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Etiqueta: impunidad

Conversatorio: “Perspectiva histórica y estado actual de la resistencia indígena en Costa Rica. Acceso a la tierra y asesinato de líderes indígenas”

La Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica (Feucr) invita a participar del conversatorio “Perspectiva histórica y estado actual de la resistencia indígena en Costa Rica. Acceso a la tierra y asesinato de líderes indígenas” que se llevará a cabo el próximo jueves 14 de enero a las 5:00 pm en modalidad virtual.

El evento contará con la participación de Cyndi Vargas, lideresa, recuperadora de tierras y agricultora del Térraba; Pablo Sibar, recuperador Crun Shurin, coordinador del Frente Nacional de Pueblos Indígenas (Frenapi) e investigador comunitario; y Emanuelle Buitrago, líder Bribri de Talamanca, coordinador en Frenapi.

Puede seguir la transmisión desde el Facebook de la Feucr.

Principios para una política a favor de los pueblos y territorios indígenas costarricenses

El miércoles 02 de diciembre, en el marco de la conferencia de prensa “Costa Rica, amenazas de muerte a Pablo Sibar y demás recuperadorxs de territorios indígenas”, el Secretario General del Sindicato de Empleados de la Universidad de Costa Rica (Sindeu), Trino Barrantes Araya, compartió las siguientes palabras:

Principios para una política a favor de los pueblos y territorios indígenas costarricenses

Trino Barrantes Araya
tbarrantesa@gmail.com
San Pedro de Montes de Oca

Miércoles 2 de diciembre de 2020

Un pequeño preámbulo:

Debieron pasar 427 años, después de la conquista, para que el tema indígena se pusiera en el tapete de los organismos internacionales. Efectivamente, es a partir de 1919 que el tema indígena procura la atención de los Estados-nacionales.

De igual forma es importante tener presente el papel del Tribunal Russell, pues con todas sus variables, es una primera de las instancias que posicionó el tema del respeto a los Derechos Humanos a los pueblos ancestrales. Aunque ciertamente el tema había sido considerado desde 1943, será en el año 1966, con el filósofo y literato Jean Paul Sartre, que el tema logra dimensionarse de manera universal.

Señalemos que ya, a partir del Convenio 107, la Organización Internacional del Trabajo presta una atención permanente a incorporar a los pueblos indígenas como actores de una realidad socio histórica y cultural de la cual son parte.

En el caso de Costa Rica, existe un buen cúmulo de leyes en torno a este eje. Así, de manera sucinta indicamos lo siguiente:

1973 – Ley 5251 Creación de la Comisión Nacional de Asuntos Indígenas-CONAI

1977 – Ley 6172 Se sanciona la Ley Indígena.

1992 – Ley 7316 El gobierno de Costa Rica, ratificó el Convenio 169 de la OIT.

No es, sin embargo, este el tema que nos ocupa en este momento. Nos interesa sobre todo llamar la atención a favor de la integridad física y psicológica de Pablo Sibar Sibar, las lideresas indígenas y otros miembros de los territorios indígenas que son permanentemente amenazados de muerte.

Algunas ideas para una política indigenista:

1.- En enero de 1971, en Barbados se da una declaración que adquiere hoy en día una validez universal. “El derecho de los indígenas es previo al Estado”. No significa lo anterior que dichos derechos sean superiores al Estado, ni que la protección de la ley de desarrollo autónomo de los pueblos indígenas deba considerarse como una independencia absoluta del conjunto de normas, leyes y valores en que se sustenta el Estado. Pero la propuesta que estuvo en discusión hace unos años en la Asamblea Legislativa en el Proyecto Ley 14.352, precisaba que los derechos indígenas sobre sus tierras y territorios anteceden en mucho al cuerpo legal que dio la estructura jurídica al Estado costarricense.

2.- Aunque los derechos de los pueblos indígenas no hayan estado escritos en papel o en un cuerpo de leyes previamente articulado, estos existían previos a la conformación de los Estado-nación, que son construcciones sociohistóricas que se dan más tarde.

3.- Existe un principio que une y acerca a la lucha indígena con otro gran sector que es el campesinado. Hacemos referencia en este apartado al trabajo como fuente de derecho sobre la tierra. Sobre los grandes territorios indígenas los blancos no tenían ningún derecho. “La tierra es para quien la trabaja” y 2000 años antes de la conquista y el mal llamado descubrimiento, los pueblos ancestrales, nuestros pueblos originarios habían desarrollado una gran cultura productiva. El indígena exige, no por capricho, la tierra para sus pueblos, porque lo recurrente es ese largo derecho a lo que les pertenece.

4.- Convenio No.169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes.

Sin lugar a dudas este apartado es clave: Parte I. Política General, Artículo 1, 1. Este convenio es sin duda un instrumento legal que valida lo que anteriormente hemos venido señalando, pues el mismo refiere a las condiciones sociales, culturales y económicas propias de los territorios indígenas que los distingue de la colectividad nacional, pero además este artículo refiere con gran convicción que en dichos pueblos se reconoce un principio ancestral de sus propias costumbres y tradiciones bajo una legislación propia y especial.

5.- En el Congreso referido anteriormente celebrado hace ya medio siglo, se reconoce al territorio y al grupo social indígena como verdaderas unidades políticamente viables e independientes del Estado. No obsta lo anterior, sin embargo, para eximir al Estado de sus obligaciones de apoyar y contribuir con el desarrollo de sus pueblos ancestrales, respetando, eso sí, su independencia y autonomía.

6.- El desarrollo nacional no puede entrar en contradicción con el desarrollo de los pueblos ancestrales, pero lo anterior exige por parte del Estado respetar la armonía de los pueblos con su naturaleza y el buen vivir.

