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Etiqueta: MEP

UCR: Encuesta nacional visibiliza contradicciones en el reconocimiento de la diversidad cultural en el país

Perspectivas de jóvenes colegiales evidencian la necesidad vigente de crear políticas públicas inclusivas

Resultados de la medición constatan un escaso contacto social de las personas consultadas con las poblaciones afrocostarricenses e indígenas. (Imagen con fines ilustrativos) Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Pese a que una modificación realizada en el 2015 al primer artículo de la Constitución Política señala que Costa Rica es una nación multiétnica y pluricultural, los resultados de la “Primera encuesta nacional sobre actitudes hacia la diversidad cultural y hacia las poblaciones Indígenas y afrocostarricenses” evidencian contradicciones en el reconocimiento del tema en el país.

La iniciativa se ejecutó durante el primer semestre del año 2019 como resultado de una alianza estratégica entre el Ministerio de Educación Pública (MEP), la Universidad de Costa Rica (UCR) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

La medición estuvo a cargo del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP) de la UCR y encuestó una muestra aleatoria de 1200 estudiantes de 37 colegios públicos de todo el país, a fin de conocer sus actitudes, creencias y experiencias en torno a las poblaciones indígenas y afrocostarricenses.

Como parte de los resultados de la consulta se determinó que el 74.3% de los jóvenes encuestados estarían dispuestos a recibir en su casa a alguien con un color de piel diferente al suyo, pero al mismo tiempo la cifra se redujo al 58.8% si se tratara de una personas de otra etnia.

Pese a que el 81.5% de los colegiales está de acuerdo con que el país apoye la preservación de tradiciones y costumbres de diferentes grupos culturales, sólo el 37.5% de los consultados está de acuerdo con que las sociedades multiculturales son más capaces de resolver problemas.

La investigación evidenció también niveles de contacto social limitados con ambas poblaciones, pues sólo el 28.8% de los jóvenes cuenta con personas afrocostarricenses en su grupo de amistades, cifra que se reduce al 4.6%, cuando se trata de personas indígenas.

El 60.2% de los colegiales reconoció sentimientos favorables hacia las personas afrocostarricenses y sólo el 52.2% lo hizo con las personas indígenas, mientras que los grupos recibieron una valoración social de 5.77% y 4.13% respectivamente, frente a un 6.2% que se atribuyeron los propios encuestados.

Aunque los jóvenes relacionan a ambas poblaciones con calificativos positivos como trabajadores y alegres, al mismo tiempo les atribuyen estereotipos vinculados con violencia, superstición y pobreza que según la investigación, tenderán a producir actitudes adversas y conductas discriminatorias.

Presentación de los aprendizajes de la Encuesta se realizó por medio de una transmisión en la página de Facebook de UNESCO-San José.  Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

La investigadora del IIP, Vanessa Smith-Castro, afirmó que, tal como lo han detectado otras investigaciones en el mundo, la contradicción es una parte inherente de los seres humanos y refleja la coexistencia de visiones negativas y positivas respecto a un mismo objeto, que se activan en distintos momentos.

“Las visiones o representaciones se activarán frente a aspectos como el discurso imperante en la sociedad o las experiencias personales acumuladas. Nadie es totalmente consistente y en este caso, lo importante es saber que hay ideas que resuenan más que otras cuando los jóvenes piensan en unos u otros grupos” argumentó la investigadora.

Sin embargo, la psicóloga reconoció que las opiniones y los estereotipos negativos tienen impactos reales en las relaciones sociales que además de generar sufrimiento a las personas que se les atribuyen, pueden afectar su desarrollo académico, profesional y por tanto, también otros ámbitos de la vida.

“Los estereotipos terminan modificando nuestras conductas hacia las personas a las que se los atribuimos y al mismo tiempo afectan a esas personas cuando llegan a pensar que eso que se dice sobres ellas es real y entonces se terminan limitando” enfatizó la académica.

Por su parte, la directora de la Cátedra de Estudios de África y el Caribe (CEAC) de la UCR y una de las principales impulsoras de la encuesta, Rina Cáceres Gómez afirmó que las opiniones de los estudiantes consultados son “un espejo” de la sociedad costarricense y evidencian muchas preguntas respecto a la forma en que nos reconocemos.

“Estos jóvenes son el resultados de sus familias, vecinos, amigos medios de comunicación, pero también de los textos y las currículas educativas. Este espejo de lo que somos como sociedad nos muestra que hay una población que no es reconocida y que está siendo invisibilizada en el día a día”, explicó.

La académica considera que la opinión de los jóvenes hace un claro llamado de atención respecto a la necesidad de implementar políticas públicas inclusivas como las que amerita una sociedad multiétnica y pluriculturalidad, al tiempo que “nos obligan a preguntarnos si la modificación constitucional del 2015 quedó en la folclorización de las demandas”.

“Creo que en este momento hay un grito desesperado en todo el mundo que demanda el reconocimiento de quienes componen cada nación. ¿Cuántos de nuestros héroes o símbolos nacionales recuperan el legado indígena o afrodescendiente?, el espacio de la representación política es excluyente y esto hay que cambiarlo, porque es la única forma de que nadie se quede atrás” concluyó la experta.

 

Andrea Méndez Montero
Periodista, Oficina de Divulgación e Información
Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

Igualdad de oportunidades en la educación en contexto de la pandemia

Luis Muñoz Varela[1]

En marzo de 2020, de un día para otro la vida cotidiana costarricense amaneció enmarcada en un cuadriculado de emergentes temores, ansiedades, incertidumbres, restricciones. Había llegado una amenaza invisible de la que, según lo apuntaron la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), las autoridades sanitarias de diversos países del mundo y los informes de investigación de distintos centros e institutos científicos especializados, nada se sabía. Un virus al que se le dio por nombre Covid-19, originado por zoonosis y cuyas causas se atribuyen a los desequilibrios provocados en la naturaleza por la depredación de los recursos naturales y la destrucción humana de los ecosistemas. A cien años de la “gripe española”, la pandemia del coronavirus Sars Cov-2 se había instalado planetariamente.

En Costa Rica, al tiempo que se establecieron las medidas sanitarias y diversas restricciones dictadas por el gobierno (confinamiento en casa, restricción a la movilización vehicular, cierre de diversos establecimientos comerciales, paralización de múltiples actividades económicas y productivas, el teletrabajo), también llegó, lógicamente, la pérdida de empleos, la reducción de la jornada laboral, la clausura de ingresos para pequeños negocios y empresas; la crisis económica.

