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Etiqueta: Oscar Aguilar Bulgarelli

El principio de autoridad y la beligerancia política

Dr. Oscar Aguilar Bulgarelli

A raíz de la solicitud hecha por el Tribunal Supremo de Elecciones ante la Asamblea Legislativa, para levantar la inmunidad del presidente Rodrigo Chaves por quince de veinticuatro denuncias presentadas por beligerancia política, quedando pendientes nueve; han surgido sus defensores políticos y de oficio, como era de esperar. Pero hay tres que me han dejado sorprendido, la diputada y jefa del oficialismo Pilar Cisneros y dos abogados, uno su defensor de oficio y otro oficioso, analista por la prensa; una dice que estamos ante un “golpe de estado institucional”, y los otros hacen todo un galimatías entre la Constitución y el Código Electoral, para tratar de demostrar que no existe una normativa constitucional y legal que permita levantar ese fuero al presidente y que, por lo tanto, es improcedente y “legalmente equivocada y temporalmente inoportuna”, como dijo uno de ellos.

Ante semejantes afirmaciones chavistas, creo que vale la pena tratar de desenredar la madeja que tratan de montar, y ver las cosas simplemente dentro del marco y letra de la ley que nos dice primero la Constitución Política, como norma fundamental, sobre el principio de legalidad. Dice su artículo 11:

Los funcionarios públicos son simples depositarios de la autoridad. Están obligados a cumplir los deberes que la ley impone y no pueden arrogarse facultades no concedidas en ella. Deben prestar juramento de observar y cumplir esta Constitución y las leyes…

Entonces, como primera cosa a tener en cuenta es que don Rodrigo y doña Pilar no pueden ni hacer ni interpretar la ley como les dé la gana, pues juraron, sino por Dios por ser ateos disimulados o declarados, aunque sea ante un quipu o por lo más sagrado que tengan, el respeto de la Constitución y las leyes que de ella se derivan.

Pero, además, el artículo 102 de la Constitución la otorga al TSE atribuciones especiales y exclusivas, como, por ejemplo:

Interpretar en forma exclusiva y obligatorias las disposiciones constitucionales y legales referentes a la materia electoral.

Investigar por si o por medio de delegados, y pronunciarse con respecto a toda denuncia formulada por los partidos políticos sobre parcialidad política de los servidores del Estado en el ejercicio de sus cargos, o sobre actividades políticas de funcionarios a quienes les esté prohibido ejercerlas. La declaratoria de culpabilidad que pronuncie el Tribunal será causa obligatoria de destitución e incapacitará al culpable para ejercer cargos públicos por un periodo no menor de dos años, sin perjuicio de las responsabilidades penales que pudieren exigírsele. No obstante, si la investigación realizada contiene cargos contra el presidente de la República, ministros de gobierno…el Tribunal se concretará a dar cuenta a la Asamblea Legislativa del resultado de la investigación.

Bien, puede verse claramente que el TSE si tiene potestad legal para sancionar sobre todas las denuncias que haya por cualquier incumplimiento de la ley. Y bien, de lo hasta aquí transcrito de la letra constitucional, eso es lo que ha sucedido, ni más ni menos. Como dice el dicho, no hay que brincar mucho pues el suelo está parejo.

Ahora bien, ¿qué sigue después? Para esto, debemos referirnos al artículo 121 inciso 9 de la Constitución sobre las atribuciones de la Asamblea Legislativa que dice:

Admitir o no las acusaciones que se interpongan contra quien ejerza la Presidencia de la República, vicepresidentes, ministro de Gobierno… declarando por dos terceras partes de votos del total de la Asamblea si hay o no lugar a formación de causa contra ellos, poniéndolos, en caso afirmativo, a disposición de la Corte Suprema de Justicia para su juzgamientos

Queda demostrado por lo tanto que, al contrario de lo que dicen algunos leguleyos “chavestistas”, la Asamblea Legislativa si tiene potestad para conocer las acusaciones por clara beligerancia del presidente Chaves pues incumplió en cada una de ellas, con las prohibiciones legales de participación política, violando la Constitución y el Código Electoral. Así, la Asamblea deberá juzgar con base en el 121 inc.9 transcrito y el segundo párrafo del artículo 270 del Código Electoral, si la acusación que le remite el TSE es admisible o no, cumpliendo así con el trámite legal correspondiente a lo interno de la Asamblea Legislativa. Si ésta considera que los delitos electorales cometidos, en este caso beligerancia, justifican el levantamiento de la inmunidad, el expediente del presidente Chaves regresa al pleno Tribunal Supremo de Elecciones que, de acuerdo a lo establecido en el último párrafo del artículo 270 resolverá según corresponda. ¿Y qué corresponde en este caso?, lo que señala claramente el último párrafo del artículo 146 del Código Electoral que dice:

El TSE podrá ordenar la destitución e imponer inhabilitación para ejercer cargos por un periodo de dos a cuatro años a los funcionarios citados, cuando sus actos contravengan las prohibiciones contenidas en este artículo.

Los funcionarios citados en el 146 son, entre otros, el presidente, vicepresidentes, ministros y una extensa lista, a los cuales en ese mismo artículo se les prohíbe:

– … Participar en las actividades de los partidos políticos, asistir a clubes o reunión es de carácter político, utilizar la autoridad e influencia de sus cargos en beneficio de los partidos políticos, colocar avisos en sus viviendas o vehículos, ni hacer ostentación partidaria de cualquier otro género… únicamente podrán ejercer el derecho a emitir su voto el día de las elecciones en la forma y condiciones establecidas en este Código

No se puede ocultar el sol con un dedo, es muy claro que el presidente como es su costumbre ha violentado y violado… la ley en infinidad de oportunidades y, además, ya en campaña, cada vez que consiente la presencia de los candidatos de su partido-taxi en actos oficiales, él y ellos violan la ley. Y cuidado, a lo mejor pueden llegar a ser excluidos de las elecciones si a alguien se le ocurriera presentar una acusación.

Por supuesto que todas las teorías legales y políticas para desacreditar esta acusación no son más que eso, formas de ocultar la verdad y los procedimientos ilegales y fraudulentos del chavismo. No hay tal golpe de estado institucional, absurdo de quien sufre una “termocéfala de poder” y cuyas consecuentes isquemias le impiden la suficiente claridad mental para darse cuenta de sus absurdos, o bien otros por ínfulas de notoriedad profesional, necesaria en quienes no han logrado madurar en los conceptos básicos de la profesión o los que siempre tienen a disposición un Sinpe.

Pero unos y otros, incluyendo los que nos amenazan con acabar con la democracia y sacarnos de nuestro país, sepan que no les será tan fácil; no se les teme y sabemos defender un país que construyeron con grandes sacrificios nuestros abuelos.