Para finalizar, cuento con algunos recortes, tal vez del diario más reaccionario y mediático de este país, hago referencia al periódico la Nación. De la lectura del contenido de estos artículos, podemos arribar a importantes conclusiones. El abogado Carlos Tiffer, en su artículo: Crimen sin castigo, del domingo 6 de setiembre del 2020, página 28, es enfático en señalar que estamos en un “estado de impunidad”. Por eso, crímenes como el de Sergio Rojas Ortiz y el de Jehry Rivera, se deslegitiman y los actores materiales de dichos crímenes quedan impunes. Por su parte los periodistas Katherine Chaves y Carlos Arguedas, en su artículo: “Fiscalía pide desestimar causa contra sospechosos en crimen de indígena”, La Nación, sábado 26 de octubre de 2020, P.11. dejan claro a la opinión pública nacional e internacional, el juego sucio y el manipuleo en estos crímenes perpetrados contra las dirigencias históricas de los pueblos ancestrales.

Más insultante aún son los argumentos que logra descubrir el comunicador Arguedas en su artículo: “Fallo de tribunal agrario frena plan de indígenas para rescatar sus tierras”, La Nación, domingo 11 de octubre de 2020, p. 10.

Termino diciéndoles, a todas y todos los que estamos hoy participando de esta conferencia de prensa, que tenemos que convertirnos en abanderados en la defensa de la integridad física y psicológica de Pablo Sibar Silbar y de todas y todos los recuperadores de sus tierras ancestrales.

FRENAPI: Solicitamos rechazar el pedido de desestimación de la investigación penal del asesinato de Sergio Rojas Ortiz

SURCOS comparte el siguiente comunicado del Frente Nacional de Pueblos Indígenas (Frenapi):

A la comunidad nacional e internacional

El Frente Nacional de Pueblos Indígenas (FRENAPI) y el Comité de Apoyo a la Autonomía Indígena apoyamos la acción directa No Violenta que se realizará el 3 de diciembre del 2020, a partir de las 9 am en los Tribunales de Pérez Zeledón con la presencia de delegados del FRENAPI, para exigir que no se archive el expendiente: 19-000178-0990-PE por el delito de homicidio calificado contra Sergio Rojas Ortiz.

Solicitamos rechazar el pedido de desestimación de la investigación penal del asesinato de Sergio Rojas Ortiz.

Unidos a los Consejos de Salitre Ditso Iriria Ajkonuk Wakpa, Consejo de Mayores Broran de Térraba, Consejo de Mayores Iriria Jtecho Wakpa de Cabagra, y la Asociación de Desarrollo integral del Territorio indígena de China Kichá reclamamos no a la impunidad en el homicidio de Sergio Rojas Ortiz y demandamos que el Ministerio Público continue con las investigaciones.

Desde el 24 de setiembre de este año, la Fiscalía de Delincuencia Organizada solicitó el archivo de la investigación del caso del asesinato de nuestro compañero y líder indígena Bribri, cofundador del FRENAPI Sergio Rojas Ortíz, lamentable hecho realizado el 18 de marzo de 2019 en su casa de habitación. Hasta el momento, no se ha identificado a ningún sospechoso. Sergio era beneficiario directo de las Medidas Cautelares 321-12, emitidas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos desde el 30 abril 2015, donde se ordena al Estado proteger la vida e integridad física de los Bribri de Salitre y Brörán de Térraba.

El próximo 3 de diciembre a las 9:00 am se llevará a cabo una audiencia oral para que el Juzgado Penal de Buenos Aires decida si la investigación debe seguir activa y no archivarse, o por el contrario validar la impunidad y descontinuar el proceso. Las acciones de la Fiscalía que solicitan la desestimación de la investigación son ofensivas e incumplen las Medidas Cautelares 321-12.

Ante esto, como organizaciones que velamos por la permanencia y desarrollo de nuestras culturas indígenas y nuestra incansable labor de recuperación de tierras, exigimos:

  • Que las autoridades judiciales digan no a la impunidad, y se continúe con las investigaciones judiciales que corresponden.
  • Que las autoridades judiciales del Estado Costarricense destinen todos los recursos disponibles para dar con los responsables, y acabar con el clima de hostilidades en nuestros territorios, donde continuamente niños, mujeres y hombres indígenas viven en carne propia la inacción del Estado Costarricense.
  • Que se encuentre a los homicidas intelectuales y a los que cometieron el crimen de Sergio Rojas Ortiz y les caiga todo el peso de la Ley penal.
  • Que se haga justicia a la familia de Sergio Rojas Ortiz encontrando a los autores de darle muerte, diciendo no a la impunidad.

Hasta el momento, no hay ningún sospechoso detenido, ningún allanamiento realizado en la zona y tampoco ningún arma decomisada. Vemos nuevamente como la justicia no existe para nosotros los indígenas, ya que las amenazas de muerte y agresiones continúan, no tenemos acceso efectivo a nuestras tierras y el gobierno no avanza en la recuperación de estas.

¡No más impunidad!
#SergioRojasVIVE #JeryRiveraVIVE

¡La lucha sigue y se extiende!
Frente Nacional de Pueblos Indígenas (FRENAPI)
Acompaña: Comité Nacional de Apoyo a la Autonomía Indígena
03 de diciembre, 2020

Presentan libro: “30 años de criminalización del movimiento ecologista en Costa Rica”

  • Conversatorio sobre contextos latinoamericanos de violencia contra personas defensoras de la naturaleza

San José, Costa Rica.- Este próximo lunes 7 de diciembre, a las 5:00 pm, se presentará el libro “Una memoria que se transforma en lucha: 30 años de criminalización del movimiento ecologista en Costa Rica”, que recuenta casi 100 hechos de violencia contra las personas defensoras de la naturaleza en nuestro país. Esta realidad no tiene nada que ver con la imagen idílica de las postales turísticas, de país verde y de paz con la que se vende a Costa Rica en el exterior.

