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Etiqueta: lucha social

José Picado Lagos, hombre de esperanzas. In Memoriam

José Picado Lagos,
hombre de esperanzas por utópicas que fueran o parecieran ser, luchador por
la Libertad, por la Democracia, por la causa del Socialismo
In Memoriam

Vladimir de la Cruz

(Palabras leídas el 25 de diciembre del 2024, en el Cementerio de Villa Colón, en el acto funerario de su despedida)

Conocí a José Picado Lagos en el segundo lustro de la década de 1960, en las luchas juveniles y estudiantiles de la Universidad de Costa Rica. Hizo los Estudios Generales en 1967, al mismo tiempo que yo, cuando la Universidad de Costa Rica se revolucionó estudiando el siglo XIX, lo que obligaba a estudiar, entre otras cosas, las repercusiones de la Revolución Francesa, en las revoluciones europeas de 1820, 1830, 1848, el socialismo, el anarquismo y comunismo, lo que nos permitió a los miembros del Frente de Acción Universitaria, al que y pertenecía, realizar una gran labor de agitación política e ideológica.

En las luchas de aquellos años de juventud José militó en la Juventud Universitaria Revolucionaria Demócrata Cristiana, JURDEC, el primer esfuerzo organizativo socialcristiano que se impulsaba en el país y en la Universidad de Costa Rica, al amparo e impulso del gran filósofo Luis Barahona Jiménez, quien había estimulado y hecho nacer esas corrientes en el país.

Desde entonces, hasta su muerte, me ligó con José una gran amistad, afecto, cariño de amigos y de familia, porque me integré y formé parte de su querida familia. Yo militaba en la Juventud Socialista Costarricense y en el Frente de Acción Universitaria, FAU, que eran las organización juvenil y estudiantil comunistas, y el FAU el principal motor de las luchas universitarias que dábamos en aquellos años desde 1966, cuando también José tocaba las puertas de la Universidad para estudiar Derecho.

En el año 1969, bajo nuestro impulso, del Frente de Acción Universitaria y de otros grupos estudiantiles, especialmente de la izquierda cristiana, como la Juventud Universitaria Cristiana, Cristianos por el Socialismo, y otros, como el sector de izquierda de la Juventud Liberacionista de esos días, el Congreso de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica, impulsó la lucha contra el Contrato del país con la Alumniun Company of America, ALCOA, lucha que culminó en las grandes movilizaciones estudiantiles, universitarias y populares de marzo abril de 1970.

En esa generación de universitarios de 1970 brotaron otros grupos de izquierda y de combatientes sociales.

En la lucha contra la ALCOA se distinguió José en las barricadas de esos combates. Hay una foto que lo recordará siempre. Se ve al joven José, en la avenida, al frente de la Asamblea Legislativa, en posición inclinada de combate frente a un oficial de la policía de entonces, foto que se hizo icónica. Pero, hay otro pasaje de José cuando, en esas mismas luchas, uno de esos días de combate patriótico, el Coronel “Chino” Umaña, que comandaba los destacamentos de policía para la represión estudiantil que estábamos en la Asamblea, agitando su bastón policial trataba de movilizar a sus policías, que estaban unos metros detrás suyo, que no actuaban, que estaban en cierta forma paralizados por la tensión callejera que había. Era un momento, de tal tensión, que si los estudiantes hubiéramos corrido contra los policías ellos hubieran salido en desbandada. El Coronel Umaña, era alto, fornido, de buena preparación física, tomó la iniciativa y empezó a correr hacia los estudiantes, blandiendo su bastón en mano, sin que se movieran sus policías, gritaba llamándolos, cuando José salió hacia su enfrentamiento. Le lanzó un palo o una barra metálica que le dio en su pierna y le hizo caer, lo que provocó de inmediato la reacción de la policía. En ese momento, en aquel día del 24 de abril se convirtió en el escenario de una lucha patriótica fuerte, tensa, dura que produjo ese día alrededor de 300 detenidos, cuando se había aprobado el contrato por parte de la Asamblea Legislativa.

Ese año de 1970, en los Estudios Generales de la Universidad de Costa Rica alrededor de esta lucha se habían impulsado organizaciones estudiantiles de izquierda nuevas, a la par del Frente de Acción Universitaria, el Movimiento Acción Revolucionaria Socialista, MARS, el Frente Estudiantil del Pueblo, que también jugaron su papel en esas jornadas patrióticas. Luego se desarrolló el Movimiento 24 de Abril. También José participó de la coalición de la izquierda estudiantil, Unidad Estudiantil de la Izquierda, UNEI, en la Universidad de Costa Rica a inicios de la década de 1970. José ya empezaba a militar en la izquierda comunista.

En aquellos días, importantes para el país, se había dado la lucha contra el segundo párrafo del Artículo 98 de la Constitución Política, que se aplicaba para prohibir la participación de los comunistas y de la izquierda en procesos electorales. En el año de 1969, año preelectoral había sido prohibido el Partido Bloque de Obreros, Campesinos e Intelectuales.

Por gestiones que se le solicitaron a Manuel Mora del gobierno de José Joaquín Trejos Fernández, y de empresarios vinculados a Liberación Nacional, para realizar ventas de café y caña de azúcar a los países socialistas, se facilitó la participación del Partido Acción Socialista, PASO, que postuló en la fórmula a la presidencia a Lisímaco Leiva Cubillo, al profesor comunista universitario Víctor Manuel Arroyo Soto y a la escritora y revolucionaria Luisa González Gutiérrez, que llevó a la Asamblea Legislativa, como diputados electos, de este partido a Manuel Mora Valverde y a Marcial Aguiluz Orellana, iniciándose una nueva época política y electoral en Costa Rica.

José Picado, muy joven, se integró de inmediato al trabajo legislativo como asesor en las oficinas de Manuel y de Marcial, con quienes desarrolló una intensa amistad y de profunda confianza política, y con Marcial, además, de enseñanza militar.

Sus estudios en la Universidad, en el área del Derecho, los fue cambiando por una intensa vida militante que puso al servicio del Partido Vanguardia Popular, de sus organizaciones sindicales y campesinas. Así llegó a ocupar altos puestos en estas organizaciones, especialmente en la Federación Nacional Campesina, FENAC y la Confederación General de Trabajadores, CGT, en la Confederación de Trabajadores de Costa Rica, CTCR, en el intento de una central unitaria de trabajadores, la Confederación Unitaria de Trabajadores, CUT. También representó a Confederación Auténtica de Trabajadores Democrática, como delegado en la Asamblea de Trabajadores del Banco Popular. Estuvo, igualmente ligado a las luchas del Sindicato de Educadores Costarricenses, como su Asesor Legal, cuando era dirigido por Carlos Vargas y José Joaquín Meléndez.

En estas organizaciones desempeñó e impulsó importantes luchas agrarias, de precaristas, tomas tierras, ganándose un reconocido papel de dirigente popular, y de las luchas campesinas, que también lo llevó a la Asamblea del Banco Popular, en representación de organizaciones populares. Las luchas agrarias de Costa Rica en mucho, en esos años, llevan la impronta de José Picado, como conductor principal, que lo hizo desplazarse por todo el territorio nacional, en el sur, en el norte en Caribe, en el valle de la Estrella, en Guanacaste, en el Pacífico sur, Golfito y muchos otros lugares. De igual manera representó a estas organizaciones en eventos internacionales, como el Congreso de la Confederación General de Il Labore, CGIL, en Italia.

En la década de 1970, cuando el Partido Vanguardia Popular impulsó en 1973, la Comisión de Seguridad, allí poco a poco empezó José a participar de su preparación político militar que lo llevó a integrarse en la lucha militar revolucionaria que se estaba llevando a cabo en Centroamérica, especialmente en la lucha contra la dictadura somocista.