Bukele, Chaves, el TSE y la campaña política

Dr. Oscar Aguilar Bulgarelli

Cuando uno creé que lo ha visto todo, que ya nada lo sorprenderá, algo impensable sucede que nos sacude fuertemente. El pasado miércoles 17 de setiembre en el show habitual del comediante presidencial, se emitió un video del dictador y déspota salvadoreño Nayib Bukele, alabando el gobierno como el que sueña su homólogo en Costa Rica… ¡nos libre Dios!

La alabanza del carcelero salvadoreño Bukele, se fundamentó en que su cuasi discípulo Rodrigo Chaves anunció el financiamiento de la cárcel de seguridad en Costa Rica y la supuesta instalación operativa de los escáneres donados por los Estados Unidos, pero que no pueden operar todavía, por la incompetencia del gobierno. Pero lo verdaderamente grave, lo que no puede permitirse, es que se entrometiera en nuestra campaña política, pidiendo el voto para los candidatos oficialistas, como si fuera un costarricense más.

Tanto el Bukele, que tengo claro no es más que el nuevo dictador salvadoreño, como Rodrigo Chaves, cuyas bacanales mentales lo hacen soñar con ser dictador en Costa Rica; se equivocaron totalmente. El mal imitador de Francisco Morazán debe saber que, de acuerdo con nuestra Constitución Política, como extranjero tiene prohibido participar u opinar sobre nuestros asuntos políticos, pero además, por su pseudo investidura de presidente democrático de otro país, debe respetar las formas y normas de las relaciones diplomáticas internacionales y, como tal, le digo en buen francés: ¡fermé ta goulde!, que en buen tico se podría traducir como: cierra el h… pico.

En el caso de Rodrigo Chaves y sus “bacanálicas” pretensiones de ser dictador, debo recordarle que el jueguito que ha tenido durante tres años y medio de hacer campaña política y ser beligerante a diestra y siniestra, se acabó. Ahora entramos en el periodo oficial de campaña política, y al igual que en las diez y siete campañas políticas anteriores, el gobierno tiene prohibido hacer campaña política como usted, desacatando la ley, lo ha hecho. Se acabó Rodrigo Chaves que, a cada inauguración de obras construidas o iniciadas en otro gobierno, proyectos inexistentes, puentes sobre una acequia o el primer ordeño de una vaca, lleguen sus achichincles ministeriales con Laura Fernández y su teatro de marionetas delincuenciales, disfrazados de candidatos a diputados, a querer participar en sus bacanales de poder. Si, se acabó, y como dicen en lenguaje popular, de ahora en adelante… calladitos más bonitos.

Espero que el TSE, de una vez por todas, ponga orden. Porque con el cuento que solo puede intervenir por posible beligerancia política si hay una denuncia, se ha hecho de la vista gorda en muchos casos que, incluso, fueron denunciados por varios ciudadanos, yo entre ellos, desde hace seis meses; pero quedaron en la gaveta de una ineficiente e inoperante Inspección Electoral, para darle un trato menos rudo del que merece. Y digo lo anterior porque, el artículo 102, inciso 5, de la Constitución Política dice textualmente: “Investigar por si o por medio de delegados, y pronunciarse con respecto a toda denuncia formulada por los partidos sobre parcialidad política de los servidores del Estado en ejercicio de sus cargos, o sobre actividades políticas de funcionarios a quienes les esté prohibido ejercerlas…”. Sí, señores Magistrados, ustedes deben actuar ante denuncias…pero dice el artículo, pero primero y antes que nada investigar por si, o sea por ustedes mismos, por su propia acción, por su propia iniciativa, por su propia decisión, e incluso hilando más fino en la definición del RAE, “por si acaso” hay una acción ilegal de posible beligerancia o parcialidad política. Pero no lo hicieron, escondieron la cabeza como el avestruz; si, eso lo reclamo como ciudadano, y espero que de ahora en adelante asuman su responsabilidad.

Me pueden señalar por hacer este comentario crítico al TSE, órgano que para muchos resulta casi intocable. Personalmente dejé de creer en su infalibilidad hace cuarenta años y he sido crítico de su accionar en varias ocasiones, como consta en varios de mis libros. Creo que son seres humanos, susceptibles de equivocarse, salvo cuando se convierten en simples contadores de votos. Por eso los ciudadanos debemos estar atentos, reclamar nuestros derechos y la manera correcta y eficiente de salvaguardarlos sin miedo, especialmente en unas elecciones que se presentan atípicas.

Los demócratas debemos exigir ya a los candidatos que asuman posiciones firmes, que tomen el liderazgo que el país reclama contra esa banda de mentalidad autocrática que nos quiere robar nuestra democracia liberal, para imponer un régimen de extrema derecha estilo Bukele, Trump o Milei que, por medio de una autocracia electoral acabe de un tajo con nuestro estado social de derecho, las garantías sociales, la educación y cultura para todos, la conservación de la naturaleza y nuestra paz, que es lo que nos hizo grandes ante el mundo.

Si costarricenses, esta elección no es la más importante, es la definitiva; por eso, o nos pellizcamos para despertamos del letargo, y también pellizcamos a los “básicos de Pilar Cisneros y Chaves” para que se den cuenta del engaño sufrido estos tres años y medio, o nos llevará el pisuicas…y su banda.

De la autocracia electoral a la autocracia total. Costa Rica a un paso

Dr. Oscar Aguilar Bulgarelli

Cuando el presidente de El Salvador Nayib Bukele vino a Costa Rica en noviembre del 2024, su homólogo costarricense Rodrigo Chávez dijo una frase que no debe olvidarse ni pasar inadvertida: quisiera poder hacer en Costa Rica lo que Bukele hace en El Salvador; ¿qué hizo ese individuo en su país?, simplemente, transformarse en dictador a través de la autocracia electoral.

Después de pertenecer al Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional de origen marxistaleninista, resultó electo alcalde de Nuevo Cuscatlán en el 2012 y San Salvador en 2015 bajo esa bandera, luego buscará dar el salto a la presidencia de la República. Pero conflictos internos con su partido y después de dar brincos partidarios por la izquierda salvadoreña, se afilia y es candidato por la Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) de centro derecha para las elecciones del 2019, dando una cabriola política espectacular. En esas elecciones obtiene la mayoría absoluta (53.10%) en mucho gracias al desprestigio en que habían caído los gobiernos del Farabundo Martí, los cual él había participado antes de su salida definitiva hacia el otro extremo del espectro ideológico. Prueba que a los aspirantes a autócratas no les importa su línea de pensamiento, sino el afán de poder y destrucción de la democracia.

