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Etiqueta: Panamá

La Red Eclesial Ecológica Mesoamericana dice no a la minería en Panamá

Ángel Morillo

La Red Eclesial Ecológica Mesoamericana (Remam) se ha unido al clamor de la Iglesia en Panamá, quien en cabeza de monseñor Rafael Valdivieso, obispo de Chitré y presidente de la Conferencia Episcopal de y Monseñor Manuel Ochogavía, obispo de Colón – Kuna Yala y secretario general, han planteado cara al proyecto Proyecto de Ley 1100 sobre el contrato entre el Estado y Minera Panamá, que permitiría la explotación por 40 años.

Por eso la Remam en este país – constituida por más de 20 organizaciones eclesiales – quiere dejar claro su rechazo “a la aprobación del contrato minero por la Asamblea”, de hecho, “en ocasiones anteriores hemos expresado claramente por qué la destrucción desenfrenada de la Corredor Biológico Mesoamericano y de las comunidades no es el camino que nuestro país debe tomar si auténticamente quiere construir una sociedad de paz, florecimiento humano y armonía con la creación con la que Dios nos ha bendecido”.

Echan mano de la recién publicada exhortación apostólica Laudate Deum, en la que el Papa Francisco afirma que “la verdadera fe en un Dios Creador nos llama a responder con valentía, reconociendo que “la fe auténtica no sólo da fuerzas al corazón humano, sino que transforma la vida entera, transfigura los propios objetivos, ilumina la relación con los demás y los lazos con todo lo creado”.

Por consiguiente, reconociendo nuestra responsabilidad de denunciar la funesta destrucción de nuestra Casa Común y de acompañar a todos aquellos que justamente defienden sus vidas y territorios, “tenemos que pronunciarnos ante esta aprobación apresurada del contrato minero”.

“Rechazamos y consideramos contraria a la ética profesional la forma acelerada como el gobierno panameño y la asamblea de diputados han manejado la aprobación del contrato minero, no se han escuchado los distintos sectores de la sociedad como indica nuestra normativa y convenios internacionales como el Acuerdo de Escazú”, añadieron.

Impactos socioambientales

Para las organizaciones de Reman es un precio “muy alto” que el país “va a pagar comparado con las migajas que vamos a recibir”, toda vez que han advertido que “este método de actuar puede producir efectos impredecibles para la débil institucionalidad del país y su impacto directo en la vida socioambiental que desarrollan nuestras comunidades”.

Han desaprobado “la violencia desproporcionada con la cual intervino la policía contra los manifestantes” este 20 de octubre cuando “acompañados por nuestros obispos, nos manifestábamos pacíficamente, ejerciendo nuestro derecho ciudadano”.

“También rechazamos la descalificación absurda hecha por algunos periodistas contra el pueblo de Dios y en particular, los señores obispos, tratándonos como terroristas”, añadieron.
Por tanto, insisten que el Gobierno “no sancione esta ley por todas las consecuencias que ya se han explicado, empezando por su inconstitucionalidad y por el rechazo de gran mayoría de la población”. De hacerlo – advierten – “se cometería un gravísimo error y se traicionaría el futuro de nuestro país”.

La invitación a toda la comunidad creyente y personas de buena voluntad es “a discernir, a la luz de los valores cristianos y del Evangelio, a conocer y pronunciarse sobre los peligros que hay para la salud, ecosistemas y sostenibilidad económica y social al convertir a Panamá en un país extractivista”.

Compartido con SURCOS por Jaime García.

Fuente: https://adn.celam.org/la-red-eclesial-ecologica-mesoamericana-dice-no-a-la-mineria-en-panama/

El gobierno reprime en favor del negocio minero

Fotos: Marcos LLorente

Desde julio último arreciaron las manifestaciones contra el gobierno ante su tentativa de prorrogar el contrato con Minera Panamá, subsidiaria de la canadiense First Quantum Minerals.

Gerardo Iglesias

El presidente de la República, Laurentino Cortizo, anunció el 1 julio a la Asamblea Nacional con bombos y platillos la firma de un nuevo contrato con Minera Panamá. “Hemos logrado un acuerdo justo”, dijo.

Como bien manifestó Alejandro Jhon, secretario general de la FUCLAT, “un acuerdo justo”, para Cortizo, es permitir a la “First Quantum Minerals seguir haciendo de las suyas perpetuamente”.

El movimiento estudiantil, pueblos originarios, sectores del movimiento obrero (sectores, porque no todos entienden lo que está en juego o no les importa) y grupos ambientalistas hicieron sentir su descontento y rechazo al contrato minero entre la citada transnacional y el Estado panameño.

A fines de setiembre la Comisión de Comercio de la Asamblea Nacional decidió archivar el debate sobre el contrato entre Minera Panamá y el Estado.

Como la mano venía torcida, Minera Panamá incrementó su arsenal mediático y de cabildeo. La respuesta del Congreso no se hizo esperar, y el viernes 20 aprobó la ley 406 que habilita la explotación minera.

