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La OPS publicó una investigación de la UCR sobre efectividad de medidas contra COVID-19

Estudio posiciona a la Universidad de Costa Rica como referente en el mundo

La OPS publicó una investigación de la UCR sobre efectividad de medidas contra COVID-19

Coautor destaca el desarrollo de la investigación en tiempo récord y los insumos que el estudio proveyó para la toma de decisiones en el país.

Una investigación sobre el grado de efectividad de las medidas adoptadas por el país para disminuir la cantidad de contagios producto del COVID-19, realizada de manera transdisciplinaria por representantes de siete unidades académicas de la Universidad de Costa Rica (UCR), fue publicada recientemente por la Revista Panamericana de Salud Pública, de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Entre los principales hallazgos que resalta el equipo de investigación que colaboró con en este artículo se encuentra que medidas como la restricción vehicular, el uso de mascarillas y los protocolos sanitarios como el lavado de manos y el distanciamiento social fueron fundamentales para evitar una expansión mayor y más rápida de la pandemia en el país.

Lo anterior fue posible gracias a la creación de un modelo estadístico, surgido de la correlación entre las variables que presentaba el país durante la evolución de la enfermedad y los efectos producidos por las políticas sanitarias de contención para evitar los contagios.

Con este instrumento, la UCR ofreció resultados que fueron interpretados por las autoridades gubernamentales para una mejor toma de decisiones sanitarias y económicas.

En este sentido, hay que destacar que las universidades públicas también forman parte del Sistema Nacional de Gestión de Riesgo, por lo que su colaboración con el país en situaciones de emergencia está garantizada.

En específico, los coautores firmantes de esta publicación son el docente e investigador de las escuelas de Administración Pública y de Ingeniería IndustrialRodolfo Romero Redondo; y el investigador del Instituto de Investigaciones Psicológicas y del Centro de Investigación Observatorio del Desarrollo, Guaner Rojas Rojas, quien también es docente de la Escuela de Estadística.

Romero detalló que muchas medidas tuvieron “su momento” de mayor efectividad durante toda la pandemia. Es decir, que algunas han sido implementadas en momentos estratégicos con gran éxito, pero que con el transcurrir de la pandemia y con nuevas variables sanitarias y sociales, estas dejaron de ser tan relevantes para dar paso a otras. Algunas pocas, como el distanciamiento social y el lavado de manos, han sido las más necesarias durante toda la pandemia.

Investigador Rodolfo Romero: medidas anti Covid-19 fueron más efectivas en momentos determinados

El experto señaló que para la coyuntura actual y los meses que se avecinan, las prácticas anti COVID-19 más efectivas serán el uso de la mascarilla en espacios cerrados donde se acumule una cantidad importante de personas, el asegurarse que la mayor cantidad de la población posible esté al día con el esquema completo de vacunaciónel correcto lavado de manos y el distanciamiento por burbujas.

El valor del estudio

Más allá de la importancia que significó evaluación de las diferentes políticas de salud pública implementadas para atenuar la pandemia, Romero señaló otras bondades que revisten a esta publicación.

Una de ellas es mostrar que es posible desarrollar un instrumento de este tipo “sobre la marcha”, o sea, de una manera pragmática y empírica, ya que el contexto ameritaba la urgencia de esta herramienta. El objetivo final se cumplió con efectividad y en poco tiempo: brindar a las autoridades sanitarias información valiosa para la toma de decisiones que salvaran vidas y, a la vez, evitaran un daño mayor a la economía nacional.

Con esta publicación, se genera además un referente de monitoreo para los sistemas de salud pública cualquier país del mundo y para otras universidades extranjeras, afirma el experto.