La llegada de la pandemia trastocó y puso en estado de quiebra toda la “normalidad” en la que se vivía hasta inicios de marzo. Las primeras reacciones estuvieron determinadas por una ambivalencia entre cuidarse de los contagios y respetar las medidas sanitarias, o si aventurarse a seguir en las mismas dinámicas de la vida cotidiana tal como se hallaban definidas y estructuradas hasta ese momento. Pronto dicha ambivalencia quedó resuelta, al irse tomando conciencia de la gravedad de la situación y, sobre todo, a partir del momento en que las autoridades de gobierno establecieron medidas drásticas cuyo desacato implicaba penalizaciones de diversa magnitud.

Trascurridos poco más de dos meses desde la aparición del primer contagio de Covid-19 en Costa Rica, los acontecimientos ocurridos en este tiempo han revelado con claridad varios aspectos importantes y, por cierto, algunos de ellos también bastante preocupantes.

En primer lugar, seguramente quepa destacar las capacidades de respuesta desplegadas por las instituciones del sistema de salud del país; capacidades de organización hospitalaria, de competencias y solidez profesional del personal médico y de enfermería; de acervo de conocimiento científico y de capacidad tecnológica instalada en materia de salud; la seriedad asumida por las autoridades de salud en el ámbito de la gestión para controlar y contener la propagación de los contagios. La pandemia, en resumen, ha puesto de manifiesto el valor y la importancia de contar con un sistema de salud pública bien articulado y con capacidades de cobertura universal. La sociedad costarricense despertó de una especie de modorra y de indolencia en la que estaba, para empezar de pronto a comprender que hay instituciones a las que se debe proteger, cuidar y defender.

Asociado a este aspecto positivo, la pandemia también vino a transparentar, por otra parte, una realidad nacional de profunda desigualdad social y económica. Aunque ya claramente se percibía esta situación desde hace mucho tiempo, sin embargo, había pasado a quedar marginada de la sensibilidad social e institucional del país; se había normalizado. La pandemia no solo ha venido a poner de manifiesto de manera clara y contundente la magnitud de las desigualdades sociales prevalentes en Costa Rica, sino que, además, las profundiza aún más y las coloca en un plano de incremento y de reproducción en una proyección de largo plazo.

Al respecto, valga la ocasión para hacer una pequeña exposición de las cifras que dan cuenta de las desigualdades sociales en Costa Rica. Según informa el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), al año 2019, la tasa de pobreza en el país abarca al 20,98% de los hogares, distribuida en 15,14% de hogares en condición de pobreza no extrema y de 5,84% en pobreza extrema. La zona rural es la que presenta la mayor tasa de hogares en pobreza: un 24,17% frente a un 19,77% en la zona urbana. Por regiones de planificación, la distribución de las tasas de pobreza es como se presenta en la siguiente tabla:

Tabla 1: Tasas de pobreza de los hogares en Costa Rica, año 2019

Región de planificación

No pobres

Pobres

Total

Pobreza no extrema

Pobreza extrema

Central

83,01

16,99

12,68

4,32

Chorotega

79,74

20,26

14,84

5,42

Pacífico Central

70,21

29,79

20,67

9,11

Brunca

69,65

30,35

21,11

9,24

Huetar Caribe

70,76

29,24

20,34

8,90

Huetar Norte

72,41

27,59

18,70

8,89

Fuente: Instituto Nacional de Estadística y Censos. Encuesta Nacional de Hogares, 2019a.

El término pobreza indica que los hogares están en una situación tal “cuando su ingreso per cápita es menor que el costo per cápita de una canasta de bienes y servicios, requeridos para mantener un nivel mínimo de subsistencia”. (INEC, 2020, p. 35). Se trata de una canasta básica de bienes y servicios de necesidad elemental para la subsistencia: alimentación, salud, agua potable, energía, vivienda, educación. Por su naturaleza básica, esta canasta no incluye bienes y servicios tales como dispositivos tecnológicos, computadoras, tabletas, conectividad a internet.

El término pobreza extrema, por su parte, salvando la obviedad, indica un estado socioeconómico en el que los hogares se encuentran en una situación de carencias múltiples que les impide el acceso a vivienda, alimentación, salud, higiene, servicios de agua potable y electricidad. Se trata de hogares en los que, lógicamente, el acceso a la educación y a la permanencia en el sistema educativo presentan serias y ostensibles limitaciones.

La población tipificada como no pobre, por otra parte, está conformada por hogares que, en general, cuentan con una solvencia económica al menos suficiente para tener cubiertas las necesidades básicas de alimentación y salud, vivienda, educación. Sin embargo, esta es una población altamente heterogénea, desigual en la disposición de ingresos y en el acceso a bienes de índole tecnológica como una computadora o la conectividad de internet, así como a los diversos servicios que hoy son indispensables para solventar los requerimientos de la vida actual.

Por diversas razones (monto de los ingresos, lugar de residencia, estabilidad del empleo), el hecho de tipificar como un hogar no pobre no significa que se cuente con suficientes bienes y servicios. En este mayoritario grupo social de los hogares no pobres está incluida una importante cantidad de ellos en los que las probabilidades de pasar a formar parte de los hogares en condición de pobreza son bastante altas.  

De conformidad con las cifras expuestas en la tabla 1, las regiones más afectadas por la pobreza y la pobreza extrema son, en orden de mayor a menor, la Brunca, la Pacífico Central, la Huetar Caribe y la Huetar Norte. Todas estas regiones se caracterizan por ser mayoritariamente rurales y, salvo en el caso de la Huetar Norte, por ser también costeras. Con las obvias diferencias, puede decirse que, en general, en estas regiones, las actividades económicas están básicamente definidas por la agricultura, la ganadería, la agroindustria de monocultivo, la pesca, el turismo y los servicios.

Sobre la base de los principios de igualdad de oportunidades, calidad de la educación, inclusión y no discriminación, establecidos en las políticas educativas costarricenses del último cuarto de siglo, puede decirse que, en general, en todo el territorio nacional se hace necesario desarrollar acciones de política, institucionales y programáticas, para que la aplicación de estos principios conduzca, en efecto, a crear las capacidades que se requieren para reducir las desigualdades sociales y avanzar en el establecimiento de condiciones para el logro del bienestar social y el buen vivir.

Las anteriores diferencias por regiones de planificación indican que las acciones y esfuerzos por emprender no pueden ser desarrollados por medio de políticas, programas y estrategias de aplicación homogénea. Cada región amerita la atención que de manera específica demandan las propias realidades sociales, económicas, culturales e institucionales que les caracterizan. Esto también vale de manera especial para la educación.

A fin de complementar la información anterior y contar con un panorama un poco más amplio acerca de la situación socioeconómica en que se encuentran los hogares en Costa Rica, en la siguiente tabla se presentan las estadísticas sobre ocupación, desempleo, subempleo y de empleo informal.

Tabla 2: Tasas de ocupación, desempleo, personas ocupadas con subempleo, personas ocupadas con empleo informal, por regiones de planificación, año 2020.