Al calor de la lucha antisomocista en la década de 1970, se integró a la Brigada internacionalista del Partido Vanguardia Popular, “Carlos Luis Fallas”, que empezó a organizarse desde 1973, como parte de la preparación combativa militar que desarrollaba Vanguardia Popular, que partió a combatir a tierras nicaragüenses, bajo su dirección combativa, como el Comandante Inti, y bajo la dirección político militar de Manuel Mora Salas, como Jefe de la Comisión Militar y de Seguridad del Partido Vanguardia Popular, el mejor cuadro militar de la izquierda centroamericana de aquellos años. Junto a ellos hubo otros compañeros en este campo militar de alto nivel profesional y formación en la conducción.

En 1973 con Harold y Alejandro Martínez, Ernesto Cardenal, Sergio Ramírez Mercado, Raúl Cordón, Carlos Coronel, los hermanos Armando y el Negro Chamorro y Edén Pastora reviven el Frente Revolucionario Sandino,

Ya estaba casado con Florita, su fiel y abnegada compañera, ya tenía su primer hijo, Inti. Luego llegarían María y Ernesto, nacido al calor de estas luchas, de lejanías y cercanías de José con su familia, por sus obligaciones internacionalistas.

La experiencia de las luchas campesinas le había servido para reclutar campesinos, importantes para ese tipo de luchas guerrilleras. Cuando el Partido Socialista Costarricense y el Movimiento Revolucionario el Pueblo, en esos mismos años, se sumaron a esa lucha, constituyeron las Brigadas internacionalistas Mora y Cañas, donde también José formó parte de ellas, de sus direcciones políticas revolucionarias.

José era en la década del 70 un revolucionario de tiempo completo, comprometido totalmente en la lucha por la causa del socialismo y de la revolución centroamericana, que estaba a la orden del día. Estaba dedicado totalmente a las tareas políticas y organizativas que se le encomendaban.

Fue un colaborador clandestino del ataque al Cuartel de San Carlos, primera acción de gran envergadura del FSLN el 13 de octubre de 1977. En este ataque dirigido por Plutarco Hernández y José Valdivia, José fue quien les proveyó de los cohetes rockets que se usaron en esa acción. También fue colaborador estratégico de la ofensiva final del FMLN, en 1979. En el curso de la guerra sandinista le tocó apoyar la tendencia tercerista del Frente Sandinista de Liberación nacional, junto con Adolfo García Barberena, militante vanguardista, caído en combate.

El triunfo de la Revolución Sandinista, en 1979, le llevó a desarrollar actividades importantes dentro de la Revolución en esos primeros años, 1979-1986, en las que la Brigada Calufa, la Mora y Cañas, la Juan Santamaría, tuvieron a cargo la formación militar de los primeros cuadros del ejército sandinista, y del manejo de algunas empresas, como Procampo, encargada de impulsar la reforma agraria del Frente Sandinista, desarrollada por el gobierno sandinista, la cual José tuvo a su cargo.

Del mismo modo, le tocó enfrentar, desde el territorio nicaragüense, a los grupos contra revolucionarios que actuaban desde los territorios de Costa Rica y Honduras, que lo mantuvieron en el combate activo hasta 1986. También estuvo combatiendo bajo las banderas del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional en El Salvador y Guatemala.

Como combatiente en Nicaragua fue el único Comandante Guerrillero costarricense que fue condecorado por el gobierno sandinista de aquellos años.

De Nicaragua quedó enamorado de su geografía, sus paisajes, sus islas, de su Solentiname, región en la que como un sueño utópico añoraba vivir, o tener un lugar para ir a disfrutar, descansar leer. Sus vínculos con los poetas Cardenal, Cuadra y otros le eran como un imán.

Regresado a Costa Rica, después de esos años gloriosos del internacionalismo revolucionario costarricense, se volvió a integrar a las luchas sociales y campesinas, hasta que lo abatió la división del Partido Vanguardia Popular, inclinándose él por el grupo que lideraba Manuel Mora Valverde.

En Vanguardia Popular formó parte, hasta la división del Partido, de la Comisión de Seguridad. Para ello, y para la lucha militar guerrillera en que participó, fue preparado en el país y en el extranjero.

La división de toda la izquierda nacional en esa década de 1980 y la desaparición orgánica de los partidos Socialista Costarricense y del Movimiento Revolucionario del Pueblo, hizo surgir otras alternativas político electorales en la década del 90 que involucraron a José en nuevas militancias, el Partido del Progreso, los intentos que todavía había de mantener el partido Pueblo Unido. Así llegó al Partido Fuerza Democrática en 1997, que en la campaña electoral de 1998 eligió a José Manuel Núñez González, a Célimo Guido y a José Merino como diputados, donde de nuevo se integró como asesor parlamentario de esta fracción de diputados.

En los años siguientes mantuvo su vínculo con las organizaciones sociales, sindicales y campesinas de lucha.

Tomó su tiempo para escribir, donde destacó como magnífico narrador. Publicó cuatro libros de su vida personal y familiar, de narraciones y cuentos, y testimoniales. Sus libros fueron “El oído mágico y otros cuentos”, “Los años del verde olivo”, “Los amigos venían del sur”, sobre las experiencias y testimonios de las luchas guerrilleras, que logró un Premio Nacional, un libro que es testimonial pero también de carácter histórico. Otro sobre sus experiencias en las luchas agrarias, “La Precaria”. Uno más, sobre la experiencia de la lucha revolucionaria en El Salvador, que no lo pudo terminar dejándolo bastante avanzado.

Los que tuvimos la dicha de conocerlo y tratarlo sabemos de su trayectoria política, organizativa, revolucionaria, partidaria, sindicalista y campesina, en las cuales tiene su lugar y reconocimiento, que habrá que destacar de manera especial en su momento.

José, en general era de buen trato, de gran imaginación y palabra. Buen conversador y ameno. Le gustaba hacer bromas. En la guerrilla tenía una “ternura guerrillera” con sus compañeros.

Era buen lector de lo que le apasionaba. De profunda intuición. Cálido y humano por su trato y por la confianza que generaba. Era un buen ser humano, era una buena persona.

Algunos lo recordarán como “Picadito”. Era de fuerte de carácter, confiable y leal. Sabía ser amigo. Poseía un espíritu combativo contagioso. Fue un hombre valiente, recto y fiel a sus ideales.

En lo familiar fue muy querido por sus tíos, hermanos, sus sobrinos y cuñados. Muy dedicado a su familia, al final de sus días muy dedicado y entusiasta con sus nietos.

De José recordaremos siempre, porque así lo dejó escrito con su presencia, su legado político, su compromiso y ejemplo revolucionario, su sacrificio de vida en la causa de la revolución en la que creyó y participó. Creyó en la Revolución Socialista hasta el final de sus días.

José fue un hombre revolucionario de tiempo completo, comprometido de corazón y alma con todas las causas justas, populares, revolucionarias y socialistas, en cualquier lugar del mundo que así se desarrollaran y así lo considerara.

Fue defensor y amante de la justicia social, la democracia, la igualdad.

Era un auténtico contestatario político.

Sobre todo, fue un hombre de esperanzas por utópicas que fueran o parecieran ser. Fue un luchador por la Libertad, por la Democracia, por la causa del Socialismo.

Mario Devandas, en su cuarto aniversario

Adalberto Fonseca E.
Historiador

El día de hoy 25 de diciembre, Mario Devandas Brenes cumple cuatro años de fallecido.

En lectura de la memoria histórica de este ciudadano, repasamos que, en setiembre de 1974, denuncia los peligros y riesgos que atraviesa el Instituto Costarricense de Electricidad ICE, sobre todo la situación condicionante de los préstamos extranjeros que significaría en su lectura un creciente proceso de desaparición.

Expresa Devandas:

“… las condiciones impuestas por organismos financieros internacionales como el Banco Mundial al ICE, lo están sometiendo a un proceso de desnacionalización, por lo que puede convertirse el ICE en una pequeña empresa administrativa de energía y telecomunicaciones, con las manos atadas para poder tomar decisiones soberanas…”; en ese momento como Secretario de asuntos sociales del Partido Socialista Costarricense.