En junio del 2019 el presidente Bukele lanzó su plan “Control Territorial” con el que logró disminuir la inmensa tasa de mortalidad que había El Salvador, junto con acuerdos clandestinos y corruptos con la Mara Salvatrucha. Esto le dio una enorme popularidad, la verdad sea dicha, y eso le abrió la posibilidad de pedir en marzo del 2022 a la Asamblea Legislativa, ya dominada por él y sus partidos alados desde las elecciones del 2021, la declaratoria del Régimen de Excepción, lo que le permitió bajar aún más la tasa de criminalidad y gozar de un apoyo masivo de una población harta de la inseguridad provocada por las pandillas, maras y asesinatos; eso sí, todo cambio de perder las libertades fundamentales en una democracia.

La tumba de la democracia liberal en El Salvador estaba abierta, solo faltaba lanzar el cadáver y poner la lápida. El acta de defunción se firmó desde el 2021, cuando por una intervención del ejército quedaron borrados los límites entre el Poder Ejecutivo y Legislativo y aprueba un permiso para que el presidente Bukele se aparte del cargo y pueda participar en las elecciones del 2024, las que gana con una votación del 84.65%, prácticamente sin oposición.

Proceso típico de la autocracia electoral, pues también ya había dado el zarpazo final con la toma del Poder Judicial; esto sucedió cuando la Asamblea también en mayo del 2021 destituyó a los cinco magistrados de la Sala de lo Constitucional primero y otros jueces después, incluyendo al fiscal general. Pero la lápida cayó el 1 de agosto de este año 2025, cuando la dócil y aborregada Asamblea Legislativa salvadoreña, por votación de 57 de 60 diputados dóciles, aprobó la reelección presidencial indefinida. ¡Viva la dictadura!

Sin embargo, cuando en su show rutinario de los miércoles, uno de la prensa vasalla preguntó al presidente Rodrigo Chaves su parecer sobre este hecho, dijo que había sido un proceso aprobado por una Asamblea electa democráticamente… y como dice el viejo refrán: si las barbas del vecino ves pelar… pon las tuyas a remojar.

Precisamente, porque ese es el modelo o ejemplo que el presidente Rodrigo Chávez restriega constantemente en las narices de los costarricenses como su gran ambición política, es que lo hemos explicado con amplitud; y ejemplo de cómo utilizando los procesos electorales aparentemente democráticos, un autócrata de pocas luces y verbo demagógico creador odios, se roba un país. Pueden ponerle el nombre y apellido que quieran, que los hay por todo el mundo: desde Ortega en Nicaragua, Milei en Argentina, Chávez-Maduro en Venezuela o Trump en los Estados Unidos y hay más, para no salirnos de nuestro continente. Como puede verse, no se trata de ideología, los hay de todos colores, y su deseo es solo uno: acabar con la democracia liberal. Para ello atacan a los otros poderes del Estado y a las fiscalías; critican el pasado que consideran corrupto, pero intencionadamente ignoran los logros y avances obtenidos para crear así la imagen de un país en caos que necesita un salvador; por lo que para ellos el discurso creador de odio, ya sea desde un podio los miércoles o diariamente desde una curul legislativa, es fundamental.

Ante las próximas elecciones el 1 de febrero del 2026 es urgente que los costarricenses abran los ojos y vean que estamos al borde del abismo, que nuestra democracia está en peligro si de nuevo cae en manos de una pandilla ignorante y ambiciosa que, sin asco alguno, está por destruirnos para acumular poder y riqueza. Hace cuatro años ofrecieron que eliminarían la corrupción, hoy nos heredan la más grande que ha conocido nuestra historia con un presidente con dos expedientes penales en los tribunales y más de cien en trámite en la Fiscalía General, una candidata a la presidencia con una causa penal pendiente en la municipalidad de Cartago por la extracción ilegal de expedientes para beneficiar al Alcalde que era su jefe, y una buena cantidad de candidatos a diputados en los primeros lugares en las papeletas de cada provincia, que parecen un pizarrón del OIJ o la Fiscalía General; donde cabe destacar a Nogui Acosta por San José con 10 causas penales pendientes en la Fiscalía y Marta Esquivel por Heredia, ex Presidente Ejecutiva de la CCSS con expediente penal abierto y en proceso activo por el caso (chorizo) Barrenador y causante de mil perjuicios a la Caja y la salud de los costarricenses o el l Lic. José Miguel Villalobos por Alajuela, con dos suspensiones a cuestas de su ejercicio profesional por el Colegio de Abogados, y sigue ejerciendo como abogado de narcotraficantes y del presidente Chávez, entre otras cosas, mejor ni hablar.

Así funciona la autocracia electoral, llevan al ciudadano ciego y sordo, embobado por los mensajes de odio, al matadero de la urna electoral…para que crean que hay democracia. Precisamente, el historiador Steven Forti en su libro “Democracias en Extinción…El Espectro de las Democracias Electorales” publicado este año, cita el estudio del Instituto V-Dem cuyos investigadores han llegado a la conclusión que el proceso de autocratización de un país pasa por estas tres etapas:

–           “En primer lugar, una erosión democrática comportaría el paso de una democracia liberal a una democracia electoral; en segundo lugar, un colapso democrático conllevaría el paso de una democracia electoral a una autocracia electoral, y, por último, una autocracia electoral puede transformarse en una autocracia cerrada…”

¡Es decir, una dictadura! ¿En cuál de estos tres estadios estamos los costarricenses? Creo que peligrosamente estamos a punto de pasar del punto uno al dos, que nos pone en puertas de la autocracia cerrada, estilo Nayib Bukele. Para eso quieren los famosos 40 diputados, para cambiar las estructuras democráticas de equilibrio de poder y control constitucional con la Contraloría General de la República, y entonces, sin quien ponga los límites, hacer lo que les dé la gana.

Por eso, no a la pandilla chavista o rodriguista o como diablos se llamen, encaramados en el nuevo taxi electoral Pueblo Soberano, dispuesto a convertirnos en un… ¡pueblo de sorompos!

Una anécdota para recordar y aprender

Dr. Oscar Aguilar Bulgarelli

En estos días de confrontaciones y expresiones altisonantes fuera de lugar, recordé la siguiente anécdota, pues mucho podemos aprender de ella, los viejos y más los jóvenes.

En setiembre de 1983 era diputado y el jefe de Fracción de la Unidad Social Cristiana. Por aquellos días se dio a conocer que un informe solicitado por el presidente Luis Alberto Monge al ministro de Planificación sobre el Sector Agropecuario, que había sido su caballo de batalla en campaña, con un resultado negativo. Ante eso, y en estricto control político que me daba la Constitución, solicité el envío de una copia.

Después de varias cartas que me crucé con el ministro Volio y el presidente Monge por su negativa a entregarme el susodicho documento, en mi última carta le dije al presidente: la única manera que no me entregue el informe, es porque sea SECRETO DE ESTADO. Y don Luis, siempre he creído que mal aconsejado, me respondió, en síntesis: entonces considérelo secreto de Estado.

Aquel grave error de don Luis me sirvió para presentar como diputado un recurso de amparo ante la Corte Plena, pues en ese entonces no había Sala IV. Era el primero en la Historia de Costa Rica que un legislador presentaba contra el presidente de la República. Mi argumento era que se violaba el derecho de petición e información; ninguno de los diputados y conocidos que eran abogados se atrevieron a redactar el recurso, tenían pavor al “síndrome del ridículo” como lo llamé en su momento. Fue don Luis Fishman quien me prestó un libraco de machotes legales, y yo redacté el recurso.

Pocas semanas después el 4 de octubre a las cinco de la tarde, la Corte Plena resolvió el recurso y me dio la razón, con un brillante fallo escrito por el magistrado Fernando Coto Albán, nada menos. Cuando aquel día llegué a mi casa a eso de las seis y tantas de la tarde, estaba inundada de periodistas qué me pedían opinión, por lo que les dije:

–           No sé nada, ustedes me están enterando de lo ocurrido. Mañana viernes en la habitual rueda de prensa de las dos de la tarde les informaré.

En efecto aquel día la salita de sesiones donde hacíamos la conferencia estaba abarrotada de periodistas, pero yo no sabía nada todavía, no tenía notificación alguna. Estaba explicándoles eso cuando mi secretaria desde la puerta, pues no tenía como entrar, me dijo a viva voz:

  • Don Oscar, lo llama don Luis Alberto por teléfono.

Dado que no era época de teléfonos celulares, tuve que salir y la prensa quedó a la expectativa. Al llegar, tomé el auricular y después de los saludos de rigor, me dijo don Luis,

  • Don Oscar, usted ganó. La Corte me obliga a respetar la Constitución, y yo en eso soy respetuoso. Dígame donde le llevo el informe.
  • Pero quién don Luis, ¿un mensajero?
  • No yo, personalmente, como corresponde.

De inmediato le respondí:

  • No don Luis, ya usted cumplió con llamarme, a usted le respeto su dignidad de presidente. Dígame donde puedo ir yo a recoger el informe.
  • Pues yo estoy en Villa Mongalva, en mi casa en Santa Ana. Si desea venir, lo espero.

En eso quedamos y de inmediato bajé a informar a la prensa, lógicamente todos empezaron a recoger equipos y libretas para salir a toda velocidad hacia Santa Ana. Pero yo les indiqué que eso no me parecía, pues no era ético para mí el llegar a la casa de don Luis con un ejército de periodistas a cuestas, pues aquella era su casa y merecía respeto. En eso otra vez mi secretaria me indica que don Luis me llamaba de nuevo. Para mi sorpresa me dijo

  • Me indican que usted está en una conferencia de prensa, idiay dígales que si quieren venir con usted…que vengan.

Por supuesto todos tomamos camino a Santa Ana, por la carretera vieja que era la única. Llegamos a Villa Mongalva, nos pasaron a una salita de reuniones, una secretaria me ubicó en la cabecera de la mesa, por la puerta del fondo salió don Luis con el informe en mano. Después de saludar a la prensa y a mí, por supuesto con su característica amabilidad, me dijo:

  • Don Oscar, usted ejerciendo el derecho de control político me pidió este informe, si bien yo se lo negué, con base en lo que establece la Constitución luego recurrió a la Corte, que me ordena entregarlo y yo como presidente tengo la obligación de respetar la Constitución y las leyes… y me entregó aquel folleto.

Pero lo importante fue lo que siguió. Don Luis improvisó un breve discurso, profundo y lúcido, sobre lo que significaba la división de poderes en una democracia y que yo, con aquel recurso había puesto a prueba, pues habían actuado los tres. Pero sobre todo profundizó sobre la trascendencia que tenía en la democracia que el presidente del Ejecutivo tuviera conciencia de las limitaciones de sus poderes, pues de ello dependía la estabilidad la democracia, pero, sobre todo, debía recordar siempre que la Constitución era la guía que nunca, por ningún motivo, debía irrespetarse.

Aquellas palabras quedaron por siempre grabadas en mi memoria, el valor de aquel acto ejemplar debe retomarse y servir de ejemplo. No hubo una palabra fuera de tono ni antes ni después de aquel día, don Luis no hizo conferencias de prensa para llamarnos canallas a los diputados que analizamos el informe que, dicho sea de paso, provocó la renuncia del ministro de Agricultura.

Unos pocos meses después, por ese recurso entre otras cosas, la prensa me declaró el Mejor Diputado. El 1 de mayo de 1984 estábamos en un brindis después de la sesión solemne y don Luis se me acercó y me dijo:

  • Lo felicito por su designación, muy merecida…. Pero no niegue que a mí me toca un pedacito.

Entre risas cerrábamos así aquel capítulo, que creo tiene mucho de ejemplar no solo para ser recordado, sino para que muchos aprendan cómo se hacen las cosas correctamente…a lo tico… no con improperios, posverdades y madrazos en plaza pública.

Los jóvenes de 40 años… se revuelcan en su tumba

Dr. Oscar Aguilar Bulgarelli

En 1940 el Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia ganó las elecciones presidenciales y legislativas, tenía cuarenta años; coincidentemente, otros como Teodoro Picado que asumía la presidencia del Congreso o recientemente había sido consagrado Monseñor Víctor Sanabria como arzobispado de San José, tenían aquella edad; también el Centro Para el Estudio de los Problemas Nacionales reunía a jóvenes universitarias veinteañeros que guidos por los profesores “chilenoides” como Carlos Monge e Isaac Felipe Azufeifa, se dedicaban a analizar la situación del país en diferentes campos; o bien el partido comunista conducido por jóvenes treintañeros como Manuel Mora, Jaime Cerdas o Arnoldo Ferreto asumían la conducción de aquel partido e, inclusive, la empresa privada veía como jóvenes asumían responsabilidades, como el emblemático don Raül Odio Herrera que en 1909 a sus 17 años, había fundado su chocolatería “El Gallito” y en los cuarentas la conducía con éxito, sabiduría y tremenda calidad humana.

Pero esa generación, muy posiblemente sin ser totalmente conscientes de lo que hacían, introducían al país en el manejo de una mentalidad diferente; si, los grandes cambios vienen de la mano de una transformación en la manera de pensar y con ello, actuar de forma diferente. Aquella generación, bien fueran social cristianos, social demócratas, marxistas o liberales, pusieron en el tapete de la vida pública y del quehacer privado de Costa Rica un tema fundamental: la cuestión social. No es que en el pasado no se hubieran logrado algunos avances en materia social y laboral, como la jornada máxima de 8 horas en 1920 o la Ley de Accidentes de Trabajo en 1925, pero como política integral de gobierno y desarrollo nacional, nunca se había logrado.

