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Etiqueta: Israel

Pronunciamiento del Consejo Universitario sobre la situación en Gaza: omisiones de un comunicado temeroso

El pasado 2 de noviembre, un mes después del inicio de la fase actual del conflicto en el Medio Oriente, el Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica (CU) ha decidido pronunciarse al respecto. En su parte esencial, el comunicado declara “Hacer un llamado al respeto, a la tolerancia y a la solución pacífica de conflictos en estricto cumplimiento del derecho internacional y la apertura del diálogo, la búsqueda de consensos y a que se materialice la reconciliación entre todas las partes». En ese comunicado, el CU no se refiere de manera directa al genocidio en Gaza, ni a la masacre del pueblo palestino en la Cisjordania. Pero especialmente grave es omitir nombrar al responsable por ese genocidio, el estado de Israel.

Tales omisiones reflejan el temor de los miembros del CU a llamar las cosas por su nombre. El genocidio en Gaza y Cisjordania es un proceso de limpieza étnica que ha sido impulsado por el movimiento sionista desde antes de la fundación formal del estado de Israel. El ataque actual de las fuerzas armadas israelíes sobre Gaza alcanza hospitales, campos de refugiados, iglesias, escuelas, ambulancias y cientos de blancos civiles. Cada 10 minutos muere un niño palestino en Gaza. No es una guerra, es un proceso de desplazamiento de una población entera por medio del terror. Así lo hacen ver pronunciamientos y comunicados de organizaciones humanistas, estados y movimientos civiles alrededor del mundo en una ola internacional contra este genocidio, a la cual no ha querido adherirse el CU.

En sus acuerdos, el comunicado del CU hace un llamado por el respeto de la vida humana, los derechos humanos y por un cese al fuego. No hay más detalles. La redacción del pronunciamiento pareciera propio de una situación donde dos estados se encuentran en guerra, ambas igualmente responsables del escenario bélico. Nada más lejos de la realidad. El conflicto actual en Gaza-Cisjordania se ubica en un contexto totalmente asimétrico, donde uno de los ejércitos más poderosos del mundo, financiado por Estados Unidos y la CE Europea, desata todo su poder de fuego contra un movimiento de resistencia de índole popular, que recibe apoyo limitado de algunas naciones árabes, pero principalmente de la población palestina. Las acciones de la resistencia palestina, aceptables o no desde un punto de vista humanitario, son una respuesta al desplazamiento forzoso de la población palestina de su territorio, el cerco económico y militar de sus poblaciones, la represión de su protesta y finalmente, la creación del mayor campo de concentración del mundo, la franja de Gaza. Todo esto a lo largo de más de 75 años. Y son 75 años de violación de acuerdos de las Naciones Unidas, lo que han convertido al estado de Israel, en la práctica, en un estado ilegal y terrorista.

Por lo tanto, en este orden de cosas, son insuficientes y equívocos los llamados tibios de cese al fuego entre las partes y al cese de la violencia, sin señalar las causas históricas del conflicto. El pronunciamiento del CU es precisamente lo contrario de lo que se espera del máximo órgano de poder de una universidad pública. Esperaríamos más bien una visión que caracterice con claridad y sin rodeos la naturaleza del conflicto, y que salga en defensa de la población civil indefensa atrapada en Gaza y del derecho a la autodeterminación que se le ha negado a Palestina desde hace más de siete décadas. Hay un responsable central de lo que está ocurriendo, el estado de Israel y sus socios.

Por lo tanto solicitamos al Consejo Universitario rectificar su pronunciamiento, en favor de otro que considere el ”mandato de nuestro Estatuto Orgánico, el cual proclama una universidad siempre en favor de los pueblos y contra las injusticias sociales.