Continúa…

“… el ICE cuenta con los suficientes recursos humanos y de equipo para construir por el mismo las obras que realiza, pero las agencias financieras lo han obligado a entregar las construcciones a empresas extranjeras, lo que significa la pérdida de muchos millones para el país. Las imposiciones se extienden a todas las actividades técnicas del ICE, tales como diseños, planeamiento, inspección de obras, etc.…”

“… la presión del Banco Mundial (organismo que financia proyectos del ICE), sobre la Institución comenzó con el proyecto de la Garita, pero en esa ocasión el Estado Costarricense optó por realizar las obras con sus propios medios…”

“… posteriormente, se planeó el proyecto de Río Macho, el Estado no pudo financiarlo y el ICE se vio obligado a recurrir al Banco Mundial… así su dependencia con este organismo. Se dice que el Banco Mundial es un organismo independiente con relación a las decisiones que toman las naciones, pero la mayoría de las acciones de dicho Banco están concentrados en manos de unos pocos, así vemos que Costa Rica cuenta con un 0.25 % de las acciones, pero los Estados Unidos con más del 27%, además la elección de la directiva del Banco está de acuerdo al número de acciones de cada país, así Costa Rica tiene derecho a 357 votos, y Estados Unidos a 63.750 votos…”

Con esta breve referencia a un capítulo del Banco Mundial y sus relaciones con Costa Rica, recordamos al compañero y amigo Mario Devandas. Sin duda un pensamiento crítico de un costarricense emblemático.

Devandas dedicó 50 años de su vida a la lucha social, en procura de una sociedad más justa y equitativa para las y los costarricenses. Cómo lo hemos propuesto, Mario debe ser declarado «Benemérito de la Patria”.  Las y los diputados de este país, tienen la palabra.

¿Cambio sistémico o contradicciones del colapso «democrático burgués»? Algunas consideraciones al vuelo e incompletas

Costa Rica tiene penalizada la protesta social en el país (F. BBC News)

Oscar Barrantes R.*
Círculo Bolivariano Yamileth López
Centro Popular Costarricense de Estudios Sociales (CBYLO – CPCES)

Pulir un tanto la visión alrededor de la catastrófica, decadente y semicolonizada “democracia burguesa”, ¿en Costa Rica o América Latina? ¿Cómo la veo? ¿Cambio sistémico? No lo creo ni lo es. Tenemos argumentos de carácter filosófico, social, de praxis, espiritual y la realidad histórica como aliada, para ello.

Consideramos como punto de partida, es la degeneración a formas fascistoides de violencia del Estado burgués liberal reformista – como bien dice Miguel Sobrado en un artículo recientemente publicado, el Estado «clientelista» – la aparición de un engendro de Estado forajido, narcotraficante, paramilitaroide, mafioso y subordinado a los aparatos militares geoimperialistas como el Comando Sur, la CIA, el TIAR, la OTAN y otros tratados recolonizadores como el Plan Colombia, Plan Puebla Panamá – Medellín, el Plan Mérida, los TLC yankis; entre otros.

Estados y sus territorios convertidos en portaaviones del tráfico de drogas -tránsito, bodega, intercambio de droga por armas, distribución al menudeo y gran escala, expansión de operaciones y guerra de cárteles continentales y globales – de ofensivas de militarización neocolonial, instalación de bases militares – Comando Sur, OTAN, DEA, CIA, A.S.N., MOSSAD, MI6, – paraísos fiscales para lavado de activos y blanqueado de dólares, centros de operación de guerra asimétrica (contrainsurgencia y contrarrevolución) países utilizados como plataforma «proxi», para la guerra no convencional contra gobiernos y proyectos políticos que construyen sociedades y Estados soberanos, independientes, antiimperialistas y rebeldes.

En los países de América Latina y El Caribe se ilegaliza la protesta social y la huelga como instrumento jurídico y legítimo de la lucha por los derechos sociales. Se judicializa, se penaliza y se aplican sentencias de cárcel a lideres, activistas, dirigentes populares, sindicales, estudiantiles, obreros, campesinos, intelectuales, mujeres y hombres de los sectores, movimientos, comunidades y enjambres sociales en plena organización y movilización.

Chile fue un plan piloto, vinculado a la Operación Cóndor después del Golpe de Estado a Salvador Allende y al proyecto popular y democrático de la Unidad Popular. Más recientemente es Colombia el laboratorio donde se mixtura el eje económico con el político militar.

Se implementa una vuelta de tuerca al neofascismo americanizado, con una reingeniería social y mercantil al liberalismo fundamentalista (denominado por cierto academicismo como: neoliberalismo) con una mezclademilitarización con bases militares imperialistas, asociación a la OTAN, desarrollo de la industria de narcóticos, surgimiento de un departamento de paramilitarización y legitimación del paramilitarismo, manteniendo el escenario eleccionista burgués y la ficción de formas democráticas de poder.

Lo mismo se implementó con modelos particulares y de acuerdo con las realidades concretas en Venezuela del régimen de » punto fijo». En México con acento en las mafias oligárquicas marionetas de Washington desde los años de 1960.

En octubre de 1968 administración de Luis Echeverría y, su ministro de Gobernación Gustavo Díaz Ordaz, atildan su clímax de odio a la movilización estudiantil y popular antiimperialista, al ordenar la masacre de la Plaza de Tlatelolco.

También ha tenido sus matices en Brasil, Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina, Honduras, Haití quizás los más representativos del continente. Las castas militares y FF.AA., policías y servicios secretos de esos países tienen un rol central en la dinámica de esa metamorfosis de las superestructuras burguesas, forzadas por la estrategia de recolonización del imperialismo global anglosajón.

Se descuartiza la forma de Estado reformista social – liberal, porque no le es necesario estratégicamente al bloque neocolonial, con la pírrica, escasa y temporal victoria del imperialismo sobre el socialismo, (1989 – 2006) vendida como derrota definitiva y como «fracaso de la sociedad comunista».

El llamado «fin de la historia» de Francis Fukuyama – nada más alejado de la realidad histórica, hoy demostrado por los hechos vivientes, los acontecimientos en curso y la rueda de la historia girando con soltura y aplastando la escoria de las relaciones humanas retardatarias – recordemos que los reformismos socialdemócratas y socialcristianos, heredados de las tesis euroteóricas de Max Beber, Bernstein y Kausky, denominados también como» capitalismo con rostro humano» o los modelos de «Estado clientelista», «populismo» de Estado, «Estado social de derecho» o suplente reformista; sencillamente se hicieron como aplicaciones tácticas de contención social y contrainsurgencia, con el objetivo de frenar la radicalización revolucionaria, impregnar el conformismo de masas, » domesticar definió José Figueres Ferrer» en su oportunidad, mediatizar el descontento popular y la rebeldía social y nacional, así como desmovilizar a las fuerzas políticas y amplios sectores populares descontentos. Es un enfoque estratégico dirigido a taponear y diluir los proyectos políticos revolucionarios en desarrollo.

Acá es necesario un alto y esclarecer. Para Costa Rica, Guatemala, Bolivia, y talvez, otros casos en América Latina debemos separar esta concepción reformistas de los movimientos populares de conquista social – a tenor de las reformas sociales de las décadas de 1930 – 1940 – 50, 1960 – 70 – verdaderas transformaciones alcanzadas por la acción revolucionaria y la dirección política científico – social doctrinaria y estratégico- táctico de destacamentos político y movilización social – popular de masas proletarias conscientes y organizadas en unidad con sectores avanzados de la sociedad, que fueron retardados y cortados por la contrainsurgencia intervencionista y mercenaria oligárquica criolla, auspiciada por el imperialismo desde Washington.

Proyectos sociales valorados y respaldados por la energía racional, el espíritu moral y emocional y, la sangre de miles de obreros, familias campesinas, estudiantes, artesanos, intelectuales, mujeres y hombres del campo y de la ciudad.

