Skip to main content

Etiqueta: pobres

IICE: Número de personas pobres en Costa Rica aumentó durante el segundo semestre del 2022

Pie de foto: En diciembre del año pasado, el 25 % de las personas vivía en situación de pobreza en Costa Rica. A inicios del 2020, antes de la pandemia, esta cifra era del 22 %, lo que evidencia el deterioro social que ha vivido el país en los últimos tres años. Foto: Anel Kenjekeeva, UCR

Estudio determinó un ligero descenso en la desigualdad

La población en pobreza extrema creció de forma preocupante: pasó de un 6 % en abril a un 8 % en diciembre del 2022.

Según el informe Análisis del mercado laboral y pobreza en Costa Rica, que presentó este martes 2 de mayo el Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica (UCR), una de cada cuatro personas en Costa Rica (el 24,9 %) se ubicó bajo la línea de pobreza para diciembre del año pasado.

De hecho, este porcentaje mostró un leve crecimiento a lo largo del segundo semestre del 2022. Pero el aumento es aún más significativo si se compara con los primeros meses del 2020 (previo a la pandemia), cuando este porcentaje rondaba el 22%.

Mientras tanto, la pobreza extrema sí creció de forma alarmante en los últimos meses del año pasado, donde ocho de cada 100 personas en el país fueron incapaces de satisfacer sus necesidades alimentarias básicas. De hecho, en abril del mismo 2022, el porcentaje de pobreza extrema fue del 6 %, con lo que se puede concluir que este rubro creció dos puntos porcentuales en tan solo ocho meses.

La pobreza es más evidente en espacios rurales

Si se distingue el fenómeno de la pobreza por zona, se observa que en diciembre del 2022 el 30,1 % de la gente que vivía en la ruralidad era pobre, mientras que este porcentaje caía al 22,9 % en las áreas urbana.

Esta diferencia se ha acrecentado desde junio del 2020, cuando la pandemia produjo el efecto contrario y hubo más individuos pobres en zonas urbanizadas que en el campo. Otro fenómeno que destaca es que, independientemente de dónde vivan las personas, la pobreza aumentó a partir de mayo del año pasado.

Luis Oviedo Carballo, investigador del IICE: 8 de cada 10 personas en pobreza son pobres extremos

De forma similar se ha comportado la pobreza extrema: mientras el 7,1 % de las personas en las ciudades no logra satisfacer sus necesidades alimentarias básicas, este porcentaje sube al 10,1 % en el campo. Ambos porcentajes han venido en aumento desde mayo del 2020 y se mantienen muy por encima de los datos previos a la pandemia, cuando había alrededor del 6 % de pobreza extrema en zonas urbanas y 7 % en las rurales.

Más pobres, menos desiguales

Pese al aumento de la pobreza, la desigualdad descendió de forma lenta pero estable desde febrero del año pasado e incluso presenta una baja significativa en comparación con agosto del 2021.

Para diciembre pasado, el Coeficiente de Gini (donde 1 es el máximo de desigualdad y 0 el mínimo) la cifró en 0,49, lo que significaría que el país es más pobre – según los datos presentados en los párrafos anteriores – pero un poco menos desigual que el año pasado.

El IICE también realizó el cálculo del comportamiento de la pobreza considerando la ausencia de los subsidios económicos como Avancemos y otras ayudas del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), las Pensiones del Régimen No Contributivo y otras fuentes de transferencia económica. Si todos estos rubros se eliminaran, la pobreza en el país llegaría al 27,2 % (2,3 puntos porcentuales más de la que ya hay), mientras que la pobreza extrema sería de un 12,2 % (4.3 puntos porcentuales extra).

Luis Oviedo Carballo, investigador del IICE: impacto de subsidios en reducción de la pobreza

 

Pablo Mora Vargas

Periodista, Oficina de Divulgación e Información, UCR

Las pandillas

Oscar Madrigal

Telenoticias de Canal 7 trasmitió un reportaje de un operativo policial anti-drogas en Puntarenas. Una caravana de cerca de 10 vehículos avanzaba a las 3 de la mañana con cerca de 50 policías fuertemente armados con lo último de la tecnología criminal, pertenecientes a varios cuerpos -de muchas siglas que no conozco- por lo riesgoso del caso. Aquellas “tomas” me recordaron algunas películas de Hollywood de cuerpos militares del Ejército de USA ingresando a alguna región de Faluya, Irak.

