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Etiqueta: movimiento ecologista

FECON: Llamado al ecologismo costarricense

La crisis mundial y nacional actual (con sus componentes político, económicos y sanitarios) nos presenta enormes retos y nos brinda también posibilidades. Saldremos de ella, implementando una agenda ecologista, social justa y solidaria, y no una agenda capitalista neoliberal, patriarcal y extractivista.

Por lo tanto, proponemos:

1) Apoyar la re-activación de un amplio Movimiento Nacional, constituido por sectores sociales y políticos que impidan la destrucción de las conquistas sociales del pueblo costarricense, alcanzadas a un alto precio y con muchos esfuerzos. La unidad y las alianzas son imprescindibles ante enemigos poderosos.

2) La base de la reactivación económica debe ser la seguridad y soberanía alimentaria, rescatando las propuestas milenarias de pueblos ancestrales. Hemos visto con crudeza, pero también con claridad en estos meses, qué es lo estrictamente necesario para sobrevivir. Proponemos abandonar la economía de supuesta abundancia que significa acumulación en pocas manos, para centrarnos en una economía de la sobrevivencia, donde lo primordial sea la satisfacción de las necesidades más esenciales para todas las personas: techo, trabajo, alimento y agua pura en cantidad y calidad suficiente, tanto para la humanidad como para los seres animales y vegetales que coexisten en nuestro planeta.

3) Tierra para quien que quiera trabajarla y producir alimentos: Con extrema urgencia el campesinado sin tierra debe recibirla, además, se debe reconocer el derecho a la tierra de las mujeres que la están habitando y trabajando, construyendo redes de apoyo mutuo, en producción y comercialización, fortaleciendo relaciones campo-ciudad, de manera bidireccional.

4) No es el monocultivo, plagado de pesticidas y uniforme, el que nos garantizará la sobrevivencia. Debemos impulsar de manera masiva la producción agroecológica de alimentos, tanto en la ciudad como en el campo, considerando las necesidades humanas y las de seres polinizadores y dispersores (insectos, aves, mamíferos). Debemos proteger y dispersar nuestras semillas nativas, criollas, y fomentar el intercambio de conocimiento de prácticas agroecológicas. Producir lo que comemos y comer lo que producimos, reduciendo progresivamente las cadenas de dependencia alimentaria del exterior.

5) Esta crisis sanitaria nos ha mostrado que nuestras posibilidades de sobrevivencia se reducen si no contamos con buena salud. Se debe rechazar de manera radical todo lo que nos enferma y nos condena: comidas y bebidas basura, que son origen de diversas patologías y factores de riesgo como diabetes e hipertensión, sobrepeso, obesidad, etc.

6) No es solo con una producción y un consumo más racional y más local que sobreviviremos, sino que también es necesaria otra realidad de producción y consumo basada en la economía social solidaria, en la autogestión de los recursos verdaderamente cooperativa, basada en la organización local, tanto rural como urbana.

7) Debemos conducirnos hacia un modelo de verdadera democracia participativa y de control y defensa del territorio local y nacional, incluido el de nuestros propios cuerpos. Existe una necesidad de constituir unidades locales de poder real para la toma de decisiones políticas sobre los usos del territorio y sus recursos, para potenciar un bienestar integral y distribuido equitativamente, por sobre los procesos de acumulación por desposesión que trata de validar el desarrollismo globalista, amparado en estructuras institucionales centralizadas y con jerarquías complejas cooptadas por el poder hegemónico.

8) Nos comprometemos a luchar contra la implementación del programa neoliberal que propone esta administración, basado en el desmantelamiento de las conquistas sociales de nuestro pueblo, el ultra-endeudamiento y la venta de activos estatales y empresas públicas. Todo abuso, todo privilegio insultante debe ser eliminado. Aspiramos a una sociedad caracterizada por la ecosuficiencia, la ecoeficiencia y una distribución social de la riqueza que asegure una vida digna a todas las personas y no opulenta para unas pocas.

9) Rechazamos la falsa premisa que el desarrollo minero y petrolero será una solución económica para los problemas del país y sus pueblos. No es con más destrucción y más contaminación que lograremos una sociedad ambientalmente sana y socialmente justa. Urge un diálogo real sobre la matriz energética que necesitamos. El futuro no es el oro ni el petróleo.

10) El pueblo debe tener acceso a una renta básica universal, como derecho humano. La riqueza, inmoralmente súper acumulada durante las décadas pasadas en manos de una pequeña élite, debe ser redistribuida. Un nuevo pacto social se hace necesario. Es la única forma de evitar un derrotero violento.

11) Nos unimos al llamado de otros movimientos sociales de impulsar una Ley de Contingencia Fiscal Progresiva y Solidaria.