Esa misma noche, con prisa y sin pausa, haciendo alarde de una velocidad supersónica, Presidencia de la República la sancionó.

Cabe recordar que en 2017 la Corte Suprema de Justicia declaró inconstitucional el contrato de explotación original. ¡Nada importa!

Nuevas protestas y mayor represión

En Panamá la indignación no se oculta, ni perdona. “El solar de los aburridos”, puede transformarse sin apremios en una barricada popular. Trátase, el panameño, de un pueblo tranquilo de pabilo corto, rumbero y beligerante.

El presidente Cortizo, desde la cúspide de su arrogancia y desprecio republicano, sabiendo el desenlace hizo un llamado “a la cordura, a respetar las leyes, la propiedad privada y pública” (y transnacional, agregamos nosotros).

Desde el sábado 21, movilizaciones, piquetes y cortes de rutas se dieron cita en todo el país y la represión no se hizo esperar.

La Alianza Nacional por los Derechos de los Pueblos Organizado (ANADEPO), que la FUCLAT integra, nos informa que hay un número importante de personas detenidas y varios heridos, algunos de gravedad.

Las organizaciones en plan de lucha informan oficiosamente la posibilidad de que el gobierno decrete el estado de emergencia.

Preocupante situación, donde los limites de la naturaleza, el ambiente y la salud pública, junto a la soberanía nacional, son violentados por la aplanadora de la corrupción y el capital transnacional —también corrupto— made in Canadá.

 

Fuente: https://www.rel-uita.org/panama/el-gobierno-reprime-en-favor-del-negocio-minero/

Panamá ratifica el Convenio 190 de la OIT

Manuel Hernández

Panamá ratificó el Convenio N° 190 de la OIT, acerca de la violencia y acoso en el trabajo.

Panamá es el 21 país de la OIT que ratifica este convenio y el noveno de América Latina.

En muchas cosas nos está dando ejemplo.

Mientras tanto, la derechista Asamblea Legislativa de Costa Rica se decanta por un famélico proyecto de acoso laboral, construido en los astilleros de UCCAEP.

El proyecto de acoso laboral es una trampa de las patronales.

Hay que exigir la ratificación del Convenio 190 de la OIT.

El mercado laboral de Panamá en el primer trimestre de 2022

SURCOS comparte la Carta Socioeconómica número 18 de la Fundación del Trabajo de Panamá. En esta ocasión el enfoque de análisis es el mercado laboral de ese país en el primer trimestre de 2022. Agradecemos al consultor en Educación Sindical Gerardo Castillo el envío del documento.

En la introducción se señala:

La presente Carta Socioeconómica se dedica a un balance de los principales cambios de la situación del empleo en Panamá entre octubre de 2021 y abril de 2022, con base en las encuestas del Instituto de Estadística y Censos.

El desempeño económico y laboral durante el período de las encuestas ofrece signos positivos en el camino hacia la situación previa al inicio de la pandemia sanitaria. La dinámica del crecimiento en el cuarto trimestre de 2021 y el primer trimestre de 2022 conllevaron a un aumento de la ocupación total del país, en torno a 100 mil empleos.

Los avances hacia la recuperación también se reflejan en una caída en el número de desempleados (-18,827) y en la tasa de desempleo total que pasó de 11.3% a 9.9% en abril de 2022. Las mujeres y los jóvenes siguen pagando los mayores costos de la coyuntura adversa, aún en la fase de recuperación.

El sector privado hizo un aporte significativo en este período generando 63 de cada 100 nuevos empleos, lo cual es un avance hacia el nivel de empleo registrado en agosto de 2019, con un déficit pendiente en torno a los 80 mil empleos aún no recuperados en la empresa privada.

Sin embargo, prosigue un deterioro en la calidad del empleo, en tanto 55 de cada 100 nuevos ocupados sólo acceden a un empleo informal; y el grueso de ellos (81%) se concentran en el sector informal, donde operan principalmente trabajadores independientes y emprendedores de micronegocios.

Panamá sigue enfrentando el gran desafío de lograr una recuperación económica con inclusión laboral y social. Los lideres de las organizaciones empresariales y sindicales tienen una responsabilidad prioritaria para concertar las medidas necesarias en la línea de minimizar los factores desencadenantes de una crisis social generalizada.

Esto requiere potenciar la productividad y asegurar un trabajo decente para una vida digna y exige de políticas integrales para la creación de empleos de calidad y para desarrollar el talento humano. Los sectores productivos siguen esperando el avance institucional hacia un sistema de formación dual y por competencias que permita aprovechar las oportunidades de empleo en un mundo de grandes cambios tecnológicos y de un mercado globalizado.

La visión estratégica de la FUNTRAB es contribuir a un Panamá con relaciones laborales equitativas y justas, basadas en el cumplimiento de la ley, fundadas en la responsabilidad social y el compromiso de los trabajadores y empresarios por una cultura renovada de productividad y un reparto justo de sus beneficios.

Empresarios y trabajadores deben avanzar hacia la construcción de esta imagen objetivo, con la autonomía que les otorga su condición de fuerzas productivas de la economía y la sociedad.

Memoria de un estallido social que estremeció a Panamá

Polo Ciudadano

Panamá  

Agosto, 2022

Panamá, un eslabón más en la cadena del capitalismo globalizado y en crisis

La explosión social que estremeció Panamá, en julio de 2022, además de la acumulación histórica de un modelo económico capitalista neoliberal y dependiente, viene acicateada como resultado de las medidas tomadas por el gobierno de Estados Unidos, los gobiernos títeres de la Unión Europea y la OTAN que, para sancionar a Rusia por su invasión a Ucrania, han impuesto restricciones a sus exportaciones de gas y petróleo que han llevado al alza de los precios de estos productos a nivel mundial.  

Lo que supuestamente debía llevar a Rusia al colapso económico, político y militar, se le devuelve al presidente Biden como un bumerang que le golpea y desestabiliza la parte del mundo que controla. Es lo que el filósofo Hegel llamaba la “astucia de la historia”, y que el argentino Nahuel Moreno llamaba la “ley del bombero loco”, que pretendía apagar un fuego echando gasolina, con lo que empeoraba la situación. Cuando la situación económica y política está madura para un cambio de época, la crisis de lo viejo sale por las vías más insospechadas y todo lo que haga por preservar el viejo orden se vuelve en contra.  

Claramente a esa crisis del capitalismo neoliberal y decadente del siglo XXI responde lo que acaba de acontecer en Panamá. Aunque el gobierno logre zafar de esta situación cediendo en la rebaja de la gasolina, lo cual ya ha acordado con la dirigencia sindical, lo cual es, sin duda un triunfo del movimiento popular, pero es un triunfo parcial y momentáneo, porque el problema de fondo sigue ahí.  

La explosión social panameña es parte de un proceso de conjunto, mundial, pero especialmente latinoamericano, pues estuvo recientemente precedida por la movilización indígena encabezada por la CONAIE en Ecuador (los reclamos eran similares), y por el triunfo político de Gustavo Petro en Colombia. Nuestros pueblos buscan una salida y van construyendo poco a poco otro mundo posible.

Compartimos el documento para su lectura completa:

Protesta social en solidaridad con Panamá

Como hemos conocido por algunas noticias en la radio, la televisión, la prensa y las redes sociales, en Panamá ha habido grandes protestas sociales encabezadas por el gremio de los maestros, los sindicatos de la construcción, grupos estudiantiles, indígenas y sectores de productores agrícolas nacionales.

Luego de décadas de políticas fiscales que favorecen a los grandes empresarios evasores, de la existencia de oligopolios que se benefician con el aumento de los productos agrícolas, de estancamiento de los salarios, de encarecimiento de la vida, y de las conocidas políticas neoliberales de los distintos gobiernos que se han alternado; el pueblo panameño se ha lanzado a la calle para defender su derecho a una vida digna, en un país en donde se ha venido dando una fuerte polarización social, y una creciente desigualdad entre la población.

Desde el Movimiento de Asambleas Populares queremos solidarizarnos con esta lucha justa y necesaria del pueblo panameño, y a su vez, creemos obligatorio resaltar que el camino de la lucha y la unidad del pueblo es lo que garantiza la defensa de los derechos básicos a la educación, la alimentación, la vivienda, el trabajo y salarios dignos.

El pasado 29 de julio, este grupo convocó a una manifestación frente a la Embajada de Panamá en Costa Rica, con el fin de acuerpar la lucha del pueblo panameño.

Se adjunta imagen de la convocatoria y reflexión por parte del Movimiento Asambleas Populares.

El Pueblo logra importantes avances en la Mesa Única de Diálogo en Panamá

En 10 días y noches continuas de negociación, la Alianza Pueblo Unido por la Vida, la Alianza Nacional por los Derechos de los Pueblos Organizados y el Bastión del Oriente Chiricano, Comarca Ngäbe Buglé y Campesina, lograron consensos en los primeros 4 puntos de la agenda con el Gobierno Nacional:

  1. Rebaja y congelamiento de la canasta básica de alimentos sin afectar al productor: se logró que el Gobierno aceptara rebajar 30% del costo de la canasta básica, con mecanismos para proteger al pequeño y mediano productor.
  2. Rebaja y congelamiento del precio del combustible: el Gobierno aceptó facilitar el acceso al combustible subsidiado para todos los vehículos y maquinarias, excepto yates y embarcaciones de lujo. Y se comprometió a fiscalizar mejor la variación de los precios internacionales del combustible.
  3. Rebaja y abastecimiento de medicamentos en la Caja de Seguro Social y Ministerio de Salud sin privatizar: el Gobierno se comprometió a crear los mecanismos para realizar compras directas a nivel internacional, con Naciones Unidas y el Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica, para evitar el desabastecimiento. Así mismo, acordó establecer precios topes para 150 medicamentos incluidos en la Canasta Básica.
  4. Cumplimiento de la Ley 47 que establece 6% del PIB para educación: El Gobierno aceptó destinar 5.5% del presupuesto nacional para la educación en el año 2023 y el 6% para el 2024, dirigido prioritariamente a mejorar las infraestructuras de las escuelas, erradicar las escuelas ranchos, abrir los comedores escolares y equipar a todos los laboratorios en las escuelas.