Hoy estamos frente a la mutación del Estado oligárquico semicolonizado. La misma responde y es una arquitectura bocetada en los conciliábulos de las corporaciones y lobbies imperialistas, como el «Consenso de Washington», la OMC, «El documento de Santa Fe», en las encerronas de Davos, en las confabulaciones del «G – 7», Banco Mundial, FMI y en otras conocidas «liturgias» de las anquilosadas y estáticas aristocracias globales del «deep state». En las cavernas de los «thing thang» de los globalistas del fatalismo civilizatorio anglosajón.

Sin la menor duda, Costa Rica hoy se encuentra en la coordenada precisa que se le asignó por el hegemón, como pieza subordinada en el tablero geopolítico y regional, en el que le toca jugar un papel miserable y repugnante, al servicio de los intereses geo-globalistas.

Un punto de quiebre definitivo del «Estado nacional» y el sometimiento total de «la república burguesa semicolonial» a los designios de la doctrina y estrategia del hegemonismo unipolar y totalitario.

*Los escritos del autor son conocidos en la región en el área de la geopolítica, y aborda en el presente trabajo la crisis de la democracia costarricense, así cómo, desde la pequeña burguesía hasta la más rancia oligarquía se funden en bloque en sus intentos para salvar “los muebles” de un sistema que hace “aguas”, tanto en el plano interno como externo.

¡Atención, Costa Rica! La lucha por la defensa de la Playa Cabuyal está en su momento decisivo

El 4 de noviembre de 2024 se realizó una audiencia crucial en el Tribunal Contencioso Administrativo sobre el caso que podría definir el futuro de las playas Cabuyal, Balsal y Carbonal, en Guanacaste. En este proceso legal, la Asociación para el Rescate de la Zona Marítimo Terrestre se enfrenta a la batalla más importante de su lucha por la restitución de la propiedad pública que ha sido ilegalmente privatizada.

En 2004 y 2005, una familia influyente vinculada al Partido Liberación Nacional (PLN) logró, con el apoyo del Consejo Municipal de Nicoya, aprobar planes para privatizar estas emblemáticas playas, que históricamente han sido consideradas parte del patrimonio público del Estado costarricense. A través de maniobras legales cuestionables, se logró que 69 hectáreas de las playas Cabuyal, Balsal y Carbonal pasaran a manos privadas, lo que representa una grave violación a la Ley de Zona Marítimo Terrestre.

Lo que parecía ser un atropello a la legalidad se concretó al registrar estas playas como propiedad privada, excluyendo a los ciudadanos y limitando el acceso público a estos ecosistemas esenciales, que son patrimonio no solo de Costa Rica, sino del mundo entero.

A lo largo de los años, la Asociación para el Rescate de la Zona Marítimo Terrestre ha luchado incansablemente por revertir este proceso. Tras una demanda interpuesta en 2015, la asociación ha trabajado en la defensa del acceso público a las playas y la preservación de su estatus como parte del dominio público. Ahora, en este crucial momento, el 4 de noviembre, se realizó la audiencia que podría ser determinante para recuperar lo que históricamente pertenece a todos los costarricenses.

¡Tu presencia es fundamental!

Es crucial que el pueblo costarricense se una a esta causa. La audiencia del 4 de noviembre no solo es un evento legal, sino también una muestra de la defensa del derecho al acceso público a las playas y al respeto por el medio ambiente. El futuro de nuestras playas está en juego, y la decisión que se tome podría sentar un precedente para la protección de las zonas marítimo-terrestres en todo el país.

Se hace un llamado a toda la ciudadanía, organizaciones sociales, ambientalistas, y a todos aquellos que valoran la justicia y el patrimonio natural de Costa Rica a estar pendientes del proceso en ell Tribunal Contencioso Administrativo para respaldar esta lucha histórica por la restitución de nuestras playas al pueblo costarricense.

¡No dejemos que la privatización de nuestras playas sea el futuro de Costa Rica! La lucha por la playa Cabuyal es la lucha por el acceso a la naturaleza para todos.

Le invitamos a ver el video.

 

Compartido con SURCOS por Orlando Barrantes.

El fundamento ideológico de la jornada laboral esclavista 4-3

Vladimir de la Cruz

El 31 de mayo de 1978, el Editorial del Suplemento El Industrial, publicado en el periódico La Nación afirmó entre muchas otras cosas lo siguiente: «El trabajo no es, como creen algunos, una maldición, sino la única ideología que, en cualquier sistema político, salva a un país, forja su desarrollo y le permite alcanzar elevadas metas… no admite sucedáneo… es la única arma de progreso… es un acto de liberación… es una forma de plegaria a Dios. Es una condición del hombre y nadie puede escapar de ella… Ninguna ideología puede sustituir al trabajo, duro y tesonero… Hay que encender la mística del trabajo…que no es sino sentido del tiempo… aprovechado al máximo, a plenitud… Es necesario reducir los días feriados…al mínimo, a los necesarios, para que el resto sea un poema continuo al trabajo, que es la única forma de salir del subdesarrollo”.

Desde entonces, los días feriados los han dio reduciendo, eliminando. Igualmente los han ido moviendo de sus fechas originales a celebrarse o tenerse para disfrute los viernes y los lunes.

Para el próximo año ya están moviéndolos para los lunes. Así se correrán, ya aprobados en Comisión Legislativa, debilitándoles la fecha original de su celebración, desnaturalizándoles, desnudándoles de sus ropajes festivos el viernes 11 de abril la Gran Batalla de Rivas, que la pasan al lunes 14, la del jueves 1 de mayo, día Internacional de los Trabajadores y Rendición de William Walker, que es lo que lo hace feriado desde 1858, al lunes 5 de mayo. Las fechas del viernes 25 de julio, de la Agregación o Anexión de Nicoya a Costa Rica; la del sábado 2 de agosto, día de la Virgen de los Ángeles, de la Patrona Nacional; la del viernes 15 de agosto, día de la Madre; la del domingo 31 de agosto, Día de la Persona Negra y la Cultura Afrodescendiente y de Fundación de la República, la diputada del gobierno, Pilar Cisneros, quiso pasarlas al lunes siguiente de esas fecha, pero no se lo aprobaron en la Asamblea Legislativa. Queda todavía la discusión en el Plenario Legislativo, donde se mueven otros intereses, así como los otros diputados, de los otros partidos, que le sirven de alfombra y felpudo al Gobierno del Jaguar.

Se puede apreciar la importancia histórica de las fechas, que se van dejando vacías en su celebración escolar y colegial, como en el plano nacional, todo bajo la mentalidad mercantilista, poco patriótica, y comercial de justificar esos trasados de fecha con la intención de favorecer el turismo nacional, según dicen, para que los costarricenses tengan la posibilidad de disfrutar de tres días seguidos de “vacación”. Los turistas extranjeros nada tienen que ver con esas fechas. Les da igual cualquier fecha que ya tienen para disfrutar sus vacaciones en Costa Rica. Ninguno de ellos está pensando ni sabiendo que les están moviendo fechas patrias y efemérides nacionales para venderles el paquete de los tres días para vacacionar. Ese es el fraude más grande con el que tratan de engañar para cambiar la celebración de las fechas en el día que les corresponden.

Efectivamente el trabajo, como ideología, en nuestro medio es una forma de dominación social, justificada cotidianamente en la prensa, la radio, la televisión; en la escuela y en el proceso educativo en general.

En el proceso religioso también se acentúa esta forma de dominación, social, cual es: trabajar, duro y tesoneramente, pero no para provecho propio, sino para beneficio del dueño de las empresas, fábricas, fincas o, plantaciones; es decir, trabajar duro para beneficio del dueño de los medios de producción que son absolutamente privados en Costa Rica.