Región de planificación

Tasa de ocupación[2]

Tasa de desempleo[3]

Porcentaje de personas ocupadas con subempleo

Porcentaje de personas ocupadas con empleo informal[4]

Central

58,7

12,3

11,4

45,8

Chorotega

46,8

15,2

12,8

44,6

Pacífico Central

52,4

9,1

16,3

54,1

Brunca

45,7

16,1

15,0

53,9

Huetar Caribe

50,9

12,0

9,9

43,4

Huetar Norte

54,7

11,7

18,6

53,7

            Fuente: Instituto Nacional de Estadística y Censos, Encuesta Nacional de Hogares 2020.

Tal como se puede observar, estas cifras develan, aún con mayor claridad, la magnitud crítica de la desigualdad social y de la precariedad e inestabilidad socioeconómica en la que se encuentra una significativa proporción de los hogares costarricenses.

La región Brunca sigue siendo la que presenta la situación más desfavorable, al exhibir la menor tasa de ocupación y la mayor de desempleo. Sin embargo, en este caso, la región Chorotega, que en los datos de la tabla 1 ocupaba la segunda mejor posición, registra ahora como la segunda de las regiones más afectadas por los bajos niveles de ocupación y los mayores de desempleo. La explicación de esta diferencia puede que resida en el hecho de que, al ser las tasas una representación de magnitudes promedio, no pueden dar cuenta de la intensidad específica en la que se distribuyen las desigualdades sociales al interior de cada región.

En general, incluso en un caso como el de la región Central, que en todos los aspectos considerados en las estadísticas del INEC aparece siempre ocupando las mejores posiciones, cabe presuponer que la magnitud de las desigualdades sociales intrarregionales es aún mayor y más intensa de lo que reflejan las cifras estadísticas.

En el actual contexto de la pandemia y de la crisis económica devenida y agudizada por ella, en materia de empleo, desempleo, pobreza y pobreza extrema, la información difundida por distintas fuentes oficiales señala la configuración de una situación que pasa a ser dramática en todo el territorio nacional. Las repercusiones económicas de la crisis sanitaria vienen a incrementar la crítica situación en la que ya de por sí se estaba antes de que ella apareciera y, en este momento, se incrementan por miles los hogares que afrontan múltiples dificultades para poder agenciarse la subsistencia del día a día.

En su informe anual 2019, Unicef- Costa Rica señaló que 470 mil niñas, niños y adolescentes viven en condición de pobreza en nuestro país. La crisis económica que ya enfrentábamos se agrava ahora por los efectos del COVID- 19 ante el aumento drástico del desempleo. (Guardia, 2020).

Según es obvio, se trata de una situación que, al mismo tiempo, desencadena afectaciones múltiples en lo que concierne a la educación. Una vez declarada la pandemia, las autoridades del Ministerio de Educación Pública (MEP) tomaron la decisión de suspender el curso lectivo presencial en todos los centros educativos del país, para pasar a implementar la modalidad de educación virtual a distancia.

A tal efecto, a fin de identificar de manera aproximada cuáles son las posibilidades que tienen las distintas poblaciones estudiantiles del país para hacer frente a los requerimientos que plantea la dinámica de la educación virtual a distancia, se presentan en la tabla 3 los porcentajes de viviendas que, por regiones de planificación, cuentan con disposición de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) de necesidad básica para atender la educación virtual a distancia.

Tabla 3: Porcentajes de viviendas que cuentan con diferentes TIC, por regiones de planificación, año 2019

Región de planificación

Con teléfono residencial

Con teléfono celular

Computadora

Tableta

Servicio de internet en la vivienda

Central

39,1

96,2

55,1

21,9

88,3

Chorotega

20,7

95,8

38,0

9,2

82,5

Pacífico Central

20,0

96,1

36,0

9,8

88,1

Brunca

15,5

96,3

37,9

6,8

83,6

Huetar Caribe

11,6

96,4

29,1

8,3

82,8

Huetar Norte

16,1

96,1

29,9

7,7

80,3

Fuente: Instituto Nacional de Estadística y Censos. Encuesta Nacional de Hogares 2019b.

Tal como refieren las estadísticas, el teléfono celular es el dispositivo TIC que en mayor proporción existe en los hogares de Costa Rica. Todas las regiones de planificación registran una tasa de más de 95% de las viviendas que cuentan con al menos un teléfono celular. Caso contrario lo es el de la telefonía residencial o fija, cuyas tasas son muy inferiores y la más alta de ellas ocurre en la región Central (39,1%), siendo ésta prácticamente el doble de la que presentan las regiones Chorotega y Pacífico Central, las dos regiones que, en este aspecto, ocupan la segunda y tercera posición.

Las estadísticas sobre la disposición de internet en las viviendas, por su parte, indican que, en todas las regiones de planificación, más del 80% de los hogares cuenta con acceso a este servicio. Las mayores proporciones las tienen la región Central y la Chorotega. Sin embargo, este dato es inespecífico; no refiere si la conexión es por la vía del servicio celular de datos móviles, o por la de la conexión fija. Es muy probable que sea lo primero.

En lo que respecta a la disposición de computadoras en los hogares, las cifras son bastante bajas y únicamente la región Central presenta una proporción ligeramente superior a la mitad de las viviendas. En las regiones Huetar Caribe y Huetar Norte, en más de las dos terceras partes de los hogares no se cuenta con una computadora. Y en lo referente a tabletas, que constituye otra herramienta de necesidad básica para atender los requerimientos de la educación virtual a distancia, las cifras son aún menores. Únicamente en la región Central superan levemente el 20% de los hogares, mientras que en las demás regiones se ubican por debajo del 10%.

Costa Rica ha desarrollado legislación, diseñado políticas y establecido programas para asegurar los principios de igualdad de oportunidades, calidad de la educación, inclusión y no discriminación. Las poblaciones estudiantiles cuentan con el acceso a los servicios de los programas de Alimentación y Nutrición (PANEA) y de Transporte Estudiantil (PTE), así como a los apoyos que brindan el Fondo Nacional de Becas (Fonabe) y el Programa de Transferencias Monetarias Condicionadas Avancemos. Asimismo, de más reciente creación, también está la estrategia “Yo me apunto con la educación”, que tiene por finalidad brindar atención especial a los centros educativos de las comunidades que afrontan mayores niveles de pobreza, desigualdad, exclusión y marginación social.

Este conjunto de iniciativas y de acciones está asociado con el principio fundamental de la solidaridad, que junto con los de igualdad de oportunidades y de inclusión y no discriminación es constitutivo de los derechos humanos y, en particular, del derecho humano a la educación. En su enunciado formal, el principio de solidaridad establece que, en su conjunto, la institucionalidad del Estado y de la sociedad tienen el deber y la responsabilidad ineludibles de proporcionar las condiciones y proveer la dotación de los recursos necesarios para garantizar una educación de calidad que cumpla con los principios de “acceso universal”, “no discriminación” y de “igualdad de oportunidades y de trato”. En este sentido, declara la UNESCO (2016): “ningún país que se comprometa seriamente con la educación para todos se verá frustrado por falta de recursos en su empeño por lograr esa meta”.

Más allá incluso de la dotación de recursos, que son imprescindibles, el principio de solidaridad remite esencialmente a la creación y facilitación de las condiciones que permitan el acceso a la educación en igualdad de oportunidades y no discriminación. En situaciones especiales causadas por desastres naturales, guerras, crisis sanitarias, crisis económicas, el principio de solidaridad involucra la creación y sustentación de las condiciones que faciliten a las comunidades y a las poblaciones estudiantiles más afectadas poder protegerse de los daños y pérdidas que acontezcan en el marco de la coyuntura de crisis.

Se trata de afectaciones que, de no atenderse con la prontitud, alcance de cobertura y calidad que se requiere, pueden pasar a convertirse en pérdidas cuyo impacto en el incremento de la inequidad y la desigualdad social tendrá efectos que se proyectarán a largo plazo, con todas las implicaciones negativas que harán derivar para el conjunto en general de la sociedad.

La pandemia llegó de repente y obligó a las autoridades de gobierno a tomar medidas de emergencia. El establecimiento de estas medidas representó una quiebra abrupta de la “normalidad” de la vida cotidiana y de todas las actividades asociadas a ella. En materia de educación, la suspensión del curso lectivo en su modalidad presencial y su conversión a educación virtual a distancia dejó en condiciones claras de desventaja a una diversidad de poblaciones y sectores estudiantiles. Además, al tiempo que se suspendía el curso lectivo, las medidas sanitarias establecidas para contener y frenar la propagación de la pandemia (confinamiento, distanciamiento social, restricción vehicular, cierre de lugares públicos), afectaron diversas actividades económicas y productivas, de la misma manera que una cantidad significativa de familias han visto restringidas o incluso canceladas las posibilidades para agenciarse la subsistencia.

En este momento, aún cuando no existan evaluaciones de por medio respecto del trabajo que se le asigna a la población estudiantil para realizar en sus hogares, lo cierto es que hay un sector mayoritario de estudiantes que, al carecer de las condiciones necesarias para atender los requerimientos de la educación virtual, ha quedado en una clara desventaja en relación con otros sectores que sí cuentan con esas condiciones. Esta es una situación que obliga a hacer un esfuerzo amplio de análisis, en articulación y convergencia interinstitucional y multisectorial, a fin de identificar y definir las acciones inmediatas y estratégicas que permitan dar contención a las afectaciones y allegar los apoyos que contribuyan a atender y solventar en la mayor medida posible las carencias.

Las desventajas no tienen que ver únicamente con la no disposición del equipo y la conectividad. También intervienen en ellas factores como el desempleo de las jefaturas de familia, la necesidad de contribuir con la búsqueda de lo necesario para satisfacer las necesidades básicas; la carencia de una alfabetización adecuada en el hogar, que imposibilita brindar acompañamiento a las hijas e hijos en sus menesteres escolares. Se trata de carencias y desventajas “corrosivas” (Nussbaum, 2012) que, de no tomarse en consideración, inevitablemente repercutirán en un deterioro presente y a futuro del bienestar social para muchas familias y de oportunidades para distintos sectores de estudiantes.

Este panorama crítico plantea la necesidad urgente de que los diversos actores involucrados en el campo de la educación (académicos, institucionales, organizaciones de la sociedad civil, municipalidades, organizaciones productivas, colectivos de mujeres, asociaciones locales) contribuyan a buscar alternativas de atención y respuesta a esta difícil y problemática situación. La academia universitaria, en particular, la comunidad investigadora vinculada al campo de la educación se encuentra interpelada para desarrollar las acciones de investigación, análisis y reflexión sobre lo que acontece, a fin de identificar posibles soluciones y a hacer que éstas se canalicen y se pongan a disposición de las autoridades del MEP y de las demás instituciones que puedan estar convocadas a participar en la articulación y la convergencia de los esfuerzos.

La medida adoptada de establecer la modalidad de educación virtual a distancia requiere ser evaluada de manera urgente. En esta evaluación deben participar estudiantes, docentes y madres y padres de familia. Es preciso realizar consultas localizadas, contextualizadas, en cada una de las comunidades y regiones del país. Es imprescindible conocer de qué manera las poblaciones estudiantiles, la planta docente y las familias han asumido los requerimientos de la educación virtual a distancia; cómo se ha llevado a cabo la dinámica de la “mediación pedagógica” y con qué disposición de equipo se ha contado.

Esta evaluación es necesaria y muy importante, en la medida que sus resultados permitirán identificar las dificultades que se hayan tenido, hacer los ajustes pedagógicos que se requiera, brindar capacitación a la planta docente que se haya visto más limitada para el desarrollo de su trabajo, coordinar con las instituciones y empresas prestadoras de servicios de internet para asegurar la plena cobertura nacional de este servicio.

Según se ha indicado por parte del MEP, la proyección es retornar al curso lectivo presencial a partir del próximo mes de agosto, después de concluido el período de vacaciones de medio año. El cumplimiento de esta proyección, sin embargo, depende de diversos factores y la mayoría de ellos son externos al sistema educativo y a las competencias del MEP. El comportamiento de la pandemia es incierto y el regreso a los centros educativos, además, no se podrá llevar a cabo sin el establecimiento de diversas medidas de control y vigilancia sanitaria. Este es otro aspecto en el que las autoridades educativas habrán de implementar capacitaciones al personal docente y administrativo, para lo cual desde ya se tendrían que estar desarrollando las acciones correspondientes.

De igual manera, la decisión de retornar al curso lectivo presencial, ya sea en agosto próximo o después, es una decisión que requiere de un análisis minucioso acerca de todos los factores implicados, especialmente aquellos que tienen que ver con la disposición de ingresos de los hogares, el empleo, al menos una mínima estabilidad económica de las familias.

Esta es una dimensión de la situación de crisis que no puede ser obviada y que exige una atención cuidadosa. De no tratarse con el cuidado y la atención que amerita, se estaría empujando a una proporción amplia y diversa de sectores estudiantiles a una situación de mayor desigualdad que la que ya existía antes de la llegada de la pandemia. Esta decisión, en último término, debe estar basada en un plan de contingencia y de recuperación que, como ya se indicó, demanda una formulación de políticas que puedan ser ejecutadas por medio del accionar de una plataforma de articulación y convergencia multisectorial e interinstitucional.