Pero nuestras fuerzas especiales ingresaban al barrio Fray Casiano de Madrid; el objetivo fue detener a dos menores de edad de 17 años que son ya sicarios, supuestamente verdugos de otro joven de 21 años. En otros sitios como Chacarita, El Roble y otros se detuvo a 5 personas más.

¡Qué tristeza ver a jóvenes en esta situación! Es la guerra contra los pobres, como la han llamado algunos estudiosos del tema.

Estamos en presencia de una nueva pandemia que ha dejado cerca de un millón de muertos, como ha dicho el presidente de Colombia Gustavo Petro. La guerra contra las drogas iniciada por Nixon ha sido un total fracaso, aunque nuestros pueblos son los que mayoritariamente ponen los muertos. Petro, el más lúcido presidente de América Latina, acaba de proponer una política unitaria de América Latina para enfrentar este flagelo, agudizado aún más por la aparición del Fentanilo como una nueva droga que mató el año pasado a cien mil estadoudinenses. Ningún país por sí solo es capaz de enfrentar el problema de narcotráfico.

El mes pasado ha sido el más violento de la historia del país. Y así seguirá ocurriendo. El círculo que estamos creando es que esa guerra crea mayor pobreza y desigualdad que son a su vez los factores estructurales detrás del sicariato y el tráfico de drogas. Romper ese círculo es la única forma de enfrentar acertadamente el problema. Pero el Gobierno actual, igual que los anteriores, creen que SOLO a punta de represión se solucionará.

Las cosas deberían plantearse con claridad a la población.

La realidad es que en el país existen múltiples PANDILLAS, que dominan territorios, unos más extensos que otros, en todas las provincias y regiones. Las autoridades quieren adornar las cosas y no las llaman por su nombre: Pandillas, tal y como se denominan en El Salvador, Honduras y otros países. Tal vez podríamos diferenciarlas del cartel porque estas se dedican a la distribución local y no internacional.

Esas pandillas están en guerra entre ellas por el mercado de los estupefacientes y en ella se matan.

Si el círculo vicioso no se rompe, los índices de violencia y asesinatos entre nuestros jóvenes seguirá creciendo.

Es urgente exigir al Gobierno una política integral para enfrentar al narcotráfico y las pandillas.

La guerra contra ellas tal y como se ha llevado a cabo, ha fracasado rotundamente.

https://surcosdigital.com/suscribirse/

Comunidades de Fe de América Latina y el Caribe en la entrega de los ODS y la realización de la Década de Acción

La Alianza Interreligiosa para la Agenda 2030, le invita a unirse a al Evento Paralelo del HLPF 2020 «Comunidades de Fe de América Latina y el Caribe en la Entrega de los ODS y la realización de la Década de Acción”.

La Alianza Interreligiosa para la Agenda 2030 es una red de organizaciones basadas en la Fe que trabajan por la Justicia, la Paz y la Integridad de la Creación en la Región de América Latina y El Caribe, en vinculación solidaria con redes hermanas que trabajan a nivel global.

La misión de esta Alianza es impulsar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) adoptados por las Naciones Unidas, aunando esfuerzos y elevando voces proféticas, para contribuir al cambio transformador que responda a la situación de discriminación, desigualdad y exclusión de los pobres, marginados y excluidos en América Latina y el Caribe.

Viernes 10 de julio de 2020, 12:00 m.d. a 13:30 p.m. de Nueva York

Regístrese en: https://bit.ly/ODSfaith

Al Sur de la cuarentena

Boaventura de Sousa Santos

Traducción de Antoni Aguiló y José Luis Exeni Rodríguez

Cualquier cuarentena es siempre discriminatoria, más difícil para unos grupos sociales que para otros. Es imposible para un amplio grupo de cuidadores cuya misión es hacer posible la cuarentena al conjunto de la población. En este texto, sin embargo, atiendo a otros grupos para los que la cuarentena es particularmente difícil. Son los grupos que tienen en común una vulnerabilidad especial que precede a la cuarentena y se agrava con ella. Esos grupos conforman lo que llamo el Sur. En mi concepción, el Sur no designa un espacio geográfico. Designa un espacio-tiempo político, social y cultural. Es la metáfora del sufrimiento humano injusto causado por la explotación capitalista, por la discriminación racial y por la discriminación sexual. Me propongo analizar la cuarentena desde la perspectiva de quienes más han sufrido debido a estas formas de dominación. En su conjunto, estos colectivos sociales constituyen la mayoría de la población mundial.

