Este próximo sábado 26 de marzo, la Asociación Socio Cultural- Nivirivotdä le invita a la feria Ngäbe organizada en la comunidad: Las Vegas Rio la Vaca, Laurel, Corredores, Puntarenas.
Los objetivos de la feria Ngäbe son:
Inauguración del proyectó de agroecoturismo
Fomentar la agricultura orgánica
Rescate de costumbres y tradiciones de la cultura indígena Ngäbe.
Intercambios e interculturalidad
Potenciar productos de la comunidad Ngäbe en mercados justos y solidarios.
Se ofrecerá:
Exposición de gastronomía Ngäbe
Artesanías Ngäbe.
Exposición de vestidos tradicionales Ngäbe.
Exposición de danza y juegos tradicionales de la cultura Ngäbe.
Exposición de productos agrícolas orgánicos.
Caminata por senderos en bosque primario.
Visita al proyecto modelo, Finca Kare.
Circulo Social:
En este espacio los / las emprendedores/ as podrán compartir sus experiencias. También las diversas instituciones podrán exponer sus programas o proyectos y realizar alianzas estratégicas de beneficio mutuo.
Para más comunicación dirigirse al Tel.: 62536955 o al E-mail.:nivigabe@gmail.com.
La cooperación interinstitucional entre el MEP y la Escuela de Arquitectura dio paso al diseño de módulos educativos desarmables y amigables con el ambiente
Para los estudiantes José Barrantes y Ana María Lizano, la arquitectura se basa en la resolución de conflictos cotidianos y en un abordaje integral de los fenómenos. Foto Anel Kenjekeeva.
En el 2015, surgió en Costa Rica un nuevo modelo dentro de la Red Nacional de Cuido y Desarrollo Infantil, con el objetivo de reconocer y garantizar los derechos de las niñas y niños de familias migrantes de Ngäbe-Buglé. El Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), como impulsor de este sistema de atención, creó las Casas de la Alegría de naturaleza público-privada.
Estos centros se instalan dentro de fincas y son construidos por sus propietarios o con fondos de cooperación internacional o donaciones. El Estado se encarga de financiar el costo de la atención diaria y servicios médicos a través de subsidios. Asimismo, le da un seguimiento periódico a la condición de las casas, capacita a las personas cuidadoras y cocineras, se encarga de los permisos de habilitación, entre otras acciones.
El año pasado se atendió a 629 menores en las 16 Casas de la Alegría habilitadas enlos siguientescuatro distritos de Coto Brus: Pittier, Gutiérrez Brown, San Vito y Sabalito. La función de estos centros consiste, principalmente, en brindar un cuido integral a los niños y niñas; sin embargo, no suplen el derecho fundamental de acceso a la educación.
A raíz de esta necesidad, surge una relación interinstitucional entre el Departamento de Interculturalidad del Ministerio de Educación Pública (MEP) y la Escuela de Arquitectura (EA)de la UCR, con el fin de crear espacios para brindar educación básica no formal a esta población, durante la época que permanecen en nuestro país y como complemento al cuido que reciben en las Casas de la Alegría.
La Escuela de Arquitectura colabora con otras instituciones estatales para brindar mejores condiciones de desarrollo a las niñas y niños de comunidades indígenas. Foto Archivo ODI.
Ana María Lizano Zelaya y José Eduardo Barrantes Romero, estudiantes de la EA, habían desarrollado en el último año de carrera un proyecto académico que consistía en diseñar una vivienda desmontable.
“Un tiempo después me contacta el MEP para pedirme apoyo con el diseño de lo que llamaban un ‘aula móvil’ para la población de Ngäbe-Buglé. Lo relacioné con este proyecto (el de la pareja de estudiantes) y, como ya estaban en proceso de formular su tesis, me pareció que podría ser un buen momento”, mencionó el profesor y director de la tesis, Arq. Manuel Morales Alpízar.
La población indígena de Ngäbe-Buglé migró por primera vez hacia Costa Rica a mediados del siglo XX y provenían de la comarca que lleva su mismo nombre, en Panamá. En la actualidad generalmente ingresan a nuestro país a partir de octubre para el periodo de la recolecta de café, la cual se extiende hasta marzo del año siguiente. Por tratarse de habitantes no permanentes en nuestro territorio, enfrentan un difícil acceso a servicios básicos de salud y educación.