Es importante recordar que el cumplimiento de todos los acuerdos es responsabilidad del Ejecutivo. Sobre todo, ante las amenazas de desaparecer las medicinas del mercado nacional y de no aceptar los acuerdos, lanzadas por los empresarios. En este sentido, es preocupante la posición del Gobierno frente a la ausencia de controles a los oligopolios que importan y venden las medicinas en Panamá, manejadas a su antojo por 5 grupos empresariales claramente identificados.

En cada uno de estos puntos, hay temas en los que el Gobierno no ha aceptado las propuestas. Especialmente sobre los márgenes de ganancia de las empresas. Este es el problema real que genera las grandes desigualdades y precariedades en la población. Esta discusión no ha terminado. Pero, se requiere de la participación de toda la población, para poder generar los cambios duraderos en la economía que permitan ganar calidad de vida y justicia social.

Por último, las alianzas populares y el Gobierno aprobaron un receso hasta este miércoles 3 de agosto, cuando reiniciará la mesa con la discusión de los 4 puntos pendientes: rebaja del precio de la energía, Caja del Seguro Social, corrupción y transparencia y la mesa de seguimiento a los acuerdos.

Panamá, 31 de julio de 2022.

 

Compartido con SURCOS por la Confederación de Trabajadores y Trabajadoras Convergencia Sindical.

Imagen ilustrativa.

Panamá: un pueblo en lucha

Autor: Efren Virreal Cedeño, miembro del Movimiento Humanista

Desde los años ochenta, específicamente en 1987 en las manifestaciones contra Manuel Noriega, no se veía esta reacción de la población panameña. Un pueblo unido en su diversidad: los educadores, estudiantes, profesionales de la salud, sindicatos, nuestros hermanos originarios y el pueblo en general. Nosotros los panameños somos pacíficos y quizás demasiado tolerantes al abuso, pero esta reacción indica el nivel de agotamiento, de hastío y diremos en el sentimiento, el engaño, la burla, las mentiras, la injusticia y el abuso constante de más de 30 años de los burócratas, políticos y la mafia especulativa de la clase dominante; 115 familias dueñas del 80 % de la riqueza.

Aquí –en Panamá–, Ernesto Pérez Balladares (PRD) privatizó las empresas de energía y de cable, telefonía y celulares, y Martín Torrijos (PRD) concesionó nuestros ríos para hidroeléctricas. En Panamá, hoy tenemos la electricidad más cara del mundo y las empresas de cables, celulares e internet nos estafan vendiendo un servicio que no brindan, En cuanto al combustible, también es un oligopolio manejado por los mismos que son dueños de bancos, aseguradoras, puertos, hidroeléctricas, empresas de gas licuado, hospitales, televisoras y líneas aéreas.

Las distribuidoras de medicamentos, después de la Ley de Libre Oferta y Demanda del 2001, acapararon todo el mercado, convirtiéndolo en un oligopolio. Hoy nos venden medicinas a precios hasta cuatro veces más que en otros países vecinos.

Hay hastío, hay cansancio, hay agotamiento. Este es un país con riqueza e ingreso per cápita suficiente, pero la peor distribución de los recursos en América Latina. Aquí hay dos países, uno que vive en el primer mundo: los privilegiados, y el pueblo cada vez más pobre, que vivimos en el tercer mundo.

Tenemos que construir una democracia real, participativa, un sistema de bienestar donde haya acceso a salud y educación de calidad para toda la población, y oportunidades de empleo para todos; para ello, necesitamos construir una verdadera mesa de diálogo y un verdadero proceso constituyente que termine con los oligopolios y burócratas corruptos, y que de él surja una nueva constitución, para construir una nueva República democrática, próspera, justa, incluyente y humanista.

 

Compartido con SURCOS por Ítalo Fera Fallas.

Carta socioeconómica (N° 17) – Panamá: del estallido a un pacto por la inclusión social

DEL ESTALLIDO A UN PACTO POR LA INCLUSIÓN SOCIAL – Fundación del Trabajo

INTRODUCCION [1]

La razón de fondo del estallido que sacude a Panamá es la gran deuda social acumulada con más de la mitad de la población que no accede a los beneficios de un crecimiento que dejó por fuera a muchos.