Selecciono unos pocos

Las mujeres. La cuarentena será particularmente difícil para las mujeres y, en algunos casos, incluso puede ser peligrosa. Las mujeres son consideradas “las cuidadoras del mundo”, predominan en el ámbito de la prestación de cuidados dentro y fuera de las familias. Predominan en profesiones como la enfermería o la asistencia social, en la primera línea de batalla de la prestación de cuidados a enfermos y ancianos dentro y fuera de las instituciones. No pueden defenderse en cuarentena para garantizar la cuarentena de los demás. También son ellas las que siguen estando a cargo, exclusiva o mayoritariamente, del cuidado de las familias. Puestas en cuarentena, uno podría imaginar que, con más brazos disponibles en casa, las tareas podrían estar más distribuidas. Sospecho que no será así frente al machismo que impera y tal vez se refuerce en momentos de crisis y de confinamiento familiar. Con los niños y otros miembros de la familia en casa durante las veinticuatro horas, el estrés será mayor y sin duda recaerá más sobre las mujeres. El aumento del número de divorcios en algunas ciudades chinas durante la cuarentena puede ser un indicador de lo que acabo de decir. Por otro lado, es bien sabido que la violencia contra las mujeres tiende a aumentar en tiempos de guerra y de crisis (y ha ido en aumento ahora). Una buena parte de esta violencia se produce en el espacio doméstico. El confinamiento de las familias en espacios pequeños y sin salida puede ofrecer más oportunidades para el ejercicio de la violencia contra las mujeres. Basándose en información del Ministerio del Interior, el periódico francés Le Figaro informaba el 26 de marzo de que la violencia conyugal había aumentado un 36% la semana anterior en París. El Ministro de Policía de Sudáfrica, Bheki Cele, informó el 2 de abril que en la primera semana de cuarentena se registraron 87.000 denuncias por violencia de género.

Los trabajadores precarios e informales, llamados autónomos. Después de cuarenta años de ataques a los derechos de los trabajadores en todo el mundo por parte de las políticas neoliberales, este grupo de trabajadores es globalmente predominante, aunque las diferencias de un país a otro son muy significativas. ¿Qué significa la cuarentena para estos trabajadores, que tienden a ser los más rápidamente despedidos cada vez que hay una crisis económica? El sector servicios, en el que abundan, será una de las áreas más perjudicadas por la cuarentena. El 23 de marzo, la India declaró la cuarentena durante tres semanas, afectando a 1.300 millones de habitantes. Teniendo en cuenta que en la India entre el 65% y el 70% de los trabajadores pertenecen a la economía informal, se estima que 300 millones de indios se quedarán sin ingresos. En América Latina, alrededor del 50% de los trabajadores se emplean en el sector informal. En África, por ejemplo, en Kenia o Mozambique, debido a los programas de ajuste estructural de los años 1980-90, la mayoría de los trabajadores son informales. La indicación de la OMS de trabajar en casa y en aislamiento es impracticable, pues obliga a los trabajadores a elegir entre ganarse el pan diario o quedarse en casa y pasar hambre. Las recomendaciones de la OMS parecen haber sido diseñadas pensando en una clase media que es una fracción muy pequeña de la población mundial. ¿Qué significa la cuarentena para los trabajadores que ganan día a día para vivir día a día? ¿Se arriesgarán a desobedecer la cuarentena para alimentar a su familia? ¿Cómo resolverán el conflicto entre el deber de alimentar a la familia y el deber de proteger su vida y la de ella? Morir de virus o morir de hambre, esa es la opción.

Trabajadores de la calle. Los trabajadores de la calle son un grupo específico de trabajadores precarios. Los vendedores ambulantes, para quienes el «negocio», es decir, la subsistencia, depende exclusivamente de la calle, de quienes transitan en ella y de la decisión, siempre impredecible para el vendedor, de detenerse y comprar algo. Hace mucho tiempo que los vendedores viven en cuarentena, en la calle, pero en la calle con gente. El impedimento de trabajar para quienes venden en los mercados informales de las grandes ciudades significa que potencialmente millones de personas ni siquiera tendrán dinero para acudir a las instalaciones de salud si se enferman o para comprar desinfectante y jabón para manos. Los que tienen hambre no pueden darse el lujo de comprar jabón y agua a precios que están comenzando a sufrir el peso de la especulación. En otros contextos, los uberizados de la economía informal que entregan alimentos y pedidos a domicilio garantizan la cuarentena de muchos, pero por eso no pueden protegerse con ella. Su «negocio» aumentará tanto como su riesgo.

