La Fundación Caminantes de Costa Rica invita a la población adulta mayor y al público en general a participar en una nueva jornada de pruebas de esfuerzo físico y evaluación del comportamiento cardiaco al aire libre, con el propósito de que las personas conozcan su actual estado de condición física.
La actividad se realizará el sábado 1 de noviembre de 2025, a las 9:00 a.m., en la Plaza Roosevelt de San Pedro de Montes de Oca.
Las pruebas están abiertas para personas de todas las edades y se desarrollarán en un ambiente seguro y guiado. La participación se realiza mediante una contribución voluntaria.
Para más información e inscripciones, las personas interesadas pueden comunicarse al teléfono 7189-4252.
Dr. Fernando Morales Martínez Médico Geriatra y Gerontólogo Cédula 1-372-883 Decano Facultad de Medicina Universidad de Costa Rica
Hoy 15 de junio, Día Mundial de la Toma de Conciencia contra el Abuso y Maltrato en la Vejez y el Día Nacional contra el Abuso, Maltrato, Marginación y Negligencia hacia las Personas Adultas Mayores, que se constituye en un tema relevante, debido a la significativa proporción de personas de 65 años y más, que representan un 13,63% de la población costarricense (ENAHO, 2022), al respecto deseo exponer esta reflexión.
Hace 48 años en la revista médica British Medical Journal, se publicó un artículo del Dr. Burston que lo tituló “Maltratando a la abuelita” (Granny batterig), llamando la atención al mundo científico del abuso hacia los mayores por parte de los familiares.
En 1995, en el Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología fundamos el Comité de Estudio Integral del Adulto Mayor Agredido y Abandonado (CEINAA), con el fin de llevar a cabo un abordaje interdisciplinario para fortalecer el diagnóstico y tratamiento de las personas adultas mayores en condiciones de abuso y abandono e identificar las características correspondientes con el fin de establecer lineamientos de atención.
En 1999, en nuestro país se publica la Ley Integral para la Persona Adulta Mayor, en donde se propone garantizar la protección jurídica y psicosocial de la población adulta mayor afectada por el abuso físico, psicológico, patrimonial, sexual o por negligencia, por medio de la aplicación de las medidas de protección y procedimientos establecidas en Ley Contra la Violencia Doméstica.
En mayo de 2012, Costa Rica se sumó a los países de América Latina y el Caribe quienes, reunidos en la tercera Conferencia regional intergubernamental sobre envejecimiento en San José, adoptamos la Carta de San José sobre los Derechos de las Personas Mayores de América Latina y el Caribe. Nuestro compromiso consistió en no escatimar esfuerzos para promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales de todas las personas adultas mayores, así como la férrea e inclaudicable voluntad de trabajar en la erradicación de todas las formas de discriminación y violencia, y de crear redes de protección de las personas de edad para hacer efectivos sus derechos.
El 15 de junio de 2015, los Estados miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA), aprobaron la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores y Costa Rica fue uno de los 5 Estados que de inmediato firmaron su texto, junto a los gobiernos de Uruguay, Argentina, Brasil y Chile.
Hay que recordar que Costa Rica ratificó la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, mediante la Ley No. 9394 del 8 de setiembre de 2016 y el Decreto Ejecutivo No. 39973 del 12 de octubre de 2016. Con lo cual, desde el año 2016, el país cuenta con un marco de referencia vinculante de derechos humanos específicos para las personas adultas mayores.
Estas y otras normativas como la Ley que penaliza el abandono de las personas adultas mayores, así como la jurisprudencia de la Sala Constitucional conforman el marco jurídico de protección a las personas adultas mayores en nuestro país.
Como lo señala la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, la persona adulta mayor tiene derecho a vivir una vida sin ningún tipo de violencia y maltrato. A su vez, define la violencia contra la persona adulta mayor como cualquier acción o conducta que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la persona adulta mayor, tanto en el ámbito público como en el privado.
En esta definición se comprende, entre otros, los distintos tipos de abuso, incluso el financiero y patrimonial, y maltrato físico, sexual, psicológico, explotación laboral, la expulsión de su comunidad y toda forma de abandono o negligencia que tenga lugar dentro o fuera del ámbito familiar o unidad doméstica o que sea perpetrado o tolerado por el Estado o sus agentes dondequiera que ocurra.