Panamá registró hasta 2019 más de una década de crecimiento económico sobresaliente, pero con limitado desarrollo social, producto de un enfoque de políticas que no tiene como objetivo la persona humana.

 Y esa enorme deuda social no se resolverá con nuevos subsidios que finalmente también los paga el pueblo. Los subsidios hacia grupos desfavorecidos son una especie de acción de caridad que no resuelve las causas de fondo del problema de la pobreza.

 Los subsidios a los productores tampoco serán una solución duradera, si no se resuelven los problemas de productividad, sobre todo en un contexto internacional de crisis económica y encarecimiento de los insumos.

 La Encíclica “Fratelli Tuti” del Papa Francisco señala que el trabajo “es la mejor ayuda para un pobre, el mejor camino hacia una existencia digna. Por ello […) ayudar a los pobres con dinero debe ser siempre una solución provisional […] El gran objetivo debería ser siempre permitirles una vida digna a través del trabajo”.

 Agrega la Encíclica: “El mercado solo no resuelve todo, aunque otra vez nos quieren hacer creer este dogma neoliberal […] Es imperiosa una política activa orientada a promover una economía que favorezca la diversidad productiva y la creatividad empresarial…”

 En la Nota Técnica N° 16 de la FUNTRAB (abril de 2020) se decía que en el marco de la adversidad de la pandemia, se tendría “la oportunidad de construir un Panamá diferente, un Panamá que se aleje de la desigualdad y la pobreza (…) y que avance hacia un país más productivo, equitativo y justo. Sin embargo, ese cambio no se logrará con el mismo modelo de crecimiento y las políticas económicas que han llevado al país al actual estado de inequidad”.

Pero ese otro modelo de crecimiento inclusivo no llegará por arte de magia y será más viable si primero cambia la actitud y el nivel de compromiso de los actores económicos, sociales y políticos que definen el rumbo del país. El marco de ese modelo renovado está en la Agenda de Desarrollo 2030 de las Naciones Unidas, con la cual se ha comprometido el Estado panameño y la gran mayoría de las organizaciones sociales del país, con el mismo resultado: no se cumple. Por eso en Panamá el principal enemigo del diálogo social es la falta de confianza y credibilidad.

 La mesa de diálogo instalada en Penonomé frente a la crisis que vive el país podría ser un paso inicial en la construcción de un esquema renovado de políticas para enfrentar los problemas coyunturales y estructurales de la economía, siempre que se integre a todos los sectores económicos, sociales y políticos artífices del nuevo Panamá al que se aspira. Pero esta no es una tarea de una semana, de un mes ni para un tiempo muy limitado.

 Una visión estrecha y monocromática sobre los problemas del país no conducirá a soluciones viables y sostenibles. Pretender corregir con nuevos subsidios los desequilibrios de la economía mundial y su impacto sobre los precios en Panamá no es sostenible en el tiempo, aún si se corrigiera la evasión fiscal y se erradicara la corrupción. Tampoco será viable erradicar la corrupción sin cambiar el marco constitucional y legal y excluyendo del diálogo a la clase política y a los poderes constituidos y fácticos.

 A la fecha (26 de julio de 2022) y después de tres semanas de caos derivados del cierre de la economía y del país, y luego de más de una semana de diálogo sin resultados, el pueblo panameño afectado en su mayoría, clama por el retorno de las condiciones que permitirán a la sociedad entera consensuar soluciones viables y sostenibles a los problemas que originaron la crisis política, económica y social que vive Panamá. Es hora de construir un renovado Pacto por la inclusión social con la participación de TODOS.

 LAS CAUSAS DEL ESTALLIDO SOCIAL

 La determinante de fondo de la explosión popular que ha vivido Panamá es la deuda social acumulada con más de la mitad de la población, que no cuenta con un trabajo decente y que transita alrededor de una línea de pobreza muy sensible a los precios del mercado de bienes y factores, a la falta de oportunidades y a la exclusión provocada por un modelo de crecimiento sin desarrollo. En situación extrema siempre han estado las poblaciones de las áreas rurales e indígenas, que no acceden a los beneficios del crecimiento ni de las políticas públicas.

 Se requerirá avanzar hacia un modelo renovado de políticas que está explícito en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y sus objetivos de desarrollo sostenibles. Esta agenda plantea compromisos para un crecimiento económico inclusivo, trabajo decente, educación universal de calidad, salud para todos, erradicación del hambre y la pobreza, defensa del medio ambiente, equidad, entre muchos otros objetivos. Esta agenda fue aprobada por el Estado y las organizaciones sociales en el Plan Estratégico Nacional con visión de Estado: Panamá 2030,[2] pero no ha habido la voluntad política de cumplirla, siendo también este incumplimiento un factor provocador de la crisis actual.