  1. Jorge Arturo Lobo, Escuela de Biología
  2. Ciska Raventós, profesora pensionada UCR
  3. Wajiha Sasa Marín, Instituto de Investigaciones Psicológicas
  4. Mahmood Sasa Marín, Instituto Clodomiro Picado
  5. Javier Tapia Balladares, Instituto de Investigaciones Psicológicas
  6. Jaime García, profesor pensionado UCR
  7. Isabel Avendaño Flores, Facultad de Ciencias Sociales
  8. Jaime Lobo Segura, profesor pensionada UCR
  9. Zuhra Sasa Marín, Escuela de Arquitectura
  10. Lucia Riba Hernández, Escuela de Arquitectura
  11. Helga von Breymann Miranda, Escuela de Arquitectura
  12. Rodolfo Mejías Cubero, Escuela de Arquitectura
  13. Rolando Pérez Sánchez, Instituto de Investigaciones Psicológicas
  14. Eugenia Gallardo Allen, Escuela de Estadística
  15. José María Castro Madriz, Escuela de Artes Plásticas
  16. Viviana Paniagua Hernández, Escuela de Arquitectura
  17. Sofía Trujillo Quesada, Escuela de Arquitectura
  18. Jorge Barrientos Valverde, Escuela de Estudios Generales
  19. Dylanna Rodríguez Muñoz, Facultad de Ciencias Sociales
  20. Mauricio Álvarez Mora, Facultad de Ciencias Sociales
  21. Andrés Ruiz Sánchez, Instituto de Investigaciones Psicológicas
  22. Fabián Bonilla Murillo, Instituto Clodomiro Picado
  23. Manuel Morales Alpízar, Escuela de Arquitectura
  24. Eugenia Solís Umaña, profesora pensionada UCR
  25. Carlos Mata Quesada, Escuela de Arquitectura
  26. Luis Armando Durán Segura, Escuela de Arquitectura
  27. José Vargas Hidalgo, Escuela de Arquitectura
  28. Zuiri Méndez Benavides, Facultad de Ciencias Sociales
  29. Luis Andrés Sanabria Zaniboni, Facultad de Ciencias Sociales
  30. José Antonio Mora Calderón, Facultad de Ciencias Sociales
  31. Manuel María Murillo, profesor pensionado UCR
  32. Mónica Vul Galperín, Instituto de Investigaciones Psicológicas
  33. Roberto Ayala Saavedra, Escuela de Sociología
  34. Roberto Herrera Zúñiga, Sede de Occidente
  35. David Castillo Mora, estudiante Posgrado en Sociología
  36. Minerva Solano Campos, estudiante de Sociología
  37. Brenda Rey Chavarría, estudiante de Inglés
  38. Leonora de Lemos Medina, Escuela de Ingeniería Mecánica
  39. Andrés Castillo Vargas, Escuela de Psicología e IIP
  40. Robert Laurent Sanabria, Escuela de Ingeniería Topográfica
  41. Yeimer Gerardo Ramos Torres, Escuela de Formación Docente
  42. Jorge Sanabria León, Escuela de Psicología
  43. Andrés Molina Araya, Escuela de Estudios Generales
  44. Julio Loría Cordero, profesor pensionado UCR
  45. Sandra Araya Umaña, profesora pensionada UCR
  46. Amarilis Eunice Acevedo Mejía, estudiante Posgrado en Sociología
  47. Asdrúbal Duarte Esquivel, profesor pensionado UCR
  48. Vera Victoria Sancho Mora, profesora pensionada UCR
  49. Lucía Gutiérrez Espeleta, profesora pensionada UCR
  50. Virginia Ramírez Cascante, profesora pensionada UCR
  51. Alicia Guardián Fernández, profesora pensionada UCR
  52. Koen Voorend, Instituto de Investigaciones Sociales
  53. Alexander Rojas Parajeles, Sede del Pacífico
  54. Jorge Montoya Alvarado, profesor pensionado UCR
  55. Marielos Giralt Bermúdez, profesora pensionada UCR
  56. Mario Villalta Florez-Estrada, Escuela de Arquitectura
  57. Silvia Arguedas Méndez, Escuela de Ingeniería Industrial
  58. Rodiney Chacón, Asociación de estudiantes de Sociología
  59. Verónica Ramírez, Asociación de estudiantes de Sociología
  60. Gabriel García, Asociación de estudiantes de Sociología
  61. Carolina López, Asociación de estudiantes de Sociología
  62. Priscila Madrigal, Asociación de estudiantes de Sociología
  63. Sofía Jiménez, Asociación de estudiantes de Sociología
  64. Julieth Bolaños, Asociación de estudiantes de Sociología
  65. Alex Gómez, Asociación de estudiantes de Sociología
  66. Valentina Palacio, Asociación de estudiantes de Sociología
  67. Yaser Ramos, Asociación de estudiantes de Sociología
  68. José Julián Llaguno, Escuela de Ciencias Políticas
  69. Carlos Mora Aguilar, Facultad de Odontología y CEA
  70. María José Cabezas Castro, Facultad de Ciencias Sociales
  71. Claudia Palma, Escuela de Antropología
  72. Mauricio López Ruiz, Escuela de Sociología
  73. Pietro Scaglioni Solano, Escuela de Ingeniería Mecánica
  74. Marietta Villalobos Barrantes, Escuela de Psicología
  75. Marco Fournier Facio, profesor pensionado UCR
  76. Jeannette Aguilar, Escuela de Psicología
  77. Pascal Girot Pignot, Escuela de Geografía
  78. Gerardo Hernández Naranjo, Escuela de Ciencias Políticas
  79. Adriana Monge Arias, Sede de Occidente
  80. Mariano Sáenz Vega, Centro de Investigaciones Antropológicas
  81. Manuel Zumbado Retana, Escuela de Arquitectura
  82. Marta Montero Calderón, Escuela de Ingeniería de Biosistemas
  83. Javier Vargas Nieto, profesor pensionado UCR
  84. Jorge Enrique Garnier Zamora, profesor pensionado UCR
  85. Rosaura Chinchilla Calderón, Facultad de Derecho
  86. Roberto Herrera Zúñiga, Sede Occidente
  87. Rebeca Gu Navarro, Escuela de Ciencias Políticas
  88. Juan Diego García-Castro, Sede de Occidente
  89. Josué Arévalo Villalobos, Escuela de Psicología
  90. Alejandra Paniagua Bonilla, Sede de Occidente
  91. Rubén Chacón Castro, Facultad de Derecho
  92. Erick Gatgens Gómez, Facultad de Derecho
  93. Ilka Treminio Sánchez, Escuela de Ciencias Políticas
  94. Johnny Alberto Montoya Arroyo, Escuela de Educación Física y Deportes
  95. Tania Rodríguez, Escuela de Ciencias Políticas
  96. Lisbeth Araya Jiménez, Escuela de Ciencias de Comunicación Colectiva
  97. Liliana Monge Sánchez, Escuela de Trabajo Social
  98. Liliana Sánchez Angulo, Vicerrectoría de Acción Social
  99. Mauricio Castro Méndez, Facultad de Derecho
  100. Juliana Martínez Franzoni, Escuela de Ciencias Políticas
  101. Vilma Leandro Zúñiga, Escuela de Psicología
  102. Luis Ángel Oviedo Carballo, Instituto de Investigaciones Económicas

La amenaza del fundamentalismo

Por
Arnoldo Mora

Entiendo por “fundamentalismo” el intento ideológico por justificar la irracionalidad del abuso del poder, recurriendo a una interpretación suprarracional de la acción humana, con fines éticamente inaceptables en razón de su carácter inhumano, que puede llegar a una dimensión genocida. El recurso a la divinidad o a fuerzas sobrehumanas con el fin de imponer su voluntad de manera brutal, ha sido el recurso al que suelen recurrir los déspotas de todos los tiempos. Pero el fundamentalismo, si bien de origen esencialmente religioso por sus implicaciones metafísicas, se extiende también a otros ámbitos del quehacer humano, como la economía, la tecnología o la cultura; aunque lo más frecuente es el recurso al fundamentalismo religioso para legitimar pretensiones de sojuzgamiento político con fines de explotación de recursos humanos y naturales.

Tal es el caso de lo que ahora mismo estamos viendo en la más reciente guerra, la que libran palestinos e israelíes. Ambos recurren a argumentos religiosos; le dan un carácter religioso o de guerra santa o “Yihad” en el campo musulmán, o invocando una supuesta condición de “pueblo escogido” por Dios por parte de los judíos. Las dos argumentaciones son igualmente deleznables y de efectos aterradores en todas las épocas, pero especialmente en la actual, debido al carácter destructor de toda forma de vida de que está dotado el armamento moderno, debido al incremento de los presupuestos multimillonarios destinados al desarrollo científico y tecnológico con fines militares. Desde el recurso a la aviación en la guerra como instrumento para lograr lo que en la estrategia militar se solía llamar ”ablandamiento artillero”, cuyo fin es destruir con bombas los puntos estratégicos del enemigo (puentes, carreteras, campamentos, frentes de avanzada, centros de telecomunicación, etc.) y provocar el terror en las filas y la población del enemigo, con el fin de preparar la invasión posterior del grueso de las tropas del ejército de tierra, esta infernal estrategia militar ha servido frecuentemente para aniquilar implacablemente a la población civil desarmada e inerme, compuesta mayoritariamente por niños, mujeres, ancianos y enfermos. Todo lo cual le ha dado un carácter infernal a las guerras modernas. Todas las guerras lo han sido siempre, pero ahora la tecnología las ha hecho monstruosamente deletéreas, hasta el punto de que el recurso al armamento atómico y a la guerra biológica podría poner fin a la especie humana. Eso hace de la guerra un mal en sí, la negación del don más precioso, cuya preservación e incremento es la razón de ser de la ética, como es la vida, no sólo la humana sino en todas sus formas y manifestaciones.

