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Etiqueta: participación comunitaria

Por la defensa de los bienes comunes: conversatorio “Por el agua de Cipreses”

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Por la defensa de los bienes Comunes: Conversatorio Por el agua de Cipreses

Observatorio de Bienes Comunes Agua y Tierra

El pasado 17 de noviembre en el salón Parroquial de la comunidad de Cipreses de Oreamuno, Cartago, se llevó a cabo el conversatorio “Por el agua de Cipreses” que contó con la participación del Frente EcoCipreses, representantes de la presidencia ejecutiva y la Subgerencia de Sistemas Comunales del AyA, y con la muy denotada ausencia de las personas representantes de la ASADA de Cipreses.

Además, en esta actividad asistió el Observatorio de Bienes Comunes del Programa Kioscos Socioambientales y Centro de Investigaciones y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica como observador, invitado por el Frente EcoCipreses, que durante estos meses han trabajado en conjunto para la sistematización de la experiencia organizativa en torno a la defensa del agua en la comunidad de Cipreses de Oreamuno.

Este foro se planteó como una instancia de diálogo entre el Frente EcoCipreses y la Junta directiva de la ASADA, en el contexto de abordar la situación actual que atraviesa las nacientes de agua que abastecen a esta comunidad de cerca de 2500 usuarios, destacan irregularidades en torno al manejo administrativo, pero también una compleja situación ambiental caracterizada por la sobreexplotación de la naciente que ha llevado a constantes suspensiones del servicio en lapsos de 6 horas o más al día, la invasión de una agricultura intensiva con agroquímicos violentando la zona de protección establecida por la ley de Aguas, por citar algunas afectaciones concretas que el Frente EcoCirpreses ha venido poniendo en debate público (http://kioscosambientales.ucr.ac.cr/docs/ecocipreses/comunicado1.pdf).

El conversatorio dio inicio con un breve recuento de las afectaciones que ha sufrido la Comunidad de Cipreses en los últimos 6 años, donde la gestión de la ASADA se ha caracterizado por presencia de irregularidades administrativas, pero destacando también una situación preocupante, que de tener a disposición 4 nacientes de agua, ante situaciones aún poco claras de permisos de construcción de tanques sépticos, se tuvieron que clausurar dos de las nacientes por contaminación. Además las presiones existentes por el desarrollo urbanístico ha dado una situación de aumento de entrega de tomas de agua, teniendo conocimiento que la disponibilidad hídrica está en índices críticos desde 2014.

Las intervenciones del frente Eco Cipreses se caracterizaron por posiciones bien informadas y documentadas por varios informes del AyA (http://kioscosambientales.ucr.ac.cr/docs/ecocipreses/AYA2.pdf) y el IRET-UNA (http://kioscosambientales.ucr.ac.cr/docs/ecocipreses/IRET3.pdf), que han permitido ir caracterizando de manera más sistemática las afectaciones en la gestión del recurso hídrico tanto en su dimensión administrativa, pero principalmente la gestión ambiental del mismo.

La constante desmejora en el servicio de agua, se puede contextualizar a través de algunas de las situaciones denunciadas:

  • Manejo de fondos públicos sin los controles correspondientes y los procesos de rendición de cuentas adecuados.
  • Deterioro de la capacidad hídrica ante la mala gestión de la concesión de nuevas tomas de agua.

Estas afectaciones se intensifican ante la presencia de procesos de desarrollo desiguales y desordenados: construcciones urbanísticas y la presión ante la extensión de las áreas cultivables entorno a la naciente (http://kioscosambientales.ucr.ac.cr/docs/ecocipreses/MINAE4.pdf).

Ante las autoridades del AyA en Frente EcoCipreses fue muy claro, no buscan el conflicto en sí, sino este como un potenciador de espacios de participación inclusiva de la comunidad para la búsqueda de soluciones dignas para las personas habitantes de Cipreses, partiendo del cuido de las nacientes de agua, para el bienestar público presente y futuro.

Dentro de las propuestas mencionadas ante la amenaza ecológica que podría significar la profundización de la situación actual, se planteó:

  • Desarrollo de un estudio hidrogeológico
  • Incluir a los y las productores en procesos de manejo sostenible de la producción agrícola.
  • Mayor participación ciudadana en el monitoreo y protección de la naciente.