El maltrato hacia las personas adultas mayores es un problema social grave y actual, sin importar el nivel económico o educativo de quien lo ejerza o padezca. Las personas adultas mayores suelen ser víctimas de malos tratos y abusos por parte de sus familiares, vecinos, entidades públicas y privadas. Esta situación repercute en su salud, calidad de vida y en el reconocimiento y respeto a sus derechos humanos y libertades fundamentales.
Los factores de riesgo son múltiples en especial para aquellas personas adultas mayores que están en vulnerabilidad, enfermedad crónica irreversible, no cuentan con familiares o parientes y están en total abandono.
La realidad es que el abuso, maltrato, abandono y la negligencia hacia las personas adultas mayores está presente en nuestra sociedad y cada año se acrecienta más, agravada en los últimos años como resultado de las consecuencias de la pandemia por la COVID-19.
Desafortunadamente los datos que evidencian esta problemática de violencia en las personas adultas mayores no son tan precisos y los que se muestran están lejos de la realidad, lo que no permite tomar decisiones y acciones oportunas en la protección de sus derechos mediante respuestas ante las múltiples necesidades de esta población.
Esta es una situación creciente que debemos poner atención con medidas correctivas oportunas porque alcanza todos los extractos de la sociedad.
El objetivo es que se contemple una nueva visión del envejecimiento, de tal manera que se promueva la inclusión de las personas adultas mayores en la sociedad, se ofrezcan bienes y servicios de calidad y de manera especial, se dé cuenta de su contribución al desarrollo.
Quiero invitarlos a construir una cultura de protección a la integridad y dignidad de las personas adultas mayores con el fin de lograr el reconocimiento de sus derechos humanos, su empoderamiento y, por supuesto, estimular e incrementar sus capacidades para defenderse ante situaciones abusivas. Hoy son ellos, pero mañana puede ser cualquiera de nosotros que se encuentre en esta espiral de violencia y se vea perjudicado.
15 de junio Día Mundial de la Toma de Conciencia contra el Abuso y Maltrato en la Vejez y el Día Nacional contra el Abuso, Maltrato, Marginación y Negligencia hacia las Personas Adultas Mayores
Dr. Fernando Morales Martínez*
Robert Butler, creador del término “edadismo” fue un aliado de nuestro país
Proveniente del inglés “ageism”, el concepto del edadismo fue acuñado en 1969 por el doctor Robert Butler, médico gerontólogo estadounidense y primer director del Instituto Nacional del Envejecimiento de Estados Unidos. La identificación de una palabra para el edadismo en todos los idiomas sería una manera de comenzar a generar conciencia y cambio en todos los países. Aunque el edadismo abarca cualquier estereotipo, prejuicio o discriminación que se base en la edad, hay otros términos que se han usado también para hacer referencia a los estereotipos, los prejuicios o la discriminación por razones de edad.
De grata memoria, el doctor Butler visitó Costa Rica en una ocasión para pasar navidades y año nuevo junto con su respetable familia. Tuve el privilegio de recibirlo y acompañarlo sin imaginar que la visita se convirtiera en una de trabajo, dada la buena impresión que se llevó a raíz de los avances sociales y particularmente de la seguridad social que observó en nuestro país y que, según me repitió, no existían en Estados Unidos, su patria. Posterior a su visita, en cada congreso de Geriatría Internacional en que coincidíamos expresaba los valores de la seguridad social en Costa Rica; es decir, se convirtió en un aliado nuestro.
La literatura trata el edadismo como concepto polifacético, que implica tres dimensiones: cognitiva (estereotipos); afectiva (prejuicio); y conductual (discriminación). La dimensión cognitiva engloba los estereotipos negativos sobre el envejecimiento.
Los estereotipos se activan cuando no se consideran las características específicas de los adultos mayores, los mismos pueden generar etiquetas que llevan a separar a las personas en diferentes categorías y activar creencias que desprecian a los sujetos y provocan consecuencias negativas en diferentes áreas de la vida.
En el contexto de los servicios de salud, se conocen los efectos de los estereotipos, prejuicios y discriminaciones que experimentan las personas mayores y restringen el acceso a la atención en salud, el diagnóstico y el tratamiento, y que se asocian significativamente con peores condiciones de salud, indican disminución de la longevidad, la baja en la calidad de vida, el bienestar y las conductas de riesgo para la salud; así como, de malas relaciones sociales, enfermedades físicas, mentales y deterioro cognitivo.