Pero la guerra o el genocidio, no son un destino fatal para la humanidad. Como respuesta a la búsqueda e implementación del poder, el ser humano ha ideado la “política”, es decir, el recurso al discurso, a la palabra persuasiva basado en argumentos racionales, con el fin de provocar consensos en que se funda el ejercicio de la libertad colectiva. De esta manera, los pueblos asumen los desafíos del presente y avizoran horizontes de esperanza hacia el futuro. Para lograr tan nobles objetivos, se han creado instituciones regidas por todo un cuerpo de leyes llamado “derecho internacional” o normas que rigen las relaciones entre naciones; con ello se hace factible que el enfrentamiento dialéctico desemboque en acuerdos políticos. El derecho internacional e instituciones como Naciones Unidas, han sido creados con este objetivo. Cumpliendo estrictamente las normas del derecho internacional bajo la supervisión de organismos supranacionales a fin de cumplir los acuerdos logrados, se lograrán los nobles objetivos de la política. El diálogo político que incluye el enfrentamiento ideológico, hace del otro un interlocutor con derechos y deberes, es decir, una “persona” y no un enemigo a destruir, como en la guerra. Pero quien trata al otro como un ser infrahumano, se deshumaniza él mismo, quien trata al otro como bestia, se convierte en bestia él mismo.

Por desgracia, lo que acabo de decir lo están viviendo trágicamente los pueblos de Israel y Palestina, especialmente éste último. Estamos ante la bestialidad pura, todo sustentado cínicamente en argumentos pseudoteológicos; lo cual contradice palmariamente la enseñanza original de los maestros de las que se nutren esas ancestrales tradiciones religiosas. La utopía religiosa por excelencia en las religiones sinaíticas es la paz (shalom). Pero la paz es el fruto del reconocimiento de la dignidad del otro en su condición de desvalido. Nadie como el profeta Jeremías, fundador del nacionalismo judío, lo dijo en estos inequívocos términos: “Dios es la mirada de la viuda, del huérfano y del extranjero”. Y el más grande de los profetas de Israel, Isaías, dijo esta sentencia que nunca como ahora debe aplicarse en este abominable conflicto: “La paz es obra de la justicia”.

Así se vive el régimen de apartheid en la Palestina ocupada por el Estado de Israel

Así se vive el apartheid sionista en Palestina para miles de trabajadores palestinos cada mañana en la Cisjordania ocupada, donde son obligados a pasar por los puntos de control militares de la ocupación sionista.

Estos trabajadores palestinos son obligados a caminar en fila india a través de humillantes jaulas de metal instaladas para controlar sus movimientos, además estos palestinos en la miseria se ven obligados a trabajar como esclavos para los sionistas en el territorio ocupado de su propio país. Ver el video

Fuente: https://twitter.com/DaniMayako…/status/1722467432676077626

Compartido con SURCOS por Manuel Hernández

UCR: Pronunciamiento sobre la situación socio-política entre Israel y Palestina

Acuerdo firme de la sesión ordinaria N.° 6752, artículo 12, celebrada el 2 de noviembre de 2023

El Consejo Universitario, considerando que: 

  1. La Universidad de Costa Rica (UCR) ha seguido con suma preocupación el desenlace de los hechos bélicos en Israel y Gaza, y las consecuencias ocurridas a la población. A la fecha, las víctimas se contabilizan por los miles desde los primeros ataques terroristas del pasado 7 de octubre, con saldo de muertes de civiles, en especial de niños y niñas y toma de rehenes. El conflicto ha provocado una crisis humanitaria agravada por la destrucción masiva de zonas residenciales, parcelas campesinas, hospitales e infraestructura vital para la supervivencia de las poblaciones israelíes y palestinas, lo que impide ofrecer servicios mínimos a personas presentes en la zona en conflicto armado. 
  2. La Asamblea General de la ONU aprobó el viernes 27 de octubre de 2023, con amplia mayoría, una resolución que exigía un cese al fuego inmediato para permitir el ingreso de ayuda humanitaria en beneficio de la población civil.
  3. La Carta de Naciones Unidas, en su artículo segundo para la realización y cumplimiento de sus propósitos, señala en su apartado tercero la resolución de controversias por medios que promuevan la paz y no se ponga está en peligro. Esta misma norma hace referencia a la igualdad soberana de todos los miembros . En este sentido, el respeto a la autodeterminación de los pueblos que se vuelve crucial en el mantenimiento de ambientes de paz y convivencia. 
  4. El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, de la Asamblea General de las Naciones Unidas (1976), establece:

Artículo 1

  1. Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación. En virtud de este derecho establecen libremente su condición política y proveen asimismo a su desarrollo económico, social y cultural.
  2. Para el logro de sus fines, todos los pueblos pueden disponer libremente de sus riquezas y recursos naturales, sin perjuicio de las obligaciones que derivan de la cooperación económica internacional basada en el principio del beneficio recíproco, así como del derecho internacional. En ningún caso podrá privarse a un pueblo de sus propios medios de subsistencia. 
  1. Los pueblos afectados con este conflicto tienen el derecho a vivir en paz, preservar su soberanía y ejercer su libre determinación, y que la vía para resolver de la mejor manera este conflicto sea la coexistencia respetuosa de los Estados, de conformidad con las normas del Derecho Internacional.
  2. El Estatuto Orgánico de la Universidad de Costa Rica, en los artículos 3 y 5, dispone:

Artículo 3.- La Universidad de Costa Rica debe contribuir con las transformaciones que la sociedad necesita para el logro del bien común, mediante una política dirigida a la consecución de una justicia social, de equidad, del desarrollo integral, de la libertad plena y de la total independencia de nuestro pueblo.

Artículo 5: Para el cumplimiento de los fines y los principios orientadores del quehacer de la Universidad de Costa Rica, se establecen los siguientes propósitos: (…)

  1. b) Buscar, de manera permanente y libre, la verdad, la justicia, la belleza, el respeto a las diferencias, la solidaridad, la eficacia y la eficiencia.

7. La Universidad de Costa Rica, en apego a sus principios y valores, reconoce la libertad, la justicia y la paz que deben prevalecer en el mundo, así como la dignidad y respeto a los derechos humanos inherente a todas las personas.