12) Con los pueblos indígenas, hacemos un llamado a sumarse respetuosamente a sus agendas de trabajo en pro de la recuperación y defensa de sus tierras y territorios, el empoderamiento del recurso hídrico, el respaldo a las prácticas culturales de producción e intercambio de trabajo, apoyo a los sistemas de uso tradicional de los recursos naturales (para alimento, medicina, materiales), a las fincas multicultivos (por su diversidad de productos), y al manejo comunitario de los bosques desde su cosmovisión.

Imagen UCR.

13) Es momento de hacer rupturas claras con el orden impuesto que por más de 30 años ha corroído la institucionalidad del Estado. Las dificultades del gobierno para atender en lo económico las necesidades más básicas de la población en media pandemia, es una clara muestra de los efectos nocivos del desmantelamiento institucional y el sobreendeudamiento público. Sin resolver las condiciones básicas para la estabilidad social en el país, es políticamente inviable iniciar un diálogo.

14) Como movimiento ecologista creemos que el diálogo es necesario y urgente, pero con condiciones claras: requerimos de espacios transparentes, respetuosos, efectivos, participativos, que lleven soluciones en distintos niveles (corto, mediano y largo plazo), y no con agendas definidas con anterioridad y a la medida de los grandes grupos de poder económico. Un diálogo que nos lleve a disminuir las desigualdades históricas, y camine hacia una justicia social, ambiental y de género.

Agricultura ecológica comunitaria para la recuperación de la autosuficiencia productiva y soberanía alimentaria en Costa Rica

FECON – 05 de mayo 2020.

Con atención hemos seguido el tema de la condición agrícola actual en el país. Desde siempre y especialmente desde el último censo agrícola en 2014 nos preocupa el balance que expresaban los datos sobre la producción de granos básicos en nuestro país. Fue una medición concreta del impacto del proceso de ajuste neoliberal y el libre comercio en la estructura productiva primaria del país.

La Federación Costarricense para la Conservación de la Naturaleza (FECON) tiene cercanía y está integrada por grupos de base comunitaria en los que defendemos valores ecologistas,  muy importantes en la sostenibilidad de los modelos de agricultura. Defendemos la idea de soberanía alimentaria, en la que consideramos, deben participar desde la base amplia y articuladamente las pequeñas producciones comunitarias.

Con este preámbulo, procederemos en este momento histórico de crisis laboral y económica, a realizar una propuesta para la recuperación económica del campo costarricense desde la economía agroecológica y de unidades productivas de pequeña escala, usando como modelo el cultivo de arroz.

Una revolución agraria en el arroz

La producción de arroz ha sido una de las más complejas de sostener en el país, especialmente por el desmantelamiento campesino que significaron las políticas de ajuste estructural y la entrada del Tratados de Libre Comercio con Estados Unidos, que con su superestructura productiva acaparó rápidamente el mercado arrocero con sus precios de importación subsidiados.

Sin embargo, hay posibilidades de imaginar, plantear y justificar una recuperación agrícola con fundamento agroecológico en nuestro país. Para ello, las fuentes demuestran la viabilidad de producir altos rendimientos con solamente insumos orgánicos. El Sistema Intensivo de Cultivo Arrocero (SICA) ya ha demostrado altos rendimientos en modalidad de cultivo agroecológico. Con base en estos resultados, proponemos un cambio en el sistema de producción actual como política de Estado, bajo la siguiente argumentación:

Cuota de producción y alcance de la participación social

Si en Costa Rica se necesitaran 75 mil hectáreas[1] más de siembra de arroz para cumplir la cuota de más de 350 mil toneladas anuales que se consumen en el país[2], con pequeñas unidades productivas articuladas se podría alcanzar progresivamente esa meta y generar así ingresos para decenas de miles de familias campesinas con rentabilidad en pocas hectáreas de cultivo.

El beneficio social por participación económica podría alcanzar a futuro hasta las 40 mil familias campesinas (suponiendo una distribución homogénea de dos hectáreas por cada una en sistema de cultivo intensivo de arroz), con ganancias netas de hasta 1.5 millones por hectárea según el rendimiento anual.[3]

Si se produce con abonos orgánicos que utilizan desechos de animales y biomasa vegetal, tenemos la gran ventaja de reducir el impacto ambiental, la dependencia de insumos químicos, e incentivar un encadenamiento productivo generando el establecimiento de centros especializados en producción y distribución de abonos a gran escala para mayor acceso de los productores. Estos centros beneficiarían a otro grupo más de trabajadores por localidad, que obtendrán más ingresos por cada hectárea de cultivo orgánico local.

Rendimiento del cultivo agroecológico

Según expone el agrónomo Jorge Orlando Acosta (2011), en Colombia se documentaron rendimientos de hasta 8 toneladas por hectárea con el Sistema Intensivo de Cultivo Arrocero (SICA)[4], superior a los demás tipos de cultivos convencionales, superando así por mucho las 3,5 toneladas que son el promedio de rendimiento por hectárea en el sistema arrocero de Costa Rica[5]. El citado sistema no depende de que haya inundación permanente y utiliza solo insumos orgánicos. Es hacia estos sistemas debemos apuntar como país.

También es importante señalar que muchas fuentes agronómicas reconocen que los agrosistemas arroceros orgánicos probados en China han sido exitosos, por ejemplo, en Ecuador, donde se han logrado rendimientos de 3.68 toneladas por hectárea con inundación, con abonos orgánicos y control biológico de plaga con patos. También se han estimado que se pueden producir 5.5 T/ha con un costo de $1000/ha (2013)[6], por lo que se pueden desarrollar entonces sistemas de producción con renta neta de hasta 750 mil por cada millón comercializado.

Modelo de agroecosistema ecuatoriano. Fuente: https://bit.ly/3b4Jjfd

Si en otros países se ha demostrado el potencial de este tipo de agrosistemas, acá es cuestión de apuntar con una política de Estado contundente a un sistema productivo eficiente con el uso de recursos. Ningún otro mejor que el orgánico, que puede hacer aprovechamiento circular de insumos del mismo arroz y utilizar los desechos de producción  animal.  Al fin de cuentas, el mundo requiere una transición tecnológica.

Necesidad y oportunidades

La gran ventaja de nuestra desventaja productiva actual, es que para llenar el vacío se puede innovar y propiciar esa transición a modelos productivos que no dependen de insumos de importación, mientras los sistemas ya existentes también apuntan a adaptarse.

Es un hecho que el país cuenta con riquezas de tierra y agua suficientes para generar autosuficiencia alimentaria. Solamente debemos ser capaces de generar sistemas de aprovechamiento distribuido del recurso hídrico en unidades de producción de pequeña y mediana escala en los territorios en lugar de grandes e impactantes embalses para exportadores de azúcar o desastrosos proyectos de riego para pastos ganaderos en los que el SENARA invierte cuestionablemente millones de dólares desde hace años. [7]

La cosecha de lluvias es posible con sistemas de aprovechamiento de escorrentías en pequeños reservorios, para propiciar el riego permanente y la inundación temporal requerida por el Sistema Intensivo de Cultivo Arrocero (SICA) que permite alto rendimiento. Por ejemplo, en un clima tropical seco como el de Liberia, por kilómetro cuadrado se pueden cosechar 100 millones de litros de agua con los datos de precipitación promedio registrados para el mes de mayo.

También sería posible autorizar sistemas de almacenamiento de los volúmenes de escorrentía de los caudales máximos en afluentes, incentivando la inscripción de aprovechamientos con tarifa diferenciada en los meses de mayor precipitación, de forma que se permita disponer artificialmente de humedad en el suelo tempranamente, para mitigar el efecto de meses muy secos.

Incluso en zonas alejadas de cuerpos de agua, se pueden alimentar estos sistemas de almacenamiento de agua cosechada en época de lluvias desde cauces para fines de producción alimentaria, mediante uso de cisternas como mecanismo de subvención del Estado.

Es importante garantizar que los sistemas productivos respeten los límites ecológicos de los regímenes de humedal y no haya un crecimiento insostenible de la demanda en los meses más secos para proteger también la biodiversidad y el uso múltiple del agua en los territorios. También la política pública debe apuntar a priorizar el acceso a fuentes de agua para seguridad alimentaria y en lugar de la agroexportación, incentivando el cambio productivo.

Beneficios al consumo    

Los beneficios obtenidos mediante estos sistemas de producción para el consumidor también son un hecho. Primero que todo, en la salud, pues se asegura una calidad e inocuidad del producto básico con su producción orgánica, bajando el riesgo de desarrollar cáncer por consumo sostenido de agrotóxicos usados actualmente.

En término de precios, si existen centros de procesamiento semi-industrial distribuido en las unidades de producción, además de disponer fuentes de trabajo, se logra bajar los costos de transporte, tanto para el pilado como para la distribución comercial final. Se pueden ofrecer así precios competitivos que incentiven el consumo local y lo consoliden, hasta superar la dependencia de importaciones y desarrollar la capacidad de sostener un nuevo sistema de precios autónomo y soberano.

Producciones colectivas de arroz agroecológico en Brasil. Fuente: mst.org.br

Al incentivar la participación de la pequeña propiedad rural en este modelo económico de autosuficiencia, se erradicará el control centralizado de las decisiones económicas en una sola corporación privada, donde concertan sólo grandes productores y accionistas. Además se genera resiliencia adaptativa por el uso de semillas locales y se puede a mediano plazo desarrollar una capacidad de aprovechamiento de las bonanzas para compensar los años de menor producción.

Extrapolar la propuesta arrocera a otros cultivos básicos

Es urgente la recuperación pública de la producción de granos básicos y la pluralización productiva mediante la ampliación de la base productiva en pequeñas producciones locales con mercado garantizado. Los frijoles y el maíz son granos de producción precolombina con inmejorable adaptación a nuestros suelos orgánicos y altos rendimientos históricos para sustentar los pueblos de nuestra región. Además, estos mercados también están acaparados por importaciones.