 El modelo inclusivo no llegará por arte de magia y sólo será viable si primero cambia la actitud y el nivel de compromiso de los actores económicos, sociales y políticos que definen el rumbo del país. [3]

 Las estadísticas y diagnósticos sobran para dibujar las dimensiones de esa deuda social en términos de desempleo y empleo precario informal y de exclusión de la seguridad social que afecta a más de la mitad de la fuerza de trabajo; las desigualdades regionales en la capacidad productiva y de generación de ingresos; el gran rezago de las remuneraciones respecto al crecimiento de la economía; la alta concentración en la distribución personal y funcional del ingreso; y la exclusión masiva que no se reduce a la llamada pobreza multidimensional, sino que también incluye a trabajadores (activos o retirados) que perciben salarios e ingresos alrededor del promedio nacional, o pensiones que no permiten cubrir necesidades básicas.

 A esa deuda social se suma la pandemia acumulada de la corrupción e impunidad generalizada, que es rechazada masivamente por la población y que se considera como gran responsable del estado de sufrimiento y postración de la población panameña. Si fuese verdad que los sobrecostos de los gastos gubernamentales son entre el 10% y 20% ; y si se considera que entre 2010 y 2019 el presupuesto de inversión pública rondó los 60 mil millones de balboas, con los recursos posiblemente sustraídos (entre 6 mil y 12 mil millones) se habría modernizado el sector agropecuario y fortalecido su competitividad, se habría cubierto plenamente los déficit de salud entre las poblaciones rurales e indígenas y se habría cerrado la brecha digital que desfavorece a los más pobres.

 La deuda social en Panamá se potencia por las políticas de corto plazo desplegadas desde el desmantelamiento de la institucionalidad de la planificación a fines de los años 90. Esto ha conllevado al socavamiento de las instituciones del Estado, particularmente salud y educación, al debilitamiento progresivo del sector agropecuario e industrial; a la distorsión y especulación en el sistema de precios; a la profundización del desbalance sectorial, regional y social en favor de la plataforma de servicios metropolitana; al rezago relativo de las remuneraciones al trabajo; y en fin de cuentas, a una progresiva concentración del ingreso nacional.

 La ineficacia de la política económica ha conllevado a un progresivo debilitamiento fiscal, que se sustenta en una política tributaria regresiva e ineficiente. Persiste también un alto nivel de evasión fiscal que ronda el 8.2% del PIB en 2019 y que entre 2010 y 2019 alcanzó cerca de 34,500 millones de balboas. [4]  En adición la poca racionalidad del gasto público en asignaciones de personal y otros usos improductivos se traduce en una fuga de recursos que desfavorecen la eficiencia del Estado.

 El gran déficit fiscal del gobierno ha tenido como contraparte un endeudamiento externo que se hace insostenible y en 2021 representaba cerca del 70% del PIB, una deuda que nos cobrarán a todos los panameños.

 Si bien el estallido es detonado por un factor externo de precios explosivos del combustible, ese elemento coyuntural reactiva los otros detonantes estructurales acumulados en el largo plazo. En un contexto de amenaza de recesión mundial, la solución sostenible a los problemas de fondo de la economía y la sociedad panameños se hace más difícil, lo cual es un aspecto central que se debe tomar en cuenta en cualquier diálogo.

 Durante las tres últimas décadas no ha habido un esfuerzo concertado para enfrentar los problemas de fondo del país. En el pasado se ha ensayado varios diálogos para discutir aspectos específicos de esos problemas; y durante los años 2000 la mayoría de las iniciativas de diálogo oficial no han dado resultados, debido principalmente a la falta de voluntad política para llegar a acuerdos y para cumplirlos.

 Como consecuencia, persiste una gran falta de confianza y credibilidad en la gran mayoría de las instituciones del Estado y la sociedad, incluyendo las organizaciones sociales y del sector privado. Se ha dado un desgaste progresivo del diálogo social como instrumento de construcción de consensos y la falta de confianza y credibilidad podría condenarlo a su descalificación total.

 VIABILIDAD Y SOSTENIBILIDAD DE LAS DEMANDAS

  Si bien el estallido se inició con la acción de diversos movimientos aparentemente espontáneos y descoordinados a nivel nacional, éstos acordaron con el gobierno una agenda temática única para la mesa unificada de diálogo. Esta agenda incluye ocho puntos: (a) rebaja y congelar el precio del combustible; (b) rebajar y congelar el precio de la energía; (c) rebajar la canasta básica sin afectar a los productores; (d) rebajar el precio de los medicamentos; (e) asignación del 6% del PIB a la educación; (f) discusión del problema de la caja de seguro social; (g) corrupción y; (h) crear una mesa intersectorial de seguimiento.

 Es una agenda temática a la cual se le ha ido dando contenido en la marcha y las demandas más concretas representan en general aspiraciones básicas reiteradas por la mayoría de la población panameña. Algunas de las demandas tienen connotaciones de carácter coyuntural y otras reflejan problemas estructurales acumulados en el largo plazo. A su vez, parte de los cambios exigidos son posibles inmediatamente con el marco legal y constitucional vigente, mientras otros requerirán cambios en dicho marco.