Por tanto, en el marco de los principios humanísticos que orientan el quehacer de esta casa de enseñanza de educación superior estatal, el Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica acuerda: 

  1. Reafirmar el compromiso de la Universidad de Costa Rica con los principios de respeto a los derechos humanos y la dignidad de las personas, que deben prevalecer en todas las naciones del mundo. Además, hacer un llamado a las naciones a mantener una unidad en la defensa de los valores fundamentales de la vida humana y del bienestar general de las sociedades. 
  2. Instar al Gobierno de la República y a la Asamblea Legislativa para que utilicen todos los foros internacionales para apelar por un cese al fuego y el uso del derecho internacional en todo sus mecanismos, para avanzar hacia un proceso orientado hacia una paz duradera y la existencia de dos Estados: Israel y Palestina. 
  3. Hacer un llamado al respeto, a la tolerancia y a la solución pacífica de conflictos en estricto cumplimiento del derecho internacional y la apertura del diálogo, la búsqueda de consensos y a que se materialice la reconciliación entre todas las partes.
  4. Instar al cese inmediato de la violencia a fin de que se permita el urgente ingreso de asistencia humanitaria en Gaza. 
  5. Condenar cualquier tipo de conducta bélica y el uso sistémico del terror que quebrante la paz y la seguridad social de los pueblos. 
  6. Incentivar a la comunidad universitaria a generar espacios académicos de discusión y análisis sobre esta temática. 
  7. Dar la mayor difusión al presente pronunciamiento.

Declaración de profesores/as de derecho internacional y relaciones internacionales sobre la situación en Gaza

Los abajo firmantes, miembros de la Asociación Española de Profesores de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales (AEPDIRI), ante la catástrofe humanitaria y los graves crímenes de trascendencia internacional que se están cometiendo en Gaza, asumiendo la responsabilidad que nos corresponde,

MANIFESTAMOS lo siguiente:

  1. Nos sumamos a las llamadas urgentes a un alto el fuego inmediato e incondicional para que cese el ataque militar israelí contra la Franja de Gaza, que está incumpliendo los principios más básicos del Derecho internacional humanitario y los límites del derecho a la legítima defensa
  2. Suscribimos las palabras del pasado 25 de octubre del Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, en las que remarcó que “los agravios del pueblo palestino no pueden justificar los atroces ataques de Hamás. Y esos atroces ataques no pueden justificar el castigo colectivo del pueblo palestino”. Coincidimos en que “es importante reconocer también que los ataques de Hamás no vinieron de la nada. El pueblo palestino ha sido sometido a 56 años de ocupación asfixiante”.
  3. Manifestamos todo nuestro apoyo a la Organización de las Naciones Unidas, que ha abogado insistentemente por el cumplimiento del Derecho internacional por parte de todos los actores en el conflicto, por su resolución pacífica y por la promoción de acuerdos de paz. Destacamos en especial la permanente y esencial asistencia prestada a los cerca de cinco millones de refugiados palestinos que atiende la Agencia UNRWA, ahora también víctima del ataque a Gaza. La ONU ostenta la máxima representatividad de la comunidad internacional. Las acusaciones vertidas por los representantes de Israel contra el Secretario General de las Naciones Unidas en este contexto resultan inaceptables.
  4. Décadas de ocupación ilegal de los Territorios Palestinos, de miles de civiles asesinados, una gran parte de ellos mujeres y niños, y muchos más heridos, de un bloqueo terrible sobre la Franja de Gaza, la construcción de un muro ilegal según la Corte Internacional de Justicia, de expulsión de palestinos de sus casas por colonos apoyados por la administración y las fuerzas de seguridad israelíes, así como de un sistema legal que discrimina activamente a los palestinos y que ha sido considerado constitutivo de apartheid, han llevado a Palestina y los palestinos a una situación insostenible y desesperada.
  5. Constituye un profundo motivo de preocupación que los Acuerdos de Oslo de 1993 no hayan posibilitado la consecución de una paz imprescindible que garantice tanto la seguridad de Israel como la de Palestina.
  6. Los ataques cometidos por Hamás el 7 de octubre contra civiles israelíes, como el asesinato, la mutilación y la toma de rehenes constituyen graves violaciones del Derecho internacional que podrían ser calificados como crímenes de guerra o crímenes contra la humanidad. Sus autores, que tienen la obligación de cesar inmediatamente en su comportamiento ilícito, liberando sanas y salvas a las personas secuestradas, deberían ser perseguidos y juzgados por un tribunal competente.
  7. La comisión de graves violaciones del Derecho internacional no justifica una respuesta armada que a su vez incumpla este Derecho. Dicho de otro modo, los actos terroristas de Hamas no justifican los crímenes posteriores del Estado de Israel. Ante los graves crímenes perpetrados por Hamas, Israel tiene, según la Carta de las Naciones Unidas (art. 51), el derecho inmanente de legítima defensa, esto es, el derecho a usar la fuerza necesaria para repeler un ataque armado actual o inminente, mientras dure el ataque, y mediante los medios proporcionados para repelerlo. Pero la legítima defensa no lleva aparejado el derecho a las represalias armadas. Estas constituyen un uso ilícito de la fuerza, y son contrarias al Derecho internacional, tal como establece, en su interpretación de los principios básicos de la Carta de las Naciones Unidas, la Declaración 2625 (XXV) de su Asamblea General. De este modo, las acciones armadas de carácter punitivo (los «castigos colectivos») son ilegales, y acarrean responsabilidad internacional para el Estado que las lleva a cabo. Debe respetarse el Derecho internacional humanitario –incluidos los Convenios de Ginebra– e Israel tiene la obligación de cesar inmediatamente esas acciones de represalia contra la población civil palestina.
  8. El asedio contra Gaza por parte del ejército israelí ya ha provocado el asesinato de miles de personas, la mitad de ellas mujeres y niños, así como un gran número de personas heridas. Las autoridades están incumpliendo de forma grave, consciente, flagrante y notoria las normas y principios básicos del Derecho internacional humanitario, incluyendo los principios fundamentales de distinción, precaución y proporcionalidad, máxime en una zona densamente poblada sometida a un estricto bloqueo durante 16 años y décadas de ocupación. De acuerdo con el IV Convenio de Ginebra y el Estatuto de Roma, está prohibido dirigir intencionalmente ataques contra la población civil en cuanto tal o contra civiles que no participen directamente en las hostilidades; dirigir intencionalmente ataques contra bienes civiles y lanzar ataques intencionalmente, a sabiendas de que causarán pérdidas incidentales de vidas, lesiones a civiles o daños a bienes civiles; hacer padecer intencionalmente hambre a la población civil como método de guerra, privándola de lo indispensable para su supervivencia, incluido el hecho de obstaculizar intencionalmente suministros de socorro y ayuda humanitaria; y atacar o bombardear ciudades, aldeas, viviendas o edificios que no constituyan objetivos militares.
  9. Asimismo, está estrictamente prohibido el traslado forzoso de población civil de un área a otra, a menos que la seguridad de los civiles involucrados o razones militares imperiosas así lo exijan. En este sentido, el Comité Internacional de la Cruz Roja ha declarado que “las instrucciones emitidas por las autoridades israelíes para la población de la ciudad de Gaza de abandonar inmediatamente sus hogares, junto con un asedio completo que les niega explícitamente alimentos, agua y electricidad no es compatible con el Derecho internacional humanitario”. También Relatores Especiales de la ONU están advirtiendo que el asedio completo de Gaza, junto con órdenes de evacuación inviables, o la destrucción deliberada y sistemática de viviendas e infraestructuras civiles por parte de Israel, constituyen crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
  10. Desde el inicio del ataque a Gaza, las declaraciones de las autoridades políticas y militares israelíes indican sin ambages una intención de no sentirse obligados por los principios fundamentales del Derecho internacional y una intención de aplicar un castigo colectivo y de crear expresamente una crisis humanitaria. Los ataques armados indiscriminados y a gran escala contra la población civil son contrarios a los derechos humanos y al Derecho internacional humanitario y generan responsabilidad para Israel y, además, responsabilidad penal individual para sus autores y para quienes hayan ordenado su comisión. Israel tiene la obligación de ponerles fin inmediatamente.
  11. No solo las partes en este conflicto deben respetar las normas internacionales protectoras de los derechos humanos y el Derecho internacional humanitario en todo momento y en toda circunstancia. El resto de los Estados, como Parte de los Convenios de Ginebra, tienen el deber de hacer cumplir estas normas en toda circunstancia. En este sentido, deberían utilizar su influencia para que cesen las infracciones del Derecho internacional humanitario y abstenerse de alentar la comisión de más infracciones de este Derecho por las partes en el conflicto.
  12. Por la gravedad y trascendencia internacional de los crímenes que se están cometiendo en territorio palestino, los Estados Parte del Estatuto de Roma deberían reivindicar en este conflicto el papel fundamental de la Corte Penal Internacional en la impartición de una justicia imparcial por su carácter permanente, independiente y vinculada con el sistema de las Naciones Unidas, de la misma manera que se ha hecho con otras crisis, como la invasión rusa de Ucrania. En marzo de 2021, la Corte Penal Internacional abrió una investigación sobre la situación en el Estado de Palestina, Parte en el Estatuto de Roma desde 2015. Así, la Corte tiene jurisdicción sobre crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad, genocidio y agresión cuando sean perpetrados por nacionales palestinos o bien cuando se cometan total o parcialmente en territorio palestino, que se extiende a los territorios ocupados por Israel desde 1967, a saber, Gaza y Cisjordania, incluida Jerusalén Este. Los Estados Parte, como España, deben exigir que, en esta investigación y en todas las que están en curso, la justicia internacional sea respetada y cesen las amenazas y presiones a sus funcionarios.*