Efectos del edadismo en la salud
El edadismo tiene una grave repercusión en todos los aspectos de la salud, que la OMS define como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente como la ausencia de afecciones o enfermedades. Por consiguiente, el edadismo es un determinante social de la salud importante que, hasta ahora, se ha tenido poco en cuenta. Sus efectos en la salud son de un grado similar, si no superior, a los que tiene el racismo, una forma de prejuicios y discriminación cuyas consecuencias en la salud han sido ampliamente estudiadas.
El edadismo puede tener un impacto de gran alcance en la calidad de vida general de las personas mayores y puede afectar también aspectos específicos de su bienestar social. Por ejemplo, el edadismo puede conducir al aislamiento social y a la soledad y puede limitar la sexualidad de las personas mayores. También puede asociarse en ellas a un mayor temor a la delincuencia y un aumento del riesgo de sufrir violencia y maltrato.
Las estrategias contra el edadismo incluyen intervenciones educativas por medio de la educación para la salud, campañas de concientización, actualización del conocimiento científico y ampliación de los canales de comunicación entre personas mayores y profesionales de salud.
Con todas estas realidades que recoge el edadismo, se hace mandatorio hacer un esfuerzo en la formación de nuestros jóvenes que estudian medicina en la Universidad de Costa Rica, en la capacitación y los conocimientos profundos en esta temática tan cruda y que va en aumento y que la experimentan las personas adultas mayores, por eso en el curso de Geriatría y Gerontología que se imparte en el último año de la carrera de medicina, se les enfatiza la importancia de esta temática que se ha ido convirtiendo en un flagelo. En esta formación se les inculca el respeto y la consideración, además hacen análisis con casos clínicos de la vida real y se profundiza sobre la realidad que pueden sufrir o sufren estos pacientes, así también la importancia de usar apropiadamente todas las estrategias para evitar y tratar estas consecuencias tan negativas e inhumanas en estos pacientes mayores.
Además, la Facultad de Medicina de la Universidad de Costa Rica, desarrolla la Cátedra de Envejecimiento y Sociedad, en la que se reflexiona y capacita a la sociedad sobre esta temática.
*El autor es Médico en Geriatría y Gerontología, Miembro Honorario de ACANAMED y Decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Costa Rica.
Este viernes 13 de junio a las 10 de la mañana se realizará en el Cine Magaly la proyección de la película costarricense Memorias de un cuerpo que arde, como parte de las actividades conmemorativas del Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez.
La actividad incluye un cineforo con especialistas, así como la participación del elenco y de la dirección de la obra cinematográfica. La entrada tiene un valor de ₡2.800 y puede adquirirse en la Soda de las Damas Voluntarias del Hospital San Juan de Dios.
Además de participar, se puede colaborar adquiriendo una entrada para una persona adulta mayor, con el fin de facilitar su presencia en esta actividad que busca visibilizar los derechos y la dignidad de las personas mayores.
La actividad es organizada por el Servicio de Psiquiatría y Psicología Clínica del Hospital San Juan de Dios.
Compartido con SURCOS por el doctor Marco Aguilar Badilla.
Elaborado por: Johnny Núñez Z. Periodista O.C-UNA.
Como parte de las tareas ejecutadas por el proyecto Actividad física para el envejecimiento saludable de la Escuela de Ciencias de Movimiento Humano y Calidad de Vida (Ciemhcavi) de la Universidad Nacional (UNA), se encuentra propiciar calidad de vida en adultos mayores y en particular en aquellos que padecen Alzheimer. Una de las estrategias de atención integral científicamente demostradas para el tratamiento de esta enfermedad, es el ejercicio físico.
Luis Solano, académico de Ciemhcavi explicó que el Alzheimer es una enfermedad no transmisible, neurodegenerativa e irreversible que afecta las funciones cognitivas. Esta enfermedad perjudica más a las personas adultas mayores de 65 años en adelante. Por sus características, dicho padecimiento produce un incremento en los gastos de atención de todos los sistemas de salud pública del país y del mundo.
Solano comentó que en relación con la atención integral al paciente con Alzheimer se evidenció el potencial de la actividad física y el ejercicio en la disminución de la tasa de deterioro en la cognición de los adultos mayores. “En Costa Rica, se estima que más de 30.000 personas padecen esta enfermedad y para 2050 superaría las 150.000. De ahí la necesidad de generar estrategias de prevención, diagnóstico temprano y atención integral para las personas que padecen este mal”, dijo Solano.