Investigador Rodolfo Romero: publicación de OPS sitúa a UCR como referente mundial

Para el investigador, la calidad general del trabajo desarrollado por la UCR durante la pandemia trasciende los resultados publicados por la revista de la OPS. Resaltó, por ejemplo, la investigación realizada por el Centro de Investigación en Matemática Pura y Aplicada, para la elaboración de un novedoso modelo matemático que permitió seguir la pista a la evolución del COVID-19, el cual fue destacado por la prestigiosa revista Scientific Reports, del grupo editorial Nature.

 

Pablo Mora Vargas
Periodista, Oficina de Divulgación e Información, UCR

UCR: Costa Rica es reconocida en el ámbito internacional por su producción científica en antivenenos

Revista Panamericana de Salud Pública

Labor se considera crucial ante los casi 2.5 millones de personas que anualmente sufren por envenenamientos ofídicos

Costa Rica fue el país con el mayor porcentaje de sus publicaciones dedicadas al estudio de venenos y a la producción de antivenenos”.

Así es como, en los párrafos iniciales, la respetada Revista Panamericana de Salud Pública describió el aporte de las y los científicos costarricenses, varios pertenecientes al Instituto Clodomiro Picado de la Universidad de Costa Rica (ICP-UCR), en relación con las investigaciones realizadas sobre sueros antiofídicos y otros aspectos vitales para contrarrestar las toxinas de serpientes venenosas.

La publicación, que se realizó el 07 mayo de 2021 y fue notificada a la UCR a inicios de agosto del mismo año, es el resultado de un análisis bibliométrico (estudio de publicaciones académicas en términos de calidad y cantidad) realizada por José Luis Di Fabio, María de los Ángeles Cortés Castillo y Elwyn Griffiths, todos vinculados a la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Durante la indagación se contempló cerca de 22 000 artículos científicos en el periodo que va desde el 2000 al 2020. De esa cifra, solo 6 375 fueron elegidos bajo estrictos criterios de selección y que llevaron a la escogencia final de Australia, Brasil, Costa Rica y la India como los principales países con más documentos.

De todos ellos, Costa Rica fue el que destacó con el mayor porcentaje de su producción científica nacional dedicada al tema de elaboración de antivenenos y estudio sobre toxinas, principalmente.

“Parte de los resultados del análisis de las publicaciones de los cuatro países son en relación a los que contenían en sus títulos y resúmenes términos de producción de antivenenos. Se encontró que Australia tenía el 6,3 % de las publicaciones, Brasil tenía el 6,6 %, Costa Rica tenía el 25,7 % y la India 5,6 %”, se menciona en el artículo científico.

Australia, Brasil y Costa Rica han desarrollado una amplia cooperación con varios países para ayudar a la producción de antídotos y proporcionar otra asistencia técnica. Fotografía de Jenniffer Jiménez.

Un Brasil fuerte

Pero, ¿por qué las y los investigadores llegan a esa conclusión, si Brasil es el país que se posiciona con la mayor cantidad de artículos científicos sobre serpientes, toxinas y producción de sueros antiofídicos? La respuesta a esta pregunta debe entenderse con cuidado.

De acuerdo con el documento divulgado, Brasil posee la producción más elevada con 1 183 artículos publicados en el periodo de estudio (20 años).

Sin embargo, de esos 1 183 publicaciones, solo el 43.2 % de ellos estaban en revistas relacionadas con venenos de serpientes como Toxicon, Animales Venenosos y Toxinas incluyendo las enfermedades tropicales, la Revista Toxinas, la Revista de la Sociedad Brasileña de Medicina Tropical y, por último, la Revista de Proteómica.

Por su parte, si bien Costa Rica posee 342 artículos publicados en exactamente el mismo periodo (una cantidad menor que Brasil), lo que pasa es que el 59.9 % de esos artículos responden a temas sobre venenos de serpientes, publicados en revistas como Toxicon, la Revista de Proteómica, la Revista Toxinas, así como la Revista de Enfermedades Tropicales y Biológicas desatendidas.

