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Etiqueta: patrimonio cultural

Patrimonio Cultural Inmaterial y el Covid-19

ASWINGBOL le invita a escuchar este jueves 2 de julio a las 7 p.m. el conversatorio que hemos organizado denominado Patrimonio Cultural Inmaterial y el Covid-19: Testimonios desde las comunidades patrimoniales. Escucharemos de viva voz de personas vinculadas a las diferentes expresiones culturales, declaradas por el Estado costarricense como Patrimonio Cultural Inmaterial, sobre la afectación que están teniendo ellos y sus comunidades con la epidemia.

Transmisión por Facebook Live en https://www.facebook.com/aswingbol/

Organiza: Asociación Cultural del Swing y el Bolero Costarricenses.

Algo más que un atractivo turístico

Las esferas de piedra del período precolombino encierran en sus entrañas algo más que granodiorita o gabro.

Su enorme simbolismo espiritual para las sociedades indígenas hizo de este artefacto lítico, un ícono de su desarrollo artístico y cultural.

Encierra un conocimiento intangible que para muchos es imperceptible y para otros inadmisible.

Posee un enorme valor espiritual y su enigma seguirá siendo enigma para quienes antes de ver este legado ancestral como símbolo de sabiduría y desarrollo intelectual lo sigan viendo simplemente como un atractivo turístico.

Bienvenido sea el retorno de todo el patrimonio cultural a las tierras ancestrales del Sur.

 

Enviado por Uriel Rojas.

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El reto: conocer mejor el castellano para aprender el francés y el inglés

Rogelio Cedeño Castro (*)

 

“Emancipate yourselves from mental slavery; none but ourselves can free our mind” Bob Marley, Redemption Songs.

Acabar con la enseñanza del francés en el sistema de educación pública de Costa Rica e invertir esos recursos en la enseñanza del inglés, es otra de las ocurrencias del expresidente José María Figueres Olsen, según se informa en la página 10 del diario La República, del día martes 12 de julio, recién pasado, bajo el título “Debemos invertir los recursos en enseñanza del inglés, propone Figueres ¿SERÍA EL FIN DEL FRANCÉS EN EL SISTEMA EDUCATIVO?” Estas afirmaciones estarían contenidas en un documento, denominado “Ruta Costa Rica 2021” presentado por el susodicho político, suponemos que a la dirigencia del Partido Liberación Nacional para su docta consideración, con la supuesta y absurda pretensión de formar jóvenes que se convertirían en personas bilingües anglohispanoparlantes; todo esto, única y exclusivamente con el propósito de satisfacer los requerimientos de las empresas que invierten en Costa Rica ¡qué poco valen la cultura, el cultivo de las artes y la inteligencia emocional en este país! Es decir promover el cultivo de una especie de pidgin o lengua como la que usaban los amos para comunicarse con sus esclavos en los tiempos coloniales y no el apropiarse de una herramienta para ampliar los horizontes culturales de la población costarricense. El tan cacareado bilingüismo es algo que nunca ha sucedido en este medio cultural tan mediocre y decadente a que nos tienen acostumbrados, desde hace ya bastante tiempo, a no ser que asumamos como bilingüismo el balbuceo de una lengua extranjera y el manejo incorrecto de la nuestra, que parece ser lo más frecuente entre los presuntos jóvenes bilingües criollos, lo que no viene a ser sino una caricatura de ese importante fenómeno social y cultural, existente en algunos países europeos, asiáticos y africanos e incluso latinoamericanos. Dicho de otra manera, para seguir en el eterno juego de las medias verdades y medias mentiras, tan propias de la cultura de los arribistas sociales, hay que seguir hablando de cosas que no son reales, para satisfacer así el “wishful thinking (or lose contact with reallity within something people)”. Es decir, que nos invitan o nos exigen desarrollar nuestra acción social, dentro de escenarios y procesos que no tienen una existencia real más allá de la afiebrada imaginación de algunos.

Sucede que los suizos, los belgas y los canadienses entre otros pueblos tienen ricas experiencias de multilingüismo y multiculturalismo, en la rica interacción de lenguas como el inglés, el alemán, el francés y el flamenco, las que enriquecen y amplían el horizonte y las posibilidades culturales de esas naciones. Puede decirse que esas sí son expresiones reales de bilingüismo entre comunidades lingüísticas diversas al interior de algunos estados nacionales.

El autor de semejantes despropósitos, quien alguna vez se desempeñó como presidente de la república, está olvidando el hecho esencial de que deberíamos invertir más tiempo y recursos en la enseñanza (y/o el reforzamiento) de las estructuras de la lengua castellana, nuestro principal patrimonio cultural, la que se ha venido dejando de lado, como si de verdad fuéramos un país de gente bilingüe, cosa que sólo sucede en la provincia de Limón, donde la interacción entre lenguas como el inglés criollo, el castellano, el bribri, el terebé o el cabécar resulta ser algo que da lugar a un auténtico bilingüismo o incluso, sí se quiere de un cierto trilingüismo entre los criollos limonenses, no importa si son mestizos, afrodescendientes(o afrocaribeños, si se quiere) o hijos de los pueblos originarios de nuestra área continental, sólo en esos términos es que puede asumir el término bilingüe o bilingüismo en estricto sentido, para expresar una realidad efectiva en nuestro país, tal y como ocurre en la región del Caribe costarricense y centroamericano. Es decir, que en un caso así estamos ante un fenómeno social con hondas raíces históricas y culturales en una parte de nuestro país, y no ante una ocurrencia más de un puñado de tecnócratas, por lo general expertos en engañar e impresionar a un puñado de tontos.

Con el mismo desprecio de siempre hacia las expresiones culturales, propias del pueblo costarricense y centroamericano, aparecen ahora este conjunto de ocurrencias para poner a la juventud al servicio de un puñado de empresas transnacionales, y no para satisfacer, en modo alguno, la necesidad imperiosa de toda cultura de entablar un diálogo con otras lenguas y representaciones simbólicas de la realidad, especialmente en nuestra área continental y dentro de un período histórico, caracterizado por grandes transformaciones en todos los órdenes de la vida social y cultural. El Caribe, una región a la que estamos ligados, de muchas maneras, tiene al inglés, al francés y al castellano como lenguas vehiculares de muchas otras (especialmente las de los pueblos originarios), además de los diferentes creoles o lenguas caribeñas a que han dado lugar, lo que da además ocasión al surgimiento de un rico y variado mosaico lingüístico, probablemente de los más diversos a escala planetaria. De ahí se deriva el hecho de que esas viejas lenguas imperiales se han convertido en vehículos para enriquecer la comunicación y el intercambio entre nuestros pueblos y comunidades, pues son un conjunto de palabras y estructuras de pensamiento que ya forman parte, por derecho propio, de nuestro medio geográfico y cultural. Es decir que habría que estudiarlas y asumirlas no como lenguas extranjeros, sino como parte de un patrimonio cultural común. Dicho de otra manera, en Costa Rica deberíamos empezar conociendo el inglés criollo limonense lo mismo que las influencias de lenguas europeas como el francés, el italiano o el holandés u otras de los pueblos originarios de Abyayala como son el nahualt, las lenguas mayas, el chibcha o de aquellas provenientes de África en la formación del castellano de las Américas, lo que representa todo un tesoro cultural que, por falta de estudio e investigación, no hemos terminado de asumir ni de valorar en todas sus dimensiones y posibilidades. En definitiva, nosotros no hablamos como las gentes de Castilla-La Mancha, de Castilla-León y tampoco como las de Andalucía, porque al fin y al cabo, sucede que de este lado del gran océano ha venido surgiendo una expresión castellana más rica y diversa, que la que cultivan los habitantes de la Península Ibérica. Desde Buenos Aires y Montevideo hasta el norte de México hay un universo compuesto por las más variadas expresiones de lengua castellana ubicables en diferentes ámbitos o zonas lingüísticas que no coinciden necesariamente con las fronteras de los estados nacionales, tal y como sucede con la que conforman Buenos Aires y Montevideo.

El pequeño príncipe oligarca (el Figuerillos) está convencido en que hay que reducir la oferta cultural que se le da a la canalla(là voilà le bonheur, ça n’est pas pour la canaille, ça suffit!), desde luego que no la suya propia ni la de sus familiares más cercanos, pero no para que sus hijos se vuelvan bilingües, lo que resulta ser un despropósito de suyo evidente, sino para reducir sus posibilidades y su horizonte cultural, además de mantener para los propósitos imperiales la balcanización de los pueblos y culturas del área centroamericana y caribeña.

Mis ricas experiencias con el mundo de posibilidades que se nos ofrecen, a partir de las vivencias que he tenido dentro de la francofonía planetaria, con sus derivas caribeñas y también con la rica diversidad del inglés criollo (v.g.r. Paula Palmer “W’a pin man” Editorial de la Universidad de Costa Rica 1995), especialmente el de nuestra área caribeña, me llevan a lamentar la ligereza de esas propuestas de bilingüismo sin ningún asidero en nuestra realidad, además del irrespeto hacia las expresiones culturales lingüísticas de la población afrocaribeña. Por cierto que en el proceso de aprendizaje del francés pude retomar, por así decirlo, conciencia de algunas las estructuras de nuestra lengua castellana al retomarlas en una lengua romance como es el francés, tal como me sucedió con el modo subjuntivo en los verbos, una modalidad de la conjugación que representa el tiempo de lo posible( que je sache, por ejemplo), pero también nos permite reflexionar sobre el tiempo de la utopía, como una estructura que está presente en nuestra lengua castellana, la que viene a ser reforzada dentro de ese proceso de aprendizaje del francés. El estudiar una segunda lengua romance como el francés, una tarea en la que ya el país ha invertido recursos, nos permite comparar las semejanzas y desemejanzas entre las diferentes lenguas romances como cuando decimos en francés “la maison la plus importante” y no simplemente la casa más importante, pero también lo es con el aprendizaje de lenguas como el inglés, proveniente del tronco anglosajón, las que podríamos aprender y entender mejor si conocemos de verdad las bases y expresiones idiomáticas que son características o propias del castellano de América Latina. La ubicación contrapuesta del sustantivo y el adjetivo en la lengua inglesa por contraste con la nuestra, la importancia de los verbos auxiliares como es el caso del verbo to do(yes, I do or Yes,I did), el uso del género, etc. nos permiten ponernos en contacto con otras formas de pensar y de percibir el entorno. Es por contraste y a través de un conocimiento sólido de nuestras propias bases culturales que podremos aprender y acercarnos mejor a la cultura de los otros diferentes. Dicho de otra manera, pareciera una vez más que la línea recta no es la distancia más corta entre dos puntos, tal y como reza la geometría euclidiana, sino que la realidad social, cultural y lingüística, dentro de sus distintas dimensiones, parece ser mucho más compleja y dinámica de lo que piensa tout court Monsieur Figueres.

(*)Sociólogo y catedrático de la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA).

 

Enviado a SURCOS Digital por el autor.

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Comidas tradicionales brillan por su sabor y aporte a la historia

Comidas tradicionales brillan por su sabor y aporte a la historia
Este Conversatorio forma parte de las políticas universitarias referentes a contribuir con la discusión de temas trascendentales para el país, para así promover la reflexionar sobre la situación actual y los retos que tenemos todas y todos en cuanto a la conservación, revitalización y promoción de la cocina tradicional como patrimonio cultural (foto Rafael León).

Escuela de Nutrición celebra Semana Nacional de la Nutrición

 

Otto Salas Murillo

Periodista Oficina de Divulgación e Información

 

A muchísimos y muchísimas costarricenses e inclusive extranjeros se les haría la boca agua al estar frente a un gallo pinto, algún picadillo o tortillas palmeadas con queso, sólo por mencionar algunos de los ejemplos más conocidos de la comida tradicional del país.

