejército”, invitando a todos los costarricenses y extranjeros radicados en el país, como a las instituciones públicas y privadas, a reflexionar sobre este hecho fundamental de la Historia Patria y a celebrarlo con la dignidad y el decoro que merece esta fecha. El día de celebración así está establecido. Lo que se hizo finalmente por el Congreso de la República y sus diputados fue hacerlo feriado obligatorio y de pago obligatorio.

En concordancia con la Abolición del Ejército, en el Gobierno de Luis Alberto Monge Álvarez, el 17 de noviembre de 1983, anunció la Declaratoria de la Neutralidad Perpetua Activa y No Armada, del Estado costarricense, ante cualquier conflicto bélico, como prolongación del proceso de desarme unilateral y voluntario iniciado en 1949. En el siguiente período gubernativo, el Presidente Oscar Arias Sánchez, por Decreto No. 17645-P-SP-G, dispuso, el 24 de julio de 1987, suprimir los rangos militares que hasta ese momento ostentaban y tenían vigentes los miembros activos de la Guardia de Asistencia Rural, de la Dirección de Inteligencia y Seguridad nacional, la DIS, y de todos los cuerpos de policía, en todas sus estructuras y programas, estableciendo la nomenclaturas de Inspector de Policía 1, 2, 3, de Oficial de Policía 1 y 2 y de Comisionado de Policía 1, 2 y 3. Los rangos militares fueron restablecidos nuevamente en el Gobierno de Rafael Ángel Calderón Fournier, 1990-1994 y eliminados de nuevo por el Presidente Miguel Ángel Rodríguez Echeverría, 1998-2002. Durante el Gobierno del Dr. Abel Pacheco, con motivo de la adhesión que él hizo a la guerra de Irak desarrollada por Estados Unidos, firmando internacionalmente dicha acción militar, la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, le llamó la atención señalando que en razón de la abolición constitucional del Ejército, nosotros como país, no podemos formar parte de ninguna fuerza colectiva de tipo militar ni de participar en acciones militares de esa naturaleza, obligándolo a retirar la firma de apoyo a esa guerra.

Así, hoy celebramos con júbilo nacional esta gloriosa fecha que hace que ninguna familia sufra de la circunscripción obligatoria del servicio militar de ninguna de sus hijos o miembros, ni sufre por movilizaciones militares del Estado o del Gobierno que produzcan la muerte de costarricenses. Y, celebramos también que no haya gastos militares en el mantenimiento de una fuerza militar totalmente parasitaria, y que esos fondos puedan destinarse a otras necesidades estatales y de la Administración Pública al servicio de la ciudadanía y los habitantes del país.

Grandioso este día el 1 de diciembre que nos recuerda la Abolición del Ejército como institución permanente, que nos ha permitido cantarle a la vida y al buen y respetuoso trato de los niños y adolescentes.

Homenaje en el 90 aniversario del PCCR – Camaradas militantes del Partido Comunista de Costa Rica

CAMARADAS MILITANTES DEL PARTIDO COMUNISTA DE COSTA RICA

Rodolfo Ulloa Bonilla, 16 de junio de 2021 *

¡MI PARTIDO! Está compuesto de miles de hombres, mujeres y niños. Jóvenes, viejos, adolescentes, chiquillos”, Carmen Lyra.
“Tienen la fuerza de las semillas”, Adolfo Herrera García.
“Siempre nos hemos esforzado por trabajar colectivamente”, Manuel Mora Valverde.

INTRODUCCIÓN

El compañero Álvaro Rojas Valverde inició en el año 2014 una página en Facebook denominada “Camaradas CR”. El propósito fue recordar militantes del Partido Comunista de Costa Rica, acompañando la información con una fotografía. Esta recopilación tiene igual propósito de mantener viva la memoria y de reconocer con sus nombres y una muy breve reseña a costarricenses que militaron en las filas comunistas. Se inició con el objetivo de recoger el nombre de 90 militantes comunistas, como homenaje al Partido Comunista de Costa Rica que nació el 16 de junio de 1931. Se encontrarán muchos más, cientos, hombres y mujeres, militantes de corazón a la izquierda y templados en acero la inmensa mayoría. Algunos, pocos, abandonaron la militancia, pero se deja constancia de que en algún momento contribuyeron a la causa.

En esta lista faltan nombres, de eso estamos seguros y por eso confiamos en que una labor de memoria colectiva podrá irla completando poco a poco, en este sentido este es un inicio, la publicación seguirá creciendo (cualquier observación o adición se puede hacer escribiendo al correo wrulloa@gmail.com). Pedimos de antemano disculpas por cualquier omisión, que sería involuntaria.

El Partido de Comunista de Costa Rica (PCCR) a partir de 1943 se denominó Partido Vanguardia Popular (PVP), ocurrió una división en 1983 que hizo que surgiera el Partido del Pueblo Costarricense (PPC). En su momento el PPC se integró como colectivo en el Partido Fuerza Democrática (PFD). Y, después, comunistas encabezados por José Merino, fundaron el Partido Frente Amplio (PFA), esta agrupación reivindica en sus principios doctrinarios la tradición de las izquierdas costarricenses y en particular del Partido Comunista de Costa Rica.

Se encontrará además que los y las comunistas han participado electoralmente en la historia del país con otras denominaciones, como Bloque de Obreros y Campesinos (BOC), Bloque de la Victoria, Partido Acción Socialista (PASO), Coalición Pueblo Unido, Coalición Alianza Popular, Fuerza Democrática y Frente Amplio.

CAMARADAS MILITANTES DEL PARTIDO COMUNISTA DE COSTA RICA:

  1. ABNEGADO GARRO DÍAZ. Militante de Vanguardia Popular en el cantón de Montes de Oca. Candidato a regidor en las elecciones de 1948.
  2. ABRAHAM MARENCO. Obrero bananero. Combatiente en las guerrillas de Augusto César Sandino en Nicaragua. Militante de Vanguardia Popular. Combatiente en la guerra civil de 1948, herido en la batalla de El Tejar.
  3. ADALI BARRANTES. Militante de Vanguardia Popular y fundador del partido en Sarapiquí. Combatiente en la guerra civil de 1948. Colaborador en la lucha contra la dictadura de Anastasio Somoza.
  4. ADAN GUEVARA CENTENO. Músico. Folklorista. Maestro normalista. Militante y dirigente de Vanguardia Popular en Guanacaste. Candidato a diputado del Partido Acción Socialista (PASO) por Guanacaste para las elecciones de 1970.
  5. ADELA FERRETO SEGURA. Escritora. Maestra normalista. Militante de Vanguardia Popular en Heredia. Premio Aquileo J. Echeverría de Novela.
  6. ADILIA CABEZAS SOTO. Militante de Vanguardia Popular en Alajuela. Distribuidora del Semanario Libertad y destacado trabajo en finanzas del partido.
  7. ADDY SALAS GUEVARA. Escritora. Militante de Vanguardia Popular y del Partido del Pueblo Costarricense, integrante de su Comité Central. Compañera de vida de Manuel Mora Valverde. Escribió “Con Manuel: devolver al pueblo su fuerza”.
  8. ALICIA ALBERTAZZI. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense, agrupación donde participó en el Comité Central. Fundadora y dirigente de la Alianza de Mujeres Costarricenses (AMC). Integrante de la Junta Progresista de Barrio Luján.
  9. ADOLFO BRAÑA ROSA. Mecánico. Militante del Partido Comunista de Costa Rica y del Partido Vanguardia Popular. Regidor del Partido Comunista en la Municipalidad de San José, 1932. Expulsado de Costa Rica en 1933. Internacionalista. Participó en la Guerra Civil Española, detenido en Francia fue deportado y permaneció cinco años en los campos de concentración nazis en Alemania. Volvió a Costa Rica en 1946.
  10. ADOLFO CAMPOS UGALDE. Obrero bananero. Militante de Vanguardia Popular en la Zona Atlántica y en Sierpe de Osa.
  11. ADOLFO GARCÍA BARBERENA, COMANDANTE DOMINGO, GARCILLÓN. Mártir. Zapatero, radio-técnico, pintor y boxeador. Militante de Vanguardia Popular y del FSLN. Combatiente en la guerra civil de 1948. En la década del 60 trabajó y vivió en la casa de Manuel Mora en Cristo Rey. Fundador de las unidades de autodefensa del partido. Internacionalista. Caído en combate contra la dictadura somocista en 1978.
  12. ADOLFO HERRERA GARCÍA, FOFA. Periodista y escritor. Autor de la novela “Juan Varela”. Redactor y columnista del Semanario Libertad. Su “Columna subversiva” le valió el Premio Nacional de Periodismo.
  13. AGUSTÍN ANGULO TENORIO. Campesino. Militante de Vanguardia Popular en Cariari, Laurel, Zona Sur.
  14. ALBERTO FONSECA, TRIBILÍN. Militante de Vanguardia Popular en San Isidro de Pérez Zeledón y Alajuela. Distribuidor del Semanario Libertad.
  15. ALBERTO MENA MENA. Militante de Vanguardia Popular en Ciudad Cortés, Zona Sur.
  16. ALBERTO UMAÑA SOLANO. Obrero de imprenta. Militante de Vanguardia Popular, del Partido del Pueblo Costarricense y del Frente Amplio en Hatillo.
  17. ALBERTO VAZQUEZ MORERA. Dirigente de la Juventud Vanguardista Costarricense (JVC) y de la Juventud del Pueblo Costarricense (JPC). Integrante del Comité Central del Partido del Pueblo Costarricense (PPC). Militante del Frente Amplio.
  18. ALCIBIADES MÉNDEZ. Obrero bananero. Militante de Vanguardia Popular en la Zona Sur. Integrante del comité de base de la Unión de Trabajadores de Golfito (UTG).
  19. ALDEN VEGA MURILLO. Militante de Vanguardia Popular en Alajuela. Candidato a regidor en 1948.
  20. ALEIDA GUERRERO. Socióloga. Militante de la Juventud Vanguardista Costarricense en la Universidad de Costa Rica.
  21. ALEJANDRO MADRIGAL LIZANO. Militante de Vanguardia Popular en Barva de Heredia. Candidato a regidor en las elecciones de 1948.
  22. ALFONSO PIEDRA NAVARRO. Militante de la Juventud Vanguardista y Vanguardia Popular en Cartago.
  23. ALFONSO QUESADA, QUESADITA. Obrero. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense en Cinco Esquinas de Tibás.
  24. ALFONSO QUESADA VALDEZ. Militante de Vanguardia Popular en Palmar Norte, Zona Sur.
  25. ALFONSO SABORIO, SABO. Relojero, poeta. Militante de Vanguardia Popular en Desamparados, San José. Distribuidor del Semanario Libertad.
  26. ALFREDO PICADO SÁENZ. Zapatero. Fundador y militante del Partido Comunista de Costa Rica y Vanguardia Popular en Turrialba. Diputado del Bloque de la Victoria por Cartago (1944).
  27. ALFREDO VALERÍN ACEVEDO. Fundador del Partido Comunista e integrante de su dirección política.
  28. ÁLVARO ARAYA CASTRO. Militante del Partido Vanguardia Popular en Turrialba, Cartago. Internacionalista.
  29. ÁLVARO CESPEDES. Obrero ferroviario. Militante de Vanguardia Popular. Dirigente del Sindicato de Trabajadores Portuarios y Ferrocarrileros de Limón (STPFL). Regidor en la Municipalidad de Limón.
  30. ÁLVARO MONTERO VEGA. Abogado. Fundador de la Liga Juvenil Antiimperialista y de la Juventud Vanguardista, la cual presidió hasta 1948. Militante del Partido Comunista, Vanguardia Popular, el Partido del Pueblo Costarricense y Fuerza Democrática. Integrante del Comité Central y la Comisión Política del PVP y el PPC. Secretario General de la Confederación General de Trabajadores (CGT), dirigente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). Regidor en la Municipalidad de San José, 1946. Candidato a diputado del Partido Acción Socialista (PASO) en las elecciones de 1970 y de la Coalición Pueblo Unido en 1978, por Limón. Sus memorias quedaron plasmadas en la obra “Álvaro Montero Vega: Memorias de una vida y un tiempo de luchas y esperanzas”, de la historiadora Marielos Aguilar Hernández.
  31. ÁLVARO ROJAS VALVERDE. Educador popular y fotógrafo. Militante de Partido Vanguardia Popular, dirigente en la Zona Sur-Sur, y fundador y militante del Frente Amplio. Integrante del Comité Central de Vanguardia Popular. Directivo de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). Promotor sindical en el Banco Popular (BPDC) y en el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA). Educador popular en ASEPROLA. Publicó “Memorias Rojas” y “Legado. Testimonio gráfico de las luchas del movimiento popular costarricense durante la segunda mitad del Siglo XX”, compilada junto a José Zúñiga Morales.
  32. AMALIA VEGA VARELA. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense, partido donde integró su Comité Central. Dirigenta campesina y luchadora social en el cantón de Osa, Zona Sur.
  33. AMÉRICA RODRIGUEZ. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense. Apoyo durante muchos años el trabajo de la Secretaría General del Partido.
  34. ANA LIGIA SERRANO. Enfermera. Militante de Vanguardia Popular y dirigente en el sector salud. Directiva y Secretaria General de la Unión de Empleados de la Caja (UNDECA).
  35. ANABELLE MORA CARRANZA. Militante de la Juventud Vanguardista en el cantón de Escazú. Lideresa comunal y sindicalista de la CGT.
  36. ANIBAL ARROYO. Zapatero. Militante del Partido Vanguardia Popular en Cristo Rey, San José.
  37. ANSELMO BARQUERO CISNEROS. Militante de Vanguardia Popular en la Zona Sur. Integrante de CoopeVaquita. Distribuidor del Semanario Libertad.
  38. ANSELMO MATARRITA FONSECA. Militante de Vanguardia Popular y del Frente Amplio en la Zona Sur. Fundador y dirigente sindical de la Unión de Trabajadores de Golfito (UTG).
  39. ANSELMO SOTO. Fundador del Partido Comunista e integrante de su dirección política.
  40. ANTOLIN MORALES ALFARO. Militante de Vanguardia Popular en Santa Bárbara de Heredia. Candidato a regidor en las elecciones de 1948.
  41. ANTONIO ACOSTA, TOÑO. Agricultor. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense en San José de la Montaña, Heredia.
  42. ANTONIO BARRANTES ROLDÁN, AMEBA. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense en Moravia. Fue durante muchos años chófer y acompañante de Manuel Mora Valverde. Dirigente sindical en la CTCR. Integrante del Centro de Estudios Isaías Marchena Moraga.
  43. ANTONIO DAVILA, TOÑO. Militante de Vanguardia Popular y del Partido del Pueblo Costarricense, dirigente sindical de la CGT.
  44. ANTONIO GONZALEZ ESPINOZA. Obrero bananero. Militante y dirigente de Vanguardia Popular en Corredores. Dirigente sindical, presidente de la Unión de Trabajadores de Golfito (UTG).
  45. ANTONIO MENDOZA. Mártir. Militante de Vanguardia Popular. Asesinado por la contrarrevolución de ARDE en el cantón de Upala en 1983.
  46. ANTONIO LOAIZA. Zapatero. Militante de Vanguardia Popular en Barrio Los Ángeles, San José. Dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores del Cuero, Calzado y Similares.
  47. ANTONIO SOTO. Zapatero. Militante de Vanguardia Popular en el cantón de Grecia.
  48. ARCADIO FRANCO LOZADA. Obrero bananero. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense. Trabajador del Semanario Libertad.
  49. ARMANDO BRENES MÉNDEZ. Funcionario sindicalista en Acueductos y Alcantarillados (AYA). Militante de Vanguardia Popular en el cantón de Vázquez de Coronado.
  50. ARMANDO SACASA AGUIRRE. Militante de Vanguardia Popular. Dirigente del partido en Guanacaste y Puntarenas, con grandes aportes en las luchas agrarias y por la vivienda. Internacionalista.
  51. ARNOLDO BONILLA LEIVA. Militante de Vanguardia Popular en Guadalupe y Tejar de El Guarco en Cartago. Internacionalista.
  52. ARNOLDO FERRETO SEGURA. Maestro normalista. Militante del Partido Comunista de Costa Rica y Vanguardia Popular. Regidor en la Municipalidad de Heredia en cuatro ocasiones. Diputado por el Partido Acción Socialista (1974). Diputado de la Coalición Pueblo Unido (1982). Integrante de la Comisión Política y el Comité Central de Vanguardia Popular. Escribió sus memorias en “Vida Militante”.
  53. ARTURO MONTERO VEGA. Poeta y abogado. Militante del Partido Comunista de Costa Rica y Vanguardia Popular. Candidato a regidor del PVP por San José.
  54. AUGUSTO SEGURA CERDAS. Obrero ferroviario. Militante de Vanguardia Popular. Dirigente de la Unión de Trabajadores de Golfito (UTG).
  55. BERNARDO DELGADO QUESADA, COQUITO. Campesino. Militante de Vanguardia Popular. Dirigente campesino y del partido en la zona de La Vaca y La Vaquita. Participante destacado en la toma de tierras de esa zona. Fue síndico del Partido Acción Socialista (PASO) en la municipalidad de Corredores entre 1974-1978.
  56. BIENVENIDO PEÑARANDA. Militante de Vanguardia Popular. Regidor de la Municipalidad de Heredia por el Bloque de Obreros y Campesinos, 1934.
  57. CÁNDIDA ORIAS MONTES. Campesina. Militante de Vanguardia Popular en La Cuesta, Zona Sur.
  58. CARLOS ARGUEDAS MORA. Obrero bananero. Militante de Vanguardia Popular, Fuerza Democrática y el Frente Amplio. Dirigente del Sindicato de Trabajadores de Plantaciones (SITRAP) en la Zona Atlántica. Luchador ambientalista contra la expansión piñera incontrolada desde el Foro Emaús.
  59. CARLOS BLANCO COLE. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense, en ambas agrupaciones integrante del Comité Central. Integrante de la Comisión Nacional de Seguridad. Internacionalista.
  60. CARLOS CAMPOS VARGAS. Militante de Vanguardia Popular en Mata de Plátano en el cantón de Goicoechea. Dirigente sindical.
  61. CARLOS ESCALANTE VEGA. Maestro, visitador escolar. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense. Destacada labor en las finanzas del partido.
  62. CARLOS LEÓN CARRILLO. Agente de comercio. Militante de Vanguardia Popular en el Cantón de Montes de Oca. Destacado en tareas de solidaridad en la lucha contra la dictadura de Somoza.
  63. CARLOS LUIS FALLAS, CALUFA. Benemérito de la Patria. Militante del Partido Comunista de Costa Rica y Vanguardia Popular. Dirigente de la Gran Huelga Bananera de 1934. Diputado del Bloque de la Victoria (1944). Jefe de las Milicias Armadas del Partido Comunista y de la Confederación de Trabajadores de Costa Rica (1948). Premio Magón. Autor de “Mamita Yunai”, “Marcos Ramírez”, “Gentes y Gentecillas”, “Mi Madrina”, “Tres Cuentos”, “Don Bárbaro”, entre otros. Su biografía se puede encontrar en “Carlos Luis Fallas, su época y sus luchas” de la historiadora Marielos Aguilar.
  64. CARLOS LUIS NARANJO ARGÜELLO, NARANJITO. Músico, poeta, escritor, marino y constructor de barcos. Militante del Partido Comunista de Costa Rica, de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense. Autor del Himno de Vanguardia Popular. Colaborador del Semanario Libertad. Entre sus obras se encuentran «Pasaje Rescia y otros poemas», «Esperanzas», y «Flores Marchitas».
  65. CARLOS LUIS MORERA MOLINA, CAYETANO. Militante de Vanguardia Popular en Alajuela. Distribuidor del Semanario Libertad.
  66. CARLOS LUIS SÁENZ ELIZONDO. Escritor. Profesor Universitario. Académico de la Lengua. Premio Magón. Militante del Partido Comunista de Costa Rica y Vanguardia Popular. Candidato presidencial del Bloque de Obreros y Campesinos en 1940. Electo diputado del Bloque de Obreros y Campesinos en 1938, pero no llegó a ejercer por una anulación promovida por León Cortés. “Carlos Luis Sáenz, el escritor, el educador y el revolucionario”, reúne su biografía escrita por Francisco Zúñiga Díaz.
  67. CARLOS LUIS SALAZAR ALVARADO. Profesor, locutor, promotor del béisbol. Militante de Vanguardia Popular y del Frente Amplio en el cantón de Pérez Zeledón.
  68. CARLOS LUIS SALAZAR SANDI, EL MACHO. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense en el cantón de Tibás. Distribuidor del Semanario Libertad.
  69. CARLOS MARIN. Fundador del Partido Comunista e integrante de su dirección política.
  70. CARLOS MARTÍNEZ. Militante de Vanguardia Popular en Hatillo. Participó en las jornadas de alfabetización en Nicaragua.
  71. CARLOS MARTÍNEZ. Fotógrafo. Militante de Vanguardia Popular en la Colonia Kennedy, San Sebastián San José. Colaborador del Semanario Libertad.
  72. CELIN ZUÑIGA DIAZ. Militante de Vanguardia Popular y fundador del partido en el cantón de Esparza, Puntarenas.
  73. CESAR MENA SALGADO. Sastre. Militante de Vanguardia Popular en Siquirres. Regidor en 1970 del Partido Acción Socialista (PASO).
  74. CLARIBEL GOMEZ BUSTOS. Militante de Vanguardia Popular. Dirigente en varias tomas de tierras, trabajadora incansable en la solidaridad con las luchas bananeras, integrante de la dirección del regional del partido de Osa y Buenos Aires.
  75. CLEMENCIA VALERIN. Maestra. Afiliada y fundadora de la ANDE y la ADEP. Militante destacada del Partido Comunista, Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense. Integrante de los Comités Patrióticos del NO al TLC.
  76. CONSTANTINO LÓPEZ LÓPEZ. Militante de Vanguardia Popular en Limón.
  77. CRISTOBAL RAMOS MIRANDA. Militante de Vanguardia Popular en Río Claro, Zona Sur.
  78. CRUZ ORTIZ RIVERA. Militante de Vanguardia Popular en Rey Curré, cantón de Buenos Aires, Zona Sur.
  79. DAISY ORTIZ. Militante de Vanguardia Popular en San José.
  80. DANIEL ABEA. Zapatero. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense en el Barrio de Cristo Rey, San José.
  81. DANIEL SOTO ORTEGA. Artista, cineasta. Militante de la Juventud Vanguardista Costarricense (JVC).
  82. DIEGO CALVO. Militante de la Juventud Vanguardista Costarricense en la Universidad de Costa Rica.
  83. DOLORES GONZALEZ, LOLO. Campesino. Militante de Vanguardia Popular en Buenos Aires y Corredores.
  84. DOMINGO ROJAS VILLARREAL, MINGO. Dirigente campesino y popular. Militante de Vanguardia Popular, siendo dirigente en la Zona Sur, y del Partido del Pueblo Costarricense, agrupación en la que fue integrante de su Comité Central y dirigente en Guanacaste. Dirigente sindical en la CTCR.
  85. DULCE MARIA SANCHEZ. Militante de Vanguardia Popular. Dirigenta y funcionaria de la Alianza de Mujeres Costarricenses (AMC). Integrante de la Junta Progresista de Barrio Luján. Integrante del Sindicato de Empleadas Domésticas.
  86. DULCELINA MÉNDEZ. Educadora. Militante de Vanguardia Popular en el cantón de Vázquez de Coronado.
  87. EDELBERTO CASTIBLANCO. Militante de Vanguardia Popular en Mata de Plátano en el cantón de Goicoechea.
  88. EDENIA MORA. Militante de la Juventud Vanguardista Costarricense (JVC). Internacionalista.
  89. EDITH FERRETO LOPEZ. Militante de la Juventud Socialista y la Juventud Vanguardista Costarricense.
  90. EDGAR BRENES R. Secretario de Juventud del Partido Comunista.
  91. EDGAR BOLAÑOS CACERES. Militante de Vanguardia Popular en el Pacífico Sur, Limón y San José. Destacado en labores del área de finanzas y el Semanario Libertad.
  92. EDGAR BURGOS. Constructor de casas. Militante de Vanguardia Popular en Guadalupe.
  93. EDGAR CAMPOS CABEZAS. Economista. Militante del Partido Vanguardia Popular y del Partido del Pueblo Costarricense. Combatiente en la guerra civil de 1948. Funcionario de la CEPAL. Manuel Ángel Cortés Vargas recopiló su relato biográfico en la obra “El Comunista. Testimonio de Edgar Campos Cabezas”.
  94. EDGAR TREJOS CHAVARRIA. Militante de Vanguardia Popular en Coto Brus, Zona Sur.
  95. EDUARDO JUÁREZ. Militante de Vanguardia Popular en la Zona Sur de Puntarenas. Destacada labor en la reconstrucción de los sindicatos bananeros después de la guerra civil de 1948.
  96. EDUARDO MELENDEZ. Militante de Vanguardia Popular en Parrita.
  97. EDUARDO MORA VALVERDE. Economista. Militante del Partido Comunista de Costa Rica, Vanguardia Popular, Partido del Pueblo Costarricense, Fuerza Democrática y el Frente Amplio. Combatiente en la guerra civil de 1948. Diputado por el Partido Acción Socialista (PASO) en 1974. Diputado por la Coalición Pueblo Unido (1982). Integrante de la Comisión Política y el Comité Central de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense. Fundador e integrante del Frente Amplio.
  98. EDUARDO ZAMORA MADRIZ. Biólogo, profesor universitario. Militante de Vanguardia Popular en la Universidad Nacional de Heredia.
  99. EDUVIGES MONGE FLORES. Militante de Vanguardia Popular y del Partido del Pueblo Costarricense en Hatillo, San José. Destacada labor de solidaridad en la lucha contra la dictadura somocista, en su casa brindó refugió a destacados líderes guerrilleros sandinistas.
  100. EDUVIGES SEQUEIRA. Militante de Vanguardia Popular en la Zona Sur. Nieto del prócer de la independencia de Cuba, Flor Crombet.
  101. EDWIN BERROCAL FERNANDEZ. Profesor. Militante de Vanguardia Popular. Integrante de sindicatos magisteriales.
  102. EDWIN CALDERÓN, VIN. Militante de Vanguardia Popular y del Partido del Pueblo Costarricense. Dirigente del Provincial de San José, Tesorero e integrante de la Comisión Política del partido. Administrador del Semanario Libertad.
  103. EDWIN MADRIGAL. Educador. Militante de Vanguardia Popular en San José.
  104. EDWIN VAGLIO. Mártir. Militante de Vanguardia Popular. Combatiente en la guerra civil de 1948. Asesinado en los días posteriores a la guerra civil en el sitio conocido como La Cangreja en Cartago.
  105. EFRAIN BLANCO MONTERO. Comerciante, propietario de la Librería Blanco, propietario del edificio donde funcionó la Imprenta Elena, la Litografía Cosmos y el periódico Libertad en San José. Militante de Vanguardia Popular.
  106. EFRAÍN JIMENEZ GUERRERO. Zapatero. Fundador del Partido Comunista e integrante de su dirección política. Editor del Semanario Trabajo. Diputado por San José del Bloque de Obreros y Campesinos en 1934.
  107. EFRAÍN RODRÍGUEZ VANEGAS, PAYIN. Obrero de imprenta. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense, integrante del Comité Central de este partido. Dirigente de la Unión de Trabajadores de la Industria Gráfica (UNTIGRAF). Dirigente de la CGT, la CUT y la CTCR. Dirigente comunal en Hatillo, San José.
  108. EMILY ZÚÑIGA CALVO. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense en Tres Ríos, cantón de La Unión. Directiva sindical en la CTCR y la Federación Nacional de Trabajadores Industriales (FENATI).
  109. ENRIQUE COEN RIBA. Ingeniero. Militante de la Juventud Vanguardista Costarricense, de Vanguardia Popular y del Frente Amplio. Fundador del Frente de Acción Universitaria (FAU).
  110. ENRIQUE MORA VALVERDE. Periodista. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense. Colaborador del Semanario Libertad. Corresponsal de la Agencia TASS.
  111. ENRIQUE ZUÑIGA SALAS. Agricultor. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense en Sarapiquí.
  112. EMILIA PRIETO TUGORES. Cantautora, pintora, folclorista. Militante de Vanguardia Popular. Integrante de la Liga Antifascista, 1936. Fundadora de la Universidad Obrera, 1943. Fundadora e integrante de la Alianza de Mujeres Costarricenses (AMC), 1952. Colaboradora del periódico Trabajo. Grabó el álbum “Música Patria y Folclórica”. Premio Nacional de Cultura Popular Tradicional.
  113. EMILIANO VILLAFUERTE. Campesino. Militante de Vanguardia Popular en el cantón de Osa, Zona Sur. Fundador de la Cooperativa Gonzalo Sierra Cantillo.
  114. ELENA CASTELLANOS FIGUEROA. Militante de Partido Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense. Tesorera del partido. Militante del Partido Comunista de El Salvador. Administradora de las Revistas Internacional y Principios.
  115. ELIAS SOLIS. Militante de Vanguardia Popular. Dirigente del partido en San José. Internacionalista, apresado en Honduras en tareas de solidaridad con el FMLN, fue rescatado por la solidaridad.
  116. ELIECER SANCHEZ CASTILLO, EL TIGRE. Zapatero. Militante de Vanguardia Popular. Dirigente sindical en la CGT y la CUT.
  117. ELMO ARIAS. Zapatero. Militante de Vanguardia Popular. Integrante del Sindicato de Trabajadores del Calzado.
  118. ELSA ACUÑA SALAZAR. Militante de Vanguardia Popular en San Vito de Coto Brus.
  119. ENRIQUE BENAVIDES CHAVERRI. Militante de Vanguardia Popular. Abandonó la militancia comunista y pasó a posiciones reaccionarias. Columnista y editorialista del periódico La Nación.
  120. ENRIQUE CASTILLO SÁNCHEZ. Ebanista. Militante de Vanguardia Popular en el cantón de Montes de Oca.
  121. ENRIQUE CONDE. Sastre. Militante de Vanguardia Popular en Barrio La Dolorosa, San José.
  122. ENRIQUE GONGORA UMAÑA. Militante de Vanguardia Popular en Goicoechea. Candidato a regidor en las elecciones de 1948.
  123. ESTANISLAO OBANDO. Mártir. Militante de Vanguardia Popular. Trabajador bananero de la Zona Sur, integrante de la Columna Liniera. Falleció en combate durante la Guerra Civil de 1948.
  124. ESTER VIÑAS. Militante de Vanguardia Popular en Zapote. Destacada en la solidaridad en la lucha contra la tiranía somocista. Alojó en su casa en la clandestinidad al fundador del FSLN, Carlos Fonseca Amador.
  125. EUGENIO ARIAS. Militante de la Juventud Vanguardista Costarricense en la Universidad de Costa Rica.
  126. EVANGELISTA CHAVARRIA PEREZ, EL AGUILA SOLITARIA. Obrero de minería, zapatero, ciclista, comerciante. Militante de Vanguardia Popular en Ciudad Neily, Zona Sur. Ocho veces Campeón Nacional de Ciclismo entre 1942 y 1951. Integrante de la Galería Costarricense del Deporte.
  127. EVANGELISTA CHAVEZ MÉNDEZ, BALO. Obrero bananero. Militante de Vanguardia Popular en Ciudad Neily. Participante de la gran huelga bananera de 1934 y encarcelado por ese motivo. Síndico en la Municipalidad de Corredores por el Partido Acción Socialista durante 1974-1978.
  128. EVANGELISTA CORTES, TISTA. Obrero bananero. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense. Funcionario del Comité Central en San José con tareas vinculadas a la administración y seguridad de los locales del partido.
  129. FABIAN DOBLES RODRIGUEZ. Escritor. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense, agrupación en la que integró el Comité Central. Corresponsal de la agencia Prensa Latina. Presidente del Instituto Cultural Costarricense Soviético. Presidente de la Editorial Costa Rica. Entre sus obras se encuentran “Ese que llaman pueblo” y “El sitio de las abras”. Premio Nacional de Cultura Magón.
  130. FAUSTO ISABEL GUIDO TORRES, CHAVELO. Obrero bananero. Militante de Vanguardia Popular. Insigne orador, miembro de la junta directiva de la Unión de Trabajadores de Golfito (UTG).
  131. FEDERICO PICADO SAENZ. Mártir del Codo del Diablo. Militante de Vanguardia Popular. Dirigente de la Federación de Trabajadores de Limón. Combatiente en la guerra civil de 1948. Diputado electo por Vanguardia Popular en 1948.
  132. FELIPE CALVO. Artesano. Militante de Vanguardia Popular en Desamparados, San José.
  133. FELIPE RUIZ RUIZ. Profesor de secundaria. Militante de Vanguardia Popular. Dirigente del Sindicato de Educadores Costarricenses (SEC).
  134. FELIX ANGEL MORERA BADILLA. Obrero bananero. Militante de Vanguardia Popular. Dirigente sindical y del partido en la zona de Puerto González, cantón de Corredores. Integrante de la Junta directiva de la Unión de Trabajadores de Golfito.
  135. FELIX GALLO. Mártir. Militante de Vanguardia Popular. Trabajador bananero de la Zona Sur, integrante de la Columna Liniera. Falleció en combate durante la Guerra Civil de 1948.
  136. FERNANDO CERDAS MORA. Farmacéutico. Militante de Vanguardia Popular y del Partido del Pueblo Costarricense en el Barrio Luján y dirigente en el Provincial de San José. Integrante de la Junta Progresista de Barrio Luján.
  137. FERNANDO CHAVES MOLINA, CHAVITOS. Químico. Trabajó en la Fábrica Nacional de Licores (FANAL) y en el Ministerio de Salud. Regidor en la Municipalidad de San José por Vanguardia Popular, 1946, y el Partido Acción Socialista, 1970. Integrante del Comité Central y de la Comisión Política de Vanguardia Popular y del Partido del Pueblo Costarricense. Se le reconoce como uno de los iniciadores de la lucha contra la ALCOA en la década del sesenta.
  138. FERNANDO GRANADOS. Zapatero. Fundador de la Juventud Socialista Costarricense.
  139. FERNANDO GUTIERREZ. Constructor de casas. Militante de Vanguardia Popular y dirigente en la en la provincia de Heredia.
  140. FERNANDO MORA, MORITA. Militante de la Juventud Vanguardista Costarricense en la Universidad de Costa Rica (UCR) y el cantón de Aserrí.
  141. FERNANDO SÁENZ. Mártir. Militante y presidente de la Juventud Vanguardista en Puntarenas. Combatiente en la guerra civil de 1948. Caído en la batalla de El Tejar.
  142. FERNANDO VILLALOBOS PADILLA. Profesor de secundaria. Militante de Vanguardia Popular y del Partido del Pueblo Costarricense en San José y Alajuelita. Encargado de publicaciones en la clandestinidad después de la guerra civil de 1948. Colaborador del Semanario Libertad.
  143. FERNANDO VILLALOBOS, NACHA. Zapatero. Militante de Vanguardia Popular.
  144. FROILAN ROLDÁN, SACRAMENTO, SACRA. Militante de Vanguardia Popular y del Partido del Pueblo Costarricense. chófer del Comité Central.
  145. FLORENCIA CASTELLANOS. Socióloga. Militante de la Juventud Vanguardista Costarricense en la Universidad de Costa Rica.
  146. FLORIBERTO CORTEZ. Militante del Partido Vanguardia Popular. Dirigente campesino y del partido en Heredia.
  147. FRANCISCO FAIREN. Militante de la Juventud Vanguardista Costarricense en la Universidad de Costa Rica.
  148. FRANCISCO GAMBOA GUZMÁN. Periodista. Director del Semanario Libertad. Integrante de la Comisión Política y el Comité Central de Vanguardia Popular. Representante en la Revista Internacional. Renegó en sus últimos años de la militancia comunista, pasando a ser director del periódico El Heraldo.
  149. FRANCISCO ROMERO. Zapatero. Militante de Vanguardia Popular en Heredia.
  150. FRANCISCO SOLANO MORALES, CHICO. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense. Dirigente comunal en la Junta Progresista del Barrio Luján de San José.
  151. FRANCISCO VILLASIS REYNOSA. Constructor. Militante de Vanguardia Popular en Golfito y Corredores en la Zona Sur.
  152. FRANCISCO ZÚÑIGA DÍAZ, CHICO. Escritor y animador cultural, humorista. Militante de la Juventud Socialista, de la que fue Secretario General, y del Partido Vanguardia Popular. Fundador de la Unión del Personal de Instituto Nacional de Seguros (UPINS) y del “Café Cultural del INS” que hoy se llama “Café Cultural Francisco Zúñiga Díaz”. Como humorista firmó como T. Joroba. Fundador de las editoriales “Pablo Presbere” y “Zúñiga y Cabal”.
  153. FRANKLIN CHACON. Militante de Vanguardia Popular y dirigente en la provincia de San José. Combatiente en la Guerra Civil de 1948.
  154. FRANKLIN GUZMAN CRUZ. Militante de Vanguardia Popular.
  155. FRANKLIN HERRERA BOLAÑOS, KAKI. Periodista. Integrante de la Comisión Nacional de Seguridad del Partido Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense. Internacionalista.
  156. GABRIEL FAJARDO GALVI. Militante de Vanguardia Popular en el cantón de Jiménez. Candidato a regidor en las elecciones de 1948.
  157. GERMAN ALFARO SALAS, zapatero, militante de Vanguardia Popular.
  158. GIL MARCIAL TABLADA COREA. Mártir. Talabartero. Militante de Vanguardia Popular. Asesinado por el terrateniente Luis Morice en la Cruz de Guanacaste, 1970. Una escuela ubicada en El Jobo lleva su nombre.
  159. GILBERTO BONILLA ROJAS. Doctor. Militante de Vanguardia Popular. Candidato a diputado por el Partido Acción Socialista (PASO), por la provincia de Cartago en 1970.
  160. GILBERTO DURÁN. Mártir. Sastre. Militante de Vanguardia Popular. Asesinado pocos días después del final de la guerra civil de 1948 frente a la Catedral en San José.
  161. GONZALO COTO MEZA. Militante de Vanguardia Popular en Turrialba. Candidato a regidor en 1948.
  162. GONZALO SIERRA CANTILLO. Militante de Vanguardia Popular. Dirigente campesino. Dirigente de la CGT.
  163. GONZALO MONTERO BERRY. Carpintero. Fundador del Partido Comunista e integrante de su dirección política. Antes, integrante de la Liga Antiimperialista de Costa Rica.
  164. GREIVIN SOLANO. Militante de Vanguardia Popular en el cantón de Goicoechea.
  165. GREGORIA GONZÁLEZ. Militante de Vanguardia Popular en Mata de Plátano en el cantón de Goicoechea.
  166. GUILLERMO FERNANDEZ CASTILLO. Fundador del Partido Comunista. Regidor en la Municipalidad de San José, 1932 y 1946.
  167. GUSTAVO GARCIA. Zapatero. Militante de Vanguardia Popular. Integrante del Sindicato de Zapateros.
  168. HAIDÉE BONILLA. Militante de Vanguardia Popular en Cartago. Regidora del Partido Acción Socialista en Cartago, 1974.
  169. HÉCTOR OLIVARES. Pintor, artista. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense. Destacado en tareas de seguridad del partido. Internacionalista.
  170. HERIBERTO CALDERON. Militante de Vanguardia Popular en Pavas, San José.
  171. HERIBERTO UREÑA. Agricultor y músico. Militante de Vanguardia Popular en Palmichal de Acosta. Dirigente de la Federación Nacional Campesina (FENAC).
  172. HERMINIA VAZQUEZ. Obrera Bananera. Militante de Vanguardia Popular en la Zona Sur de Puntarenas.
  173. HERMINIO ALFARO. Mártir. Líder campesino. Militante de Vanguardia Popular en Heredia. Asesinado en el gobierno de León Cortés.
  174. HILARIO RIVERA GUILLEN. Obrero bananero. Militante de Vanguardia Popular. Dirigente de la Unión de Trabajadores de Golfito (UTG) y el partido en el sector de Coto, uno de los primeros representantes de los pueblos originarios en la militancia en las zonas bananeras.
  175. HONORIO ROJAS ALFARO. Trabajador bananero. Militante de Vanguardia Popular en Guápiles y Abrojo, Corredores en la Zona Sur.
  176. HORACIO MONTIEL. Mártir. Militante de Vanguardia Popular. Combatiente en la guerra civil de 1948. Asesinado en los días posteriores a la guerra civil en un cafetal de Barrio Cuba en San José.
  177. HUBERTH TORRES JARQUIN. Militante de la Juventud Vanguardista y Vanguardia Popular en el cantón de Puntarenas. Internacionalista.
  178. HUMBERTO BERTI. Electricista. Militante de la Juventud Vanguardista Costarricense y Vanguardia Popular. Internacionalista.
  179. HUMBERTO GONZALEZ. Ebanista. Militante de Vanguardia Popular en Miramar, cantón de Montes de Oro.
  180. IGNACIO DE LA CRUZ MARTINEZ. Ensayista y poeta. Periodista, profesor universitario. Militante de Vanguardia Popular. En 1948 exiliado en Maracaibo, Venezuela, donde permaneció el resto de su vida.
  181. IGNACIO PADILLA. Militante de Vanguardia Popular en Limón.
  182. ISABEL WING-CHING SANDI. Socióloga, profesora catedrática en la Universidad de Costa Rica. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense.
    Directora de la Revista Reflexiones.
  183. ISAÍAS MARCHENA MORAGA, EL CABO. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense, agrupación en la fue integrante de su Comité Central y la Comisión Política. Combatiente en la guerra civil de 1948. Dirigente sindical de la Unión de Trabajadores de Golfito (UTG), la Central General de Trabajadores (CGT) y la Confederación de Trabajadores de Costa Rica (CTCR). Representante de Costa Rica en la Federación Sindical Mundial (FSM).
  184. ISAIAS MÉNDEZ, PANAMÁ. Militante de Vanguardia Popular en el cantón de Vázquez de Coronado.
  185. IVAN MORENO RAMPANI. Doctor. Militante de Vanguardia Popular en Cartago. Encabezó la papeleta para diputados del Partido Acción Socialista por Cartago en las elecciones de 1974.
  186. JAIME CERDAS MORA. Fundador del Partido Comunista de Costa Rica y militante de Vanguardia Popular. Regidor Municipal en San José (1939). Diputado por Vanguardia Popular (1946). Abandonó la militancia en la década del sesenta y se incorporó al Frente Popular en la década del setenta.
  187. JAIME GOLDENBERG POMENARIC. Ganadero y músico. Militante de Vanguardia Popular en Nicoya, provincia de Guanacaste.
  188. JAIME LOBO MORA. Militante de Vanguardia Popular, integrante de su Comité Central. Combatiente en la guerra civil de 1948. En la sesión del CC donde se adoptó la decisión de votar en el parlamento por la anulación de las elecciones de 1948, voto en contra junto a Manuel Mora.
  189. JAIME ZUMBADO GOMEZ. Militante de Vanguardia Popular, dirigente del partido en San Carlos y la provincia de Alajuela.
  190. JERONIMO VENEGAS VILLEGAS, JERO. Militante de la Juventud Vanguardista en San Sebastián y la UCR. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense. Miembro de la Comisión Nacional de Seguridad del partido. Internacionalista.
  191. JESUS GARBANZO ARGUEDAS. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense, en esta agrupación fue integrante del Comité Central. Dirigente sindical bananero en la Zona Sur y Sarapiquí. Dirigente de la Federación Nacional de Trabajadores de Plantaciones (FENTRAP). Dirigente comunal en Río Claro.
  192. JESUS GUERRERO. Militante de Vanguardia Popular en Betania de Montes de Oca.
  193. JESUS ZÚÑIGA GUTÍERREZ. Obrero bananero. Militante de Vanguardia Popular en la Zona Sur. Integrante del comité de base de la UTG.
  194. JOAQUIN GUTIÉRREZ MANGEL. Escritor, traductor, periodista, ajedrecista. Militante del Partido Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense, agrupación en la que fue integrante del Comité Central. Colaborador del Semanario Libertad. Candidato a la vicepresidencia de la República por Pueblo Unido. Campeón Nacional de Ajedrez. Integrante de la Academia Costarricense de la Lengua. Premio Nacional de Cultura Magón.
  195. JOAQUIN MORA ELIZONDO. Militante de Vanguardia Popular y el Frente Amplio en San Vito de Coto Brus, fundador de la Liga Campesina y de Cooprosanvito.
  196. JOEL PALACIOS, KENDALL. Militante de la Juventud Vanguardista y Vanguardia Popular en Coto, Zona Sur. Internacionalista. Cumplió tareas en el área de seguridad del partido.
  197. JORGE AGÜERO. Militante de Vanguardia Popular. Dirigente del partido y el sindicato en el regional de Aguirre y Parrita.
  198. JORGE CALDERÓN FERNÁNDEZ, SILVITA. Militante de Vanguardia Popular en Parrita.
  199. JORGE CONEJO PEÑARANDA, PINGÜINO. Obrero bananero. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense, agrupación en la que fue integrante del Comité Central, dirigente de ambos partidos en la Zona Sur. Regidor en Golfito en tres períodos. Candidato a diputado de Pueblo Unido por Puntarenas en 1986. Participante de las tomas de tierras en La Vaca y La Vaquita.
  200. JORGE DEBRAVO. Poeta. Funcionario de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS). Militante de la Juventud Vanguardista Costarricense (JVC).
  201. JORGE MONGE ARGUEDAS. Militante de Vanguardia Popular en Turrialba, Cartago.
  202. JORGE OCONITRILLO JARA. Obrero bananero. Militante de Vanguardia Popular en la Zona Sur de Puntarenas. Dirigente Sindical.
  203. JORGE RETANA. Zapatero. Militante de Vanguardia Popular en Hatillo, San José.
  204. JORGE RIBA BAZO. Profesor universitario. Militante de Vanguardia Popular en la Universidad de Nacional, en Heredia.
  205. JORGE SILVA, SILVITA. Maestro de las artes marciales. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense. Integrante de la Comisión Nacional de Seguridad de ambas agrupaciones. Internacionalista.
  206. JORGE VALDEPERAS. Actor. Militante de la Juventud Vanguardista Costarricense (JVC).
  207. JORGE VEGA BARRANTES. Militante de Vanguardia Popular en el cantón de Grecia. Candidato a regidor en las elecciones de 1948.
  208. JOSE ANGEL MARCHENA MORAGA. Mártir. Sastre. Militante e integrante del Comité Central de Vanguardia Popular. Internacionalista. Caído en combate en El Salvador. Dirigente sindical bananero. Regidor municipal.
  209. JOSE ANTONIO LÓPEZ VARGAS. Militante de Vanguardia Popular en San José.
  210. JOSE BARQUERO. Fundador del Partido Comunista e integrante de su dirección política.
  211. JOSE BEJARANO. Militante de Vanguardia Popular en el cantón de Goicoechea.
  212. JOSE CARVAJAL ZUÑIGA. Militante de Vanguardia Popular, el Partido Fuerza Democrática y el Partido Frente Amplio. Regidor en el cantón de Goicoechea.
  213. JOSE CARVAJAL. Militante de Vanguardia Popular en Sarapiquí. Regidor municipal. Dirigente campesino.
  214. JOSE DAMIAN BUZANO ACOSTA. Barbero. Militante de Vanguardia Popular en Ciudad Neily, Zona Sur.
  215. JOSE DE LA CRUZ OBANDO SILVA, CRUCITO. Agricultor. Militante de Vanguardia Popular en el cantón de Osa, miembro de la dirección regional. Fue regidor municipal.
  216. JOSE EUSEBIO RUIZ NOGUERA. Obrero bananero. Militante de Vanguardia Popular en Palmar Sur.
  217. JOSE FRANCISCO GARCIA VARGAS, PACHICA. Zapatero. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense. Integrante del Sindicato de Zapateros.
  218. JOSE JOAQUIN CHACON ARROYO, WINDY. Fundador de la Juventud Socialista y la Juventud Vanguardista Costarricense. Regidor en la Municipalidad de San José por el Partido Acción Socialista. Militante de Vanguardia Popular. Dirigente de la Asociación de Técnicos Electricistas.
  219. JOSE JOAQUÍN CHACON, POPO. Funcionario administrativo universitario. Militante de Vanguardia Popular. Fundador del Sindicato de Empleados de la Universidad de Costa Rica (SINDEU).
  220. JOSE LUIS CALDERÓN. Militante de Vanguardia Popular en el cantón de Goicoechea.
  221. JOSE LORETO CAAMAÑO. Campesino. Militante de Vanguardia Popular en la Zona Sur.
  222. JOSE MARIA MORERA ARCE. Militante de Vanguardia Popular en la Zona Sur.
  223. JOSE MARÍA ZÚÑIGA. Militante de Vanguardia Popular y fundador del partido en el cantón de Puntarenas. En 1953 fue candidato a diputado por el Partido Independiente, de don Joaquín García Monge, que fue ilegalizado.
  224. JOSE MÉNDEZ SERRANO. Ebanista. Militante de Vanguardia Popular en el Barrio Cristo Rey en San José.
  225. JOSE MELÉNDEZ IBARRA. Dirigente campesino y escritor. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense, agrupación en la que integró el Comité Central. Combatiente en la guerra civil de 1948. Autor de la “Columna Liniera” y ”Los campesinos cuentan”. Dirigente sindical de la CGT, la CUT y la CTCR.