La presentación del libro será un conversatorio ––que se transmitirá vía redes sociales–– entre destacadas activistas de toda la región Latinoamérica, como lo son Karin Nancen (Uruguay), presidenta de la federación ecologista Amigos de la Tierra Internacional; Silvia Riveiro (México), investigadora directora para América Latina del Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración (ETC); Esperanza Martínez (Ecuador), especialista en Derechos de la Naturaleza de Acción Ecológica; y Tatiana Roa (Colombia), de CENSAT Agua Viva- Amigos de la Tierra Colombia.

Nuestro país es parte de la región con más asesinatos de personas defensoras en el mundo, puesto que ocupa Latinoamérica desde 2012. Casos como el de Jairo Mora (2013), Sergio Rojas (2019) o Yehry Rivera (2020) son parte de estas lamentables estadísticas.

Según el prólogo del libro, este “es un esfuerzo por sistematizar una fracción de la criminalización pues se ha construido a partir de las mismas fuentes y voces de personas defensoras”. Además, “es un ejercicio de memoria histórica en construcción y que necesariamente debe seguir alimentándose y sobre todo aclarándose y tratando de lograr justicia y acabar con la impunidad ante la mayoría de casos”.

Los autores aseguran que “es importante señalar que sí hay destacados logros ambientales en nuestro país y existen también externalidades y costos humanos sobre cada uno de estos avances. En ese sentido, este panorama de criminalización tiene un peso importante a la hora de hablar de éxitos, indicadores y políticas ambientales.”

La criminalización se puede definir “como un proceso de acciones y estrategias realizadas por instancias estatales y privadas, que buscan la estigmatización, denigración, intimidación, deslegitimación y la desmovilización de las luchas socioambientales y territoriales”. Se puede manifestar como formas sutiles de prejuicios, hasta elaborados dispositivos mediáticos y político-jurídicos, conformando un ciclo de violencia socio ambiental.

El libro sistematiza 18 demandas individuales y 7 demandas colectivas contra más de 36 activistas procesados por defender el ambiente y derechos comunitarios. Además, se listan formas de persecución y amenazas documentadas, que incluyen al menos 25 atentados o ataques directos, 10 incendios a casas o locales, y 21 casos de amenazas de muerte. Toda esta violencia ha culminado en los asesinatos de 13 defensores y defensoras del ambiente, los cuales se perpetraron entre 1975 y 2020, y la mayoría de los cuales aún se mantiene en la impunidad.

La investigación fue realizada por Mauricio Álvarez Mora y Alicia Casas y fue compilado por la periodista Fabiola Pomareda. Es una publicación de la Federación Costarricense para la Conservación de la Naturaleza (FECON), realizada con el apoyo de la Fundación Rosa Luxemburgo en México, el Centro Investigaciones en Estudios Políticos (CIEP) y el Programa Kioscos Socioambientales de la Universidad de Costa Rica (UCR) y la Fundación Heinrich Böll en El Salvador.

 

Compartido con SURCOS por Mauricio Álvarez Mora.

Negación y autoritarismo en la Costa Rica sin ejército

Osvaldo Durán Castro
Sociólogo. Profesor ITCR

La historia oficial de Costa Rica esconde o minimiza hechos despóticos, autoritarios y violentos, como la ilegalización de partidos políticos y sindicatos, asesinatos políticos, persecución, exilios, intimidaciones, decretos contra la clase trabajadora, entre otros. Muchas de esas prácticas se dieron en el contexto de la abolición del ejército, pero podemos decir que son parte de la historia actual por la falta de justicia e impunidad en muertes como los de Jaime Bustamante, María Del Mar Cordero y Oscar Fallas ocurrido el 7 de diciembre de 1994, David Maradiaga, el 14 de julio de 1995, Sergio Rojas Ortiz el 18 de marzo de 2019, Jerhy Rivera Rivera el 24 de febrero 2020 (cuyo caso sigue abierto), e incluso los asesinatos de Antonio Saldaña/Blu (Rey indígena) el 3 enero 1910 y de Pa-Blu Presberu el 4 julio 1710, pues todos responden a formas de violencia no reconocidas, no juzgadas y no castigadas.

Si bien no tener ejército es un gran mérito, hace falta recuperar la memoria no oficial y completa de Costa Rica para comprender el período histórico en el cual se produce la abolición del ejército. Es necesario desmitificar la historia oficial y algunos hechos en particular como lo ocurrido con el ejército, que fuera de contexto y en su versión oficial, es únicamente un “acto heroico” de Figueres Ferrer. Pero si ampliamos la visión con algunos decretos y acciones de la Junta Fundadora de la Segunda República, antes y después del 1 de diciembre de 1948, aparecen acontecimientos sobresalientes de los que se habla sólo “de pasada”, o se niegan deliberadamente.

Antes de la abolición del ejército se produjeron hechos de autoritarismo como la ilegalización del Partido Comunista consumada el 7 de julio de 1948, argumentando que ésa era una organización que atentaba “contra el régimen democrático”, según decía el Decreto firmado por José Figueres Ferrer. El mismo Figueres en el libro “El espíritu del 48” (1987. 308) indicó que “la proscripción estaba evidentemente dirigida contra cualquier agrupación comunista, llevara o no esa connotación. Estaba dirigida directamente contra el Partido Vanguardia Popular”. El Secretario general de Partido Comunista, Manuel Mora Valverde señaló que “se habían comprometido a no ilegalizarnos”, pero, “nos ilegalizaron para que el Departamento de Estado (de los Estados Unidos) les permitiera mantenerse en el poder” (Discursos. 1980, p. 407).

También se decretó la ilegalización de los sindicatos iniciando por la beligerante Confederación General de Trabajadores de Costa Rica. Sesenta sindicatos fueron forzosamente aniquilados con lo que se desarticuló la organización social que históricamente, desde finales del siglo anterior, había gestado la creación de las garantías sociales de los años cuarentas, tras décadas de luchas ejemplares. A las ilegalizaciones se sumaron el exilio de dirigentes comunistas y sindicalistas, el encarcelamiento, la tortura, la persecución y la intimidación de muchísimas personas (prácticas asociadas por el grueso de la población costarricense con otros países, pero nunca con Costa Rica).