Referencias bibliográficas

Asamblea General de las Naciones Unidas. (1989). Convención sobre los Derechos del Niño. Madrid: UNICEF. Recuperado de: https://www.un.org/es/events/childrenday/pdf/derechos.pdf

Guardia Donato, Diana. (2020). ¿Qué pasa con la infancia costarricense durante la cuarentena? Semanario Universidad, 06 de mayo de 2020. Recuperado de: https://semanariouniversidad.com/opinion/que-pasa-con-la-infancia-costarricense-durante-la-cuarentena/?fbclid=IwAR0Iz_GV18pQxGgpiZykAyHZyLQFg_x6B3Wte9RoODJvFGikFZsZMJAtpc0

Instituto Nacional de Estadística y Censos. (2019a). Encuesta Nacional de Hogares. San José: INEC. Recuperado de: https://www.inec.cr/pobreza-y-desigualdad/pobreza-por-linea-de-ingreso

Instituto Nacional de Estadística y Censos. (2019b). Encuesta Nacional de Hogares. San José: INEC. Recuperado de: https://www.inec.cr/otros-temas-ciencia-y-tecnologia/tecnologias-de-informacion-y-comunicacion-en-hogares

Instituto Nacional de Estadística y Censos. (2020). Anuario estadístico 2016/2018. Compendio de estadísticas nacionales. San José: INEC. Recuperado de: https://www.inec.cr/sites/default/files/documetos-biblioteca-virtual/reanuario2016-2018.pdf

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Programa Estado de la Nación. (2019). Informe Estado de la Nación 2019. San José: Servicios Gráficos AC. Recuperado de: https://estadonacion.or.cr/wp-content/uploads/2019/11/informe_estado_nacion_2019.pdf

Nussbaum, Martha C. (2012). Crear capacidades. Propuesta para el desarrollo humano. Barcelona: Paidós. Recuperado de: https://es.scribd.com/document/361404680/Crear-Capacidad-Martha-Nussbaum

 

[1] Investigador del Observatorio de la Educación Nacional y Regional (OBSED), Instituto de Investigación en Educación (INIE), Universidad de Costa Rica. Mayo de 2020. C.e.: luis.munoz@ucr.ac.cr

[2] “Porcentaje de la población ocupada respecto a la población en edad de trabajar.” (INEC, 2020). La población en edad de trabajar es la que tiene 15 años y más.

[3] “Porcentaje de la población desempleada respecto a la fuerza de trabajo. (INEC, 2020).

[4] “Porcentaje de la población ocupada con empleo informal respecto al total de ocupados.” (INEC, 2020).

Foto del Semanario Universidad. Estudiante de Sixaola, Limón.

UCR: Estudiantes de Arquitectura diseñan espacios educativos para la niñez de Ngäbe-Buglé

  • La cooperación interinstitucional entre el MEP y la Escuela de Arquitectura dio paso al diseño de módulos educativos desarmables y amigables con el ambiente

Para los estudiantes José Barrantes y Ana María Lizano, la arquitectura se basa en la resolución de conflictos cotidianos y en un abordaje integral de los fenómenos. Foto Anel Kenjekeeva.

En el 2015, surgió en Costa Rica un nuevo modelo dentro de la Red Nacional de Cuido y Desarrollo Infantil, con el objetivo de reconocer y garantizar los derechos de las niñas y niños de familias migrantes de Ngäbe-Buglé. El Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), como impulsor de este sistema de atención, creó las Casas de la Alegría de naturaleza público-privada.

Estos centros se instalan dentro de fincas y son construidos por sus propietarios o con fondos de cooperación internacional o donaciones. El Estado se encarga de financiar el costo de la atención diaria y servicios médicos a través de subsidios. Asimismo, le da un seguimiento periódico a la condición de las casas, capacita a las personas cuidadoras y cocineras, se encarga de los permisos de habilitación, entre otras acciones.

El año pasado se atendió a 629 menores en las 16 Casas de la Alegría habilitadas en los siguientes cuatro distritos de Coto Brus: Pittier, Gutiérrez Brown, San Vito y Sabalito. La función de estos centros consiste, principalmente, en brindar un cuido integral a los niños y niñas; sin embargo, no suplen el derecho fundamental de acceso a la educación.

A raíz de esta necesidad, surge una relación interinstitucional entre el Departamento de Interculturalidad del Ministerio de Educación Pública (MEP) y la Escuela de Arquitectura (EA) de la UCR, con el fin de crear espacios para brindar educación básica no formal a esta población, durante la época que permanecen en nuestro país y como complemento al cuido que reciben en las Casas de la Alegría.

La Escuela de Arquitectura colabora con otras instituciones estatales para brindar mejores condiciones de desarrollo a las niñas y niños de comunidades indígenas. Foto Archivo ODI.

Ana María Lizano Zelaya y José Eduardo Barrantes Romero, estudiantes de la EA, habían desarrollado en el último año de carrera un proyecto académico que consistía en diseñar una vivienda desmontable.

“Un tiempo después me contacta el MEP para pedirme apoyo con el diseño de lo que llamaban un ‘aula móvil’ para la población de Ngäbe-Buglé. Lo relacioné con este proyecto (el de la pareja de estudiantes) y, como ya estaban en proceso de formular su tesis, me pareció que podría ser un buen momento”, mencionó el profesor y director de la tesis, Arq. Manuel Morales Alpízar.

La población indígena de Ngäbe-Buglé migró por primera vez hacia Costa Rica a mediados del siglo XX y provenían de la comarca que lleva su mismo nombre, en Panamá. En la actualidad generalmente ingresan a nuestro país a partir de octubre para el periodo de la recolecta de café, la cual se extiende hasta marzo del año siguiente. Por tratarse de habitantes no permanentes en nuestro territorio, enfrentan un difícil acceso a servicios básicos de salud y educación.

Cooperación interinstitucional

De esta manera, la iniciativa de los módulos educativos complementarios a las Casas de la Alegría ideada por el MEP se llegó a convertir, para los estudiantes Ana María Lizano y José Barrantes, en su proyecto de tesis de Licenciatura y pasó a adquirir el título de Provisionales y portátiles, espacios educativos para la niñez Ngäbe-Buglé en Coto Brus.

Vista exterior del diseño de los módulos propuestos por los estudiantes de la Escuela de Arquitectura. Imagen cortesía Ana Lizano y José Barrantes.

“El proyecto se trata de un espacio dividido en dos tipologías, una para preescolar y otra para primaria. Esto debido a que el MEP planteó el proyecto de esta manera tanto por didácticas lectivas, necesidades específicas de las diferentes edades de 0-6 años y de 7-12, y también porque quieren implementar una estimulación temprana para los menores y para los más grandes otros temas diferentes”, explicó Ana María Lizano.