Por eso, al introducir esa nueva mentalidad y empezar a hablar unos y otros de la política social, el costarricense sintió en su epidermis que algo nuevo estaba pasado; aquella generación hablaba y discutía de nuevos temas: seguro social, universidades, código de trabajo, casas baratas; eran los jóvenes de cuarenta años como los llamó la voz popular, que asumían funciones y creaban nuestra legislación social que, junto con las reformas que vendrán después, como la aprobación de la Constitución de 1949 y la introducción del régimen autonómico y con ello las instituciones de bien social y económico del país, crearon nuestro Estado Social de Derecho que en los treinta años siguientes nos legó el desarrollo de la inteligencia nacional con cuatro universidades más, miles de escuelas y centenares de colegios por todo el país, el ICE gracias a lo cual se electrificó el territorio nacional, AyA fundamental para la salud pública, y la expansión casi total de la CCSS y el fortalecimiento de las políticas laborales, que nunca fueron obstáculo para nuestro desarrollo.

Si uno lee e investiga un poco sobre el pensamiento de aquellos costarricenses de los cuarenta, obvio que encontraremos sus grandes diferencias políticas, sus polémicas, luchas, encuentros y desencuentros, pero hubo algo en que estuvieron de acuerdo: la política social; y la economía debía estar al servicio de la sociedad como un todo, no solo de unos pocos. Sobre esto escribió Monseñor Sanabria en la Carta Pastoral Sobre el Justo Salario:

–           “… en la comunidad cristiana no hay ni debe haber clases privilegiadas, exentas de cumplir sus deberes sociales, con detrimento de los demás miembros de la sociedad. A ello se llegará, ordenadamente, mediante la formación de la conciencia de los patronos acerca de las responsabilidades sociales del capital.” (En¨ Surco. NO. 15. 1941. P.5)

Hoy esa generación ha fallecido, quedamos algunos pocos viejos ochentones que, en aquellos años, fuimos los güilas del 48; que logramos tener educación, salud, desarrollo y protección social, desarrollo económica y empresarial, gracias a la visión de aquellos jóvenes de cuarenta años que hoy se revuelven en sus tumbas al ver que su obra, su gran herencia histórica, está siendo destruida con golpes a mansalva por una banda de palurdos montados en los cuatro jinetes del Apocalipsis que representan la guerra, la conquista, el hambre y la muerte.

Para destruir nuestra Estado Social de Derecho, se lanzaron a la conquista de la mente de los costarricenses, especialmente los llamados millennial (Generación Y) y la generación Z que encontraron todo esto hecho, con errores y aciertos, pero hecho. Vacíos de conocimiento histórico y cultural desde hace muchos años e indiferentes al mundo que va más allá de su más inmediato y casi personal interés, les llenan sus mentes de mentiras, posverdad y odio hacia esas instituciones que nos hicieron fuertes y con aspiraciones; es una guerra declarada contra la verdad histórica y las conquistas que han hecho grande este pueblo en un ambiente de paz, sosiego y respeto.

A los gobernantes destructores no les importa llevar sobre los lomos de sus caballos apocalípticos el hambre al destruir la agricultura nacional, cerrar comedores escolares y hasta eliminar conquistas fundamentales como la jornada laboral y propiciar que se rebajen los salarios mínimos; ese pueblo debilitado ira a buscar refugio a una CCSS tan deteriorada y destruida por esos facinerosos que culminará con la muerte que ellos mismos anuncian.

Queda poco tiempo para salvar la Patria. No es tiempo de tibiezas y temores, quedarse callado es ser cómplice, pecar de omisión que es el peor pecado o ser cobarde; son pocos meses y vamos a emitir un voto definitivo: la recuperación y reconstrucción de nuestro Estado Social de Derecho o la entrega del país a la banda de autócratas que destruirán la democracia.

El odio como arma política

Dr. Oscar Aguilar Bulgarelli

El odio se ha convertido en un tema fundamental para entender la política en estos tiempos, pues forma parte crucial de la estrategia autocrática en manos de los populistas. Tal vez muchos puedan quejarse de los resultados del siglo XX para la humanidad, según sea la suma y la resta que haga desde su óptica personal, formación, conocimientos y pensamiento. Pero este primer cuarto del siglo XXI, cuyo fundamento está en esa centuria, a mi gusto y entender, me queda debiendo y mucho. Veo la destrucción del patrimonio y el entramado social de la humanidad cayendo a pedazos, bien sea por las guerras, los intereses bastardos, el egoísmo, la cortedad de miras y objetivos, la falta de pensamiento crítico, la mediocridad y la entrega, cada día más, a una tecnología “inteligente y artificial” en manos de unos pocos que, lucrando con ella, someten a los demás poniendo sus grilletes en los cerebros del ser humano o en sus manos entretenidas tabletas y celulares.

La democracia tiene la condición increíble de permitir elegir en los cargos de gobierno, a sus propios enemigos, a aquellos que desean destruirla. Para ello se valen de la libertad y de los procesos democráticos. Critican a los medios de comunicación, pero se valen de ellos mismos o ahora de las redes de internet, para criticar los errores de los gobiernos democráticos con mentiras y posverdad; o bien utilizan los procesos electorales para ascender al poder, como si elegir fuera la condición única para validar su accionar en el gobierno. Una vez que lo logran, como es el caso de Rodrigo Chávez, tratan de socavar los principios institucionales que la sustentan para lo cual, la generación de odios es fundamental. Ubican a la sociedad una mitad contra la otra y como señala acertadamente la historiadora y politóloga española Cayetana Álvarez de Toledo, levantan muros entre los ciudadanos y lograr obtener el poder absoluto por medio de la polarización y el apoyo incondicional e irracional de esos seguidores, a los que la misma autora ha calificado como “los burros de Troya de la Democracia” como los califica la misma autora. Una vez en el poder, inician el ataque a los otros poderes como el Poder Judicial, Legislativo, Contraloría y Fiscalía, es decir, contra todo aquello que tiene los instrumentos para frenar su ambición de poder límite y corrupto.

En la propuesta de quienes ambicionan el poder absoluto, autoritario y autócrata para destruir la democracia, entre otros elementos crean su plataforma o movimiento político formando grupos que generan sentimientos confrontativos para enfrentar a quienes no están dentro del movimiento .Son los que generan el sentimiento de “nosotros” , los virtuosos, dueños de la verdad, de pertenecía y lealtad, frente a “ellos” sus opositores y enemigos de muy diversa índole pero que fundamentalmente son las instituciones democráticas, los partidos políticos, sus líderes, los funcionarios públicos, la prensa e intelectuales que son tachados de privilegiados, son su blanco favorito. Ellos son los culpables de sus frustraciones y deseos no cumplidos, según se los inculcan los lideres del “autocratismo”.