  226. JOSE MERINO DEL RÍO. Periodista, sociólogo, profesional en ciencias políticas. Jefe de redacción de la revista Trabajo. Director del Semanario Libertad. Integrante del Comité Central y de la Comisión Política de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense. Integrante del Comité Político de Pueblo Unido. Fundador y presidente del Frente Amplio. Diputado por el Partido Fuerza Democrática (1998). Diputado por el Partido Frente Amplio (2006). Escribió “Manuel Mora y la democracia costarricense: viaje al interior del Partido Comunista”.
  227. JOSE PEREZ. Secretario de Finanzas del Partido Comunista.
  228. JOSE ROMAN BADILLA. Campesino. Militante de Vanguardia Popular. Participante de las tomas de tierras de La Vaca y La Vaquita en la Zona Sur.
  229. JOSE ROMERO CAMPOS, PEPE. Mártir. Zapatero. Militante de Vanguardia Popular. Internacionalista, caído en combate en Nicaragua en 1983.
  230. JOSE SÁNCHEZ CHACÓN. Zapatero. Militante de Vanguardia Popular en el cantón de Goicoechea.
  231. JOSE SOLIS VEGA, SOLISON. Militante de Vanguardia Popular en la Zona Atlántica y en la Zona Sur. Participante de la gran huelga bananera de 1934.
  232. JOSE TIJERINO. Militante de Vanguardia Popular. Combatiente en la guerra civil de 1948. Integrante del ejército guerrillero de Augusto César Sandino.
  233. JOSÉ VIÑAS. Militante de Vanguardia Popular en Zapote, San José.
  234. JOSE ZAMORA. Sastre. Militante de Vanguardia Popular y el Frente Amplio en Goicoechea.
  235. JOSEFA PEREZ MORGAN, LA CHEPA POLLO. Militante de Vanguardia Popular en la Zona Sur. Participó de luchas en defensa de la clase trabajadora y fue parte de la Columna Liniera durante la guerra civil de 1948.
  236. JUAN DE DIOS RODRIGUEZ CORONADO. Médico. Militante de Vanguardia Popular en San José y Zona Sur de Puntarenas.
  237. JUAN GERARDO MENA ROJAS. Profesor. Militante de Vanguardia Popular y el Frente Amplio en Alajuelita.
  238. JUAN ISIDRO RODRIGUEZ ZÚÑIGA, CHILO. Obrero de imprenta. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense. Trabajó en la Imprenta Elena y la Litografía Cosmos.
  239. JUAN JOSE APÚ BRICEÑO. Militante de Vanguardia Popular en el cantón de Osa, candidato a regidor en las elecciones de 1948.
  240. JUAN JOSE BUSTOS ROBLES. Mártir. Obrero bananero. Asesinado en la huelga bananera de 1980.
  241. JUAN JOSÉ CEREGATTI APU, CHERE. Dirigente de Vanguardia Popular en la Zona Sur primero y luego en la provincia de San José. Combatiente en la guerra civil de 1948. Dirigente sindical de la CGT.
  242. JUAN RAFAEL MORALES ALFARO. Zapatero. Militante de Vanguardia Popular. Dirigente del Sindicato del Calzado, Cueros y Afines. Dirigente de la Federación de Trabajadores Industriales (FENATI) de la CGT. Publicó sus memorias en el libro “Escribo para recordar”.
  243. JUAN RAFAEL SOLIS BARBOZA. Militante de Vanguardia Popular. Dirigente sindical en la CGT y dirigente comunal.
  244. JUDITH FERRETO SEGURA. Enfermera. Militante del Partido Comunista de Costa Rica y Vanguardia Popular. Partió al exilio después de la guerra civil de 1948 y cuidó de Carmen Lyra.
  245. JULIO UGARTE VILLAGRA. Militante de Vanguardia Popular en Corredores, Zona Sur.
  246. JUSTO ALBINO CORONADO PEREZ. Militante de Vanguardia Popular en el cantón de Osa. Distribuidor del Semanario LIBERTAD.
  247. KAREN GRANADOS RIVERA. Militante de la Juventud Vanguardista, Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense en San Sebastián, San José. Destacada en el trabajo del sector cultural del partido. Sindicalista en la ANEP y la FENATRAP.
  248. HERNAN ZÚÑIGA. Militante y fundador de Vanguardia Popular en el cantón de La Unión, Cartago.
  249. HUMBERTO GONZALEZ. Secretario Campesino del Comité Central del Partido Comunista.
  250. LEDA CHACON ZÚÑIGA. Militante de Vanguardia Popular en el cantón de La Unión.
  251. LEILA UREÑA. Militante de Vanguardia Popular en Palmichal de Acosta.
  252. LEONIDAS PEÑA SANDINO. Militante de Vanguardia Popular en Cartago. Combatiente anti-somocista. Familiar del General de Hombres Libres, Augusto César Sandino.
  253. LIDIETH LÓPEZ. Militante de Vanguardia Popular en el cantón de Montes de Oca.
  254. LIDIO ROJAS ARAYA. Obrero bananero y después campesino. Militante de Vanguardia Popular en la Zona Sur.
  255. LIGIA ALFARO CAMBRONERO. Militante de Vanguardia Popular en Alajuela, guía de los Pioneros Carmen Lyra.
  256. LILLIANA DI PALMA. Militante de Vanguardia Popular en el cantón de Montes de Oca.
  257. LILIAM UREÑA. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense en Hatillo y Alajuelita.
  258. LUCIO IBARRA ABURTO. Mártir del Codo del Diablo. Militante de Vanguardia Popular. Participante de la gran huelga bananera de 1934. Organizador del movimiento campesino en Guácimo. Combatiente en la guerra civil de 1948.
  259. LUIS ANGEL SERRANO ESTRADA, SERRANITO. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense, integrante del Comité Central de esta agrupación. Dirigente sindical de la CGT, la CUT y la CTCR. Fundador y Secretario General del Sindicato de Trabajadores de la Empresa Pública y Privada (SITEPP). Fue integrante del Consejo Nacional de Salarios. Integrante del Comité Costarricense de Solidaridad con Cuba.
  260. LUIS BURSTIN. Médico cardiólogo. Militante de Vanguardia Popular. Abandonó la militancia y posteriormente adhirió al Partido Liberación Nacional. Fundador del periódico Excélsior.
  261. LUIS CARBALLO CORRALES. Abogado. Fundador del Partido Comunista. Regidor en la Municipalidad de Alajuela. Diputado del Bloque de la Victoria (1944, 1946).
  262. LUIS CARLOS GONZALEZ, EL MACHO. Militante de la Juventud Vanguardista y de Vanguardia Popular, siendo integrante del Comité Central y de la Comisión de Seguridad del partido. Internacionalista.
  263. LUIS GONZALEZ GONZALEZ. Militante de Vanguardia Popular. Combatiente en la guerra civil de 1948.
  264. LUIS MEJIA ALVARADO. Campesino. Militante de Vanguardia Popular en el cantón de Osa. Participó en la toma de tierras de la transnacional Osa Productos Forestales.
  265. LUISA GONZÁLEZ GUTIÉRREZ. Integrante de la Comisión Política y el Comité Central del Partido Comunista y de Vanguardia Popular. Maestra, escritora, autora de “A ras del suelo”. Fundadora de la Universidad Popular en 1940. Fundadora de la Alianza de Mujeres Costarricenses (AMC) en 1953. Gerente de la Librería Internacional y la Librería Germinal. Premio Nacional de Literatura Aquileo J. Echeverría. Candidata a la Vicepresidencia de la República en 1986 por la Coalición Alianza Popular.
  266. LUZGARDA CHAVARRIA MENA. Militante de Vanguardia Popular en Cariari de Laurel, Zona Sur.
  267. MAGDA ARTAVIA MENA. Militante de Vanguardia Popular y del Frente Amplio en Cristo Rey y Santa Ana. Internacionalista.
  268. MAGDALENA ORTIZ ALVAREZ. Militante de Vanguardia Popular en Hatillo, San José.
  269. MANUEL BADILLA MORA. Zapatero. Militante de Vanguardia Popular, dirigente en San José. Regidor por el Partido Acción Socialista (PASO) en la Municipalidad de San José.
  270. MANUEL BERMUDEZ. Comunicador. Militante de la Juventud Vanguardista y de Vanguardia Popular en San José.
  271. MANUEL MONGE BARRIENTOS, CHELE. Mártir. Caído en combate en Nicaragua en 1985. Militante de la Juventud del Pueblo Costarricense.
  272. MANUEL MORA VALVERDE. Benemérito de la Patria. Abogado. Fundador del Partido Comunista de Costa Rica. Diputado por el Partido Comunista y el Bloque de la Victoria (De 1934 hasta 1948, electo cada dos años). Diputado del Partido Acción Socialista (PASO, 1970). Secretario General de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense. “Manuel Mora Valverde. Discursos 1034-1979” es una compilación de Gilberto Calvo y Francisco Zúñiga Díaz.
  273. MANUEL MOSCOA BARRANTES. Militante de Vanguardia Popular. Regidor en la Municipalidad de San José, 1946. Combatiente en la Guerra Civil de 1948. Destacado en el trabajo de finanzas del partido.
  274. MANUEL RAMÍREZ CASTRO. Militante de Vanguardia Popular en Sarapiquí.
  275. MARCIAL CANTON. Obrero bananero. Militante de Vanguardia Popular en la Zona Sur y en Guanacaste.
  276. MARCO AURELIO HUERTAS GONZALEZ, PERERÉ. Militante de Vanguardia Popular. Administrador del Semanario Libertad. Dirigente comunal en Moravia.
  277. MARCO TULIO BARRANTES. Militante de Vanguardia Popular y fundador del partido en Sarapiquí. Combatiente en la guerra civil de 1948. Colaborador en la lucha contra la dictadura de Anastasio Somoza.
  278. MARCOS LEMAIRE. Zapatero. Militante de Vanguardia Popular. Dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores del Calzado, Cueros y Similares.
  279. MARIA ALFARO. Militante de Vanguardia Popular. Fue presidenta de la Alianza de Mujeres Costarricenses (AMC).
  280. MARIA BARBERENA. Militante de Vanguardia Popular en las Zona Sur. Integrante de la Columna Liniera durante la guerra civil de 1948.
  281. MARIA CAMPOS. Propietaria de Taller de Zapatería. Militante de Vanguardia Popular en Heredia.
  282. MARIA INES DOVER ESQUIVEL. Militante de Vanguardia Popular en Guácimo.
  283. MARIA ISABEL CARVAJAL QUESADA, CARMEN LYRA. Benemérita de la Cultura Nacional. Fundadora del Partido Comunista. Escritora. Fue expulsada por la Junta de Gobierno en 1948, falleció en México en 1949. Autora de los “Cuentos de la Tía Panchita”, así como obras de denuncia social como “El grano de oro y el peón” y “Bananos y hombres”.
  284. MARIA JUÁREZ JUÁREZ. Militante de Vanguardia Popular. Funcionaria del Comité Central y también trabajó en la casa de Manuel Mora. Integrante de la Alianza de Mujeres Costarricenses. Integrante del Sindicato de Trabajadores Textiles.
  285. MARIA LUISA GARCIA MÉNDEZ. Militante de Vanguardia Popular en el cantón de Vázquez de Coronado.
  286. MARIA ROMERO. Militante de Vanguardia Popular en Heredia.
  287. MARIANO CAJIAO CASTRO. Militante de Vanguardia Popular en Limón. Candidato a regidor en 1948.
  288. MARIANO CERNA GAITÁN, MASAYA. Militante de Vanguardia Popular. Integrante de la Columna Liniera durante la guerra civil de 1948.
  289. MARIANO CORRALES. Funcionario del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA). Dirigente sindical en SITRAINA. Militante de Vanguardia Popular.
  290. MARIELOS FONSECA TORTOS. Psicóloga. Militante de Vanguardia Popular en Heredia y la Universidad Nacional. Se destacó en tareas de solidaridad durante las huelgas bananeras.
  291. MARIO ALBERTO BLANCO VADO. Abogado laboralista, asesor legal en ANEP, educador sindical. Militante de la Juventud Vanguardista y el Partido Vanguardia Popular. Internacionalista.
  292. MARIO AGUILAR. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense en San José y Cartago, agrupación en la que fue dirigente en San José e integrante de su Comité Central. Internacionalista.
  293. MARIO MATA QUESADA. Militante de Vanguardia Popular en Cartago. Candidato a regidor en 1948.
  294. MARIO PORRAS MURILLO. Obrero bananero. Militante de Vanguardia Popular. Directivo de UTRAL y UTG.
  295. MARIO SAENZ. Militante de Vanguardia Popular, combatiente en la guerra civil de 1948. Distribuidor de los Semanarios Trabajo, Adelante y Libertad.
  296. MARIO SALAZAR BERMUDEZ. Militante de la Juventud Vanguardista y Vanguardia Popular. Directivo de la Federación de Estudiantes de Segunda Enseñanza (FESE). Fotógrafo y periodista del Semanario Libertad. Internacionalista.
  297. MARIO SOLIS PORRAS. Zapatero. Militante de Vanguardia Popular. Director del Semanario Adelante. Dirigente nacional en organización y finanzas del partido.
  298. MARIO ZUÑIGA AGUILAR, TIO. Militante de Vanguardia Popular. Combatiente en la guerra civil de 1948. Dirigente en tomas de tierras, rurales y urbanas. Promotor y dirigente de las Juntas Progresistas. Tesorero y administrador del partido.
  299. MARJORIE MONTES GUEVARA. Trabajadora pública, promotora sindical en ANEP, repostera. Militante de la Juventud Vanguardista, Vanguardia Popular, Fuerza Democrática y el Frente Amplio. Integrante del Comité Ejecutivo Nacional y Tesorera del Frente Amplio.
  300. MARTIN QUIROS. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense en Calle Blancos, Goicoechea. Chófer de Manuel Mora Valverde.
  301. MARVIN WRIGTH LINDO, KALALÚ. Militante de Vanguardia Popular. Dirigente de luchas comunales y populares en la ciudad de Limón. Abandonó la militancia y formó su propio partido, denominado Partido Auténtico Limonense en 1976.
  302. MATEO OBANDO. Campesino. Militante de Vanguardia Popular en el cantón de Osa, Zona Sur.
  303. MAXIMO REYES MARTINEZ. Obrero bananero. Militante de Vanguardia Popular en la Zona Sur. Dirigente y fundador de la Unión de Trabajadores de Golfito (UTG).
  304. MIGUEL ANGEL CHACÓN GARRO. Militante de Vanguardia Popular. Dirigente de la CGT. Funcionario del Sindicato de Empleados del Banco Popular (SIBANPO). Dirigente comunal en Hatillo y Moravia.
  305. MIREYA GUEVARA BONILLA. Costurera. Militante de Vanguardia Popular.
  306. MODESTO RUIZ. Militante de Vanguardia Popular en la Zona Sur y en Nicoya, Guanacaste.
  307. NIDIA SAÉNZ RUIZ. Profesora. Militante de Vanguardia Popular en Heredia e integrante de su Comité Central. Fue candidata a diputada por el Partido Acción Socialista. Integrante de la Alianza de Mujeres Costarricenses (AMC).
  308. NOE CARVAJAL CABEZAS. Mártir. Militante de Vanguardia Popular. Combatiente en la guerra civil de 1948. Asesinado en la masacre de Quebradilla.
  309. NOE MARCHENA GOMEZ. Militante de Vanguardia Popular en Puerto Cortés. Candidato a regidor para las elecciones de 1948.
  310. NORA ALFARO ZUMBADO. Militante de la Juventud Vanguardista y Vanguardia Popular.
  311. NORBERTO CONTRERAS. Zapatero. Militante y fundador de Vanguardia Popular en Turrialba, Cartago. Distribuidor de los Semanarios Adelante y Libertad.
  312. OBDULIA PIZARRO. Militante de Vanguardia Popular en la Zona Sur. Integrante de la Columna Liniera durante la guerra civil de 1948.
  313. OCTAVIO SÁENZ SOTO. Mártir del Codo del Diablo. Militante de Vanguardia Popular. Dirigente sindical ferroviario y responsable de organización del partido en Limón. Combatiente en la guerra civil de 1948.
  314. OLGA ZUÑIGA. Actriz. Militante de la Juventud Vanguardista Costarricense (JVC).
  315. OLMES ROMERO ROMERO. Militante de Vanguardia Popular, funcionario de finanzas del regional de San José.
  316. OSCAR ALVARADO ROJAS. Militante de Vanguardia Popular en Grecia. Combatiente en la guerra civil de 1948. Fue el chofer que llevó a Manuel Mora Valverde y Carlos Luis Fallas a Ochomogo , a la reunión con José Figueres y el Padre Núñez.
  317. OSCAR BARAHONA STREBER. Abogado. Contribuyó a la redacción del Código de Trabajo. Abandonó la militancia comunista y pasó a posiciones reaccionarias. Columnista del periódico La Nación.
  318. OSCAR CALVO. Militante de Vanguardia Popular y dirigente del partido en la provincia de Cartago.
  319. OSCAR MOLINA PICADO. Zapatero. Militante de Vanguardia Popular. Dirigente del Sindicato de Trabajadores del Calzado, Cuero y Similares.
  320. ORLANDO GAMBOA GUZMAN, EL MACHO. Músico. Actor de Teatro y Televisión. Militante de Vanguardia Popular. Destacada labor en el sector cultural. Integrante del grupo musical Tayacán.
  321. PABLO CHAVEZ PICADO. Militante de Vanguardia Popular.
  322. PAMELA ARROYO. Educadora. Militante de Vanguardia Popular en Hatillo. Participó en las jornadas de alfabetización en Nicaragua.
  323. PAULA MACEO. Militante de Vanguardia Popular en Siquirres, Limón. Descendiente del héroe de la independencia de Cuba, Antonio Maceo.
  324. PEDRO CONEJO. Mártir. Militante de Vanguardia Popular en Tres Ríos, cantón de La Unión. Combatiente en la guerra civil de 1948. Caído en la batalla de El Tejar.
  325. PEDRO MORA. Mártir. Militante de Vanguardia Popular. Trabajador bananero de la Zona Sur, integrante de la Columna Liniera. Falleció en combate durante la Guerra Civil de 1948 en la batalla de El General.
  326. PILAR BOLAÑOS. Militante de Vanguardia Popular.
  327. PIO ALEX ALFARO. Guitarrista. Militante de Vanguardia Popular en Alajuela.
  328. RAFAEL ANGEL RODRÍGUEZ. Mártir. Militante de Vanguardia Popular. Combatiente en la guerra civil de 1948. Asesinado en la masacre de Quebradilla.
  329. RAFAEL ARTAVIA, FELILLO. Carpintero. Militante de Vanguardia Popular en el cantón de Montes de Oca.
  330. RAFAEL ZÚÑIGA, CHUCHECAS. Militante de Vanguardia Popular en el cantón de Vázquez de Coronado.
  331. RAMIRO CABEZAS. Militante de Vanguardia Popular en Cinco Esquinas de Tibás.
  332. RAMON ALVARADO BARQUERO, MONCHO BULLAS. Militante del Partido Vanguardia Popular. Regidor en Puntarenas. Dirigente de tomas de tierras urbanas en lucha por vivienda digna.
  333. RAMON ALVARADO ROJAS. Militante de Vanguardia Popular en San Ramón. Candidato a regidor en las elecciones de 1948.
  334. RAMON FAUSTO BARRANTES CASCANTE, POLLON O MONCHO. Militante de Vanguardia Popular, el Partido del Pueblo Costarricense y el Frente Amplio. Dirigente sindical bananero de las agrupaciones SITAGAH y COSIBACR.
  335. RAMON GUEVARA LOPEZ. Militante de Vanguardia Popular. Dirigente del regional del partido en Aguirre y Parrita. Participante en numerosas luchas agrarias y obreras.
  336. RAMON VILLARREAL. Militante del Partido Vanguardia Popular y dirigente en la provincia de Guanacaste.
  337. RAYMUNDO QUESADA, CACHITA O QUESADITA. Jugador de Béisbol. Militante de Vanguardia Popular. Distribuidor del Semanario Libertad.
  338. RAUL BARRANTES BARRANTES. Militante de Vanguardia Popular y fundador del partido en Sarapiquí. Combatiente en la guerra civil de 1948. Colaborador en la lucha contra la dictadura de Anastasio Somoza.
  339. RAUL CABEZAS. Mártir. Militante de Vanguardia Popular. Asesinado en el gobierno de León Cortés.
  340. RAUL LÓPEZ AVENDAÑO. Economista. Dirigente de la Juventud Vanguardista Costarricense (JVC). Integrante de la Comisión Política y el Comité Central del Partido Vanguardia Popular. Internacionalista.
  341. RAUL MOLINA BOLANDI, MOLINON. Mártir. Militante de Vanguardia Popular. Combatiente en la guerra civil de 1948. Asesinado en la masacre de Quebradilla.
  342. RICARDO ARGUEDAS CASTRO. Militante de Vanguardia Popular y dirigente en el Pacífico Sur. Internacionalista.
  343. RICARDO BARRANTES CASTRO. Militante de Vanguardia Popular en Sarapiquí. Internacionalista.
  344. RICARDO BLANCO OLIVARES. Cineasta. Militante de Vanguardia Popular.
  345. RICARDO CHACON, KALO. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense. Gerente de la Imprenta Elena y la Litografía Cosmos. Integrante de la Editorial Revolución.
  346. RICARDO COTO CONDE. Fundador del Partido Comunista, integrante de su dirección política.
  347. RICARDO PEREZ MENDEZ. Militante de Vanguardia Popular. Combatiente en la guerra civil de 1948.
  348. RIGOBERTO ALVAREZ MAROTO. Militante de Vanguardia Popular. Combatiente de la guerra civil de 1948.
  349. RIGOBERTO SANCHEZ, EL MACHO. Militante de Vanguardia Popular y dirigente, encargado de asuntos comunales y de vivienda, en la provincia de San José.
  350. ROBERTO CAMACHO SIBAJA. Militante de Vanguardia Popular en San José, candidato a regidor en 1948.
  351. ROBERTO CASTELLANOS. Mártir salvadoreño y costarricense. Sociólogo. Internacionalista. Asesinado por la dictadura militar en El Salvador.
  352. RODOLFO AYMERICH. Mártir. Militante de Vanguardia Popular. Asesinado en San Isidro de Pérez Zeledón durante la Guerra Civil de 1948.
  353. RODOLFO CISNEROS. Actor. Militante de la Juventud Vanguardista Costarricense.
  354. RODOLFO CERDAS CRUZ. Dirigente de la Juventud Socialista Costarricense (JSC) y del Partido Vanguardia Popular. Expulsado del partido en medio del conflicto chino-soviético en la década de los años 60. Fundador del Frente Popular Costarricense y diputado por este partido. Opositor al Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos.
  355. RODOLFO GUZMÁN RODRIGUEZ. Zapatero. Militante del Partido Comunista de Costa Rica. Secretario General de la Confederación de Trabajadores de Costa Rica (CTCR). Representante del partido en la Internacional Comunista. Secretario Sindical del Comité Central del Partido Comunista. Regidor Municipal (1939).
  356. RODRIGO BADILLA, LOLO. Funcionario del Instituto Nacional de Seguros (INS). Militante de la Juventud Vanguardista y el Partido Vanguardia Popular en Moravia.
  357. RODRIGO CHACON VARGAS, ROQUE. Fundador de la Juventud Socialista. Militante de Vanguardia Popular y del Partido del Pueblo Costarricense. Internacionalista. Funcionario del Comité Central con responsabilidades en el área de seguridad y acompañamiento de Manuel Mora Valverde.
  358. RODRIGO ORTIZ. Militante de Vanguardia Popular en Barrio Cuba, San José.
  359. ROGELIO CHÁVEZ NARANJO. Militante de Vanguardia Popular en San José. Candidato a regidor en 1948.
  360. ROMAN CHAVARRÍA. Sastre. Militante de Vanguardia Popular en el cantón de Montes de Oca.
  361. ROMULO BETANCOURT BELLO. Colaborador del Partido Comunista durante su exilio en Costa Rica. Abandonó la militancia comunista y pasó a posiciones reaccionarias. Presidente de Venezuela.
  362. RONALD SANCHEZ ORTIZ. Zapatero. Fundador de la Juventud Socialista y la Juventud Vanguardista Costarricense. Dirigente del Provincial de San José del Partido Vanguardia Popular. Fundador y dirigente nacional del Frente Amplio.
  363. ROSA ARTAVIA. Militante de Vanguardia Popular en Heredia.
  364. ROSA CEDEÑO. Enfermera. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense. Integrante de la Alianza de Mujeres Costarricenses (AMC).
  365. ROSA DELIA CABEZAS. Militante de Vanguardia Popular en Cinco Esquinas de Tibás.
  366. ROSARIO LEON. Socióloga. Profesora en la Universidad de Costa Rica. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense.
  367. ROXANA CAMPOS. Actriz. Militante de Vanguardia Popular en el sector cultura.
  368. RUBÉN CABEZAS. Militante de Vanguardia Popular en Turrialba.
  369. RUBÉN VÍQUEZ SALAZAR. Militante de Vanguardia Popular en el cantón de San Joaquín de Flores, Heredia. Candidato a regidor para las elecciones de 1948.
  370. RUDOLF WEDEL. Fotógrafo, profesor universitario. Militante de Vanguardia Popular, el Partido del Pueblo Costarricense y el Frente Amplio. Internacionalista.
  371. RUTH CARRASQUILLA SABORIO. Militante de Vanguardia Popular en Hatillo, San José.
  372. SABINO JUÁREZ. Militante de Vanguardia Popular en la Zona Sur de Puntarenas. Destacada labor en la reconstrucción de los sindicatos bananeros después de la guerra civil de 1948.
  373. SANTIAGO MARTINEZ. Militante de Vanguardia Popular y el FSLN. Vinculado a las tareas de solidaridad. Internacionalista.
  374. SERGIO ZÚÑIGA. Empresario. Militante de Vanguardia Popular y el Frente Amplio en Esparza.
  375. SIGIFREDO CABEZAS GARCIA. Carpintero y albañil. Militante de Vanguardia Popular en la Ciudadela 15 de Setiembre de Hatillo.
  376. SIGIFREDO GONZALEZ CASTRO, SIGI. Militante de Vanguardia Popular, el Partido del Pueblo Costarricense y el Frente Amplio. Se destacó en tareas de seguridad partidaria. Internacionalista.
  377. SILVERIO CARVAJAL. Militante de Vanguardia Popular. Integrante de la Columna Liniera durante la guerra civil de 1948.
  378. SIMEON GUTIÉRREZ GUTIÉRREZ. Campesino. Militante de Vanguardia Popular en la Zona Sur. Dirigente de las tomas de tierras de La Vaca y La Vaquita. Regidor en la Municipalidad de Corredores en dos períodos.
  379. SOCORRO SALAS. Militante de Vanguardia Popular.
  380. TERESITA ALFARO. Educadora. Militante de Vanguardia Popular, guía de los Pioneros Carmen Lyra en Alajuela.
  381. TOMASA MORAGA MORAGA. Militante de Vanguardia Popular en Ciudad Neily. Integrante del Comité Regional del Pacífico Sur. Distribuidora del Semanario Libertad.
  382. TOBIAS VAGLIO SARDI. Mártir del Codo del Diablo. Militante de Vanguardia Popular. Participante en la gran huelga bananera de 1934 y dirigente del partido en Siquirres.
  383. TULITA SANDINO. Militante de Vanguardia Popular en Guanacaste.
  384. VICTOR CASTRO. Militante de Vanguardia Popular y dirigente en la provincia de San José. Regidor en la Municipalidad de Tibás. Distribuidor del Semanario Libertad.
  385. VICTOR DIAZ. Vendedor de lotería. Militante de Vanguardia Popular en la Ciudadela 15 de Setiembre, Hatillo, San José.
  386. VICTOR FALLAS, TAMALERA. Obrero tipógrafo y linotipista. Militante del Partido Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense. Dirigente de la Unión Nacional de Trabajadores de la Industria Gráfica (UNTIGRAF). Dirigente comunal en Barrio México, San José. Distribuidor y colaborador del Semanario Libertad.
  387. VICTOR ERASMO MURILLO. Mártir. Internacionalista asesinado por la contra nicaragüense en 1985.
  388. VÍCTOR CORDERO SEGURA. Militante de Vanguardia Popular. Diputado suplente por el PVP (1946).
  389. VICTOR MANUEL ARROYO. Profesor universitario. Militante de Vanguardia Popular en Alajuela. Combatiente en la guerra civil de 1948. Herido en la batalla de El Tejar.
  390. VICTOR MORA. Zapatero. Militante de Vanguardia Popular.
  391. VICTOR SOLANO SOLANO, SOLANON. Obrero bananero y luego pequeño productor de café. Militante de Vanguardia Popular en el cantón de Coto Brus, Zona Sur. Combatiente en la guerra civil de 1948 y activo constructor del partido y las ligas campesinas.
  392. VIRGINIA GRÜTER JIMENEZ. Poetisa y escritora, directora de teatro, periodista y columnista del Semanario Libertad. Escribió la Cantata a CALUFA, musicalizada por el grupo Tayacán. Escribió “Canto a mi tiempo: memorias”.
  393. YAMILETH LOPEZ BALLESTERO. Mártir. Obrera textil. Militante de Vanguardia Popular. Dirigenta sindical en la CGT y la CUT. Caída en combate en Nicaragua integrando la Brigada Internacionalista Mora y Cañas.
  394. WADI GONZALEZ. Mecánico. Militante de Vanguardia Popular en San Carlos, Alajuela.
  395. WILLIAM CHACON. Doctor en medicina. Militante de la Juventud Vanguardista Costarricense (JVC).
  396. WILLIAM JIMENEZ GARCIA. Trabajador público. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense. Dirigente del Sindicato de Empleados de la Universidad de Costa Rica (SINDEU). Integrante del Comité Costarricense de Solidaridad con Cuba.
  397. WILLIAM RODOLFO ULLOA QUESADA. Linotipista. Librero. Militante de Vanguardia Popular, del Partido del Pueblo Costarricense y fundador del Frente Amplio. Integrante de la Unión de Trabajadores de la Industria Gráfica (UNTIGRAF).
  398. WILLIAM ZUÑIGA CALVO. Militante de Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense. Dirigente del Sindicato de Trabajadores de la Universidad de Costa Rica (SINDEU). Líder comunal en Tres Ríos, cantón de La Unión.