Precisamente el tema de los alimentos que son representativos de nuestra cultura ha sido abordado de manera exhaustiva por estudiantes, docentes e investigadoras de la Escuela de Nutrición de la Universidad de Costa Rica (UCR).

Muestra de ellos es el conversatorio titulado: La cocina tradicional como patrimonio cultural de Costa Rica: retos para su conservación y revitalización, que se llevó a cabo el martes 12 de mayo en el Miniauditorio de la Escuela de Nutrición y en el marco de la celebración por la Semana Nacional de la Nutrición.

Esta actividad fue organizada por el TCU-486 denominado Contribución con la conservación y revitalización de las tradiciones alimentarias de Costa Rica con la participación de personas adultas mayores.

Las y los participantes invitados fueron el Bach. José Manuel Durán Fernández, politólogo, y la Licda. Cristina Rojas Villalobos, nutricionista, ambos estudiantes del TCU-486; la Licda. Rocío Quilis González, funcionaria del Centro Nacional de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ); la Dra. Marcela Dumani Echandi, profesora e integrante de la Comisión Institucional de Seguridad Alimentaria y Nutricional de la UCR; y la M.Sc. Patricia Sedó Masís, responsable del TCU-486 y moderadora de este Conversatorio.

Comidas tradicionales brillan por su sabor y aporte a la historia2
En Costa Rica la Semana Nacional de la Nutrición se celebra del 10 al 16 de mayo e incluye la celebración del Día del Agricultor el 15 de mayo; en la imagen aparecen en orden usual la M.Sc. Patricia Sedó Masís, Dra. Marcela Dumani Echandi, Licda. Rocío Quilis González, Licda. Cristina Rojas Villalobos y Bach. José Manuel Durán Fernández (foto Anel Kenjekeeva).

Resaltar la identidad costarricense

“Acá proponemos un espacio para la reflexión y discusión sobre el tema de la cocina tradicional costarricense, en un contexto actual donde se reconoce el valor de conservar, revitalizar y promover las tradiciones alimentarias del país, pero donde también se enfrentan retos importantes en relación con el fortalecimiento de la política pública y una mayor articulación institucional”, explicó al respecto Sedó Masís.

Y es que diversos factores como la tecnología aplicada en la producción de alimentos, la creciente apertura de mercados y el consumo sin freno influyen directamente en las costumbres de la población mundial, especialmente en cuanto a la alimentación, “se ha determinado una tendencia en reducir el tiempo dedicado a la preparación de alimentos, con mayor uso de productos industrializados listos para comer o la compra de alimentos preparados, con lo cual la práctica de cocinar está quedando marginada”, aseveró Sedó Masís.

La herencia de nuestros ancestros, agregó Sedó Masís, en cuanto a la forma en que se produce y se preparan las diferentes comidas y bebidas que ingerimos, “tienen un vínculo cultural que está quedando en los recetarios, sin posibilidades de poder llevarlas a la práctica debido a que no se tiene acceso a los ingredientes necesarios, se desconoce la técnica de preparación de los platillos o se presenta un cambio en las preferencias alimentarias”, dijo Sedó Masís.

Comidas tradicionales brillan por su sabor y aporte a la historia3
Las y los asistentes al Conversatorio recibieron un documento digital titulado: El turno, un acercamiento a este espacio festivo y de manifestación cultural gastronómica en comunidades del Valle Central de Costa Rica, producido en la Escuela de Nutrición (foto Anel Kenjekeeva).

Por su parte, el Bach. Durán Fernández reveló que en el estudio que se realizó dentro del TCU-486 encontraron datos que aportan a la discusión, como que de 21 países de América Latina ocho, en donde se incluye a Costa Rica, no trabajan el tema de la legislación sobre la comida tradicional.

“En Chile el Estado sí se declaró la comida tradicional como patrimonio nacional, en Costa Rica se necesita una ley que tenga bases o pilares que incluyan la declaración de patrimonio pertinente y un reglamento que incluya un recetario con los ingredientes esenciales de las comidas”, destacó Durán Fernández.

En la investigación de este TCU se dividió el término para utilizar cocina costarricense cuando lo divulgan a lo interno del país y gastronomía costarricense para usarlo en el sector turismo externo e internacionalmente.

La Licda. Quilis González manifestó que resulta importante que todos los actores quienes participan en esta temática unifiquen criterios y que cuando se hable acerca de la comida tradicional se sepa a qué se refieren, “la cocina nos lleva a la interculturalidad, todo en función de la labor culinaria. Debemos realizar esfuerzos para instaurar la comida tradicional en los comedores escolares”, abogó la Representante del MCJ.

Finalmente la Dra. Dumani Echandi destacó la necesidad de que la población mantenga dietas sostenibles para recuperar la manera correcta de alimentarnos y aprovechar que la naturaleza nos brinda todos los ingredientes que nuestro cuerpo requiere para nutrirse adecuadamente.

“Lo importante es consumir lo propio, no sólo lo que se cultiva, sino que también lo que nos da el entorno natural. Se ha conceptualizado el alimento como una mercancía mientras que lo tradicional es viejo, no es dinámico y no es actual, cuando más bien hay que mantener una identidad cultural y al mismo tiempo mejorar la salud de todas y todos”, enfatizó Dumani Echandi.

 

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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Talleres con Sonido protagonista

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Imagen con fines ilustrativos.

Como actores invisibles los sonidos se entrelazan para generar una historia sonora mucho antes de ingresar a la realidad. El trinar del yigüirro se ahoga entre las sirenas y bocinas, el murmullo de quienes van y el taconeo de quienes vienen, el grito del vendedor, el aire… la ciudad que vive.

En el marco de su XX aniversario del Programa de Identidad Cultural, Arte y Tecnología (ICAT-UNA), le invita a participar del cierre de los talleres sobre “Paisajes sonoros”:

 

Muestra+Coversatorio+Concierto (con “Piratas del cosmos”)

Viernes 10 de abril, 4:30 p.m.

Centro para las Artes, campus Omar Dengo, Universidad Nacional, Heredia.

La utilización del sonido como patrimonio cultural y propiedad plástica para fomentar la escucha como una práctica activa, fue el principal objetivo del I Taller Transdisciplinar sobre paisajes sonoros, impartido en noviembre del año anterior. Debido a la demanda, para febrero de este año se impartió un segundo taller, donde participaron académicos y estudiantes tanto de la UNA como externos, y se denominó «Introducción a paisajes sonoros y visuales: el “glitch” como herramienta».

En este segundo encuentro se exploró la capacidad expresiva del uso del error en la creación tanto visual como sonora, entendiendo al error como una condición de posibilidad para la creación de propuestas artísticas con diferentes contenidos conceptuales. Además de considerar registros de imagen y sonido como propiedad plástica para la generación de propuestas artísticas, este taller tenía el fin de hacer conciencia de la vista y la escucha como acto social, eco de la realidad y extensión de espacios concretos.

Ambos fueron facilitados por el sociólogo y músico experimental Sergio Fuentes quien a sus 23 años fue galardonado como Premio Nacional Aquileo J. Echeverría de Música 2014, en la rama de Composición, por su investigación en el noise y nuevos formatos de producción con sonido. El segundo contó además con la participación de la artista visual Mariela Montoya, licenciada en Arte y Comunicación Visual quien formó parte de colectivo costarricense de arte y música electrónica NoisNois.

Este viernes se presentará una muestra de los proyectos finales del segundo taller y se realizará un conversatorio con Alejandro Cardona, Fundador del ICAT, Premio Nacional en Composición 2014 y el equipo facilitador de los talleres: Sergio Fuentes, y Mariela Montoya. A las 7 p.m. iniciará un concierto con “Piratas del cosmos”, banda de experimentación sonora-visual.

 

*** Para mayor información comuníquese con Vera Gerner (8342-9596), Rebeca Arguedas (2277-3005 / 2277-3475) ambas del ICAT-UNA, con la Oficina de Comunicación de la UNA (2277-3066/ 2237-5929).

 

Información enviada a SURCOS Digital por UNA Comunicación.

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