Ante los argumentos y a pesar de la ausencia de las autoridades de la ASADA (principales responsables ante el AyA de las irregularidades expuestas), señalaron que tenían conocimiento de las diversas denuncias expuestas, y que agradecían y reconocían el papel protagónico de la ciudadanía en la defensa de la transparencia y el cuido del recurso hídrico, y que sin estos esfuerzos, difícilmente el AyA pueda dar abasto.

Adicionalmente confirmaron que ante las evidencias del mal funcionamiento y de gestión del recurso hídrico, se estaba procediendo en los últimos meses a la formalización ante la Junta Directiva del AyA del retiro de la delegación a la ASADA de Cipreses, y que esta misma sea asumida por la vecina comunidad de Santa Rosa.

También confirmaron el interés siempre presente en el AyA de apoyar los procesos de participación comunitaria, por este motivo instaban al Frente EcoCipreses a seguir impulsando actividades que permitan estos debates y la puesta común en la comunidad de los temas de gestión del recurso hídrico.

De parte del público asistente cuestionaban la decisión de retirar la ASADA de Cipreses sin los debidos procesos de consulta y participación de la comunidad, sin embargo ante el escenario ecológico crítico y la falta de participación más activa de la comunidad en los últimos años, se comprendía que existía poco margen, ya que el riesgo de postergar es muy alto.

 ¿Capacidad de gestión? ¿Modos de participación?

Si algo aprendimos los que asistimos al conversatorio “Por el agua de Cipreses” es que las acciones en defensa del agua y el involucramiento de la comunidad, no pasan necesariamente por las instancias formales, sino por el interés real y solidario de las personas de las comunidades que toman para sí el compromiso por denunciar y proponer alternativas cuando los modos de participación de las instancias responsables muestran señales de debilitamiento.

La defensa de los bienes comunes como el agua es atravesada por nuestras relaciones de manera integral, es así que aún cuando la institucionalidad muestre incapacidades para abordar las situaciones de riesgo, es nuestro deber actuar en la denuncia, pero como nos enseña el Frente EcoCipreses también la labor de exigir la rendición de cuentas de estas mismas instituciones es un elemento central para construir mejores formas de gestión y participación.

Si desean ver el conversatorio completo pueden acceder al siguiente enlace: https://cutt.ly/2hsxq9p

Informes con: luis.sanabriazaniboni@ucr.ac.cr tel. 8871 0350. Más información: https://bienescomunes.fcs.ucr.ac.cr/

Encuentros de Confluencia Popular: la participación como clave

Patricia Salgado Muñoz

Hay importantes AVANCES logrados por los procesos de participación comunitaria, ciudadana, que están dirigidos a mejorar la situación del país, en diversas instancias: nacional, regional, local, institucional, etc.

Las exposiciones de cada una de las personas participantes demuestran que existen valiosos procesos en los que se rompe con las añejas apatías y los escepticismos por los beneficios que genera la participación de los y las habitantes del país. No sólo una hay “intención” por participar: se muestran importantes logros concretos en términos de la lucha por el agua; la defensa y el fortalecimiento de la CCSS; el mejoramiento de las condiciones de vida en la zona Atlántica; la defensa de los territorios indígenas, y su ancestral conocimiento de cómo utilizarlos; y la lucha por una gobernanza más transparente, con mejores rendiciones de cuentas por parte de las personas que ocupan –temporalmente, los puestos públicos.

Vencer apatías… promover la participación

Patricia Salgado Muñoz expone el vínculo entre vencer apatías y promover la participación.

Es como si estuviéramos cocinando un plato delicioso pero complejo, que requiere varios componentes, y cada quien, en su lucha, en su región, ha venido preparando algunos ingredientes… Siguiendo con la comparación: ¿Tenemos clara la receta? ¿Sabemos qué estamos preparando? Una de las participantes en uno de los encuentros de confluencia popular lo expresó así: “No estamos en la misma sintonía”. ¿Cómo visualizamos la Costa Rica por la que estamos luchando? (Desarrollaré un poco más esta idea más adelante).