** Este homenaje a los y las CAMARADAS, para la celebración del 90 aniversario de la fundación del Partido Comunista de Costas Rica, fue elaborado por Rodolfo Ulloa Bonilla, con la colaboración de Antonio Chávez, Gerardo (Chino) Sánchez, Patricia Mora, Maricarmen Merino, Alejandra Ulloa y David Contreras. Las ilustraciones son de Fernando Carballo, publicadas en el Semanario Libertad. El diseño de la portada y la diagramación del libro es de Mauro Trigueros.

Puede ver el libro siguiendo este enlace:

https://surcosdigital.com/wp-content/uploads/2021/06/Camaradas-Rodolfo-Ulloa-Bonilla.pdf

También puede descargar el documento en formato PDF para compartir:

Compartido con SURCOS por Rodolfo Ulloa Bonilla.

Ante los 110 años de la Primera Dama de la República, Marita Camacho Quirós, de Orlich Bolmarcich

Vladimir de la Cruz

Cumplió este martes 10 de marzo del 2021, la esposa del Presidente Francisco Orlich Bolmarcich, 110 años de vida, testimonio ella, en su edad, de la calidad de vida de un sistema social, de salud pública y de seguridad social, de desarrollo político y democrático que hace posible que gran cantidad de ciudadanos y personas, como ella, puedan disfrutar de una larga y fructífera vida, en su caso rodeada de familiares y amigos.

Nació, doña Marita, el 10 de marzo de 1911 en San Ramón, Alajuela, hija de Salustio Camacho Muñoz y Zeneida Quirós Quirós. Sus padres contrajeron matrimonio el 31 de octubre de 1897, en Naranjo, siendo doña Marita la séptima hija.

Se casó a los 21 años con Francisco Orlich Bolmarcich, un 16 de abril de 1932, en Naranjo, don Chico como cariñosamente se le llamaba, aun cuando fue Presidente de la República.

Don Chico nació, nació como doña Marita un 10 de marzo, de 1907, en San Ramón, de Alajuela, hijo de José Ricardo Orlich Zamora y Georgina Bolmarcich Lemecich.

Don Chico uno de los mejores amigos, desde la infancia, de José Figueres Ferrer, a quien acompañó en todas sus aventuras políticas, fue quien anunció, con el otro gran amigo de Figueres, Alberto Martén, el famoso discurso, que le interrumpieron, por orden de la Embajada Americana, por el que le detuvieron y expulsaron del país, en el Gobierno de Rafael Ángel Calderón Guardia, haciéndolo surgir como el gran político que llegó a ser.

Los sucesos de 1948 llevaron a Francisco Orlich a acompañar a Figueres en su movimiento armado, como Jefe Militar distinguido, y luego a compartir con él, asiento, como Ministro, en la Junta Fundadora de la Segunda República. Don Chico tenía desde antes de los sucesos de 1948, participación en la lucha y la vida política nacional.

Entregado el Poder a Otilio Ulate, el 7 de noviembre de 1949, y restituido el orden constitucional, el 12 de octubre de 1951, está don Chico Orlich acompañando a don Pepe Figueres, en la fundación del Partido Liberación Nacional, y a partir de ese momento, en todas las lides políticas hasta su muerte el 29 de octubre de 1969. Siempre doña Marita le acompañó en sus trabajos, sus luchas y compromisos políticos, incluso en los duros días del 48. En ese nacimiento del Partido Liberación Nacional doña Marita, ese 12 de octubre, allá en el Bajo de la Paz, en San Ramón, tuvo en sus manos la preparación logística del evento fundacional del Partido, que duró tres días donde fue la gran organizadora.

Don Chico y Doña Marita fueron los padres de sus hijos Francisco y Mauricio Orlich Camacho, que les han dado cinco nietos y cuatro bisnietos.

Las luchas políticas llevaron a Don Chico y a Doña Marita a las campañas electorales de 1958 y de 1962, en las cuales Don Chico fue candidato presidencial de Liberación Nacional, la de 1958 que perdió contra una coalición política que llevó a Mario Echandi Jiménez a la Presidencia de la República. En la campaña electoral de 1962 Don Chico se impuso como el ganador ejerciendo la Presidencia en el cuatrienio 1962-1966. Allí estaba Doña Marita, ahora luciéndose como la Primera Dama de la República, y ganándose el cariño de la gente y del país.

Hoy 10 de marzo Doña Marita es la mujer que habiendo sido Primera Dama de la República, llega a los 110 años de vida, siendo en este sentido la más longeva Primera Dama que vive en el mundo, gran Honor para ella y para Costa Rica.

Cuando Don Chico asumió la Presidencia, el 8 de mayo de 1962, se convirtió también en la primera mujer en participar en la Ceremonia de Traspaso de Poderes, al lado de su esposo, el Presidente Francisco Orlich Bolmarcich, que por ello la convertía en la Primera Dama de la República. Antes de 1962 no se acostumbraba, en estos actos ceremoniales, la participación directa de la Primeras Damas.

Eran días difíciles los del Gobierno de Francisco Orlich. Acababa de triunfar la Revolución Cubana, se había acentuado el anticomunismo regional y la Guerra Fría. Fue el período de las erupciones del Volcán Irazú, que tanto impactó la economía en esos dos años de erupciones. Se tomaron medidas represivas, se cerraron medios de comunicación de los comunistas, se perseguía y detenía arbitrariamente a ciudadanos, se impuso en los pasaportes un sello anticonstitucional por el cual se impedía viajar a Cuba y a los países socialistas, se facilitó el país en su costa atlántica-caribeña para operaciones de la contrarrevolución cubana, se desarrolló el Movimiento Costa Rica Libre con virulencia, se realizó la reunión centroamericana de Presidentes con John Kennedy, que visitó, como Presidente de los Estados Unidos el país, a ese efecto, y en 1965, contribuyó su Gobierno en acuerpar, vergonzosamente, con un destacamento de 25 policías la intervención militar norteamericana en República Dominicana.

La oposición política criticaba fuertemente al Gobierno. La forma más cruel de la crítica fue sacándole chistes a Don Chico, de los que no se escapaba a veces la Primera Dama, doña Marita, que en esos chistes aparecía de acompañante del Presidente. Chistes que lo pintaba sin carácter, falto de voluntad, como una persona simple y casi tonta, inculta, cuando en realidad era una persona sumamente inteligente, culta, de gran sencillez, de aguda percepción de la situación política, y un hábil político.