 La viabilidad y sostenibilidad de las aspiraciones dependerá de que se aborden las causas de fondo de los problemas y de la participación de todos los actores con responsabilidades en la solución de los mismos. La solución del problema del alto costo de vida no se puede concebir sin la participación de los agentes económicos o productores de la canasta. La solución de las causas de fondo de la corrupción no se puede dar sin la presencia y compromiso de quienes deben velar por la transparencia pública y privada. Mientras estén ausentes de la mesa de diálogo los actores fundamentales, no parece viable ni sostenible una solución duradera a estos problemas.

 Un balance preliminar del pliego de peticiones requiere considerar la viabilidad y sostenibilidad de cada aspiración.

 La rebaja y congelamiento del precio del combustible y la energía tiene viabilidad en la coyuntura y su sostenibilidad dependerá de la evolución de los precios internacionales del petróleo, de la capacidad de las fuentes de energía eléctrica en el país y del espacio fiscal que tengan las finanzas públicas para mantener el subsidio. Obviamente también dependerá de la racionalidad del gasto público en sus diversos usos.

 Aunque sería esperable hacia el futuro una rebaja y estabilización del precio internacional de los combustibles, dependiendo de una eventual finalización del conflicto bélico en Ucrania, estas se podrán cumplir dependiendo de la duración de la crisis internacional y de las posibilidades de las finanzas públicas.

 La rebaja de la canasta básica de alimentos sin afectar a los productores enfrenta el gran desafío de conciliar el “precio social” de los alimentos al que se aspira para cada producto, con el costo de producción de éstos, que en gran medida están determinados por los insumos importados. Luego de superar las distorsiones y especulaciones en la comercialización y de encontrar un “balance milagroso” entre costos de producción y precios al consumidor, esta aspiración tendrá viabilidad y sostenibilidad siempre que el Estado tenga el espacio fiscal para subsidiar lo que corresponda, pero ello no se podrá mantener indefinidamente.

 Si detrás del espíritu de esta demanda también está la aspiración por la soberanía y seguridad alimentaria, se deberá entender que para alentar y fortalecer al productor agropecuario, se requiere asegurarle una compensación o ingreso redituable y justo a su inversión y esfuerzo productivo.

 Este tema también tendrá como condicionante los acuerdos y tratados comerciales suscritos, particularmente el Tratado de Promoción Comercial con los Estados Unidos, que compromete al país a la liberalización de los aranceles de los principales productos agropecuarios durante los próximos años.

 En el caso de los productos no alimenticios la rebaja o estabilización de los precios dependerá de otras medidas relacionadas con los aranceles de importación y con los márgenes de ganancia de las empresas.

 La rebaja de los precios de los medicamentos es una vieja exigencia del pueblo panameño. Se debe reconocer que las penurias y angustias de los panameños en este tema se deriva de la voracidad de la llamada “libre oferta y demanda” (competencia perfecta) que en realidad no existe en este mercado. Siendo un tema muy especializado y complejo, para dar viabilidad y sostenibilidad a la decisión que corresponda, es importante involucrar a los actores concernidos, incluyendo a los distribuidores de medicamentos, farmacias y a los profesionales de la salud.

 La asignación del 6% del PIB a la educación, es una ley que se debe cumplir de manera efectiva e inmediata, por lo cual es una obligación del Estado hacerla efectiva, y no debería ser un tema de negociación, a menos que se acuerde la necesidad de reformar dicha ley por inviabilidad, ya que si se impusieran asignaciones presupuestarias a los diversos sectores institucionales con el relación al valor del PIB y no al monto total de presupuesto del Estado, no se estaría presupuestando con base a los recursos efectivamente disponibles.

 Adicionalmente, la asignación de cualquier monto presupuestario no es suficiente para lograr una educación inclusiva y de calidad. Se debe entender que la calidad de la educación nunca podrá mejorar si no se potencia las competencias y capacidades de los educadores; se requiere también extender la obligatoriedad y gratuidad de la enseñanza al menos hasta la educación media; y en general el gobierno debe cumplir los acuerdos en materia de educación alcanzados en otras mesas de diálogo.

 En el caso de la Caja de Seguro Social la FUNTRAB ha insistido en la necesidad de un diálogo genuino, que incluya efectivamente a “los accionistas” de la institución, que deben confirmar su voluntad política para lograr resultados. [5] El punto de partida para enfrentar los problemas y desafíos de la CSS es el debate y consenso sobre el modelo de seguridad social conveniente al país. Y tal modelo debe ser coherente con la visión de economía y sociedad que aspiramos: un Panamá en progreso económico y social, con desarrollo integral, más solidario, incluyente y equitativo.

El camino hacia una visión renovada de la seguridad social requiere de cambios en el marco legal y el compromiso del Poder Legislativo de que se respetará fielmente lo acordado en una mesa de diálogo inclusiva. Este es un debate que debe incluir absolutamente a todos los actores concernidos.