Otros decretos de la Junta que revelan su cariz autoritario fueron los del 11 y 19 de mayo. El primero, número 7, dispuso “la remoción de los empleados públicos sin derechos a sus prestaciones legales y preaviso y cesantía. Además, se autoriza a las empresas particulares para despedir de sus puestos a aquellos empleados que consideran peligrosos”. El otro decreto creó el Tribunal de Sanciones Inmediatas para “…juzgar los hechos delictuosos cometidos por funcionarios públicos particularmente de 1940 a 1948. Los fallos de ese Tribunal no podían se apelados de ninguna forma”. Además, el 2 de junio de 1948, se crea el Tribunal de Probidad y la Oficina de Propiedad Intervenida, como explica el historiador Óscar Aguilar Bulgarelli en su libro Costa Rica y sus hechos políticos de 1948.

Otro de los hechos que marca la historia del país desde el autoritarismo, es el asesinato del Codo del Diablo perpetrado el 19 de diciembre de 1948, en el que pierden la vida los dirigentes comunistas Tobías Vaglio, Octavio Sáenz, Lucio Ibarra y Federico Picado. Con ellos fueron asesinados Narciso Sotomayor y Álvaro Aguilar. Dado que Picado era diputado electo por la provincia de Limón, este fue un magnicidio político. Ese crimen fue una ejecución sumaria planificada y ejecutada durante el gobierno de facto de Figueres Ferrer, que había sido instalado por medios militares y que ejercía con poderes ilimitados.

Casi como premonición de lo que le ocurriría a los militantes comunistas asesinados, algunas narraciones de subalternos de José Figueres Ferrer dan cuenta de que cuando a éste se le presentaron prisioneros se mostraba molesto. Según narra Manuel Solís Avendaño en su libro La institucionalidad ajena. Los años cuarenta y el fin de siglo (2006), Figueres decía que: “no debían crearme ese problema de prisioneros en el futuro, lo que deben hacer es no traer prisioneros, pues al enemigo hay que liquidarlo. Increpado por esta respuesta respondió que si se portaba blando perdería el respeto de los “muchachos”, los cuales de todas maneras matarían a los prisioneros”.

La trama política de esos años incluía la injerencia directa del gobierno de los Estados Unidos en los asuntos internos de Costa Rica. Mercedes Muñoz en su investigación Los problemas de seguridad del Estado costarricense 1940-1948 (1989, p. 102) expone que “…el embajador costarricense en Washington, en una entrevista con Tapley Bennet, Director de la Oficina de Centroamérica y Panamá del Departamento de Estado, reconoció el peligro marxista en Costa Rica y la influencia perniciosa del Partido Comunista para el Gobierno”.

La línea anticomunista para América Latina definida y promovida por los Estados Unidos, fue seguida puntillosamente por los integrantes de la Junta Fundadora de la Segunda República desde antes de que tomaran militarmente el poder por medio de “una Junta de Gobierno con poderes ilimitados” como indica Figueres Ferrer. Pero además, el anticomunismo había sido también un componente del ideario político del Gobierno de Teodoro Picado. El mismo Partido Republicano, durante el gobierno de Calderón Guardia, había firmado en julio de 1941, un acuerdo de cooperación militar con los Estados Unidos, lo cual no resultaba extraño en el contexto regional, ya que “en Centroamérica en la década de los 30’s, la consigna contraria al comunismo, impulsada desde el Departamento de Estado, organizó cambios sustanciales en el papel que debían cumplir las fuerzas de seguridad como en los requisitos que debían reunir los integrantes de éstas”, según explica Mercedes Muñoz (1989, p. 97). El documental “El Codo del Diablo” de Ernesto y Antonio Jara Vargas, reproduce un discurso de Gonzalo Facio Segreda, Ministro de economía y hacienda de la Junta, en el que éste resume su visión política, totalmente congruente con la línea anticomunista del Departamento de Estado de los Estados Unidos y de Figueres Ferrer que ya mencionamos. Facio dice que “asumimos poder después de haber ganado la primera lucha armada que se da en el continente contra el comunismo”. Para ese tiempo estaba recién creado el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, TIAR, que en la práctica aseguraba la cesión de la soberanía de los países de América Latina a los Estados Unidos. Tanto Figueres como Facio se alineaban para asegurarse la confianza de aquel país.

El autoritarismo implicó el exterminio de personas por medio del asesinato y generó además, como dijimos, exilio, encarcelamiento, persecución, intimidación, entre otras prácticas. Como justamente expone Manuel Rojas Bolaños en su libro Lucha Social y Guerra Civil en Costa Rica 1940-1948, “la izquierda comunista quedó prácticamente fuera del juego político hasta los años setenta, por prohibiciones establecidas constitucionalmente” (1990, p. 27). En cualquier otro país, los asesinatos del Codo del diablo, la ilegalización de organizaciones sociales, los decretos contra la clase trabajadora y las demás acciones de represión política, se hubieran reconocido como actos propios de un gobierno dictatorial; pero no ha sido así en Costa Rica.

El discurso oficial y el imaginario político, a través de libros, discursos y la reproducción que hacen del mismo personas, instituciones y organizaciones, siguen resumiendo la historia de la guerra civil de 1948 como un acontecimiento de “defensa del sistema electoral”, lo que ha permitido construir un imaginario de sociedad irrestrictamente democrática, pulcra e idílicamente pacífica en la que los enfrentamientos sociales, incluidos asesinatos políticos, se desdibujan, tergiversan, minimizan, o simplemente se ocultan.