Todo ese trabajo duro, tesonero, místico a cambio de un salario, que no corresponde, como lo sienten todos los días los costarricenses, al costo real de la vida, puesto que los salarios se mueven por escalera mientras los precios de los bienes y productos de la canasta básica viajan en ascensor, al tiempo que los salarios e ingresos básicos de las personas y trabajadores están congelados desde hace cinco años, elevándose los mismos para el próximo año al valor de una coca cola o una caja de cigarros, por mes.

Efectivamente, el trabajo es una forma de dominación social en tanto es el instrumento mediante el cual el dueño de la fuerza de trabajo (el empresario, el industrial, el terrateniente, el patrono de cualquier actividad económica) usa para enriquecerse, para producir riqueza, productos que llevan en ellos el salario del trabajador y un valor agregado que hace que los trabajadores, que producen esos productos, la mayor parte de las veces ni siquiera puedan comprar, adquirir o consumir lo que ellos mismos producen. Extraña contradicción.

Los productores directos no son dueños de lo que producen; ni siquiera lo pueden adquirir. Pero los no productores directos, los patronos, no solo son dueños del producto del trabajo de los hombres que lo producen, sino que también se enriquecen, cada vez más con ese trabajo y con ese producto.

El trabajo es la forma directa de explotación de unos, los patronos, sobre otros, los trabajadores. En este sentido el trabajo es la quinta esencia de la ideología en una sociedad como la nuestra, basada en la explotación de amplias masas de trabajadores a cambio de un mísero salario, que en el mejor de los casos apenas satisface las necesidades mínimas de subsistencia del trabajador.

Por ello también avanza en la Asamblea Legislativa el Proyecto de Ley de las jornadas de trabajo esclavistas de 12 horas diarias, por cuatro días a la semana, conservando de esa manera las 48 horas semanales que establece la Constitución Política y el Código de Trabajo, como jornadas legales y constitucionales en el país, diciendo, a la vez que los tres días que no se trabajará serán para el mayor disfrute, descanso y bienestar de la familia y de los trabajadores.

Desde el primero de noviembre hasta el 31 de enero del próximo año, inician las Sesiones Extraordinarias del Poder Ejecutivo, en la Asamblea Legislativa, cuando el Poder Legislativo solo conoce para sus respectivos trámites, los proyectos de ley que el presidente y sus ministros envían a la discusión y eventual aprobación parlamentaria. En la Agenda presentada está este proyecto de ley de las jornadas de trabajo esclavista, que no han podido justificar, con pelos y señales, de cuáles empresas en particular las necesitan, cuando la tendencia internacional y europea es bajar las jornadas semanales de 48 y 40 horas a semanas de 36 y 35 horas sin disminuir los salarios.

El interés de aprobar estas jornadas en este período es para que no se queden para los meses siguientes a febrero del 2025 porque es el año preparatorio de las elecciones de febrero del 2026. En ese año, en la Asamblea Legislativa no deben discutirse temas como éste porque pueden influir en el proceso electoral, en los partidos políticos, especialmente en los que están en la Asamblea Legislativa, que por esta discusión podrían aumentar sus diputados en el 2026.

Esta forma de relación social, a través del trabajo, todos los días se justifica, se legitima, se moraliza. La explotación del trabajo asalariado se eleva a rango de distinción honorífica. Honor para el patrón que logra mayores riquezas a cuenta del trabajo asalariado.

Honor para el trabajador, que sin protestar, produce mayor riqueza a su patrón.

Honor a aquel que trabajando aún a sacrificio de días feriados ayuda a producir más riqueza, pero no para él; para su patrón.

Honor para aquellos patronos que aparentan distribuir o compartir parte de sus ganancias con sus asalariados.

El párrafo e ideas del Editorial arriba transcritas, de 1978, que sigue teniendo vigencia, son parte de ese bagaje ideológico mediante el cual cotidianamente se le hace ver al trabajador la necesidad de que debe trabajar más. Por eso están tratando de meter la jornada esclavista de las 12 horas diarias. Los diputados representantes y quienes justifican este proyecto de ley, no se esconden en su defensa para afirmar que el objetivo de esa ley de la jornada 4-3 es para bajar los costos de operación de trabajo, de lo que se les paga a los trabajadores por su trabajo, porque se homogeniza la jornada de ocho a doce horas, evitando pagar horas extras, rebajando de hecho el salario y los ingresos de los trabajadores.

Curiosamente los hechos de la vida real no les dicen lo mismo a los trabajadores: trabajan más; posiblemente producen más; dan más ganancia al patrón pero les alcanza menos el salario, el dinero.

El trabajo aquí actúa como ideología en cuanto justifica, legitima, moraliza, la explotación social, el enriquecimiento de la sociedad (de los ricos, no de los pobres); en cuanto se es más hombre en tanto más y mejor se trabaja; se está más cerca de Dios en tanto más obediente, más resignada y se trabaja de forma más sacrificada (condición supuesta para ganar el cielo). La Iglesia, especialmente la católica débilmente se ha pronunciado en este aspecto, haciéndole el juego a los esclavistas laborales del siglo XXI. Las otras iglesias, que incluso tienen representantes legislativos, están interesadas en ese proyecto por el significado económico que les puede resultar a ellas, por la cuotas obligatorias que les imponen de afiliación a los trabajadores.

Y, todavía, se pretende hacer creer que a más trabajo más rápido salimos del subdesarrollo. Si esto fuera así hace algunos años hubieran abolido los días feriados, hubieran establecido la jornada de 18 horas diarias, sin días de descanso y, por supuesto, tampoco hubieran aumentado los salarios.

Frente a esta explotación directa los trabajadores han reaccionado históricamente de distintas formas. Cuando no tenían conciencia de quién era realmente quien los explotaba, no viendo al patrón en ello, reaccionaron contra las máquinas, las destruyeron; incendiaron sus medios de producción en el campo y desarrollaron otras formas de lucha semejante. Cuando descubrieron que quien los explotaba no era la máquina ni los medios de producción en sí mismos, se organizaron para luchar contra esa explotación que organizadamente se ejercía contra ellos por parte de toda la clase capitalista; de los patrones. Así surgieron los Sindicatos y, Ligas de Obreros, como organismos de autodefensa, en el campo de las relaciones laborales, de los trabajadores, tanto a nivel nacional como internacional, porque el sistema laboral opera a nivel internacional, más en tiempos como los que vivimos de la globalización y la mayor internacionalización por los bloques económicos, los tratados de libre comercio la inserción de nuevas empresas de nuevas tecnologías en los diferentes países, especialmente donde la mano de obra sea más barata.

El país lo que trata de promoverse, con esta ley, es como un país atrayente de empresas porque se les ofrece una mano de obra barata. De allí que no sea tan casual la destrucción del aparato educativo que se mantiene por este gobierno, la expulsión de miles de estudiantes del proceso educativo, la eliminación de las becas estudiantiles, la eliminación de los comedores escolares y de los subsidios al transporte estudiantil. De la misma manera la reducción del presupuesto nacional para la educación pública y para las universidades estatales.

Esta lucha de los trabajadores se orientó desde el siglo XIX a mejorar, el salario, las condiciones de trabajo y las jornadas. En ella la huelga, los paros, los conflictos, convenciones etc., fueron parte de los instrumentos de lucha, destacándose en esto la pelea por la legislación social y laboral, lo que en Costa Ria se materializó con la gran Reforma Social en el gobierno del Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia, 1940-1943, de las Garantías Sociales y el Código de Trabajo, fortalecidas bajo el gobierno de José Figueres, cuando presidió la Junta de Gobierno en 1948-1949, y en los gobiernos que siguieron que ampliaron y consolidaron aquellas reformas de 1943. Hoy los partidos herederos de esas Reformas, Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana, han traicionado su memoria y su herencia política e histórica. Se han puesto en contra de los trabajadores modificando negativamente toda esa legislación laboral, especialmente y la legislación social por añadidura. Especialmente se ha puesto violento contra la Reforma Social el partido Unidad Social Cristiana y sus diputados, que parecen más de la guarida del Jaguar, que representantes populares, que defiendan sus derechos, los del pueblo trabajador.