Se le denomina “educación básica no formal” debido a que esta no sigue el esquema básico planteado para el nivel de primaria de cualquier escuela pública del país, sino que se trata de una pedagogía más adecuada a la cultura indígena de Ngäbe-Buglé.

“La investigación se basó en tres ejes: educativo-legal, fisicoambiental, y sociocultural. Lo principal de la investigación está enfocado en lo fisicoambiental y lo sociocultural, tema por lo cual se hicieron dos giras de campo más que todo para tener un contacto con la población”, detalló José Barrantes.

Así se observa el interior de los módulos diseñados para ser instalados en comunidades indígenas. Imagen cortesía Ana Lizano y José Barrantes.

“Con base en esto y en que las fincas tienen ciertas condicionantes de temas altitudinales, de climas, y zonas de vida, hubo que detallar un poco la investigación en cada finca y cada distrito; no solo considerar el proyecto en sí para ubicarlo en un lugar, sino adecuarlo a las necesidades de ese lugar”, agregó Barrantes.

Los estudiantes visitaron zonas en Coto Brus donde es común que se asiente esta población indígena y, para entonces, había 14 Casas de la Alegría activas. Realizaron actividades con los niños y niñas que involucraron dibujos y pinturas a partir de las cuales los estudiantes pudieron delimitar las pautas de diseño de los módulos, para que estos fueran compatibles con la cultura desde el punto de vista infraestructural.

La mayoría de las personas con las que los estudiantes tuvieron contacto provienen de Kankintú, Panamá y el tiempo de traslado para llegar a Costa Rica les toma una o dos semanas. “Se hizo un mapeo de todos los centros educativos en esos distritos y ellos rondan distancias de hasta 5 km desde donde está la Casa de la Alegría. Es muy difícil para los papás pues tienen que empezar a trabajar temprano e ir a dejar a los niños a la escuela”, indicó Barrantes.

Módulos amigables con el ambiente

Según relató Barrantes, gran parte de los espacios tienen techos bajos y cuentan con materiales muy viejos, en mal estado o cerramientos de concreto prefabricado. No poseen controles de sus ventanas, por lo que si el cielo está abierto a la intemperie, es posible que la sensación térmica sea de mucho calor o frío.

Además los espacios son conjuntos, lo que ocasiona que el aroma de la comida se mezcle con otros olores y que los niños que duermen tengan que estar al lado de los que juegan; cualquier animal puede ingresar, así como el polvo y el humo de las quemas que hay en los alrededores.

Este proyecto busca mejorar el espacio de aprendizaje e intercambio de conocimiento en el que se desenvuelven los niños y jóvenes indígenas. Imagen cortesía Ana Lizano y José Barrantes.

Actualmente, las Casas de la Alegría no son aptas desde el punto de vista arquitectónico y desde nuestros criterios para una habitabilidad correcta, porque anteriormente eran utilizadas para barracas, bodegas y distintas construcciones en la finca. El dueño lo que hizo fue adaptarlo con sus recursos”, comentó Barrantes.

De acuerdo con el profesor Arq. Manuel Morales, uno de los objetivos consistió en que los módulos no superaran el costo típico de las Casas de la Alegría, las cuales no reúnen los parámetros adecuados para un uso de este tipo.

El objetivo, aseveró Morales, era que dichos módulos tuvieran un costo equivalente a las Casas de la Alegría, el cual se podría reducir por su producción en masa. Estos centros cuentan con mejores condiciones de flexibilidad, adaptación al clima y versatilidad, inclusive podrían funcionar eventualmente como albergues para situaciones de emergencia.

“Han aparecido algunas otras entidades públicas interesadas en el proyecto por sus múltiples posibilidades, por ser armable y desarmable. El manual técnico, por ejemplo, fue diseñado para ser comprendido independientemente del nivel de alfabetización de las personas. Incluye cómo debe de ser el proceso de almacenamiento para que los materiales se conserven bien, cómo se puede transportar de un lugar a otro a través de un contenedor o un camión, cómo es el desembalaje, y cómo armarlo en el sitio”, añadió Morales.

De acuerdo con los estudiantes, en los distritos que visitaron (Sabalito, San Vito y Pittier) hay un rango de la menor altitud a 862 metros sobre el nivel del mar y la mayor casi a 1 400 metros, lo que ocasiona que haya temperaturas de ambiente diferentes. Por este motivo, los módulos fueron diseñados a partir de pautas de arquitectura bioclimática, es decir, son estructuras capaces de adecuarse a los distintos factores que la rodean, tales como los cambios de temperatura.

Para efectos del proyecto de tesis, los estudiantes diseñaron dos módulos, uno más grande que el otro, los cuales tienen un mobiliario que se puede adaptar a distintos usos. Asimismo, cuentan con una capacidad de albergar entre 20 y 30 personas. Estos están pensados para acoplarse unos con otros, de manera que se puedan configurar radialmente, o bien, alinearlos en forma de C o L.

Una de las cosas que se persiguió y logró con el diseño es que tuviera una huella ambiental mínima. Después de que se arma y tras varios meses, cuando se desarma, el impacto que deja en el terreno es prácticamente nulo. Los módulos están hechos para que se posen sobre el sitio sin interrumpir las correntías o que haya que hacer movimiento de suelo. Los estudiantes aspiraron a altos estándares de calidad y seguridad al diseñarlos”, explicó Morales.

“La Escuela de Arquitectura está en un momento crucial, próximamente cumplimos 50 años de creación y eso amerita conmemorarse, pero más que eso lo vemos como un momento que nos invita a hacer una reflexión profunda sobre lo que ha sido durante este periodo, cuáles han sido sus aportes al país, al desarrollo social y territorial. Estamos en un contexto muy distinto y que la arquitectura ya no es lo que era cuando se creó esta Escuela y que el planeta tampoco lo es, pero cabe un análisis de nuestro quehacer”, reflexionó finalmente Morales Alpízar.

 

Bianca Alina Villalobos Solis

Asistente de Prensa, Oficina de Divulgación e Información

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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Huelga de educadores y sedición política

Manuel Hernández Venegas

“(…) por la libertad, así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres” (Cervantes)

 

De las tantas sentencias de los juzgados de trabajo, que en seguidilla han declarado ilegales las huelgas de los servidores públicos, contra el proyecto de ley de reforma fiscal, muchas podrían pasar por su contenido común inadvertidas, salvo una, que por su extraordinaria gravedad no puede ser susceptible de esa indiferencia.