Cooperación interinstitucional
De esta manera, la iniciativa de los módulos educativos complementarios a las Casas de la Alegría ideada por el MEP se llegó a convertir, para los estudiantes Ana María Lizano y José Barrantes, en su proyecto de tesis de Licenciaturay pasó aadquirireltítulode Provisionales y portátiles, espacios educativos para la niñez Ngäbe-Buglé en Coto Brus.
Vista exterior del diseño de los módulos propuestos por los estudiantes de la Escuela de Arquitectura. Imagen cortesía Ana Lizano y José Barrantes.
“El proyecto se trata de un espacio dividido en dos tipologías, una para preescolar y otra para primaria. Esto debido a que el MEP planteó el proyecto de esta manera tanto por didácticas lectivas, necesidades específicas de las diferentes edades de 0-6 años y de 7-12, y también porque quieren implementar una estimulación temprana para los menores y para losmásgrandesotros temas diferentes”, explicó Ana María Lizano.
Se le denomina “educación básica no formal” debido a que esta no sigue el esquema básico planteado parael nivel deprimaria de cualquier escuela pública del país, sino que se trata de una pedagogía más adecuada a la cultura indígena de Ngäbe-Buglé.
“La investigación se basó en tres ejes: educativo-legal, fisicoambiental, y sociocultural. Lo principal de la investigación está enfocado en lo fisicoambiental y lo sociocultural, tema por lo cual se hicieron dos giras de campo más que todo para tener un contacto con la población”, detalló José Barrantes.
Así se observa el interior de los módulos diseñados para ser instalados en comunidades indígenas. Imagen cortesía Ana Lizano y José Barrantes.
“Con base en esto y en que las fincas tienen ciertas condicionantes de temas altitudinales, de climas, y zonas de vida, hubo que detallar un poco la investigación en cada finca y cada distrito; no solo considerar el proyecto en sí para ubicarlo en un lugar, sino adecuarlo a las necesidades de ese lugar”, agregó Barrantes.
Los estudiantes visitaron zonas en Coto Brus donde es común que se asiente esta población indígena y, para entonces, había 14 Casas de la Alegría activas. Realizaron actividades con los niños y niñas que involucraron dibujos y pinturas a partir de las cuales los estudiantes pudieron delimitar las pautas de diseño de los módulos, para que estos fueran compatibles con la cultura desde el punto de vista infraestructural.
La mayoría de las personas con las que los estudiantes tuvieron contacto provienen de Kankintú, Panamá y el tiempo de traslado para llegar a Costa Rica les toma una o dos semanas. “Se hizo un mapeo de todos los centros educativos en esos distritos y ellos rondan distancias de hasta 5 km desde donde está la Casa de la Alegría. Es muy difícil para los papás pues tienen que empezar a trabajar temprano e ir a dejar a los niños a la escuela”, indicó Barrantes.
Módulos amigables con el ambiente
Según relató Barrantes, gran parte delos espacios tienen techos bajos y cuentan con materiales muy viejos, en mal estado o cerramientos de concreto prefabricado. No poseen controles de sus ventanas, por lo que si el cielo está abierto a la intemperie, es posible que la sensación térmica sea de mucho calor o frío.
Además los espacios son conjuntos, lo que ocasiona que el aroma de la comida se mezcle con otros olores y que los niños que duermen tengan que estar al lado de los que juegan; cualquier animal puede ingresar, así como el polvo yelhumo delasquemas que hay en los alrededores.
Este proyecto busca mejorar el espacio de aprendizaje e intercambio de conocimiento en el que se desenvuelven los niños y jóvenes indígenas. Imagen cortesía Ana Lizano y José Barrantes.
“Actualmente, las Casas de la Alegría no son aptas desde el punto de vista arquitectónicoydesdenuestroscriterios para una habitabilidad correcta, porque anteriormente eran utilizadas para barracas, bodegas y distintas construcciones en la finca. El dueño lo que hizo fue adaptarlo con sus recursos”, comentó Barrantes.
De acuerdo con el profesor Arq. Manuel Morales, uno de los objetivos consistió en que los módulos no superaran el costo típico de las Casas de la Alegría, las cuales no reúnen los parámetros adecuados para un uso de este tipo.
El objetivo, aseveró Morales, era que dichos módulos tuvieran un costo equivalente a las Casas de la Alegría, el cual se podría reducir por su producción en masa. Estos centros cuentan con mejores condiciones de flexibilidad, adaptación al clima y versatilidad, inclusive podrían funcionar eventualmente como albergues para situaciones de emergencia.
“Han aparecido algunas otras entidades públicas interesadas en el proyecto por sus múltiples posibilidades, por ser armable y desarmable. El manual técnico, por ejemplo, fue diseñado para ser comprendido independientemente del nivel de alfabetización de las personas. Incluye cómo debe de ser el proceso de almacenamiento para que los materiales se conserven bien, cómo se puede transportar de un lugar a otro a través de un contenedor o un camión, cómoes el desembalaje, y cómo armarlo enelsitio”, añadió Morales.
De acuerdo con los estudiantes, en los distritos que visitaron (Sabalito, San Vito y Pittier) hay un rango de la menor altitud a 862 metros sobre el nivel del mar y la mayor casi a 1 400 metros, lo que ocasiona que haya temperaturas de ambiente diferentes. Por este motivo, los módulos fueron diseñados a partir de pautas de arquitectura bioclimática,es decir, son estructuras capaces de adecuarse a los distintos factores que la rodean, tales como los cambios de temperatura.
Para efectos del proyecto de tesis, los estudiantes diseñaron dos módulos, uno más grande que el otro, los cuales tienen un mobiliario que se puede adaptar a distintos usos. Asimismo, cuentan con una capacidad de albergar entre 20 y 30 personas. Estos están pensados para acoplarse unos con otros, de manera que se puedan configurar radialmente, o bien, alinearlos en forma de C o L.
“Una de las cosas que se persiguió y logró con el diseño es que tuviera una huellaambientalmínima. Después de que se arma y tras varios meses, cuando se desarma, el impacto que deja en el terreno es prácticamente nulo. Los módulos están hechos para que se posen sobre el sitio sin interrumpir las correntías o que haya que hacer movimiento de suelo. Los estudiantes aspiraron a altos estándares de calidad y seguridad al diseñarlos”, explicó Morales.
“La Escuela de Arquitectura está en un momento crucial, próximamente cumplimos 50 años de creación y eso amerita conmemorarse, pero más que eso lo vemos como un momento que nos invita a hacer una reflexión profunda sobre lo que ha sido durante este periodo, cuáles han sido sus aportes al país, al desarrollo social y territorial. Estamos en un contexto muy distinto y que la arquitectura ya no es lo que era cuando se creó esta Escuela y que el planeta tampoco lo es, pero cabe un análisis de nuestro quehacer”, reflexionó finalmente Morales Alpízar.
Bianca Alina Villalobos Solis
Asistente de Prensa, Oficina de Divulgación e Información
Federico Abrego, líder ngäbe en Sixaola (foto: Denis Castro Incera).
El diálogo con la población ngäbe es solicitado por la Asamblea Legislativa a la UCR a fin de llevar a cabo un proceso de consulta popular
A solicitud de la Asamblea Legislativa, la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva de la Universidad de Costa Rica (ECCC-UCR) está realizando un proceso de consulta popular a la comunidad transfronteriza Ngäbe-Buglé (compuesta por cerca de 3 000 habitantes en el distrito de Sixaola) sobre el proyecto Ley de Protección del Derecho a la Nacionalidad de la Persona Indígena y Garantía de Integración de la Persona Indígena Transfronteriza, expediente N° 20.554.
El Primer Poder de la República pidió el apoyo de la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva, específicamente a su énfasis de Comunicación Social.
Tras un viaje corto que no supera las cinco horas desde San José, es fácil acercarse a la línea fronteriza. Apenas un puente que se cruza con tan solo elevar la mirada divide a Costa Rica y Panamá, es allí donde parte de la comunidad milenaria de los Ngäbe-Buglé habita. Para ellos las fronteras son un hecho reciente.
Durante todos sus años de escuela y colegio, los Ngäbe-Buglé cantaron el Himno Nacional de Costa Rica, pero no son portadores de la nacionalidad. Es incluso irónico preguntarles si son costarricenses, pues muy pocos lo son formalmente. Esta es una realidad que evidencia exclusión y que hereda dolor.
Para evitar la exclusión, los padres de Eusebio, de apellido Julián, le prohibieron hablar la lengua gnäbere, tradicionalmente conocida como guaymí, por eso, nunca la aprendió. Él, quien es actualmente asesor cultural de la comunidad y destacado en el Centro de Orientación Indígena (COI) de Sixaola, perdió su lengua, la cual ahora siendo adulto trata de recuperar.
Mujeres de la comunidad Ngäbe en Sixaola desean recuperar el conocimiento de sus prácticas ancestrales (foto: Denis Castro Incera).