El académico agregó que la actividad física se asocia con una menor incidencia para todas las causas de demencia, incluido el Alzheimer; tales resultados son observables de manera consistente a través del tiempo por los potentes efectos del movimiento humano como un factor de estilo de vida protector.
Adultos en movimiento
Solano detalló que tanto el ejercicio aeróbico como el combinado (incorpora actividades aeróbicas y anaeróbicas) mejoran las tareas de la vida diaria. “Los ejercicios se pueden hacer en gimnasios o clínicas, incluso en el hogar; de hecho que las actividades en el hogar son seguras, efectivas y retrasan en buena forma el declive cognitivo. Además pueden mejorar algunos cambios conductuales en personas adultas mayores con demencia”, subrayó el especialista.
Recalcó que los ejercicios no requieren de mucho material ni complicados. Por ejemplo, en cuanto al ejercicio aeróbico, los adultos mayores con Alzheimer pueden caminar, bailar y hacer spinning a una intensidad moderada por 30 minutos por sesión, durante dos a tres veces por semana en días no consecutivos. Mientras que en cuanto a los ejercicios de fuerza, los pacientes pueden levantar pesos libres, usar bandas elásticas, cerradas y ligas. También, la técnica de planchas o medias sentadillas con su peso corporal. Igualmente, realizar ejercicios que estimulen el balance estático y el dinámico para promover una mejora del equilibrio en general.
Solano puntualizó que las especificaciones anteriores pueden ser un factor coadyuvante en el manejo integral de la enfermedad; a futuro se requerirán otras investigaciones para establecer con especificidad las cargas de trabajo físico más adecuadas para conseguir mayor impacto en la población que sufre este mal.
Oficina de Comunicación Universidad Nacional, Costa Rica
SURCOS comparte la carta firmada por especialistas en geriatría y gerontología:
Carta abierta al Presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves Robles
Señor Presidente:
Como médicos geriatras de Costa Rica, especialistas comprometidos con el cuidado, la protección y la dignidad de las personas adultas mayores, expresamos nuestro profundo repudio y preocupación por los comentarios de carácter gerontofóbico emitidos por usted en una reciente conferencia de prensa.
En un país que enfrenta un acelerado envejecimiento demográfico, con más del 14% de su población mayor de 65 años, es imperativo fomentar una cultura de respeto, inclusión y valoración hacia las personas adultas mayores. Las palabras que descalifican o menosprecian a esta población no solo atentan contra su dignidad, sino que también perpetúan estereotipos dañinos y una discriminación inaceptable hacia quienes han contribuido significativamente a la construcción de nuestra sociedad.
La gerontofobia no solo afecta directamente a las personas adultas mayores, sino que también debilita el tejido social, ignorando las valiosas contribuciones económicas, culturales y familiares que estas siguen realizando. Además, tales expresiones pueden socavar los esfuerzos institucionales y sociales destinados a garantizar los derechos de esta población, promovidos tanto por la legislación nacional como por acuerdos internacionales de los que Costa Rica es signataria, como la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en su programa de la Década del Envejecimiento Saludable (2021-2030), enfatiza la necesidad de combatir el edadismo en todas sus formas. Este esfuerzo global destaca la urgencia de erradicar los prejuicios por razón de edad y de promover una visión inclusiva que valore a las personas mayores como integrantes esenciales de nuestras comunidades.
Señor Presidente, las expresiones que descalifican o menosprecian a las personas adultas mayores perpetúan estereotipos dañinos y fomentan una discriminación inaceptable hacia quienes han contribuido significativamente a la construcción de nuestra nación como líder de la nación, sus palabras tienen un impacto profundo en la percepción y actitud de los ciudadanos hacia nuestras personas mayores. Por ello, le instamos respetuosamente a reflexionar y rectificar públicamente sus declaraciones, enviando un mensaje claro de respeto y valoración hacia esta población. Este gesto no solo sería un acto de responsabilidad y liderazgo, sino también una oportunidad para fortalecer los principios de inclusión y equidad que deben guiar nuestra sociedad.
Costa Rica ha asumido compromisos relevantes para la protección de los derechos de las personas mayores, tanto en el ámbito nacional como internacional. La Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores establece la obligación de combatir todo tipo de discriminación por razón de edad y de garantizar la plena inclusión de las personas mayores en todos los ámbitos de la vida social, económica y cultural. Sus declaraciones contradicen estos compromisos y pueden tener un efecto negativo en los esfuerzos institucionales destinados a garantizar los derechos de esta población.