Un Juez de la República, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo, rubricó la ilegalidad de la huelga de las personas trabajadoras del MEP, no porque no se hayan cumplido los requisitos que exige el Código de Trabajo, sino porque en criterio del justiciero, los servidores incurrieron en actos “(…) que deben necesariamente entenderse como violatorios de la naturaleza pacífica” que debe tener el movimiento; es decir, en actos de violencia y coacción desautorizados por la Constitución Política.

Pero estas apreciaciones subjetivas del juzgador no llegaron hasta aquí, de toda manera, absolutamente ausentes de fundamento probatorio, lanzadas gratuitamente contra las reglas de la lógica, la experiencia y el correcto entendimiento humano, a contrapelo del artículo 481 del Código de Trabajo.

Como si lo anterior no fuera poco, además, el veredicto afirmó que las acciones de los trabajadores vulneraron “las mismas bases constitucionales” del sistema costarricense (así como lo estoy escribiendo, por aquello de alguna incredulidad).

Entonces, no fue por cualquier cosa que se declaró ilegal esta huelga, por cierto la única que se mantiene firme contra aquel proyecto legislativo. No fue por el incumplimiento de algún requisito ordinario de la legislación laboral, que ya de por sí la Reforma Procesal Laboral se encargó de endurecer, sino por una razón de grueso calibre, inconcebible a estas alturas, cuando ya nuestro sistema republicano se apresta a cumplir 7 décadas, fundado en la supremacía de los Derechos Humanos.

La sentencia del juzgador, sin más, criminalizó la protesta social, censurando la libertad de expresión, reunión y manifestación pública de las personas trabajadoras, que no son menos ciudadanos, libertades inescindibles del derecho de huelga. La huelga es libertad de presión y expresión.

El fallo condena las movilizaciones y manifestaciones de los trabajadores en las vías públicas, en el imaginario del juez contrarias a la sobredimensionada libertad de tránsito, seducido por una sentencia de la Corte Suprema de Justicia de Argentina -así como lo leen-, un país cuya tradición democrática deja mucho que desear, donde el ejército ha puesto y quitado los jueces.

La sentencia preterió aplicar la abundante jurisprudencia de la Sala Constitucional de nuestro país, vinculante, que resuelve que la libertad de expresión confluye en la libertad de reunión y manifestación pública –la dimensión colectiva de la libertad de expresión-, que “(…) al momento de hacer un balance entre el derecho de tránsito, por ejemplo, y el derecho de reunión, corresponde tener en cuenta que el derecho a la libertad de expresión no es un derecho más sino, en todo caso, uno de los primeros y más importantes fundamentos de toda la estructura democrática: el socavamiento de la libertad de expresión afecta directamente el nervio principal del sistema democrático”. (Entre otras, Res. 2012-017027)

Además, la jurisprudencia constitucional define que no se lesiona la libertad de tránsito “(…) cuando la manifestación y consecuente bloqueo de vía pública, no impide el libre tránsito a través de vías alternas”. (id)

Decir, como lo predica la sentencia, que las movilizaciones de los trabajadores violentaron la libertad de tránsito, implicaría sostener, por paridad de razón, que la Romería a Cartago, la Caminata de la Lucha contra el cáncer y otras tantas actividades que se realizan en los espacios públicos, son eventos que no tienen carácter pacífico, porque, en definitiva, implican una limitación de la libertad de tránsito.

Sólo que a nadie, eso sí, se le ocurriría afirmar que estas actividades vulneran las bases constitucionales del sistema democrático, que fue la premisa ideológica de la que partió el juez para reprochar la ilegalidad de la huelga, revelando una fuerte animosidad contra los derechos de libertad, participación política y ciudadana de las personas trabajadoras.

La sentencia está recurrida y le corresponderá al Tribunal de Apelaciones revisar este pronunciamiento judicial.

No hay duda que la sentencia será examinada rigurosamente, por jueces con sensibilidad democrática y el serio agravio, por un lado, contra las libertades fundamentales y por otro lado, contra las maestras y profesores, prácticamente tratados como sujetos sediciosos, será reparado.

 

Imagen con fines ilustrativos.

Enviado por el autor.

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Familias denuncian malos tratos por parte de maestra

Varias familias de la Escuela de Marbella de la provincia de Guanacaste, del cantón de Santa Cruz, se organizaron para quejarse de la maestra por insultos y malos tratos a las niñas y a los niños. Éstas acudieron a las oficinas locales del Ministerio de Educación Pública, el pasado 13 de junio, para enviar una carta al ministro de Educación, Édgar Mora Altamirano, solicitando su intervención personal e inmediata.

 

Enviado por Popularte Artes Populares.

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Instituto de Investigación en Educación de la UCR a favor de los Programas de Educación para la Afectividad y la Sexualidad Integral

El Instituto de Investigación en Educación de la Universidad de Costa Rica, como entidad especializada en los procesos de investigación en el campo educativo, desde el seno del Consejo Científico, integrado por investigadores e investigadoras profesionales en educación, orientación, psicología, filosofía y comunicación colectiva, tomando como base las investigaciones realizadas sobre género, diversidad y derechos humanos, hace manifiesto el apoyo al Programa de Educación para la Afectividad y Sexualidad Integral aprobados e implementados por el Ministerio de Educación Pública.

Las instituciones educativas tienen un rol destacado en el desarrollo integral de las personas, siendo el ámbito educativo un componente fundamental de los procesos de socialización. Los espacios educativos deben brindar al estudiantado las herramientas para la comprensión de su realidad y actuar críticamente frente a los retos que la misma demanda.

La afectividad y la sexualidad son aspectos que socialmente han sido revestidos de mitos y estigmatizaciones que responden a la falta de información y de espacios de intercambio aptos para generar conocimiento certero al respecto.

Las instituciones educativas que apuestan por la promoción del bienestar social tienen el deber de colaborar con una formación de personas de todas las edades, que fomente discusiones y diálogos con la información pertinente y veraz, que respete los derechos humanos e impulse una vivencia de la afectividad y de la sexualidad plena, integral y responsable, así como, en aspectos socioculturales y psicosociales para que puedan identificar y actuar en situaciones de violencia.

Por lo anterior, consideramos que el Programa de Educación para la Afectividad y Sexualidad Integral constituye un avance importante que se ha dado en los últimos años en esta materia y por lo tanto es una responsabilidad histórica por parte del Estado y de la sociedad civil acuerpar e impulsar su implementación con carácter científico y en el marco de diálogo y concertación.

Ante el creciente aumento de discursos que fomentan la intolerancia, es necesario hacer un llamado a la apertura y especialmente a la reflexión, con miras a avanzar hacia una sociedad inclusiva y respetuosa de los derechos humanos.