El único documento que acredita su existencia es un carné de permiso de trabajo –ya vencido–, que lo tramitó su expatrono y que le supuso además un costo de $30, un precio elevado para una comunidad pobre que a ojos vistas se le deshacen los zapatos al caminar.
Como Eusebio existen miles de personas en la zona, quienes se debaten entre el ser y no ser costarricense, una condición que les limita el acceso a los derechos básicos de salud, educación y trabajo.
Un proyecto de ley para cedular a los ngäbes
El pasado 1.º de diciembre del 2018, un grupo de cerca de 40 estudiantes de la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva, de la Universidad de Costa Rica, ejecutó un total de seis talleres simultáneos, distribuidos en cuatro centros educativos.
La logística enorme del trabajo tenía por objetivo presentar a la comunidad indígena el proyecto de ley N° 20.554 que permitiría regularizar la situación de estos costarricenses sin nacionalidad.
Ese sábado se ejecutó uno de los pasos más relevantes en el proceso de consulta popular. El trabajo –impulsado desde distintos frentes políticos y ejecutado por la Escuela de Comunicación de la UCR– tiene la relevancia de marcar un procedimiento en una tarea que fortalece la democracia.
A partir de las trece horas de ese día, y con un caminar sin prisa, cientos de personas convocadas por sus líderes comunales se acercaron a las escuelas de Sixaola, la Palma, Daytonia y Margarita, para conocer sobre la propuesta legislativa.
Trabajo conjunto entre la comunidad Ngäbe y estudiantes de la Universidad de Costa Rica en Sixaola el pasado 1º de diciembre de 2018 (foto: Denis Castro Incera).
En las aulas, el grupo de estudiantes de Comunicación, debidamente preparados, presentó artículo por artículo el proyecto de ley. Antes del inicio de los talleres, los líderes ngäbe fueron quienes introdujeron la dinámica y presentaron los objetivos.
Costa Rica como país firmante desde 1992 del convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se comprometió a ofrecer “a los pueblos considerados indígenas, por el hecho de descender de poblaciones que habitaban en el país o en una región geográfica a la que pertenece el país en la época de la conquista o la colonización o del establecimiento de las actuales fronteras estatales y cualquiera que sea su situación jurídica, todas sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas”.
Pese a lo anterior, se ha avanzado poco en la cedulación de los ngäbe. De 1998 al 2002, un periodo tipo amnistía trató de regular la situación de la comunidad, pero pocos lograron sumarse. Posteriormente, la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) intervino en la zona, organizó a la comunidad y dejó bases de trabajo. Hoy, la Universidad de Costa Rica es la institución que está dando seguimiento.
Sin embargo, incluso luego de ese proceso de décadas, si hoy a un ngäbe se le atiende por una enfermedad de emergencia en la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), no se podrá darle seguimiento en una cita posterior, por no tener cédula; lo mismo ocurre si deben parir, si deben aplicar por un puesto de trabajo o si deben inscribirse como estudiantes. La institucionalidad como un todo no ha sabido reconocerlos, por siglos Costa Rica los ha excluido y sigue haciéndolo.
El profesor Miguel Regueyra Edelman, coordinador del énfasis de Comunicación Social en la Escuela de Comunicación de la UCR, revela que hay testimonios de algunas mujeres a quienes –a punto de parir (con menos de ocho centímetros de dilatación)– se les negó la atención en los centros de salud, y se les subió una ambulancia para irlas a dejar al puente que separa a Costa Rica de Panamá. Un hecho que, sin embargo, ya no volverá a suceder.
La comunidad está informada que desde hace un mes y medio, aproximadamente, la CCSS modificó sus políticas de atención a la comunidad.
En el centro educativo de La Palma en Sixaola se realizó uno de los talleres informativos sobre el proyecto de ley que permitiría la cedulación de una comunidad de cerca de 3 000 personas (foto: Denis Castro Incera).
El profesor Regueyra destaca la relevancia de liderar el proceso de consulta, aunque esta no sea vinculante, como una oportunidad de incidir desde la academia en un proceso vivo que tiene como fin llevar la voz clara y contundente de la comunidad afectada hasta las curules de los diputados que tomarán la decisión sobre ellos.
La Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa, encabezada por el diputado Enrique Sánchez Carballo, es la última encargada de llevar a buen puerto el proyecto de ley 20.554, el cual finalmente le otorgaría la nacionalidad costarricense a esta comunidad transfronteriza.