Desde el Despacho de la Primera Dama, Doña Marita, hacía lo suyo, su labor silenciosa, fina, que ayudaba a contrarrestar las mordaces crítica y burlas que se hacían contra ellos, como pareja presidencial. Una labor eficiente que la distinguió en el trabajo que activamente hacía en favor de la infancia.

Promovió la fundación de un albergue infantil en Aguacaliente de Cartago, y respaldó, con entusiasmo, la Ciudad de los Niños. Con su ayuda se iniciaron las labores de los talleres de obreros y artesanos en esa institución y se les suministró equipo para lavandería y panadería. también apoyó las actividades en pro del Hospital Nacional de Niños, que fue inaugurado en su Gobierno, en 1964, ella como Primera Dama. También impulsó la realización de las llamadas Ferias de Navidad, iniciadas en 1962. Se preocupó también por el Parque Bolívar

Prestó también gran colaboración a la Escuela de Enseñanza Especial, al Hogar de Rehabilitación de Santa Ana, al Hospicio de Huérfanos, al Centro de Orientación Juvenil de Tierra Blanca, a los Hogares de Ancianos Carlos María Ulloa y Santiago Crespo, a los comedores escolares y los centros comunales y de nutrición. La importancia en el apoyo a la Escuela de Enseñanza Especial, que había fundado ese extraordinario costarricense, Fernando Centeno Güell, hizo que en 1966 en ese establecimiento escolar se pusiera una placa reconociéndole sus gestiones, junto a otras dos mujeres, Clarisa Mora y Nora Murillo, por la admirable labor realizada.

Acompañó, como Primera Dama, a su esposo en varios viajes al exterior y en el recibimiento al Presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy y los demás Presidentes de Centroamérica y Panamá en 1963, así como en visita al Vaticano ante su Santidad Juan XXIII. En aquellos días no se discutía sobre los viajes de compañía de la Primera Dama junto al Presidente. Era parte normal y protocolaria en el país. En 1982 el Movimiento Femenino del Partido Liberación Nacional realizó su Congreso con el nombre de Marita Camacho de Orlich.

Doña Marita sembró con su paso valores de independencia, de justicia, de fortaleza, de gran distinción personal, “señorial” en el buen sentido, de un accionar desde su Despacho discreto pero que se hacía sentir, de mucha capacidad para reunir alrededor suyo, en su gestión de Primera Dama, a muchas mujeres, a las Damas del Cuerpo Diplomáticos en acciones sociales. Era en su trabajo una mujer de mucha voluntad, siempre con buena disposición, positiva, en lo que hacía e impulsaba.

En sus 110 años tiene una vida saludable, que comparte con sus familiares y amigas cercanas a su edad, el juego de naipes, le gusta la lectura de buenos libros, prefiere las carnes blancas y hace, bien ganada, una pequeña siesta por las tardes. El gallo pinto, con huevos picados, es una de sus comidas preferidas, con tortilla, jugo de naranja, eso sí, sin café. No le gustan las celebraciones pomposas de cumpleaños, las prefiere discretas

Deseo a la querida y apreciada Primera Dama, Doña Marita Camacho de Orlich, y a su estimable familia, mucha felicidad y alegría con ocasión de esta fecha tan especial, que honra en su 110 aniversario igualmente a Costa Rica.

Discurso del presidente de la Asamblea Legislativa Henry Mora Jiménez al asumir su cargo el 1 de mayo del 2014

Discurso del presidente de la Asamblea Legislativa Henry Mora

Señoras diputadas, señores diputados, renuevo mi agradecimiento, mi complacencia y mi compromiso para que la gestión del Directorio legislativo, que me corresponde presidir sea no solamente del agrado, sino de la altura que esta Asamblea y este país requieren.

Ciertamente, ciertamente soy hijo de la lucha contra el llamado Combo ICE en el año 2000; ciertamente soy hijo, pero también con un poquito de paternidad del debate intenso, político e ideológico que entre el 2003 y el 2007 Costa Rica realizó en torno al Tratado de libre comercio con los Estados Unidos, Centroamérica y la República Dominicana. Pero, ante todo, soy hijo de esta patria amada, a la que todos nos debemos y a la que todos pertenecemos.

Por eso mi principal preocupación y mi principal compromiso es cómo contribuir para construir una Costa Rica en la que quepamos todas y todos; una Costa Rica sin exclusiones, una Costa Rica sin poblaciones vulneradas, una Costa Rica sin discriminaciones de cualquier tipo.

Construir una Costa Rica en la que quepamos todas y todos no es una tarea fácil, demanda un esfuerzo que nos obliga a romper con esquemas, con procedimientos y, sobre todo, con maniqueísmos que durante muchos años han hecho que este país permanezca en un atolladero, del cual nos está costando tanto salir.

Y es que cuando existen posiciones en conflicto, como es usual en cualquier sociedad moderna, cuando un polo de este conflicto, cuando un lado de esa tensión cree que la solución es aplastar al otro polo, esta solución nunca va a ser perdurable.

Ese polo se levantará de nuevo, ese polo aplastado se levantará de nuevo, y seguramente, en parte por la naturaleza humana seguramente exigirá revancha. Y la historia se seguirá repitiendo de crisis en crisis.

Por eso necesitamos romper con esos maniqueísmos y buscar otras formas, ensayar otras formas que nos permitan salir de este impasse en el que tantos y tantas costarricenses creen que el país se encuentra sometido y del que se espera tanto de esta nueva Asamblea Legislativa.

Hay muchos ejemplos de que estos impasses efectivamente existen, y hay muchos ejemplos de que aplastar al contrincante, y peor aún, verlo como enemigo cuando en realidad somos hermanos de una misma patria, son falsas soluciones.

Y tenemos ejemplos históricos donde la humanidad ha cometido errores gigantescos que han costado millones de vidas, precisamente por esta forma de actuar.

Posiblemente el fascismo en Alemania no hubiera tenido viabilidad, posiblemente Adolfo Hitler no hubiera sido un fenómeno histórico si a la Alemania derrotada de la Primera Guerra Mundial los aliados ganadores no hubieran impuestos condiciones draconianas, que hacían imposible que Alemania se levantara de nuevo.

Esto es un ejemplo, pues, relativamente reciente de la historia universal, pero este de formas de actuar y de proceder las enfrentamos todos los días, y todos los días nos damos cuenta de lo infructuoso que es seguir por esos caminos.

Por eso, el problema de la modernización del modelo energético que Costa Rica está demandando no pasa, porque uno de los proyectos y una de las visiones se imponga a la fuerza sobre las otras.

Por eso también en Costa Rica el debate sobre los derechos humanos, particularmente de las llamadas poblaciones diversas, no pasa por ignorar o por aplastar las posiciones que otros sostienen.

Es necesario algo que me ha enseñado la vida y la filosofía también: buscar mediaciones, tender puentes, construir equilibrios.

Se dice que esta Asamblea está sumamente fragmentada, que aquí hay nuevas fracciones, nueve fracciones que piensan ideológicamente muy distinto, que hay posiciones irreconciliables, que difícilmente podremos llegar a acuerdos sobre temas centrales que este país exige.

Sin embargo, soy un convencido de que nuestro marco constitucional, a pesar de las serias limitaciones, a pesar del envejecimiento que tiene desde la constituyente del 49, en muchos aspectos sigue siendo un marco que nos permite que estas distintas ideologías, como decía el maestro de maestros, profesor, catedrático de Derecho de la Universidad de Costa Rica, don Eduardo Ortiz, que esas distintas ideologías fluyan entre sí, compitan entre sí, debatan entre sí con respeto, y en el marco que la Constitución establece.

Y nuestra Constitución tiene una ventaja, a pesar de muchas otras situaciones que podríamos considerar difíciles; nuestra Constitución de alguna u otra manera en distinto grado asume las principales fuentes filosóficas, políticas e ideológicas que las y los costarricenses hemos ido construyendo en los últimos cien años.

El artículo 50 de nuestra Constitución refleja claramente cómo un socialdemócrata insigne, como don Rodrigo Facio, logró plasmar en la constituyente del 49 una visión socialdemócrata moderada, sobre la intervención y la participación del Estado en la economía y en la sociedad.

El artículo 74 de nuestra Constitución recupera el cristianismo social de Jorge Volio, de monseñor Sanabria y de Rafael Ángel Calderón Guardia, y nos exige como Estado a establecer una política nacional de solidaridad, y agrega bajo los principios sociales del cristianismo social.

Obviamente el liberalismo es otra fuente muy importante de nuestro marco constitucional. Los artículos 45 y 46 de la Constitución establecen claramente qué sociedad y qué economía es la que nuestra Constitución demarca al establecer la propiedad privada, la libertad de empresa; aunque no lo diga expresamente, los distintos juristas consideran que de esos dos artículos la libertad de empresa queda igualmente garantizada.

Y a la vez pone restricciones para que políticas de corte social e incluso socialista puedan ser consideradas, puedan ser introducidas dentro de la legislación que nos corresponde establecer.

Así por ejemplo el artículo…, perdón, el párrafo segundo del artículo 45 establece: Por motivos de necesidad pública, podrá la Asamblea Legislativa, mediante el voto de los dos tercios de la totalidad de sus miembros, imponer a la propiedad limitaciones de interés social.

Bien sabemos que este párrafo fue introducido en la reforma constitucional de 1943, bajo la Presidencia del doctor Calderón Guardia, y algunos consideran que era el requisito constitucional para poder legislar las leyes laborales que en este período fueron introducidas.

De manera que la posibilidad de incorporar visiones, incluso sociales y limitaciones a la propiedad, a través del criterio de interés social, incluso están establecidas en nuestra Constitución.

Hay desde luego ─y esto les puede sorprender─ un artículo, el 73, y una práctica institucional que recoge —y les va a parecer quizás increíble—, recoge la máxima distributiva que el fundador del comunismo moderno estableció: De cada quien según su capacidad y a cada quien según su necesidad.

En Costa Rica tenemos una institución que aplica prácticamente al pie de la letra esa máxima, y me refiero desde luego al régimen de salud de la Caja Costarricense de Seguro Social. Independientemente del aporte que cada uno de nosotros hagamos, si alguien necesita una operación a corazón abierto o un trasplante de hígado, no se considera en absoluto cuánto aportó a la seguridad y particularmente al régimen del seguro de salud.

Podría decir que lo que tenemos entonces es una mezcolanza entre ideas socialdemócratas, ideas socialcristianas, ideas socialistas, y desde luego, también, ideas liberales.

Pero algo nos falta para que eso no sea una mezcla vacía de conceptos y de ideologías, y aquí es donde yo creo que nuestra Constitución, efectivamente, presenta una debilidad, porque para mí la columna vertebral que debería articular esta posibilidad que tenemos de que distintas ideologías confluyan en un mismo marco constitucional, para mí debería ser el humanismo que, en mi caso, pretendo practicar y en el cual creo. Y claro, tenemos el artículo 21 de la Constitución: la vida humana es inviolable.

Y por cierto, es la única ocasión en que nuestra Constitución incorpora la palabra ‘vida’, la única.

La vida humana es inviolable. Debería de aclararse que la vida es tanto la vida corporal como la vida espiritual; debería de aclararse que es tanto la integridad personal como la dignidad de las personas, y con eso nos estaríamos acercando a un humanismo ecuménico que es muy propio de nuestra idiosincrasia.

Pero lo importante es ver que en un tema en el que aparentemente tenemos posiciones tan discrepantes, tenemos la posibilidad de ensayar acuerdos y de abrevar de distintas fuentes ideológicas y de distintas filosofías políticas.

De manera que si en algo que tal vez suena relativamente filosófico, podemos llegar a buscar acuerdos, ¿en qué no podemos llegar a buscar acuerdos? Y esa es posiblemente la demanda más perentoria que la sociedad nos está exigiendo en este momento.

Creo, compañeras diputadas, compañeros diputados, que esta es efectivamente la principal demanda a la cual tenemos que responder; por eso, insisto y por eso estoy optimista porque les he escuchado dando declaraciones a la prensa, les he escuchado conversando con mi persona, les he escuchado conversando entre ustedes, y veo una gran motivación, una enorme voluntad para que efectivamente esas posiciones maniqueístas de ganadores y perdedores dejemos de operarlas y busquemos una sociedad donde todos y todas ganemos. Aunque yo prefiero utilizar la expresión: una sociedad donde todas y todos los quepamos. Y debería agregar: y la naturaleza también.

 

Muchísimas gracias.

 

Ilustración:www.facebook.com/henrymoradiputado