En estas circunstancias en que se vislumbra una recesión económica, las posibilidades de ingreso por cultivo a pequeña escala toman más importancia. Es tiempo de apostar por la recuperación de la economía basada en la producción alimentaria soberana de granos básicos, para garantizar la seguridad alimentaria del pueblo costarricense y erradicar de una vez por todas, el hambre, que es una de las más intolerables formas de violación a los derechos humanos más básicos en el mundo.

Desde FECON, hacemos un llamado al ministro de agricultura para atender nuestras propuestas para la implementación de agricultura ecológica en el país como política de Estado.


[1] Un cálculo desde 2008 aseguró que necesitaríamos unas 283 mil hectáreas adicionales para granos básicos. De maíz blanco (16.000) y amarillo (150.000), fríjol (41.000) y arroz (76.000) si se quiere abastecer la demanda nacional. https://bit.ly/3c8rDAS

[2] Conarroz en Noticias Monumental. Fuente: https://bit.ly/2WtmSLE

[3] Al precio actual del arroz en recibidor estimado con un dato modelar de costo/rendimiento registrado en un cultivo orgánico en Ecuador. Fuente: https://bit.ly/3b4Jjfd

[4] Evaluación del Sistema Intensivo de Cultivo Arrocero SICA en en Municipio de Purificación de Tolima. Fuente: https://bit.ly/2z7QF4s

[5] Estimación con base en datos. Solo el 35% de lo que se consume se produce en el país (Indarroz), Son 36.000 hectáreas sembradas entre 2017 y  2019 (Conarroz). Fuente: https://bit.ly/3flGqdq

[6] Razón de rentabilidad esperada en un cultivo orgánico. Fuente: https://bit.ly/2SBJRms

[7] Véanse los conflictos PAACUME con la Reserva Lomas Barbudal y los conflictos comunales con proyectos de riego del SENARA para sociedades de usuarios privadas en Puntarenas

Imagen de cabecera: Cultivo agroecológico de arroz en Brasil. Fuente: mst.org.br

Lo que cambiará post-pandemia

Óscar Madrigal, abogado

Muchas cosas cambiarán después de esta pandemia, pero esas cosas y los asuntos sociales y de Estado no lo harán automáticamente, de manera mecánica, sino que requieren del empuje de los movimientos sociales y políticos para que el país avance. Cuando no se genera una fuerza innovadora, las sociedades se estancan, se inmovilizan y tienden inercialmente por volver al viejo estado de cosas. En estas circunstancias, como lo ha mostrado la historia, por regla general ocurre una descomposición social, que se traduce en más pobreza, desigualdad y desesperación.

De aquí surge la imperiosa necesidad de la articulación del movimiento social y del movimiento progresista para desarrollar un programa que permita a la sociedad costarricense planear y avanzar en un nuevo concepto de sociedad.

Esa nueva alternativa de sociedad deberá fundamentarse en nuevos conceptos. Pienso en los siguientes:

1-. Ciudadanía. La ciudadanía debe concebirse de manera activa, contralora y propositiva. Los ciudadanos dejan de ser solo sujetos de momentos electorales, para asumir el poder ciudadano desde la sociedad misma para pedir cuentas, exigir cumplimiento de promesas o censurar a todos los ciudadanos que ocupan puestos de dirección en el Estado.

2-. Nación. La globalización como ha sido concebida ha mostrado ser insuficiente para afrontar los problemas globales. El concepto de Nación debe ser retomado para asumir el compromiso de desarrollo económico nacional y para exigir normas internacionales que resguarden los intereses laborales y económicos de todos los países.

3-. Soberanía. Solo mediante un concepto de soberanía que recupere el poder de decisión nacional en cuanto al apoyo a la producción nacional, así como la capacidad del país de mantener una política internacional independiente, sea manteniendo una neutralidad y respeto por a la autodeterminación de los países.

4-. Producción. El desarrollo productivo seguido hasta ahora debe cambiar de paradigma. El crecimiento económico desmedido sin considerar a la Naturaleza y la igualdad social es insostenible. El crecimiento del PIB no debe ser un único parámetro de medición de la riqueza social o natural. El respeto por la Naturaleza debe sustentarse en el apoyo y desarrollo de un fuerte movimiento ecologista para revertir los daños que estamos ocasionando a nuestro Planeta.

5-. Igualdad. La brecha social que cada vez se agranda más entre unos cada vez más ricos y otros cada vez más pobres, debe revertirse inmediatamente. La distribución de la riqueza, que es producida por los trabajadores, debe hacerse de manera equitativa. La igualdad de derechos humanos y patrimoniales entre hombres y mujeres es la única forma de mantener un desarrollo realmente humano.