Contra” ellos” se debe generar el odio, generalmente por boca del autócrata de turno o el aspirante a tal. ¿Y cómo lograr producir ese sentimiento negativo?, muy fácil, culpando a las instituciones y a todos los demás que no compartan su visión política, de todos los males de la sociedad. Con eso, crean la sensación que “ellos” son negativos, malos, corruptos, ladrones, egoístas, creadores de privilegios para su beneficio, que han tomado las instituciones y las han corrompido, y fundamentalmente, debe cambiarse la Constitución Política como madre institucional de todos los males.

Sin embardo, todos esos ataques individuales o colectivos, institucionales, etc, se hacen sobre la base de la posverdad; es decir con acusaciones o afirmaciones aparentemente ciertas, pero sin demostrarlo, pues en realidad o es mentira o su dicho no es totalmente cierto, como lo afirma el autócrata y su grupo. Utilizando indiscriminadamente todas las redes sociales, por medio de troles y bots, forman lo que RAND Corporación ha llamado: maguera de falsedades

–           “por las dos característicos que la distinguen: la gran cantidad de canales y mensajes y la voluntad deliberada de difundir medias verdades o mentiras descardadas…” (Naim Moisés. La Venganza de los Poderosos. P.214)

Para ellos no importa violar la verdad y la ley, lo importante es crear el sentimiento negativo hacia algo o alguien y con ello generar el odio y deseo de destruirlo.

Por lo tanto, no es un movimiento que funcione en torno a la inteligencia sino de la emoción, pues es bien sabido que el odio es un gran generador de cohesión capaz de movilizar a las masas, que no meditan lo que hacen. Los mejores ejemplos están en las entrevistas a los manifestantes chavistas frente a la Asamblea Legislativa o contra el fiscal general; ninguno sabía cuál era el objetivo real y por qué de la manifestación, su principal motivación era apoyar al presidente…sin saber por qué, pura emoción, nada de raciocinio.

Para crear ese estado de confrontación, explotan las deficiencias y errores que se han cometido dentro de la democracia liberal, especialmente las promesas no cumplidas y, se debe reconocer, los beneficios excesivos que algunos grupos y sectores obtuvieron del ejercicio del poder político, a los que el régimen de Chávez ha llamado “costarricenses con corona”, aunque durante su gobierno siguen gozando de los mismos privilegios y otros han obtenido, también, su corona; como ciertos sectores industriales, agrícolas, importadores y bancarios. En este sentido, el uso del lenguaje agresivo, soez y arrabalero por el presidente Chávez ha sido fundamental pues, al contrario de la actitud tradicionalmente modosa y tranquila del costarricense, las huestes chavistas aplauden el insulto y agresión a los que ellos consideran “los malos”, por parte del “líder de los buenos”; así se ha ido creando esa gran división entre los costarricenses que no había existido, por lo menos, desde 1948.

Es obvio que esta es parte de la estrategia por medio de la cual, los populistas sin importar su origen ideológico, tratan de usurpar el poder. Es evidente que en Costa Rica, Rodrigo Chávez cumple uno a uno los pasos de toda la estrategia autoritaria, hasta la de utilizar los procesos electorales de la democracia para acceder al gobierno; pero les falta el paso siguiente: obtener el voto necesario para que un candidato sumiso y 38 diputados de “a culazo” como los llamaba don Paco Calderón Guardia, le permitan reformar la Constitución Política, cambiar la Corte Suprema de Justicia, el TSE, la Controlaría e instalar lo que acertadamente ya empieza a llamarse una “kakistocracia” o el gobierno de los peores elementos de la sociedad, mediocres y corruptos. ¿Quieren ejemplos?, no miren hacia afuera, vean simplemente lo que nos ha pasado estos años, cuando apenas hemos caminado por el borde del abismo.

Tomemos muy en cuenta lo que nos advierte don Elliot Coen en su artículo “Guerra Civil: En Costa Rica”:

–           “Más profundamente, el antagonismo constante, el descrédito de las instituciones y el auge del discurso del odio están erosionando los cimientos de la cultura democrática de Costa Rica. Se observa una creciente desafección hacia la democracia misma, especialmente entre los jóvenes, que muestran tendencias más autoritarias…” (Coen Elliot. Guerra Civil En Costa Rica. P-18)

Estimado lector: en guerra avisada, no muere soldado… de usted depende.

Reo político… pabellón oeste

Dr. Oscar Aguilar Bulgarelli

El miércoles 14 de mayo no lo olvidaré. En su habitual conferencia de prensa, convertida en el podio desde donde el oráculo presidencial del odio, esparce esparciendo el contenido de su cicuta verbal para envenenar el alma de los costarricenses, no solo amenazó con enfrentar a la Guardia Civil con la policía del OIJ, como si fuera un redondel de pelea de gallos, sino que también hizo una referencia a la Guerra Civil del 48, nuevamente haciendo gala de su supina ignorancia sobre la realidad socio política de aquel momento y las fuerzas en disputa; pero ya sabemos que la ignorancia es atrevida y si se utiliza desde el poder, se vuelve también, irresponsable.

Pues bien, esa referencia me hizo sacar de mi biblioteca un libro: “Niñas y Niños del 48 Escriben”, una bella colección de narraciones escritas por los que, en aquel momento, éramos los güilas que habíamos visto aquellos hechos y lo que sucedía a nuestro alrededor, con nuestros ojos asustados, incrédulos, llorosos y angustiados. En ese libro de relatos en dos tomos, recopilados por la Dra. Mercedes Muñoz como editora y publicado por la UCR, junto con decenas de ellos conté lo sucedido a mi familia con la captura y encarcelamiento injusto de mi padre, en un artículo que se titula Reo político…pabellón oeste.

Esa era la dirección que, con el nombre de papá, se debía poner en el sobre con las cartas que aún conservo, los encargos y los medicamentos que él requería cuando estuvo preso por envidias y “ser mariachi” en la Penitenciaría Central o La Peni. Horas, días, semanas muy amargas en la memoria de aquel carajillo de un poco más de cinco años que, si bien no entendía todo el intrincado de lo que sucedía, ni las carreras de mi hermano mayor José Francisco y mi Tío Paco en el ir y venir de la cárcel o en busca de ayuda, o las lágrimas de mi madre y hermanas, sentía el profundo dolor y la angustia de la familia por la terrible ausencia de mi padre a quien adoraba y adoro todavía.

