Ir al contenido principal

Etiqueta: partidos políticos

Partidos políticos y la reforma a la deuda electoral

Vladimir de la Cruz

Los partidos políticos, tal y como los conocemos hoy, en la vida nacional, surgieron en 1890. Desde entonces, solamente por medio de partidos políticos los costarricenses pueden participar en elecciones y solo por medio de ellos pueden aspirar a algún puesto de elección popular, como candidatos al Poder Ejecutivo, al Poder Legislativo o a los puestos de elección municipal y cantonal.

Desde aquella época hasta hoy el proceso electoral ha evolucionado mucho, y de mejor forma. Así por ejemplo, hasta 1913 se impuso la elección directa, todavía con voto público, eliminando la elección con electores de segundo grado. En 1924 se estableció el voto secreto, dándole más fuerza al elector para que votara en conciencia si temor de persecuciones o presiones de ningún tipo. Desde 1889, con motivo de la movilización popular que se hizo para defender el resultado de las elecciones, y el papel que en esa movilización tuvieron las mujeres, el Presidente José Joaquín Rodríguez, introdujo la idea de reconocer el voto de las mujeres, lo que en ese momento no se logró, pero detonó a partir de la década de 1910 movimientos que se realizaron en esa dirección. En la Asamblea Constituyente de 1917 se discutió esto sin que se aprobara. Con la Asamblea Constituyente de 1949 se incorporó a la mujer con plenos derechos políticos y desde 1953 empezó a participar como candidata a puestos de elección popular. En 1953 se eligieron las primeras tres diputadas. En este campo se ha fortalecido su participación obligando primero la representación vertical obligada de manera alternativa y, luego, también horizontal para los partidos que inscriben papeletas en dos o mas provincias, o cantones de una misma a provincia. En 1974 se introdujo el voto a los 18 años. Entre1974 y 1975 se eliminó la traba constitucional del Segundo párrafo del Art. 98, que se aplicaba para no permitir la participación de partidos de izquierda.

Dentro de las reformas importantes, para asegurar la mayor transparencia al proceso electoral se creó, en 1946, el Tribunal Electoral, luego llamado Tribunal Supremo de Elecciones que desde 1949 goza de autonomía con rango igual a los Poderes del Estado.

En la perspectiva histórica inmediata y de mediano plazo no hay nada que conduzca a que esta situación cambie. Se seguirán haciendo elecciones con partidos políticos y solo con ellos. No hay propuestas de proyectos de ley para establecer, por ejemplo el voto a los 16 años, como existe en otros países. Hay proyectos para modificar la elección de diputados, pero no para permitir que se puedan elegir por grupos sociales organizados que no sean partidos políticos, los hay para ampliar el plazo de elección a 5 o 6 años, con reelección consecutiva y con cambio de la mitad de diputados a medio período, o para aumentar el número de diputados que es necesario hacerlo, lo mismo que proyectos de ley de revocatoria de mandatos para diputados como para el Poder Ejecutivo. Para reformas electorales hay todavía para hacer y que son necesarias.

A los partidos políticos, con la Constitución de 1949, se les reguló y se garantizó por reformas posteriores su financiamiento para las campañas electorales, a cargo del Estado, con la intención de sacarlos del área de influencia de unos cuantos ricos que antes ponían candidatos financiando sus campañas políticas y las de sus partidos.

Esa reforma de por sí democrática, no lo fue tanto. Se crearon los mecanismos para que de ese financiamiento solo se favorecieran, para el reconocimiento del pago de sus gastos electorales de campaña, solo a los partidos políticos que en la elección sacaran un 4% o más de votos. En algún momento, en la década de 1950, se propuso que solo recibieran ese apoyo los que sacaban más del 10%. Con esos dos porcentajes solo dos partidos políticos se beneficiaban de ese porcentaje, exceptuando de vez en cuando que algún pequeño partido lo lograra.

Cuando estos pequeños partidos eligieron diputados sin el 4% de votos impusieron para las negociaciones parlamentarias, y el negocio de sus votos para Proyectos de Ley, que especialmente el Poder Ejecutivo necesitaba, que se modificara la disposición para que se les reconociera el derecho a la deuda electoral, como se reconoce hoy, cuando se elige al menos un diputado.

Esto ha hecho que más del 95% de los partidos que han participado en los procesos electorales, desde 1953, no se les reconozca nada respecto a los gastos electorales que incurren, aún bajo la supervisión contralora del Tribunal Supremo de Elecciones. Con esto el Tribunal ha mantenido una segregación y una división de los ciudadanos y electores en dos categorías, los que califican para que al partido que votaron les reconozcan pagos de la deuda y a los que no. Los ciudadanos, todos iguales, en derechos y en el padrón electoral, no lo son para el valor económico que se le asigna a cada cual en el proceso electoral. Los electores que no eligen diputados pierden su valor económico, en su partido político. En su lugar solo valen los de los partidos que sí sacan el 4% o eligen diputados. No ha habido forma que el Tribunal Electoral modifique esto.

Lo peor de este proceso es que la plata, o el valor de los votos que no se pagan a partidos pequeños, de esos pequeños partidos, a la cual deben tener derecho, se redistribuye entre los que si lograron elegir o sacar el 4% de votos, lo cual es y sigue siendo una verdadera estafa a la participación democrática, y a la igualdad ciudadana en materia electoral, y a la discriminación real y efectiva de partidos políticos.

Para financiar estos gastos se ha dispuesto un 0.17% del Producto Interno Bruto, que equivale en términos generales a una cifra grande de millones de colones.

Los partidos políticos obligados por ley a presentar presupuestos para su campaña electoral, que por presentados no pueden ser modificados, nunca han llegado a justificar en el 100% de los gastos que presentan para que se les reconozcan, y el conjunto de todos los presupuestos, de todos los partidos que participan en cada campaña electoral, que es lo que les da derecho a cobrar pasada la campaña, tampoco llega a superar más del tercio del 0.17 % que existe para este propósito. Esto se ha justificado hipócritamente en la idea que es para ahorrar dineros al Estado. Ello ha llevado a que en las últimas campañas se realicen modificaciones para que en lugar del 0.17% se cubra solo el 0.11%, y aun así tampoco se llega a gastar todo.

El Tribunal de Elecciones, para pensar lo mejor, y no lo peor, ha caído en esta trampa y en cierta manera la estimula. Actualmente hay proyectos de ley para establecer de manera permanente un techo que no sea superior al 0.11%. Los más perjudicados de esto son en general todos los partidos pequeños que están dentro de la Asamblea Legislativa y peor, o más perjudicados, los que no están con representación parlamentaria.

El IFED, instituto que tiene el Tribunal, que yo apoyo, para estimular procesos de capacitación en democracia y de los partidos políticos, hasta ahora en todas sus gestiones y trabajos, no se proyecta más fortaleciendo la estructura y la vida cotidiana de los partidos políticos, especialmente de los que no eligen representantes pero que siguen existiendo de una elección a otra, y para verdaderamente estimular nuevos partidos políticos, independientemente de que pudieran ser una “catizumba” de partidos.

Si originalmente, con garantizar el pago de las campañas a cargo del Estado, se trataba de eliminar la influencia de los ricos y el control de ellos sobre partidos y candidatos, eso no se ha podido evitar porque pueden financiar personas y partidos políticos, porque está autorizado el financiamiento privado.

El financiamiento público debería regularse de manera que se prohíba de cualquier forma el financiamiento directo a personas candidatos y a partidos políticos. Esta es la única manera que se evite ese control, porque puede darse, de la misma manera, el financiamiento de grupos narcos, mafiosos, y lavadores de dineros a candidatos y a partidos políticos.

¿Es posible esto, de prohibir el financiamiento privado? Es posible si el Tribunal ejerciera el control completo del movimiento financiero de los partidos políticos, desde que se presentan los presupuestos de campaña. ¿Cómo? Administrando toda la deuda electoral de las campañas, democráticamente de la siguiente manera, a modo de ejemplo, para entender mejor:

1.- La mitad de lo dispuesto para financiar a todos los partidos se le da, a los partidos que vuelven a participar en la elección, en proporción a los votos que recibieron en la campaña anterior. De esta manera todos los partidos, que de nuevo se inscriben, reciben su parte proporcional que es mucho dinero.

2.- A todos los nuevos partidos y a los que repiten se les proporciona de manera igual la otra mitad de dineros destinados para los gastos electorales de la campaña que viene. Así todos los partidos nuevos y viejos reciben una parte del dinero para sus gastos que ha presupuestados y han entregado en su Presupuesto al Tribunal.

3.- Ya fijados los montos posibles que les corresponderá a cada partido, viejos y nuevos, el Tribunal abre cuentas en la Banca Nacional o Privada, según cada partido disponga donde la quiere, y allí depositará lo correspondiente a pagos que deban hacerse contra los gastos que se van realizando, contra la solicitud que hagan, ante el Tribunal Supremo de Elecciones, los partidos de sus contratos de servicios electorales, debidamente bien presentados y justificados. De esta manera todos los partidos tienen posibilidad de contratar servicios para su campaña, contra el derecho real que tienen, por tradición electoral anterior y por participar por primera vez. Todas las empresas, incluidas las de medios de comunicación, y sus agencias publicitarias podrían ganar más dinero si de eso se trata, porque se pone más dinero en gastos asegurando de esa manera a todos los partidos. Se evita que las empresas publicitarias se conviertan en verdaderas organizaciones “mafiosas” de control de la publicidad, solo para ciertos medios de comunicación, y se evita la manipulación perversa que se hace de las encuestas para no financiar pequeños partidos políticos. Los que contratan con los partidos pierden los riesgos de no pagos de contratos, aseguran de esta manera sus pagos. Los partidos que no logran votos se enfrentan a la posibilidad de que en la siguiente campaña les toque menos dinero.

4.- Los contribuyentes privados, si se mantiene el derecho de hacer donaciones, en este caso podrían hacer sus contribuciones directamente a las cuentas oficiales abiertas, del partido de sus preferencias, y bajo control del Tribunal de Elecciones. El Tribunal en estas cuentas solo tiene el papel fiscalizador de velar por los ingresos de dineros, y el de la salida contra los pagos debidamente contratados, que finalmente en todas las campañas el Tribunal siempre fiscaliza, post campaña, para autorizar los pagos correspondientes.

Mientras se mantenga abierto el portillo del financiamiento privado siempre va a haber el peligro de la mano sucia del dinero sucio en las campañas electorales. Esto ahora es más fuerte y tenebroso. Es casi inevitable. Por algunos sucesos policiales, que están sucediendo en el país, pareciera que nos acercamos a situaciones como las de Colombia y República Dominicana cuando hace algunas campañas electorales las mafias directamente tenían sus candidatos o financiaban directamente candidatos.

Es una tontería política, que no es ingenuidad parlamentaria, tratar de reducir el Presupuesto del 0.17%, que hoy existe para las campañas electorales. Ese dinero debe servir, en este momento, con más urgencia, a fortalecer al Tribunal Supremo de Elecciones para que pueda montar para las elecciones del 2022 el sistema electrónico de las mismas, del voto electrónico, cueste lo que cueste. No habría pretexto si hay dinero para pagar el sistema que permita realizar las votaciones de esta manera. Pero, además, debe asegurarse una buena cantidad de dinero, y no migajas, para el financiamiento de las campañas municipales, que no tienen un buen respaldo económico en este sentido. Y debe hacerse una reserva de dinero, en manos del Tribunal Supremo de Elecciones para procesos de consultas populares que podrían convocarse. La Democracia hay que pagarla y si “jugamos” a la Democracia hagámoslo bien.

Algunos de los diputados que están defendiendo la tesis de rebajar el 0.17% al 0.11%/, o menos, es porque sus maquinarias partidarias están aseguradas con lo que saben que les puede corresponder con ese monto, o con uno más alto, y saben que menos posibilidades tendrán los partidos pequeños, a quienes les interesa aplastar o estrujar.

Y los diputados de partidos pequeños que están defendiendo estas tesis equivocadas, lo hacen por ingenuidad, torpeza, ceguera o por idiotez política extrema, más que por demagogia. Aquí la demagogia de la austeridad en gastos no opera. La Democracia hay que pagarla cueste lo que cueste, de lo contrario vamos a tener la democracia de las mafias operando en los procesos electorales.

Además, están las elecciones municipales que hay que darles buen financiamiento, que no lo tienen. Junto a esto hay que asegurarle al Tribunal dineros para realización de Referéndums, Plebiscitos y Consultas ciudadanas que podrían estimularse más para lograr una sociedad y una participación democrática más moderna y efectiva.

La otra discusión que está en el ambiente parlamentario es hipócrita en la forma. Tal vez válida en el fondo. ¿Se debe reducir el plazo de la campaña electoral? Veamos.

Las campañas hasta hace no muchos procesos electorales, con la prensa y radio tradicionales, exigían largos períodos de campaña para poder recorrer el país por parte de los candidatos. Con la televisión sumada se aceleraron esos tiempos. Radio, Televisión, y una prensa que llegaba cada vez más largo en el territorio nacional, y el mismo día, ya no obligaba a esas giras tan largas y sostenidas. Empezaron a preocuparse los partidos por las grandes concentraciones, especialmente finales, en las ciudades y en la capital, en la víspera del día de votación. Por supuesto que intensificó la presencia en medios de comunicación, y electrónicos que empezaron a sumarse en esta contienda electoral.

Hoy, frente a este desenfreno de medios de comunicación, de las llamadas redes informáticas, con todos sus matices, las concentraciones prácticamente han desaparecido, además de que son caras en su preparación. La pandemia ha demostrado que, con sus programas de relaciones de grupos, tipo zoom y otros, se pueden atender públicos diversos, por muchas horas en el día en diferentes partes del territorio nacional. Pongo un ejemplo sencillo. Hoy una conferencia por zoom puede reunir hasta 700 personas. He tenido esa experiencia. Y he salido de esa actividad y entro a otra con 70 personas, y luego a otra con otro público, y otra, incluso, fuera del país, en lugares tan distantes que si no fuera por estos medios, habría que haber programado esas actividades por los menos en tres días diferentes.

El país tiene la población educada para los procesos electorales, la tiene preparada para confiar en el Tribunal Supremo de Elecciones, hasta ahora inmaculado de fraudes originados en su institucionalidad, o de estar sometido a un Gobierno o un partido político determinado. Su autonomía es respetada por tirios y troyanos, y la honradez y honestidad de sus integrantes también.

¿Podemos reducir el plazo de las campañas? Si las elecciones se hacen electrónicas si se puede reducir hasta un mes perfectamente para la primera vuelta, y hasta tres semanas para una segunda vuelta si fuera del caso. Hay experiencias internacionales en este sentido que pueden ser útiles y asimilables.

Hay que dejarse de carajadas. Hay que ir a la reforma del pago de la deuda electoral en igualdad de condiciones para todos los partidos políticos, de manera que se garantice que todos los electores valgan igual para todos los partidos políticos, en lo que cuesta cada voto en el Presupuesto Nacional dispuesto para ello.

Hay que ir a las elecciones electrónicas, ojalá para las elecciones del 2022. ¿Se puede? Sí se puede si hay voluntad política en el Tribunal Supremo de Elecciones y en los partidos políticos, con asiento en la Asamblea Legislativa, para asumir el costo de lo que pueda significar implementar el sistema electrónico.

Hay que asegurar, que el financiamiento privado a las campañas sea totalmente prohibido, o que en su lugar se haga canalizado a cuentas bancarias oficiales de los partidos políticos, a través del Tribunal Supremo de Elecciones, ante quien se justificaría la donación respectiva.

Hay intereses políticos y económicos que posiblemente no quieren que se hagan estos cambios. Es más fácil y es mejor para el engranaje mafioso que se está desarrollando en el país, que haya menos controles financieros de las campañas, que se siga facilitando el financiamiento privado, casi sin control, y que las campañas duren lo más posible por el movimiento de dineros que de manera sucia se pueden mover alrededor de los procesos electorales.

¿Avanzamos o no avanzamos, en mejorar el sistema, pareciera ser el dilema?

V Conferencia Internacional POR EL EQUILIBRIO DEL MUNDO – aplazamiento

Declaración del Consejo Mundial del Proyecto José Martí de Solidaridad Internacional

APLAZAMIENTO para los días 25 al 28 de enero del 2022

El Consejo Mundial del Proyecto José Martí de Solidaridad Internacional, tras una consulta con todos sus miembros, ha tomado la decisión de aplazar para los días 25 al 28 de enero del año 2022 la V Conferencia Internacional POR EL EQUILIBRIO DEL MUNDO, que originalmente estaba prevista para el próximo 2021.

Los integrantes del Consejo Mundial reconocemos que el desastre provocado por la Pandemia del COVID-19 ha puesto de manifiesto muy claramente la necesidad de trabajar por el equilibrio del mundo, la colaboración y la solidaridad internacionales, la equidad, el desarrollo sostenible, justicia social y la paz, lo que hace más oportuna que nunca antes la celebración de este cónclave que tiene el coauspicio de la UNESCO, la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, y otras muchas instituciones. No obstante –vista la situación y las condiciones que prevalecen en la actualidad en la mayoría de los países, agobiados por una profunda crisis sanitaria, económica y social- un análisis frío y realista conduce necesariamente a la necesidad de aplazar un año la cita.

Esto permitirá contar con más tiempo para favorecer la asistencia al evento de muchísimos académicos, profesores e investigadores, promotores culturales, activistas sociales, representantes de partidos políticos, de organizaciones no gubernamentales y de otras instituciones de la sociedad civil, de todas partes del mundo, que han manifestado su interés en participar en este foro internacional, plural y humanista, que se realiza en La Habana, cada dos años en homenaje al gran pensador cubano, latinoamericano y universal José Martí.

Este evento internacional se efectuará en La Habana, Cuba. Salvo el cambio de fecha (ahora sería del 25 al 28 de enero del 2022), la convocatoria que oportunamente se libró para este evento mundial mantiene total vigencia.

La V Conferencia Internacional POR EL EQUILIBRIO DEL MUNDO tiene carácter plural y multidisciplinario, tiene el propósito de darle continuidad al Congreso Mundial de Humanidades efectuado en el 2017 en Lieja, Bélgica, y, entre otros temas cardinales abordará la importancia del diálogo y la diversidad cultural, el papel y los desafíos de los movimientos sociales, la lucha por la paz y el desarme nuclear, los riesgos y esperanzas de las nuevas tecnologías de la información, los ecosistemas y la necesidad de su preservación, las políticas culturales y la identidad nacional, el multilateralismo como mecanismo indispensable para el equilibrio mundial, las artes y las letras en la formación de una cultura de resistencia, el desarrollo sostenible y la equidad social, la educación y los derechos humanos en el siglo XXI, el combate contra la discriminación racial y por la igualdad de género, la diversidad religiosa, el ecumenismo y la espiritualidad, el problema global del narcotráfico, el papel actual de la juventud en los procesos de cambio, la construcción de una democracia participativa, y los aportes del pensamiento latinoamericano, desde Simón Bolívar y José Martí hasta nuestros días.

En correspondencia con la actual crisis mundial, hemos propuesto al Comité Organizador de esta V Conferencia Internacional, añadir en la agenda de discusión un nuevo punto que, de manera general, se ha titulado “Experiencias derivadas de la Pandemia del COVID-19”.

El propio Comité Organizador nos ha pedido dar a conocer que todas aquellas personas que ya se habían inscripto en el sitio web del evento (http://www.porelequilibriodel mundocuba.com) como ponentes o con el estatus de participantes en dicho cónclave mantienen todos sus derechos.

Llamamos a todas las personas de buena voluntad (intelectuales, educadores, artistas, escritores, periodistas, activistas sociales, miembros de organizaciones no gubernamentales, políticas, feministas, campesinas, juveniles y estudiantiles, sindicales, religiosas, científicas, ambientalistas…) a esforzarse por participar en este foro de pensamiento plural y multidisciplinario, a fin de convertirlo en un escenario para contribuir a sensibilizar a la opinión pública mundial en torno a la necesidad de crear una conciencia tangible contra los males que hoy aquejan a la Humanidad y ponen en riesgo la propia existencia de nuestra especie.

15 de julio del 2020
Consejo Mundial del
Proyecto José Martí de Solidaridad Internacional

Integrantes del Consejo Mundial del Proyecto José Martí de Solidaridad Internacional:

Federico Mayor Zaragoza (España), ex director general de la UNESCO; presidente de la Fundación Cultura de Paz.
Adolfo Pérez Esquivel (Argentina), Premio Nobel de la Paz; destacado activista por los Derechos Humanos.
Ignacio Ramonet (Francia), analista internacional, escritor y periodista francés.
Frei Betto (Brasil), teólogo e intelectual; Premio Internacional José Martí UNESCO/2012
Carlos Bojórquez Urzáiz (México), intelectual, investigador y profesor; responsable del Consejo Científico de la Universidad José Martí de Latinoamérica, sede en Mérida, Yucatán.
Atilio Borón (Argentina), sociólogo y analista político; Premio Internacional José Martí UNESCO/2009.
Vittorio Di Cagno (Italia), jurista; Presidente de Honor de la Comisión Internacional de la Unión del Notariado Latino.
Miguel Ángel Candanedo (Panamá), filósofo, director de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Panamá.
Guillermo Castro Herrera (Panamá), especialista en estudios ambientales; Asesor de la Fundación Ciudad del Saber, Panamá.
Paul Estrade (Francia), Profesor Emérito de la Universidad de París VIII; Ex Presidente del Centro de Historia de las Antillas Hispánicas y de la Sociedad de amistad Francia-Cuba.
Pablo Guayasamín (Ecuador), Presidente Fundación Guayasamín.
Pablo González Casanova (México), intelectual; Ex Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Jean Lamore (Francia), profesor adjunto en la Universidad de Burdeos, Francia.
Luigi Lombardi Vallauri (Italia), destacado jurista y profesor.
Juan Marchena Fernández (España), profesor latinoamericanista y Coordinador del Centro de Estudios Avanzados para América Latina y el Caribe, Universidad Pablo de Olavide, Sevilla, España.
Mario Alberto Nájera Espinoza (México), filósofo, profesor en la Universidad de Guadalajara, México; y Coordinador de la Red Internacional de Cátedras Martianas.
Raúl Pérez Torres (Ecuador), prestigioso escritor.
Max Puig (República Dominicana), intelectual y político; Ex Secretario de Estado de Trabajo de la República Dominicana.
Tony Raful (República Dominicana), poeta e historiador; Ex Secretario de Estado de Cultura de la República Dominicana.
Pedro Pablo Rodríguez López (Cuba), investigador titular del Centro de Estudios Martianos; Premio Nacional de Historia y de Ciencias Sociales de Cuba.
Luis Gomes Soromenho (Portugal), profesor universitario, economista y político.
Emilio Lambiase (Italia), profesor y activista social.
Francisco Galindo (España), promotor cultural y profesor adjunto de la Universidad Complutense de Madrid, España.
Alicia Kirchner (Argentina), activista social y política; Ex Presidenta del Comité Intergubernamental del Programa MOST de la UNESCO.
Chung Kyung Won (Corea del Sur), catedrático en la Universidad de HANKUK; presidente del Instituto de Estudios Latinoamericanos de esa institución de Seúl, Corea del Sur.
José Antonio Ruz Hernández (México), Rector de la Universidad Autónoma del Carmen, México.
Vivian Auffant (Puerto Rico), catedrática del Departamento de Literatura y Español de la Facultad de Estudios Generales de la Universidad de Puerto Rico.
Jorge Cuellar Montoya (México), Rector de la Universidad José Martí de Latinoamérica, de Monterrey, México.
Eduardo Torres Cuevas (Cuba), historiador; Director de la Oficina del Programa Martiano y Presidente de la Sociedad Cultural José Martí, Cuba
Francisco Beltrán Lloris (España), profesor de Historia Antigua de la Universidad de Zaragoza, España.
Guillermo Daniel Ortega Reyes (Nicaragua), parlamentario; secretario de la Comisión de Relaciones Internacionales del Parlamento Centroamericano.
Marjorie Jiménez Castro (Costa Rica), profesora de Filología y Lingüística en la Universidad de Costa Rica.
Peter Koenig (Suiza), economista y analista geopolítico.
Héctor Hernández Pardo (Cuba), profesor universitario; Coordinador Ejecutivo del Proyecto José Martí de Solidaridad Internacional.

 

*Imagen de cabecera: Clausura de la IV Conferencia Internacional POR EL EQUILIBRIO DEL MUNDO

¿Cómo empieza a encuadrar el próximo proceso electoral?

Vladimir de la Cruz

Con frecuencia me preguntan cómo veo el escenario electoral hoy. No es fácil pintarlo adecuadamente, pero se pueden hacer algunas reflexiones.

He insistido en algunos artículos en la necesidad de avanzar, en el plano político, hacia coaliciones político electorales en el país.

Concentrar en cuatro o cinco grupos bien definidos políticamente le haría muy bien al país, al electorado, a la cultura ciudadana, a la conciencia cívica y al gran debate político nacional, siempre y cuando estas coaliciones se organicen sobre propuestas de Plan País, de Programas Políticos Nacionales para la mejor convivencia nacional, para un mejor desarrollo del sistema económico y político nacional, pero sobre todo para la mejor vida democrática.

Tradicionalmente, en Costa Rica, tuvimos en el Siglo XIX movimientos liberales, que culminaron en partidos políticos que se identificaban con el liberalismo político y el liberalismo económico.

Antes de 1890 quienes se decían pertenecientes al Partido Liberal lo eran porque abrazaban los postulados teóricos del liberalismo clásico de entonces o se identificaban con ellos. Orden, Progreso, Libertad eran los postulados básicos y clásicos de los liberales de finales del siglo XIX costarricense.

En Costa Rica, a diferencia de otros países, no se desarrollaron movimientos conservadores ni partidos conservadores, de modo organizado. Aun cuando se organizó el Partido Unión Católica, a finales del Siglo XIX, al impedírsele funcionar por el uso de ideas y sentimientos religiosos, no facilitó que se impulsaran partidos políticos, motivados religiosamente, cuando la religión católica era fundamental, de hecho monopólica en el escenario de las ideas religiosas en el país, cuando empezaban a penetrar las ideas religiosas no católicas, pero cristianas, que llegaron con la construcción del ferrocarril al Atlántico, principalmente.

Al no desarrollarse partidos ni movimientos políticos conservadores, dentro de los partidos liberales y de los movimientos liberales, arropados con sus banderas, sí se expresaron líderes políticos conservadores. Eso hizo que algunas personas que se autodenominaban liberales fueran en sus planteamientos prácticos conservadores, y a la inversa, algunas personas que se reconocían como conservadoras actuaran como liberales.

Frente a esos inicios del movimiento liberal organizado en partidos políticos, se dio en el Siglo XIX, el surgimiento de movimientos populares y partidos populares, como lo fueron el intento de un Partido de Obreros en 1886 y el Partido Independiente Demócrata en la década de 1890, ambos impulsados por Félix Arcadio Montero, el último Rector de la Universidad de Santo Tomás, quien también se opuso a su cierre.

Desde 1874 la sociedad costarricense había empezado a distinguirse en clases sociales, y empezaba a tomar conciencia social y política de ello. Igualmente, la sociedad costarricense se percibía a finales del Siglo XIX como una sociedad divida en clases. Así, por ejemplo, Félix Arcadio Montero, llamaba a los trabajadores, a los artesanos y a los obreros a organizarse, como “chaquetas”, “descamisados” y “descalzos” contra los “levitas” y el “Olimpo”. El Partido Independiente Demócrata llegó a elegir un Diputado, Faustino Montes de Oca, y obligó a que los partidos liberales de la época, impulsaran dentro de sus filas “Clubes” de Obreros, de Artesanos. Uno de esos partidos llegó a elegir, de esa manera, a otro trabajador, a Víctor Gólcher.

Los partidos movimientos políticos liberales, y los partidos liberales, marcaron el rumbo político y económico del país, desde 1870 en adelante. Los movimientos populares que fueron surgiendo a finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX no hicieron mella en su dominio político institucional. En las elecciones de 1914 regionalmente se impulsaron partidos obreros en Limón, en Grecia y San José sin éxito electoral.

A finales de la década de 1910 el Dr. Aniceto Montero impulsó el Centro Socialista de Costa Rica y un Partido Socialista, sin participación electoral alguna. Divulgador y defensor de la Revolución Rusa y de Lenin, su principal líder, llegó a organizar desfiles de duelo a la muerte del gran dirigente político comunista.

Frente al movimiento político del Dr. Aniceto Montero se levantó como partido político, y con el apoyo sindical de la Confederación General de Trabajadores, Jorge Volio Jiménez, fundando su Partido Reformista, que eligió diputados obreros, defendió la Revolución Rusa, en una etapa de su desarrollo, exigió al Gobierno de Cleto González Víquez que restableciera relaciones con la Rusia Comunista, las que se habían suspendido, o roto, con el triunfo de la Revolución Bolchevique, relaciones que existían, con el Gobierno Zarista, desde el Gobierno del General Tomás Guardia Gutiérrez.

El Centro Socialista o Partido Socialista del Dr. Aniceto Montero y el Partido Reformista empezaron a cuestionar la existencia y presencia de los liberales en el Gobierno, y en la estructura del Estado, y a levantar banderas de defensa de los intereses populares, y de reformas sociales, que no fueron banderas ni luchas de los liberales. Así se fue marcando el nuevo escenario político electoral, y de cuestionamiento del movimiento liberal costarricense.

En 1931 al fundarse el Partido Comunista de Costa Rica fue más categórico el enfrentamiento con los liberales, y con el Partido Reformista que todavía existía. El Partido Comunista se enfrenta al Partido Reformista para ganarse a los sectores obreros y campesinos, y a la gran masa de desempleados que había provocado la crisis de 1928-1934, cuando el Partido Reformista estaba totalmente aliado a los gobiernos de entonces desde 1928 hasta 1934, cuando prácticamente desaparece.

La década del 30 la domina en ese escenario el Partido Comunista, y dirige al movimiento sindical organizado, que venía desde la crisis económica internacional. Del movimiento liberal el Partido político dominante fue el Republicano, que en su seno tenía dos sectores, uno liberal clásico y otro conservador, con características anticomunistas, en esa década, que se manifestaron con impedir que electoralmente el Partido Comunista participara en elecciones con el nombre de “comunista”, por lo que impulsaron el Bloque de Obreros y Campesinos, para efectos electorales, les reprimieron expulsando los maestros del magisterio nacional, impidieron la elección del diputado electo en 1938, el poeta e intelectual Carlos Luis Sáenz.

Antes de 1917 la Iglesia Católica, y desde la Encíclica Rerum Novarum, de 1891, había tomado partido por las luchas y reformas sociales y laborales, para disputar espacios a los anarquistas, socialistas y comunistas en las masas de trabajadores y obreras. Frente a las organizaciones sindicales de izquierda la Iglesia organizó las suyas, en toda la línea, nacional, regional e internacionalmente. Con el triunfo de la Revolución Socialista de Octubre, la Iglesia arreció contra la Revolución Rusa, contra los partidos comunistas, en todas partes del mundo, e impulsó nuevas organizaciones sociales para ganar espacios y restarle influencia a los comunistas, socialistas y anarquistas. La Encíclica Quadragesimo Anno, de 1931, marcó esta nueva situación, precedida del Código Social de Malinas, de la década del 20. Estos documentos dieron origen a la llamada doctrina socialcristiana, y al surgimiento de movimientos y partidos políticos socialcristianos.

A finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX, en la socialdemocracia clásica europea, donde se agrupaban distintas vertientes políticas, se produce una discusión política que divide a estos socialdemócratas en las corrientes socialdemócratas y en las corrientes socialistas y comunistas.

Así se fueron configurando esas tendencias políticas típicas desde la primera mitad del siglo XX, las socialdemócratas, las socialcristianas y las comunistas y socialistas, con sus variantes de izquierdas.

En las elecciones de 1939, en Costa Rica, terminaron enfrentándose el Partido Republicano, con Rafael Ángel Calderón Guardia, que sacó un 88% de votación, el Bloque de Obreros y Campesinos, con Manuel Mora Valverde, que logró un 11% de votación, convirtiéndose en la segunda fuerza electoral y el Partido Confraternidad Guanacasteca, con 1%.

Así se entró a la década de 1940-1949, en medio de una II Guerra Mundial, 1939-1945, que produjo las condiciones para que entre 1942 y 1943 se dieran las condiciones para forjar la alianza del Partido Comunista con el Gobierno de Rafael Ángel Calderón Guardia, que avaló la Iglesia Católica, con el nuevo Arzobispo Víctor Manuel Sanabria Martínez, que llegó a su arzobispado igual en tiempo que como llegó a la Presidencia Calderón Guardia.

El Arzobispo Sanabria había logrado, con el pacto de la Iglesia con el Gobierno para apoyar la candidatura de Calderón Guardia, amarrar la desarticulación de las leyes liberales aprobadas en el país entre 1882 y 1884 principalmente, sin que los liberales en la elección de 1939 lo impidieran, a pesar de que Ricardo Jiménez lo intentó, incluso procurando una coalición política con los comunistas para enfrentarse a Calderón Guardia. En 1940 el Gobierno de Calderón Guardia desarticuló las reformas liberales bajo la dirección de su Ministro de Educación, Luis Demetrio Tinoco.

El ambiente de la II Guerra Mundial, el ataque a las bases norteamericanas en Hawai, en diciembre de 1941, hicieron que Costa Rica entrara al escenario internacional declarando la guerra a Japón, Italia y Alemania, colocándose al lado de la Unión Soviética y los países que luchaban contra el avance fascista y su guerra en Europa, situación que favoreció el clima para la alianza que se lograría con el Partido Comunista, ya formalmente en 1943, y para las elecciones de 1944 cuando el Partido Republicano y el Partido Comunista, denominado Vanguardia Popular, desde junio de 1943, hacen la coalición electoral llamada Bloque de la Victoria, para asegurar las reformas sociales y el Código de Trabajo, recién aprobadas e impulsar la candidatura presidencial y el Gobierno de Teodoro Picado,1944-1948.

Los sectores opositores a los gobiernos de Calderón y de Picado, se habían organizado con movimientos intelectuales y políticos, el Centro de Estudios para los Problemas Nacionales, su Revista Surco, el Partido Social Demócrata y su periódico, de igual nombre, con el ex Presidente León Cortés como su principal líder hasta 1946 cuando fallece, y asume el liderato político de la oposición Otilio Ulate. A ellos se había sumado José Figueres Ferrer, de manera accidental, convertido en figura política por la expulsión que le hace el gobierno de Calderón Guardia, y quien sostenía la tesis militarista de salir del gobierno de Teodoro Picado considerando que en las elecciones de 1944, Teodoro Picado se había elegido con fraude.

Los sucesos de la elección de 1948 y la anulación de la Presidencia de Otilio Ulate, triunfador de esa elección, conducen a la Guerra Civil, de marzo y abril, con una derrota militar contundente en contra del Gobierno y de los comunistas que le defendieron, con las armas en la mano.

Figueres se impone sobre Otilio Ulate, se niega a entregarle el poder inmediatamente, se queda gobernando el país casi dos años, donde impulsa reformas muy importantes y en el plano político crea y hace surgir un escenario nuevo, sin comunistas en la vida pública, porque los pone fuera de la ley y sin posibilidad electoral de participar, prácticamente hasta 1970.

En esos 20 años crearon las condiciones para desarrollar la nueva Costa Rica, de la segunda mitad del Siglo XX, sin comunistas como una fuerza política electoral importante, se crearon las condiciones para desarrollar una estructura bipartidista nacional en el ejercicio del gobierno y del dominio legislativo.

Desde los años 1953 hasta 1982, en el ejercicio del gobierno, estuvieron el Partido Liberación Nacional, fundado en 1951, en los gobiernos de 1953, 1962, 1970 y 1974. Frente a Liberación Nacional para las elecciones de 1958, de 1966 y de 1978 se organizaron coaliciones políticas que lograron derrotarlo en esos procesos electorales. La coalición opositora de 1978, ya en el Gobierno de Rodrigo Carazo, evolucionó para convertirse en el partido político Unidad Social Cristiana en 1983.

Así, entre 1982 y el 2010, gobernaron el país los partidos políticos Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana. A nivel legislativo hasta 1998 estos dos partidos ejercían el dominio mayoritario de la Asamblea Legislativa, y desde entonces perdieron dicha hegemonía legislativa con la llegada de otras pequeñas fuerzas políticas al Poder Legislativo, entrando en crisis el llamado bipartidismo nacional, más cuando en los últimos dos procesos electorales, del 2014 y el 2018, fueron desplazados totalmente como opciones políticas gobernantes ante el Partido Acción Ciudadana que se había fundado para las elecciones del 2002.

La izquierda, de nuevo en el escenario electoral desde la década de 1970, con nuevos partidos a la par de Vanguardia Popular, participó en las elecciones y constituyó la coalición Pueblo Unido, que llegó a elegir 4 diputados. En el período de 1983-1990 la izquierda nacional, por una serie de razones, se divide y desaparecen sus partidos políticos, entra en una crisis terrible que afecta su presencia en organizaciones sociales, y se debilita su presencia parlamentaria.

En los procesos electorales, a partir de 1990, se hacen nuevos intentos de articular fuerzas de izquierda con poco éxito. Fuerza Democrática en las elecciones de 1994 eligió 2 diputados y en las elecciones de 1998 eligió 3. Una nueva organización electoral de izquierda, el Frente Amplio, logra en el 2014 elegir 9 diputados, sin ninguna capacidad organizativa ni política de mantenerlos.

En estos últimos años, la irrupción de diputados de orientación cristiana no católica, desde 1998, y por circunstancias muy particulares llegaron a convertirse en la segunda fuerza electoral en las elecciones de abril del 2018, y su amplia fracción parlamentaria se dividió rápidamente, en tanto el Partido que representaba también se dividió.

El Partido Unidad Social Cristiana tuvo un repunte electoral bajo las candidaturas presidenciales en el 2014 y el 2018 de Rodolfo Piza. En este momento este Partido Unidad Social Cristiana no tiene absolutamente nada de social, en sus planteamientos, más que su nombre, y el acudir simbólicamente de vez en cuando a la Historia de las reformas sociales de 1940 y a la lejana sombra del Dr. Calderón Guardia. Lo importante que se hizo bajo esa bandera socialcristiana en el Gobierno de Miguel Ángel Rodríguez, los actuales diputados y dirigentes menores de ese partido lo ignoran, lo olvidan o intencionalmente no quieren reconocerlo y usarlo como bandera social en este momento en que se requieren planteamientos y reformas sociales y laborales progresistas, en defensa de los intereses populares, de los trabajadores y asalariados del país.

Por el contrario, la actual fracción legislativa de la Unidad Social Cristiana es sumamente conservadora, y francamente ha convocado a tratar de constituir una coalición de “centro derecha”, con los grupos cristianos no católicos parlamentarios. Es quizá su error más importante y fatal si se quiere. Si por cálculo político quieren unirse a esos grupos erran porque no pueden disputarles sus públicos electorales compitiendo con su conservadurismo espiritual y político. El Partido Unidad Social Cristiana, de la mano de los diputados que tiene, quiere colocarse a la derecha política del país de la manera más acentuada posible, sin entender, ni asimilar, el mensaje pastoral que hace el Papa Francisco I, que por sus planteamientos políticos bien podría ubicársele dentro de las fuerzas progresistas y no derechistas, en una serie de temas.

Los socialcristianos podrían enarbolar su propia bandera social como partido político, más de centro, o de centro izquierda, si pudiera ser posible, desde las posturas del pensamiento católico del vaticano actual, y de los documentos clásicos, incluidas algunas Encíclicas de Juan Pablo II, y dejar que los cristianos no católicos se coaliguen por su parte con su conservadurismo, y su pensamiento de derecha en todas sus manifestaciones.

El Partido Liberación Nacional debe permanecer como lo que es, la representación socialdemócrata. Lamentablemente, esta socialdemocracia es solo de nombre. Liberación Nacional hace rato bajó sus banderas sociales y representativas de las clases medias y sectores laborales que decía defender. Abandonó sus importantes reformas institucionales, deshizo instituciones sociales y económicas impulsadas por los grandes caudillos históricos gobernantes, y obras de gobierno, de ese Partido, y se ha plegado igualmente a las tesis conservadoras de la política nacional.

La crisis más importante es la de los dirigentes actuales de Liberación Nacional que se están matando entre ellos, por ver quien domina las estructuras del Partido, a los diputados liberacionistas en sus diversos grupos existentes, y por el control de los liderazgos regionales, algunos de esos líderes actuando mezquinamente sin darse cuenta que al eliminar a algunos se eliminan ellos como Partido.

La izquierda nacional desarticulada y muy débil, necesita un escenario de coalición del archipiélago de grupos que existen bajo las banderas de la izquierda, del socialismo, del ecologismo y de las diversas manifestaciones del progresismo social, sobre todo con un planteamiento nacional, con sello costarricenses, que la distinga de los fallidos proyectos que se han intentado en el continente, de los cuales parece a veces una mala calcomanía y pésima caricatura. Sin ello no hay posibilidad de su fortalecimiento futuro.

Los liberales, me parece, tienen su mejor opción en el grupo que impulsa Eli Feinzag, y que él puede dirigir. No necesitan unirse a la derecha encabezada y convocada por Pedro Muñoz, ni del anterior Partido Libertario.

El Partido Acción Ciudadana puede ir solo a las próximas elecciones. Tiene su propia oportunidad. El Gobierno de Unidad Nacional, que mantiene en su lenguaje del Poder Ejecutivo, le ha servido para sobrevivir bien en las aguas llenas de remolinos que hay a la vista, bajo la superficie de sus buenas acciones públicas, que se llevan a cabo en infraestructura y bajo el manto de la lucha contra la expansión de la pandemia. En los otros campos se lo van a cobrar.

De todas estas alternativas, como veo las cosas hoy, Liberación Nacional, la Unidad Social Cristiana, y el Partido Acción Ciudadana tienen la mayor opción electoral, en los tres casos, dependiendo en mucho de sus candidatos, de ser las principales fuerzas políticas disputando el Gobierno del 2022. Todavía faltan bastantes meses para llegar allí, tan solo se está empezando a jugar el segundo tiempo de este Gobierno.

En la Política el arte de la suma es la clave, no es la resta ni la división política la que gana. Y esto vale para todos los partidos políticos.

¿Puede sacar provecho político el Gobierno de la Pandemia?

Vladimir de la Cruz

Con bastante frecuencia se viene señalando por parte de algunos actores políticos, también interesados en la POLITICA, y algunos de ellos respondiendo a sus intereses partidarios y PARTIDOS POLITICOS, y a su chata visión electoral, y especialmente electorera, en el manejo que el Gobierno hace del tratamiento público de la Pandemia del Coronavirus en el país.

Lo que más les preocupa no es que se atienda con acierto, como lo ha venido haciendo el Ministro de Salud, el Presidente de la Caja Costarricense del Seguro Social, el Ministro de Seguridad, el Presidente de la Comisión Nacional de Emergencia, sino que sean ellos los que cotidiana y diariamente, casi todos, dan la cara informando al país de la situación, del avance del crecimiento de contagiados, del número de internados y de los que están en la Unidades de Cuidados Intensivos, de los fallecidos, y de vez en cuando el Presidente de la República, que los acompaña, así como otros funcionarios públicos que tienen que ver con la situación en general, la Ministra de Turismo, la de Comercio Exterior, y los otros funcionarios médicos muy importantes en su rango de la Caja Costarricense del Seguro Social o del Ministerio de Salud.

¿Y, si no son ellos, quién va a estar informando? Ellos son los que le llevan el pulso diario a la situación, y son los que científicamente pueden dar las respuestas objetivas y veraces, sin provocar alarmas, y sin generar falsas noticias o mágicas informaciones, y han logrado concentrar la información para que no se disparen por la libre informantes, que puedan desorientar, cuando el país requiere unidad nacional para enfrentar la crisis provocada por el coronavirus.

Para mí el Gobierno no saca provecho de su lucha contra la pandemia. Esa es su tarea y su obligación. Si no lo hiciera, toda la jauría política ladraría en contra suya. Por dicha hay funcionarios que saben hacer las cosas y saben en qué puestos están.

En lo que a mí respecta me parece muy adecuada, oportuna, correcta y transparente la forma como ha venido operando ese Comando de Información. No me desvela ni me preocupa que estos funcionarios salgan todos los días informando de lo que saben, y de lo que todos queremos saber y aprender.

La gente espera los minutos prolongados, a veces casi a de dos horas con el interrogatorio de los periodistas, para llevarle el pulso a la situación. Esto da confianza personal, familiar, pública y política en las autoridades a cargo. Crea un liderazgo consentido con estos funcionarios, a quien honestamente nadie está viendo que saquen tajada política de lo que informan. Son ellos los más autorizados a dar esa información, y lo han hecho bien. Por sus funciones públicas todos son funcionarios y líderes políticos de la institucionalidad costarricense, guste o no a algunas personas.

El presidente Carlos Alvarado no ha tenido que “robar el show”. Es la figura menos decorativa de ese elenco de actores. De vez en cuando aparece, con un papel segundón, casi de director de debates, sin que se sienta su peso presidencial. Si él quisiera “robarse” ese espacio lo haría como lo hacen los presidentes en otros países.

El presidente Carlos Alvarado ha sabido delegar, cosa que cuesta mucho en líderes políticos deseosos de la atención pública. No lo necesita, tiene su lugar.

Aquí el presidente Carlos Alvarado, en este asunto de la información de la Pandemia y sus repercusiones no ha querido ser ni la Prima Donna de esta ópera, u opereta nacional, ni ha querido ser el centro de mesa, el florero de la mesa, o el muerto de la vela para llamar la atención.

Hasta ahora la ópera nacional, como drama está armonizada, tiene buen canto y lleva buen acompañamiento. Los cantantes de esta ópera no se dividen más que por sus funciones institucionales para explicar, sin tonos agudos y graves. Ni siquiera el Ministro de Salud hace de barítono, la más grave de las voces de los cantantes de la ópera, más aguda que el bajo, pero con sobriedad, con cierto carácter, sin perder la compostura, llama la atención con fortaleza, como lo hace un buen padre cuando tiene que educar y llamar la atención, como muchas veces lo tiene que hacer ante los ciudadanos irresponsables que no acatan, no siguen ni atienden las instrucciones que se dan para evitar la expansión de la pandemia y para controlar el virus.

Los que se enfrentan a estos funcionarios públicos, desde sus palcos y escenarios políticos, justamente, son los que se colocan como si actuaran en una opereta política, con trama incierta, disparatada, inventada, sacada de un sombrero de mago político, como quien saca un conejo de esa chistera.

Los que se colocan en el escenario de la opereta política lo hacen de manera ligera, como francotiradores cobardes, reclamando en el fondo que ellos deberían estar en el tablao principal. Como si fuera una zarzuela política estos políticos, críticos del gobierno y sus altos funcionarios, en la primera fila de lucha contra la pandemia, parecieran tener más un libreto cómico reflejando su vida política cotidiana, de chismes, de baja ralea, de acciones complicadas y alambicadas.

En la ópera, la opereta y la zarzuela se requiere gusto musical. Algunos de estos actores nacionales ni gusto tienen musical. Lo que les gusta es el escándalo, la bulla. No educan su voz, educan sus gritos. Ellos sí desearían ser el muerto de la vela del coronavirus político que los abraza, asintomáticamente en algunos casos, y en otros descarada y lloronamente, contratan plañideras y plañideros para que en su nombre ataquen al gobierno, al presidente y a estos altos funcionarios públicos que están haciendo muy bien su labor.

Las plañideras oficiales generalmente debían recordar las virtudes del fallecido. Aquí estas plañideras políticas, que están aterrorizadas, no por el más allá sino por el más acá del 2022, violando su buen papel solo tratan de bajarle el piso a los buenos funcionarios. Un triste papel que los coloca en sitios en que ellos mismos ni siquiera se han dado cuenta de dónde están.

Todo lo que se hace en el país desde los Poderes Públicos es político. Lo es más, por su naturaleza lo que surge en actos, acciones, o leyes de los Poderes Ejecutivo y Legislativo.

El Poder Legislativo hace las leyes, pasa discutiendo proyectos de ley presentados por los propios diputados, por sus partidos políticos y por el Poder Ejecutivo en las sesiones extraordinarias. Cuando aprueban los Proyectos de Ley en el Plenario Legislativo hacen surgir las Leyes de la República.

Esta Asamblea Legislativa en las dos Legislaturas que lleva, especialmente en esta última, presidida por el Diputado Carlos Ricardo Benavides, hizo leyes muy importantes para el país, nos gusten o no. Esa enorme cantidad de leyes quedan para los anales legislativos, pero para los Anales Históricos todo lo que hace la Asamblea Legislativa se abona a la imagen del Poder Ejecutivo, es como si el Poder Ejecutivo las hubiera, hecho cuando tan solo las sanciona para su publicación.

Hay leyes que el Poder Ejecutivo vetó y que la Asamblea Legislativa se las impuso, y quedan para la memoria histórica como si fueran del gobierno que no estaba de acuerdo con esas leyes. Así sucedió con la Ley del Aguinaldo, propuesta por Luis Alberto Monge Álvarez, del Partido Liberación Nacional, que el presidente Echandi vetó, que el Congreso volvió a aprobarla, la refrendó y, para la memoria, hay quienes se la achacan al Gobierno de Echandi, cuando se mandó a publicar sin su firma.

Señores diputados pongan los pies sobre la tierra. Todo lo bueno que ustedes hagan, en aprobaciones de leyes, quedará a favor de la Memoria Histórica del Gobierno de Carlos Alvarado Quesada. Excepcionalmente, alguna ley de alguno de ustedes podrá ser que se le recordará como de su confección, o de su partido político. No recuerdo de la última campaña política nacional que ustedes, como partidos políticos, hicieran mención alguna de leyes que sus diputados hubieran impulsado, se hubiera aprobado y tuvieran, esas leyes asiento en la grata memoria y en la conciencia de los costarricense.

En este Congreso no hay un solo diputado que evoque alguna ley como se recuerda la famosa Ley Ferreto, la del diputado Arnoldo Ferreto Segura. Ninguna Ley de las aprobadas hasta ahora lleva firma pública. Pero si hay un reconocimiento nacional a un grupo de diputados que se ha puesto las pilas, con todas las responsabilidades y consecuencias que ello tiene, y como grupo se les reconoce.

No se preocupen por criticar al Gobierno del manejo de la pandemia, si ni siquiera pueden manejar que la buena labor legislativa que se les reconoce, no la puedan achacar a sus respectivos nombres. Salen aprobadas como Leyes de la República, aprobadas en tal Legislatura del Gobierno o Administración de Carlos Alvarado Quesada. Así de simple. Ustedes hacen la imagen pública del gobierno de Carlos Alvarado Quesada cuando hacen buenas leyes y de calidad. Si hacen malas leyes y de baja calidad nacional reconocidas, esa mala imagen se achaca a ustedes y no al Gobierno. Así es como opera la política, la Política Legislativa y la Política Nacional.

Si quieren cuestionar la presencia pública de los funcionarios a cargo de la lucha contra la pandemia, háganlo contra sus resultados.

Si alguno de ellos aspirara a ser Candidato Presidencial para las elecciones del 2022, con todo derecho que tienen, hay que esperar hasta el primer semestre del próximo año, cuando los funcionarios del barco del Gobierno, tienen que abandonar la nave porque así lo exigen la Constitución y las Leyes de la República. En ese momento sabremos si alguno de los actuales funcionarios querrá ser candidato. Por ahora son altos funcionarios del gobierno a cargo de esta lucha nacional.

Apoyarlos es lo que corresponde. Criticarlos perversa y malintencionadamente es traicionar la buena labor que hacen. Si tienen alguien o algunas personas que creen que pueden sustituirlos en esa labor informativa propóngalo. Pero cualquier persona que esté al frente de esta tarea tendrá todas las luces de la ciudad en su figura.

Lo peor de un Congreso de diputados es cuando algunos de sus integrantes, queriéndose pintar como las Primas Donnas de la labor legislativa y del control político, no tienen idea de lo que hacen, y lo único que revelan es su estrechez de miras, su verdadero cálculo politiquero, su falta de inteligencia, su falta de sentido común, su plañiderismo político por todo, su desconocimiento del entorno político que habitan, y lo peor, su falta de inteligencia emocional política.

 

Sea parte de SURCOS:
https://surcosdigital.com/suscribirse/

Conversatorio: Retos y Desafíos para la Democracia Paritaria de los Partidos Políticos

Continuando con los conversatorios en el marco de los “Retos y Desafíos para la Democracia Paritaria de los Partidos Políticos: Implementación de la paridad horizontal”, se realizará el lV conversatorio el 14 de junio a las 6:00 pm en el Salón de Expresidentes y Expresidentas de la Asamblea Legislativa.

En esta oportunidad corresponderá tratar el tema de: Mecanismos para la implementación de la paridad Horizontal en el partido Acción Ciudadana, en fechas próximas se continuará con los demás partidos políticos.

Estas actividades son abiertas a grupos de la sociedad civil y público en general.

Conversatorio Retos y Desafios para la Democracia Paritaria Conversatorio Retos y Desafios para la Democracia Paritaria2

 

*Imagen con fine ilustrativos.

Información enviada SURCOS Digital por Maritza Arias Chaves.

Suscríbase a SURCOS Digital:

https://surcosdigital.com/suscribirse/

Conversatorio: Mecanismos para la implementación de la paridad Horizontal en el partido Liberación Nacional

 

En el marco de los “Retos y Desafíos para la Democracia Paritaria de los Partidos Políticos: Implementación de la paridad horizontal”, se invita al lll Conversatorio que se realizará el 18 de mayo a las 6:00 pm en el Salón de Expresidentes y Expresidentas de la Asamblea Legislativa.

En esta oportunidad corresponderá tratar el tema de: Mecanismos para la implementación de la paridad Horizontal en el partido Liberación Nacional; en fechas próximas se realizarán de los demás partidos políticos.

Estas actividades son abiertas a grupos de la sociedad civil y público en general.

Mecanismos para la implementacion de la paridad Horizontal2

Enviado a SURCOS Digital por Maritza Arias Chaves, Asesora UTIEG.

Suscríbase a SURCOS Digital:

https://surcosdigital.com/suscribirse/

La renuncia a hacer campaña y el repliegue táctico del PLN

Héctor Ferlini-Salazar

 

El tema central en la situación generada a partir de la renuncia del candidato del Partido Liberación Nacional a continuar haciendo campaña, -porque la Constitución no le permite salirse de la papeleta del 6 de abril-, no es el panorama interno de ese grupo electoral, sino hacia donde se enrumba Costa Rica.

Lo que puede considerarse un repliegue táctico del PLN, sostenido por el comando de campaña a pesar de resistencias internas, incluye esa renuncia así como el anuncio preliminar de que el liberacionismo no buscaría controlar la próxima Asamblea Legislativa.

En su justificación, el aun candidato Araya y su equipo reconocen un escenario adverso, pero eso no es un descubrimiento sino tan solo una aceptación.

Ese panorama en su contra se gestó durante más de tres décadas de un rumbo que deja un deterioro pronunciado del sistema de solidaridad, y además, el quebranto en un conjunto de valores complementarios que han sido reemplazados por la codicia, la corrupción que la acompaña siempre, y el avance hacia un modelo deshumanizado con estragos incluso en la institucionalidad y la credibilidad social.

Ese escenario adverso no fue un accidente, es producto del compromiso y la valiente persistencia de una ciudadanía no-agachada y altamente propositiva que encontró o construyó organizaciones y partidos que le representan.

Como parte de los elementos que pueden explicar ese repliegue táctico, está la indulgencia que esperarán algunas personas luego de la llegada del PAC al gobierno, cuando se empezarán a encontrar cuentas que no cierran, proyectos abandonados, movimientos financieros que requerirán explicación y otras dudas.

Asimismo podría buscarse dar un mensaje de “somos lo mismo”, especialmente orientado a desmovilizar el voto progresista que quiere un cambio profundo y no el resbaladizo concepto de “no seguir con el continuismo”.

Se suma la caída en cuenta de que las alianzas para el PLN se ponen cuesta arriba cuando no imposibles, ante un panorama electoral, -pero además socio-político-, que sienta a la dirigencia liberacionista y sus gobernantes de las últimas décadas en el banquillo de “mejor con esa gente no me junto”.

Las encuestas (especialmente la del prestigioso Semanario Universidad-CIEP-UCR), la percepción de la calle, los graves errores electorales, el deseo de un cambio profundo… marcaron un terreno árido que aconsejó ese repliegue táctico. Hay que caer en cuenta, además, que no será la primera derrota liberacionista, hay otras en la historia, pero ese partido llegaba al final más o menos entero, no como ahora que ya hay pedidos de renuncia para la alta dirigencia verdiblanca que encabeza Bernal Jiménez. A la voz de la juventud liberacionista ya se suman otras, al menos en tono de insinuación.

También, como ingrediente clave en ese repliegue táctico, tal vez el más importante, está la intención, -desde el bloque de poder de estas tres décadas-, de convertir la huida de Araya en condicionante para marcar la cancha a Luis Guillermo Solís. No se han hecho esperar las peticiones para que se anuncie un gabinete ya, en momento-político donde aun no hay elección y mucho se podría manipular.

Entonces, el tema central es hacia donde se enrumba Costa Rica. Y ahí, es fundamental la capacidad de otros partidos, de movimientos sociales, de la ciudadanía comprometida en general… para leer el momento-político y diseñar una estrategia que permita, -a partir de esta coyuntura-, avanzar de forma cierta hacia el país que soñamos, basado en la solidaridad, la transparencia, la democracia participativa, la justicia, la fraternidad.

Por ello es clave ir a votar el 6 de abril, no contra el resbaladizo concepto de “continuismo”, sino para iniciar con Luis Guillermo Solís el camino hacia el país que queremos; para continuar un avance que es parte de la estrategia. Porque la estrategia es eso: estrategia… y le toca imponerse al repliegue táctico.

«El partido político como instrumento del soberano pueblo»

«Las masas deben saber que el gobierno y el partido están a su servicio. Un pueblo digno, es decir, consciente de su dignidad es un pueblo que no olvida jamás esta premisa».

Frantz Fanon.

 

Tradicionalmente y por desgracia de la sistemática manipulación ideológica de que hemos sido víctimas desde que nacemos, los partidos políticos nos han convertido en sus títeres y, peor aún, en las marionetas de quienes han sido caudillos de esos grupos politiqueros, impuestos por las corruptas «roscas» dueñas del gran capital nacional e internacional.

Esta sumisión del Soberano Pueblo, sólo le ha traído la pérdida sistemática de sus legítimos derechos, empezando por el fundamental de sentirse, porque lo es, dueño y señor de nuestra Patria-Finca y de todo lo que en ella existe como producto integral de su esfuerzo sostenido, llámese producción agropecuaria, industrial, comercial, bienes y servicios, científica, artesanal, artística y Cultural en general.

Las y los trabajadores han creado históricamente, con sus esfuerzos y sacrificios cotidianos, todo el mundo contemporáneo, por lo que son sus propietarios exclusivos y legítimos y la única explicación que aclara la pérdida de su hegemonía, consiste en atribuirla a un gran complot, urdido en el seno de quienes, con malas artes de todo tipo y a partir de la división social del trabajo, se fueron apropiando del poder, usando como instrumentos concretos la fuerza bruta, la manipulación religiosa, la educación, dígase domesticación, la discriminación racial y todo tipo de argucias mediante las cuales nos fueron separando y, peor aún, enfrentando entre nosotros mismos para, maquiavélicamente, dividirnos y vencernos mientras ellos se mantienen muy unidos, a pesar de sus aparentes y teatrales disputas, particularmente escenificadas en lo que acá, en Costa Rica, llaman «campañas electorales».

Producto del natural y eterno proceso de evolución de toda la realidad que somos y en la que estamos inmersos, de la cotidiana experiencia, el creciente raciocinio y el consecuente desarrollo de la  Civilización Humana, el pueblo se ha venido dando cuenta de todo este proceso y, «de ciervo menguado», se ha ido convirtiendo en Soberano cada día más empoderado y dispuesto a rescatar nuestra Patria-Finca y a convertirla, como corresponde, en democrática posesión de todas y todos quienes, con nuestro constante, honesto y no expoliador esfuerzo, la hemos concebido y materializado a través de la historia.

Hoy nuestro Soberano Pueblo costarricense tiene la oportunidad de consolidar este proceso por dos vías, que deben realizarse al mismo tiempo, pues  ambas son necesariamente complementarias: su, toma de conciencia, unión, organización y movilización constante en defensa de sus derechos sagrados y, mediante la toma del Poder Institucionalizado en nuestro País, como Legislativo,  Ejecutivo, Judicial y Municipal.

Dos requisitos son indispensables para este segundo proceso: tomar e instrumentalizar un Partido de los inscritos y, obviamente, votar por él, para convertirlo en la verdadero herramienta para la defensa y constante fortalecimiento de sus legítimas prerrogativas, robadas con traición y alevosía por los dueños de las «argollas» partidarias tradicionales.

En la escogencia del partido y de su candidato se debe seguir cuidadosa y detalladamente el siguiente procedimiento: emporarse como dueño de todo el proceso electoral, pues lo está pagando y lo seguirá haciendo, como patrono, de quienes nombrará como administradores a los que puede echar cuando le dé la gana. Ya asumiendo ese correcto papel de contratante, ser muy exigente en su selección para lo cual debe conocer, reitero, de partidos y candidato, sus orígenes, su trayectoria, su ideología de fondo, quienes han sido sus titiriteros  reales, qué problemas concretos -vivienda, salud, empleo, salarios justos, transporte público, alimentación, educación, seguridad, pobreza, corrupción, etc.- le han resuelto, o pretenden resolver honestamente, a nuestro Soberano Pueblo; si le ha acompañado siempre en sus luchas, quienes forman su equipo y su círculo más estrecho de influencias, sus planes de gobierno, la defensa de la Soberanía Patria, su auténtica posición ante los TLC, las Concesiones y entrega de nuestras riquezas a las Grande compañías Transnacionales, etc., etc. No es tarea fácil pero tiene  dos meses y medio para hacer este vital estudio.

Por sus antecedentes históricos, por el origen de quienes le fundaron, por su trayectoria, por su sustento ideológico, por la calidad ética, la formación académica de sus candidatos, sus experiencias laborales, su actitud constante de lucha por la defensa de los intereses populares, por su democracia interna y por las circunstancias tan particulares que han desnudado en todas sus esplendorosas miserias y corrupciones a las «altísimas» dirigencias  -dígase dueños- de los partidos tradicionales y de sus nuevas «turecas», porque es un grupo colectivo Político y no vulgarmente politiquero,  porque es el único espacio honesto en el que todas las personas de buena voluntad podemos ubicarnos y trabajar en el quehacer político electoral sin temores y la única alternativa diferente que transforma nuestro País en una verdadera Democracia Participativa, con toda confianza les recomiendo el Frente Amplio, al que ya estamos convirtiendo en el Gran Frente Amplio y al que ahora,  que caminamos con paso firme hacia el logro de nuestros sueños, le han empezado a ladrar las jaurías secuaces de siempre, tratando de enlodarlo con sus propias y naturales excrecencias calumniosas. Incorpórense al Frente Amplio, si algo no le gusta, cambiémoslo porque es un Partido que le pertenece por completo a la ciudadanía y no a la élite choricera que nos ha arruinado históricamente.

Termino con un ejemplo claro de la importancia de que el Soberano Pueblo controle los poderes Constitucionales de la República, como lo ordena el Artículo Nueve de nuestra Constitución Política(*): siempre que analizamos los problemas que aquejan a nuestra vital Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), terminamos afirmando que, por más presión popular que hagamos (¡Atención!) ,si no hay «voluntad política» las soluciones no se hacen efectivas ¡¿Y quienes definen y manejan la «Voluntad política»?! pues el misma grupo que maneja el Poder Ejecutivo, el Legislativo, el Judicial -nombrado en sus instancias superiores por el Legislativo- y el Gobierno Municipal… Entonces, tomemos el Ejecutivo y el Legislativo -que incluye al Judicial- en el 2014 y, en el 2016, el Municipal, sin disparar un tiro, simplemente votando por un partido creado y manejado por los auténticos sectores populares. De tal manera que, con el Soberano Pueblo presionando desde la base y dueño y señor de la «voluntad política» resolveremos, al fin, los problemas de la CCSS y de todas las instituciones de nuestra Patria. En síntesis, repito, como dignos y auténticos dueños de nuestra Soberanía rescatada, recuperemos nuestra legítima propiedad e imperio sobre nuestra Patria-Finca y construyamos la Costa Rica de Justicia, Solidaridad, Participación Democrática y Bienestar General que todas y todos los de buena voluntad merecemos.

Aprovechemos también la nueva correlación de fuerzas que se da en nuestro Continente y en el Mundo: el imperio ha empezado a derrumbarse desde dentro podrido por la corrupción, la injusticia y la súper explotación que forman parte de su esencia misma, los pueblos de la tierra han empezado a revelarse y con prisa y sin pausas han empezado a retomar su dignidad, sus derechos y su legítimo dominio sobre sus respectivas Patrias.

Ha llegado la hora que es ¡¡ahora!!!

«Nosotros no podemos ser ellos, los de en frente / los que entienden la vida por un botín sangriento / como los tiburones, voracidad y diente / panteras deseosas de un mundo siempre hambriento.»

Miguel Hernández, 1938,

 

(*) Artículo nueve de nuestra Constitución Política: «El Gobierno de la República es popular, representativo, participativo, alternativo y responsable. Lo ejercen el pueblo y tres poderes distintos e independientes entre sí: Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial.»   (Subrayado nuestro).

 

Escrito por Luis Ángel Salazar Oses.

 

Información enviada a SURCOS por el autor.