6-. Solidaridad y humanismo. La sociedad debe fundamentarse en nuevos conceptos de solidaridad para que el desarrollo se vea como responsabilidad de todos, pero también para beneficio de todos. El humanismo es el fundamento del respeto a los derechos humanos de todas las personas como un atributo natural: creencias religiosas, preferencias sexuales, políticas, etc., la política es la no discriminación.

La democracia es el mecanismo político que permitirá el acceso de todos los grupos sociales y partidos políticos, en un plano de igualdad, a los medios de comunicación y a los procesos electorales.

Estos son algunos conceptos que debemos asumir para la sociedad post-pandemia. No son, lógicamente, los únicos, ni tal vez lo mejor elaborados, pero pueden ser una base de pensamiento.  De ellos se deducirán medidas concretas, como debe ser.

Retos Ambientales 2019 Costa Rica

Desde el movimiento ecologista costarricense hacemos un recorrido por los principales retos ambientales que afronta el país. El 2018 fue un año que se puede resumir con un periodo de aumento de impunidad de los delitos ambientales y debilitamiento de controles legales y administrativos, que bajo el discurso de la desentrabamiento de la economía buscan burlar el esquema de conservación ambiental para beneficiar a las empresas contaminantes y destructoras.

En este 2019, identificamos los principales retos ambientales que afrontamos desde las voces de sus protagonistas: la gente que lucha para proteger la naturaleza.

Escuche un análisis colectivo de la realidad ambiental en el 2019, desde la voz de activistas y especialistas ambientales. Ofrecemos adjunto a continuación el audio o bien acceda al enlace: https://co.ivoox.com/es/retos-ambientales-2019-costa-rica-audios-mp3_rf_31258273_1.html

 

*Imagen ilustrativa tomada de la página oficial de la UCR.

Enviado por Henry Picado.

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Sigue vivo el pensamiento ecologista pese a 24 años de impunidad

(FECON 7/12/2017) La Costa Rica de 24 años atrás fue testigo de uno de los mayores fracasos que como sociedad hemos tenido: el asesinato de seres que propusieron frenar la destrucción. El odio con que accionaron este oscuro crimen fue potente pero no alcanzaron a cegar la su germen. En la actualidad conservamos legados importantes de una energía vital y luminosa de un proyecto político que propuso ampliar el horizonte.

En 2018, en medio del desasosiego de gran parte de los movimientos sociales por una “Reforma Fiscal” injusta y regresiva, impulsada por el gobierno de forma autoritaria; otra herida atraviesa la historia del movimiento ecologista costarricense, que por su magnitud resulta pertinente y urgente en este momento.

El 7 de diciembre de 1994 mueren en un incendio María del Mar Cordero Fernández, Jaime Bustamante, y Oscar Fallas Baldí, integrantes de la Asociación Ecologista Costarricense (AECO). Estos en conjunto con organizaciones y comunidades de la Península de Osa, habían emprendido una fuerte lucha contra la compañía Ston Forestal, que planeaba instalar en Punta Estrella en el Golfo Dulce una fábrica de astillas de madera y un puerto de embarque de éstas. El 14 de julio de 1995 muere en condiciones igualmente sospechosas David Maradiaga, también integrante de AECO. Crímenes todavía no esclarecidos.

Oscar Fallas Baldí, llamó al inicio de la época neoliberal el “caos ambiental” y cuestionaba lo que para él era “la ideología del desarrollo” como antítesis de la apuesta ecologista. Quizá el esfuerzo de Fallas por nutrir de la acción ambiental con la teoría política y viceversa, pueda ayudarnos a sacudirnos de la revancha de los sectores conversadores, fundamentalistas y empresariales que nos pesa en la actualidad.

El legado que la AECO en general y de Fallas en particular, puede ayudarnos a identificar ese “nuevo sujeto” que enriqueció en los años noventas las luchas ambientales. Idea ahora vital. Para llegar a la victoria contra la Ston Forestal fue clave la diversidad que accionaba en conjunto. A lo unisono trabajaron ecologistas, indígenas, mujeres, pobladores barriales urbanas, comunidades eclesiales de base, trabajadores, trabajadoras, entre otros.

Quizá encontrar una base común del pensamiento ambiental nos permitiría dialogar con una amplitud de actores y sujetos que en este momento el capitalismo explota de formas agudas y asfixiantes. La necesidad de encontrar y tejer un pensamiento ambiental de izquierda es urgente y necesario para habitar en una Costa Rica cada días más desigual.

En palabras del mismo Oscar Fallas: “…los ecologistas nos colocamos en la búsqueda de una identidad que no significa sólo el reencuentro con lo perdido, sino construir lo existente a partir de una responsabilidad y dignidad que parte de lo individual, pasa por lo social y se proyecta a lo nacional. Buscamos que la sociedad civil y los distintos movimientos sociales construyan críticamente su identidad, reconozcan críticamente sus raíces culturales, ejerzan su derecho a una vida más digna, democrática y soberana, fortaleciendo en ese proceso la conciencia colectiva sobre los problemas ambientales y el trabajo, también colectivo, para enfrentarlos.”

Henry Picado Cerdas

Presidente

FECON

Referencias:

Fallas Baldí, O. (1993) “Modelos de desarrollo y crisis ambiental en Costa Rica”. Asociación Ecologista Costarricense. San José, Costa Rica.

 

Enviado por FECON.

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Insistimos en la prohibición del Paraquat

  • Costa Rica tienen una deuda con la salud pública en materia de plaguicidas
  • Organizaciones solicitan se prohíba el Paraquat

 

Los intentos por parte del movimiento ecologista de prohibir el Paraquat han sido reiterados, básicamente buscamos que Costa Rica no siga siendo un basurero de tóxicos que no quieren en otros países (Fecon, 2-8-2018). El veneno conocido como “gramoxone” propiedad de la empresas Syngenta es cuestionado mundialmente en al menos 40 países donde no está permitido su uso, venta o transporte. La Unión Europea por ejemplo lo prohibió mediante un fallo del 2007 del Tribunal de Primera Instancia de la Comunidades Europeas (T-229/04).

Pero en Costa Rica el Paraquat está entre los plaguicidas con más volumen de ingrediente activo importado (Estado de la Nación, 2010) a pesar ser considerado un plaguicida de “Extrema peligrosidad” (Barvo, 2015).

Destaca que en Costa Rica el gramuxon es un plaguicida con estadísticas alarmantes por ejemplo el Centro Nacional de Intoxicaciones de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), reporta entre los años 2013 y 2015 un total de 353 intoxicaciones por Paraquat. Este agro tóxico está entre las primeras tres causantes de intoxicaciones por plaguicidas según la CCSS. Por otro lado el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), entre el 20 de agosto de 2015 y el 12 de marzo de 2017, se reportó un total de 47 casos de autopsias en los que se determinó como causa de muerte el uso indebido del plaguicida Paraquat.

En setiembre de 2017 el Ministerio de Salud puso en consulta pública en el Sistema de Control Previo una propuesta para que mediante decreto ejecutivo se prohíba a nivel nacional el agrotóxico 1,1′-dimetil-4,4′-bipiridilio, de nombre común Paraquat y sus sales. Extrañamente el 25 de octubre lo saca de consulta pública en esta misma plataforma.

Ante consultas de la Federación Ecologista y la Red de Coordinación en Biodiversdad sobre los criterios técnicos por los cuales se retiró de consulta el Director de Asuntos Jurídicos mencionó que fue por que “era necesario conversar sobre el tema con el ministerio de Agricultura y Ganadería y el Ministerio de Ambiente y Energía”. El pasado 20 de abril mediante el oficio DAJ-CB-727-2018 el Ministerio de Salud vuelve ponerlo en consulta pública.

Estos vaivenes son conocidos en América Latina, por ejemplo en Brasil en setiembre de 2017 se emitió la prohibición de este agrotóxico pero la empresa Syngenta está ejerciendo presión para que esta medida sea revertida (RapAL, 18-11-18). Es por esto que no nos extraña intereses ocultos estén presionando a Costa Rica para que no se prohíba el Paraquat, a pasar se sus consecuencias ambientales y sociales.

Por tanto, la Federación Para la Conservación de la Naturaleza y La Red de Coordinación en Biodiversidad solicitamos de forma pública la firma del Decreto de Prohibición del Paraquat contemplado en el oficio DAJ-SM-1464-2017 del Ministerio de Salud.

DAJ-SM-1464-2017_Decreto_Paraquat-sinDIQUA-_última_versión-1

 

Enviado por FECON.

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COECOCEIBA: «Nos gustaría creer»

No vamos a ocultar que nos dio alegría que Carlos Alvarado ganará la presidencia. Nuestra organización cree que todas las personas tenemos derecho a todos los derechos, a que estos sean defendidos, promovidos y fortalecidos. Y el presidente electo y su partido, dijeron que lo iban a hacer. Ojalá sea así. Además, el contrincante quería revivir la minería y su propuesta ambiental, era casi nula. En otro artículo nos vamos a referir a lo que el PAC propone en este ámbito.

Nuestra felicitación a Carlos Alvarado. Nos parece importante el discurso de construir un gobierno de unidad nacional, de que la Costa Rica del Bicentenario sea un país mejor. Creemos que para que esto sea necesario, no debe de dejarse de lado a los movimientos sociales, hasta ahora los llamados han sido solo a los partidos políticos. Los movimientos sociales no solo jugaron un rol esencial para el triunfo del PAC sino que también cuentan con personas de muy alto nivel y una mística de trabajo y de voluntad de construir para el bien común enorme. El movimiento ecologista es un claro ejemplo de ello: gracias a nuestro conocimiento del país, hemos evitado proyectos desastrosos para la gente y el ambiente. Gracias a nuestro conocimiento, hemos propuesto una enorme cantidad de leyes y políticas y gracias a nuestra voluntad de trabajo, hemos logrado que el país sea conocido por avances tan importantes como la prohibición de la minería a cielo abierto. Si bien es cierto que los partidos políticos constituyen un actor de gran importancia, no son los únicos y no representan a toda la sociedad. Además, pero si queremos construir un mejor país, los movimientos sociales debemos contar con espacios desde el inicio de la discusión. Ojalá y esta vez el PAC si honre su nombre y la acción ciudadana sea algo central.

Nuestra felicitación al PAC y a Carlos Alvarado, también encierra preocupaciones. Si bien queremos que Costa Rica sea un país lleno de oportunidades para nuestra gente, nos preocupa que desarrollo sea entendido como una puerta abierta para que muchos proyectos destruyan el medio ambiente. Si esto sucede como es de conocimiento público, no avanzaremos un ápice. Nos preocupa mucho cuando se dice que la Costa Rica del Bicentenario será un país desarrollado porque muchos de los partidos políticos entienden lo anterior en una forma tal, que restrinje el Derecho Humano a contar con un ambiente sano y ecológicamente equilibrado. Nos preocupa cuando vemos que los sindicatos empresariales -UCCAEP por ejemplo- ejercen presión para desarrollar sus negocios con mayor amplitud. El desarrollo no solamente debe cuidar el equilibrio ambiental o las necesidades de las generaciones futuras o el equilibrio con variables económicas y sociales. El desarrollo debe garantizar equidad social y lo que hemos vivido hasta ahora en el país, ha ensanchado la brecha social y ha generado mayor pobreza.

Nos preocupa la gestión ambiental del país y por esto debe escucharse a la Federación Ecologista (FECON) y a muchas organizaciones más. Nos preocupa que una visión domine a las otras porque así no existe discusión. ¿Tendremos la oportunidad de discutir si la economía verde es una opción para el país? ¿Podremos discutir para llegar a acuerdos si los mercados de carbono, REDD y otros inventos nos benefician o es mejor apoyar la agroecología y el manejo comunitario de bosques como algunas de las opciones para lograr desarrollo en el país? Ojalá que así sea. La verdad que nos gustaría creer que conjuntamente podremos hacer de Costa Rica un mejor país.

 

Contacto: info@coecoceiba.org

 

*Imagen con fines ilustrativos tomada de Go Visit Costa Rica.

Enviado por COECOCEIBA.

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Ecologismo y elecciones en Costa Rica en este 2018

COECOCEIBA – Amigos de la Tierra

 

El próximo 4 de febrero del 2018, Costa Rica llevará a cabo una jornada electoral. Los insultos y ataques, del candidato del PIN, Juan Diego Castro, (con Álvarez Desanti del PLN y Piza del PUSC en los coros), al movimiento ecologista ha sido el punto más alto en lo que respecta a la temática ambiental. Lastimosamente esta campaña electoral se ha caracterizado por la ausencia de debate, de análisis y propuestas que nos diga cómo se pretende construir un mejor país. En su lugar, ha privado la intolerancia, discursos de odio, propuestas para violentar los Derechos Humanos y ponerse una corona para comer hamburguesas.

Así ha sido, todo patas para arriba. Piza, Desanti y Castro hablaron de ecoterroristas para referirse al movimiento ecologista en lugar de hablar de quienes destruyen el ambiente y lo sobreexplotan, y lo que harían para detener esta tendencia cada vez más presente; tampoco dijeron nada sobre la criminalización que sufre el sector ambiental sino más bien echaron más leña a la hoguera lo cual puede ser muy peligroso. Por otro lado, artículos aparecidos en diversos medios han evidenciado el enorme aporte histórico y actual que el movimiento ecologista ha hecho al país1.

En síntesis, en la temática ambiental la mayoría de los partidos políticos en sus planes de gobierno se mueven entre soluciones falsas que se basan en recetas que es necesario superar (mercados y soluciones economicistas) y ninguna o poca mención a soluciones reales como la soberanía alimentaria, el manejo comunitario de bosques y otros elementos de la Naturaleza.

Si a todo esto le sumamos un marco mayor donde solamente pocos candidatos -FA, PT y PAC- no han atizado la hoguera de la violación a los Derechos Humanos, el panorama no es muy alentador. Es imposible votar por quienes promueven el odio, la intolerancia y sociedades con gente que será marginada y no podrá gozar y disfrutar de una vida plena. Para el ecologismo, una sociedad sustentable se construye desde el respeto a los Derechos Humanos y de la naturaleza, de las soluciones que buscan mayor equidad entre las personas, desde el respecto a los bienes comunes, de atacar las causas que provocan la destrucción, la inequidad y la construcción y fortalecimiento conjunto a las soluciones que ya existen dentro del conocimiento tradicional campesino e indígena, por ejemplo.