Desde nuestra experiencia como médicos geriatras, estamos dispuestos a colaborar con su gobierno para continuar desarrollando estrategias y programas que fortalezcan la inclusión y el bienestar de las personas mayores y le solicitamos que, en adelante, se promueva un discurso que dignifique a todos los sectores de la población, sin importar su edad, y que fomente políticas públicas orientadas a garantizar una vida plena y respetuosa.
Señor Presidente, las personas adultas mayores no solo merecen respeto por su dignidad inherente, sino también por ser pilares fundamentales de nuestra sociedad. Es imperativo que Costa Rica continúe siendo un referente en la defensa de los derechos humanos y en la construcción de un futuro inclusivo para todos.
Atentamente, Médicos Geriatras y Gerontólogos firmantes, Dra. Tatiana Vindas Miranda Dra. Krisly Arguedas Vásquez Dra. Karen Meza Elizondo Dr. Alexander Camacho Cabrera Dr. Andrés Aguilar Muñoz Dr. José Ernesto Picado Ovares Dra. Adriana Monge Araya Dra. Ingrid Alejandra Soto Rodríguez Dra. Paula Benavides Zamora Dr. Milton Gutiérrez Rodríguez Dr. Luis Felipe Aguilar Hidalgo Dra. Elena Gutiérrez Rodríguez Dra. Karina Chacón González Dra. Tatiana Vargas Fallas Dra. Sylvia Leitón Arrieta Dra. Grethel Carolina Alfaro Campos Dra. Giannina Bloise Alvarado Dra. Milena Matamoros Castillo Dr. Gustavo Leandro Astorga Dr. Rolando Brenes Quirós Dra. Laura Barrantes Zúñiga Dra. Vilma García Camacho Dra. María José Kim Hernández Dra. Katrin Kulzer Homann Dra. Fanny Chaves Vargas Dra. Paola Segura Amores Dra. Isabel Campos Espinoza Dra. Daniela Mora Figuls Dra. María Isabel Monge Montero Dr. Mauricio Quesada Rosales Dra. Aida Molina Valencia Dra. Hazel Jiménez Campos Dr. Gustavo Montero Solano Dra. Kimberly Arce Córdoba Dra. Ana Caldwell Marín Dra. Pilar Carmona Mena Dr. David Avalos Chacón Dra. Aida Ester Escobar Salas Dra. Yendry Moreno Cordero Dra. Yislin Solís Jiménez Dr. Andrés Hidalgo Flores Dra. Daianna Moreno Briceño Dra. Natalia Ivankovich Guillén Dr. Marcelino Lostalo González Dra. Ana Lucía Núñez Rodríguez Dr. Mario Alonso Rojas Chacón Dra. Lilia Hernández Quirós Dra. Gabriela Zamora Castro Dra. Susana Estrada Montero Dra. Beatriz Monterroso Cardona Dra. María Gabriela Quesada López Dr. Carlos Chaves Berrocal Dr. Oscar Monge Navarro Dr. Jefté Córdoba Granados Dra. Alejandra Jiménez Rodríguez Dra. Karla Araya Aguilar Dr. Daniel Lasso Bonilla Dr. Eli Antonio Chaves Segura Dra. María Jesús Vega Solís Dr. Sebastián Fallas Marín Dra. Laura Barboza Mena Dra. Vanessa Jiménez Porras Dra. Natalia Villalta Calvo Dr. José Leonardo Barboza Montes Dra. Carolina María Alfaro Víquez Dra. Xinia Villalobos Cambronero Dra. María Lourdes Soto Vásquez Dr. Manuel Chinchilla Morera Dra. María Rodríguez Fernández Dra. Carolina Jara Segura Dra. Adriana Ávila Morales Dr. Eduardo Antonio Blanco Umaña Dra. Xinia María Jiménez Campos Dr. José Miguel Cordero Cordero Dr. Olman Aguirre Jaén Dra. Yalile Muñoz Chacón Dra. Melissa Soto Mena Dr. Mario González Casafont Dra. Irene Gutiérrez Jiménez Dra. Milena Bolaños Sánchez Dr. Carlos Manuel Fuentes Fuentes Dra. Marielos Solís Umaña Dra. Ana Mercedes Durán Monge Dra. María Victoria Arguedas Astúa Dr. Rafael Zúñiga Solano Dr. Eduardo Antonio Blanco Umaña Dra. Nataly Arguedas Vásquez Dr. Fernando Morales Martínez
Desde la Fundación Pedagógica Nuestramérica se realiza la invitación a la tertulia en modalidad presencial sobre el programa “Envejecer es un arte”, en donde se desarrollará el tema: “Las zonas azules en Costa Rica”.
Este se realizará el miércoles 30 de octubre, de 2:00 pm a 3:30 pm. El lugar será: Café Green Roast. Se contará con la participación de la señora Ángela Ulibarri, asimismo con la colaboración de Anne Robert y Fabiola Bernal del curso: “El arte de envejecer con gracia”.
El lugar se encuentra en Barrio Escalante, 230 metros Este y 15 Norte del Farolito.
Para reservaciones contactar a la Fundación Nuestramérica al número: 8930-6612 o a Café Green Roast al número: 8899-0420
Dr. Fernando Morales Martínez Médico geriatra y gerontólogo Decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Costa Rica Miembro Honorario de ACANAMED
En el año 2017 un grupo de médicos geriatras y gerontólogos, investigadores del Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología, bajo mi coordinación, realizó una investigación clínica con la población centenaria de la Península de Nicoya, que buscaba conocer su condición clínica tomando en cuenta la cuadrifuncionalidad en el área física, mental, funcional y social, cuyo objetivo era aclarar, desde el punto de vista geriátrico y gerontológico, los factores de éxito de este grupo poblacional.
Para realizar esta investigación, de previo se consultó con los siguientes investigadores quienes tienen experiencia en estudios de población centenaria y fueron invitados presencialmente a Costa Rica: Dr. Robert Schreiber de la Universidad de Harvard; Dr. Thomas Perls de la Universidad de Boston y de las doctoras Karen Andersen y Signe Hoi. Rasmussen, ambas de la Universidad de Dinamarca. Además, en la reunión anual del grupo internacional de expertos en estudios de poblaciones centenarias que se llevó a cabo en el recinto de Santa Cruz de la Universidad de California, se presentó y se avaló el protocolo de la investigación.
La investigación puso en evidencia una serie de características que presentan los centenarios de la Península de Nicoya; todos estos hallazgos fueron publicadas en la revista científica Aging Clinical and Experimental Research, en el año 2019 en Europa.
Una Zona Azul es un área de mayor longevidad, en el mundo existen solo cinco: Okinagua en Japón, Cerdeña en Italia, Icaria en Grecia, Loma Linda en California, Estados Unidos, y la península de Nicoya en Costa Rica.
Para la realización de esta investigación se contó con el aval del Comité Ético Científico local y del Consejo Nacional de Investigación en Salud. Además, se solicitó el consentimiento informado, el cual tuvo la anuencia tanto de la persona centenaria como del familiar responsable.
Se inició con un proceso de inducción en el Hospital de la Anexión, en Nicoya, con las autoridades y profesionales de las Áreas de Salud de los cinco cantones de la zona: Carrillo, Santa Cruz, Hojancha, Nandayure y Nicoya. Luego los investigadores se trasladaron a la Península, con el fin de evaluar, in situ, a cada uno de los 43 centenarios.
Una vez concluida la recolección de información, debidamente procesada y analizada, se compartió con la Dirección Regional de Salud de la zona con la Dirección General, el Hospital de la Anexión, las áreas de salud y con los EBAIS donde están adscritos los pacientes centenarios, con el objetivo de que se les brindara el seguimiento correspondiente. Además, en los casos en los que se detectó alguna enfermedad, se coordinó con el Hospital de la Anexión para ser estudiados y tratados con el geriatra local y el apoyo del Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología.
Fotografía de Facebook de Nicoya Zona Azul Journey.
Nos aseguramos por diferentes rutas de que esa información llegara a todos los médicos que tenían la responsabilidad de estos centenarios. Se realizaron más de 50 diferentes exámenes, entre los que se contemplaron fuerza prensil, electrocardiogramas, test de la memoria, marcha, funcionalidad, actividades de la vida diaria, depresión, autopercepción (como se perciben ellos mismos), y múltiples exámenes de laboratorio. Con todos esos resultados, en cada caso, se hizo un análisis integral valorado por dos médicos especialistas en geriatría y gerontología.
Los centenarios viven en áreas rurales y están a distancias considerables entre ellos, por lo que se invirtió tiempo en los traslados del equipo a cada domicilio. Todos estaban en áreas separadas, pero dentro de los cinco cantones que componen la Zona Azul.