Los sin techo o población de calle. ¿Cómo será la cuarentena para aquellos que no tienen hogar? Personas sin hogar, que pasan las noches en viaductos, estaciones abandonadas de metro o tren, túneles de aguas pluviales o túneles de alcantarillado en tantas ciudades del mundo. En los Estados Unidos los llaman tunnel people. ¿Cómo será la cuarentena en los túneles? ¿No han estado toda su vida en cuarentena? ¿Se sentirán más libres que aquellos que ahora son obligados a vivir en casa? ¿La cuarentena verá una forma de justicia social?

Moradores en las periferias pobres de las ciudades, favelas, barriadas, slums, caniço, etc. Según datos de ONU Hábitat, 1,6 mil millones de personas no tienen una vivienda adecuada y el 25% de la población mundial vive en barrios informales sin infraestructura ni saneamiento básico, sin acceso a servicios públicos, con escasez de agua y electricidad. Viven en espacios pequeños donde se aglomeran familias numerosas. En resumen, habitan en la ciudad sin derecho a la ciudad, ya que, viviendo en espacios desurbanizados, no tienen acceso a las condiciones urbanas presupuestas por el derecho a la ciudad. Dado que muchos habitantes son trabajadores informales, se enfrentan a la cuarentena con las mismas dificultades mencionadas anteriormente. Pero además, dadas las condiciones de vivienda, ¿podrán cumplir con las normas de prevención recomendadas por la OMS? ¿Serán capaces de mantener la distancia interpersonal en los pequeños espacios de vivienda donde la privacidad es casi imposible? ¿Podrán lavarse las manos con frecuencia cuando la poca agua disponible se debe guardar para beber y cocinar? ¿El confinamiento en una vivienda tan pequeña no tiene otros riesgos para la salud tan o más dramáticos que los causados por el virus? Muchos de estos barrios ahora están fuertemente vigilados y, a veces, sitiados por las fuerzas militares con el pretexto de combatir el crimen. ¿No es, después de todo, la cuarentena más dura para estas poblaciones? ¿Los jóvenes de las favelas de Río de Janeiro, a quienes la policía siempre les impidió ir a la playa de Copacabana el domingo para no molestar a los turistas, no sentirán que ya vivían en cuarentena? ¿Cuál es la diferencia entre la nueva cuarentena y la original que siempre ha sido su modo de vida? En Mathare, uno de los suburbios de Nairobi, Kenia, 68.941 personas viven en un kilómetro cuadrado. Como en muchos contextos similares en el mundo, las familias comparten una habitación que también es cocina, dormitorio y sala de estar. ¿Cómo se les puede pedir autoaislamiento? ¿Es posible el autoaislamiento en un contexto de heteroaislamiento permanente impuesto por el Estado?

Cabe señalar que para los habitantes de las periferias pobres del mundo, la actual emergencia sanitaria se une a muchas otras emergencias. Según nos informan los compañeros y compañeras de Garganta Poderosa, uno de los movimientos sociales más notables en los barrios populares de América Latina, además de la emergencia de salud causada por la pandemia, los moradores enfrentan varias otras emergencias. Es el caso de la emergencia sanitaria resultante de otras epidemias aún no resueltas y la falta de atención médica. Este año ya se registraron 1.833 casos de dengue en Buenos Aires. Solo en la Villa 21, uno de los barrios pobres de Buenos Aires, hubo 214 casos. “Por coincidencia”, el 70% de la población en la Villa 21 no tiene agua potable. Este es también el caso de la emergencia alimentaria, porque hay hambre en los vecindarios y los modos comunitarios de superarlo (comedores populares, refrigerios) colapsan ante el dramático aumento de la demanda. Si las escuelas cierran, la comida escolar que garantiza la supervivencia de los niños termina. Finalmente es el caso del surgimiento de la violencia doméstica, que es particularmente grave en los vecindarios, y el surgimiento permanente de la emergencia por la violencia policial y la estigmatización que conlleva.