Los trabajadores en su historia de lucha descubrieron que aun haciendo huelgas toda la vida, su situación de clase no iba a cambiar, aunque mejoraran sus condiciones de vida y de trabajo: seguirían siendo al fin y al cabo una clase explotada, sometida a la dictadura de clase ejercida por los patronos a través del Estado, por más libre y democrático que se llamara y por más libertades que proclamara en el papel. El presidente de la República, el Jaguar mayor de Zapote, ha acusado a esos dos partidos que han ejercido gobiernos desde 1953, que han sido antros de dictadores y tiranos al servicio de camarillas de gobierno que han ejercido sus poderes en contra el pueblo costarricense. Por ello, el Jaguar se presenta como el presidente que quiere gobernar en favor del pueblo, pero que no puede hacerlo porque esos partidos lo tienen atrapado e inmovilizado institucionalmente.

Los trabajadores en sus luchas, desde el siglo XIX hicieron surgir también las organizaciones políticas, los partidos de la clase obrera, que abrieron la perspectiva de cambiar la situación de clase explotada, llevando a la clase obrera y trabajadora al poder y aboliendo toda forma de explotación social, de tal manera «que los expropiadores (de trabajo, los patronos) fueran expropiados”. Solo así, señalaban los dirigentes políticos de la clase trabajadora, realmente se podría alcanzar una situación de justicia social, de felicidad social. Solo en esta perspectiva el trabajo sería un acto de liberación, cuando lo producido estuviera al alcance de quienes lo producen y cuando el valor de lo producido regresara a quienes lo producen en obras de beneficio social; se reinvirtiera en más y mejor educación, vivienda, salud, recreación y descanso real. La jornada esclavista que se presentó a trámite legislativo no producirá ese beneficio social, ni un mayor bienestar de vida para los trabajadores y sus familias. Esa jornada conducirá inevitablemente a debilitar la integración familiar y a la familia como fundamento de la sociedad.

La justicia social no «es fruto del trabajo» sino de la organización social del trabajo, de tal manera que en ella no haya explotación del hombre por el hombre.

La justicia social como Derecho es el resultado de la lucha de la clase obrera y trabajadora, del campo y de la ciudad, y no «una invención legal» ni una dádiva de las clases gobernantes.

La vagancia no es una forma de la lucha contra la explotación del hombre por el hombre. La lucha social, obrera y laboral conduce a eliminar a los parásitos, a los que viven de la explotación de los trabajadores a los expropiadores de trabajo, a los patronos como clase, que se aprovechan de la organización del trabajo asalariado explotado. Así fue planteado por los grandes lideres históricos de la clase trabajadora y sus luchas. Esta sí es una bandera de reivindicación social. Es una bandera para el período electoral que se avecina, desde hoy, en la Asamblea Legislativa.

De la misma manera que los empresarios, los patronos, los industriales llaman a elevar la mística del trabajo, con más trabajo concentrado diario, la clase obrera, trabajadora, del campo y de las ciudades, debe llamar a elevar la mística de la organización obrera y laboral, la organización sindical y partidaria; a elevar su nivel de lucha, de movilización, de agitación.

Si los representantes parlamentarios de los ricos dicen a trabajar los días feriados, porque les cuesta millones a su economía; que los trabajen ellos, ¿por qué los trabajadores deben aumentar más, con más trabajo, las arcas millonarias de los ricos o del Estado, que no los representa?

A la consigna de la clase gobernante de más trabajo la clase obrera y trabajadora costarricense debe oponer la de más organización, más lucha contra la explotación y contra el subdesarrollo social en que la quieren poner a vivir.

Compartido con SURCOS por el autor.

Movimiento Social un sendero para dejar huella

Deivis Ovares Morales

Deivis Ovares Morales

Transitar por el pluralismo de los movimientos sociales es una aventura que si fuera previamente conocida por quienes son atraídos por sus valores más generosos y legítimos, puede preconcebirse como una tarea excepcionalmente abrumadora.

El movimiento social es una camino colmado de un abultado caudal de generosidad, desprendimiento y altruismo y a su misma vez una ruta de desgaste, frustración y constantes desencuentros, desencantos y muchas desilusiones. Pese a ello no es una vereda de la que ninguna persona pueda arrepentirse al transitar.

La plena certidumbre y conciencia de entenderse en un mundo rodeado en generalmente de un irracional egoísmo que desnuda las razones y una suerte de desesperanza responsables directas del más lamentable de los sufrimientos ocasionado a millones de seres humanos de distintos tiempos, no debe convertirse en sorbidas tensoras que nos impidan provocar cambio o nos arrastren a renunciar y mucho menos a colocarnos del lado de la indiferencia, ese cruel egoísmo o la desidia.

En este nuestro tiempo el movimiento social, esa asediado por inescrupulosos que quieren convertirlo en fuente de ganancias de honestas o en plataforma de intereses personalísimos.

Es en esa búsqueda de aquello a lo que romántica pero ilusionadamente le hemos llamado “La construcción de un mundo mejor”, creencia e inspiración en la que cada luchador social renueva sus fuerzas y sus convicciones, muchas buenas personas se mantienen unidas en la esperanza, sabiendo y reconociendo que vale la pena, que es algo que el deber y la conciencia imponen.

Por ello cuando se interioriza y se entraña que en nuestro mundo y realidad predominan la mezquindad de nuestros actos, el individualismo y avaricia de nuestra humanidad, la falsa pero enfermiza sensación de superioridad de quienes ostentan los cargos políticos para la toma de decisiones, en donde la voracidad y la ambición son la norma, es cuando deben florecer con los tonos más fuertes, hermosos y brillantes, los más altos estándares del amor y la solidaridad. Estos deben ser el más poderoso de los combustibles que empuje a la más clara y consecuente representación del movimiento social, a dar continuidad a todas las obras que otros grandes seres humanos llenos de coraje, ideales y convicción forjaron para que otros disfruten.

Por nuestro propio bien y el de muchos, por honor y por conciencia, NO podemos dejar de resistir, es injusto para nosotros mismos y las futuras generaciones, dar cabida nuevamente a oscurantismos impulsados por el sistema capitalista a través de las falacias del odio fascista, quieren volver a perpetrar toda clase de crímenes, colocándonos toda especie de trampas bizarras, para expandir su dominación e imponer con violencia pasando por encima de quienes confrontamos e incluso de quienes sufrirán en el corto plazo la devastación por las consecuencias que mediante artimañas y argucias que se orquestan contra los pueblos. Ante esta necrótica realidad, dividirnos y pelear entre iguales es un lujo que en definitiva no podemos permitirnos.

Si el resultado de nuestras decisiones es permitir la penetración del fascismo en el Movimiento Social y Popular y nuestras omisiones como dirigentes llamados a la acción favorece lo oscuro, lo siniestro, lo cruel, todo aquello que se enmarca en la deleznable contribución de esa ideología voraz y pletórica de maldad, ese pensamiento considerado altamente dañino, criminal y bestial hemos fracasado en nuestra misión.

Ante ello, cuando la certeza de nuestro sentir nos confirma que aportar desde lo social con hidalguía y con fervor, deviene en un compromiso inclasificable con nuestra genética revolucionaria, luchar y resistir se traducen en una obligación histórica y moral.

Por eso cada vez que nuestras fuerzas faltan, cada que sufrimos un revés a nuestro avance de objetivos, cuando el ánimo decae y la imposición del despropósito abruma y agobia, cuando nos cuestionamos si realmente vale la pena, cada vez que nos detenemos por un momento a reflexionar y mirar ese tortuoso recorrido, en el que hacemos tránsito, cada que vuelve a nuestra mente la duda natural por el impacto de entregar tanto y de tantas maneras a este sendero colectivo, es donde nos podemos afirmar y reafirmar, dándonos esa esperanza de ser plenamente capaces de dar respuesta a esa duda e incertidumbre que tantas y tantas veces regresa, respondiéndonos con un ¡Sí vale la pena!