Del total de los 43 centenarios, 25 eran mujeres y 18 hombres. Predomina la viudez en las mujeres que suman 20 centenarias. La edad promedio es de 102 años. Eso se comprobó por medio de las constancias de nacimiento del Registro Civil y de bautismo de la Iglesia católica. La mayor concentración estaba en Santa Cruz, seguida de Nicoya. Las mujeres tienen en promedio más de seis hijos, la mayoría de los centenarios vive con su familia y solamente dos viven en el Hogar para Ancianos de Nicoya. En general tienen un buen apoyo familiar con tres, cuatro y hasta cinco generaciones alrededor, en algunos casos.
En cuanto a las enfermedades crónicas, la principal fue visual por cataratas intervenidas quirúrgicamente, hay presencia de hipertensión arterial (menor que en la población adulta mayor general), diabetes mellitus solo hubo cuatro casos, cáncer tres casos, cardiopatía isquémica (irrigación precaria en corazón) se detectaron cuatro casos, enfermedad pulmonar, obstrucción crónica, nueve casos y dos de anemia severa.
Destacó el poco uso de medicamentos, menos de uno por persona, lo que constituye la cifra más baja reportada por la literatura médica mundial a nivel de personas adultas mayores. El patrón del sueño fue en promedio de ocho horas diarias y solo siete casos tomaban algún medicamento para dormir.
En cuanto al estado anímico, 30 casos respondieron estar satisfechos, solamente uno tuvo un puntaje de diagnóstico de depresión, lo cual refleja la satisfacción de su estado de vida.
En relación con la nutrición, su dieta es rica en granos, frijoles, maíz, legumbres, cerdo, animales de corral, productos lácteos (queso tipo cuajada), frutas, verduras, baja ingesta de harinas y carbohidratos; su dieta, aunque modesta es suficiente. No se encontró ningún índice de masa corporal en rango de obesidad.
Fotografía de Facebook de Nicoya Zona Azul Journey.
Respecto al estado funcional, los hombres presentaban mejor funcionalidad que las mujeres.
Los exámenes de laboratorio se revisaron en dos ocasiones para tener certeza de que estaban correctos. Se lograron detectar dos casos de anemia severa. En cuanto a electrocardiogramas, el 20% no presentó ninguna afectación.
Estas personas han sido muy activas, trabajaron en el agro y tienen su parcela y habitaciones modestas donde viven rodeados de su descendencia que les apoyan presencialmente.
Debemos aprender mucho de ellos en cuanto a la actitud hacia la vida, sus buenos hábitos de salud y su gran espiritualidad, documentada en que el 100% de los participantes profesaba una religión: el 86% de la población era católica y el 14% de otras creencias religiosas.
Sin duda alguna las personas centenarias de la Península Azul han puesto a Costa Rica en un lugar especial en el mundo, por su gran longevidad; desafortunadamente, la evidencia demográfica reciente, parece indicar que, paulatinamente, este comportamiento longevo, desaparecerá en los próximos años.
El convenio que rige esta materia establece una cooperación entre el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) y la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) para financiar el régimen no contributivo de pensiones (RNC). Este acuerdo regula la transferencia de recursos del fondo de desarrollo social y asignaciones familiares (FODESAF) a la CCSS con el objetivo de otorgar pensiones a personas en condiciones de vulnerabilidad que no califican para los regímenes contributivos.
Las principales cláusulas del convenio definen la responsabilidad de la CCSS en la identificación y selección de beneficiarios, la programación y distribución de recursos, así como la presentación de informes sobre la ejecución presupuestaria y programática. Además, se estipula la obligación de reintegrar a FODESAF cualquier superávit de recursos y el uso del sistema SINIRUBE para la clasificación socioeconómica de los beneficiarios.
El convenio tiene vigencia durante el año 2024, con la posibilidad de prórroga automática hasta el 2028, siempre que ninguna de las partes solicite su finalización.
Resolución del Ministerio de Trabajo sobre Recurso de Revocatoria
El 17 de septiembre de 2024, la Dirección Nacional de Pensiones del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) emitió la Resolución N.° RAD-MTSS-DMT-DVAS-DNP-DAL-24-2024. En esta resolución, se rechazó el Recurso Ordinario de Revocatoria presentado por los auditores ciudadanos Carlos Eduardo González Arroyo, Alfredo Ramírez Montero, Jorge Manuel García Araya, Juan Carlos Aguilar Zamora y Rodrigo Arias López contra el acto administrativo N.° MTSS-DMT-DVAS-DNP-1018-2024, fechado el 5 de septiembre de 2024.