Este tipo de ejercicios, ya sean presenciales o virtuales, generan beneficios múltiples:

  1. El reconocimiento de que “hay un otro”, u “otra”, persona, organización, iniciativa, con la que compartimos aspiraciones, luchas y logros; ya sea que nos hayamos acompañado o que nos acompañaremos en los momentos difíciles, y que juntos y juntas lograremos mucho más. Esto tiene un valor simbólico y práctico importante. Varias personas lo dijeron: “el no sentirse solas”. Siguiendo con la comparación, cuando tengamos “la receta”, ese acompañamiento mutuo se desarrollará mucho más y dará beneficios mucho más significativos.
  2. El intercambio de “los cómo lo hiciste/lo hicimos” permite reconocer lo bueno de los procedimientos en otros lugares o luchas, así, podemos evitar cometer los mismos errores, o bien, replicar sin que llegue a ser un “calco”.
  3. Los problemas enfrentados han sido sino comunes al menos semejantes: la lucha por elementos como el agua, o la tierra; la aspiración por mejores condiciones laborales; por servicios de salud para todos y todas, incluyendo población indígena y migrante, históricamente excluidas; la defensa de instituciones clave, como la CCSS. Esta comprensión de tener “problemas semejantes” debería permitir seguir indagando y analizando más en las causas u orígenes de tipo estructural, “ir más a la raíz”, del sistema (capitalista) en que vivimos y que genera esas condiciones de desigualdad, exclusión, extracción y destrucción del medio ambiente, etc.
  4. Se reconoce la importancia del aprovechamiento del marco constitucional, legal o institucional, para “sacarle sus mejores frutos”: la Constitución, especialmente los artículos 9 y 11; el marco legal de la CCSS; la utilización de la Defensoría de los Habitantes, etc.
  5. La comprensión de que la adversidad puede ser vencida, y que al hacerlo “sacamos músculo”: promovemos o fortalecimos el sentido organizativo; buscamos y analizamos información y con ello generamos saberes y conocimientos; líderes y lideresas surgen o se fortalecen.
  6. Todas las personas, a su vez representantes de organizaciones (sindicales, comunitarias, ciudadanas) manifiestan con entusiasmo su disposición al trabajo conjunto: si cada una de las iniciativas puede verse como un tronco, podemos “construir una balsa”, y tener así más fortaleza que la que tiene cada uno, individualmente.

REFLEXIONES FINALES:

Sabemos que existen procesos particulares, cada quien, en su organización, comunidad, institución, etc, como los presentados en los encuentros de confluencia popular; incluso sabemos que existen aún más iniciativas.

Los logros y avances de cada uno a su vez deberían de contribuir a un proceso general o global, nacional, y al cual “convergen” como los afluentes de un río.

Las comparaciones con el mundo material ayudan, pero… la realidad social es mucho, muchísimo más compleja.

Esa convergencia no necesariamente “se daría” automáticamente, sin la participación humana. Debemos de hacer un esfuerzo consciente, sistemático, para encauzar esos afluentes.

Al igual que la idea que presentamos antes, de una “receta” esta otra de los afluentes de un río, dan una imagen mental; sin embargo, un país, con toda su institucionalidad, marco legal, procesos productivos, grupos de interés, etc.; no puede “reducirse” a una “cena” o un “almuerzo”, o a unos ríos que se juntan.

Otra comparación –también del mundo material, sería si estuviéramos haciendo, colectivamente, un mural, una pintura gigantesca, de una gran pared o un muro enorme. ¿Cómo ponernos de acuerdo en las imágenes, los colores, los detalles?

Si aún algo así –como pintar un mural, requeriría muchas horas de conversaciones, análisis, debates, elaboraciones de propuestas y revisiones…. ¿ahora cómo construir una “imagen-país” ?, que además requeriría actualizarse cada cierto tiempo.

Ha habido algunos intentos por producir documentos que describen el país que queremos (ahora no tengo referencias bibliográfica a mano, pero sé que se han dado).

Por ejemplo si se hubiera tenido alguna “imagen-país” de lo que queremos y por lo que luchamos, ahora habría que “actualizarla” con las condiciones que ha develado el Covid 19.