Las marcas están en el camino y en cada pisada se genera la evidencia para nuestra satisfacción y convencimiento de que hubo uno o una que desde su propia historia y desde su militancia en el movimiento social, dejó su huella y colaboró en el anhelo comunitario por heredar algo mejor.

Llamado del MTC: ¡Defendamos la Caja! Nos unimos al llamado del FNL a la concentración del 31 de octubre

Comunicado

El Frente Nacional de Lucha (FNL) ha convocado a una concentración para el jueves 31 de octubre 9:00 am en el Parque Central de San José. Los objetivos o demandas principales son las siguientes:

  1. Pago de la deuda billonaria del Estado con la CCSS por cerca de 4 billones.

  2. Un plan para resolver las listas de espera.

  3. Mejoramiento de las condiciones laborales del personal de La Caja.

Para ese mismo día, la Unión de Sindicatos de La Caja hace un llamado a huelga para luchar contra el congelamiento salarial, así como por el mejoramiento de las condiciones laborales del personal de la Caja.

El Movimiento de Trabajadores y Campesinos (MTC) considera que las reivindicaciones planteadas por el FNL y por la Unión de Sindicatos de La Caja son justas y les apoyamos firmemente.

Esta accionar social, sindical y popular en defensa de la CCSS, se da dentro de un contexto político caracterizado por una sistemática política del gobierno de Chaves tendiente al desmantelamiento de La Caja, violentando el Derecho Humano de toda la población a tener acceso a un sistema de salud y seguridad social digna.

Manifestamos nuestro rechazo a las constantes acciones por parte de este gobierno orientadas a quebrar La Caja. Además de no pagar dicha deuda billonaria, coloca en puestos claves a personajes nefastos que aplican al interior de La Caja las políticas chavistas.

Destacamos que otro elemento crítico es la manera que el gobierno destaca sin duda a la presidenta ejecutiva, Marta Esquivel, pese a que ha sido recientemente suspendida de su cargo por seis meses. Aclaramos que la suspensión de Esquivel no implica que en forma automática se vaya a resolver la problemática que vivimos en el campo de la seguridad social. Además, tampoco hay certeza de que la respectiva medida cautelar de suspensión del cargo se mantenga. Dicha suspensión del cargo de Marta Esquivel y de otros directivos y funcionarios implicados en contratos inflados con varias cooperativas y asociaciones privadas, ha sido resultado de una acción mancomunada entre la Contraloría, Ministerio Público y Tribunales.

Reiteramos que estos hechos profundizan la crisis política del país, que se manifiesta en este momento especialmente como una crisis de enfrentamiento entre poderes.

Consideramos que un porcentaje considerable de las organizaciones populares y sociales apoyan al sector “democrático” de la institucionalidad, o sea, Contraloría y Fiscalía General. En este sentido, tomar partido por el lado de las “instituciones democráticas” y sus representantes no es una decisión acertada. Se requiere cuestionar el grado en que realmente son democráticas dichas instituciones, en tanto la justicia, lejos de estar a favor de los más pobres, se pliega a defender los intereses de los poderosos. Sumado a lo anterior, la Contraloría ha sido un baluarte de la aplicación de los planes hambreadores enmarcados en las políticas neoliberales.

El movimiento de la clase trabajadora y popular necesita posicionarse con voz propia sin alinearse a intereses nefastos. Urge defender a La Caja y otras instituciones de manera crítica, realizando acciones permanentes de denuncia y defensa frente a los múltiples ataques de Chaves, y a su vez, defender programas para que dichas instituciones garanticen estar al servicio del pueblo. También es imperativo que tanto La Caja como el Poder Judicial, el Poder Legislativo y otras instituciones como el ICE, AyA, Banca Pública, etc, sean sujetas de supervisión popular y ciudadana.

¡Defendamos críticamente a La Caja y otras instituciones estatales!

¡Nos unimos a concentración nacional en defensa de la Caja Costarricense del Seguro Social!

Movimiento de Trabajadores y Campesinos – MTC

29 de octubre del 2024

José Mujica llama a continuar luchando por un mundo mejor “que solo verán las personas más jóvenes” – discurso de despedida

En su emotivo discurso de despedida, José Alberto “Pepe” Mujica Cordano reflexionó sobre el final de su vida pública y política, expresando su gratitud y confianza en las nuevas generaciones que continuarán la lucha por un mundo mejor. Consciente de que ya no participará en campañas electorales, Mujica hizo un llamado a la unidad, la esperanza y la educación como pilares fundamentales para enfrentar los desafíos del futuro. “Cuando estos brazos se vayan, habrá miles de brazos”, afirmó, resaltando la importancia de la juventud en la construcción de un cambio profundo para la humanidad.

A continuación, se presenta la transcripción completa del discurso de despedida de José Mujica, en el que comparte sus reflexiones finales y su llamado a las nuevas generaciones:

“Gracias compañeros. Les pido un minuto, un minuto del corazón no de la garganta. Es la primera vez en los últimos 40 años que no participó en una campaña electoral y lo hago porque estoy peleando con la muerte, porque estoy al final del partido absolutamente convencido y consciente. Pero tenía que venir hoy acá por lo que simbolizan ustedes. Entonces, soy un anciano que está muy cerca de emprender la retirada de donde no se vuelve. Pero soy feliz porque están ustedes, porque cuando mis brazos se vayan, habrá miles de brazos sustituyendo la lucha y toda mi vida dije que los mejores dirigentes son los que dejan una barda que los supera con ventaja. Y hoy están ustedes! Está Yamandú, está Pacha, hay miles y otros que esperan y otros brazos jóvenes porque la lucha continúa por un mundo mejor y he gastado mi juventud, mi vida junto con mi compañera, que estoy vivo por ella y por esa otra mujer que es mi doctora. Si no me hubiera ido y tengo que venirme a agradecerles del corazón. Los más jóvenes van a vivir un cambio en el mundo que no ha conocido la humanidad. La inteligencia va a ser tan importante como el capital lo que significa que la formación terciaria se va a imponer para las nuevas generaciones. Si no somos capaces como país de educar y de formar a las generaciones que vienen, van a pertenecer al mundo de los irrelevantes, de los que no sirven ni para que los exploten. Este es el desafío más grande que tiene el país, por eso apoyo a Yamandú, porque se precisa un gobierno que abra el corazón y la cabeza con todo el país. No es poético lo que digo. Alguien lo tiene que decir, un anciano. No al odio, no a la confrontación. Hay que trabajar por la esperanza, hasta siempre les doy mi corazón. Y gracias, tengo que darle gracias a la vida porque cuando estos brazos se vayan, habrá miles de brazos. Gracias por existir, hasta siempre.”

Manuel Mora: In Memoriam

Roberto Salom E.

A partir de los años setenta formé parte de un movimiento social o sociopolítico más propiamente dicho, que, sin estar confrontado al Partido de Manuel Mora, aspiraba a ser un émulo crítico de ese partido.

A principios de esa década, al calor de la revolución cubana, del conflicto chino-soviético y de otros acontecimientos relacionados, se produjo en Costa Rica, al igual que en otros países centroamericanos, una especie de eclosión revolucionaria, especialmente entre sectores de la pequeña burguesía estudiantil e intelectual, que le imprimieron una nueva dinámica al movimiento de izquierda.

El movimiento del cual formé parte se constituyó en el Partido Socialista Costarricense, desde su nacimiento hasta su ocaso, unos veinte años después de su fundación. Una de las principales tesis que discutíamos con el partido de Manuel Mora estaba relacionada con el problema del poder.

Le achacábamos a ese partido y en particular a don Manuel, una ausencia de lucha por el poder en su práctica y en sus planteamientos. Creíamos entonces que ese era un problema decisivo que nos haría darle un impulso determinante a la revolución social en nuestro país.