En otras palabras, un porcentaje mayor, y ese es el dato que los investigadores internacionales reconocen. También, porque Costa Rica resultó ser de los pocos en abordar estudios proteómicos, esenciales en la identificación y secuenciación de las proteínas de los venenos.

“Costa Rica fue el país con el mayor porcentaje de sus publicaciones que contienen los términos de proteómica. El 21,9 % en títulos y el 31,3 % en resúmenes. Para Australia estos valores fueron 5,4 % y 12,9 %, Brasil 4,5 % y 10,7 % e India, 3,3 % y 10,6 % respectivamente”, señalan.

Los resultados del análisis bibliométrico muestran que hay suficiente conocimiento, experiencia y capacidad para organizar un esfuerzo internacional coordinado. Australia ha ayudado a países del sudeste asiático; Brasil a países africanos y latinoamericanos; y Costa Rica ha ido más allá en la producción de antivenenos para Centroamérica, África Subsahariana y Papua Nueva Guinea. Fotografía de Jenniffer Jiménez.

Importancia notable

Para los autores, los análisis bibliométricos son de gran relevancia porque representan un recurso global necesario para ayudar a otros países con problemas similares, pero que tienen una baja actividad de investigación, acceso o disponibilidad de antídotos.

En la actualidad, casi 2,5 millones de personas sufren cada año de envenenamiento ocasionado por mordeduras de serpientes y otros animales venenosos como arañas y escorpiones. De dicho número, casi 120 000 individuos mueren y 300 000 quedan con algún tipo de secuela física o psicológica.

“Los resultados del análisis muestran que los países seleccionados han realizado importantes avances en tecnologías como proteómica, transcriptómica y genómica, en particular Costa Rica, lo cual ayuda a la caracterización de péptidos y proteínas de veneno, identificar estructuras y características químicas. En general, durante el período de veinte años, hubo un trabajo significativo sobre la producción de antivenenos, como la innovación y mejora de los procesos de producción. En el caso de Costa Rica, el 25% de las publicaciones están relacionadas con este tema”, destacan.

El estudio también dio a conocer a algunos de los nombres de las y los científicos ticos más citados, la mayoría pertenecientes al ICP-UCR.

Entre ellos está el Dr. José María Gutiérrez, la Dra. Alexandra Rucavado Romero, la Dra. Cecilia Díaz, la Dra. Teresa Escalante, el Dr. Bruno Lomonte y la Dra. Yamileth Angulo.

La búsqueda bibliográfica fue realizada por los autores en Scopus, una base de datos de publicaciones científicas. Posteriormente, se creó un archivo de sinónimos de VOSviewer® para fusionar términos, corregir la ortografía o para ignorar palabras que no eran específicas.

Usted podrá leer el artículo científico completo en: Landscape of research, production, and regulation in venoms and antivenoms: a bibliometric analysis (paho.org).

 

Jenniffer Jiménez Córdoba
Periodista, Oficina de Divulgación e Información, UCR

Salvar vidas o hacer negocio

Marlin Óscar Ávila Enríquez

Entre médicos preparados para recetar medicamentos indicados por las farmacéuticas y, periodistas amoldados a decir lo que al público le gusta escuchar, se maneja la salud en este país. No hay cuestionamiento ni reflexiones sobre lo que está ocurriendo y el médico siempre tiene la última palabra sobre nuestra salud y, sobre nuestra vida. El periodista simplemente repite lo que el médico (a quien ligeramente califica de «científico») le dice que hace y decide la causa de un fallecimiento. El gremio de galenos se ha acomodado a lo que la OPS/OMS le indica (por lo cual la ciudadanía europea está en las calles ahora mismo).

En mucho todo eso sobre nuestra salud está lejos de la verdad. En un año, se ha logrado hacer desaparecer la generalidad de enfermedades crónicas. Los fallecimientos son por la «pandemia» y más por la plandemia. Se han prácticamente prohibido las autopsias. Así que la ciudadanía se ve obligada a aceptar lo que «el científico» médico le diga, sin importar la «burrada» que a éste se le ocurra. Como «son héroes de primera línea» el ciudadano de a pie no puede cuestionar esa verdad absoluta, que ahora es más cierta que la de un pastor de iglesia, «representante del todopoderoso» en la tierra.

Hace tres días falleció una buena amiga de Covid-19 en el hospital del Tórax, de Tegucigalpa, mientras estaba intubada. Sus más cercanos familiares le solicitaron al médico que la atendía, que le aplicara CDI o CDS intravenoso. El médico, quien se educó con otros cánones y las farmacéuticas le instruyeron distinto, se negó. Desde luego, la amiga falleció, como fallece arriba del 93% de intubados, puesto que nunca ha sido solución para salvar a pacientes ese mecanismo. Ese medio que pareciera de veterinarios para ganado vacuno, pero mantiene buenas ganancias a sus comerciantes. Sin embargo, como lo indican organismos internacionales, nuestros «científicos» sin conciencia científica, lo aplican y nadie les puede contradecir.

Al negarse en aplicar la sugerencia de los familiares de mi amiga, el médico desobedece las normas internacionales, al menos el Tratado de Helsinki, y puede ser procesado jurídicamente por homicidio.

No cabe dudas que ningún otro médico se solidariza con los dolientes, pues dentro del gremio se protegen mutuamente, no importa lo irresponsable que sea su colega. Es como una «mafia» de profesionales. Ahora no se cual gremio es peor en esto, si el de abogados o el de galenos.

Desde luego que mucho galeno ha sido sacrificado por estar en primera fila con la pandemia y por negligencia del gobierno. Aunque se sabe que, en mucho, han estado en la segunda fila, después de la fila de enfermeras. Lo que sucede es que los periodistas los colocan en primera por congraciarse más con los galenos.

Admitimos que muchos galenos cumplen con el principio Hipocrático, el cual afirma que su objetivo es salvar vidas, primeramente, pero, entre la universidad y los negocios de las farmacéuticas, ese principio se ha ido perdiendo, al grado de desaparecer en la mayoría. Ahora primero está el negocio y mucho después salvar vidas.

La organización autónoma de las comunidades genera instituciones eficientes

Miguel Sobrado

Proyectos como el Hospital sin Paredes, en San Ramón, en los años 70, con escasos recursos institucionales, pero con la participación activa de 160 comunidades, logró en poco tiempo, a través de un proceso de cooperación orgánica, entre equipo médico y comunidades, índices de salud tan destacados que le merecieron premios de la Organización Panamericana (OPS) y Mundial de la Salud (OMS).

Algo similar ocurrió con los proyectos de Reforma Agraria de autogestión productiva que transformaron, en varios países latinoamericanos a miles de obreros agrícolas desplazados y campesinos sin tierra organizados en cooperativas en exitosos empresarios. ¿Por qué estas experiencias de incorporación de la gente en programas de desarrollo de alto rendimiento y bajo costo no han podido ser replicadas posteriormente a pesar de millonarios programas institucionales que han incorporado entre sus metas participación de la gente?

Muchas razones se han alegado para no haber alcanzado los mismos resultados, o por lo menos parecidos. Han sobrado razones para estas justificaciones, desde los cambios de condiciones y coyunturas imperantes hasta, los más frecuentes, atribuidos al carisma y calidades personales de sus promotores el Dr. Juan Guillermo Ortiz en el caso del Hospital sin Paredes y Clodomiro Santos de Morais, en el caso de la metodología de capacitación masiva aplicada en tres continentes.

Aunque no existen dos momentos iguales en la historia, ni los promotores son repetibles con todas sus calidades personales, si existen diferencias en el enfoque epistemológico que se expresan en los resultados obtenidos.

Diferencias epistemológicas en la aplicación del mismo concepto

La antropóloga norteamericana Lynn Morgan, analizando las diferencias de aplicación del concepto participación entre los impulsores del proyecto original de salud rural que dio origen al Hospital sin Paredes y la de los sucesores que le dieron versión institucional en la Caja Costarricense de Seguro Social, perfiló una interpretación, que es esclarecedora de las diferencias.

El “Hospital sin Paredes” partía de: a) Una comunidad solicitaba su incorporación al programa y nombraba a una miembro de dicha comunidad que era entrenada por el equipo médico para recoger la información sanitaria de cada familia. b) Se realizaba un diagnóstico conjunto de la situación de la comunidad, entre el equipo médico y el comité de salud. c) se analizaba un plan de trabajo con tareas tanto para la comunidad como para el equipo de salud del hospital. d) se le daba seguimiento y evaluaban los avances y resultados del trabajo realizado.

En el plan de trabajo, centrado en la salud de la comunidad, había tanto actividades propias del equipo médico como del comité de salud que era el que se encargaba de mantener el puesto de salud, garantizar la construcción de letrinas y acueducto, como de promover la construcción de caminos y de cooperativas para obtener mejores ingresos.

Se establecía así una estrecha relación de simbiosis que sacaba del hospital los alcances preventivos tradicionales del programa de salud rural y estimulaba el desarrollo regional y comunal, donde el interés y la autonomía de la comunidad era el motor que impulsaba y dinamizaba el proceso.

La reforma de la Ley de Salud que consagró el principio de participación de las comunidades, trasladó el programa del ministerio de salud a la Caja del Seguro Social bajo la figura de EBAIS, desconcentrando la atención primaria en el país.

La aplicación institucional burocrática

Es aquí donde la participación cambia y se adapta a la dinámica institucional burocrática. Ya no se promoverá la organización de la comunidad en comités de salud, como sede de los EBAIS, sino que estos se definen en el plan de la institución. Ya no se trabajará con “enfermeritas” de la comunidad, sino con Asistentes Técnicos de Atención Primaria (ATAP) formados por la Caja, pero lo más importante es que cambia el concepto de participación de la comunidad. En el nuevo contexto no es protagonista con el equipo médico que participa definiendo las causas de sus problemas. Tampoco en la elaboración y aprobación del plan de trabajo, ni en la evaluación de resultados. La comunidad se convierte en una especie de convidado de piedra al que se le comunican los resultados emanados de los técnicos en salud y se le solicita apoyo puntual para labores secundarias, como limpieza del local o renovación de sábanas. De tal forma que el concepto de participación se asemeja más a la que mantiene el cura con el sacristán en la iglesia. En este contexto, no es de extrañar que las comunidades no muestren ningún interés y vean la actividad de los EBAIS como una obligación institucional para la cual cotizan.

Las diferencias en la aplicación del concepto de participación tienen sus raíces epistemológicas en la visión que tienen las instituciones y los técnicos de las comunidades que estimulan o inhiben la autonomía.

Visiones epistemológicas subyacentes

En el primer caso la comunidad es vista como fuente de información y aliada indispensable en la consecución de la salud de la comunidad. El conocimiento sobre la salud y sus soluciones emanan de la realidad y trascienden al conocimiento que cada uno de los actores, los técnicos y la comunidad tienen de sí mismos. No solo crece el conocimiento, sino los recursos y las voluntades para enfrentar conjuntamente los problemas.
La relación entre el equipo técnico y la organización de los comités de salud se convierte en una simbiosis generadora de cambio. Es una nueva realidad que incorpora los recursos y la voluntad de transformación organizada de las comunidades, a la consecución de una salud en el sentido más amplio que se mimetiza con el desarrollo local. Es importante destacar que el concepto de participación aplicado en el Hospital sin Paredes, se basa en un margen de autonomía que concuerda con los principios de la educación de adultos. Al mismo tiempo coincide con los principios de la capacitación a través de la actividad objetivada. Se trata de una relación que, partiendo de la necesidad de la gente, busca soluciones en una relación en una atmósfera de colaboración horizontal, donde los técnicos aportan su conocimiento a una realidad donde esta cobra vida, y encuentra respuesta en la voluntad y recursos de la comunidad.