Los ancianos. Este grupo, que es particularmente numeroso en el Norte global, es generalmente uno de los grupos más vulnerables, pero la vulnerabilidad no es indiscriminada. De hecho, la pandemia requiere que seamos más precisos sobre los conceptos que usamos. Después de todo, ¿quién es anciano? Según Garganta Poderosa, la diferencia en la esperanza de vida entre dos barrios de Buenos Aires (el barrio pobre de Zavaleta y el barrio exclusivo de Recoleta) es de unos veinte años. No es casual que los líderes comunitarios sean considerados de “edad madura” por la comunidad y “jóvenes líderes” por la sociedad en general.

Las condiciones de vida prevalecientes en el Norte global han llevado a que una gran parte de los ancianos se depositen (la palabra es dura, pero es lo que es) en hogares, casas de reposo, asilos. Dependiendo de sus posesiones propias o familiares, estos alojamientos pueden ir desde cajas fuertes de joyería de lujo hasta vertederos de desechos humanos. En tiempos normales, los ancianos comenzaron a vivir en estos alojamientos como espacios que garantizaban su seguridad. En principio, la cuarentena causada por la pandemia no debería afectar en gran medida su vida, dado que ya están en cuarentena permanente. ¿Qué sucederá cuando, debido a la propagación del virus, esta zona de seguridad se convierta en una zona de alto riesgo, como está sucediendo en Portugal y España? ¿Estarían más seguros si pudieran regresar a las casas donde vivieron toda su vida, en el improbable caso de que aún existan? ¿Los familiares que, por su propia conveniencia, los dejaron en asilos, no sentirán remordimiento por someter a sus ancianos a un riesgo que puede ser fatal? ¿Y los ancianos que viven en aislamiento no estarán ahora en mayor riesgo de morir sin que nadie se dé cuenta? Al menos, los ancianos que viven en los barrios más pobres del mundo pueden morir por la pandemia, pero no morirán sin que nadie se dé cuenta. También se debe agregar que, especialmente en el Sur global, las epidemias anteriores han significado que los ancianos tengan que prolongar su vida laboral. Por ejemplo, la epidemia del SIDA ha matado y sigue matando a padres jóvenes, dejando a los abuelos con la responsabilidad del hogar. Si los abuelos mueren, los niños corren un riesgo muy alto de desnutrición, hambre y, en última instancia, de muerte.

Los internados en campos de refugiados, inmigrantes indocumentados o poblaciones desplazadas internamente. Según cifras de la ONU, hay 70 millones. Son poblaciones que, en su mayor parte, viven en cuarentena permanente, y para las cuales la nueva cuarentena significa poco como regla de confinamiento. Pero los peligros que enfrentan si el virus se propaga entre ellos serán fatales e incluso más dramáticos que los que enfrentan las poblaciones de las periferias pobres. Por ejemplo, en Sudán del Sur, donde más de 1,6 millones de personas están desplazadas internamente, lleva horas, si no días, llegar a los centros de salud, y la principal causa de muerte a menudo se puede prevenir, causada por enfermedades que ya tienen remedios: malaria y diarrea. En el caso de los campos de refugiados a las puertas de Europa y de Estados Unidos, la cuarentena causada por el virus impone el deber ético humanitario de abrir las puertas de estos campos de internamiento siempre que no sea posible crear en ellos las condiciones mínimas de habitabilidad y seguridad exigidas por la pandemia.

Los discapacitados. Han sido víctimas de otra forma de dominación, además del capitalismo, el colonialismo y el patriarcado: el capacitismo. Se trata de cómo la sociedad los discrimina, no reconoce sus necesidades especiales, no les facilita el acceso a la movilidad ni las condiciones que les permitirían disfrutar de la sociedad como cualquier otra persona. De alguna manera, las limitaciones que la sociedad les impone hacen que se sientan viviendo en cuarentena permanente. ¿Cómo vivirán la nueva cuarentena, especialmente cuando dependen de quien tiene que romper la cuarentena para darles alguna ayuda? Como se han acostumbrado desde hace mucho tiempo a vivir en condiciones de cierto encierro, ¿ahora se sentirán más libres que los «no discapacitados» o más iguales en relación con ellos? ¿Verán tristemente alguna justicia social en la nueva cuarentena?