Varios años de conocernos
El proceso que llevó a esta primera consulta popular indígena se viene trabajando años atrás y ha conquistado los corazones de estudiantes universitarios que, generación tras generación, se comprometen a realizar acción social en la comunidad.
Esta vez, además, se realizó una reunión entre mujeres ngäbe, en la que ellas hablaron de la necesidad de volver a vestir sus ropas, de tejer sus bolsos y volver a hablar su lengua.
Una generación completa perdió siglos de historia y conocimiento cultural, por la urgencia de estandarizarse, a raíz de la exclusión que sufren en su cotidianidad; pero hoy ellas quieren rescatarlo. Para ello, la docente e investigadora, Yanet Martínez Toledo de la Escuela de Comunicación de la UCR, trabaja en facilitar el espacio para que ellas puedan proceder con el rescate de sus prácticas ancestrales.
Tareas para volver a saber cómo hacer chakeras (bolsos tejidos) y chaquiras (collares), recuperar su comida tradicional y hacer la costura de sus vestidos quedaron en la lista de la agenda de trabajo.
Hace un año la estudiante Karina Elizondo Soto visitó por primera vez la zona, en el marco del mismo proyecto, esta vez regresa para consolidar una de las etapas más importantes: las sesiones informativas sobre el proyecto de ley.
Como ella, también hay estudiantes voluntarios de otras carreras, futuros químicos, informáticos y sobre todo comunicadores sociales siguen allí, en la línea fronteriza tratando de guiar un proceso para que los pueblos logren incidir su realidad social y en la vida política de Costa Rica.
Voceras y voceros de la comunidad Ngäbe-Buglé dialogarán por el reconocimiento de su ciudadanía
Los derechos humanos del pueblo indígena Ngabe-Buglé son violentados día a día, debido a su restricción de acceso a ciudadanía, lo cual les impide acceder a becas, servicios de salud especializados, espacios de representación política y respuesta jurídica efectiva. El proyecto de ley 20.554 en la Asamblea Legislativa busca regularizar su ciudadanía, dotándoles de todos los derechos y deberes que les devienen.
El martes 5 de junio a las 3:30 p.m. realizaremos un foro con los voceros y voceras de la comunidad, discutiendo sobre su actual condición migratoria. Dicho foro se realizará en Salón de Beneméritos de la Asamblea Legislativa, en el cual se le exigirá al Gobierno de Costa Rica soluciones inmediatas y sostenidas a la problemáticas que viven todas estas familias, quienes son extranjeras en su propia tierra.
Las actividades se realizaron el pasado 12 de octubre en Casa Presidencial y en Asamblea Legislativa y contó con actos culturales y conferencia de prensa
Presentaron proyecto de ley que busca agilizar, abaratar y humanizar el proceso de regulación migratoria para las y los indígenas Ngäbe Buglë
Visita se enmarcó en la conmemoración del 12 de Octubre, como una forma de reconocimiento de su identidad como pueblo originario
Bajo la bandera “No somos extraños, somos un pueblo originario” la comunidad de indígenas Ngäbe Buglë proveniente de Sixaola movilizó a más de 60 personas a San José este pasado jueves 12 de octubre.
Las actividades dieron inicio a las 10 de la mañana en Casa Presidencial, donde la comunidad se reunió con autoridades del Gobierno, para luego trasladarse a la Asamblea Legislativa a la 1:30 p.m., donde presentó un acto de baile Jeegvi, tradicional de su cultura, y una conferencia de prensa.
En dicha conferencia se anunció el proyecto de ley “Ley de Protección del Derecho a la Nacionalidad de la Persona Indígena y garantía de integración de la Persona Indígena Transfronteriza”, el cual les permitirá obtener un documento de identidad, indispensable para acceder a atención médica, ayuda social para la educación de sus hijos y el reconocimiento de sus garantías laborales.
“Las fronteras que nos puso la gente blanca no nos permiten tener participación política o derecho a la salud, educación o trabajo digno, queremos que se reconozcan nuestros derechos como población indígena originaria” reclama la comunidad.
La comunidad Ngäbe Buglë que habita en Sixaola tiene tres características que la hacen especialmente vulnerable: es indígena sin territorio, es transfronteriza y vive en extrema pobreza.
Las actividades y el proyecto de ley surgen de un trabajo de acompañamiento que la Escuela de Comunicación de la Universidad de Costa Rica ha realizado desde enero del 2016 con esta comunidad, en vista de las violaciones sistemáticas a sus derechos humanos.
Enviado por Allan Monge, Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva, UCR.