Al calor de las discusiones que se dieron por aquella época en el seno de la izquierda, tuvimos nuestras primeras impresiones del viejo líder comunista y aprendimos a quererlo y a respetarlo. Con mucha más madurez personal y política que nosotros, nunca nos antagonizó gratuitamente y más bien, siempre nos dio un trato fraternal.

Desde otras tiendas políticas, la percepción que se tenía del partido de Manuel Mora, y en particular de él mismo, contrastaba con la nuestra. Ya se ha dicho en repetidas ocasiones cómo para un líder de la clase política de este país, de la envergadura de Daniel Oduber, la reforma social de los años cuarenta no hubiera sido posible, si no fuera por el reto de las ideas de don Manuel, (Reflexiones No.31, p.6).

Hoy día, más que su propio partido, el nombre de Manuel Mora está asociado a todas las instituciones sociales de Costa Rica sin excepción; las cuales hicieron posible, en mucho de lo que tiene de positivo, la democracia y la relativa paz social, que a diferencia del resto de los países centroamericanos, han caracterizado la convivencia social en nuestro país desde el fin de la guerra civil de 1948 hasta nuestros días.

Ya sea de manera directa, por medio de sus propias iniciativas y concepciones, o como resultado indirecto de su lucha, las instituciones sociales de este país llevan el sello de Manuel Mora Valverde.

Hoy tenemos la oportunidad de revalorar la trayectoria política de este incansable y visionario luchador social de toda la vida. He llegado al convencimiento, de que una de las principales enseñanzas radica en su capacidad de realizar o poner en práctica sus ideas transformadoras, habiendo sido capaz, para ello de unir a fuerzas políticas y sociales muy amplias, por encima de las diferencias ideológicas que entonces pudieran existir entre ellas.

Manuel Mora demostró que en Costa Rica era posible impulsar grandes transformaciones sociales, en aras de una convivencia social más justa y civilizada, valiéndose del marco institucional, para ampliar el régimen de derecho y sentar así las bases para impulsar una democracia más avanzada, en la que las propias fuerzas socialistas tuvieran un espacio. Paradójicamente, como resultado de la guerra civil de 1948, el Partido Vanguardia Popular fue proscrito constitucionalmente, hasta que a principios de la década de los 70, se abolió el segundo párrafo del artículo 98 de la Constitución Política.

Para decirlo en el leguaje de Gramsci, Manuel Mora entendió la lucha social, más como una larga lucha de trincheras, que como una episódica guerra de posiciones, que se libra de una vez por todas, en un momento determinado. Por eso fue un luchador de toda la vida y sin temor a incurrir en excesos, nos atrevemos a decir que Manuel Mora encarnó el espíritu del luchador social por excelencia. Con visión estratégica, supo librar en cada ocasión los combates decisivos para la construcción de la institucionalidad democrática de nuestro país; pero también para la construcción de la conciencia colectiva y de la identidad nacional durante los últimos cincuenta años.

Manuel Mora conoció durante su vida política, todas las formas de lucha, y no rehuyó los combates decisivos, incluso con las armas en la mano, cuando entendió que las conquistas sociales de los años cuarenta estaban amenazadas, en la compleja coyuntura del 48. No le faltó temple ni entereza para colocarse a la cabeza de su partido después del exilio; para levantar de nuevo la lucha social y consolidar las reformas sociales de los años cuarenta y a la vez, buscar nuevos derroteros en los difíciles años de posguerra.

Supo privilegiar por encima de cualquier programa, al movimiento social real, para decirlo a la manera de Marx, lo cual revela una concepción de lucha muy realista y, además, muy auténtica. Nunca se dejó eclipsar por aquellas concepciones infértiles, si las juzgamos a la luz de los acontecimientos del mundo socialista antes de 1989, que privilegiaron la lucha por el poder, independientemente del desarrollo real de movimiento social. Ello implica, como en efecto lo hizo don Manuel, poner todo su empeño en el desarrollo del movimiento social de los trabajadores.

Al respecto conviene traer a colación a uno de los más autorizados pensadores socialistas, Adam Schaff, para quien una de las principales trampas en que cayó el movimiento socialista, en esa tradición de lucha, que se constituye con el triunfo de la Revolución de Octubre, fue precisamente el voluntarismo, (1993, Pp. 156-19). Esta actitud voluntarista condujo a buena parte del movimiento socialista del pasado siglo XX a subestimar, tanto las condiciones materiales, es decir, socioeconómicas, como los llamados factores subjetivos, es decir, la conciencia y la disposición de los trabajadores para luchar por la sociedad socialista y más aún, para participar activamente en la construcción de esa sociedad.

Lo anterior explica por qué, en nombre del socialismo se cometieron las peores atrocidades; así como por qué la construcción de la sociedad socialista no caminó de la mano con la construcción de la democracia, sino que, casi invariablemente, se constituyó en un Estado autocrático y autoritario que constreñía a la sociedad civil.

Justamente en esto Manuel Mora fue una de las pocas pero importantes excepciones, pues no solo fue un notable constructor de la sociedad civil y de la conciencia ciudadana, sino aún más, abominó del poder si ello lo alejaba de la posibilidad de alcanzar los anhelos de las masas oprimidas, (Reflexiones No. 31, P. 11).

En lo personal, Manuel Mora nunca estuvo obsesionado por la lucha por el poder político, pero en cambio nos legó más en el plano de la lucha social y del desarrollo de la conciencia y de la identidad social de este país que ningún otro dirigente político de izquierda.

Este legado está materializado en las conquistas sociales de los años 40 principalmente, así como en un sentido constructivo y propositivo en la edificación de una Costa Rica más justa, en la que se debían contemplar los derechos de los trabajadores a su organización, a la salud, a una vivienda digna, a la tierra, y a mejores condiciones de vida en general.

De este sentido constructivo careció en muy buena medida el movimiento de izquierda de los años 70, lo cual no implica desconocer el espíritu de lucha, la abnegación, la entrega, la generosidad y hasta el heroísmo que caracterizó a la mayor parte del movimiento de izquierda de las décadas de los años 70 y 80 del siglo XX. Por eso no sobrevivió a su crisis, porque no encontró su propia identidad, careció de autenticidad, de proyección, de visión de futuro, de una concepción capaz de luchar, no solo por la defensa de las conquistas sociales, desde entonces cada vez más amenazadas, sino por ampliar esas conquistas sociales y la democracia.

Se ha dicho que Manuel Mora tuvo el mérito de haber comprendido el sentido de su época, (Reflexiones No. 31, P. 5), más que eso, para nosotros contribuyó como el que más, a darle sentido a su época. Por todo ello, Manuel Mora fue más que un luchador social, un líder político con una amplia y profunda visión y proyección social. Su obra sociopolítica trasciende al movimiento de izquierda costarricense, por la universalidad de su pensamiento y la generosidad de su entrega; por eso fue querido y respetado ampliamente en nuestro medio social y político. Pero la figura de Manuel Mora, también tuvo una gran proyección en el plano internacional, específicamente en la compleja coyuntura de la crisis centroamericana de la década de los años 80; así como en el plano del movimiento comunista internacional.

BIBLIOGRAFÍA

Revista Reflexiones. Facultad de Ciencias Sociales, UCR, Febr. 1995, nº 31.

Schaff, Adam: Humanismo Ecuménico. Editorial Trotta S.A., 1993, Madrid.

Pensamiento y práctica de Mario Devandas – homenaje y presentación de libro

Se informa que la fecha del foro titulado “Mario Devandas: Pensamiento y Práctica en el Movimiento Social Costarricense” ha sido reprogramada; el evento se llevará a cabo el viernes 25 de octubre de 2024. 

En esta actividad se hará la presentación del libro In Memoriam, a cargo de Adalberto Fonseca Esquivel, autor del libro, y Carmen Brenes, exsecretaria general de SiBanpo. La actividad se realizará en la Sala Audiovisual de la Biblioteca de Ciencias Sociales de la Universidad de Costa Rica, a las 5:30 p.m. Detalles de contacto en el afiche.