Pues bien, como dije antes, junto a mi relato hay decenas contados por “los niños y niñas del 48; los hay de todos los bandos, ganadores y perdedores, ya fueran mariachis, figueristas, ulatistas, comunistas, católicos o ateos, pero en todos ellos hay un hilo en común que los une: el dolor, la pena, el sufrimiento. No importa el bando, todos sufrimos de mil formas, no importaba el color, pero si el dolor que tocó las puertas de los hogares de aquellos 800.000 costarricenses que por entonces vivíamos; la familia costarricense se dividió por años, las consecuencias fueron muchas y diversas; pero poco a poco sanamos heridas, olvidamos rencores, recobrando la tranquilidad.

Nos convencimos de que solo en paz lograríamos salir adelante, que nada valía más que la sangre de un costarricense y los errores cometidos, que los hubo, no debían repetirse, que las diferencias se arreglarían por medio del diálogo y del consenso que habíamos heredado, como rico patrimonio y herencia histórica marcada en nuestro ADN cultural, desde aquel año1821 y el Pacto de Concordia. En estos 77 años transcurridos desde 1948 claro que nos hemos equivocado y cometido errores, muchos se han corregido, otros evitado, quedan otros por enmendar y revisar el rumbo del timón de esta barca en que navegamos todos, seres humanos susceptibles de equivocarse, pero capaces de corregir dentro de la institucionalidad; por eso, lo que nos está pasando no lo podemos permitir.

Nadie, absolutamente nadie, ningún presidente, gabinete y allegados pueden pretender saltarse la Constitución y las leyes. Todos ellos nacieron después del 48 y los güilas de aquellos años, ya viejos ochentones los que aun quedamos, les reclamamos y exigimos respeto. Ninguno de los que exhiben su prepotencia, arrogancia, ignorancia o mala fe, en las conferencias de prensa, tarimas arrabaleras de pueblo en pueblo o curules trastocadas en albañal del lenguaje, deben olvidar que son funcionarios públicos a nuestro servicio y no focas nombradas para aplaudir al presidente; jamás deben olvidar que, mientras esté vigente nuestro Estado de Derecho, los ciudadanos conscientes de esa herencia democrática, haremos el máximo esfuerzo para que prevalezca la ley contra aquellos que pretenden corromperla e ignorarla. Los compatriotas que, a Dios gracias, no tuvieron que pasar por ese dolor y angustia de una guerra civil, y por el contrario heredaron este país con un ICE, una CCSS, las Garantías Sociales y tantas instituciones logradas en democracia, tienen la obligación es defenderla con la mejor de las armas que brinda el sistema de libertad que nos quieren robar: el voto, eso sí, meditado e inteligentemente utilizado.

Guardo la esperanza que muchos vamos a seguir los pasos que señala la ley y la justicia para defender nuestro estado social de derecho y, a lo mejor, muchos temen que a las cartas se le cambie la dirección: para x, reo corrupto, … máxima seguridad.

¿Dónde está escondido el Tribunal Supremo de Elecciones?

Dr. Oscar Aguilar Bulgarelli

Es público y notorio, como dicen los abogados, que desde el mismo día que terminó la campaña política del 2022, Rodrigo Chaves Robles empezó, sin prisa y sin pausa, la de 2026. Muchos, obnubilados por su retórica populista y vulgar, le siguieron el juego sin darse cuenta de la gravedad de lo que estaba sucediendo. Hoy a tres años de aquel mal paso dado por nuestra democracia, muchos están cayendo en cuenta de su equivocación; pero algunos siguen con la vista nublada y apoyan a Chaves, quien ahora se quita la careta y a mandíbula o quijada batiente, anuncia que “piensa” en la posibilidad de renunciar a la Presidencia de la República y lanzar su candidatura a diputado, para lo que pide a sus súbditos que voten los suficientes por su partido taxi (¿?) para sacar 40 legisladores.

No cabe duda, es una estrategia muy bien planeada con mente diabólica, por sus asesores de la misma calaña. Primero, eso de renunciar a la Presidencia, está por verse; pues dice el artículo 121, inciso 8, de nuestra Constitución Política que corresponde a la Asamblea Legislativa recibir el juramento y “conocer de las renuncies de los miembros de los Supremos Poderes, con excepción de los Ministros de Gobierno, resolver las dudas que ocurran en caso de incapacidad física o mental de quien ejerza la Presidencia de la República y declarar si debe llamarse al ejercicio del poder a quien deba sustituirlo…” , pero también de acuerdo a los incisos 9 y 10 de la CP, le corresponde a la Asamblea admitir las acusaciones que haya contra esos funcionarios y resolverlas con votación calificada de 38 votos.

Entonces, Chaves tendrá que declararse loco, esquizofrénico, bipolar o padecer de trastornos de comportamiento disruptivo y disocial, de los que ya ha dado muestras o síntomas evidentes durante estos tres años transcurridos. Sin embargo, es importante tener en cuenta opiniones como la del jurista don Manrique Jiménez que considera que basta que el presidente comunique su renuncia a la Asamblea Legislativa, como un acto de formalidad, para que tenga validez y eficacia la renuncia y que no tiene necesidad de aprobación. Bueno, son opiniones contrastantes y, por lo visto, será un tema que desatará la controversia.

Pero la verdad, la tal renuncia es lo que menos le importa al tiranuelo de Chaves, es simplemente un distractor que le permite algo más importante para su proyecto político y el de su diabólico grupúsculo: tener participación político electoral activa y pedir votos para sus papeletas de diputados que viajan en su taxi político, conducido por Pilar Cisneros como chofer con sueldo millonario de diputada, pagado por todos los costarricenses.

Entonces cabe hacer la pregunta: ¿esa participación político electoral e ilegal de Chaves, se puede parar, evitar, frenar y ponerlo en orden?, ya sabemos que de mutuo propio no lo hará, pues su vocación violadora lo lleva a atentar contra la ley y no obedecerla. La respuesta es sí, y por eso me pregunto: ¿Dónde está, donde se escondido el TSE? Veamos.

En primer lugar, el Presidente de la República, al igual que los Vice Presidentes y Ministros, entre otros funcionarios, tienen prohibición de participación político electoral, según el artículo 146 del Código Electoral que entre otras formas de participación señala que no podrán asistir a reuniones de carácter político ni “utilizar la autoridad e influencia de sus cargos en beneficio de los partidos políticos ni hacer ostentación partidaria de cualquier otro género”, y Rodrigo Chaves ha incumplido ese texto, palabra por palabra, cuando ha tenido en las oficinas de la Presidencia de la República a funcionarios a sueldo organizando partidos, su participación en la campaña por las municipalidades y para organizar acciones con miras al 2026, tal como lo han reconocido públicamente por medios de prensa, Chaves y sus funcionarios.

Pero además, el Presidente Chaves desde hace meses en reuniones públicas realizadas en Nicoya, Limón, Cartago, San Carlos y difundidas urbi et orbi por su prensa vasalla y todos los mércales en su show de noticias, habla claramente de sus deseos electorales, pide votos para elegir 40 diputados, alaba a los actuales y pide que se elijan 40 como ellos, según él…¿para qué?, para dominar el Poder Legislativo, pasar las leyes cargadas de inconstitucionalidades que ahora no ha podido, convocar una Asamblea Constituyente que él anuncia, desde ya, quiere presidir para hacer un régimen autoritario y antidemocrático al estilo Bukele, Maduro u Ortega, según sea su gusto del momento. Inclusive, en su show mediático del pasado miércoles 11 al dar respuesta a la negativa de los presidentes de los otros poderes a participar en su “show debate”, amén de su mofa y tono sarcástico, de nuevo se lanzó a la arena político electoral abiertamente; mientras el TSE sigue guardando silencio.

Todo lo anterior, tiene tres años de hacerlo abiertamente, reconozco que es en la único que Chaves no ha sido hipócrita y no ha mentido, también ante la mirada impávida del TSE. Si a los magistrados les ha dado temor de actuar de oficio, desde hace muchas semanas tienen en sus manos, varias denuncias presentadas por ciudadanos y por el presidente del PLN que, conforme a los artículos 266 y 267 del Código Electoral, llenan los requisitos de legitimación y procedimental para ser acogidos y tramitados. Porque el deber de los magistrados del TSE es, de acuerdo con el artículo 146 del Código Electoral “ordenar la destitución e imponer inhabilitación de ejercer cargos públicos por un periodo de dos a cuatro años a los funcionarios citados, cuando sus actos contravengan las prohibiciones contempladas en este articulo”, más claro no canta un gallo.

Me dirán que conforme los señala el mismo Código hay procedimientos a seguir según el artículo 269; si en efecto los hay, pero el levantamiento de ese expediente no tiene plazo y por lo tanto, pueden los señores Magistrados poner términos perentorios por la gravedad de los hechos, por su urgencia y porque todo lo denunciado es público, está en mil lugares, en los medios de comunicación y en las propias computadoras del TSE, no es nada esotérico, pues hasta en sus celulares encuentran las imágenes de estos hechos; es decir si se trabaja de verdad y se tiene el valor necesario para tomar decisiones y no se esconden de sus obligaciones; el TSE debería estar poniendo orden, aunque fuera una “jaladita de orejas” a un Presidente acosador y abusador de nuestra democracia y nuestras libertades.

Pero no, parece que están escondidos, pidiendo que no les “hagan olas” pues todo hace pensar que no saben nadar en esos mares tormentosos.

Si… al SINART

Dr. Oscar Aguilar Bulgarelli
Fundador y Expresidente Ejecutivo

Desde que el presidente Rodrigo Carazo me encomendó la hermosa e importante tarea de fundar el Sistema Nacional de Radio y Televisión Cultural hace un poco más de 46 años, éste aun siempre tuvo en el diario “La Nación” su peor enemigo, pues junto con otros medios impresos, de televisión y radio, nunca dejaron de parar mientes para encontrar justificaciones y cerrarlo, sin lograrlo aún. Por eso, cuando el desgobierno chavistas lo manipuló, instrumentalizó, lo alejó totalmente de sus objetivos iniciales hasta llevarlo al borde del desfinanciamiento, creí que los de la NaziOn y sus adláteres se frotaban las manos y decían…al fin!!

Pero el editorial de hoy de ese periódico, debo confesar y reconocerlo, me dejó con la boca abierta y la quijada pegando al piso, cual si fuera semejante a la presidencial zapoteña. ¡La NaziON apoya el SINART!, no lo podía creer, lo leí dos veces por si acaso, pues no quería equivocarme; pero no, estaba leyendo bien. Vinieron a mi memoria aquellas décadas en las que Rodolfo Jiménez Borbón (Don Popo) y los directores a su servicio, llenaban ese medio de noticias falsas y mal intencionados editoriales contra la institución, y las mil batallas dadas contra ellos que he dejado narradas parcialmente en mis Memorias. Pero pareciera que los “nuevos popitos” que asumieron el poder en esa empresa, tienen otros horizontes, pero no me hago ilusiones.

Sin embargo, hay tres observaciones que hace el editorialista, para justificar que el SINART debe sobrevivir y jamás pensar en cerrarlo que, dicho sea de paso, han de saber los acólitos o monaguillos de Chaves en el Consejo de Gobierno, que eso o un cambio de condición requiere una ley aprobada por la Asamblea Legislativa, les guste o no.

Esas tres condiciones son: a) los medios de comunicación del Estado y no del gobierno, que son cosas diferentes, deben ser alternativos a las programaciones de los medios comerciales; vaya por Dios, eso lo señalamos claramente en el decreto que dio Carazo, en el folleto un SINART diferente que publiqué en 1998 cuando don. Miguel Ángel Rodríguez me encomendó la dura tarea de reconstruirlo y en el proyecto de ley que, en ese momento, mandamos a la Asamblea Legislativa…costó 46 años que se dieran cuenta que nos combatieron sin necesidad. b) Qué deben ser ¡culturales!, por supuesto que sí, precisamente el nombre inicial del SINART incluye eso, y los documentos arriba citados también. Fue en la Asamblea Legislativa al aprobarse la ley, que quitaron la palabra cultural y crearon el adefesio de empresa S.A. para hacer de la institución un negocio y, aquí, coincidimos con la tercera observación del editorial: “La radio y televisión cultural son un servicio no un negocio”, lo mismo dijimos, lo hicimos, lo logramos y nos combatieron…ahora 46 años después nos dan la razón.

Pero bienvenido sea, nunca es tarde cuando la dicha es buena, dice el dicho. La lucha por rescatar el SINART es de todos los costarricenses, pues no debemos dejar que las malas prácticas que se vienen dando desde el 2006, bastante antes del chavismo, pero intensificadas ahora, liquiden la institución.

Es urgente que los diputados en la Asamblea Legislativa, debidamente asesorados, revisen la ley del 2003 y corrijan los errores que se convirtieron en un cáncer, como quitarle su sentido cultural, crear una ineficiente e inservible junta directiva, poner como superior a un ente político como el Consejo de Gobierno, aclarar adecuadamente el sentido del aporte del 10% de las instituciones al SINART y que no pueda ser tergiversado como lo hizo hace poco la Contraloría General de la República, pero sobre todo y muy especialmente, devolverle su independencia política y evitar que individuos sin peso cultural, académico y político llegue a la Presidencia Ejecutiva del SINART para ser un simple achichincle del Poder Ejecutivo.

31 de diciembre de 2014