La lista de los que están al Sur de la cuarentena está lejos de ser exhaustiva. Basta pensar en los prisioneros y en las personas con problemas de salud mental, es decir, depresión. Pero el elenco seleccionado muestra que, al contrario de lo que transmiten los medios y las organizaciones internacionales, la cuarentena no solo hace más visible, sino que refuerza, la injusticia, la discriminación, la exclusión social y el sufrimiento injusto que causan. Resulta que tales asimetrías se vuelven más invisibles frente al pánico que afecta a los que no están acostumbrados al mismo. A la luz de las experiencias de estos grupos sociales durante la cuarentena, se hace particularmente evidente la necesidad de imaginar y concretar alternativas a los modos de vivir, de producir, de consumir y de convivir en estos primeros años del siglo XXI. De hecho, la pandemia y la cuarentena revelan cruelmente que las alternativas son posibles y que las sociedades se adaptan a las nuevas formas de vida cuando esto es necesario y sentido como correspondiente al bien común.

Imagen: http://crisis-economica.blogspot.com/2014/10/trabajo-informal-trabajo-precario-y.html

Compartido con SURCOS por Óscar Jara Holliday, CEAAL.

Los pobres y el Catolicismo perderán

Licda. Susan Rojas Alvarado

 

El poder político en manos de grupos evangélicos fundamentalistas es nefasto para los pobres.

Estos grupos evangélicos neopentecostales se orientan por la «teología del bendecido, prosperado y en victoria», muy afín al capitalismo, que tienen como «proyecto de vida» la acumulación de riqueza material, porque la consideran una retribución por parte de Dios a la persona moralmente buena.

En América Latina siempre que se ha unido el neopentecostalismo y el poder político, terminan favoreciendo a los sectores económicamente poderosos e impulsando el neoliberalismo.

Eso sucedió en Perú cuando llevo a Fujimori al poder. Hubo privatización de empresas estatales, más pobreza y corrupción.

Y está sucediendo en Guatemala con un presidente Pastor evangélico.

Lamentablemente, mucho católico votó por Fabricio en razón de lo mandado por la CIDH y la ideología de género.

Ahora, se anuncia una alianza entre los evangélicos y los neoliberales de los partidos tradicionales.

Recordemos lo que ha sucedido en la Asamblea Legislativa, entre Liberación y Pastores, a la hora de aprobar leyes.

Esa alianza será en contra de los pobres y la Iglesia Católica.

Los partidos tradicionales con su modelo de desarrollo y políticas económicas neoliberales, han sido incapaces de bajar los índices de pobreza extrema, desempleo y otros en los cantones que votaron mayoritariamente por Fabricio (cantones más pobres del país, IDS).

De manera que a la molestia popular por el tema de «ideología de género» se le sumó el de un voto protesta contra políticos y partidos tradicionales. Y en gran parte contra el Partido de Gobierno que abrió grandes esperanzas de cambio y no lo logró.

Lo dramático es que Fabricio, si llega a la presidencia no tiene equipo económico para gobernar y se lo pedirá prestado a agrupaciones políticas tradicionales (desde la alianza evangelismo y neoliberalismo).

Conclusión los pobres seguirán perdiendo.

También, el voto Católico que llevó a Fabricio a la segunda ronda, favoreció servir en bandeja de plata el poder político al evangelismo que se va a revertir contra los intereses y posicionamiento de la Iglesia Católica en Costa Rica y su visión de desarrollo integral desde la Doctrina Social de la Iglesia.

Conclusión los católicos también perderíamos.

 

*Imagen con fines ilustrativos tomada de prtemistocles.com.br

Enviado a SURCOS por la autora.

Suscríbase a SURCOS Digital:

https://surcosdigital.com/suscribirse/

Chambonada macabra

Dr. Freddy Pacheco León

Chambonada macabra

En San José, desde el siglo XIX, existe un cementerio dedicado a la memoria del Padre Francisco Calvo, destacado dirigente histórico de la Logia Masónica y extraordinario sacerdote de la Iglesia Católica. Cementerio que administra la Municipalidad de San José y que, a diferencia de los cementerios tutelados por la Junta de Protección Social, ha estado “de la mano de Dios” desde hace unas dos décadas.

Cementerio conocido con el nombre de “CEMENTERIO DE LOS POBRES” pues a él acuden a darle cristiana sepultura a sus seres queridos, compatriotas que por su extrema pobreza ¡no tienen ni donde caer muertos!, y a donde el Poder Judicial entierra anualmente, más de un centenar de cadáveres abandonados en la morgue. Asimismo, lugar de entierro de los muchos restos humanos hospitalarios. Cementerio en fin, que cumple una función de indiscutible importancia, en medio de una ciudad en la que el DÉFICIT DE NICHOS funerarios ha acelerado el negocio de los cementerios privados, que ofrecen sus servicios a precios impagables para muchos ciudadanos.