Dado que la versión oficial además nos presenta la historia como la acción de caudillos y héroes, uno de los cuales es sin duda José Figueres Ferrer, es indispensable releer todo lo divulgado por el discurso oficial y enseñado en la academia, desde la escuela hasta la universidad. Alfonso González Ortega y Manuel Solís Avendaño en su libro Entre el desarraigo y el despojo argumentan que “Hoy sabemos, aunque no lo incorporemos a la representación que tenemos de nuestra historia, que Figueres Ferrer no fue el principal artífice de la abolición del ejército y que originalmente esta proscripción estuvo más inspirada en detener sus aventuras militares, en medio de una lucha entre los grupos representados en la llamada Junta Fundadora de la Segunda República, menos en la creación deliberada de una cultura de paz. Algo semejante ocurre con la nacionalización de la banca” (2001, p. 170).

Otra vertiente de la historia que la historia oficial y el discurso del poder han pasado de lado o han ocultado, es la corrupción como práctica común. Uno de los ejemplos notables de manejo arbitrario de la Hacienda Pública fue que “en esos momentos (durante el gobierno de la Junta de Figueres Ferrer), una parte de los recursos del gobierno se destinaba a pagos privados, y al mismo Figueres”. Explica el sociólogo Manuel Solís Avendaño que “el Decreto 251 del 12 de noviembre de 1948 autorizó un pago de 2.734.443 colones a Figueres, por concepto de propiedades destruidas. La suma equivalía casi al cincuenta por ciento de los seis millones asignados originalmente para cubrir ese rubro. Allí estaba, en germen, una característica de la nueva institucionalidad”.

Como resumen de estas líneas, podemos decir que la abolición del ejército sólo fue posible después de “limpiar la mesa”, tras la ilegalización del Partido comunista y de 60 sindicatos de la Confederación General de Trabajadores de Costa Rica, y las demás prácticas despóticas y represivas de la denominada Junta Fundadora de la Segunda República. Con esto se eliminaron las entidades con capacidad militar y socialmente organizadas para retar el nuevo bloque de poder. En otras palabras, ya no había oposición socialmente articulada y la Junta ejercía poderes ilimitados sin enemigos contundentes. Tenía el control centralizado y aplicaba represión directa contra cualquier oposición posible.

En esas condiciones la abolición de cuerpo armado era viable tanto por condiciones creadas a lo interno del país, como por ajuste o acomodo de la Junta de Gobierno a la política exterior de los Estados Unidos.

NO a la impunidad del homicidio de Sergio Rojas Ortiz

SURCOS comparte el siguiente comunicado:

Comunicado público
Concejo de Salitre Ditsö Iriria Ajkönúk Wakpa
Concejo de Mayores Brörán de Térraba
Consejo de Mayores Iriria Jtecho Wakpa de Cabagra
Asociación de Desarrollo Integral del Territorio Indígena de China Kichá

– No a la impunidad del homicidio de Sergio Rojas Ortiz
– Demandamos que el Ministerio Público continué con las investigaciones

Lunes 23 de noviembre 2020. Desde el 24 de setiembre de este año, la Fiscalía de Delincuencia Organizada solicitó el archivo de la investigación del caso del asesinato de nuestro compañero y líder indígena bribri, Sergio Rojas Ortiz, lamentable hecho realizado el 19 de marzo de 2019 en su casa de habitación. Hasta el momento, no se ha identificado a ningún sospechoso.

Sergio era beneficiario directo de las Medidas Cautelares 321-12, emitidas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos desde el 30 abril del 2015, donde se ordena al Estado proteger la vida e integridad física de los y las Bribri de Salitre y Brörán de Térraba, así como investigar y sancionar a los responsables de las amenazas y violencia.

El próximo 3 de diciembre a las 9:00 am se llevará a cabo una audiencia oral para que el Juzgado Penal de Buenos Aires decida si la investigación debe seguir activa y no archivarse, o por el contrario validar la impunidad y descontinuar el proceso. Por esto, las acciones de la Fiscalía y la eventual acogida de la solicitud de desestimación serían particularmente ofensivas y en total incumplimiento de las Medidas Cautelares 321-12.

Ante esto, como organizaciones que velamos por la permanencia y desarrollo de nuestras culturas indígenas y nuestra incansable labor de recuperación de tierras, exigimos:

  • Que las autoridades judiciales digan no a la impunidad, y se continúe con las investigaciones judiciales que corresponden.
  • Que las autoridades judiciales del Estado Costarricense destinen todos los recursos disponibles para dar con los responsables, y acabar con el clima de hostilidades en nuestros territorios, donde continuamente niños, niñas, mujeres y hombres indígenas viven en carne propia la inacción del Estado.
  • Que se encuentren a los homicidas de Sergio Rojas Ortiz y les caiga todo el peso de la ley penal.
  • Que se haga justicia a la familia de Sergio Rojas Ortiz encontrando a los autores de darle muerte, diciendo no a la impunidad.

El comunicado lo firman las siguientes personas:

Pablo Sibar Sibar – Concejo de Mayores Brörán de Térraba, Territorio Indígena de Térraba
Lesner Figueroa Lázaro – Concejo Ditsö Iriria Ajkönúk Wakpa, Territorio Bribri de Salitre
Maximiliano Torres Torres – Concejo Iriria Jtecho Wakpa, Territorio Indígena de Cabagra
Efraín Fernández Zúñiga – Asociación Desarrollo China Kichá, Territorio Indígena Kichá

 

Imagen: Coordinadora de Lucha Sur Sur-CLSS

Rel UITA: Carta a presidente sobre desestimación y archivo del caso sobre asesinato de Sergio Rojas

Carta de Rel UITA al Presidente de Costa Rica

Regional Latinoamericana de la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación, Agrícolas, Hoteles, Restaurantes, Tabaco y Afines.
Rel-UITA

Señor Presidente de la República de Costa Rica
Carlos Alvarado Quesada
Casa Presidencial
San José

Ref.: Desestimación y archivo caso asesinato Sergio Rojas

Señor Presidente:

Nos hemos enterado que este 24 de septiembre, el Ministerio Público decidió ordenar la desestimación y archivo fiscal del caso del asesinato del líder indígena bribri Sergio Rojas Ortiz.

