Encuentros de Confluencia Popular: la participación como clave

Patricia Salgado Muñoz

Hay importantes AVANCES logrados por los procesos de participación comunitaria, ciudadana, que están dirigidos a mejorar la situación del país, en diversas instancias: nacional, regional, local, institucional, etc.

Las exposiciones de cada una de las personas participantes demuestran que existen valiosos procesos en los que se rompe con las añejas apatías y los escepticismos por los beneficios que genera la participación de los y las habitantes del país. No sólo una hay “intención” por participar: se muestran importantes logros concretos en términos de la lucha por el agua; la defensa y el fortalecimiento de la CCSS; el mejoramiento de las condiciones de vida en la zona Atlántica; la defensa de los territorios indígenas, y su ancestral conocimiento de cómo utilizarlos; y la lucha por una gobernanza más transparente, con mejores rendiciones de cuentas por parte de las personas que ocupan –temporalmente, los puestos públicos.

Vencer apatías… promover la participación

Patricia Salgado Muñoz expone el vínculo entre vencer apatías y promover la participación.

Es como si estuviéramos cocinando un plato delicioso pero complejo, que requiere varios componentes, y cada quien, en su lucha, en su región, ha venido preparando algunos ingredientes… Siguiendo con la comparación: ¿Tenemos clara la receta? ¿Sabemos qué estamos preparando? Una de las participantes en uno de los encuentros de confluencia popular lo expresó así: “No estamos en la misma sintonía”. ¿Cómo visualizamos la Costa Rica por la que estamos luchando? (Desarrollaré un poco más esta idea más adelante).

Este tipo de ejercicios, ya sean presenciales o virtuales, generan beneficios múltiples:

  1. El reconocimiento de que “hay un otro”, u “otra”, persona, organización, iniciativa, con la que compartimos aspiraciones, luchas y logros; ya sea que nos hayamos acompañado o que nos acompañaremos en los momentos difíciles, y que juntos y juntas lograremos mucho más. Esto tiene un valor simbólico y práctico importante. Varias personas lo dijeron: “el no sentirse solas”. Siguiendo con la comparación, cuando tengamos “la receta”, ese acompañamiento mutuo se desarrollará mucho más y dará beneficios mucho más significativos.
  2. El intercambio de “los cómo lo hiciste/lo hicimos” permite reconocer lo bueno de los procedimientos en otros lugares o luchas, así, podemos evitar cometer los mismos errores, o bien, replicar sin que llegue a ser un “calco”.
  3. Los problemas enfrentados han sido sino comunes al menos semejantes: la lucha por elementos como el agua, o la tierra; la aspiración por mejores condiciones laborales; por servicios de salud para todos y todas, incluyendo población indígena y migrante, históricamente excluidas; la defensa de instituciones clave, como la CCSS. Esta comprensión de tener “problemas semejantes” debería permitir seguir indagando y analizando más en las causas u orígenes de tipo estructural, “ir más a la raíz”, del sistema (capitalista) en que vivimos y que genera esas condiciones de desigualdad, exclusión, extracción y destrucción del medio ambiente, etc.
  4. Se reconoce la importancia del aprovechamiento del marco constitucional, legal o institucional, para “sacarle sus mejores frutos”: la Constitución, especialmente los artículos 9 y 11; el marco legal de la CCSS; la utilización de la Defensoría de los Habitantes, etc.
  5. La comprensión de que la adversidad puede ser vencida, y que al hacerlo “sacamos músculo”: promovemos o fortalecimos el sentido organizativo; buscamos y analizamos información y con ello generamos saberes y conocimientos; líderes y lideresas surgen o se fortalecen.
  6. Todas las personas, a su vez representantes de organizaciones (sindicales, comunitarias, ciudadanas) manifiestan con entusiasmo su disposición al trabajo conjunto: si cada una de las iniciativas puede verse como un tronco, podemos “construir una balsa”, y tener así más fortaleza que la que tiene cada uno, individualmente.

REFLEXIONES FINALES:

Sabemos que existen procesos particulares, cada quien, en su organización, comunidad, institución, etc, como los presentados en los encuentros de confluencia popular; incluso sabemos que existen aún más iniciativas.

Los logros y avances de cada uno a su vez deberían de contribuir a un proceso general o global, nacional, y al cual “convergen” como los afluentes de un río.

Las comparaciones con el mundo material ayudan, pero… la realidad social es mucho, muchísimo más compleja.

Esa convergencia no necesariamente “se daría” automáticamente, sin la participación humana. Debemos de hacer un esfuerzo consciente, sistemático, para encauzar esos afluentes.

Al igual que la idea que presentamos antes, de una “receta” esta otra de los afluentes de un río, dan una imagen mental; sin embargo, un país, con toda su institucionalidad, marco legal, procesos productivos, grupos de interés, etc.; no puede “reducirse” a una “cena” o un “almuerzo”, o a unos ríos que se juntan.

Otra comparación –también del mundo material, sería si estuviéramos haciendo, colectivamente, un mural, una pintura gigantesca, de una gran pared o un muro enorme. ¿Cómo ponernos de acuerdo en las imágenes, los colores, los detalles?

Si aún algo así –como pintar un mural, requeriría muchas horas de conversaciones, análisis, debates, elaboraciones de propuestas y revisiones…. ¿ahora cómo construir una “imagen-país” ?, que además requeriría actualizarse cada cierto tiempo.

Ha habido algunos intentos por producir documentos que describen el país que queremos (ahora no tengo referencias bibliográfica a mano, pero sé que se han dado).

Por ejemplo si se hubiera tenido alguna “imagen-país” de lo que queremos y por lo que luchamos, ahora habría que “actualizarla” con las condiciones que ha develado el Covid 19.

Si bien han quedado visibilizadas y agravadas muchas inequidades y desigualdades, también “han aparecido” fortalezas y oportunidades. Respecto a estas últimas: la rapidez con que las universidades públicas han desarrollado respuestas técnicas y las han puesto al servicio de las autoridades del sector Salud. Con ello, el país ha recibido beneficios de la inversión social que se ha venido haciendo en décadas anteriores.

Al igual que los procesos de participación ciudadana, visualizo la construcción de la “agenda” (la receta, el mural que queremos) como un proceso. Es conveniente si se cuenta con un documento, pero éste requeriría revisiones y actualizaciones.

Existen metodologías y técnicas para apoyar procesos de planificación y elaboración de agendas, pero igualmente su aplicación, a escala nacional, tiene mucha complejidad y se requerirían recursos que los movimientos comunales y populares no tienen.

Tal vez podría dedicarse algún encuentro de confluencia popular sólo al tema específico de “la Imagen-País que los movimientos comunitarios queremos”.

Crear la agenda popular de la Costa Rica de los próximos años…

Patricia Salgado Muñoz: Crear la agenda popular que muestre la Costa Rica de los próximos años

* Jubilada del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA).