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Etiqueta: patrimonio cultural

Cocinas latinoamericanas: raíces, resistencia y patrimonio en diálogo internacional

Del 2 al 4 de diciembre se realizó el XI Encuentro y Seminario Permanente Internacional de Cocinas “Raíces, resistencia y patrimonio en las cocinas latinoamericanas”, un espacio convocado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México, junto con la Coordinación Nacional de Antropología, la Dirección de Antropología Física, el proyecto Cocinas en México, procesos biosociales, históricos y de reproducción cultural, el Centro INAH Hidalgo, el Exconvento de San Nicolás Tolentino, el Grupo ETC y la Red de Cátedras Libres sobre Soberanía Alimentaria y Colectivos Afines.

El seminario reunió a personas investigadoras, cocineras tradicionales, colectivos comunitarios, académicas y personas defensoras de la soberanía alimentaria para reflexionar sobre el papel de las cocinas en la memoria histórica, la identidad, los vínculos territoriales y las formas de resistencia cultural en América Latina.
Bajo el eje común de “raíces y patrimonio”, las ponencias y conversatorios exploraron cómo los saberes culinarios se entrelazan con procesos sociales, luchas comunitarias, derechos culturales y dinámicas agroalimentarias que atraviesan a la región.

La organización del seminario subraya que las cocinas tradicionales —indígenas, campesinas, afrodescendientes y comunitarias— constituyen un patrimonio vivo que expresa diversidad, creatividad e historia compartida, pero también enfrenta amenazas derivadas de modelos industriales que homogeneizan los alimentos y debilitan prácticas locales de producción y consumo. En este sentido, el seminario destacó la importancia de la soberanía alimentaria, la defensa de las semillas, los intercambios culturales y la reconstrucción de vínculos entre territorio, comida y comunidad.

La actividad incluyó conferencias magistrales, presentaciones editoriales, mesas temáticas y conversatorios con protagonistas de distintas regiones, reafirmando que la cocina es también un espacio de resistencia, diálogo y organización social.

Quienes deseen conocer más sobre las discusiones y contenidos del XI Encuentro pueden acceder a la transmisión disponible en YouTube en el siguiente enlace:
👉 https://www.youtube.com/live/wIeN-tOYMLQ?si=D_l0nyQE2_9gXuQV

El Samovar de Rasputín. Otra mirada

Por Miguel Alvarado

El turismo masivo y autómata suele ahogar la relevancia de lugares, acontecimientos y curiosidades que habitan este mundo y que, deberían hacernos cada vez más humanos. La lógica de la mercantilización del turismo y su industria, sin escrúpulos, tiende a banalizar o distorsionar la historia y los significados de lugares extraordinarios. Tan maravillosos como desalmados cuyo destino global, pareciera tener trato con el diablo. Pues la fama que le imprime las agencias transnacionales lleva el asedio de la trivialidad y el consumo, reduciendo el paisaje natural o urbano, a algo chic, como portada de revista superflua.

Entre los catálogos de itinerarios de las agencias de viajes, es recurrente la visita a El Caminito (1), en La Boca, Buenos Aires. Sitio de peregrinaje turístico donde, cada día, los viajeros suelen tomarse selfis obligatorios y se ufanan de dejar constancia del «aquí estuve yo». Para la persona avizora es imposible evadir la diversidad de referentes que se entretejen en el barrio: los colores vistosos de las edificaciones y la puesta en escena en el contorno de figuras (algunas de tamaño real) de celebridades del tango, del fútbol y personajes populares. Ambiente sui generis que introduce al visitante en una retrospectiva audaz de la cultura porteña. También llama la atención la presencia de artistas plásticos, músicos y otros, que en la calle, fascinan a una multitud disímil y abrumadora.

Un sitio singular en la zona de El Caminito es El Samovar de Rasputín (2), un bar de música en vivo, muy conocido por ser la meca del blues y el rock argentino, cuyo renombre empezó a brillar en los años noventa. Artistas de prestigio nacional e internacional se han reunido en la calle Del Valle Iberlucea 1251, que inicia en la Plazoleta de los Suspiros. En internet se encuentra material suficiente para conocer las vicisitudes de El Samovar de Rasputín como santuario de músicos que, a través del blues y el rock, llaman la atención de un público amante de la buena música. En esta ocasión, omitiremos los episodios sobre las anécdotas del bar y su dueño, cuya inquietud y motivaciones contribuyeron al fenómeno “blue” del Samovar de Rasputín. La intención es ocuparnos -en la medida de lo posible- de las pistas que guíen hacia las circunstancias que dieron a luz este mágico sitio.

La escasa información sobre los orígenes del Samovar de Rasputín, conduce a un personaje de barrio, una mezcla ruso-húngaro, que se hacía llamar ‘Rasputín’ y fue el dueño inicial del local que funcionaba como casa de antigüedades y cambalaches (tiliches, se diría en Costa Rica). El Napo (Jorge Napoleone) quien compraría más tarde el local y sería el responsable de que se transformara en un espacio emblemático de la música blues, describe a ‘Rasputín’ con “gorro de cosaco, bigote, lentes redondos, con un brazo menos. Personaje de letras, pintor, humor negro.” (3) Después de vender el icónico inmueble y dejar el barrio, ‘Rasputín’ muere (no se sabe si la soledad y la nostalgia tuvieron que ver en esto). Lo cierto es que el retazo de su perfil es insuficiente para seguirle los pasos. Su huella se extravía por la falta de datos para rastrear su vida.

Sobre el por qué del nombre de la casa de antigüedades, se proponen dos conjeturas que no se excluyen entre sí: primero, es probable que el nombre fuera una autorreferencia, considerando el hecho de que el dueño y fundador del sitio se hiciera llamar ‘Rasputín’. Segundo, el samovar de Rasputín como metáfora. Esa quimera que perteneció al enigmático e histriónico Grigori Yefimovich Rasputín (1869-1916), llegó a convertirlo en un objeto preciado para un comercio de antigüedades. Existe un nexo directo con la historia y la cultura rusas, ya que las peripecias de Grigori Rasputín, marcadas por su controvertida influencia en la familia del zar en los primeros años del siglo XX, representan un capítulo de intrigas palaciegas. Además, hay que subrayar que en la tradición de tomar el té, el samovar es un símbolo importante de la identidad rusa, cuya lejanía se diluye al integrarse a las narrativas de El Caminito.

Otro aspecto valioso para considerar es la alegoría que da sentido a la ornamentación del Samovar de Rasputín, que lleva la firma de Vicente Walter (1937-2002), artista y albañil reconocido por una fructífera obra de gran calidad (4). Nos referimos al labrado artístico en ambos lados de la fachada del edificio. En el lado derecho (visto de frente), por ejemplo, presupone un Rasputín entre histórico y autorreferencial (5), con la apariencia de un mujik venerable y afable frente a un samovar. Al lado izquierdo hay una iglesia ortodoxa con sus cúpulas bulbosas. Una clara alusión a la Iglesia de la Santísima Trinidad de Buenos Aires, ubicada en la calle Brasil, frente al Parque Lezama. El templo se inauguró en 1901 y se estima que es el más antiguo de Latinoamérica en la religión ortodoxa rusa. Actualmente su legitimidad canónica está en disputa y no goza del reconocimiento del Patriarcado de Moscú. (6) Volviendo al bajorrelieve, debajo del óvalo que encierra la iglesia, hay una mujer con una maleta y un hombre, presumiblemente con una reliquia en la mano. Los atuendos de la pareja sugieren dos campesinos rusos, cuyos destinos se entrelazan con las historias de la inmigración en Argentina y la presencia del templo religioso los vincula a sus raíces. En términos generales, la decoración del frontispicio es heterodoxa. De lo señalado, se suma un conjunto de querubines amenos y juguetones. En la parte superior, los relieves se extienden hasta otro local, donde hay querubines que con cierta picardía interactúan con los que parecieran ser los prototipos de Adán y Eva (y entre estos personajes bíblicos se leen las inscripciones: ‘El Samovar de Rasputín’ y ‘Antigüedades y Curiosidades’).

Mito, leyenda y lo cotidiano se funden entre los bajorelieves de El Samovar de Rasputín. Su portal no pasa desapercibido ante la mirada curiosa de transeúntes, que quizás, no reparan en el contenido de una representación que es puente entre culturas. La narración evoca a su manera un fragmento de la historia y la identidad del pueblo ruso, la cual emerge dentro de un entorno urbano bonaerense a ritmo de blues, invitando al diálogo, a la imaginación, a la pasión. Encuentro y reencuentro del espíritu ruso que transciende desde un rinconcito de la Argentina.

Finalmente, cabe señalar que la edificación y los bajorrelieves del establecimiento evidencian deterioro. Sería pertinente que tanto las autoridades correspondientes como los vecinos del barrio impulsen iniciativas para la restauración y conservación, acorde con los criterios que garanticen el rescate del patrimonio cultural. Más aún, si se considera que en 2020, el inmueble fue declarado “Sitio de Interés Cultural” por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

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1) “Caminito” es el título de una famosa canción de tango de 1926. El autor de la letra fue Gabino Coria Peñaloza, inspirado en un amor secreto de su pueblo en Olta, La Rioja. El compositor de la música fue Juan de Dios Filiberto, inspirado en el sendero de La Boca.

2) Se puede acceder a una antología del blues argentino grabada con la membresía del El Samovar de Rasputín en: https://www.youtube.com/watch?v=nUsOfBGCM-M

3) Ver el sitio Buenos Aires Historia, Asociación Civil Rumbo Sur, Este barrio es real. Tiene firma, sello, rótulo. En: https://buenosaireshistoria.org/vecinos/este-barrio-es-real-tiene-firma-sello-rotulo/

4) Ver: El artista secreto que embelleció La Boca con un balde, un fratacho y un tenedor. En: https://www.clarin.com/cultura/artista-secreto-embellecio-boca-balde-fratacho-tenedor_0_Vpdpg9UH_.html#google_vignette

5) Autorreferencial al mismo dueño y creador de lo que fue la casa de antigüedades, El Samovar de Rasputín.

6) Ver: 120 años de la primera iglesia rusa de la Santísima Trinidad en Buenos Aires ¿Está perdida para la Iglesia Rusa? En: https://iglesiarusa.info/?p=2981

Miguel Alvarado:

            Profesor Asociado pensionado de la Universidad de Costa Rica, graduado en la Universidad Estatal de Bielorrusia, Ciudad de Minsk, ex Unión Soviética. Exdirector de la Sede del Pacífico de la Universidad de Costa Rica, Premio Poesía del Comité Nacional del XI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, (Costa Rica, 1978) y Premio Joven Creación, Poesía 1980 (Ministerio de Cultura y la Editorial de Costa Rica).

            Tiene publicado “Insurrección de las Cosas”, Editorial Costa Rica, 1980; “Tentación Maniquí”, Uruk Editores, 2010. Su poesía se encuentra en las antologías: “Las armas de la luz. Antología de la poesía contemporánea de la América Central”, DEI, 1985 y “El amor en la poesía costarricense”, Editorial Costa Rica, 2000. Parte de su obra poética ha sido editada en publicaciones nacionales y extranjeras (América Latina, Estados Unidos, España y Bielorrusia).

            Delegado/Ponente en los Encuentros Internacionales de Cátedras Martianas y Coloquios Internacionales sobre el pensamiento de José Martí. Excoordinador de la Cátedra José Martí de la Universidad de Costa Rica. Ha publicado artículos sobre la vigencia del ideario martiano. Actualmente forma parte del Grupo de Trabajo: “José Martí. Pensamiento y acción” del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Centro de Estudios Martianos – CLACSO / CEM.

El Teatro Nacional cerrará una temporada histórica para la poesía costarricense con el ciclo Miércoles de Literatura, Poesía y Diálogo

  • La primera temporada de estos encuentros literarios culminará el próximo miércoles después de 22 jornadas y 154 poetas que compartieron su obra poética de forma gratuita en este recinto josefino

La temporada poética 2025 del ciclo Miércoles de Literatura, Poesía y Diálogo llega a su punto final el próximo miércoles, un esfuerzo del Ministerio de Cultura y de la plataforma cultural Palabra y Punto. Este cierre, titulado “Rito de la Palabra”, pone fin a un año que amplió el alcance, la diversidad y la presencia de la palabra poética en el país.

El recital de cierre de esta temporada será el miércoles 26 de noviembre a las 6:30 p. m. en el foyer del Teatro Nacional y reunirá a un selecto grupo de poetas nacionales junto al invitado internacional Washington Cucurto (Argentina), en una celebración que marca el final de un ciclo sin precedentes: 22 jornadas y 154 poetas pasando por este espacio de entrada gratuita.

Los poetas participantes de esta última entrega serán Rogelio Ramírez Cartín, Magda Zavala, Víctor Hugo Fernández, Ileana Calero, Wendy Alvarado y Angélica Murillo, quienes compartirán escenario con el reconocido autor argentino. Esta clausura simboliza un punto culminante de un proyecto que ha hecho del Foyer un lugar vibrante para la creación literaria.

“Este proyecto ha sido un esfuerzo colectivo nacido del compromiso con la palabra poética y con la necesidad de abrir espacios dignos y constantes para nuestras voces. Cada jornada, cada poeta y cada lectura fueron posibles gracias a una convicción profunda: la poesía merece habitar los escenarios más importantes del país”, destacó Paola Valverde, productora general del espacio.

La poesía levanta la mano en Costa Rica
El ciclo Miércoles de Literatura, Poesía y Diálogo irrumpió con buenas convocatorias dentro de la escena cultural costarricense. Esta primera temporada no solo por su continuidad mensual y por sus invitados, sino también por la histórica Gala Poética del 128 aniversario del Teatro Nacional, realizada el 15 de octubre en la Sala Principal.

En ese escenario se reunieron cinco Premios Magón —Arabella Salaverry, Manuel Monestel, Julieta Dobles, Ronald Bonilla y Marjorie Ross— en una noche que reafirmó el valor de la poesía dentro del patrimonio cultural costarricense.

La gala incluyó además un homenaje a Eunice Odio, dirigido por María Bonilla, con la participación de Silvia Arce Villalobos, Alice García Muñoz, Katalina Vargas e imágenes de Ana Muñoz, consolidando un gesto institucional que abrió nuevas formas de diálogo literario.

“Este acto representó un reconocimiento profundo a la palabra poética como arte mayor, una apertura histórica del Teatro Nacional a nuevas expresiones y una afirmación pública de que la literatura tiene un lugar legítimo en los escenarios más significativos del país. Para el Movimiento Literario Palabra y Punto, la gala fue el punto más alto de visibilidad del proyecto, que hoy vislumbra nuevas oportunidades de crecimiento hacia el 2026”, agrega Valverde.

Para la gestora cultural, este ciclo reunió voces de múltiples territorios, generaciones y tradiciones literarias. Participaron figuras de amplia trayectoria como Alfonso Chase, Luissiana Naranjo y José María Zonta, así como poetas emergentes de diversas regiones del país.

La presencia de Edgar Atencio, del Territorio Conte Burica, marcó un momento relevante para la representación indígena en la poesía costarricense. A lo largo del año, el proyecto abrió espacio para editoriales independientes en el Día del Libro, realizó mesas dedicadas a la poesía escrita por mujeres en marzo y agosto, y recibió a autores internacionales como Rolando Kattan (Honduras), Alfonso Fajardo (El Salvador), Leticia Luna (México), Marisa Russo (Argentina), Sebastián Ibarra (Chile-Canadá), Zingonia Zingone (Italia) y Michele Clemente (Italia).

El ciclo Miércoles de Literatura, Poesía y Diálogo se realizó en un trabajo conjunto con el director del Teatro Nacional, Guillermo Madriz, quien impulsó la apertura sostenida para la poesía. Al frente del Movimiento Literario Palabra y Punto están Rebeca Bolaños, directora, y Paola Valverde Alier, productora general. El equipo se complementa con María José Villalta como anfitriona y Stephanie Marín como productora ejecutiva, junto al apoyo de Dennis Ávila, Andrés Briceño, Emmanuel Calvo, Tania Álvarez y Guillermo Acuña.

“El cierre de este ciclo no es simplemente la última actividad del año; es la culminación simbólica de un proceso que logró reunir en el Foyer a poetas de distintas edades, estéticas y geografías, abrazando la diversidad literaria sin censuras ni restricciones. Un proyecto que, desde su esencia, ha construido comunidad y ha mantenido viva la energía poética, por lo que les invitamos a acompañarnos en este emotivo cierre que tendremos”, finaliza Valverde.

Información general
Fecha: Miércoles 26 de noviembre de 2025
Hora: 6:30 p.m.
Lugar: Foyer del Teatro Nacional de Costa Rica
Entrada gratuita — Aforo limitado

Contacto: Rebeca Bolaños y Paola Valverde Alier
Correo: rebeca@palabraypunto.com

Curré / Yímba te invita a su XXXII Festival Cultural Indígena 2025

Por Uriel Rojas

El Festival se realizará el 31 de octubre y 01 de noviembre. Es una actividad abierta y gratuita para nacionales y extranjeros

La comunidad indígena de Rey Curré, ubicada en Buenos Aires de Puntarenas, se apresta para celebrar su XXXII Festival Cultural Indígena Curré/Yímba 2025, una actividad que permitirá destacar los valores culturales de este poblado de origen boruca.

Durante este festival se podrá disfrutar de exposiciones sobre gastronomía local, arte indígena, legado arqueológico, uso de plantas medicinales, presentaciones artísticas, arquitectura tradicional, música tradicional en vivo, diálogos en lengua boruca, entre otras acciones, según informó la Asociación de Desarrollo Indígena local.

Programación de actividades

Para el día viernes 31 de octubre, en la apertura del festival se tiene programada una serie de actividades para compartir con las familias y visitantes; además, presentaciones artísticas y culturales, narraciones sobre la historia local, modos de vida, costumbres, tradiciones, anécdotas, así como el disfrute de una cena especial para todos, música en vivo con un grupo musical indígena y dinámicas entre los asistentes.

Se contará con un espacio especial para destacar el invaluable aporte que han brindado las personas mayores en la continua construcción de la historia y la identidad cultural de la comunidad.

Para el sábado 01 de noviembre, la comunidad y grupos organizados a nivel local tendrán exposiciones, talleres, concursos tradicionales, presentaciones artísticas y culturales, de los cuales podrán conocer todas las personas que se acerquen a la comunidad.

Se contará con la participación de otras comunidades indígenas de origen brörán, Ngäbe y por supuesto boruca.

Este convivio intercultural fortalece los vínculos entre estas comunidades indígenas de la región.

Actividades abiertas al público y gratuitas

Todas las actividades de este XXXII Festival Cultural se realizarán en el Salón Comunal de Rey Curré, iniciando el viernes 31 de octubre desde las 4pm y extendiéndose hasta las 7pm.

Para el sábado 01 de noviembre las actividades iniciarán desde las 9 a.m. y se extenderán durante todo el día.

Para el día viernes 31 de octubre habrá cena gratuita para todos los asistentes y para el sábado habrá desayuno y almuerzo para todos sin costo alguno.

Todas las actividades son completamente gratuitas y abiertas al público en general, tanto a nivel nacional e internacional.

La organización estima que recibirá a más de 200 personas durante ambos días.

Algunas recomendaciones.

La organización recomienda a los visitantes vestir ropa ligera, zapatos cómodos, llevar bastante agua para su adecuada hidratación, usar bloqueador solar, así como cargar repelentes ante posibles mosquitos.

Rey Curré se ubica 32 kilómetros al sureste de Buenos Aires de Puntarenas, sobre carretera Interamericana Sur.

Para más información, comunicarse al WhatsApp 87093735.

Programación

Viernes 31 de octubre de 2025

4:00pm. Saludo de bienvenida.

4:15pm. Recibimiento de los adultos mayores de la comunidad.

4:30pm. Conversatorio sobre la música y bailes antiguos, anécdotas, vestimenta, etc.

5:00pm. Presentación de baile folclórico de los estudiantes del CINDEA de San Antonio.

5:10pm. Presentación del grupo de baile de la Escuela Curré.

5:20pm. Cena con dinámicas para los asistentes.

6:00pm. Música en vivo.

Sábado 01 de noviembre de 2025

9:00am. Desayuno.

9:20am. Palabras de bienvenida.

9:30am. Apertura con sonata de caracoles.

10:10am. Recibimiento a las delegaciones que nos visitan de Boruca, Térraba (brörán), Ngäbe y Curré. Palabras de cada uno de los representantes.

10:30am. Presentación de la Poesía: “una puerta que atrae a lo místico”.

9:40am. Presentación cultural de la comunidad brörán.

11:00am. Presentación cultural Ngäbe.

11:20am. Presentación cultural boruca “los señores brunca rójc”.

11:40am. Presentación de Baile tradicional.

12md. Presentación de los stands.

12:30pm. Almuerzo

1:30pm. JUEGOS TRADICIONALES

a) Pica de lena.

b) Desgrane de maíz.

c) Jalar el mecate.

d) Carreras de sacos.

2:30pm. Presentación del tradicional juego de los diablitos.

3:00pm. Cierre.

Organiza: La Asociación de Desarrollo Indígena de Curré/Yímba 2025.

Pueblos originarios denuncian apropiación de sus memorias sagradas

Esta nota es una producción del Observatorio de Bienes Comunes de la UCR y del Colectivo Antonio Saldaña, quienes alzan la voz desde los territorios para denunciar cómo los sitios sagrados de los pueblos originarios se han convertido en escenarios de disputa, apropiación y mercantilización. Más que recuerdos estáticos del pasado, estas memorias son bienes comunes vivos que sostienen identidades, vínculos espirituales y formas comunitarias de habitar el mundo.

Según lo planteado en el artículo Sitios de memoria en disputa: cuando el recuerdo se convierte en “botín”, existe una creciente preocupación por la forma en que símbolos, territorios y saberes ancestrales son absorbidos por lógicas de consumo o por proyectos turísticos y estatales que ignoran —e incluso excluyen— a quienes los han custodiado históricamente. Las denuncias no solo se centran en la apropiación material de estos lugares, sino también en la manera en que sus sentidos originales son desplazados o trivializados.

Este testimonio colectivo constituye un llamado a reconocer las memorias indígenas como parte de un tejido vivo, que no puede ser reducido a adorno ni convertido en mercancía. La defensa de estos espacios no es solo una causa simbólica, sino una forma concreta de resistir al despojo, de afirmar la dignidad de los pueblos y de reclamar el derecho a nombrar, recordar y habitar el territorio desde sus propias cosmovisiones.

Desde el Observatorio de Bienes Comunes y el Colectivo Antonio Saldaña se invita a reflexionar y sumarse a la defensa de las memorias como parte de los bienes comunes culturales y espirituales de los pueblos.

¡Las memorias no se venden, se defienden!

Lee la nota completa aquí: https://bienescomunes.fcs.ucr.ac.cr/sitios-de-memoria-en-disputa-cuando-el-recuerdo-se-convierte-en-botin/

Patrimonio invisible en riesgo por el futuro aeropuerto del sur

El Observatorio de Bienes Comunes de la Universidad de Costa Rica (OBC-UCR) alerta sobre las repercusiones culturales y arqueológicas que tendría el megaproyecto aeroportuario previsto para la zona sur del país. La investigación —que analiza el caso desde la perspectiva de los bienes comunes culturales— advierte que el énfasis en la “monumentalidad” como criterio de valor patrimonial deja fuera paisajes, toponimias, senderos y microcontextos arqueológicos capaces de narrar la historia ancestral del territorio.

Entre los principales hallazgos se señala que:

  • El área donde se proyecta la terminal concentra rastros “silenciosos” —fragmentos cerámicos, fogones, terrazas agrícolas, rutas antiguas— cuya ausencia de estructuras imponentes no disminuye su relevancia histórica.

  • Argumentar que “ya no existe el pueblo” para legitimar la intervención desconoce que la memoria permanece en la tierra, en los nombres y en los usos del espacio.

  • Diversos marcos jurídicos internacionales (Convenio 169 de la OIT, Declaración ONU sobre Pueblos Indígenas, Convención del Patrimonio Mundial) obligan a proteger la memoria colectiva más allá de lo visible.

  • Especialistas proponen diez criterios para reconocer territorios como bienes comunes culturales: vínculo espiritual con el paisaje, persistencia de toponimias, rastros arqueológicos no monumentales, relaciones eco-históricas, rutas ancestrales, memoria colectiva, potencial científico, representación de procesos silenciados, participación local y principio precautorio.

La investigación concluye que construir un aeropuerto sobre un territorio sin monumentos aparentes, pero cargado de significados, equivale a “borrar parte de la historia en silencio” y recrudece la tensión entre lógica de mercado y responsabilidad ética con la memoria colectiva.

Para profundizar en el análisis y revisar la propuesta completa del OBC-UCR, visite:
https://bienescomunes.fcs.ucr.ac.cr/el-aeropuerto-que-pretende-enterrar-la-memoria/

Brasilito pide protección para la integridad del patrimonio ambiental, social, cultural y paisajístico de su territorio

Comunidad de Brasilito hace llamado urgente a las autoridades para que se proteja la integridad del patrimonio ambiental, social, cultural y paisajístico de su territorio.

Asociación de Desarrollo Integral de Brasilito
Comité Punta Pelencho
Bandera Azul Ecológica Brasilito
Asada de Playa Brasilito

La situación actual de Playa Brasilito

La Sala Constitucional el 11 de marzo otorgó mediante una medida cautelar la prohibición a la empresa desarrolladora Cantomar Beach Club de la tala de árboles en Playa Brasilito; en el sector históricamente conocido como Punta Pelencho, a raíz de un recurso de amparo presentado por ciudadanos interesados en esta situación. Durante este proceso, han salido a la luz pruebas que sugieren la intención de privatizar el acceso público a la playa, estableciendo un control exclusivo para los miembros del club de playa. Accionar que no solo constituye una irregularidad administrativa, sino que también vulnera la normativa vigente en Costa Rica, que protege el dominio público marítimo-terrestre.

Contexto

Desde el 15 de enero de 2025, los vecinos de Playa Brasilito detectaron la etiquetación de árboles ubicados en la zona marítimo terrestre y la zona pública del sector norte de la playa, conocido como Punta Pelencho; lo que generó preocupación entre los habitantes sobre los posibles impactos de este actividad en su patrimonio cultural, ambiental y biológico, particularmente en relación con la tropa de monos Congo —especie en peligro de extinción— que habita la región. Ante esta situación, los vecinos de manera articulada solicitaron información, ante la relevancia ambiental que la zona representa como un importante corredor biológico aunado al valor trascendental tanto para las comunidades costeras como para el ecosistema local.

A partir de este momento la comunidad conoce que la etiquetación responde a un convenio de donación firmado entre la Municipalidad de Santa Cruz y Cantomar Beach Club sobre el camino público C503138. No obstante, hasta la fecha, no se ha revelado su contenido, a pesar de las repetidas solicitudes de información realizadas por diversos medios.

Cantomar afirma en su sitio web que los miembros del club disfrutarán de una playa exclusiva, privada y que, contarían con los mismos derechos de propiedad privada que en Estados Unidos, lo cual atenta contra el ordenamiento jurídico costarricense, su seguridad jurídica y el principio de soberanía territorial.

Cantomar, a través de la creación de la «Asociación Punta Loros Para La Sostenibilidad, Conservación y Promoción Responsable de la Zona Pública de la Zona Marítima Terrestre, Playa Punta Loros», solicitó al Instituto Costarricense de Turismo (ICT) la formación de un nuevo comité de Bandera Azul Ecológica para el sector tradicionalmente conocido como Punta Pelencho. Esta área, actualmente registrada ante el ICT por el Comité Bandera Azul Ecológica Brasilito, pretendía ser separada de Playa Brasilito bajo la premisa de la existencia de una playa denominada “Punta Loros”, un nombre desconocido para la comunidad local.

Vecinos de la zona notaron, además, que en días anteriores en la plataforma Google Maps dicho sector de Playa Brasilito había sido renombrado como «Playa Punta Loros». Cabe señalar que cualquier persona puede modificar los nombres de los lugares en plataformas como Google Maps. Según la legislación costarricense, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) es el único organismo autorizado para regular la nomenclatura geográfica, conforme a lo dispuesto en la Ley No. 26852-C, Reforma del Reglamento Nacional de Nomenclatura.

El día 24 de marzo, mediante el oficio DCR-0248-2025, el ICT indicó lo siguiente:

«El análisis cartográfico evidenció que la playa denominada ‘Punta Loros’ no existe como tal y que el área inscrita bajo este nombre forma parte de la Bahía Brasilito, cuya inscripción fue recibida antes que la de Punta Loros. Por esta razón, dicho sector continuará siendo parte de su área de gestión dentro del Programa Bandera Azul Ecológica.»

El intento de cambiar el nombre a «Playa Punta Loros» no solo carece de respaldo legal, por lo previamente mencionado, también vulneraría el nombre autóctono de «Playa Brasilito», en contradicción con lo establecido en la Reforma del Reglamento Nacional de Nomenclatura No. 26852-C, incisos “e. Se dará preferencia a los nombres autóctonos”; inciso “i. Un nombre no debe ser cambiado a menos que esté duplicado o resulte inapropiado” e inciso “l. No se asignará más de un nombre a cada elemento natural, artificial o accidente geográfico”.

La comunidad de Brasilito se opone firmemente a este intento de reconfiguración territorial y considera que la alteración del nombre y la identidad del lugar no solo ignora su historia y patrimonio, sino que también abre la puerta a posibles intentos de privatización. La comunidad defenderá el reconocimiento de Playa Brasilito y Punta Pelencho como parte de su identidad cultural, social y ambiental, asegurando que estos espacios continúen siendo de acceso público y respetando su verdadera esencia.

En virtud de lo anterior, reiteramos nuestra posición y respetuosamente hemos pedido a las autoridades competentes:

Respetar la legislación costarricense en materia de nomenclatura geográfica, específicamente en lo que se refiere a la prioridad de los nombres autóctonos establecidos en los artículos pertinentes de la reforma mencionada en el Reglamento Nacional de Nomenclatura No. 26852-C.

Cumplir con el ordenamiento jurídico costarricense, en especial con los principios que protegen el acceso público al dominio público marítimo-terrestre, y garantizar que no se promueva la privatización irregular de la playa.

Desestimar cualquier solicitud para la modificación o seccionamiento del sector norte de la Playa Brasilito, conocido como «Punta Pelencho», ya que ello constituiría un acto de privatización ilegal del patrimonio natural y público de la nación, contraviniendo los derechos de las comunidades históricas de Brasilito y las normativas nacionales sobre la propiedad pública.

Reconocer y fomentar la participación activa de las organizaciones comunitarias locales en el proceso de toma de decisiones que involucren bienes y espacios públicos, respetando principios de igualdad, no discriminación y equidad. En caso de presentarse nuevas solicitudes de cambio de nombre, solicitamos que las organizaciones comunitarias sean notificadas de forma oficial y participen de manera democrática y transparente en el proceso.

Que se cumpla la normativa ambiental y social vigente en el Artículo 17 del Decreto 40139-MOPT, que establece lo siguiente:

a) Aplicar los instrumentos de evaluación y gestión ambiental y social correspondientes.

b) Implementar la consulta socio ambiental para promover la participación ciudadana, como elemento fundamental para desarrollar los proyectos de manera sostenible.

c) Implementar medidas que faciliten la conectividad y desplazamiento de la fauna silvestre en las rutas cantonales con la finalidad de minimizar la afectación resultante de la fragmentación provocada por las carreteras y su flujo vehicular.

Este comunicado busca hacer un llamado urgente a las autoridades para que se proteja la integridad del patrimonio ambiental, social, cultural y paisajístico de las comunidades costeras de Brasilito y sus alrededores, que históricamente han sido excluidas de las decisiones que afectan su territorio. Exigimos que se respete su derecho al acceso público y la preservación de sus tradiciones, y se evite cualquier intento irregular de privatización o modificación de su identidad cultural.

Con apoyo de proyecto ED-3526 Geografía y Diálogos de Saberes: Análisis de la conflictividad socioambiental en territorios comunitarios de Costa Rica de la Escuela de Geografía y el Programa Kioscos Socioambientales de la Vicerrectoría de Acción Social Universidad de Costa Rica.

Eric Madrigal: un investigador con ritmo de swing que impone respeto

Por José Luis Amador

Recientemente se publicó un video sobre Jorge “Pelusa” Miranda y el origen del swing criollo, que generó algunos comentarios cuestionando el trabajo del investigador Eric Madrigal. Conocedor como soy del trabajo del señor Madrigal, decidí escribir estas líneas.

Hace varios años recibí una llamada de doña Liliana Valle, investigadora, instructora, divulgadora de bailes populares, solicitándome colaborar, en mi calidad de antropólogo, con un comité sobre el swing como patrimonio cultural costarricense.

Era un comité adscrito al Ministerio de Cultura. Participé en un par de reuniones, pero el comité no prosperó. Lo cierto es que allí conocí a una persona que venía haciendo un trabajo que hasta el día de hoy me parece encomiable. Me refiero al Ing. Eric Madrigal y su trabajo sobre historia del swing y el bolero criollos. Don Erick es ese tipo de persona apasionada, estudiosa, multifacética, que por iniciativa personal venía recopilando testimonios de los primeros bailarines del swing.

Desde el primer momento se interesó muchísimo en mi experiencia como experto en testimonios orales y análisis de historias de vida. Y me puso al tanto de un proyecto que estaba realizando en aquel momento con las historias de vida de los pioneros del swing. Él venía trabajando con miembros de la “comunidad del swing” convertidos en investigadores. Muchos de ellos eran de ASWINGBOL y otros eran de diferentes organizaciones que él mismo había reclutado. Su idea era que estos jóvenes investigadores conocieran de labios de los pioneros aquellas historias y a la vez hicieran el trabajo de recopilación, para fomentar el traslado de información histórica de una generación a otra.

Una de las cosas que me pidió fue que yo diera una capacitación a las personas que realizarían el trabajo de recopilación de testimonios. Fue así como me tocó conocer algunos de aquellos noveles investigadores y también a algunos de los pioneros de la primera generación de swingeros: los creadores del swing criollo. Jorge “Pelusa” Miranda, Edgar “Moraga” Miranda (de grato recuerdo), Gilbert Umaña, Cecilia Venegas, Walter Alvarado y algunos otros más.

La “historia de vida” es una metodología que permite recopilar testimonios orales y construir conocimiento histórico, a partir de contenidos biográficos de las personas. Cómo se da el salto para que una anécdota personal con todo y su subjetividad se convierta en información histórica constatable, verificable como contenido histórico, es tema de discusión de los teóricos, desde hace rato superado. He hecho dos tesis como antropólogo, una licenciatura y una maestría, y algunas otras investigaciones y publicaciones, a partir del uso de la “historia de vida” y de los testimonios orales. Al principio me encontraba con ese tipo de resistencia, pero no soy el único que utiliza estas fuentes. Muchos años antes, en Estados Unidos, investigadores de la Escuela de Chicago como William Thomas y Florian Znanieky, o en su momento el sociólogo francés Daniel Bertaux, por citar alguno otro, si es que no hablo del antropólogo cubano Miguel Barnet, autor de “La Fuente Viva”, esa fuente que no es otra que la palabra, y muchos otros autores, dieron las discusiones del caso y aportaron los elementos metodológicos para superar este escollo.

Una de las razones que permite determinar lo que es un dato concreto históricamente constatable, es la “saturación”. Cuando todos los entrevistados coinciden en aportar elementos cognoscitivos idénticos y constatables, es por algo. Podemos incluso, como parte de la metodología, tratar de contradecir aquellas premisas, pero la realidad al final se impone y cae por su propio peso. Y si no que lo diga Pelusa, y toda la generación de jóvenes de los barrios del sur de los años 60, hoy viejos bailarines del swing, que están todavía allí, para contarnos aquella historia que recogió Eric Madrigal y que luego volvió a recopilar y sistematizar con su equipo de indagación.

Cuando conocí a Eric Madrigal ya el hombre andaba bastante ubicado en la cuestión metodológica. Pero tuvimos oportunidad de discutir mucho, conversar mucho. Y es que estamos hablando de una persona que sabe meter el pie y entrarle duro a las cuestiones teóricas, y si me descuido termina enseñándome a mí. Eric concluyó la investigación. Si mal no recuerdo era una beca taller otorgada por el Ministerio de Cultura (2017), de modo que todo eso está documentado. Y ahí quedó demostrado para la posteridad cuáles son los orígenes del swing.

Como suele suceder en ciencia social, algunos atisbos anteriores, que ya se habían venido dando por otros investigadores, muy importantes, muy valiosos y que merecen todo respeto, quedaron superados o complementados por estas investigaciones. Efectivamente no fue en las bananeras, sino en los barrios del Sur de San José, donde se originó el swing, siguiendo la música de las rockolas, en pequeños bailongos retratados en los testimonios. El gran aporte de Pelusa y sus compañeros de generación, dice Madrigal, fue haber mezclado pasos de rock and roll con el baile de la cumbia “tropicalizada”, esto es, ejecutada por orquestas, especialmente mexicanas. A partir de allí los procesos de adaptación al ritmo y sentido del baile, empiezan a gestarse de manera colectiva. Esta travesura de bailar cumbia con pasos de rock and roll, fue la chispa que provocó el incendio dancístico y social.

Eric ha seguido profundizando en su indagación. Una de sus investigaciones más interesantes tiene que ver con la represión policiaca, que recibieron aquellos primeros bailarines de swing, que eran discriminados en los salones de baile, por su aspecto, por su atuendo, por su proveniencia social, estilo de vida marginal, por el consumo de drogas, pero también por su forma rupturista de bailar: ¡por bailar Swing!. Esto da como resultado un artículo que publica Eric y que se llama “Resistencias Populares a leyes injustas: la comunidad del swing y la ley de la vagancia”, publicado en la página de la Biblioteca Virtual del Consejo Latinoamericano de Educación Popular (2018).

Nunca sabés con qué va a salir Erick y su grupo ASWINGBOL. Han mantenido programas radiales en radio Universidad de Costa Rica, han colaborado de manera integrada en el TCU (Trabajo Comunal Universitario) Memorias in (materiales) de la Escuela de Historia de la UCR, hombro a hombro con la profesora Sofía Vindas y el profesor Alejandro Bonilla. Eric es promotor de “Swing en la Plaza”, programa que lleva el Swing a las calles. Eric es fiel creyente que el Swing debe manifestarse en las calles y que es ahí, con los bailarines callejeros, portadores de la cultura viva del Swing, donde hay que poner el énfasis de su trabajo.

Madrigal hizo estudios y se graduó como Gestor Cultural Comunitario. Posteriormente siendo ingeniero, decidió estudiar además educación popular y matriculó en la universidad de Costa Rica la carrera de Administración de la Educación No Formal, donde se egresó con honores, siendo el mejor promedio universitario en el año 2022 y solo le falta la tesis. Ha hecho estudios de posgrado en Políticas Culturales de Base Comunitaria, Gestión del Patrimonio Cultural Inmaterial y Sistematización de Experiencias.

La pandemia lo animó a contactar varias universidades extranjeras por vía virtual, donde siguió capacitándose. Estas experiencias lo llevaron a contactarse con la Universidad Nacional de La Plata, (Argentina), donde participó en los Encuentros Virtuales en la Cátedra Libre de Patrimonio Cultural Inmaterial. Con el tiempo su trabajo fue reconocido, hizo amistades y propuso la creación de la Red Americana de Pensamiento Crítico sobre los Patrimonios Culturales. Esta red, adscrita a la Cátedra libre de Patrimonio, funciona, ni más ni menos que bajo la coordinación de Eric Madrigal, el tico. Varios antropólogos costarricenses hemos pasado por ahí gracias a la invitación de Eric. Y hemos expuesto y dado charlas.

De tal manera que no estamos hablando de un improvisado, ni de una persona que de pronto hace afirmaciones sin fundamentación, ni con información recogida de oídas a la vera del camino. Los aportes de Eric Madrigal a la historia del swing son serios y debe prestársele atención a su trabajo. Pueden ser sometidos a crítica y discusión, porque esto es lo normal en la ciencia.

Ahora bien. Me ha llamado la atención haber visto alguna vez en internet, bromas y algún tipo de sorna pachotera para referirse a su trabajo. Es una lástima, pero así somos los ticos. Lastimosamente pareciera como que eso es parte del “criollismo”. Ni modo.

Personalmente me inclino por pensar que los bailarines de swing y los indagadores sobre estos temas, deberían integrarse más y trabajar con un criterio más constructivo, donde lo que unos aportan, se sume a lo que otros están haciendo, porque todos están produciendo cosas valiosas, sumamente necesarias, especialmente en un medio tan hostil hacia la cultura, como es el nuestro.

El swing necesita más compás, más ritmo, más trabajo de equipo. Los invito a todos a no salirse de la pista. Mientras estén vivos estos pioneros del swing como Pelusa, y sus camaradas, abracémoslos y démosles el reconocimiento que merecen. A los investigadores y a los promotores, a todos. Cada uno con su énfasis y con su estilo. Cada uno en su época. Cada uno con su aporte. Cada uno en su generación. Cada uno en aquello para lo cual tenga sus dones y sus habilidades.

Un abrazo a todos y sigamos bailando, procurando no pisarnos los talones, unos a otros. Y que haya swing por siempre.

En la imagen: El investigador Eric Madrigal junto con el señor Jorge “Pelusa” Miranda, pionero del swing criollo costarricense.

UCR. El “kryol” sigue vivo en el Caribe costarricense

Cada 30 de agosto se conmemora el Día para la Celebración de la Lengua Criolla Limonense, así establecido por la Ley #9 619, para reconocer el aporte cultural oral de la comunidad afrodescendiente costarricense.

Día de las Culturas

El inglés criollo limonense es una herencia cultural inmaterial que lucha ante su desplazamiento lingüístico

Desde Guanacaste hasta el Sur, y del Pacífico al Caribe, el sistema educativo sigue sin reconocer la diversidad étnica y lingüística, mientras que la niñez y adolescencia siguen recibiendo una educación hispanohablante. El patrimonio lingüístico de Costa Rica se compone de al menos ocho lenguas, siete de ellas con diversos grados de vitalidad entre los pueblos y territorios indígenas, y el inglés criollo limonense.

Pese a que se carece de estadísticas recientes, algunos estudios han calculado que la comunidad hablante del inglés criollo limonense llega a “unas 65 000 personas, aunque la transmisión intergeneracional es cada vez menor debido a la exigencia social por aprender el inglés estándar para fines laborales; pero ese dato no es exacto”, recalcó la magister Kristel García Robinson, coordinadora del proyecto de Acción Social denominado “Kryol Kaana” (EC-618).

El proyecto “Kryol Kaana”, que en español significa la esquina del criollo, es un proyecto de Acción Social de la Sede del Caribe (SC-UCR) que pretende fortalecer el patrimonio cultural entre la población caribeña más joven.

La magister García comentó que se imparten talleres en centros educativos y otras instituciones de la región, y también fuera de la misma, sobre los orígenes del idioma, la historia afrodescendiente, y los usos de la lengua entre la población. “Nos encontramos que siempre en los grupos hay personas que hablan el inglés criollo, pero hemos detectado que existe vergüenza en admitirlo, pero a medida que se desarrollan las actividades se empoderan para hablarlo”.

“Otro de los aspectos que explicamos es que existen investigaciones en las universidades públicas que están trabajando en la traducción de obras literarias, que se están haciendo esfuerzos por rescatar nuestra lengua y aunque no existe aún una gramática ni una escritura estandarizada, estamos avanzando”, agregó García.

Según la Lic. Luisa Francis Scoth, docente de la Escuela Olimpia Trejos López, uno de los centros educativos participantes, “el inglés estándar y el “kryol” van de la mano, en él usamos frases acortadas para hacerlo más rápido y fluido, y la parte gramatical también cambia.  En nuestra comunidad hay niños que lo usan para comunicarse, y los que no saben inglés lo captan rápidamente, yo creo que es muy importante mantenerlo”.

Superando la estigmatización social

“Por su condición de lengua criolla, esta variedad del inglés ha estado fuertemente estigmatizada, lo cual ha propiciado actitudes negativas hacia ella, tanto por parte de la comunidad hispanocostarricense como por sus propios hablantes. Esto mismo ha contribuido a su desplazamiento en su comunidad hablante a expensas tanto del inglés estándar como del español”, aseguró el Dr. Mario Portilla Chávez, ex director del Instituto de Investigaciones Lingüísticas (Inil-UCR) y miembro de la Academia Costarricense de la Lengua (ACL).

Aunque en el pasado el “kryol” fue la lengua común en el Caribe costarricense, ésta ha sufrido un desplazamiento ante el español y el inglés estándar, porque existen prejuicios al considerarse una forma inadecuada de hablar la lengua inglesa.

Desde la reforma educativa de mediados del siglo XX, la enseñanza del inglés criollo y usos sociales decayeron. En las décadas siguientes se describió como un “flat/broken english”, un “patois” o “mekatelyu”; el primero se refiere a un mal inglés, el segundo es erróneo ya que refiere a una variedad del inglés con influencia francesa y el último es un término acuñado a finales de los años setenta por Jack Wilson, investigador de origen estadounidense .  

En la actualidad, existe coincidencia entre la comunidad caribeña y lingüistas que el término correcto para referirse a este idioma es inglés criollo limonense, o como sus propios hablantes le llaman, solamente como “kryol”, y debe considerarse una variante más de la lengua inglesa. Pero Portilla es claro que muchas personas prefieren el uso del inglés estándar porque “nadie quiere que le digan que habla un mal inglés”.  

Al respecto, la investigadora García Robinson acotó que “perder esta herencia sería un daño irreparable a la cultura de la región, por eso es muy importante esta contribución de la Universidad de Costa Rica (UCR), y la Sede del Caribe cuenta con un equipo que puede aportar un impulso no solamente curricular, sino un abordaje profesional para recuperar el valor patrimonial en enfoques lingüísticos y culturales, en un espacio para que los participantes puedan explorar, valorar y conocer el criollo limonense”.

Asimismo, explicó García, debe superarse la creencia que es un idioma solo de afrodescendientes porque en la actualidad lo hablan y entienden personas de todas las etnias que habitan el Caribe costarricense. “Esta es una lengua que además tiene un factor de aglutinador social es una manera de aceptación, para reconocernos entre iguales sin importar la etnia e incluso se usa para excluir a otros hablantes que no la dominan”.

Retornar a lo esencial

El proyecto “Kryol Kaana” aspira a una población trilingüe, es decir, el dominio del español, del “kryol” y el inglés estándar. “Pero se necesita más apoyo porque en las escuelas limonenses solo se enseña español, y los padres ya no transmiten el “kryol” a sus hijos e hijas olvidando que la lengua transmite nuestra cultura”.

Rosibel Reyes Castro, ejecutiva institucional del Colegio Científico del Atlántico, destacó el aporte de la UCR mediante este proyecto, “lo aplaudo porque es evidente que el idioma se está perdiendo, muchos de los ancestros que lo hablaban han fallecido y aunque se conocen algunas palabras ya no es de uso común, y estos talleres son buenísimos porque la gente vuelve a recordarlo”.

“Considero que hacer esto es rescatar el idioma propio de la provincia y es importante que se hable en los cantones de Limón, pero lamentablemente nos está sucediendo lo mismo con las lenguas indígenas”, prosiguó Reyes.

“El rescate del “kryol” es una lucha por nuestros valores, aunque actualmente los padres jóvenes no quieren practicarlo por vergüenza y no lo enseñan a sus hijos. De ahí es que me sumo al aplauso por este proyecto y deseo que sigan viniendo a nuestra institución, porque están haciendo una excelente labor”, concluyó la Lic. Francis Scotch.

 

Eduardo Muñoz-Sequeira
Periodista, Vicerrectoría de Acción Social, UCR

La Universidad de Costa Rica pone su conocimiento al servicio del arte

Para agilizar el proceso de investigación, se elaboró un instrumento que ayuda a que la toma de fotografías sea lo más fiel a la realidad posible, para luego analizar la información que se requiere. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez, UCR.

La conservación del patrimonio artístico está en buenas manos

Mantener y cuidar el patrimonio cultural y artístico que posee el país es una labor permanente que requiere del trabajo, el esfuerzo y la voluntad de múltiples actores.

Desde hace seis años, el Teatro Nacional, en un convenio con la Universidad de Costa Rica (UCR), examina el estado de varias de las obras que resguarda. Por eso, un grupo multidisciplinario de investigadores de áreas como artes plásticas, química, física, microbiología, geología e ingeniería ha estudiado minuciosamente distintas creaciones pictóricas.

El proyecto “Abordaje multidisciplinario para el establecimiento del estado de conservación de las obras pictóricas de gran formato del Teatro Nacional de Costa Rica”, inscrito en el Instituto de Investigaciones en Arte (IIArte) de la UCR, continúa trabajando con el objetivo de evaluar las condiciones de estas pinturas y los procesos de deterioro en entornos climáticos tropicales. El fin es construir estrategias adaptadas de conservación preventiva y futuras intervenciones sobre el patrimonio cultural.

Luego de haber analizado en profundidad un telón de boca, de Antonio Rovescalli, así como tres pinturas de Vespasiano Bignami —ubicadas en el foyer del edificio— y el díptico de gran formato Musas I y Musas II, del artista italiano Carlo Ferrario, la investigación se centró recientemente en una obra mural en óleo sobre estuco de Paolo Serra, que data de 1897 y se ubica en la pared oeste del aposento que es utilizado como oficina de la Dirección.

Entre los principales aspectos que se estudian en este proyecto destacan los tipos de microorganismos que hay en la obra y el deterioro que pueden causar, las afectaciones causadas por las condiciones ambientales, las intervenciones que haya tenido la pintura, los materiales que se utilizaron y el proceso creativo que se realizó originalmente, entre otros.

Para recabar parte de los datos, elaborar mapas de deterioros y zonas de interés, se emplea la fotografía multiespectral, que consiste en tomar fotos de alta resolución, con distintos filtros que capturan desde el espectro de luz visible hasta el infrarrojo y ultravioleta.

Con esta técnica es posible conocer y determinar qué es parte de la pintura original, los cambios hechos en intervenciones posteriores, los materiales y los pigmentos que se usaron, por ejemplo.

Como parte del trabajo que se ha realizado, se estudió el díptico de gran formato Musas I y Musas II, del artista italiano Carlo Ferrario. Gracias a parte de los datos que se recolectaron, hoy esta obra se encuentra en proceso de restauración. Foto: Anel Kenjekeeva, UCR.

El mural se va fotografiando por segmentos, hasta tener una copia en alta definición, que se ingresa a un software especializado y así se establecen las zonas donde se visualizan daños y se decide dónde se hará el muestreo. Luego, estas muestras se analizan y se caracterizan mediante diversas técnicas modernas, como microscopía óptica de fluorescencia, espectroscopía Raman y rayos X de energía dispersiva, entre otras.

La Dra. Daniela Jaikel Víquez, investigadora principal del proyecto, señaló que, con esta obra de Serra, tuvieron una serie de retos que resolvieron con creatividad.

Al ser un mural y no un lienzo en el techo —como la mayoría de las obras examinadas con anterioridad—, la toma de fotografías se tornó más lenta, pues había que adaptar el equipo a distintas alturas. Esto último provocó que algunas de las imágenes salieran borrosas, a distancias diferentes o con tonalidades de luz variadas.

Fue gracias al ingenio de Álvaro Bermúdez, estudiante de la carrera de Ingeniería Agrícola y de Biosistemas, que se resolvieron esos inconvenientes. Él construyó un aparato para la toma de fotografías, hizo un boceto en el que incluyó todas las necesidades y con la ayuda de su papá logró armar un dispositivo que contiene un soporte para la cámara, el celular o la tableta, así como para las luces. Como debe ser de fácil movilidad, tiene rodines y un riel para moverlo hacia abajo o hacia arriba.

Muchas disciplinas, un objetivo en común

Desde el área de la ingeniería mecánica, se está analizando el flujo de aire y de calor en la dirección donde se encuentra el mural de Paolo Serra.

La investigadora Dra. Leonora de Lemos Medina, explicó que se estudia si existe correlación entre la cantidad de materia y microorganismos que se encuentran en la obra y los flujos de aire y calor que presenta el recinto, para determinar la mejor manera de tener un ambiente que resguarde la integridad del mural.

La obra de Paolo Serra

Según detalló Yojina Mora Quirós, artista plástica e investigadora del proyecto, la pintura en estudio se inspiró en Francia e Italia y fue concebida a finales del siglo XIX, en el marco de la construcción del Teatro Nacional.

El italiano Paolo Serra fue contratado para realizar varias de las obras que decoran el Teatro, entre ellas la pared oeste de la antigua Administración, que ahora es la actual Dirección. Esta consta de un panel central con una figura femenina basada en los murales pompeyanos, así como de decoraciones laterales que están acompañadas por dos columnas cuidadosamente ornamentadas. El panel central está dividido de las columnas laterales por medio de ventanas. 

Por su parte, el microbiólogo Dr. Mauricio Redondo Solano señaló que su labor en el proyecto consiste en examinar el papel que juega la microbiología en la conservación de la pintura.

En su caso específico, su estudio se centra en realizar muestreos en la obra para aislar las bacterias, identificarlas y determinar las cantidades, con el fin de descubrir la relación entre la presencia de microorganismos y el deterioro del mural.

Además, con las bacterias que se encontraron, se analizó su sobrevivencia en la pintura, cuánto tiempo pueden durar ahí, si tienen algún efecto negativo o positivo sobre la obra y si hay algún tipo de vínculo entre las bacterias y los hongos hallados.

De esta manera, es posible probar algunas eventuales estrategias de intervención para conservar, desde el punto de vista microbiológico, este tipo de productos culturales.

El quehacer de la artista plástica Lic. Yojina Mora Quirós ha sido determinar los daños a simple vista. Además, realizó muestras de la pintura, utilizando réplicas de los pigmentos y los materiales del mural, y es allí donde se realizan experimentos con bacterias y hongos. Este proceso lo desarrolló igual o lo más cercano posible a como se creó la obra.  

Ella explicó que su labor se centra en entender cómo se ejecutó el trabajo y detectar daños, colores desaparecidos, craquelados, descamaciones y manchas que están presentes y afectan la lectura original del mural.

Gracias a la gran e importante tarea que ejecuta este proyecto, la investigación se ha ampliado a obras que se encuentran en otras instituciones, como los Museos del Banco Central y el Museo Histórico Cultural Juan Santamaría, entre otros.

Andrea Marín Castro
Periodista Oficina de Comunicación Institucional, UCR