El recurso fue presentado con el propósito de solicitar un aumento en las pensiones del Régimen No Contributivo (RNC), argumentando que muchas de estas personas se encuentran en situaciones de pobreza extrema. Asimismo, se solicitó información detallada sobre el estado de la deuda del Estado con el Fondo de Desarrollo Social y Asignaciones Familiares (FODESAF) y una copia del convenio firmado entre el MTSS y la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
La Dirección Nacional de Pensiones respondió que no es competencia del MTSS gestionar modificaciones en el RNC, ya que este régimen es administrado exclusivamente por la CCSS. La función del MTSS se limita a la transferencia de los recursos asignados por ley al programa, sin tener injerencia en la administración o ejecución del mismo.
Finalmente, la resolución mantiene el criterio expresado en el acto administrativo inicial y eleva el recurso de apelación al despacho del Ministro de Trabajo para su análisis y resolución conforme a derecho.
Ley Integral para la Persona Adulta Mayor
No obstante la resolución del Ministerio, la Ley Integral para la Persona Adulta Mayor tiene como objetivo garantizar la igualdad de oportunidades y una vida digna para las personas adultas mayores en todos los ámbitos de la vida. Promueve su participación activa en la creación y aplicación de políticas que les afectan directamente, fomenta su integración en el núcleo familiar y comunitario, y facilita su organización y participación en la sociedad, aprovechando su experiencia y conocimiento. Además, impulsa y fortalece una red de atención progresiva para asegurar su cuidado integral con la colaboración de entidades públicas y privadas, y garantiza su protección y seguridad social.
La ley también establece diversos derechos para mejorar la calidad de vida de las personas adultas mayores, como el acceso a la educación y preparación para la jubilación, la participación en actividades recreativas, culturales y deportivas, una vivienda digna y adecuada a sus necesidades, y facilidades para obtener créditos. También asegura opciones de atención alternativa en caso de riesgo social, atención médica inmediata, pensión oportuna para satisfacer sus necesidades, asistencia social en situaciones de desempleo o discapacidad, y la participación en actividades productivas según sus capacidades y deseos. Además, protege contra la violencia y ofrece trato preferencial en trámites administrativos, promoviendo su unión con otros adultos mayores para buscar soluciones a problemas comunes.
La Auditoría Ciudadana de la Seguridad Social planteó un recurso de revocatoria y apelación en subsidio contra el oficio GP-DAP-0937-2024/GP-1472-2024 del 13 de septiembre de 2024. La gestión se realiza ante la instancia superior del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social ante el argumento esgrimido por un nivel de dirección que rechazó la competencia de esta cartera en resolver el aumento solicitado en beneficio de la población adulta mayor y a personas especiales.
Base legal: Artículos 1 y 38 de la Ley N.° 8687, artículos 342 y siguientes de la Ley N.° 6227, Ley de Regulación del Derecho de Petición y artículos 9, 27 y 30 de la Constitución Política.
Primera solicitud: Reajuste de pensiones de ¢82.000 a ¢102.500. Se argumenta que la falta de ajuste en más de seis años vulnera la “Ley Integral para la Persona Adulta Mayor” y afecta a adultos mayores pensionados con ingresos insuficientes. La institución responde que no hay presupuesto para ajustes en 2024 y 2025, según instrucciones superiores y estudios técnicos no especificados.
Segunda solicitud: Se pide el reajuste de pensiones de la Ley de PCP. La justificación basada en prácticas pasadas no es considerada un argumento válido ni aceptable.
Tercera solicitud: Se solicita información sobre la causa de invalidez de las pensiones RNC/PCP. Se pide detalle específico de la causa de invalidez para 44,606 pensiones bajo el riesgo “INVALIDEZ RNC/PCP”, información que no se incluyó en los datos proporcionados.
Petitoria: Se solicita declarar con lugar el recurso de revocatoria y, en caso de rechazo, elevarlo a la autoridad superior para aumentar la pensión básica del RNC a ¢102.500. Se pide agregar la causa de invalidez a cada uno de los 44,606 casos enviados en el archivo correspondiente. También se solicita información sobre las “autoridades superiores” que emitieron las instrucciones para no revalorizar la pensión, así como copia de estudios técnicos y documentos que respalden la decisión.