 La pandemia de la corrupción ha sido más devastadora y duradera que cualquier epidemia de salud pública; y por tanto será más difícil de erradicar porque pareciera estar enraizada en el ADN y en los principios del juega vivo del panameño. Las dos caras de la corrupción (el ente que corrompe y el ser que se deja corromper)) deben ser encaradas simultáneamente, lo cual difícilmente se podrá resolver en la coyuntura o en el corto plazo.

 Para comenzar se debe acordar acciones de impacto inmediato que den una señal del compromiso político de combatir este flagelo. Los diversos sectores nacionales han propuesto acciones de contención del gasto y de eliminación de irracionalidades en el manejo de las partidas presupuestarias, que se podrían cumplir de inmediato por parte del gobierno como señal de compromiso hacia el cambio.

 La lucha contra la corrupción es un objetivo permanente y de largo aliento y se debe armar una hoja de ruta para desmontar todo el andamiaje jurídico, institucional y político que la sostiene. Esta es una tarea que supera el marco constitucional y legal vigente y habría que discutir la mejor estrategia para avanzar hacia el objetivo de erradicación de la corrupción e impunidad. Esta tarea trasciende un diálogo entre el Poder Ejecutivo y un determinado grupo social o económico y debe incluir el compromiso y acción de todos los órganos del Estado, los partidos políticos, las iglesias y las organizaciones del sector productivo y la sociedad civil.

 La propuesta de una “mesa intersectorial de seguimiento” de los acuerdos es una cuestión pertinente, teniendo en cuenta la experiencia de mesas de diálogo en los últimos tiempos que han hecho acuerdos que finalmente no se cumplen o que se distorsionan en el Órgano Legislativo cuando tales acuerdos precisan de leyes para su instrumentación. Una mesa de este tipo debe incorporar la representación de todos los actores económicos, sociales y políticos del país.

 La deuda social acumulada no se puede resolver de manera sostenible con nuevos subsidios, ya que las necesidades insatisfechas seguirán creciendo y el espacio fiscal será cada vez más reducidoTampoco se pueden resolver problemas estructurales con medidas coyunturales. Independientemente del resultado de la mesa de Penonomé, es hora de comenzar a construir un renovado Pacto por la inclusión social con la participación de TODOS.

[1] Co Presidentes: Lic. Araceli De Gracia (Sector sindical) y José Javier Rivera (Sector empresarial). Directora Ejecutiva: Lic. María Salcedo. Responsable principal de la publicación: Miguel Del Cid, Asesor, FUNTRAB

[2] Aprobado por la Concertación Nacional para el Desarrollo en 2017.

[3] La FUNTRAB ha hecho múltiples propuestas y contribuciones por ejemplo en la Nota Técnica N° 16: La pandemia del COVID 19: oportunidad para corregir rumbos. Lograremos un Panamá diferente?

[4] MEF, Boletín Estadístico Tributario, 2019.

[5] FUNTRAB, Carta Socioeconómica N° 16 “A RENOVAR EL DIÁLOGO POR LA SEGURIDAD SOCIAL”, junio, 2022.

Documento compartido con SURCOS por Gerardo Castillo.

Imagen ilustrativa.

En las calles panameñas el pueblo solicita a su presidente atender diálogo y escuchar propuestas

El día 20 de julio de 2022 en Santiago de Veragua, al ser las 11:47 de la mañana, sale el pueblo a las calles a esperar que el señor presidente cumpla con las solicitudes, con los derechos, con los reclamos, con las largas listas de espera a él y a su gabinete y a sus ministros a lo largo de todos los años que han gobernado. Los ciudadanos se preguntan ¿dónde quedó su plan de Gobierno?, ya que para el pueblo les ha mentido y se sienten engañados. Por esto, reclaman y solicitan desde las afueras de Santiago que tomen las medidas necesarias y que respondan a la Constitución Política. 

La propuestas de las organizaciones en paro son las divulgadas por el Obispo facilitador del diálogo, algunos de estos temas consensuados que se presentarán al Órgano Ejecutivo serán:

  • Rebaja y congelamiento de la canasta básica sin afectar al productor nacional. 
  • Rebaja y congelamiento del precio del combustible. 
  • Rebaja y abastecimiento de medicamentos en caja de seguro social y Ministerio de Salud, sin privatizar. 
  • Se cumpla con la Ley del 6% del PIB, para educación.
  • Rebaja de la energía.
  • Discusión del tema de la Caja de Seguro Social. 
  • Corrupción y transparencia.
  • Mesa intersectorial y de seguimiento. 

Cada uno de estos puntos es sometido a análisis técnico para lograr el consenso de todas las visiones y argumentos que tienen las alianzas y organizaciones presentes en la reunión.

 

Compartido con SURCOS por Carlos Campos Rojas.

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