De acuerdo a informaciones que han circulado recientemente, la Fiscalía habría tomado esta tan discutible decisión debido a la imposibilidad de identificar a los autores del crimen tras juzgar que “el entorno, la forma de vida de la zona y la imposibilidad de localizar testigos” le imposibilitaban llevar a cabo la investigación.

Comprenderá usted que tales argumentaciones son inaceptables bajo cualquier punto de vista, máxime cuando el líder indígena asesinado gozaba de medidas cautelares otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en 2015, que le ordenaba al Estado y a usted personalmente en tanto autoridad más relevante del país garantizar su integridad física y su vida.

Pese a esas disposiciones, Rojas fue ultimado a mansalva de 15 disparos el 18 de marzo del año pasado, y ello en medio de una escalada de violencia contra los pueblos Teribe (Brörán) y Bribri, empeñados en la recuperación de los territorios indígenas de Térraba y Salitre.

En ese contexto de agresiones permanentes, que su gobierno tampoco ha sabido frenar, era muy probable que Sergio Rojas fuera tomado como blanco y el Estado debía haber extremado las medidas necesarias para salvaguardar su vida.

Nos preocupa sobremanera que, 19 meses después del atroz asesinato, no sólo no ha habido ningún avance en la línea de investigación, sino que los órganos encargados de impartir justicia pretendan archivar el caso, cubriéndolo con un manto de impunidad.

Las organizaciones de las cuales Rojas era miembro denuncian la inacción del Estado ante la impunidad de la cual gozan los terratenientes que, a menudo, usurpan y se apoderan violentamente de los territorios indígenas.

Asimismo, exigen que se apliquen los convenios internacionales ratificados por Costa Rica y las leyes nacionales que regulan y garantizan los derechos territoriales de los pueblos originarios.

Continuar postergando el reordenamiento y saneamiento de los territorios indígenas y permitiendo que la represión y los crímenes contra los pueblos originarios queden impunes, deja a las poblaciones que están en procesos de recuperación, aún más expuestas a más violencia y ataques mortales.

El 25 de septiembre, un día después de la decisión de la Fiscalía de archivar el caso del asesinato de Sergio Rojas, Naciones Unidas instó a las autoridades de Costa Rica a continuar las investigaciones, “identificar a los autores materiales e intelectuales de este grave delito y llevarlos ante la justicia”.

Asimismo, exigimos que se lleven a cabo acciones para “erradicar toda forma de violencia y discriminación contra los pueblos indígenas”, garantizándoles también el derecho a la posesión de sus tierras.

Señor presidente, la Rel UITA, y sus 87 organizaciones afiliadas en 18 países, hace suyos esos reclamos de elemental justicia, tanto con Rojas y otros dirigentes sociales asesinados y agredidos en su país como con las poblaciones indígenas que ven constantemente pisoteados sus derechos ante la pasividad de quienes tienen el deben de protegerlas.

Sepa que en esa lucha seguiremos estando.

Atentamente,

Gerardo Iglesias
Secretario Regional UITA

Montevideo, 6 de octubre de 2020.

TEC: Escuela de Ciencias Sociales se pronuncia ante el asesinato de Sergio Rojas y la orden de desalojo de indígenas cabécares

PRONUNCIAMIENTO REPUDIA ARCHIVO JUDICIAL DE CAUSA

Considerando que los pueblos indígenas de Costa Rica reforzaron su proceso de afirmación territorial autónoma y el archivo de la causa por el asesinato de Sergio Rojas Ortiz, la Escuela de Ciencias Sociales del Tecnológico de Costa Rica (TEC), emitió un pronunciamiento que señala el rechazo y repudia el archivo de este suceso y la orden de desalojo de indígenas cabécares de China Quichá de su propio territorio. A continuación el texto completo del pronunciamiento.

Rechazamos y repudiamos el archivo de la causa por el asesinato de Sergio Rojas Ortiz y la orden de desalojo de indígenas cabécares de China Quichá de su propio territorio

Considerando que:

  1. Los pueblos indígenas de Costa Rica reforzaron su PROCESO DE AFIRMACIÓN TERRITORIAL AUTÓNOMA (PATA) ante la omisión del Estado para garantizar sus derechos como dueños y dueñas absolutos y únicos de su Tierra/Territorio, después de que el 10 de agosto del 2010 –Día Internacional de los Pueblos Indígenas– 27 indígenas (mujeres y hombres) fueran desalojados represiva y violentamente del Salón de Beneméritos de la Patria de la Asamblea Legislativa, cuando pedían la “Aprobación o Archivo” del Proyecto de Ley de Desarrollo Autónomo de los Pueblos Indígenas No. 14.352.
  2. En la práctica los pueblos indígenas han sido despojados de sus Tierras/Territorios, que según los Artículos 2, 3 y 4 de la Ley Indígena N° 6.172 de 1977, pertenecen “a las comunidades, siendo esa posesión exclusiva de las personas que las habitan, además son intransferibles, inalienables (no se comercian), imprescriptibles (no se puede alegar derecho por el paso del tiempo); y agrega la Ley, que “los contratos o negocios con NO Indígenas son ABSOLUTAMENTE NULOS” (sic).
  3. En el proceso de hacer valer sus derechos sobre sus teritorios fueron asesinados Sergio Rojas Ortiz en su casa de habitación el 18 de marzo de 2019 y Jhery Rivera Rivera el 24 de febrero del 2020, lo cual demuestra la brutalidad contra los pueblos indígenas. Desde abril de 2015 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos había dictado medidas cautelares (MC-321-12-2015) con las que se ordenó al Estado costarricense proteger la vida y la integridad de los pueblos indígenas Teribe y Bribri del territorio de Salitre, cantón de Buenos Aires, al cual pertenecía Sergio Rojas Ortiz. En el caso de Jerhy Rivera Rivera, tres días antes de su asesinato, el Frente Nacional de Pueblos Indígenas –FRENAPI– había emitido una “ALERTA TEMPRANA sobre la movilización y organización de personas usurpadoras en Tierras Indígenas”.
  4. La violencia en los territorios indígenas es permanente y está dirigida directamente contra muchas personas indígenas como Pablo Sibar Sibar y Vicky Lezcano Ortiz, integrantes de la Coordinación Nacional del FRENAPI, junto con Robert Morales Villafuerte, recuperantes Brörán en Crun Shurin (Térraba) y Clarita Quiel Torres, recuperante Bribri en Nima Dikol (Cabagra), quienes según FRENAPI “han sido objeto directo de persecución racista y amenazas de muerte, incluso desde páginas manejadas tras el cobarde anonimato en Facebook, como es el caso “Verdades de Salitre”, “Brunca T.V” y “Campesinos de Buenos Aires”, todas colmadas de calumnias, insultos, incitaciones no sólo al asesinato, sino a la tortura de los cuerpos de nuestras/os compañeras/os”.
  5. El asedio de los territorios indígenas incluye incursiones y permanencia de vehículos, maquinaria pesada, como cuando el 6 de marzo de 2020, según FRENAPI “atravesaron una “vagoneta” y vehículos pesados en la entrada al Territorio Cabécar de China Kichá, impidiendo el paso de la policía”, que a su vez permitió las acciones de los supuestos usurpadores. “La quema de terrrenos cultivados o no, la destrucción de cercas, las amenazas de agredir a las familias indígenas, y la presencia armadas de matones pagados por los finqueros usurpadores, son parte de la cotidianeidad en los pueblos indígenas”, según lo denunciado por los pueblos indígenas y personas como Pablo Sibar Sibar. Igualmente violenta fue la “Marcha por la Paz en Buenos Aires” del sábado 7 de marzo del 2020, en la que un grupo de terratenientes, “acompañados por líderes locales de iglesias, comerciantes y empresarios, así como miembros de la Municipalidad”, expresaron todo tipo de mensajes racistas y llamados a permanecer dentro de los territorios indígenas, sugún divulgaron los y las indígenas por medio de FRENAPI.
  6. Dos muestras más de la violencia étnica, cultural, patrimonial, neo y endocolonial que son parte de la violencia estructural contra los pueblos indígenas, son la reciente resolución del jueves 24 de setiembre de 2020 del Ministerio Público, que desestima y archiva la causa penal que se seguía por el asesinato de Sergio Rojas Ortiz, aduciendo que “el entorno, la forma de vida de la zona y la imposibilidad de localizar a los testigos fueron factores que jugaron en contra de la investigación”. La otra acción, inaudita en la historia del país, es la sentencia de desalojo en favor de supuestos usurpadores y en contra de habitantes cabécar de Kono Jú en China Kichá en Pérez Zeledón, dictada por el Tribunal Agrario del Segundo Circuito Judicial, aduciendo “protección de actividad agraria productiva”.
  7. Tras el asesinato de Sergio Rojas Ortiz el Presidente de la República se dirigió al país el 19 de marzo de 2019 indicando que: “Manifestamos nuestro dolor e indignación a los familiares y a todo el pueblo bribri. Hacemos un vehemente llamado a la paz y al diálogo como mecanismo para resolver los conflictos. Como acciones inmediatas, he pedido al Ministerio de Seguridad Pública dar todo el apoyo necesario al O.I.J. y a las autoridades judiciales para dar con los responsables y esclarecer este hecho lo más pronto posible. También, desde ya, se le está dando protección a familiares y se reforzó la seguridad en la comunidad”.
  8. Ambos hechos: el archivo de la causa por el asesinato de Sergio Rojas Ortiz y el desalojo de indígenas cabécares de China Quichá de su propio territorio, demuestran que el Gobierno de la República no cumplió lo prometido y sigue siengo negligente en términos de asegurar el cumplimiento de la legislación nacional y el derecho consuetudinario de los pueblos , los acuerdos y leyes internacionales que protegen las tierras y la vida de los pueblos indígenas que, entre otras incluyen el Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes, aprobado mediante la Ley N° 7316, y cuyo artículo 2 establece: “1. Los pueblos indígenas y tribales deberán gozar plenamente de los derechos humanos y libertades fundamentales, sin obstáculos ni discriminación. Las disposiciones de este Convenio se aplicarán sin discriminación a los hombres y mujeres de esos pueblos. 2. No deberá emplearse ninguna forma de fuerza o de coerción que viole los derechos humanos y las libertades fundamentales de los pueblos interesados, incluidos los derechos contenidos en el presente Convenio”, res
  9. El mismo Convenio 169, en su artículo 14 indica que “Deberá reconocerse a los pueblos interesados el derecho de propiedad y de posesión sobre las tierras que tradicionalmente ocupan. Además, en los casos apropiados, deberán tomarse medidas para salvaguardar el derecho de los pueblos interesados a utilizar tierras que no estén exclusivamente ocupadas por ellos, pero a las que hayan tenido tradicionalmente acceso para sus actividades tradicionales y de subsistencia”. También señala el Convenio que “Deberán instituirse procedimientos adecuados en el marco del sistema jurídico nacional para solucionar las reivindicaciones de tierras formuladas por los pueblos interesados”.