FIRMAR DECLARACIÓN *

Puede ver la lista de firmas en la publicación original de la Asociación Española de Profesores de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales (AEPDIRI).

Lula Da Silva reclama acción humanitaria para parar genocidio en Gaza

El presidente de Brasil, Lula Da Silva, critica fuertemente el papel que ha tenido la Organización de las Naciones Unidas en el presente conflicto entre Israel y Palestina por no hacer nada para resolver el conflicto. 

Junto a esto, Lula Da Silva le ha realizado propuestas a los representantes de otros países como: garantizar un corredor humanitario con el fin de que las personas puedan recibir agua, comida, medicamentos y seguridad. Además erradicar la pobreza y la desigualdad que solo son rasgos de la estupidez humana, comenta el mandatario de Brasil. 

Geopolítica, geoeconomía, intereses, maniobras … costos humanos, destrucción

Edgar Chacón Morales

Edgar Chacón Morales

5 de noviembre de 2022

Estallido del acorazado Maine (1898) … incidente de Gliwice (1939) … incidente del golfo de Tonkín (1964) … ¿Y Hamás el 7 de octubre de 2023?

Que los palestinos evacúen Gaza, que abandonen Gaza, fue la advertencia, orden, designio de Israel.

Entre otros planes de Israel USA/G7/OTAN figura el canal Ben Gurión. Éste, junto al petróleo, el gas y las demás rutas estratégicas, hacen parte de los elementos de la geopolítica regional. El canal Ben Gurión, transcurre entre el Mar Rojo, el Golfo de Aqaba y el Mediterráneo, son alrededor de 260 kilómetros y ahí está Gaza (desde Gaza-Ashkelon). Gaza debe estar desocupada de población palestina.

Como alternativa al canal de Suez, es un proyecto que contiene varios alcances, propósitos y finalidades.

Es una ruta comercial, energética, estratégica que, no sólo es una nueva ruta, es la alternativa para arruinar el canal de Suez, los ingresos y lo que supone como importancia estratégica, política y económica para Egipto. (Turkiye Newspaper, 2/11/23)

Los cálculos son que reportará varios billones de dólares de ingresos para Israel, entre 7 y nueve mil millones de dólares.

Puestas así las cosas, la salida al mar Mediterráneo, no sería una simple salida, sino todo un centro de organización logística y militar para controlar la región.

Pero no sólo para la ruina de Egipto, sino que supone un golpe estratégico para China, para la Franja y la Ruta de la Seda, que implica planes de contención para los BRICS plus, siendo que Egipto, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Etiopía y Argentina, se unieron a la iniciativa BRICS, recientemente en agosto, en Sudáfrica.

Agreguemos otro elemento ya conocido: con la participación de la República Popular China, hace poco se dio el acercamiento entre Irán y Arabia Saudita.

Estos elementos hacen parte del movimiento de China, La Federación de Rusia, India y en general de los BRICS; también son parte del escenario en el que “occidente” lleva a cabo sus maniobras genocidas.

Por un lado, 100 mil millones de dólares de los BRICS, para el desarrollo, el comercio, construcción de infraestructura; por otro lado, más de 100 mil millones de dólares de “occidente”, de USAG/7OTAN, pensados para la guerra, la destrucción, en “ayuda” para Ucrania, Israel y la frontera con México (para América Latina, el conflicto ya no está tan lejano). En medio de fuertes protestas de personas mostrando sus manos manchadas de sangre.

La Región se muestra, todo tiene que ver: Irán, el Golfo Pérsico, el Estrecho de Ormuz, el Estrecho de Bab el Mandés entre Yemen y Djibouti; Egipto y Etiopía; el Canal de Suez y la salida al mar Mediterráneo y Europa; pasos, gargantas y rutas estratégicas de petróleo y gas; comercio de otras mercancías, oleoductos y gasoductos (por construir, por destruir: valga traer de nuevo el ejemplo de la destrucción del Nord Stream), espacio aéreo, ¿ciberespacio?