En el segundo caso partimos de un enfoque ideológico diferente que podemos sintetizar en: las comunidades deprimidas son los perdedores en el proceso de desarrollo y deben ser ayudadas por los técnicos y las agencias de donantes, para poder salir adelante. Desde esta perspectiva, los miembros de la comunidad, para poder salir adelante deben escuchar y seguir las recomendaciones de los técnicos que son los saben.

Detrás de esta visión se expresan también relaciones de poder, tanto políticas, que visualizan el quehacer institucional como parte del entramado clientelista que busca ante todo lealtades, como de los técnicos ubicados dentro la esta estructura institucional. La relación con las organizaciones locales, cuando existe, son de negociación con los dirigentes locales; a cambio de hacer las tareas solicitadas buscan prebendas para sus familias y amigos, lo que no estimula a ninguna de las partes.

En conclusión

Me he concentrado en explicar las diferencias en el caso de la salud rural, por la riqueza del material fáctica disponible, y por la necesidad de utilizar esta experiencia frente a las pandemias y los problemas de salud crecientes como el cáncer y la obesidad, aplicando las posibilidades que abre la nueva tecnología digital.

Pero también por la importancia que puede tener su experiencia para el rediseño de muchos programas sociales, de bajo rendimiento, que pueden transformarse en exitosos con la cooperación entre las comunidades y una institucionalidad renovada que las incorpore como actores activos del desarrollo.

Abogan por fortalecer cobertura universal de la salud

Clausura del III Congreso Latinoamericano y del Caribe de Salud Global

Abogan por fortalecer cobertura universal de la salud
El presidente de la República, Luis Guillermo Solís Rivera, acompañó a las y los congresistas el viernes 21 de noviembre durante el acto de clausura del III Congreso Latinoamericano y del Caribe de Salud Global (foto Laura Rodríguez).

La salud es la variable número uno cuando se habla de mejorar las condiciones de vida de las personas, pues de nada nos sirve contar con vivienda o trabajo dignos, por eso todos los países latinos y caribeños deben trabajar individualmente y en conjunto para que la cobertura universal de la atención en salud se mejora y crezca.

Este es uno de los pilares en los que está cimentado el Congreso Latinoamericano y del Caribe de Salud Global, que en este 2014 vivió su tercera edición en la Universidad de Costa Rica (UCR), bajo la coordinación de la Escuela de Salud Pública y con el apoyo de la Alianza Latinoamericana de Salud Global (ALASAG).

El Auditorio de la Ciudad de la Investigación albergó tanto el acto de inauguración como la clausura del Congreso, así como las múltiples sesiones simultáneas de presentación y discusión de temas relacionados con la salud, durante el 19, 20 y 21 de noviembre.

Precisamente, a la clausura se hizo presente Luis Guillermo Solís Rivera, presidente de la República, quien señaló que la salud es algo que va más allá del bienestar individual, ya que está intrínsecamente ligado al derecho humano de acceso a la salud y por ende su definición es más integral.

“Estamos hablando de uno de los pilares en los que se sustenta el estado costarricense, la salud es fundamental en el desarrollo de los pueblos y tenemos que sumar necesariamente a esta ecuación la variable de la solidaridad. La salud produce bienestar y alegría, lo constaté en la reciente apertura de un centro de atención en salud en Siquirres, allí estuve presente y el fenómeno de felicidad que produjo en la comunidad fue evidente”, reveló Solís Rivera.

Abogan por fortalecer cobertura universal de la salud2
La Dra. María del Rocío Sáenz Madrigal declaró que gracias al trabajo en conjunto de las universidades e instituciones ligadas al tema es que se podrá obtener un modelo de salud global distinto, más inclusivo (foto Laura Rodríguez).