Se acuerda:

  1. No concordamos y repudiamos la orden del Ministerio Público de archivar la causa por el asesinato de Sergio Rojas Ortiz (Expediente -19-000178-0990-PE).
  2. Instamos a continuar con el proceso investigativo a cargo de la Fiscalía General de la República para garantizar que este crimen no quede impune.
  3. Denunciamos la insuficiente acción del Estado costarricense que se evidencia en el incumplimiento tanto de compromisos sociopolíticos como de instrucciones legales y mandatos internacionales relativos a la protección de los pueblos indígenas y el respeto de sus derechos, por parte del Ministerio de Seguridad Pública, el Instituto de Desarrollo Rural y la Fiscalía General, entre otras instancias.
  4. Denunciamos el incumplimiento del Gobierno de la República de los compromisos asumidos por el señor Presidente de la República de “dar todo el apoyo necesario al O.I.J. y a las autoridades judiciales para dar con los responsables y esclarecer este hecho lo más pronto posible”.
  5. Rechazamos y repudiamos la orden de desalojo de indígenas cabécares de China Quichá de su propio territorio, porque establece un precedente insólito de racismo y neocolonialismo.
  6. Demandamos al Gobierno de la República que haga uso de sus facultades y ordene la no ejecución definitiva de este desalojo.
  7. Denunciamos que la postergación del desalojo por diez días emitida por el Juzgado Civil, Trabajo y Familia del cantón de Buenos Aires de Puntarenas, para que intervengan el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) y el Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor (Conapam), es una acción dilatoria que deja igualmente desprotegidas a las familias y comunidades cabécares y no detiene, de ninguna manera, el atropello de las leyes y los derechos de los pueblos indígenas en su propio territorio.
  8. Exhortamos a la comunidad nacional e internacional a denunciar y repudiar esta situación de impunidad y de indefensión de los pueblos indígenas costarricenses.
  9. Demandamos que el Estado costarricense recurra a las instancias internacionales reconocidas como el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, para resolver y hacer justicia en los casos de los asesinatos de Sergio Rojas Ortiz y Jhery Rivera Rivera, y también para hacer efectivos los derechos de los pueblos indígenas sobre sus territorios, defensa ejercida de hecho y por derecho por los pueblos indígenas, que es la causa de esos asesinatos y podría provocar muchos más.
  10. Demandamos la creación de una Comisión especial con representación de los pueblos indígenas, el Gobierno e instancias de apoyo internacionales, que oriente los procesos de ejercicio pleno de los derechos de los pueblos indígenas.
  11. Exhortamos al Consejo Institucional a pronunciarse ante estos hechos y manifestar su apoyo a los pueblos originarios en la reivindicación de sus derechos fundamentales y el respeto a las normas jurídicas –nacionales e internacionales– y a los instrumentos políticos asociados, y solicitamos también a todas las instancias institucionales, académicas y culturales del ámbito nacional e internacional, manifestar su apoyo a las poblaciones indígenas y su rechazo a los atropellos de que han sido objeto.

Escuela de Ciencias Sociales, 28 de setiembre, 2020.

 

Imagen: Líder indígena Sergio Rojas Ortiz. Fotografía Crhoy.

Contra la impunidad, contra el olvido: el homicidio de Sergio Rojas Ortiz y la violencia simbólica del Estado

La Facultad de Ciencias Sociales, la Escuela de Antropología y UCREA de la UCR le invita este jueves 1 de octubre a las 10 a.m. al conversatorio: «Contra la impunidad, contra el olvido: el homicidio de Sergio Rojas Ortiz y la violencia simbólica del Estado».

Se contará con la participación de Gustavo Oreamuno, Lesner Figueroa, Óscar Retana, Álvaro Paniagua y Xinia Zúñiga.

Transmisión en vivo por Youtube WebTV UCR y por Facebook FCSUCR y Kioscos Socioambientales.

En el Día internacional de los Pueblos Indígenas

FECON. 9 de agosto, 2020. En Costa Rica son 8 los pueblos indígenas que existen y resisten después de 500 años de reducciones por parte del pasado sistema colonial y actual modelo neocolonial del Estado costarricense.

Desde 1977 en medio de un proceso agresivo de expansión de la frontera agrícola incentivada por la Ley de Tierras y Colonización, se tuvieron que demarcar territorios para cada pueblo como parte de las luchas de esa generación indígena.

Para el gobierno central se consideraba baldías y ociosas las tierras boscosas. La deforestación estaba en auge de la mano con la ganadería, que sería la actividad más destructiva de la naturaleza a gran escala durante esa época en Costa Rica.

A 43 años de esa demarcación territorial, que se constituía como un mecanismo para la protección de los sistemas de valores tradicionales de la colectividad social indígena, el desinterés estatal y las invasiones de no indígenas ambiciosos de tierras siguen minando los territorios.

Algunos de estos espacios delimitados para los pueblos, se mantienen usurpados hasta en un 90% por grandes terratenientes. El incumplimiento de las expropiaciones y el tiempo han generado un caos de ilegalidades dentro de los territorios indígenas de Costa Rica.

Como respuesta, desde hace nueve años los pueblos indígenas han tenido que empoderarse de su autonomía impulsando las recuperaciones de grandes fincas que explotan ilegalmente personas que no son del pueblo para el que se destinó cada territorio.

Es vastamente sabida la conflictividad que esto desencadenó, por irresponsabilidad de los gobiernos que nunca sanearon estos territorios. La recuperación de la autonomía ha costado a los pueblos Bribri y Broran la caída de dos de sus líderes por las balas de los invasores de tierras.

La impunidad judicial que arrastran los asesinatos a sangre fría de Sergio Rojas (2019) y Jerhy Rivera (2020) nos recuerdan los tiempos de la denominada “guerra justa” que apalancaba la Corona Española en 1530 para someter a los pueblos que resistían a sus intereses.

La defensa de la historia, el territorio y los valores de convivencia con la tierra son una causa compartida entre los pueblos indígenas y el movimiento ecologista de Costa Rica. Son grandes los desafíos que asumimos al enfrentar al gran capital que saquea y destruye la naturaleza.

Por lo tanto, este día internacional de los pueblos indígenas, reivindicamos nuestro compromiso social con la lucha de los pueblos indígenas de Salitre, Térraba, China Quichá, Curré, Cabagra y Maleku que recuperan la integridad de sus territorios con acciones colectivas.

En este día, demandamos al Estado la protección total e improrrogable de los derechos de las personas recuperantes, de su integridad física, y el reconocimiento de la autonomía como reivindicación del derecho a la autodeterminación de los pueblos indígenas.

 

*Imagen ilustrativa, UCR.