Hace unos años (a propósito de una investigación cuidadosa de la Defensoría de los Habitantes y la Sala Constitucional) se tuvo claro que en un cementerio tan antiguo, donde por la pobreza de la gente, los cadáveres se han enterrado a unos dos metros de la superficie, podrían existir en el lugar MILES DE DIFUNTOS. Restos humanos que es imposible ubicar desde la superficie, pues por órdenes de la Alcaldía de San José, en un área de 16.000 m2 que se quiere “urbanizar”, se extrajeron todas las cruces, lápidas, floreros, y cualquier otra estructura de cemento, antes de proceder a prohibir la corta del zacate. Ello para eventualmente describir esa gran área como “charral” o “LOTE apto para construir” colindante con el Cementerio Calvo, según se inscribiera por una notaria de la Municipalidad en el Registro Público, antes de que la Sala IV ordenara la anulación de esa ilegal acción.

Ahora bien, desde la primer semana en que el alcalde regresó al gobierno municipal, ¡volvió a la carga! con su proyecto urbanístico, después de la frustrada intención de construir en esa parte del camposanto en el 2011, tres torres de apartamentos y una torre de oficinas y locales comerciales, ¡sin importar la presencia de la gran cantidad de restos humanos!, para lo cual, su Concejo Municipal había aprobado LA VENTA de esa parte del camposanto en ø1.600 millones.

Así, por esas cosas de la política partidaria extraña que se mueve al interior de la Asamblea Legislativa, un grupo de diputados han interpretado indebidamente, LO SAGRADO CON LO PROFANO. Para ellos, un hecho “irreverente, contrario al respeto que se debe a las cosas sagradas” propio de lo profano, ha de privar por sobre lo sagrado, o sea, a lo que es “venerable por alguna relación con lo divino, con lo es digno de respeto por lo que representa”. Mezcla que han hecho para justificar la aprobación en comisión legislativa, de un proyecto que le permitiría a la Municipalidad de San José, hacer uso de esa parte del parte del camposanto para construir allí… ¡CUALQUIER COSA! que tenga que ver supuestamente, con actividades tecnológicas, de las que ni el alcalde tiene idea. Pretexto como el usado en el 2011, cuando para entonces se dijo era para construir “una villa olímpica”, sin que fuere cierto.

EL PAPA FRANCISCO nos representa cuando dice que “un cementerio es triste, nos recuerda a los nuestros que se fueron, nos recuerda el futuro de la muerte. Pero en esta tristeza les traemos flores como un signo de esperanza. NOS DETENEMOS CON FE ante las tumbas de nuestros seres queridos, rezando también por los difuntos que nadie recuerda”. Por eso, no en vano, cada 2 de noviembre, los cementerios (incluyendo el Cementerio Calvo) se llenan de flores y oraciones.

Quien está muy lejos de representarnos, es el diputado Jorge Rodríguez Araya, uno de los promotores del proyecto, para quien “la osamenta de que tanto hablan ustedes es muy común, uno simplemente va, toma los huesos, los clasifica, pues al fin y al cabo ESO ES UNA OSAMENTA. ¡Quienes creemos en Dios sabemos que ESO no significa absolutamente nada! Esto no es una cuestión de religiosidad o creencias, sino DE CONVENIENCIA para el país”.

Convocado el proyecto a sesiones extraordinarias por el Poder Ejecutivo, y defendido por diputados de diferentes fracciones, que hacen mayoría en la Comisión de Gobierno y Administración, hacemos un esfuerzo por alertar a la comunidad católica y de otras denominaciones religiosas, así como a los que no profesan religión alguna, a conocer lo que se está tramando en sede legislativa.

Sorprendidos asimismo, por el “silencio sepulcral”, HASTA AHORA, de la jerarquía nacional de la Iglesia Católica, ¿Qué dirá el Santo Padre que vive en Roma?, como dice un canto.

Mientras tanto, la autorización para esa “chambonada macabra” sigue caminando aceleradamente, gracias a unos cuantos legisladores (como Antonio Álvarez Desanti) para quienes el interés político electoral, está por encima de lo sagrado; por encima del respeto que hemos de guardarle a los santos difuntos.

 

Enviado a SURCOS por el autor.

Suscríbase a SURCOS Digital:

https://surcosdigital.com/suscribirse/