Por su parte, la Dra. María del Rocío Sáenz Madrigal, presidenta del Congreso y presidenta ejecutiva de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), manifestó que se trató de un espacio idóneo para el intercambio de conocimientos y experiencias entre todas y todos los participantes, además de crear redes de contacto para promover la cooperación, las relaciones académicas y la divulgación de resultados de investigación.

“La cobertura universal en salud, el acceso a la atención médica, la disminución de la desigualdad e inequidad en la región, y la seguridad alimentaria y nutricional son determinantes cuando hablamos de salud global. Las realidades en América Latina son diferentes en cada país, pero la mayoría de las necesidades y problemas en torno al tema de la salud son parecidos, de ahí que el trabajo en conjunto de sectores claves de la sociedad como lo son las universidades ofrece un gran impulso para el establecimiento de un modelo de salud distinto”, contó Sáenz Madrigal.

La Presidenta del Congreso expresó su preocupación ya que en algunos países de la región tienen sus sistemas de salud mermados, lo que se refleja en altos índices de mortalidad al nacer o baja natalidad, por ejemplo; añadió que “la salud requiere un nuevo compromiso para administrar los recursos de forma más eficaz, pues hay naciones con pronósticos de vida para su población de 51 años, mientras en Costa Rica es de 78 para hombres y 81 para mujeres, tenemos que equipararnos y manejar este tema con responsabilidad”.

 

Ética en la salud

El Dr. Jorge Prosperi Ramírez, representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), describió las tres características que constituyen a la salud global: “la primera es una agenda de prioridades inconclusa que tiene a América Latina con el dudoso honor de ser la región menos equitativa del planeta, con un crecimiento económico que no es dirigido a mejorar la salud de la población. La segunda es la necesidad de proteger los logros alcanzados, no podemos dormirnos en los laureles, hay que invertir en programas de salid adecuados y eficaces. Por último, enfrentar los desafíos, proteger y aumentar la cobertura universal de la salud”.

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ALASAG decidió en una de sus últimas reuniones celebradas en el Auditorio de la Ciudad de la Investigación de la UCR que la cuarta edición del Congreso se celebrará en Argentina (foto Anel Kenjekeeva).

ALASAG convoca, mediante actividades como esta, a los países del área para que se movilicen más allá de sus propios intereses y buscar el bienestar de todas y todos, de esta forma se aborda la temática de la salud global desde el punto de vista social, como un bien público mundial y como un derecho universal.

Al respecto, el vicerrector de Administración Dr. Carlos Araya Leandro, quien asistió a la inauguración en representación del rector Dr. Henning Jensen Pennington, declaró que existen aún pendientes importantes como la formulación de políticas públicas que garanticen el ingreso a programas sociales, una atención digna y adecuada, y considerar en forma más activa los derechos humanos en el acceso a la salud.

“Latinoamérica tiene un gran potencial, no solo por sus recursos, sino que también por su capital humano. Es imperativo identificar puntos de encuentro en el área de salud aprovechando nuestras similitudes, sinergias, necesidades e intereses compartidos. Los espacios para el intercambio de conocimientos y experiencias siempre serán una prioridad para la UCR”, expuso Araya Leandro.

Al III Congreso Latinoamericano y del Caribe de Salud Global asistieron representantes de centros de estudios superiores como la Universidad de Chile, la Universidad de Sao Paulo, la Universidad Peruana Cayetano Heredia y la Universidad Isalud de Argentina, entre otras.

Para conocer más a fondo todas las aristas que encierra este Congreso se puede visitar el sitio Web elaborado para albergar la información relacionada.

 

Información enviada a SURCOS Digital por Lic. Otto E. Salas Murillo, Periodista, Oficina de Divulgación e Información, Universidad de Costa Rica.

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