Al afectarse Irán, se afectará la ruta India/Irán/Mar Caspio/Novgorod (que mencioné en un artículo anterior); al fectarse Egipto, el Mar Rojo, Etiopía y Bab el Mandés, se afecta también el Sahel; y de todo esto, se abre al irresponsable descontrol de la situación.

Es condición sine qua non para los planes de Israel y USA/G7/OTAN, una franja de Gaza, sin población palestina. Bombardeos, invasión, ocupación; población palestina sin alimentos, agua, combustibles, electricidad; hospitales y ambulancias atacadas. Que abandonen, que se evacúe Gaza. Debe ser expulsada, echada, eliminada, no debe estar ahí. Se ha hablado de una “Limpieza étnica”. Vergüenza para la humanidad.

“El secretario general de la Liga Árabe (Ahmed Abul Gheit) denuncia la “guerra de exterminio y limpieza étnica contra Gaza … a la vez que se exige una tregua humanitaria inmediata”. (Europa press, Madrid, 4 de noviembre)

De nuevo un llamado a la opinión pública mundial, individual y colectiva a no ser presa de la desinformación interesada; que disfraza las guerras, saqueos, masacres y despojos, de democracia y libertad.

Cada vez hay más conciencia de USA/G7/OTAN como agresor, guerrerista; y a Israel y al capital sionista, cada vez más, se les cae la máscara de víctima.

Todo es una muestra aborrecible de la maldad, la mezquindad y la miseria humana. No puede ni debe continuar.

Marcha por Palestina – México

El 30 de octubre la comunidad estudiantil de la Preparatoria 6 convocó a la realización de una ofrenda en solidaridad con Palestina, en memoria de las mujeres, hombres, niñas y niños asesinados en Gaza. Durante la acción simbólica las organizadoras, una joven y una mujer de la tercera edad, fueron agredidas física y verbalmente por un grupo de mujeres que expresaron su apoyo al régimen de la ocupación israelí.

Las organizaciones en solidaridad con Palestina desde México rechazamos enérgicamente este tipo de violencia contra la juventud estudiantil digna de la Preparatoria 6 en solidaridad con Palestina. Seguiremos haciendo acciones en solidaridad con Palestina, por el alto al fuego, sanciones a Israel, embargo militar y el fin del apartheid.

La próxima marcha-ofrenda será el 5 de noviembre del Ángel al Zócalo a las 16 horas. Llevar flores, veladoras papel picado, banderas y símbolos palestinos.

Daniela González López, coordinadora internacional del Observatorio de Derechos Humanos de los Pueblos e integrante del Movimiento BDS

En memoria de las víctimas de Gaza

Red de Solidaridad con Palestina

EN EL «DIA DE DIFUNTOS» UNA SUPLICA DE CESE AL FUEGO POR LAS CUATRO MIL NIÑOS VICTIMAS, MASACRADOS EN LA GAZA BOMBARDEADA:

Este jueves 2 de noviembre, frente a la Casa Amarilla sede de la Cancillería, «Día de Difuntos» recordamos a los casi 4 mil niños y niñas cegados de sus vidas por los bombardeos indiscriminados de Israel sobre la cercada Gaza. Si bien saludamos el voto de Costa Rica en la Asamblea General de Naciones Unidas del viernes pasado para que haya un cese al fuego inmediato y se permita el ingreso irrestricto de la ayuda humanitaria a Gaza, reclamamos que nuestro país se abstuviera en la siguiente votación para llevar a la Corte Penal Internacional a Israel por crímenes de guerra y no respetar las más mínimas reglas de la guerra, entre ellas no atacar a la población civil, (menos atacar niños) y no atacar lugares de habitación, centros públicos, escuelas y hospitales. Este voto de indiferencia, aunque aparezca como una advertencia a EEUU e Israel de no darle el aval haciendo lo de «ni chicha, ni limonada», da un paso atrás en poner a Costa Rica, con su tradición pacifista y respetuosa de los derechos humanos, en el lugar de vanguardia que debería tener en el concierto de las naciones, impulsando la necesaria intervención de la Justicia Mundial para que Israel deje de llevar adelante este genocidio en curso en Gaza Palestina.

Demandamos que Costa Rica salga de las medias tintas en donde negro y blanco debe imperar y no dudosos grises cuando de Derechos elementales humanos se refiere. Demandamos al Gobierno de nuestro país y a su Cancillería que llame a consultas al Embajador de Costa Rica en Tel Aviv, como una forma de protesta por la irreverencia y total desprecio de Israel a la decisión de un organismo como la Asamblea General de Naciones Unidas, que voto el llamado al cese al fuego y la habilitación de la asistencia humanitaria a Gaza. Mas grave desfachatez de Israel, cuando fue este mismo organismo que en 1949 había aprobado la formación del Estado de Israel y en esa ocasión, Israel no exigió la renuncia del secretario general de ONU, ni llamó a irrespetar la decisión de la Asamblea General de entonces. El doble rasero de Israel y su padrino y protector EEUU, no debe ser aceptado por nuestro país y flaco servicio se le hace a la coherencia en el respeto de los Derechos Humanos, cuando el representante de nuestro país se abstiene de llevar ante la justicia a quienes están cometiendo crímenes de guerra y hacen apología del delito.

Carta de renuncia de Craig Mokhiber, director de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Nueva York

Esta será mi última comunicación oficial como director de la Oficina de Nueva York de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH).

Le escribo en un momento de gran angustia para el mundo, incluidos muchos de nuestros colegas. Una vez más, somos testigos de un genocidio que se desarrolla ante nuestros ojos, y la Organización a la que servimos parece impotente para detenerlo. Como alguien que ha investigado los derechos humanos en Palestina desde la década de 1980, vivió en Gaza como asesor de derechos humanos de la ONU en la década de 1990 y llevó a cabo varias misiones de derechos humanos en el país antes y después de esos períodos, esta situación me afecta personalmente.

También fue en estas oficinas de la ONU donde trabajé durante los genocidios contra los tutsis, los musulmanes bosnios, los yazidíes y los rohinyás. En cada caso, a medida que se asentaba el polvo sobre los horrores perpetrados contra poblaciones civiles indefensas, se hizo dolorosamente evidente que habíamos fallado en nuestro deber de cumplir con los imperativos de prevenir atrocidades masivas, proteger a los vulnerables y hacer que los perpetradores rindan cuentas. Lo mismo ha ocurrido con las sucesivas oleadas de asesinatos y persecución de palestinos a lo largo de la existencia de las Naciones Unidas.