 

Instituto de Investigación en Educación

inie@ucr.ac.cr

 

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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UCR: Pronunciamiento sobre los Programas de Estudio de Educación para la Afectividad y la Sexualidad Integral

Acuerdo del Consejo Universitario

R-18-2018

 

Se comunica el acuerdo tomado en el Consejo Universitario, sesión Nº 6158, artículo 2, puntos 1 y 2, del 13 de febrero de 2018, relacionado con el pronunciamiento sobre los Programas de Estudio de Educación para la Afectividad y la Sexualidad Integral del Ministerio de Educación Pública (MEP).

Descargar el acuerdo

 

*Imagen con fines ilustrativos tomada de www.ucr.ac.cr

Información generada desde la Rectoría, UCR.

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UCR pide discusión sana y objetiva sobre Programas de Afectividad y Sexualidad

  • Este llamado lo hizo mediante un pronunciamiento del Consejo Universitario, enmarcado en un contexto de discusión nacional

UCR pide discusion sana y objetiva sobre Programas de Afectividad y Sexualidad
La UCR reconoce que la implementación de estos Programas contribuirá a mejorar la toma de decisiones responsables y la prevención de conductas violentas y discriminatorias, sobre todo para las mujeres y las familias.

La Universidad de Costa Rica (UCR) exhortó a la sociedad costarricense a tender puentes de diálogo que promuevan la discusión sana y objetiva de los Programas de Educación para la Afectividad y la Sexualidad Integral que promueve el Ministerio de Educación Pública (MEP), desde la perspectiva del reconocimiento de los derechos humanos a la educación y la información que las poblaciones jóvenes necesitan.

Este llamado lo hizo mediante un pronunciamiento del Consejo Universitario, enmarcado en un contexto de discusión nacional sobre la pertinencia de este tipo de programas como parte de la educación formal en el país.

De esta manera, la UCR reafirmó su compromiso con toda iniciativa que proteja la dignidad de las personas, promueva el respeto y potencie el desarrollo integral y el bienestar de la sociedad costarricense.

Para esta casa de estudios superiores, dichos Programas se hallan en consonancia con la legislación nacional e internacional, al igual que con el enfoque de derechos humanos, que procura tanto garantizar el desarrollo integral de los individuos, como potenciar las competencias vinculadas a la vivencia plena y responsable de la afectividad y la sexualidad.

La Universidad también destacó el esfuerzo histórico del MEP en la construcción y el desarrollo de estos Programas y reconoció que la educación debe ser un garante de los derechos humanos, debe contribuir a solucionar los problemas estructurales, y en este caso en particular, combatir los estereotipos, los prejuicios sociales y las desigualdades.

En ese sentido aseguró que el enfoque, la metodología y la población meta de los Programas están claramente definidos y responden a la psicología del desarrollo humano, por lo que se consideran adecuados a la condición psicoemocional de los estudiantes.

Para la UCR, el fortalecimiento del sistema educativo permite la formación de personas libres, autónomas, críticas y autocríticas, orientadas solidariamente hacia la sociedad, y en el caso particular del tema de la afectividad y la sexualidad humana, el sistema educativo tiene la tarea de contribuir, junto con las familias, a desarrollar procesos formativos integrales, que faciliten el diálogo y las relaciones humanas constructivas entre las amistades, las familias y la sociedad.

 

Alejandra Amador Salazar

Periodista Consejo Universitario, UCR

 

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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Maestra da criterio sobre Programa para la Afectividad y Sexualidad Integral

Caro Masis Cruz

 

Soy católica y soy educadora, este es mi 12° año de ejercer mi profesión, la cual amo, y en la que me ha tocado ver de todo. He tenido estudiantes embarazadas en sexto grado, incontables niñas y niños que han sido abusados sexualmente, alumnos que tocan de forma inapropiada a sus compañeros y compañeras (desde segundo grado), y muchas cosas más.

Hay algo mal, muuuuy mal en la «educación» sexual que se brinda en los hogares. Falta interés por parte de muchísimos padres, que no se involucran, que no conversan ni están presentes en la vida de sus hijos, incluso muchos dan malos ejemplos en casa.

Hay que dejar claro que desde hace muchísimos años se habla de sexualidad en las aulas, incluso desde la primaria en la materia de Ciencias se enseña sobre reproducción humana, claro desde lo meramente biológico. (Si los padres estudiaran con sus hijos, lo sabrían claramente). De lo que NADIE les habla a los chicos es de afectividad: de lo que significa el consentimiento, del machismo o de equidad de género (he tenido niños de 11 años furiosos porque les pedí el favor de que barrieran el aula, porque eso es «trabajo de mujeres»).

Claramente en las casas NADIE les habla de sexo ni de afectividad (como si pudieran separarse). Si esto no fuera así, el MEP no hubiera visto la necesidad de crear estas guías.

No soporto el hashtag #amishijosloseducoyo porque me parece hipócrita, en realidad lo que se esconde detrás de esa frase es más bien «a mis hijos no los educo yo y no permito que los eduque nadie».

A diferencia de mucha gente, yo sí me leí las Guías, desde mi perspectiva como docente y católica. Me parecen necesarias. La gente que cree que promueve que los chicos «se vuelvan gays o trans» claramente no se las ha leído. En secundaria lo que pretende es informar sobre la comunidad LGTB y sobre todo, lo que promueve es el respeto hacia las personas sexualmente diversas. Porque son una realidad, porque tienen derechos y porque no se van a ir a ninguna parte.

Aclaro que soy pro familia, pero el hecho de que esté a favor de la familia tradicional no quiere decir que esté en contra de los demás modelos de familia, el respeto ante todo.

Dios en la Biblia deja muy claro que nuestro principal mandamiento es amar al prójimo y reprende muy fuerte a quienes pasan juzgando a los demás (aquello de la paja en el ojo del hermano vs la viga en el ojo propio). Yo amo a mi prójimo, a quien sea, si comete pecado o no, será Dios quien los juzgue. Recordemos cómo actuó Jesús cuando iban a apedrear a la mujer adúltera: «El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra«.

Volviendo al tema de las Guías, creo que es el deber de los padres y madres acompañar muy de cerca los contenidos vistos en clase. Quienes se oponen, son las familias que no hablan con sus hijos, que no los orientan, que no trabajan valores y principios. Mi recomendación es dejar que los chicos vayan a las clases y en casa enmarcar esos contenidos dentro de las creencias de cada familia.

Si creen que los chicos inician su vida sexual de forma temprana porque les hablan de sexo pues se equivocan, es porque no tienen información. Una persona informada toma decisiones informadas.

Y, por cierto, el Programa para la Afectividad y Sexualidad Integral del MEP es asignatura aparte sólo para décimo año.

¡Dios nos bendiga a todos y a todas!

 

*Imagen con fines ilustrativos tomada del video ¿Qué dicen realmente los programas de educación para la afectividad y sexualidad integral del MEP?

Compartido por Omar Miranda.

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