Si bien han quedado visibilizadas y agravadas muchas inequidades y desigualdades, también “han aparecido” fortalezas y oportunidades. Respecto a estas últimas: la rapidez con que las universidades públicas han desarrollado respuestas técnicas y las han puesto al servicio de las autoridades del sector Salud. Con ello, el país ha recibido beneficios de la inversión social que se ha venido haciendo en décadas anteriores.

Al igual que los procesos de participación ciudadana, visualizo la construcción de la “agenda” (la receta, el mural que queremos) como un proceso. Es conveniente si se cuenta con un documento, pero éste requeriría revisiones y actualizaciones.

Existen metodologías y técnicas para apoyar procesos de planificación y elaboración de agendas, pero igualmente su aplicación, a escala nacional, tiene mucha complejidad y se requerirían recursos que los movimientos comunales y populares no tienen.

Tal vez podría dedicarse algún encuentro de confluencia popular sólo al tema específico de “la Imagen-País que los movimientos comunitarios queremos”.

Crear la agenda popular de la Costa Rica de los próximos años…

Patricia Salgado Muñoz: Crear la agenda popular que muestre la Costa Rica de los próximos años

* Jubilada del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA).

Impacto del narcotráfico sobre la gobernanza participativa y los cambios en los usos de suelo

«… los datos han demostrado que la participación comunitaria resulta ser una estrategia contra el narcotráfico, y que además contribuye a aumentar la seguridad ambiental y social…»

Narcopista Terraba-Sierpe a la par de Laguna Sierpe.
Narcopista Terraba-Sierpe a la par de Laguna Sierpe.

San José, Costa Rica, 16 de mayo de 2018. Con el fin de esclarecer las razones que llevan a la formación de rutas de tránsito de cocaína en las áreas silvestres protegidas y el impacto generado sobre la gobernanza de la conservación, la Universidad Estatal de Texas, la Universidad Estatal de Oregon y la Fundación Neotrópica, presentaron este miércoles su más reciente investigación sobre los impactos del narcotráfico en el Corredor Biológico Mesoamericano.

Dicha investigación corresponde al Proyecto PEGASuS: bajo el enfoque de la gobernanza participativa para conservar los servicios ecosistémicos y a biodiversidad, financiado por Future Earth, con el fin de identificar el ligamen entre la deforestación anómala y las nuevas rutas de tráfico de drogas en la región del Corredor Biológico Mesoamericano.

La investigación se centra en tres casos de estudio: Guatemala, Honduras y Costa Rica, bajo los objetivos principales de: 1) Evaluar los impactos del tráfico de cocaína sobre los servicios ecosistémicos de las áreas protegidas en América Central a través de indicadores ambientales y económicos; 2) Caracterizar las amenazas a la gobernanza en las áreas silvestres protegidas; 3) Involucrar a actores sociales, gestores de las áreas, investigadores, creadores de las políticas en el refinamiento de la evaluación; y 4) Promover la formación de un observatorio de las consecuencias del tráfico de drogas sobre las áreas protegidas de América Central.

Como parte de la comprobación, el trabajo se centra en las siguientes cuatro hipótesis sobre el impacto del tráfico de drogas en la gobernanza ambiental:

  1. Promueve transformaciones extractivistas del paisaje: El aumento que se da del narcotráfico en América Central acelera actividades extractivistas tales como la ganadería y la minería;
  2. Se aprovecha de los modelos verticales y de mercado de la gobernanza: la narcoactividad capitaliza aquellas actividades no participativas que tienden a dejar el espacio para efectos de control de territorio, tal es el caso del turismo y las plantaciones forestales;
  3. Produce impactos asimétricos en la gobernanza ambiental: los efectos del narcotráfico se darán sobre las áreas protegidas según las condiciones intríncecas de cada uno de los territorios, tales como historia ambiental, institucionalidad, entre otros;
  4. Debilita las coaliciones de conservación: El modelo del narcotráfico no solo genera impactos a nivel de las actividades que promueve, sino también sobre las coaliciones sociales, colocándolas en peligro.

“El elemento fundamental que no se ha capturado en análisis previos siendo importante para la conservación de la región, es el efecto sobre la gobernanza”, señaló Bernardo Aguilar, director ejecutivo de la Fundación Neotrópica.

Así mismo, Jennifer Devine, profesora asistente de la Universidad Estatal de Texas, sostiene que los datos han demostrado que la participación comunitaria resulta ser una estrategia contra el narcotráfico, y que además contribuye a aumentar la seguridad ambiental y social “en el caso de un área protegida donde el Estado no tiene mucho poder, como el caso de la Reserva de la Biósfera Maya en Guatemala, la forma de gobernanza más eficaz para proteger la biodiversidad es la gobernanza comunitaria de las concesiones forestales”.

Por su parte, David Wrathall, profesor asistente del departamento de amenazas naturales en la Universidad Estatal de Oregon, destaca que “en el caso de Honduras el modelo de gobernanza participativa es débil, se debe invertir en él. Las comunidades están pagando un precio muy alto, varios comunitarios han sido ejecutados por defender sus territorios en las áreas protegidas. Las comunidades indígenas son despojadas de sus tierras, ellos son los más afectados”. Por otro lado, además asegura que “existe un fenómeno de tránsito y de blanqueo de ganancias ilícitas que se queda en las comunidades para gastar en ciertas inversiones, tal como la ganadería que tienen un alto impacto ambiental”.

Los investigadores subrayan que las implicaciones directas sobre Guatemala, Honduras y Costa Rica presentan un efecto diferente. En Guatemala y Honduras existe una disputa por el control del territorio, la capitalización de actividades económicas (ganadería, palma, minería, turismo) e inclusive los gobiernos municipales. Por su parte, en Costa Rica se presenta degradación de los servicios ecosistémicos tras la utilización de las áreas silvestres como sistemas de bodegaje, reabastecimiento de combustible y cambio de medio de tránsito.

“El tejido social se erosiona y la gente comienza a tener temor, consideramos que sí hay impactos ambientales que debemos tomar en cuenta si queremos conservar la sostenibilidad de las áreas”, indicó Aguilar. “La solución es la misma, invertir para que no se debilite, el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC), deberá tener un acompañamiento adecuado de Guardacostas, Dirección de Policías de Fronteras”, esto para el caso específico de Costa Rica, ya que Guatemala y Honduras carece de instituciones como el SINAC que ejerzan injerencia directamente en las áreas silvestres protegidas.

Las áreas protegidas son el blanco perfecto para que las organizaciones de tráfico de drogas establezcan territorios de control dentro de los países de tránsito, más allá del alcance de los esfuerzos de interdicción liderados por el estado, implementando estrategias como socavar las alianzas de gobernanza de conservación existentes, oponerse a las normas y reglas existentes, alterar los beneficios esperados del pago por servicios ecosistémicos entre otros. Estas organizaciones están estableciendo modelos alternativos de gobernanza de los recursos que desafían la autoridad de las agencias de conservación en la región.

Además, en muchos casos las áreas silvestres protegidas coinciden con territorios fronterizos y zonas marinas internacionales, condiciones que facilitan el tránsito de sustancias ilícitas. Ejemplo de ello son los puntos de entrada de drogas de Centroamérica (por ejemplo, la Reserva de la Biosfera Río Plátano que limita con la costa expansiva de Honduras) y puntos de salida (por ejemplo, el parque nacional Laguna del Tigre en la esquina noroeste de Guatemala, inmediatamente adyacente a la frontera con México) y en el Parque Nacional Corcovado en el sur de Costa Rica, muy cercano a la frontera con Panamá.

Lo agravante de esta realidad es que la afectación va mucho más allá del impacto ambiental sobre las áreas silvestres protegidas, es la factura que esto implica en términos de seguridad para los funcionarios gubernamentales que velan por la protección de estos espacios. A esto se suma la violencia que ha cobrado vidas humanas, catalogando a la región centroamericana como una de las más peligrosas a nivel mundial para activistas ambientales, los afrodescendientes y los indígenas.

La siguiente fase de investigación consistirá en una serie de trabajos de campo en Honduras y Guatemala.

Narcopista Terraba-Sierpe a la par de Laguna Sierpe.
Cambios uso de suelo.

Comunicado enviado por Fundación Neotrópica.

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