Alto Comisionada, estamos fracasando una vez más

Como abogado de derechos humanos con más de treinta años de experiencia en este campo, soy muy consciente de que el concepto de genocidio ha sido a menudo objeto de abusos políticos. Pero la actual matanza del pueblo palestino, arraigada en una ideología colonial etnonacionalista, una continuación de décadas de persecución y limpieza sistemáticas, basadas enteramente en su condición de árabes, y junto con declaraciones explícitas de intenciones por parte de los líderes del gobierno y el ejército israelíes, no deja lugar a dudas ni debates. En Gaza, hogares, escuelas, iglesias, mezquitas e instalaciones médicas están siendo atacados sin motivo y miles de civiles están siendo masacrados. En Cisjordania, incluida la Jerusalén ocupada, las viviendas son confiscadas y reasignadas únicamente en función de la raza. Además, los pogromos violentos perpetrados por los colonos van acompañados de unidades militares israelíes. En todo el país reina el apartheid.

Este es un caso de genocidio de manual. El proyecto colonial europeo y etnonacionalista de colonización en Palestina ha entrado en su fase final, hacia la destrucción acelerada de los últimos vestigios de la vida palestina autóctona en Palestina. Lo que, es más, los gobiernos de los Estados Unidos, el Reino Unido y gran parte de Europa son totalmente cómplices de este horrible asalto. Estos gobiernos no solo se niegan a cumplir con sus obligaciones de «garantizar el cumplimiento» de las Convenciones de Ginebra, sino que arman activamente la ofensiva, brindan apoyo económico, inteligencia y encubren política y diplomáticamente las atrocidades de Israel.

De acuerdo con todo esto, los medios corporativos occidentales, cada vez más a instancias de los gobiernos, están violando completamente el artículo 20 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, deshumanizando incesantemente a los palestinos para justificar el genocidio y difundiendo propaganda de guerra y llamamientos al odio nacional, declaraciones raciales o religiosas que constituyan incitación a la discriminación, la hostilidad y la violencia. Las empresas de redes sociales con sede en Estados Unidos ahogan las voces de los activistas de derechos humanos mientras amplifican la propaganda pro-Israel. Los policías de Internet del lobby israelí y GONGOS acosan y difaman a los defensores de los derechos humanos, y las universidades y los empleadores occidentales colaboran con ellos para castigar a quienes se atreven a denunciar las atrocidades. A raíz de este genocidio, estos actores también tendrán que rendir cuentas, como fue el caso de Radio des Milles Collines en Ruanda.

En tales circunstancias, nuestra organización está más llamada que nunca a actuar de manera eficaz y basada en principios. Pero no estuvimos a la altura de ese desafío. El poder protector del Consejo de Seguridad ha sido bloqueado una vez más por la intransigencia de los Estados Unidos, el secretario general está siendo atacado por sus mezquinas protestas, y nuestros mecanismos de derechos humanos están siendo objeto de ataques calumniosos apoyados por una red organizada en línea que defiende la impunidad.

Décadas de distracción por las promesas ilusorias y en gran medida decepcionantes de Oslo han distraído a la Organización de su deber esencial de proteger el derecho internacional, los derechos humanos y la propia Carta. El mantra de la «solución de dos Estados» se ha convertido en una broma abierta en los pasillos de las Naciones Unidas, tanto por su absoluta imposibilidad en la práctica como por su total fracaso a la hora de tener en cuenta los derechos humanos inalienables del pueblo palestino. El llamado «Cuarteto» no es más que una hoja de parra para la inacción y la sumisión a un statu quo brutal. La referencia (escrita por Estados Unidos) a «acuerdos entre las propias partes» (en lugar del derecho internacional) siempre ha sido un evidente juego de manos, destinado a fortalecer el poder de Israel contra los derechos de los palestinos ocupados y desposeídos.

Señor Alto Comisionado, me incorporé a esta Organización en el decenio de 1980 porque encontré una institución basada en principios y normas que estaban decididamente del lado de los derechos humanos, incluso en los casos en que los poderosos Estados Unidos, el Reino Unido y Europa no estaban de nuestro lado. Mientras mi propio gobierno, sus instituciones subsidiarias y gran parte de los medios de comunicación norteamericanos seguían apoyando o justificando el apartheid sudafricano, la opresión israelí y los escuadrones de la muerte centroamericanos, las Naciones Unidas defendían a los pueblos oprimidos de esos países. Teníamos el derecho internacional de nuestro lado. Teníamos los derechos humanos de nuestro lado. Teníamos los principios de nuestro lado. Nuestra autoridad estaba arraigada en nuestra integridad. Pero ese ya no es el caso.

En las últimas décadas, importantes miembros de las Naciones Unidas han cedido ante el poder de Estados Unidos y el miedo al lobby israelí, abandonando estos principios y renunciando al propio derecho internacional. Hemos perdido mucho en este abandono, incluida nuestra propia credibilidad global. Pero es el pueblo palestino el que ha sufrido las mayores pérdidas a causa de nuestros fracasos. Irónicamente, la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH) fue adoptada el mismo año en que se perpetró la Nakba contra el pueblo palestino.

Al conmemorar el 75º aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, haríamos bien en abandonar el manido mito de que la DUDH nació de las atrocidades que la precedieron, y admitir que nació al mismo tiempo que uno de los genocidios más atroces del siglo XX, el de la destrucción de Palestina. En cierto modo, los autores de la Declaración prometieron derechos humanos a todos, excepto al pueblo palestino. Tampoco olvidemos que las Naciones Unidas cometieron el pecado original de facilitar el despojo del pueblo palestino al ratificar el proyecto colonial europeo que se apoderó de tierras palestinas y las entregó a los colonos. Tenemos mucho por lo que disculparnos.

Pero el camino de la expiación es claro. Tenemos mucho que aprender de la postura de principios adoptada en los últimos días en ciudades de todo el mundo, donde millones de personas se manifiestan en contra del genocidio, incluso a riesgo de ser golpeadas y detenidas. Los palestinos y sus aliados, los activistas de derechos humanos de todas las tendencias, las organizaciones cristianas y musulmanas, y las voces judías progresistas que dicen «no en nuestro nombre», están liderando el camino. Todo lo que tenemos que hacer es seguirlos.

Ayer, a pocas cuadras de aquí, la Grand Central Station de Nueva York fue completamente invadida por miles de defensores judíos de los derechos humanos, que se solidarizaron con el pueblo palestino y exigieron el fin de la tiranía israelí (muchos de los cuales corren el riesgo de ser arrestados). Al hacerlo, barrieron en un instante el argumento propagandístico de la hasbara israelí (y el viejo cliché del antisemitismo) de que Israel representa de alguna manera al pueblo judío. Este no es el caso. Y, como tal, Israel es el único responsable de sus crímenes. A este respecto, vale la pena repetir, a pesar de las calumnias del lobby israelí que las críticas a las violaciones de los derechos humanos por parte de Israel no son antisemitas, como tampoco las críticas a las violaciones saudíes son islamófobas, las críticas a las violaciones de Myanmar son anti budistas o las críticas a las violaciones indias son anti hindúes. Cuando buscan silenciarnos calumniándonos, en lugar de silenciarnos, debemos alzar la voz. Espero que esté de acuerdo, Sr. Alto Comisionado, en que esta es la esencia de decir la verdad al poder.