Es importante construir un país que deje de lado los mitos que nos hacen pensar que Costa Rica es un país verde, casi perfecto. Ojalá que quien ocupe la presidencia del país, así como quienes estarán en la Asamblea Legislativa puedan entender que si no se ejecutan acciones en materia ambiental, poco avanzaremos como país; que si no respetamos los Derechos Humanos, no avanzaremos en ninguna área.

Ojalá entiendan que sin la sociedad organizada, su gestión no tendrá mayores éxitos. Ojalá entendamos que para construir un país mejor, no hay que votar por quienes excluyen, atacan e insultan. Esta construcción tiene que hacerse todos los días y a toda hora. Es algo que trasciende los ritos electorales que tenemos cada cuatro años, por medio de la articulación y la organización.

coecoceiba

 

1 (https://semanariouniversidad.com/opinion/ecoterrorismo-apologia-la-violencia/ y https://www.elpais.cr/2018/01/22/ecoterroristas-o-constructores-de-la-costa-rica-de-hoy/)

 

 

 

Enviado por Coecoceiba.

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“Eco paradero” desalojado: Albergue de animales será oficinas de APM Terminals en Moín

Por Mauricio Álvarez M

Presidente FECON y profesor UCR

“Eco paradero” desalojado- Albergue de animales serán oficinas de APM Terminal en Moín

El lugar de Jairo Mora, la base de trabajo para el cuido de tortugas y otras especies en Moín, cedió al “progreso” del nuevo muelle. Lo que albergaba vida silvestre ahora albergará instalaciones para la construcción del muelle.

Las piezas empiezan a calzar y hasta sobra señalar. Lo que era impensable toma sentido. El conjunto multimillonarios proyectos para Moín hace pensar en un poderoso tejido de influencias políticas y de intereses económicos enormes, ante los cuales cualquier acción de protección de los ecosistemas de la zona, se convierte en un obstáculo. Los hechos y acciones hablan por sí solos.

Las inversiones proyectadas para Moín suman cerca de US$ 5.000 millones de dólares para obras como una mega-marina, la ampliación del muelle petrolero, una nueva refinería, incluida la exploración de hidrocarburos, otro megapuerto de transferencia del contenedores, un sistema ferroviario, la modernización portuaria, la terminal de importación y almacenamiento del gas natural (ver más).

Para completar estos negocios el gobierno promovió y aprobó la ley nº 9205 sobre la titulación de propiedad JAPDEVA (impugnada por FECON Y SITRAMINAE), para desafectar áreas silvestres protegidas como Humedal Cariari y 8 zonas más, sacarlas del patrimonio del Estado y pasarlas a manos de privados, facilitando la industrialización de la Costa Caribe Norte.

Jairo Mora y sus datos hacen peligrar megainversiones. Mora trabajó de manera sistemática desde 2012 y logró identificar en Moín alrededor de 1474 nidos de tortugas baula, lo que demostró que esa playa se convirtió en uno de los sitios de mayor anidación en el país, más que una zona protegida como el Parque Nacional Marino Las Baulas en Guanacaste, donde se encontraron algo más de 200.

Los gobiernos, lejos de asumir la protección de ese sitio, permiten su devastación: obras como la carretera de la ruta 257 que corta el humedal para conectar el pretendido megapuerto, que significa al menos la tala de 1399 árboles según la Setena ( ver Decreto ejecutivo N° 38172 -MINAE-MOPT). Para la construcción de esta ruta, según el SINAC, se afectan 88,16 hectáreas de humedales, de las que 69 son del Humedal Nacional Cariari, Patrimonio Natural del Estado (SINAC –GASP-320-13).

Para los abogados de SETENA el proyecto significa la mutilación del área protegida, y para esto requieren de una ley especial con base en la Ley Forestal y estudios técnicos que justifiquen esta reducción. Por razón similar, la Procuraduría de la República debe resolver la nulidad absoluta presentada contra la viabilidad otorgada por SETENA al proyecto Marina de Moín dado que afectaría el Humedal Cariari, contraviniendo lo dispuesto por la Convención Ramsar, así como lo contemplado en la Ley Orgánica del Ambiente y la Ley Forestal, entre otras normas (ver más).

No se le puede buscar más simbolismos, la impunidad que ronda en nuestro país queda explícita. En ese lugar no quedarán ya ni rastros de tortugas ni huellas de Jairo Mora. La suerte está dada: no queda más que exiliar la vida silvestre que resguardaba el lugar para llevarla a otro donde tenga una mejor oportunidad de sobrevivir, ¿es ese el destino también para quienes cuidan la Naturaleza y quieren vivir para contar la historia?

 

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Enviado a SURCOS Digital por FECON.

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