Pero también encuentro esperanza en todos los miembros de las Naciones Unidas que, a pesar de las enormes presiones, se han negado a comprometer los principios de derechos humanos de la Organización. Nuestros relatores especiales independientes, comisiones de investigación y expertos de los órganos creados en virtud de tratados, así como la mayoría de nuestro personal, han seguido defendiendo los derechos humanos del pueblo palestino, incluso cuando otros miembros de las Naciones Unidas (incluso al más alto nivel) se han inclinado vergonzosamente ante los poderosos. En su calidad de guardián de las normas de derechos humanos, el ACNUDH tiene el deber especial de velar por ellas. Nuestra tarea, creo, es hacer oír nuestra voz, desde el secretario general hasta el último recluta de la ONU y horizontalmente, en todo el sistema de la ONU, insistiendo en que los derechos humanos del pueblo palestino no se debatan, negocien o comprometan en ningún lugar bajo la bandera azul.

Entonces, ¿Cómo sería una posición basada en las normas de la ONU? ¿En qué estaríamos trabajando si fuéramos fieles a nuestras exhortaciones retóricas sobre los derechos humanos y la igualdad para todos, la rendición de cuentas de los delincuentes, la reparación de las víctimas, la protección de los vulnerables y el empoderamiento de los titulares de derechos, todo ello en el marco del Estado de Derecho? La respuesta, creo, es simple: si tenemos la lucidez para ver más allá de las cortinas de humo propagandísticas que distorsionan la visión de justicia a la que hemos hecho un juramento, el coraje para abandonar el miedo y la deferencia a los Estados poderosos y la voluntad de levantar la bandera de los derechos humanos y la paz. Es cierto que se trata de un proyecto a largo plazo y de un camino empinado. Pero debemos empezar ahora, a menos que nos rindamos a un horror indescriptible. Veo diez puntos clave:

  1. Acción legítima: En primer lugar, en las Naciones Unidas debemos abandonar el paradigma fallido (y en gran medida falaz) de Oslo, su ilusoria solución de dos Estados, su Cuarteto impotente y cómplice, y la subversión del derecho internacional a los dictados de sus supuestos méritos políticos. Nuestras posiciones deben basarse inequívocamente en los derechos humanos y en el derecho internacional.
  2. Una visión clara: Debemos dejar de fingir que se trata simplemente de un conflicto territorial o religioso entre dos partes enfrentadas y admitir la realidad de la situación, que es que un Estado con un poder desproporcionado está colonizando, persiguiendo y despojando a una población indígena por su etnia.
  3. Un Estado único basado en los derechos humanos: Debemos apoyar el establecimiento de un Estado único, democrático y laico en toda la Palestina histórica, con igualdad de derechos para cristianos, musulmanes y judíos, y, en consecuencia, el desmantelamiento del proyecto colonialista profundamente racista y el fin del apartheid en todo el territorio.
  4. Lucha contra el apartheid: Debemos reorientar todos los esfuerzos y recursos de la ONU a la lucha contra el apartheid, como hicimos con Sudáfrica en las décadas de 1970, 1980 y principios de la de 1990.
  5. Retorno e indemnización: Debemos reafirmar e insistir en el derecho al retorno y a la plena indemnización para todos los palestinos y sus familias que viven actualmente en los territorios ocupados, el Líbano, Jordania, Siria y la diáspora en todo el mundo.
  6. Verdad y justicia: Debemos exigir un proceso de justicia transicional, que aproveche al máximo las décadas de investigaciones, investigaciones e informes acumulados por la ONU, con el fin de documentar la verdad y garantizar la rendición de cuentas de todos los criminales, la compensación de todas las víctimas y la reparación de las injusticias documentadas.
  7. Protección: Debemos insistir en el despliegue de una fuerza de protección de la ONU con recursos suficientes y un mandato firme para proteger a los civiles desde el río hasta el
  8. Desarme: Debemos abogar por la retirada y destrucción de los arsenales masivos de armas nucleares, químicas y biológicas de Israel, evitando así que el conflicto conduzca a la destrucción total de la región y, quién sabe, más allá.
  9. Mediación: Debemos reconocer que Estados Unidos y otras potencias occidentales no son mediadores creíbles, sino partes en el conflicto, que son cómplices de Israel en la violación de los derechos palestinos, y debemos enfrentarlos como tales.
  10. Solidaridad: debemos abrir nuestras puertas (y las de la Secretaría General) a las legiones de defensores de los derechos humanos palestinos, israelíes, judíos, musulmanes y cristianos que se solidarizan con el pueblo de Palestina y sus derechos, y poner fin al flujo incontrolado de grupos de presión israelíes a las oficinas de los líderes de la ONU, donde abogan por la continuación de la guerra, la persecución, el apartheid y la impunidad, al tiempo que denigran a nuestros defensores de los derechos humanos por su postura de principios sobre los derechos palestinos.

Tardará años en llegar allí, y las potencias occidentales lucharán contra nosotros en cada paso del camino, por lo que tenemos que ser firmes. Debemos trabajar por un alto el fuego inmediato y el fin del asedio de Gaza, oponernos a la limpieza étnica de Gaza, Jerusalén, Cisjordania (y otros lugares), documentar el ataque genocida contra Gaza, ayudar a proporcionar a los palestinos ayuda humanitaria masiva y reconstrucción, cuidar a nuestros colegas traumatizados y sus familias, y luchar con todas sus fuerzas para garantizar que el enfoque de las oficinas políticas de las Naciones Unidas se base en principios.

El fracaso de las Naciones Unidas en Palestina hasta ahora no es razón para que nos demos por vencidos. Por el contrario, debería alentarnos a abandonar el paradigma del pasado que ha fracasado y a adoptar plenamente un curso de acción más basado en principios.

Como ACNUDH, unámonos con valentía y orgullo al movimiento contra el apartheid que está creciendo en todo el mundo, añadiendo nuestro logotipo a la bandera de la igualdad y los derechos humanos del pueblo palestino. El mundo está mirando. Todos tendremos que rendir cuentas de nuestra posición en este momento crucial de la historia. Pongámonos del lado de la justicia.

Gracias, Alto Comisionado Volker, por escuchar este último llamamiento de mi oficina. Dentro de unos días dejaré la Oficina por última vez, después de más de tres décadas de servicio. Pero no dude en ponerse en contacto conmigo si puedo ser útil en el futuro.

Le ruego acepte, señor presidente, la expresión de mis distinguidos saludos,

Craig Mokhiber